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The Rapture 1 - Alexandra Ivy PDF
The Rapture 1 - Alexandra Ivy PDF
Este documento es una traducción oficial del foro Eyes Of Angels, por y
para fans.
Esperamos que este trabajo realizado con gran esfuerzo por parte de los
staffs tanto de traducción como de corrección, y de revisión y diseño, sea de
vuestro agrado y que impulse a aquellos lectores que están adentrándose y que
ya están dentro del mundo de la lectura. Recuerda apoyar al autor/a de este
libro comprando el libro en cuanto llegue a tu localidad.
2
ÍNDICE
Staff
Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Epílogo
Sobre la Autora
3
STAFF
Moderadora:
AriannysG
Traducción
Nessied Karla_St Agoss
Sandra289 BrenMaddox VicHerondale
Katiliz94 AriannysG
Bii_Puente Clajace
Corrección
Key Marta_rg Ariannys
Pily G
Recopilación y Revisión
Pily AriannysG
Diseño
PaulaMayfair
4
5
SINOPSIS
Madison Philips tiene solo un motivo para volver a Las Vegas: Luc
Angeli. El alto, moreno, chico malo que se llevó su virginidad en su
decimoctavo cumpleaños y que después huyó. Ahora ella está de
regreso, y preparada para la venganza.
The Rapture #1
6
CAPÍTULO 1
Traducido por Nessied, katiliz94 y SOS por Sandra289
M
adison Philips sabía que estaba soñando.
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No era como si hubiera esperado en realidad que su madre
recordara que era el décimo octavo cumpleaños de su única hija.
Diablos, Connie Philips no había estado en el remolque en dos
semanas. Madison asumió que todavía se encontraba escondida en
algún hotel de mala muerte con su último amante.
Y por supuesto, fue una idiota por pensar por un segundo que
Luc Angeli, el Ángel Oscuro, quien era tres años mayor que ella y el
centro de atención de sus fantasías adolescentes, podría en realidad
pasar por allí.
8
Pero esta noche, estaba un premio imprevisto esperándola.
—Pero…
9
—Tú me invitaste, ¿no es así? —interrumpió él, su mirada
persistente en la exuberante curva de sus labios.
—Yo tampoco, pero parece que no soy tan inmune como debería
de ser a tu tentadora… invitación.
Él contuvo el aliento.
—¿Estás segura?
10
cuerpo apenas cubierto por su corta falda de cuero negro y la camisa
tipo corsé que le pidió prestada a una amiga.
—Estoy segura.
—¿Cómo?
—Quítate la ropa.
Parpadeó ante la orden directa y ante una lenta sonrisa que curvó
sus labios. Era un reto. A pesar de que inocentemente entendió que él
estaba poniendo a prueba la profundidad de su compromiso con la
despedida de su virginidad.
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Total y completamente.
Ella dio un paso incierto hacia adelante. Y luego otro. Por último,
se puso de pie a pocos centímetros de distancia.
12
Un torpe encuentro de sus labios que dejó a su adulador con
disgusto.
Pero esto…
Era maravilloso.
—No hay vuelta atrás. —Las palabras fueron más una promesa
que una amenaza, envolviéndose a su alrededor con el placer del
paraíso.
Ella se estremeció.
—Bien.
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Solo cuando ella gemía bajo su toque experto, él hacía trazar sus
dedos por la superficie plana de su estómago, instándola a separar sus
piernas.
O tal vez era solo Luc Angeli quien era increíblemente perfecto.
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Golpeó su dedo dentro y fuera, presionando más profundo
mientras la preparaba para la invasión final. Ella mordió su labio
inferior mientras su pulgar continuaba su masaje mágico sobre su
clítoris, y sus labios se deslizaban a su garganta. Era eso o gritar su
alegría como una explosión de placer sacudiendo a través de ella, la
intensidad de su liberación haciéndole temblar todo el cuerpo.
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—No tengo ninguna experiencia con vírgenes, pero sospecho que
esto puede doler, Maddy —dijo, su voz rígida por la tensión—. Voy a
tratar de ir despacio, pero te deseo. Sus labios retorcidos con un toque
de autoburla mientras su mirada lentamente tomaba sus curvas
desnudas extendidas en la cama, deteniéndose en los zapatos de tacón
que él insistió que se dejara puestos—. No creo que nada podría
detenerme de tomarte esta noche.
16
La deseaba. Él en realidad, y verdaderamente la deseaba.
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Ella se estremeció ante el deslizamiento erótico de su pene en su
interior, su respiración abrasadora sobre su rostro mientras presionaba
su frente contra la de ella.
—No sé qué hacer —dijo ella con voz ronca, necesitando darle la
misma felicidad que la estaba sacudiendo a ella.
—Eres mía.
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Ella sonrió. Lo era.
—Córrete por mí, encanto —dijo con voz áspera—. No voy a durar.
Dios mío.
19
Ella era una tranquila estudiante de primer año y él era el “Señor
Popular”. Lo que es peor, era el hijo de Vigo Angeli, dueño de dos
casinos lujosos. Se rumoreaba que valían millones, mientras que Maddy
era la hija de una camarera que rara vez recordaba que tenía una hija
con la que compartía su remolque barato en las afueras de la ciudad.
—Todo. —Se vistió con una rapidez eficaz—. Esto nunca debería
haber ocurrido.
—¿Te vas?
* * *
20
El sonido de su alarma por suerte sacó a Madison de la pesadilla.
Mierda.
Ahora no solo era rica, sino que tenía un negocio próspero que le
daba un poder que nunca imaginó posible cuando era una niña
tratando de sobrevivir.
Sí, todo era genial. Excepto que sus sueños de amor fueron
arruinados por el Ángel Oscuro.
21
Sin maquillaje se veía más joven que sus veintiséis años, pero
eran las sombras bajo sus grandes ojos color avellana y la palidez de su
piel cremosa lo que la hizo arrugar la nariz con disgusto.
22
Tomando asiento en la barra de desayuno, Madison se estiró de
inmediato para alcanzar el café, sonriendo ante el rico aroma. Kristen,
por supuesto, recordaba que ella lo tomaba fuerte y negro. Su aptitud
implacable era a veces aterradora.
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—Pesadillas.
—Apenas épico.
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Y una que tenía la intención de resolver en el próximo par de días.
—¿Por qué no? Han pasado años desde que estuve en casa.
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sabes que solo tienes que llamar y viajaré a unirme contigo donde
quiera que estés.
—Cierto.
—¿Luc?
—¿Reformado?
26
—No —espetó Madison—. Nunca estuve enamorada de ese
bastardo. Pero es como un virus que infectó mi vida. Estoy aquí para
purgarlo de una vez por todas.
* * *
27
Pero se encontraba en el delicado proceso de expandir sus
negocios, lo cual significaba codearse con ricos y poderosos para
mantener a los inversores felices.
—Bastardo.
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Luc sonrió, deseando que Dios le creara una excusa para evitar la
tarde. En especial cuando otra mujer apareció en la entrada abierta, su
esbelta forma delineada por las luces del salón de baile.
—Es Madison.
Siempre había sido guapa. Una inocente joven que lo tentó más
de lo que quería admitir.
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—Cuanto tiempo sin verte —dijo ella, moviéndose para apoyar la
cadera contra la barandilla de metal, sus movimientos hipnóticamente
con gracia.
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Luc sonrió. Madison se cruzó en su camino en un momento difícil
de su vida.
—¿Qué?
31
Su mirada se deslizó sobre su increíblemente hermoso rostro,
persistiendo en la hermosura plena de su boca.
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—¿Qué estás haciendo en Las Vegas? —preguntó.
—¿Sola?
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—¿Qué puedo hacer para convencerte de que he cambiado?
—¿De verdad?
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manera hacía de su vida un cuento de hadas. Bien, lo hizo mejor que
para muchas personas, pero vivir con Vigo Angelini no era un picnic.
—Por supuesto.
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—La tentación fue tuya. La debilidad fue mía —murmuró, sus
buscadores dedos moviéndose para seguir la delicada curva de su
cuello. Su pene se movió en apreciación. Su piel se sentía como seda
fundida. Necesitaba extenderla en la cama para que pudiera explorar
cada centímetro de esa cremosa perfección—. Una debilidad que parece
que no he dejado atrás.
—Espera —exhaló.
—¿Por qué?
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Sus labios se torcieron, recordando su fiero placer cuando le
arebató su virginidad. Difícilmente el conocimiento de un Príncipe
Encantado.
—¿Y ahora?
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vestido. Una parte de él quería desesperadamente quitarle el vestido y
tomarla contra las puertas francesas.
38
CAPÍTULO 2
Traducido por Bii_Puente y KarlaSt
T
e quiero a ti...
Pero ahora, por primera vez desde que buscó a Luc Angeli, se
sentía indecisa.
No tenía sentido.
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Una seductora sonrisa se curvó en sus labios mientras salía de
sus brazos lentamente.
—Pienso que el fuego que quemó entre nosotros hace ocho años
atrás está todavía aquí, esperando una oportunidad para volver a arder
—gruñó, su mirada estaba atenta hacia donde sus pezones se
presionaban contra la tela de su vestido—. No lo niegues, tú también lo
sientes.
40
Su rostro angosto y bronceado era esbelto y sus facciones incluso
más esculpidas. Sus ojos negros estaban llenos de confianza. Su cuerpo
elegante y musculoso debajo de su esmoquin Armani.
—Tal vez no, pero lo tengo —dijo, su voz baja con una sensual
invitación—. Te prometo que esta vez será diferente.
41
Ella se encogió de hombros.
—Yo también.
Atormentador.
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Algo que podía usar de ventaja
—¿No me crees?
—¿Y ahora?
—¿Estás segura?
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—Tenías razón. —Lamió el lóbulo de su oreja—. Siempre hubo
una atracción entre nosotros, y ya no soy esa chica en busca de
su Príncipe Encantado ¿Por qué no podríamos tener algo de diversión?
—Tendré mi auto...
—Sí. —Se registró una vez que estaba segura de que Luc vendría
a la fiesta. No había manera de que terminara su venganza en la casa
de Kristen—. ¿Vamos?
—Muéstrame el camino.
* * *
44
Su pasado le enseñó a ser un hombre que entiende todos los
matices del sexo débil.
Sabía cuándo una mirada era más que un vistazo. Cuándo una
mujer era susceptible a su toque. Cuándo avanzar y cuándo retirarse.
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Luc abruptamente recordó aquella noche de hace ocho años.
Dios todopoderoso.
2 Gemelos: son pasadores articulados ideados para unir los cuatro puños en que
finaliza cada manga de una camisa de puño doble o una camisa de puño mixto.
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Su piel cremosa brillando en la escasa luz de la lámpara. Los
rizos fuertemente recortados solo por encima de su coño. Y los tacones
que hacían que sus piernas parecieran como si hubieran sido diseñadas
para envolverse alrededor de la cintura de un hombre.
Había sido bonita cuando era joven. Pero ahora estaba para
caerse muerto, desgarradoramente preciosa.
47
Él frunció el ceño ante su extraña respuesta.
Hizo una mueca. ¿Ella pensaba que él intentaba hacer otro golpe
y correr?
48
El cuerpo de Luc concordó en el momento que ella se volvió para
cruzar la alfombra de marfil, arrastrándose sobre la cama con una
gracia sensual. Él se distrajo brevemente por el leve parche oscuro de
piel en la parte baja de su espalda. Casi parecía… ¿maquillaje? Extraño.
A menos de que tuviese una marca de nacimiento que estaba
encubriendo.
—¿Qué verdad?
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—Volví —dijo con contundente simplicidad.
Se puso rígida, algo que podría haber sido negado ondeando sobre
su rostro.
Ella negó.
50
—Por favor… no hablemos más del pasado.
51
CAPÍTULO 3
Traducido por BrenMaddox y Sandra289
M
adison luchó por pensar. Demonios, luchaba por
respirar mientras que las sensaciones eróticas
tronaban a través de ella.
52
parte posterior de su mente, Madison puso las manos sobre su pecho,
explorando el calor de satén de su piel.
—Sí.
Dios Todopoderoso.
Había pasado tanto tiempo desde que sintió esta emoción casi
dolorosa. Ocho largos años. Había olvidado cuán abrumadora podría
ser.
Ella se lamió los labios. Cristo. ¿En realidad iba a hacer esto?
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¿Iba a tener sexo por venganza con un hombre con la esperanza de
que pudiera purgarlo de su sistema?
SÍ.
¿Y por qué diablos no podía sentir esto con cualquier otro hombre?
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Levantando las manos, las deslizó sobre su piel caliente,
acariciándolo por la espalda. Una presumida satisfacción en espiral
pasó a través de ella cuando él gimió de placer. Era la prueba de que la
deseaba con la misma intensidad que ella.
No.
¿Podría?
—Luc…
Siente...
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Ella cerró los ojos, concentrándose en la sensación de sus
pulgares burlando sus apretados pezones, y el vello rugoso del muslo
que se deslizaba entre sus piernas para presionar contra su sensible
clítoris. Con cada caricia él hablaba de su necesidad de ella. Su hambre
desvergonzado era el mejor afrodisíaco, dejándola mojada y lista.
—Que tu cuerpo me diga que está listo —le informó, besando una
ruta por el centro de su estómago—. El placer es todo acerca de
paciencia.
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Madison se frotó contra el duro músculo de su muslo.
Maldito.
—Pronto.
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Sus dedos se doblaron, una deliciosa presión construyéndose bajo
la caricia de su lengua.
58
Fue demoledor, y ella no estaba segura de que fuera capaz de
ponerse junta de nuevo.
—¿Estás protegida?
Ella asintió. Había planeado esta noche por un muy, muy largo
tiempo.
—Sí.
Apenas capaz de aceptar que esto era más que otro simple sueño
caliente, Madison mantuvo la mirada pegada a la oscura belleza de su
rostro. Su expresión estaba tensa por el esfuerzo de mantener a raya su
pasión, pero la cruda perfección de sus facciones y el satén ébano de su
cabello le hacía saltar el corazón. Luego se encontró con el fuego de
medianoche de sus ojos y ella se perdió en el poder de su necesidad.
Luc.
La pesadilla de su existencia.
—¿Estás lista?
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Ella sabía lo que él estaba pidiendo. Le había dado un dulce
éxtasis con su boca. Ahora tenía la intención de follarla.
—Mierda, te sientes tan perfecta. —Por fin, con voz áspera, tiró
lentamente de su cuerpo antes de embestir hacia adelante con la fuerza
suficiente para hacer que se deslice arriba en la cama. Él estudió su
rostro enrojecido, su cuerpo temblando—. ¿Estás bien?
60
mientras su cuerpo fácilmente aceptó su salvaje necesidad. Él se inclinó
para reclamar sus labios en un beso de posesión pura.
Era caliente y crudo, y tan intenso que sentía como si sus nervios
hubieran sido despojados y expuestos a este hombre de una manera en
que los uniría para siempre.
61
Había estado con mujeres durante los últimos ocho años, aunque
no con tantas como la gente suponía. Una vez que terminó la
competencia para la aprobación de su padre se dio cuenta que
necesitaba algo más que una mujer dispuesta para agitar su libido.
Pero absolutamente ninguna de ellas había sido capaz de hacer que se
sintiera como si estuviera conectado a ellas en algún nivel que iba
mucho más allá de lo físico.
Solo Madison.
—Qué poético.
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Permitiendo que sus manos bajaran, le tomó la suave curva de su
culo, tirando de ella más cerca.
—Luc.
—Luc, espera.
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—¿Por qué? Tenemos toda la noche. —Miró profundamente sus
ojos de color avellana, en busca de... ¿qué? ¿La confianza de que ella
había sido sacudida como él por la intensidad de sus relaciones
sexuales?—. Demonios, tenemos todo el tiempo que quieras.
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Sabía de un centenar de hermosas mujeres que no lo habían
hecho mirar dos veces.
—Pagué la noche. —Al fin se volvió hacia él, con una expresión
indescifrable—. No dudes en alojarte si quieres.
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—¿Qué demonios está pasando aquí?
—Solía pensar que sí, pero es evidente que hay algo mal con mi
cerebro ya que no puedo pensar en una razón por la que no estás en
esta cama conmigo.
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pero no hizo nada para calentar los fríos ojos color avellana. Cogió su
bolso—. Adiós, Luc.
—No lo creo.
—Fuera de mi camino.
—¿Lo que me pasa? —Se impulsó sobre sus codos, mirándolo con
una mezcla de furia y algo que podría haber sido miedo. No de él. Ella
tenía que saber que él nunca haría nada para lastimarla. Al menos no
físicamente. Su miedo era perder el control de la situación—. Tú eres el
loco que no me deja salir.
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—Por una vez quiero la verdad.
Se encogió de hombros.
Lo hizo.
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—No. —Él dio un brusco movimiento de cabeza. Su pasado de
mala reputación de mujeriego significaba que entendía la naturaleza
humana. Sobre todo cuando se trataba de sexo equitativo. Esto no era
congruente—. Hay más en esto.
Ella volvió la cabeza para mirar a la pared del fondo, una tensión
quebradiza vibrando a su alrededor.
Soltó un bufido.
—Es eso.
Frunció el ceño.
—¿Qué?
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—Esa amargura —dijo—. Es más que una mujer decepcionada
porque su virginidad fue tomada por un inmaduro hijo de puta.
—No. Solo que no puedes aceptar que por una vez eres al único al
que han usado y tirado.
—He sido usado más veces de las que puedo contar —le aseguró
secamente. Las mujeres no eran las únicas que eran elegidas solo por
su apariencia—. Ciertamente las veces suficientes como para saber la
diferencia entre mujeres que solo buscan sexo como deseo y las que
están tan consumidas por la necesidad de mí que se derriten ante mi
tacto.
70
crear una nueva vida. —Sacudió lentamente la cabeza—. Solo que no
has dejado atrás el pasado. ¿Lo has hecho?
—Me voy.
71
CAPÍTULO 4
Traducido por AriannysG
M
adison se apartó de su verdugo y caminó hacia el
centro de la habitación del hotel.
Y luego...
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No, no, no.
Señaló la puerta.
—Mi ida.
—¿Tú qué?
—Mi ida.
No.
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—Porque tú no eres esto —murmuró, su pulgar rozando su labio
inferior—. No eres cruel. No intentas lastimar a la gente a propósito. —
Sus labios se torcieron en una sonrisa irónica—. Ni siquiera a esa gente
que podría merecerlo.
—Yo…
—¿Qué?
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—No puedo pasarla bien con otro hombre.
Hizo una mueca. Una parte de ella deseaba poder decirle que
había elegido una cuerda de completos perdedores. Eso explicaría
fácilmente por qué no logró crear una relación duradera. Por desgracia,
había sido más que un hombre quien había sido perfecto para ella.
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—¿Por qué no duraron las relaciones? —preguntó.
—¿Qué?
Sería tan fácil decir que sí. Hacerle pensar que destruyó su vida al
dejarla esa noche. Sintió que lejos de estar orgulloso por su incapacidad
para encontrar placer con otro hombre, de verdad lo torturaría al
hacerle creer que le había causado tanto daño.
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vamos a la cama, pero luego... —Tomó una respiración profunda—. De
repente mi mente está llena de imágenes tuyas tocándome y besándome
y el momento se pierde.
—¿Fortalecida?
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—¿Qué estás insinuando?
—Sí.
—Entonces engáñame.
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Hizo una mueca ante el otro recuerdo de su idiota
comportamiento.
Qué idiota.
Su madre era igual que ella: una débil y patética mujer que había
pasado toda su vida buscando la felicidad que siempre permaneció
inalcanzable.
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Madison sintió nada más que lástima por la mujer que había
elegido una vida adicta a la miseria. Sin duda no había doblado su
disponibilidad para asociarse con otras personas.
—Una teoría buena, excepto por una cosa que está totalmente
clara —dijo en tono seco.
—¿Cuál es?
¿Lo era?
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Una bola de temor enfermizo se alojó en la boca de su estómago
mientras recordaba cómo había comparado a sus parejas masculinas
con el misterioso Luc de belleza pecaminosa. O cómo había regresado
de una noche de fiesta sintiéndose extrañamente inquieta, como si
hubiera estado buscando algo de calidad en particular que faltaba en
su cita.
81
CAPÍTULO 5
Traducido por clajace y agoss
S
i Madison poseía un arma hubiera disparado a la alarma
en el momento la sacudió de su inquieto sueño.
Ocho treinta.
Peor aún, tenía una cita a las nueve treinta que no podía perder.
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Además, no había suficiente maquillaje en el mundo para
disfrazar la palidez de su piel o las sombras púrpuras debajo de sus
ojos.
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—¿Cómo lo sabrías? —Kristen estrechó su mirada—. ¿En realidad
has probado caracol de lodo?
—Aquí.
—¿Qué es esto?
—Es… complicado.
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Nada como un buen dulce pegajoso para aliviar el dolor.
—Sí.
—¿Qué esperabas?
—Buena pregunta.
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La verdad era que ella nunca había sido capaz de liberarse a sí
misma de Maddy.
—Te dije antes que el rumor por todo Las Vegas es que Luc se ha
vuelto muy exigente en su elección de acompañantes. Escuché a uno de
sus amigos decir que se había vuelto un moje durante el último par de
años.
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Madison sintió sus mejillas arder. Se dijo que era vergonzoso. No
era la clase de mujer que disfrutaba compartir los detalles de sus
encuentros sexuales con alguien, ni siquiera con su mejor amiga. Pero
por dentro sabía que era el placer recordado lo que hacía su cara
ruborizar.
—Alucinante.
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La sonrisa de Kristen vaciló.
—Tú dijiste…
Silencio.
—¿Negación?
88
que no podía crecer más allá de mi infantil, enamoramiento de
colegiala.
—Sí.
—No puedes.
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Pasando sus días esperando algún vistazo de Luc, mientras él
constantemente elige otra mujer.
Se estremeció.
—No puedo.
—¿Y?
—¿Quién lo dice?
—Yo lo digo.
—Amas a Luc, pero tienes tanto miedo a otro rechazo para darle
una oportunidad.
90
Esto no tenía nada que ver con coraje, se aseguró silenciosamente
a sí misma.
¿No había probado que podía hacerle frente a lo que sea que la
vida podría arrojarle?
* * *
91
Maldita sea. Había estado tan enojado cuando Madison lo
abandonó en el hotel la última noche que se bebió toda la botella de
champán que llegó pocos minutos después de su salida dramática.
92
El sonido de un auto que se acercaba irrumpió en su melancólico
pensamiento y Luc se ocultó en las sombras de las rocas, mirando el
sedán plata estacionar en el aparcamiento.
Madison.
93
Su ceño se profundizó.
—No es de tu incumbencia.
94
—Cuando te vi anoche todo quedó claro.
—¿Qué viste?
—Luc.
95
A menos que el superara su aversión haciéndose vulnerable,
entonces ella iba a alejarse.
—Apenas me conoces.
—Futuro
96
Se inclinó hacia adelante, presionando un beso suave en sus
labios.
Y su padre...
97
—Sí.
—¿Tu mujer?
A él también.
Mucho.
98
Luc sintió una punzada de sorpresa. Madison nunca había
asistido a las fiestas privadas donde había alcohol. Sin duda, el ejemplo
de su madre le había enseñado el vacío de tratar de encontrar placer en
una botella. Y en verdad, él la había admirado por resistir la presión del
grupo.
—Lo haría.
—Sí.
99
Por supuesto, en lo que a él concernía, no había nada sobre esta
mujer que no fuese caliente como el infierno.
—No hace falta decir que esa fue la última vez que bebí tequila.
—Lo que sigue sin explicar por qué estás aquí. —Asintió con la
cabeza hacia el edificio.
Una vez que lo hizo, sintió una ira sorprendente al pensar que ella
lo había planeado para borrarlo tan a fondo de su vida.
—Lo hice.
—¿Y ahora?
100
Él bajó la cabeza para rozar sus labios con la promesa de la luz de
un beso. Era lo único que se atrevió a permitirse mientras estaban en
plena luz del día en medio de un aparcamiento público.
—¿Qué pasa?
101
EPÍLOGO
Traducido por VicHerondale
U
n año más tarde
102
—Bueno, señora Angeli, ¿es todo lo que soñó que sería? —
preguntó.
Ella sonrió.
Un calor que no tenía nada que ver con la luz del sol abrasador de
Nevada se propagó a través de ella.
103
FIN
104
SINFUL RAPTURE
(The Rapture #2)
Holly Sullivan siempre ha sido
una buena chica, pero cuando su
prometido le da calabazas en el
altar pasa su no-noche de bodas
en El Playhouse que satisface sus
más profundos deseos.
105
SOBRE LA AUTORA
Alexandra Ivy
Escritora americana, Alexandra Ivy es
conocida por sus novelas románticas de
tipo paranormal. Además, también escribe
romance de la Regencia bajo el nombre
de Deborah Raleigh
106
TRADUCIDO, CORREGIDO
Y DISEÑADO:
http://eyesofangels.foroactivo.com/
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