Está en la página 1de 5

Desmontaje y montaje del tambor de freno, así como la comprobación de

todos sus elementos

En primer lugar, aflojaremos los tornillos de las ruedas procederemos a elevar el coche,
habiendo calzado antes las ruedas delanteras, si utilizamos el gato del vehículo procederemos
lo situaremos en un punto firme bajo un triángulo de la suspensión trasera si esta es
independiente Una vez arriba calzaremos el coche, con un caballete, si no lo tenemos
podemos utilizar un taco de madera macizo. chasis o en la parte inferior de la carrocería,
aparte del riesgo de abolladuras, deberemos levantar todo el recorrido de la suspensión que en
algún caso puede llegar a los 30 o 40cm, antes de elevar la rueda del suelo. la rueda en el aire,
y con el coche convenientemente calzado, la retiraremos y tendremos a la vista el tambor de
freno, procederemos a marcar su posición con una tiza, bien por la parte de atrás, llamada
espejo, o desde el centro hacia fuera, dependiendo del método de fijación del mismo al buje de
rueda La sujeción del tambor puede ser de varias maneras, las más corrientes serian por
medio de tres o más tornillos, o bien por una tuerca grande cuya medida va de 30....40.. o más
(lo que obliga a tener una herramienta adecuada para aflojarla) que ajusta los cojinetes del
buje, en el caso de los tornillos exteriores utilizaremos siempre la llave o destornillador
adecuados, para evitar redondearlos, o descabezarlos, pues suelen estar bien apretados por
efecto del polvo y el tiempo. Actuaremos con firmeza sobre ellos, dando tirones secos, unos
golpes de martillo sobre la cabeza de los tornillos suele ayudar a desclavarlos, en cualquier
caso, más vale maña que fuerza.

Si la sujeción se efectúa por la tuerca central que ajusta los cojinetes, procederemos a retirar el
guardapolvo que la cubre, suele estar alojado a presión, y necesitaremos unos alicates
grandes, de pico de loro por ejemplo (también los hay específicos para este cometido), para
poder extraerlo, o bien con ayuda de un martillo pequeño, podremos dar unos golpecitos a los
lados alternativamente sin deteriorarlo (un guardapolvo deteriorado puede ocasionar una avería
grave y costosa, al perder su estanqueidad, y permitir el paso del polvo o agua al interior de los
rodamientos) hasta que salga de su alojamiento.
Una vez retirados los guardapolvos, nos encontraremos con la tuerca que ajusta los cojinetes,
debería estar envuelta en grasa, la cual retiraremos con un trapo limpio, si la tuerca lleva un
pasador para evitar que se afloje, retiraremos este con ayuda de unos alicates, y aflojaremos la
tuerca, esta suele ser grande, y tendremos que buscar la llave adecuada para evitar
deteriorarla,

Atención!!, en algunos casos y si estamos desmontando el lado izquierdo, el del volante, la


tuerca puede soltar al revés, roscas a izquierdas, para evitar aflojarse por el sentido de rotación
del buje.

Una vez la hayamos retirado, podremos quitar el tambor, pero ojo, los cojinetes también
saldrán y debemos tener mucho cuidado con ellos y ser especialmente escrupulosos en su
manejo, los pondremos sobre una superficie limpia, respetando su orden, así como el de las
arandelas de ajuste que lleven, no es necesario limpiar la grasa que tengan adherida pero
procuraremos que no se nos unte de polvo.
Puede parecer un poco lioso, pero si prestamos un poco de atención al desmontar veréis que
es sencillo, y lógico.
Para proceder al montaje realizaremos la operación inversa, observando que los cojinetes
pueden ser cónicos y untando la superficie de rodamiento de los mismos con un poco de grasa,
no en exceso. Ajustaremos la tuerca hasta hacer tope, y apretaremos un poco, para después
soltar hasta que el buje gire libre, los cojinetes no deben quedar frenados, pues sino podrían
griparse. Pondremos un pasador para bloquear la tuerca si esta lo llevara, y montaremos el
guardapolvo con un golpecito en el centro del mismo, procurando no deformarlo
En otros casos el tambor se sujeta al buje con los mismos tornillos que la llanta de la rueda, por
lo que al quitar esta queda libre, pero son los menos, en cualquier caso tener en cuenta que lo
aquí indicado es para los caso más generales y corrientes, puede variar en casos concretos.

Atención!! una
vez que tenemos
sueltos los
tornillos o la
tuerca que
sujeta el tambor,
este debería
salir, pero esto
no es así por
que las zapatas
de freno están
presionando
contra el tambor
y no le dejan ser
extraído. Puede
ser normal tener
que dar unos
golpes con el
martillo a los
lados del tambor
para desclavarlo,
y poder
retirarlo, tener en
cuenta que no
debemos tener
puesto el freno
de mano, ni
ninguna marcha,
para que este
gire libre.
En otros casos
necesitamos un
destornillador
que metemos
por uno de los
orificios de los
tornillos que
sujetan la rueda
al tambor (como
se ve en la
figura). Con el
destornillador
separamos la
pata de la
palanca de
mando del freno
de mano de la
mordaza
secundaria para
retraerla y evitar
que presione
contra el tambor.

Una vez fuera tendremos a la vista las mordazas de freno, el Bombín, los sistemas de ajuste
automático de las mordazas y el mecanismo del freno de mano.
Deberemos tomar las precauciones sobre los materiales que contienen amianto, así que nos
pondremos la mascarilla, y no soplaremos el polvo del interior del tambor ni de la superficie de
las mordazas, lo barreremos con una brocha seca, pasaremos una lija de grano medio por la
superficie de las mordazas, para devastar la capa superficial que suele endurecerse, y también
por el interior del tambor, no hace falta lijar mucho, solo un poquito, cuando la superficie de las
mordazas blanquee un poco ya es suficiente, eliminamos las virutas y ya esta. Si el grosor de
las mordazas fuese inferior a un milímetro y medio, (1'5 mm) os recomiendo que las cambiéis,
operación que tiene mas complejidad y que se necesitan unas herramientas especificas como
son unos alicates especiales para tensar y destensar los muelles para desmontarlos y después
volverlos a montarlos, realizar esta operación depende de los manitas que sea uno, por que
tiene su complejidad aunque os aseguro que no es imposible.

Volveremos a montar el tambor haciendo coincidir las marcas de tiza que hicimos antes, si el
tambor va sujeto con tornillos, o procediendo como hemos descrito arriba si se sujeta con la
tuerca de ajuste de los cojinetes, en los coches actuales no es necesario ajustar las mordazas
pues estas se ajustan automáticamente, si nuestro coche es más antiguo, podremos ajustarlas
nosotros, procediendo por los tornillos que se encuentran detrás del tambor en la cara interior o
espejo, a ambos lados, y que por el frente en el interior del tambor correspondes a unas levas
excéntricas que ajustan las mordazas contra las paredes del tambor. Girando los tornillos hacia
abajo, hasta dejar frenado el tambor y soltando un poco para que vuelva a girar, podemos dar
unos golpes con el martillo en las paredes del tambor, para que las vibraciones ayuden a
ajustar las mordazas, el tambor debe girar libremente, sino se

También podría gustarte