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p A R T E ESPECIAL

TIPO BÁSICO EN EL DELITO


DE TRÁFICO ILÍCITO DE DROGAS
Víctor Prado Saldarriaga
Presidente de la 12ª sala penal
Dentro del esquema internacional de la Corte Superior de Lima
Catedrático de derecho penal en la PUCP

de persecusión cada vez más intensa 1. FUNCIÓN DEL TIPO BÁSICO

El artículo 296" del Código Penal está dedicado a la


del tráfico ilícito de drogas y de la descripción del tipo básico del delito de tráfico ilícito de
drogas. Esto es. constituye la norma penal matriz o gené-
rica que define qué actos configuran dicho delito. En tal
ayuda internacional para su erradi- sentido, si se quiere, esta disposición representa las carac-
terísticas mínimas de tipicidad y antijuricidad 4ue deman-
da la ley para que un comportamiento pueda ser reprimido
cación de nuestros países, es de gran como trMico ilícito de drogas. De allí 4ue los demás artí-
culos que pertenecen al capítulo 111, sección segunda del
título XII, dellihro segundo del Código Penal. estén siem-
importancia el estudio que realiza el
pre referidos de modo directo o conexo al artículo 296".
Sea porque reproducen la conducta ljlle él tipifica, aña-
autor del artículo que presentamos a diéndole una circunstancia agravante o atenuante (art. 297"
y 29g"), o por4ue resultan vinculados con alguno de sus
componentes característicos, aunque. en su estructura es-
continuación, respecto de la regula- pecífica, mantengan notoria independencia (art. 296"A,
296"8, 296"C, 296"0, 300", 301" y 302")

ción nacional de este fenómeno en el 2. FUENTE LEGAL

El artículo 296" es de origen espaiiol. En realidad. con


ámbito penal. él se ha recihido al artículo 344" del Código Penal espa-
ñol, en la versión que fue introducida por la reforma par-
cial de 1983 (ley orgánica 8/1 9g3 del 25 de junio de 1983 J.
Víctor Prado El artículo español descrihía el delito 4ue analizamos en
los siguientes términos: '"los que promovieren, favore-
cieren o facilitaren el consumo ilegal de drogas tóxicas,
descubre y analiza estupefacientes y sustancias psicotrópicas mediante ac-
tos de cultivo, fabricación, o tráfico, o las poseyeran
con este último fin, serán castigados con la pena de pri-
los problemas de la tipificación que
siún y multa de 30 000 a 1 500 000 pesetas, si se tratare
de sustancias que causaren grave daño a la salud, y de
respecto del delito de narcotráfico arresto mayor en los demás casos ...".
Sin embargo, además, en la elaboración del dispositi-
vo ljlle comentamos también se utili;r,aron otras fuentes de
realiza nuestra ley penal, a la luz de carácter complementario, como el inciso a) del artículo
58" del decreto ley 22095, en su versión original de 197X,
y el artículo SS", inciso 2", introducido al citado decreto
la legislación comparada y de los ley por el decreto legislativo 122 de 19g l. Con la mixtura
de estas disposiciones, el legislador redactó, por ejemplo,
la hipótesis típica 4ue aparece en el párrafo T' del artículo
pactos y tratados internacionales que 296°, y que se relaciona con la comercialización de mate-
rias primas o insumos.
vienen a integrar los elementos des-
3. SiSTEMÁTICA
Internamente, en el numeral 296" podemos reconocer
criptivos del tipo consagrado en el tres conductas delictivas, cada una con características pro-
pias. Es así ljUe el primer párrafo de dicho dispositivo
artículo 296° del Código Penal. criminal iza la¡mmwción,fávorecimicnto o facilitación del
consumo ilegal de dro¡;as mediante actos de jáhriwcir!n

U tipo hásico en el dl'!ito dd tráfico ilícito de dro¡;as


PENAL

o tráfico de drogas tó.ácas, estu- Ahora bien , en España subsiste aún una polémica her -
pefacientes o sustan cias psicotró- menéutica sobre la precisión del concepto que co rrespon-
picas. Luego el segundo párrafo de a las susta ncias objeto del delito csrccificado en el ar-
de scri be la posesión de drogas tículo 344" del Código Penal derog ado. Dos so n las
tóxicas, estu¡1ejacien tes o sustan- posici ones más relev antes al respecto. En primer lug ar,
cias psicotrópicas confines de trá - Antonio Beristain vie ne sosteniendo que el artículo 344"
fico ilícito. Y, fin a lmente, el párrafo tercero contempla es un tipo lega l en blanco, puesto qu e al referirse a las
como conducta punible la comerciafiwción de materias sustancias objeto del delito no las det erm ina. dejando esa
¡1rimas o in .w11Ws destinados a la elaboracitÍn de drogas tarea a In normatividad ex trapena l, nacional e internacio-
tríxicas, e.\·tu¡Jefúciellles u sustwlCÚIS psicotrópicas. nal. De allí qu e este autor proponga que se consideren como
objeto del delit o las sustancias que precisan las li stas anexa s
4. EL OBJETO DE ACCIÓN DEL DELITO a las convenciones ONU de 1961 y de 197 1, con las con-
sideraci ones complementarias que conti enen la ley 17/196 7
E l prin cipal problema de dogmática y de rolítica crimi-
sob re estupefacie nte s y el rea l decreto 2829/1977 sobre
nal qu e representa la actual redacción del artículo 296°, se
sustancias y rrcparados psicotrópicos (Cf. Antonio
relacio na con el objeto de acción de los delitos previstos
Berist ain. La dro~a: aspectos penales y criminológico s.
en él. En lo esencial , las difi cultad es ararecen debido a la
Temi s. Bogotü, 1986. pp. 27 y 28).
neces idad de definir los alcances de interpretación que co-
Lu ego, Francisco Muñoz Conde plantea una intn-
ITesronden a las expresiones dmgas tr!xicas estu¡>cfacien-
pretació n mcís tcleológica del nhjcto de acc ión del delit o.
tcs o sustclllCÚ!s psicotrá¡Jicas y materias prinws o inswnos.
En efec to . di cho jurista parte de considerar que e l deli to
4.1. Drogas tóxicas,
de tráfi co ilícito de drogas es un atentado a la salud pu-
estupefacientes o sustancias psicotrópicas blica , ror lo que. con inderendcncia de su clasificaci ón
En primer término hay que señalar que la utilizac ió n farmacológi ca o de sus
en el artícu lo 296" de la
efectos clínicos, lo fun-
expresión drogas tóxi-
damental es qu e las sus-
etls , estup e facientes o tancias objeto de crimi-
susta11cias psicotrópicas nalización sean peligro-
es consecuencia de la asi- sas. De allí que e l
milación de la fuente es- recurrir a las li stas de los
pañol a. En e l derecho pe- convenios int e rnacion a-
nal hisp<ínico el objeto de les para decidir sobre e l
acción e n e l delito de td- objeto del delito , cumple
fic o ilícito ele drogas vie- un rol meram en te indi-
ne designándose con esa ca tiv o o r eferencial ,
terminología desde me- pues algunas de las sus -
diados de los años 60 y tancias que contienen
se aprecia , incluso, en el dichos li s tado s no son
nuevo Código Penal de peligrosas para la salud
1995 (CI. art. 368"). o, en Indo caso, lo son
Según la doctrina me nos que otras susta n-
ibérica di cha denominación se ado ptó como co nsecuen- cias de uso legal como el alcohol o el tabaco. Por tanto ,
cia del alineamiento de la legislación española a los concluye el citado autor, el juez deberá verificar en e l
co nvenio s intern aciona les del fiscalización. Esto es, a caso co ncreto si la sustancia es peli grosa para la sa lud
la convención única sobre estupefacientes de 1961 y públi ca y, lu ego , si la misma se puede calificar co mo es-
al convenio sobre sustancias psicotrópicasde 1971 (C f. tupefacie nte o psicotrópico. Para esto último, obvia men-
Antonio Beristain. Las drogas y s u legi s lac ión en Es- te , el juez podría recurrir al apoyo de los cspecialistns
paña , en: "Anuario de derec ho penal y ciencias pena- (Cf. Francisco Muño z Conde. Derecho penal. Parte es-
les", 19 73, p. 53 y ss.) . peci al. 8a. Edic ión Tirant lo Blanch. Valencia , 1990. p.
En consecuencia, pues, todo apunta a señalar que la 491 y SS.).
designación del obj e to de acción de l delito en el artículo Otros autores españoles como .José María Lorenzo
296'' del Cód igo Penal peruano, se hace, en principi o, so- Salgado o Luis Arroyo Zapatero. menc ion an los ri es-
bre la base de la clasificación farmacológica de las sustan- gos de seguridad jurídica que ent rañ a lo genérico de las
cias fiscali zadas y de los efectos clínicos que provoca en expresio nes emp leadas para id e ntific ar al obj eto de ac-
el consumidor. ción del delito . En tal sentido y con e l fin de adscribir
No obstante, cabe advertir que e n los convenios inter- mejor la tipific ac i<Ín del articulo 344" a las exigencias
nacionale s se suelen incluir también como drogas estupefa- del principio de legalidad. est os juristas sostienen la ne-
cientes a ot ras sustancias que no rroduce n los efectos esti- cesidad de establece r catálogos cerrados de las sus tan -
mulantes de la cocaína sino que, por el contrario, suscitan cias fiscalizadas que pueden cons titui rse en objeto po-
en e l usuario sueño o aletargam iento - tal com o ocurre con tenci al del tráfico ilícito d e drogas (C f. José María
las drogas derivndas del opio (morfina, heroína)-, o que Lorenzo Salgado. Reforma de 1983 y trá fico de drog as.
generan en el consumidor alteraciones sensori ales de carác- en la problemática de la drog a en España. EDERSA .
ter visual, táctil, etc. , llegando en cie11os casos a motivar Maclricl, 1986, p. 32 y ss.; Luis Alberto Arroyo Zapatero.
alucinaciones -caso específico de ciertos derivados cannábi- Aspectos pen a les del tráfico de drogas , e n Poder Judici al
cos (marihuana, hachís)-. Esta mezcl a de sustancias adicti- N" 11, 1984, p. 22 y 23). Se trata, pu es, de un a solución
vas bajo una denominación general se observa claramente en jurídica prácti ca y que , curiosamente , preexistía en el Perú
las listas 1 y 11 de la convención sobre estupefaciellles de 196 1. en el artículo 55" del texto derogado del capítulo V de l

DEREcllo & SociEdAd VícToR PuAno SALilARRJA(;A


dec ret o le y 22095, luego de la modil"ic ac ión qu e introdu-
JO e l decreto legi slati vo 122 (CL Víctor R. Prado Salda-
rriaga . Políti ca criminal peruana. Cultural C uzco . Lima,
19X5. p. 172)
Ahora hi en. e l único prohlema dog mático que no ha
sido trat ado sa tisl"actoriamente por la doctrina española es
lo rdcrente al signifi cado de la ex pres ió n drogas 1óxicas.
En principio no ha y co nve nio inte rnacional que se refiera
expresamente a e llas, ni norma int e rna que las defina. De
allí que los juristas hispano s han pre ferido adop ta r como dcbcr;í valorar. e n e l caso concreto, y co n auxilio de
posición dominante al res pec to, la inte rpretación dada a peritos , si la su stancia decomisada produce dcctos es-
di c ho té rmin o por el desapa rec ido juri sta José María Ro- tupel"acicnt es o psicotrópicos y si es peligrosa para la
dríguez Ocvesa . Según é l, por drogas IÓ.ricas dchen co m- sa lu d pública en razón de su proclividad a producir de-
pre nde rse a los ve ne no s (De rec ho pena l es paño l. Parte pendencia psicológ ica, depende nci a física, toleranci a o
es pecial. l)" Ed ici<Ín. Artes grál"icas C aras a. Madrid . 1983 , síndro me de ahst ine nci a. Esta opci<Ín he rmenéuti ca que
p. 1020). Es decir, sustancias que, administradas al orga- alud e a los e rectos y nocividad de la sustancia , permiti-
ni smo , pueden tener erectos let ales. Sin emhargo, nos per- ría considerar como objeto de l cielito a otras sustancias,
mitimos discrepar de dicha línea he rme né uti ca, que, al co mo los cementos plásticos o a algunos alucinógeno s
parece r, no lo ma en cuenta el desarrollo histó rico de la naturales como la planta denominada Sa11 Pedro .
legislación española de la materia. En efecto, si nosotros d ) De lege(ére11de cabría plantear que una rdorma del ar-
nos remontamos a la primera ley es paño la sohre control tículo 296" dche precisar que constituyen ohjclo del
de drogas, es decir, al rea l dec re to del 3 1 de julio de 191 R delito las sustancias adictivas mencionadas en las li sta s
encontraremos que e l mi s mo está reJ'crido al " Reg lallle/1/o 1 y IIA del decreto ley 22095. L amen tablement e el pro-
¡)(Ira el COIII ercio v dispensacián de Sltstancias tóxicas v, yec to de nueva ley general de drogas ele 1993, mantiene
en especial, d e las lfll<' e jercen a cciá n narcótica, el uso de los términos ''drogas tóx icas, estupc!'acienlcs
anri1ér111ica o llii<'Siésica" . Es ta ley, equivalente en su fun- y sustan cias psico trópicas", limitándose. únicamente, ¡¡
ciún y contenidos a la ley peruana 442R de 1921. conside- sei\ alar, en la primera ele sus disposiciones finale s y tran-
raha , pues. co mo sustancias l<Í xicas a todas aque ll as que sitorias, que la dete rminación es pecífica ele tales sus-
te nían erec tos narcúticos (opio y de ri vados) o estupefa- tancias correspondería hacerl a al Ejecutivo, deci sión
cientes (c oca y derivados). normativa que , e ntendemos, no deja ele contradecir las
En consecuencia, de lo ex pu esto podemos concluir que exi gencias del principio de legalidad .
el términ o drogas I<Í.ricas no ti e ne un sign il"icado distiiHo 4.2 Materias primas o insumo.s·
o alterno al de estupefaciente y que su prese ncia en el ar- E n cuant o a los alcances del término nwlerias ¡1rimas
tícul o 344" del Códi go Penal español es, e n realidad , el o imumo.1·qu e aparece e n el te rcer púrrafo de l anículo 296",
efecto de un a constante hist ó ri ca de la redacci ón el e la fi- debemos señalar qu e alude a toda s aquellas sustancias o
gura de l tráfico ilícito de drogas en la leg isl aci ón hispáni- compues to s, de ori gen natural o si nt étic o, qu e son e m-
ca. Dt.: otro lado , el as umir que drogas tóxicas equi va le a pleadas para poder producir un a drog a fiscali zada.
vene no no resulta congruente co n la funci ó n políti co-c ri- Materia prima es aquella que se co nsidera princi pal-
minal qu e el derecho penal es pañol asigna a la crimin ali- mente necesari a para inici ar las labo res de un a indu stria o
zac ión del narcotrMi co, cual es de preservar la salud pú- fabrica ción. En tal sentido , pues, la hoja de coca, el fruto
hlica . El te ner co mo objeto de delito a sustancias que, como de la adormidera o la pl ant a de la cannabis est~ín co nside-
el vene no, no al'cctan la salud publica sino la vid a de las radas como mat.cria prima.
pers o na s de vien e en incoherente (e n ese sentido: Ju an Por insu mos debemos identificar a todo aqu ello que
Bustos Ram írcz. Manual de derecho penal. Parte especi al. permite, en co mbinaci ó n con las materias primas, ac ti v<t r
Edi torial Ariel. Barcelona, 19R6, p. 2RO) . Asimismo, si una industria o J"ahric<tción. Por tanto , podemos califi car
aprec iamos las ca rac terísti cas que se asignan a las sust an- como tales a las sustancias que ap arece n inscritas en los
cias calil"icahles como drogas (depe ndencia psíqui ca, de- cuadros 1 y 11, que van anexos a la co11venció11 de la Na-
pe nd encia física , etc .) , es fácil advertir que los vene nos no cioll es U11idas con ira elirájico ilícito de es!upe(acien/es v
se ..:ncontrarían entre ell as. suswncias psicotrápicas de 1988, y a las cual es también
En atenci<Ín, pues, a los prohlemas detectados somos se les de nomin a "precursores" . Ent re esto s insumos tene -
de opinión que el artículo 296" del Códi go Penal. en cuan- mo s el ác ido sulfúrico, la acetona, el éter et ílico . el carbo-
to al ohjeto de acc ión del de lito. debe inte rpretarse teni e n- nato de sodio, etc . (Cf. secretaría general de la INTE RPOL.
do en cuenta las siguientes cons ideraciones: El desv ío de produc tos químicos y la fabri cac ión cland es-
a) Las sustanci as contenidas en las li stas 1 y IIA , anexas tina de drogas , e n Rev ista internacional de policía crimi-
al dec reto ley 22095. que reúnen, alternativamente, nal N°4!7, 19R9, p. 19).
drogas estupefacientes y psicotróp icas .
b ) El hec ho de que tal es li stas no fueron suprimidas por 5. lEGISLACIÓN INTERNACIONAL COMPLEMENTARIA
el Código Penal de 199 1. puesto que ell as no sólo
C abe señalar que los convenios internacionales de
servían para la aplicación de las no rmas penales del
1961, 197 1 y de 1988 son parte de nu estro derecho inter-
derogado capítulo V del dec reto ley 22095. sino que
no , por lo que sus di s pos icio nes puede n ser utilizadas para
ta mbién se les empleaba para dar operatividad a las
una mej o r interpretació n de las normas nacionales sobre
norm as sobre fi scalizac ión que contienen los capítu-
represión del tráfico ilícito ele drogas . En efecto, la con-
los 11 y IV del citado de c reto ley y que , a la fe c ha , no
vención única de estu¡uifaciem es fue aprobada por reso lu-
han sido derogadas .
ción legisl at iva 15001 3, la convención sobre sustancias
e) Que en cuanto se trate de sustancias no contempladas
psicolrópicas lo fu e a través del dec re to ley 22736 y la
e n las li stas 1 y IIA del decreto ley 22095, el juzgador

l:'l tipo há.l'ico en el delilu del lráfi('o ilíciw de dm gas


PENAL

C0/1\'encirin contra el tráfico ilíci- trúficu (Enrique Baci ga lupo. Pwhlcmas dogm<íticos de la
to de eslltf!efilcientes v SltsWncias drog a en España. Op . cit., p. 93). La adorciún de cual-
¡Jsicot rápicas medi ante la reso lu- qui e ra de esos criterios es rel eva nte y lk v¡¡ :1 co nsec uen-
ciún legislativa 25352. ci as distintas en torno a la naturalc1.a de la inlracc i<Ín, Y<l
que, si se acepta la primera posición. e l delito que comen-
6. TtPICIDAD tamos sería una conducta de peligro abstracto. Pero si se
adopta el segundo planteamiento se deberú sostener qu e
Como hemos mencionado, las conductas típicas rrc-
nos encontramos ante un delito de peligro concreto.
vista s en el artículo 296" son tres, y cada una de ellas ro-
Sin embargo, evaluando argumentos re sulta más ga-
see estructura y características diferentes. En tal sentido.
rantista y razonada la opción de Enrique Bacigalupo, qui en
e l suruesto sohre actos de promocirin, .fcn•orecimiento o
afirma además que "¡wrece no u tbcr duda algww que el
júcilitaciún del con1·w¡w ilegal de dmgas es una hipút es is
ti¡ m de favorccimiento requie re ¡mn1 su c·onsUIIIUÓÓII 1111
de peligro concreto.
.fái'On'c imitn/o real del consu11w ilegal. Si el legislador
Por su parte, lo s actos de posesión de drogas confines
huhiera <¡uerido confómwrse con un ¡)('/igm ahstmcto
de tráfico ilícito configuran una hipútesis de peligro ahs-
¡mm el hien jurídico, !tuhiem agotado /u desrTi¡Jcirin en
tracto. y ror Último, la COIIII'/Óa/izaciÓ!l de 11/Clterias f!ri-
las acciones de cultivo . .fáhricacir!n o trúfico lfiW ¡medcn
111!1.\' o insll/11US destinados 11 la dabomción de dmgas tó.ri-
considerarst, en sí mi.mws, CO II/0 ¡Je/igro.w.\· en 1daciún
CIIS estu¡J¡j'acientes o sustancias psicotrópicas ararece
al hien jurídico. Pe m. si ha i•inculllllo estos acciones con
como la criminali~:aciún autónoma de actos rreraratorios.
ciert os resulwdos (f)/'(!1/IOcián . ./(n·on'cimien/0, etc .. del
De allí que el análisis de estas hipútesis dehemos ha-
consun10 ilegal}, es fNJn¡tte lw lflll'l'ido inridir e11 un lito-
cerlo separadamente. ruesto q ue la consumación en cada
mento 1¡ue está mús allá del ¡¡l'iigm gencml (ahs tme/ o)
ilícito es t<lmhién distinta.
d e fa llCCÍlJn L f!OI'
Por lo demás. el
tanto. en 111111 :ona
tipo subj et i vo de
111Ús ccn·anu u /u le -
C< ida uno de los su-
sir!n del him juridi -
puestos me nciona-
co. l:'sa :ona nuís
dos tambi é n presen-
U'IHIIW/10 ¡mede ser
ta :1lgunas caracte-
sino aquélla en la
rísticas parti c ulares.
lflle el peligm re¡¡re-
Es así que rara de-
sentado f){J/' la IIC -
terminados casos es
ción se concreJa res -
suficiente el dolo
¡¡n·to del hienjurídi·
eventual, mientras
U!. Parece clam que
que en otros se ex i-
e111re la acción de
ge necesmiamente e l
cultivw; la defáhl'i·
dolo dire cto.
cw: /u de traficul' \'
Veamos pues.
fa fi/'01/I OC irJn , e/
seguidamente, cada
.fácilitwniento r d
uno de los su puestos
j(¡vorecimietllo har
típicos mencionados.
una distancia di ver-
6.1.
sa IFSfh'C to de /u le·
Promoción, sión l'jéct ivu del him jurídico\' r¡ue tal difi·n·ncia refleja
favorecimiento o facilitación del consumo la diversidad que camctc ri~a el ¡)('/igm ahstmcto .fi·elll<'
ilegal de drogas mediante actos de fabricación al conc'l'cto" (Problemas dogm<íticos del delito de trál'iet'
o tráfico (art. 296. 1" pf.) ilegal de drogas . Op.ci l. , p. 9:l). Bustos Ramírcz convie-
El legi s lador e riminali za conductas que posibilitan ne también en que se trata de un delito de peligro concreto
e l consumo de drogas de terceros. Sin embargo, precisa (Manual de derecho penal. Parle especial. Op.cit., r. 2~ 1 ).
de modo co ncreto que dehe tratarse de actos defabrica- Entre nosotros , Bramont-Arias Torres a l tratar de la con-
cir!n o tráfico de drogas t6xicas, esturefacientes o sus- sumación del ilícito , da a entender que se trata de un su-
tancias psicotrópicas. puesto de pe ligro abstracto que no admite tentativa (Lui s
Según Rodrí~uez Devesa, el sujeto activo debe, pues, A. Bramont-Arias T. Manual de derecho penal. Parte es-
ejecutar actos de fabricación o tráfico y, con ellos, promo- pecial. Editor ial San Marcos. Lima, 1994. p. 347). Por
ver, favorecer o facilitar el consumo ilegal de dro g<1S a nuestro lado , sostenemos la tesis del peligro concreto y
potenci ales usuario s (José María Rodríguez Devesa. Op. asumiendo la pos ibilidad de la configuración de la tent ati -
cit.. p.l 023). va (Víctor Prado Saldarriaga. Comentarios al Cód igo Pe-
Ahora bien, en la doctrina española no hay acuerdo en nal de 1991. Editorial Alternativas. Lima, 1993. p. 144 ).
torno a la función dogm<1tica que debe concederse a la Como bien anota Carbonell Mateu el di spos itivo que
pmmocirÍI7,.fávorec imiento o.fácilitación del consumo ile- anali zamos, criminaliza, en base a las conductas de fa-
ga l de dmgas. Por ejemplo, algunos autores, como Rey bricación o lrMico , todo el ciclo de la droga que facilita
Huidobro y el antes citado Rodríguez Devesa. sostienen el consumo de terceros. Entendiendo que se ¡mmntel'e e l
que se trata de elementos subjetivos especiales distintos consumo, cuando éste no se ha iniciado; que se.fá1•orea
del dolo (Cf. Lui s Fernando Rey Huidohro. El delito de el mi s mo cuando se permite su expansión, y que se k
trál'ico de estupefacientes, en: Estudios jurídicos sobre la facilita cuando se proporciona la droga a quien ya es i<Í
reforma penal. Universidad de Córdova. Córdova, 1987, iniciado en el consumo. De otro lado, el mi s mo autor
p. 134 ). Sin emhargo. para Bacigalupo se trata más bien destaca que la alusión a co/1.\' 111170 ilegal equivale a co n-
del resultado consecuencia de los aelos de/(dn'icacián o sumo aJeno (Juan Carlos Carbone!! Mateu. Considera-

VícToR PRADO SALDAIUlL\<;A


cioncs en torno al de lito de trMico de drogas , en:
La problemática de droga en España. Op .cit. , p.
344 y 345 ). es to es , al consumo de un tercero
ajeno al autor del acto de fabricación o tra fico.
esta distinción es relevante ya que nos permite
sostener que los actos de fabri cación o tráfi co para
promover, favorecer o facilitar el consumo pro-
pi o carecen de trascendencia penal.
El tipo penal que comentamos presenta varias
opciones para la materialización de la conducta punible. Barbero Santos, magi strado del Tribunal Supremo
Pero para la tipicidad será suficiente con que el sujeto ac - español, destaca, además, que la fórmula prevista en el
tivo realice, cuando menos, uno de aquellos comportamien- artículo 344° del código ibérico y, por ende, también la
tos que constituyen actos de fabricaci ón o tráfico , es decir, que contempla el artículo 296" del Código Penal peruano
qu e conforme al artíc ulo g9" del decreto ley 22095 el agente hacen atípica, no sólo la posesión de droga en cantidad
puede "¡mpww; elaborw; manufaclww; compone1; con- equi va lente a un a dosis personal , sino tambi én, la pose-
l'ertir o procesar cualquier sustancia fis calizada va sea sión de droga en cantidades ingentes, siempre, claro está,
¡1or ex/raccián de stts/ancias de orig ennaLUral o mediaH- que aq uéll a no esté destinada al tráfi co ilíc ito (Marino
te sín tesis química" (inc. 15"); o, también, puede "deposi- Barbero Santos. La droga en España, problemática social,
tw; reten e1; ofi·ece J; I.'XpendeJ; vendl'J; distrihuil; des¡w - jurídica y juri sprudencia!, en "Actuali dad penal" N" 3X ,
clnu; tran sportw; importw: exponar o expedir en tránsito" 1n8 , p. 1976). Ello demuestra lo absurdo e innecesario
sustancias adictivas (inc. 6"). de la previ sión de l articulo 299" del texto legal nacional
En relación al tipo subjetivo, este delito requiere de (C f. Víctor Prado Saldarriaga. Co mentarios ... Op.ci t., p.
dolo. Y en ese se ntido, Muñoz Conde señala qu e el dolo 146 y ss), y a la cual, larnentablementc, suele referirse la
del agente debe comprender: "junto a la consciencia del jurisprudencia (Ver: ejec utoria suprema del 31 de marzo
carácter nocivo para la salud de la sustancia (es suficien- de 1995 rec aída en la consulta No 1120-94 de la sal a penal
te con una valoracián paralela en la e.1jera de los profa- de la co rte suprem a. Procede de Lima).
110 ) es 11rec iso que se quiera promo ve 1; favorecer o fa cili- El supuesto delictivo qu e comentamos es una estruc-
tar el consunw "ilega l" de terceros personas" (Op.cit., p. tura de peligro abstracto. Es decir, para su consumación
496). Es de exigir, tambi én, que la acción del agente esté sólo se requiere que el agente materialice, de cualquier
orientada por una moti vación lucrativa. modo, la tenenci a o posesión de la droga fi scalizada . El
Un problema qu e se ha presentado en la doctrin a y tipo de sustancia o la cantidad de droga poseída no afectan
juri sprudenci a españolas radica en la consideración que la tipicidad . Sin embargo, si esta última fue se "escasa" o
debe n merecer ciertos comportami en tos que, si bien no " pequeña" se configuraría una circunstancia atenuante, en
son actos de fabrica ció n ni de tráfico, pueden, igu alme nte, la medida en que se cumplan los requisitos cuantitativos y
promover, facilitar o favorecer el consumo ilegal. Nos re- cualitativos que precisa el artículo 298° del Código Penal
ferimos co ncretamente a la donación de drogas, a la (En ese sentido la ejecutori a supre ma del 17 de agosto de
facilitaci ón de dinero para que un tercero adquiera drogas 1992 recaída en la causa N" 659-91-A de la sala penal de
para su consumo, o a la inducc ión al consumo colecti vo. la Corte Suprema. Procede del Callao).
Al respecto las posi ciones son encontradas. Para algunos Ahora bien, en un plano subj etivo la ten encia o pose-
tales ac tos están co nsiderados como for mas de tráfico. Para sió n de la droga debe es tar orient ada hacia un acto poste-
otros, en cambio, dichas conductas carecen de tipicidad rior de tráfico. es decir, de comercialización en cualquiera
(Cf Lui s Fe rnando Rey Huid ohro. Op.cit., p. 132). Nos de las manifestaciones que precisa el inciso 7" del artículo
inclinamos por aceptar la segunda opció n. atendi endo a la 89° del decreto ley 22095. Esto es, la tipicidad nos exige
neces idad de una finalid ad lucra tiva que guíe el co mpor- la presenci a de un elemento subjetivo especial distinto del
tamiento del agente. Aho ra bi en, según los casos, tales dolo de aquellos a los que la doctrina califica como de
conductas podrían su bsumirsc en la hipótesis del articulo tendencia interna transcendente.
3D2" (in stigaci ón al consumo indebido de drogas). Para que se dé el delito en la mod alidad del párrafo
El erro r sobre la condici ón aditiva de la sustancia segundo del artículo 296" debe, pues, existir dolo y, ade-
que se fabrica o comercializa hace atípic a la conducta. más, el agente debe subjetivamente proponerse un fin ul-
Es el caso de aquél que considera no nociva la sustancia terior a la posesión. Dicha fin alidad debe ser la de des tinar
que produce o vende. Por su parte, el e rror so bre la ilici- la droga poseída al tráfico ilegal (sobre el particul ar véase
tud de la fabri cación o comercio de la sust ancia afecta la la ejecutora suprema del 23 de diciembre de 1992 recaída
culpabilidad, en los términos que reconoce el artículo en la consulta N" 1937-92-A de la sala penal de la Corte
14" del Códi go Penal. Suprema. Procede del Callao).
6.2. Posesión de drogas con fines de tráfico Pero para la tipicidad no se requiere que aq uel objeti-
ilícito (art. 296, 2" pf) vo se concrete. Basta que él haya es tado prese nte al mo-
En lo que co ncierne a esta hipót esis típica, la doctrina mento de poseer la su stanci a aditi va.
española es coherente en precisar que de ell a están exclui- Como sostuvo por mu cho ti e mpo la jurisprudencia
dos los actos de posesión de drogas para propio consumo o es pañola: " lo qu e determina el carácter delictivo de la te-
de posesión de drogas con final idad diferente del tráfico o nenc ia es su preordenación para el tráfi co. De esta manera
comercio ilegal. De allí que carece de relevanci a penal la la diferenci a entre el comportamiento delictivo y el no
droga fiscali zada que se posee con afán de colección , de punible se si túa en el tipo subjetivo. Sin embargo, la com-
instruc ción o para ser donada. o que se tiene en custodia prob ac ión de la finalidad del tráfico depende de la
(CL Luis F. Rey Huidobro . El delito de trático de estupefa- objeti vación de la voluntad , y ello ha requerido establecer
cientes: el Tribunal Supremo ante los actos de dudosa tipi- que elementos del hecho facilitan el conocimiento de la
cidad , en "Actualidad penal" N" 34 , 1994, p. 631 y ss.). finalidad de la tenenci a".

El tipo básico en el delito dellráflco ilícito de drogas


PENAL

Y la verifi cac ión objetiva de e l principio de proporc io na lidad , reprime de igual manera
esa fin a lid ad puede a preciarse a la venta de drogas y la comercializac ión de materias primas
partir de la prueba indiciaria. Es para la elaboración de ta les sustanc ias adictivas. En ambos
decir, coteja ndo aspectos objetivos casos, como en el de posesi ón con fin es de co merciali za-
que nos indiqu en la razón y pro- ción, la pena aplicable es homogé nea e n lo cualitativo como
pósito de la posesión. Como, por en lo cuantitativo. Y tampoco se toma en cuenta la mayor o
ejem plo, la cantidad de la droga poseída, la condición de menor nocividad de las sustancias objeto del delito.
consumidor ocasional o hab itu a l del poseedor. la oportu- Para los ilícitos mencion ados, la ley establece penas
nidad y el lugar de la dete nci ón, la natu raleza de las demás conjuntas de privación de libert ad (no menor de ocho ni
espec ies que fueren incautadas al agen te (dinero, cigarri- mayor de quince años), de multa (no menor de 180 ni mayor
ll os, balanzas de preci sión, etc .). d e 365 días-multa), y de in hab il itación (conforme a los
6.3. Comercialización de materias primas o in cisos 1°, 2° y 4" del artículo 36" de l Código Pe nal ). Dado
insumos (art. 296, 3 opf) que la ley no establece respecto de es ta última sa nc ió n ni
Co mo se puede a prec iar de la lectura del tipo pe nal que e l mínimo ni el máx imo apli ca bles, es d e cons ide ra r aque-
comiene e l párrafo ti nal del artículo 296°, el legislador es tá ll os que con temp la e l nu mera l 38" d el Códi go Penal.
tipificando con carácter autónomo y especítico un acto an-
terior a la fabricación o al tráfico de drogas. se trata, pues, 8. OPCIONES DE LEGE FERENDA
de actos preparatorios que, por razones de prevención ge- En lo esencial, frente a la actual estructura del tipo
neral, son criminalizados de modo indepe ndiente. básico del delito de tráfico ilíci to de drogas. consideramos
E l dispositivo que comentamos co nsidera punibles perti nente formular dos planteamien tos de reforma. El pri-
co nd uctas vi nculadas al suministro y expendio de mate- mero es de orden sistemático. y ati ende a la necesidad de
rias primas o insumos qu e se em pl ean en la elaboración de de sag rega r en tipos pe nal es autónomos los tres co mpo rta-
drogas fi scalizadas. mi e ntos punibles que se e nc ue ntra n incluidos en e l artícu-
El legislador sólo se ha referido a la comercialización lo 296°. Las características y funcion es de cada uno de
de materias primas o insu- e ll os hace indi spe nsable
mos. La cesió n, pues, de di- una ubicadón sistemáti ca
chos objetos por el sujeto di fc renciada.
activo debe pactarse, nece- Y, e l segundo , es de or-
sariamente, en términos lu- den político-c1iminal. Al res-
crativos, es decir, debe re- pecto resu lta imperativo, de
portarle un beneficio econó- cara a las ex igencias del prin-
mi co. Por tanto, la mera cipio de proporcionalidad,
donación o comodato só lo que la pe na co nminada se
se rían punibles, se gú n las adecue a la natu raleza y des-
c ircun sta nc ias , como for- valor especílicos que corres-
mas de complicidad de la hi- ponden a las tres hipótes is
pótes is de l primer párrafo del artículo 296". La comerc iali- de lictivas que hemos analizado. De manera que la criminali-
zación de materias primas o in su mos puede manifestarse en zación de un acto preparatorio no sea sancionada con igual
cualquiera de las distintas formas que enuncia el ya men- penali dad que la prevista para un delito consumado.
cionado inciso 7" del artículo 89" del dec reto ley 22095. Por lo demás, el anteproyecto nacional de 1993 ya ha
Ahora bien, la posesión de materias primas o insumos con contem plado, en parte, las reformas que estamos sugirien-
fin es de comercialización puede ser cons iderada, según los do (Cf. art. 1°, SO y 8"), por lo que su implementación debe
casos, como una tentativa del delito que analizamos. mate riali zarse en el futuro más próximo. ID&SI
A efecto de deslindar la antijuricidad de los actos de co-
merc ialización, resulta pertinente recunir a las disposiciones
sobre control de insumas contenidas en e l decreto ley 25623.
La cantidad de los i nsumos o de la mate ri a prima que se
comercializa no a fec ta la tipicid ad. Sin embargo, su menor
volu men permitiría que se pueda ap licar el efecto atenuante
que contempla el artículo 298° del Código Penal.
El tipo subjetivo exige la concurrenc ia del dolo direc-
to. E l legislador ha señalado que el agente debe actuar a
sabiendas de que los insum as o materias primas serán
e mpleados en la elaboración de drogas tóxicas, estupefa-
cientes o sustancias psicotróp ic as. De allí que el dolo even-
tu a l no es su ficiente para tipicidad , como cuando las ll,la-
ter ias primas o ins umo s se comerc ia li za n bajo me ra
sos pecha de un posible destino ilegal.
El e rror, la ig noranc ia o la acc ió n negli gente tambi é n
harán atípica la acción que ejecute el age nte.

7. PENALIDAD

Los diferentes delitos que contempla el artículo 296°


del Código Penal poseen un a penalidad común. El legisla-
dor, pues, demostrando una vez más su escaso respeto por

Ví CTOR PRADO SALDARRIAGA

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