Exhumación 03: arqueología funeraria

Arqueología de la muerte

Los fundamentos teóricos de la Arqueología de la Muerte han sido expuestos

por Vicent García (1995) quien nos recuerda que este campo de interés
disciplinar diferenciado surgió de las transformaciones metodológicas y teóricas
que conmovieron la práctica de la arqueología durante los años sesenta y
setenta del siglo pasado. Sus formulaciones han influido en las investigaciones
arqueológicas generales tratando de superar los limitados enfoques
tradicionales descriptivos y especulativos.

No son pocos los trabajos publicados que nos hablan de la vida al describir la
muerte. La muerte como una parte de la propia vida que en los humanos
adquiere una carga simbólica a la que damos valor de trascendencia. Todas las
culturas y las religiones se ocupan de ello tratando de dar una explicación
tranquilizadora de ese espacio que se nos escapa a lo racional.

De hecho, la interpretación de los rituales funerarios se constituye como la

principal preocupación de los arqueólogos cuando se acometen excavaciones
con enterramientos humanos. Hasta cierto punto, cada necrópolis revela
patrones comunes y diferencias que se comparan de conformidad a las dos
variables de espacio y tiempo: las cronologías en las que se subdivide la
historia del hombre desde la prehistoria hasta nuestros días y la geografía en la
que encontramos los vestigios funerarios que en este caso limitamos a Navarra
que participa de las mismas costumbres que se dan en el occidente europeo.
Creencias ancestrales desconocidas, paganas, cristianas y musulmanas se
han sucedido o convivido en el tiempo caracterizando un mundo de creencias
en donde el rito se ha perpetuado a pesar de los cambios sociales que han
tenido lugar en esta larga historia.

A excepción de las manifestaciones artísticas, sólo las sepulturas son capaces

de aproximarnos realmente a la psicología de las sociedades primitivas, allá
donde no llegan las deducciones que podemos realizar a partir de los análisis
de su cultura material (Armendáriz, 1992)

De la arqueología funeraria o arqueología de la muerte al conocimiento

del hombre en el pasado: antropología y paleopatología

Para Chapa (1991), citando a otros autores, existen una serie de principios que
se cumplen de forma generalizada en los enterramientos humanos:

 Todas las sociedades emplean uno o varios sistemas para el enterramiento

de los muertos.

 Una población funeraria mostrará características demográficas y fisiológicas

que reflejarán las de la población viva.

 En un contexto funerario, cada enterramiento representa la aplicación

sistemática de una serie de medidas descriptivas y postcriptivas, relevantes

Exhumaciones (Dr. Fco. Etxeberria) 1

 para ese individuo. La naturaleza de la sociedad modelará y limitará las
prácticas para la deposición de los difuntos. El tratamiento específico que se
da a un individuo en el momento de su muerte será consistente con la
posición social del individuo en su vida.

 Los elementos que se combinan en un contexto funerario habrán sido

contemporáneos en la sociedad de los vivos en el momento de su
enterramiento.

Por ello la arqueología funeraria ha emprendido un trabajo de reconocimiento

de las estructuras sociales a través de las necrópolis a distintas escalas que
van desde la regional o macroespacial, pasando por la del cementerio, hasta la
microespacial en cada uno de los enterramientos.

La información obtenida debería, finalmente, quedar integrada en el

"ecosistema humano", que difiere del modelo establecido para toda la
comunidad biológica por el grado de desarrollo cultural del hombre, capaz de
modificar su entorno de modo permanente.

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ARQUEOLOGIA FUNERARIA: ELEMENTOS PARA EL ANALISIS E

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