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DOMINGO 6 DE AGOSTO 2017

JACOB PREPARANDO TODO PARA EL DÍA DE SU PARTIDA- génesis 47.26-31

v. 26: se pone por escrito todo lo acordado (v.19-25) entre Faraón y los egipcios, que era
beneficiosos para ambas partes y que fue mediado por José. Estipulaba que:
1. Toda la tierra ahora pertenecía a Faraón
2. Toda la población se reubicaría en las ciudades donde estaba almacenado el
alimento (o en sus inmediaciones)
3. Los sacerdotes, mientras durara la hambruna, recibirían una ración de comida fija
para ellos y sus siervos. No compró sus tierras, pues de ellas proveían los
sacrificios y sostén habitualmente
4. Se hizo una reforma agraria. Según Herodoto, cada egipcio campesino recibió una
parte de tierra cuadrada del mismo tamaño, la cual arrendaban a Faraón y por la
cual debían pagar anualmente un impuesto del 20% (un quinto) de lo producido. El
impuesto es razonable y beneficioso para los egipcios, pues aquella tierra producía
30 por 1, y- por otro lado- el gobierno aseguraría la distribución más equitativa de
las aguas del Nilo, a través de sistemas de un sistema innovador de regadío. Esto
aseguró la vida en tiempos de hambruna y mortandad.
5. ‘Os he comprado hoy’. Se constituyó una especie de sociedad feudal El pueblo no
pasó a ser esclavos de Faraón, sino se sometió a una servidumbre campesina real.

v. 27-28: José no solo preservó la vida de los egipcios (los cuales estaban my agradecidos, v 25),
sino que la csa de Israel (v27):
1. No sufrió ninguna privación
2. O fue llevada a la dependencia de la casa de Faraón, sino que
3. Se estableció en Gosén
4. Donde llegó a ser fructífera y a multiplicarse. (Gn 46.3; Dt 10.22; 26.5; Hch 7.17; Sal
107.38)

Jacob vivió sus últimos 17 años junto a los suyos en paz y prosperidad, cerca de José (Al igual que
sus primeros 17, Gn 37.2).

v. 29-31: Cuando Jacob (147 años) sintió que su muerte (Heb 9.27; Sal 89.48; Job 30.23 se
acercaba (Gn 50.24; Dt 31.14; 1R 2.1):
1. mandó a llamar a José y le pidió y le hizo jurar de que no lo sepultaría en Epipto, sino junto
a sus ancestros (2S 19.37; Neh 2.3) en la cueva de Macpela (en Canaán, la tierra prometida-
Hch 7.15-16; Gn 23.16-17; 49.29-32)
2. El juramento fue a la usanza antigua, poniendo la mano en una parte íntima (bajo su muslo),
al igual que Eliezer con Abraham. (Gn 24.1-4)
3. Tras el juramento, Jacob adoró a Dios (Heb 11.21). Estaba sentado en su cama (apena podía
hacerlos, Gn 48.2) y cuando José le prometió que cumpliría su deseo, se volvió hacia la
cabeza de su cama y alabó a Dios, pues su deseo surgía de una fe viva en las promesas de
Dios. David también adoró en su cama (1R 1.47-48)

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