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La Táctica Individual en El Juego Colectivo - Xesco Espar PDF
La Táctica Individual en El Juego Colectivo - Xesco Espar PDF
Xesco Espar
INEF - Universidad de Barcelona
DEFENSA
CONTRAATAQUE REPLIEGUE
ATAQUE
B) Las paradas
El momento de máxima relevancia para el portero es cuando éste
se dispone a interceptar el balón que se dirige a portería. Es el autén-
tico momento de la verdad, porque un fallo suyo no puede solucionarlo
nadie.
Lejos de buscar paradas con estiramientos espectaculares, el portero
en primer lugar tiene que estar correctamente situado en la portería, de
manera que pueda acceder con igual facilidad a ambos lados de la por-
tería. A partir de esta posición, el portero necesita disponer de técnicas
específicas para llegar a cada zona de localización de los lanzamientos,
oponiendo a la trayectoria del balón la máxima superficie corporal po-
sible. Si el balón va a una de las escuadras de arriba o a media altura,
intentará parar el balón con las dos manos. Si el balón va a una de las
escuadras inferiores, situará en estas trayectorias el pie y la mano del
lado correspondiente.
De cara a una posterior actuación como iniciador del contraataque,
el portero tiene que intentar, si es posible, blocar el balón o amorti-
guarlo para que quede a su alcance rápidamente. Si no le es posible
ninguna de las dos opciones, entonces optará por rechazar el balón
hacia la línea de fondo o en último caso hacia dentro del campo de
nuevo.
eje central del ataque, ya que es desde donde las posibilidades de efi-
cacia en el lanzamiento son mayores.
El control del portador a distancia debe convertirse en especial-
mente estrecho cuando se encuentra en su zona personal de eficacia en
el lanzamiento (espacio de culminación).
B) El acoso
Como el reglamento permite utilizar el tronco para obstaculizar el
desplazamiento de los jugadores rivales, el trabajo defensivo de posi-
ción corporal ante de las evoluciones de los atacantes es perfectamente
legal. La neutralización del oponente con balón se tiene que hacer, en
este caso, exclusivamente con contacto del tronco, si bien las manos
y las piernas pueden ayudarnos momentáneamente en el control del
atacante.
Al jugar en proximidad, el contacto debería producirse exclusiva-
mente con el tronco. Si el atacante se nos escapa, le debemos perse-
guir utilizando los desplazamientos defensivos, intentando mantener el
tronco aún más cerca de él. Los brazos pueden utilizarse para quitarle
el balón, si lo bota, para molestar los pases si decide pasarla, o en úl-
timo lugar para frenar momentáneamente al adversario (nunca cogi-
éndolo), y poder mantener la proximidad corporal en el sentido de su
desplazamiento.
Como la mayor parte de los jugadores tienen preferencia a ir hacia
su punto fuerte es conveniente que este sea el principal parámetro de
vigilancia. También es importante disuadir las trayectorias hacia el
centro a través de la posición corporal, invitando al jugador a ir hacia el
punto débil o hacia el exterior del campo.
La neutralización inmediata del oponente con balón debe produ-
cirse cada vez que entra en zona de peligro o tiene posibilidad de efec-
tuar un pase decisivo.
B) La disuasión
La disuasión es la intención táctica que impide recibir el balón a nu-
estro adversario directo. Para llevarla a cabo, debemos ocupar la línea
de pase antes de que el pase se produzca, jugando muy cerca del re-
ceptor.
Desde la posición básica tenemos que interponer al menos la mano
en la línea de pase, de manera que el pasador vea imposible el pase. A
pesar de tener éxito en un primer momento, es necesario seguir actu-
ando ya que tanto el pasador como el receptor pueden cambiar su situ-
ación y modificar la línea de pase.
Cuando nuestro oponente directo tiene mayor calidad ofensiva que
nuestra defensiva, es recomendable utilizar esta forma de juego que
le impide la recepción. Hay que mantener la proximidad y constancia
en el marcaje para evitar pases bombeados, o por detrás de nuestra es-
palda. También es importante el marcaje al pivote, y en general ante
atacantes cerca de la línea de 6 metros.
D) La cobertura
La estructura de la defensa, desde el punto de vista colectivo, está
formada por la suma de individualidades y las diferentes opciones de
colaboración entre los jugadores. Esta necesidad ocasional de ayudarse
entre los jugadores defensores obliga a guardar una cierta proximidad
para reducir el tiempo que tardan en ayudarse. Debido a esta necesidad
de jugar colectivamente los jugadores disminuyen la distancia que los
separa de sus compañeros, protegiendo especialmente la zona donde
está el balón.
Con esta intención, el jugador integra en su juego a su oponente
directo y el binomio «portador del balón - defensor». Valorando la re-
106 La táctica individual en los deportes de equipo
E) El doblaje
La intención táctica del doblaje supone la continuación lógica de la
cobertura cuando un compañero ha perdido en su duelo de 1x1. Doblar
supone, entonces, sustituir a un compañero que ha sido batido en su
1x1. Cuando un jugador realiza esta ayuda decisiva, cambia obligatori-
amente de oponente y deja solo al que tenía asignado en primer lugar.
En su nuevo rol debe actuar igual que cuando marca a un atacante con
balón.
En el doblaje, por tanto, los jugadores pueden actuar haciendo blo-
caje si el oponente lanza y se encuentran a una cierta distancia, o bien
acoso si el oponente está muy cerca. En este último caso, y como su-
pone una situación de emergencia, es deseable que el atacante sea con-
trolado completamente (dentro de los límites reglamentarios) o tenga
las máximas dificultades para continuar jugando el balón, ya que el
ataque ha conseguido superioridad numérica.
La toma de decisiones acerca de cuándo hay que realizar esta ayuda
decisiva es muy comprometida, ya que supone dejar a un jugador sin
marcaje. Es necesario que los jugadores sean buenos evaluadores de las
opciones reales del atacante con balón y que no actúen por costumbre
dejándose llevar «porque toca». Hay algunas situaciones claras, como
son los casos de falta de marcaje, fallo en la intercepción, cambios de
oponentes en los cruces o bloqueos, etc., pero en demasiadas ocasiones
los defensas actúan por inercia dejándose llevar por la velocidad del
juego.
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B) La ayuda
A) La fijación
B) El pase
Siempre que observamos un jugador mejor situado que nosotros,
o bien cuando nuestras posibilidades de culminar la acción atacante
quedan disminuidas, debemos jugar colectivamente y pasar el balón.
Una vez hemos decidido pasar el balón, lo siguiente que nos ha de pre-
ocupar es la intención del compañero a quien lo queremos enviar, de
manera que nuestro pase se adapte a sus intenciones y no se tenga que
parar para recibir el balón.
La capacidad de disociar la mirada del pase es importante en
muchos casos para no desvelar cuales son nuestras intenciones. La
capacidad de disociar la acción de los diferentes segmentos del brazo
(brazo, antebrazo, muñeca y dedos) nos permitirá poder pasar con ga-
rantías en cualquier dirección, así como la posibilidad de modificar en
el último momento la acción del pase. También la capacidad de diso-
ciar la acción de las piernas del tronco, y del brazo nos permitirá pasar
el balón en direcciones diferentes a las que estemos orientadas.
La capacidad táctica de elegir el pase óptimo depende en gran
medida de la capacidad y repertorio técnico. La trayectoria del pase
vendrá entonces condicionada por las posibilidades técnicas de los ju-
gadores y de la oportunidad táctica concreta.
Es muy importante remarcar que la verdadera calidad de los pases
no supone solo no perder el balón sino también ayudar al receptor a no
tener que modificar su desplazamiento para recibir el balón. De esta
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forma el juego global del equipo puede ser más rápido y el siguiente
poseedor puede ganar unas valiosas décimas de segundo.
C) El lanzamiento
El lanzamiento es la acción culminante de la fase de ataque. Todas
las demás acciones que se llevan a cabo durante un partido tienen por
objetivo buscar una situación óptima de lanzamiento. Por respeto hacia
todo el equipo, es necesario que el jugador que lanza se involucre total-
mente, tanto física como mentalmente.
En el momento de decidirse a lanzar a portería hay que procurar ha-
cerlo desde la zona central y próxima a 6 m, aunque cada jugador debe
conocer cuál es su zona de eficacia real, tanto con o sin oposición, para
una mejor interpretación de la selección del lanzamiento.
Desde el punto de vista del factor sorpresa, los lanzamientos deben
efectuarse con gran rapidez en su ejecución. Desde el punto de vista es-
tratégico se debe valorar si la primera opción de lanzamiento ha de ser
aprovechada o bien esperamos a poder tener una posibilidad mejor y
ha desgastar la defensa. Esta última es una consideración colectiva que
todos los jugadores del equipo tienen que tener muy clara.
Si los jugadores son capaces de disociar e independizar las acciones
del tronco, brazos, antebrazo, muñeca, dedos, poseerán más recursos
en el momento del lanzamiento.
D) La finta
Entendiendo la finta como un engaño, nos damos cuenta de que en
el balonmano existen gran cantidad de situaciones que pueden colo-
carse bajo este concepto (de pases, de lanzamiento, de desplazami-
ento...). En este apartado, sin embargo, nos referimos a la acción cor-
poral de sobrepasar a nuestro adversario directo en el 1x1 para mejorar
las condiciones de lanzamiento o para fijar a un adversario.
Para sorprender al adversario defensor, el poseedor del balón, una
vez lo ha recibido, se tiene que dirigir en primer lugar hacia el espacio
libre y observar si su defensor responde a esta primera intención. En
caso afirmativo, debe efectuar un cambio de dirección y de ritmo de
desplazamiento. Si ha seguido el encadenamiento normal de las dife-
rentes intenciones tácticas del jugador sin balón y con balón, la finta
es una parte más de las acciones lógicas que puede efectuar un jugador
durante el juego.
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