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Art. Prado Saldarriaga PDF
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o tráfico de drogas tó.ácas, estu- Ahora bien , en España subsiste aún una polémica her -
pefacientes o sustan cias psicotró- menéutica sobre la precisión del concepto que co rrespon-
picas. Luego el segundo párrafo de a las susta ncias objeto del delito csrccificado en el ar-
de scri be la posesión de drogas tículo 344" del Código Penal derog ado. Dos so n las
tóxicas, estu¡1ejacien tes o sustan- posici ones más relev antes al respecto. En primer lug ar,
cias psicotrópicas confines de trá - Antonio Beristain vie ne sosteniendo que el artículo 344"
fico ilícito. Y, fin a lmente, el párrafo tercero contempla es un tipo lega l en blanco, puesto qu e al referirse a las
como conducta punible la comerciafiwción de materias sustancias objeto del delito no las det erm ina. dejando esa
¡1rimas o in .w11Ws destinados a la elaboracitÍn de drogas tarea a In normatividad ex trapena l, nacional e internacio-
tríxicas, e.\·tu¡Jefúciellles u sustwlCÚIS psicotrópicas. nal. De allí qu e este autor proponga que se consideren como
objeto del delit o las sustancias que precisan las li stas anexa s
4. EL OBJETO DE ACCIÓN DEL DELITO a las convenciones ONU de 1961 y de 197 1, con las con-
sideraci ones complementarias que conti enen la ley 17/196 7
E l prin cipal problema de dogmática y de rolítica crimi-
sob re estupefacie nte s y el rea l decreto 2829/1977 sobre
nal qu e representa la actual redacción del artículo 296°, se
sustancias y rrcparados psicotrópicos (Cf. Antonio
relacio na con el objeto de acción de los delitos previstos
Berist ain. La dro~a: aspectos penales y criminológico s.
en él. En lo esencial , las difi cultad es ararecen debido a la
Temi s. Bogotü, 1986. pp. 27 y 28).
neces idad de definir los alcances de interpretación que co-
Lu ego, Francisco Muñoz Conde plantea una intn-
ITesronden a las expresiones dmgas tr!xicas estu¡>cfacien-
pretació n mcís tcleológica del nhjcto de acc ión del delit o.
tcs o sustclllCÚ!s psicotrá¡Jicas y materias prinws o inswnos.
En efec to . di cho jurista parte de considerar que e l deli to
4.1. Drogas tóxicas,
de tráfi co ilícito de drogas es un atentado a la salud pu-
estupefacientes o sustancias psicotrópicas blica , ror lo que. con inderendcncia de su clasificaci ón
En primer término hay que señalar que la utilizac ió n farmacológi ca o de sus
en el artícu lo 296" de la
efectos clínicos, lo fun-
expresión drogas tóxi-
damental es qu e las sus-
etls , estup e facientes o tancias objeto de crimi-
susta11cias psicotrópicas nalización sean peligro-
es consecuencia de la asi- sas. De allí que e l
milación de la fuente es- recurrir a las li stas de los
pañol a. En e l derecho pe- convenios int e rnacion a-
nal hisp<ínico el objeto de les para decidir sobre e l
acción e n e l delito de td- objeto del delito , cumple
fic o ilícito ele drogas vie- un rol meram en te indi-
ne designándose con esa ca tiv o o r eferencial ,
terminología desde me- pues algunas de las sus -
diados de los años 60 y tancias que contienen
se aprecia , incluso, en el dichos li s tado s no son
nuevo Código Penal de peligrosas para la salud
1995 (CI. art. 368"). o, en Indo caso, lo son
Según la doctrina me nos que otras susta n-
ibérica di cha denominación se ado ptó como co nsecuen- cias de uso legal como el alcohol o el tabaco. Por tanto ,
cia del alineamiento de la legislación española a los concluye el citado autor, el juez deberá verificar en e l
co nvenio s intern aciona les del fiscalización. Esto es, a caso co ncreto si la sustancia es peli grosa para la sa lud
la convención única sobre estupefacientes de 1961 y públi ca y, lu ego , si la misma se puede calificar co mo es-
al convenio sobre sustancias psicotrópicasde 1971 (C f. tupefacie nte o psicotrópico. Para esto último, obvia men-
Antonio Beristain. Las drogas y s u legi s lac ión en Es- te , el juez podría recurrir al apoyo de los cspecialistns
paña , en: "Anuario de derec ho penal y ciencias pena- (Cf. Francisco Muño z Conde. Derecho penal. Parte es-
les", 19 73, p. 53 y ss.) . peci al. 8a. Edic ión Tirant lo Blanch. Valencia , 1990. p.
En consecuencia, pues, todo apunta a señalar que la 491 y SS.).
designación del obj e to de acción de l delito en el artículo Otros autores españoles como .José María Lorenzo
296'' del Cód igo Penal peruano, se hace, en principi o, so- Salgado o Luis Arroyo Zapatero. menc ion an los ri es-
bre la base de la clasificación farmacológica de las sustan- gos de seguridad jurídica que ent rañ a lo genérico de las
cias fiscali zadas y de los efectos clínicos que provoca en expresio nes emp leadas para id e ntific ar al obj eto de ac-
el consumidor. ción del delito . En tal sentido y con e l fin de adscribir
No obstante, cabe advertir que e n los convenios inter- mejor la tipific ac i<Ín del articulo 344" a las exigencias
nacionale s se suelen incluir también como drogas estupefa- del principio de legalidad. est os juristas sostienen la ne-
cientes a ot ras sustancias que no rroduce n los efectos esti- cesidad de establece r catálogos cerrados de las sus tan -
mulantes de la cocaína sino que, por el contrario, suscitan cias fiscalizadas que pueden cons titui rse en objeto po-
en e l usuario sueño o aletargam iento - tal com o ocurre con tenci al del tráfico ilícito d e drogas (C f. José María
las drogas derivndas del opio (morfina, heroína)-, o que Lorenzo Salgado. Reforma de 1983 y trá fico de drog as.
generan en el consumidor alteraciones sensori ales de carác- en la problemática de la drog a en España. EDERSA .
ter visual, táctil, etc. , llegando en cie11os casos a motivar Maclricl, 1986, p. 32 y ss.; Luis Alberto Arroyo Zapatero.
alucinaciones -caso específico de ciertos derivados cannábi- Aspectos pen a les del tráfico de drogas , e n Poder Judici al
cos (marihuana, hachís)-. Esta mezcl a de sustancias adicti- N" 11, 1984, p. 22 y 23). Se trata, pu es, de un a solución
vas bajo una denominación general se observa claramente en jurídica prácti ca y que , curiosamente , preexistía en el Perú
las listas 1 y 11 de la convención sobre estupefaciellles de 196 1. en el artículo 55" del texto derogado del capítulo V de l
C0/1\'encirin contra el tráfico ilíci- trúficu (Enrique Baci ga lupo. Pwhlcmas dogm<íticos de la
to de eslltf!efilcientes v SltsWncias drog a en España. Op . cit., p. 93). La adorciún de cual-
¡Jsicot rápicas medi ante la reso lu- qui e ra de esos criterios es rel eva nte y lk v¡¡ :1 co nsec uen-
ciún legislativa 25352. ci as distintas en torno a la naturalc1.a de la inlracc i<Ín, Y<l
que, si se acepta la primera posición. e l delito que comen-
6. TtPICIDAD tamos sería una conducta de peligro abstracto. Pero si se
adopta el segundo planteamiento se deberú sostener qu e
Como hemos mencionado, las conductas típicas rrc-
nos encontramos ante un delito de peligro concreto.
vista s en el artículo 296" son tres, y cada una de ellas ro-
Sin embargo, evaluando argumentos re sulta más ga-
see estructura y características diferentes. En tal sentido.
rantista y razonada la opción de Enrique Bacigalupo, qui en
e l suruesto sohre actos de promocirin, .fcn•orecimiento o
afirma además que "¡wrece no u tbcr duda algww que el
júcilitaciún del con1·w¡w ilegal de dmgas es una hipút es is
ti¡ m de favorccimiento requie re ¡mn1 su c·onsUIIIUÓÓII 1111
de peligro concreto.
.fái'On'c imitn/o real del consu11w ilegal. Si el legislador
Por su parte, lo s actos de posesión de drogas confines
huhiera <¡uerido confómwrse con un ¡)('/igm ahstmcto
de tráfico ilícito configuran una hipútesis de peligro ahs-
¡mm el hien jurídico, !tuhiem agotado /u desrTi¡Jcirin en
tracto. y ror Último, la COIIII'/Óa/izaciÓ!l de 11/Clterias f!ri-
las acciones de cultivo . .fáhricacir!n o trúfico lfiW ¡medcn
111!1.\' o insll/11US destinados 11 la dabomción de dmgas tó.ri-
considerarst, en sí mi.mws, CO II/0 ¡Je/igro.w.\· en 1daciún
CIIS estu¡J¡j'acientes o sustancias psicotrópicas ararece
al hien jurídico. Pe m. si ha i•inculllllo estos acciones con
como la criminali~:aciún autónoma de actos rreraratorios.
ciert os resulwdos (f)/'(!1/IOcián . ./(n·on'cimien/0, etc .. del
De allí que el análisis de estas hipútesis dehemos ha-
consun10 ilegal}, es fNJn¡tte lw lflll'l'ido inridir e11 un lito-
cerlo separadamente. ruesto q ue la consumación en cada
mento 1¡ue está mús allá del ¡¡l'iigm gencml (ahs tme/ o)
ilícito es t<lmhién distinta.
d e fa llCCÍlJn L f!OI'
Por lo demás. el
tanto. en 111111 :ona
tipo subj et i vo de
111Ús ccn·anu u /u le -
C< ida uno de los su-
sir!n del him juridi -
puestos me nciona-
co. l:'sa :ona nuís
dos tambi é n presen-
U'IHIIW/10 ¡mede ser
ta :1lgunas caracte-
sino aquélla en la
rísticas parti c ulares.
lflle el peligm re¡¡re-
Es así que rara de-
sentado f){J/' la IIC -
terminados casos es
ción se concreJa res -
suficiente el dolo
¡¡n·to del hienjurídi·
eventual, mientras
U!. Parece clam que
que en otros se ex i-
e111re la acción de
ge necesmiamente e l
cultivw; la defáhl'i·
dolo dire cto.
cw: /u de traficul' \'
Veamos pues.
fa fi/'01/I OC irJn , e/
seguidamente, cada
.fácilitwniento r d
uno de los su puestos
j(¡vorecimietllo har
típicos mencionados.
una distancia di ver-
6.1.
sa IFSfh'C to de /u le·
Promoción, sión l'jéct ivu del him jurídico\' r¡ue tal difi·n·ncia refleja
favorecimiento o facilitación del consumo la diversidad que camctc ri~a el ¡)('/igm ahstmcto .fi·elll<'
ilegal de drogas mediante actos de fabricación al conc'l'cto" (Problemas dogm<íticos del delito de trál'iet'
o tráfico (art. 296. 1" pf.) ilegal de drogas . Op.ci l. , p. 9:l). Bustos Ramírcz convie-
El legi s lador e riminali za conductas que posibilitan ne también en que se trata de un delito de peligro concreto
e l consumo de drogas de terceros. Sin embargo, precisa (Manual de derecho penal. Parle especial. Op.cit., r. 2~ 1 ).
de modo co ncreto que dehe tratarse de actos defabrica- Entre nosotros , Bramont-Arias Torres a l tratar de la con-
cir!n o tráfico de drogas t6xicas, esturefacientes o sus- sumación del ilícito , da a entender que se trata de un su-
tancias psicotrópicas. puesto de pe ligro abstracto que no admite tentativa (Lui s
Según Rodrí~uez Devesa, el sujeto activo debe, pues, A. Bramont-Arias T. Manual de derecho penal. Parte es-
ejecutar actos de fabricación o tráfico y, con ellos, promo- pecial. Editor ial San Marcos. Lima, 1994. p. 347). Por
ver, favorecer o facilitar el consumo ilegal de dro g<1S a nuestro lado , sostenemos la tesis del peligro concreto y
potenci ales usuario s (José María Rodríguez Devesa. Op. asumiendo la pos ibilidad de la configuración de la tent ati -
cit.. p.l 023). va (Víctor Prado Saldarriaga. Comentarios al Cód igo Pe-
Ahora bien, en la doctrina española no hay acuerdo en nal de 1991. Editorial Alternativas. Lima, 1993. p. 144 ).
torno a la función dogm<1tica que debe concederse a la Como bien anota Carbonell Mateu el di spos itivo que
pmmocirÍI7,.fávorec imiento o.fácilitación del consumo ile- anali zamos, criminaliza, en base a las conductas de fa-
ga l de dmgas. Por ejemplo, algunos autores, como Rey bricación o lrMico , todo el ciclo de la droga que facilita
Huidobro y el antes citado Rodríguez Devesa. sostienen el consumo de terceros. Entendiendo que se ¡mmntel'e e l
que se trata de elementos subjetivos especiales distintos consumo, cuando éste no se ha iniciado; que se.fá1•orea
del dolo (Cf. Lui s Fernando Rey Huidohro. El delito de el mi s mo cuando se permite su expansión, y que se k
trál'ico de estupefacientes, en: Estudios jurídicos sobre la facilita cuando se proporciona la droga a quien ya es i<Í
reforma penal. Universidad de Córdova. Córdova, 1987, iniciado en el consumo. De otro lado, el mi s mo autor
p. 134 ). Sin emhargo. para Bacigalupo se trata más bien destaca que la alusión a co/1.\' 111170 ilegal equivale a co n-
del resultado consecuencia de los aelos de/(dn'icacián o sumo aJeno (Juan Carlos Carbone!! Mateu. Considera-
Y la verifi cac ión objetiva de e l principio de proporc io na lidad , reprime de igual manera
esa fin a lid ad puede a preciarse a la venta de drogas y la comercializac ión de materias primas
partir de la prueba indiciaria. Es para la elaboración de ta les sustanc ias adictivas. En ambos
decir, coteja ndo aspectos objetivos casos, como en el de posesi ón con fin es de co merciali za-
que nos indiqu en la razón y pro- ción, la pena aplicable es homogé nea e n lo cualitativo como
pósito de la posesión. Como, por en lo cuantitativo. Y tampoco se toma en cuenta la mayor o
ejem plo, la cantidad de la droga poseída, la condición de menor nocividad de las sustancias objeto del delito.
consumidor ocasional o hab itu a l del poseedor. la oportu- Para los ilícitos mencion ados, la ley establece penas
nidad y el lugar de la dete nci ón, la natu raleza de las demás conjuntas de privación de libert ad (no menor de ocho ni
espec ies que fueren incautadas al agen te (dinero, cigarri- mayor de quince años), de multa (no menor de 180 ni mayor
ll os, balanzas de preci sión, etc .). d e 365 días-multa), y de in hab il itación (conforme a los
6.3. Comercialización de materias primas o in cisos 1°, 2° y 4" del artículo 36" de l Código Pe nal ). Dado
insumos (art. 296, 3 opf) que la ley no establece respecto de es ta última sa nc ió n ni
Co mo se puede a prec iar de la lectura del tipo pe nal que e l mínimo ni el máx imo apli ca bles, es d e cons ide ra r aque-
comiene e l párrafo ti nal del artículo 296°, el legislador es tá ll os que con temp la e l nu mera l 38" d el Códi go Penal.
tipificando con carácter autónomo y especítico un acto an-
terior a la fabricación o al tráfico de drogas. se trata, pues, 8. OPCIONES DE LEGE FERENDA
de actos preparatorios que, por razones de prevención ge- En lo esencial, frente a la actual estructura del tipo
neral, son criminalizados de modo indepe ndiente. básico del delito de tráfico ilíci to de drogas. consideramos
E l dispositivo que comentamos co nsidera punibles perti nente formular dos planteamien tos de reforma. El pri-
co nd uctas vi nculadas al suministro y expendio de mate- mero es de orden sistemático. y ati ende a la necesidad de
rias primas o insumos qu e se em pl ean en la elaboración de de sag rega r en tipos pe nal es autónomos los tres co mpo rta-
drogas fi scalizadas. mi e ntos punibles que se e nc ue ntra n incluidos en e l artícu-
El legislador sólo se ha referido a la comercialización lo 296°. Las características y funcion es de cada uno de
de materias primas o insu- e ll os hace indi spe nsable
mos. La cesió n, pues, de di- una ubicadón sistemáti ca
chos objetos por el sujeto di fc renciada.
activo debe pactarse, nece- Y, e l segundo , es de or-
sariamente, en términos lu- den político-c1iminal. Al res-
crativos, es decir, debe re- pecto resu lta imperativo, de
portarle un beneficio econó- cara a las ex igencias del prin-
mi co. Por tanto, la mera cipio de proporcionalidad,
donación o comodato só lo que la pe na co nminada se
se rían punibles, se gú n las adecue a la natu raleza y des-
c ircun sta nc ias , como for- valor especílicos que corres-
mas de complicidad de la hi- ponden a las tres hipótes is
pótes is de l primer párrafo del artículo 296". La comerc iali- de lictivas que hemos analizado. De manera que la criminali-
zación de materias primas o in su mos puede manifestarse en zación de un acto preparatorio no sea sancionada con igual
cualquiera de las distintas formas que enuncia el ya men- penali dad que la prevista para un delito consumado.
cionado inciso 7" del artículo 89" del dec reto ley 22095. Por lo demás, el anteproyecto nacional de 1993 ya ha
Ahora bien, la posesión de materias primas o insumos con contem plado, en parte, las reformas que estamos sugirien-
fin es de comercialización puede ser cons iderada, según los do (Cf. art. 1°, SO y 8"), por lo que su implementación debe
casos, como una tentativa del delito que analizamos. mate riali zarse en el futuro más próximo. ID&SI
A efecto de deslindar la antijuricidad de los actos de co-
merc ialización, resulta pertinente recunir a las disposiciones
sobre control de insumas contenidas en e l decreto ley 25623.
La cantidad de los i nsumos o de la mate ri a prima que se
comercializa no a fec ta la tipicid ad. Sin embargo, su menor
volu men permitiría que se pueda ap licar el efecto atenuante
que contempla el artículo 298° del Código Penal.
El tipo subjetivo exige la concurrenc ia del dolo direc-
to. E l legislador ha señalado que el agente debe actuar a
sabiendas de que los insum as o materias primas serán
e mpleados en la elaboración de drogas tóxicas, estupefa-
cientes o sustancias psicotróp ic as. De allí que el dolo even-
tu a l no es su ficiente para tipicidad , como cuando las ll,la-
ter ias primas o ins umo s se comerc ia li za n bajo me ra
sos pecha de un posible destino ilegal.
El e rror, la ig noranc ia o la acc ió n negli gente tambi é n
harán atípica la acción que ejecute el age nte.
7. PENALIDAD