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EL IDEAL MORAL CRISTIANO: EL REINO DE DIOS

Hemos notado que nos es posible formular el ideal


moral de
la vida cristiana también con la expresión: el hacer la
voluntad de
Dios al promover la realización del reino de Dios.
Consideremos el ideal moral cristiano y el de
practicar el amor cristiano, completa el summun
bonum (sumo bien), de la ética cristiana.
La preminencia del pensamiento
reciente del modernismo
 Emanuel Kant. El cristiano se salva por sus propios medios.
 La religión es moralista, entonces la teología y la soteriología se confunden con la
ética.
 La salvación no es in don divino.
 Rechaza la redención vicaria de Cristo.

 Albert Ritschl: según el a Dios se le puede concebir como amor y el reino de Dios
son las virtudes del amor en las relaciones humanas.
 Bajo el influencia Ritschiana se da auge a la teología orientada a la ética y a la
sociedad.

 La distorsión de esta influencia lo vemos en 4 maneras distintas.


1.EL IDEAL DEL REINO EN LA TEOLOGÍA Y LA ÉTICA
MODERNA

LA CATEGORÍA BÁSICA EN LA CONSIDERACIÓN ÉTICA EN


GRAN PARTE DE LO QUE SE ESCRIBE HOY DÍA SOBRE EL
IDEAL MORAL CRISTIANO ES EL REINO DE DIOS.
a. El énfasis del concepto del reino en esas teologías de servicio social es
meramente moralista y exclusivamente ético. No reconoce que,
además del aspecto ético, el concepto del reino tiene también significado
teológico-redentor, y que este último sentido es básico e indispensable
para un verdadero entendimiento del anterior. El concepto del reino de
Dios no es una categoría absoluta, en la cual cada enseñanza de
Jesús encuentra su lugar, sino es un aspecto del sistema de enseñanza
cristiana que está íntimamente relacionado con otros conceptos, como,
por ejemplo, la salvación y la soberanía de Dios.
b. El énfasis es exclusiva y exageradamente social, con la resultante
indebida desvaloración del significado básico de lo personal y lo individual.

c. El énfasis es extremadamente —y en unos casos, exclusivamente—


terrenal, político, social, económico, y material. En esto vemos la falla
más grande de tal orientación: la de menospreciar lo sobrenatural
, lo espiritual, lo celestial, y lo escatológico del concepto del reino.

d. Son dos los aspectos correlativos de la idea social del reino:

(1) La doctrina de Dios, «el Padre de todos»; y (2) la de la fraternidad


universal del hombre. Ambos conceptos son contrarios a la enseñanza del
Nuevo Testamento. Notaremos pronto que los conceptos de «Dios Padre» y
de la fraternidad humana del Nuevo Testamento están arraigados en la
redención y no en la naturaleza.
2. La preeminencia del concepto del reino en el Nuevo Testamento
Existe una tendencia en el pensamiento cristiano conservador, basada en una
reacción contra el énfasis modernista en su concepto del reino, de tener en
poco la importancia del reino
El término basilea (reino), en su sentido espiritual, se encuentra no menos
de 140 veces en el Nuevo Testamento. Las veces que se emplean términos
relacionados, como por ejemplo, basileus (rey) y basileuein (reinar), no se
incluyen en este número. Juan el Bautista, el precursor de Cristo, resumió
todo el significado de la venida de Jesús en las palabras: «Arrepentíos,
porque el reino de los cielos se ha acercado» (Mt 3.2). Jesús mismo inició su
ministerio anunciando su misión en términos semejantes (Mt 4.17; Mr
1.14,15).

Por todo ello, no cabe duda acerca del lugar prominente del concepto del
reino en la revelación del Nuevo Testamento; pero ahora nos toca preguntar:
¿Qué es el reino de Dios y
3. El reino de Dios: su trasfondo antiguo testamentario
El concepto del reino de los cielos del Nuevo Testamento es una amplificación

de una enseñanza en el Antiguo Testamento, y por esto es menester, a fin de

que entendamos correctamente el concepto del Nuevo Testamento, que

encontremos nuestro punto de partida de los anuncios del reino en la revelación

del Antiguo Testamento y en las expectaciones judías basadas en ellas. Muy

notables dentro de muchos pasajes del Antiguo Testamento son los siguientes:

2 Samuel 7.12- 16; Salmos 2; 72; 98.7-9; 110; Isaías 2.2-4; 9.6,7; 11.1-10; 40.9-

11; Jeremías 23.5,6; 31:31ss; 32.37s; 33.37s; 33.14- 16; Ezequiel 24.23s; Daniel

2.24-35,37.

Podemos resumir la enseñanza profética del Antiguo Testamento acerca del

reino diciendo que el Rey Mesiánico (en cuya persona Jehová mismo, en un

tiempo futuro, vendría a su pueblo de una manera singular) sería Juez,


4. La enseñanza de Jesús en cuanto al carácter espiritual del reino

Sería una equivocación suponer que la idea del reino venidero, como fue
presentado por la profecía del Antiguo Testamento, fuese una idea viva en
el pensamiento de sus contemporáneos cuando Jesús proclamaba el reino
como el tema central de su enseñanza. Los que vivían en aquel entonces
no entendieron a Jesús debido a que tenían una idea equivocada del reino.
En la literatura rabínica el término malkuth shaamayím solía usarse mucho
tiempo antes de Cristo (el término es hebreo y quiere decir reino de los
cielos)

Contra esto, Jesús y el Nuevo Testamento entero enseñaban que el reino


es espiritual. Es más bien interno que externo. No es físico, temporal, y
visible, sino espiritual, eterno, e invisible.
VALORES DEL REINO DE DIOS
5. El reino de Dios y la obra redentora de Cristo

Queremos mostrar ahora que el reino de Dios se funda en la obra redentora de


Cristo. Los fariseos preguntan acerca del tiempo de la venida del reino. Responde
Jesús diciendo que el reino ya está entre ellos. Luego pone su atención en el futuro
del reino, su aspecto escatológico. Antes de que venga el Hijo del Hombre, en su
día (v. 24), tiene que sufrir muchas cosas y ser rechazado de esta generación (v.
25). Esto implica, sin duda, que el reino no vendría sino a través del sufrimiento del
Mesías.

Tenemos dos ejemplos de la enseñanza de Jesús acerca de la íntima relación entre


sus sufrimientos y el reino. Estos textos pertenecen al tiempo entre su resurrección
y su ascensión. El primero lo encontramos en el discurso a los hombres en el
camino a Emaús. Los caminantes, sin reconocerlo, expresaban a Jesús su
decepción. Andaban desalentados por el hecho de que Jesús había muerto, y
agregan: «Pero esperábamos que Él era el que había de redimir a Israel...».
6. La naturaleza esencial del reino de Dios

El reino de Dios es el gobierno o el régimen de Dios establecido en los corazones de


aquellos que, por fe en Cristo y confianza en su redención, efectuadas por el
Espíritu Santo, están ligados en una comunión espiritual caracterizada por el hacer
la voluntad de Dios.

En el fondo, el reino de Dios es asunto de la autoridad divina sobre nuestra vida,


expresada en obediencia y lealtad de nuestra parte. Su esencia es el gobierno de
Dios en nuestro corazón y vida; visto desde la perspectiva divina como autoridad, y
desde la humana como obediencia y dedicación a la voluntad de Dios. En el Nuevo
Testamento el concepto del reino ocurre frecuentemente, y el término se usa en una
variedad de significados: a veces se refiere al reino de Cristo en sí; otras veces se
refiere al nuevo orden de cosas; también se refiere al nuevo conjunto de relaciones
establecidas por la venida de Cristo; y a veces designa la esfera espiritual,
inseparable del orden nuevo.
7. El reino de Dios es una realidad presente y una esperanza futura

La teología modernista protestante presenta al reino como una realidad actual que está
en la historia y en ningún sentido más allá de la historia. Para estos teólogos no existe un
reino escatológico. Al rechazar el sobrenaturalismo cristiano, el carácter escatológico del
reino queda también rechazado.

No necesitamos utilizar mucho espacio para probar que el punto de vista de los teólogos
modernistas está equivocado en cuanto a creen que el reino no tenga aspecto
escatológico.

Por mucha que sea la evidencia bíblica no les impresionaría por la sencilla razón de que el
modernista no reconoce la autoridad de las Escrituras.

Nosotros, ya que aceptamos la autoridad de la Biblia, no tenemos problema en aceptar la


idea de que el reino es, a la vez, escatológico y presente. Es aquella fuerza sobrenatural
en la historia que llegará a su consumación última en la propia historia a través del poder
divino sobrenatural que la trasciende.

Por eso debe ser tanto presente como futuro.


El reino de Dios es esencialmente el mando de Dios por Cristo, y el régimen
espiritual en el cual su dominio prevalece. Es el reino de Dios, pero Jesús, el
Rey Mesiánico, tiene un papel único en él. Después de haber anunciado la
venida del reino, y habiendo descrito sus características durante su
ministerio, Jesús echa los fundamentos del mismo en su obra redentora y
mediadora, en sus sufrimientos sacrificiales, en su muerte redentora, y en su
resurrección. Luego encomendó a sus discípulos la tarea de establecer el
reino en la tierra; esto a la hora de su ascensión. Desde Pentecostés, el reino
está progresivamente estableciéndose, por la predicación del evangelio, en
los corazones y las vidas de los hombres. Como Rey celestial,

Cristo guía y dirige la realización histórica del reino a través de las edades, y
lo conduce a su consumación triunfante en su segunda venida. Entonces el
reino vendrá en su forma perfecta y completa. La petición del padrenuestro
pasará a su cumplimiento final y completo: «Venga tu reino: hágase tu

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