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Guia para Padre Adoptando en Chile PDF
Guia para Padre Adoptando en Chile PDF
DEPARTAMENTO DE ADOPCIÓN
SERVICIO NACIONAL DE MENORES
Abril 2010
INTRODUCCIÓN
En esta línea, la idea es mejorar los resultados del desempeño del rol que deben
ejercer los padres y madres desde el inicio de la adopción y durante todo el
período que dure la adaptación e integración del niño(a) a su nuevo medio
familiar, con el fin de garantizar el éxito de las adopciones.
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INDICE PÁGINAS
La evaluación 4
El enlace 7–8
Anexos 55 – 60
LA EVALUACIÓN
No obstante el estrés que significa para los postulantes transitar por el camino
de la evaluación, por la incertidumbre de ser o no aptos, es gratificante para
ellos comenzar con el proceso propiamente tal, dado que sienten que están
“haciendo algo” para obtener los resultados esperados.
Para enfrentar esta etapa que “transcurre tan lento”, cada pareja desarrolla sus
propias estrategias con el objetivo de hacerla lo más llevadera posible. Algunos
se dedican a viajar, continuar estudios, profundizar en el ámbito espiritual o a
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realizar cualquier otra actividad que evite que la vida gire en torno a la
adopción.
Comparta con su familia extensa y con sus amigos, apóyese en ellos en los
momentos de espera y prepárelos poco a poco para la llegada del niño(a), ya
que ellos serán sus referentes y principales fuentes de ayuda. No siempre los
amigos apoyan el proyecto de adopción, dado que en muchas personas y en la
sociedad en general todavía existen miedos y prejuicios sobre ella. En este
caso, trate de tomar distancia de los comentarios negativos y tenga confianza
en su proyecto. No hay mejor forma de derribar los mitos que vivir esta
experiencia. Con la llegada de su hijo(a) verá como los prejuicios se
derrumban y gradualmente hasta el más reticente empezará a quererlo y
aceptarlo como parte de la familia. Si ya tiene hijos, dedíquele una gran dosis
de tiempo y afecto. Prepárelos(as) para la llegada de un nuevo hermano y
evalúe como enfrentar los posibles celos.
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Ocupe su tiempo en cumplir con sus obligaciones, ya que cuando su hijo(a)
llegue le faltará tiempo para hacer muchas cosas que importantes, como
realizar se chequeos médicos, ir al oftalmólogo, al dentista, al ginecólogo,
etc. Si puede, adelante trabajo, acumule vacaciones o tramite algunos
permisos especiales. Arregle su casa para la llegada del niño(a), organice el
espacio físico donde él o ella dormirá, ordene los armarios, haga una lista de
pendientes o cosas por realizar; así el tiempo de espera pasará más rápido.
Dese tiempo para realizar con tranquilidad sus pasatiempos favoritos como
leer un buen libro, ir al cine o al teatro, tomarse un café, salir a bailar con los
amigos. Disfrute de lo agradable que es levantarse tarde, salir a comer
afuera, viajar. Con la llegada de su hijo(a) todo su tiempo estará dedicado a
él o ella y sus necesidades, por lo que ya no podrá disfrutar de estos pequeños
placeres.
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EL ENLACE:
“Hemos esperado tanto para este encuentro. Atrás quedan todos los tristes
momentos vividos, los dolorosos y desgastantes procedimientos médicos
para ser padres biológicos de un niño que nunca llegó. Estos momentos nos
ocasionaron distanciamientos en la relación de pareja, pena, frustración,
rabia y desesperanza cada mes que la “cigüeña” no llegaba a nuestra casa.
Pasado el tiempo debemos reconocer que también este camino fue un
aprendizaje, un viaje lleno de enriquecimiento personal y familiar que nos
enseñó a enfrentar la vida y la paternidad de una manera distinta, y nos
abrió el corazón para albergar a un niño no engendrado, pero igualmente
amado y esperado.
Mientras ustedes han destinado mucho tiempo en prepararse para este momento
y ya sienten a ese niño como suyo, el niño ha tenido una preparación sólo de
meses, la que no es suficiente para incorporar en él el concepto de familia, a
pesar de que ya los pueda identificar y nombrar como papá y mamá. Como es un
niño grande (probablemente de más de 5 años de edad) tiene memoria y
recuerdos de su pasado biológico, así como la conciencia de su abandono e
institucionalización. Su visión de familia, sin duda está teñida por estas
experiencias previas y la confianza hacia el mundo de los adultos puede estar
quebrada.
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Es fundamental establecer poco a poco una relación basada en la confianza para
que el niño pueda “adoptarlos como padres”. Es importante no perder de vista
que como toda relación, la relación entre padres e hijos adoptivos es una
construcción de amor que se genera a través del compartir experiencias y en el
día a día.
Desde esta lógica, es bueno tener en cuenta que no podemos exigirle al niño
muestras de cariño o cercanía física. Debemos respetar la distancia que él nos
imponga y generar las estrategias necesarias para que interactúe con nosotros,
respetando sus tiempos.
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ASPECTOS IMPORTANTES QUE SE DEBEN TENER EN CUENTA EN EL MOMENTO
DEL ENLACE
En el momento del enlace siempre es positivo llevar algún juguete, lo más simple
posible, que pueda canalizar la angustia del momento y servir de puente entre
ustedes y el niño(a), facilitando la interacción.
Si no habla español, aprenda ciertas frases cortas en este idioma para que su
hijo(a) se relaje y entienda su deseo de comunicarse con él. Frases como “Hola.
Nosotros somos tus papás”, “Te esperamos mucho tiempo”, “Vamos a pasarlo
muy bien juntos” facilitan un buen comienzo.
Sin embargo, es importante que estas frases sean previamente sancionadas con
el representante del organismo acreditado que los representa, con el traductor o
con algún profesional del Sename, ya que algunas palabras no son de uso
cotidiano en Chile. Entre las frases aprendidas por una pareja de Noruega para
decirle a su hijo estaba “eres un niño fantástico”, lo que el niño no pudo
entender cabalmente por no estar familiarizado con la palabra “fantástico”.
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familia guardadora, que más allá de los afectos que pueda sentir hacia éstos, son
su único referente conocido.
La empatía es fundamental para ser un buen padre y una buena madre. A través
de ella podemos entender al niño poniéndonos en su lugar y será más fácil ser
tolerantes frente a las reacciones adversas que éste pueda presentar. Para hacer
del enlace una buena experiencia, más allá de cualquier resultado preliminar, la
pareja deberá tener además la suficiente madurez emocional y apoyarse
mutuamente, procurando asimismo mantener en todo momento una actitud
positiva, con la premisa de que pase lo que pase “voy a lograr que mi hijo(a) me
acepte”
Una vez hubo un enlace en que nada resultó bien: el niño mostró abierto rechazo
a sus padres, no quiso alejarse ni un centímetro de la guardadora y no generó
ningún contacto físico con sus nuevos padres. Cuando llegó el momento en que el
niño debía decidir si se iba con sus papás o no, se puso a llorar
desconsoladamente. La madre adoptiva se descolocó con esta reacción y, al no
poder contenerlo, se puso a llorar con él. El padre decidido, lo tomó en brazos y
dijo a todos: “Yo me voy con mi hijo”, mientras el niño pataleaba y se agarraba
con fuerza a la reja del hogar. El papá, la mamá y el niño que gritaba se subieron
al taxi que habían contratado y el pequeño dejó de llorar sólo cuando el vehículo
se alejó de la institución. Después de eso todo mejoró y el niño nunca más tuvo
una reacción similar. Este caso nos enseña lo importante que es para el niño que
los padres estén seguros de la decisión de adoptar y que le demuestren con
hechos su compromiso incondicional. No se trata de desestimar el dolor que
pueda estar sintiendo el niño y no se le debe exponer a una angustia innecesaria,
sin embargo, este caso nos enseña que los padres deben también hacerle caso a
su intuición a la hora de ejercer su paternidad y tomar sus propias decisiones.
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contuvieron al niño por espacio de 3 horas. Los padres sólo lloraban. Se les
explicó que esta reacción en muy normal para un niño que ha sido criado
prácticamente toda su vida en una institución. Se les habló de su temor al
cambio y lo positivo que era que tuviera arraigo y un vínculo sano hacia su
entorno, porque eso hablaba muy bien de su capacidad de apego. Sin embargo, la
lectura desde ellos era de una profunda tristeza y decepción. Cuando el niño
estuvo más tranquilo salieron junto al psicólogo de la institución a un restorán,
lugar donde interactuaron con mayor fluidez. Los padres ganaron su confianza y
decidió irse con ellos al hotel. En la primera visita de seguimiento, el niño se
mostraba seguro, afectuoso y cercano a sus padres, y lo más importante de todo,
ya no miraba al suelo, miraba de frente, seguro de si mismo.
Hay muchas dudas que les pueden surgir respecto a las características y
conductas del niño(a) que están adoptando. Querrán conocer cuál es su comida
favorita, qué talla de ropa tiene, si es alérgico a algún medicamento, si le gustan
los animales, entre otras importantes cosas. Lo mejor es llevar las preguntas
debidamente escritas en una libreta para no olvidar algo importante. Antes de
conocer al niño(a) personalmente, deberán sostener una reunión con los
profesionales de la institución en la que se encuentre él o ella, momento en que
deberán formular todas las preguntas. Es importante tener en cuenta que este no
es el único momento para resolver sus dudas, dado que los profesionales del
Sename y de la institución en que esté el niño(a) siempre estarán dispuestos a
responder todas las interrogantes, no obstante que la información social, médica,
psicológica y legal de éste haya sido previamente enviada al país de origen del
matrimonio adoptante.
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ASPECTOS PRÁCTICOS POST ENLACE
Deben llevar siempre consigo una copia notarial del cuidado personal y/o
adopción del niño(a).
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LOS MIEDOS DE LOS FUTUROS PADRES
El mayor miedo de los padres se relaciona con los sentimientos, los propios y los
del niño(a) que adoptarán. En la adopción internacional, esos miedos se
acrecientan por lo mucho que está en juego. Por un lado, se trata de
matrimonios que como todas las parejas infértiles han transitado por largos
procedimientos médicos y que con mucho esfuerzo han logrado pasar por los
rigurosos procesos de evaluación para demostrar su idoneidad, invirtiendo tiempo
y dinero en un proyecto muy ansiado. Que la adopción fracase, sin lugar a dudas
es una gran pérdida emocional para la pareja, por cuanto reactiva el proceso de
duelo por la infertilidad ya vivida.
Muchas veces los primeros días tras asumir la paternidad adoptiva, les provoca
sentimientos encontrados. Por un lado van a cumplir el rol tan deseado, pero por
otro deben asumir que su hijo biológico ya no llegó. Esto puede ser muy
perturbador si el duelo por la infertilidad no fue debidamente resuelto. Darse un
tiempo para conocer al nuevo integrante y tener la confianza de que en el futuro
podemos generar hacia él o ella una relación de afecto, es también parte del
proceso. En todo caso, las dudas debieran ser mínimas. Si realmente no se
sienten conectados con las características, historia o aspecto físico del niño(a)
que tienen en frente, es mejor asumir esos sentimientos y darlos a conocer a los
profesionales del Sename y al representante del organismo internacional que los
represente antes de realizar la adopción legal. Deben tener confianza en sus
fortalezas individuales y de pareja para enfrentar esta nueva crisis. Como dice el
refrán, a veces es mejor “perder para ganar”
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LOS MIEDOS QUE TIENEN LOS FUTUROS HIJOS O HIJAS
Los niños y niñas adoptados tienen sólo un miedo: ser nuevamente abandonados.
Este temor intrínseco se alberga en lo más profundo del inconsciente infantil. Un
niño(a) que ha sido abandonado, institucionalizado, gravemente maltratado o
abusado sexualmente, ha conocido el mundo a través del dolor. Los mensajes
que ha recibido (incluso desde el vientre) han sido de tristeza, rabia, miedo y de
profundo rechazo, lo que de alguna manera les hace asumir la premisa “No soy lo
suficientemente bueno para ser querido. Fui rechazado y abandonado y lo seré
nuevamente”. Los adultos suelen no entender por qué un niño(a) que tiene la
oportunidad de contar con una familia adoptiva que lo quiera, se comporta de
mala manera. Muchas veces rechazan el afecto que se les ofrece, llegando
incluso a ser groseros o agresivos con sus padres adoptivos.
Cuesta entender que a pesar de ser niños(as) muy pequeños tienen la certeza de
que estos nuevos adultos que dicen querer ser sus padres no son confiables y
que, tal como lo hicieran otros adultos que violaron su confianza, también lo
abandonarán y herirán. Es así como el niño utiliza como mecanismo de defensa y
de manera inconciente, anticiparse a este rechazo abandonandoy dañando él
primero. Esta hipótesis del niño(a) es la que se debe resolver durante el proceso
de puesta a prueba. Mientras antes viva esta etapa es mejor, ya que involucra
una clara señal de que ya adquirió la confianza suficiente hacia sus padres
adoptivos, los que no deben olvidar, por desgastante que sea, que esta es sólo
una etapa y que, como tal, tiene un inicio y un final.
Se suele decir que el ciclo de adaptación que vive un niño(a) adoptado consta de
tres etapas, la luna de miel, la puesta a prueba y la integración. Éstas se
presentan en forma continua y, en la práctica, son más bien cíclicas y suelen
repetirse con distinta intensidad a lo largo de la vida del niño. El apoyo y amor
incondicional vuelven a ser la clave para resolverlas de manera exitosa.
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COMPORTAMIENTO DE LOS NIÑOS Y NIÑAS ADOPTADOS EN CHILE
Durante los primeros días de convivencia, muchos niños que son entregados en
adopción tienen un apetito insaciable, lo que puede estar asociado a dos razones
distintas. En primer lugar, puede deberse a un estado natural de ansiedad en el
que se encuentran, ya que pese a ser muy pequeños, entienden que lo que están
viviendo es algo que cambiará radicalmente sus vidas. No podemos olvidar que en
pocos días han cambiado el lugar físico que conocían y percibían como estable y
seguro, y la rutina del hogar donde vivían, dejando de frecuentar lugares y
personas que normalizaban su vida como el colegio, los amigos y los otros niños
del hogar, para trasladarse a una realidad distinta. Ahora viven con quienes dicen
ser sus padres adoptivos, pero son adultos a los que no conocen y en muchos
casos son físicamente diferentes a ellos, hablan otro idioma y tienen costumbres
muy distintas, incluso en cuanto a hábitos alimenticios. Además, en términos del
espacio físico, deben vivir transitoriamente en un departamento, casa u hotel y
entorno muy distinto a la realidad que los rodeó hasta entonces, con edificios,
tiendas y ruido a los que no está acostumbrado. Si nos ponemos en su lugar, es
una situación que podría estresar a cualquier adulto, mucho más a un niño que
no es capaz de entender o expresar lo que está sintiendo. Sumado a esto, sienten
la “presión” de convertirse en “niños adoptables y queribles” para evitar ser
nuevamente abandonados, lo que les genera una enorme cuota de incertidumbre
respecto a su futuro.
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Otra situación que influye en esta conducta de comer sin control es la
oportunidad. En las instituciones los niños tienen una alimentación completa y
balanceada, pero no muy variada y también es probable que las cantidades de
alimentos a las que tuvo acceso en alguna época de su vida fuera limitadas o
escasas. Por eso existen muchos alimentos que no conocen, sobre todo aquellos
que tienen un precio elevado o que pueden ser considerados suntuarios para
niños de ingresos bajos, los que resultan muy atractivos para ellos, sobre todo si
tienen libre disponibilidad y acceso a ellos.
Por lo anterior, los niños requerirán de algún tiempo previo para acostumbrarse a
los nuevos sabores y hábitos.
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2. NIÑOS QUE NO QUIEREN SALIR A LA CALLE
Muchas veces esta negativa a salir de casa se contrapone con el deseo de los
padres adoptivos, quienes generalmente quieren aprovechar su viaje a Chile
para conocer algún lugar turístico del país y, de paso, llevar recuerdos como
fotografías y filmaciones que le permitan al niño(a) tener presente el paisaje
de su propio país, su cultura e idiosincrasia. Esta situación se vuelve aún más
compleja cuando la pareja viaja con otro u otros hijo(s), ya que éstos suelen
aburrirse por un encierro no deseado y no entienden lo que motiva a su nuevo
hermano(a) a comportarse así.
Sin embargo, para los niños existe el temor inminente de perder lo que han
logrado después de tanto tiempo, como es tener una familia. El enfrentarlos a
un lugar desconocido los hace sentir inseguros y hace que aflore el miedo a
perderse o perder a su nueva familia. Por otro lado, existe también en ellos la
necesidad de vivir al máximo cada momento junto a sus padres adoptivos y
tener la experiencia del significado de vivir en familia. No necesitan conocer
el mundo, quieren conocer el mundo a través de sus padres adoptivos y sólo
les basta tenerlos lo más cerca posible. Además, el mundo que ahora ustedes
les muestran puede ser o parecerle muy vertiginoso, bullicioso y estresante al
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verse enfrentados repentinamente al tráfico de la calle y a lugares muy
concurridos, como un centro comercial u otro lugar público con gran
presencia de gente.
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3. NIÑOS REGRESIVOS
En general, las actitudes regresivas suelen ser bien aceptadas por los padres
adoptivos, ya que les permite también a ellos experimentar etapas que no fueron
vividas con los niños, dado que la adopción internacional se da mayoritariamente
con niños mayores.
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- Debemos asumir en todo momento una actitud de aceptación y
tolerancia y no olvidar que las conductas regresivas de los niños(as)
responden a su necesidad de compensar y revivir etapas pasadas en
que debieron ser acunados, protegidos y queridos. Sin embargo, por su
historia de abandono e institucionalización, dichas necesidades de
afecto no fueron debidamente satisfechas.
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paterna y para otros en la figura materna. Esta necesidad de aproximación se
puede presentar en algunos niños de manera ansiosa, exigiendo la presencia
constante y permanente de este padre o madre y recurriendo a él o ella ante
todo evento.
Es necesario que sepan que los niños(as) adoptados(as) no conocen los códigos
que se manejan al vivir en familia, por lo que deben aprender a comportarse
como hijos y aprender de ustedes cómo se comportan y qué roles cumplen un
papá y una mamá, y cómo deben relacionarse ellos(as) con cada uno.
Puede resultar confuso que el niño tenga mayor necesidad de una imagen, ya sea
ésta materna o paterna, si en rigor careció de la presencia de ambas figuras. Esto
se debe a que durante el período de internación y/o abandono tuvo la
oportunidad de compensar la imagen de padre o madre con otra figura
significativa para él o ella. Muchas veces, el rol emocional de madre lo cumplió
una tía o guardadora del hogar a la que el niño(a) consideró lo suficientemente
nutricia como para generar un vínculo reparador o más cercano. En otros casos,
el director de la institución, el psicólogo, el marido de la guardadora o un
profesor pudo significar y representar en el imaginario del niño(a) el rol de
padre. Otra diferencia frente a las necesidades afectivas en los niños se debe a
la capacidad de resiliencia y la sensibilidad que cada uno tiene, por lo que es
importante tener claridad sobre sus características y necesidades emocionales y,
desde ahí, acercarse a su visión del mundo.
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arma que en el futuro el niño puede utilizar como forma de manipular
situaciones a su favor y obtener beneficios personales.
Es posible que algunos niños y niñas rechacen el contacto físico con sus padres
adoptivos. Las caricias y la cercanía de los otros pueden resultarles
incómodas, tanto que a veces los paraliza y su cuerpo se vuelve rígido,
pudiendo transpirar o agitar su respiración como señal de la angustia que les
produce la proximidad. Otros niños son más expresivos en este rechazo y
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manifiestan abiertamente su desagrado ante las caricias a través de frases
como “Déjame solo, no me toques”. La rabia asociada a este rechazo puede
ser hostil, haciéndose más evidente al intentar consolarlo cuando está
llorando luego de una pataleta. Incluso puede volverse violento, lanzando
manotazos o patadas en una clara señal de “no te acerques”.
Para interpretar esta conducta, hay que distinguir entre aquel niño o niña que
evita o inhibe las conductas de proximidad y de expresión de afecto hacia sus
figuras paternas y que se descoloca al recibirlas, de aquel niño que expresa su
rabia a través del rechazo hacia los otros.
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- Tal vez el niño(a) lo rechace, no olvidemos que es algo desconocido
para él y las cosas intimas no le agradan del todo. Inténtelo tantas
veces como sea necesario, evitando sentirte dolido(a) por el rechazo.
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Unifica y afianza los lazos del niño o niña con los padres y con el
entorno familiar.
En la sección Anexos encontrarán una buena técnica para realizar masajes,
llamada Masaje Shantala, la que fue descubierta en la India y sirve para
cualquier niño o niña, independientemente de su edad. Por sus experiencias
tempranas, tu hijo o hija necesita mucho afecto, el que se expresa de mejor
manera a través del contacto físico, así es que inténtalo y buena suerte.
Una de las maneras más eficaces que tienen los niños y niñas para expresar la
rabia es hacer pataletas. Una pataleta es una reacción escandalosa del niño(a) en
la que llora, grita, se tira al suelo y patea o se amurra, es decir se inhibe, se
vuelve introvertido, frunce el seño y agacha la cabeza, siendo imposible
convencerlo de que cambie de actitud. De esta manera, el niño expresa su
descontento frente a la frustración. Un niño “pataletero” es aquel que no sabe
cómo expresar lo que siente de manera adecuada y, por lo mismo, sus emociones
lo desbordan.
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Es muy frecuente que los niños y niñas adoptados sean poco tolerantes a la
frustración. Por tal razón, pueden hacer muchas rabietas, las que no sólo están
destinadas a expresar sus emociones, sino también a llamar la atención o
expresar el dolor que han guardado por mucho tiempo. Esta es la primera señal
de que su hijo(a) se está adaptando y está confiando en ustedes. Resulta
paradójico, pero lo cierto es que mientras peor se porte su hijo o hija, mejor va
el proceso de adaptación, pues por fin se siente en libertad de expresar sus
emociones, sin temor a ser rechazado o ser devuelto al hogar. Esta es una buena
oportunidad para ustedes, para calmarlo, reconfortarlo y ayudarlo a manejar sus
emociones.
A veces estas crisis están relacionadas con algún cambio en la vida del niño,
como el mudarse de casa o de colegio. También pueden activarse con una
separación o pérdida significativa, como una mascota, pelear con un amigo o
enfrentar un desafío que no se siente capaz de asumir con éxito.
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recordar que los adultos son ustedes y que no pueden ni deben caer en
la provocación, aún cuando les agreda física o verbalmente. La rabia
y ofensas del niño(a) son muestras de un dolor antiguo, de una
angustia que no eligió y que no puede controlar. Deben hacerle sentir
que está protegido y que estarán siempre a su lado, en las buenas y en
las malas.
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7. NIÑOS QUE ESCONDEN LA COMIDA
Si su hijo(a) pasó hambre, va a necesitar tiempo para entender y asimilar que tal
situación no volverá a ocurrir. Para ello va a necesitar oír muchas veces la frase
“no tienes para que guardar la comida, porque de aquí en adelante no te faltará”
o “en el refrigerador siempre va a haber comida para ti”. Además, tendrá que
cerciorarse en la práctica y por sí mismo que tales afirmaciones son una realidad.
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- Si la comida es algo que obsesiona al niño(a), es mejor ponerla a su
alcance. En este caso, es muy útil tener a la mano un tiesto con
frutas, frutos secos o algún otro alimento saludable para ayudarlo a
relajarse. Si aún cuando ha comido se levanta en la noche diciendo
que tiene hambre, es bueno dejarle en su velador un vaso de leche o
una barra de cereales.
A veces resulta difícil comprender por qué los niños adoptados siempre ponen a
prueba los límites que los adultos establecen hacia ellos. Sin embargo, si lo
analizamos en profundidad, todo niño necesita en algún momento poner al límite
la autoridad de sus padres. Esta rebeldía es la base de su diferenciación del
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mundo adulto y de la construcción de su identidad como ser único y diferente.
Por la edad en la que los niños(as) son adoptados, esta transgresión a las normas
y límites es más explícita y ocurre con demasiada rapidez a los ojos de los padres
adoptivos.
Las razones por las cuales un niño o niña se vuelve rebelde y/o desobediente
son variadas y pueden resumirse en las siguientes situaciones:
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pendiente de esta actividad en todo momento, de modo que sienta que él
es el centro de todo.
- Cuando los padres adoptivos tienen más hijos, muchas veces no logran
entender por qué uno de ellos necesita más cariño que los otros, en
circunstancias que han sido tratados y criados de la misma manera.
Al darle una orden al niño, como por ejemplo “ordena tu pieza”, éste
suele no obedecer de forma inmediata y se toman -por así decirlo- su
tiempo. Ante este hecho, los padres muchas veces se impacientan y
terminan haciendo ellos mismos lo que habían ordenado.
Esta conducta da una señal a los hijos en cuanto a que hay cosas que
no es necesario completar, porque finalmente la concluirán los padres.
El niño entonces se cuestiona para qué obedecer. Una vez más es
importante ser coherentes y mantener las sanciones, ya que de eso
depende que nuestros hijos o hijas asuman una actitud responsable
hacia sí mismos y hacia los demás.
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madurez. En tales casos, el niño(a) desobedece por su incapacidad y
no por irreverencia y, por lo tanto, debemos asignar tareas y
obligaciones adecuadas a su edad y darles órdenes que sean capaces
de cumplir y entender.
Debemos dejar en claro, que para que el niño obedezca no hay recetas
infalibles ya que cada uno de ellos tiene su propia personalidad e historia
que lo hacen diferente a otro y por ende, en sus manos está el reconocer
qué estrategias pueden dar mejores resultados con su hijo/a.
Muchas veces los padres adoptivos sienten que entregan mucho amor a su
hijo(a), pero que éste no se los retribuye de la misma manera ni en la misma
medida. A los padres les cuesta entender por qué el niño le dice papá o mamá
a un desconocido o a veces utiliza la palabra tía o tío para referirse a ellos.
En otros momentos parece ser tan sociable, que puede estar en los brazos de
cualquier persona, sin extrañar a sus padres, y entregarle a un extraño las
mismas demostraciones de afecto que a ellos.
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El apego se relaciona con la forma en que el adulto a cargo del niño o niña
satisface o no satisface sus necesidades básicas. Por ejemplo, cuando el bebé
tiene hambre, llora reclamando ser alimentado. Sus padres o cuidadores, al
escuchar su llanto, acuden a él, lo acunan y le dan la mamadera satisfaciendo
así su hambre. De esta manera el bebé se tranquiliza. Si este ciclo de
demanda y respuesta, se repite lo suficiente, el bebé aprende que el mundo
es un lugar predecible y seguro. El adulto entonces es para el niño la base
para obtener la seguridad que necesita y que le servirá para atreverse a
explorar el mundo en el futuro. De otra manera, podemos decir que aprender
a confiar requiere de una repetición constante en el tiempo. Para algunos
niños y niñas nunca existió una respuesta a sus demandas. Es decir, si tenían
hambre y lloraban, sus padres o cuidadores nunca acudieron a él y no
respondieron a sus necesidades. Al poco tiempo se resignan a no llorar,
estableciendo la hipótesis de “para qué voy a llorar si nadie acudirá a
atenderme”, generando lo que se conoce como un apego inseguro.
Pensar que los niños que han pasado por experiencias de abandono, maltrato
o institucionalización lo único que necesitan es amor es correcto sólo en
parte. Evidentemente, para superar sus heridas requerirán del amor
incondicional de sus padres adoptivos, pero también de tiempo para cambiar
lo que aprendieron a través de sus anteriores experiencias, hasta ser capaces
de recuperar y ver al mundo con confianza.
Implemente algunas ideas útiles para fomentar un apego sano con su hijo o
hija, independientemente de su edad:
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- Mírenlo a los ojos cuando le hablen, traten de mantener el contacto
visual en todo momento, ya sea cuando jueguen, coman o conversen, por
cuanto es también una forma de establecer cercanía y proximidad.
No obstante son pocos los casos de niños(as) que no quieren irse del hogar o
de la casa de la familia guardadora, se trata de una conducta esperable por
haber vivido un largo período de institucionalización. Si bien un hogar o
familia guardadora no es el lugar más propicio para que un niño crezca, para
él es lo único conocido, que siente propio y le da seguridad. Es natural que
dejar el ambiente en el que se ha desarrollado le genera temor y angustia de
perder su estabilidad a cambio de la posibilidad incierta de vivir en familia.
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adultos. Ya lo hirieron antes, por lo tanto ¿cómo puede estar seguro de que
ustedes no harán también lo mismo? Su sentido común y su experiencia le
dicen a su hijo(a) que debe actuar con cautela y no entregarse a la primera
ocasión.
- Ante la angustia que se produce en los niños y niñas por tener que
irse del hogar, especialmente durante el momento del enlace, los
padres deben ser muy comprensivos y procurar conquistar su
confianza.
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11. NIÑOS QUE SIEMPRE BUSCAN COMPLACER AL ADULTO
Algunos autores señalan que los niños y niñas adoptados “traen una mochila”,
la cual representa los dolores emocionales que el pasado ha dejado en ellos.
Esta expresión es muy acertada y simboliza la necesidad que tienen de
compartir esta carga emocional con un otro. Por el amor incondicional que
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ustedes le tienen, serán las personas más adecuadas para sacar lo malo de
esta mochila y conservar lo bueno que hay en ella.
En algún momento de sus vidas, la mayoría de los niños y niñas adoptados se han
sentido solos y abandonados por aquellos en quienes confiaban. La historia de su
adopción se inicia siempre con la pérdida de sus padres biológicos y de otras
personas que fueron importantes para ellos. Incluso en los casos de quienes
fueron adoptados a los pocos días de nacer, en algún momento de sus vidas van a
entender que, para ser adoptados, tuvieron que haber primero unos padres que
no se hicieron cargo de ellos, y es ahí donde surge el dolor por el abandono.
Como son tan pequeños para comprender las circunstancias que rodearon su
adopción, es lógico que piensen que la historia puede repetirse. Por eso, muchos
niños adoptivos le temen al rechazo y fantasean con un nuevo abandono. Este
temor, más que una idea fija, es una sensación difusa que los hace hipersensibles
al rechazo y los lleva a pensar que sus padres adoptivos también los
abandonarán. Dudan que el amor de sus nuevos padres sea incondicional y pueda
durar para siempre.
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Respecto a esto, es importante que los padres adoptivos sean capaces de
transmitir una y otra vez al niño que, pase lo que pase y haga lo que haga, no
dejarán de amarlo. Aunque para todos los que le rodean es obvio que su familia
es permanente, para él no está tan claro dado que la vida les ha enseñado que
quien hoy lo cuida, mañana puede desaparecer.
¿Qué debemos hacer?
Las siguientes ideas pueden ser útiles para combatir el miedo de su hijo o
hija a sentirse abandonado(a) de nuevo:
- Reafírmenle con sus palabras y sus acciones que siempre estarán a su lado.
- Cuando fantasee con vivir con "otra mamá" o con "la mamá biológica", no
se sienta herida ni ofendida. Esta fantasía les da la oportunidad de
reafirmarle el hecho de que, haga lo que haga y aunque a veces se enojen
con él, siempre será su hijo(a). Si tiene edad suficiente, muéstrenle la
sentencia de adopción, explicándole que una vez que el juez ha firmado, ni
los padres biológicos ni los adoptantes pueden deshacerla.
- Ser firme con las normas no puede estar reñido con confirmarle siempre y
en todo momento que el amor que le tienen es para siempre. Es muy posible
que haya temporadas en que su hijo(a) necesite poner la relación a prueba,
provocando enfrentamientos que lleguen al límite. Sin embargo, ustedes
saben que, por muy malos que sean sus resultados escolares o por muy difícil
que sea la fase que está viviendo, no dejarán de ser su madre o padre ni
tampoco de quererlo. Háganle saber esta realidad, poniéndola en palabras.
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12. NIÑOS QUE MIENTEN
Aunque hay una etapa en el desarrollo del niño o niña en la que decir mentiras es
algo habitual, suele ser la manifestación de algo que le está afectando tanto en
su mundo interno como externo. Los niños y niñas mienten con una razón y un
objetivo, por lo tanto, los padres deben estar atentos al tipo de mentira y al
propósito que hay detrás de ella, a su frecuencia y al contexto en que ocurren.
Los niños(as) mienten por distintas razones, puede ser por miedo y temor a las
consecuencias de sus actos, siendo entonces una forma de ocultar una mala
acción. En este caso, se les debe enseñar a afrontar las consecuencias de sus
actos y los padres, por su parte, deben evaluar el nivel de confianza que han
alcanzado con su hijo(a) como para descubrir cuán presionado se ha sentido para
llegar a ocultar sus errores y desaciertos. En otras ocasiones, la mentira surge
como una forma de probar los límites de los padres, ya sea porque estos son muy
estrictos o muy permisivos y no existen normas claras en el interior de la familia.
Otra razón por la que el niño puede llegar a mentir es para buscar aprobación u
obtener algún beneficio. En tal caso es importante explicarle que mentir no es
una buena forma para lograr el cariño o respeto de los demás, si no por el
contrario, dígale que valora en él su valentía para afrontar las consecuencias de
sus acciones y que lo quiere tal como es. La mentira también puede surgir para
proteger a otro, por la presión del grupo, por estrés, por imitación al ver a otros
mentir o para llamar la atención.
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El curso que siga la tendencia a mentir en el niño(a) dependerá en gran medida
de la actitud de los padres y del entorno. El no darle importancia o ser
demasiados rigurosos o moralistas puede favorecer su repetición.
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13. NIÑOS QUE RECUERDAN SU VIDA PASADA
Una vez que son adoptados algunos niños y niñas hablan de su historia pasada,
dando detalles de su vida en el hogar, de los amigos y compañeros, de las tías
que lo cuidaban o de los pocos recuerdos que guardan de su familia biológica. A
veces sus relatos pueden corresponder a recuerdos felices o divertidos, en
cambio otros, pueden conmover por su crudeza, al dimensionar lo que el niño(a)
pudo haber sufrido en su vida pasada. Frente al pasado no podemos hacer
mucho, salvo enseñarle a aprender de esas experiencias, recordándole que esos
momentos ya pasaron y que nunca más se repetirán, porque ahora tiene una
familia que está para protegerlo(a).
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14. NIÑOS HIPERACTIVOS
La mayoría de los niños(as) sientan las bases de su autocontrol a partir de los tres
años, luego de atravesar la etapa típica de las pataletas. Aquéllos que no
contaron en su momento con la ayuda necesaria para hacerlo o que han vivido
algún tipo de trauma, no consiguen calmarse por sí solos cuando sus niveles de
estrés se disparan. Si consideramos que la falta de control en el niño es una
prueba de que se siente angustiados y no sabe cómo calmarse, estaremos en
mejor disposición para ayudarlos.
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ruidosos, eviten la música a alto volumen y las actividades que lo
descontrolen.
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15. NIÑOS PERFECCIONISTAS
1. Repetir una y otra vez sus tareas hasta hacerlo de manera perfecta, lo que los
lleva a veces a no terminar sus trabajos por falta de tiempo.
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3. Nerviosismo permanente al rendir un examen, a pesar de estar bien
preparados.
- Se le debe elogiar por el esfuerzo realizado más que por los resultados
obtenidos.
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conseguir determinadas metas no depende tan sólo de la voluntad y el
esfuerzo personal, sino también de otros factores.
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OTRAS CONSIDERACIONES RELEVANTES
- Establecer horarios fijos para sus actividades diarias, tales como para
levantarse, jugar, comer, acostarse o pasear.
- Que sepa en todo momento lo que va a pasar. Cuéntenle que van a hacer a
continuación, por ejemplo, vamos a almorzar y luego iremos de compras. Saber
lo que viene a continuación y comprobar que todo sucede de acuerdo con lo que
le contaron, le ayuda a sentirse seguro.
- Sean previsibles para su hijo(a). Traten de hacer las cosas siempre en el mismo
orden, estableciendo pequeños rituales en torno a las actividades cotidianas. Por
ejemplo, luego de sentarse a la mesa a almorzar, una familia establecía el ritual
de tomarse de las manos y agradecer el estar todos juntos.
- Durante los primeros días junto a su hijo o hija eviten los lugares con
demasiados estímulos. Resistan la tentación de llevarlo al zoológico o a algún
parque de diversiones. Permítanle que primero se adapte a su entorno más
inmediato y luego exploren junto a él otros ambientes.
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cotidianas, para él pueden ser una fuente de estrés o lo enfrentan a situaciones
muy desconcertantes y hasta atemorizantes.
Debemos estar preparados para aceptar el dolor que esto produce y que no lo
podemos evitar, aunque sí podemos comprender su necesidad de conocer
detalles sobre su historia y que el deseo de conocer a los padres biológicos no
pone en tela de juicio la relación que tiene con ustedes. Pueden acompañarlos
y apoyarlos para que salgan fortalecidos de esta experiencia.
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No debemos autoengañarnos. El hablar de la adopción con los niños, con las
palabras adecuadas y en los momentos correctos no impedirá que sientan pena
o rabia hacia su propia historia. La tristeza, la confusión, la rabia y la rebeldía,
son emociones normales que debemos aceptar como algo natural.
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estudios que dicen que el 80% de las mujeres que adoptan la sufren, en mayor o
menor medida.
La mayoría de los consejos para la depresión post adopción son similares a los
consejos para enfrentar las depresiones post parto:
- Saber que es real y que les puede ocurrir, ayuda a enfrentarla de mejor
manera, ayudando a disminuir los sentimientos de culpa.
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que ya han vivido esta etapa puede ayudarlos acerca de qué hacer ante
determinadas situaciones y, sobre todo, a que no se sientan como seres
extraños.
ADOPTAR UN HERMANITO
Las parejas que ya tienen hijos siempre tienen dudas acerca de cuándo es el
mejor momento para volver a adoptar. Una vez que se han decidido a iniciar un
nuevo proceso de adopción, surge una nueva interrogante. ¿Cuál es el mejor
momento de contar a los hijos de la llegada de un hermanito? ¿Es mejor
esperar hasta tener el nuevo certificado de idoneidad o cuando esté cerca la
fecha del viaje?
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Eviten que el hermano que está por llegar esté presente en cada conversación,
aunque es bueno dejar que el tema salga con naturalidad y permitir al niño
expresar sus pensamientos, dudas y reparos abiertamente.
Sin distinguir entre niños adoptados o biológicos, los hijos a veces sufren con la
llegada de un hermano. Si el niño o niña que llega es adoptado puede necesitar
mucha atención y ayuda para adaptarse y sentirse seguro en su nuevo hogar. Para
los niños el amor se mide por la cantidad de tiempo y atención que se les dedica,
y es normal que su seguridad se resienta al tener que compartirlos
repentinamente.
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Los hijos únicos suelen tener más dificultades para adaptarse a la llegada de un
nuevo hermano. Incentivarlo a compartir con otros niños, algún primo, los hijos
de sus amigas o algún vecino puede ayudarle a enfrentar este nuevo escenario.
Tengan en cuenta que es normal que a veces se adoren y defiendan mutuamente,
y que en determinados momentos peleen y no se soporten.
A veces los niños dicen frases como "mamá, por qué no devolvemos a mi
hermanito al hogar?" No lo critiquen. Comprendan que detrás de esta frase está
su deseo de proteger lo que le pertenece.
- Si su hijo o hija tiene celos hacia su hermano, háganle saber que lo entienden y
que es algo normal, explicándole que a veces queremos mucho a alguien, pero
que hay momentos en que no lo queremos ni ver. Compartan sus propias
experiencias y recuerdos, las anécdotas vividas ayudan a los niños a normalizar lo
que sienten y a entender sus emociones.
- Empaticen con sus sentimientos, diciéndole frases como “debe ser difícil para ti
que tú hermanito llame la atención”, esto hace que se sienta comprendido y
acompañado.
ES LA EDAD O ES LA ADOPCIÓN
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Conviene recordar que, como parte de su desarrollo, los niños deben pasar por
ciertas etapas, algunas con mayores exigencias que otras, pero todas normales y
necesarias. Para normalizar la conducta de su hijo(a) lo mejor es que recuerden
su propia niñez y los momentos difíciles que tuvieron que pasar, los miedos que
los aterrorizaron y las situaciones en las que se sintieron derrumbados. Así,
pronto se darán cuenta que su hijo(a) tiene esos mismos sentimientos, miedos
y/o dolores.
A medida que van creciendo, los niños y niñas van entendiendo lo que implica la
adopción. Se plantean nuevas interrogantes y aparecen en ellos nuevos
sentimientos con respecto a su historia y a las personas que han sido importantes
en su vida. Si en algún momento su hijo(a) muestra un comportamiento
problemático, que piensan que puede estar relacionado con la adopción o
simplemente no saben cómo manejar, es aconsejable pedir ayuda a un
especialista. Asesórense por profesionales con experiencia en adopción y en
trabajo con familias adoptivas, quienes seguramente los ayudarán a interpretar
correctamente lo que ocurre, les darán herramientas para ayudar a superar el
problema y evaluar si el niño(a) necesita algún tipo de apoyo extra.
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ANEXOS
EL MASAJE SHANTALA
Este masaje fue introducido en Europa y Estados Unidos hace 30 años por el
doctor Frédérick Leboyer, quien descubrió en las calles de Calcuta a una
madre masajeando a su bebé. Emocionado señaló: “De pronto, en plena
sordidez, se me concede contemplar un espectáculo de la más pura belleza.
Era como un ritual revestido de extraordinaria dignidad. Era como un ballet,
tanta armonía en ello, tan justo en el ritmo, aunque de gran lentitud.
Permanecí deslumbrado y confundido, el horror de las calles que había
recorrido, había desaparecido. Estaba como cegado por tanta belleza y tanto
amor.”
Existen dos posiciones básicas para realizar este masaje. Una de ellas es con
las piernas extendidas y separadas con el bebé o niño en el medio. La otra es
con una pierna extendida y la otra flexionada con el niño en el medio. Tener
a mano todo lo necesario para realizar el masaje (colchoneta, toallas, aceites,
etc.), además de preparar un ambiente cálido y relajarse mediante una
respiración profunda, y la relajación de hombros y brazos.
EL PECHO:
1) Una vez puesto el aceite en nuestras manos, colocamos las dos manos
sobre el pecho del bebé o niño, desde el centro hacia fuera, deslizando las
manos, como si alisaran las hojas de un libro abierto. Esta técnica facilita la
ampliación de la capacidad respiratoria.
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2) Cruzar el pecho. Coloque su mano derecha sobre el lado izquierdo de la
cadera del bebé o niño y deslícela hacia arriba en dirección al hombro
opuesto, es decir al hombro derecho. Termine envolviendo el hombro del
bebé o niño. Hacer lo mismo, pero en sentido contrario, es decir la mano
izquierda sobre el lado derecho de la cadera del bebé o niño y subir cruzando
hasta el hombro izquierdo. De esta forma se va alternando en cruz,
trabajando una después de la otra. Este movimiento trae equilibrio y armonía.
BRAZOS Y MANOS:
1) En el último movimiento, nuestra mano izquierda quedó sobre el hombro
izquierdo del bebé o niño, nuestra mano derecha está libre y tomaremos con
ella la muñeca izquierda del bebé para extender el brazo. Pero es nuestra
mano izquierda, la que formando como un brazalete con pequeños toques de
yema de los dedos, bajará hasta la manito. Llegado este punto, volvemos al
hombro y repetimos el movimiento cuatro veces, siempre desde el hombro
hacia la muñeca.
2) Con las dos manos juntas, sujetar el bracito izquierdo del bebé o niño a la
altura del hombro, deslizar sus dos manos en dirección a la muñeca, con
movimientos de torsión. Las manos deben moverse al mismo tiempo, pero en
direcciones opuestas. Al llegar a las muñecas, reiniciar el movimiento cuatro
veces.
ABDOMEN:
1) Colocar la mano plana sobre el abdomen, debajo de las costillas y deslizarla
al bajo vientre. Cuando una mano termina el movimiento la otra comienza, y
así sucesivamente. Realizar este movimiento cuatro veces.
2) La mano izquierda toma el pie del bebé o niño para mantener las piernas
extendidas y algo elevadas. La mano derecha realiza el movimiento de arriba
hacia abajo cuatro veces, y luego este mismo movimiento es realizado en el
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antebrazo repitiendo con la misma mano cuatro veces. En la zona abdominal
es de especial importancia el uso del aceite para que, junto con los
movimientos, facilitemos el funcionamiento intestinal y la eliminación de
gases, proporcionando alivio a los cólicos además de tonificar los músculos
abdominales.
PIERNAS Y PIES:
1) Se comienza de la misma forma que lo hemos hecho con los brazos. Con la
mano derecha tomaremos el pie izquierdo del bebé, para extender la pierna,
pero es nuestra mano izquierda la que formará como un brazalete, haciendo
toques con las yemas de dedos desde el muslo hacia el tobillo. Llegando este
punto volvemos al muslo y repetimos este movimiento hacia el pie cuatro
veces, siempre desde el muslo hacia el pie.
2) Con las dos manos juntas sujetar la pierna izquierda del bebé a la altura
del muslo, deslizar las manos en dirección al pie, con movimientos de torsión.
Las manos deben moverse al mismo tiempo, pero en direcciones opuestas. Al
llegar al pie, reiniciar el movimiento desde el muslo cuatro veces.
Seguido a este movimiento pasar la palma de la mano en la planta del pie del
niño. Continuamos con los mismos movimientos en la otra pierna y pie.
ESPALDA:
Para comenzar los masajes en la espalda debemos cambiar la posición del
niño. Durante todo el masaje el bebé estuvo paralelo a nuestras piernas, a
partir de este momento lo colocaremos en forma trasversal
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3) Es el mismo movimiento que el anterior pero sin detenerse en las nalgas,
sino que sigue por los muslos hasta los talones, de allí sube y vuelve a bajar.
En cuanto a la mano derecha sólo sostiene los pies del niño.
LA CARA:
Para masajear la cara debemos colocar al niño en posición original, boca
arriba y paralelo a nuestras piernas.
2) Base de la nariz, colocar los pulgares entre los ojos, en la parte superior de
la nariz. Bajar por los laterales de la nariz y luego subir haciendo el mismo
recorrido.
3) Las comisuras de la nariz. Deslizar los pulgares por los laterales de la nariz,
contorneando la boca y siguiendo el maxilar superior, hasta detenerse en la
parte inferior de las mejillas.
EJERCICIOS DE CIERRE:
BRAZOS:
1. Tomar las manos del niño y cruzar los brazos sobre su pecho. Luego, abrir
los brazos y cruzarlos de la forma opuesta, es decir primero el brazo derecho
arriba y luego el brazo izquierdo arriba. Este tipo de movimiento a los bebés
les divierte mucho y se sonríen con frecuencia, pero si son muy pequeños y
rechazan el abrir y cerrar de brazos, dejaremos que adopte la postura que
más le agrade.
PIERNAS Y BRAZOS:
2. Tomar un pie y el brazo opuesto, cruzar brazo y pierna de manera que el
pie se aproxime al hombro y la mano al muslo opuesto. Repetir este
movimiento con la pierna y el brazo opuesto. Libera las tensiones de las
vértebras en especial las lumbares.
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3. Tomar los dos pies y cruzar las piernas sobre la zona abdominal baja, abrir
las piernas extendiéndolas y cruzarlas nuevamente invirtiendo la posición.
Abrir y cerrar varias veces. Relaja las articulaciones de la pelvis,
especialmente sus ligamentos, con el sacro y la base de la columna vertebral.
HIDROTERAPIA:
- Den al niño órdenes muy claras. Para que obedezcan, comenzando por
instrucciones cortas, específicas y muy claras. Para los niños es importante
saber por qué les pedimos que hagan algo y lo que deben aprender. Deben
darle órdenes razonables con explicaciones acerca de cómo hacerlo.
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- Sean oportunos a la hora de pedirle a su hijo o hija que haga algo.
Aprovechen los momentos de tranquilidad con él o ella y denle la confianza
que necesita.
- Hay que motivarlos. No sólo es importante que sepan qué tienen que hacer,
sino también que conozcan las consecuencias positivas de hacerlo bien. De
esta forma llegarán a incorporar como propias las conductas adecuadas.
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