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El petróleo alimenta un porcentaje muy alto del consumo de energía del mundo, entre el 32%
de Europa y Asia hasta el 53% de Oriente Medio. En otras regiones geográficas el peso
energético del petróleo es el siguiente: Sudamérica y América Central (44%); África (41%) y
Norteamérica (40%).
El mundo en general consume 30.000 millones de barriles (4.8 km3) de petróleo por año, y los
mayores consumidores son en su mayoría el grupo de naciones más desarrolladas. De hecho,
el 24% del petróleo consumido en el año 2004 se le atribuye a Estados Unidos en su totalidad.
La producción, distribución, refino y venta del petróleo tomados estos como uno solo,
representan la industria más grande en términos de valor en dólares en la Tierra.
En general se acepta que el petróleo, tanto como otros combustibles fósiles, fueron creados, a
partir de los restos de plantas y animales fosilizados tras ser expuestos al calor y presión en la
capa terrestre durante cientos de millones de años.
Con el tiempo, los residuos descompuestos fueron cubiertos por capas de lodo y sedimentos,
hundiéndolo más en la Tierra y conservándolo ahí entre capas calientes y presurizadas que
fueron gradualmente transformándose en almacenes naturales de bolsas de petróleo.
La primera perforación petrolera en los Estados Unidos de América se inició en 1859 con la
primera perforación exitosa en Titusville, Pensilvania. En el primer cuarto del siglo XX los
Estados Unidos superaron a Rusia como productor de petróleo más grande del mundo. La
segunda perforación fuera de los Estados Unidos de América, fue en Zorritos, Perú, en 1863,
país donde se desarrolló el segundo polo de producción petrolera americana más importante
hasta la década de 1930.
Corporaciones
Durante la década de los años 60, compañías multinacionales tales como Mobil, BP y Shell
tuvieron acceso a más del 80 por ciento de las reservas globales de gas natural y petróleo. En
la actualidad compañías multinacionales de occidente controlan solamente el 10 por ciento del
petróleo del mundo, mientras que firmas operadas por gobiernos tienen el control exclusivo
de más o menos el 77 por ciento, de acuerdo a un papel escrito por Doug Young en noviembre
de 2007 en el Instituto James Baker de la Universidad Rice.
Estructura de la industria
Algunas operaciones de la industria petrolera han sido responsables por la contaminación del
agua debido a los desechos o productos derivados del refino y por derrames de petróleo.
En este orden de ideas, la Teoría del pico de Hubbert es una influyente teoría acerca de la tasa
de agotamiento a largo plazo del petróleo, así como de otros combustibles fósiles.
Según un estudio realizado por IBISWorld, los biocombustibles (primariamente etanol, aunque
también biodiésel) seguirán sustituyendo al petróleo, aunque los niveles de producción son
bajos, y no desplazarán la producción local de petróleo.
El etanol se considera como un producto que ofrece un bajo impacto medioambiental, y que
podría jugar un cierto papel en la reducción de la dependencia del petróleo importado. En ese
sentido, la mayoría del etanol consumido en los Estados Unidos (más del 90%) se combina con
gasolina para producir un combustible compuesto en un 10% de etanol, combustible en el que
se utiliza el etanol para incrementar la cantidad de oxígeno total de la mezcla.
Pozo petrolífero
El término pozo petrolífero alude a cualquier perforación del suelo diseñada con el objetivo de
hallar y extraer fluido combustible, ya sea petróleo o hidrocarburos gaseosos.
Cronología de operación
Perforación
El pozo se construye perforando un agujero de 127 a 914,4 mm de diámetro en el suelo
mediante una torre de perforación que hace girar una línea o sarta con una broca en su
extremo. Luego de completada la perforación, se introduce una cañería de diámetro
levemente inferior al de la perforación, lo que permite sellar con cemento el resto del pozo.
Este caño camisa provee integridad estructural a la obra, y al mismo tiempo permite aislarla en
relación a zonas de alta presión que pueden resultar potencialmente peligrosas.
Todo el proceso se basa en una torre de perforación que contiene todo el equipamiento
necesario para bombear el fluido de perforación, bajar y elevar la línea, controlar las presiones
bajo tierra, extraer las rocas del fluido, y generar in situ la energía necesaria para la operación.
Reservas y producción
Al hablar de la cantidad de petróleo que puede existir bajo la superficie de la tierra, precisa
tener en cuenta tres términos fundamentales que usa la industria petrolera: reservas
recuperables, reservas probadas y reservas posibles.
Por reservas recuperables se entiende el volumen de petróleo que se estima poder extraer de
un yacimiento determinado.
Reservas posibles son aquellas que se supone pueden existir en áreas geológicamente
consideradas de probable contenido petrolífero, pero aún no desarrolladas por la industria.
Exploración
Junto con el petróleo hay agua salada y, también, gas resultante de la misma materia orgánica.
Los tres no pueden permanecer mezclados, puesto que el aceite es más liviano que el agua y el
gas más liviano que ambos. Gas y petróleo tienden, pues, a acomodarse encima del agua,
filtrándose persistentemente por las rocas porosas y permeables en dirección a lugares
favorables para su acumulación, donde quedan atrapados en reservorios naturales resultantes
de fallas y plegamientos ocurridos en la corteza terrestre en muy tempranas edades
geológicas. Es posible, naturalmente, que (debido también a movimientos terrestres) mucho
gas y petróleo hallaran salida hacia la superficie en eras pasadas y escaparan, perdiéndose
irremisiblemente.
Tipos de reservorios
Sea porque topa con rocas impermeables o por cualquiera otra de las diversas causas que se
dan en la práctica, el petróleo puede quedar prisionero en trampas naturales. Allí se acumula
formando reservorios de muy diferentes clases.
Un tipo común de trampa es el anticlinal, nombre que se confiere a la parte superior de un
levantamiento de la corteza terrestre en forma de arco. En un anticlinal, petróleo y gas se
encuentran confinados entre capas de terreno impermeable.
Debido también a los movimientos de la corteza terrestre, las rocas sedimentarias sufren
fracturas; y como consecuencia, una sección del estrato queda a nivel más bajo que la otra.
Estas fracturas o dislocaciones, que se denominan fallas, dan lugar a la formación de trampas
propicias a la acumulación de gas y petróleo.
Los tres fluidos que comúnmente se encuentran en una acumulación petrolífera tienden a
ubicarse de acuerdo con su densidad o peso específico: el gas ocupa la parte superior, le sigue
el petróleo, y en la parte inferior se sitúa el agua, por ser más pesada. En la práctica, sin
embargo, pate del gas se presenta en solución con el petróleo
Exploración geológica
Muestras de los estratos son sometidas a cuidadoso examen. El paleontólogo, cuya ciencia ha
clasificado centenares de miles de residuos animales y vegetales, busca en las muestras hasta
con microscopio el fósil que pudiera indicar el periodo geológico en que se formó la roca y
revelar si ésta es del tipo propicio para las formaciones petrolíferas.
La información que puede obtenerse de la superficie misma no es suficiente para los fines
industriales y notables progresos se han obtenido mediante la aplicación práctica de los
principios de la física y la química y el uso de instrumentos especiales. Entre estos últimos cabe
destacar el importante papel que juegan hoy el gravímetro (instrumento que mide la fuerza de
gravedad terrestre y proporciona información sobre la naturaleza y profundidad de los
estratos, cuyo grado de gravitación varía conforme al peso y densidad de las rocas y según su
mayor o menor proximidad a la superficie); el magnetómetro (que mide la fuerza magnética de
la tierra, la misma que orienta las brújulas hacia el norte, y que también registra variaciones
según la naturaleza y profundidad de las capas terrestres); y el sismógrafo (diseñado para
registrar movimientos sísmicos y que mide la energía y velocidad de las ondas y vibraciones
producidas en formaciones subterráneas diversas por una explosión de dinamita en las
inmediaciones).
La información conseguida así acerca de las capas profundas se obtiene, en realidad, en los
estratos superficiales. Lo mismo ocurre con otros métodos, como los basados en la resistividad
eléctrica, el análisis de suelos y el análisis de los hidrocarburos, que nos limitaremos a
mencionar. Todos ellos tienden a localizar las estructuras propicias para el almacenamiento de
petróleo y gas, pero no pretenden comprobar la existencia misma de estos.
Perforación
Perforar un pozo de petróleo es una operación muy costosa. Y la finalidad de las tareas de
exploración es disminuir las probabilidades de que resulte infructuosa.
Cuando se horada la tierra para comprobar si existe o no petróleo en una zona señalada como
propicia por las investigaciones geológicas previas, la operación se denomina perforación de
exploración. Y se llama perforación de explotación cuando su finalidad es ya propiamente la
de desarrollar la producción de un reservorio comprobado.
Métodos de perforación
Ante todo, vale decir que la perforación supone trabajos previos que pueden extenderse
muchos meses: es preciso construir carreteras, aplanar el terreno, transportar e instalar
tuberías, calderos y demás materiales indispensables, para no hablar de las tareas de la
selección misma del lugar.
Concluidas todas esas complicadas labores de preparación, las cuadrillas de obreros, dirigidas
por un capataz especializado, levantan la torre de acero o “derrick”, que tiene una altura
variable entre los 25 y 50 metros. Un cable de acero, que pasa por un sistema de poleas
situado en la parte superior de la torre, termina en un pesado gancho, del cual está suspendida
la tubería de perforación. En la base y al centro de la torre está la mesa rotativa (“rotary
table”), accionada mecánicamente. Esta mesa abraza y hace girar a la tubería de perforación,
que desciende verticalmente y en cuyo extremo inferior se ha instalado la broca o taladro. El
tipo o diseño de esta broca varía, naturalmente, según la dureza y composición del terreno.
El constante estudio de estas partículas por los geólogos permite obtener la información
necesaria acerca de la edad y la naturaleza de las rocas, para determinar la profundidad que
debe alcanzarse.
Un pozo de petróleo requiere, naturalmente, especial cuidado. Para evitar que sus paredes se
derrumben o que se produzcan filtraciones de gas o agua que pudieran dañar la formación
productiva, se emplean tuberías de revestimiento de acero (“casing”).
Al retirarse los mecanismos de perforación, se controla la presión por acción del barro y, hecho
el revestimiento mencionado en párrafos anteriores, se introduce a través de las paredes del
pozo otra tubería, de menor diámetro, por donde habrá de salir el petróleo del pozo. Esta
tubería de extracción (“tubing”) es coronada, en la superficie, por un sistema de llaves y
válvulas que se ha dadop en llamar árbol de navidad (“Christmas Tree”), debido a la apriencia
de sus ramificaciones. Esas válvulas controlan el flujo del petróleo a la boca del pozo y a través
de las tuberías de superficie que lo conducen a los tanques de almacenamiento. Estando ya en
funcionamiento la tubería de extracción y el árbol de navidad, es posible retirar la torre. El
pozo queda allí produciendo, con un mínimo de llaves y válvulas a la vista, y la torre puede
usarse en una nueva perforación en otro lugar.
Perforación dirigida
A pesar de que la perforación misma se realiza con barras que, como se ha dicho, tienen por lo
común de 11.5 a 12.75 centímetros de diámetro, llegan éstas a formar una tubería tan larga
que se torna flexible como una varilla de mimbre. Gran cuidado requiere, por eso, mantener la
verticalidad del pozo.
A veces, sin embargo, el curso del pozo puede derivarse deliberadamente de la vertical. A esto
se llama perforación dirigida y puede emplearse, por ejemplo, para alcanzar desde la orilla
yacimientos ubicados en mares o lagos.
El tiempo que requiere esta esencial tarea es muy variable. Lo mismo puede durar menos de
una semana que extenderse más allá de un año. Pero la perforación de un pozo de 1500 a
1800 metros de profundidad en terreno medianamente duro demora un promedio de 30 días.
Producción
En las acumulaciones naturales el petróleo yace en los diminutos poros de las rocas, localizado
en areniscas conocidas en el seno de la industria como arenas petrolíferas. Cuando el
yacimiento empieza a producir, el petróleo fluye hacia los pozos con dificultad, a través de los
poros.
La porosidad de una roca es por lo general de 25%. En otras palabras, los poros o espacios
libres de la roca constituyen alrededor de la cuarta parte de su volumen total. En un estrato
petrolífero, por consiguiente, el petróleo sólo se hallará dentro de esa menor proporción de
espacio disponible; y aun así, no llenará totalmente dichos intersticios, pues el agua ocupa
siempre parte de ellos. De la totalidad del espacio correspondiente a los poros de una roca, el
25% está ocupado por el agua intersticial. Petróleo y gas ocupan, pues aproximadamente el
75% restante. Conocido esto, no ha de extrañar ya que una muestra de estrato petrolífero
tenga el aspecto de un simple pedazo de roca sólida y que la presencia del petróleo esté
apenas indicada por pequeñísimos puntos oscuros que pueden requerir hasta el uso del
microscopio para su cabal identificación.
La producción incontrolada del petróleo implica, pues, el desperdicio de la energía que lo hace
recuperable. Por eso en la actualidad, se ejerce un control muy esmerado en la extracción del
valioso producto, graduándose adecuadamente su surgencia natural y permitiéndose así que
la presión propia del reservorio sea más efectiva, uniforme y duradera. Lo cual permite
extraer, en el curso del tiempo, cantidades mucho mayores de petróleo.
Conservación de la presión
Bombeo
Cuando, a pesar de todo, la declinación natural de la energía del yacimiento llega al punto en
que no puede ya elevar el petróleo a la superficie, para que el pozo continúe produciendo es
necesario entonces recurrir al bombeo. En un reservorio nuevo el petróleo de los pozos fluye
generalmente por sí solo, pero con el tiempo requiere ser bombeado. Y según las
circunstancias, pueden aplicarse al reservorio, por último, otros procedimientos de
recuperación desarrollados por la técnica moderna.
Recuperación secundaria
Hoy los adelantos alcanzados por la industria permiten recuperar alrededor del 80%. A ello
contribuyen los procedimientos citados en anteriores párrafos y también los que se ha dado en
llamar métodos de recuperación secundaria. Mediante estos últimos, aun cuando no se
obtienen volúmenes muy grandes, se logra estimular por algún tiempo la productividad de
campos ya semi-agotados. Son dos las modalidades de éste género: la inyección de gas y la
inyección de agua.
Perdido el gas propio de un yacimiento, parte del petróleo dejado en el subsuelo puede ser
recuperado inyectándose gas a presión, lo cual ayuda al petróleo a moverse hacia los pozos
productores. La inyección de agua tiene el mismo objeto, y ambas operaciones constituyen un
aporte externo de energía.
En la superficie
Petróleo y gas salen juntos a la superficie y son conducidos por tuberías a una batería de
tanques donde se realiza la separación. (Una misma instalación puede, naturalmente, servir
para separar el producto obtenido de muchos pozos). De allí el petróleo es llevado en
oleoductos hasta los tanques de almacenamiento. Luego pasa finalmente a la refinería para su
transformación en la gran variedad de derivados que se obtienen del petróleo crudo.
En cuanto al gas, una vez separado del petróleo, se le conduce a una planta de gasolina, donde
se le extrae la gasolina natural que pudiera contener. El residuo de esta extracción se
denomina “gas seco”; algo de éste se usa como combustible dentro de la misma industria,
parte se devuelve a los reservorios para ayudar a conservar su presión, y lo demás puede
encontrar usos domésticos e industriales en otros centros de consumo. Últimamente,
inclusive, se viene utilizando gas natural cada vez más en la elaboración de muchos productos
químicos.
Refinación
El petróleo, tal como sale del subsuelo, casi no tiene uso. Hay que someterlo a una serie de
procesos a fin de convertirlo en los cientos de productos que se derivan de él. Tales procesos,
en conjunto, integran una de las fases más complicadas de la industria: la refinación.
Las moléculas, como se sabe, se componen de átomos. Y es la clase de éstos y el modo como
se vinculan lo que se define la naturaleza de las diversas sustancias. Así, dos gases como el
hidrógeno y el oxígeno, combinados en determinada proporción, integran las moléculas de un
líquido completamente distinto.
Todas las moléculas del petróleo contienen los mimos elementos principales: átomos de
hidrógeno y átomos de carbón. (El oxígeno, azufre y nitrógeno, juntos. Apenas constituyen el
5%). De ahí la clasificación de hidrocarburos que se aplica al petróleo y a sus múltiples
derivados. Pero la proporción de átomos de uno y otro tipo que las moléculas contienen es
variable. Las moléculas que encierran muchos átomos de carbón constituyen los componentes
más pesados del petróleo, como el asfalto. Aquellas con pocos átomos de carbón,
corresponden a componentes más livianos y volátiles, como la gasolina.
Para su propia conveniencia el refinador los clasifica generalmente en cuatro grupos, según lo
que él llama sus bases: crudos de base nafténica, de base parafínica, de base asfáltica y de
base mixta. Cada base tiene definidas sus características físicas y químicas; y de los diversos
tipos de crudo se obtienen productos en proporciones diferentes.
Los industriales distinguen también al petróleo crudo por su peso, partiendo básicamente del
concepto conocido como su peso, partiendo básicamente del concepto conocido como
gravedad específica que es la relación entre un volumen determinado de una sustancia
cualquiera y un volumen igual de agua a la misma temperatura. (En la industria petrolera la
temperatura establecida en la práctica para determinar dicha relación es 60º F, o sea 15.6º C,
que se consigna generalmente repetida: 60º/60º F, para indicar que corresponde a los dos
términos comparados: la sustancia en cuestión y el agua). Por motivos de mayor seguridad en
los cálculos la escala adoptada finalmente para esta distinción de los crudos es la ideada por el
“American Petroleum Institute”, entidad de cuyo nombre derivase la expresión “gravedad
A.P.I.”, de uso corriente en nuestros días.
Esta escala abarca de 0 hasta 100 grados; los grados más altos corresponden a los productos
más pesados.
Las gasolinas más volátiles fluctúan, por ejemplo, entre los 70º y 100º de gravedad A.P.I.: las
gasolinas comunes entre los 50º y 70º; los diversos lubricantes entre los 12º y 33º. El petróleo
crudo obtenido en la generalidad de los yacimientos peruanos de la costa norteña registra
entre los 35º y 42º.
Destilación primaria
A diferencia del agua, que se vaporiza a un punto único de ebullición: los 100º C de
temperatura, el petróleo crudo, por el hecho de contener múltiples hidrocarburos ligeros y
pesados y de distinta estructura molecular, requiere para cada uno de éstos un punto de
ebullición particular y en ello radica precisamente el principio mismo del proceso de
refinación, que consiste (explicado de la manera más simple) en someter sucesivamente el
crudo a distintas temperaturas, de tal modo que las varias clases de hidrocarburos van
destilándose unos a continuación de otros.
En esta fase inicial de la destilación, tal como se practica hoy en día, se hace pasar el crudo por
un horno. Después de ser sometido allí a una temperatura que con frecuencia bordea los 400º
C, se le conduce a la base de un largo cilindro vertical de acero que se conoce como torre de
fraccionamiento. Dentro de ella, todos los componentes del crudo (excepto los más pesados)
se convierten en vapor.
El petróleo crudo es sometido en el horno a una temperatura que generalmente bordea los
400º C. Al entrar en la torre de fraccionamiento, se evapora en gran parte. Los vapores
ascienden a través de unos orificios que tienen las bandejas horizontales dispuestas a distintas
alturas de la torre. Como ésta es sucesivamente menos caliente en sus partes superiores, los
vapores van enfriándose y condensándose a distintas temperaturas. Al volver al estado líquido,
esas bandejas horizontales les sirven de recipientes. Las fracciones más pesadas son recogidas
del fondo de la torre y se convierten en combustible residual o en asfalto. De las ora
fracciones, salidas de bandejas gradualmente más altas, van a derivarse los aceites lubricantes,
el gas oil, el kerosene y la gasolina, tras de nuevos tratamientos y refinaciones posteriores.
Destilación secundaria
El proceso descrito líneas arriba permite separar las fracciones que integran el petróleo crudo,
pero no obtener de una fracción determinada más de lo que la naturaleza dispuso. Y ocurre
que estas proporciones naturales en que se dan los componentes no corresponden
exactamente por lo general, a las necesidades de los consumidores. Por ejemplo, si se
dependiera de la gasolina que se obtiene por el simple método de destilación primaria (20%)
no podrían ponerse en marcha todos los automóviles que circulan hoy en el mundo.
Pero, conforme fueron acentuándose las exigencias del consumo, el ingenio humano halló la
forma de satisfacerlas. Y al uso creciente de vehículos automotores correspondió el desarrollo
de un procedimiento denominado “cracking”, a veces traducido como craqueo, que hace
posible obtener del crudo más gasolina de la que contiene por naturaleza (más o menos 40%).
Podría compararse el “cracking” con la acción de quebrar piedras grandes para conseguir
mayor cantidad de piedras chicas, solo que se trata de quebrar moléculas. El procedimiento
original, todavía en uso, empleaba calor y presión (craqueo térmico o “thermal cracking”).
Después se ideó un nuevo método: el craqueo catalítico (“catalytic cracking”).
Un catalizador es una sustancia que determina en otras, cambios químicos sin modificarse ella
misma. Y en el caso de este tipo de craqueo (desarrollado por Houdry en 1938) el catalizador
es una especie de arcilla, que puede darse en forma de terrones, píldoras, granos pequeños o
como un polvo superfino, y cuya acción desintegradora, sumada a la del calor y la presión,
favorece el fraccionamiento de componentes más livianos y da finalmente, como principal
resultado, más y mejor gasolina,
La más moderna modalidad de craqueo catalítico es el proceso fluido. Un “fluid cat cracker” es
una maquinaria impresionante, pero muy dócil a las leyes de la química, que se eleva en
algunos casos hasta sesenta metros de altura, dejando a la vista enormes recipientes de acero
y un laberinto de tuberías.
A determinada altura de la operación, los finísimos granos del catalizador se revisten del
carbón separado del petróleo, y dejan entonces de actuar. Mediante la acción de un
regenerador, sin embargo, se quema y consume el carbón y el catalizador queda nuevamente
en condiciones de funcionar seguidamente una y otra vez.
En el proceso fluido el catalizador es tan fino que, cuando es agitado en mezcla con aire u otros
gases, aumenta su volumen y fluye como un líquido, pudiendo así ser controlado por medio
de válvulas. Este modo de trabajar con una sustancia sólida como si se tratara de un fluido ha
constituido un paso decisivo en el progreso de la labores de refinería y tuvo, durante la última
guerra mundial, una importancia enorme, pues hizo posible en Norteamérica una fabulosa
producción de gasolina de aviación de alta calidad y potencia.
El craqueo, como quedó anotado antes, permite hoy obtener de un barril de petróleo crudo
una cantidad dos veces mayor de gasolina que la extraída por simple destilación. Y es un
procedimiento fundamental para la producción de gasolina de alto octanaje, tan necesaria en
nuestros días.
La refinación del petróleo abarca muchas otras formas de separar y cambiar sus moléculas y
rearreglar la disposición de sus átomos. Los nombres de tales procesos corresponden diríase, a
una fascinante alquimia moderna que produce en el común de las gentes una explicable
impresión de perplejidad. La polimerización, por ejemplo, es la unión de moléculas similares
para formar otras más grandes. La alquilación es la combinación de moléculas diferentes. La
isomerización es la alteración de una molécula de modo que los átomos, sin variar en número,
queden dispuestos en otra forma.
La refinería es como el corazón de la industria petrolera. El petróleo que recibe se libera en ella
de impurezas y sale luego con las características precisas para circular en los centros de
consumo y para cumplir su vital función en el mundo contemporáneo. En la refinería el crudo
que se obtiene de la naturaleza es traducido, por decirlo así, al idioma de las necesidades
humanas. Muchos productos se elaboran allí de principio a fin y muchos otros se terminan en
otros centros fabriles, sobre la base de materias primas obtenidas de la refinación. Esta hace
posible, en total, el uso de miles de productos derivados del petróleo, sólidos, líquidos y
gaseosos, que abarcan una amplísima gama de variedades y aplicaciones, de explosivos a
preventivos contra incendio, de insecticidas a medicinas, de artículos de tocador a caucho
sintético, de aceites que lubrican motores de las naves modernas a otros aceites para
mecanismos delicados y pequeños. Cada año los científicos de la industria abren campo a
nuevos productos que resultan del petróleo.
Refinación del petróleo
La refinación del petróleo es un proceso que incluye el fraccionamiento y transformaciones
químicas del petróleo para producir derivados comerciales.
De acuerdo con este objetivo, en general, estos procesos se realizan juntos en una refinería. La
refinería es donde se trata el petróleo para extraer fracciones comerciales.
El petróleo es una mezcla de diferentes hidrocarburos, que debe someterse a una serie de
diferentes tratamientos para poder ser utilizada en los motores de combustión y en las
diversas ramas de la industria. Muy a menudo, la calidad del crudo es altamente dependiente
de su origen. De acuerdo a su origen, color, viscosidad, su contenido de azufre, el punto de
fluidez o su contenido de minerales varían. Por lo tanto, las refinerías tienen en cuenta estos
factores.
Una refinería debe ser diseñada para manejar una amplia gama de crudos. Por supuesto, hay
refinerías diseñadas para procesar solamente un único crudo, pero estos son casos especiales
donde el recurso bruto estimado es muy importante.
Hay refinerías simples y complejas. Las refinerías simples consisten en sólo unas pocas
unidades de procesamiento, mientras que las refinerías complejas tienen muchas más.
En los países que disponen de ellas, las refinerías se instalan preferentemente en las costas,
para ahorrar gastos de transporte y construcción de oleoductos.
Según el lugar donde se encuentre la refinería, así como también la naturaleza del petróleo
bruto procesado (por ejemplo crudo BTS o HTS, aromático o crudo nafténico ), la finalidad y
estructura de la refinería es diferente; así como también según las posibles necesidades
locales, la refinería puede ser muy simple o muy compleja. A menudo, en Europa, en Estados
Unidos y en general en áreas en las que las necesidades de combustible son altas, la estructura
de las refinerías es compleja. Por contra, en los países en desarrollo, esta estructura es
bastante simple.
El crudo, una vez llegado a la refinería, se almacena en grandes depósitos. En general, el crudo
se almacena según su contenido en azufre, el de bajo contenido (BTS) se almacena separado
del de alto contenido de azufre (HTS). Igual ocurre en el tratamiento. De acuerdo con la
demanda del mercado, se trata primero el BTS en un ciclo antes de tratar un ciclo de HTS para
evitar la contaminación de los productos de BTS por los de HTS. Si es el caso contrario, los
productos pasadas unas pocas horas desde que son procesados, en su caso, se dirigen a los
contenedores de productos HTS para su reprocesamiento.
En las refinerías se transforma al petróleo que está compuesto por miles de hidrocarburos en
fracciones, de composición y propiedades aproximadamente constantes, que destilan entre
dos temperaturas prefijadas. Las refinerías tienen diferente complejidad según las distintas
plantas instaladas. Sus productos principales son naftas, querosenos, gas oils, diésel y fuel oil.
Una destilería debe estar diseñada para tratar una gama bastante amplia de petroleos. En
aquellos lugares donde las reservas estimadas de crudo se proyectan similares en calidad, las
refinerías son concebidas para tratar solamente ese tipo de crudo. Existen refinerías simples
(con algunas unidades de procesamiento) y complejas (con un gran número de unidades).
Destilación al vacío del residuo de topping
Unidades de hidrodesulfuración (eliminación del azufre) de GLPs, Naftas, Kerosene y Gas
oil para permitir la posterior reformación
Unidad de Isomerización de naftas livianas en isoparafinas de alto índice de octano
Tratamiento con sosa cáustica de nafta o kerosene (unidad Merox)
Unidad de reformado de naftas pesadas de bajo octanaje en hidrocarburos aromáticos de
alto índice de octano
La planta de MTBE produce un aditivo para incrementar el octanaje de la nafta sin plomo
Alquilación que produce livianos con un número de octanos superior
Hidrocraqueo de gas oil resultante de la Unidad de Vacío (en presencia de hidrógeno y de
un catalizador) en gasoil de mayor valor añadido.
Coquización para reducir los excedentes de fuel oil pesado de bajo valor dejando un
carbono casi puro, denominado coque.
Planta de Hidrógeno para los procesos de hidrodesulfuración e hidrocraqueo
Tipos de crudo