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Cuando el sexo es un trabajo.

1999

… cualquier cosa en que te sientes, uses, o camines


Se convierte en oro.
No hay en ti contaminación de metal alguna.
-Pat Califia “Golden showers. Diesel fuel.”

En mis veintes, era más delgada y una persona mas cortes, trate de transitar el
colegio trabajando ocasionalmente como una dominatriz profesional. Me gustaba
pasarme todo el día en un calabozo con chicas lindas que llevaban minifaldas de cuero y
corsé, y tenía un montón de tiempo entre clientes. Renuncie porque me di cuenta que
tendría que feminizarme para hacer un buen dinero. Me sentí frustrada por los clientes, la
mayoría de ellos eran lo suficientemente lindos pero no tenían ni la más pálida noción de
lo que constituía el kinky sex1. ¿Cuantas veces al día puedes decir; “al suelo, gusano
inmundo”, de verdad?
Muchas mujeres lesbianas y bisexuales llegan a la industria del sexo por el dinero,
es uno de los pocos lugares donde una mujer puede hacer más dinero que un hombre. El
trabajo sexual es también una de esas vías en la cual un joven muchacho gay puede
sobrevivir cuando se muda a la gran ciudad. Avisos como “modelos masculinos y
masajistas” y papis en líneas de sexo telefónico se encuentran a montón en publicaciones
queer. Pero los activistas gay no han mostrado mayor interés en la política del trabajo
sexual, incluso cuando las leyes en contra de la prostitución históricamente fueron usadas
para levantar putas y maricones. En el último año del siglo veinte, muchos queer han
olvidado como es la existencia bajo la mala gana de un policía corrupto, quizás porque la
mayoría de los bares gay ya no tienen que pagar al escuadrón de Vicios2 de la policía para
permanecer abierto. Espero que muchos de nosotros podamos ver la conexión aquí:
nuestra sociedad es hostil a todo forma de sexo no reproductivo. Y recientemente en San
Francisco, la policía ha venido siendo más que un poco dura hacia las trabajadoras
sexuales, como los escándalos de los arrestos políticamente motivados y las revelaciones
en torno a los sobornos ilegales.
Mi amiga Cassie es una mujer bisexual que trabajo como acompañante. Ella fue
atrapada en la primera semana de Noviembre. Estaba con un cliente cuando los policías
de alguna manera pasaron la puerta de seguridad del edificio y comenzaron a golpear la
puerta de su departamento. El tipo le parecía raro a ella –hablaba demasiado, entró y se
quito la ropa y se recostó en la cama rápidamente en “la posición de masaje.” Lo cual no
era común para Cassie, quien explico, “No soy la loquita regular. Estoy grande, vengo del

1
N.T.
Habitual expresión anglófona para referirse a prácticas y conductas sexuales no convencionales como el
fetichismo o el sadomasoquismo entre otras.
2
N.T.
Narcotic/Vice Divison: Vice Section. San Francisco Police Deparment. La división de narcóticos y vicios,
específicamente la división de vicios de la ciudad de San Francisco. Que tiene por objetivo investigar y
acudirá a todas las denuncias relacionadas con los ilícitos denominados vicios (uno de ellos la prostitución) y
su prevención en toda la ciudad. Para preservar la calidad de vida de los ciudadanos de San Francisco.
mercado del fetichismo.” Él, por cierto, se convirtió en lo más inusual: era un policía
encubierto. La policía escarbo todo el departamento, examinando sus pertenencias y
tomando fotografías. Ella describió una desagradable sensación de haber sido aterrorizada
y violada. “Uno de ellos permaneció acariciando a mi gato,” dijo ella con una voz apenas
audible.
La policía le escribió una citación en vez de llevarla a prisión, pero Cassie estaba
todavía temblando por lo sucedido. Se sentía paranoica con respecto a sus vecinos
aunque no creía realmente que la policía pagara una visita porque alguien en su
vecindario se quejara. Estaba haciendo dinero antes que la atraparan, y ahora tiene miedo
de tener un hombre -cualquier hombre- en su departamento. Siente que es el trabajo
mejor pago que tuvo alguna vez, ahora esta prohibido y le preocupa que la citación
interfiera con su regreso a su anterior ocupación como maestra. Por un tiempo
prolongado, después de su encontronazo con la ley, no podía dormir sin saltar ante el
ruido del picaporte en la puerta de su departamento.
Una de las maneras en que Cassie comenzó a sentirse mejor, de aquel traumático
evento, fue dándole un contexto político. “Comencé a pensar. ¿Porque yo? Después, unos
días después, de haber hablado con muchas otras mujeres en el negocio, fue: ¿Por qué no
yo? Y recordé como se trata a las chicas de la calle, y pensé, claro era yo. Y me di cuenta
que estoy jugando este juego de clases donde no se arrestan a las chicas en sus
departamentos, y por eso puedo ignorar lo que se hace con las chicas de la calle. Y ante
los ojos de la ley, no hay diferencia en lo que hacemos.”
La ley desfavorece a Cassie; combinando por igual, pudor sexual, capitalismo y
tradición cristiana. Ningún policía de Vicios te dirá que el arresto de prostitutas hará que
las personas dejen de comprar o vender sexo. Haciéndolas más vulnerable a los más
miserables aspectos de la industria, especialmente la explotación y la droga dependencia,
como cualquier trabajadora social o alcalde sabe.
¿Podría ser muy diferente? Medidas como las del movimiento de trabajadoras
sexuales en departamentos que tienen servicios sociales, chequeos médicos y disponen
condones para las prostitutas; exigiendo a los que manejan los lugares ofrecer condiciones
decentes de trabajo, han hecho la vida de las trabajadoras sexuales mas fáciles en los
condados rurales de Nevada, lo cual hizo que los impuestos de las grandes ganancias de
esta industria beneficiasen al estado. En San Francisco, activistas están tratando de sacar a
los lugares de masajes de la jurisdicción del escuadrón de Vicios y ponerlos bajo la
jurisdicción del departamento de salud, como están los sex clubes regulados. Pero muy
pocos policías de vicios, políticos o ciudadanos comunes apoyarían descriminalizar la
prostitución.
Si había una ciudad donde había esperanza de un tratamiento progresista, era la
San Francisco de hace tiempo. En 1994, en aquel momento el supervisor de la ciudad,
Terence Hallinan, nos esperanzo cuando introdujo y pasó una resolución para crear un
grupo de trabajo de 28 miembros sobre prostitución. En 1996, el grupo publicó su informe
final, el cual recomendó (además de otras cosas) que “la oficina de la ciudad pare de
imponer y judicializar los crímenes de prostitución.” Además recomendaba que “la oficina
en vez de focalizarse en las infracciones sobre las quejas de los vecinos con respecto a
calidad de vida, redirigir los fondos de la judicialización… a servicios de necesidades
constitutivas.”3
Pero la opinión pública era muy cerrada. Espantados por perder votos, los políticos
locales taparon el informe. Ahora el escuadrón de vicios apunta, inclusive, a estas
trabajadoras sexuales que habitualmente se ignoraban –a tu mejor posición de chica de
teléfono, como Cassie, quien trabaja silenciosamente en su propia casa o en un elegante
hotel. No solo eso, la policía parecía estar apuntando a las activistas por los derechos de
las prostitutas. Muchos miembros de un grupo llamado The Cyprian Guild4 fueron
rápidamente arrestadas por policías haciéndose pasar por clientes. (Antes la gente de San
Francisco llamaba a las prostitutas, “Cyprians”, el nombre le proviene de la isla de Chipre,
famosa en la antigüedad como el centro de adoración a Afrodita) Algunas de las mujeres
reportaron un trato brutal por parte de la policía –tiradas al piso y apuntadas con un
arma, maltratadas y llevadas a la cárcel esposadas y con muy poca ropa interior.
Teri Goodson, la fundadora de Cyprian Guild, es una activista por los derechos de
las prostitutas que integro el mencionado grupo de trabajo llamada por Hallinan. Ella es la
más indicada, entre otras cosas, de ser acusada; habiendo trabajado con COYOTE (Call Off
Old Tired Ethics),5 la abuela del sindicato de trabajadoras sexuales. Alguna vez en contra
de procesar crímenes sin victimas. Hallinan se convirtió en fiscal de distrito en 1996 y
ahora proclama que tratará de encarcelar a Goodson por facilitación de la prostitución, lo
cual podría llevarle de tres a cinco años de cárcel. En Diciembre, Goodson estaba
limpiando el living de su casa cuando un escuadrón de Vicios golpeo la puerta, entraron y
violentamente interrumpieron la cita de otra mujer con un policía encubierto de Vicios.
Goodson sabiendo esto, después de haber estado veinte años en el negocio, fundó una
agencia de acompañantes llamada Qadisha; y observó que ella había contratado un poco
más de diez personas (dos de las cuales fueron atrapadas en ese mismo procedimiento).
Es bien conocido que “los servicios de acompañantes” de la ciudad tienen mas de cien
personas empleadas. ¿Porque ningunos de esos negocios fue perseguido? ¿Es posible que
sea por la reputación ligada al crimen organizado y la corrupción de policías?
Dice Goodson: “Sé que yo fui perseguida porque un policía me lo dijo mientras
estaba en la cárcel… ellos quieren información sobre la asociación y me dijeron que te
vieron como una líder y organizadora de la comunidad. Estas olas de arrestos tienen la
intención de asustar a la gente y desorganizarlas, lo cual es exactamente lo que quiere la
policía. Y pienso que es un error porque hay fortaleza y poder suficiente en su
comunidad.” Durante su roce con la ley, la aparente imperturbable Goodson no fue
intimidada, ella puso el video Sluts and Goddesses6 de Annie Sprinkle para entretener a los
oficiales que estaban esperando que llegara la orden de registro. En un tono más serio,
ella tenia un montón de tiempo para montar una defensa. Los policías tomaron su
computadora, otras cosas y cerraron su negocio, así quizás volvería a Nevada, trabajando
en el burdel legal local donde comenzó a sus veinte años.

3
Un sumario del informe del equipo de tarea de San Francisco sobre la prostitución aparece en
HTTP://www.bayswan.org/SFTFP.html
4
N.T. El gremio Chipriota.
5
N.T. Llamada a la vieja y desgastada ética.
6
N.T. Putas y Diosas
A Jill Nagle, activista, escritora y editora de Whores and Other Feminists7
(Routledge, 1997) la atrapó el escuadrón de Vicios en Octubre. Nagle fue arrestada en sus
piyamas mientras alguien en su casa fue enganchado en “alguna clase de actividad con un
hombre, de la cual no tengo conocimiento oficial.” El presunto cliente era un policía
encubierto. “En el periodo de dos semanas,” ella dijo, “la mitad de las personas que
conozco que están trabajando fueron arrestadas, muchos de las cuales son miembros de
alguna organización. The Cyprian Guild fue el factor unificador.” Nagle llamó a esto: “una
cacería de brujas”.
La nueva ola de arrestos de activistas políticas llegaron justo al tiempo de las
investigaciones de la periodista del San Francisco Weekly, Renata Huang, que había
rebelado el pequeño escandalo que involucraba a las trabajadoras de salones de masajes
arrestadas, que les firmaban cheques directamente al escuadrón de policías para evitar
ser asentadas en los archivos criminales. Estos servidores públicos estaban claramente
inactivos para el llamado a la tarea de descriminalización de la profesión más vieja del
mundo, porque dicha movida atentaba contra una de sus más grandes vacas de efectivo.
Parecía que los muchachos de azul decidieron dar una lección a la subida de humos de las
trabajadoras sexuales; que querían cambiar lo que Katya Komisaryk, una abogada que
represento a muchas prostitutas, llamó un sistema de “extorsión oficial.”8
Así es como funciona. Muchas prostitutas son arrestadas, no hay un cuarto para
ellas; los ya repletos calendarios de la corte, o de la ciudad y las cárceles de las comisarias.
Mujeres expuestas al apremio de la calle donde usualmente se les ofrece una “Divergencia
Pre-procesual”9 de las agencia que proveen consejería, re-entrenamiento laboral y clases
de ingles. Huang reveló que cuando las trabajadoras sexuales de los lugares de masajes
eran atrapadas en estas olas de arrestos -como sea- eran enviadas una agencia muy
diferente. Califonia Community Dispute Services (CCDS). Una extraña elección, pues desde
siempre el trabajo de la CCDS fue mediar en conflictos entre vecinos. CCDS ofrecía solo un
servicio a cualquier masajista que enfrentaba un proceso: el presidente de la agencia,
Tom Bateman, mediaría una negociación entre ella y el escuadrón de vicios para
determinar cuanto seria el precio que ella necesitaría pagar para evitar quedar asentada
como criminal. CCDS tenía un precio mínimo de 125 dólares por este servicio, lo que era
una hora del servicio promedio de una masajista. Nagle y su compañera, por ejemplo, no
fueron llevadas a la cárcel sino les mandaron una invitación para la divergencia del
proceso de la buena gente de CCDS10.
Dado el típico soborno, cuando los números de arrestos se multiplicaron, uno
puede inferir que cientos de miles de dólares debieron haber sido pagados directamente a
la división de vicios durante los dos últimos años. La división de crímenes de vicios
mantuvo sus propios registros. Hay, debemos decirlo, una discrepancia significativa entre
los libros de vicios, que fueron abiertos para el escrutinio público, y el monto de dinero

7
N.T. Putas y Otras Feministas.
8
Reanat Huang, “Sueldo de Vicios: la policía encuentra una manera de hacer dinero emboscando a los
lugares de masajes”. San francisco Weekly. Diciembre 2-8, 1998.
9
N.T. Pretrial diversión -en el original.
10
Renata Huang, “Manteniendo el orden del escuadrón de vicios: investigaciones iniciadas desde la colecta
de dinero de las trabajadoras de los lugares de masaje.” San francisco Weekly. Diciembre 16-22, 1998.
que esta práctica tuvo que haber generado. Por lo tanto no esta claro cuales de esos
intercambios eran con fines legales o simples sobornos. La práctica ha sido terminada, y
varios de los oficiales de la ciudad están siendo llamados para ser investigados, pero
parece que la corrupción policial y la brutalidad están siempre asociadas. La corrupción
continuara, el proceso ha cambiado –eso es todo.
Llevará una masiva protesta pública alterar las políticas que continúan permitiendo
esta cruel farsa. Pero el ímpetu para un experimento social en la descriminalización de la
prostitución no vendrá de los movimientos de mujeres. Female Sexual Slavery 11(Prentice-
Hall, 1979), texto de la activista anti pornografía Kathy Barry alineada al ala derecha de los
análisis feministas sobre la prostitución. Proclama el ataque a cualquier institución donde
se subordine a la mujer, y hace unas muy débiles tentativas de combinar el trabajo sexual
con los matrimonios arreglados y otros acuerdos sociales que sexual y económicamente
explotan a las mujeres. Pero solo toma la prostitución como el arquetipo de la esclavitud
sexual. Barry se niega a hacer una distinción entre las muchas diferentes formas de
trabajo sexual, por lo que las trabajadoras son compensadas con diferentes tarifas. Para
ella, los angustiados adictos al crack en Time Square están en la misma situación que una
chica que atiende el teléfono por 200 dólares; la inmigrante ilegal quien esta horrorizada
al ver que ha sido pasada de contrabando, no para trabajar de mucama o moza, sino como
una prisionera virtual de un burdel. En esta mirada mundial, la prostitución es entendida
por ser un problema moral más que uno económico. Por ello, Barry apenas discute las
presiones económicas que pueden dar fuerza o animar a las mujeres a llevar adelante un
sexo comercial. La cosa mas reprehensible de este libro es la forma que el
empoderamiento feminista termina viendo a las prostitutas como a sus enemigas, como
mujeres que contribuyen a la opresión de todas las mujeres porque ellas han hecho de si
mismas una victimas.
Barry reafirma los prejuicios morales que la mayoría de sus lectoras ya tienen, ella
ha fugado dentro de un muy pequeño criticismo muy por fuera de los movimientos por los
derechos de las trabajadoras sexuales. Ella y sus aliadas han estado muy activas a un nivel
internacional, tratando de entrar en los gobiernos europeos que han tenido políticas
liberales con respecto a la prostitución para volver hacia atrás; agitando para pasar a las
“leyes contra la trata de personas”, las cuales harían mas difícil para las mujeres pasar
fronteras, incluso con o sin consentimiento, para vender sexo. La administración Clinton
recientemente se encontró fuera de si cuando una organización criminal internacional
declaro que su propósito podría no caer en ley de tráfico de personas entre fronteras para
la prostitución forzosa. Tres empleados del departamento de estado, Anita Botti, Theresa
Loar y Stephen Warnath apelaron a una posición de sentido común, el tráfico de personas
debería ser solo aplicado cuando sea comprobado que las prostitutas están forzadas o
coaccionadas a vender sus cuerpos. Una coalición que incluía a Patricia Ireland de la
organización nacional por la mujer; la fundadora de Ms. Magazine -y desde hace tiempo
un soporte de los movimientos anti pornografía- Gloria Steinem; la presidenta de Equality
Now, Jessica Neuwirth; y la presidenta de Planned Parenthood, Gloria Feldt, mandaron

11
N.T. La esclavitud sexual femenina.
una carta de protesta a la casa blanca atacando todo la situación como una debilidad
política sobre la prostitución…12
Para llevar adelante esto, estas diez líderes feministas cayeron de lado del
cristianismo de derecha y el conservadurismo al firmar aquella carta, donde acusaron a la
administración Clinton de promover la idea que la prostitución voluntaria es una opción
legitima de carrera para una mujer. Dicho sea de paso, nada en el tratado altera el
acuerdo internacional de 1949 el cual ilegaliza la prostitución.13
Pero, como algunos queer, debo recordar los días cuando éramos degradados,
pervertidos libertinos y el blanco del escuadrón de vicios, enfrentándonos a los policías
para cambiar el balance de poder. Más casos de prostitución serian desechados de la
corte si las trabajadoras sexuales asientan sus bases, porque la evidencia contra ellas es
usualmente de una calidad muy pobre. O evidencia quizás ha sido acumulada ilegalmente
–por ejemplo, por varones desnudos que niegan ser policías y suelen asegurarse sus
chupadas de pija antes de que la emboscada actúe. Y no todo el feminismo se trago la
confusa propaganda anti prostitución de Kathy Barry. Activistas como Nagle se niegan a
seguir con las reuniones del CCDS y ser amenazadas con un juicio. “Aprovechare mi
oportunidad,” dijo ella.

12
Brian Blomquist, “Panel de putas pone bajo la luz a la primera dama.” New York Post, Enero 8, 2000
13
Hanna Rosin y Steven Mufson, “Feministas unen fuerzas con el ala derecha.” San francisco Examiner.
Enero 16, 2000, p.a-8

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