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TOMO 1
EDITORIAL BLUME
TUSET,8 BARCELONA-6
ROSARIO. 17 MADRID - 5
Titulo original:
und Bauteile
DIE HEBEZEUGE' Grundlagen
FRIÉDR. VIÉWEG & SOHN BRUNSWICK
Traducción de
JULIO PINTO
de Unidad A' C É' S A'
lngeniero Jefe
1970
Primera edición esPafrota'
A causa de la guerra, gran número de libros técnicos relattvos a los aparatos de elevación fueron
destruidos o desaparecieron de las librerías. Estas circunstancias han hecho su reedición y revisión
imposible: su contenido no corresponderia al moderno desarrollo de la Técnica. He accedido
g,",itosr.., a la demanda de escribir una obra moderna, debido a mi condición de Jeje de Estudios
de un gran Constructor de grúas y aritiguo Profesor en la Facultad de Dantzig.
Me propongo atender a la vez los deseos de los estudiantes y cie los ingenieros experimentados
en lâ niateria. Los primeros encontrarân en ella los principios lundamentales inmutables y los
adquiridos por la ciencia, que les serán presentados de forma completa, pero tan sencilla como
sea posible, sin necesidad de acudir a desarrollos matemáticos excesivamente elevados. Los se-
gundos encontrarán un maÍÌual destinado a relrescar sus cotr,:cimientos escolares y a estimularles
en el trabajo coticliano, poniéndoles al corriente de las últimas creaciones y tendencias, de las
experiencias y resultados de la investigación y de las forma' de cálculo apropiadas. Esta Obra
no se limita por tanto a las construcciones alemanas, sino que contiene también ejemplos de rea-
lizaciones extranjeras, particularmente norteamericanas. Adernás se consignan datos relativos a la
explotación de los aparatos de elevación que, sin duda, interesarán a los ingenieros encargados
de su uso.
De acuerdo coll la tradición, la materia de este. librcl. presentada en tres tomos, no incluye los
ascensores. los funiculares ni las máquinas e instalaciones de manutetrción. E,l primero trata de
los principios 1' cle los elementos, el segundo se reÍìere a los aparatos uormales, mientras que el
tercero trata de los aparatos especiales.
El conocimiento minucioso de los elementos es muy importante para el estudio, explotación y
mantenimienio de los aparatos, porque sucede que son los elementos y detalles, aparentemente
insignificantes, los que muchas veces constituyen la causa de utt íutrcionamiento delectuoso y de
averías. Nos ha parecido necesario tratar detalladamente tales partes, incluyendo el equipo eléc-
trico y la calderería. Suponemos que el lector conoce los Elementos cle Máquinas y la Electro-
tecnia General. Esta Obra se ocupa de sus aplicaciones a los Aparatos de Elevación.
Dado que la importancia y dificultad de la materia lo exige. hemos intercalado ejemplos numé-
ricos, a fin de completar la parte descriptiva y de explicar el proceso de cálculo. [,os ejemplos de
cálculo de calderería se incluyen en el tomo [[, con los aparatos correspondientes. Numerosas
tablas y ábacos facilitarán datos útiles para sÌr estudio v cálculo.
En mis esfuerzos por presentar los últimos adelantos en la materia, he podido contar con la ayuda
generosa de numerosas casas. He de expresar aquí mi agradecimiento y particular reconocimiento
al Profesor Dr. Ingeniero G. Niemann, al Director Diplomado Ingeniero. A. Strobel y al Inge-
niero Jefe Fr. Hüller, por sus útiles indicaciones; al Diplomaclo Ingeniero A. Felh por su ayuda
en la preparación de los clichés. Agradezco a la Sefrora Tischmeyer la minuciosidad con que realizó
la mecanografía del manuscrito.
vr PRóLOCO
Las circunstancias de los afios de gueÍra y de posguerra originaron dificultades que retrasaron
la aparición del tomo primero, de lo que se han podido originar algunas deficiencias. Yo espero
q.r" -i Obra sustituirá èon éxito el tibrõ bien conocido de Hugo Bethmanl y contribuirá a resolver
lõs problemas a los que deben hacer frente los ingenieros de nuestra época.
2. Carriles sobre fundaciones de hormigón ' ' 156 1. Combinadores Y contrólers 242
por las-DIN.120'
para las estructuras de los aparatos de elevación, las bases de cálculo están dadas
de los mecanismos no ha sido todavía
A diferencia de ello,*;'ái#;;üamiento de loó elementos puntos siguientes: En la mayor parte de los
normalizado y debe ser hecho de acuerdo con los
que seJ intererante construirlas tan ligeras
casos se trata de *aqrrirru, móviles; esto determinâ que en auto-
como sea posible, ;ïii;;l ^p"ino tiene nünca la misma importancia
aligeramiento
movilismo o aviación. una grúa móvii, ã:.Ãplo, debe tener un ciertó peso para ser estable,
peso que puede ser r€ducido err las partes que aumentan el momento de vuelco como la pluma
y las poleas sobre ella montadas. Inversamente, una disminución de los pesos que contribuyen
a la estabilidad no será nunca justificada porque habría que afladir, bajo -fo.11u de contrapeios,
el peso ganado con el empleo de una construóción ligera y, por ello, cãra. Es necesario limitar
la construcción lige-ra a las parte! que no tienen influéncia-so^b.e el rósto de la máquina y de su
peso. Una economía de.peso en la pluma y en particular en la cabeza de la pluma-de una grúa,
entraõa una ganancia triple sobre el contrapeso. Las economías de peso en loì carros de los"pOr-
ticos de gran gálibo ejercen una influencia anâloga sobre el peso de la viga, de la traslaciOn y'aet
camino de rodadura. El peso de las cucharas juega un papel aún más importante, puesto que
actúan directamente disminuyendo la capacidad de elevaCiOn ae la máquina. En todoi estos ele-
mentos, se puede justificar la utilización de materiales y procedimientos onerosos (aluminio)
aunque su empleo no se defiende de una forma general. A resèrva de no caer en el exceò, es ven-
?jolo, desde un punto de vista económico, hacèr más bien las construcciones pesadas y'baratas,
l? mayor parte de los casos no es interesante reemplazar los cárters de funàición por
!n t-hup?
4. "a.i.rt
soldada, más ligeros pero más caros. Las dimensiones de los engranajes, ôn cambio,
pueden fácilmente ser reducidas por el empleo de aceros especiales: también .oï itecuencia la
dimensión de los motores y otros elementoi de construcción exigen un cierto intereje, limitando
sus posibilidades. Así, en los aparatos de elevación se emplean piincipalmente materiales de resis-
tencia media.
Quedan no obstante medios para disminuir el peso, utilizando una disposición apropiada de los
mecanismos. Así, el estudio de los detalles relativos alafatiga de los mêtaler ha aumôntado gran-
demente los conocimientos recientes sobre la resistencia a lãs esfuerzos alternativos. No seãebe
jamás olvidar que la influencia de los acuerdos y de los entallados es tan importante
õmo et
espesor y el diámetro. Una pieza de disefio apropiado y dimensiones reducidas es tan segura como
una pieza de concepción primitiv? y de pesó más elevado. El dimensionado y la eleccïón de los
esfuerzos admisibles depende de1 tipo de servicio. Por supuesto que las condiciânes de .*ptoiu"iOn
varian para los diferentes tipos de máquinas así como parã los difèrentes movimientos de ün mismo
aparato. Los esfuerzos admisibles deben ser fljados èn consecuencia. La frecuencia de la carga
mâxima,la posibilidad de sobrecargas, las solicitaciones por aceleración y choques, ta duralión
del servicio, deben ser considerados tanto como la importáncia de cadapieza dentro'del .o";"oto
y las consecuencias de su eventual rotura.
La precisión del cálculo y de sus hipótesis han de considerarse adecuadamente, ya que cuanto
más inseguro y aproximado sea el cálculo más hay que rebajar el esfuerzo admisiúlí. fï pr"ciriOn
del cálculo debe crecer con la solicitación de loi materialeì.
F'l gran número de consideraciones no permite establecer una tabla general de esluerzos admi-
sibles. Los valores establecidos para otras aplicaciones de la mecánifa-sólo pueden ser utilizados
aquí con cautela. En los capítulos dedicados a los diferentes elementos de lôs aparatos de eleva-
ción, se encontrarán indicaciones de los esfuerzos admisibles, indicaciones que ii.r,.n en cuenta,
en la medida de lo posible, los principios citados anteriormente.
c. ARRAI{QLrE Y FREilIADO
El servicio intermitente es característico de los aparatos de elevación. Los tiempos de marcha son
seguidos de tiempo de parada; después, la marcha se reemprende en sentido inverso. De
este modo
una grúa que levanta un? carga desde la bodega de un navío hasta una altura suficiente putu .uitu.
las superestructuras, detiene el cabrestante de elevación y pone en marcha el mecanisÃ;A
para descarga sobre el muelle. Después el cabrestante descìende la carga. iodos los movimi.íio,;ir"
de una grúa se encuentran alternativamente.en_marcha y en reposo, y du-rante el tiempo a.
*u*tru,
la aceleración, la velocidad a régimen nominal y el frenado sê suceáen. Del mismo modo t"s *o-
rimientos de gran velocidad y curso reducido que alcanzan durante un tiernpo
cidad de régimen y donde los mecanismos trabajan principal o exclusivamente-.,y.o.io;;-";io-
en aceleración o
INTRODUCCIóN
,u@fin t:
o- i Y t: 3ot
En lugar del momento de inercia se utiliza a menudo el valor PDz en kgm2 (motores eléctricos
poleas de freno). La siguiente fórmula expresa la relación de los dos valores:
PD2
(3) T,: 4g
Los mecanismos de un cabrestante, por ejemplo, comprenden varios árboles sobre los que están
montadas masas giratorias como: rotor del motor eléctrico, acoplamiento, polea de freno, ruedas
dentadas, tambores, etc. Las velocidades de régimen n, y con'secuentemente las aceleraciones de
estas masas, son diferentes. Es conveniente reducir la inercia de las masas giratorias sobre el árbol ,
motor. Introduciendo en la ecuación la fuerza de inercia como sigue:
,,^'
' 2 -'"I,+2 o l,nz: I,n!,
lo que da '
D
ARRANQUE Y FRENADO
P y2
o)'")
6-
-,@2 : +(#)',
lo que da
15) I":9.3P
'nz
"-.
"'2
Si designamos por 1el momento de inercia efectivo sobre el árbol motor, hallaremos el momento
de inercia total como sigue:
N- 100 000.20 a
(CV).
1000 75.0,8
6 INTRODUCCION
En las tablas indicadas, l representa las masas giratorias sobre el árbol motor (rotor, acoplamiento,
freno) e I" estâ calculada para n: 730 r.p.m. según la ecuación (5).
10 000 .... . 0,1 t7 0,05 0,0017 100000 .... 0,3 l0 0,043 0,1 57
Del examen de estas tablas se pueden deducir las siguientes conclusiones: En los aparatos de ele-
vación, 1" es pequeÍia en relaciõn con 1, lo que indica que la casi totalidad del par de aceleración
se utilíza pará vêncer la inercia de las masas sobre el árbol motor. Los elementos situados después
del mismí soportan muy pequefios esfuerzos y no es necesario reforzatlos a cau,,ca del arranque.
Para la traslación, en cambio, la inercia de las masas 1" es bastante superior ala inercia clel árbol
motor I. La mayor parte del momento de aceleración se transmite al Íren de traslacíón, que debe
ser dimensionado teiiendo en cuenta las sobrecargas. Las traslaciones solicitan de él un tiempo de
arranque mcís largo, porque su inercia totql es mayor que la de un cabrestante de la mísma
potencia (2).
D. AJUSTBS Y TOLBRAI\CIAS
Se distinguen los sistemas de eje normal y agujero normal. Si se trabaja con el segundo,.es sufrciente
poseer uã solo elemento por cota nominal y ello permite economías de utillaje. El primer sistema
àn cambio permite econornías de maquinado de los ejes lisos, como sucede con frecuencia en las
máquinas de elevación. Si los agujeroi de todos los elementos mecánicos en contacto con sus ejes
(palieres, acoplamientos, poleas-dê freno, etc.) son elegidos siguiendo el_sisiema de eje normal,
ò. pu.aén utilizar ejes en-acero estirado sin maquinado posterior. T,as tolerancias de ajuste dife-
rentes se toman en los agujeros. Para limitar el número de escariadores necesarios, es ventajoso
elegir solamente los ajustãs lon juego. La tolerancia de ejes de acero estirado es demasiado grande
puá hu..r un ajuste preciso sin-mecanizar los asientos del árbol. Se pierde con ello la ventaja del
iirt..u del árból nor^mal, en lo que atafle a la economía del mecanizado sobre el acero estirado
y una mejor posibilidad de elegir âjustes estrechos con el sistema de agujero normal. De esta forma
ie colstiiuy. utr sistema combinãdo que es particularmente interesante en la mecánica de los
aparatos de elevación.
La figura 1 representa las tolerancias correspondientes a lai necesidades normales. Estas toleran-
cias órrespotd.tt al sistema internacionat f.S.n.; que designa los agujers o cotas hembras con
letras mayúsculas, reservando las minúsculas a los ejes o cotas machos. De A a Z,los agujeros
tienen uaío.e, descendentes, mientras que los ejes aumentan de a a z. La < calidad > de la tole-
rancia, es decir, el valor de la diferencia entre la separación máxima y la mínima, se indica por
2 Comparando las dos tablas, se constata que para la misma potencia, los valores de_ 1 son mayores para la tras-
grandes
tu"iOn. Ello explica que los motores de traslacìón deben tener pares de calado más elevados para absorber los
pares de arranque, su inercia es pues mayor.
AJUSTES Y TOLERANCIAS
ciiras de calidad de 1 a 16. A medida que las cifras son más elevadas, son mayores las tolerancias
y
1 la precisión menos rigurosa. Para los aparatos de elevación, las calidades 6 7 son suficientes
para-los ajustes cerrados ; para los ajustes con juego se pueden admitir tolerancias mayores'
o
(o
o
a
.s
o
a 200
o
a
a
a.
/00
o
a
o
a
o 0
|-o
H7 f m6, apriete medio : para enchavetados entre ejes y ruedas de desmontaje relativamente fácil
(chavetas paraleias) así como para el centrádo de coronas de engranajes de tornillo-corona
helicoidal;
E\lh9, giratorio: para piezas deslizantes, como ruedas dentadas, embragues de garras, así como
para eJes iiro, trrbri.ados por aceite y ejes de cárters lubricados por grasa consistente;
CIIlhg, giratorio libre: para árboles de transmisión lubricados por grasa consistente.
Para los rodamientos a bolas y rodillos se emplea h6, i6 y m6 para los montajes de los ejes y H7
-Capítuto
y M7 para los alojamientos en las cajas (ver V). LoJ ejes y cajas de alojamiento deben
ier reciificados siempre que sea posible.
precisiones sigutentes:
Si no se indican tolerancias en los planos constructivos, se observarán las
250 mm, * 1 mm'
Fàiu fur superficies maquinadar, "oiu, entre 50 y 100 ffifl, -t 0,5 mm; hasta
por debajo de
parulaestructura la pie:isión es menor; nor-âl*ente se trabaja para las cotas
1000 mm con _f 3 mm; Por encima, Ì 5 mm'
cuya magnitud
Si se quiere q'e el taller respete las cotas, es indispensable indicar las aberturas, precisión más
a las indiõaciones dadas: si las pie"ur mecánicas reclaman una
ã.u.
"orr"sponder
elevada, será necesa rio realizar un mecanizado posterior o un ajuste por galgas de espesores'
II. LOS BLEMBI\TOS DB TRANSMISIÓN
POR CABLES METÃLICOS
Para formar un cable, se arrollan un.gran número de hilos de acero de alta resistencia (normal-
mente entre 130 y 180 kg/mmz). Estos hilos se disponen en trenzas o torones según los casos. Para
los aparatos de elevación se emplean exclusivamente los cables compuestos de varios torones.
Estos torones están formados por un cierto número de hilos arrollados en uno o varios cordones
alrededor de un alma de cáfiamo o de acero, formando el cable.
Los cables de acero se prestan especialmente al trabajo de los aparatos de elevación, habiendo
sustituido completamente a las cadenas, sobre las que tienen ventajás considerables. Su peso propio
es más reducido, permiten velocidades más elevadas, ya que pasan sin ruido ni choques por las
poleas; la seguridad se aumenta porque los cables no se rompen súbitamente como las Cadenas
sino que, por el contrario, antes de la ruptura de un cable, se van rompiendo hilos asisladamente.
En cambio los cables imponen poleas y tambores más grandes, lo que constituye una desventaja.
Á
Tesl-e 3. Casrss urrÁlrcos secúN r-e DIN 655
-
Diámetro Carga de ruptura calculada
nominal Diá- I Peso bajo una resistencia
del cable metro Sección I (te/-) del hilo (kg/mm'9) de
Composicìón (toleran- del
metálica (toleran-
total
cia admi- hilo del cable cia adm
de
(mm) (mm') I sible
h ilos sible 130 I 160 180
+ 5 i/,,) _l
I
ffi
9r5 0,6 7)) 0,30 4 200 5 150 5 800
11 0,7 43,9 o,4t 5 700 7 000 7 900
12,5 0,8 57,3 0,54 7 450 9 I50 10 300
t4 0,9 72,5 0,68 9 450 ll 600 13 050
16 1,0 89,5 0,85 ll 650 14 300 16 100
l7 1,1 108,3 1,02 14 100 t7 350 19 500
6 x 19 : 114 hilos t9 1,2 128,9 1,22 16750 20 600 23 200
* 1 alma textil 20 1,3 l5l,3 1,43 19 650 24 200 27 250
22 t,4 175,s 1,66 22 800 28 050 31 600
Ii
T,ruu, 4. C.r.nlps urrÁrtcos sscÚN ra DIN 656
-
Número Diámetro Diámetro Peso Carga de ruptura cal'
nominal del hilo Sección (ke/m) culada bajo una resis-
del cable (mm) metálica (tole- tencia del hilo
Composición (toleran- del rancla (kg/mm') de
de de hilos
-i..----- total admi- l-_
cia admi- cable
cor- lPot de .E
(mm') sible
hilos sible o 180
dones -I-- 130 160
+s%) +5%')
ffi
9 16 1,6 0,7 1,3 104,5 I,00 t3 16 18 800
t9 18 1,7 0,8 r,4 123,8 1,18 16 100 19 22 250
20 1,9 0,9 1,6 159,9 1,53 20 750 255 28 750
22 )) 1,0 1,7 187,7 1,79 24 400 30 33 800
24 2,4 l,l' 1,9 231,5 2,20 301 37 4t 650
262,s 2,50 341 42 000 47 250
6 x 19: 114 hilos 26 2,6 1,2 2,O
)) 56 500
* I alma textil 29 2,8 1,3 313,8 2,98 40
480
50 200
59 150 66 550
3l 3,0 1,4 2,4 369,8 3,51
ffi1"
9 20 1,6 0,7 1,3 181 25 050
t9 22 1,7 0,8 1,4 2t 29 700
24 1,9 0,9 1,6 27 38 350
27 )) 1,0 1,7 32 45 050
8 x 19 : 152 hilos 30 2,4 1,1 1,9 401 55 550
-F 1 alma textil 32 2,6 1,2 2,0 45 63 000
6 x 37 :222hilos
39 2r0 1,5 2,0 537 ,7 | 5,45 91 750 103 250
,ffi
l4 0,85 0,65 0,85 74,9
I 16 0,95 0,70 0,95 92,1
6 l8 1,1 0,8 l,l 122,9
6+6 20 1,2 0,9 1,2 148,1
-19 t52 22 1,3 0,95 1,3 172,0
24 1,4 l,l 1,4 2O5,7
27 1,6 1,2 1,6 263,3
8x 19 : 152 hilos 29 1,7 1,3 1,7 299,7
I
1 alma textil 32 1.9 1,4 1,9 368,7.
.7 T
Designación de un cable cruzado (K), composición A (seal-Lay) de un diámetro nominal de 20 mm (seis cordones de l9
hilos)-,
resistencia del hi1o, 160 kg/mm'?: Cable A 20 x 160 DIN 656'
Normalmente los cabÌes ìõ'*uiu" acero sin eàli"^iãr, ciuzaOos (K), con arrollamiento a la derecha (Z)r E1L-e!g9o- -de
*
uncablegalvanizado,ur.orru-i""iãiàrgÌõlãr"'í"i1"iã.0"(sioièrò.*àoõ,sodebeespecificar:CableA20 x 160GSDIN656'
galvanizââo, preformado. Se debe utiliãaì de preleìencia los diámetros en negritas.
t2 LOS ELEMENTOS DE TRANSMISION POR CABLES METALICOS
Dado el doble arrollamiento, es difícil calcular los esfuerzos efectivos de los hilos. Estas dificul-
tades son ya considerables desde el momento en que la solicitación en tracción es sólo una de las
que hay que considerar. No es seguro el reparto de la fuerza entre los hilos todos por igual. En
primera aproximación se puede admitir que todos los hilos zon rectos y paralelos al alma. En esta
hipótesis se calcula la resistencia teórica a la rotura, como el producto de la sección metálica
por la resistencia nominal de un hilo. Aunque el ensayo de un hilo da normalmente una resis-
tencia superior a su especificación, el ensayo del cable acusa siempre una resistencia inferiot a Ia
resistencia teórica y admite una diferencia de 20 a 25 \. Esta minoración se explica por la incli-
nación cle los hilos y por un reparto desigual de las fuerzas.
Es aún más difícil evaluar los esfuerzos de .flexíór? que sufre el cable al pasar por las poleas y los
tambores.
Si siguiencio la primera hipótesis, admitimos que el cable se compone de hilos paralelos y que
no hay rozamiento entre ellos, se puede calcular la fatiga de flexión de un hilo utilizando la ley
de Hooke
I Incluso los cables cruzados no son antigiratorios, es decir que bajo la influencia de una carga, el extremo del
cable tiene tendencia a girar, para volver a su posición inicial al descargar. Para los bultos libremente suspendidos
a un solo cable, sobre todo si este cable es muy largo hay, pues, que prever un cable de composición antigiratoria
(cables trenzados).
-T
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À
il.
I_l_
+ t!
\ --.1--
Frcs.7v8'-Flexióndeuncableenelmismosentidoyensentidoopuesto.
disminuye con el
a) solicitación a tracción. A igualcl.ad de condiciones, la duración del cablede trabajo suficien'
esfuerzo de tracción. para un servicio duro es conveníente elegir
una carga
temente baja.
en que aumenta
á) Solicitación a ftexión. La duración de un cable disminuye en la misma medida
poleas y tamboreS, Y â
el número de flexiones que sufre un elemento del cable aÍ pasar por las
medida que disminuye el diámetro de los mismos'
por una flexión completa se entiende la deformación sufrida al pasar d^el estado recto al estado
flexión completa,
curvo y al retorno i estado recto. Al paso por una. polea el cáble sufre una
que la mitadde una flexión'
mientras que el arrollamiento sobre un tamboì no le hâce sufrir más
La influeniia de las poleas es mayor que la de los tambores.
parece ser que una flexión en sentido inverso ejerce una influencia aún más desfavorable que dos
g). s. debe evitar una disposición como la de la figura 8'
flexiones en'el mismã sentido (figs. 7 v
í03
a+u
Ò
Q:n
pA
o
110
La DIN 655 que normaliza los cables normales, establece como ya vimos, tres composiciones
(6 x l9), (6 x-37), (8 x 37). El cable de 6 torones de 37 alambres está considerado como normal'
Lu .o^posición 6' x 19 se emplea en todos los casos que presentan. un fuerte desgaste, riesgos
de averías mecánicas o de gargântas de poleas poco adecuadas. En todos estos casos es aún mejor
emplear un cable Seal-La/ lltN 656) óon un número aproximado de alambres. Para los cables
de gran diámetro es aconsejable elegir la composición de 8 cordones.
Las tensiones iniciales de los alambres componentes tienen también gran importancia sobre la
duración. Estas tensiones son evidentes cuando se secciona un cable, los alambres se destuercen
entonces y se separan (figs. 10 y 1l). Si se eliminan estas tensiones por procedimientos de fabri-
cación apropiaclôs, por úmplo, utiiizando alambres y cordones preformados en la misma forma
que tomãrían después en el cable, se obtendrá un cable que no se destorcerá aunque se corte.
Los cables preformados alcanzan duraciones considerablemente mayores que los ordinarios, lo
que justifica su empleo a pesar de su precio más elevado. Tienen menos tendencia a formar cocas
y u gitor,lo que fâcilita su manejo. Por esta razón los cables Lang sólo deben usarse en maqui-
nariã Oe elevación si tienen el preformado. Quede bien entendido que los cables preformados no
son antigiratorios. Los cables ãe las DIN 655 y 656 tienen un alma de cáfiamo. Para trabajos
duros @átas mecánicas, por ejemplo) es preferible reemplazarla por un alma de acero, o sea, un
cordón^central. Los cablès con alma de acero se emplean en EE.UU. para las grúas de colada,
) a que están expuestos al calor radiante. Algunas veces se ha
constatado un mejoramiento de la
duráción debido al alma de acero, pero ello se explica sobre todo por el aumento de la sección
metálica, lo que disminuye las solicitaciones de tracción. No obstante existen experiencias menos
) lar orables que permiten deducir que la correcta fabricación de cables corl alma de acero, exige
I
conocimientos especiales.
i
!
1
METÁLICOS
t6 LOS ELEMENTOS DE TRANSMISIóN POR CABLES
Paraestoscoeficientessetomaránlosvaloressiguientes:
f : CÕi
Garganta en V a 45":
Sc ::, reniìcado en las instalaciones realizadas que el orden de magnitud de W es de 30000 para
-:i"):iica>tos y 140000 para las grúas de cucharas prensoras.
L: .-i D[\ 4130 se encuentran reglas parael dimensionamiento, basadas en ensayos y experiencias
.'- 3s --LJ5-
que garantizauna duración suficiente. Para el diámetro de tambores y de poleas se utiliza la fórmula
(1) D: cy' S.
Los-coeficientes k y c de la tabla 7 son valederos para las calidades de 160 y 180 kg/mmz. Los
coeficientes de seguridad v están, por el contrario, solamente calculados para 160 kgfmmr,y deben
ser mayorados en If9 paru un cable de alambre de 180 kg/mmz.
Si elegimos un cable de diámetro superior al diámetro calculado en 1,25 veces, no es necesario
aumentar por ello los diárnetros de las poleas y tambores más allá de los valores calculados por
medio de los coefrcientes c.
L IIr-rrrrur EnNsr
Á
t8 LOS ELEMENTOS DE TRANSMISIóN POR CABLES METÁLICOS
Polipastos y
cabrestantes manuales Cabrestante II
1
2 Puentes-grúa de central
)) II
)) para locomotoras >
II O III ,í III, si trabaja normalmente
3
\ a plena carga
t6 Cabrestante o III
17
)) v
> IVoV
l8
naza
> V
19 I Puentes-grúa de colada
20 > PaÍa transPorte de lingoteras ) v
y lingotes
)) v
21 Puentes-gtúa Para hornos PITS
)) ( > v
)') striPPer >>
III, si el Peso de la Pera
> il[, quebrantadora es inferior
23 )> Para chatarra de fundición ) IVoV a la caPacidad de la grúa
LOS CABLES METÁLICOS t9
Cable
^-. Tambor Polea Icomnensación
pot"u a"
c ('
Grupo Valores de l I
para
160 kg/mm,
Para cables de 160 y 180 kg/mm,
Frc. 12. Cable Lang con alambres exteriores Frr;. 16. Delormación del cable en tirablrzóÌì.
- allojados
-
\ ta0 % I
resìstencia del cable int aclo
\/\/
\_ 700:;
\/
resìstencìa del cable intacto
/t /00 <
t o/o
10
a l0
a a
3a
o -60
a
od a
o ?n
o
'{E4 ft=0,fid=8,5nn
o
q t 2/i
2
Sin embargo, en el caso de cables para máquinas de elevación, es generalmente posible formarse
una opinióï'de todo el cable inspeìcionando los alambres exteriores, aunque hay que distinguir
entre los cables cruzados y los cables Lang.
En un cable cruzado los alambres se encuentran en el exterior sólo en una pequeõa longitud y al
purui al interior, aún cuando estén rotos s'e encuentran fijados por fricción y contribuyen.de
nuevo a la resistencia del conjunto. En los cables Lang,los alambres se encuentran en el exterior
en longitudes mayores, el es menos apretado y los alambres resultan fijados menos
intensalmente. Hay que hacer una diferencia entrê un cable cruzado y un cable Lang en lo
"ãbl.udo que
concierne al aspeóto exterior y al número de hilos rotos admisibles para una longitud dada. Sobre
el dinamómetrò, un cable de mal aspecto puede dar resistencias sorprendentes. Pero en la explo-
iación prâctica ial cable rompe bajo una èarga muy inferior, porque las flexiones y los choques
--r
LOS ELEMENTOS DE TRANSMISIóN POR CABLES METÁLICOS
c) Elcepo (fig. 28). Está constituido por una pieza de acero moldeado
en la que se introduce
una cufra que es apretada sobre el propio cable en forma directameni. pi"íã*ional t
a la tracción
del mismo.
t
LOS CABLES METÁLICOS 23
d) Los sujeta-cables. Los sujetacables permiten unir fuertemente dos cables. Los del tipo < Mo-
laire > debidos a Bleichert-Transportanlagen GmbH. (fr,g.29) transmiten los esfuerzos indicados
en la tabla 8. Se debe prever una seguridad de 2,5 para asegurar los cables contra el deslizamiento.
Los valores indicados se entienden para dos cables fljados uno sobre otro; si se utilizan gtarda-
cabos se pueden doblar los valores dados.
e) Manguitos cónicos (fig. 30). Se destuerce el extremo del cable y se separan los extremos de los
alambres que fueron previamente introducidos en un manguito cónico, rellenándose después con
un metal fundido apropiado. Es importante limpiar perfectamente los alambres para obtener
24 LOS ELEMENTOS DE TRANSMISIóN POR CABLES METÁLICOS
una buena unión con el metal, así como es también necesario no elevar excesivamente la tempe-
ratura de este metal para no destemplar los alambres. Como metales se emplean el plomo, el cìnc
y ciertas aleaciones plomo-cinc. Las peras de la Demag (fig. 31) han sido concebidas de forma
Ftc. 25. Distribución de los extremos de los cordones sobre la longitud del empalme,
-
I
I
I
It
Ftc. 29. Sujeta-cables tipo << Molaire > Frc. 30. Fijación del cable por medio
-
de Bleichert-Transportlangen 6 mbH, Leipzig. - cónico relleno con estaio,
de un cepo
que puedan pasar por las poleas. Son muy pequeflas (de acero al manganeso) y su forma sigue la
curvatura de las poleas, de forma que el cable no sufra al pasar por las mismas más que una flexión
en el punto c, como sucede con otros conos. Estas uniones reduten la usura de los cãbles y ofrecen
bastante interés para reunir los cables de las cÌrcharas a los cables de elevación. No úlamente
facilitan el cambio de cucharas entre sí o el de una cuchara por un gancho sino que también per-
LOS CABLES METÁLICOS 25
Ftc. 31. de cable Demag, Duisburg. Las peras, que salvan la curvatura de la polea, transmiten latra.ccióndel
-Empalme
cable sin doblarlo en torno a c (ver la descomposición de ftrerzas).
i1\\
'/i \
i
-/ lti
!Ì -l ì-r -
.*r1i7
Corle A B
\'17
rc;. 32. Unión de cable Demag.
-
miten cambiar el cable de las cucharas qÌre pasan por varias poleas y que está por ello expuesto
en mayor grado a desgaste, sin necesidad de desarrollar el cable de elevación. El eslabón que une
las dos peras está hecho de dos piezas, un anillo abierto y un pasador especial (figs 32 y 33) for-
mado por una tuerca de acero de resorte. La parte de la tuerca en contacto con el pasador tiene
un tetón que se engarza en una ranura del pasador y se cierra sobre la tuerca. Para las dimen-
siones ver tabla 9.
26 LOS ELEMENTOS DE TRANSMISIóN POR CABLES METÁLICOS
Diámetro de 1050ì
I toso
I 400 I 400 I 400
450 450 62s I 625 750 1200
las poleas.
69 80 92 I 103 128 t45lt6l I tzs ì
le4 212 251 265 283
CI
t. Dimensiones
El diámetro primitivo de la polea D se cálcula según la DIN 4130, fórmula (4) (ver también las
tablas 10 y 11 y las figuras j4 a 36). Las poleas de compensación sólo se encuentran en los apa-
rejos simétricos (ver página 44).
80 105 22 22 20 25 30 50 2 3,5
100 130 25 25 20 25 30 50 )1 3,5-5
125
160
160
200
30
32
30
30
25
)\
30
40
35
35
60
60
60
3,5
4,3
5-6,5
6,5-8
8-10
;*
250
1u
40
i,
36
;
@
*
70
5,4
7
t"o
10-13
?p0 240 36 32 25 50 40 5,4
xa 300 40 36 25 60 50 70 7 10-l 3 305 50 45 70 80 8,5 l 3-16
3Js 375 50 45 3d 8d 60 80 8,5 l3-16 380 60 55 80 100 12 t6-p
60 40 100 70 120 l2 t6-22 480 70 65 90 110 14,5 ))-)1
400 460 55
500 580 70 65 50 125 80 140 14,5 22-27 590 80 75 il0 140 18 27-33
630 720 80 75 60 140 80 150 18 27-33 730 95 90 t2s 150 23 40-43
7to 800 85 80 70 160 90 180 18 27-33' 840 115 110 125 150 26 43-4548
800 900 95 90 80 180 100 200 23 33-40-43 930 r35 130 140 170 29 48-51-54
900 l0l0 105 95 90 200 130 240 24 40-43-45
110 105 24 40-43-45
1000 11201 200 130 240 1
115 110 ç
29 48-51-54
i l l5 110 í 26 43-45-48
ll20 1250) 100 130 2s0 { ?) 5 I -54-58
(
125 I 15 t
( 26
125 120 4s-48
1250 1400j 100 160 250 <
5 I -54-58
r 135 130 t 32
1400 1550 I
I
135 130 t00 200 2s0 I 32 5l-54-58
I I
Ì. Construcción
Las poleas se pueden hacer en fundición, acero moldeado o en construcción soldada. Las poleas
de fundición de pequeflas dimensiones son de alma llena; las mayores tienen 4 ó 6 brazos y vaciádos
entre los mismos, de forma parecida a las poleas de transmisión. De todos modos se deben veri-
ficar las fatigas de trabajo del eje y aumentar el agujero de la polea si fuera necesario.
Para los casquillos de los cojinetes, ver pâgita 91.
f s
I
\,
FIc. 35. Polea de cable en fundición. Frc. 36. Polea de cable en construcción soldada (Demag, Duisburg).
- -
Las poleas de fundición no resisten bien el desgaste, y etr el caso de un servicio duro se deben
prever.poleas en acero moldeado, cuyo precio es bastante más elevado. Actualmente se emplean
de manera creciente poleas soldadas que son menos pesadas y menos caras que las de acero mol-
deado, a condición de tener el utillaje necesario. La ligereza es sobre todo ventajosa en las poleas
de cabeza de las plumas donde el peso incide desfavorablemente sobre el momento de vuelco y
el peso total de la máquina.
Las figuras 36 y 37 representan una polea soldada. La llanta es un angular o una pletina que pri-
meramente se ha perfilado y después se ha plegado en forma semicircular por medio de una plan-
tilla. Sobre una mesa de soldar se montan finalmente las dos semillantas,y el cubo para los brazos
de chapa o de varilla.
28
Tlnu. t2.-
, LOS ELEMENTOS DE TRANsMntól
v DE coNSTRucctóN soLDADA
# I
800 900
Diámetro primitivo de la polea D1 ' " ' '
I
195 308
de 60 75
sobre anillo
Peso en kg de una polea montada de I
fatiga de flexión
õr : 16w'
PI
TAMBORES DE CABLES
29
Los dos radios de varillas están solicitados cada
uno a pandeo por la misma fuerza
p:25r"nZ.
2'
Si F desigaa la sección total de los dos redondos, y
ar el factor de pandeo (ver página 300),
tendremos
20'
(se admite aproximadamente 1000
kg/cm2)
C. TAMBORBS DE CABLES
En el párrafo 2l
de los reglamentos,alemanes para la seguridad
de las máquinas de elevación,
se prescribe que los tamboies de cables
deben
llamiento total del cable en uou .ini.u capa.
Jr^uh"i*temente grandes para permitir el arro-
Los tambores ltr";;; ;;;,^'.upu, de cables,
se usan en cabrestantes para las obras. sólo
Éúblicas, t ; l;r cucharas y en los tambores
de almacenamiento que se encuentran o-etrar -..áni.u,
àË i"" pãr."r oe friccìón, ãt,nà..nurrdo grandes
gitudes de cable con tensión reouciáa. lon-
Los tambor.ã ãã-"uules deben'.rt- p.ouistos
tafias de una altura igual a vez y media el diámetro de dos pes-
del ú1. rpírriíõ i;zá;ï;, Regtamentos
cirados
esta pestana a condició;ã;;;oi,lái"o,roi
3#ï:'ïËï:"J;:Ì*ïf;;ï#f" medios, que er
I. Dimensiones
El diámetro de arrollamiento de un tambor se.calcula
gegún DIN 4130 ffórmula(4), ver págin a l7l.
áe ta tongituJ z-J.iËabre a .o,orrï,.-Èi,,,iíó.o
nl3.i3#ï'Jt '*ÌIJãT"ïSHïj: ,'J;'.qpi,",
L
n:
D;'
Es necesario deiar al menos. 1,5 _ preferentem
ente 2 o 3
fijación del cablË v sui
+tqio* qu" ï" d."u.roil; õ - espiras
.;-preto, ár; .;
muertas, que refuerz an la
;ï;aso de que el gancho
alcance la posición tat uuiu-(*.'páràr9
21 ,e;ú;;;tJ ri,uoo). El paso y las orras
de las gargantas se pueden" elàgir ;;;i" dimensiones
cables o de una tracìión oblicú, se'pueoen
b taalã it.-È; el caso de una fúerte inclinación
de ros
erelirla.gantas más profunoás-1ve, pâgina 4l).
I
I
12" I t5 I rs i
I
J
fi
ti
A
J
.. ,4
ãJ
30 LOS ELEMENTOS DE TRANSMISIóN
POR CABLES METÁLICOS
Frc. 40.
Frc. 41.
Fta' 40'
- Deformación de un tambor bajo la influencia de una espira de cable única.
Ftc' 41'-Solicitación a compresión del
tambor en el caso de un arrolramiento
completo.
(5)
o : o,e3 tllÃ(ke/cm2);
a flexión:
1
À
(o :
/ -1fi,rcrt"^'1.
o7 1,61 S
I
hs i
Pero esta hipótesis no se.cumple siempre
en forma,exacta. porque cuando- se
no sufre la deformación total, qrã coloca la primera espira, er tambor
"r'"r-.ãrïrtãìã-o!ïïiárr:"ïï"ïì.ìd;ú;;.-Ã--iï.áïaí'qu" ra deformación der I
*n,Ì;#;'Z'1,?'oiïr"'iiï;,yii;*ìíf!,i|;, á:::r:j;,,",";iii::l:i:,Í;:, ,,;:l{,"i*í{r.;iï Kranen und tt inden.
*
i
t
:
1
TAMBORES DE CABLES 31
tambor aumenta baio la influencia de las espiras, la tracción
del cable de las primeras espiras disminuye. La fricción
del cable sobre el tambor wjta quá i;-t"";iã;t se equilibren
completamente recubierto de eipiras se tienÀ para
à" úr, é*t."-o a otro del arrollamiento. para el tambor
èl esfuerã ãe compresion:
o : 0,85 l.
hS
(e) 4 ,_
o7o: o,e6ll_r+,(ke/cm,).
Corte C-D
Corte A-B
(10)
o,:1,44( r- ++)#,
con
:\
\\
sln nervlos.
I
lï '
LOS ELE\{E}{TOS DE TRANSMISIóN POR CABLES METÁLICOS
zamiento de esta parte por nervios circulares o longitudinales, no solamente no es necesario sino
que es contraproducente Fs así, porque tales refuerzos impiden la deformación del tambor, pero
por la misma Íazon, tiene lugar una acumulación de esfuerlos locales sobre las partes reforzàas.
La figura 44 muestra un tambor de ensayo en fundición con una nervadura circìlar en el centro.
Este tambor está fisurado a los dos lados del nervio, mientras que el tambor sin nervio (flg. a5)
no se ha dafrado aún cuando acusa una deformación mayor. Dado que los flancos formin así
una nervadura circular, es importante proteger el tambor en estos sitioi por un número suficiente
de espiras muertas Las dos o tres espiras muertas que se prevén después de la fijación del ,ubl.,
son norrnalmente suficientes.
De ordinario se monta el tambor sobre un eje fijo (figs. 148 y 149) porque de esta forma el diá-
metro del eje puede ser más reducido, dado que está centrado y calado sobre la rueda dentada
del accionamiento. Todos los tornillos de montaje serán provistos de anillos decizalladuÍa para
transmitir el par.
La figura 42 muestra la fijación del cable para un tambor de fundición, y las figuras 43 y 46 para
un tambor soldado. Estas fijaciones son fácilmente accesibles y permiien rápidamente
los cables. Algunas veces se úiliza la fijación por cufias (fie. aT. "umbiur
D. POLBAS DE FRICCTÓX
{lq1nry veces será interesante el uso de un cable trabajando solamente por fricción, sin necesidad
de fijarlo sobre el tambor. Estas poleas de fricción son empleadas en loJteleféricos, los ascensores
y a veces en las máquinas de extracción. En las máquinas de elevación se usan en ocasiones, para
el mando por cable de los carros transversales o en los cabrestantes que no pueden enrollaí ioda
la longitud de un cable sobre el tambor. Por ejemplo, en los cabrestantes que son preparados
para un gran número de ramales, el cable se enrolla en varias capas sobre loJ tamborês dì aha-
cenamiento.
\-
PoLEAS oB nnrccróN 35
Para los valores de et"", ver la figura 49. La fuerza tangencial que se puede transmitir es
NN
Ftc' 50' del cabÌe sobre un tambor liso, sobre una garganta semicircular, sobre una garganta
-Apoyo vaciada y sobre
garganta en V.
ZA
fl: -1y ilr.
Para los diferentes perfiles de la figura 50 se obtienen los valores siguientes:
I B
3." Garganta vaciada: lt - 0,,"ffi-"o. (usual: 70" <B 4110.);
ffi>4í .ffi.
apar€nte de.fricción po (fig. 51). En cambiõ, con una garganta
Jlgi,- d$7- vacia-
Í3;,11ì.i ËÍ,1;'""f,ï j;ï#iïJ,ï"dxT,lïi ìËr
''\l ".o."';,i:,,1*n"iu
Al pasar sobre una polea de fricción, la tensión del cable disminuye
lo que supone un acortamiento
fr' Por
Frc. 5r. del -desdg ,sr 1 elástico de los
desgaste g".e"í;ï;;"
-consecuencias
"' "*sarganta en v. 1?: ^9.l,.uble.
"f.Ããí:
ello tiene lugar un deslizamiento inevitable lue
v en una causa el desgaste por usura de las poleas de fricción. para
es importante seleccionar los materiáres apropiados. se ""id;i;
han p.oúããã
moribdeno de 200 a 230d. J,ï,;.ilï;lï,';:h:;",;:..*f,"(rf,i":9,ï:::J:.ï?r"n'*r:ru1
te' se puede obtener un arrastre superior cubriendo las gargantas de las poleas
ción de materiales apropiados il;il
g,,!|;-
.
I J, Frc. 53. Cabrestante de campana
para-arrollamiento continuo.
\------
POLEAS DE FRICCIóN 37
Para ejercer fuerzas mayores, se emplean dos tambores paralelos provisto de dos gargantas (fig. 57).
Los dos tambores están provistos de accionamiento propio. Por el enrollamiento sucesivo se ob-
:rene un mayor arco abrazado. Se utiliza esta disposición en los cabrestantes con grandes longi-
:u,jes de cable: el cable sale de la polea de fricción con una pequefla tensión y es enrollado en
-\+i
-i--:
-+- ---.-\
/,--
f-ra--.. \
,t@È
I
--l--'
\
Ur--l-,/ /
) C \'.---]--7
ï-
Frc. 57. Accionamiento por dos poleas de fricción de varias gargantas y tambor-almacén.
-
,-. ::ion de accionamiento; b, poleas de fricción; c, rueda intermediaria: d, tambor-almacén; e, acoplamiento de fricción
z:i:-!ì:ado por la rueda í que gira loca sobre el eje y que sólo es arrastrada en el sentido de elevaçiónporuntrinqueteno
'r::se :lando en la figura; g, freno que produce la tracción ,S, durante el movimiento de descenso ; h, guia del cable que ga-
'z:,'.,].2. un arrollamiento regular sobre el tambor-almacén,
38 LOS ELEMENTOS DE TRANSMISIóN POR CABLES METÁLICOS
varias capas sobre un tambor de almacenamiento (3) accionado por un acoplamiento de fricción.
Durante la elevación se arrastÍa a rtna velocidad iuperior a la ãe los tamËores de nicciOn, co"
objeto de crear una tensión inicial ,S, en el cable. Durãnte el descenso, se frena el tambor de alma-
cenamientoj_lo que es posible accionando el acoplamiento a fricción por un t.inã"et" q"è--"o
trabaja en el sentido de elevación.
En otras construccione! (4) el accionamiento del tambor-almacén se hace por un engranaje pla-
netario, y la ttacción -Sr(r)- varía proporcionalmente a la tracción Sr(Z) (fig. 58). ea"ra as"egü.ar
un enrollamiento regular del cable sobre el tambor-almacén, r" próì.ó àe-poléar A" g.riu"(u.,
página 42). Esta disposición de_ las poleas de fricción tiene ia deiventaja de'introdu"iilruttì.t
reacciones sobre los ejes, por el arrollamiento sucesivo. Se deben limitár estos esfuerzo{ adop-
tando un diseflo apropiado (gargantas en V o vaciadas) o por la elección de una guarnición apro-
piada.
Ftc' 58. Accionamiento con engranaje planetario entre las poleas de fricción y el tambor-almacén (Krell).
-
4, motor de accionamienÍo; b, poleas de fricción; c, engranaje planetario; d, porta-satélites accionado
directamente por
motor 4; e' satélites; Í piftón cónico solidario con el piión de accionamiento fr por el árbol g; i, piãón cónico
solidario de
tambor-almacén k; l, polea de reenvío; m, gtía del cable.
Este accionamiento permite que el ramal cargado del cable posea siempre una tensión S. suficiente para provocar
una
tensión s, que permite el enrollamiento del cable sobre el tambor-almacén.
Todas las poleas de fricción de varias gargantas, presentan, además, otro problema: siendo así
que- la longitud del cable disminuye al. mismo tiempo que su tensión, las velociduO.r
p.tif.ri"u,
de las diferentes gargantas deben disminuir en las mismas proporciones. La primera gu|guilu u
la que llega el cable con.la tensión superior q y el alargamièntô elástico corre;pondien"te ã/, debe
tener una velocidad periférica.Zr.superior a1a velocidãd V', dela gargantasìguiente a la'cual
llega el cable con la tensión disminuida o'ry er alargamienti dl'r: "
3. Para el. dimensionamiento, ver: E. O. Wl.rms, Rational design of Hoisting drums. Mechanical
Engineering, 192o,
pâgs. 675-679.
4 DRP 477789 de O. Kretl.
POLEAS DE FRICCIóN 39
En la práctica es difícil obtener la relación teórica de las velocidades porque las tensiones o, y o',
r.arían según la importancia de la carga. En el caso de diferencias considerables resultantes dã un
maquinado poco preciso o de la usura, son de esperar tensiones suplementarias entre las diferentes
sargantas, deslizamientos bruscos y usura aceletada. Se deben evitar estos inconvenientes accio-
nando los tambores por engranajes planetarios con objeto de acoplarlos de forma rigid.a. La
fi,sura 59 representa este tipo de accionamiento (patente Ohnesorge bne 2$g3l y 2925õ0). No-
temos que los dos tamboreg de garganta transmiten la misma fuerza tangencial y etto origina que
el cabrestante trabaje por debajo de su capacidad máxima, porque segúÀ la ecuáción
02r,la pri-
Ftc. 59. Polea de fricción de dos gargantas con engranaje planetario (Ohnesorge).
-
a, árbol de accionamiento ; ô, engranaje planetario ; c, primera poiea de fricción unida a la rueda d por eI ârbol e i
I segunda polea de fricción solidaria de la corona; g, corona loca sobre el árbol e; h, polea de reenvío loca.
mera polea es capaz de transmitir una fuerza más elevada que la segunda. El engranaje según el
sistema Heckel (DRP 280507,37723 y 3954157), en particulai, evita eitos inconverienteõ y pãrmite
adaptar las fuerzas tangenciales a las capacidades de arrastre (ver ejemplo numérico pâ[iia 179).
Lrìs accionamientos por poleas de fricción con engranaje planetario se êmplean sobrito-do en los
tr-'leféricos.
P:ra evitar los inconvenientes que presentan las poleas de varias gargantaq, se han desarrollado
r..rleas de una garganta c.on gran capacidad de arrastre, la polea
faiHk por djemplo (figs. 60 y 61).
L: polea lleva en su periferia unas pinzas que se cierran bajo la presión del-cable y'sõabrenbajo
... irfìuencia de un resorte.
(.,r. ,,r, 0.09 a0,l,2la relación-*., de 6 a 8 si r:: z.
ò1
5'
40 LOS ELEMENTOS DE TRANSÌUISIóN POR
CABLES METÁLIÒOS
-*ri
I
ì
ht!
Frc. 62. Estudio de la inclinación del cable sobre una polea.
-
Trazos llenos: el cable sale de la polea por el punto
a.
Trazos de punto: el çable sale de la polea al borde de
la llanta, Frc. 63. Estudio la inclinación del
lo que constituye la mayor inclinación admisible. - sobre de
cable un tambor.
mâxÍ:s!(mm).
llt -D
v-, k
Sobre la figura 62 la inclinación máxima está representada
en punteado. Las ranuras helicoidales
del tambor (flg' 63) tienen la inclinación tg : lado del tambor vacío (según el sentido
*.Del
de inclinación de las ranuras) la inclinación_ c, del cable está
limitada por el hecho de que él no
debe montar sobre la arista de la ranura; y del'lado oe
ias espiras precedentes(ensentidocontrario
INCLINACIóN Y GUIADO DEL CABLE 4I
a la inclinación de las ranuras), su inclinacíón c,.z está igualmente limitada por el hecho de que
no debe tocar la espira anterior. Para determinar el máximo valor de estos ángulos, se han trans-
portado de nuevo los planos auxiliares E a través del centro del tambor, encontrando la posición
mm
1t)
í10
?)
1,20 ,y
í,/8
90
-a 6Y.
í,í6
80
9-
70
í,12
60
EN í./0
.. 15 20 25 30 35 40 4s 50 t.08
30
D/a
1,06
20
Frc. 64. Máxima inclinación del cable
- rnãt;:
r' por 1000 t""t- í04
ii,'."#;ï:.i" t,0?
í5 20 25 30 35 40 4s 50
relativa del cable y de la ranura. La envolvente Frc. 65. Inclinación máxima del cable r, por
de los diversos círculos que representan las po- - (en
1000 mm el sentido contrario a Ia inclina-
siciones del cable correspondiente a los cortes ción de las ranuras),
efectuados, no deberá cortar el perfil de la gar-
ganta o la sección del cable vecino. La inclina- J paso de las ranuras
ción admisible para una distancia de 1000 mm es d diámetro del cable.
Ftc. 66. de una polêa de reenvio en relación con el tamboÍ, para obtener la misrha seguridad concerniente
-Posición la inclinación del cable sobre los lados.
A, ittereje en metros; /r, longitud útjl del tambor; te, fi::{- inclinación de las ranuras.
nD,
Para obtener la misma segurid'ad en los dos lados, es necesario respetar las desigualdades siguientes:
n: br:e<Atl, c:+-e{4t,.
42 LOS ELEMENTOS DE TRANSMISIóN POR CABLES METÁLICOS
| ,l/t
t, ll -q-+ì
\.>::L::tj \-r1',
Frc. 67. Guiado delectuoso del cable Frc. 68. Cuiado correcto del cable en
-
en las poleas de cabeza. El cable se - de cabeza, Aunque el cable
las poleas
puede acufiar entre el borde de la polea monte sobre la pestafla de la polea, las
y la guía. guías lo repondrán en su sitio.
Los tambores de almacenamiento que reciben varias capas de cable, necesitan un guiado sincro-
nizado.
_Las
poleas de guiado deben estar animadas dó un movimiento de vaivénl sincroniiado
con el desplazamiento del cable sobre el tamboÍ, para obtener espiras bìen apretadas. para ello
se guía el cable por un dispositivo de dos poleas verticales y dos pòleas horizontales entre las que
\
;'-t--i-
/ .' \
/ | \ /
t.'
Ì
+;'-+
\ lo-,
Frç. 70.
él está encerrado. Fste dispositivo está accionado por un vástago con dos fileteados, a derecha
e izquierda (figs: 70 y 7l). Una leva solidaria del cuìrpo de la gúa se ajusta en el fileíeado y por
cada rotación del vástago, provoca un desplazamiento lateraide la guia; èn la extremidãdi la
leva se ajusta en el fileteado de paso opuesto y vuelve a desplazar la guia en sentido contrario.
Este accionamiento que es muy delicado, puede ser sustituião por un accionamiento de mani-
vela (fig. 72). En éste es el tambor el que acCiona la guía por medi,o de una manivela. Para obtener
el buen apriete de las espiras, es necèsario imponei uná rotación desigual a la manivela, que se
puede r,ealizaÍ por el empleo de juntas de cardán. La disposición segú; la figura 72 empleã dos
untas de catdâÍ cuyas desigualdades se ajustan.
tr
**,
I
ï
LOS ELEMENTOS DE TRANSMISIóN POR CABLES METÁLICOS
JL\_
Frc. 75.
2. Rendimiento
fricción interior del cable durante las flexiones y las pérdidas
por rozamientos
Las pérdidas por la -iáÃuores por cable'
y poleas, determinan el rendimiento de una transmisión
de los ejes de ro,
La rigidez del cable se debe a:
i .' Lu resistencia elástica de los alambres;
2." Las lricciones interiores entre los alambres'
Frc. 80.
-
Rigidez del
cable debido a la re-
sistencia elástica de los
rT\
alambres.
-\l)--t- -
I
C.rbles cruzados:
'.r s:o,o9SO+soo) (ke).
Bajo condiciones normalès, las pérdidas causadas por los rozamientos interiores del cable al paso
por una polea de reenvío son inferiores a 1 %.El valor del arco abrazado no juega ningún pàpel.
En cambio, las pérdidas en los ejes, dependen de la reacción, es decir, de la resultante de las trac-
ciones en los dos ramales. Para un arco abrazado de 180' esta resultante es R : 2,S. El momento
de rozamiento del eje es
Mr:zsp +,
d, es el diámetro del eje. Para vencer este momento es necesario que se ejerza, del lado del cabres-
tante, una fuerza suplementaria de
t:,
2sp'd,
D '
tl
lo fo
Ftc. 82. Frc. 83.
Las pérdidas totales (rozamiento interior del cable y fricción de los ejes) de una polea de reenvío
con un arco abtazado de 180'se pueden evaluar como sigue:
s *s':0,04,5
el rendimiento de la elevación (5) viene dado por
,s
(15) 'lRõ, 0,96.
òts-lJ
Con poleas provistas de ejes sobre rodamientos a bolas, el rendimiento es
r1^:0,098a0,985.
En el momento del enrollamiento del cable sobre el tambor,la resistencia elástica (fig. 80) entra
en juego, porque durante la elevación hay que vencer la resistencia elástica correòpãndiónte al
número de espiras enrollado, que no se recupera hasta el descenso. Por ello, el reidimiento del
tambor es inferior al de una polea, pero las pérdidas por fricción interior son la mitad y los fro-
5 En el descenso, el rendimie_nto de las poleas y los aparejos es sólo un poco inferior: su explicación no parece
que sea aquí muy necesario: Véase tomo II Cabrestantes.
kra-: l:
DISPOSICIóN Y RENDIMIENTO DE LAS TRANSMISIONES POR CABLE 47
tamientos en los ejes son menores, aún teniendo en cuenta la reacción del engranaje. De este modo
se puede admitir para un tambor el mismo rendimiento que para una polea de reenvío:
Sr(1 t rt'): Q.
oo
.,.
LL
-- S, :
_1J-q"
Tlnr
o2
|+rl.
Se puede admitir para la polea del polipasto:
En realidad las tracciones varían de un ramal al otro, bajo la influencia de los rendimientos
ü-r : S, T^, S"-z: S" rfn, Sr-g : S" r1ap, Sr: S" r1ft-2, St: S" q"ìr,
""S-,1-4"^
: e nl -n^
donde S,- u
1- qo | -rlh'
El rendimiento en el ascenso se escribirá entonces
o
(17)
z I I -rl"^
liR.:E:tr-ã'
F
t48/ Los ELEMENToS DE TRANsMrsróN poR cABLES untÁucos
Se admite 11o:0,96 para los ejes de cojinetes simples y 7la:0,98 para los ejes sobre rodamientos.
Con estos valores se obtienen los rendimientos presentados en la Ìabh 15 èn función del número
de ramales.
[,
Tlnre 15. RrxpnamNTo DE Los por"rpAsros
-
Número de ramales
6
' portantes
Con cojinetes . ... 0,98 0,96 0,95 0,92 0,905 0,89 O'87
*"bcon rodamientos 0,99 0,98 o;e1 0,96 0,95 0,94 0,93
t
I
il
!i
itt
Ë
\
ilI. LOS ELEMEI\TOS DB TRAI\SMISIÓN
POR CADEI\AS
A. LAS CADEI\AS
Dentro de las máquinas de elevación, las cadenas
han sido sustituidas en gran medida por los
metálicos' En las construcciones modernas sólo
cadenas son muv t*:j!lt^'^i
,. lu, en.rrentra en las máquinas manuales.cables
Las
1os "!9a".rJ
u las.sobrecarlìs; tienen,rnu.ruËti.idad inferior
cables y totptn sin signos preventivôs. a los
En cambio, resistên bien a Ia corrosión.
5 7 ì
18,5 + I,5 160 0,500
6 8 18,5 J 0,5 ) Cadenas de maniobra
I
- 250 0,750
7 9 ì
8
22
i + 1,5 370 1,00
10 24 .J
- 0,5 54 1,35
I
12 27 (
ì 850 1,90
14 31 + 2,5 )
1 140
l6 I 0,8 ì 2,70
36 ) - t I 590 3,80
16 20
I I
45 ì (
18 + 3,8 5,80
20
22 50 !
1,3
l l 7,30
-
I
25 56 ) 9,00
I
28 64 'ì
32 72 I, + 5,5 )
t 5 000 12,0 ! Cadenas de carga
_- ì
6 390 15,0
35 78
I 1,8
7 500 17,5
I
36 81 ( 7 940 19,0
38 84 + 6,5 8 500 20,0
l
I
40 90 1t
9 670 23,0
4t 92 I
t0 290 )4<
L
35 44
tl
I
98 ( 570 27,5
38 47 106 + 8,0 ,t 13 640 32,5
41 51 114 - 2,5 ì
t t5 880 38,0
I
4. Hprllrur EnNsr
50 LOS ELEMENTOS DE TRANSMISION POR CADENAS
1. Cadenas ordinarias
Se distinguen las cadenas calibradas y las no calibradas, éstas últimas (DIN 766) sólo sirven para
la fabricación de eslingas.
Las cadenas calibradas (DIN 765) (ver tabla 16) se componen de eslabones estrictamente con-
formes a una dimensión determinada, lo que les permite pasar sobre las ruedas y piflones. En los
cabrestantes marurales se las úiliza como cadenas de carga y cadenas de maniobra.
El empleo de pifiones de cadena de un número de dientes muy reducido, da un pequeflo brazo
de palanca a la carga y permite una construcción recogida y ligera, que es muy importante en los
cabrestantes portátiles.
Los eslabones están solicitados a tracción y a flexión. Siendo despreciable la flexión, basta calcular
las cadenas en acero (St 34.12) a tracción, admitiendo un esfuerzo
D
(l) o:2j- na' : 600 kgf cmz.
4
Este valor debe ser reducido para un servicio expuesto a choques o bajas temperaturas. Este valor
corresponde, aproximadamente, a los de la carga útil indicadas por la DIN 705. La resistencia
a las roturas es al menos igual a cuatro veces la carga útil. Para ensayo se seleccionan de tres a
cinco eslabones por cada 100 metros de longitud. La cadena entera debe ser ensayada con el doble
de la carga útil. "
El empleo de cadenas tratadas (DIN 696) permite una mayoración sensible de la carga útil; se
puede llegar hasta un esfuerzo de 800 kg/cmz. Los ensayos permiten también obtener una segu-
ridad contra las deformaciones permanentes, lo que es importante para las cadenas calibradas.
Su resistencia a los choques, sobre todo a bajas temperaturas, se encuentra aumentada.
En servicio las cadenas se desgastan por el rozamieirto de los eslabones en los puntos de contacto.
Ello hace que se deban lubricar con grasa y grafito. Unavez por aflo se deben veriflcar las cadenas
en servicio, debiéndose reemplazar los eslabones fisurados o deformados y las cadenas cuyo espesor
haya disrninuido más del 20 %.
Para unir dos cadenas se emplean eslabones especiales, según las figuras 84 y 85, que no deben
ser utilizadas para reemplazar de forma permanente las mallas rotas.
r
I
I
_\
LAS CADENAS 51
8 15 ?5 7 5 1 2 0,25 150
16.
13
l5 5 4 26 t2 9 2 2 0,70 500 20 8 18 24
20 8 6 32 l5 11 2 2 1,10 1250 25 10 20 27
25 10 8 4l 18 13 J 2 1,7 5 2 500 30 l2 25 35 ã
30 11 9 57 20 15 J 4 3,40 4 000 40 l4 30 50 87
35 l2 10 60 26 18 3 4 4,50 6 000 45 t6 35 5Z 92
40 t4 l2 65 30 22 J 4 4,70 8 000 50 l8 40 57 101
lt 212
I
85 40 70 147
50 32 28 r16 55 6 33,5 37 500
100 7l t20 147 212
80 60 36 32 170 60 6 38,2 50 000 100 50 85 158 232
90 70 40 68 199 70 6 53,0 7s 000 120 60 100 183 26s
100 80 45 40 238 80 8 76,6 100 000 140 70 120 223 308
110 90 50 45 250 90 8 90 125 000 160 80 140 235 326
120 100 55 50 276 100 8 lt2 150 000 180 90 160 261 356
Con las cadenas Galle y las cadenas de rodillos, las pérdidas por rozamiento son inferiores a las de
las cadenas ordinarias; presentan también una mayor seguridad (sin soldadura y gran número
de mallas). Se pueden emplear con accionamientos eléctricos (hasta una velocidad de 0,5 m/seg).
No obstante su empleo hoy es excepcional, dado que no soportan inclinaciones en sentidb normal
a las articulaciones. Las presiones elevadas en las articulaciones causan un rápido desgaste de la'
cadena y es indispensable proveer rlr,la efrcaz lubricación.
52 LOS ELEMENTOS DE TRANSMISIóN POR CADENAS
sen _90
z
Los piflones de cadenas se hacen corrientemente de fundición (ordinaria
veces en acero moldeado.
o especial), y algunas
El número dientes que se puede rcalizir es z : 4, pero para
no sobrecargar el pifión se recomienda ]nenor.de
ele€irui.-pt. qì. ,.u posible, un número mayor. para
garantizar un arrastre suficiente se hace'ilãgar
eLãi"o=aurutuãi h;;á aproximaaamente 1g0".
El engarce y desengarce de Ia cadena debe esïar urrguiád" por guías
apropiadas (fig. 52). Es ven-
tajo;o montar el piflón con un cubo suficientemen"te-7^go, para podercaiarsobreel
rueda de transmisión, de forma que el pifión p"J" mismo la
Àir- sobre un eje fijo (fig. 9r).
Después de un cierto desgaste de la cadena- o del pifión,
los alojamientos de éste no se corresponden
con las mallas y la cadena monta sobre ellos o ,. uruRu.
co" transmisión muo,rut, se puede aper-
cibir, a tiempo, este.desarreglo por el aumento de la resistencia, pero con un accionamiento eléc-
trico se corre el peligro delenêr accidentes
t t;;;ã^iuton no se recomienda.
Las ruedas con tetones para las cadenas de maniobra
y un número de dientes elevado. El diseflo de sus radiostienen normalmente un diámetro grande
es análogo al de los brazos de las poleas
de cable o de las ruedas dentadas.
f\Y Yv{
11 x 0,95.
Ejecución en función Ge22.91. Acero moldeado Stg45.81 o acero St 50.11. Al igual que los
pif,ones de cadena, el piflón de cadena Galle se monta loco sobre un eje fijo y la rueda de accio-
namiento está también montada sobre el cubo alargado. Con objeto de obtener un número de
dientes muy pequeio (z :'7 a 8) se prevén algunas veces piflones-ejes.
C. TAMBORES DE CADENAS
Los tambores permiten la utilización de cadenas no calibradas. Se elige el diámetro del tambor D
en función del diámetro del redondo con que se forma la malla d.
D:20 a 30d.
El paso s de las ranuras helicoidales, debe ser suficientemente grande para permitir entre dos
espiras consecutivas un juego de dos a cinco milímetros según el diámetro del eslabón.
El número de espiras n se calcula según la longitud de la cadena a enrollar, afradiéndole dos es-
piras muertas:
! -,
DntL
l-ns.
El perfil de las gargantas se hace según las f,guras 93 y 94. Los tambores lisos sin ranuras se em-
plean solamente para aplicaciones de importancia secundaria. Por razones de fundición, el espe-
sor fr del tambor no debe ser inferior a 10 mm en los tambores de pequeflas dimensiones y de 20 mm
para los tambores más grandes. Normalmente, el núcleo de los cubos será liso pero es mejor
t-
LAS GUIAS 55
perfilarlo según la ranura del tambor para que no pierda su utilidad en el caso de un desplaza-
miento lateral (obsérvese figura 94).
Como material se elige la fundición (Ge 14 a 22.91). El rendimiento incluyendo la fricción de
los ejes es
q x 0,95.
La fijación de las cadenas sobre el tambor se hace por medio de ganchos (fig. 95). Con ranuras
semicirculares o mallas de cadena inclinadas a 45o, los ganchos se deben inclinar igualmente.
D. LAS GUÍAS
Se prevén guías para evitar que las cadenas salten de las poleas y en el caso de cadenas calibradas
para asegurar su posición correcta de engranaje.
I-'as guías para poleas de cadena de maniobra (fig. 96) se componen de pletinas U.rtonuOu, al bas-
tidor y articuladas sobre el eje de la polea. Los ojos que forman las luías deben estar sobre el
plano de la polea.
T'os piflones de cadenas serán recubiertos con tapas curvadas. La figura 97 representa una caja
!e protección que contiene también una polea de reenvío que permitã utr arco àbrazad,o de 180"".
Un dedo rascador permite desengranar la cadena del piflón que se desprende sobre el lugar del
almacenamiento de la cadena.
56 Los ELEMENTos DE TRANsMrsróN poR cADENAS
Las cadenas Galle deben ser cuidadosamente guiadas sobre los piflones de accionamiento.
Se
imponen dispositivos de almacenamiento en el õaso de una altura de elevación grande. p;;
.ll;
un cierto número de ejes de articulación de la cadena deben tener una mayor longitud, que le
permitirán apoyarse sobre las guías (ver figura 98 y tabla 17). De esta maneìa b cad,ína;ó
en bucles consecutivos.
;;g;
h
IV. DISPOSITIVOS SIMPLES DE SUSPEI\SIÓN
Elnúmerodeciclosy|acapacid.addeunaparatoestádeterminadoporlasvelocidadesdelos
neces'ario puru .ngu'rrchar y deienganchat
la catga' Estas
diferentes movimientos y poÍ el_tiempo At maicha' De ahí la impor-
tiempo mayor qt'" .'1 tiempo
maniobras son frecuentèmente de un de ôonceUit Oitpotitivos de enganche que permitan
tanc\a,desde ," p;;;;-ã. "irtu ."onórrri.t, mano de obra' Por ello'
de tiempo y:9n ín-minimo de
efectuar ertas operaïiãìr"rir, ,rn mínimo a transportar. Los dispositivos
estos dispositivos ,.-ã.u.r, adaptar "
ì;;;;;;Ëia'der.,'ït.tiul
aumeri;;í;-;^;^"idad de manera sorprendente'
simples permiten frecuentemente
La estadística
ofrecer todas las garantías de,seg*ridad.
Es evidente que su funcionamiento debe de trabajï t;1 3"g1Jpor un enganche mal
demuestra que un grun ,r,i-.ro de l"r";;iá;;ies cÀntra.tá ruptura' pero'sí de que la carga no
hecho. No se p".dïË""ïìïtïe*ràãâ-,;à;;;; tá"tior ãa ptttonát exigen el cuidado de sus
pueda escaparse o"ì Ëãtïrr". Lã ir,rtt,l";ffiï';l
detalles. aumentar el ren-
dispositivos deben cuidar las mercancías y ser ligeros para
De otra parte,estos
de maniobrar'
dimiento del aparato y, ãAtmat, ser fáciles
a.la gran diversidad de las mercancías' Este
Existen dispositivos muy variados, correspondientes srmpTii' es decir' a los que no necésitan más
capítuto está destiri'aà;í"i;;èntá a ütïitp"tiiivos
A;ï;t cabrestante simple con gancho o
grilletes'
que necesitan cabres-
de grúas-puente de acererías
Los otros, como las cucharas y los dìspositivos Iì-v-ìii tàn los aparatos correspondientes'
tanres especiates, ;rilã;;dá, .o
1;:' t";;ï
A. GANCHOS Y GRILLETES
1. Cálculo
y flexión
ganchos están solicitados a tracción en su parte recta y simultáneamente a tracción
Los
en la Parte curvada.
tracción para las secciones menores del
vástago'
con ros símboros de la figura 99, eresfuerzo en
se calcula como sigue
(r) o: Qr.
ry
.
Momento de flexión:
Mt:a(i*',)(kgcm);
Tracción en el punto I, resultante de la flexión:
oytracción : (, : *)' Ò
#(kg/cmz) I
Frc. 99.
- Gancho
designaciones
con
para el
cálculo de resistencia.
õycompresión :
+(kg/cm2).
Luego se obtiene el esfuerzo en tracción pura o : QIF (siendo .Fla sección). Las fatigas totales
de la sección I-II se obtienen como sigue:
Punto I, tracción:
Q) ,:#i++ (kg/cmz);
GANCHOS Y GRILLETES 59
Además de la sección I-II, hay que verificar también la III-IV bajo la hipótesis de una tracción
oblicua de la eslinga. El momento de flexión según la figura 99, será:
o
Mt:lxtSa (con a-"* t 45')'
Un cálculo exacto del gancho como viga curva da las fatigas siguientes en los puntos I-II:
a e2
(kg/cm2);
(s) v compÍeslon
Fxa
2' er*
L e,
2(í' xF'
(7)
-í') -
Este cálculo exacto corresponde perlectamente a los resultados de las medidas de la deformación
hechos sobre ganchos de tamaflõ natural y da, comparado con el cálculo aproximado' valores
superiores par"a la iracción (en el punto I)- e inferiorès para la compresión (en el punto II).
La
curva de las fatigas es una hipérbola'
La naccion máxima en el punto I, determina la resistencia a la fatiga; aunque el gancho -gugde
soportar una sobrecuilu .i".pcional sin romperse. Fn. este caso, se sobrepasa el límite elástico
en'el punto I y esta zõna suf?e una deformuóión plástica que cambia favorablemente la reparti-
ción de las solicitaciones.
para establecer la solicitación después del cálculo exacto, se puede admitir o : 800 a 1300 kg,lcmz
(St C 25.61). Los ganchos puru-más lo, cabrestantes
a mano p-ueden ser menos robustos, es decir,
àd-iti-o, .rnu ,olí.itación elevada, porque están sometidos a menos choques y sobrecargas'
2. Proyecto de ganchos
Los ganchos símples están normalizados hasta cargas útiles de 250 Tm. La'DIN 687 indica
los
gun"Ëo, brutos de forja para cabrestantes a mano y a motor (ver figura 10L-y-tabla 18). La DIN-689
indica los ganchos oe giittetes para cadenas de cárgas (fig 102) r la DIN 688 los esfuerzos admi-
sibles y laslnstrucciones para lás verificaciones y cuidados periódicos'
Materia StC 25.61. los ganchos expuestos al calor: aceros exentos de envejecimiento,
-Para
resistencia 42-50 kgl mmz.
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Y GRILLETES
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GANCHOS
ï-
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rdza''
croquis I
{ croquis 2
Fra.10l.-Ganchobrutodeforjaparacabrestantesmanualesoamotor,segúnDIN687'
evitar
Normalmente los ganchos se Suspenden de
un travesaflo por medio 9t Yy tuerca' Para grande y
fileteaào con paso- -suficlentemente
los efectos de entalladura, se ,..ornr.áã" .f.Ëitpurte "" cilíndrica (figs' 106 y 108)'
prever redondeos ,.rã.iónitt entre 1a t"r* í ú
especiales. Fl gancho de seguridad
(fig' 103) está pro-
Las figuras 103 a 105 representan.ganchos
del gãncho.para descolgar la carga se retrra
visto de un cerrojo que impide a ta effia-ïafar.se
el cerrojo a mano. El gancho oe rrojas
(ÃÉ.
totl ,. .-pï"ã toui. todo pú ros puente-grúa acero
de
fun-
det'transpoite de cucharas que contienen
acereriay las cucha* ã. colada. En el òaío piobablemente a su exposición permanente
dido, las roturas ;dt;; de ros gu""iror*.ã ã.u"" varias hojas idénticas' En caso de rup-
al calor radiante. para paliar estas ;;;t;r, 1. .,,'ni'i1t resistenteJ para soportat la plena aatga'
tura de una de estas hojas, las otras sãn suficientemente por
parâ rimitar ra influenciã oel ,obï" rur rro:ár exteriores, ," pr.u:én intersticios rellenados
"alo, (1)'
maierial aislante entre las hojas individuales
entre las hojas (2). La muflonera a (flg' 105)
una muflonera articulada repart e la cargaigualmente
-í no se
se apoya sobre un eje 4 qrr. d.r"urrru ,.r"u.' sobre un soporti t'- kt ganchos de hojaspor un
sujetan por f,leteaoo', ú"ô por dos .j; ;;
fãt-u de cardán (fig' 10a) o eventualmente
peligros inherentes a los fileteados'
anillo móvil (flg. 118) que permite "íiiu. fot
cuya solicitación simétrica es más favo-
I
Mr--í
O sen(a + D_* (kgcm);
*t"
y' el esluerzo tolal:
@i-r'-r--N\
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Mt:$rtr"'
Las dimensiones de los ganchos dobles brutos de forja están en la tabla 19 y en la figura 107.
La figura 108 muestra un gancho doble para una cafga útil de 300 Tm.
A
I
-ry
I
lt
tl
6 i-i'ì,
Frc. 108. Frc. 110.
Fra. 108. Gançho doble para una carga útil de 300 t' (Demag, Duisburg).
- Frc. 110.-Grillete de tres piezas.
64 Drsposrrrvos srMpLEs DE suspENsróN
Para las grúas de mayores fuerzas de elevación, se. prefieren los grilletes (figs. 109 y 110) cuya
solicitación es más favorable; no obsta_nte_el enganchè es más difíúl porq,tè ãuy q.tr ttu.rr purâ.
la eslinga a través del grillete. El cálculo del griilete de una pieza (fig. t0ô) es muy Aifirit pói ser
hiperestático de tercer grado. Por esta razón y por la facilidad dà ãonstíucción se pr.nri* io,
grilletes de tres piezas para las cargas muy imporÌantes (fig. 110). La traviesa inferior ie considera
como viga sobre dos apoyos y las barras de suspensión iólo están solicitadas a tracción.
32 000 160 130 132 670 930 176 110 40 30 20 627 292 120 260 210 25 14s 170
50 000 200 r60 160 810 1 070 215 140 50 40 25 780 360 150 320 258 30 263 299
80 000 240 195 190 1 000 I 270 255 175 601 40 30 935 430 180 380 308 35 477 536
I
100 000 260 210 220 1 100 I 400 275 195 65 50 30 I 025 480 195 410 JJJ 40 639 718
))\
I
125 000 280 240 I 200 I 500 295 220 701 50 30 I 110 520 210 440 355 40 845 948
160 000 300 240 260 I 7sl 60 40 1 200 560
320 1 670 315 245
I
225 470 382 50 I 106 I 241
200 000 320 2s5 280 I 500 1 850 335 275 *nl 70 50 I 290 600 240 500 409 60 I 428 I 598
250 000 340 270 320 I 620 2 000 3s9 305 85 70 I 50 1 390 660 255 535 440 70 I 846 2 085
Designación de un gancho doble forma A (corto) fuerza 10000 kg: Gancho A 10000 btN OSS.
Designación de un gancho forma B (largo) ïuerza 1O000 kg: Gancho B 10000 DIN 699.
* Carga máxima de servicio repartida sobre los dos ganchos. Sobrecarga de ensayo según la DIN 120 (VI, párrafo
admisible. 23)
i'* Las longitudes están dadas a título indicativo y corresponden a los pesos dados en las últimas columnas.
Se adaptan
las longitudes a la forma de los polipastos,
Para el mecanizado de la cafla y de la rosca, ver la DIN 688, página 2.
Para el cálculo, solicitación, materiales, comprobaciones y tratamientos periódicos, ver la DIN 6gg, página l.
Material: St C25.61- Los ganchos expuestos al calor serán fabricados en acero resistente al envejecimiento, de 42
a 50 kg de resistencia.
Estado de envío: Bruto de forja.
Para los ganchos simples, brutos de forja, ver la DIN 687.
EQUIPOS DE LOS GANCHOS Y APAREJOS 65
2/'
ët
L5
Frc. 114. para aparejo largo. Frc.
-Traviesa 113. Aparejo largo.
-
I
5. Helllrur EnNsr.
66 DISPOSITIVOS SIMPLES DE SUSPENSIóN
l
\. -! 7( ,'l
i\ \. >-J Éüi
\ì.-
\ì ---1,
Frc. 115. Aparejo corto con dos poleas (M. A. N., Nuremberg).
- Ftc. 116.
-
Traviesas para_ aparejo corto.
ï
Eeurpos DE Los cANcHos y ApAREJos 67
Los aparejos pequefios (fig. 115) llevan las poleas en
voladizo sobre Ia traviesa del gancho. Esta
disposición es interesante én lo que concierne u ta uiurá-de
elevaci i". L;1;;viesa
1'el gancho más largo.qrre para un aparejo gtu"aã.-üsoücitación y el cálculo es más robusta
hace según Ia figura 116. de la traviesa se
Para los puentes-grúa se construyen aparejos de dos poleas
prer én 4 poleas.
hasta 30 Tm. Entre 30 y 230Tm se
Frc. 117.
-Aparejo corto con 4 poleas (M. A. N., Nuremberg).
Teera 2}'-DrunNsIoNrs DE Los por-lpAsros coRTos coN Dos poLEAs,
segúrn la figura 115
lr-- I
68 DISPOSITIVOS SIMPLES DE SUSPENSIóN
está articulado sobre un eje horizontal á que se apoya sobre Ia parte superior c del cojinete d.
Aunque el eje de las poleas esté inclinado, la traviesa e queda horizontal, gracias a las articula-
ciones g (3).
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C. BSLII\GAS
1. Eslingas de cadena
Se emplean cadenas no calibradas, sin fin o provistas de anillas, de ganchos o de grifas (figs. 119 i
a 122)-. Comparadas con los cables, son más sensibles a los choques, pero más resistentes al calor
y a las diferencias de temperatura (fundiciones, etc.).
Fra. li9'- Eslinga deca- Frc. r20.-Eslinga de ca- Frc. 121.-Grifa. Ftç. 122. Eslinga doble
dcna con gancho y anillos. dena con grifa y anilla. - anilla.
con
á) El obrero al servicjo de las eslingas debe ser instruido sobre la influencia que ejerce el ángulo
que forman los ramales en la roturá de las cadenas (frs. 123).
t). se- debe'dejar al criterio del obrero cargador la estimación
del peso de la carga; es prefe-
-No.
rible darle los pesos ex4ctos, o marcarlos sobie las piezas.
i+\
I
I
4'X
LH ffi,
Flc. 123. Influencia del ángulo entre
- sobro la carga admisible.
los ramales
á&á,@
lncorrccto lncorrecto lncoffecto Corrccto
Frc. 125.
P
Posición de las mallas en una
Ftc. 124. Contacto incorrecto y correcto - torcida.
cadena M, par de torsión;
de una- eslinga con una arista viva. P, tracción de la cadena.
d) Si la
suspensión se realiza por medio de tres o más cadenas (fig. 130), no se debe contar
más
que con dos, en previsión de una repartición desigual de las catga-=s.
e) Trabajando en condiciones desfavorables (bajas temperaturas, choque) no debe aceptarse nunca
la plena carga.
) lÀs aristas vivas de las cargas deben ser protegidas por materiales blandos (madera por ejem-
-f
plo) (fig. 124).
ìo Dlsposrrrvos sIMpLEs pe suspsNslóN
g) No se debe jamás alargar una cadena por medio de bulones o haciendo nudos. La cadena debe
estar completamente derecha, sin que las mallas sean solicitadas desfavorablemente (fig. 125).
á) No se debe tirar en forma inclinada. Se debe levantar la carga verticalmente, de forma que esté
en equilibrio_ y que las cadenas no puedan deslizar o salir del gancho. Está prohibido al cargador
montarse sobre la carga para establecer el equilibrio o paÍa hacerse transp-ortar.
i) Toda pieza no solidaria de la carga debe ser elevada independientemente o amarrada sólida-
mente a la catga.
k) Depositar las cargas sobre tacos de madera de forma tal que permitan desenganchar las cadenas.
No desenganchar las cadenas hasta que la caÍga esté perfectamente depositadã en su sitio.
Frc. 126. Frc. 127. Frc. 128. Fta. 129. Cadena para Frc. 130.
Cadena Cadena con Eslinga con barriles (la- cadena pasa a Eslinga de tres ramales
sin fin. anilla"grande. dos anillas. través de las grifas). para cucharas.
2. Cables y cabos
a) Cables metálicos (ver la DIN 15060). Son menos pesados que las cadenas, pero mucho más
sensibles al calor radiante y difícilmente maniobrables en los diámetros grandes. Las recomenda-
ciones indicadas para las cadenas se aplican, igualmente, a las eslingas de cables metálicos. Cuando
los cables tienen un cierto número de alambres rotos deben ser desechados, aunque sólose a por
evitar las heridas de las manos de los operarios. Para las cargas de ángulos vivos sè deben emplãar
cantoneras especiales (fig. 131).
L-_
VIGAS DE SUSPENSIóN 7I
ó) Cabos de cuerila de cáframo. Su resistencia es pequefia, 1o que hace _que sean de grandes diá-
metros para cargas de alguna consideración; sin embargo son más flexibles y manejables-que los
de acerõ y permiten los nudos. Necesitan igualmente del empleo de cantoneras especiales para
evitar su destrucción en las aristas vivas de las cargas.
Se emplea de preferencia los cabos de dos torsiones a los de tres. Tienen generalmente_cuatro
toronei y un alma central. El paso del cableado de los torones será tres veces el diámetro del cable.
El extremo del cable se dispondrâen forma de bucle. Los cabos serán guardados en sitio seco y
bien aireado para evitar su pudrición.
Diámetro de la carga . 13 el +e I r, I I
eo zo 80 90 100
12oo 1600 ztoo 24oo 28oo 3300 4100 5100
Carga admisible .. 130
I | | I
D. VIGAS DB SUSPBNSIÓN
1. Se emplean las vigas de suspensión:
Para evitar grandes dimensiones en las eslingas destinadas a la maniobra de caÍgas-de. gran lon-
gitud (bastid'ores de fundición, perflles laminados, ejes, calderas, vagones ferroviarios). Cuando
i+iÌi+t
l+tìl+l
no se destinan a una tarea específica, se debe prever la posibilidad de desplazamiento de los gan-
chos de suspensión (frg. 132).
En las vigas de suspensión para gtandes cargas, el desplazamiento se obtiene por medio de un
husillo fi.leteado a derechas e izquierdas.
72 DISPOSITIVOS SIMPLES DE SUSPENSIóN
Fra, 134. Ménsula para elevar una carga con dos grúas.
-
Si las dos grúas son de distinta fuerza, el gancho central se deberá correr de forma que los brazos de palanca se
encuentren en tazón inversa de las cargas.
Frc. 135. Ménsula de tres grifas para tomar simultáneamente tres bobinas de chapa.
-
3. Levantar las cargas más pesadas por medio de dos grúas (fig. l3a); dado que es difícil combinar
los movimientos de dos grúas, se impone la presencia de un capataz o de una persona responsable.
Las vigas de suspensión se constrÌryen de perfiles laminados y se comporen de los elementos ya
conocidos, como ganchos, grilletes, etc. Frecuentemente son parte de los dispositivos de suspen-
sión para la manutención de cargas determinadas (figs. 133 a 135).
B. PLATAFORMAS
Las plataformas permiten el agrupamiento de varios bultos, cajas, cestas, sacos, etc. o de mer-
cancías en trozos como briquetas y ladrillos. Se debe vigilar que los objetos no puedan caerse,
peligro que existe sobre todo para ladrillos y mercancías del mismo tipo. Los Sindicatos reco-
miendan el empleo de cucharas para tales mercancías.
Las plataformas se construyen en acero o en madera y el amarre más frecuente es por cuatro ca-
denas (fig. 136). La figura 137 muestra los enganches de la plataforma.
PÌNZAS Y GRIFAS 73
Frc.
.r,rc. rro.
136. Frc. 132.
Fro. 136. Plataforma de madera.
-
F.rc. 137.-Enganche correcto e incorrecto.
Cuando la eslinga está floja, el gancho no se debe desenganchar (izquierda), por el contrario, se debe enganchar aún más
(derecha).
F. PII\ZAS Y GRIFAS
Las pinzas y las grifas facilitan la manipulación de las mercancías y reducen las pérdidas de tiempo
de las maniobras
Se las emplean en las mercancías más variadas, como cajas, sacos, carriles, chapas, piedras y
madera. Su forma varía con la naturaleza, de la mercancíâ.
Frc. 138.
h
N"
\-------:-Vr
G
l-
l(,
P
o/z
K
P'
a
G. CUCHARAS
Las cucharas sirven.p.ara el transporte de mercancías
'igoui sueltas, tales como gtaya, aÍena, carbón,
mineral' hormigón,.trigo, q".ì;i;;'#;as,
Í.. +l
por el propio apatato ãe elevaciónï a.quellur q.rã se distinguen las cucharas accionadas
não ar'r"i urãiÃ'uã-Ã à .uno por los obreros
auxiliares' Estas últimas comprendJn Ës cucrrárar-üisculuni;
una tolva;-su'vaciado r. rrã.. ãìsbrocandot-i;;d;fo.rdg.deslizanre que se
*t*1Ï"tïïï.[#" ïo ..rro:o, bien sea a máno o
Las cucharas accionatlas comprenden sobre todo
las c.ucharas cuyo empleo necesita
_prensoras,
ffiïffï:ïi:Lt"-un.cabrestante
espãúar; r. trutu"a J..lo, *.ft;;;^ïi'ur estudiar ros cabres-
Las figuras 141 a t53 muestran el esquema de
varias cucharas de apertura por el fondo. para
efectuar el vaciado de la cuchutu a" Ë fig*"
tableros á' Después del vaciado se-ãeben-ce*ar
i4{;;; que accionar tã pÃanca c que manda
ros
es imposible' porque en la-posición cerrada
r"r iáuËïãr;ffi;;. ïflïuu..tura intempesriva
las búas ã sobrepasan ligeramente el punto
y Ia tracción ejercida por lòs hbleros retienen muerto
i;-wiaÃ", c en ra posición de cierre.
Algunas veces es necesario o deseable vaciar
la cuchara por tracción mediante un cable de ma-
niobra' De esta forma, el obrero-pr.g. ;l"i;il
gu.-a;;
figura 742 estâ provista de un cieri" ae róra" à*ri'r'ãiï..del lugar del vaciad o. Lacuchara de la
Desp-ués ãLi *.ì"0o, el cajón se cierra
bajo Ia influencia de su propio peso.
t
:
I
ELECTROPORTADORES 75
H. ELECTROPORTADORES
r-
I
L
/r'-
I
_ _=J_ _ I (
I
I
I
\
\
Ye
,-/
'\.
t/,/
'Yl,
Ftc. 144. _ Cuchara basculante.
a' bastidor; b, palanca de enclavamiento; c, leva; d,
parte inclinada_de la leva; e, limitador de
la posición de va-
ciaCIo; f, ruedecillas;
g, campana de vaciado.
'Sr, centro de gravedad de la cuchara llena;,5r, centro de gravedad de la cuchara vacía.
celicada y su fijación exige una atención especial. Ciertas construcciones llevan resortes para
amor-
t.E'r3r los choquet. L? protección contra la humedad y la condensación se obtienei cuidando
::e;uadamente los aislamientos. En los intersticios entrê la bobina y la caja se vierte.**--uru
Jr' nlaterial aislante, que debe conservar toda su consistencia ala temperatuia de trabajoãèf-.fr.-
::r:mán. Los electroimanes son alimentados por corriente continua a 110 ó 160 vãltior. Las
:::::s alimentadas únicamente con corriente tiifásica deben ser equipadas con un convertidor.
L-, ',limentación se hace por uo cable flexible_que debe seguir los móvimientos de elevacióo y
á.r-
-r'rìSt'r. Para ello se
-emplean tambores enrolladores sincrõnizados con el cabrestante o tanibores
-
-:' resortes. Se puede también almacenar el cable con una polea provista de un
L: corriente que atraviesa Ia bobina, crea un campo magnético circular. La chapa "ootrup*ã.
de cobertura
:Lì es magnética y- por lo tanto las líneas de fuerza no se encuentran cerradas mas que .f
i::rán se coloca sobre piezas de material magnético.La intensidad del campo mugnético"u"ãà aumenta
Ct'ro 1â calidad del contacto.
L.rs corrientes de indlcción son muy elevadas, por 1o que no es posible gobernar los
imanes con
cisl.untores simples. Son necesarios combinadgres espeõiales. Haita el qúto punto o escalón
de
nando del combinador es puesto en tensión el electrôimán a través de rèsistenôius; p""tos
siguientes se van eliminando progresivamente éstas. Los puntos de 4 a 0 sólo sirven "onfor
iuì'1uïurrtu
iuera de servicio, el electroimán es separado de la red ], conectado sobre fu* ,.rirtãoriur q-uúU-
s!ìrben las corrientes de inducción. Finalmente prevá después de la posició; 0 |,f ilrtâ-pàru
_se
irvertir la polaridad con objeto de desprender las pequenas piezas que el magnetismo^remaninte
puede, eventualmente, retener.
La, fuerua magnética necesaria para atraer las piezas es más_elevada que la fuena necesaria para
retenerlas y puede.ser ventajoso parala manutención de la chatarra y iingotes Oe funOicion p.'*..
un relé_temporizado que reduzca la excitación del imán después de t-omai la carga (Oemag,'úis-
burg). De esta forma no sólo se economiza corriente, sino qüe también disminuyã el'caleniãtnir"to
del electroimán.
T.a mayor parte de las averías de los-electroportadores son causadas por gna
temperatura muy
elevada que acaba por deteriorar el aislamientõ. Existen cartuchos prote'ctores (Denag) q".
.-tu"
la corriente cuando la temperatura sobrepasa los 100" C. En la cónexión de l,os etíóf*óif.., õr-
nabrück, se. ha previsto un relé de intensidad que conecta un avisador sonoro para que, aétiOo
al calentamiento, la corriente absorbida caiga pór debajo de un cierto límite.
Normalmente no existe el riesgo de_ que la-carga caiga durante los movimientos de giro
o de tras-
lación. La experiencia ha demostrado que las piezas óuyo peso rebasa la capacidad dãl electroiÀan
se descuelgan en el mismo momento que se inicia h élevãción. Por esta iazón .r iuio
de ele.mentos. de seguridad,-ya que ellos implican una disminución de la capacidad. El
.i .-piro
*.:",
de evitar accidentes de. trabajo es prohibir rigurosamente el acceso al campo de acción-ããì"
*ãài"
durante su funcionamiento. ì"iu
?. Fuerza
La fuetza del electroportador depende en gran medida de la natu raleza de las piezas, del estado
de su superficie, d. gy composición química v temperatura. Un contenido del a'ft ã. ;;r-
9^" l9
ganeso en el acero disminuye la fuerza en un 50
%; parã un contenido d,e B ft p unítâ ;;;úr-
tamente. La influencia de la temperatura es me-nos importante. Los electroimàtt.r uirtuOo;;õ*
cialmente pueden tomar los materiales férreos de 400 â O0O" C. Más allá de este límite
del electroimán decrece rápidamente.
la fuelza
.{l tomar los lingotes, el electroimántrabaja a su fuerza máxima a condición de que esté en per-
Ècto contacto con los lingotes. Los catálogos indican la fuerza útil del imán; normalmentè se
hia este valor en el 50 % de la fuerza de atracción. La tabla 23 d,a la fuerza media del imán
en
lunción de la naturaleza de las piezas a levantar.
78 DISPOSITIVOS SIMPLES DE SUSPENSIóN
3. Modelos especiales
Los electroimanes circulares de fondo plano constitgyen el tipo
más corriente. El fondo puede ser
-chatarca
convexo para recibir 1a pera de los puènte-grú a utiliLados
electroportadores de forma rectanguÍaf se eãrpleaS
et lu r"pt"ru ã" fundida. Los
fuuior lingotes, lingotes de fundición, hierros
Frc. 146.
Electroportador con dedos de contacto móviles.
a, caja; ón bornes de la caja;
c, dedos de contacto móviles. Fro. 747. Electroportador con grifas de retenida.
-
redondos y chapas' Los electroimanes en forma de herradura presentan
el transporte de carriles,.viguetas y perfiles laminador Los eleètroitil;;,los polos estrechos para
móviles se emplean.ventajosamenie-pata las piezas-de superficie .;n dedos de contacto
irregular. Los polos móviles
siguen las irregularidades y mejoran êl contactà
Los electroimanes que sirven para el transporte de chatarra y viruta
pinzas (fig' u7) que penetran en los montónes y se cierran están también provistos de
giacias a su forma especial. Después
las pinzas se cierran"."-pi;àotente, permitiendo zarirse
fr"nU:t:lit*l1"atián, rà piãrà,
"
V. EJBS, ARBOLES Y COJII\BTES
A. EJES
Las poleas de cables o de cadenas, los tambores y las ruedas son normalmente montadas locos
sobre ejes fljos. Contrariamente a lo que sucede con los árboles giratorios, estos ejes nSos son
solicitados por los_esfuerzos repetidos (que en el caso más desfavãnble vaúan entie ..ro
V-ef
máximo)_ y_no p_or los esfuerzos alternados (que varian entre máximos positivos y negativos). Los
valores de los diámetros pueden ser más bajos.
TesLA' 24.- EspurRzos uÁxrrr,los ÀDMTSTBLES PARA EJES FrJOS DE ACERO DE 50 kg (St 50.11)
Designación
- -.
servrcro
pesado ligero
4
lri
ì
d ---,('
/'\ \
t
ltlbI = A.a \
l,lbn = B'b
1. Ësfuerzos admisibles
El esfuerzo unitario admisible varía según los materiales, la forma y el tipo de servicio. Normal-
mente se emplea un acero de 50 t<g (SiSO.tl) en forma de barras laminadas o un acero de 60 kg
para el acero de 50_ kg, se $eb-en
tSi eO.f fl. Si'se acercan a los límiieò indicados en la tabla 24
èvitar loí efectos de entallado. Bajo este punto de vista, los ejes completamente lisos según las
nguias 14g y 150 son preferibles. For lo que respecta a los ejes c-on diferentes diámetros, como
lo"s de la figura 149, se àeben prever redondeos deãcuerdo y evitar los cambios bruscos de sección.
Los taladrõs y ranuras de engiase constituyen siempre entalladuras, por lo que se deben redondear
í aiqpo;.rro*".n la fibra neütra.deLos aprietes tienen efectos análogos a las entallas y por consi-
É"ir":t" úiginan la disminución esfuêrzos admisibles. Por esta razón los ejes con soportes lisos
ãe cojineteJ pueden trabajar a mayor solicitación que los montados sobre rodamientos. En cuanto
a los ejes de gran diámetio, como los que se encuentran en los tambores de los cabrestantes pesa-
dos, cónvienã mantener un cierto maigen en relación con los límites indicados, porque en las
piezas de grandes dimensiones, la resistencia a la fatiga es menos elevada.
La solicitación admisible depende del tipo de servicio, de los choques, de. la frecuencia_ de las
sobrecargas, etc. En general,-los ejes de iambores y de poleas pueden_trabajar más cargados
que
ios ej.s oe ús ruedas,-que han de pasar por las juntas de los carriles. Se puede distinguir entre los
;j;. il ruedas de cairos de gran velocidad y los ejes_de las ruedas de traslación de los pórticos.
Ërt"i a. -òvimiento lento ! poco frecuenie, son- solicitados sobre todo por el pe_1o. propio _del
portióo. La importancia de lã ôarya y la posicìón de la grúa influyen poco en su solicitación. Por
ãonsiguiente se^pueden admitir esfúerlos más elevados. La solicitación de los ejes de grúas y carros,
varía-sensiblemônte con la cargay la posición de la pluma, lo que se traduce por una disminución
del esfuerzo admisible. Por lo qúe coìcierne a los ejes de tambores y poleas, se puede establecer
una distinción análoga entre loi cabrestantes de centrales (raramente a plena caÍga, pequefla_ ve-
io"iauO, ausencia de- choques, servicio ligero) y los cabrestantes de cucharas (siempre a plena
caÍga, gran velocidad, choques, servicio duro).
puede ser necesario disminuir la deformación del eje, aumentando su diámetro, con lo que también
se logra una disminución de la presión sobre los soportes.
Para los esfuerzos de los árboles giratorios, ver el párrafo B (Árboles).
para los apoyos A y B (figs. 148 a 150), se puede admitir 800 a.1200_kgf-cm2, segú1 el servicio,.a
ãooáiriOo A. q,r. lá fueìz-a se aplique Áiempre en el mismo sentido. De lo contrario es necesario
ãir-i""ir estoi valores, para gaìantizar soúe todo un buen apoyo que permita obtener un ajuste
preciso.
I
EJES 81
T,rrsr.l 25 (fr,g. 151). DuvmNsroNEs DB LAs cHApAs pn nrrnNcróN (según la DIN 15058)
-
N 26 50 15 6 6 25 80 6,5 10 sI 11
50 33 70 15 B 8 30 100 7 12 >> 13
60 36 70 15 8 8 30 100 9 72 >> 13
70 45 100 20 10 10 40 140 10 16) 17
80 48 100 20 10 40 t2
10 140 16> t7
90 52 100 20 10 10 40 t40 13 16> t7
100 s6 100 20 10 10 40 140 l4 16> t7
110 65 140 25 12
13 50 190 15 20 >> 2t
125 72 140 25 13 l2 50 t6 20
190 >> 2t
l,{0 77 t40 25 l3 12 50 190 18 20 2t
160 85 140 )\ 13 l2 50 190 20 20
>>
>> 2l
180 98 200 25 t6 16 60 250 22 24 >> 25
200 105 200 25 l6 t6 60 250 25 24 >> 25
2. Placas de retención
l
Se emplean retenes de ejes segúnla flgura 151 para impedir que el eje gire. La tabla 25 da las di-
mensiones de las mismas. Se disponen de forma que los bulõnes nó p-uedan ser cargados por Ia
reacción sobre el eje.
3. Eiemplo'numérico
El eje del tambor de un- pu^ente-grúa de taller, según la figura 148, debe ser comprobado. El tambor lleva dos cables
ce una fuerza total de
?!90-tgy, por consiguienie,la resultante éstá siempre dentro áãt ptuno de simetría del arro-
ilamiento As : Be p 1400 kg. La presión P del piflón dirigida igualmente hacia abajo, Or f+Sgïg. n;m;--
"-,
,er:7n\L : t4soro1o76: r4oo kc.
l-a suma geométrica de Aty Ar"dauna reacción total de A:2700 kg y el momento flector paralasección I-I está
:-r:o por la
My1: Aa: 1.6 200 kg.
i - c:inetro- del eje es de 50 mm, el módulo resistente llv: 12,27 cm3, se obtiene un esfuerzo o : 1320 kg/cms.
.):co que el eje es liso y- sin- entalladuras (ranuras de engrase eí el plano de la fibra ne,rtià;, este esiúéizóï àd."ü-
:-:ie para un puente-grúa de taller (servicio medio).
a. Ha.rxrn hnsr.
82 EJES, ÁRBOLES Y COJINETES
B. Ã RBOLES
1. Esfuerzos admisibles
Los árboles sirven para la transmisión de los pares. Además del momento de torsión, deben nor-
malmente resistir los momentos de flexión M, provenientes de las reacciones de los engranajes
o de otras fuerzas normales al eje del árbol. Por consiguiente, es necesario calcularlos a flexión y
torsión simultáneas, con: Wn:Iofa el momento de resistencia polar y W:Ilp el momento de
resistencia ordinaria, se tienen los esfuerzos de flexión y de torsión como sigue:
MMr o:-f.
":q',
Se dimensiona el árbol según el esfuerzo ideal establecido por la fórmula siguiente (1):
õt: VA +W.
El valor admisible para ot depende como para los ejes fijos, del material, de la forma, de la calidad
de la superficie y del tipo de servicio.
Como material se emplea corrientemente en los aparatos de elevación el acero de 50 kg (St 50.11)
y el acero de 60 kg (St 60.11), más raramente el acero de 70 kg (St 70.11). Los aceros especiales
sólo se justifican para los piflones-árboles. No es posible poner el esfuerzo admisible en relación
simple con la resistencia a la ruptura, coÍÌ el límite de elasticidad o, incluso, con la resistencia a
la fatiga. Ante todo porque esta última está establecida sobre las probetas pulidas de pequefia
dimensión y después porque la sensibilidad al entallado es más fuerte para los aceros de alta
resistencia.
La influencia de la forma y de la superficie sobre lafatiga debe ser estudiada con tanto más cuidado
cuanto mayor es la solicitación a que se hacen trabajar los aceros especiales. Justamente porque
los trabajos de investigación han establecido su influencia en un gran número de casos particu-
lares, estos resultados permiten estimar sus valores en las aplicaciones corrientes. Los puntos
siguientes deben ser considerados:
1. Rebajes . Lafragilidad del árbol será tanto mayor cuanto menor sea el redondeo de los acuerdos
y cuanto mayor fuere la diferencia de los diámetros. Normalmente la diferencia de diámetros
está dado por razones de construcción, y sólo queda hacer una transmisión más progresiva. Si
por ejemplo los rodamientos de un árbol están fuertemente solicitados, se puede mejorar el disefio
de los rebajes por el empleo de un manguito (fig. 153) o de un entallado de descarga (fig. 154).
Si la diferencia de diámetros es muy grande, es más ventajosa una garganta según la figura 156.
El efecto de entalla de los rebajes que sirven parala fljación lateral de engranajes y poleas puede
ser sensiblemente disminuido, si se reduce la anchura y la profundidad del rebaje (fig. 158), o si
se prevé una ranura de descarga (fig. 159).
2. Las entallas circulares, por ejemplo las gargantas para los retenes de presión circulares, etc. y
los fileteados para bloquear los rodamientos deben evitarse en las partes fuertemente cargadas
del árbol. Ello es siempre posible por medio de manguitos y de casquillos de reenvío, 1o que per-
mite llevar tales entallas a las zonas menos solicitadas, o incluso se pueden evitar (figs. 152 a 159).
1 Valedero en tanto que los dos esfuerzos son o repetidos o alternos, si o es alterna y z repetida (cabrestantes), se
puede suponer aproximadamente 2t2 enlugat de 422. Para más detalles, vêase Hütte,27 ed. alemana, 194fr, pâ9, 702.
Áruor,rs 83
4. Las ranuras de las chavetas deben tener siempre el fondo redondeado. Un pequefio redondeo
(r :2 mm para los diámetros grandes) disminuye ya sensiblemente el efecto de entallado. En el
caso de solicitaciones elevadas se prefieren árboles acanalados.
Fro. 152. inadecuado FIc.153. Diseflo mejorado del Frc. 154. efecto de entallado
-Disefro
del asiento de un rodamiento asiento -de rodamiento, el man- -El ha
. del rebaje, sido disminuido
fueÍtemente solicitado por el guito reemplaza la rosca, el por una ranura <Íe descarga cuya
árbol. El electo de entalladura radio del acuerdo ha sido au- eficacia corresponde a la del
de la rosca y del acuerdo de mentado, acuerdo úbujado de trazos.
pequeio diámetro es desfa-
vorable.
5. El apriete ejercido sobre el árbol por los cubos y los rodamientos disminuye también la resis-
tencia a la fatiga. En estas zonas, particularmente en las extremidades de los ajustes, la solicitación
debe ser inferior a los valores admisibles para un árbol liso. Se puede remediar reforzando el árbol
en estas zonas o dejando cubos cónicos pasantes (fig. 160) al igual que puede hacerse con los aros
interiores de los Íodamientos (fig. 161). Normalmente los rodamientos se montan sobre los árboles
con un apriete más fuerte que sobre los ejes fijos, por ello su influencia es necesariamente más
sensible.
84 EJES, ÁRBOLES Y COJINETES
6. Estailo de la superficie. Dentro de las condiciones de utilización corrientes y para los mlte-
riales normalmente utilizados en las grúas y máquinas de elevación, el estado de la superficie tiene
un papel menos importante que en máquinas y aceros'de mayor calidad- Está demostrado que
con-|ú aceros de relistencia media es muy poco 1o que se gana sustituyendo una superficie pulida
por una superficie rectiflcada. Frecuentemente los asientos de los soportes y los enchavetados se
iectiflcan. ias longitudes libres de los árboles deben tener un mecanizado fino, al menos en los
lugares de fuerte solicitación.
Flc. 159. Disef,o mejorado del asiento del cubo. La ranura de descarga tiene el mismo efecto que el acuerdo de gran radio
- disefrado de puntos.
Frc. 160. Se evita el apriete de la extremidad del cubo si este sobrepasa el asiento cónico.
-
En 1o que concierne al tipo de servicio, se debe no solamente distinguir entre un servicio ligero,
medio õ duro, sino también entre cabrestantes y traslación. Los árboles de los cabrestantes son
siempre solicitados por un par en el mismo sentido (torsión repetida), lo_s árboles de traslación,
al cointrario, están sõticitadós por pares en sentido inverso (torsión alternada). Además los árboles
de traslación deben soportar lós pares de arranque y de frenado que sobrepasan considerablemente
el par nominal (ver capítulo I, C). La tabla 26 da algunas indicaciones que permiten evaluar correc-
tamente el tipo de servicio.
ARBOLES 85
t recuencra
.t I Aceleraciones
Servicio Carga
de utilización I
y choques Ejemplos
I
í Frecuente j
\
) y de puerto.
Cabrestantes de grúas de taller
Normal l Rara ] Movimientos horizontales de poca importancia
r y de pequefla velocidad.
I
Rara i)
I
( Frecuente
Semipesado
La tabla 27 da indicaciones correspondientes a los valores máximos admisibles para las solici-
taciones 6, Í Y o, basadas sobre el par nominal del motor eléctrico; los valores se cúsideran admi-
sibles si el prôyecto es cuidadoso y tiene en cuenta las recomendaciones dadas más arriba.
Para el acero de 60 kg (St 60.11) y de 70 kg (St 70.11), estos valores pueden ser mayorados de l0
a 20 ,fl respectivamente. Para los árboles en acero de cementación- (St C 35.61), ôementados o
para los árboles templados al soplete, la mayoración es del 50 %, a condición de ejecutar eltrata-
miento correctamente. La resistencia a 19 f4igV disminuye al aumentar las seccioíes, por lo que
los valores deben ser progresivamente disminuidos para los diámetros superiores a.1ô0
disminución deberá ser de un 10 I para un diámetro de 200 mm.
--ilu
2. Deformación
Frecuentemente es la deformación y no el esfuerzo, el que determina el diámetro de los árboles.
Una deformación grande de los mismos puede ser desfavorable para el correcto engranaje de las
ruedas dentadas, por ello se montan éstas, preferentemente, al lado de los soportes. La inõtnación
de la línea elástica no sobrepasarâ el lll500 para los engranajes anchos de pequeffo módulo
y 1/500 a 11600 para las ruedas estrechas de gran módulo. Las piezas pesadas dè gran velocidad
de rotación, tales como los acoplamientos y las poleas de freno, se mòntan, o biãn después del
soporte o sobre un árbol suficientemente rígido para evitar las vibraciones.
La deformación de los árboles largos (traslación de puentes-grúa y pórticos) puede alcanzar de
0,25 a_0,50'im. Se elegirá el límite inferior para las transmisiones dè grandes Íongitudes y grandes
velocidades de traslación y el límite superior para los árboles relativamente cõrtos y pequeflas
velocidades. El diámetro se calcula, por 1o tanto, como sigue:
El intereje de los soportes no debe sobrepasar el valor / : 100 a 125ltra <t y d en cm). Los árboles
se hacen normalmente en acero estirado, acero de 50 kg (St 50.11), que se suministra con la tole-
rancia h9, en longitudes de 6 a7 my gle s9 emplea sin maquinado para los cojinetes d.e soportes
y para los cubos. Es preferible tornear las longitudes de árboles que han de atravesar los c-árters
para obtener una precisión adecuada.
Siempre que sea posible cada ârbol debe tener solamente dos apoyos. Cuando no se puede evitar
un árbol de 3 o más apoyos, deben ser tomadas en consideración las posibilidades de úlicitaciones
suplementarias causadas por un defectuoso alineamiento de los soportes. Se puede evitar todo el
desplazamiento relativo de los soportes por medio de una construcción muy rigida, como es el
caso de los cárters, pero en el caso dg .sop9r_te1 montados sobre la estructura, hay que separar
suficientemente los apoyos, para permitir al ârbol seguir las pequeflas deformaciones, de la es-
tructura, sin sufrir un esfuerzo suplementario muy elevado.
Los diámetros de árboles para las grúas están normalizados por la DIN 537 (ver tabla 28). Los
diámetros entre paréntesis deben ser evitados siempre que sea posible.
54 000
P: :4500 ke.
27
2
Mt 54 000
:275 kglcmz,
wp 196
Frc. 162. Solicitación del arbol del
oa:l[ oz 4 4az:y 6iF 4 +ns;: 855 kg/cm2.
- de giro de una grúa.
pifión
Este elemento tiene un servicio duro y la comparación con Ia tabla 27 ptueba que los esÍ-uerzos son muy elevados;
ert_efecto, después de un cierto_ tiempo de servicio, el árbol se ha rotoènla z6na de la chavetu y ttò ;;;i;;1ro
del apoyo donde el cálculo daba el esfuerzo más elevado. Para no cambiar el apoyo existente, ót Oiametro se na
llevado hasta 104 mm y el árbol ha sido construido en acero de 60 kg (St 60.11). Én el fondo-de la ranura se ha
previsto un redondeado de I mm de radio. De esta forma los esfuerzõs'de este árbol modificado son:
q),ot:610 kg/cmz; b),!r. 7 7p0 kglcmz. La tabla 27 ìndica los esfuerzos admisibles siguientes: a) oq :550 kg/cm2
(chaveta) y b) ot:825.t<g/cp'.
_En el caso a) los esfuerzos efectivos sobrepasan aún loõvalores aámisiblãs t;;áã;"
probablemente a la resistencia alafatiga. El diámetro se ha aumentado á 110 mm en las construcciones rígui"nt"t
para tener un margen de seguridad suficiente.
C. COJIl\ETES
En los aparatos de elevación se utilizan cojinetes lisos y cojinetes de rodamiento a bolas o rodillos
y el. tipo del aparato y, frecuentemente, se encuentran ambos cojinetes
según las condiciones locales
sobre una misma máquina. Se tiende a utilizar cojinetes de rodamientos de forma crecientã.
Los cojinetes lisos empleados corrientemente en las máquinas de elevación son más simples y
menos caros que los de rodamientos, pero su consumo de lubricante.y energía es bastantã mái
elevado, su entretenimiento exige más cuidado y su duración es también'mãs corta.
En Alemania se emplean corrientemente los cojinetes lisos para los árboles de transmisión y de
reenvío, los tambores, poleas y ruedas que giran a pequefra velocidad.
88 EIES, ARBOLES Y COJINETES
1.o en montajes de.precisión como pueden ser los cárters de los reductores'
2.o cuando lã lubricación es difícil, como sucede en las poleas de cabeza Oã Us plumas;
3.o cuando es necesario economizar Ia potencia motriz como sucede en ciertos cabrestantes ma-
nuales o en grúas de puerto de servicio intensivo;
4.o cuando se busca una seguridad absoluta de servicio o se requiere un entretenimiento poco
frecuente como sucede, por ejemplo, en ciertas gúas-puente de acerería;
5.o cuando, en tiempos de penuria de bronce, no se encuentran materiales de sustitución con la
calidad adecuada para el empleo en ciertas aplicaciones, por ejemplo, en las ruedas fuerte-
mente cargadas de grúas de gran velocidad.
1. Coiinetes lisos
a) Ejecución. Los cojinetes corrientes para los aparatos de elevación han sido normalizados por
las DIN 502 a 506. Las DIN 502 y 503 se refieren a los soportes para cojinetes con dos y cuatro
tornillos de sujeción (figs. 163 y rc$. Dado que estos soportes se montan sobre una chapa o un
perfll laminado, las reacciones laterales no solicitan a los tornillos de fijación. Si están bien ajus-
tados, estos cojinetes son capaces de soportar grandes reacciones.
Fro. 163.
-
4
Soporte de brida de dos tornillos. Frc, 164.
-Soporte
de brida de cuatro tornillos.
Frc. 165.
-
ffi l
Sin embargo el montaje de los árboles resulta difícil. Para las aplicaciones de cierta importancia,
se provee a los cojinetes de anillos de bronce. Los cojinetes sin bronces se emplean únicamente
en aplicaciones poco importantes.
Igualmente se encuentran soportes de una sola pieza (fig. 165) según la DIN 504 en aplicaciones
de menor importancia. Se utilizan generalmente cojinetes desmontables (figs. 166 y 167) según
las DIN 505 y 506 (tablas 29 y 30) que permiten un fácil montaje del árbol con los engranajes, etc.,
enchavetados al mismo.
35 Ll o
50 180 45 25 140 l2
40
45 ì
50 )
i 60 210 50 30 160 5l t
/8
I
55 ìI
70 240 55 180
60 ) I
ì 35 {
(65) I
80 270 60 2to
10 I
(
(7s) ì 70l I
I I
'ì
I
F
I
90
100
100
100
300
330 80 45 l
240
270
lL 1""
I
ì
ì 130 t'lq"
I
El uso de cojinetes montados sobre soportes de cuatro rodillos se limita a las aplicaciones que han
de soportar grandes empujes (engranajes cónicos) y a los montajes que necesitan una fijación por
cuatro tornillos (tales como los bastidores de viguetas). Las fuerzas dirigidas hacia abajo son
transmitidas directamente al bastidor, pero las que se dirigen hacia aniba y los empujes solicitan
a los tornillos de las tapas y a los tornillos de fijación. En este caso se debe comprobar la resis-
tencia de la tapa. Si la fundición no es suficiente, se deberán hacer de acero moldeado. La posi-
ción lateral de los cojinetes deberá ser asegurada por cuflas atornilladas o soldadas sobre el bas-
tidor después de haber sido perfectamente alineadas (figs. 168 y 169).
Para las piezas giratorias sobre árboles fijos, se emplean los cojinetes según las DIN 146 y 147
(tabla 31). Estos cojinetes o casquillos se montan con prensa y en los casos corrientes de materiales
metálicos, se fijan con un tornillo. Para los cubos de gran longitud, se deberán prever dos cas-
quillos, cada uno de los cuales tendrá una longitud / : 0,7 a 1,0 d (fig. 151).
90 EJES, ÁRBOLES Y COJINETES
TAsrA. 30. PeuBn coN 4 roRNrLLos (fig. 167), según la DIN 506
-
Palier Placa de asiento Tornillos
Diámetro I Interjes
del árbol
_-l
Longitud Longitud Anchura
I
L. a. b.
(75) 240 70
80
Ì 140 300 130
)
90 160 330 IN 270 80
I
100 ì 180 360 155 300 90
110
(r20) {
125 I
(130)
200 Itln'
220
ó) Materiales para cojinetes y sus propieilail€s. - La. carga admisible sobre un cojinete ljso se
ãet"t-iou nonãalmentê por ei produìto py, siendop la presión unitaria en kg/cmz: P: Pldl,.v es
ü;;b;ú"d periférica dêl árboi en m/seg. Pero este_ producto, como otras expresiones empíricas,
no es nunca un valor fijo. El proyeciistá no deberá nunca perder de vista.los puntos siguientes
que tieortt una influencía sobrè ei asiento del cojinete y sobre la pv admisible:
l. El valorp no representa una presión real, sino una presión ficticia establecida sobre la hipótesis
ã" ,rnu iepârtición uniforme soÈre la longitud.y el diámetro. No obstante, no puede asegurarse
esta repartición uniforme. La capacidad del cojinete crece con el aumento del diámetro, pero un
aumerito de la longitud supon. ìn uo-ento bastante menos importante
^de
su capacidad,.sotre
6á; ; partir de urï cierto íittrite (alrededor de 0,7 a 1,0 d). Porque su deformación es inevitable
Frc. 168.
Frc. 169.
el árbol no se apoya sobre toda la longitud del cojinete; carga más sobre los bordes dando rn pv
más favorable, a despecho de lo cual la capacidad del cojinete queda disminuida. En las máquinas
de elevación se encuentra frecuentemente que los árboles quedan ligeramente inclinados sobre los
cojinetes, ya qÌre las estructuras presentan deformaciones elásticas y la alineación nunca es perfecta.
2. El estado de la superficie de la bancada y de los cojinetes tiene una mayor influencia. Los árboles
templados y rectificados que giran en cojinetes de precisión permiten cargas más elevadas que los
soportes utilizados normalmente en las máquinas de elevación, que disponen de árboles en acero
no templado y de cojinetes simplemente torneados.
3. La lubricación tiene una importancia preponderante. La lubricación por aceite a presión per-
mite soportar grandes cargas sobre árboles de gran velocidad periférica, ya que se forma una
película de aceite continua que soporta el árbol en régimen hidrodinámico. En las máquinas de
elevación, los árboles que giran a velocidades pequefias y medianas están, generalmente, mon-
tados sobre cojinetes lubricados con grasa consistente; los árboles a gran velocidad de los reduc-
tores se montan, generalmente, sobre rodamientos. En este caso no se puede contar con la for-
mación de una película continua. El árbol y los cojinetes están parcialmente en contacto metálico
(régimen untuoso). Los materiales de los cojinetes deben ser particularmente proyectados para
este tipo de servicio, agravado por las paradas y los cambios de sentido de rotación frecuentes,
característicos de los aparatos de elevación. Los cojinetes deben poder soportar una insuficiencia
de lubricación. De otro lado, los soportes sometidos a cargas importantes deben ser engrasados
de forma regular y generosamente, estando indicada la utllización del engrase automático.
4. Frecuentemente la capacidad del soporte está limitada por el calentamiento producido por una
insuficiente evacuación del calor generado por los rozamientos. Los soportes de los aparatos de
elevación sometidos a un servicio intermitente, tabajan en mejores condiciones, en lo que se
refiere al calentamiento, que los soportes de servicio continuo, dado que aquéllos se pueden refri-
gerar durante las paradas.
La evaqtación del calor es también importante en los casos en que se empleen cojinetes no me-
tálicos, por ejemplo de materia plástica.
5. El rodaje de cojinetes alrededor de ejes fijos es más difícil que el rodaje de los cojinetes dentro
de un soporte, ya que aquéllos cargaÍ sobre toda la circunferencia y por ello deben ser dimen-
sionados más ampliamente que éstos.
Se deben repetir estas consideraciones sobre el dimensionamiento y la elección de los materiales
para los casquillos y cojinetes, porque tienen gran influencia sobre las presiones y las velocidades
admisibles. En los aparatos de elevación se emplean los siguientes materiales:
a) Bronce. Antiguamente se utilizaba exclusivamente este metal, con velocidades pequeflas que
puede admitir presiones de120kg/cm2y aún mayoresyvalores depv:20 a 30kgm/cmz.s, a con-
dición de respetar la precisión habitual de mecanizado y de montaje y no sobrepasar las longitudes
de 1,2 a 1,5 d. Para los soportes más cortos : A,7 a 1,0 d, los valores admisibles para p y pv pueden
ser aumentados en razón inversa de las longitudes. En los aparatos de elevación sometidos a un
servicio normal, los soportes trabajando en las siguientes condiciones han dado,buen resultado:
1. Soportes por anillo de aceite sobre elárbol de gran velocidad de los reductores (400 a l500rpm):
v : 2 a 3,5 m/s, p : 6 a 12 kgfcmz, pv : 20 a 30 kg/cm2.s.
2. Soportes de árboles de reenvío, con grasa consistente (hasta 300 rpm):
v:0,3 a0,9 mfs, p:10 a 50 kg/cmz, pv:20 a 30 kgm/cm2.s.
92 EJES, ÁRBOLES Y COJTNETES
J. Casquillos de ruedas:
6. Aparatos manuales (por ejemplo gatos de cremallera): p hasta 400 kg/cm2 (2).
Para-un servicio pesa.do (siempre a plena caÍga,utilización muy frecuente) los valores de pv deben
ser disminuidos en el _20 fi. Para un servicio ligero (raramente la plena caÍga, utilizacíón poco
frecuente), aquellos valores se pueden Ínayorar en un 20 %. En la prãximidad-de los límites irpr-
riores de pv se prevé bronce sin cinc ni plomo y un maquinado cúidadoso de las bancadas. Si se
usan los límites superiores, e incluso se_ sobrepasalÌ, es necesario templar el árbol y prever un
engrase regular y abundante (por ejemplo, automático a presión) y eventualmente, eriplear un
bronce especial y una grasa que conserve su consistencia a temperatura elevada.
Aiuste: Para elárbol h9,para los soportes de casquillos ,88, para los soportes de grasa E8 o C ll.
Los casquillos se m^ollan ajustados (r6) y mandrilados H7. El coeficiènte de frlcción con grasa
consistente es p :0,08 a 0,1 aproximadamente.
En los períodos de penuria se ha reemplazado el bronce por otros materiales que han dado buen
resultado a condición de haberlos aplicado correctamente y teniendo en cuentã sus propiedades.
Se utilizaron los materiales siguientes:
ô) Aleaciones a base de cínc. Estas aleacjones pueden ser con aluminio y cobre, del tipo GZn-
Al4-Cul (5), dando en general buenos resultados. En cárters, poleas y tambores, se puederi emplear
2 Tomado de Nnua,xN, vet Hutte, tomo II, 27.a ediciín alemana, pág. lg3.
3 Resistencia de 18 a 26 kglmmz, respectivamente.
4 Resistencia de 26 kg/mm2.
5 Aproximadamente 4 %,\l V I 7" Cu.
COJINETES 93
en las mismas condiciones que el bronce. Es evidente que necesitan un mecanizado y un rodaje
cuidadosos y con ellos aumentarâ la seguridad de funcionamiento. Se recomienda templar los
ejes de las rledas sometidas a fuertes reacciones. También es necesario rectificar tales ejes en los
extremos (ruedas de traslación de aparatos pesados de gran velocidad). Los ajustes y coe-
"ãsor
frcientes de rozamiento son análogos a los de bronce.
e) Materias plásticas. Se utilizan sobre todo resinas de fenol, con una carga de.desperdicios
têxtiles o con capas textiles. Se endurecen por aplicación simultánea de calor y presión. Para los
aparatos de elevación se encÌlentra bajo dos formas:
1.'Cojinetes fundidos con cargas de desperdicios textiles (Tipo ?2-A,DIN7703, para solicita-
ciones elevadas tipo T3). Los gãstos de fundición son elevados y el empleo de estos cojiletes sólo
se justifica en sopbrtes normalìzados, fabricaclos en altas series. Las tolerancias de las piezas fun-
didas son muy ámptias y es necesario mecanizar al menos las superficies de asiento.
2." Cojinetes hechos con una carga de varias capas de textiles (tipo G o F-8, DIN 7703) o con
unu de desperdicios textileó ltipo T2-8, DIN 7703). Pueden ser moldeados en forma de
tubos"ãrgu
o maquinados en la masa.
En las aplicaciones de materias plásticas se deben tener en cuenta su débil resistencia y su mala
conductitilidad térmica (6). La rèsistencia mecánica es inferior a la del bronce y se debe prever un
buen apoyo en los sopoiÍes. Dado que el módulo de elasticidad es menor, se deben ajustar con
un diámeiro mayor que los elementós metálicos, para obtener el mismo apriete. El juego del so-
porte se debe aumentãr. Los cojinetes y casquillos lubricados por grasa y montados en agujetos H 7
para recibir árboles h9 serân previstos con las tolerancias siguientes (tabla 32):
Del diámetro exterior Del diámetro del cojinete Del diámetro del cojinete
antes del montaje o del casquillo antes del o del manguito después
en prensa montaje con prensa del montaje con prensa
(mm) (mm) (mm)
Los cojinetes serán mecanizados por el interior y por el exterior con las tolerancias indicadas y
seguidamente montados a prensa. El espesor del cojinete debe ser sensiblemente constante, para
oblener el juego deseado. El apriete indicado es suficiente para impedir la rotación de los coji-
netes; no es necesaria la fijación por tornillos prisioneros. De tal forma se evita que los casquillos
y cojinetes sean solicitados por fuerzas radiales que podrían romperlos. El espesor de los cojinetes y
casquillos se elegirá según la DIN 147 (tabla 3l).
La capacidad de los cojinetes de material plástico está frecuentemente limitada por_la.dificultad
de evácuar el calor, ya que siendo aquél un aislante térmico, el calor deberá ser conducido por el
eje o por el árbol. En servicio intermitente es posible una refrigeración del soporte durante.los
tiempôs de parada y por ello pueden construirse en plástico los cojinetes para ârboles que giran
a 200/300 rpm, destinados a un servicio ligero o medio.
6 En determinados casos la mala conductibilidad electrica adquiere también su importancia. Si se guarnece los
rodillos de un puente con dollas en materia plástica, se debe prever una toma a tierra que se obtiene fácilmente
fijando un flotador al chasis, de forma que el flotador esté en contacto con los raíles.'
94 JES, ÁRBoLEs y coJrNETEs
Con bajas velocidades (ruedas, nol.eqs y- tambores) son admisibles presiones superiores
a 100 ke/cmz.
9t 4o hecho pruúas-con material ófrrt q paía_poleas,oe-cautes,
árboles- y para ruedas hasta una veloõidad. ddtraslâción de 60
p"ú;ï;^;Ë;,;;"d;;".,
canizado y de montaje q9 las de
-l"iiti.-È"las condióiones de me-
-máquinag elevación, los cojinét., puru velocidades de más de
400 a 500 rpry corren peligro de carbonización al ser ínsuficiente o fâttar la lubricación. por esta
causa y por el excesivo juego que requieren, no es aconsejable el .*pt.o
o" ú il;;;ãprârilã'."
los reductores. Las.rue{a-s d9 Ës grúâs de fiecuente traslatió" giáïìrrüaua pierãotão
v
tades en la evacuación del calor. Tãmbién hay que prohibir el emp"leòì.--airriutË,
ãincur-
partes sujetas a fuerte radiación de calor.
plá;ii;;, ão tu,
2. Eiemplo numérico
La reacción sobre las ruedas de una grúa giratona d.e para la posición más desfavorable de la pluma (fi-
9:
gura 170)' velocidad de traslación, 80 m/mìn. velocidad- ?e T^ pãi" r"i:" o" Trc *Ão y una rueda de 200 mà,
ç19"ìãi
1-ffg:0,21mls.Elcálculodaunapresiónp: ffi:;Lr"-ryunvalorpr:74.0,2t:15,5kgm/cm2.s.
Estas cifras son admisibles para anillos de bronce. No obstante en la puesta
en servicio se ha comprobado calenta-
mientos anormales, debidos a que frecuentemente ta e$31riõiu-ìiuoa". d;.pl;;i;;JJ
y a que el mecanizado no había sido suficientemente cuidado. Miõntras sou.e una vía perattada
tres ruedas estaban en buenas condiciones,
la cuarta hubo de ser cambiada debido al desgast^e a" lór óõ;i""1;;.--8" tal ocasiónieiõnstato
que el eje sólo había
cargado sobre la superficie tayada de- la figurJl70. Esta rupóú"ì" r" componía
de dos partes:
casi total longitud del eje en el caso de unã reacción t"iãtinã*""t" tri;íãqãì"tpr"ãJaãïàbre una cargada sobre la
a la deformación de aquét bajo reacciones fuertes. Seguidamenii r; fu; los extremos, debido
*güqáà i;,t
mecanizándolos cuidadosamente y templando.y rectì-ficanãoii-"Jã, remediándos" "q-i"èt", de 160 a tto mmÕ,
pesar de que la presión aumentó a rOg-kg/cm2-y el varoi úÀ-i*àrruenientes anteriores, a
i;: ú; tgmlómtï-
Superficie total
desgastada sobrc et contacto bajo Superficie de
eje abatido a g0" u,nacalga contacto baio Frc. 170. Desgaste
Pequena una carga elevada. del eje de- una rueda.
zot
2. Rodamientos
a) fipos' Al elegir un rodamiento entre los numerosos tipos existentes, hay que considerar
puntos siguientes: los
p) Rodamientos a rótulq, de dos hileras de bolas. Tienen una capacidad de caÍga menor que los
rodamientos rígidos, sobre todo en 1o que concierne a los empujes, pero permiten una cierta incli-
nación del árbol en relación con el soporte. Estos rodamientos se emplean preferentemente con
manguitos de apriete sobre los árboles, 1o que permite correrlos a lo largo del árbol liso.
y) Rodamìentos a rótula con dos híleras de rodillos. Son los de capacidad mayor y permiten tam-
bién pequeflas inclinaciones, absorbiendo empujes axiales. Se les emplea clonde existe fuerte
reacción, en cárters, poleas y ruedas.
ò) Rodamientos axíales. Sólo pueden soportar esfuerzos axiales en un sentido o en los dos. Se
los encuentra sobre todo en los ganchos de suspensión y en los reductores de tornillo sin fin.
ó) Montaje. Las figuras 37,242-244, 300, 301, 303, 307 y 308 son ejemplos de montajes de roda-
mientos en los aparatos de elevación. Los siguientes puntos merecen una consideración especial:
1. Para mantener el árbol en sentido axial, uno de los rodamientos es fijo, es decir, que la jaula
interior y la jaula exterior están bloqueadas. Todos los otros soportes del mismo árbol se montan
con juego lateral, evitándose así los acufiamientos. Se puede también bloquear un soporte en un
sentido y el segmento en otro, dejando algunas décimas de juego, pero limitadas al juego corres-
pondiente al montaje.
2. Las tolerancias de los árboles y de los alojamientos deben ser elegidas con cuidado y respetadas
rigurosamente. Se distinguen dos casos: <jaula interior giratoria en relación con la carga> y
<jaula interior fija en relación con la caÍga.>>. En el primer caso el árbol giray la dirección de la
carga queda constante (por ejemplo un árbol dentro de un cárter). En el segundo caso, la jaula
exterior gira en relación con la dirección de Ia carga (por ejemplo rueda sobre eje fijo). Se reco-
miendan los siguientes ajustes:
Arbolamiento: H7.
<Jaula interior fija respecto a la dirección de la catga>>:
3. En el caso de <jaula interior giratoria>>, se bloquean las jaulas interiores por medio dearan-
delas, de < circlips >> o de tuercas, los rodamientos del centro del árbol se fijan mediante man-
guitos (figs. 154 y 156). El radio de acuerdo de la manqueta del árbol debe ser menor que el re-
dondeo del rodamiento (7). Los manguitos según las figuras 153 y 156 son preferibles, porque per-
miten radios de acuerdos mayores para las gargantas. La jatla interior debe, de todas formas,
poder deslizarse con suavidad para facilitar el desmontaje. Por la misma razón las arandelas y
manguitos deben poder pasar suavemente los escalonamientos.
c) Dimensionado. Se eligen los rodamientos según la duración que se quiera obtener, siguiendo
las indicaciones contenidas en la DIN 622 y los catálogos de los fabricantes de rodamientos, que
dan todas las informaciones necesarias. No obstante hay que tener en cuenta los puntos siguientes:
1. Para compensar las sobrecargas y los choques, la carga nominal en el sentido axial y radial
debe ser mayorada por un factor I según la tabla 33. - -
2. Para un servicio normal, es suficiente una duración de 5000 horas, correspondiente a 8 aflos
(300 días por aõo, 8 horas por día y factor de marcha de25 l).Para un servicio duro (frecuentes
plenas cargas, sobrecargas dinámicas de arranque, gran factor de marcha), una duración de 8
a 10 000 horas es la más apropiada. Para un servicio ligero (raramente plena carga, pequeffo factor
de marcha) son suficientes 3000 horas.
T,q,srA. 33.
-. CorrrcrrNrns DE MAyonecróN I rar.n Los RoDAMTENTos DE LAS ApARATos
DE ELEVACION
Velocidad periférica
del engranaje Coeficiente de mayoracióa
Elementos
o de la rueda f"
(m/s)
1 1.27
Reacción del diente
3 1,4
(dientes tallàdos
5 lo5
a máquina) 8 1,6
\
( 1 1,3
Reacción de la rueda { 2 1,6
3 1,8
\
3. Se debe distinguir entre (jauia interior giratoria> y <jaula interior fija>.En este segundo
caso se debe aplicar otro factor x de mayoración: x : I para los rodamientos de dos hileras de
rodillos a rótula, x : 1,4 para todos los otros tipos, salvo los rodamientos de una hilera de bolas
de contacto oblicuo y los rodamientos a rodillos cónicos.
ó) Ranuras de engrase. La parte portante del cojinete no debe tener ranuras de engrase, con
objeto de no interrumpir la película lubricante. Hay que hacer una excepción con los soportes
con pequef,o movimiento oscilante que necesitan ser alimentados por el lubricante en la zona de
contacto.
Los casquillos giratorios sobre eje fijo son engrasados a través de un taladro practicado en el eje.
COJINETES 97
Las ranuras se deben encontrar en el plano de la fibra neutra y estarán bien redondeadas cuando
-os casquillos estén muy próximos, como aparecen en la figura 151, se fresa la ranura sobre toda
.r longitud del eje y el espacio entre los casquillos se :utiliza como depósito de grasa.
Le figura 171 muestra la disposición apropiada de las ranuras en el caso de dos cojinetes.
Fto. 172.
Engrasador Stauflfer.
WffiW
Ftc. 173. Frc. 174.
Frcs. 173 a 175.-Engrasadores Tecalemit.
Frc. 175.
Frc. 176.
Flc. 176--Engrasador automático Helios (Helios-Apparate Wetzel & Schlosshauor, Heidelberg).
..'.tìepósito; b, pala rotativa; c, tamiz; d, cuerpo de bomba; e, racor paratubo;1, pistón; g, empujador; á, disco de levas;
:. :istema de rueda libre; k, anillo concéntrico; l, árbol de accionamiento; la, manr'vela n,palanca de accionamiento con
varios agujeros para la fijación de la biela de accionamiento. o, tornillo de reglaje del caudal.
7. Her.r-lluT EnNsr.
98 EJES, ÁRBOLES Y COJINETES
El engrase a mano no es ventajoso por cuanto es intermitente. En los intervalos entre los engrases
no se dispone, para asegurar la lubricación, más que de la grasa que se encuentra dentro del so-
porte; inmediatamente después del engrase hay un exceso de grasa en el soporte y más tarde la
cantidad de grasa puede ser excesivamente pequefla. Para que los soportes estén bien mantenidos,
el consumo de grasa es elevado; si el engrase es menos frecuente, se puede originar una usura
elevada del cojinete. Por estas razones se extienden cada vez más los sistemas de engrase auto-
mático que se justifican sobre todo en las máquinas que han de garantizar un servicio duro.
Estos engrasadores son accionados por el cabrestante o por la traslación, y alimentan, a presión
elevada, todos los soportes que tienen árboles o movimientos. El caudal se puede regular indivi-
dualmente según las necesidacles de los diversos soportes.
Un engrasador central está representado en la figura 176. Una pala rotativa b extae la grasa que se encuentra en el
depósito y la envía a travós de un tamiz c a las bombas d que están en la periferia del engrasador. Alguna de estas
bombas (24 a 40 según la importancia de la máquina a engrasar) alimenta un soporte a través de un tubo que se
fija sobre el manguito o racor e. Es necesario que la tubería de aspiración de estas bombas sea muy corta y el.espacio
muerto muy reducido, pues en caso contrario, la bomba no podrá nunca aspirar una grasa de alta consistencia.
En la construcción presentada, se han previsto pistones opuestos que cumplen al mismo tiempo las funciones de
distribuidores. Una çama h manda a los pistones / por medio de empujadores g. Está accionada por una jaula con-
céntrica por medio de trinquetes y por una manivela m, poÍ la que el árbol de mando imprime a esta jaula un mo-
vimiento de vaivén. El engrasador puede ser acoplado al mecanismo que se desea, bien sea por un movimiento
oscilante de la palanca de mando n (que admite hasta 300 carreras/m, con un ángulo batido de 20 a 60') o por un
movimiento rotãtivo comunicado al árbol / por una rueda de cadena o una correa (velocidad admisible, 80 a 100 rpm).
El sentido de rotaçión es indiferente. El caudal de cada bomba puede ser reglado por el tornillo y debe adaptarse a
las necesidades de cada soporte. El caudal máximo por bomba es 2 g/min; capacidad del depósito,12 a 40 kg
según el tipo de engrasador.
Cuanclo los puntos a engrasar están muy alejados del engrasador (pórticos de carga) sería necesario un gran número
de tubos muy largos. En este caso el procedimiento siguiente de la casa Hplros puede ser interesante: Una bomba
central aspira la grasa de un sistema de tuberías y la impulsa a otro; los dos tubos están montados juntos, de ma-
nera que se dispone siempre de grasa a alta y baja presión. Cerca de los soportes se disponen los distribuidores que
depenãen de la grasa a alta presión para la energía de funcionamiento; los pistones de los distribuidores están man-
daãos por impulìiones de la línea de alta presión. El consumo de los distribuidores es regulable limitando la carcera
de los pistones.
VI. FREI\OS
l. Frenos de descenso' que han de absorbe-r la eneryla potencial de la carga y permiten regular
la velocidad del descenso (frecuentemente llamados frenos mecánicos).
2. Frenos de traslación, que deben absorber la energía cinética del carro, puente, etc. y frenar su
movimiento hasta la. parada. Por << traslación > enténdemos todos los movimientos hórizontales,
como: clirección, orientación, giro.
]. lren9s de parada o_enclavamiento, que deben ser capaces de mantener la carga suspendida al
final del movimiento de elevación o clescenso. Normahiente los frenos de parada deben también
absorber- una parte de la energia cinética de la c-arga y d-el cabrestante y o'ou parte
de ta energia
potencial correspondiente al desplazamiento de freãadb. No obstante, eitas enèrgías
,or, ,ror-ãl-
mente muy inferiores a las que aparecen en los frenados de traslación. por otra pãrte se
llega tam-
bién a que un freno de traslación debe hacer también oficio de freno de encláva-i."to,
tiene que inmovilizar una grúa o un pórtico contra un viento lateral. ï1.q".
Según la forma en que tiene lugar la transformación de la energía, se distingue el frenado
eléctrico
1' el frenado por rozamiento. El primero será estudiado en et õapitulo XI "( Equípo eléctrico ai Us
aparatos de elevación). Aqui se tratará de los frenos a fricción qìe transformân'la
.n..gà uUrãr-
bida en calor.
El modo de mando puede.sgï mgy variado. El gruista puede accionar el freno por pedales o pa-
lanca de mano. La transmisión de la fierza pueãe hace?se por bielas, cables o presiôn
hidráulàa.
En la mayor parte de los casos, no obstante, el mando de los freno, ,. hu.. por motores
hidráulicos
o eléctricos como por ejemplo los electrofrenos, los motores y los gatos electrohidráulicos.
Según la forma de realízación se distingue:
A. Frenos de zt9atas. B. Frenos de banda. C. Frenos cónicos, de uno o varios discos. D. Frenos
especiales. E. Trinquetes.
A. FRENOS DB ZAPATAS
l. Disposición general
El freno
/, ylo zapqía, consiste en una_palanca provista de una zapata que se aplica contra un
tambor de diámetro D. En la figura 177 se encüentran las designácionei siguierites:
La palanca de freno está solicitada por tres fuerzas, la fuerza K,la presión P y la fuerza de roza-
miento Pp: U.
Si se considera el equilibrio de estas fuerzas en torno al punto de articulación, se puede calcular
7a fuerza K:
(2)
r. Pb { Ppc U(b -7 pc)
apa
La ecuación (2) es valedera para el sentido de rotación indicado por la flecha ó,e trazo lleno. Como
la polea de freno gira en sentido inverso (flecha punteada), la dirección de la fuerza de fricción P1z
la zapata, actuaba en el mismo sentido y creaba un momento Pp,c que tiende a apretar el freno
todavía más. Para la rotación en sentido opuesto, la ecuación (2) se escribe como sigue:
Se eligen las dimensiones de forma qne b S p,c,la fuerza K < 0, es decir, que el freno se aprieta
sólo para este sentido de rotación.
Si se desea el mismo esfuerzo de frenado en los dos sentidos del movimiento se debe curvar la
palanca del freno como indica la figura 178, de suerte que el punto de articulación se encuentre
en la proyección de la fierza U : Pp, siendo el brazo de palanca c :0. En este caso
(4) u ,
l\--
Pb Ub
aua
igual en los dos sentidos de rotación.
Los frenos de una sola zapata sólo se aplican a pares reìativamente pequeflos, porque la fuerza K
solicita al árbol a flexión. Esta solicitación se encuentra fuertemente reducida en los frenos de dos
zapatas y ciertas formas de construcción la evitan completamente. En consecuencia el freno de
dos zapatas constituye el tipo más usado en los aparatos de elevación.
La figura 179 representa el esquema de un freno de dos zapatas. IJn resorte tiende a aproximar
las dos palancas contra la polea. Para afl,ojar el freno se utiliza un electroimán que eleva la pa-
FRENOS DE ZAPATAS 101
-:.Jr 11 que actúa sobre la biela V y sobre la palanca acodada W y separa por medio de la biela S
.-. Jt'rS palancas contra la acción del resorte. Si el electroimán se desconecta, el peso propio de la
- :.r I'. de la palanca H y del núcleo del electroimán, actúan en sentido del apriete del freno.
- -: iuerza P sobre las zapatas resulta, por consiguiente: 1.'del resorte; 2." del peso propio de la
: :rrìnería y del núcleo. Con los símbolos de la figura I79, encontraremos para esta fuerza el valor
- ::iiente:
:r Pr:Pz:Fl+r++,
..:ndo F la fuerza del resorte y V la tracción en la biela Z resultante de los pesos propios.
:-:s luerzas sobre las dos zapatas son iguales si las articulaciones superiores e inferiores de las
:-:lancas del freno se encuentran en línea con la fuerua de frenado Ppt. Cuando las articulaciones
:teriores se encuentran fuera de esta linea,las fuerzas de frenado ejercen un mornento de frenado
."1're la palanca derecha y un momento de desfrenado sobre la palanca izquierda (para el sentido
-r' rotación indicado por la flecha). Si las articulaciones superiores no son perpendiculares a las
..:trculaciones inferiores,- la fuerza transmitida por la biela V no se reparte igualmente sobre las
-:os palancas porque la componente vertical de la fuerza,S ejerce por un lado un momento de
::enado y por el otro un momento de desfrenado.
r,rc. rõu.
Frc. 180. Frc. lgl.
Ftc. 180.-Freno de dos zapatas articulaclas (esquema), ejerciéndose el mismo efecto de frenadb en los dos sentidos
FIc' 181.-Disposición de la articulación de la palanca de freno para obtener una buena separación de Ia zapaÍa
Para los frenos de una cierta importancia, es preferible la disposición con zapatas articuladas,
según la figura 180. Esta construcción es menos sensible a los efectos de montaje, ya que las zapatas
articuladas se aplican bien contra la polea, aunque la misma se encuentre desfasaãa respecto al
.1e del freno. La resultante R de las fuerzas P y Pp que actúan sobre la zapata articulaãa, pasa
por el punto de articulación y la componente vertical Pp, pasa también por el punto de articulaôión.
Por ello las articulaciones inferiores y superiores se encuentran también sobre las mismas verticales
que pasan por la articulación de la zapata. Puede darse el caso de verse obligado desplazar los
puntos de articulación inferiores. Por ejemplo, si la consideración de la presión específ,ca obliga
al proyectista a aumentar las zapatas de forma anormal, puede ser neceúrio coloCar la afiistla-
ción en el punto b para obtener un despegue satisfactorio. El punto c se desplaza sobre una tan-
gente a la polea, por lo que si la palanca girase sobre a, el despegue sería insuficiente.
a) Frenos de descenso. La polea evacúa el calor absorbido por radiación y por convección.
Sobre la llanta de superficie ,S* (interlor y exterior) esta velocidad es poco más o
menos igual a
larrelocidad periféricu ro,: nDnf60 D,-enmetros y nenrpm. Sobre iôs laterales de iu-poíá,
tu
velocidad decrece con el radio. Para el cálculo só puede descomponãi iur superÍìcies
laterales
,S1, ü, Ss, €tc. y asignarles una velocidad media r1e r2t vs, etc.
El calor total evacuado por convección forzad.a en una hora es como sigue
I La superficie interior de la llanta no entra en cuelta para_compensar el hecho de que la radiación de. esta super-
aquella de las otras superficies qróoã pãt"úd;;" entorpecida por la pt;;i,"ia;d à";Ë
fl"j:rlji]oién
mecanlcas. f,ì"ru,
FRENOS DE ZAPATAS 103
Con:
Para esta evaluación es indispensable conocer las condiciones del servicio. En defecto de ello, se
of
puede partir de la potencia del motor de elevación l[ en CV. Si la carga media en descens o es x
de la carga nominal, se obtiene la potencia media de descenso
F' d: M' :
(12) Wtot: Nrfx':ooo 2 :L
427
3r6MfF. d. M. x (kcal/h).
Esta ecuación es también valedera aunque las velocidades de elevación y de descenso no sean
iguales, porque el trabajo es el mismo.
Al comparar las ecuaciones (9) y (12), se puede verificar el calentamiento de la polea de freno.
Para la temperatura ambiente t, se puede suponer un máximo de 35' en climas normales. La tem-
peratura límite trdela guarnición depende de la calidad de la misma. Para el ferodo de fibra, 180' C;
para el ferodo-amianto con o sin hilos metálicos, 250-300' C. No obstante, se recomienda dejar
un cierto margen en el cálculo, en consideración a puntas de recalentamiento durante el descenso(z).
La duración de la polea y de la guarnición es tanto mayor cuanto menor es la temperatura. Es
conveniente proveer a las poleas de aletas de refrigeración. Los frenos empleados en servicio pe-
sado no deben ser montados sobre los acoplamientos elásticos que tengan elementos de cuero o
de caucho porque se pueden deteriorar bajo la influencia del calor.
La tabla 34 da indicaciones para el dimensionado de los frenos de descenso. Ha sido establecida
para una catga relativa del 50 \ dela plena carga, con un EDrdel cabrestante:0,25; rendimiento
mecánico T : 0,85 y tr: 100" C. Para un rendimiento inferior a 0,85 las potencias pueden ser
mayoradas po, ( , I En el caso de cargas relativas diferentes, las potencias varían en relación
inversa a las cargas.
2 Los frenos de descenso de los puentes-grúa de acerería que bajan grandes cargas a grandes velocidades tienen
el peligro de acumular calor en la llanta de la polea y por eso ésta debe ser dimensionada para poder absorber la
energía de un solo descenso. El intervalo entre dos maniobras será normalmente bastante grande para permitir una
completa refrigeración. Según NrnNl,q.NN la máxima potencia de frenado admisible durante un tiempo muy corto
es de 10 CV/dm2 de superficie de fricción de la llanta.
104 FRENOS
Tesr,e 34. DuvrqNstoNES DE LAS POLEAS DE LOS FRENOS DE DESCENSO EN FUNCIóN DE LA POTENCIA
- DE LOS MOTORES DE ELEVACIóN (poleas sobre el árbol-motor)
l. los frenos de traslación propiamente dicha, que frenan el carro o la grúa desde la plena velo-
cidad a la parada;
2. los frenos cuya acción va precedida de un frenado eléctrico. Estos frenos absorben zó1o una
pequefla parte dó la energia cinética y sirven sobre todo para inmoyilizar la máquina. Se les dimen-
siona como los frenos de parada (ver página siguiente).
El calentamiento de los frenos de traslación debe comprobarse de manera anâloga al de los frenos
de descenso. Para z frenados por hora, se debe evacuar la energía
lU Y'
w"+ ,1 # (kcal/h),
(t 3) Wbt: zl-
ol
o )
Lô
con
c) Frenos de parada. La energia absorbida y evacuada por un freno ^de parada_puede ser calcu-
láda como se ha hecho con 1ú frenos estudiados anteriormente, en función del número de fre-
nados, del PDz y de la caffeÍa de frenado. Se debe tener en cuenta, si existe, el frenado eléctrico
previo.
FRENOS DE ZAPATAS 105
Taerl 35. __ DrurNsroNES DE LAS poLEAS DE Los FRENos DE TRASLAcIóN eN ruNctóN DE LA poTENCIA
DE Los MoroRES pau 80 r 100 FRENADos poR HoRA (q : 80 \) (polea de freno sobre el árbol-motor)
-_À__
n : 570 r.p.m. n :730 r.p.m., n = 960 r.p.m.,
velocidad de traslación en m/mi velocidad de traslación en m/m ad de traslación en m/min
Diámetro Anchura
(mm) (mm)
r20 180 r20 180 90 120 180
18 13 9 20 15 10 22 77
29 23 15 33 26 t7 JI 29
50 40 27 56 45 30 65 52
80
130
2lo
65
110
180
45
80
Í38
90
150
250
73
125
2lo
50
90
160
'g i
Dado que las condiciones de trabajo de los frenos de parada, varían menos que las de otros frenos,
normalmente es suficiente determinar la polea de freno según valores empíricos. Para los frenos de
parada con guarnición de ferodo de fibras, se tiene generalmente el valor
con
po la presión específica de las zapatas, calculada en función del par nominal del motor. Si óo designa
la longitud y lola anchura de una zapata, M elpar nominal del motor y uel coefrciente deroza-
miento, se calcula
-
M.2 (kg/cm2),
Po: Drl 2bolo
Se tomará el límite superior para un servicio ligero y de poca intensidad, mientras que no se pasare
en ningún caso de por : 12 en el caso de un servicio pesado. La velocidad de la polea tiene una
cierta influencia debido a la ventilación. Para una polea qÌIe gira a 1000 rpm se puede admitir
xfi pov superior al de una polea que sólo gire a 600 rpm. La existencia de un freno eléctrico previo
permite también elegir valores pov mâs elevados.
La tabla 36 da indicaciones para la elección de una polea de freno de parada de servicio normal
(número de ciclos medio, rendimiento 80 fl, sin frenado eléctrico). Las potencias pueden ser ma-
yoradas en 20 \ aproximadamente para los cabrestantes provistos de frenado eléctrico e incluso
un 12 ft mâs si se trata de un servicio ligero. Para servicio pesado (gran número de ciclos, siempre
a plena carga), se impone una disminución de 20 \.
d) Cálculo de la duración. Según NuuaNN se puede calcular aproximadamente la duración de
la guarnición del freno según la fórmula
Z: Q
qA
3 Normalmente se da pu : 15 a 30, calculado sobre la base del par de frenos (véase iambién pág. 00) el que, según
la seguridad adoptada, es un múltiplo del par motor. También se recibe una falsa impresión del trabajo del freno;
por Io que se recomienda basarse sobre el par motor adoptando los valores pz indicados en el texto.
106 FRENOS
(Rendimiento 80 f, nímero medio de ciclos, siempre a plena cal3!,- descenso en frenado hiper-
,iá"rono sin retardo eléctrico). (Poleas sobre el árbol'motor)
Potencia del motor de elevación
Polea de freno enCV.anr.P.m.
^_=.--
Diámetro Anchura
(mm)
n: 570 n:730
(mm)
160 50 9 10 11
200 65 13 15 t6
250 80 19 2l 24
320 100 31 35 40
400 t25 52 59 67
500 160 85 96 t:
630 200 135 156
800 250 220 260
con
Z, eI nímero de frenados;
Q, el volumen del desgaste de la guarnición en cm3;
Q, el desgaste relativo en cm3 por CV/hora;
A, el trabajo de un frenado individual en CV/hora'
El coeficiente q puede ser ^/ 0,2 cmsfCY-h para el rozamiento en seco de una guarnición de
buena
calidad sobre llanta de acero.
(14) F:P+_ri
Dado que el freno debe recargarlacatga con una cierta seguridad,-el-par de frenado
Mo debe ser
,"p.ri"ï ut pu,. d. tu-"urgu. 3i aesigní-o, con M el par nominal del motor necesario según el
.ái.,rto, poi el rendimienïo mecániõo, se calcula el par de frenado necesario por:
(l 5) Mp:uMr12 (kgcm).
para los
El coeficiente de segur rdad ttpuede elegirse entre2y 3 paralos frenos de parada, 0,5 a 1,5 (a)
ser sufi-
frenos de traslacióí. Si értor deben búquear el pórtiôo contra el viento, su potencia debe
ciente para bloquear las ruedas y .r, .it. caso sólo deben funcionar después de la paruda total
del apãrato para evitar un choque brutal.
P.rrtiendo del momento de frenado, se calcula la fuerua normal sobre las dos zapatas:
i la presión específica:
P
r l7) p: 6Ã (kg/cm2)
;t Ferodo enfibra. F -- 0,4 a 0,6, valor para el çálculo 0,45. Dado su elevado coeficiente está indicado para los
:'rcnos de parada que deben actuar sobre un pequeflo espacio y asegurar la carga. La presión específica admisible
-icga a 3 kg/cm2; se debe asegurar al menos una presión de 0,5 kg/cmz, porque el çoeficiente de fricción disminuye
fLrr debajo de este valor.
rt Ferodo-amianto. Con o sin armadura metâlica, y, :0,3 a 0,35; valor para el cálculo, 1t, :0,3. Esta guarnición
cstá indìcada para frenos de acción progresiva con largas carreras de frenado. La presión específica máxima es:
.r : 6 kg/cm2; mínimo: p :0,5 kg/cmz.
En el momento en que conozcamos MF yp, se puedecalcular la tensión inicial del resorte. Se debe
notar que el resorte debe asegurar por completo el despegue de las zapatas y debemos esforzarnos
c-n disminuir el aumento de esfuerzo por elección de un resorte de característica poco inclinada
(gran número de espiras) porque la amplitud de las variaciones de los esfuerzos determina la dura-
ción del resorte. Si esta amplitud es pequefia, se puede admitir un esfuerzo de cizallamiento má-
rimo de 4000 kg/cm2 (freno abierto) sin riesgo de rotura. Sólo se emplearán resortes a compresión
para evitar que la catga caiga en caso de rotura del resorte.
Los electroimanes se dimensionan según el trabajo necesario para afl.ojar el freno. Siendo ,1, el aflo-
jamiento de las zapatas en cm, qoelrendimiento de la timonería, se calcula el trabajo de apertura
de un freno de dos zapatas por la fórmula:
2P^
(t8) Au (cmkg)
7lo
o también
(le) ,: To:0,9i Ao:2,2 (cm/kg).
#, Wz
El aflojamiento 2 debe ser suficiente. Se puede elegir tanto menor cuanto 1o permita la precisión
del montaje. Los juegos de las articulaciones tienen una notable influencia sobre el despegue nece-
sario. Para los frenos de aparatos de elevación de construcción normal, se elegirán los espacios
de despegue que se indican en la tabla 37.
T,c.nrÁ. 37
trario no se efectúa eldescenso del mismo con suficiente rapidez (ver pâ9. 263). Estas
considera-
ciones determinan las relaciones entre las palancas, las zapatas y los electroimanes
(ver ejemplo
numérico de la pâg. ll7).
1' el freno, incluido el electroimán, debe formar un conjunto que se rnonte sobre el
bastidor ge-
neral' Siempre que sea posible la construcción en ,..L, ," fãçllitarâ su montaje.
malizado deberá poderse adaptar fácilmente a las divet; ;plì;.ionËr,
El freno nor-
considerando que;
2' su altura y su volumen deberán ser reducidos para permitir su empleo en las construcciones
recogidas;
3' las relaciones de las palancas deben ser variables a fin de adaptar el freno a las condiciones
que se encuentran normalmente;
4' finalmente, el freno debe ser fácilmente adhesible, sobre todo sus tornillos de regulación para
compensación del desgaste, así como la regulación del despegue O.-iur
,"patas."El ,...un,úio
de las guarniciones debe ser fácil. El resto oõ los elementos o.uã r.,
u*p1iu-.nte dimensionado
por tratarse de un dispositivo de seguridad. Las articulaciones deben
ser ràsistent.r ui ã*rg^i.
hl
b_
e-
:/
rg
un electroimán de freno, estos tornillos no deben estorbar la succión completa del núcleo, de lo
contrario se quemaría el mismo. La tensión inicial del resorte de compresión ,É' se regula por una
tuerca situada sobre la biela roscada h. El electroimán del freno acciona la palanca / por medio
de una biela k y su esfuerzo es transmitido por la biela my lapalurca acodada n alabana o que
separa las dos palancas del freno. Con el desgaste creciente de la guarnición, la palanca / des-
ciende cada vez más en su posición de cierre. Cuando alcanza el límite del curso del electroimán
es necesario hacer una nueva regulación. A este fin se puede acortar el tensor de la barra o. Las
contratuercas q y r bloquean el tensor, la contratuerca r estâ provista de un pequeflo tubo para
mejorar su accesibilidad. Una serie de agujeros en la palanca I y en la biela acodada n permite
inclinar labarram deunlado o del otro, variando la relación de la timonería entre los límites -L 40 7.
Un freno normalizado se puede emplear pafa uÍa cierta gama de potencia. En el caso más des-
favorable los esfuerzos unitarios no deben sobrepasar los siguientes valores: flexión,800 kg/cm2;
presión en las articulaciones,40 a 50 kg/cm2; compresión de los ejes fijos, 100 a 150 kgfcmz.
La fi,gtra 183 muestra vna zapata con la fijación de la guarnición de ferod.o. Esta guarnición es
suministrada en bandas o en elementos moldeados. Las bandas se adaptan bien a los radios gran-
des; para los pequeflos radios se las debe ajustar en caliente (máximo 90 a 100" C).La guarnición
se fija mediante tornillos cuyas cabezas deben estar embutidas para no daflar la polea del freno.
Se evitan fisuras de la guarnición empleando en la misma agujeros con un diámetro 10 f inferior
al de los tornillos, embutiéndolos un 30 l( del espesor de la guarnición. Se emplean tornillos en
aluminio de cabeza embutida o tornillos huecos en aceÍo dulce y de cabeza plana (DIN 74268)
(figura 184). El diámetro de los tornillos es de 5 mm para los frenos pequeflos, de 8 a 10 mm para
los grandes; el paso es de 8 a 10 veces el diámetro. Las extremidades de la guarnición serán acha-
flanadas para evitar su arranque.
Otro sistema de fljación consiste en la retención de la guarnición de ferodo por fricción. A este
efecto se estría (fig. 185) (5) la superficie de la zapata para obtener una fricción superior a la que
existiría normalmente entre la polea y su guarnición. Los tornillos situados en las extremidades
de la guarnición de ferodo sirven sólo para retenerla cuando el freno está aflojado. Esta dispo-
sición permite cambiar la guarnición rápidamente.
El freno normalizado de la figura 182 es, en principio, un freno de parada. Mediante modificaciones
insignificantes, se adapta a las más diversas condiciones, es decir, alfrenado de traslación en dos
tiempos(u) (fig. 186). Sobrelos aparatos que trabajanen elexterior este freno asumeuna doblefun-
ción: Primer tiempo, la detención progresiva del aparato, sin choques, hasta la parada; segundo
tiempo, la inmovilización de la máquina contra los golpes de viento por un frenado hasta el límite
de la adherencia. Por consiguiente, el freno ejerce primeramente un pequeflo par de frenado que
se refuerza después de un cierto tiempo. Con este oU3eto se dispone en êl punto de articula cjon
Z
un cierto juggo I entre labana de tensión oylapaÍanca del freno (ng. f^SO). Cuando se corta la
corriente dispositivo electrohidráulico i (Eldro, Hydrel) que està reguláao para un desc.nso
-del se aprieta
19n!9' el freno bajo la sola influencia del resórte f'(pequeflo pa"r). Siguiendo el descenso
el dispositivo absorbe el juego I después de un cierto tiempõ rufi"i.trf. puru"fr"our la grúa ó el
aparato de elevación. En este momento el contrapeso a montado sobre li, palanca * en ac-
9i9" v el aparato se encuentra inmovilizado bajô la acción simultánea dú muelle "níru
antagonista y
del contrapeso. La elevación del dispositivo eleitrohidráulico se hace a velocidaO mu/supeilor
que Ia cle su descenso. De esta forma el freno se libera inmediatamente de 1a accion del óontiapeso
y del resorte.
Frc. 185.
Frc. 184.
Frc. 184. Fijación de la
guarnición de- freno con rema-
ches de aluminio o remaches
embutidos de acero dulce.
++ Hos., Duisburg).
Frc. 187. Freno americano, modelo normalizado, el electroimán actúa de arriba abajo (Harnischfeger, Milwaukee).
-
Frc. 188. Freno normalizado según la figura 187, equipado con un gato electrohidráulico que empuja hacia arriba
- (Harmischfeger, Milwaukee).
Flc. 189. Motor para grúas, constituyendo un bloque con el lreno (Harnischfeger, Milwaukee).
-
sobre la palanca C paru empujar la zapata por medio de la armadura D. Cuando la bobina se pone
bajo tensión tira dp la armadura D hasta el tope -I, quedando bloqueada la armadura y la palanca C
y despegando Ia zapata opuesta. Todos los tornillos de reglaje son perfectamente accesibles, sobre
todo si la polea se monta sobre el extremo opuesto del árbol motor. Las palancas y el bastidor
de este freno se realizan en acero moldeado. Los frenos de Harnischfeger (figs. 187 a 189) tienen
también bastidores de acero moldeado.
Normalmente los frenos son apretados por un contrapeso o un resorte, efectuándose el aflojamiento
por un electroimán de freno o un dispositivo electrohidráulico. Cuando lacabina está fija en rela-
ción con el freno o muy alejada del mismo, es interesante disponer un servomando <lel freno de
traslación que se acciona por pedal o por palanca y que permite variar el efecto del frenado según
kIu
\--;-.
,/t / \,.-
cÁ--'\ -
q
las necesidades. Frecuentemente un freno de este tipo es apretado por el gruísta y aflojado por
un resorte de tracción. Otras veces la transmisión dela fuerza se hace únicamente por una timonería.
Cuando las distancias a cubrir son importantes, las timonerías son pesadas y determinan pérdidas
por rozamiento demasiado grandes para poder variar a voluntad el esfuerzo de frenado. Estas
timonerías deben ser disefladas para cada aplicación y ocasionan gastos adicionales de estudio
y de montaje. Por estas razones las tendencias modernas se dirigen hacia la transmisión hidráulica,
empleada desde hace largo tiempo en automoción. La flgura 191 muestra la disposición de las
piezas. Los elementos son fabricados en grandes series parael automóvil y de esta manera resultan
más baratos que las timonerías.
La transmisión hiclráulica se compone de tres elementos principales: el cilindro maestro ct con
pedal o palanca, el cilindro de freno d y el depósito c. El pistón d del cilindro maestro se desplaza
por la acción del pedal y empuja el líquido a través de la válvula e conduciéndolo a b que es pro-
piamente un cilindro de freno. Cuando cesa la acción sobre el pedal el líquido es conducido a
FRENOS DE ZAPATAS 113
través de la válvula f al cilindro maestro, bajo la acción de un resorte de tracción que despega
las zapatas. Cuando está en el punto muerto el pistón d hbera un orificio g que comunica con el
depósito c que suministra el líquido necesario para reemplazar las eventuales fugas. Este depó-
sito se encuentra elevado. El pistón d estã provisto de un anillo de estanqueidad h que le separa
de la cámara i y ésta se rellena con líquido sin presión. Unos manguitos de goma en forma de
acordeón / protegen los dos cilindros contra la penetración de cuerpos extraflos. Los tubos que
unen los cilindros y el depósito son de un diámetro muy pequefio y pueden curvaÍse y montarse
sin dificultad. El cilindro de freno que participa del movimiento de freno está alimentado por un
tubo flexible m.El freno se debe rellenar con un líquido especial que no ataque las juntas y garan-
tice el funcionamiento a todas las temperaturas.
EI pedal representado en la figura 191 (M. A.N.) facilita un apriete progresivo del freno. Actúa
sobre la palanca p que por medio de un resorte o da tna tensión inicial, al empezar la carrera la
presión sólo aumenta a medida que este resorte se comprime. Solamente despúés de haber com-
primido completamente el resorte se puede transmitir la totalidad del esfuerzó. El resorte de lla-
mada_ q repone el pedal en su posición original. La tensión inicial del resorte o se regula por el
tornillo r, un segundo tornillo s regula la posición relatíva del pedal a y de la palancã p íe ma,
rrera tal que permita un pequeflo juego I entre el pistón p y el empujador u enla pòsición dì reposo.
Esto es necesario para que el pistón libere el orificio g.
La figura 192 muestra un freno a dos zapatas de mando hidráulico. El cilin<lro b atàca directamente
las palancas de freno cruzadas y aprieta las dos zapatas con fuerza igual. El resorte de tracción c
despega el freno. Cuando la acción del cilindro cesa, los dos tornillos de regulación d aseguran
un despegue regular de las zapatas. La barra e permite apretar el freno cuando el aparatõ está
fuera de servicio. Lattercaf que, por razonesdeaccesibilidad, seha montado fuera deia palanca,
sirve a estos efectos. El freno forma un conjunto completo montado sobre el bastidor g.
E. HL.I-LMUT ERNST.
)
tr4 FRENOS
u ru, pú.us áe'aletas de refrigeru.ìón (fig.^19a). \o:Jsuficiente aumentar la superficie del freno,
que pueda-obtener una buena venti-
,ino.iu, además es necesario"dirpott.t'là aletas de forma se
equilibradas,
i".io"' ã. la polea de freno. Toãas las poleas de freno. deben ser cuidadosamente
porq* un pequeõo desequilibrio puede provocar vibraciones desagradables.
Las poleas de freno se construyen casi exclusivamente en hierro fundido o en acero
moldeado.
de partículas rela-
Ét gàno de estos materiales deLe ser muy fino para.evilar el desprendimiento poleas. La
tivamente gruesas que al incrustarse .n lar guârniciones, producirían^estrías en
las
iiu"lu a. lí polea debe ser mecanizada cuidaãosamente e incluso rectificada si es posible.
con guarni-
El acero moldeado que se emplea frecuentemente, se estría fácilmente, sobre todo por
de armadura àetálica. Ünu fundición de grano f,no y de a!t_a resistencia,
ejemplo una
"ior.,
i""ãi.io" con molibdeno, da buenos resultados. En los Estados Unidos se emplean fundiciones
arp..iut., al cromo o al níquel, pero se encuentran también poleas en acero especial templado y
rectificado.
5. Eiemplo numérico
dimensionar la poleade freno de una grúa de puerto, de fuerza 3 Tm,
l. Cátcuto de un freno de descenso. Se debecalentamiento paÍa las condiciones siguientes:
;itr* d" elevación zz-.,ï"iin"ación del
v
sz: 2'0632 f, : o,ezs
^",
sr: ï (0,62
- o,4z) :0,157 m2,
az: :6 m/s.
"Hrg
Con ella se encuentra
wg:0,4(135 + 0,314.l4,go,ze +0,25.60,?8): 246(6,9 +2,59 + 1,01) :2590 kcal/h.
-35)6,14(0,7.lg,go,rs
El calor total evacraado por hora está dado por
Wr + Wz + Ws: 570 + 350 + 2580 : 3500 kcal/h.
Ps ligeramente-superior al calor absorbido Ví,tot^j-:3180 kgalfh, por lo que la temperatura máxima de la polea sea
ligeramente inferior a 135'C. Dado_que,para èl ferodo de fibrá se puéde admitir temperaturas trasta tão;-ó, ta
polea elegida es suficiente para este tipo de servicio. No obstante es úìil proveerla de aletas.
z:9:qA = =8=89=,
0,2.0,126
:35ooo.
? : 0'8'
116 FRENOS
N: lol=oji=o
4 500.0,8
: 83.5
ve'- cv.
1. Elección de una polea de freno según la tabla 36: Una polea de 500 mm es suficiente para una potencia de ele-
vación de 85 CV. Para un servicio duro esta potencia se debe disminuir en un 20 Yo, no obstante se admite una
mayoración de 2O % teniendo en cuenta el prefrenado eléctrico. La polea es, por consiguiente, suficiente.
Presión específica:
A: Me#,r*.
La duración de frenado lr es diferente para la elevación y pata" el descenso.
Elevación:
Mc : mkg:
par de la carga )' . : Y-
: 30'
67
Descenso:
,ur: -4=-=-
Mr Mc
: l'4-':?'t
101
: 0,82 s.
-
en promedio:
,^ _ trt* trz _
,p:___ 0,355 + 0,82 :0,59
2 - 2
s.
FRENOS DE ZAPÀTAS tt7
Trabajo para el frenado individual:
I
A : 168.59,5.0,59; :2980 mkg,
2980
nt - -n-roffi :0,011 cv-h.
Número de frenados:
/, o
:: qA 435
: 198 000.
0,2.0,011
J2i#:r32oh.
Duración en días (8 horas por día):
l32o tAR Âiqa
-
#:7ko,t.
Energía absorbida por hora (150 frenados por hora): 1050 kcal/h.
El calor evacuado por hora a una temperatutatr: 100o C según la tabla 34: 1055 kcal/h; es decir, que el freno no
se calentará por encima de 100" C aunque haya un defecto del prefrenado eléctrico.
P : tu!
D1t
: j=''=8tg
50.0,45
:745 ke.
Despegue según la tabla 37:
)":0,20 cm.
Trabajo de despegue según la ecuación (19):
z:ry:84ke.
6. Relación de la timonería (sistema según la figura 179). Con una carrera de 0,8.5 :4 ç,n se puede tener un des-
pegue de 2A : 0,4 cm. La relación total i de la timonería debe ser
i:+:+: ^:-
f d b o, .t,l :s,1.
El factor 1,1 tiene cuenta del juego de las articulaciones. Del dibujo se deducen las cotas siguientes:
a : 515 mm, b :270 mm, c : 60 mnÌ, e :205 mm, f :2@ mm,
118 FRENOS
s : e,r
# # 260 :363 mm.
7. Determinación del muelle. La fuerza de aplicación P sobre las zapatas resulta de la reacción F del muelle y del
peso propio de la timoneria y del núcleo:
,: r+ * r++.
El peso propio del núcleo K y de la timonería G puede ser llevado al vâstago V:
F:pbaa-v+,
F:74s#-rr# :3eo- ne:271 kg.
Se elige un muelle con alambre de 12 mm, radio primitivo r: 3,6 cm y de 12 espiras útiles. La flecha correspondiente
a una tensión inicial de 271 kg es de
64nrz F : 64.12,3,63 :
Í" - --' c ÉTsd6d
271
5,5 cm.
máx F : #4ooo
: +#4ooo : 377 ke.
B. FRENOS DE BA]\DA
Actualmente se usan mucho menos los frenos de banda en los aparatos de elevación que antigua-
mente. En la mayor parte de los casos se prefiere el freno de dos zapatal No obstante, para ciertas
aplicaciones especiales el freno puede ser interesante. Es más simple, más recogido y permite fre-
nados enérgicos, aunque por otra parte solicita fuertemente al árbol en flexión.
(20) ,: Y*: sr
- sz.
FRENOS DE BANDA 119
Siendo ü/ü : stta, Çort e :2,718, base de los logaritmos neperianos, se tiene
U: Sz(eP"-l)
De lo que se sigue:
(2t) \-:-.:- u
d Mr.Z 1
eld- I D g\a-l
Frc. 195. Freno de banda simple Frc. 196. Freno de banda simple, el arco
-
(esquema). Ms-> Mr. -
abrazado x es muy grande. Ma-> Mr.
Conocemos así las fuerzas en los extremos de la banda. Según la fijación de estos extremos se
distingue:
a) Frenos de banda simple (fig. 195). Uno de los extremos de la banda está articulado en un
punto fijo, el otro sobre la palanca de freno. Esta disposición es apropiadapara los cabrestantes,
ãonde ei par de la carga tiene siempre el mismo sentido. Se recomienda unir al punto fijo el ramal
más tendido y ala palãnca de frenõ el ramal correspondiente a lafuerza ü.La fuerza Knecesaria
en la palanca de freno, que será ejercida por un muelle o un contrapeso se calcula, por lo tanto,
Mo.2 I a
(.23) K: 5,9:
'c D ew*I7'
Se puede disminuir esta fuerza eligiendo un arco abrazado c suficientemente grande, gracias a
una disposición apropiada se puede aproximar al valor a : 3nl2 (270') (fig. 196). Si la banda no
desciende verticalmente sobre la palanca,la distancia a se mide a paftir del ángulo recto existente
entre la palanca y la banda.
Para una rotación en sentido inverso, las fuerzas ü V ü invierten su lugar. La filrr'za S, actúa
entonces sobre lapalanca de freno, y es ep,aveces mayor que Sr, y la fueruaKnecesariapara ob-
tener el mismo momento de frenado aumenta en igualdad proporción. De hecho, esta diferencia
entre los dos sentidos de marcha obliga a proscribir los frenos de banda simple de los movimientos
de traslación y de aquellos otros que tengan lugar en los dos sentidos.
ó) Frenos de enrollamiento múltiple (fig. 197). Con un freno simple se puede obtener un ángulo
abrazado hasta a : 3nl2 (270"). Para un arrollamiento más completo es necesario hacer pasar la
banda varias veces alrededor de la polea, tomando entonces la banda la forma de una hélice.
120 FRENOS
Una banda en forma de horquilla (fig. 198) permite un arco abrazado de 1,75 vueltas (c : 7nl2).
Las fuerzas se calculan según las ecuaciones (21), (22) V Q3)'
c) Freno diferencial. Los dos extremos de la banda se articulan en la palanca de freno, de forma
que la fuerzaS, actúa en el mismo sentido que la f:uer:,a rK(fig. 199). Esta fuerza Knecesaria para
óbt.ner el par ãe frenado se calcula como sigue:
K_ Srb-Sra _Mr.2
S qg\a
(24) -
Dc ;r**l'
Si ó< aepa,la fiierua K se reduce a cero o resulta negativa, es decir, el freno se aprieta- sin inter-
vencún á. .rnu fiterza exterior; se bloquea y es irreversible. Para la rotaciónensentido inverso
las fuerzas Sr y Sz cambian de posición . La fuerua K necesaria para ejercer un momento de frenado
determinado es ahora
M r'2 SsFa q
(2s) 'L- -
DC gt""-l'
Fra. 197.
Ftc. 198.
Frc. 200. Freno aditivo. Las dos palancas de la banda se fijan en un punto común. Mn-> Mr.
-
Frc. 201. aditivo' Las dos palancas de la banda se fijan separadamente Mr-> Mrr.
-Freno
FRENOS DE BANDA t2t
La fuerza K necesaria para un momento determinado es consecuentemente mucho mayor que
en el primer caso. Si el freno es irreversible en uno de los dos sentidos, b : aepd y la fuerza K : 0,
ningún momento de frenado se produce en la rotación inversa. El freno diferencial puede por lo
tanto reemplazat a un trinquete, se abre automáticamente en un sentido y se aprieta en el otro.
d) El freno ailicional. Los dos extremos de la banda se fijan sobre la palanca al mismo lado de
la articulación, contrariamente a como se hace en el freno diferencial. Las dos fuerzas se oponen
a la fuerza K (figs. 200 y 201) y se calcula como sigue:
(26) K: 9ís.
t +' s.ì4t : 3 Mr'Z eP" * I
C ' C D eP"-l
Para una rotación en sentido inverso Sr y Sz cambian de lugar, sin que la fuerza K sea modificada,
porque las dos fuerzas actúan sobre la palanca de manera anëioga. La fuerua K crea por ello el
mismo momento de frenado en los dos sentidos de marcha y por consiguiente, este freno es apro-
piado para la traslación.
aP
_il "\
En la verificación de la presión específica po V el valor pú), se debe notar que la presión po vaúa
a lo largo de la longitud de la banda. Lafuerua de tracôión de la bandapata un enrollamiento
cualquiera cp estã dado por
Q7)
ü.
,S: ePg
La componente radial de la tracción toma paÍa una abertura de dcp (fi5. 202) se calcula
(28) dP: Sdq.
122 FRENOS
(30) ,r:#:ffir:s&.
La presión específica depende por lo tanto de la tracción de la banda, y es máxima en la extre-
ãìAãí." que actúa la fïerza q. ro, Ímites de los valores_po y pru indicados para los frenos de
iuiit"t no deben ser sobrepuruidor por los frenos de banda, en consideración alenenrollamiento
ããr-ã.rfuuorable (,Sr). No àbstante ìo re introducirá nunca la tracción real Sr los cálculos,
sino la tracción S, nËôesari a para obtener un momento de frenado correspondiente al par nominal
del motor
ul
M'2
\' -_ guo_l' e,o
- D
3. Dimensionamiento delelectroimán
Las ecuaciones (23), Q4) V (26) dan las fuerzas K necesarias en los diversos tipos de f1en99. Estas
fr.rru* se puedà ój.i".í ã *utro, por resorte o por contrapeso. Fl momento de frenado M u nege'
sario se esfablece eá consideración^al rendimientõ mecánicó 4 del movimiento y de la seguridad z,
que se elige como para los frenos de zapata (pág. 106).
Se elige el despegue radial )" de labanda entre 2 : 0,1 a 0,25 cm para_ los frenos de
zapata (taAla Z-!).
La diferencia de longitud de la banda apretada, de diámetro D de_la y banda despegada, de diá-
metro D + zlcorreiponde a la carrera h, de la extremidad de la banda
h*:h, \/ hu-h,
c a r c - b'
Por sustitución en la ecuación (35) se obtiene
lo-a):ai'
o
d) Freno ailicional (fig. 200). El alargamiento de la banda c,1,, necesario para el despegue resulta
de la suma de los desplazamientos ft, y hrde los puntos de ataque de,Sry,Sr:
(38) h*hr:a)^
Dado que
hK_hL_h2
7- a-ã'
se encuentra
2a,
hu: OA
-
r24 FRENOS
(3e)
,c
hx:1;dA.
MF ep"*l
(40) A,: Drl, epd_I
^
Este trabajo es superior al trabajo necesario para los frenos simples o diferenciales.
-Cly''.
El valor de este trabajo Ao determina el tipo de electroimán o el esfuerzo necesario para el accio-
namiento del freno a mano. En lo que concierne al empleo de los electroimanes se deben consultar
las indicaciones dadas en los capítulos sobre los frenos de zapatas y sobre los equipos eléctricos.
El rendimiento mecánico de los frenos de banda es muy elevado, ya que son simples y tienen pocas
articulaciones. Se puede admitir que su valor en qo:0,95.
Las poleas son las mismas que para los frenos de zapatas, no son necesarios los rebordes ya ciue
la banda conserva normalrnente su posición.
La figaru 203 representa la construcción corriente de un freno de banda. Una de las extremidades
de la banda está fijada al eje b que sirve al mismo tiempo de punto de articulación de la palanca c.
El otro extremo se fija sobre la propia palanca, por medio de un husillo de regulación d.El freno
se aprieta bajo la acción del resorte e, el aflojamiento se hace por la palanca f que actua sobre
una cama g. Una banda limitadora del despegue ft envuelve el freno y los tornillos de que está
provista i permiten obtener un despegue regular. Esta banda de aflojamiento debe tener un espesor
de 8 a 10 mm para asegutar la rigidez necesaria.
Los puntos de ataque pueden ser diseõados según la figura 104. El hierro plano (parte derecha
de la figura 204) para la articulación del punto fijo es normalmente un poco más grueso que la
banda. La artiatlación regulable (parte izquierda de la figura 204) consiste en tres piezas. La soli-
citación de los tornillos, en acero de 34 kg (St 34.13), debe estar limitada aproximadamente a
ì
400 kg/cm2 al cizallamiento y a 800 kg/cm2 a compresión por el efecto de recalcado. La flexión
de la palanca de freno no debe sobrepasar los 800 kgfcmz,la presión sobre el eje no debe ser ma-
yor de 50 kg/cmz.
ô-a
--Í\,-
Í
++
Frc. 204. Fijaciones dê la banda, con tensor en la extremidad móvil.
-
Tanto los frenos de zapalas como los de banda suponen un movimiento radial que aproxima
las superficies de rozamiento. Los frenos de disco, en cambio, trabajan mediante un desplaza-
miento axial para establecer el contacto entre las superficies flotantes. Estos frenos son de empleo
creciente, porque permiten una construcción más reducida.
i
I
126 FRENOS
W: P'p^u** F',
con lo que
(46) - -1 , llmaxll't
r'
El coeficiente de rozamiento de la chaveta puede admitirse como F,:0,16. El coeficiente zrpued,e ser mayorado
para tenér en cuenta una carga excéntrica del disco de freno que 'podría'provocar un
aiuna'mie"t" v àu*ãíiu. fu
resistencia al desplazamiento. Se recomienda calcularlo con uá coèficientó t,
^iy "iãuàOo,
zr: 1,3 a 1,5'
Para disminuir la fuerza de aflojamiento Po se puede elegir un gran radio r de las superficies fro-
tantes. Si ello no es po-sible por razones de construcción, se puúe aumentar et nrimeió At;;p..-
ficies en contacto. El freno monodisco conduce también al freno de discos múltiples
tng. áõOi.
Sobre el árbol a frenar giran un cierto número de discos, mientras que el cérter ôontiènã igual-
mente un cierto número de discos fijos. Tanto los discos del cárter cbmo los que roUïË .f
árbol pueden desplazarse axialmente. "rt*
FRENOS DE DISCOS Y DE CONOS 127
(47) P:M! r,
lrrn
y la fuerza de aflojamiento:
(48) D
tD- -Mo--
11íntttz'
El coeficiente z, tiene poco más o menos el mismo valor que para los frenos monodiscos. El coe-
ficiente z, en cambio, es más elevado, porque para asegurar un despegue regular de los discos,
se dispone entre ellos pequeflos resortes. El trabajo de aflojamiento es también más elevado porque
la carrera ft se multiplica por el número de superficies en fricción.
En los frenos de conos se dispone de otro medio para dismrnuir la fircrza de despegue P o (fig. 207).
Teniendo en cuenta la descomposición de fuerzas que ilustra la figura 208, se calcula el momento
de frenado:
P'
(4e) M -: 2P^trr - ur.
sen /'
Parala misma faerza axial de P',el momento de frenado está mayorado en lfseny en relación
con el freno de disco.
La f:uerua efectiva necesaria para aflojar el freno se calcula teniendo en cuenta las resistencias de
rozamiento sobre el árbol
o - rrP' y Pr: zrzrP'
z, tiene el mismo valor que para los frenos de disco, z, en cambio, es bastante mayor. La resis-
tencia al desplazamiento que es necesario para aflojar un freno normalmente cargado, se cifra en
Dt
W : ' p^u*|p',
Senr/' r
lo que da
- - 1 , lf',,u*F'Í
(50)
' I T-.t sen 7r'
an-
El cono presenta el peligro de actuar de forma desigual sobre las superficies de rozamiento, porque
su mecanizado y ajuste es más difícil. En los frenos de cono de construcción corriente, se admite
128 FRENOS
un coeficienlg rzpor lo menos igual a 1,8-2,0 a condición de que la conicidad corresponda al coe-
ficiente de fricción de la guarnición.
Como elángulo de r,ozamiento g, que se calcula por el coeficiente de rozamiento pr, de la guarnición
(tg I : p), es superior al ángulo del cono, las dos partes se ajustan y es necesaria una fuerza su-
plementaria para separarlas. Esta fuerza se calcula según la figura 209 en
p.: J' y p,
' senv'tt. cos ' -
o
Los frenos de disco se imponen sobre todo cuando se trata de construcciones recogidas. Este es
el caso de los frenos incorporados a los motores eléctricos. Bajo la forma de mot-or de bridas,
los motores eléctricos se aplican directamente al cârter y permiten realizar accionamientos de
dimensiones muy reducidas. Este tipo de construcción aplicado a los aparejos eléctricos, se ha
extendido a las grúas de a bordo de los barcos, disponiendo las partes mecánicas y eléctricas con
_contra la intemperie. También su aplicación se extiende a todos los tipos de
protección absoluta
aparatos de elevación.
La figura 210 muestra un motor'freno de rotor cónico deslizante (1) (Flohr, Demag). El árbol á del
motor con el rotor a y el cono de freno d se puede desplazar axialmente en los soportes e. En la
parada, un resorte f empuja el árbol sobre la derecha y aplica el cono de freno conìra el cârter d.
Mientras que se alimenta el motor, el rotor cónico es atraído por el bobinado del estator de forma
apropiada hasta el soporte i. El mismo desplazamiento afloja el freno. Un amortiguador k amor
tigua todos los desplazamientos, sobre todo el apriete del freno. El gran intereje dè los soportes e
garantiza un guiado suficiente e impide que el cono de freno se acufle. No existe rozamiento entre
la chaveta y la ranura, porque el árbol se desplaza con el cono. Los coeficientes z, y zzson siempre
de valores mínimos. Los motores-freno se construyen para todas las potencias^utilizadu, .n lu,
máquinas de elevación.
7 DRP 434701.
Ér---
FRENOS DE DISCOS Y DE CONOS 129
La figura 211 representa el conjunto de un freno de motor a rotor deslizante. Esta realización
facilita el cambio del cono y la regulación de la fuerza y de la carreÍa del amortiguador.
El cono a, provisto de aletas de refrigeración b, estâ montado sobre un árbol acanalado. Su des-
plazamiento axial se regula por el manguito c. Éste lleva el cojinete d que está bloqueado por el
manguito de acoplamiento e y que transmite la fuerua del resorte / sobre el manguito de reglaje c
y por 1o tanto, sobre el aoÍo a. El manguito de acoplamiento e está soportado por el manguito
de seguridad S y un tornillo h que se fija sobre el eje del motor. Cuando es necesario reemplazar
la guarnición de freno, cuyo estado se puede verif,car por medio de abertura de control i, se retira
el tornillo h y el manguito c. Mediante una llave especial se retira tambien el manguito de aco-
plamiento e. Después se puede desmontar toda la caja k del freno. El cono d es accesible y puede
9. HsrLLÍur EnNsr.
r30 FRENOS
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FRENOS DE DISCOS Y DE CONOS 13r
ser retirado para cambiar la guarnición. Después del montaje del cono se regula su posición exacta
por medio de calibres. El despegue se
Jggula por medio del manguito c. Pa.a püer adaptar la
forma de frenado a las diferentes necesid?dg!, se desplaza el manguito / con relãción a la caja k
por medio del piflón ry. Y" pasador n, visible a través de una tapa, indica la posición del rian-
guito / y por lo tanto la fuerza del resorte.
La regulación del amortiguador es igualmente muy fácil. El pistón o que sigue el movimiento
axial del árbol separa dos cámaras llenas de aceite. Estas cámdras por pequefros tala-
dros p por 10 que la sección libre es fácilmente regulacla por los tornillos
"o-.rrii.unacôesibìes
ã, Oespues àe
levantat una-tapa. El amortiguador actua sólo en ell sentido de frenado, dórp"gue esinstantáneo,
ya que, en el sentido de la separación, una pequefla válvula de bola foima "l un camino de retroceso
para el aceite.
Otra construcción de.frenos incorporados (fig.- 21t) utiliza un electroi mân a montado en una caja
b
que se aplicaalabrida del motor. El cono destâ enchavetado sobre el árbol-motor
e. El resáite
g empuja la armadutaf confta el cono. Cuando se alimenta la bobina a, tira de la armadura y
t32 FRENOS
despega el freno d. Después de una cierta usura de la guarnición, eÌ entrehierro, entre la caia b
y lâ ãrma dwa f, aumenta y la fuerza magnética del electroimán corre el peligro de disminuir.
Ítu.a re-.diar èsto se monta el cono deslizante sobre el árbol y su posición puede ser regulada
por medio de un tornillo h, de manera que el entrehierro no sobrepase el límite admisible. Un
iasador i permite comprobar desde fuera el grado de desgaste de 11 guarnición. La fuerza del
iesorte g, ie regula por medio de la tuerca k según las necesidades de las aplicaciones. Con objeto
de poder descúder-la carga en caso de falta de corriente, se ha,previsto Iapalanca / que actía
sobie la armadura f a'través de la pieza m y despega el freno. La bobina a se alímenta con corriente
continua. En los aparatos equipaóos con corriente trifásica se puede disponer un convertidor.
La figura 213 representa otra realización de freno incorporado, esta vez se trata de un freno de
discol Volvemos ã encontrar una bobina a en su cala b aplicándose contra la carcasa c del motor.
Sin embargo aquí la armaduta dhace el oficio de disco de freno, un resorte e la empuja contrala
superficie ãe fiotamiento de la tapa f. Par:- disminuir el frotamiento en el desplazamiento. del
dis^co, éste no desliza directamenteiobre el árbol sino sobre una pieza intermediatia h. Eslapieza
está óalada sobre el árbol y lleva una dentadura i en la que €ngranan los dientes solidarios del
disco; de esta forma la fuerza tangencial y el rozamiento resultante quedan disminuidos. En esta
realizaciort, el resorte gira con el disco y se ha previsto un cojinete de bolas I para transmitir la
reacción del resorte alõârter. El dispositivo de despegue a mano ha sido combinado con un mando
manual de cabrestante. Mediante una rotación de la palanca m, urra rueda n se desplaza a la
derecha, se engrana con los tetones o del disco y, continuando el desplazamiento, despega el
freno. Al mismo tiempo el cabrestante se encuentra acoplado al volante p del mando a mano.
D. FRENOS ESPECIALES
Estos frenos permiten levantar la carga sin despegar el freno propiamente dicho y la mantienen
frenada en toãas las posiciones. Para efectuar el descenso se debe despegar el freno. Se encuentran
los frenos de trinquete sobre los cabrestantes con motores Diesel o con máquinas -de vapor, en
los que no se puedè emplear frenos de electroimán (ver tambiénmanivelas de seguridad,pâgina216).
La figura 214 muestra un freno de trinquete sobre un cabrestante de mano. La polea de freno a
esú ãrontada loca sobre el árbol e del tambor. Dos trinquetes d engranan bajo la influencia de
resortes con la rueda f qlure es solidaria del tambor r. Cuando el tambor gira en el sentido de ele-
FRENOS ESPECIALES r33
vación la rueda pasa bajo los trinquetes. En el descenso los trinquetes engranan en los dientes
de la rueda impidiendo el movimiento. La banda g del freno bloquea la polea y no permite des-
cender la carga más que si se levanta la palanca h del contrapeso.
giran libremente pasando sus dientes bajo los gatillos; en rl sentido de descenso se encuentra
inmovilizada por ellos mismos frenando el árbol del tornillo sin fin por medio de las zapatas c
y h y las superficies de frotamiento entre d y f. Para que descienda la carga es necesario girar el
tornillo y vencer este efecto de frenado. De manera aníúoga, el empuje axial de los engranajes
helicoidales puede ser utilizado para el frenado.
.--1
Ir---
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Fto.216. mecánico de descenso. Construcción americana (Harnischfeger Milwaukee).
-Freno
a, rueda dentada; á, manguito fileteado; c, rueda de trinquete; d, disco; /, gatillos.
134 FRENOS
4. Frenos centrífugos
Estos frenos ttilizan la ïuerza centrífuga de las zapatas en revolución alrededor de un eje y se
emplean para establlizarla velocidad de descenso a un valor determinado. En la parada no existe
fierza centrífuga y por consiguiente tampoco hay frenado. Por ello estos frenos no sirven como
freno de paruda.
El freno centrífugo Becker es muy conocido (fig.217). Las zapatas á giran en una cajafija a, es-
tando articuladas sobre el disco c enchavetado sobre el árbol a frenar. Las bielas e unen las zapatas
a un casquillo I Bajo la influencia de un resorte d, este casquillo separa las zapatas en la parada.
Cuando la velocidad de descenso alçanza cierto valor, lafaerza centrífuga de las zapatas sobrepasa
lafuerza del resorte,las zapatas pivotan alrededor de sus articulaciones y se aplican contra la caja.
Dado que la fuerza centrífuga aumenta con el cuadrado de la velocidad, es posible estabilizar
ésta dentro de ciertos límites, que se pueden variar regulando el resorte. No obstante esta velo-
cidad depende de la importancia de la carga. Una pequeõa carga se estabiliza a vna velocidad
mayor que una velocidad grande. La potencia de los frenos centrífugos es mínima. Su campo de
aplicación se limita normalmente a los cabrestantes a mano. Considerando las dimensiones de las
zãpatas, el freno centrífugo debe estar siempre dispuesto sobre el árbol más veloz.
-.........-
TRINQUETES 135
E. TRn{QUETES
T,os trinquetes bloquean el cabrestante para todo movimiento de descenso, pero permiten
el de
elevación. Se encuentran trinquetes dentados y dispositivos de detención põr friôción.
1. Trinquetes dentados
Se emplean frecuentemente en combinación con los frenos (figs. 214 a 216). En el proyecto de un
trinquete se debe considerar lo que sigue:
Ia disposición del trinquete y el perfil del dentado deben garattizar el engranaje a fondo del gatillo
de retención, aún en el caso en que sólo haya mordido de punta. Para"ello"se hace, frgurí 218,
que el momento Za de la reacción del diente que tiende a-enganchar el trinquete, sea"superior
al momento de friccióy
?p!, que se opone a estó movimiento. Como medida de seguridad, e'l coe-
ficiente de fricción p' del cálculo no dèberá ser inferior a 0,3. La misma regla se uf,ti"u a íos trin-
quetes en forma de gancho (fig. 218, lado izquierdo) y a los trinquetes iiteriores (ng. Ztg).
{
b
,)-
Et 1r{ trinquete de dentado exterior, es interesante disponer el punto de articulación del gatillo
sobre la tangente a la circunferencia primitiva (ng. 218) ya qn. de esta forma las fuerzas son me.ãores.
Los dientes de las ruedas no se calculan nunca al cizallamiento, pero sí a la flexión, bajo la hipó-
t-esis de quela fuetza actin en la extremidad del diente (fig. 218). -El mo*.ttto de flexión se obtiène
dg Mt: Zc. Generalmente es suficiente una altura de 5 ã 12 mm. El ancho B del diente debe ser
e.legido según el esfuerzo.de compresión, têniendo en cuenta el efecto de recalcado. La presión
lineal p :ZlB puede admitirse según Knm (t): p : 150 a 290 kg/cm para acero sobre u..r'o y 50
a 100 kg/cm para ruedas de fundición. El esfuerzo a flexión de los dientes debe ser poco importante
debido a los choques (o, : 400 a 600 kgf cmz para el acero y el acero moldeado, y 200 a 300 kg/cm2
para la fundición). Poi la misma razón el trinquete y su eje de articulación debe ser ampliamente
dimensionado.
Cuando el gatillo se monta sobre la parte giratoria, como sucede en los frenos de trinquete, con-
viene disponer unos resortes que aumenten la acción engranadora de su propio peso (fig. 214).
Cuando los gatillos giran a elevadas velocidades, conviene equilibrar las fuerzas centrífugas con
un contrapeso (fig. 218, lado derecho).
Durante la elevación de la catga, el paso de los dientes bajo el gatillo produce un ruido desagra-
dable, que se puede evitar empleando gatillos mandados (fig. 220). Un casquillo 3 frota ligera-
\,
Frc. 221.
Fto. 221. Frc. 222.
EE-
TRINQUETES 137
mente sobre el cubo de la polea. Los gatillos 4 y 5 son obligados sobre este casquillo por los re-
sortes 7. Si la polea gira en el sentido de elevación, el casquillo libera los gati[õs; en el sentido
de_descenso, los gatillos están empujados contra el dentado. Para limitar la iaid,a de la carga antes
del engranaje de los gatillos, se disponen éstos en número de dos y decalados med.io paso.
Comparados con los dispositivos de trinquetes dentados, estos otros tienen la ventaja de un fun-
cionamiento sin choques ni ruidos. La figura 22I muestra su principio. La cama dé parada fun-
ciona como una cufia. En el descenso se aprieta automáticamente contra la polea; en ia elevación
queda loca. Para un bloqueo de seguridad, se hace que tgy < F, F es el õoeficiente de fricción
entre la polea y la cama, que se elige lo más pequeflo posible. Para acero o fundición se tienen
ángulos /_muy pequeflos (4 a 5") y por lo tanto las más grandes fuerzas K y D sobre la polea y
la cama. Esto se puede mejorar eligiendo un perfil en V para la llanta de lá polea
La disposición de la figura 222 es indudablemente la más interesante. Dos zapatas a se aplican
contra la llanta interior de la polea de freno á. Esta polea está montada loca sõbre el árbol, pero
es frenada por las zapatas exteriores g. Las zapatas interiores a estân articuladas sobre un disco c
giratorio.
,Una pieza de arrastre d, calada sobre el árbol de accionamiento, está unida a las zapa-
tas a.por los empujadores e. Bajo la presión de los resortes/ las zapatas a actú,an contra la super-
ficie interior de la llanta, apoyada en el exterior sobre las zapatas g. Si et árbol y la pieza de arraìtre
giran en el sentido de elevación, el disco c y las zapatas siguen sìn gran resisiencà. En el sentido
de descenso, al contrario, la pieza d aplica las zapatas por medio de los empujadores e contrala
polea ó. Se conoce la dirección de las dos fuerzas A y B ejercidas en las dos ãrliculaciones de una
zapata. Su resultante ,R aplica la zapata contra la polea. Esta resultante forma un ángulo con el
7
radjo. Si este ángulo es inferior al ángulo de rozamiento de la guarnición (tg A : p,, tenemos un
embrague automático en el sentido de descenso. Se elige una guarnición cón un'coeficiente de
rozamiento elevado, siendo entonces las fuerzas radiales menores. En consecuencia el desgaste
es poco importante, y tanto menor cuanto la superficie de frotamiento puede ser mayor.
Vil. ACOPLAMIEI\TOS Y EMBRAGUBS
A. ACOPLAMIEI\TOS RÍGIDOS
Los acoplamientos rígidos se encuentran sobre todo en los árboles de traslación. Normalmente
se les colocaal lado de un soporte. La gran distancia entre los soportes da suficiente elasticidad
al árbol, permitiéndole absorber las faltas de nivelación entre los soportes.
Longitud de la chaveta',10,
Chaveta de talónl
Frc. 223. de acoplamiento, fundición de -R :22 kg. o acero dulce, D x 2d; L x 3a4d.
-Manguito
El tipo más sencillo es el manguito de acoplamiento con prisionero o chavetas de talón (frg. 223).
Para su desmontaje se puede desplazar el árbol o el manguito la mitad de su longitud.
t_-
ffiü'$m B
'-$'--
Ftc. 224. Ftc. 225.
Frc. 224 Acoplamiento partido. Normalmente de fundición; longitud x 3,5 x diámetro del árbol.
-
Ftç. 225. Acoplamiento do platos. Material :
normalmente acero moldeado.
-
Diámetro exterior x 3 a 4,5 x diámetro del árbol.
Longitud total 3 a 4,5 x diámetro del árbol.
^,
El manguito en dos mitades (flg. 224) es más interesante por esta razón. Para la transmisión de
pares elevados y para el servicio duro se prefieren los acoplamientos de platos (frg. 225) cuyo
desmontaje se hace fácilmente quitando los bulones atornillados. Para los árboles verticales se
disponen discos ajustados a la lóngitud del árbol para evitar que se despiacen, lo que entrafrarla
el aflojamiento de las chavetas.
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or)or)or)o
c.l c.l c.Ì c-t
k
L
(d
140 ACOPLAMIENTOS Y EMBRAGUES
B. ACOPLAI\TIEI{TOS BLÁSTICOS
En los árboles de cierta longitud, se recomienda prever un acoplamiento que permite el alarga-
miento o acortamiento resultantes de las diferencias de temperaturas. Tal acoplamiento (fig. 226)
tiene los extremos redondeados para evitar acuflamientos entre las dos partes. Debido al despla-
zamiento axial, este acoplamiento permite también pequeflas inclinaciones de los árboles. Puede
ser empleado para árboles que pasan sobre elementos sujetos a pequeflos movimientos relativos,
como compuertas pendulares y carretones.
Los árboles que giran a gran velocidad, particularmente los de los motores eléctricos y los reduc-
tores deben acoplarse cuidadosamente, porque se corre el peligro de sobrecargar los apoyos, de
arrastrar los tornillos de estos últimos e incluso de romper el árbol. Ls acoplamientos rígidos
sólo convienen si se dispone en ciertas construcciones americanas un bastidor
- como
rígido, perfectamente mecanrzado, - derelativa
que une las dos partes y garantiza la posición de los
extremos de los árboles en todas las condiciones. No obstante, normalmente se emplean los aco-
plamientos elásticos que amortiguan también los choques de arranques y frenados y que permiten
prescindir de un bastidor indeformable.
La figura 227 y la tabla 39 se refieren al acoplamiento más extendido en los aparatos de elevación.
El par se transmite por medio de arandelas elásticas. Se pueden separar los dos elementos sin quitar
los bulones por el simple desplazamiento del motor. Otras veces se emplean arandelas de cuero
que tienen la desventaja de resecarse, formando por ello un juego entre las arandelas y los agu-
jeros y dando lugar a choques en el arranque y el frenado. Actualmente se prefieren arandelas de
caucho que se aprietan ligeramente entre dos arandelas de acero (fig. 228) hasta que aquéllas
rellenan perfectamente el agujero. La elasticidad del caucho permite además pequeflos movimientos
relativos de los manguitos de acoplamiento. La presión admisible entre el eje y la arandela de
caucho, 7 a 14kgf cmz; solicitación en el eje, 150 a 250 kg/cm2 bajo la hipótesis de una repartición
igual entre los ejes. Cuando la velocidad de rotación es elevada, los manguitos deben ser cuida-
dosamente equilibrados y deben presentar un PDz reducido. Frecuentemente uno de los man-
guitos sirve de polea de freno (fig. 229). En este caso, no se puede permitir que la polea se caliente,
porque las arandelas de caucho se resentirían. Normalmente no se puede montar un freno de
descenso sobre el manguito de acoplamiento.
LIMITADORES DE ESFUERZO 141
En el caso de un servicio muy cluro, por aceleraciones y frenados bruscos (pórticos de descarga
de mineral, grútas-puente de acererías, etc.) es siempre deseable que el acoplamiento elástico pueda
amortiguar eficazmente los choques, por lo que se necesita una capacidad de desplazamientõ muy
superior a la de los acoplamientos de arandelas. Los constructores especializados en este tipo de
acoplamientos presentan un aparato en el que los dos manguitos están unidos por elementos dé gran
elasticidad (Bibby, Forst, Voith-Mauerer, M.A.N.-Renk, etc.). El acoplamiento Bibby se com-
pone de dos manguitos provistos de ranuras que se ensanchan hacia la junta. Estas ranuras están
guarnecidas por un resorte.
En caso de sobrecargas, los manguitos se desplazan uno respecto de otro de manera que la clis-
tancia entre los resortes disminuye gracias al perfil ensanchado de las ranuras, que aumenta la
resistencia del resorte contra una deformación posterior. La figura 231 muestra el conjunto de un
acoplamiento con una polea de freno y un limitador de esfuerzo. Los resortes se encierran en cajas
llenas de grasa.
C. LIMITADORBS DE ESFUERZO
Por el hecho de que limitan el par transmitido, los limitadores de esfuerzos protegen los órganos
de transmisión contra las sobrecargas que podrían provocar su rotura. Es necesario què este
par pueda ser regulado con precisión y qÌre no sufra ninguna variación durante el servicio. Bajo
a, acoplamiento Bibby;
ó, resorte;
c, cala de acoplamiento;
4 limitador de esfuerzo;
e guarnición de fricción, rema-
chada sobre un disco central,
girando libremente;
/ disco de presión aplicado por
los resortes contra el disco cen-
tral;
g, polea de freno con nervios de
refrigeración.
este punto de vista, el limitador de esfuerzos, según la figura 307, como se encuentra en el giro
de grúas, está lejos de este ideal, ya que el par vaúa mucho según la lubricación de las superficies
en contacto. Los limitadores de esfuerzo trabajando en seco (fig. 231) y provistos de una guarni-
_)
t42 ACOPLAMIENTOS Y EMBRAGUES
ción de freno dan los mejores resultados, ya que el coeficiente de fricción sólo varía entre límites
muy próximos. Estos limitadores de esfuerzo pueden ser concebidos como los frenos de disco,
de bandas. o. de zapatas {ver Capítulo \1, Frenos). El calentamiento no debe tener lugar más que
si, en servicio normal, el limitador de esfuerzo patina durante largo tiempo. Se debe iegular pâra
el par de aceleración,del mecanismo y nunca para el par nominal del motor.
D. EMBRAGUBS
l. Embragues de tetones
L_as dos partes (fi,g. 232) se engranan una con otra por medio de tetones y de vaciados o muescas.
Una de las partes se monta deslizante sobre el árbol, y la otra enchaveiad a al ârbol-motor. Los
tetones de perfil rectangular no se engranan más que cuando coinciden exactamente con las mues-
tras vaciadas en Ia otra parte del acoplamiento. Por esta razón se hacen frecuentemente tetones
con perfil inclinado que sólo se pueden utilízat en un sentido de maróha. Se pueden embragar o
desembragar solamente cuando el mecanismo está parado o cuando funcionã sin carga, a muy
pequefia velocidad c.on pequeflo par. Para el trabajo a compresión de los tetones po. tecuí-
9
cado se admite 50 kg/cm2.^un
2. Embragues de fricción
Por un aumento progresivo de la fuerza de fricción, estos embragues permiten arrastrar el meca-
nismo sin choques. Para su cálculo y dimensionado se debe tener presente que el embrague patina
hasta que los mecanismos y la carga alcanzan la velocidad de régimen. En cada embrigue^existe
una pérdida de energía que se manifiesta por su calentamiento. Si se embraga en vacío, ú pérdida
es igual a la inercia de los mecanismos a velocidad de régimen. Si se embrigabajo carga hay que
afladir una pérdida suplementaria tanto mayor cuanto más progresiva sea la operacún dé ern-
bragado. Bajo la hipótesis de que el momento de friccion Mo transmitido por el embrague es
constante, se calcula esta pérdida de energía como sigue:
An:ry(t+ M#E),
.
ilìqft
EMBRAGUES 143
y'í5,-o:7ç=1=, \
':'(l\r\
\r \ I \\
'N..\ | ,.=-'\\,q
ì$<7
ffi
\N\
Ftc' 233' Embrague de banda de freno para el tambor de un cabrestante de cuchara mandado por
- motor DIESEL.
a, rueda dentada, accionada por un pifión no representado; ó, tambor de cable girando
libremente sobre el eje; c, banda
de freno; d, cilindro de aire comprimido para tensar la banda c; e, canalizacioies para
el aire comprim jdo; ípalanca
acodada para tensar la banda c; 8., patas pata asegÌrar la separación uniforme
de la banda.
Según las condiciones de servicio y dé colocación, los embragues toman las formas
más diversas.
En-principio todas las concepcionei de frenos (de zapatas, de b"anda, a. air.ã, de cono) p,r.aú-r*
la base para el diseflo de un embrague. La figura )33 muestra un embrague oe uaíoà que
está
particularmente indicado para pares elevados y que se emplea frecuentemente para embragues
àe tambores, por ejemplo,-paralos cabrestantes de cuchara.Para su dimensionamiento y cálculo,
ver el Capítul,o Frbnoí de Banda. Para las velocidades muy elevadas se emplean embragues de
resorte con espiras de sección cuadrada (fi.g. 234).
En este caso, la banda de freno está constituida por un resorte en forma de hélice de sección cuadrada,
uno de cuyos extremps se fija sobre una polea que gira loca sobre el árbol. Para embragar, se des-
plaza la pólea a qve, por una palanca acodada, acÍía sobre la extremidad del resorte cuyas espiras
ãprietan-el casquillo y arrastian progresivamente el piflón. Paru La elección del número de este
.-b.ugu., se rócomienda consultàr a los fabricantes. Este embrague puede ser también utilizado
para aioplar los extremos de árboles como indica la figura 235, que representaun embrague de
ãiscor míltiples. Estos discos de acero templado y rectificado se introducen alternativamente en
las ranuras del cubo y de la caja. Para embragar se aprietan los discos por medio de una palanca
acodada. Los discos deslizantes sobre el cubo tienen un perfil ondulado, que los separa unos de
otros por efecto de resorte, en el desembragado.
medida en que el otro se afloja. El embrague simultáneo no está nunca indicado, porque el cabres-
tante se encôntraría bloqueado y correría el riesgo de calar el motor. En la realización delafigura236,
el árbol-motor lleva doJruedas a y e qúe engranan con las ruedas b y f, obteniéndose dos relaciones
de reducción diferentes. La polea c estâ enchavetada sobre el mismo árbol y puede deslizarse con
é1. Normalmente un resortt empuja la polea c contra la ó que se encuentra en movimiento de
pequefia velocidad (gran reducción), una cama. h desplaza a la polea { que entra en contacto con
ia iolea c, a medidã q.te este contacto se establece, la presión entre las poleas c y ó disminuye
y eì embrague se aflojá. Se encuentra también a grandes velocidades (pequefla reducción). De esta
Íorma se evita una posición de descenso libre sin calar el motor.
VilI. RUEDAS Y CARRILES
A. RUEDAS
l. Cálculo del diámetro de la rueda
Las ruedas y los carriles son solicitados por la presión local de forma anâloga a los engranajes
y los rodamientos. Si designamos por D el diámetro de la rueda en centímetros, por b - 2r la
ânchura efectiva del carril en centímetros (ancho del carril / menos redondeamiento r), por E
y Er los módulos de elasticidad propios de los materiales de la rueda y el carril en kg/cmz y por P
la rèacción de la rueda, se calcula la presión p en kg/cmz según la fórmula de Hertz:
ErE,
(1) P2 :0,35
(b
z^ g1+ Er'
-2r)D
La fórmula siguiente es de uso más corriente:
Si tomamos como base de las presiones admisibles, las de los engranajes de servicio intermitente
de los aparatos de elevación, según la figura 259, encontramos por ejempl o para acero moldeado
de 52 kg y n: 30 rpm en servicio normal
Para ruedas de fundición (Ge 22.91) que se encuentran en las máquinas manuales, se puede tomar
k:20 a 40.
Por medio de estas cifras se calcula el diámetro de las ruedas según la fórmula siguiente, en la que
Po6* os la reacción máxima:
(4) D- P^.
(b 2r)k'
-
TAsr,l 40. Vlronns ADMTsTBLES eARA EL coEFrcrENTn k (kglcmz)
-
Valores admisibles de k
Plena carga
Frecuencia d";;:Ëi;" I riPo. . ^_'--.==-_\
de utilización ' (m/mm) I de servrcro Acero
moldeado
Acero moldeado
60 kg Ruedas
60 kg temple al soplete de bandaje
2, Resistencia a ta rodadura
Una rueda que gira en un soporte y se mueve en la dirección de un carril, caÍgadacon P kg y mon-
tada sobre un eje de diámetro d cm, encuentra una resistencia a la rodadura que se compone de
la resistencia a la rodadura y de los rozamientos sobre el eje:
(s) w:+(r+r!),
2
I Si los rodamientos absorben el empuje axial, se evita el frotamiento de los cubos y se puede, eventualmente,
permitir una mayoración media.
)
RUEDAS
1u gTUglfm.de
reacción para las ruedas sobre casquillos y sobre rodamientos. De otra parte se
indica la resistencia total w161 eu€ comprende 5 kg/Tm para las resistencias suplementarìas.
Los valores de la tabla 4l muestran que la resistencia a la rodadura de una rueda de gran diámetro
es inferior a la de una de pequeflo diámetro. La diferencia entre ruedas sobre casqú[os y ruedas
sobre rodamientos es todavía más ìmportante. Como promedio se puede admitir 20 kgfTm para
casquillos y 7 kglTm para rodamientos.
Diámetro de la rueda (y del eje) 200 250 320t4001500 630 800 900 1000 1250
(mm) (55) (60) (70)l(80)l(eo) (100) (t2s) (140) (160) (200)
Esto es igualmente valedero paralallanta de la rueda que está solicitada localmente por las grandes
reacciones normalmente admitidas en los aparatos de elevación y por el desgastè aceleúdo en
servicio duro. La reacción que puede ser concentrada en un punto solicita a veces a tracción el
148 RUEDAS Y CARRILES
interior de la llanta. En ciertos casos se han observado fisuras como las representadas en la fr'gura238
que se extienden durante el servicio y que finalmente han separado totalmente la pestafla'
El plato de la rueda entre la llanta y el cubo se dispone frecuentemente ligeramente cónico para
facilitar la colada; se le provee de enderezadores y de agujeros de aligeramiento.
La rueda gira libremente alrededor de un eje fijo, o está enchavetada sobre un árbol. En América
se encueoira siempre esta última solución, que en Alemania sólo se emplea para, las pequeflas
reacciones. En el èaso de una rueda libre sóbre eje fijo, ésta se encuentra muy frecuentemente
entre dos perfiles laminados y está frenada por placas de retención. Generalmente los cojinetes
de las tu.dus están sometidoJ a presiones específicas muy elevadas; pero a pesar de ello es inútil
aumentar |a longitud de estos cojinetes, porque a consecuencia de la deformación, el ejecatga
sólo en los extrernos (ver fig. 170, pâg. 94). Para proteger la estructura de laminados se prevén
chapas de desgaste en el intérior de los perfiles. Las ruedas motoras reciben una corona dentada
(figura 239) que se fija mediante bulones y se centra sobre unos tetones adecuados fundidos en la
Pendiente 1 : 10
bt-*
a'
l
k Fto.241. normalizada (DIN 15.046).
-Rueda
b2
rueda. Es útil transmitir el esfuerzo tangencial mediante cojinetes o casquillos que absorben el
trabajo de cortadura (fig. 240). Las ruedás con corona obtenidas directamente por fundición sólo
se eniplean en el caso de pequefias reacciones o de servicio poco intenso. Para limitar el número
de uródelos y de piezas dè recambio, se recomienda proveer a las ruedas cortadoras de tetones
-qúípermitìrân el montaje de diversas coronas dentadas. Por la misma tazón se emplean siempre
simétricos al eje dêl carril, que da siempre reacciones iguales en los cojinetes. La frguta 24I
ty"irUú
la tabla 42 dan las dimensiones de las ruedas normalizadas por la DIN 15046.
Ár-
--
Tenu 42 (ver fig, 241). Rusnas coN coJTNETES DE BRoNCE LISos, según la norma DIN 15046
-
Anchura del carril k Corona
4--- b2
Diámetro pafa
de la DIN 536 la cota
br b3
rueda normal Númer
DL
_4*_ DIN dek Mó.
de D3
5902 (**) dulo
Cota dientes
(*)
normal
Número Diámetro
200 45 30 5 220 4 12 SI
250 50 35 5 240 4 16>
320 (60) 63 35 5 260 4 16)
400 80 40 5 300 4 20 >>
A pesar del precio de costo más elevado, está justificado el montaje de ruedas sobre cojinetes de
rodamientos en las máquinas sometidas a un servicio intensivo, ya que las economías de energía
y de lubricantes amortizanrâpidamente el mayor coste. Por esta razón este montaje se ha extendido
modernamente. El empuje axial se transmite por los rodamientos (fig. 2a\ y a través de las chapas
de desgaste. En el priper caso se evita el rozamiento sobre la cara frontal del cubo, disminuyén-
dose así la resistencia al rodamiento, pero los cojinetes de rodamiento están solicitados por los
empujes axiales. No obstante y con una disposición apropiada se llega a limitar esta solicitación.
En el montaje de la figura 242 el rodamiento de la izquierda que transmite el empuje ,FI (ver la
flecha) está solicitado por la fuerza V que resulta del par H (D 12) debido al empuje sobre las pes-
taflas. El montaje de la figura 243 es más favorable, las solicitaciones de los rodamientos son me-
nores, porque lafuerzaY descarga el rodamiento solicitado por el empuje H. Ademâs el meca-
nizado de esta rueda es más ventajoso, el mandrilado puede ser ejecutado en una sola operación,
mientras que los rebajes de la rueda de la figura 242 necesitan un torneado adicional. Además,
más pesadas y más caras, pero especifican ruedas laminadas con llanta templada. La Heinrichshütte-
Hattingen tiene una tendencia anâloga con su fabricación de ruedas prensadas, que son más ligeras
que las de bandaje e incluso que las de acero moldeado.
Ftç. 244. Montaje de rodamientos sobre camisa. La solicitación do los rodamientos según la figura 243.
-
Ftç. 245. de puente'grúa, que permite un desmontaje fácil (Harnischfeger, Milwaukee).
-Rueda
Frc.246.
Rueda de bandaje.
I
Frc. 247. s
de un - Guiado
puente-grúa.
s(È
eo
_t
4. Eiecuciones especiales
l-,Luz
En ciertos aparatos, sobre todo puentes'grúa, se
constata una elevada usura de las pestaflas. En los
puentes, la relación de la carga a la distancia entre
ejes es muy desfavorable, y se originan movimientos
en sentido inclinado, acuflamientos, etc. Las dife-
rencias en los diámetros de las ruedas motoras, un
mal alineamiento de los ejes de las ruedas, una vía
de rodadura mal montada, son factores que provocan
la marcha inclinada, el frotamiento sobre las pesta-
flas y la usura de estas últimas, En todos estos casos
una ligera conicidad de la llanta, según una propo-
sición de H,tnnv (') se ha revelado como remedio
efrcaz. Por ello los constructores americanos mantienen
la rueda cónica como standard y se podría utilizat
también en Alemania, pero por las razones que se
exponen a continuación, su empleo queda reducido
a casos especiales.
El efecto favorable de las llantas cónicas, que se montan con el diámetro menor hacia el exterior
igual que sucede en ferrocarriles, se explica como sigue: Cuando el puente-grua avanza. por una
u otra razón, más por el lado derecho, por ejemplo (fig. 247), la estructura queda inclinada y la
rueda derecha se desplaza a la izquierda respecto del carril; por lo tanto rueda ahora sobre el
diámetro menor y el lado derecho qlre avanza se encuentra retrasado respecto del lado izquierdo.
De esta manera el puente-grúa se guia a sí mismo, sin cargar sobre las pestafias.
Las ruedas americanas normales tienen una conicidad de I : 16, la llanta es 30 a 40 mm más
ancha que la cabeza del carril. Existe un juego suficiente para el guiado, y las pestafias no entran
en contacto con el raíI. No obstante, se toma la precaución de emplear siempre pestaflas. Aunque
Ftc. 249.
Ruedas de monocarril montada
sobre rodamientos (Kugelfischer).
el perfil de las ruedas portadoras no está bajo la influencia del guiado del puente, se hacen igual-
mente cónicas para facilitar el almacenado y los recambios y para asegurar una mejor rodadura.
Teóricamente el contacto entre carril y rueda se hace sólo en un punto. Hay que notar que los
raíles Vignole que se :utilizan preferentemente en los Estados Unidos tienen una cabeza bombeada,
más ventajosa que la cabeza plana de los carriles Burbach. Esto explica que las experiencias hechas
en Alemania son menos concluyentes que las hechas en Estados Unidos. Para el cálculo de la
carga admisible o del diámetro necesario, no se establecen diferencias entre un carril de cabeza
bombeada o un carril plano, y se basan únicamente sobre la anchura y sobre el factor k de la
tabla 40.
Las ruedas de los monorraíles se hacen también muy frecuentemente con un perfil cónico o bom-
beado para que puedan adaptarse al perfil de las alas de los laminados (fig. 249). La conicidad
no mejora en este caso el guiado, ya que é1 es mejor que en el caso de los puentes-grúa porque la
relación entre la víay \a distancia entre ejes es más favorable. En cambio, la rodadura de las ruedas
de oríentación de una grúa giratoria puede ser mejorada por una conicidad de las ruedas que giran
sobre un carril torneado con un perfil adecuado. No obstante es muy corriente utilizar ruedas
sin pestaflas sobre un raíl Vignole (fig. 250). El deslizamiento relativo entre el raíl y la rueda es
RUEDAS 153
la causa de una usura más fuerte. Por esta razon se disminuye generalmente el factor k un l0 I
en las ruedas de orientación.
En la mayoría de los casos las ruedas de los aparatos de elevación no se montan sobre resortes.
Con el aúmento de las velocidades de traslacióã y de giro, aumentan también los choques y.ello
oUfqu a reforzar la estructura mecánic a y a apliõar máyoraciones en las solicitaciones dinámicas.
Frc. 251. Carro de pórtico de descarga. Los ejes están montados sobre resortes.
-
a, llanta;
ó, disco tlc caucho sintético;
6:, cubo de la rueda;
d, discos de acero solidarios del disco
de caucho;
e, disco móvil de fijación;
f, tuerca;
g, bulones de arrastre'
La repetición de estos choques fatiga también los equipos mecánicos y eléctricos. En el desarrollo
interés. Se han
fri*.; el iontaje de ruedqs- con susf,ensíón elásticq reprèsentarâ :una tarea dignadededirección
frà"fto ya varia; tentativas en esta dirección. En los Eìtados Unidos los árboles de los
carros d. grur velocidad se montan desde hace algunos aflos sobre resortes cor1 pestafias según
los pórticos igualmente sobre resortes, pero
la figura Z\t. Se montan las ruedas de traslación de
154 .
RUEDAS Y CARRILES
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CARRILES 155
en este caso los resortes deben sobre todo garantizar la repartición de la reacción mediante
un
cierto número O" rurìur y reemplazan así lãs balancines y los caÍros.-La Shaw-Box Crane and
ffoirt Co., Muskrgã", Míchigan, ha realizado un cierto número de grúas con gran en velocidad de
un ensayo
iraslaciOn V ruedas"sobr, r.roitm. La Demag, de Duisburgo, ha seguido otro
camino,
hecho en los últimos aflos, incorporando rií elemento elástico en la rueda
(fig. 252)-' La ryqda
consiste en una llanta de acero ã soportada por medio de dos arandelas b
de caucho sintético
platos de acero d. Estos platos llevan unos
iÈ.ruo"un). Cada arandela está vulcanizada sóbre dos las placas laterales
elementos descentruãor-q". rc introducen por un lado en la llanta y por o!r9 en
j
del cubo. La tuerci aprieta todas estas piezas; tres pasadores g iepartidos igualmente sobre la
p.iif.tiu transmiten el ãsfuerzo tangenciai. Los cubos de las ruedas motoras llevanuna una corona
dentada. La rueda de la figura252ãstá destinada a una grúa d9 13 Tm.y sopo-rta reacción
flechã de 16 mm bajo una fierza de 48 Tm'
de32Tm. En et ettsayo est?iico se ha registrado una
õ;;p;aa con ror tíã"tu:es americanoï esta solución de la corona no presenta dificultades'la
presenta la ventaja de que solamente
llanta tiene movi-i.;i;; respecto del chaóis. Así el arrastle
No es posible dar un criteriã respecto a la duración y amortizaçión obtenida con estas arandelas
de servicio'
de caucho sintético, antes de estáblecer una tabla con lus experiencias de varios aflos
B. CARRILBS
1. Perfiles y dimensiones
Es muy frecuente el empleo de carriles Burbach según la DIN 536 que-presenta
una cabeza ancha
pãtu ,ópottar las grandes cargas y un patín muy aãcho que facilita ia fijación (fig. 253 y tabla 43)'
sobre los ca-
Los carriles ordinarios, según la figura 254 y la tabla 44, se emplean frecuentemente
las esquinas
minos de rodadura coástitíidos pú los laminados. Se suministian rectangulares, con
superiores redondeadas o achaflãnadas, con superficie bombeada.
Carriles de
Frc.254.
llantones.
LW
- I.-_]U_J
I
Sobre fundaciones en hormigón o sobre traviesas se emplean raíles Vignole a causa de su elevado;.
v
156 RUEDAS Y CARRILES
Material: Acero de 60 kg
Standard de 46
S.N.C.F. 50
kg ..
kg .....
145
153
62
67,4
15
15,5
146,303 I 588 ,y 67,2
so,sos
Frc. 255.-Carril Vignole. I
Cuando el carril se apoya en toda su longitud sobre hormigón, es necesarìo comprobar la presión
específica y la solicitación clel carril a la flexión, tenienclo erÌ cuenta la deformãción elásiica del
hormigón. ANonÉB da las fórmulas aproximadas siguientes:
(7) o:0,50
ry+,
con
1'lbzpE* 3
'l:V IE 2'
E*,el módulo de elasticidad del hormigón, E*:140000 kgfcmz;
E, el módulo de elasticidad del acero, E:2150000 kgfcmz;
I, el momento de iirercia del carril en cm.
Se admite P :20 kgf cmz para un hormigón de buena calidad, admitiéndose para los diferentes
carriles las reacciones y solicitaciones dadas en la tabla 46.
Considerando el hecho de que las hipótesis de cálculo no son nÌrnca plenamente realizadas, estas
cifras tienen un valor aproximado, correspondiendo solamente a las sòlicitaciones de un gran nú-
mero de caminos de rodadura existentes. Los valores del coeficiente de utilizaci ón y : P/G ráuestran
que_ l_os carriles Vignole son más ventajosos que los Burbach. Para realizar un apoyo continuo
se debe hacer un relleno entre el carril y el hormigón de al menos 30 mm de espeioi de mortero
derelaciónla3.
CARRILES 157
Ta.nLA 46. RsÁ.ccroNss lrÁxrlrls P plnn CARRILES SOBRE HonuIcóN coN uNA pnnstóN
- P :20 kg/cmz
Coeficiente
Reacción Fatiga Peso de utilización
de la rueda P del carril o del carril G P
(ke) (kg/cm') (ke/m) íG
33,4 44,3
Preussen n." 6 .. ... 14 800 945
> n.o 8,.... 16 900 945 4l,o 41,2
> n-o 15 .... 17 900 935 45,1 39,7
Burbach n,o 1 (KS 22) con patín 180 x 10 . . 11 900 1420 36,3 32,8
> rÌ.o 2 (KS 32) > 200 x 10 .. 15 500 1310 47,7 32,5
)> rÌ,o 3 (KS 43) >> 250 x 12 .. 20 800 Ám 67,1 31,0
)> n,o 4 (KS 56) ) 300 x 16 .. 30 700 1370 94,3 32,6
(KS 75') )) 320 x 16 . ' 37 800 1250 115,4 32,7
)) (KS l0l) > 340 x 20 ... . . . .' .l I
Preussen n.o 6 con patín 2oo x 12. 28 200 I 380 \)) 54,0
8 > 220x14.
I
49,6
> n." 32 300 t380 65,2
15 >> 2s0x18.. 47,6
I
En lugar de los espárragos de anclaje ordinarios (ng. 256) es ventajoso utilizar tacos de hormigón-
amianto colocados en c;jetines dispúestos en la viga de hormigón. Después de colocados se rellenan
Frc. 257.
Camino de rodadura sobre tacos de
hormigón-amianto (Deutsche Asbes-
tonwerke A. G., Colonia)'
con mortero de 1 : 3 de cemento-arena o con mortero de embeco (fig. 257). La fijación del carril
se hace mediante tirafondos de vía, roscados en los tacos. Gracias a la elasticidad del
hormigón-
amianto, el tirafondo absorbe los choques y las vibraciones del carril y puede fácilmente recam-
biarse, mientras que los espárragos de la figura 256 son difícilmente recambiables.
El relleno de mortero corre el riesgo de romperse por los pequeflos movimientos del carril, si la
n:u"iO" con la fundación no es perfecta. Algunos fracasos en esta cuestión han provocado inv_esti-
gâciones sobre otras formas de^ejecución, por ejemplo: fundación sobre viga continua embebida
ãn hormigón. parece más ventajoso disponèr a cortos intervalos soportes del carril que permitan
158 ENGRANAJEs y REDUcToREs
su libre dilatación- Estog apoyos pueden estar constituidos por piezas de fundición o por robustas
chapas. Los carriles deben apoyarse sobre superficies bombeadas o sobre calzos de materiales
elásticos para evitar las elevadas reacciones de borde por la deformación elástica del carril.
en el sentido longitudinal.
Se admite que las solicitaciones deben estar dentro de los límites dados por la DIN 120 (ver pâg.295).
IX. Ei\GRAI\AJBS Y REDUCTORES
El estudio de los reductores tiene un lugar muy importante en el proyecto de un aparato de eleva-
.iOn. Corr.*pondiendo a las necesidadãs tan-diversas de estos aparatos, los reductores realizan
y
reducciones ãe velocidad desde I : 7 hasta 1, : 200, utilizando engranajes de ruedas cilíndricas
cónicas, engranajes de rueda helicoidal y tornillo sin fin y trenes epicicloidales. Frecuentemente
las dimensiones totales de los mecanismos dependen en grado elevado de la disposición de los
reductores. El precio de venta y los gastos de entretenimiento son en gran medida función de
la
concepción de los reductores.
En los aparatos antiguos se encuentran todavía engranajes montados directamente sobre la estruc-
tura por medio de sãportes; la tendencia moderna, en câmbio, pref,ere reunir todos los engranajes
ã. grânde y mediana en una caja única. Ello permite una gran precisión de los engra-
"jÀ.iJ"o
najes. Se impõne una reducción de las dimensiones para-disminuir el peso de estos cárters,
y ello
.oâdrr". a &nplear materiales seleccionados y módulos_ pequeflos.-.-Por o-tro lado, los módulos
pequeflos exigen ,rnu-ãlitt.ución perfecta (rodamientos a uòtaã y rodillos). Las exigencias relativas
à tâ marctra iilenciosa de los reãuctores se hacen más y más rigurosas, lo que hay que tener en
cuenta para gn mecanizado de precisión y por la adopción de dentaduras helicoidales o en V.
De esta forma los reductores coãstitrry"n Ltrã parte muy importante de un aparato de elevación
ãoderno, estableciéndose como siempre la diitinción entre reductores para servicio normal y
reductorés para servicio intermitente, ã efectos de las aceleraciones y deceleraciones repetidas de
las masas. Por ello se les dimensiona siguiendo otros principios, así como su disposicìón y su
cÀncepciOn están influenciados por las criestiones propias de los aparatos de elevación (1).
A. cÁT-,CUIO Y DIMENSIOI\AMIENTO
DE LOS BI\GRAI\AJES DB RUEDAS CILÍNDRICAS
1. Cálculo de la usura
EI desgaste de los dientes depende de los siguientes factores:
Las normas de base (DIN s67) para el perfil, (DIN 868) para las designaciones. (DIN.869) las ildicaciones
que
1
Ëo"ãú"ããlãr ãrpó"inã"ion"r íiorN azo) las'correcciones de perfil son también válidas para los aparatos de
elevación.
I
160 E\GN,-{\AJES Y REDUCTOR S
El cálculo del desgaste tiene en cuenta todos estos factores. La base del cálculo es la determina-
ción de la presión específica según las fórmulas de Hertz.
Cuando se oprimen uáo contra otro con la fuerza P, dos cilindros paralelos de longitu d. b y de ra-
dios r, y rr,la línea de contacto se ensancha paÍa formar una banda de contacto con el máximo
de Ia presión específica en el centro de la banda igual a
(t) pz:0,35+;+E(++
+),
siendo Er y Ez los módulos de elasticidad de los dos materiales en presencia.
El caso de dos dientes de engranaje es análogo. Dado que el perfil de los dientes es una envolvente,
cuyo radio de curvatura varia, se puede buscar 1.o la posición de un diente durante el engranaje
y 2." la posición más desfavorable que concierne a la curvatura de dos dientes.
1 , I _rr*r2
i- ,, ,rr, '
De esta forma la presión P alcanza su máximo cuando uno de los radios está en su mínimo. La
posición representada en la figura 258 muestra el momento.o la totalidad de esfuerzo soportados
CÁLCULO Y DIMENSIONAMIENTO DE Los ENGRANAJES DE RUEDAS cILÍNDRIcAs 16I
por un solo diente; en este momento las condiciones de curvatura son también las más desfavo-
rables y la presión específica alcanza su máximo.
ln-Iry expresiones indicadas sobre la figura. 258,_m designa el módulo, z el número de dientes,
d el diâmetro del pifión, i la relación dã reducción y a eï ángulo ae pÉrion
,, --ll cos c
r,*12:!r"nc(t+ l).
Sustituyendo estas expresiones en las ecuaciones de Hnnrz e introd.uciendo el par Mr: p dl2cos o.
encontramos después de algunas transformaciones la presión máxima
-2 _ 2ErE? Mti+l
P":aq+fiffi iaç,
0,7
.o.o(v
v
r (11""",;T*T_22
c: t_ senc cos a
\
\V--'- -' z' z2 z l'
Para los piflones corrientes de número de dientes comprendido entre 16 y 40, los valores y
a c
varían tan poco que se les puede reemplazar por consiantes sin introducí un error importaríte.
De esta forma se calcula la presión específica para los engranajes cilíndricos de dentado exterior
con un ángulo de presión e :20o, dientes rectbs, pifrón y rueáa en acero o en acero moldeado
De la misma manera se encuentran las fórmulas siguientes para los engranajes cilíndricos de dentado
interior (ángulo de presión 20', dientes rectos, pifOn y rueda en acero o en acero moldeado):
M^ i-l 1
(5) bdl,.: s 72oooo (cms).
A; ,_-0.ì+ ,
En el caso de una dentadura cuyo ángulo de presión es de 15o, la presión específica estaú mayo-
iúu upr"*imadamente un i %i el vãlor bdz,," ry /o en relación con una dentadura de 20'. Por
ello seiá siempre preferible una dentadura de 20".
El valor de la presión específica admisible depende de los materiales y de las velocidades de rota-
ción. El diagrâma de la figura 259 da los valores empíricos para diferentes materiales y velo-
cidades (2).
hglcm2
n000
\
a.
q)
9000
s
E
0000
b
a
7000
G
G 6000
ì 5000
1000
o
q.
3000
800 900 t000
Í p. m.
La presión es la mism a para el piflón y la rueda, por_ lo que se elegirán los materiales de forma
que
L púio" específica adàisible iea la misma en lõs dos materiales, teniendo en en cuenta las diferen-
O. velocidad. En este caso rueda y piflón tendrán la misma duración lo que concierne a
"i^ p
la usura. El cálculo de bdL se hace siempre con el menor de los valores de admisible.
El factor de servicio f tiene en cuenta las diversas condiciones de servicio, la tabla 47 da algunas
indicaciones para la elección de este factor f.
Cuando los dientes de una rueda o de un pifión engranan por el mismo lado con dos o varias
.;;6; ei rodaje de este conjunto es más aiiicil y por consecuencia los coeficientes / deben sufrir
una reducción del 75 "/" rcspecto a los valores dados en la tabla 47 '
Las"curvas de la tabla de la figura259 son valederas para las calidades de mecanizado
y las con'
diciones de lubricado indicados en la tabla 48'
2 paraotras materias, lo mismo que para los acerostemplgdgg-1l soplete-, los ensayos de.NnvaNN (Z' d. V. D. I',
para el acero es aproximadamente proporcional
1943, pâg.521) propoiôúà" Outor p.eciosos. La presión âdmisible
a la dureza Brinell.
\-.
CALCULO Y DIMENSIONAMIENTO DE LOS ENGRANAJES DE RUEDAS CILÍNDRICAS 163
Cabrestante y dirección
variación de alcance,
traslación
Utilización Carga
Velocidad periférica
en el diámetro primitivo Acabado Lubricación
Hasta 4 m/s
t o con mecanizado basto
Mecanizado fino Grasa o barboteo en aceite
Hasta 12 m/s Mecanizado muy fino o rectificado Barboteo
Más de 12 m/s Rectificado Inyección de aceite a presión
El cálculo de la usura determina las dimensiones del pifión por la expresión bdzn".. La anchura
y el diámetro no quedan nunca determinados, ya que se puede obtener el mismo valor bd2 con un
pifrón ancho de pequeflo diámetro que con un piflón estrecho de gran diámetro. El paso I o el
módulo m tampoco son determinados, ya que estos valores deben ser elegidos siguiendo las indi-
caciones del párrafo siguiente.
Los dos elementos de un tren de engranajes rectos deben poseer en conjunto al menos 24 dientes
para un engranaje exterior y dos veces el número de dientes del pifión más 10 en el caso de un
engranaje interior.
Tras el número de dientes del piflón, se determina el módulo o el paso considerando que:
Los errores de división son menores para un paso pequeffo, lo que determina una marcha más
silenciosa; es importante en los engranajes de gran velocidad que deben tener un paso relativa-
mente pequeflo. Esto está limitado en un sentido por las consideraciones de resistencia a la ruptura
(ver Câpíiulo siguiente) y de otra parte por el paralelismo más o menos perfecto de los árboles.
Èrecuentementelos soportes de los cojinetes se montan sobre la estructura de perfiles del puente-
grúa o del carro portaãor del cabrestante. Estas estructuras no son muy rígidas, se deforman bajo
õl efecto de la cãrga determinando repercusiones sobre la posición de las ruedas que corren el
riesgo de inclinarse en uno u otro seniido. Esta inclinación es, por otra parte, más desfavorable
cuanto menor es el paso en relación con la anchura del diente.
Rodamientos o
cojinetes de precisión sobre bas-
3 x módulo (mm)
y árboles rígidos.
tidor rígido (cárter)
Dientes tallados a máquina... x módulo (mm)
Cárters con cojinetes de calidad corriente, etc. 2,5
I Soporte sobre la estructura, etc. 1,5 x módulo (mm)
Dientes fundidos I Soporte sobre la estructura, etc. 1,0 x módulo (mm)
I
3. Resistencia a la rotura
La solicitación de un diente alcanza su máximo cuando el par entero es transmitido por una fuerza
que actúa en la extremidad del diente (fig. 260). Entonces iesulta en el pie del diente una solicitud
u flrr,ióo y a compresión. La sección peligrosa se encuentra allí y el diente se considera como un
sólido de igual resistencia a la flexión.
Con las indicaciones de la figura 260, elesfuerzo de flexión en la sección peligrosa es como sigue:
o,:'#P:### (kg/cm2)
Sección
y el esfuerzo de comPresión:
La solicitación total para los engranajes rectos de dentado exterior e interior, de módulo m y de
anchura á'(e) se calcula:
-l
õtot:õr*6": (ke/cm2)
Tlsrl 51. Vu,onns q nARA UNA DENTADURA crLíNDRrcA DE 20o. DsNraounA ExrERroR
-
Número de dientes
1l l2 t3 l14l15l16 lt7 18 2l 24 28 34 40 50 65 80 100
- oo
49 46 43,5 1 41 1 39 137,5 136 35 33 32 31 30 29 28 27 26 25
Dentadura interior
100 70 50 30 24 20
23 22 2l t9 l8 t7
Dado que d y c son proporcionales al módulo, el valor q qveda constante para todos los pasos.
La tabla 51 da los valores numéricos pata q, correspondientes a los diferentes números de dientes
y ángulo de presión de 20" para dentado exterior e interior. Para un ángulo de presión de 15" los
valores q son superiores aproximadamente en un 24 %.El dentado de 20' es por ello más ven-
tajoso, igualmente en lo que concierne a la resistencia a la rotura.
Los valores q permiten obtener el módulo z:
(7) *: U1
ur^^e7(mm),
con f, factor de servicio según la tabla 47.
Cuando se comprueba la solicitación con la fórmula (6), debe ser inferior al valor (o^a^fl.
Se puede elegir la solicitación admisible según la tabla 52 (u). La fuerza tangencial U a intro-
ducir en el cálculo corresponde al par nominal del motor de accionamiento.
La fórmula (7) da el módulo mínimo que se debe realizar, teniendo en cuenta la resistencia a la
rotura del diente. Frecuentemente, sobre todo en los engranajes de gran velocidad, estaremos
obligados, por las razones enunciadas anteriormente, a elegir un módulo mayor.
4 b' es Ia anchura efectiva del piflón que, a veces, es superior de 5 a 10 mm la anchura de engrane ó del piflón.
5 Estos valores toman en consideración el hecho de que se parte de la tensión máxima en compresión que es numé-
ricamente superior a la tensión en tracción. En la práctica Ia ruptura corresponde sobre todo ala ttacciôn.
T
t66 ENGRANAJES Y REDUCTORES
5. Cálculo de la duración
NrcuaNN (6) indica el cálculo siguiente:
bd.f;."> 6,24
í+1 para un ángulo de presión de 20',
#,
bdl.">8*+ para un ángulo de presión de l5o,
el signo negativo es valedero para los engranajes de dentadura interior; la relación de reducción i
es > 1.
Lapresión lineal ka6alparâ. el acero se calcula según NrBuaNN de forma anëúoga a la de los roda-
mientos de rodillos, teniendo en cuenta la duración, la usura y la formaciónte picaduras
3,2H2
kadm: 1
(kg/cm2),
1000w5
con
H,la dureza Brinell en kg/cm2;
,: n''fo la duración
en millones de engranados;
n, la velocidad de rotación en rpm;
á, el número de horas de servicio.
Para una duración teórica de 5000 h, la tabla 52 a d,a los valores del coeficiente k^6^; para
una
duración diferente hay que hacer la corrección
kadm: gKsour,
I
cÁLcur.o y DTMENsToNAMTENTo DE Los ENGRAN,A,JEs DE RUEDAS crLÍNDRTcAS t67
TasrA, 52 a. * Var,oRes fruooo (kg/cmz) rnna Los MATERTALEs rNDrcADos, vALEDERos IARA EL
ENGRANAJE CON ACERO O ACERO MOLDEADO
(En caso de un engranaje con fundición se multiplican los valores por 1,5)
180 73 53 42 34 25 20 l7 16 t4 l1
> de 70 kg (St 70).. .. ....... .
I
I 208 97 7t 57 45 33 26 23 2l t8 l5
> silicio-manganeso 75 a 80 kg
\
(Si-Mn-St75-80).....;.. J
230 87 69 5s 4t 32 28 26 22 19
Acero silicio-manganeso 85 a 90 kg \
(Si-Mn-St8s-90). 260 89 70 52 4t 36 33 28 24
.j
Acero especial de cementación. tra-
tado . |
Trerl 52 b. CorncrrNre p
-
â (duración en horas l0 000
de servicio)
Para la elección de la duración teórica se debe tener en cuenta las condiciones de servicio. Basán-
dose en la potencia nominal, NrsueNN admite:
6. Eiemplo numérico
a) Dimensionamiento de un reductor para la traslación de una grúa de set'vicio intensivo:
Dalos. Potencia del motor 80 CV, n -- 730 rpm.
Reducción, i x 6,3.
Montaje sobre cárter de fundición con rodamientos, dentado recto a 2O":
Í--_--' .
E__
Par motor:
Materiat del pif,ón: acero de 70 kg (St 70.11), Padm ã 730 rpú : 6350 kglcmz.
Material de lã rueda: ac.ero moldeado de 52 kg (Stg 52.81), Padm. ã 116 rpm : 6050 kg/cm2.
El cálculo se debe basar sobre el menor de los dos valores de p^ó.^, de donde
'Padm: 6050 kg/cmz.
Dado que se trata de un accionamiento de traslación de servicio intensivo que debe transmitir pares de arranque
y de frenado considerables, se elige un factor de servicio "f :,0,8.
Así encontramos
Este valor es un poco justo por lo que pasamos a 2l dientes y encontramos por lo tanto
bdz: 12(21.0,6)2 : 1910 çm3.
Desde el punto de vista de la usura el piõón está por lo tanto ampliamente dimensionado. La comprobación de la
a la rotura da
resistencia
pifrón:
q :33, b' : 12,6 cm;
dtot : l='!:= 33 :
12,6.6 --
s45 kgicmz;
rueda:
q :25, b' : 12 cm;
bdsec: sl2oaoo#;f#+
Par del piiión:
Mt
= 7l 620
*: 33 loo kecm.
cÁLCULo y DIMENsIoNAMIENTo DE Los ENGRANAJES cóNlcos r69
Material del pif,ón: acero de 50 kg (st 50.11), presión admisible a 65 rpm : zflq |slcm'?.
úàterial de là rueda: acero moldeãdo de 52 ke-(Ste 52.81), padrc ã 13 rpm : 7300 kg/cm2.
El cálculo se debe basar sobre el menor de los valores ps6rn pu€s
Padm - 7350 kg/cm2.
Dado que se trata de un cabrestante para puente-grúa de lrn_taller (raramente a plena carga) con utilización poco
frecuenie, se elige un factor de servicio Í: 1,25, encontrándose por consiguiente:
Para este tren de pequefla velocidad, es suficiente un piflón de 16 dientes,.eligiéndose un módulo de l0' Según la
luUú SO se debe elègii un ancho de t,: m : 13 cm (soportes de cojinetes sobre la estructura)' Con estas dimensiones
se calcula
642: t3(16.1)2 : 3330 cmz.
Desde el punto de vista de la usura, este dimensionamiento es muy anplio. La comprobación de la resistencia da
otot : y-U s;
Piflón:
v :37,5; b' : 13,6;
4140
dtot : 37,5:1140 ke/cmz;
1316.l0
Rueda:
4 :26, b' : 13 cm;
La resistencia a la rotura de las piezas es por lo tanto suficiente, una comparación de las cifras de los dos eJgqplos
muestra que los trenes de pequefla velocidad admiten esfuerzos superiores a los de los trenes de gran velocidad.
B. CÁLCI]LO Y DIMENSIOI\AMIBI\TO
DB LOS EI\GRANAJES CÓNICOS
En los aparatos de elevación casi sólo se encuentran los pares cónicos de ángulo recto' por eso
a ellos se aplican exclusivamente las consideraciones siguientes.
En lo que concierne a la usura y a la resistencia, los dientes rectos de una rueda cónica se com-
portan ãproximadamente igual que los dientes de una rueda cilíndrica de la misma anchura y cuyo
perfil coiresponde al perfil medio de la rueda cónica. Para hacer el cálculo de usura y de resis-
iencia se puãde por lo tanto sustituir las ruedas cónicas por ruedas cilíndricas de igual curvatura,
según la frgara 261.
Entre las ruedas cónicas y las ruedas cilíndricas de igual curvatura, se establecen fácilmente las
relaciones siguientes :
170 ENGRANAJES Y REDUCTORES
(8)
d
---=: Sen ô : Didiz
dr
I 4z
oz 1- /ira, +n /F + | z1'
(e) !:cosô: d : d IZ
Dt Voz;V /FÇ1:Z'
2. Relación de reducción:
l. Cálculo de la usura
Teniendo en cuenta las relaciones (8), (9) y (10), se calcula la presión específ,ca
según la fórmula
de Hnnrz de la misma que pâra Íuõ òeáur cilíndiicas p"riã i
{ogna
el esfuerzo fuese transmitido põr un solo diente. Se encuentra fíe 258),
"r aproximadaãente,
como si todo
empleando las
mismas designaciones
2' Principios para la elección del número de dientes, del paso y de Ia anchura
El lo qre concierne.al número de dientes mínimo, las consideraciones enunciadas para las ruedas
cilíndricas son también valederas. No obstante tray q"e notar que
los valores z, d,e la tabla 49 se
cÁLCULo y DTMENsToNAMTENTo DE Los ENGRANAJES cóNlcos 171
aplican a la rueda cilíndrica de igual curvatura. El número de dientes del piflón cónico puede ser
reducido según la fórmula (8):
i
'l/iz + t
Los pares cónicos son más sensibles a los errores de alineación que los engranajes cilíndricos, lo
que limita la anchura de los dientes a la mitad de los valores indicados en la tabla 50.
Un par cónico produce empujes axiales qÌre se calculan según las fórmulas conocidas (ver la pár
gina siguiente).
oL-. Vt'+ t
y para la rueda:
Zt: Z l'/,t + i.
Las solicitaciones admisibles están indicadas en la tabla 52. Se toma el módulo m de la dentadura
cónica en la mitad de su anchura.
õ. Eiemplo numérico
Dimensionamiento del reductor de par çónico para el cabrestante de una grúa de utilización normal:
Datos. Potencia del motor 40 CV.
Factor de marcha, 25 7,, n: 960 rpm.
Relación de reducción, i x 1,5.
Cârtet estanco, con rodamientos, dentadura a 20":
Para un tren de esta velocidad se recomienda tomar un número de dientes bastante grande. Se eligen 33 dientes y
un módulo medio : 3. Anchura 1,5 x módulo : 4,5 cm (árboles sobre rodamientos). Con estas cifras se encuentra
dtot : 600
: l29o kglcmz;
ffizv
rueda:
C. DIMBI\SIONAMIEI\TO
CÁIC[-IT-,O Y
DE LOS BNGRANAJBS PLANBTARIOS
Los engranajes planetarios tienen empleo creciente en lós aparatos de elevación, porque ofrecen
la posibilidad de superponer dos movimientos de accionamiento, por ejemplo, dar a un tambor
un movimiento suplementario por medio de un segundo motor de accionamiento. En los cabres-
tantes de cucharas y en los de dos velocidades, esta posibilidad es provechosa. De otra forma,
la aplicación de los engranajes planetarios permite obtener una repartición estáticamente deter-
minada de un par motor sobre dos elementos emparejados (engranajes diferenciales para varias
gargantas de una misma polea, tambores enrolladoÍes, etc.) Finalmente se les encuentra en varias
aplicaciones especiales como registradores de par, embragues sin posición de caída libre, etc.
Siempre que hay que hacer una variación de velocidades, se prefiere los trenes de ejes fijos a los
trenes planetarios, ya que el rendimiento y el precio de aquéllos son más ventajosos.
cÁLCULo Y DIMENSIONAMIENTO DE LOS ENGRANAJES PLANETARIOS t73
La figura 263 muestra el esquema de un tren planetario muy difundido en los aparatos de elevación.
Se compone de tres partes:
l. el árbol central con el pifión planetario A, accionado por ejemplo por el motor I;
2. la corona dentada B cuya dentadura exterior es accionada por ejemplo por el motor II;
3. el porta-satélites C, y el satélite D que engranan con el piflón planetario A y con la dentadura
interiõr D, mientras que el satélite es solidario, por ejemplo, del pifión del tambor.
Frc. 263.
Ftc. 264.
rí#.',
La relación de reduccíón de los trenes planetarios, en el caso de accionamiento por el motor I (el
motor II y la corona B están parados) se calcula por medio del siguiente procedimiento: se supone
que el engranaje entero da una rotación a en el sentido de las agujas de un reloj, sin mwimiento
rèhtivo de lal ruedas (fr,g. 26q. En esta posición se supone el porta-satélites inmovilizado y
el satélite avanzando sobre la corona por una rotación en sentido inverso de las agujas de un
reloj, desde su posición inicial. Por este movimiento, estando el porta-satélite inmovilizado, el
satélite toma la función de una simple rueda parásita, la rueda solar gira más en sentido de las
agujas de un reloj. Designando la rìlación entre corona y rueda planetaria por "I esta rotación
süpiementaria de la ruedà planetaria toma el valor Ja. En resumen, los tres elementos hacen los
movimientos siguientes :
Porta-satélite: a;
Corona: a-u:0;
Rueda planetaria: a I Ju: a(l + /).
Así se encuentra la relación entre piflón planetario de velocidad noy el por{a-satélite (velocidad n,')
estando la corona dentada parada. A una rotación o(1 +,f) del piffón planetario corresponde
una rotación del porta-satélites c, la relación de reducción viene dada entonces por:
(1 3) rsorar:no:a(1 */):l*J
nca
l'74 ENGRANAJES Y RËDUCTORES
porta-satélites: a:
-r. u
coronal u 'j :,t J+l ;
J
ruedaplanetaria o:0.
La relación entre la corona de velocidadnuy el porta-satélites de velocidad,n, (larueda planetaria
está parada) se establece como sigue:
J+r
ü___
(r4) ,
.
corona
J J+l
aJ
De esta manera se conocen las velocidades del porta-satélite resultante del accionamiento por el
motor I o el motor II. Si los dos motores trabajan simultáneamente, la velocidad resultante ei igual
a la suma o la diferencia de las dos velocidades, según sea el sentido de rotación de los acciõna-
mientos.
Tomada la velocidad del porta-satélites, se establece fácilmente la velocidad del satélite en torno
de su eje. Con este objeto, se supone que el engranaje planetario, tomado en su conjunto, da una
rotación del mismo valor pero en sentido inverso a Ia velocidad n" del porta-satélitãs. Aíí resulta
que la rotación del porta-satélites se ha reducido a 0 y que la velocidad de la parte conducida está
disminuida en la velocidad n". Admitamos que la corona parada y el pif,ón planetario-motor con
Esta < velocidad relativa D ne n" del pifión planetãrio permite calcular
- n". tomando
una velocida4 ry^
la velocidad del satélite -
la relación de los números de ãientes. Designanão por z, eI nú-
mero de dientes del piflón-planetario, poÍ 4el número de dientes del satélite, ú velociãad eir torno
de su eje se establece por
(15) " J
no:(no-n")aL 'rteial zl
zB z3
En et segundo caso el pifión-planetario está parado y la corona es motriz (número de dientes 22,
velocidad n"),la velocidad del satélite se calcula de forma anâlogatomando la < velocidad relativaï
(nu n") por
-
zolz^
(16) fln:\na-n") --B-n"uJarz"
a
-
El método aplicado anteriormente al engranaje de la figura 263, puede igualmente servir para el
cálculo de las relaciones de velocidades de cualquier otro tren planetarú. La tabla 53 côntiene
las- fórmulas. para vTlo.s reductores planetarios de engranajes paralelos y cónicos. La primera
columna indica las relaciones i entre los elementos libres Ay B, èstando eiporta-satélites ìnmovi-
lizado. La segunda y tercera columna dan las relaciones entre el porta-satéÌites y uno de los ele-
A
cÁLCULo y DTMENsToNAMTENTo DE Los ENGRANAJES pLANETARIoS 175
M,
/ I L3 [
I
\-r/
\.e,'11
-.'-1-
-
/
l+J J+l
'o
JZ. tz"
j'+ r z, 'oT+ J a 4l_L
J+l
t+rÃ
J+r
(*) (*)
,: z,r?
J-1 lz.
JZ. n'1-r2,
n^t-tf Jqï-r t-2*rfo
J-l J-l
(*) (*)
,- Z, 421 ne
J IZ, J,ú-) r-z-rn8
"- Zn Jq 'u1-r 7o J-1 J-l
(*) (*)
, ZrZ" t-J J-l JZ. lZ" J,l'o t t-z*rÃ
" Z^Zl 'n t_ l â na
1-l zt J-l- J-l
mentos libres estando el otro parado. A pesar de la gran diversidad en la disposición de los en-
granajes, todas estas fórmulas son idénticas y se pueden establecer cómo sigue:
lt:t+J v ls:J+l
na nc "f
V : N(l
-To) o v:+k-(1-ryJ
Esta pérdida es proporcional a la velocidad y al par. Para establecer la pérdida de potencia de
un tren planetario se parte de nuevo de la < velocidad relativa > del elemento conductor. Se su-
pe{pone como siempre a los movimientos reales un movimiento imaginario del conjunto del tren
planetario de forma que se reduce a 0 el movimiento del porta-satélites. De esta forma, suponién-
dolo parado, las condiciones son las mismas que para un tren simple. La pérdida de potencia Ir del
sistema de la figura 263, siendo r4 el elemento conductor, se establece fácilmente como sigue: para
el engranaje entre rueda planetaria y satélite la pérdida es proporcional al par y a la velocidad
Mr(nn- n")
vt: 7r 620
(l
-rlo),
NA
con M,: 71 620
,;,
vr:. Nn(no--n")
(l --ryJ : Na-+(l
' I'tn J+L -ryJ.
Para el engranaje entre satélite y corona, la reacción y también la pérdida de potencia son 40 veces
menores:
Vr: V1r1s,
(1e) n, M^
nc Mo I '
(20) flu:M"_J+l
ncMBJ'
(21) nA M,
nB MA
1- Las fórmulas (2) a (5) y (11) y (12) han sido desarrolladas para los piflones la
siempre ser igual o mayor que l.
, relación i debe
3. Eiemplos numéricos
a) Dimensionamiento de un engranaie planetario satélite para un cabrestante de dos velocidades.
-por
que tiene la disposición que muesira-la figura 263,
o
---' El cabrestante
estâ acciônaOo por dos motoiesr-
I' El motor I, Nt :14 CY a 950 rpm, está acoplado- al pif,ón planetario I que acciona el tambor
mediante el porta-
satélites Ç la corona B está frenadà. Velocidad de elevaìión: ,, : j -l-t" p"rã-úã;-;ú;de l0 Tm.
12. HELLMUT ERNsr.
178 ENGRANAJES Y REDUCTORES
:5 + (cms);
bdÊ"" T2oooo
r*;Ì#
Par motor:
Mrnn : 7t 620
#: 1060 ke/cm;
0,75
cÁLculo y DTMEN'T.NAMTENT' DE Los EN.RANAJE' f! ng
'LANETART.'
Con estos valores se obtienen
Mtu : 7t 620
#: 1o6o kecm;
Par en la corona:
Mts:1060.5 : 5300 kgcm;
Par en el satélite:
bdh".:s 72oooo#
T#}f,h : 2eo cms.
Por casualidad se ençuentra aproximadamente el mismo valor en los dos casos. No obstante, bajo otras
condiciones,
los resultados pueden ser diferentes. El dimensionamiento se hará por là tantoìeerin el íalóïmavõr.----
I
Se deberá repetir el cálculo.para el engranaje satélite-corona interior, aunque si se elige el mismo material para
la
corona que para el planetario, puede prescindirse de aquél ya que las condiciones de uiura ae un engiaíàje interior
son más favorables.
y) Elección del núme.ro
Qe /ientes
y del mtiduto. El satélite será montado sobre rodamientos (fig. 303). Este montaje
determina la posibìlidad de elegir el diámetro primitivo mínimo. Se adopta er Ããàuro * ) í;nriããõ-áe-oientes,
z:27; ançhura del diente, b:1,5.3 :4,5 cm.
] fo. lo tanto se obtiene
bdz:4,5(27 '0,3)2 : 295 cms.
ò) Comprobación de la resístencia a la rotura. Se hace basándose en la mayor de las fuerzas tangenciales encon-
tradas en el caso II:
: # q (kglcmz), U : Yt:
# :
or"r 392 ke.
Con ello
Encontramos la solicitación admisible, según la tabla 52, con acero de 60 kg (S1 60.11) y f :l:
6adm : 1200 kg/cm'z'
'
Piííón planetario:
La resistencia a la rotura es por lo tanto suficiente. Dado que el dentado intcrior ttabaja bajo condiciones más
iavorables, podemos prescindir de la comprobación de la resistencia de la corona interior, ya que en el caso pre-
sente esta ultima está hecha del mismo material que el piflón planetario.
Mc : Mvoto.(,I -F l) :4,5Mvo1ot
y el par de la corona:
Ma : MtrotoJ : 3,5M11o1o"
para obtener la relación de par I : 3 en las poleas elegimos la relación l, entre el porta-satélìtes y polea e iB entre
corona y polea como. sigue:
Mcic :-t'3 ic :T 3 Mn : 3 3'5 : z'r+'
7.^
ntutu i" M" | 4,5 -.
Dado que las dos poleas giran a la misma velocidad, las velocidades del porta-satélites y de la corona, se encuentran
ãn ta tnir-u relación que las relaciones de los trenes suplementarios
ttc lc :)7^
fln - ln
Frc.265.-Sentido do rotación de
los elementos de un diferencial,
El piflón planetario es conductor,
mientras la corona y el porta-satélites
son conducjdos (en sentidos opuestos).
El porta-satélites y la corona B están ligados cada uno a una polea de acçionamiento y sólo tienen un punto de
óomún âue debe por lo tanto transmitir la fuerza necesaria paru la acción y la reacción en este punto;
ettõ traó que la colona gire en sentido inverso del porta-satélites (fig. 265).
""g;ã"uj"
Si superponemos al sistema entero una rotación den4.:980 rpm en contra del sentido de rotación del
pifión pla-
ãã;ï;;ã;ita que éste queda hipotéticamente inmovilizado y que el porta-satélites gira a la velocidad de 980 rc
-
CÁTCUTO Y DIMENSIONAMIENTO DE LOs ENGRANAJEs PLANETÀRIos I8I
y la corona a la velocidad de 980 + nB.En el caso de que el planetario esté inmóvil, estas dos velocidades deben
cumplir la condición
980-nç :7Tï
J :1íi
3,5
: 0,778'
eãõ +";
de otra parte
!.L
ng
: z,zq,
crcontrándose por lo tanto
nc : 163 rpm y ne: 70 rpm.
l't Cdlculo de Ia usura. En el gasg de que el planetario sea menor que el satélite, para el cálculo de usura, se parte
del engrane piõón-planetario-piflón-satélite. Para un solo satélite, sè encuentra pàra el pifión-planetario:
i: J-l :1?{
'2
4"4- _deOende de la velocidad << relativa >> y de los materiales del planetario y del satélite. La velocidad << relativa >>
del planetario es
ttt-ltc:980- 163 : 817 rpm.
l.a veloçidad <<relativa> del satélite:
654 rPm'
": #:
Se eligen los materiales como sigue:
:5 l
,l?J *=o,r4
t
b(.I2ec 720 v
000 =4n, =8=%
74ooz T25 +
, õ,ot : l3oo cms'
[: corona será realizada en acero de 50 kg (St 50.11). F;nraz6n de la gran diferencia de resistencia entre los materiales
del planetario y de la corona, se impone la comprobación de la usupa del engrane satélite-corona.parael satélite se
cÍruentra
i :7Ï1)I : z,t.
182 ENGRANAJES Y REDUCTORES
Dado que el primer ciílculo da bdf;.": y gue el_ satélite es mayor que aquéI, se sigue
1300 cm2 para el planetario
q"J"t i,iir*rïatóuto determina elïmensionamiento y què h resistencia de la corona a la usura es suficiente.
:28: -:
para el planetario çon z
q :31;
para el satélite:
z :28'1,25 :35: 9:30;
de donde para el planetario:
para el satélite:
dtot : fr} ro :605 ke/cm2;
La misma fuerza tangencial solicita también a la corona interior, para la que encontramos
Los husillos remplazan a los dientes de una de las ruedas de un engranaje. IJna corona de husillo
que una de dentado nor-
1-.au-tit t.rna) âe gran diámetro resulta considerablemente más barata
en coronas de giro de las
;;ít poi roúigoiãnte se encuentran los husillos frecuentemente la-s
de las plumas.
de variación de alcance
;;6aj f ón tas ciemalleras de los mecanismos
4
cÁLcULo Y DIMENSIoNAMIENToS DE Los ENGRANAJES DE LINTERNA 183
Mientras que la dentadura normal está suficientemente determinada por el módulo, el ángulo de
presión y eventualmente el ángulo de la hélice de los dientes, el perfil de los dientes del piflón de
husillos debe ser trazado si no se dispone de una normalización de fábrica. Para obtener el perfil
del diente, se hace rodar la circunferencia primitiva de la rueda de husillos sobre la circunferencia
primitiva del pifión, determinándose así, punto por punto, la curva descrita por el centro del hu-
sillo según las indicaciones de las figuras 266 a 268. Esta curva es un epicicloide (fig. 266) en el
caso de un engranaje exterior de husillo, una hipocicloide (fig. 267) et el caso de un engranaje
interior de husillo y una evolvente de círculo en el caso de una cremallera. El perfil de los dientes
.e obtiene como la envolvente de una serie de círculos con el diámetro del husillo que se traza
.obre esta curva. Se unen los pies de dos dientes consecutivos por una semicircunferencia dejando
un juego suficiente para el husillo, teniendo en cuenta las variaciones posibles del intereje. Se elige
la altura del diente de forma que el arco de griu (uproximadamente el arco frì) ,"usuperior al
f,aso y que se obtenga un recubrimiento suficiente, lo que obliga a tener, al menos, 9 dientes en el
rifrón.
It
r- +--
'.(1
Frc. 266. Dentado exterior de husillos. Frc. 267. Dentado interior de husillos.
- -
Se puede por lo tanto, con NrcuaNN (?) establecer el cálculo sobre husillos aplanados, es
decir
/1 : oo. Utilizando la fórmula que da la presión superficial entre
dos cilindros:
P
K: 2rrb
y con una fórmula aproximada para rr;
* : lfV K(4
^ !^
P P
K_ 2m2(0,6 | 0,062)3,3 m2(4 ! 0,42) | O,4z) çr*1,
todos los valores están expresados en kilogramos y en centímetros y K según las tablas
52 a y 52 b.
En cambio, si partimos de husillos nuevos, sin usura y si introducimos en la fórmula (l)
el valor
de r, para z : I0, según la fórmula aproximad a d,ada más arriba, encontraremos, teniendo
en
cuenta una mayoración del 15 \ de la presión admisible:
5P
o* b*
y el esfuerzo del husillo por
'rP(+-+)
2W
Latabla 54 indica una gama de engranajes de husillos, que se han probado con buenos r"r.fffâdo,
***ìi. de rrn
vvJvuwr
desoués uw u,r
tiempo considerable
Impreso n.' I del Lehrstuhl para elementos de máquina y aparatos de elevación de la T. H. Braunschweig.
CÁLCULO y DIMENSIONAMIENTO DE LOS ENcRANAJES DE TORNILLO SIN FIN 185
Eie"'plo numérico
La cremallera de husillo de un mecanismo de variación de alcance de la pluma, transmite una fuerza de 1800 kg a
la velocidad de 6 m/min. Se debe estudiar y dimensionar el engranaje correspondiente.
Se elige un piflón de 9 dientes y se valúa su velocidad n:20. Siguiendo a NIEMANN se encuentra Ksooo: 60, corres'
pondiente al acero de 60 kg (St 60.11) y la velocidad n:20 (tabla 52 a):
m : \Vf--R@ +drí:
P
lõtoiì7Dt :
tSoo
t'e6 - 2'o cm'
Se comprueba la presión superficial sobre los husillos nuevos y sin usura (fig. 259), con
p: gooo
\t7: sooo l/ o,s : 81oo kg/cm2,
:
2rt
+ 'z:
3'5 cm'
"*#:+#:600 kg/cmz;
Fro. 269.
- Husillo de engranaje.
para el husillo:
LlP(+-+)
6X
4W
Los husillos se consideran articulados entre dos chapas de intereje / : 8,5 cm (fig. 269). El módulo de resistencia
para un diámetro de 3,5 cm es
I nd'
r,r.r8oo(+-+\
tt/-
// - Á.' omz
--- - 32 -arLvLLt, Ë:560ke/cm2.
Los dos valores son relativamente bajos, siendo la presión superficial la que determina el dimensionamiento.
El tornillo sin fin permite rcalizaÍuna relación de reducción muy elevada con un volumen y un peso
reducido. Este engranaje es normalmente más silencioso que un engranaje de dientes rectos. Gracias
a estas ventajas los engranajes de tornillo sin fin han sido utilizados desde muy antiguo en las
máquinas de elevación. Recientemente y sobre todo en Alemania (8) se prefigren los engranajes de
dientes rectos a los engranajes de tornillo sin fin porque éstos presentan las desventajas siguientes:
1." más bajo rendimiento;
2.o necesidad de elegir las dimensiones según las fresas existentes;
3." dificultades para encontrar piezas de recambio.
.Zq
l: --L.
Normalmente se eligen tres filetes paru i < 14; dos filetes para 15 < i < 29 y un filete para i > 30.
No obstante para un tornillo irreversible se tomará siempre un solo filete.
Llamando A alintercje del engranaje, rry rr los radios primitivos del tornillo y de la rueda, tendremos
- z,t
t8ë:ËÇ,
(23a) tg|:+
á) Relaciones entre las fuerzas despreciando el rozamiento
(fig. 270). El par M,, de la rueda accionada permite el
cálculo de la fierza tangencial U, de la rueda del tornillo
Frc.270ayb. sin fin.
Descomposición simplificada de las fuerzas
que actúan sobro un engranaje de tornillo rr Mt,
sin fin. or,
La reacción P del diente es normal a la superficie del mismo y acusa la inclinacion p en planta
y la inclinación a enalzado. Así encontramos el empuje lateral Uo que actua sobre la rueda:
Si conocemos el ángulo de presión an en un plano normal al f,lete del sin fin podemos conocer
el ángulo a:
tE an
(26) tgct: cosB'
cÁLculo y DTMENSToNAMTENTo DE Los ENcRANAJEs DE ToRNILLo sIN FIN 187
Estas fuerzas determinan las siguientes reacciones en los soportes del árbol del tornillo:
soporte extremo:
(27) Lt: Uzi
e'r:%y+It;
soporte (fuerza en planta):
/-tu Uztg?
vt- - z
.
'
caÍEa total:
soporte:
nr:V ,
(30) Q,:+V@
momento de flexión máximo en el árbol del sin fin:
I
Mf,: Qr-i;
momento de torsión:
Mr, : usrú
9 Siguiendo la representación simplificada de la figura 270, admitimos que el ángulo de fricción g se encuentra
en planta.
188 ENGRANAJES Y REDUCTORES
(33 a) n: r-ptsf
de forma anâloga:
'*#
l- l"=
teë
Qa a) Tl' :
r*pteÊ
o aproximadamente
2r,nn,
(36)
'o:ffi (m/s)
(rt es el diámetro primitivo del tornillo en metros) e J2s un coeficiente de pérdidas según la tabla 55.
-a
CÁLCULO y DIMENSIONAMIENTO DE LOS ENGRANAJES DE TORNILLO SIN FIN r89
TAsrl 55.
- CosmcrcNrE DE PÉRDIDAS /B
Bronce I
Aleación de aluminio 1,15
Fundición r,25
Bronce, aleación de cinc 1,5
En acero tratado y no rectificado Aleación de aluminio, h. calcinado 1,73
Fundición 1,83
55
50
45
La figura 27I da el rendimiento de un tornillo sin fin motriz en función del coeficiente de roza'
y A. U inclinación p del filete del tornillo. El rendimiento de un tornillo sin fin conducido
'.,"."io
* ."l"uia según la ecuación (34 b). Los engranajes de tornillo sin fln, con un rendimiento 11 < 0,5
irìn irreversifiles, es decir, qrrè ro'rendimieãto 4t resulta 0 y no puede accionar la rueda. Antigua-
:rente se hacía con muclra ïrecuencia utilización de esta propiedad para construir cabrestantes sin
:reno de descenso. No obstante se debe notar que la irreversibilidad depende'mucho del coeflciente
:: tiicción, cuyo valor sólo se puede fijar aproximadamente. Por otra parte este valor tiene el
::esgo de variar con el tiempo. Àsí el cóeficiênte de fricción de un engranaje usado (sobre todo
.: li rueda es de dientes bnitos de fundición) es inferior al que tenía en un principio. Las vibra-
--iones causadas por la marcha de otro mecanismo o la traslación de la
máquina puederr producir
._::ra disminución del coeficiente de fricción. Se deben tener en cuenta todas estas consideraciones
Por otra parte,la reversibilidad debe quedar garunt\zada si, bajo ciertas condiciones de servicio,
el engranaje puede ser arrastrado por la rueda, como sucede frecuentemente en los accionamientos
de traslación y de giro. Después de la desconexión del motor, es decir después del cese de la fuerza
motriz,las masas en movimiento, masa de la grúa de una parte y masas giratorias solidarias del
árbol del tornillo sin f,n, como acoplamientos (polea de freno, inducido del motor) de otra, se
paÍan progresivamente bajo la influencia de los rozamientos. Si la deceleración del árbol del tor-
nillo es mayor que la de la grúa, el tornillo será arrastrado. Ello sólo es posible si É > g. En el
caso contrario tendremos un engranaje irreversible que se bloquea en las condiciones anteriormente
expuestas. Para obviar este inconveniente se prevé limitadores de esfuerzo entre el engranaje y el
piflón de orientación por ejemplo. La comprobación de reversibilidad de un engranaje de este
tipo se debe basar en el mayor de los valores posibles del coeficiente de rozamiento. No se debe
olvidar nunca que las condiciones favorables que corresponden a la ecuación (35) sólo se presentan
alguna vez en los aparatos de elevación. Como valores máximos se pueden admitir aproximadamente:
a) Para tornillo de acero y rueda con dientes brutos de fundición retocados, lubricados con grasa
consistente: p: O,l.
b) Para tornillo en acero tratado y rueda en bronce, dientes brutos, lubricados con grasa: É :0,08
a 0,09.
c) Paru tornillo en acero tratado y rueda en bronce, dientes tallados, lubricados con aceite:
tr:0,06a0,07.
d) Para tornillo en acero tratado y rueda en bronce, dientes rectificados, lubricados con aceite:
1l:0,05a0,06.
2. Bases de dimensionamiento
El dimensionamiento de los engranajes de los tornillos sin fin se hace teniendo en consideración
los siguientes puntos:
siendo
a
cÁrcuro y DTMENSIoNAMTENTo DE Los ENcRANAJES DE ToRNILLo sIN FIN l9l
siendo
80
s_ 60 a
È, Ftç. 272. Valores c admisibles
s -
para los tornillos tallados al torno
ç40 + y tratados.
o L
===
-,^, Material de la corona de la rueda: 1,
Seo bronce centrifugado (Cu-Sn 88.12) ; 2,
aleación de aluminio de primera fu-
sión; 3, aleación de aluminio de 2.u
t2 345 6 8 fusión; 4, aleación de zinc (Z I
-
2).
í20
;í00
o
9,,
loo
o
é
(!
20
Para los dientes con perfil de evolvente de círculo se puede elegir el factor c según las fr'gwas 272
t,273. Las curvas de irazos son valederas para los engranajes con lubricación de aceite a presión y
provistos de refrigeración del mismo.
Constatamos que las condiciones de la transmisión son tanto más favorables, cuanto más elevada
es la velocidad de deslizamiento, lo que se explica por la formación de una película de aceite entre
las superficies de contacto. No obstante, los engranajes lubricados por barbotbo y sin refrigeración
del acèite, no permiten un aprovechamiento pleno debido al recalentamiento que se pr_oduce. Para
estos engranajes de servicio continuo se elige el factor c según las curvas de ftazo lleno. En el
caso de lrn servicio intermitente se eligen valores intermedios, aproximándose al límite inferior
o al superior según las condiciones. Se recomienda comprobar el recalentamiento teniendo en cuenta
los peiíodos dã parada y de marcha; se puede admitir una evacuación media de 350 kcallmzlh.
Todbs estos valores de ã se refieren a una rueda de aproximadamente 30 dientes. Para otro nú-
mero de dientes es necesario emplear un factor x (frg. 274). Para las ruedas de dientes brutos y
retocados. como se encuentra frecuentemente en los aparatos de elevación, no se debe pasar apenas
lLìs \alores de c indicados por las cunas de trazos llenos-
rF
ô) Modo de cálculo nueyo. Se tiene en cuenta separadamente todas las condiciones que influyen
sobre el dimensionamiento teniendo así una idea más clara.
Según sea una u otra las condiciones preponderantes, se eligen las dimensiones. NrsulNu da los
elementos siguientes:
NJJzts
(3e) (+)'= 2
(cm'),
t +zs(#)'
f,g
1,6
1,4
x
r'1.2
o
t(È/
[{ I
0,8
siendo
r +1,3(rfo)=
(40) lr:
=.IÇ'+1,3(#)*'
el coeficiente y, dado en la tabla 56 tiene en cuenta el rendimiento en función de la relación de
reducción. Cuando hay multiplicación, es decir si la rueda es motriz, hay que multiplicar el coe-
ficiente y2 por rf r'.
El coeficiente yr dado por la tabla 55 tiene en cuenta los materiales y el grado de acabado superficial.
p) Presión superficíal K:
: - !t-: íM:-
(41) tç ':" : rrrïla < K.a-.
rtrz!+ rrrf;!+
Todos los valores están expresados en kilogramos y centímetros. Ça- según la tabla 58. En pri-
mera aproximación se puede admitir pata rr:
(42)
":*lT*t (cm)'
CÁTcuTo Y DIMENSIoNAMIENTo DE Los ENGRANÀJEs DE ToRNILLo SIN FIN 193
Por medio de las ecuaciones (22) V Q3 a) se determinan los valores de rry tg p. El coeficiente de
presión yn estâ dado en la tabla 57.
y) Deformación del drbol del tornillo. Está causada por Pty Ur (ver fig. 270) y no debe sobre-
pasar 1/500 x rr:
Con las ecuaciones (25) v (31) V Ur: * r7 se obtiene el diámetro mínimo dy, anel fondo del filete:
/-
(43) n'':iv#lt -a
ffiF
estando todos los valores en kilogramos y centímetros. Para un primer proyecto se puede admitir
(cm)'
Bronce centrifugado 24 50
Aleación de aluminio t5 32
Aleación de aluminio-silicio 34
Aleación de zinc (*) ... 13
Hierro calcinado (**) . . t2 32
Fundición de 12 kg (Ge l2.9lX**).... 10 20
ò) Resistencía de los dientes de lq rueda. La solicitación a la flexión en el pie del diente exige un
módulo aparente
1,88íMt,^â*
(44) ffio2 (mm).
cos p rrrrC
^6^
li. Hrr.llrur Enxsr
194 ENGRANAJES Y REDUCTORES
con todos los valores en kilogramos y centímetros. Para z, > 25, se encuentran los valores Cu6o'
en la tabla 59.Para M1,máxsãintrodúcen los valores entre 1,25Mt, (cabrestantes)y 2,5M,, (orien-
tación a un servicio muy duro).
TesrA. 59. Veronns C"a-
-
Cadm
Rueda (kg/cm'9)
c) Determinación itefinitiva ile las dimensiones. Hay que notar qve lt y zz son números enteros
y m" debe corÍesponder a un módulo normalizado. De otra patre hay _que esforzarse en hacer
óoitt.iOlr el intereje del engranaje con el del modelo de cárter existente. La elección definitiva de
las dimensiones dêbe haceÃe según la gama de fresas existentes para el tallado. Normalmente esta
Èu111u es suflcientemente grandJpara
poder satisfacer todas las exigencias (rendimiento, irrever-
sibilidad, interejes determinados).
La norma provisional DIN ZN 400 contiene las dimensiones reproducidas en la tabla 60.
Módulo aparent€
lTla
(mm) Diámetro Ancho del Diámetro | .+nchu.a det
primitivo dentado ô primitivo
(mm)
I dentado á
(mm) rmmt
(mm)
I
36 22 2,34 40 23 2,44 4 l'7
40 25 1 'r1 50 28 2,55 4
45 27 2,15 63 34 2,'10 338
30 2,13 7l 36 ,55 338
48
34 2,17 75 40 ?55 348
50
2,03 80 44 ? 5{ 356
53 35
56 40 2,12 85 47 2,50 402
63 42 2,O5 90 49 2,40 408
'n 46 2,10 95 53 )L7 413
80 53 2,71 tt2 62 2,46 405
90 62 2,19 125 '10 2,48 407
100 6',1 2,13 140 78 2,48 405
106 74 2,14 1s0 86 2,49 4t2
tt2 76 2,02 160 92 2,44 417
ll8 82 2,00 180 100 2,45 408
125 88 2,00 200 110 2,50 4
132 92 1,95 212 117 2,49 403
140 100 1,99 230 125 2,49 359
150 tt2 2,09 250 139 2,46 407
160 120 1,93 280 156 2,49 405
170 t32 l,9l 300 1'10 2,46 412
14{) 1,86 315 t82 )L) 421
180
para obtener los interejes convenientes se puede corregir el dentado de la rueda. Se admite una
senaración hasta la miïad del módulo apúente. Esta corrección sólo aumenta los diámetros
de
i;'r;;;;;".ãì"0á todas las otras cotas,ìomprendidas las dimensiones del tornillo, sin modificar'
CÁLCULo Y DIMENSIoNAMIENTo DE Los ENGRANAJES DE TORNILLo SIN FIN r95
T,c.sr-A. 6l
Todo lo que se ha escrito más arriba se aplica a los tornillos de rosca trape zoid,al engranando
con una rueda de dentadura en evolvente de círculo. En teoría los dos flancos no se tocan más
que sobre una línea. Partiendo del principio de que la potencia transmisible es máximu y tas pe.-
didas mínimas si se tiene una película de aceite interrumpida entre los flancos, se ha .nruyãOo
engr_anajes que tengan mejores condiciones de contacto, por ejemplo los engranajes de toinillo
sin fin de Brown y de Boston-Renk. Aunque el mejoramiènto ie ha obtenidã.tr gtu.r putiÀ po,
una precisión y un acabado superiores y en_ segundo lugar por mejores condicionõ de contaóto,
sin embargo ha despertado el interés general sobre los engránajes dì tornillo sin fin. Se ha .-p"-
zado a emplear los engranajes Boston-Renk en los aparatos de elevación. Se ha constatado qu.' ,.
obtiene una clisposición más reducida que presenta rendimientos comparables a los de los irenes
paralelos si se incorpora un tren previo de ruedas paralelas (l :2 a t : q al engranaje de tornillo
sin fin (1 : 10) (fig. 308). Así se puede obtener una gama de relaciones de reducõiOn õon el mismo
engranaje de tornillo sin fin, variando la relación de reducción del tren paralelo. Desde luego
también se puede realizar un tal reductor con dentaduras normales. Todaô las dentaduras .rp.-
ciales comprenden dientes más gruesos en el pie, lo que es importante si se transmiten pares elev-aios
a pequefias velocidades. La dentadura Brown permite mejorar en un 25 \ los uujor., C"u- A.
la tabla 59.
Partiendo de la teoría hidrodinâmica de- la lubricación, NlprraeNN ha hecho investigaciones más
avanzadas y ha encontrado
.que los perfiles cóncavos son más. ventajosos que los ferfiles trape-
zoidales o convexos. Es posible que en el futuro, gracias a tales peifeccionamientàs, et tornilto
sin fin aumente su empleo de más en más en los aparatos de elévación.
+. Eiemplo numérico
Calculemos el engranaje de tornillo sinfn para la rotaciórr de una grúa-^Dato:velocidad del motor, rr:960
relación de reducción, i:45; par en la rueda,del tornillo,
rpm;
m9 tecm; tornillo en acero trãtado, rüeda
cn bronce cu-Sn, con dientes tallados; factor de marcha F. Utz:-45
d. M. :40 7; iervicio durà-.
Se estima un rendimiento de q:o,75. se encuentra así Ia potencia en el tornillo:
Se elige
ma: l0
'" -"rp;;n'
V
se elige c según las figuras 272 y 27 4 con una velocidad uo estimada en 6 m/s, c : 44kglcnrz, Q estimada en 2,0 :
,/o : ---õ-
0.1l8z.96O
: 5,9 m/s;
r! se toma de la tabla 60:
Y :2.
Rendimiento: según ra ecuación (35) er coeficiente
de fricción p menor es
0.051v"
F-
voì+us'
yu (tabla 5S), Ts: 1,5:
o:H:-0,03.
|/o,4 + s,g
Dado que no se debe contar con condiciones
ción 23 a) es
óptimas, se estima pt : 0,04, Q : 2. 20,, Lainclinación del filete (ecua-
35'15-5'9
tg P:A:"-
trr -lttg -:0'11, Ê :6'2o.
según la ecuación (33):
,:Ïq :-
'1: €TP-lì)
0'rl :o'72'
oJ52
Bajo condiciones más desfavorabres puede aumentar hasta 0,07, p
,, : 4o y en este caso:
, : i,*
0.1l
:0,u.
La irreversibilidad no puede tener lugar.
á) Modo de cálculo nuevo: Con q : O,j2, se encuentra
-
Nr: 18,6 CV.
a) calentamíento. se calcula el intereje necesario
según ra fórmura (3g)(10):
l*i
cÁLcULo Y DIMENSIONAMIENTO DE Los ENGRANAJES DE TORNILLO SIN FIN 197
1+1,3(ffi)-
h: :0,6,
S+',,(ffi)*
y, según la tabla 56 e y" según la tabla 55:
I A \2 r 18,6.0,6. 2,76- 1,5
:12,7, A:34,8
\to/ - l+2,9.0,97
çm.
Los dos modos de cálculo dan poco más o menos el mismo intereje.
-l//--
4
I l:20'sl'
d.i t --
to V -Sf 1l-9iq;:6,3
V o,rsz )
cm: diámetro necesario del árbor del tornilro.
õ) Resistencia de los dientes a Ia rotura. Según la ecuación (44) se encuentra el módulo aparente mínimo:
ttta: - 1,88iM1,
-----;----;4-
^5t (mm).
ÇOS P/112L"6-
Ça- según la tabla 59:
132+ t5-44
:396 mm.
198 ENGRANAJES Y REDUCTORES
É).Se emplea un tornillo templado y rectificado. El coeficiente _ys es ahora 1 en vez de 1,5 y
el intereje necesario es
es decir, que podemos utilizar el cárter de 320 mm de intereje. En este caso, el engranaje según
la tabla 60_con ffio,: l2,,zr:44 y 2rr: l12 puede usarse sin corrección. Una ó-pioUacïOn
rápida prueba que los valores de la presión superficial, de la deformación del árbol dèl tornillo
y de la solicitación de los dientes quedan por debajo de los límites admisibles. La forma clásica
del cálculo confirma este resultado.
1. Pifrones y ruedas
a) Piffones. Es interesante reducir el diámetro del piflón para obtener un intereje pequeflo y una
construcción recogida, lo que es importante en los trenes de engranaje montados en cárter. Fre-
cuentemente ello nos obligarâ ahacer piflbnes-árboles (Íìg. 276). Esta forma de ejecución se impone
si el espesor a-a entre la ranura y el fondo del diente es insuficiente (fi5.277). Latabla 62 indica
los agujeros máximos en función del número de dientes y del módulo.
14 30 40 45
'l
-__-t
55 I 60
t0
65
T2
80 90
16
110 125
20
140
15 35 45 55 60 I 65 70 90 110 t25
t6 40 50 60 6sI 70 80 100
17 45 55 65 70 80
I
Sobre un árbol de un diámetro dado, se puede montar un piõón aún menor empleando árboles
acanalados en lugar de una sola chaveta. Un montaje sobre árbol acanalado está sobre todo reco-
mendado cuando el pifión se desliza sobre el árbol para realizar varias velocidades (fig. 275).
Normalmente se hace el piflón en varios milímetros más ancho que la rueda para compensar las
imperfecciones del montaje y aumentar la resistencia de los dientes del pifión ya que su solici-
tación es más desfavorable. No obstante si se garantiza nn montaje de precisiótr, õo-o sucede
por ejemplo en los cárters, se puede también hacer el piflón de la misma anchura que la rueda.
ó) Ruedas cilíndricas. Se elige entre tres formas de fabricación: ruedas en fundición o acero
moldeado, ruedas en construcción soldada, ruedas con bandaje. La fundición sólo se emplea en
accionamientos secundarios o manuales. Como acero moldõado se utiliza el acero móldeado
de 52 kg o de 60 kg (Stg 52.81 ó 60.81). Se disefla el cubo, la llanta y los brazos teniendo en cuenta
las siguientes indicaciones:
.f
CONCEPCIóN Y EJECUCIóN DE ENGRANAJES Y DE REDUCTORES 199
Cubo: Espesor ô:0,5 d paru fundición; ô --0,4d paru acero moldeado: longitud; I >1,0d.
Brazos: Las ruedas de pequefias dimensiones son talladas en un redondo y eventualmente pro-
vistas de agujeros de aligerãmiento. Las ruedâs mayores tienen 4, 6 u 8 brazos. Lasrfiguras mues-
Frc. 278.
tran diversas secciones de los brazos: para ruedas ligeras (fr,g.279); para ruedasrpesadas (fig. 280)
y para ruedas grandes (fig. 281). El cálculo exacto de la solicitación de los brazos es difícil. Para
unã rueda de í brazos òe aOmiÍe que la totalidad de la fuerza tangencial se transmite por un solo
brazo, que se calcula como viga empotrada en el cubo. En el cazo de n brazos (1 > 4) ,se admite
qu. brazo está solicitadõ por una fracción de la fuerza tangencial (J, devalot 4Ufn Los es-
"âOã
fuersos admisibles en servicio normal (,f: 1) son:
200 ENGRANAJES Y REDUCTORES
M,,:ryïg:+.
El momento flector de la componente radial:
PsenaL _ UtgnL
^,r _
)jtfz- g - g
En este caso consideremos la llanta como una viga empotrada, de longitud Z. Se limitan las soli-
citaciones admisibles a:
MÍ, + Mr,
"r--_-j-
;
con iguales valores que para los brazos. Dado que la llanta representa el elemento más pesado,
es aconsejable limitar su espesor a e N 1,6 a 2,0 veces el módulo y obtener el momento resistente
({z) mediante un nervio central o dos nervios laterales según las figuras 279 a 281.
Las ruedas que se unen directamente a los tambores (fig. 283) giran normalmente libres sobre su
eje y transmiten su par al tambor por medio de bulones (ver también páginas 30 y 72). Estas ruedas
llevan una caja lateral d qÌle impide que el cable se introduzca en el dentado. Para la sujeción del
tambor se dispone unos refuerzos b sobre los brazos en los'que se practica una cajera c en la que
se ajustan las alas del tambor. La transmisión del par exige que los bulones se monten mediante
taladros rectificados. Los brazos que no soporten bulones ajustados por el rectificado pueden ser
aligerados ya que no contribuyen a la transmisión del par (fig. 284).
Naturalmente también es posible atornillar una corona dentada directamente sobre el tambor.
La figura 285 muestra la corona de una rueda de traslación. Dado que el par cambia constante-
mente de sentido, según el sentido de la marcha, es necesario establecer una unión perfecta entre
la rueda y la corona y por ello se prefiere la utilización de casquillos de cizallamiento en vez de
bulones torneados.
CONCEPCIóN Y EJECUCIóN DE ENGRÀNAJES Y DE REDUCTORES 201
Las ruedas de construcciól solda{a (figs. 286 a 288) permiten realizar economías de peso compa-
radas con las ruedas moldeadas. Se componen de tres partes: un cubo, un cuerpo (eventuaheãte
con vaciados de aligeramiento) y una llanta que se une por soldadura. A partii de ciertas dimen-
siones, se prevén nervios que refuerzan el cuerpo. El cubo y el cuerpo puedón hacerse normalmente
con acero de 34.kg (St 34.11). Es preferible hacer la llanta con un acero de calidad superior, al
menos de 50 kg (St 50.11). No obstante los aceros con más de 0,35 \ de carbono sori difíciles
de soldar y si las resistencias a la ruptura y a la usura del acero de 50 kg no son suficientes, se
deben emplear aceros especiales, como los EC 80, EC 100, DIN E 1664 V Vtut 125 DIN E 1665
que darán resultados adecuados. En todo caso es necesario recocer la llanta a 350' aproximada-
mente antes de la soldadura.
Se evitan las dificultades de soldadura por el empleo de llantas en aceros especiales, aunque ello
requiere también una cierta experiencia utilizando ruedas de bandajes. El banãaje en acero de alta
resistencia (fig. 289) se zuncha sobre el cuerpo de una rueda en acero moldeado o en construcción
soldada.
F-rc. 289.
Rucda de bandaje.
Frc. 290.
Par cónico, pifran de accro y
rueda de acero moldeado.
En general, se prevén varios tornillos roscados y Íuertemente ajustados para asegurar la llanta
al cuerpo de la rueda. Estas ruedas son mucho más pesadas que las ruedãs soldaãas.
Mencionaremos también el templado por soplete que se efectúa sobre los dientes de módulo
superior a 6. Los ma.teriales empleados, acero moldeado de 52 o de 60 kg (Stg 52.81 ó 60.81) para
las ruedas y acero de cementación (St C 35.61) para la llanta son todavíá fácilmente solOablôs
fr;.
El alabeo es mucho menos irnportante que con la cementación, empleándose estas ruedas en los
aparatos ds elevación sin rectificado posterior.
De forma general no se puede decidir cuál es el modo de fabricación rnás económico, porque ello
depende en gran medida del utillaje existente. Las ruedas soldadas o templadas son máj ügeras
1.1, lr9_lury7a que se puele obtener depende del contenido en carbono. Para C: 0,35 % (0,45 /") la dveza alçanza
140^(550) Rrinell que corresponden a una resistencia de 160 (200) kg/mmz. Como atgünàó matérias tienen menos
de0,3 \ de carbono no adquieren temple, Se aconseja pues especificai'el contenido enk cuando se haga et póOiOo.
CONCEPCIóN Y EJECUCIóN DE ENGRANAJES Y DE REDUCTORES
y permiten una fuerte reducción de dimensiones. Esta reducción puede ser interesante para los
engranajes encerrados en un cârtr..r estanco. En este caso el empleo de ruedas soldadas o tem-
pladas, más caras que las ordinarias, puede estar justificado por la economia rcalizada en el mon-
taje. De otro lado, por razones de construcción, frecuentemente es imposible aprovechar sus posi-
bilidades, por ejemplo si se impone un cierto intereje, como en el caso de un árbol de traslación
que debe pasar al lado o por debajo de un motor eléctrico. Estas consideraciones son particular-
mente importantes para los reductores de serie que se deben adaptar a condiciones muy diferentes.
Se deberá decidir en uno u otro caso, si el empleo de la soldadura, de los materiales de alta resis-
tencia y del temple al soplete pueden aportar ventajas que justifiquen precios de venta más ele-
vados. Desde luego, los materiales de los pif,ones se deben elegir en relación con los materiales
empleados en las ruedas.
c) Ruedas cónicas. Igual que las ruedas cilíndricas, las ruedas cónicas de pequefias dimensiones
se realizan partiendo de barras de acero de 50 o de 60 kg, las grandes se han de hacer en acero
moldeado de 52 kg (fig. 290). En cuanto a las ruedas cónicas de muy grandes dimensiones, de
empleo raro, es ventajoso soldarlas (fig. 291). El empuje del engranaje cónico (ver pág. 172) es
absorbido por un rebaje del árbol y aplìcado por él sobre el soporte.
Ftc. 291. Rueda cónica de gran diámetro, soldada. Ftç. 292. Rueda de tornillo sin fin.
- -
d) Tornillo sin fin y rueda helicoidal. En la mayor parte de los casos, el tornillo es solidario del
árbol. Solamente en el caso de tornillo de gran diámetro, como se da en los engranajes reversibles,
el tornillo se enchaveta sobre el árbol. En lo que concierne a los materiales, sc utilizan para los
tornillos rectificados acero de cementación (St C 16.61) o acero de temple.
Las coronas de las ruedas que engranan con los tornillos sin fin se unen sobre los cuerpos de furr-
dición o acero moldeado mediante tornillos rectiflcados sobre agujeros escariados. El par se trans-
mite a través de los tornillos, los cuales transmiten también los empujes axiales que les hacen tra-
bajar a tracción. Se debe contar con que sólo uno o, todo lo más, dos tornillos soporten la tota-
lidad del empuje axial. Los tornillos deberán ser ampliamente dimensionados, sobre todo cuando
se trate de tornillos sin fin de varios f,letes.
ffiffi
Frc,
-Cubre-engranaje. u, sin bordes; ó, con bordes.
293.
Ftç. 294. Cárter de protección.
-
pifiones y los interejes. Además, los trenes de engranajes
montados directamente sobre la estruc-
tura, no se prestan muy bien a la normali-zacion su marcha urus"a
f ;;
modernas' Por todas estas razones existe la tendenciu u iãu"it todos ";;ì" deti*engranaje
los tráneï
ir,
""ig.*ï",
dentro
de cajas rígidas, estancas, perfectamente mecanizadas, quË adema,
iÃpia.n-ía entrad,a del polvo.
Los aparejos eléctricos se suministran por ejemplo óoii ìooos los .ïgr*à:*
encerrados en un
A-B
cárters no serán más caras, teniendo en cuenta la diferencia en los gastos de montaje, que las ordi-
narias. Para poder obtener un tal empleo general, se deben observar los puntos siguientes:
i ,/,
\".-==-i=, =.4
Frc 296. Frc. 298,
Frc.296.-Reductor vertical de un solo tren, constrlrcción normalizadapara máquinas de elevación, montaje sobre roda-
mientos (M.A.N.).
Frc. 298. Mal disefro de un reductor que no permite variar la relación de reducción.
a, reductor
-disefiado para la mayor relación; ô, reductor diseiado para la menor relación.
ps
280
260
220
200
180
è voo
sl
?
ol 1140
õa. 120
80
60
40
20
46
4
relaciónt de reducción
reduc
Frc. 297. Ftc. 299.
Frc. 297.- potencia motriz N admisible para el reductor de la figura 296, en función de intereje, de las relaciones de reduc-
ción y de la velocidad de los motores (950 y 730 r.p.m.).
Frc. 299 a y b.- Dos aplicaciones de un reductor vertical de un tren'
pequefra
a, paÍa un cabrestante con una gran relación de reducción y un pequeflo motor; b, para una traslación con Ìrna
relación de reducción y un gran motor.
206 ENGRANAJES Y REDUCTORES
á) Potencia del motor. Utilizaremos el reductor ala plena capacidad para transmitir una potencta
grande con una reducción pequefla y una potencia pequefla con la mayor de las reducciones posi-
bles. Las dimensiones del motor pueden vaiar con la relación de velocidad elegida. Los diámetros
de los extremos de los árboles deben corresponder a la gama de las potencias.
80 35 r1011161 831 8 72
90 40 t2tlt28l 941 9 105
r00 4s ã l30l140ll10l 10 145
I 15 50 60 t4tl1s2 11311 11 202
130 60 70 ts2lt64lt4sl t2 280
168 70 80 I 13
165 ì 186 163 392
190 80 160 I t4
187 I 208 l2t9 554
Frecuentemente se dispone la junta del cárter según el eje del engranaje, lo que permite un mon-
taje y desmontaje fácil. Por esta razón el cárter vertical de la flgura 296 tiene dos juntas. La posi-
ción relativa de las partes está garantizada por tornillos torneados o -_ como en la figura 296
-
por chavetas cónicas suficientemente fuertes. La parte inferior está atornillada sobre las vigas del
bastidor o de la estructura. Los tornillos de fijación están solicitados por el momento del árbol
12 La DIN 15056 (mayo 1949)ha normalizado las dimensiones principales de los cárters. Los interejes normali-
zados son: 200, 252, 320, 400,504, 644, 800.
CONCEPCIóN Y EJECUCIóN DE ENGRANAJES Y DE REDUCTORES 207
lento o
- cuando
sionar para
se trata de un piflón en voladizo
-. por la reacción del diente. Se deben dimen-
el caso más desfavorable. Se refuerza el cárter por nervios, dispuestos lo más cerca
posible de los agujeros de fijación sin obstaculizar la accesibilidad de los pernos.
Frc. 300. Reductor normalizado de r.rn tren con junta inclinada, montado sobre rodamicntos M.A.N.
-
Frc. 301.
Reductor normalizado de dos trenes (M.A.N.).
f, pasador cónico;
tornillo de presión para el desmontaje;
h, abertura de ventilación'
208 ENGRANAJES Y REDUCTORES
En consideración a las tolerancias de fundición, el cárter debe ser suficientemente ancho para per-
mitir un juego de {iez a 20 mm a cada lado de las ruedas. Sobre el diámetro se deja un juego sufi-
ciente para que, eventualmente, un diente roto pueda deslizarse hasta el fondo sin ocasionar más
daflos. Por lo demás, el perfil del fondo permitirá que las impurezas del aceite se depositen, de
forma que no estén continuamente removidas por las ruedas.
Anteriormente se ha usado soportes de cojinetes lisos para ios árboles de gran velocidad. En las
realizaciones modernas se prefieren los rodamientos, sobre todo en el árbol de gran velocidad,
extendiéndose en forma creciente también para los árboles más lentos. Mientras que los soportes
de cojinetes lisos tienen cierto juego que aumenta con el desgaste, los rodamientos conservan du-
rante la casi totalidad de su vida útil el reducidísimo juego con que son montados en fâbrica, y
ello permite garantizar un engranaje correcto. Además tanto el entretenimiento como la lubri-
cación son más simples.
Frc. 302.
Cabrestante con reductor de dos trenes"
Ftc. 303.
Reductor con tren planetario para cabrestante.
a, árbol-motor para la velocidad normal;
ô, árbol-motor para pequefla velocidad de apro-
ximación.
reductor se monta siempre sobre rodamientos, los árboles restantes se pueden montar sobre
cojr-
netes de bronce. por razones de economía este cárter tiene una sola
punta. Para montar el árbol
de accionamiento r. pi.r.ntu al lado izquierdo, completo con rodamientos y acoplamientos
(ver
corte en el perfil O. i" f,grrru 301). Este modo de mõntaje se facilita por el empleo de un roda-
miento de ròdiilos cilíndricos en el soporte derecho.
La figura 303 representa un engranaie planetar,ío.c9To los empleados en-los cabrestantes de dos
velocidades de la M.A.N. El mãtor âr grutr velocidad está acoplado a la brtda a, el
motor de pe-
q.r.nu velocidad u"iiru sobre la brida t"po: intermedio de un engranaje de tornillo sin fin y.rueda
helicoidal iro r.pt.r.niado). La velocidad pequefla sirve para elevar o depositar suavemente
las
Corte A-B'
ll
t--]-_--
tt
Frc. 304. Cárter de un reductor planetario rcalizado en fundición.
-
que..ella
cargas frágiles. La normalizacion de los engranajes planetarios es muy importante,ya
p.ilit" aumentar la precisión. Se emplea el ãcero-espócial para el piqq" planetario y los satélites,
ãã" ãu:.to de disminìir las dimensiones. será posible otra disminución por el empleo de varios
satélites. No obstante es difícil obtener una repartición igual de los esfuerzos, lo
que depende en
en el caso de dos satélites se admite
Áiá, p-.t. de la precisión de fabricación. Por consiguiente para el piflón, se
ã; ,i"; solo de àilos transmite el 75 I del esfuerzo. -De otra parte, cálculo del
en cuenta el hecho de que los
áir-irrrry. en25 /oelfactor de servicioi(según pá.g. 163) teniendo
dos satélites engranan con el mismo flanco dõ los^diéntes del piflón. En definitiva se llega a iguales
dimensiones que para un solo satélite.
En los engranajes de gran velocidad el satélite único debe estar equilibrado por un contrapeso.
Él satélite"gira iibr;mJnte sobre un eje alojado en el porta-satélites que se compone de ydos por
ele-
mentos ,roúo, por bulones, que son soliciiados por la mitad del mornento de torsión
el
kg
momento de flexión resultante de la reacción del diente. La corona dentada se hace en acero de 60
(St 60.11) y lleva tetones de centrado en acero moldeado. La corona y el árbol central son centrados
òãUr" el'porta-satélites. para facilitar el montaje es necesario. que los elementos del
planetario
estén alinãados sobre un árbol continuo, en este caso sobre el porta-satélites, y de esta manera
pueden ser montados y comprobados fuera del cârter. Dado que las_exigen:ias concernientes a
ia precisión det enliane son elevadas, se impone el montaje sobre rodamientos de todos los ele-
mentos del planetario.
proyec-
Las figuras 304 y 305 muestran el cárter de un gngranaje planetario, estando uno de ellos
gran
tado en fundición y el otro en construcción soldáda. El cintet de acero se compone de^un
número de piezas y p"t-it. una reducción de peso considerable (aproximadamente 34 /), perc
14. HELLMUT ERNsr.
-r
resulta más caro que el cârter de fundición (sin los gastos de modelo). De otra parte los cárters
cerrados tienen el riesgo de ser menos precisos, ya que es posible que los esfuerzos térmicos pro-
duzcan deformaciones en el curso del mecanizado. Su empleo se limita a los reductores fuera de
serie y a las aplicaciones donde la reducción del propio peso juega un papel preponderante.
La figura 306 muestraun cárÍer normal para ruedas cónícas, según se emplea principalmente en las
traslaciones de los pórticos. En este caso el árbol vertical conduce los dos árboles horizontales
que mueven las ruedas. Es evidente que se puede emplear también este cárter con un solo árbol
horizontal. La velocidad de estos árboles será relativamente pequefla (inferior a 200 rpm), utili-
zándose cojinetes lubricados con grasa cuyo rebaje absorbe el empuje del par cónico. La lubri-
cación del engranaje se hace con grasa o con una mezcla de grasa y aceite. En el caso de un árbol
vertical continuo la cazoleta a retiene la grasa.
Frc. 305
vista en .planta
rttl
ilii
_+áà)__r____l-
l'rllr -f-
A título de ejemplo de reductores normalizados de tornillo sin fin rueda helicoídal, las figuras 307
y 308 representan dos engranajes de árbol vertical para los -
accionamientos de la orientación de
la grúa. La figura 307 representa un engranaje de tornillo sin fin cilíndrico. Su gama de relaciones
se establece entre i: l0 e i :50. El árbol del tornillo descansa sobre cojinetes de bronce, pro-
vistos de anillos de lubricación en aceite, mientras que el árbol de la rueda está dotado de cojinetes
de bronce lubricados por grasa. El empuje del tornillo se absorbe por un rodamiento de bolas,
axial, de doble empuje. Para excluir la irreversibilidad, se dispone un limitador de esfuerzo, reali-
zado por las dos mitades del cubo de la rueda que aprietan la corona dentada (ver también la
pâgina I4l). Para cada relación de reducción es necesario una fresa correspondiente. El engranaje
de la frgura 308, en cambio, permite obtener varias relaciones de reducción disponiendo un tren
preliminar de engranajes paralelos cuyas relaciones se adaptan a las condiciones particulares del
accionamiento; de esta forma se hacen relaciones totales desde i : 25 à i : 60. En el caso pre-
sente, el reductor está equipado con un sin fin globoide Bostock-Renk, de un rendimiento muy
elevado, que permite suprimir el limitador de esfuerzos. La precisión del engrane, muy importante
en este tipo de reductor, está asegurada por los rodamientos. Este tornillo sin fin de gran inclina-
ción origina empujes considerables, que se deben tener en cuenta para el dimensionamiento de los
rodamientos. La comparación de los dos reductores (figs. 307 y 308), representados a la misma
escala y hechos para la misma potencia y la misma reducción, muestra cómo se puede reducir
las dimensiones por una concepción adecuada y por dentados de alta calidad.
CONCEPCIóN Y EJECUCIóN DE ENGRANAJES Y DE REDUCTORES 2t1
'A
ffi S-\
Vista en planta
del cáftet inlerior
Nw
3. Lubricación de los engranaies
La duración de los engranajes depende de la buena lubricación de todas 'sus piezas. Engranajes
que, con buena lubricación, funcionan durante afios sin usura notable, se deterioran en el espacio
de algunas semanas si la lubricación se hace defectuosa. Los reductores deben ser construidos
de manera que esté asegurada la llegada del lubricante a todas las piezas en movimiento y, aun
más, hay que preocuparse de que el lubricante tenga la calidad apropiada.
2t2 ENGRANAJES Y REDUCTORES
Sobre engranajes abiertos se aplica simplemente la grasa con la mano. La grasa debe ser consistente
y adherirse a los dientes para no ser proyectada.
Los engranajes en cárters-estanco barbotean normalmente dentro de aceite. Si hay varios engra-
cârÍer, el hecho cle que todas las ruedas barboteen, lo que ocurrirá si tienen el
"111ir111o
nu:.t.í ,rr,
miimo diámetro, es perjudicial sobre todo con ruedas de gran velocidad, ya que agitan y_ calientan
inútilmente el aceite.'Cãda cârter debe estar provisto de un nivel de aceite como el de la figura 309,
ão"a. se ha indicado con un trazo rojo, el nivel normal. Puede ser suflciente emplear el nivel
repiesentado por la figura 310. Esta constituido por una tapa convexa de material plástico trans-
pdrente, atornillado en una abertura correspondiente del cârter.
para llenar el cárter de aceite y observar el engranado, se prevén aberturas apropiadas y cerradas
por tapas. El peso de estas tapas es frecuentemente insuficiente para proporcionarle estanqueidad
ãontra'las proyecciones de acéite, por 1o que se les dota de una rosca y de una
junta' El vaciado
se hace poi el punto más bajo a trâvés de üna abertura cerrada por un tapón. Si hay varios engra-
najes en un câírcr, es indicaão establecer un nervio transversal de fondo (nervio a enla figura 301).
Él'retiene las impurezas del aceite que se depositan en los rincones así formados'
+
A\
i=F
'rn
ffi íttu:v_AìL
@ \KH/
ì\Ér.
Frc. 309. Frc.310. Frc. 311.
Si es imposible hacer barbotear todas las ruedas, se pueden lubricar los engranajes sin tocar el
nivel de ãceite, por medio de una bomba que pulveriza eI aceite a la derecha del engranado. Tal
iruiicu"ion foííada, se impone también en el caso - raro en los aparatos de elevación - que
1á gìu',- velocidad oê tas ruedas hace impracticable-el barboteo. Se emplean normalmente bombas
de'engranajes, pequeflas bombas a pistón o por desplazamiento, arrastradas
por el árbol de- un
reducior. Se ieôomienda colocar las bombas õn el exterior del cárter para facilitar su reparación.
Hay un buen número de reductores cuyos rodamientos son engrasados y separados_ del cárter
puede también
oro"oiu-.nte dicho por medio de obturadores. La experiencia demuestra que se
ilbi;;; los rodamiêntos con el aceite del cárter. No obstante se hace que el aceite entre en los
iádamientos. Ello está asegurado para los rodamientos superiores del reductor de la fi'gwa 296,
yu qrr. el engrane proyecta él aceite-a los dos lados. Esta proyección frecue^ntemente tan vigorosa,
-es
por un disco á (por ejemplo obturador b en la f,gura 301) que impide
â;J;; ãUt"ïu el iopórte para el de que se recaliente. En cambio,
ü;; p;ri" áel aceite entre en el rodamientó evitar riesgo
;;;;í" lubricación de los soportes inferiores se recupera el aceite que cae sobre las paredes, en
i;, a;; se disponen cubetas de chapa que recogen el aceite y lo dirigen sobre el soporte. Con este
,irt"i"u de lutricación, el entretenimiento del reductor se reduce a vaciados regulares. Pero hay
que emplear un aceite puro y apropiado sin adición de grafito ni azufre'
La tabla 64 d,a una indicación para la elección de un lubricante en función de las diversas con-
ãi"iá"., de servicio. El primer ìaciado debe ser hecho después de aproximadamente doscientas
tãiãr-A. servicio, o lo mãs tarde después de tres meses. El aceite vaciado puede ser filtrado y reu-
iirir"o. mezclado con aceite fresco. Después se vacían cada mil o dos milvez horas de servicio o, en
se limpiará el reduc-
;ï;-;; de un servicio poco intensivo, caáa seis o cada nueve meses. Cada
evacuado antes del nuevo llenado.
;;;;;; un aceite de enjuague que debe ser siempre completamente
al aceite.
È" -.ry importante qú. úr cãrters de los reductores presenten una buena estanqueidad
CONCEPCIóN Y EJECUCIóN DE ENGRANAJES Y DE REDUCTORES 213
Las juntas, las salidas de los árboles y las aberturas de inspección deben ser particularmente cui-
dadas. Las juntas y las puertas de cierre de las aberturas deben ser mecanizadas apropiadamente
y los tornillos deben estar suficientemente aproximados.
El interior del cárter se limpia a fondo (por ejemplo, con arena) y se pinta con una pintura resis-
tente al aceite.
A la salida de los árboles, los cojinetes de bronce solos no dan buenos resultados y es preciso pro-
veerles de las juntas de estanqueidad según la figura 3ll. Lajunta se compone de un anillo de
caucho sintético cuya parte cilíndrica se aprieta contra el árbol bajo la acción de un resorte. La
tolerancia del diámetro exterior de la junta debe hacerse por el agujero H 7, que es un ajuste apre-
tado y estanco. Para el empleo de estas juntas se debe tener en cuenta los puntos siguientes:
a) Dado que la estanqueidad se haçe por la arista viva del anillo de caucho que rechaza el líquido que se encuentra
sobre el árbol, se deduce que esta arista debe ser dirigida hacia el interior del cárter.
b) La parte cilíndrica del anillo de caucho se debe apoyar sobre toda la periferia del árbol. Hay que evitar que se
interrumpa el apoyo del anillo por el efecto de ranuras o de otras aristas vivas. El mecanizado del asiento del árbol
debe ser muy preciso.
c) El lubricante debe tener libre acceso a Ia junta. Los obturadores u otros dispositivos de estanqueidad puestos
delante de la junta son desfavorables.
d) Para no daflar los anillos de caucho durante el montaje, se chaflanan los bordes de los árboles. Si por razones
constructivas esto no es posible, se debe emplear casquillos de montaje. Antes del montaje se sumerge la junta du-
rante varios minutos en aceite a la temperatura ambiente.
Aceite Grasa
Tipo de engranaje Marcas de grasas
Viscosidad Marcas de aceite (a título ce ejemplo)
a 50o (a título de ejemplo)
Para evitar que se produzca una sobrepresión en el interior del cárter se recomienda para los
reductores de gran velocidad y seÍvicio duro, prever una pequefla abertura, por ejemplo en una
tapa. No obstante se la dispone de forma que el aceite proyectado no empuje y pase (fig. 301).
Se puede evitar la fuga de aceite que pudiese producirse a despecho de todas las medidas de estan-
queidad tomadas, previendo un conducto en el pie del reductor.
4. Aiustes y tolerancias
La duración del reductor depende en gran medida de la precisión del mecanizado. Esta precisión
debe ser determinada por los ajustes y las tolerancias indicadas en los planos.
Es muy importante respetar los interejes de los agujeros así como también los diámetros de las
rueclas. Si el intereje de los mandrilados del cárter es mayor que el de las ruedas, ellas tendrán
214 ENGRANAJES Y REDUCTORES
un juego excesivo después del montaje. Si en cambio es menor, las ruedas se acuflarán. Es por 1o
tanïo ãecesario indicâr las toleranciás para el intereje de los mandrilados y que las dos-ruedas
J. .rtr engranaje se monten sin juego. ios valores indicados en las tablas 65 y 66 son suficientes
para las necesidades de los aparatos de elevación.
Tl,sln 66. Tor-snA.Ì.{clA.s PARA EL INTEREJE DE DOS RUEDAS DE ENcRANern (nrfróN Y RUEDA)
- MONTADAS SIN ruEco (mm)
-4,420
Engranaje cilíndrico exterior para mon-J
-0,190 -4,220 -0,250 -0,280 -0,340
*-4,510 -0,550 --o,750
taje dentro de cárter-estanco '..... L ---0,300 --4,340 --{,380 -0,430 --{,610 -0,780 -1,050
---:o,750
Engranaje cilíndrico exterior para mon- Ì -4,220 -4,250 ---0,280 ---0,340 -4,420 -0,550
-0'190
taje sobre la estructura, paso > 14 n ' ) -{,350 --o,400 -o,640 -0,800
-0,450 -0,520 -1,010 -1,400
,,4
X. ACCIOI\AMIEI\TOS A MAI\O
A. MANIVELAS
1. Manivelas simples
Una manivela se compone de un brazo de hierro forjado fijado sobre el árbol por un agujero cua-
drado. La otra extremidad del brazo lleva una barra de acero, recubierta de un manguito de madera.
Las dimensiones usuales están dadas en la figura 312 y en la tabla 67.
Tesrl 67
do: 40 a 45 mm
r :25O a 400
I:25O a350 >-
l:400 a 500 >
ú:20 a 25
b.c: 35'10 a 60.20 >
d: 30 a 40 )
e: 23 o 30 >
Frc. 312. f: l,5d
Manivela simple.
Se estima que un obrero puede ejercer una fuerza de 10 a 15 kg y excepcionalmente durante varios
minutos, 20 a 25 kg, a la velocidad de 0,45 a 0,8 m/s.
El eje de la manivela debe estar aproximadamente a un metro sobre el suelo. Para los aparatos
sobre muros, la mínima longitud del muro al pufio debe ser 500 mm.
Algunas veces puede ser útil variar el brazo de la manivela. Se cala entonces sobre el árbol un
cubo en el que se desliza el brazo de la manivela, el cual puede ser fijado por un tornillo.
2t6 ÀCCIONAMIENTOS A MANO
2. Manivelas de seguridad
Si el cabrestante es reversible y si el descenso se hace con freno, la manievala puede adquirir una
gran velocidad y resultar peligrosa para el personal. Para evitarlo, se da a la manivela la posi-
bilidad de un desplazamiento axial.
Las manivelas de seguridad (fig. 313) son aún mejores, ya que permiten controlar el descenso.
/h
\L-l l"
Flc. 313. -Manivela de seguridad.
a, manguito fileteado; ó, manivela; c, rueda de trinquete;
d, gatillo; e, suPerficie de fricción.
Sobre el árbol de accionamiento se encuentra calado un manguito roscado a sobre el que se en-
cuentra el cubo b dela manivela. Una rueda de trinquete c gira libre entre el manguito y el cubo.
A1 girar la manivela en el sentido de la elevación, el cubo ó se atornilla contra la rueda de trin-
queie que, en este sentido, no es retenida por el gatillo d y qlue, po{ l? fricción de la superficie e,
arrastrã el manguito fileteado a y el árbol de accionamiento. Cuando la manivela gira en sentido
descendente, el iubo se atornilla sobre la derecha, la fricción de la superficie e desaparece y la
v//--\\\
l,/,-T-.-,"
,
t*A
FIc. 314. Manivela de seguridad'
-
palanca; d, articulacion de la palanca c; f,brazo solidario de g; g, rueda de
a, árbo1 de accionamiento; b, manivela; c,
trinquete; i, tambor de freno; i, gatillo; /, resorte de freno.
CADENAS DE MANIOBRAS 2I7
B. PALAI\CAS DB TRII\QUETE
Las palancas de trinquete se emplean solamente en los accionamientos irreversibles (de tornillo
y tuerca o de tornillo sin fin). Contrariamente a las manivelas, ellos permiten limitar el movimiento
de accionamiento a un pequeflo ángulo que puede ser elegido según las condiciones locales. Su
manipulación es por lo tanto más cómoda y se puede ejercer una fuerza mayor (de 30 a 40 kg
durante un tiempo limitado).
La palanca de trinquete de la figura 315 comprende una palanca que se emplaza sobre el árbol
de accionamiento a. La palanca c gira libre y lleva un trinquete d qle, bajo la influencia del re-
sorte ó, se interfiere con los dientes de la rueda. Si se hace un movimiento en el sentido del accio-
namiento, el gatillo arrastra a la rueda de trinquete y también al árbol de accionamiento. Durante
el movimiento consecutivo de retorno de la palanca, el gatillo desliza sobre los dientes y la rueda
ft trinquete y por lo tanto el árbol de accionamiento quedan inmóviles. Por cada vaivén de la
giffinca, el árbol de accionamiento avauza ligeramente. Para invertir el sentido de la marcha se
da la vuelta a la palanca.
C. CADEI\AS DE IIAI\IOBRAS
Para el accionamiento a brazo de las máquinas (aparejos) que se encuentran elevados respecto
al suelo, se emplean cadenas de maniobra. Se utiliza una cadena sin fin, calibrada según la DIN 765,
de 5 ó 6 mm de diámetro, que acciona una rueda de cadena (figura 96, diâmetro 400 a 500 mm.
Material: fundición de 18 kg (Ge 18.91). La longitud de la cadena será tal que el bucle inferior
se encuentre a 0,5 m del suelo.
Se estima en 20 a 30 kg (eventualmente de 40 a 50 kg, ya que el operario se puede suspender con
todo su peso), el esfuerzo que un hombre puede hacer sobre la cadena. Teniendo en cuenta el mo-
vimiento de un metro cada dos o tres segundos. Para levantat la carga máxima, si es necesario,
se puede contar con la fiierza de dos obreros.
Para impedk a la cadena salirse de las ruedas, se disponen vías según el tipo de la figura 96.
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EL EQUIPO BLECTRICO
XI.
DE LAS MÁQUII\AS DE BLBVACIÓN
Entre las fuentes de energía empleadas actualmente en las máquinas de elevación, ocupa el primer
puesto la electricidad. El accionamiento a brazo sólo se utiliza sobre máquinas de pequeflafuerza
y se limita, frecuentemente, a aparatos de empleo irregular (montaje y reparación). El acciona-
miento por máquina de vapor o motor de combustión interna sólo se encuentra sobre las má-
quinas que no están ligadas a una red eléctrica (grúas de ferrocarriles, grúas flotantes, y en los
países poco industrializados) (t). pt mando hidráulico se emplea en los gatos y se está desarrollando
últimamente sobre algunas máquinas excavadoras. En las demás aplicaciones el accionamiento
eléctrico está ampliamente extendido debido a sus ventajas (generación central y distribución
fácil de la energia, puesta en marcha inmediata, gran seguridad de servicio y buen rendimiento
incluso en servicio intermitente). Antiguamente se empleaba un solo motor en conexión continua
para mover los varios dispositivos de una grúa, utilizando embragues e inversores. En la actta-
lidad se prefiere utilizar un motor individual para cada movimiento, aunque en ciertas aplicaciones
especiales, por ejemplo grúas de a bordo, se observa una tendencia contraria. En el curso de este
desarrollo los accionamientos eléctricos han tenido que adaptarse a las más variadas condiciones
de los diversos movimientos de las máquinas de elevación. Frecuentemente será necesario recurrir
a la colaboración de un ingeniero electricista especializado. Pero el ingeniero mecánico encargado
del estudio de las máquinas de elevación debe tener conocimiento suficiente de Electrotecnia a
fin de poder elegir y adaptar los diversos sistemas según sus necesidades.
A. MOTORES
I Estos accionamientos serán estudiados en los tomos II y III con las maquinarias correspondientes.
220 EL EQUIPO ELÉCTRICO DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIóN
Los motores de las máquinas de elevación necesitan un gran par de arranque ya que deben poder
ponerse en marcha para la elevación en caÍga, estando ésta suspendida en el aire y teniendõ que
acelerarla en muy poco tiempo, llevando todas las masas desde 0 hasta la velocidãd de régimen.
En otros casos los motores han de soportar frecuentes conexiones y desconexiones; debJn per-
mitir un arranque progresivo por medio de un aparellaje apropiado. Su sentido de marcha debe
ser reversible y deben ser capaces de ejercer un par de frenado. Frecuentemente se pide una varia-
ción de la velocidad independiente de la carga.
760
\
140
\s /2, v
c
o
\ /00 q-
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S,, J/
80
Frc. 317. Curvas características de
un motor- serie. 40
q rendimiento; r, velocidad; I inten- 20
sidad de corriente; n y I en tanto por
nL
ciento de sus valores nominales. "o 20 40 60 gg t00 /20 740 /60 /80
par motor en ll
ìR
o
Ic
S.
Ftc. 319, características del
-Curvas
motor Shunt.
r; rendimiento; r, velocidad; 1, inten-
sidad de corriente; n y I en tanto por
ciento de sus valores nominales.
0í
0 20 40 60 B0 700 /?o /40 /60 /80
par motot en 7í
MOTORES 221
está normalmente incorporado al anancador. La ventaja principal del motor reside en el hecho
de que adapta su velocidad a la carga, es decir, que eleva las cargas importantes a pequefla velo-
cidad y las cargas pequeflas a graÍ velocidad (fig. 317).
Gracias a esta propiedad, el motor serie es ideal para los aparatos de elevación y es de empleo
casi exclusivo en las instalaciones de corriente continua. Existe el peligro de embalamiento cuando
el motor queda completamente descargado, pero normalmente el rozamiento del mecanismo
girando en vacío es suficiente para impedirlo. Durante el descenso el motor queda funcionando
como generatriz, utilizando la corriente generada para el frenado reostático.
Motor shunt o paralelo. En este motor el inducido y el inductor se conectan en paralelo (fig. 318).
El arrollamiento de campo que, al contrario de lo que sucede con el motor-serie, está constituido
por espiras finas, recibe una corriente constante e independiente de la corriente del inducido. De
esta forma la velocidad del motor shunt es prácticamente independiente de la carga. No se puede
embalar (fig. 319). Variando la intensidad del campo por medio de resistencias, se puede regular
la velocidad dentro de ciertos límites, independientemente de la carga. Su par de arranque y su
capacidad de sobrecarga son inferiores a las del motor-serie, pero su arranque y la inversión se
hacen de forma anâloga a éste (f,g. 318). El descenso de la carga se hace funcionando como ge-
neratriz.
El empleo del motor shunt es poco frecuente y se limita a los casos en que se desea una velocidad
constante e independiente de la carga.
Motor compound. Este es una combinación del motor-serie y del motor shunt, de cuyas catac-
terísticas participa en la medida en que están relacionados los arrollamientos serie y shunt.
En las máquinas de elevación se utilizan en casos especiales, por ejemplo cuando se desea un
elevado par de arranque y al mismo tiempo es necesario evitar que el motor pueda embalarse
con poca carga.
ó) Motores trifásicos
Motor asíncrono. El estator está acoplado a tres conductores de la red, mientras que el motor
no está conectado a la red, pero está puesto en cortocircuito o conectado sobre resistencias. El
estator crea un campo magnético giratorio que arrastra el rotor. La diferencia de velocidad entre
el campo giratorio y el rotor, que se llama deslizamiento, aumenta con la carga y la resistencia
en el circuito del rotor. En plena carga, con el rotor en corto circuito, esta diferencia de velocidad
o deslizamiento llega a ser del 5 al 6 I de la velocidad sincrónica. Mientras no se sobrepase una
cierta carga-par de calado o de desenganche-el motor girarâ normalmente, pero alcanzado el
par de calado el rotor se para. La velocidadn del campo giratorio depende del número c de polos
del estator y de la frecuencia f de la corriente trifásica
60f
fl:-
p
2
Antiguamente se reservaba a las pequefias potencias el empleo de motores de jaula, por ejemplo,
en los polipastos. Hoy día ocupan un lugar importante en los ascensores y su utiliiación err las
máquinas de elevación es cada vez más frecuente. Su construcción es muy simple y robusta, nece-
sitando un menor aparellaje ya que sólo se conecta a la red el estator. Su comportamiento en el
arranque está definido por las características de la figura 320, que sólo pueden ser influenciadas
por las resistencias del estator, exige un dimensionado cuidadoso, adaptándose bien a las con-
diciones de funcionamiento, para evitar de una parte un arranque excesivamente brusco y de otra
parte un calentamiento exagerado. Su utilización es por lo tanto limitada (ver también la pâ-
gina 230). Para las máquinas de elevación con sus bruscos y frecuentes arranques, se prefieren
ciertos tipos de rotores de jaula que dan un par de arranque suficiente (1,6 a 2,5 veces el par normal)
con una absorción de corriente moderada (aproximadamente 3 veces la corriente normal).
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Ftc. 320. características de un motor trifásico de jaula con varias resistencias estatóricas
I a 5; corresponde al
-Curvas
corto-circuito del arrancador. Md, par motor; 1, intensidad de corriente en %, del valor nominal.
Los motores de anillos colectores! que son los más extendidos, permiten regular la velocidad por
medio de resistencias conectadas a los anillos (fig. 321). La velocidad del motor es tanto mayor
cuanto menores son las resistencias intercaladas en el circuito del rotor (frg. 322). No obstante,
arrastrado por la caÍgL es decir, en frenado hipersincrónico, su velocidad aumenta con la inserción
ltln luítr
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Ftc. 321. de conexiones de un Ë -60 / /
-Esquema
motor trifásico de anillos.
*
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-00 I V
-/00 I \, /\
lu, l I )
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\
\
\
-/60
I /
-t80 I (
Frc. 322. Características <<par-velocidad>
de un motor- de anillos con varias resistencias -200 / \
rotóricas I a 8; 8 corresponde al cortocircuito. -40-20 0 20 40 60 80 /00 /20 /40 /60 r80 200 220 240 260
Mo,par nominal; Mp, par de desenganche. par motor en ol
MOTORES 223
El motor bifdsíco de colector en su forma de motor de repulsión (motor Deri) posee las
caracte-
rísticas-y análogas- Se distingue por el hecho de què sólo es el estator el que está
conectado
a la red' -ventajas
Las escobillas están puestaJen èortocircuito. Li regulación por decalado
de las escobillas
es semejante a la del motor serie trifásico. En las redes de pe-quefia import-ancia
se puede .".ãntru,
dificultades debido al hecho de que el motor bifásico cargi la red à. Àun*ru
asimétrica. En el
caso de varios motores, se les distribuye sobre las tres faseì.
El decalado de las escobillas del colector, se efectúa fácilmente a mano por medio de una
timo-
nería' La manipulación de ésta desconecta al mismo tiempo los contactãres para la
conexión y
la inversión del estator. El aparellaje es más simple que el del motor asíncrono, pero
el decalado
de las escobillas de l.op. motores de gran potencià .r fatigoso. En ;;ì;
-.ry
vomotor, que es también necesario si no se puede realizãr
caso se prevé un ser-
uni timonería, como sucede cuando la
cabina de accionamiento no está fija respecio al motor. Frecuentemente se origina
complicación del aparellaje.
.ilo.rnu
"or,
2. Elección de la potencia
Para
-elegir
el tipo de motor hemos de basarnos en la potencia de régimen, es decir, la potencia
que da el.motor para levantar o desplazarlaplena rorg-o a velocidad ãormal de régúen,'d.-r-p.ré,
del período de aceleración. Para un cabrestante se calõula esta potenclá-àn CV, põr
medio d'e la
fórmula
(t) Qu
^L: 7 5r1
siendo-Q la plena catga el kg, G el peso propio de la máquina o del carro en kg,
normal en m poï seg, lt la resistencia ala ródadura en kg por Tm y el-rendimiento
Vla velocid,ad,
La influencia del viento puede aumentar la potencia de régìmen 4 mecánico.
Çe
las *àlrrinur qrr. ,. ãr;púrun
en el exterior. Dado que normalmente_se paian las máquinãs de elevación cuando
el viento alcanza
una presión de 15 a 20 kglmz, se valúa la potencia súplementaria debida al viento poi,- -- -'
Pero el conocimiento de la potencia de régimen no es suficiente para elegir un motor. Muy frecuen-
temente la potencia que se puede pedir a un motor no sólo está limitada por su par, sino también
por el calentamiento del motor, que debido al aislamiento, no debe sobrepasar cierio límite. Además
el calentamiento depende del tipo de servicio, marcha continua o intermitente. La temperatura
de un motor de marcha continua aumenta progresivamente hasta una temperatura máximâ en que
la generación y la evacuación de calor se equilibran (fig. 323). En. marcha intermitente, como es
lo corriente en las máquinas de elevación, el motor se enfría durante los tiempos de parada. Des-
pués de un cierto número de ciclos, el motor alcanza una temperatura estacionaria que es menos
elevada que la de un motor de marcha continua que suministre el mismo par. Ello iignifica que,
admitiendo el mismo calentamiento, un mo-
tor puede suministrar una potencia muy su-
perior en servicio intermitente ala de servicio
continuo.
Por otra parte, el calentamiento depende de
la importancia relativa de la catga. IJn ca-
brestante, por ejemplo, no eleva frecuente-
mente más que el gancho vacío o una peque-
I fla carga. Cuanto más raro sea el funciona-
(t
miento con plena carga, más se podrá pedir
G al motor una potencia de régimen elevado sin
q)
a. calentamiento excesivo.
q)
l.- De otra parte es posible que la carga efec-
tiva del motor sea mayor que la potencia
de régimen. Este caso se presenta para los
mecanismos que aceleran masas importantes,
por ejemplo, las rotaciones y traslaciones a
gran velocidad de una grúa. Además del par
normal, tal motor debe suministrar un par de
aceleración muy elevado. Las pérdidas mag-
Tiempos -+ néticas y eléctricas y por consiguiente su ca-
lentamiento, son más importantes que las
Ftç. 323. de un motor eléctrico dando el supuestas si sólo se juzga por la potencia de
-Calentamiento
mismo par en el servicio continuo y en servicio intermitente. régimen.
a, calentamiento en servicio continuo; b, refrigeración en las Para elegir correctamente el tipo del motor,
paradas; c calentamiento en servicio intermitente; r, tiempo de
marcha; /r, tiempo de parada; d, temperatura límite admisible. es necesario tener en cuenta el servicio in-
termitente, la carga relativa y la aceleración.
Esta evaluación es fácil si se conoce la po-
tencia en función del tiempo.
a) Elección del motor, basada en la potencia térmicamente equivalente. Las pérdidas eléctricas,
causa del calentamiento, son aproximadamente proporcionales al cuadrado de la intensidad de la
corriente. Si se admite que la tensión y el rendimiento son constantes, la corriente es proporcional al
par, que, a velocidad constante, es fun_ción de la potencia. Un motor que suministra la potencia ÀI,
durante el tiempo r, libera el calor Wr:
W, + CNltb
Si se coroce la potencia exigida a un motor en función del tiempo, por ejemplo según la figura 324,
se puede calcular el calor liberado wr, durante la duración de un ciclo z:
Wr2: CNkf.
Se admite que el motor alcanza la misma.temperatura
en marcha intermitente que en marcha
continua, si el calor liberado en intervalos iguatãs.r.i.ir-o. poniendã"wrr:wr2,se
calcula
equivalente (2) qu"ãí.ï-irÃo .ur.ntamienìo
:ï ïl?ïï ,ï,'#ilii'r:te [ue hípotencìas À/, a iru
I
I
\
.s
qt
o
a.
Tiempos +
Frc' 324' Diagrama de la potencia para el cálculo de la << potencia
-
Nr,Nr,...^Ã,potenciasmotricesdurantelostiempos_demarcha
térmicamente equivalente >>
F.d.M.:l0O fZl
Los catálogos de los constructores de motores eléctrico_s indican
ras potencias para tres valores
normalizados del factor de marcha, por ejemplo ti,ìS y.çí1. ' y +O
La potencia nominal de un motor es tanto menor cuanto más elevado es su factor de marcha,
es decir, que un motor con un factor de marcha o intermitencia del 40 f desarrollará una po-
tencia nominal inferior a la que desarrollaría si la intermitencia fuese del 25 %. En primera apro-
ximación, las potencias varían con la relación de las raíces cuadradas de los factores de marcha:
Nuo _Vn
Nuo - la'
(4) ÀLo: *-]/X
De esta manera se puede evaluar la potencia de un motor, por un factor de marcha F. d. M. (n) que
se encuentra fuera de la gama de los factores indicados en el catálogo.La potencia correspondiente
a un factor de marcha interpolado entre dos valores indicados se calcula por interpolación simple.
La tabla 70 da una indicación de los factores de marcha para las diversas aplicaciones.
(5) Mr-
La carga relativa disminuye con el peso muerto. Por lo tanto es más ligera para los cabrestantes
de las grúas de puerto donde el peso muerto es únicamente el gancho. Alcanza un máximo en los
movimientos de traslación de los pórticos, donde el peso muerto es muy grande en relación con
la carga útrl.
Se pueden utrlizar aproximadamente los valores siguientes para la carga relativa:
TnerA. 68
4 Nou DEL rRADUCron: En la literatura técnica espaflola está muy introducida la designación del factor de marcha
por las lettas ED, que quieren indicar duración relativa de la conexión del motor.
MOTORES 227
Cala,vez que se elige un motor cuya potencia de catâlogo es inferior a la potencia de régimen,
se deberá- comprobar que elpar de arranque es suficiente. Normalmente ,. .iig. un par oe ãrran-
que por lo menos igual al doble del parãe plena carga.
I' Si el par del motor es suficiente para acelerar las masas en un tiempo corto.
2. Si a consecuencia de los arranques repetidos, el calentamiento del motor sobrepasa los límites
autorizados.
a) Potencia de aceleracíón necesaria. Para acelerar un carro o.un puente-grua de peso propio
(tcg) v de carga túL| Q (kg) en un tiempo (seg) hasta la velocidad de régiír.; u
Ç
tiendo un par de arranque constante, se-debó _r, C;;À1,ïà-i-
iuúinistrar una potencia de ãceleracià" Í7 qu.
canza su máximo en el fin del arranque: "r-
El.coeficieúe p tiene en cuenta las masas en rotación. Yaría según las condiciones y puede ser
estimado entre B : 1,10 a 1,20.
Además de la potencia de aceleración, el motor debe suministrar Ia potencia de régimen:
(7)
(G i Q)wy
(CV).
^L: 1000.7 5q
(8) ÀLo- : 14
#. a.
^L+ÀG
160
2,0
/40
\
N \
t
f\
/20
La tabla 69 da los factores de mayoración que
q)
\ /UU
\
se aplican a la potencia de régimen para obtener * J
la potencia nominal. Esta tabla contiene tam- t00 -T
bién las velocidades y los tiempos de arran-
o
ì60 _l -C
que To. Para las grandes velocidades se admiten __t
40
tiempos de arranque más largos. No obstante
no debemos olvidar que frecuentemente los 20 _l N
_ ff.o=o-
Tlet,a 69. CoBncrsNrES DE MAyoRAcIóN paRl LOS MOVIMIENTOS HORIZONTALES
NR
Se debe instalar una potencia superior a la de régimen cuando la velocidad de traslación para má-
quínas montadas sobre ruedas con rodamíentos sohrepasen el valor de 0,3 mls y I mf s para las que
esttín provistas de ruedas montadas sobre cojinetes de bronce. En las máquinas expuestãs al viento,
se debe verificar si el motor es suficientemente potente para arrancar contra un viento de 15 a
20 kglm2 (ver ejemplo numérico).
Esto permite calcular la potencia necesaria desde el punto de vista térmico considerando una dis-
minución para la carga relativa (factor r, tabla 68):
En definitiva se elige el motor, teniendo en cuenta su factor de marcha, según la potencia más
elevada, sea la potencia nominal ÀIoo- calculada según el par de arranque, sea la potencia térmica
try'1, calculada según el calentamiento. Puede dejar de comprobarse la potencia térmica para los
movimientos de traslación y de giro de los puentes-grúa de taller y de montaje cuya caÍga relativa
es poco elevada. En cambio, esta comprobación es necesaria para las traslaciones de los carros
de cuchara y para las traslaciones de las máquinas que han de asegurar un servicio intensivo con
una carga relativa elevada. Para las máquinas que trabajan a la intemperie, se debe tener en cuenta
la influencia del viento sobre ly',,1 (ver ejemplo numérico).
c) Cifras para la elección aproximada del motor. En general no es obligado basarse en la expe-
riencia para estimar el factor de marcha y la influencia de la carga relativa. La tabla 70 da los
factores de marcha y la potencia necesaria en porcentaje de la potencia de régimen, teniendo en
cuenta la carga relativa y la aceleración (cojinetes de bronce). No obstante se recomienda calcular
la aceleración de los movimientos horizontales sobre todo para las velocidades superiores
según las explicaciones dadas anteriormente. En- ciertos casos, puede ser necesario aúmentar -la
potencia del motor para poder ejecutar los movimientos contra la presión de un viento muy fuerte.
Estos casos se han indicado en la tabla afradiendo la letra V.
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^ Hv
230 EL EQUIPO ELÉCTRICO DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIóN
d) Campo de aplicación y elección de los motores de jaula. Cuanto hemos dicho anteriormente
atafre a los motores de corriente continua y a los motôres trifásicos con rotor bobinajo y
ã"lffo,
colectores. En la elección de un motor de jâula, el factor de marcha y la cãrga relativa intËrvierren
de igual modo. En cambio, la influencia ãel_ arranque es considerabíemente mayor.
Mientras que
el motor de anillos libera la pafte mayor del calor en las resistencias de arranque, es decir,
en el
exterior del motor, el motor de jaula produce todo este calor en el interioi de ta p.opãl*ifr.
El tiempo de arranque y también el calor producido aumentan con la inercia de las masas y con
la velocidad de régimen. Como este calor eJgrande, tanto más cuanto más frecuentes son
los arran-
ques' se debe disminuir la carga media para que el motor se pueda enfriar.
Esta condición se en-
cuentra realizada en los dos casos siguientes:
1. Cuando los aparatos de elevación trabajan raramente a plena carg ,la cargarelativa es pequefla;
2. El motor -de jaula está ampliamente dimensionado, su potencia nominal sobrepasa en mucho
la potencia de régimen.
Las condiciones de calentamiento exigen por lo tanto un motor muy potente. No obstante
se debe
evitar la instalación de un motor de éxceiiva potencia, ya que originâria un arranque muy
brusco.
Contrariamente al motor de anillos cuyo arranque se puedì contiolar mediante lá puestâ
*
cuito de resistencias, el motor de jaula affanca sièmpre àe forma determinada por su característica.
"lr-
Para evitat los choques bruscos, se elige el motor dè forma que, sobre la base de un par
arranque, no se debe_ sobrepasar nunca una aceleración de 0,5 a 0,6 mf s2 para los -.Jio a.
cabresiantes
y de 0,3 m/seg2 para los movimientos horizontales, aun cuando estos se efeitúen en vacío.
En resumen, el dimensionamiento de un motor de jaula se hace bajo las dos condiciones
contra-
puestas:
l'' El calentamiento exige un motor tanto más potente cuanto mayor es la frecuencia de los
arran-
ques y la carga relativa.
2." El arranque progresivo exige una pequefla aceleración que limita el par y la potencia del motor.
Es-por ello que el campo de aplicación de los motores de jaula de una sola polariclad
es muy limi-
tado.. La experiencia prâctica y las investigaciones particilares han delimiôado su
dominio a las
siguientes aplicaciones :
1." Cabrestantes de puentes-grúa de taller o máquinas similares con pequefra carga relativa. La
potencia nominal puede ser igual a la potencia de régimen. Velocidades de elevación
hasta
20 mfmin.
2.o Traslaciones transversales de puentes-grúa de taller, de montaje y de centrales con
una carga
relativa de aproximadamente 0,7. Potencia nominal igual a la
iotóncia de régimen puru ,.u.àu,
sobre cojinetes de bronce. Velocidades hasta 30 m/min .otr 60 arranques por hoia.
3.o Traslaciones transversales_ de puentes-grúa de taller, de montaje y de central con
una caÍga
relativa de 0,8 aproximadamente. La potencia nominal igual á tá potencia de tãgiÃìn-p'uru
ruedas sobre cojinetes de bronce. Velocldades hasta 30 m/áin con 2i arranques poi
horu puru
motor de F. d. M. 25 % (40 arranques para motor de 40'% F. d. M.). Si r.ìtigáuna potJncia
nominal de 10 a 20 \ superior a la dè régimen, ,. p.t"d" admitir 40 a 50 uituoq.r.i con el
motor_ de 25 % F.d. M. y 65 a 80 arranques por horã para motor de 40
% F.d. ü. No-obs-
tante hay que comprobar la aceleración.
4.o Traslaciones de pórticos con una calga relativa de aproximadamente l. La potencia
nominal
debe ser sìempre superior a la potenciJ de régimen. Uria_mayoración de aproxim ad,amente
30 I
es normalmente suficieltg.. SJ pu.eden admitir velocidades úasta 30 m/min y 50
arranqu., po.
% a" F. ã. M.i. '
hora para motor de 25 % F. d.'}d. (80 arranques para el motor de'40
5.o Los motores de jaula no están indicados para las traslaciones transversales, para las
trasla-
ciones de gran velocidad y para los giros. Pãra los cabrestantes de cuchara a velãcidad
elevada,
se puede, eventualmente, elegir motores de varias polaridades.
MOTORES 231
En todo caso se debe comprobar la aceleración media durante el arranque. Si es muy elevada,
se deben disponer masas suplementarias sobre el árbol-motor o disminuir el par-motor por la
inserción de una resistencia en una fase del estator durante el arranque.
Si se emplea un motor de jaula en el límite de los dominios descritos, se debe comprobar el calen-
tamiento y estudiarlo en colaboración con el constructor.
3. Eiemplos numéricos
a) Se debe dimensionar el motor de traslación transversal para un carro de cuchara; fuerza, 15 Tm; peso propio, 80 Tm;
velocidad, 3 m/seg; carrera media, 50 m, 40 ciclos/hora; ruedas sobre cojinetes de bronce; frenado eléctrico.
1. Elección aproximada según la tabla70. Parula traslación transversal de los pórticos de descarga por cuúaras,
se encuentra un factor de marcha de 40 a 6O % V una potencia nominal de 150 a 18O I de la potencia de régimen.
Potencia de régimen según la ecuación (7):
rr
rnÂ: (G + Q)wu
: (80000 + 15000)20'3
loo0.z54 looo.75.oJ '
Na:95 CV,
Noom : 1,7'95: 161 CV.
2. Elección del motor basada en la potencia de aceleración según las ecuaciones (6) y (8). La ecuación (8) da:
Noom : e# u *o
{-o*" .
3. Comprobacirin de la potencia térmica necesaria según las ecuaciones (9) y (10). Para un tiempo de frenado ry de
10 seg tenemos la potencia de frenado:
Nr : (Ná Na)n2 : (174 95)0,64 : 50 CV.
- -
Durante los períodos de arranque y de frenado, la velocidad media es la mitad de la velocidad máxima (bajo la hi'
pótesis de una aceleración y deceleración constantes). El desplazamiento correspondiente está dado por
L': 3600
qo : 9o seg'
F. d. M. :4#Lrco:60 %.
232 EL EQUTPO nrÉcrnlco DE LÀS UÁquwes on nrEvacróN
La potencia media durante una traslación de t seg es según Ia ecuación (9):
: ll
rrmt-V-T:l74CV.
N-+ .-. ^,-.
Ms ï Ma 80 000 + 95 000
M,: 'r^r- :
- 2Ma ----- *r-;;-
2.95 000
: ú,>2,
6:9r241_
c 186 75'0,8 t 9'5 seg'
(80000 + 7500)20.3
:
1l 87's 1l :76,5 cv;
-iõodÌ5qí-- -
Potencia de aceleración:
292-76,5 :215,5;
Tiempo de arranque:
Í; : 87 500 32 1.2
9$t 2ts,s E.o"g : 7,5 s.
MOTORES 233
7,s+:
z
u m.
Potencia de frenado con Í; - 9,5 seg y 14 rn de recorrido:
87 5oo
N, : (186 87.s\ o.n' + ll : 6s cv.
r 95 000 -
Recorrido en régimen:
50-11 -14:25m;
Tiempo de marcha:
)\
?:8,3 s.e.
Potencia térmicamente equivalente durante la marcha en contra del viento y a favor del viento:
ie,szt,,Ti
^/ _ 1f
í2e:i,s + es,.g,s
t'nt'-V g,5+7,3+9,5+7,5+8,3+9,5 '
Nmt':178 CV'
Es por lo tanto necesario que el motor tenga una potencia mínima de 178 CV, con un factor de marcha del 6Ol.
á) Se debe determinar la potencia de un motor para un puente/grúa de parque.' Fuerza, 10 Tm; peso propio del puente,
15 Tm; velocidad de traslación, 1,5 m/seg; recorrido medio, 40 m; movimientos por hora, 16 ciclos/hora; ruedas
sobre cojinetes de bronce; frenado mecánico.
l. Elección aproximada según Ia tabla 70. Para la traslación de los puentes de parque de pequef,a potencia se en-
cuentra: factor de marcha, 25 7,; potencia nominal, 100 a 130 \ de la potencia de régimen para una velocidad
de 1,5 m/seg.
Según la ecuación (7), la potencia de régimen es
:- G+Q)
^r
'A
g t,' 75rl
' P'B
/o estimada en 7 seg:
_
: 15000 + 10000 1,5 1,5
: t6'4 cv'
^,
rve q$l:- ï 7íõí t'2o
3, Comprobación de la potencia necesaria desde un punto de vista térmico según las ecuaciones (9) y (10):
rr-1lw
rÌmt_ t .
V
Siendo el frenado mecánico, la potencia de frenado eléctrico Nr :0.
Durante el tiempo de arranque de to :7 seg, el puente recorre una distancia de
h+:7 +:5,25 m.
Si la deceleración para el frenado mecánico es igual a la aceleración media, el puente recorrerá la misma distancia
durante el frenado. En la marcha de régimen el recorrido será
40 10,5 :29,5 m.
-
El tiempo de marcha será
,,: Ï! nv 2o seg.
234 EL Eeurpo ElÉcrRrco DE LAs uÁquw,rs or Br,BvacróN
En consecuencia, durante el desplazamiento.el motor se encuentra
-St
por lo tanto durante 54 seg para el cicto enìeià. en circuito tiempo t - 7 + 20 : 27 seg, y
ã;;os.ìã'"iËror por hora, -el
la duración de un ciclo será
3600
-16- : 225 seg'
F. d. M. : #. no :24 %,
40-9,4-3,1 :27,5 m.
tiempo de marcha en régimen:
27-s
tr: -tí : 18,3 seg.
12,5.
to+ls -7,t:0,4 cv.
Potencia media durante el arranque: 2g,g CV.
Potencia de aceleración:
"mr
^/,..
: 11
v 12,5+18,3+2,4+20,7
:le.o cv.
En las condiciones de funcionamiento dadas, esta potencia es la mayor y ella determina la elección del motor. Es
necesario por lo menos 19 CV con un factor de marcha de 25 %,.
Normalmente los motores están provistos de patas de anclaje (fig. 326). No obstante los motores
de bridas se emplean en forma creciente incluso para las grandes potencias, ya que se les puede
fijar directamente sobre los reductores, formando así un bloque de dimensiones reducidas. Los
motores corrientes sólo permiten una cierta inclinación (20 a 30"); por encima de esta cifra y para
los montajes verticales, es necesario proveerles de cojinetes pivotantes, lo que entrafla un suple-
mento de precio.
Ftç.
- Motor
326, asíncrono cerrado con carcasa ventilada.
Según el tipo de la carca,sA, se distinguen los motores: abiertos, protegidos contra la proyección
de agua, completamente cerrados. En consideración de su bajo precio, se emplean motores abiertos
y protegidos, sobre todo cuando no están expuestos al polvo y a la humedad (puentes-grúas de
centrales y de talleres, montajes bajo techo). Los motores cerrados (figs. 326, 327 y 330) pueden
ser empleados en el exterior o en atmósferas cargadas de polvo o de vapores ácidos. Son más caros,
más robustos que los motores abiertos y se los especifica frecuentemente en el deseo de tener un
236 EL EQUIPO ELÉCTRICO DE LAS MÁQUINAS DE
ELEVACIóN
que normalmente se sitúa entre 2 y 3 veces la velocidad nominal. Eventualmente se puede emplear
rotores especialmente zunchados.
Aislamíento. Las reglas REM de la VDE (Asociación de Electrotécnicos alemanes) admiten los
calentamientos siguientes, relativos a una temperatura ambiente de 35'C:
Con aislamiento resistente al calor, se pueden admitir temperaturas de hasta 115' C, lo que per-
mite reducir las dimensiones del motor.
Si la temperatura ambiente sobrepasa los 35', sólo se debe utilizar una fracción de la potencia
nominal del motor.
Todúr Tipo
!rL
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soo 7.38
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Íail6 Típo
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soo 5.E3
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6 írl I
soo 7-38
{00 r
soo {
5-4E
soo 7 -3)
Frc. 329 a. trifásicos de marcha intermitente, completamente cerrados, serie NLF 5 (tipos 47 a 67), de rotor
- Motores
bobinado, uno o dos extremos de árbol cilíndrico o cónico para máquinas de elevación y de manutención.
Corte:sb
-iN:_{
k'i'.9.1
Frc. 329 ó. trifásicos cerrados, series NLWH 5 y 7 con carcasa de nervios ventilados (tipos NLWH 5-48 a 7-58);
- Motores
de rotor bobinado con uno o dos extremos de árbol cilíndrico o cónico, de marcha intermitente, para motores de elevación
y de manutención,
'\ II .l*Ê.f,+
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APARELLAJE 241
B. APARELLAJB
El papel de los aparellajes es el de arrancar progresivamente los motores, cambiar sus sentidos
de rotación, regular su velocidad y conectar las resistencias necesarias, los interruptores limitadores
de curso y los electroimanes de freno o los dispositivos levantadores de freno.
Motor
Tipo
V
NLWH 5-48 s93 300 330 190 150 310 240 355 280 55 26 I 15,5
NLWH 5-58 646 338 370 210 170 34s 26s 390 310 60 28 113,5
NLWH 5-63 677 378 426 250 190 360 310 410 355 70 18 34 134,5
NLWH 5-69 747 378 426 250 190 430 310 480 355 70 18 34 134,5
NLWH 5-73 719 430 484 270 '))L 410 360 470 420 80 20 38 t52
NLWH 5-79 799 430 484 270 224 490 360 550 420 80 20 38 152
NLWH 5-83 759 500 s65 335 2so 445 410 505 470 90 22 43 157
NLWH 5-85 819 500 565 335 250 505 4to 565 470 90 22 43 157
NLWH 5-88 899 500 565 335 250 585 410 64s 470 90 22 43 157
NLWH 7-33 963 595 680 380 300 570 480 650 560 22 50 195
NL\ryH 7-38 1073 595 680 380 300 680 480 760 560 22 50 195
NLWH 7-43 685 765 450 340 665 570 745 650 120 24 55 212
NLWH 7-48 685 765 450 340 815 570 895 650 120 24 55 2t2
NLWH 7-53
NLWH 7-58
H U T k U Tr t f r z
v
NLWH 5-48 6 3 30 70 10 26,5 7 8,5 30 70 25 l0 10 20 14 37
NLWH 5-58 6,5 1S 35 80 10 31 ,5 7 9 6 35 80 28 10 12,5 24 t6 43,9
NLWH 5-63 10 6,5 40 90 l2 36 8 13 9,5 40 90 30 t2 13,5 27 48,5
NLWH 5-69 10 6,5 40 90 t2 36 8 13 9,5 40 90 30 t2 13,5 27 48,5
NLWH 5-73 10 t0 45 100 t2 8 13 45 32 t2 t6 30 20 53, I
NLWH 5-79 10 10 45 100 r2 8 13 45 32 l2 l6 30 20 53,1
NLWH 5-83 l0 l0 55 120 15 50 10 13 13 55 120 38 15 19,5 39 26 66,9
NLWH 5-85 l0 10 55 120 15 50 10 l3 13 55 120 38 15 19,5 39 26 66,9
NLWH 5-88 l0 10 55 120 l5 50 l0 l3 13 55 120 38 15 19,5 39 26 66,9
NLWH 7-33 l2 70 150 20 63,5 15,5 15,5 70 145 40 20 24 48 32 81,9
NLWH 7-38 t2 70 150 20 63,5 15,5 15,5 70 145 40 20 24 48 32 81,9
NLWH 7-43 80 20 73,5 13 15,5 80 40 20 29 56 28 94,7
NLWH 7-48 80 20 73,5 l3 15,5 80 40 20 29 56 28 94,7
NLWH 7-53
NLWH 7-58
1. Combinadores y contrólers
Según su forma de construcción, se distinguen:
a) Combinadores de tambor que realizan las diferentes conexiones por medio de escobillas fijas
y de segmentos insertados en el tambor.
á) Combinadores de levas. El árbol del combinador lleva una serie de camas que actúan sobre
los contactos individuales.
c) Aparellaje de contactores. Un pequeflo combinador establece las conexiones de los circuitos
de mando.
Se utilizan los combinadores de tambor para pequefias y medianas potencias y para servicio poco
intenso. Los combinadores de levas y los contactores se emplean para grandes potencias y ser-
vicios duros. La elección del aparellaje depende del número de maniobras y de la utilización de
los elementos intermediarios. Se distinguen:
La tabla siguiente muestra el porcentaje hasta el que se puede utilizar la potencia nominal del
aparellaje en función de los diferentes tipos de servicio.
Tenrl 73
t. normal
Hasta 30 120 Puentes-grúa de central
>> 1,20 110 Máquinas normales
Puentes-grúra de montaje,
2. Servicio de arranque lento ) t20 100 de fundición
i
I
t de cuchara prensora
(
I
) 1000 80
l para la siderurgia
\
Frc.331. Ftc. 332. Combinador abierto. Izquierda: bastidor con los apagachispas
Combinador cerrado (S.S.W.). - y frotadores; Derecha: tambor con segmentos.
podría deteriorar los contactos por chisporroteo, se dispone sobre el árbol una rueda con muescas
en las que se engancha un pequeflo rodillo mediante un resorte. Los cables de conexión pasan
por una abertura de la pared posterior del combinador y se fijan sobre los bornes de los frotadores.
Cuando gira el tambor, los frotadores conectados a los cables, entran sucesivamente en contacto
con los diferentes segmentos. Por medio de las interconexiones que existen entre los segmentos
y entre los bornes de los frotadores, se obtiene las conexiones deseadas. El desarrollo de un tambor
de combinador (fig. 346) muestra claramente las conexiones realizadas en las diferentes posiciones.
Las chispas de ruptura deterioran sobre todo las extremidades de segmentos y frotadores. Por
esta razón se dispone estas piezas en construcción intercambiable. Normalmente las piezas de
contacto son de cobre; sin embargo, con corriente trifásica se usan con éxito, segmentos y ele-
mentos de desgaste en acero. Los cuerpos de los frotadores no obstante deben ser siempre de cobre.
Para evitar que las chispas de ruptura salten entre segmentos próximos, se prevén apaga-chispas
fijados sobre un cuerpo que puede pivotar para dejar los segmentos al descubierto en las com-
probaciones. En el caso de corriente continua, se prevé un soplado magnético para apagar las
chispas.
ó) Combinadores de leva. En su disposición general son parecidos a los combinadores lde tambor,
pero los segmentos de contacto deslizante son reemplazados por una serie de interruptores indi-
viduales (fig. 33a). Estos interruptores se cierran bajo la acción de resortes y se abren bajo la acción
de una leva y de un empujador. Dado que el árbol de levas está montado sobre rodamientos,
se evitan los rozamientos de deslizamiento, siendo la manipulación de estos combinadores relati-
vamente fácil, aun para grandes potencias. El desgaste es menos importante que el de los contactos
deslizantes sobre tambores. Para la corriente continua, los interruptores individuales están siempre
provistos de soplado magnético. Con la corriente trifásica estos combinadores se emplean fre-
cuentemente para las conexiones de estator.
Frc. 339. Combinaclores de mando por palanca Frc.340. Combinador Frc. 341. Combinador con ca-
- (A.E.G.). de mando - por volante. -
ble de maniobra para el accio-
namiento desde el suelo.
'*
posiciones, mientras que las posiciones intermedias se accionan automáticamente por relés. Esta
disposición da combinadores muy reducidos y maniobrables (fig. 338) y evita los choques que
corresponden a una manipulación brusca, efectuándose el arranque según el ritmo impuesto por
los relés. Igualmente en Alemania esta conexión se emplea cada vez más.
En general, se puede recomendar un aparellaje de contactores para las potencias elevadas. Pero
también son ventajosos en las pequeflas potencias si el aparato está llamado a suministrar un
servicio intensivo y un gasto elevado. El volumen reducido de los combinadores facilita una dis-
posición clara y prâctica en la cabina, que tiene la mayor importancia en el caso de un número
elevado de motores. Por otra parte el maquinista se cansa menos. Frente a estas ventajas, la dife-
rencia de precio entre contactores y combinadores de corriente total tiene poca importancia, ya
que se encuentra compensada por el desgaste más elevado. Es frecuente escuchar que una conexión
de contactores implica un cableado muy complicado. No obstante, el montaje de todos los con-
tactores sobre bastidores bien accesibles en la cabina, permite un cableado simple. Se gana en
calidad si se emplean planos de cableado que representan todos los contactores y las conexiones
en sus posiciones reales. Tales planos son utilizados en América y a veces también en Alemania.
2. Resistencias
a) Tipos. Para las pequefras potencias, es decir con intensidades bajas, se emplean resistencias
de alambre de 1 a 4 mm de una aleación cobre-níquel (VDE 0650, $ 59). El alambre se enrolla
sobre tubos de porcelana provistos de ranuras. Estos tubos se fijan sobre un bastidor de chapa
y se cubren por una chapa perforada. Los alambres que van en los bornes se protegen con amianto.
La mayor parte de las resistencias de las máquinas de mediana y gran potencia están constituidas
por elementos de fundición, montados sobre dos barras fileteadas (fig. 3a3). Las barras están ais-
ladas por anillos de material aislante (amianto o cerámica). Estos elementos son oprimidos entre
dos bastidores de fundición y recubiertos de una chapa perforada que les protege contra cuerpos
extraflos y contra contactos accidentales. Ciertos elementos llevan bornes que sirven para la cone-
xión de los cables que les unen con los diversos puntos del combinador.
APARELLAJE 247
Debido a su solidez mecânica se emplean muchas veces elementos de resistencia en chapa (rests-
tencias Thermo-Mérano) o en hierro redondo (resistencias Joritt, de la casa J. Ritter, Düsseldorf).
ó) Dimensionamiento. Según VDE 0655 (párrafo 13), el calentamiento medido a la salida del
aire no debe sobrepasar en 200' C la temperatura ambiente, si ésta es inferior a 30' C'
Para facilitar la adaptación a los diferentes tipos de servicios, las reglas para el servicio intermi-
tente (R.A.B.) han normalizado tres factores de marcha, I2,5, 20 y 40 f (series I, II y III)' Estos
valores se entienden para los factores de marcha de resistencias y no para los motores.
c) Montaje. Las resistencias deben disponerse de manera que permitan la evacuación del aire
caliente. Cuando las resistencias están sobrepuestas, se deben prever chapas que dirijan el aire
caliente que sale de las resistencias interiores hacia los lados.
Es importante que las resistencias sean fácilmente accesibles y desmontables.
Los cables de conexión no deben obstaculizar el desmontaje. Deben estar igualmente a cubierto
del aire caliente de las resistencias.
Frecuentemente las resistencias se encuentran en la cabina o sobre las vigas de los puentes-grúa.
Las que se encuentran en la cabina determinarán un calentamiento de la misma que deberá tenerse
en cuinta. Mientras en invierno este efecto puede ser útil, es indeseable en verano. Las resistencias
emplazadas en el exterior deben protegerse contra la lluvia.
1. Arranque y frenado. C9t la plena carga el arranque de los mecanismos clebe ser muy rápido.
Por otra ptrte se debe podet arÍancar gradualmente y sin choques, aun en vacío, o cón
"àrgu,
parciales. Estas exigencias determinan el número de puntos de arranque, que en general aumenta
con la velocidad del movimiento considerado. El estudio de las condiciônes dã frenado revela
también la necesidad de emplear un frenado eléctrico o, por el contrario, un frenado mecánico.
3. Condiciones mecánicas. Para la elección de un tipo de conexión, se debe distinguir entre los
movimientos de elevación, cuyos momentos resistentes tienen siempre el mismo sentúo, y los mo-
vimientos horizontales, que suponen momentos resistentes en los dãs sentidos de rotación. pl ren-
dimiento de los mecanismos puede en este caso jugar un papel importante. También existen las
conexiones de cabrestantes que sólo se pueden emplear con ún engranaje de tornillo sin fin
helicoidal irreversible. - rueda
4. Precio. Las consideraciones del precio de venta interfieren con las exigencias en lo que con-
cierne al número de puntos de arranque y de regulación limitándolos a los eit.i"tam"nte neìesarios
para las condiciones de explotación de la máquina (?). Por otra parte no se debe olvidar que la co-
nexión eléctrica más simple es también la menos susceptible de averías.
Las cualidades de un tipo de conexión se muestran más fácilmente mediante un diagrama que
indica el par en función de la velocidad de rotación (figs. 320 ó 322). Cad.a curva de estã diagrama
corresponde a una_posición del combinador.La velocidad y el par están indicados en porcãntaje
de Ia velocidad y del par normales siguiendo las disposiciones gsnerales d,e la figur a 342. Las ve-
locidades de elevación se llevan sobre la parte supeiior, las dJdescenso en la
farte inferior, los
pares en el sentido de elevación o de la marcha adelante sobre la derecha, los de descenso y de
marcha atrás sobre la izquierda. De esta forma los diagramas de conexiones del cabrestante óom-
prenden los cuadrantes siguientes:
Para los pares de los movimientos horizontales, es suficiente indicar dos cuadrantes, marcha ade-
lante y frenado, porque el par de la marcha atrás es idéntico.
a) Conexiones de elevación para corriente continua. Dado que el motor suministra la potencia
en elevación y la absorbe durante el descenso, se tiene normalmente conexiones diferenìes para
ambos movimientos.
7 Siempre es posible_limitar los puntos de regulacióna2 o a lo más 3: 1.o una velocidad de aproximación muy
lenta;2." La velocidad normal y 3.", eventualmente, una gran velocidad para pequeflas cargas y para el descenso.
APARELLAJE 249
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60
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glDescenso de las ì
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o " arrastradas
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q)
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par motot en ";, q)
IJna conexión idéntica no puede servir para el descenso más que con un cabrestante irreversible
o provisto de un freno mecánico de descenso. Una carga arrastrada haria embalar el motor-serie.
Se realiza el frenado eléctrico de descenso por varios medios:
lt
E
I
normalmente en conexión serie con velocidad creciente; elevando las pequefras cargas a mucha
mayor velocidad qÌre las grandes. Retrocediendo a las posiciones I ó 2, se obtienõ un frenado
eléctrico en ascenso que es útil cuando se está en presencia de velocidades elevadas y de masas
giratorias importantes.
En la posición 0 del combinador, el electroimán de freno queda sin corriente y como medida de
seguridad, el circuito del motor, comprendido el inducido, la excitación y una pequefla parte del
arranque, está cerrado. De esta forma la carga sólo descenderá muy lentamentè, aunque no fun-
cione el freno de parada.
Por la parte de descelso, de las posiciones I y 2, el motor está excitado por la red, lo que da una
muy pequefla velocidad de descenso del gancho vacío e impide que los fardos pesadoJ caigan en
caida libre, antes de que el frenado resulte efectivo. En las posiõiones III y IV el motor írabaja
descenso elevacíón
como Eeneratriz sin conexión con la red, estas posiciones están reservadas al descenso de cargas
deslizaites. Aumentando la resistencia, se obtiene en la posición V la velocidad de descenso má-
xima para la plena carga. Las posiciones siguientes VI a VIII de descenso rápido supone_n de nuevo
una ionexión con la ied y dân al motor una característica shunt. Estas posiciones de descenso
muy rápido son para el gáncho vacío y cargas no deslizantes. En el descenso de cargas pesadas,
el motor trabaja como géneratriz alimentando la red. Se regula la velocidad de las posicio-nes 6
a 8 variando lãs resisten;ias. Durante todo el descenso, el paso de una a otÍa posición se efectúa
sin riesgo de caída libre.
Las conexiones para motores de elevación de corriente continua de otros constructores utilizan
medios semejantès y obtienen características comparables. Estas conexiones permiten,_ com-o se ve
sobre el diagrama áe la figura 345, cubrir toda la gama de velocidades entre la parada y la velo-
cidad máxiria de elevación y de descenso. Las características de las primeras posiciones de eleva-
ción y descenso son relativámente poco inclinadas y dan poca diferencia de velocidad entre las
cargui pequefias y las grandes, lo qúe permite depositar solamente unas y otras. Para los aparatos
manualès de tallèr y ãe parque, de cuchara, es suficiente tener una graduación de la velocidad
hasta 20 %parala él.uu.iótr i ZO %paru el descenso de la plena ca.r1a: Para los puent_es de colada
y ciertos pïèntes de montaje se pidè ã veces graduaciones de velocidad más amplios. La conexión
âescrita fermite, si es neceãario, reducir la velocidad de descenso de la plena carga hasta w lo I
aproximâdurn..ri., y la velocidad de elevación del gancho vacío hasta T5 /, aproximadamente de
la velocidad normal.
il fo conexíón Leonard (fig. 3a8). Esta conexión está indicada cuando se desea una graduación
dê velocidad muy fina e indãpendiente de la carga. El motor A que puede s€r un motor de corriente
continua o trifájico o tambièn un motor de combustión interna, acciona la generatrrzLeonatd G,
y si no hay red de continua la gene ratriz de excitaci on E. La corriente de la generattiz G ah'
- -
menta el moior de elevación M de excitación independiente, suministrada bien por una red de
continua, bien por la excitatriz. La tensión del inducido de la generatriz G y también la tensión
en bornes del motor M se regula variando el campo de la generatriz G por el reostato -R, que toma
160
t40
120
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oi'o
Par motor en
Frc. 348. Esquema de mando por grupo Leonard' Frc. 349. Conexión Leonard (S.S.W.).
-
-
l, motor (eléctrico o Diesel); G, generatriz Leonard; E, di- Trazo lleno: velocidad; trazos cortos: consumo de
namo de excitación; M, moÍor de elevación; R, reoslaÍo; A-8, corriente; de puntos: recuperación de corriente.
inducido; C-D, excitación.
252 EL EQUIPO ELÉCTRICO DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIÓN
*
APARELLAJE 253
B) Conexión de traslación con frenado reostático. En las posiciones de frenado se separa el motor
de la red y se le hace trabajar como dinamo sobre las resistencias de arranqÌre. La figura 351 re-
presenta las características de esta conexión; las posiciones motrices corresponden a la posición
rÔ
q)
ì-È
ì
(È
a4
qJ
AJ
\
ì
.(u
U
o
a)
700 80 80 40 20 0 par
20 40 60 80 oiu
100 120 140 160 /80 200
motor en
de inversión. Las posiciones de frenado Bty Bz permiten graduar el efecto de frenado. Como se
puede ver en la figura, bajo la posición ,8, el par de frenado disminuye rápidamente con la velo-
cidad, lo que obliga a pasar a la posici on Br. Cuando, a consecuencia de la disminución de velo-
cidad, el frenado resulta inefrcaz, también en esta posición, se para el aparato con el freno de
parada. Frecuentemente se prevé un contacto de pedal que permite al maquinista tener el freno
aflojado y proseguir el frenado reostático hasta una velocidad o dejar rodar el aparato en rueda libre.
y) Conexíón de traslación con frenado potenciométrico (fig. 352). Esta conexión utiliza también
dos posiciones de frenado, I y 2, en las cuales el campo es reforzado por una resistencia puesta en
paralelo con el inducido. En consecuencia, las características son parecidas a las de un motor
shunt, es decir, que en estas posiciones el motor desarrolla pares motores o pares de frenado,
según la velocidad. Cuando se lleva el combinador a estas posiciones de frenado I y 2, marchando
la máquina a gÍan velocidad, se obtiene inmediatamente un frenado enérgico hasta disminuir la
velocidad al valor en que el motor vuelve a dar nuevamente un par positivo; la máquina continúa
por lo tanto en pequefla velocidad. Este comportamiento es muy útil y permite parar la máquina
254 EL EQUIPO ELÉCTRICO DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIóN
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o
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en una posición muy precisa. En este caso el gruísta frena antes del punto de parada y se aproxima
a pequefia velocidad sin cambiar la posición del combinador. Con ef frenado ieostátiio, enìambio,
estaría obligado a volver a una posición de marcha para continuar su recorrido en pequefla velo-
cidad. La conexión con resistencia paralela al induCido, tiene también la ventaja dô impedir que
la máquina alcance una sobrevelocidad peligrosa bajo la influencia del viento o sobre u^n camino
de rodadura inclinado, lo que puede ser importante para ciertas máquinas que trabajan ala intem-
perie (grúas de astillero, de puerto, etc.).
La gtaduación de velocidad más perfecta de los movimientos horizontales se obtiene con la co-
nexión Leonard, cuya disposición y empleo son los mismos que para la conexión de cabrestante,
ya tratado en el capítulo de motores de elevación y que se emplèa sin modificaciones en los mo-
vimientos horizontales.
a) Conexión de inversión (figs.353 y 354). Esta conexión es la más simple para el motor de anillos.
En elevación así como en descenso, se arranca el motor por medio ãe rèsistencias rotóricas. Se
eliminan estas resistencias gradualmente a medida que el motor va tomando la velocidad de ré-
gimen. Las conexiones de elevación y de descenso son idénticas, cambiándose el sentido de rotación
por inversión de dos fases del estator. El arranque en elevación (fig. 353) es satisfactorio, en des-
censo, en cambio, es imperfecto porque con cargas deslizantes, las velocidades mayores se encuen-
tran para las primeras posiciones del combinador. En el funcionamiento práctico es necesario
pasar rápidamente a la última posición de descenso.
De todas formas es difícil regular la velocidad. Cuando se elevan cargas parciales la velocidad
se aproxima ala nominal, pero en descenso es imposible obtener una veloCidad inferior a la nominal.
Cuando se para el cabrestante al final del descenso, ha de ser el freno el que detenga la carga hasta
la parada y de hecho está sometido a un servicio muy duro.
Es evidente que la conexión de inversión no puede dar buenos resultados más que en las aplica-
ciones más simples.. Se emplea si la velocidad de elevación es mínima y no pasa de 6 a l0 m por
minuto; si no se pide una velocidad muy reducida de aproximación para ãepositar suavemente
la carga; por otra parte, en el dominio de las velocidades elevadas, êsta conexión puede servir
para los motores de cierre de los cabrestantes de cuchara,ya que la apertura de la cuchãra no exige
regulación de velocidad, para los cabrestantes de grúas de púerto (èl descenso se hace por freno
de banda) y para los cabrestantes irreversibles.
APARELLAJE 255
Flc. 353. Conexión de inversión para motores 700 120 140 180 /80 200
- en corriente trifásica (S.S.W.).
de elevación par motot en o,;
p) Conexión de frenado a contracorriente (fig. 355). Por la parte de elevación, corresponde a.una
conexión de inversión, pero en descenso permite obtener velocidades inferiores a la velocidad
nominal. En las posiciones I a IV, el motor, debilitado por una gran resistencia rotórica, está
conectado en elevación y arrastrado por la carga. Las cargas pequeflas, muy débiles para arrastrar
el cabrestante, son descendidas bajo las posiciones 1 y 2, el motor está conectado en descenso
como parala conexión de inversión. La fuerte inclinación de las características I a IV es desven-
tajosa, la velocidad de descenso de las grandes cargas es muy superior a la de las pequefras. Se
producen asimismo movimientos inesperados de elevación para las pequeflas cargas y velocidades
ãe descenso muy elevadas para las grandes. Para remediar esto se modifica frecuentemente la
conexión de la forma siguiente: Partiendo de 0 se pasa por las posiciones I a IV que no tienen
efecto mientras no se alcance la posición V. Se comienza siempre el descenso por la última posi-
descenso ascenso
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Conexión de inversión por corriente trifásica (S.S.W.).
Esquema de circuitos.
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256 EL EQUIPO ELÉCTRICO DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIóN
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par motot en par motor en f
Ftc. para
- Conexión (para motor
355. de elevación con frenado a para motor de elevación con frenado
- Conexión (conexión
356.
contracorriente corriente trifásica) (S.S.W.). hiposincrónico eh de la S.S.W.).
una posición de descenso lanzado (1) y una posición de descenso (2) a velocidad hipersíncrona.
La conexión eh :utiliza un aparellaje simple, da un arranque satisfactorio en elevación y descenso
y ahorra el freno de zapatas. No obstante, no se puede obtener una regulación de velocidad inde-
pendiente de la catga. Esta conexión es normalmente suficiente para los cabrestantes de taller,
de montaje y de cuchara prensora, si sólo se pide una pequefia velocidad de aproximación.
La B.B.C. ha desarrollado una conexión de frenado híposínuono con una fase invertida que da
resultados comparables.
Las conexiones para corrientes trifásicas citadas hasta aquí, no permiten obtener velocidades pe-
quefias estables e independientes de la carga. ni en elevación ni en descenso. No obstante, cuando
se quiere llegar, en ciertos aparatos de taller, de montaje, o de colada, a poder elevar y depositar
la catga muy suavemente, se emplean las conexiones siguientes:
ô) Frenado por Eldro (A,E.G.). Se regula la velocidad por un freno de zapatas controlado eléc-
tricamente. Este control se efectúa por un dispositivo electro-hidráulico de la A.E.G., llamado
Eldro (8), compuesto (fig. 364) de un cilindro lleno de aceite. La presión de aceite eleva un pistón
ligado a la timonería del freno. Ello se produce por una bomba centrífuga cuya velocidad dá rota-
ción es igual a la del motor Eldro y corresponde también ala frecuencia de la corriente de alimen-
tación. En las posiciones de elevación 2 a 5, y de descenso II a V, el Eldro está conectado sobre
la red, la presión de aceite es suficiente para aflojar completamente el freno (fig. 357). En posi-
ciones I y I (pequefla velocidad) el Eldro queda conectado a los anillos del motor de elevaõión.
La frecuencia de la corriente tomada de los anillos del motor aumenta con el deslizamiento y dis-
minuye con el aumento de la velocidad del motor de elevación. La velocidad del Eldro y la piesión
de aceite son proporcionales a esta frecuencia. A una gran velocidad del motor de elevaôiónìorres-
P,olde una pequefra velocidad del Eldro y una pequefla presión de aceite, insuficiente para afl,ojar
el freno; el freno se afloja tanto más cuanto que la velocidad del motor de elevación disminuye
hasta que se establece un equilibrio entre los pares de frenado y de la catga por un lado y el par
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par motor en "Á par motot en yo
Ftc, 357, Conexión con frenado por dispositivo electro Frc. de un motor de dos polaridades
- Características
358.
-
hidráulico Eldro (A.E.G.) (como figura 344). con frenado por dispositivo electrohidráulico Eldro (A.E.C.)
(como figura 34'l).
del motor por otro(e). Se obtiene así unavelocidadque es casiindependiente dela carga y quese
eleva al 20 % de la velocidad nominal (característica I).
Bajo estas posiciones se disminuye el par del motor por la inserción de resistencias rotóricas, lo
que disminuye el desgaste del freno de zapatas. La solicitación del freno es máxima cuando se eleva
el gancho vacío o cuando desciende la plena carga, debiendo entonces el freno absorber el 90 \
del par normal. Dado que no se utilizan estas posiciones más que durante un tiempo muy corto,
se puede casi siempre conservar la polea de freno habitual. La construcción del freno, no obstante,
debe adaptarse a las necesidades del frenado Eldro.
Si la regulación del 20 % no es suficiente, se conecta el Eldro a los anillos de un pequeflo generador
que suministra una frecuencia más baja y que es accionado por el motor de elevación por medio
de una multiplicación de engranajes o de correas. El freno empieza entonces a patinar hasta que
el generador alcanzael20 /, de su velocidad, mientras que el motor de elevación gira más lenta-
mente según la relación de la multiplicación.
La regulación por Eldro se emplea con varias conexiones para corriente trifásica. En la gama de
las velocidades moderadas (puentes de taller, de fundición, etc.) la conexión de inversión se com-
pleta por una posición de frenado Eldro en elevación y en descenso suficiente normalmente (fig. 357).
Para las velocidades elevadas (cabrestantes de cuchara) es necesaria una posición de frenado eléc-
trico entre la velocidad nominal y la pequefla velocidad de frenado Eldro, para disminuir el des-
gaste del freno de fricción. En este caso, la A.E.G. emplea la regulación por Eldro con un motor
de doble polaridad. Este motor tiene un bobinado en cortocircuito para una velocidad media
de 60 a70,/, y un bobinado normal de anillos con el núrmero normal de puntos de elevación y
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par motor en f par motor en f
Frc. 359. Características de un motor de doble polaridad Frc. 360. Conexión con convertidor de frecuencia
-
(gran velocidad para el gancho vacío) y frenado por Eldro, - (S.S.W.) (Como figura 344).
(como figura 344).
9 En elevación el par motor equilibra el par de la carga y el par de frenado. En descenso el par de frenado es. igual
a Ia suma de los pares de la carga y motor.
APARELLAJE 259
dos posiciones para los descensos síncrono e hipersíncrono (fig. 358). El cabrestante en descenso
a gran velocidad se lleva a la posición II, sobre la cual se conecta el bobinado en cortocircuito
antes de pasar por el frenado Eldro (I).
T a regulación por Eldro se adapta también al trabajo muy particular de las grúas de puerto. Para acelerar el trans.
bordo es necesario elevar y descender el gancho vacio a una velocidad superior a la delgancho cargado. En corriente
continua.no hay dificultades bajo este punto, gracias ala caracÍerística del motor-serie; en coriiente trifásica,en
cambio, hay que recurrir a ciertas disposiciones especiales, vista la característica muy dura del motor asíncrono.
También se construyen motores de dos polaridades con un bobinado normal y otro en cortocircuito para la gran
velocidad del gancho vacío.La A.E.G. emplea este motor de dos velocidades combinado con el frenadì por Eldro
y obtiene las características dadas por la figura 359. La elevación tiene dos posiciones Eldro (1 y 2) para elevar sua-
vemente las cargas frágiles, seguidamente las velocidades normales (3 a 6) obtenidas con las iesistèncias rotóricas
y por fin la gran velocidad (7) para el gancho vacío, obtenida por el bobinado en cortocircuito de polaridad reducida.
El descenso de las cargas deslizantes se hace por freno a mano. Las posiciones de descenso en frenado Eldro (I y II)
y_ la posición en cortocircuito (III) sirven para lanzar el gancho vacío y las pequefias cargas que no pueden ariastrar
el cabrestante.
e) Conexión con convertidor de frecuencia. Mientras que la regulación Eldro hace intervenir un
freno de fricción, la conexión por convertidor de frecuencia de la S.S.V/. obtiene una velocidad
muy pequefra por medios puramente eléctricos. El convertidor utilizado es un motor asíncrono
alimentado por rotor, el arrollamiento del estator está en cortocircuito y el rotor lleva un segundo
bobinado con colector. En pequefia velocidad se conecta el motor de elevación sobre el colector
del convertidor y el motor gira a una velocidad correspondiente a la frecuencia suministrada (fi-
gura 360). La velocidad de <lescenso puede ser aumentada por la inserción de resistencias rotóricas
(características I y II), figura 360. Si nos conformamos con una regulación del 10 al 15
I de la
velocidad de régimen, será suficiente utilizar un convertidor del 15 al 20 % de la potencia del
cabrestante. Naturalmente no es necesario montar el convertidor sobre el cabrestante, ya que
puede ser colocado en cualquier otro sitio. Esta regulación puede ser combinada con una conexión
de inversión, una conexión eh, etc.
() Conexión D.S.B. Una regulación aún más perfeccionada puede ser realizada con el frenado
eléctrico D.S.B. de Sachsenwerk, que necesita una puesta a punto más importante. Esta conexión
tÍihza un motor asíncrono normal acoplado a un generador de corriente continua. Este gene-
rador, que sólo sirve para el frenado, trabaja sobre resistencias y se encuentra provisto de áuto-
excitación o de excitación independiente suministrada por un rectificador. Se õbtienen caracte-
rísticas muy poco inclinadas (fig. 361), comparables a las de la conexión Leonard, permitiendo
reducir la velocidad hasta un 10 ft y aún menos.
d) Conexiones en corriente trifásica para movimientos horizontales. Casi todas las conexiones de
cabrestante se emplean también para los movimientos horizontales, aunque con ciertas modi-
ficaciones.
160
Frc. 361.-Conexión D.S.B. de Sachsenwerk. (Como figura 344).
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/00 Frc. 362. Conexión para movimiento horizontal con frenado hipo-
5 sincrónico-(conexión e dela S.S.W.) (como figura 353).
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par motor en )( par motor en f
Fta. 361 Ftc. 362
C. LEVA1\TA.FREI\OS
Los frenos se aprietan normalmente por la acción de un contrapeso o_de un resorte. Los dispo-
sitivos de aflojamiento se ponen bajo tensión al mismo tiempo que el motor eléctrico. Cuando
el sistema eléctrico
se desconecta el motor
- o cuando hay una avería en
se encuentran igualmente sin tensión y se aprietan los frenos.
- estos dispositivos
LEVANTA-FRENOS 261
1. Electroimanes de freno
Estos aparatos se componen de una caja de fundición que contiene una bobina en los electroimanes
de corriente continua y tres bobinas en los de corriente trifásica. Cuando son puestos en circuito,
las bobinas aspiran las armaduras y aflojan el freno
Los catálogos de los constructores indican el trabajo y el recorrido del electroimán.
Se utilizan recorridos hasta el 75-80 I para mantener una reserva que compensará el desgaste
de las guarniciones del freno. La fuerza de tracción puede ser totalmente utilizada, teniendo en
cuenta el peso propio del núcleo.
Se acopla el electroimânala timonería de freno por una biela con objeto de evitar acuframientos
de la armadura. La caja del electroimán debe ser montada sobre un bastidor robusto y horizontal.
Los electroimanes de ciertas dimensiones son equipados con amortiguadores para suavizar los
choques. Se regulan mediante un tornillo, siendo ventajoso disponer de un tornillo de regulación
para cada uno de los sentidos del movimiento.
Electroimanes de corríente total, que se conectan en serie con el motor. Su empleo no necesita
troles ni bornes adicionales en el combinador, pero provocan una considerable caída de tensión
y su fuerza varía con 7a carga del motor. Su empleo es imposible con ciertas conexiones de cabres-
tantes de frenado eléctrico. Por estas razones, se utilizan actualmente con preferencia electroimanes
shunt, cuya fuerza es independiente de la carga del motor y quo necesitan un borne adicional en
el combinador y en el trole.
á) Electroimanes de freno para corriente trifásica. La armadura tiene la forma de una horquilla
que se inserta en las tres bobinas. No es posible orientarlo y el tirante lleva dos agujeros defasa-
dos 90" para 7a fijación de la timonería.
En el momento de la conexión, el electroimán demanda una corriente muy elevada que queda
disminuida fuertemente al final de la carrera de la armadura. Por lo tanto:
1. El montaje debe permitir al núcleo penetrar completamente dentro de las bobinas, sin daflarlas.
2. Para la elección del electroimán se han de considerar conjuntamente el trabajo a realìzar por
el mismo y el número de conexiones por hora.
Se debe utllizar la fuerza de los electroimanes trifásicos por lo menos en el 66 f, para evitar cho-
ques violentos que podrían deteriorar las bobinas y otras partes mecánicas.
Normalmente se conectan los electroimanes trifásicos en paralelo con el estator del motor. No
obstante, en conexiones especiales se emplean frecuentemente circuitos separados.
2. Motores de conexión
Estos motores (fig. 363) empleados solamente en corriente trifásica, sorÌ asíncronos de anillos
rozantes o de jaula, de pequefla potencia, que por medio de una reducción mecânica, accionan
una manivela acoplada ala timonería de freno. El recorrido de la manivela es de aproximadamente
262 EL EQUIPO ELÉCTRICO DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIóN
120'. En el final de su recorrido la manivela empuja un resorte y el motor queda calado y sin
corriente.
Es importante tener en cuenta los siguientes puntos para el montaje: El freno se debe aflojar en
los dos sentidos de rotación de la manivela porque el motor de conexión cambia su sentido de
rotación con el del motor de elevación (o de traslación, etc.). El bulón de la manivela se articula
en un agujero ovalado de la timoneria para compensar el desgaste de las guarniciones de freno.
Si el freno está apretado y si la manivela se encuentra en el eje, debe existir un juego del 20 /, del
recorrido entre el bulón y el agujero ovalado. A causa de las resistencias de fricción y de la inercia
del motor de conexión, el freno de este tipo se aprieta más despacio que un freno electromagnético.
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o .o Fra. 363. Motor de conexión para aflojar un freno (S.S.W.).
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Los motores de conexión dan un trabajo mayor que los electroimanes de freno. Funcionan de
forma más progresiva y son más robustos. Se les prefiere para un servicio duro. Actualmente se
encuentran en los dispositivos mecánicos e hidráulicos de las máquinas respondiendo mejor a las
'necesidades. Un aparato como el indicado está representado en la figura 363 a (díspositivo elec-
tromecdnico Kampnagel-Siemens).En un cárter fijado por la articulación a al bastidor, se encuentra
un pequefio motor ó que arrastra los contrapesos e por medio de un acoplamiento c y lt ârbol d.
A medida que la velocidad aumenta los contrapesos empujan sobre.el exterior y hacen elevarse
el empujadorf,acoplado a la timonería por la articulacióng. Se regula el tiempo de descensopor
un pequeflo freno cónico h, aplicado por el resorte i, cuya tensión inicial y también el efecto del
freno fr se regulan por la tuerca k, accesibles desde el exterior. Después del arranque del motor á,
se afloja este freno por una disposición especial del acoplamiento. lJna cama solidaria del eje del
motor separa el plato superior mientras el motor arrastra la máquina. Si se desconecta el motor,
se para antes que los mecanismos y la cama entra en un vaciado del plato superior, permitiendo
de esta manera el apretado del freno cónico ft. Se regula el aparato para un tiempo de descenso
LEVANTA-FRENOS 263
corto si ha de ser aplicado a un cabrestantey paÍa un tiempo más largo si se destina a una tras-
lación. Las características de este dispositivo mecánico, que es el másieciente, recuerdan mucho
a las'del dispositivo electrohidráulico que se describe en eÍ apartado siguiente.
3. Dispositivo electrohidráulico
El dispositivo electrohidráulico Eldro de la A.E.G. consiste en un cilindro vertical cle fundición,
lleno de aceite, en cuyo interior se desliza un pistón (fig.36q. Sobre latapa del cilindro se instala
el motor de la bombao con una potencia de 0,25 a 0,50 CV, que accionaàla bomba mediante un
árbol vertical. La rotación de la bomba centrífuga situada bajo el pistón empuja el aceite enviándolo
a la câmara inferior y obligando al pistón a elevarse. Dos barrai montadãs-sobre el mismo atra-
viesan latapa y se unen mediante una traviesa que transmite su movimiento a la timonería. Cuando
se para el motor del Eldro, desaparece la presión del aceite y el pistón desciende suavemente em-
pujando el aceite a través de las canalizaciones de la bomba.
3
d
13
Ftc. 364. Dispositivo electrohidráulico Eldro
- (A.E.c.). 12 b
10 4
1, caja de fundición; 2, motor; 4, árbol de
mando; 6, bomba centrífuga; 9, pistón; 11,
varillas de guiado.
6
7
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Los dispositivos Eldro pueden alcanzat luerzas importantes, pudiendo dar el esfuerzo máximo
en servicio continuo y paru un número elevado de conexionei. Soportan sobrecargas y pueden
ser situados en cualquier posición. Su venlaja principal, no obstantè, es su funcionãmiónio pro-
gresivo, sin choques y casi sin ruido. Por la adición dè un distribuidor, regulable desde el exteiior,
se puede prolongar el tiempo de descenso del dispositivo, circunstancia está favorable en los frenos
de traslación. En cambio los frenos de elevación deben poderse apretar inmediatamente a fin de
evitar un período de caída libre entre el momento que se ãesconectá el motor y el apriete del freno.
En los cabrestantes de-gran velocidad, en los qr.ì. :uüliza enteramentelafíerza del dispositivo,
pero sólo una parte de su recorrido, el Eldro no deberá tener el distribuidor de retardo, reãHzando
entonces el descenso en. un tiempo muy reducido. La regulación de velocidad por Eldro (ver pá-
gina 257) obtiene los mismos resultados ya que en pequefla velocidad las zapatãs frotan sobre las
264 EL Eeurpo ElÉcrRrco DE LAS uÁeuwes on rr,rvacróN
poleas, no existiendo ningún deslizamiento perdido entre el momento en que se paran el motor
del Eldro y el motor de elevación e0).
D. DISPOSITIVOS DE SECURIDAD
a) Limitar los movimientos de elevación y de traslación. Los Reglamentos de Seguridad del Tra-
bajo exigen un interruptor de fin de carrera en la posición más alta del gancho. Sobre los movi-
mientos de traslación de fin de caÍrera se imponen a partir de una cierta velocidad, ya que los
topes y parachoques resultan insuficientes.
ô) Deceleración. Las máquinas que marchan a plena velocidad no pueden pararse inmediata-
mente, recorrìendo una distancia que puede ser considerable antes de su inmovilización. Por ello
es necesario establecer un interruptor de fin de carrera a cierta distancia del extremo. Una pequef,a
velocidad del aparato haría que el frenado tuviese lugar sobre una distancia más corta, no pudiendo
alcanzar la máquina la posición extrema. Para salvar este inconveniente se emplean interruptores
de retardo, que aun a cierta distancia de los f,nes de caÍreru ponen obligatoriamente a la máquina
en pequefla velocidad, con lo que la aproximación hasta el interruptor de fin de carrera, propia-
mente dicho, se hace a velocidad reducida; con lo que este interruptor puede encontrarse muy
próximo a los extremos del recorrido.
c) Limitadores de carga. La tracción del cable de elevación comprime un resorte hasta desconectar
un interruptor, limitando así la carga que el cabrestante puede elevar. De manera anâloga se puede
medir el par de la carga que eleva una grúa giratoria.
l0 Nor.q. onr TRADUCToR: Es interesante hacer notar que el Eldro puede utilìzarse como un dispositivo servo para
cualquier tipo de mando. En 1956 tuvimos la satisfacción de aplicarlo por vez primera al mando a distancia de ca-
brestantes de scrapers tipo Pomini.
DISPOSITIVOS DE SEGURIDAD 265
cido. La construcción representada en la figura 365 comprende un árbol fileteado a con dos extre-
mos regulables ó que lleva un diente c. La tuerca d con un diente correspondiente e está guiada
por un carril / Este último puede girar alrededor del árbol arrastrando entonces la palanca de
iuedecilla g del interruptor. El carril está retenido por un resorte y obliga a la tuerca d a gitar hasta
el momento que entra en contacto con el diente c. El carril gira después con el árbol, haciendo
girar al interruptor que toma una pequefia rotación suplementaria, cortando instantáneamente la
õorriente (rotuia brusca). Si por cualquier Íazón, el movimiento de elevación continúa, el carril
gira con el árbol y el interruptor queda retenido por el enclavamiento h. Dado que la tuerca no
Àe desplaza más, se corre el riesgo de romper el interruptor de fin de carÍeta. Por una rotación
en sentido inverso, se desenclava de nuevo el interruptor y un resorte de llamada lo rearma. Las
posiciones de cierre y de apertura son suficientemente aproximadas (11). Este interrnptor es muy
preciso y permite un recorrido de frenado suficiente en todos los casos prácticos. El interruptor
èstá conteãido en una caja estanca, llena de aceite, por lo que el desgaste de la tuerca y del tornillo
es prácticamente nulo.
Se emplean estos interruptores de preferencia cuando hay una relación fija entre el movimiento
de la õarga y los mecanismos, por ejemplo, en los cabrestantes, mecanismos de variación del al-
cance, etc. y aún más para los movimientos de traslación. Un solo interruptor es suficiente para
limitar el movimiento en los dos sentidos. Los extremos sobre la tuerca son regulables, adaptándose
el interruptor fácilmente a las condiciones particulares.
Los interruptores de fin de caruera por engranajes (frg. 366) se componcn de ruedas de contador
que permiten un movimiento intermitente. La rueda de accionamiento /, está calada sobre el árbol
de mando, mientras que la rueda zrgira loca. Ellas están acopladas mediante el pif,ón 11 que gira
libremente sobre el árbol intermediaúo e. Supongamos qus la rueda de accionamiento tt sólo
11 Esto es importante si se trabaja frecuentemente en la proximidad del fin de carrera alto, por ejemplo. Después
de la desconexión del interruptor sólo se puede descender la carga; pero si las dos posiciones están muy prôximas,
un pequef,o descenso es suficiente para poder reelevar.
EL EQUIPO ELÉCTRICO DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIóN
tiene dos dientes mientras que la rueda zrtiene 20. Durante una revolución de tr,la rueda zravaÍza
sólo 1/10 de vuelta. Una segunda rueda de mando r, es solidaria con Ia zr; por cada reiolución
de l, corresponde l/10 vueltas de zr. Por acumulación de varios de estos engranajes, se obtienen
relaciones de reclucción muy elevadas, que permiten emplear estos interruptores incluso si el árbol
de accionamiento gira muy velozmente. Cuando la tercera rueda zB es arrastrada por el movi-
miento intermitente, la horquilla del interruptor es accionada de un solo golpe y la precisión del
corte de la conexión es muy buena. El recorrido de frenado no está prácticamente limitado porque
después de la desconexión, la rueda l, puede girar libremente y darâ un buen número dê revo-
luciones antes de desconectar el interruptor por segunda vez. El campo de aplicación es el mismo
que el del interruptor de tornillo y tuerca. Si el interruptor de engranajes ha de limitar un movi-
miento en los dos sentidos, se debe establecer un número cleterminado de revoluciones del árbol a
entre estas dos posiciones, ya que la relación interior de los engranajes es fija.
Independientemente de su construcción, se deben conectar los interruptores de forma que se puedan
accionar en sentido inverso después de una desconexión del interruptor de fin de carrera. El inte-
rruptor puede cortar directamente la alimentación del motor eléctrico (interruptores de corriente
total) o abrir un circuito de control, estando el motor aislado por un contactor. Los interrupciones
de corriente total sólo se emplean para pequeflas potencias (20 a 30 CV) y paru interruptorês raras
(en caso de peligro). Si el interruptor desconecta frecuentemente, se impone utilizar un circuito
de control, igual que para las grandes potencias.
2. Armarios de protección
Los tableros de distribución o cuadros de distribución, utilizados antiguamente han siclo susti-
tuidos por armarios o cofres que contienen el disyuntor de protección y a veces instrumentos de
medida como voltímetros.y amperímetros. Sobre una máquina se encuentran normalmente varios
cofres de fundición, conteniendo el disyuntor, los fusibles y los instrumentos. Estos cofres se
montan sobre un bastidor formando una unidad.
El disyuntor principal sirve para conectar y desconectar el aparato, protege la instalación entera
contra los riesgos de cortocircuito y de baja tensión así como falta de una fase. En ocasiones se
prcrtege cada motor contra el cortocircuito y una sobrecarga de larga duración. Estas últimas
protecciones se encuentran habitualmente en una caja aparte.
El disyuntor príncipal se construye con una empufladura instalada en el exterior y que permite
accionar aquél mediante un sistema de palanca. La transmisión del esfuerzo sólo se puede efectuar
cuando la palanca se apoya contra un soporte;cuanclo este soporte desaparece, es imposible cerrar
el disyuntor aunque la empufladura esté en posición de cierre. Si el disyuntor está cerrado en el
momento en que desaparece el apoyo, aquél se abre por la acción del resorte. Este apoyo debe
reponerse en su sitio para volver a cerrar el disyuntor, de lo contrario éste se encontrará enclavado
por los órganos de protección, cuya disposición general se representa en la figura 367. Los relës
de tensión nula a son comunes a todos los motores. Ellos disponen de una bobina que retiene
el tope en su sitio mientras la tensión es suficiente. Los relés de máxíma intensidad á que se en-
cuentran sobre dos fases, llevan bobinas que, aspirando sus armaduras, desenclavan el apoyo
bajo una intensidad de corriente que exceda un cierto valor (cortocircuito). No es necesario indicar
que estos relés dejan pasar la suma de las intensidades normales para todos los motores sin des-
conectarse. Esta intensidad no obstante es suficiente para dafiar un solo motor. Por consiguiente
es necesario disponer un relé c protegiendo cada motor; estos relés se encuentran en la tercera
Ajustamíento
l, bornes de la red;
2, disyuntor general;
Bobinado de la resistencía 3, contactos auxiliares;
4, resistencia;
amíanto 5, relés de tensión nula;
6, conexión de motores.
fasey cortan el circuito de la bobina de tensión a; de esta forma el disyuntor se desconecta pa-
rando todos los motores.
Los relés c llevan una lámina bimetálica (fig. 368) calentada por la corriente. A consecuencia cle
la diferente dilatación de los dos metales, la lâmina sufre una deformación proporcional al calen-
EL EQUIPO ELÉCTRICO DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIóN
tamiento y, finalmente, corta el circuito de la bobina de tensión a. Tenemos así los relés de inten-
sidad que protegen contra el recalentamiento y las sobrecargas de corta duración.
Basta que el relé de protección de un solo motor desconecte para que todos los motores de la
máquina queden parados. Si obligamos a volver a 0 a los combinadores de los motores antes de
reconectar el disyuntor general, evitaremos el peligro de que tales motores arranquen bruscamente
y que los movimientos inopinados provocados causen dafro. Para hacer esto posible se equipa
el disyuntor con una puesta a 0 oblígatoria, cuya misión es impedir la reconexión mientras no
estén a 0 todos los combinadores. La figura 369 muestra un esquema de estas conexiones en co-
rriente continua.
Al cerrar el disyuntor 2 se cierran simultáneamente los contactos auxiliares 3 que establecen el
circuito entre la red 1 y los bornes de los motores 6 con la inserción de las resistencias 4. Entre
estos bornes se encuentra el relé de tensión 5 mencionado más arriba que impide la conexión si
la tensión es insuficiente. Mientras que el circuito de todos los motores 6 está abierto, este relé
recibe suficiente corriente para permitir la conexión. Pero si uno de los motores se encuentra en
circuito, la corriente limitada por las resistencias 4 no tiene suficiente valor para que el relé 5 per-
mita la reconexión del disyuntor.
En la figura 367 se presenta un esquema de corriente trifásica con la puesta a 0 obligatoria. Las
figuras 370 y 371 muestran los colres de proteccìón para máquinas cle elevación, con corriente
total. Para los aparellajes cle contactores se debe consultar a los constructores especializados.
1. Líneas de contacto
Estas líneas están constituidas por conductores de alambre o por carriles.
Se dímensionan los conductores para que la caída de tensión no exceda de 3 a 5 /.. Hasta 80 mm2
se emplean alambres redondos y hasta 180 mmz se emplean conductores perfilados. Es ventajoso
prever varias alimentaciones para la línea principal y separar los tramos para poder efectuar tra-
bajos de mantenimiento sin cortar la tensión de toda la línea.
Instaleción Frecuentemente los alambres se disponen en una línea colgante con cabezas aisla-
doras en las extremidades (fig. 373). Cada 5 o todo lo más 8 metros, la línea se apoya sobre so-
portes (fi.g. 37q. Al paso del trole se eleva la línea de los soportes. Este montaje sólo es conve-
niente para pequetlas potencias, servicio ligero y velocidades moderadas (troles de carro de puen-
tes-grúa de talleres y centrales).
Los conductores perfilaclos se montan rígidos. La fijación de las extremidades se hace como con
los conductores de alambre; no obstante los soportes intermedios espaciados también 5 o a lo
más 8 metros, sostienen el perfil mediante mordazas (fig. 375). Se emplean para las potencias y
velocidades elevadas.
LINEÀS DE ALIMENTACION Y CABLEADO 269
Hìlo redondo'
Frc. 373
Los conductores se disponen en series horizontales o verticales. El intereje de los mismos depende
de la forma del trole y vaÍia normalmente entre 120 y 200 mm.
Los herrajes de las extremidades deben ser suficientemente fuertes para resistir a la tracción de
los conductores que pueden alcanzar valores elevados.
c) Frotadores. Con las líneas flexibles o suspendidas se emplean troles rígidos. Con los montajes
rígidos o con los carriles se utilizan troles de resorte.
En el pasado los troles fijos llevaban una rueda de bronce, después se les ha provisto con frota-
dores de carbón. El conductor queda guiado dentro de una ranura y se aplica por su propio peso
y por la tensión inicial (fig. 378).
270 EL Eeurpo ElÉcrRrco DE LAS uÁqurNas pB rrovacróN
I
lÈ
la"
rcs extrcmos
Ftc, 377. aislado para carril conductor con Frc. 378. Trole rígido con frotador para
-Soportecabeza de cobre. - líneas flojas.
Los troles montados sobre resortes, tienen una palanca articulada y pueden compensar los des-
niveles de la línea fija. El frotador se aplica por,una acción de resorte. Según la construcción del
frotador se distingue:
a) Troles de rueda (materiales: latón o bronce). Pueden pasar por las juntas y las rampas de
los extremos. La superficie de contacto es muy pequefla, la densidad de corriento es elevada y se
les prefiere a los frotadores. En las explotaciones de sales pulverulentas, los troles de rueda no son
aconsejables porque no limpian los conductores de las películas de óxido y suciedad.
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Hienos cimentados
en la porcelana
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(o porcelana
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Ftc. 379. Trole sobre pantógrafo para intensidades Frc. 380. Trole sobre pantógrafo equipado con frotadores de
- 200
hasta A y 750 Z (Bischoff u. Hensel). - líneas rígidas hasta 400 Ay 750 Z(Bischoff u. Hensel).
carbón para
poner la línea en zigzag correspondiente a la anchura de los frotadores; se obtiene así una mejor
repartición de la usura.
La construcción de las tomas de corriente varia según la posición relativa del conductor y de la
toma (a presión sobre la altura, en la parte inferior, en el costado) y según la intensidad de la
corriente. La masa de las partes soportadas por resortes debe ser muy reducida para evitar que el
frotador se separe bajo la influencia de fuerzas de inercia, ya que frecuentemente los carriles pre-
sentan una cierta flecha, sobre todo en verano. El riesgo de separación aumenta con la velocidad.
La figura 381 representa una toma de corriente especial de la M.A.N. con frotadores en carbón
que permite pasar bajo las rampas.
Frc. 381. con frotadores de carbón, ejecución especial (M.A.N.), que permite pasar sobre las rampas de una linea
-Trole interrumpida.
d) Canalizaciones ile toma de corriente. Para las máquinas que trabaj an a la intemperie como
pórticos, grúas de puerto, etc., se disponen generalmente las líneas principales dentro de una
canalización dispuesta en las cimentaciones de hormigón. Es necesario protegerla contra la intem-
perie y la suciedad, pero de otra parte es necesario que las tomas de contacto penetren en la cana-
lización. Estas dos condiciones aparentemente contradictorias, se encuentran realizadas en las
canalizaciones sin aberturas que se indica en la figura 382, donde puede apreciarse que la carta-
lización está recubierta en toda su longitud por una serie de chapas unidas por bisagras. Un pe-
queflo carro unido a la máquina y guiado dentro de la canalización por debajo de las chapas lleva
los elementos para la toma de corriente. Según otro sistema (fig. 383) se prevé un tablero fijo que
deja justamente una abertura para el paso del soporte de los frotadores. Esta abertura se cubre
por una banda de acero fijada sobre un cable metálico tensado por un resorte o un contrapeso.
Un pequefio carro solidario de la máquina a alimentar eleva esta banda y permite el paso de los
cables. De todas formas la canalización debe ser de fácil acceso y debe disponer de un drenaje
adecuado.
2. Cables flexibles
Si no se pueden emplear conductores desnudos, se usan cables flexibles. Una de las extremidacles
lleva un enchufe mientras que la otra se arrolla sobre un tambor montado sobre la máquina a
alimentar. El mando de estos tambores se hace por resorte, por contrapeso o por motor acoplado.
Muy frecuentemente los tambores de contrapesos enrollan el cable en espiral; 1a longitud del cable
está limitada por las dimensiones de los contrapesos y por su recorrido. Los tambores de resorte
(figura 384) se hacen para longitudes de cable hasta 60 metros, con motor acoplado se pueden
arrollar longitudes mayores. Estos motores actían por intermedio de un engranaje, dando un par
que tiende a enrollar el cable. Para desarrollarlo hay que tirar de él con una fuerza superior a la
que ejerce el motor. El enrollamiento en varias capas necesita un guiado del cable. Los tambores
están provistos de anillos colectores que transmiten la corriente de la máquina.
272 EL Eeurpo ElÉcrRrco DE LAS naÁeurNns oe Brnvacrón
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Las tomas de corriente pueden estar fijadas sobre un muro, montadas debajo del suelo o insta-
ladas sobre el suelo. La figura 385 muestra una toma de corriente subterrãnea estanca con su
enchufe.
Para las máquinas de recorrido fijado (por ejemplo, carros) no es necesario un tambor enrollador.
El cable_está soportado por un cierto número de pequeflos carros. Cuando el aparato se encuentra
en una de las extremidades de su recorrido, el cable está tenso; cuando llega ala otra extremidad.,
los carros portacables se empujan y el cable cuelga formando varios buõles. Sobre estos carros
_cable está cogido entre dos piezas de madera dura con ranuras correspondientes al diámetro
e-l
del mismo. Los carros están provistos de ruedas que se deslizan sobre ui monocarril y pueden
inclinarse sin acuflarse.
Frc. 384. Tambor enrrollador de resorte (Bischoff Ftc. 385. Toma de corriente subterránea
- u. Hensel). - (Bischoff
estanca u. Hensel).
3. Cables
Los empalmes se hacen por terminales soldados sobre los cables (para aluminio, soldadura especial).
La conexión de resistencias importantes se hace siempre con terminales prensados, evitándose la
soldadura que puede fundirse bajo la influencia del calor.
La buena e.iecución del cableado es muy importante: Son necesarios obreros adiestrados y una
buena colaboración entre el servicio mecánico y el servicio eléctrico. Los cables deben ser dis'
puestos con un mínimo de cruces entre sí y no deben estorbar el desmontaje de los elementos me-
cánicos. Por la misma razón se debe poder desmontar fácilmente un cable averiado. Los cables
no deben nunca pasar debajo de resistencias para evitar el peligro de calentamiento excesivo. En
las estructuras los cables no deben alterar la silueta del sistema.
Es ventajoso disponer los cables sobre cunas de bandas de acero en forma de U.
Los cables se fijan por bridas. En el interior de los edificios y sobre las máquinas que circulan a
cubierto, se disponen los cables sobre madera. En algunos sitios se usa el cableado bajo tubo.
F. ILUMII\ACION Y CALEFACCIOI\
La iluminación de las máquinas de elevación no recibe siempre toda la atención que merece y no
obstante es suficientemente importante, sobre todo en las grandes máquinas (pórticos), para que
el ingeniero proyectista se ocupe de ello.
La iluminación comprende proyectores de 300 a 1500 W(t2),queiluminanel campo detrabajo,
lámparas de tipo normalizado para las cabinas, pasarelas, escaleras, etc. El intereje máximo entre
lámparas sobre pasarelas debe ser de 6 a 8 m.
Se deben prever tomas de corriente en cantidad suficiente para el enchufe de máquinas-herramientas
de mano.
La tensión normal es 220 V. Si el aparato está alimentado a tensión superior, se debe prever un
transformador. Es preferible alimentar las lámparas portátiles a muy baja tensión (24 ó 42 Y),
para ello se utilizan tranformadores portátiles. Nunca se recomienda utilizar esta baja tensión
para la iluminación general dado que exigiría corrientes muy intensas que requerirían portalám-
paras y filamentos especiales.
Se debe disponer un interruptor general para la iluminación, de forma que se pueda desconectar
independientemente el equipo eléctrico de potencia de la máquina, conservando la iluminación
y las tomas de corriente.
La cabina de mando debe estar provista de calefacción, sobre todo en las máquinas que trabajan
a la intemperie, debiéndose instalar radiadores de 1000 a 2000 V/.
12 Sobre los puentes y los pórticos, un proyector cada 10 m aproximadamente para la iluminación del suelo, de
una potencia de 300 W para los que están situados a menos de 8 m de altura, y de 500 W hasta los 10 m. Sobre la
cabeza de la flecha, 1000 W para una altura hasta los 15-20 m, y por encima de los 20, 1500 W.
xII. PRII\CPIOS PARA EL DIMEI\SIOI\AMIEI\TO
Y DISEiTO DE LAS ESTRUCTURAS
DE LAS MÃQUTI\AS DE BLEVACIÓTx
Se utilizan_ principalmente celosías isostáticas, extendidas en dos dimensiones. Hay una relación
fija entre el número k de nudos, el número n de barras y el número a de grados de eficacia de los
diferentes apoyos o empotramientos:
(1) n:2k-a.
Para un sistema isostático un punto fijo un apoyo libre por, ejemplo
. J
que es lo que encontramos siempre en las máquinas-de - aderesulta igual a 3,
elevación. Si;l oï-.ro barras ã, *uyo,
Frc. 388.
ì
276 PRINCIPIOS DIMENSIONAMIENTO Y DISENO ESTRUCTURAS MÁQUINAS ELEVACIóN
a) Métoilo de Cremona. El polígono dinámico resulta de un análisis del equilibrio de las fuerzas
en los nudos. En cada nudo, las fuerzas exteriores (cargas o reacciones), están en equilibrio con
las fuerzas de las barras. Se obtiene un polígono cerrado disponiendo tales fuerzas según su direc-
ción y sentido.
El ejemplo de las figuras 386 a 388 muestra la forma de proceder. Se determina las cargas exte-
riores y las reacciones en los apoyos A y B, empezando por un nudo que tenga un máximo de
2 fieruas desconocidas, el nudo I o X. En el nudo I actúa la reacción A que es conocida, y las
fuerzas desconocidas 1 y 2. A, I y 2 estân en equilibrio. Utilizando una escala adecuada para
fuerzas, podemos trazar el polígono de fuerzas I (fig. 387). Las flechas que indican las direcciones
de estas fuerzas, trasladadas al nudo f, nos indica que la barcaltrabajaa compresión(empujando
el nudo) mientras que la diagonal 2 trabaja a tracción (tirando del nudo).
En el nudo II conocemos la fuerza exterior Pry la fuerza 1. Esta última trabaja a compresión.
Las desconocidas 3 y 4 están determinadas por el polígono II. Procediendo así de un nudo a otro,
encontramos todas las fuerzas de las barras de la celosia. EI último polígono de fuerzas corres-
ponde al nudo X en el que sólo actúan fuerzas conocidas, la reacción B y las fuerzas 16 y 17 dadas
por los polígonos de fuerzas VIII y IX. El polígono X resultante de éstas fuerzas debe ser cerrado.
En lugar de trazar polígonos distintos para cada nudo, se puede utllizar un polígono único, lla-
mado de Cremona (fig. 388) en el que cada barra sólo aparece una vez. EI ftazado de Cremona
y la celosía son figuras recíprocas, es decir que a un polígono del uno corresponde un nudo del
otro y viceversa. Es inútil decir que las líneas correspondientes de dos figuras son paralelas. De
estas relaciones geométricas se deduce el procedimiento de Bow:
Se designan los triángulos de la celosía por las letras e, b, c (fig. 386) considerando los espacios
entre las fuerzas exteriores como triángulos abiertos. En el trazado de Cremona encontraremos
que los puntos correspondientes llevan la misma designación. Uniendo las fuerzas exteriores P,
y P, con las reacciones -4 y -8, obtenemos un polígono cerrado que, en este caso, se reduce a una
línea recta, designando los cuatro puntos de este polígono poï a, b, c y d en correspondencia con
las designaciones de los triángulos abiertos de la celosía. Así d se encuentra en Pry A, el punto ô
entre A y B, etc. Partiendo del punto a, trazamos Ìlna recta paralela a la línea I a fin de encontrar
el punto e, porque Ia barra I es parte de los triángulos a y e. Por el punto b trazamos una paralela
a2.La intersección de estas dos líneas nos da el punto e que es también el origen de la fuerza 3,
porque labarra 3 forma el último lado del triángulo e.Lafierza 4 es parte del triángulo abierto d,
sale del punto dy,por su intersección con lafuerza 3, determina el punto/. Este es elpuntode
partida de la fuerza 5, mientras que la fircrza 6 parte del punto d. La intersección de 5 y 6 da el
punto g, origen de la fuerza 7. Procediendo de esta manera, se hace el tazado de Cremona que
se debe cerrar si no se han cometido errores y si el trazado ha sido suficientemente preciso.
Así se ha determinado la magnitud de las fuerzas en las barras. Se encuentra su sentido conside-
rando uno después de otro los nudos de la estructura. A cada uno de estos nudos corresponde
un polígono de fuerzas, por ejemplo al nudo I, formado por las fuerzas A, I y 2, corresponde al
triángulo A, l, 2 del polígono de fuerzas, el sentido de las fuerzas I y 2 se encuentra siguiendo
el de la fuerza A que es ya conocido. Se llevan después las flechas al plano de la extructura, en
la proximidad del nudo examinado. Al otro extremo de la barra, la flecha se dispone en sentido
inverso. Considerando del mismo modo el número II se conocen los sentidos de las fuerzas P,
y 1 y se obtienen también las fuerzas 3 y 4 que se llevan igualmente a la estructura. Se procede
igualmente para todos los nudos de la celosía.
ó) Método ile Culmann. Este método es ventajoso cuando, para una cierta disposición de las
cargas, no se busca la totalidad de las fuerzas y sí solamente el esfuerzo en ciertas barras. A este
fin se cortala estructura en dos por una sección que pasa por las barras cuyos esfuerzos se buscan.
Cada una de estas dos partes debe estar en equilibrio si se aplican las fuerzas de las barras cortadas
pRrNclplos DE LA ESTÁTIcA DE LAS uÁqurNLs nr nrnvlclóN 277
como fuerzas exteriores. Se encuentran estas fuerzas por la descomposición de la resultante de las
fuerzas exteriores conocidas. Esta operación se ha hecho en las figuras 389 y 390. Se buscan las
fuerzas 8, 9 y 10. Una sección que corte estas barras corta también la celosía en dos partes. Sobre
la parte de la derecha encontramos solamente la reacción B, esta parte se presta mejor para buscar
las fuerzas desconocidas. Las fuerzas 9 y 10 tienen una resultante, desconocida también, pero
que debe pasar por la intersección de estas barras, es decir el nudo II. Por lo mismo la resultante
de la reacción ,B y de la fuerza desconocida 8 debe pasar por el nudo X, intersección de estas dos
fuerzas. Dado que estas cuatro fuerzas B, 8,9 y 10 están en equilibrio, las dos resultantes han de
estar también en equilibrio, por lo que debe encontrarse sobre la misma línea de acción. Esta línea
deaccióncomúnalaresultante9y 10yde By8, nopuedeser otraquelalínea que une los dos
nudos VI y X, llamada línea de CurNllNN Z. Se encuentran las desconocidas descomponiendo B
en las direcciones 8 y L y descomponiendo seguidamente L en las direcciones 9 y 10. El polígono
de la figura 390 muestra esta descomposición. Todas las fuerzas de este polígono se encadenan,
lo que permite encontrar el sentido de las fuerzas desconocidas. Las fuerzas son, evidentemente,
las mismas en valor, dirección y sentido que las que se encontraron con el método de Cremona.
Ftcs. 389 y 390, Método de Culmann. Frcs. 391 y 392.- Método de Ritter.
-
(4) Sro:
-nlz
Los sentidos de las fuerzas se encuentran fácilmente, ya que en relación con el centro de momento
elegido, las dos fuerzas consideradas deben engendrar momentos de giro en sentido opuesto al
momento de la reacción.
278 PRINCIPIOS DIMENSIONAMTENTO y DTSENO ESTRUCTURAS MÁQUTNAS ELEVACTóN
(s) VsIB-0
o
(6) Vs: - B.
A partir de Vs, se encuentra fácilmente Sn por un método gráfico o analítico, ya que conocemos
la inclinación de la barra 9 (fig. 392).
Si los miembros no son nunca paralelos, como por ejemplo para la sección que corta a las ba-
rras 4, 5, 6, se encuentra la fuerza de la diagonal 5 por el equilibrio de los momentos respecto al
punto de intersección de los miembros 4 y 6:
Std+Aa-Ptp:0,
ss:- A++Pr+
2. Cargas móviles
Ciertas cargas se aplican siempre en los mismos puntos de la estructura, por ejemplo el peso propio,
la presión del viento, las fuerzas de inercia resultantes del peso propio, etc. En cambio hay otras
fuerzas que cambian su posición en relación con la estructura, por ejemplo, las reacciones de un
carro sobre un puente-grúa o sobre un pórtico. Los métodos expuestos hasta aquí son satisfacto-
1^
/t
9t
k--
y2
;--
Ftc. 393. Línea de influencia Frc. 394. Determinación de la reacción
de- la reacción ,4, para un- sistema dè tres cargas móviles.
rios para determinàr los esfuerzos o solicitaciones de las estructuras bajo la acción de las fuerzas
fijas. En lo que concierne a las cargas móviles, es necesario buscar para cada baÍra, la posición
más desfavorable de la carga. Por la determinación de las líneas de influencia, se obtienen los
valores de las diversas fuerzas en función del desplazamiento de la carga.
PRINCIPIOS DE LA ESTÁTICA DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIóN 279
(7) A: | 4:
I
yo,
ahora bien la reacción A varía según una recta (línea de influencia para,4) cuyas extremidades
están definidas por las relaciones siguientes:
Jc : 0, le: 0i
x:1, le-P:lt.
Esta línea permite encontrar rápidamente la reaccion A para no importa qué carga y no importa
qué posición. Para una carga de 5 t a la distancia x, la reacción es
A: 5!e.
Cuando la viga está solicitada simultáneamente por varias cargas (fig. 394), se encuentra la reacción
y) L? Iínea Q. Fsta línea indica la influencia de una carga móvil sobre el esfuerzo cortante para
un cierto pult9 de la viga- (frg. 397). Supongamos la viga cortada en el punto p, estando la cãrga
s.obre la_porción derecha, la porción izquierda sólo está sujeta a uoa carla exterior, la rcacción A.
A medida que la carga se desplaza entré,8 y P el esfuerzo õorhnte igualã alareaccion,4. Cuando
siguiendo el desplazamiento_ la carga móvil sobrepasa el punto p entiando en la porción izquierda,
el tramo derecho queda sólo solicitado por la reacción,9. El esfuerzo cortantó tomado dsta vez
sobre la porción derecha es igual a la reacci on B. Para las posiciones de la carga comprendidas
entre p y A,la línea de influencia de Q coincide con la iínea ãe influencia negativã de B. En resu-
men, la línea de influencia paru Q forma una línea quebrada representada etrla figura por el trazo
grueso.
ô) La línea M. Se encuentra de forma anâloga la línea de influencia del momento flector para
un punto determinado 4 de. la viga. Si suponemos nuevamente que la viga está seccio nada àn p,
considerando el tramo izquierdo, el momènto flector en p se esciibirá
(10) Mo:Aa:Ïo:r*.
EsÍa ecua-ción representa una recta con !*:0 para -r:0 ê !*: a pata.r: / (fig 39g). Esto
sólo es_valedero para una posición de la caiga entie .B yp, porqrê'ãdmitimos que el tìaãro izquierdo
está solicitado solamente por una fuerza exterior. Si lã õargà P : I t se encìenffa sobre lâ parte
izquierda, la porción derecha estará solicitada solamente pú tu reacción -B como fuerza exterior
y el momento flector en p se escribirá
l--
(1 1) Mo:Bb:l=:-b:),*.
PRINCIPIOS DE LÀ ESTÁTICA DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIÓN 28r
á) Posición más desfavorable de la carga. Si existe una sola carga móvil, las líneas de influencia
permiten buscar inmediatamente la posición más desfavorable de la carga, es decir, la posición
que produce las fuerzas o los momentos más elevados. No obstante, cuando se trata de un sistema
de varias cargas móviles, es necesario determinar la posición más desfavorable del mismo.
9n=a
a) Posición mós desfavorable con respecto al esfuerzo cortante en el punío p. Lalinea de influencra
del esfuerzo cortante, llamada linea Q, permite encontrar la totalidad del esfuerzo cortante produ-
cida por el sistema móvil en p:
(12) Q: PJt* Pzlz* Pslz.
Frc. 399.
Posición más desfavorable del sistema
de cargas móviles, en lo que concierne
al esfuerzo cortante Q en el punto c.
De forma general (fig. 399), el esfuerzo cortante alcanzarã a su máxrmo cuando las ordenadas
!r, !2, etc. sean máximas, es decir cuando el sistema móvil se encuentre en la proximidad del puntop.
Si las cargas tienen poco más o menos el mismo valor o si la primera caÍga es preponderante, Q
alcanza su máximo cuando la primera carga se encuentre justamente en p. Puede ser, no obstante,
282 PRINCIPIOS DIMENSIONAMIENTO Y DISEffO ESTRUCTURAS MÁQUINAS ELEVACIóN
que Pl sea muy pequefla comparada con las otras tres fuerzas y en este caso el esfuerzo cortante
aumenta aunque el sistema se desplace a la izquierda del punto p. lo que se indica por
B\ Posicíón más desfavorahle para el momento -flector respecto al punto p. Se determina como
sigue: Se coloca el sistema móvil en la proximidad de la posición buscada, de manera que las
fuerzas más elevadas se encuentren encima de las mayores ordenadas de la linea M (fig. a00).
El momento total es entonces
(17)
(20)
#:o:Pr ff+',#o', dys
dx
Se puede buscar la solución de esta ecuaçión por un método gráfico, ya que los valores .. .
*,*,
representan simplemente la inclinación de la línea de influencia respecto â. lv !2, etc. Según la
figura 401, se tÍaza, encima de las fuerzas P1, Pz y P, una serie de paralelas a la línea de influencia.
Comenzando por la izquierda, se obtiene una ordenada cuyo valor es igual la posición
^#.Para
d"dM ÃiÊo-^Á^ n ' evidente que no cam-
dx u,^,u,u sv v "J us
del sistema móvil adoptado en la figura40l,el valor
PRINCIPIOS DE LA ESTÁTICA DE LAS UÁqUWAS Nr NT,NVACTóN 283
Pe
.v==:-:a-
P7 P2 i\a?l
y-b
Frc. 402 y 403.
Ftcs' 400 a 403' La posición más desfavorable del sistema móvil en lo que concierne al momento
- flector es el punto p.
En esta posición también el valor d"dM diÍiere de 0, no obstante el signo ha cambiado en relación
con la figura 401. La posición más -desfavorable se encuentra por lo tanto
entre las posiciones
representadas en las figuras 400 y 402.
Dado que el valor de cambia más que cuando la fuerzap, franquea el punto p, el sistema
# ""
se encuentra en la posición más desfavorable cuando P, esté exactamente
encima de p.
Ello nos permite establecer_ la regla siguiente, valedera para cualquier número de fuerzas
que
constituya el sistema móvil. Las doì extrèmidades de la recta representan p1, p2, p",
las cargas
se llevan las rectas paralelas a las dos ramas de la línea de influencia -pt;-
...
cuentra sobre una de las fuerzas Pr, Pr, etc., indicando la fuerza qrre
,u intersección se en-
a.U"Lncontrarse encima del
punto p' para el que el sistema móvil produzcael momento máximo
correspondiente al p.rrrto p
(figura 403). Este método se aplica a tìdas las líneas de influencia cle
forma parecida.
y) Momento máximo de una viga simple. Frecuentemente por ejemplo en las vigas de alma
llena,
se tiene necesidad de conocer eÍ momento máximo que solicìta
olrpue, o. lo que antecede,
ru uigã-
el momento máximo se encontrará siempre bajo rnu a. úr .;;;rr.ïi J-riãt.*u
móvil comprende
284 pRrNcrpros DTMENsToNAMTENTo y Drsnfto ESTRUcTuRAS MÁeurNÀs ELEvAcróN
dos fuerzas, el momento máximo se producirá bajo la mayor, por ejemplo P, (fig. 404). El mo-
mento a la derecha de esta carga se escribe en función de la distançia x:
R
pl Pz
d
A
rl I
e
Ftc. 404. Momento miiximo de una viga simple Flc. 405. Momento máximo de una viga simple
-
solicitada por dos cargas móviles. solicitada -por un sistema de varias cargas móviles.
El momento M, alçanza su máximo cuando los factores son iguales / : yt. El sistema móvil se
encuentra en la posición más desfavorable si las fuerzas Pr y À están a caballo sobre el centro de
la viga. El momento máximo será
(22) mâx M: (Prt Pr)ry
Frc. 406. Líneas de influencia de las reacciones I y B de una viga con voladizos.
-
Si las dos fuerzas son iguales P1: P2, se encuentran en la posición más desfavorable cuando la
primera cargaha pasado el centro de la viga en la distancia!. El momento máximo seexpresará
4
entonces por
En el caso de varias fuerzas PpP2,...,Pn, el momento máximo puede también producirse bajo
la fuerua & (si P, es pequefla con relación a Pz y P). Se debe entonces comprobar el momento
a la derecha de la fuerza Pr. Según la figura 405:
(24) M*,:Ax-Ptar:
^!l-Pflr.
Frc. 408.
-
Línea de influencia Q para punto p sobre la Frc. 410.
-
Línea de influencia M paru uÍÌ punto sobre la
I parte en voladizo. parte en voladizo.
Ití
En este caso se encuentra que el momento máximo se produce cuando los factores x y Jrr son iguales,
es decir, cuando Pzy R se encuentÍar a caballo sobre el centro de la viga.
A:ll-. I
Esta ecuación es idéntica a la ecuación (7) valedera en toda la luz. Prolongando simplemente la
línea A más allá del apoyo A. La misma consideración se cumple para el voladizo ett B, porque
O: -t+
286 PRINcIPIos DIMENsIoNAMIENTo y DrsEfiro EsrRUcruRAs MÁeurNAs ELEVAçTóN
Á--1c+l
^t'
el valor mínimo (máximo negativo) se produce cuando la carga móvil se encuentra en la otra ex-
tremidad:
n,t--- , d
r-T
-il fa línea Q, es decir la linea de influencia para el esfuerzo cortante en un punto p situado entre
los dos lPgyo_s, se obtiene partiendo de las líneas y A B, como ha sido explicado en la figur a 397
(ver también figura 407).
si el punto p se sitúa sobre la parte en voladiz o a la izquierda de A
Q:lt:colÌst.,
antes que la carga se encuentrc a la izquierda del punto p; y
Q:0
si la carga se encuentra ala derecha de p (fig. 408).
y) La línea M. Es decir, lalinea de influenciapara el momento flector en un punto p, estârepre-
s9n!a{o en la figura^409. Mientlas que la carga móvil se encuentre en el vano entre ap-oyos, la linea
de influencia no diferirá de la de la figura 398. Si la carga pasa el punto Ahacia d iiquierda, el
momento resultará
(2s) Mo:+"-t(x- b)
I
(26) Mo -- , [x(a
- I) + Ib\.
M,:1,!+ I b,
"l
esta ecuacjón representa la.r,ama_izquierda de la línea de influencia en la luz. Se puede prolongar
este ramal hasta la extremidad del voladizo. Iguales consideraciones son valederãs parà lu rama
derecha de la línea de influencia.
!n lo que concierne_al puntop situado sobre la parte en voladizo, ala distancia c' del extremo,
el momento flector
Yo: lc' es máximo si la carga se encuentra sobre la extremidad de la viga.
Resulta.Mo:_O,_si lacarga se encuentra en p o a la derecha dep. Ello permite trazar la línea cle
influencia según la figura 410. Si nos encontráramos en presenciá de unìirt.-u de varias fuerzas
móviles, determinaríamos las posiciones más desfavorables según las indicaciones dadas más arriba.
dc Rrrren. En la figura 4ll se haúilizado el método de RrrrnR para determinar las líneas de in-
fruencia de las barras O, U y D.
t271 o- t+
Pero la reacción A nunca es constante, depende de la posición de la carga P : I t:
o:r+,
,?ã
/i I
/í
I
I
eA D
(28) o: ,++
|para x: n:
Esta ecuación representa una recta con las ordena aas t I y 0 para 0. Esta no es
valedera más que si la reaccion A es la única fuerua exterior que actúa en el tramo considerado,
es decir, si x < d. Si x resulta mayor, la carga se repartirá sobre los dos nudos V y VII de la ba-
rta O, así como el trozo izquierdo se encuentra solicitado por otra fuerza exterior. Es necesario
considerar el tramo a la derecha. Se encuentra también solicitado en VII por una parte de la carga
móvil P : I t. No obstante esta parte, que actúa en el nudo VII, no ejerce momentos relativos
288 PRINCIPIOS DIMENSIONAMIENTO Y DISEftO ESTRUCTURAS MÁQUINAS ELEVACIóN
con respecto al centro de momentos que está en VI, el valor de la fuerza O depende únicamente
de la reaccion B. Si admitimos -B: i t, encontramos
(2e) o- t+,
pero -B es variable:
B:1] ,* ,
O resulta
(30) o:r++
La ecuación (30) representa una recta con las ordenadas d
upara x: [,]
, Parax:O.Esvaledera
entre x 7 d y x: 1. Las dos ecuaciones (28) y (30) dan por lo tanto las dos ramas de la línea
de
influencia de la barra O. Caalquiera q-ue sea la'posiciórde la carga, labtarratrabaja siempre
a
compresión, lo que se designa habitualmente poi un signo (_).
!'a lí-neq de influencía D resulta de la condición de que la suma de las fuerzas verticales debe ser
igual a 0. Los miembro.s o y U no transmiten- componìntes verticales. Sobre el tramo qu. r.
*po".
cortado' lafuetza vertical de la fuerza D debe, pòr lo tanto, equilibrar la reacción À. fo qui Ou
(3 1) D:A::ll-L
h -th
v
(32) D--B+--1+
Las ecuaciones (31) y (32) representan las dos ramas de la línea de influencia. Hay que destacar
que D se presenta como una fuerza de tracción en la ecuación (31) y como unu fu.i"a
de com-
presión en la ecuación (32). Las dos ecuaciones son valederas aunque'lõs ftamos supuestos
cortados
no sean solicitados por las reacciones Ay B. La ecuación (31) es valedera entre x:0 y x:d;
la ecuaciórr (32) entre x - c y x: /. En el interior de la diviíión, es decii, entre x : d'y x: c,
lacargaP:l tsereparte sobre los nudos VyVII,ytambién sobrelas dos secciones. Del
hecho de que la distribución de P vaúa según uná función lineal de x,lalíiea de i"n"ào.iu'a.U.
ser una recta en el interior de la división. La figura 411 representala línea de influencia
D.
De forma anâloga se obtienen las líneas de influencia de otras barras. Para la barca V (frg. aID
se procede cgmo sigue: Mientras la carga móvil P estâ fuera de las divisiones I-II y
II-V, lìËarca V
está sin tensión, de lo contrario no existiría equilibrio en el nudo II. Cuando la' fuerza p puru
nudo V, lafuerza V aumenta para alcanzar su máximo V
,f
t la
el nudo II para disminuir a 0 cuando la carga llega a A. - -
1 cuando carga esta sãUr"
Cur-rtaNN se procede como quedó indicado antes con la sola diferencia de que la determinación
de las fuerzas para A:ltyB:1t no se hace porcálculosino gráficámente. Siqueremos
utilizar el método de CnBvroNA,setraza seguidamente un Cremona para A: 1 t (figs. al) a 414)
1' si el sistema es asimétrico como el de la figura 411, se debe adómâs trazar un-Cremona con
B:l t. Se obtienen así lasfuerzas delas barras, correspondientes a A:1 ty-B:l t. Se
llevan estas fuerzas como ordenadas bajo A y B y se obtienen las diversas ramas de la línea
de influencia como se demostró más arrrba.
I t ]I ,t I ab IIItz IIIITo Z
>#ãl*l: I
A'l I
a
B"tt
IIaIT b ik d,c
y) Efecto de una tríangulacíón intermedía. La comparación de las figuras 415 a 4I7 hace ver los
efectos de las triangulaciones suplementarias sobre las líneas de influencia. El sistema de base
de la figura 415 ha sido completado en la f,gura 416 por las barras verticales, como se hace habi-
tualmente para reducir la flexión local de las barras del miembro superior. Con el mismo pro-
pósito el sistema de la figura 417 contiene triangulaciones suplementaiias; este sistema es intìre-
ïíea u
- t'i
t t,r
Tnea D n
Ftcs. 415 a 417, Efecto de una triangulación intermedia sobre las líneas de influencia.
-
sante para los vanos y las divisiones de gran longitud. Las líneas de influencia de los tres sistemas
se han dibujado en las figuras 4I5 a 417. Mientras que las líneas Ucorrespondientes a los miem-
bros inferiores, no se distinguen unas de otras, las líneas O correspondientes a los miembros supe-
riores y las D presentan variaciones a consecuencia de la introducción de las triangulaciones suple-
mentarias. Consideremos, por ejemplo, la figura 415 en el momento que la carga móvil P : I t
pasa el nudo V, extremidad de la barra O. Apaftir de este momento lacarga se reparte entre los
dos tramos que se han supuesto cortados; entre III y V las dos ramas de la línea de influencia no
son valederas. Se reúnen los últimos puntos valederos, es decir III y V, por una recta que corta
el vértice formado por las dos ramas. Por la misma razón,la línea D se encuentra quebrada entre
III y V. En el sistema de la flgura 416, en cambio, la carga móvil puede avanzar hasta el nudo V'
antés <]e cargar el tramo izquierdo. Los vértices de las líneas O y D se sitúan ahora sobre V' en lugar
de V. El sistèma de la figura417 permite igualmente avanzaÍlacarga móvil hasta el nudo III'sin
que exista más fuerza exterior que la reacción ,4 sobre el tramo izquierdo. El vértice de las líneas
de influenciapara Or! Dt se sitúa por debajo de II['. El mismo razonamtento sirve para una carga
proveniente dè la izquierda que puede ayanzar hasta V' sin cargar el tramo de la derecha. Se en-
õuentra así la linea Orrepresentada por trazos. Labarca O del sistema simple se mantiene dividida
en dos barras O, y 02, con máximas diferencias.
Las líneas de influencia indican claramente la más desfavorable de las posiciones para una sola
catga móvil. En el caso de un sistema de varias cargas móviles, se encuentra la posición más des-
favõrable ensayando varias posiciones o po{ los procedimientos indicados más arriba. En las má-
quinas dri eleváción no se encuentran generalmente más que dos reacciones ejercidas por las ruedas
d^. ur carro o de una grúa. Con un poco de práctica se encuentra sin dificultad la posición más
desfavorable, y en todos los casos relativamente simples no será necesario ttazar las líneas de
-determina
influencia. Se entonces las fuerzas por métodos simplificados. Presentaremos a conti-
nuación uno de estos procedimientos:
e) Determinación rle las fuerzas con la línea ile influencia A y el métoilo de Culmann. La figura 418
rêpresenta la viga principal de un puente-grúa solicitado por dos fuerzas iguales Pr: Pz: a 1 t
qú. r. mueve sobre el miembro inferior. En este caso simple, Qu9 en la práctica se encuentra muy
fìecuentemente, se hallarán con facilidad las posiciones más desfavorables del sistema móvil para
cada barra.
Las barras cle los rniembros trabajan al máximo cuando el momento de la reacción ,4 en relación
con el centro de momentos de Rtrren alcanza su máximo. Este caso se presenta para el tramo
izquierdo, cuando el sistema de cargas móviles proveniente de la derecha se encuentra con su pri-
por debajo o por encima del centro de momentos. Para encontrar la fuetza máxima
de la baúa-O1, se dispone el sistema con P, sobre el nudo l; para encontrar el máximo de la
^êru "utgu
fu"rru Ur, se tã Oispone sobre 2, para tener ú máximo de 02, se le dispone sobre 3, etc. Cuando
se considera el tramo derecho, se desplaza el sistema a la derecha hasta que la fuetza P, se en-
cuentra encima del centro de momentõs correspondientes, ya que en este caso, el momento de la
reacción -8, que actúa sobre el tramo, resulta máximo'
Puede no obstante ahorrarse esta operación, porque la viga simétrica y las dos fuerzas móviles
son iguales, e incluso si no lo fuesen, es suficiente determinar las barras únicamente para la mitad
de la armadura, bastando situar el sistema móvil de forma que la mayor de las dos fuerzas pro-
cedentes del centro avance sobre la mitad de la armadura que se ha de calcular. Las fuerzas en
las barras de la otra mitad serán, en todo caso, más pequeflas.
Se encuentran los máximos de las fuerzas de tracción y de compresión que solicitan a las diago-
nales, cuando el sistema de cargas móviles que march an a la izquierda se encuentran con la fuerza
P, debajo o encima del principio de la diagonal, o si marchando sobre la derecha, encuentra la
diagonai con la fierza P2. Si se buscan las máximas de una diagonal, por ejemplo Dr, se pone ì-lna
ueíPrsobre 3 y seguidamente P, sobre 2.Para una viga simétrica con dos luerzas iguales Pt: Pz,
la fuerza D, resultante de la posiõión de P, sobre 2 es igual a la fuerza D'u resultante de_ P, sobre 2'-
En este caso es suficiente cónsiderar el siitema de cargas móviles desplazándose de derecha a iz-
quierda. En cambio se deberá considerar la viga en toda su longitud para obtener los máximos
positivos y negativos. Si las dos fuerzas no son iguales y se desea. una determinación precisa, se
àebe iguai-"tÌ. considerar el sistema desplazándose desde la izquierda hacia laderecha, estando
la fueíza P, emplazada por encima o por debajo del punto de partida de las diagonales.
Dado que el ejemplo de la figur a 418 presenta una viga simétrica solicitada por un sistema móvil
de dos irr.rrur igrrãles, se pueãe determinar los máximos de las fuerzas en las barras por medio de
la línea de influúcia A què indica, en función de la posición de Pr, el valor de la reacción ,4' Según
las indicaciones dadas, ie puede determinar la posición más desfavorable para cada batra, para
esta posición la línea de influencia A da la reacción ,,4. Sólo qugda descomponer esta reacción
según las direcciones de 3 barras que forman la división ala izquierda de la fuerza Pr, obtenién-
doie las fuerzas buscadas. La descomposición se hará siguiendo el método de CurulNN expuesto
anteriormente.
pRINcIpIos DE LA EsrÁTrcA DE LAS naÁqurNas oE slEvacróN 291
La figura 419 muestra esta operación para todas las barras de la mitaci izquierda.
Cuando Pr está sobre el nudo 1, el sistema ocupa la posición más desfavorable para las barras
OtY Dt.La reacción r4 correspondiente dada por la ordenada en l, puede ser fácilmente descom-
puesta según las direcciones O, y Dr.
Para obtener los máximos de las fuerzas Ury Dz se sitúa P, sobre el nudo 2. La reacción ,4 corres-
pondiente debe entonces ser descompuesta en las direcciones 01, (IJ
Dz. Se lleva a este f,n la línea
de CurulNN Z que une las intersecciones de A con Or,y de'(Ircon Dry que, en este caso, coincide
con la diagonal Dr. Se descompone seguidamente la reacción ,4 según las direcciones de L y Or,
y finalmente, por la descomposición de L, se encuentra (Jry Dr. }Jay que destacar que esta fuerza
O, no representa nunca el máximo para la barra Or. Y a habíamos encontrado este máximo cuando
operábamos con P, sobre el nudo 1.
I | 5l
Uz=
*
lr
Ftcs. 418 y 419.- Determinación de las fuerzas máximas por medio de la línea de influencia. l y el método de Culmann.
Se obtienen de la misma forma los máximos de las otras barras, descomponiendo la reaccion A
correspondiente a la posición P, sobre los nudos siguientes:
pare oz y dr: nudo 3;
>> u, Y dn'. >> 4;
>> o"y du: > 5;
>> usy de; ) 6.
Ahora se determinan las fuerzas en las diagonales cuando el sistema de cargas móviles se encuentra
en la parte derecha de la viga. Estas fuerzas son inferiores a las ya encontradas para las diago-
nales de la parte izquìerda; no obstante, las fuerzas cambian de signo y puede que una fuerza
menor, pero actuando a compresión, necesite un dimensionamiento más amplio de la diagonal.
Tendremos entonces el sistema móvil sobre los nudos siguientes y las fuerzas correspondientes:
para d[: nudo 5';
,, dí: ,, 4' ;
,, d'n: ) 3';
,, dí: >> 2'.
Todas estas descomposiciones de fuerzas están representadas en la figura 419, partiendo de la
línea de influencia ,4. Se obtiene así una especie de polígono de fuerzas máximas. Este procedi-
miento es más claro y más fácil de comprobar que los métodos analíticos; por otro lado, es más
simple y menos voluminoso que el trazado de las líneas de influencia.
PRINCIPIOS DIMENSIONÀMIENTO Y DISEfiIO ESTRUCTURAS MÁQUINAS ELEVACIóN
Por lo que concierne a las armaduÍas y estructuras de las máquinas de elevación, es muy raro
que haya necesidad de establecer la comprobación de la deformación elástica. En general, es sufi-
ciente determinar el desplazamiento de una cierta parte, por ejemplo, la flecha en el centro de la
viga bajo la carga máxima. Habitualmente esta deformación no debe sobrepasar un cierto valor.
Un tal clesplazamiento de un nudo aislado se calcula fácilmente por medio del método de M.q.x-
wnr-Mosn.
La deformación de la armadura está originada por los alargamientos y acortamientos de las barras
que la constituyen. Una barra solicitada por la fuerza S, de longitud /, de sección .É', con un mó-
dulo de elasticidad E sufre un alargamiento de
s
AI:I-EF
Se pueden determinar las fuerzas S y también los alargamientos / que sufren las barras bajo la
influencia de cargas exteriores, por las que se busca la deformación de la armadura. Admitamos
que investigamos el desplazamiento de un nudo en una cierta dirección bajo la influencia de las
cargas exteriores. Se aplica entonces, imaginariamente, una fuerza P sobre el nudo y en la direc-
ción del desplazamiento investigado. Esta fuerza P produce las fuerzas Z en las barras. El conjunto
de las fuerzas T estâ en equilibrio en cada nudo. A consecuencia del desplazamiento de un nudo
en una dirección cualquiera, la suma del trabajo de estas fuerzas Z es igual a 0 (principio de las
velocidades virtuales). Esto es valedero también aunque el nudo sufra un desplazamiento produ-
cido por los alargamientos Ál de las barras. El trabajo de una fuerza Z resulta entonces (r)
y la suma de los trabajos ZTAI para cada uno de los nudos es igual a 0. Se puede hacer- TAIesa
suma para todo el sistema,- pero no se debe olvidar incorporar la fuerza exterior P al considerar
el nudo correspondiente. Si el desplazamiento en la dirección de la fierza P es igual a x, eI trabajo
resulta Px,la suma de los trabajos del sistematriangular, y comprendido también el de la fuerza P
es por lo tanto
(33) Px ZTAI :0.
-
Lo que da
(34) *:IzrÁt:0,
y con
(3s) Ál: S +,
(36) ,: f, Ers -;F
Si buscamos por ejemplo la flecha del puente de la figura 420 bajo la caÍga móvil, se determina
en primer lugar las fuerzas S en las barras para esta posición de la carga (Cremona). Dado que
se busca el desplazamiento del nudo 5 ó 5', en la dirección de la fuerza exterior, se puede pres-
cindir de aplicar otra fuerza P y de determinar las fuerzas correspondientes T. En lugar de las
fuerzas T, se utilizan las fuerzas ^S. Dado que estamos en presencia de dos fuerzas exteriores simé-
tricas, la ecuación (36) toma 1a forma siguiente:
-. r-a2 I I
^- zP Lr EF'
I El signo negativo se explica por el hecho de que en el caso de una barra de estructura, el sentido positivo de la
deformación Ál y el de la fuerza (tracción) están habitualmente opuestos.
PRINCIpIoS DIMENSIoNAMTENTo ARMADURAS DE LAs uÁeurN,Ls on BrrvlcróN 293
El Cremona de la f,gura 421 solo representa la mitad izquierda de la armadura, la otra mitad es
simétrica. Con las fuerzas así determinadas y las longitudes reales de las barras se puede esta-
blecer la tabla siguiente:
1 U,2 3 U24
zzol sqo I sso
Trpl,,t 74
I
Barra Fuerza
(/)
,S L,ongitud /l Sección F
(cm) I (cm') sr+ ^s,
"
o1 10,5 560 9l,l 680 0
o2 3l ,5 580 9l,l 6 300 3 160
o3 51 5 580 116,7 t4 200 2 160
oá 51 5 580 117,7 14 200 21,60
o; 3 1,5 580 9l,l 6 300 1750
oí 10,5 560 9l,l 680 I 800
Dr 14,75 375 45,4 I 800 2700
D2 14,75 408 50,9 I 750 11 s00
D3 15,5 408 45,4 2 160 14 200
D\ 15,5 408 45,4 2 160 lt 500
D5 15,5 408 31,0 3 160 2700
D6 0 408 4s,4 0
,r,+:rc7020
Lo que da con E :2150 tf cmz:
B.
PRII\CIPIOS PARA BL DIMBI\SIONAMIBi\TO
DB LAS ARMADURAS DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACTÓI'{
Los métodos indicados en el capítulo precedente son generalmente suficientes para calcular las
fuerzas que solicitan a las barras. El dimensionamiento se debe hacer según la DIN 120: Bases
de cálculo para las estructuras de grúas y caminos de rodadura. Presentamos aquí estas bases en
forma extractada.
294 PRINCIPIOS DIMENSIONÀMIENTO Y DISEfrÌO ESTRUCTURAS MÁQUINAS ELEVACIóN
l. Fuerzas exteriores
Normalmente las estructuras están solicitadas simultáneamente por varias fuerzas. Se distinguen
cargas fijas, móviles, fuerzas debidas a las diferencias de temperaturas, al viento, nieve y af fre-
nado. Según la DIN 120 se las divide en fuerzas principales y fuerzas secundarias.
a) Fuerzas principales. Las cargas fijas solicitan la bana en cuestión de forma constante sin
variación de intensidad, ni de dirección (por ejemplo, peso propio, contrapesos y otras cargas
fijas propias de la estructura). El proyecto debe obligatoriamente estimar estas cargas. Si, fijaãas
las dimensiones, se constatase que estas estimaciones resultan insuficientes, se debèrá rehaõer el
cálculo, según la DIN 120, si las fatigas establecidas con las cargas fijas reales sobrepasan en
un 3 )( las fatigas admisibles.
Las cargas móvíles comprenden todas las fuerzas cuya intensidad y puntos de aplicación cambian
regularmente durante el funcionamiento. Las fuerzas de inercia (frenado y acèleración) forman
parte también de las cargas móviles y se pueden despreciar si las fuerzas secundarias fuesen tan
importantes que obligasen a sobredimensionar las secciones.
Las fatígas por las varíacíones de temperatura, sólo se consideran en casos especiales (cuando está
impedida la libre dilatación). Para las máquinas situadas a la intemperie, se admite
- 25 f 45" C
y
como temperaturas límites.
ó) Fuerzas secundarias. Estas fuerzas comprenden la presión del viento, frenado y cargas sobre
escaleras y pasarelas.
I,a íuerza eiercida por el viento depende de la forma de la estructura y se compone de sobrepre-
siones y depresiones ejercidas sobre las superficies constituyentes. Se miden y expresan como múl-
tiplos de la presión dinâmica q:
c es un coeficiente que depende de la forma. Los valores de q son función de la velocidad del viento
que varía con la altura sobre el suelo (ver tabla 75). Se diitinguen los valores valederos para las
condiciones de funcionamiento de aquellos otros que prohiben toda explotación (tempestad).
Los valores de c están dados en la tabla 76. Las máquinas que se encuentran en el interio? de las
construcciones no son solicitadas por el viento.
Tesrn 75. PnBsróN lrNÁvrrcl DEL vrENTo Taera 76. CoBrrcrBNrn or ponrrll C
- -
Fuera En servicio
de servicio Coeficiente de forma C
__^___ Tipo de construcción
Altura sobre el suelo Velo- Velo-
cidad Presión cidad Presión
del diná- del diná-
viento mica viento mica
v q v q Vigas de celosía y de
(m/s) (kg/m') (m/s) kg/m') alma llena
0a20 35,8 80
De20a 42 110 \1) Cabinas, contrapesos,
Más de 45,6 130
I
superficies unidas ...
I
Se determina la superficie expuesta al viento según las dimensiones reales, afradiendo una super-
flcie estima da parí la carga. Si hay varias piezãs, una detrás de otra, sólo se cuenta la primãra,
a condición de que la distancia entre cada una de ellas sea inferior a la altura para las vigas de
alma llena e inferior al ancho de las barras para las vigas de celosía. Si la distancia de las vigas
es grande, se puede disminuir la superficie eficaz de las vigas siguientes hasta el75 \ de su valor
PRINCIPIOS DIMENSIONAMIENTO ARMÀDURAS DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIóN 295
T,tst-l 77.
- Farrcls ADMTsTBLES (kg/cmz) IARA Los ELEMENTos DE LAS ESTRUcruRls lrnrÁucas
Caso
2."
I
1680 1920 >> en St 52 Sección
2800 ,too 2800 3200 del agujero
c. Tornillosajustados i Aplast. ú^ud^
4800
4200
i
Caso 2.'
I
del núcleo
1000 I 100
I
1 500 1 700
\
NOTA: La utilizaciín de la tabla anterior implica el empleo de factores de mayoración según las tablas 80 y 81 .
Los diferentes aceros se designan según la DIN para los aceros citados.
El primer grupo de cifras indica la resistencia a la rotura (St 37 : 37 kg/mm2).
296 PRINCIPIOS DIMENSIONAMIENTO Y DISEfiIO EÉTRUCTURAS MÁQUINAS ELEVACIóN
2. Esfuerzos admisibles
a) Caso L: Solicitación de Ias fuerzas principales. Este caso está constituido por la aplicación
simultánea y en la forma más desfavorable, de cargas fijas y móviles (contracción oblicua sobre el
cable) y defectos provocados por las diferencias de temperatura.
á) Caso 2: Solicitación por las fuerzas principales y secundarias. Este caso está constituido por
la aplicación simultánea y de la forma más desfavorable de las fuerzas del caso 1 y de las fuerzas
resultantes del viento, frenado, fuerzas horizontales y fuerzas sobre las barandillas de protección.
Los elementos que no son solicitados por las fuerzas principales y sólo lo son por una fuerza
secundaria, deben ser dimensionados según los esfuerzos valederos para el caso 1.
El dimensionado definitivo se hace según el caso que exija la sección más fuerte.
Los esfuerzos admisibles para los casos I y 2 están indicados en la tabla 77.
c) Generalidades. Los esfuerzos admisibles de la DIN 120 son valederos para una solicitación
estática, es decir, de intensidad invariable. Frecuentemente esta condición no se encuentra en las
máquinas de elevación. La cafga móvil, cambiando de intensidad y de posición, produce en las
barras, fuerzas variables aplicadas muchas veces con un cierto choque. Es evidente que se debe
tener en cuenta este hecho si queremos utilizar los esfuerzos admisibles establecidos para las cargas
estáticas. Todas las fuerzas, esfuerzos cortantes y momentos flectores resultantes de la çarga móvil
deben ser mayorados por un coefictente que depende también de las condiciones de funcionamiento
de la máquina. A este fin se çlasifrcan las máquinas de elevación en cuatro grupos (ver tabla 78).
T,ter,l 78
Duración Duración
Carga Choques relativa Carga Choques
relativa de
(***) Grupo de
relativa (**) *)
servicio (*) relativa (**) servicio (*)
(r< *
(*) La duración relativa del servicio está delinida como la relación de la suma de tiempos de servicio y de tiempos de
reposo. La duración relativa se considera pequefla si una máquina marcha de forma continua solamente la mitad de su
recorrido por jornada.
(**) Se considèra la carga relativa como pequefla si el 50 )( d,e las cargas no sobrepasa los dos tercios de la capacidad
de la máquina.
(***) Los movimientos de la carga, del carro y de la traslación engendra choques. Un movimiento de elevación con gan-
cho, a velocidad normal, da lugar a choques de importancia normal, con una cuchara prensora y una gran velocidad se
alcar^zán choques fuertes. Para los movimientos horizontales se tiene en cuenta los choques normales hasta una veloci-
dad de 1,5 m/seg. por encima se les considera como fuertes. Si las juntas del carril son soldadas o si el carril no tiene
juntas, la velocidad límite es de 2 m/seg.
t
13 Grúas-puente volcadoras de vagones .. ..:. ilI
14 Grúas para Obras Públicas. I-II
15 Grúas ligeras, de montaje para cilindros de I
laminador I-III Grupo si la grúa está hecha para la prcza
más pesada
Cargadoras III-IV
Puentes en ménsula para el transporte de la-
minados II.IV
18 Puentes de colada II-IV
l9 Puentes para lingoteras y lingotes......... III
20 Puentes para hornos Pitts . III-IV
2t Puentes << stripper )) ... . IV
Se determina la fuerza máxima multiplicando todas las fuerzas (esfuerzos cortantes y momentos)
resultantes dela carga móvil por el coeficiente r/ y multiplicando todas las fuerzas (esfuerz.os_cor-
tantes y momentos) iesultantú de las cârgas fijas por el coeficíente .g si la máquina es_ móvil. Para
cadabârra se calcuia la suma de todas las fuerzas principales y seguidamente la suma de las fuerzas
principales y secundarias (2). Se determina el esfuerzo de manera diferente según la solicitación de
la barra (tracción, compresión o esfuerzos alternados).
2 Cuando se hace la suma de las fuerzas principales y secundarias, se comprobará cuál de los dos casos siguientes
es el más desfavorable: l.o, máquina en seivicioion fúerzas principales, fuerzas de inercia y una presión del viento
qu" pèiáit" el funcionamiento. Én este caso se debe aplicar l,os coèficientes r/' y E.O 2."-, máquina fuera deservicio
õn ïur iu"rrur principales en la posición más desfavôrable (ya que la tempestad puede interrumpir el trabajo en
y la presión del viento según las tablas 75 y 76 correspondiente a una intensidad del viento que
-o*"trto)
impiáe todo funcionamiento. En este caso no se aplican los coeficientes tp y q.
"úáfqúi".
298 PRINCIPIOS DIMENSIONAMIENTO Y DISEftO ESTRUCTURÀS MÁQUINÀS ELEVACIóN
(38) 6:
pSo I tyS,
1 Oadm para las fuerzas principales;
F,
(42) Ç:
rpSo * tpS,, gMo* rltM,, .l
_
para las fuerzas principales;
Fr'wn I ttt "a(lm
(43)
gSol?S"+ ü*Sr, gMo* WM,+ Mol Mr
" - -- a uarìm
F, ,,
con las designaciones siguientes: ,S' E, ,S,, S' fuerzas resultantes del peso propio, de la carga
móvil, del viento y del frenado; Mo, M,, M, Mr los momentos correspondientes;; Fo, la sección
neta de las barras y Wo el módulo de inercia neto de la barra o de la viga.
Tnnla 80 Taerl 81
n Sl,
(44) t-
mtn ,
Como longitud libre de pandeo r/, se utilizan normalmente las longitudes del plano (en cm). No
obstante las extremidades estarán en un plano normal al esfuerzo. La longitud de pandeo de dia-
pRrNclplos DTMENST6NAMIENTo ARMADURAS DE LAs uÁqutNl,s ps BLrvacIóN 299
gonales y montantes debe ser medida entre los centros de gravedad de las uniones (grupo de rema-
õhes, toinillos o cordones de soldadura). El radio de giro mínimo se calcula como sigue:
(46) 6.:@-TttES,
* r/S,
í d"dm para fuerzas principales ;
(47) oa: a)
VSo* ?S" + S" * Sr í õ.d* para las fuerzas principales y secundarias.
F
Si la barra está solicitada por una fuerza de compresión alejada mucho de la fibra neutra, o sl
está solicitada simultáneamènte a compresión y a flexión (por un momento M, o Mo), se deben
comprobar las fatigas siguientes:
6.: 0
gS, t t1tS, gMp, * rpM"" gMpo l r7Mro
< o'a,lrn (3)
F W, wu
ES *pü+... .(
gMp,*r!,Mr,+... + VMpo*rttMro +...
F wn, wa
En el caso de una barra de sección asimétrica, se pueden calcular las fatigas de compresión y de
íexión para las fibras extremas y componer la fatiga to.tal. La sección de la figuru !?2, solicitada
por unìnomento flector en tornb al eje x, acusa lafatiga máxima en el punto l, si laviga flecta
en el plano y:
3 Se han introducido los momentos Mpry Mrt, ele. con signo negativo, ya que las fuerzas de compresión se intro-
ducirán también con signo negativo.
F
ooooo
-=c{cn+ Õoooo
h\ÕF-õ ooooÇ oQooQ ç)oooQ o
:yìÌ=9 RINRX K
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Ê.ô\ONÈ côôlÊ4.ìcô *c.ìOr.)tsr F-cq\Ot:!f q\ËQ\Oq\
OÔÕ-i N côrnoocôcô NOôoooo C\Ètô\OO t+O\Oa'lO'\
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o oooo- .-tós\oo rr)c)\Oõ{ó -rc)rOOÕ
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_-
pRrNcrpros DIMENSToNAMTENTo ARMÀDURAs DE LAS uÁQuINl,s or BrEva'cróll 301
punto 2:
En cambio si la flexión tiene lugar en el plano x,lafatiga mayor se encuentra en el
62:a)a
sM- (õ",1m.
F- f:,
r.,máx S,
(48) Ot:- S0adm para las fuerzas princiPales,
,rfl
- I
o v
y mâx M, Frc. 422
(4e) or: í õod- para las fuerzas principales'
ff
En estas fórmulas se introducen S, máx, S, min, M, máx, y M, mín,resultantes de las cargas
zuur y móviles, teniendo en cuenta ya los còeficientes
g y V pero sin el factor de pandeo a-l.
jr *l,n
El valor 7 depende de la relaclon Jr Í t nO*#y se encuentra en la tabla 83. Ademá s Fo: Fn
s, min
si s, máx es una fierua de tracción y Fo: F + (r-",)ffi en el caso en que aquélla sea
una fuerza de compresión. En este caso lafuerua S, máx llevãrá el signo menos.
(F, sección.total;
f,, r...lO" neta diôminuida por los agujeros de remaches; Wn, módulo resistente neto disminuido
por los agujeros de remaches).
tl+
con
spr, longitud de pandeo dela barra entera para el pandeo en el plano y_y;
1r, momento de inercia de un angular poi el eje x-x en centímãtros;
F, la sección de un angular.
Para el pandeo en torno al eje y-y se encuentra la esbeltez ideal À,,i:
lor:
(51)
V ^',. +.,
con
i-, esbeltez de la barra entera con una longitud de flexión sp.s pãra,la flexión en el plano x-x. Siendo
el momento de inercia I, y la sección total F1.1, se encuentrã
_v_ 4- ,' -\
JiL,' -lir v
I
rir
II
En el caso de dos ejes que pasan entre los perfiles constituyentes de la barra (fig. 425), se determina io para el eje
que da el momento mínimo de inercia.
.2., esbeltez de un perfil constituyente con la longitud de pandeo .Í7ç1 | el momento de inercia 1t.
Para las barras que tienen un eje que pasa entre dos perfiles, se calcula ltpara el eje l-1 paralelo a tal eje. Para las
barras con dos ejes entre perfiles, 1, se calcula para el eje que da el momento de inercia mínimo (frg. 425). La lon-
gitud de pandeo de un perfil elemental, es igual a la longitud entre los puntos del diagrama o entre los centros de
las chapas de unión. La esbeltez L, no pasará de 50.
n, número de perfiles constituyentes.
Generalmente, se pueden dimensionar las barras de la figura 424 a, c y d según la esbeltez )', en
el sentido del eje que corta los perfiles, mientras que las barras de la figura 424 b y acusan un
"
Àou mâs elevado, sobre todo si la separación de los dos perfiles es pequefla (espesor de las cartelas).
Se elige el factor de pandeo a-l según la esbeltez más elevada )., o ).o, (ver tabla 82).
La unión entre los perfiles que constituyen una barca se debe hacer por triangulación o por chapas.
La distancia entre nudos o entre chapas debe escogerse de manera que la esbeltez 2, no sobrepase
el valor 50. Se disponen chapas al menos en los tercios de la longitud de pandeo y en las extre-
midades. En el caso de dos angulares según la figura 424,las chapas de unión intermedias hacen
oficio de chapas de extremidad. Los angulares dispuestos según la figura 424 d se pueden unir
por chapas defasadas 90' según indica la figura 426. Cada chapa se fija al menos con dos remaches
sobre cada perfil. El empleo de tornillos (obligatoriamente tornillos ajustados) sólo se tolera en
la imposibilidad de utilizar remaches. Las chapas de unión están solicitadas por esfuerzos cor-
tantes. Según la DIN 120 estos esfuerzos cortantes dependen de la esbeltez .1, y del valor
Fõud^ f a4; este valor está dado en la tabla 84 (F, sección en cmz).
Si la distancia entre chapas de unión es igual ã sr,ry la separación de las líneas de los centros de
gravedad de los dos perfiles es igual a e, cada una de las dos chapas de la disposición que presenta
la figura 427 recibe un esfuerzo de cizallamiento
(s3) M: L a (kg/cm)
y una fatiga de flexión en la chapa
(54) (kg/cm2).
2W,
304 pRINCIpIos DIMENsIoNAMTENTo y DrsEfto ESTR.ucruR.Às MÁeurNAS ELEVAcTóN
Cada uno de los remaches debe resistir un esfuerzo de cortadura en la dirección de la barra
: T
(55) (ke)
2
^r1
y un esfuerzo de cizallamiento normal a la dirección de la barra resultante de la flexión, en el caso
de dos remaches
n, Ta
(56) ttz-
-M b - % (ke)
Las fatigas admisibles de la tabla 77 son también valederas para las chapas de unión y para su
remachado.
Por una elección juiciosa de los perfiles, se puede ganar mucho peso propio en las barras sometidas
a compresi ón. La utilización del material será tanto mejor cuanto mayor sea el radio de giro i: V ry.
Dado que una barra puede flectar en cualquier plano, hay que tener en cuenta el menor de los
valores de i.
Un solo angular o un perfil U no son nunca interesantes como barras de compresión, porque su
valor zo,io es mínimo. Si se tiene en cuenta la excentricidad, estos perfiles se revelan aún más des-
favorables.
El perfil doble de la figura 424 a acvsa todavía notables diferencias entre l" e ir. Si las longitudes
de flexión son las mismas en los dos planos, es inevitable que la seguridad sea superabundante
en uno de los planos. No obstante si la longitud de pandeo en el plano y-y es mucho más corta
que en el plano Í-Í, como es el caso de las diagonales y montantes fijados sobre chapas de unión
grandes (la longitud de pandeo en el plano y-y se mide entre los centros de gravedad del conjunto
de los remaches), se utiliza el perfil en los dos planos según su capacidad.
El perfil doble de la figura 424 b con una relación de alas 1 : 1,5 es interesante para los elementos
a compresión cuyas longitudes de flexión son, normalmente, iguales en los dos planos. Con 10 mm
de separación este perfil es menos pesado que el de la figura424 a. No obstante se llega a un peso
superior por una relación de las alas 1 : 2, debiéndose entonces aumentar la separación para ob-
tener el mismo resultado favorable.
El perfil doble de la figura 424 c sólo se utiliza si la longitud de pandeo en el plano y-y es mucho
menor que en el plano x-x.
El perfil de la figura 424 d es más ligero que los perfiles 424 b y c (con una pequefia separación
y una relación de alas 1 : 1,5, pero necesita más chapas de unión y ofrece una superficie al viento
mayor). Se emplea para diagonales y también para los elementos a compresión.
El perfil con dos hierros U, según la figura 424 e, separado por el espesor de la chapa de unión,
no es interesante para los elementos que trabajen únicamente a compresión. Si el elemento está
solicitado simultáneamente a flexión alrededor del eje x-x, su empleo es ventajoso. Se le encuentra
sobre todo en las estructuras para luerzas muy grandes, separándose entonces los perfiles hasta
que i, > i,.
Además del peso, hay otros puntos de vista que influyen en la elección. Frecuentemente se deben
tomar perfiles disponibles en el parque; en otros casos la superficie expuesta al viento o la facilidad
para ser pintados, pueden decidir la elección; así, se experimenta frecuentemente dificultades en
la pintura de los intersticios de los perfiles según la figura 424 a, b, etc. Se prevé entonces un forro
entre los angulares que aumenta evidentemente el peso de la estructura.
Si por ejemplo la sección A-c-c-a de las chapas St (fig. 428) es menor que la sección a-a que sólo
tiene dos agujeros, se debe calcular con la sección q-c-c-a teniendo en cuenta los cuatro reinaches.
En el caso de un angular con agujeros defasados en las dos
alas, se resta la sección de dos agujeros si el paso es infe-
rior al mínimo indicado por las DIN 998 y 999.
ffi,+" r
Las barras de tracción constituidas por varios perfiles
laminados, deben unirse por medio de chapas en ia pro-
ximidad de los nudos o cartelas. Las barras de cierta longi-
tud dispondrán de placas de unión, al menos en los tercios
de su longitud. Las barras constituidas por f f con las alas
hacia afuera deberán disponerse con chapas de unión en
las alas inferiores y superiores. Frc. 428
(se) o*: s
(kg/cm2).
nill
Los remaches a cizallamienso doble (fig. a30) sufren las latigas siguientes:
,s
Y õ*:-
,S
(60) T": (kg/cmz),
naï-
nz
nd2
siendo
s
2
e
2
Fro. 429, a simple Ftc. 430. Remache a doble Frc. 431. Angular
-Remaches
cortadura. -cortadura. -
de unión.
I,as fatigas de cizalladura y de compresión por recalcado, no deben sobrepasar los valores admi-
sibles contenidos en la DIN 120 (tabla 77). Para los remaches a cizallamiento simple, la fatiga
de cizalladura es, generalmente, determinante; en cizalladura doble es sobre todo el apdstamiento
por compresión 1o que determina el remachado. Las uniones por cizalladwa doble sdn preferibles
porque con ellas se evita el pandeo del remache.
Su cálculo admite una repartición uniforme del esfuerzo, pero no obstante cuando hay más de
cuatro o cinco remaches alineados uno detrás del otro, esta hipótesis no es valedera. Se disponen
entonces los remaches en dos o varias filas, e incluso, llegando a utilizar un angular de unión
(figura 431). Se fija este angular con 1,5 veces el nirmero de remaches necesario para compensar
la excentricidad.
Sobre los planos se representan los remaches por los símbolos de la DIN 407. Los diámetros
inferiores a 14 mm no son admisibles en las máquinas de elevación, salvo para las barandillas,
escaleras, cubre-engranajes, etc. y para los polipastos. Las mismas reservas son valederas para
los espesores de chapa inferiores a 5 mm. Se encuentran los diámetros máximos y el marcaje con
el gramil de los diversos perfiles en la DIN 997 y en las tablas de laminados.
Normalmente se emplean remaches de cabeza redonda, no obstante, no se sobrepasa un espesor
total de 4,5 veces el diámetro del remache. Hasta un espesor total de 6,5 x d, se puede emplear
todavía remaches de cabeza gota de sebo. Por encima de este espesor se impond el empleb de
bulones torneados con una conicidad de 1/50. Los remaches de cabeza avellanada son necesarios
cuando se exige una superficie plana, por ejemplo, bajo los carriles o los mecanismos. Sólo se recu-
rre a uniones por tornillos cuando es necesario facilitar el montaje y desmontaje o cuando el con-
junto trabaja a tracción.
En todas las piezas maestras, los agujeros de tornillos y remaches deben ser taladrados o man-
drilados. Solamente para las piezas de importancia secundaria se pueden admitir agujeros pun-
zonados.
La distancia mínima entre remaches es de 3 a 3,5 d (d, diámetro del remache). La distancia mínima
hasta el borde de la chapa o del perfil es2d en la dirección del esfuerzo y I,5d, normal a esta direc-
ción. La tabla 85 da las distancias máximas.
Remaches transmitiendo
un esfuerzo
Barras de compresión
y de tracción
e:6d
ó:15 ô(*) l_._.
tt
I. +
e:8d
_. - r| ._.o-t
Barras de compresión
ó:20ô(*) 4d ó 8 ô(*)
Remaches de fijación (**)
--le,l--
a
Barras de tracción êt: €- z
(*) Se tendrán en clÌenta estos valores si la chapa está en el exterior del conjunto.
1*'*; Si los espesores exteriores del conjunto están constituidos por perfiles, se puede aumentar la separación de los re-
maches de fijación al doble en el caso de laminados U y T, 1,5 veces los valores indicados para los angulares.
Para los pavimentos de las pasarelas es suficiente un paso e : I\d ó 50ô (ô, espesor de la chapa).
Se elegirá el menor de los dos valores.
ó) Nudos. Es importante que todas las líneas de los ejes de cada elemento coincidan con las
líneas de las fibras neutras y se corten en un punto. Además las fuerzas transmitidas por los re-
maches a una y otra parte de las líneas de los ejes, deben equilibrarse (figs. 432 y 433), de lo con-
trario se deberá contar con un par suplementario S, (figs. 434 y 435). Al menos deben utilizarse
dos remaches para una unión. Las barras que terminan en los nudos serán fijadas según la fuerua
máxima. Algunas veces se tienen chapas de unión muy grandes por cuanto es necesario emplear
un número de remaches elevado. En este caso se prevén angulares de unión (figs. 436 y 437). Las
barras que atraviesan el nudo, como el elemento de la figura 436, se unen según la mayor dife-
PROYECTO DE LAS ESTRUCTURAS DE LAs MÁeUINAs DE ELEVACTóN 307
rencia de fuerzas a derecha e izquierda del nudo. No se debe confundir nunca esta diferencia que
se obtiene para una posición determinada de la catga, con la diferencia entre la mayor de las fuer-
zas a la-derecha y la mayor,
7 la izquierda del nudo, fuerzas qÌre no acttarânjaúás simultánea-
mente. Frecuentemente es obligado establecer un número mayoì de remach.r qü. el estrictamente
necesario, con objeto de respetar el paso máximo admisible.
++ +i o^
;;+i-
Ftcs. 432 y 433. Unión simétrica (los re-
maches - respecto a la línea
son simétricos de
centros).
En el caso de un elemento continuo pero acodado (figs. 438 y 439),1os remaches transmiten la
resultante de dos fuerzas a la caftela.
Las cartelas que establecen juntas de miembros deben ser disefladas muy cuidadosamente. La
cartela de la figura 440 está solicitada por una tracción excéntrica. En la seóción peligrosa, encon-
tramos además de la solicitación de tracción, un momento flector ,Se y por lo tanto tàfaíigatotal será
(61) ,S+ SE
õ- Fn -- íkg;cm2).
\-'
Wn
Se evita una fatiga desfavorable af,adiendo una cubrejunta según la frgura 441.
Si un codo cae en la unión de dos barras, se procede según laJfiguras úqZ a 445. La disposición
de las cubrejuntas de la figura 442 es valedera para un elemento a íraccion; en el caso de u'na com-
presión la cr.rbrejunta cederiahacia arriba. Se debe disponer una cubrejunÍus en el interior del
an-
gula{ s.egún indica la figura 443. La pequefia cubrejunta colocada en" el exterior sólo siiuã-pu.u
cubrir la junta. Si las barras se presentan como en la figura444, se debe evitar en todo çasotiazar
la cartela con un ángulo entrante. La excentricidad es tal que se impone el empleo de una cubre-
junta; el disef,o con angular cubrejunta de la figura 445 ès aún mejor.
308 PRINCIPIOS DIMENSIONAMIENTO Y DISEfrO ESTRUCTURAS MÁQUINAS ELEVACIóN
En todo caso la solicitación de la cartela merece atención, sobre todo cuando tiene partes agudas.
Si estas puntas no son simétricas (fig. 446), hay que tener en cuenta el momento de flexión Se.
Es preferible evitar tal solicitación suplementaria adaptando un trazado como el de la fi,gura 447.
Las dimensiones de la cartela resultan del número de remaches necesario para las uniones y de las
distancias admisibles entre los remaches y los bordes. Siempre que sea posible, la cartela debe
#;A..-s.-ç:':
;,0t
Frcs.438 y 439.-Fuerzas transmitidas a una cartela por los remaches de un miembro acodado.
Frc. 440. Solicitación de una cartela que hace de junta Frc. 441. correcto de una cartela que forma
- de un miembro. Diseflo defectuoso. -Diseflo
junta de un miembro.
Ftç.442. que hace de junta de un miembro Ftc. 443. que hace de junta de un miembro
acodado.-Nudo
(Disposición para miembros de tracción). -Nudo
acodado. (Disposición para miembros de compresión).
Frc.444. que hace de junta de un miembro Ftc. 445. que hace de junta de un miembro
acodado.-Nudo
(Disposición para miembros de tracción). acodado. -Nudo
(Disposición para miembros a compresión).
comprender dos lados paralelos, lo que permite cortarla de una plancha grande. La cartela de la
figura 448 no permite un cortado fácil, mientras que la de la figura 449 puede ser hecha sin grandes
pérdidas (fig. a50).
Las cufias de las cartelas quedan de 2 a 3 mm retrasadas en relación con las barras, de esta forma,
teniendo en cuenta la precisión de la estructura, no hay peligro de fallos. Por la misma razón se
PROYECTO DE LAS ESTRUCTURAS DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIóN 309
repite al menos una distancia de o. : 5 mm (fig. 447) entre las barras. Normalmente, se cortan
las barras rectas; no obstante, cortando un ala en forma inclinada (frg.441), se puede disminuir
la cartela.
El espesor de las cartelas depende de las fuerzas a transmitir. En las grúas varian entre 8 y 20 mm.
En una misma estructura, el espesor puede variar,las cartelas de nudos trabajando fuertemente
pueden tener 2 a 4 mm más que las otras.
_. _. +.
4$
-__:_r _l_.-,
V -.
_:_
7)
c-ó
-i, ,,'
c'ì,
Frç, 446. Solicitación desfavorable Ftc. 447. Diseffo mejorado de
-
de una cartela, solicitada por un - de la figura 446.
la cartela Flc. 450. Recorte económico
momento de flexìón ,S,. - las cartelas,
de
Frc.451.-Viga de alma llena Frç. de alma llena con angulares y Frc. 453.
- Remachado
452. de
con angulares en los miembros. -Viga platabandas. las platabandas anchas.
La más simple de las vigas en alma llena, está constituida por una viga I.P.N. o por una vigueta H.N.
No obstante las fuerzas y momentos de una cierta potencia exigen vigas compuestas de un alma
con angulares (fig. a5l y con una o varias platabandas (fig. 452).
310 PRINCIPIOS DIMENSIONAMIENTO Y DISEftO ESTRUCTURAS MÁQUINAS ELEVACIóN
En el caso de cartelas muy grandes, se puede af,adir una fila de remaches suplementaria por fuera
de los angulares (fig. 453).
á) Cálculo de Ia sección de Ia viga. Se comprueba el módulo resistente Íeto Wn, partiendo del
momento de inercia total:
con
Con una distancia de y cm entre la fibra extrema y el centro de gravedad, el módulo de inercia
resulta
La fatiga máxima
(64)
": # (kg/cmz)
no debe sobrepasar los valores admisibles de la tabla 77. Los momentos están calculados teniendo
en cuenta los factores g y rp' según la DIN 120.
Si el miembro de compresión no está arriostrado en el plano horizontal, se debe comprobar la
flexión en este plano. La fuerza de compresión es aproximadamente
(65) ,: # t (ke),
con M momento medio sobre la longitud de flexión (cm kg) S : Fh* el momento estático de la
sección del elemento F (platabandas, angulares y la parte del alma comprendida entre los mismos),
h, es la distancia al centro de gravedad.
Si se designa por so la longitud de flexión, es decir, la distancia entre los puntos arriostrados en
el plano horizõntal,por Io el momento de inercia del elemento alrededor del eje vertical, se obtiene
la esbeltez
(66) ",_w
^ )'q
,so
PROYECTO DE LAS ESTRUCTURAS DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIóN 311
Los refuerzos del alma se dispondrán según la frgura 454. No se recomienda forjar el angular.
Es preferible utilizar forros 10 mm más anchos que el angular. La distancia entre refuerzos es 1,5
u..ê* la altura de la viga. Se prevé refuerzos reforzados (angulares dobles de la flgura 455) en los
apoyos y en los puntoJ de acción de cargas aisladas de cierta importancia y con este fin se deben
ajustar l,os anguláres entre los elementos. En las divisiones extremas de vigas solicitadas por cargas
importantes, se disponen también refuerzos diagonales (fig. 455) de forma que trabajen a com-
presión.
c) Cálculo de los remaches. Los remaches unen los elementos, transmitiendo la diferencia de las
fuerzas que actúan entre las secciones que distan un paso. Según las designaciones de la figura 452,
en es el paso entre los remaches del alma, Mr y Mz los momentos en las dos secciones separadas
Frc, 454. Refuerzos en una viga de Frc. 455. Viga de alma llena. Determinación de la longitud de las plata-
- alma llena. -
bandas en función de una curva de los momentos flectores.
un paso, F la sección total del elemento unido por los remaches, y ho la distancia del centro de
gravedad común al centro de gravedad de la viga cuyo momento de inercia es /tot. La fuerua trans-
mitida por un remache en las alas verticales es:
Dado que la diferencia de momentos resulta de la diferencia e, de los brazos de palanca del esfuerzo
cortante Q, tendremos
(6e) ML- Mz: Qeo.
Siendo hFF : S (momento estático de la sección unida por los remaches), tendremos para la
fuerza por remache:
(70) N: .^s
,ltot
Qeo.
(71) Tc
N SQeo
'
.frd'
L nnd' ttot
-:.- L-. ,
44
312 PRINCIPIOS DIMENSIONAMIENTO Y DISEfiIO ESTRUCTURAS MÁQUINAS ELEVACIóN
(72) 6* : N
,d:
SOe.
ffi
Estas fatigas no deben sobrepasar los valores de la tabla 81, Q está calculado según los coeficientes
g y Ip de la DIN 120.
Se calculan de la misma forma los remaches de las alas horizontales de los angulares, tomando
para F la sección de las platabandas y para hrla distancia del centro de gravedad correspondiente
y el paso er en lugar del er. No se olvide que los remaches trabajan a simple cortadura.
La solicitación de los remaches depende del esfuerzo cortante, que alcanza su máximo en los
apoyos, donde será necesario tener un paso menor que el que corresponde al centro de la viga.
No obstante no se cambia el paso en el interior de una división. Siempre se respetarán los límites
para el paso de los remaches fijados por la tabla 85.
Se desfasan los remaches en las dos alas de los angulares. Dado que los remaches del ala hori-
zontal son solicitados por fuerzas menos importantes, es posible elegir un paso doble que el del
ala vertical, aunque respetando siempre los máximos admisibles.
La longitud de las platabandas se determina según la curva de momentos flectores. Para una
viga (fig. 455) cuyo módulo resistente es Wn, (con dos platabandas) y Wn, (con una platabanda),
se obtiene el momento admisible en la longitud cubierta por una platabanda
-*,W^-
wìww
ì/ Y
i
w
I
--.1
Frcs. 456 y 457.- Fijación de un carril Frc. 458. Fijación de un carril cuadrado por medio de plaquitas.
cuadrado sobre una vigueta. -
d) Caminos de rodadura. Los caminos de rodadura de los puentes-grúa y de los carros están
frecuentemente formados por vigas de alma llena. En el caso de viguetas, se emplean generalmente
carriles cuadrados. Antiguamente se fijaba el carril por medio de tornillos de cabeza avellanada
(figura 456). Éstos no se ajustaban y el carril no contaba en el cálculo de resistencia de la viga.
A fin de conservar la máxima superficie de rodadura, se hace un avellanado poco profundo y se
lima la cabeza del tornillo (fi1. a57). Se utilizan preferentemente tornillos dobles (ver punteado)
que se aprietan por medio de un cuadrado que se corta después de atornillado. No obstante este
medio de fijación no da resultados satisfactorios.
La fijación por placas, según la figura 458 es preferible, pero más cara. Entre las placas se disponen
forros que se ajustan en muescas adecuadas.
En el caso de vigas con platabandas, el carril cuadrado puede ser remachado sobre aquéllas (fig. a59).
PROYECTO DE LAS ESTRUCTURAS DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIóN 313
El carril interviene también en los cálculos de resistencia, por lo que el remachado se dispondrá
en consecuencia. De todas formas, actualmente la soldadura eléctrica ha suplido ampliamente
estas formas de fijación.
Los carriles de platabandas tipo Burbach (fig. 460) son generalmente remachados sobre los angu-
lares. Se tiene e^n cuenta en efcálculo de resistencia y por lo tanto también su remachado se dis-
pone adecuadamente. No obstante se prescinde de ellos si están fijados con tornillos brutos.
Es muy importante que todas las vigas de rodadura estén dispuestas de forma que las reacciones
del carril só transmitãn directamente al alma, sin hacer trabajar a los remaches de las alas vertica-
les; por esta razón el alma sobrepasará un poco los angulares, procediéndose a un amolado pos-
terior para dejarla a nivel de los mismos.
e^^âla s E
Lqj
Frc.459.-Remachado de Frc.460. de un
-Fijación
Frc. 461.
-
Junta de una vigueta.
un carril cuadrado monta- carril Burbarch sobre una
do sobre una platabanda. viga compuesta.
Cada cubrejunta está por 1o tanto solicitada por una fuerza de tracción o de compresión de
T.:
-
3-P^ S T"adm según la tabla 77.
JÍ,4'
n+
ç
(76) M+,
además el momento ejercido por el esfuerzo cortante Q actaando en el centro de gravedad del
remachado Qd, así el momento flector total para la cubrejunta del alma se establece por
(77) Mo:M++eq
/tot
(kgcm).
Las fuerzas N solicitan a los remaches de forma proporcional a las distancias t1. r2t r, del centro
de gravedad del remachado. Se puede sustituir, aproximadamente, la separación vertical h, por el
radio. Con tres pares de remaches se obtiene por tanto una fuerza por remache (resultante de los
momentos):
(78) N1 : ++ (ke).
Además existe una fuerza resultante del esfuerzo cortante sobre cada uno de los n remaches:
Nz: o6 (ke),
lf, V actuan en dos direcciones diferentes, una normal a la otta, teniendo una componente
^b
(80) N:]/Nrr+M (kg).
Mo: M (kgcm),
+
PROYECTO DE LAS ESTRUCTURAS DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIóN 315
Mo: n,h,(t *
#* #+ . )
Finalmente
N,: H,
'n ,
n-4'
,tl-
3
Las juntas de los angulares se hacen con un angular o por dos chapas (figs. 464 y 465). El angular
cubrejunta debe ser cepillado y sobre la longitud de la cubrejunta el marcaje del gramil del angular
de la viga debe ser desfasado sobre el exterior. El número de los remaches debe corresponder a
la fuerzá transmitida por el angular. Si la sección neta del angular del miembro es .E, cmz y la
fatiga media 6menkgfcmz (en el centro de gravedad del angular) se encuentra el valor:
'*(+)'*(#)'*..
316 PRINcIPIos DIMENsIoNAMIENTo y DrsEfro EsrRUcruRAs MÁeurNAs ELEvAcróN
I?e forma anâloga _se calcula la junta de platabanda,' distinguiéndose entre la cubrejunta directa
(figura a6Q y la cubrejunta indirecta (fig. 467). En este último caso, se disponen dos"platabandas
continuas entre la junta y la chapa cubrejunta. Se aumenta entonces el número de iemaches en
1n 30 fl}ihay una platabanda continua y en un 60 /" en el caso de dos platabandas intercaladas.
En una junta de obra, se desfasan las juntas de las.diferentes platabandãs empleando forros (fi-
gura 468), evitándose así partes salientes.
r-è- 0-O-O-ê-ê-ê*ê-ô-O-ô I
_ r_ _____J
Ftc. 466, Junta de platabandas (junta directa). Ftc. 467. de platabandas (junta indirecta).
- -Junta
i+++l+++i
T ê +-+t+ + +
468.
-
I
Junta de obra.
Frc. 469
ff Frc. 470 Frc. 471
Las figuras 469 a 472 mnestran varias formas de juntas para vigas de rodadura. Si se fija el carril
por tor-nillos según la figura 457, es obligado poner las cubrejuntas en el interior de la vigã
@g. a6D.
Es preferible recortar el carril y colocar una cubrejunta (fig. 470) o alargar las placaì- dò ãjación
de forma que ellas formen una cubrejunta (figs. 45g y llf. Un
úz cartil cuadrado con platabandas o un carril tipo Burbach puede
eIry', , servir de cubrejunta. Si el carril es parte integrãnte de la viga, se
W dispondrá la junta del miembro en unã zona d{la viga en la qú eila
f sola sea suficiente, como medida de seguridad se af,adirán las cubre-
juntas de lafigura 472. No obstante, siel carrilno es parte de laviga,
I
Frc 472._ru.,lu de p,ataband" lH3'.;:ïti.*'Jf"ï:jïiï;ïl,",ffiË,ïï,tÍ,ç nr;*.:ï#jïffi:
de una vigueta de rodadura. aünque sólo esté atornillado fuera de este lugar.
PROYECTO DE LAS ESTRUCTURAS DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACION 317
t. Estructuras soldadas
c) Generalidades. La DIN 120 cubre también las estructuras soldadas para grúas pero no incluye
ninguna prescripción particular sobre la soldadura. Dado el uso extensivo de la soldadura por
arco, se prepara actualmente reglamentos apropiados. Es de presumir que éstos se inspirarán en
los < Reglamentos Provisionales para puentes de ferrocarriles de alma llena ejecutados por sol-
dadura >r 11, editados por los Ferrocarriles alemanes. Estos Reglamentos están en vigor después
rle un cierto tiempo dè pruebas satisfactorias. Por esta razón presentamos ciertos principios ex-
traídos de este texto.
La soldadura y los elementos anejos deben ser dimensionados teniendo en cuenta los esfuerzos
repetidos y altêrnativos. La resistencia a tales esfuerzos, llamada también resistencia a la fatiga,
depende dê la solicitación, de la forma del cordón de soldadura y de los elementos de construcción.
En lugar de los valores indicados en la tabla 77 paru las fatigas admisibles, se utiliza la figura 473
que rãpresenta estos valores para las construcciones soldadas en acero de 37 kg (St 37)(u). Se deter-
mina la fatïga admisible de la forma siguiente:
Teniendo en cuenta los coeficientes g y ?, se determinan las fatigas mínimas ou(en valor absoluto)
que se encuentran en el funcionamiento de la grúa. Sobre la figura 473 se llevan las fatigas o, sobre
eì eje de abscisas, sobre la derecha para los esfuerzos repetidos y sobre la izquierda para los esfuer-
zos alternados. Las ordenadas hasta las líneas valederas para el tipo de cordón representan la
fatiga máxima admisible õ11adm (siempre se aplican los coeficientes E y g). Las ordenadas posi-
tivai indican esfuerzos admisibles en tracción, las ordenadas negativas esfuerzos admisibles en
compresión. Esta tabla contiene también líneas a 45", cuyas ordenadas son iguales a las abscisas,
es dêcir a los valores o'u; la distancia vertical entre estas líneas y los valores máximos o'p adn repre-
senta por lo tanto la aúphtud de la oscilación de la fatiga. La tabla da las fatigas admìsibles para
un cáiculo que sólo tienè en cuenta las fuerzas principales. Bajo la acción de fuerzas principales
y secundarias se admite un suplemento de 200 kg/cmz parala fatiga õpado,.
Si por ejemplo se encuentra en el miembro superior de un puente-grúa una Ïatiga mínima
6u ) kglcm2 y una fatiga máxima de oo : 1350 kg/cmz (calculada con las fuerzas prin-
- yAZO
cipales los cõeficientes g y y)), se tiene un caso -de esfuerzos repetidos (más exactamente ondu-
laãos) porqne el signo no cambia. La fatiga admisible para la barra sana se encuentra partienclo
de o,: 6f0 kglcmz sobre la derecha y trazando una vertical hasta que encuentre la línea Ib;
Segundo ejemplo. La unión de una diagonal por dos cordones de ángulo sobre la chapa, fatiga
múima o,: * 500 kg/cmz,fatiga máxima (absoluta) o'0--600 kg/cm'z, el signo cambia, luego
estamos en presencia de esfuerzos alternados y hemos de tomar el valor o, sobre la izquierda.
Para el metãl que está próximo a la soldadura, nos servimos de la línea Yb y encontramos
debajo de ou--500 kglimz una ordenada de õpadm: kgf cm2. La fatiga de kgf cm2
- 680 para las fuerzas Pfnciplleg;
pó. lo tinto admislble. Este cálculo está hecho solamente -.650
,baj9
"s
el efecto simultáneo de fuerzas principales y secundarias habremos de admitir 680*200:880 kg/cmz.
La fatiga de los cordones de soldadura se calcula por
s.
S olicitación alternada È' Solicitación ondulada
......-ïiu. 'A,TA,TT
'o,;71t'
''.r t6,,|i
!I t! Ia IIa
..
ti l(0
dol
ïK
IIa
ll
li
Fatiga inferior d)
!i litl Fatit
it,z J,2 0i15,4
il
rl
nb
Th
,rnb----
--.-llIb--- :l/,2
,-,%
'K" e
'o
aâ
q)
a_
o
o
Frc.473,-Fatigas admisibles oradm (kg/mmr) para puentes soldados en acero de 37 kg.
o: g+|v"pa,
Ya, Yb, elementos próximos a cordones de ángulo. Extremidades de soldadura sin mecanizar;
YIa, YIb, análogo a Ya y Vá, pero con un mecanizado cuidadoso de las uniones de los cordones de ángulo a cizalladura
frontal, y las extremidades delos cordones de ángulo trabajando a cizalladura lateral;
VIIa, VIIó,
- lt", + ,\
fatigas admisibles según la fórmula 6tot
vIII, fatigas de cizalladura admisibles para cordones de soldadura.
PROYECTO DE LAS ESTRUCTURAS DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIóN 3t9
(se elige 6 p adm según la curva VIII para las soldaduras de ángulo y P?Ía,las soldaduras a tope
ìrabajãndJããrtaOura, y según las cúrvas IIo, IIb o fVo, Wu para las soldaduras a tope); siendo P,
la fuárza en kg; /, longitud de la soldadura en cm, sin los cráteres terminales, que deben admi-
tirse con una longituOãt menos igual al espesor del cordón; a, el espesor de la soldadura (para
los cordones de ángulo a es igual a la altura del triángulo isósceles, paÍa las soldaduras a tope,
a es igual al espesor de las piezas a unir)'
Además del esfuerzo cortante A, la soldadura transmite también a veces un par de flexión M
(figura 474), calculándose entonces:
(88)
Z(at)
y õ: M
I (kg/cm2),
,(
{
Frc. 474. Soldadura solicitada por un
-
esfuerzo cortante A y un momento de
flexión M.
El espesor de la soldadura depende del espesor de las piezas a unir. Una soldadura a tope de dos
chapâs de diferente espesor, tèndrá el espósor de Q _más delgada. En lo que concierne a los espe-
sorËs de las soldadurai d" ángulo ver lai figuras 47 5 a 477 . En las piezas portantes, la soldadura
tendrá un espesor mínimo del,5 mm y de 3 mm en los nervios. La longitud de la soldadura sin
los cráteres terminales, será por lo menos de 40 mm.
Para /, < tz, a < 0,7 tl Para /1 < t2, ar<0,7 tr Para d 1t, er <O,7 d
(excepcionalmente a : /r). pafa tz < t3, az<0,7 tzpale 1,2 d < t, a, < 0,1. 1,2 p
Frcs.4?5 a 4ll.-Elección del espesor de la soldadura en función dol espesor de los elementos de construcción.
Lattllización de remaches y soldadurapara una misma unión es inadmisible; los remaches per-
miten un pequeflo desplazamiento de hõ piezas, mientras que la soldadura siendo rígida impide
este desplâzamiento; por ello la soldadura soportaúa la catga total.
,S
(e1) (kglcmz)
arl, I arl,
que no debe ser superior a la fatiga dada por la línea VIII de la fr,gwa 473. El
dimensionamiento
de la barca se hace según las curvas Ya y Yb.
En el caso de soldaduras a cortadura frontal y lateral (fig. a7D tenemos
t
It
o5
--Ã
I lt
l*+Ì/
i
: ,S
( o'2 adm según la curva VIII'
' orlt a o7ç a 1S
Est-a unión puede ser más corta comparada con la flgura 478, tanto más cuanto que
no hay que
deducir cráteres terminales.
Dldo que las uniones soldadas son mucho más cortas que las remachadas, es posible disminuir
o incluso suprimir- las chapas de unión. Los miembros ion .frecuentemente ejecïtados en fàrma
de T. No obstante los perfiles T normales no son prácticos porque el alma no e; paralela,
empleán-
dose viguetas normales o de alas anchas cuyas almas se corÌan por el centro, o pèrfiles
compirestos
por soldadura (fig. 481).
El nudo- más simple-_se hace según la figura 481, soldando las diagonales directamente sobre el
alma del miembro. No obstante se respeta una distancia mínima {" , : 3a entrle fu, ãiujo"uf.,
y siempre que la longitud de soldaduraì resulte insuflciente. La disposición con diagonul.r"irru..-
tidas (fig. 480) permite un recubrimiento muy importante, pero lás longitudes de soldadura no
aumentan si no se respeta la condición de que el centro de grâvedad de hïoldadura
debe coincidir
con la fibra neutra' Recortando las alas según la figura 482, se obtiene un buen recubrimiento
y longitudes de soldadura mayores. Si todavía ello eã insuficiênt", ., ,r."rrario afladi, ..rou
soldada según la figura 483.
.t upu
En las estructuras deìmportancia secundaria,las diagonales de las figuras 480 a4g3 pueden
ser
constituidas por un solo angular unido por un solo ladó. De los ejemplõs A. U ng,rru
+Aâ,. ã;au..
que. se puede tealizar una viga simétrica con un solo perfil T. No
ãbstante es necesario recortar
y ajustar las barras, resultando esta construcción más cara que la de las ng"r"r agõ, úi-y-+tl.
PROYECTO DE LAS ESTRUCTURAS DE LAS MÁQUTNAS DE ELEVÀCróN 321
Frc. 481
-ì I
Frc. 484.
estas vigas sobreun montaje adecuado para evitar la soldadura de techo. En obra no se dispone
nunca de estos montajes y si es necesario reforzar una viga in situ se disponen las platabaïdas
superiores según la_figura 486 y las inferiores según la figuia 487.La longitud de la sËgunda y de
la-tetcera platabanda.depende de los momentos flectores. No obstant. rJlur debe proíoogu,
allá del extremo teórico, de forma que la platabanda quede eficazmente unida poi f.,.ru-de -á,este
punto. En los miembros a compresión la longitucl de ias platabandas no debe exceder 25 veces
su espesor.
Frc. 485 Flc. 486 Frc. 487 Frc. 488 Frc. 489 Frc. 490
p) Cálculo de la soldadura entre alma y míembro. Este cálculo recuerda mucho al de los remaches
correspondientes. Con la sección a unir F y la fatiga media õm en el centro de gravedad de esta
sección, do* la diferencia de esta fatiga entre dos secciones distantes
dx, se encuentra la fuerza a transmitir
(e3) K: F do*.
7 Yq Bases de cdlculo para puentes de acero de los FF.CC. alemanes (B.E.), apartado 42.
PROYECTO DE LAS ESTRUCTURAS DE LAS MÁQUINAS DE ELEVACIóN 323
y como
(96) dL : o.
dx .- -'
(s7) ,:#r,
siendo Fho, : S el momento estático del miembro unido
(98) ,: Y .
Esta fatiga de cortadura r del alma a la derecha del esfuerzo cortante máximo Q^u*, calculado
con las fuerzas principales y teniendo en cuenta los coeficientes g y y) no debe sobrepasar la fatiga
de cortadura admisible indicada por la curva VIII de la figura 473. La fatiga en la soldadura es
(99) , : t9!4.
" , +.
No es necesario comprobar si
Seguidamente se comprueba el momento máximo calculado con las fuerzas principales y aplicando
los coeficientes g y ?. Se calcula con este objeto la fatiga ideal partiendo de la fatiga de flexión
y de la fatiga de cortadura. La fatiga de flexión o, es
(l0l) Q'S .,
": II
Q, es el esfuerzo cortante correspondiente a M- *. La fatiga ideal se encuentra entonces por
el momento flector da
(10s)
o
'- Íh'
b faüga ideal es por lo tanto
1r o, I ì,-o?+4rz>
o:i+Z-V d.o*d- según las curvas lYa, Iyb (frg. an).
En todas estas comprobaciones, se establecen los momentos y los esfuerzos cortantes partiendo
de las fuerzas principales y aplicando los coeficientes g y V.
La fatrga a flexión de los miembros soldados. a tope no debe exceder el valor õoad- según las cur-
vas IIa, IIá si la raiz ha sido tomada al revés y si los cordones han sido mecanizados, o según las
curvas IIIa, IIIá si la soldadura no responde a estas exigencias.
Las juntas de obra son generalmente remachadas o atornilladas, porque frecuentemente el envío
de los equipos de soldadura y de control en obra no se justifican desde un punto de vista económics.
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MATERIAS COI\TEI{IDAS EI\ BL TOMO II
VII. Gúa-pórtico
IV. Las cucharas y los tornos para cucharas
A. Generalidades.
A. Los modelos de la cuchara. B. Carros.
1. La cuchara de dos o más cables. C. Mecanismos de traslación.
2. Cuchara de un solo cable. D. Estructuras.
3. Cuchara de motor o eléctrica.
B. Cazos de fondo partido y recipientes basculantes. VIII. Grúas cartela
1. Cazos de fondo partido. A. Generalidades.
2. Recipientes basculantes. B. La traslación.
C. Los modelos de tornos de cuçhara. C. La estructura.
1. El torno de cuchara de un motor.
2. Tornos de cuchara de dos o más motores con IX. Grúas giratorias de columna
o sin acoplamiento.
3. Torno de dos motores con mecanismo de en- A. Grúas de columna giratoria.'
granajes planetarios. 1. Grúas murales.
4. Comparación de los modelos de tornos. 2. Grúas giratorias de consola.
5. Ejemplo numérico. 3. Grúas Derrick.
336 MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO II
IX. Gúas para Ia edificación y XII. Dispositivos de pesado para las máquinas
Obras públicas
de eleyación
A. Grúas para edificación y Obras públicas caracte_ A. Balanzas de gancho.
rizadas por una utilización múltiple. B. Balanzas para tolvas.
B. Grúas para la edificación, destinaãas a utilización
frecuente en obras diferentes.
C. Balanzas por desviación del cable y balanzas que
miden la tracción del cable.
1. Grúas-torre. Índice de materias.
-
LOS APARATOS DE MANUTENCION
El mundo de la técnica se enriquece cada día. El número de productos y procesos
nuevos, puestos a nuestra disposición, creco según una ley qlle se estima exponen-
cial. Fsto relega la ensefranza de las diversas ramas de lá tecnología segìn los
métodos antiguos. Constantemente hay que reagrupar conceptos y fijar nuevas
jerarquías de importancia. Los autores de este libro han pretendido hacer un
trabajo pedagógico, es decir, situar desde un principio en su verdadero lugar el
problema de las manutenciones. Después, partiendo de una nueva clasificación de
los movimientos, presentarlo de forma muy concisa y racional. Al facilitar así la
tarea de los que quieran iniciarse en los problemas y en los aparatos de manuten-
ción, los autores han al:canzado otro objetivo secundario: toda pedagogía, que
instaura un orden nuevo y más simple en un dominio tecnológico, prepara esias
discusiones al despejar el esquema y aclam deflniciones. Todo esfuerzo pedagógico
aparece entonces como una incitación a nuevos métodos de <<management>>. Este
aspecto muy importante del libro resultará del mayor interés para el lector.
Resumen del contenido: I. Nociones generales: 1. Las bases de la manutención.
2. Representación esquemática de las operaciones de manutención. 3. Desplaza-
miento y noción de valencia; clasificación de los aparatos. II. Distintas claies de
aparatos. 4. Aparatos monovalentes. 5. Aparatos bivalentes. 6. Aparatos trivalentes.
7. Aparatos tetravalentes y pentavalentes. III. Aparato tipo. 8. Puente-gíta.9. Ca-
rretillas elevadoras apiladoras. 10. Transportadores aéreos. 11. Materiales auxi-
liares y automatismo. 12. Manutención y automación. 13. Elección de los aparatos
de manutención. Anexo: Textos legales y reglamentos.
Por M. Monne y A. Ogus. Formato: 17 X 24,5 cm, con unas 300 páginas y más
de 140 ilustraciones. Encuadernado en geltex con sobrecubierta plastificada. Edi-
torial Blume. 1970.
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