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Agua Dulce

Historia del trato de agua hidráulicamente

La tradición hidráulica se remonta al México prehispánico, donde la relación con


el agua no era solamente del orden religioso, sino que también estuvo asociada
a los quehaceres cotidianos de sus pueblos. La íntima relación entre desarrollo
socioeconómico y la obra hidráulica queda plenamente identificada en la vida de
las culturas del Anáhuac, con sus acueductos, sistemas de riego, sus chinampas y
el complejo hidráulico de la gran Tenochtitlán para el control de avenidas y la
navegación. A las obras hidráulicas de la Conquista, como la realizada para
asegurar el abasto a la ciudad de México, siguieron las del Virreinato que
permitieron el establecimiento de importantes ciudades mineras, emporios
agrícolas y puertos. En los siglos XVIII y XIX, la agricultura experimentó un fuerte
desarrollo, fomentada por el crecimiento de la minería, mercantil y
manufacturero de la época. En ese período se construyeron diversas presas.
Durante la independencia, la labor hidráulica cobró nuevo auge. En primer lugar,
para subsanar problemas de desabasto a las principales ciudades y después para
el desarrollo de la actividad agrícola de los particulares. Al término de la
Revolución Mexicana, los gobiernos recogieron el pensamiento y la demanda
social de aprovechar en forma benéfica los recursos hídricos nacionales,
especialmente para el fomento de la agricultura y el bienestar del agro mexicano.
La obra hidráulica siguió en marcha requiriendo un nuevo marco de política
hídrica, nuevas leyes e instituciones que permitieran hacer frente a nuevos retos
en su tarea de hacer del agua, un factor de progreso en el país, por lo que en 1972
se promulgó la Ley Federal de Aguas y en 1975 se formuló el primer Plan de Aguas
Nacionales.

Problemas en el México actual


Organizaciones sociales acusan que las leyes en México permiten contaminar el
agua sin castigo alguno. Denuncian que la normatividad actual no impide la
descarga de sustancias tóxicas a los cuerpos del vital líquido debido a que la
laxitud de los parámetros deja sin normatividad a una gran cantidad de
contaminantes provenientes principalmente de las industrias.

Los grupos civiles resaltan que la Conagua misma reconoce que al menos el 70
por ciento de los cuerpos de agua dulce se encuentran contaminado.

“Los afectados por las NOMs no son las industrias, los afectados son la naturaleza
y la población que no tiene voz ni voto. […] En general, las autoridades no se
atreven a tocar a las industrias”, advierte Elena Burns, de la agrupación Agua para
Todxs, Agua para la Vida.
Agua Dulce

La contaminación del agua, ocasionada especialmente por el vertido de químicos


y aguas residuales a esos cuerpos de agua, ha reducido de manera importante la
disponibilidad y acceso a ese líquido esencial en el país.

La importancia de la campaña, subrayó, McCulligh, radica en denunciar “un


sistema de regulación ambiental que está diseñado para no funcionar. La
normatividad deja fuera de control una extensa gama de sustancias tóxicas”. Otra
punto que la campaña busca denunciar, señaló, es que “la capacidad de
inspección de las descargas a los cuerpos de agua es sumamente bajo”.

Ante este panorama, en conferencia de prensa en el Centro Nacional de


Comunicación Social (Cencos), Raquel Gutiérrez Nájera, del Instituto de Derecho
Ambiental, hizo “un llamado de atención” a las autoridades del sector ambiental
y de desarrollo social” a ver la política mexicana con perspectiva de derechos
humanos y volver a un sistema que garantice agua para hoy y para siempre”.

Además, señaló que de continuar con el patrón contaminante de agua, habrá una
escasez del vital líquido, por lo que urgió a implementar un “rediseño institucional,
una reestructuración de fondo de todo el sector hídrico en el país”, de lo contrario,
advirtió, “el destino del país nos va a alcanzar en escenarios críticos de cambio
climático.

Comisión Nacional del Agua


La Comisión Nacional del Agua (Conagua) es un organismo administrativo
desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales,
creado en 1989, cuya responsabilidad es administrar, regular, controlar y
proteger las aguas nacionales en México

Programas propuestos:
Blue Flag
Blue Flag se trata de un reconocimiento internacional que se le otorga a las playas
y marinas que alcanzan estándares de excelencia en calidad de agua, gestión y
educación ambiental, seguridad y servicios múltiples, además de contar con un
estricto control de verificación y seguimiento de los mismos.
Este programa es desarrollado por la Fundación para la Educación Ambiental (FEE,
por sus siglas en inglés) que tiene su sede en Dinamarca. Hasta el momento hay
4 mil 423 sitios Blue Flag en 45 países diferentes. Por su parte, #México cuenta
con 35 playas y dos marinas con este distintivo, con lo que ocupa el primer lugar
en este rubro en América.
Agua Dulce

Algunos de los beneficios al formar parte del programa Blue Flag son:
recuperación y restauración en ecosistemas costeros, monitoreo de áreas
marinas y costeras e implementación de programas de educación ambiental.
Aunado a esto, las playas participantes cuentan con un monitoreo mensual de la
limpieza de sus aguas para preservar la calidad de las mismas.

Además, los sitios Blue Flag cuentan con difusión internacional como sitios
turísticos recomendados a los viajeros, que por medio de diferentes aplicaciones
pueden obtener información de estos lugares.

PROCAPTAR
El programa “PROCAPTAR”, surge de la necesidad de dotar de agua a la población
rural de México, en donde existen dificultades de índole técnica y económica para
ser abastecidos mediante formas convencionales (p. ej. sistemas de bombeo,
redes de distribución, etc.) como se realiza comúnmente en las zonas urbanas, el
programa permitirá abastecer de agua a la gente que hoy no cuenta con el
servicio y que se tiene que trasladar grandes distancias para poder acceder al vital
líquido.

Dentro de los objetivos específicos del programa se encuentran:


 Impulsar el desarrollo social, el acceso al agua y saneamiento de las
viviendas de zonas rurales de mayor marginación, mediante sistemas de
captación y almacenamiento de agua de lluvia y tecnologías de
tratamiento de aguas residuales a nivel vivienda.
 Involucrar a la sociedad de forma activa.
 Ayudar a abatir la pobreza multidimensional en el ámbito de los servicios
básicos.
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Estrategias para un uso eficiente por parte de ciudadanos e


industrias.
Dada la creciente problemática de disponibilidad del recurso hídrico en la ciudad
de México, cobra importancia la visión previsora en el cuidado y manejo del agua
que ha operado en cu desde 1970. Como se indicó, en esa década se construyeron
las plantas de tratamiento de aguas residuales y hacia 1990 la Dirección General
de Obras estableció un conjunto de normas para hacer un uso más eficiente del
agua potable en el campus. Bajo esta política, a partir de 1994 se elaboraron es-
trategias para reducir el consumo de agua potable (con respecto del consumo
promedio de 1993) un 10% en edificios y 20% en exteriores. Además, durante
1997 se trabajó en el diseño de procedimientos para optimizar la captación y
canalización de aguas pluviales a los mantos acuíferos, ello con la meta de
encaminarse al principio de carga cero; es decir, que la cantidad de agua que se
obtenga de los pozos sea la misma que regrese al subsuelo.

Con la finalidad de disminuir el consumo de agua potable, desde hace más de diez
años se ha venido modernizando el inmobiliario de los sanitarios en las distintas
dependencias. La instalación de sistemas automatizados de regulación del flujo
hídrico en escusados, mingitorios y lavamanos es un avance, pues prácticamente
la mayoría de las facultades cuentan con tal infraestructura. La continuidad de
este programa obedece a que los sanitarios son las instalaciones con mayor de-
manda de agua debido a la frecuencia de uso por la población universitaria.

Otros programas que denotan una visión integral de los distintos niveles de
acción que implica el buen manejo del recurso hídrico en cu son las distintas
estrategias que contribuyen al ahorro de agua potable y la recarga del acuífero,
ya sea en forma conjunta o por separado. En el primer caso destaca la sustitución
del agua potable por el de agua tratada para el riego de áreas verdes. Dado que
en cu estas áreas ocupan una superficie considerable (39 hectáreas), la rea-
lización de esta acción en las áreas de mayor superficie representa una estrategia
de singular pertinencia. Con ella no sólo se favorece el ahorro de más de 3 000
m3 de agua potable, sino también una aportación de agua que de manera natural
se filtra hacia el manto acuífero de la zona, contribuyendo con ello a su recarga.
Otras estrategias que contribuyen a la recarga del acuífero son la construcción de
estructuras de captación y conducción del agua de lluvia hacia el subsuelo, ya sea
a través de las grietas naturales del terreno, o por los pozos de absorción que han
sido perforados con este fin.
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Aunque estas acciones son relativamente nuevas, su avance es considerable. Los


edificios de reciente construcción cuentan con la infraestructura para la
captación pluvial en las azoteas y los domos que cubren los patios centrales, son
superficies por las que escurre el agua que posteriormente se concentra en las
tuberías que conducen los escurrimientos hacia las grietas naturales o pozos de
absorción. Con este fin también se ha aprovechado la superficie de los circuitos y
los estacionamientos de las facultades e institutos, en donde se han construido o
adaptado rejillas y lavaderos que captan y conducen el agua hacia los sitios de
infiltración.

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