Está en la página 1de 6

VIDA Y MUERTE DE LA POLÍTICA EDUCATIVA NEOLIBERAL EN EL PERÚ 2

Ideele Revista Nº 262

Juan Rivera Palomino Filósofo y educador

Como se sabe desde 1990 hasta la fecha


2,014, desde el gobierno del señor
Fujimori, de Toledo, de García hasta el de
Ollanta Humala, se viene aplicando en el
país la Política Educativa Neoliberal que
es la expresión de la concepción educativa
neoliberal, la cual forma parte, a su vez,
de toda la doctrina economicista
neoclásica y neoliberal cuyas tesis
económicas no es necesario exponerlas
para fines de este trabajo. Lo que sí cabe
resaltar es que el modelo económico, al
estar centrado en los factores de
producción como el capital, el capital
humano, la tecnología digital y considerar
como externalidades a la sociedad y a la naturaleza ha traído graves consecuencias sociales, humanas y
naturales y ecológicas. Estamos pues, frente a una posición economicista que solo y principalmente le
interesa la producción, la productividad y las consiguientes ganancias que va traer graves consecuencias
para el sistema educativo como para sus actores: docentes y alumnos y padres de familia.

Esta Política Educativa fue impuesta por el Banco mundial al Perú durante el gobierno de Fujimori, a
otros países latinoamericanos y caribeños, a quienes se les impuso también el modelo económico y la
política económica correspondiente.

Política Educativa y Función de la Educación

La función de la educación, dentro de esta lógica economicista, en teoría, era la de preparar, entrenar el
capital humano cognitivo, polivalente y poli funcional para aumentar las tasas de producción,
productividad, competitividad y rentabilidad. El desarrollo de investigación científica, tecnológica e
innovación eran la clave para la sostenibilidad del crecimiento económico. Pero nada de esto se hizo. El
fin fundamental en el campo de la educación era lograr alta tasa de calidad, aparte de la eficiencia,
equidad y cobertura problemática inventada por los técnicos del Banco Mundial y que no correspondía a
la real problemática socioeconómica, política, ideológica y educativa del país. La del Banco Mundial era
una concepción tecnocrática, mercantilista, pragmatista, competitiva, meritocrática e individualista, tal
como se refleja, reproduce en el currículo por competencias de base y orientación economicista
neoliberal.

La concepción curricular compatible con esta concepción y política educativa es la del llamado Currículo
por Competencias considerado falazmente como opuesto al Currículo por Objetivos. De acuerdo con esta
concepción y política lo que el docente, en la práctica educativa, tenía que hacer era la de preparar,
entrenar alumnos idóneos, eficientes, competentes y competitivos en la aplicación de conocimientos a
situaciones problemáticas para que desarrolle competencias con miras al mundo laboral, al empleo y al
mercado como sostienen los técnicos de la OCDE y los del Banco Mundial, etc. Pero nada de esto se aplicó
en la práctica educativa ni se logro tampoco los objetivos de tal política neoliberal.
Veamos el proceso del fracaso desde su inicio hasta el final. Veintitrés años de fracaso, Esto ya parece una
especie de profecía auntocumplida...

El Fracaso en el Gobierno de Fujimori

Durante el gobierno del señor Fugimori fracaso la política educativa neoliberal en el sentido de que no se
logró la tan anhelada calidad educativa aunque se amplió la cobertura, según el Banco Mundial que
elaboró un informe en l997, basado en los datos recopilados por el Instituto Cuanto. Dicha situación es
reconocida por el propio Ministerio de Educación a través del Informe Nacional de Evaluación l999 -
2OOO que concluyó categóricamente lo siguiente: lo que no se ha logrado es mejorar la calidad de los
servicios educativos tal y como se lo propuso el MED: Educación para Todos. Según el Informe de la
UNESCO de 1999 el Perú se encuentra entre los últimos países no solo en calidad y equidad sino en
eficiencia educativa, que, en teoría, eran una condición necesaria para la eficiencia económica. Para
rematarlo, como siempre, el sector rural fue el más perjudicado antes que el urbano en todos los aspectos
antes mencionados y también en gasto económico. Los resultados en aprendizaje fueron negativos en el
área lógico matemática resultado de una prueba aplicada a cerca de 5O OOO niños del cuarto grado de
primaria de una muestra a nivel nacional, en el año de 1996. Se fracasó también en el intento de
desecentralizar el sistema vía municipalización de la gestión educativa, y de modernizarlo, tal como lo
muestro en mi libro “Erase una vez una Reforma”.

El presidente Humala no pudo hacer una Transformación


Educativa a fondo, como lo prometió, porque no rompió las
cadenas que lo atan a los grupos de poder, la Iglesia, sector
conservador, medios de comunicación.

El Fracaso en el Gobierno de Toledo

Durante el gobierno de Toledo se continuó asumiendo que la problemática educativa del país era la que
habían identificado los técnicos del Banco Mundial, es decir: Cobertura, Eficiencia, Calidad y Equidad. Por
lo tanto, la política de Toledo era elevar las ratios de cada uno de estos aspectos: Universalizar la
cobertura, elevar las tasas de eficiencia interna, la equidad educativa y lograr la calidad del sistema
educativo. Además, descentralizarlo, modernizarlo, implantar el Bachillerato para lograr el autoempleo
Juvenil tal como lo denomino uno de sus ministros, el ingeniero Pandolfi.

¿Cuáles fueron los resultados de la política de este gobierno? Según la evaluación vía Pruebas PISA, en
matemática y lenguaje solo el 54 % de jóvenes peruanos que estaban culminando la secundaría se
ubicaron en el nivel D, en una escala de cinco niveles de competencia... Los resultados según la Unidad de
Medición de la Calidad Educativa, UMC, del MED: en el año 2OO4 a nivel de Primaria, área de lógico
matemática solo el 9.6% alcanzó el nivel Bueno Suficiente, el 94% no lo alcanzó; los del 6to grado de
Primaria el 92.1% no alcanzó el nivel de Suficiente, en cuanto a comprensión de textos escritos; en
segundo y sexto grado de Primaria los resultados son parecidos: el 84.9 % no alcanzó el nivel suficiente, y
el 87.9% no lo alcanza tampoco en el sexto grado. En Secundaria, sucede lo mismo: 4.9% en tercer grado y
el 92% en quinto grado. Finalmente, la tasa de analfabetismo, según Cuanto, INEI y ENAHO, al 2OO3 es de
12.3% y en el área rural es de 37.9% .Por consiguiente, no se logró alcanzar ni la eficiencia, la equidad ni
la calidad educativa

Y el Fracaso en el Gobierno de García

Finalmente, qué sucedió en el Gobierno de Alan García. Para sintetizar el Informe de PREAL y GRADE y el
de la OCDE, via Pruebas PISA, voy a basarme en lo trabajado por el Profesor Chiroque. Solo en
comprensión lectora, comparando los resultados entre los años 2OOO y los del 2OO9 se aumentaron 43
puntos más seguido de Chile con 39 puntos, y de Albania e Indonesia. Pero lo paradójico, señores
autoridades, el puntaje al que ha llegado el Perú, Chile lo tuvo en el año 2000. El mayor puntaje lo obtuvo
China Shangai con 556 que con el 37º del Perú, hay una diferencia de 186 puntos. Peor aun sabiendo que
en matemáticas y en ciencias los resultados son negativos tanto así que el Perú esta entre los ultimos.
Ahora, a nivel Regional el Perú está en último lugar. Como muy bien concluye el Profesor Chiroque, a nivel
mundial, él Perú esta en la cola, y a nivel de la Región en el último lugar.

Gobierno de Humala

No cambió la Política Educativa Neoliberal a través de su ministra Patricia Salas, a pesar de pertenecer al
llamado Concejo Nacional de Educación; y el ministro actual, de
Orientación neoliberal continua con la misma política. Es más de los mismo. Los últimos resultados de las
Pruebas Pisa y del Ministerio en lenguaje y matemática, que han sido negativos y catastróficos corroboran
una vez más el rotundo y negativo fracaso de dicha política.

Voy a empezar mostrando las contradicciones internas en las que cayeron estos tres gobiernos. La
primera es la que se ha dado entre el objetivo de formar desde la primaria hasta la universidad, capital
humano, y según otros capital intelectual, social y hasta cultural con altos niveles de calificación para,
dentro de la lógica del modelo económico, lograr un eficiente desempeño económico que lleven a
aumentar las tasas de producción, productividad, darle sostenibilidad al crecimiento economico. Lograr
todo esto implicaba proporcionar un tipo de educación no solo eficiente sino también de calidad, pero
ninguno de los dos se logró. Implicaba tomar medidas políticas para mejorar la infraestructura, el
mobiliario escolar, el material educativo, los textos, la diversificación curricular acorde a la
pluriculturalidad del país, dar educación bilingüe y pluricultural en la sierra y en la selva, proporcionar
una excelente formación magisterial a los docente lo que implicaba transformar tanto los Institutos
Pedagógicos como las Facultades de Educación, sobre todo de las Universidades Particulares, mejorar las
condiciones académicas, administrativas, laborales y salariales de los docentes en vez de maltratarlos con
magros e indigentes sueldos, obligándolos a trabajar en dos o mas escuelas o colegios, ahora llamadas
Instituciones Educativas, con las consiguientes enfermedades psicosomáticas. Todo este conjunto de
factores desfavorables, negativos condujeron a que el docente no tuviera un buen desempeño profesional
que nunca se midió o evaluó. No es posible lograr la calidad educativa en condiciones infrahumanas y con
políticas y tratamiento autoritario y denigrante contra los docentes. Las familias de los docentes y sus
hijos también fueron afectados en cuanto a la baja ratio de alimentación, nutrición, salud principalmente,
pobreza, desigualdad, injusticia económica; pésimas capacitaciones, pésima gestión de las Regionales y de
las Ugels.

En segundo lugar, suponía cambiar el modelo primario exportador e industrializar totalmente la


economía para dar cabida no solo a los técnicos egresados de los Institutos Tecnológicos, que no fueron
mejorados, sino también a las facultades de Educación sobre todo de las universidades Privadas. Los
gobiernos, vía ministros del ramo se dedicaron a pelear con el SUTEP y a maltratar y expoliar a los
mejores profesores e investigadores universitarios, postergando hasta la fecha su derecho a la
homologación de haberes. Una medida de primer orden, que no tomaron ninguno de los gobiernos, fue la
de articular el llamado aparato productivo, estado y educación, sobre todo la universitaria para fines de
empleo y de investigación científica, tecnológica e innovación. Como se sabe esa medida fue exigida tanto
por los organismos multilaterales como por los economistas neoliberales. No se puede dejar de
cuestionar: Para qué tanta evaluación a los docentes, de que ha servido toda la información obtenida
sobre los resultados obtenidos si no se han tomado las medidas correctivas o de retroinformación o de
reingeniería educativa, como les gusta a los tecnócratas neoliberales.

Se ha fracasado también en los vagos y tenues intentos de descentralización educativa vía


municipalización, también en educación bilingüe e intercultural marginando, excluyendo una vez más a
las comunidades andinas y a las comunidades indígenas de la Amazona. Parece que continúan los
Sepúlvedas posmodernos en pleno siglo XXI pero con una mentalidad Colonial.

Finalmente, quiero decirles a los técnicos de los Organismos multilaterales y a los funcionarios del
Sistema Mundo, como lo denomina el sociólogo internacional Wallerstein, que la problemática del Perú
no es la que ha identificado los técnicos del Banco Mundial principalmente y que las soluciones son, por lo
tanto otras como la democratización de la educación y de la economía entre otras. En otro artículo trataré
sobre este punto. Desde los inicios de la llamada Republica no se puede solucionar el Problema Educativo
del país: el pueblo, los campesinos y los indígenas tienen derecho a la educación. Así lo dice la
Constitución de Haya de la Torre, señores Toledo y García, y también la de Fujimori que ustedes han
asumido y aplicado. Pero les adelanto que la solución no pasa por aplicar políticas y formulas
neoliberales, sino por una concepción y políticas sociales y humanas con amplia participación de los
docentes y padres de familia, para poder solucionar los problemas materiales como espirituales del
pueblo, y en particular, de los docentes y alumnos y sus familias desde una óptica social y humana.

El presidente Humala no pudo hacer una Transformación Educativa a fondo, como lo prometió, porque no
rompió las cadenas que lo atan a los grupos de poder, la Iglesia, sector conservador, medios de
comunicación. Por eso es que arrastró la paradoja entre el Modelo Económico Neoliberal y sus Programas
sociales llamados inclusivos. Faltan políticas sociales auténticas y apoderarse del Estado que es el poder
político que no lo tiene, ni el poder económico. Así no se gobierna. Faltan decisiones, correlación de
fuerzas y voluntad de cambio.
EL DESAFÍO DE LAS DESIGUALDADES
Ideele Revista Nº 262

Ricardo Cuenca Instituto de Estudios Peruanos (IEP)

Durante los últimos cinco años, hemos


asistido a un cambio positivo de la
educación. Esta ocupa un lugar
importante en la agenda pública
gracias al creciente interés de los
medios de comunicación y a la
“entrada” del tema educativo en la
esfera política como un elemento
fundamental para el desarrollo.

En estos cambios han contribuido


directamente el poco reconocido, pero
decidido compromiso político del
presidente Ollanta Humala y las
distintas y complementarias gestiones
de la ministra Patricia Salas y del
ministro Jaime Saavedra.

El “privilegio” de ser un tema en el espacio público, la narrativa construida alrededor del éxito, el
reconocimiento internacional por los avances y el imaginario social que todo irá mejor son indudables, así
como también los son algunos logros puntuales del propio sistema.

Los estudiantes de segundo grado de primaria han mejorado sus desempeños en compresión lectora y
matemática, el gasto público representa ahora 3,8% del PBI, la conclusión de primaria y secundaria
sobrepasa el 70%, y 9 de cada 10 escuelas cuentan con suficientes carpetas. Particularmente, son logros
significativos las políticas docentes y la reforma de la educación superior.

Luego del fallido intento (durante el quinquenio 2007-2011) por organizar el magisterio en torno a una
carrera meritocrática, en el 2012 la ley de reforma magisterial normó el ingreso de todos los docentes
peruanos a una carrera basada en méritos, con más ordenados y mejores salarios, y con la opción de un
desarrollo profesional dentro del sistema y no solo en las aulas. Desde su promulgación se han evaluado,
con confianza técnica, y por ende sin escándalo, a más de 600.000 docentes en varias modalidades y, aun
cuando el número de docentes contratados permanece alto, 192 mil docentes fueron evaluados para una
plaza de nombramiento.

Treinta años después, en el 2014, el Perú contó con una nueva ley universitaria y con ello se inició el
proceso de reforma de la educación superior. Esta nueva ley logró que, bajo el liderazgo del Estado, el
tema universitario se convierta en materia de política pública, que existan mecanismos más efectivos de
regulación de la calidad para una desordenada oferta y que la universidad cuente con mejores
condiciones para reiniciar el camino de la investigación. La aparición de la Sunedu con la misión de
asegurar las condiciones básicas de calidad del servicio universitario y la reciente aprobación de la ley de
institutos y escuelas son complementos importante de esta reforma.

No obstante estos avances, hay temas particulares que atender en el sector con miras a tener más y mejor
calidad de educación. Por ejemplo, es necesario trabajar desde ya con el nuevo currículo —que mejor,
pero distante de la realidad de las aulas—, consolidar los avances en las políticas aprobadas para la
educación intercultural bilingüe, incrementar la cobertura y conclusión de la educación inicial, atender de
manera urgente la mala calidad de los aprendizajes en la secundaria, poner en marcha una real reforma
de la formación inicial de los docentes y modificar la estructura del ministerio de educación para
viabilizar la reforma de la educación superior.
Estos desafíos son aún más urgentes de atender cuando los logros son desiguales. En el Perú, existen, a
pesar del éxito exhibido, desigualdades educativas y estas no son consecuencia del orden natural de las
cosas, sino de decisiones particulares del Estado o de la ausencia de éste en contextos específicos.

En las pruebas de segundo grado, en los distritos más pobres de Lima, los estudiantes de las escuelas
privadas comprenden menos de lo que leen sus pares de las escuelas públicas y los niños urbanos doblan
a los rurales en los niveles satisfactorios de matemática. El 80% de los niños shipibos de cuarto grado se
encuentran en el nivel más bajo de logro de castellano como segunda lengua, mientras que el 50% de los
niños quechuas se ubican en el nivel satisfactorio.

La población indígena analfabeta tiene rostro de mujer. 3 de cada 4 analfabetos son mujeres, mientras
que no se registran datos de mujeres no indígenas analfabetas.

Pero a medida que se avanza en el sistema educativo, las desigualdades se muestran más evidentes. Los
colegios secundarios en zonas urbanas cuentan con una cobertura de servicios significativamente más
elevada que aquellos en zonas rurales (75% y 12% respectivamente), y mientras que 8 de cada 10
colegios privados cuentan con servicios de agua, luz y desagüe, en el ámbito estatal son solo 3 de cada 10.

Si se analiza lo que ocurre con los rendimientos de los estudiantes de segundo de secundaria, se observan
grandes brechas entre espacios geográficos (urbano-rural), gestión de la institución educativa (público-
privado) y pobreza en ambas competencias, siempre en contra de aquellas zonas más vulnerables
económica y socialmente. Por ejemplo, en comprensión lectora se advierte que en la población rural poco
más de la mitad de los alumnos se ubica en un nivel previo al inicial y tan solo el 2% se encuentra en el
nivel satisfactorio (contrastado con el 15% de los alumnos en el ámbito urbano). En esta línea, 2 de cada 5
estudiantes de colegio público no cumplen con las competencias básicas, mientras el 24% de los alumnos
de escuela privada tienen un rendimiento satisfactorio, en compresión lectora.

En la educación superior, estas desigualdades no tienen vuelta atrás. Mientras que solo 1 de cada 10
jóvenes pobres acceden a la universidad, 5 de cada 10 jóvenes ricos lo hacen. Esto se ve reflejado en el
ingreso al mercado laboral formal. Las jóvenes mujeres, indígenas, rurales, pobres tendrán, a pesar de
condiciones similares de escolaridad, menos oportunidades laborales que su pares urbanas, no indígenas,
y menos aún, que la de los hombres urbanos.

Es conceptualmente erróneo y altamente dogmático sostener que las desigualdades educativas son
legítimas porque son reales las diferencias individuales. Las desigualdades educativas son nocivas,
injustas e inmorales. En el Perú hemos aprendido la perversa lección que es posible tener éxito
económico a pesar de una mala educación y, peor aún, de una desigual educación. Estas son malas
noticias para el país y para quienes creen que la educación tiene poco que ver en el desarrollo y el
fortalecimiento de la democracia.

Sin buena educación para todos, desarrollo y democracia de calidad serán románticos anhelos que se
compensarán con más y mejores puntos en el crecimiento, y más y mejores elecciones. Sin esa educación
seremos, como lo dijo Tito Flores Galindo, una abstracción que se diluye en cualquier calle, entre rostros
contrapuestos y personas que caminan “abriéndose paso”.

También podría gustarte