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Por eso, bastó con esa acción para que se le privara de la posesión legítima y pacífica
del fundo, de poder sacarle provecho económico y para arruinarlo. Ya no pudo entrar
y seguir explotándolo. Para colmo, los vecinos, convertidos en invasores por causa del
INTI, eran dueños de ganado e hicieron que el ganado pisoteara todas sus cosechas, con
lo cual lo perdió todo. Cuando Brito quería entrar al fundo, hasta le disparaban. Y era
imposible hacerlo porque esos vecinos habían colocado cercas de púa y madera, como se
evidencia de Inspección Judicial que Brito promovió, el 19-08-2003.
Nada de esto lo explica el Gobierno y menos que Brito sólo supo de la existencia de las
Cartas Agrarias después de algunos meses ya que al principio creyó que se trataba de
meras invasiones de hecho (sin títulos). Tampoco dice el Gobierno que Brito denunció
que el otorgamiento de Cartas Agrarias que se extendían por su fundo fue una acción
dolosa de “desviación de poder” de parte del INTI, en complicidad con el Alcalde del
Municipio Sucre del Estado Bolívar, de entonces, Juan Carlos Figarella (sobrino del
llamado “Zar de Guayana”, adeco, si no me equivoco), por retaliación contra Brito ya que
Brito se opuso a un proyecto de ese Alcalde de acabar con una enfermedad del ñame de
la zona, a punta de pesticidas, mientras que Brito insistió en que se solucionara el
problema con la siembra de una especie resistente a esa enfermedad (que la causa un
hongo). Brito consiguió que el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas del
Estado Barinas (ente oficial), acogiera su propuesta. Y por ello, el Alcalde perdió un
financiamiento que le había otorgado la Corporación Venezolana de Guayana.
Por eso, aunque la segunda mentira de los medios es, según el Gobierno de Chávez,
que “no es cierto que los requerimientos de Brito nunca fueron atendidos por el
gobierno de Hugo Chávez", y critican en especial al grupo español ABC, lo cierto es
que, en efecto, sus requerimientos no fueron atendidos. Veamos:
Brito preconstituyó una prueba a su favor, porque iba a intentar (como en efecto lo hizo)
acciones judiciales contra el Estado, por la existencia de las Cartas Agrarias. Esa prueba
fue una inspección judicial, que el Gobierno no menciona, donde se lee textualmente.
“(…) que al decir del práctico nombrado para tal fin (…) demuestra
que existe un área invadida de veinticuatro hectárea (24 has)
aproximadamente que se encuentra cercada con 2.600 mts
aproximadamente con alambres de púa y estantes de madera (…)
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Como si eso fuera poco, al final de su infructuosa lucha judicial contra el Estado
venezolano, se produjo una sentencia del TSJ, Sala Constitucional, del 07-03-2007,
donde aunque se “resolvió” que su caso no podía ser siquiera admitido, por cuestiones
que Brito siempre alegó fueron artilugios procesales, se dice, textualmente, lo siguiente:
El INTI dice, en cambio, que en el año 2005 “ratificó la propiedad privada de Brito al
otorgarle el registro agrario correspondiente y verificó que no existiera solapamiento
alguno con los documentos de sus vecinos”.
2. El Gobierno de Chávez también se queja de que Brito “apeló ante las instancias
judiciales pero su requerimiento fue declarado sin lugar”, agregando maniqueamente que
“…al comprobarse que disfrutaba plenamente de las garantías de propiedad de sus
tierras…” En efecto, ya sabemos que el problema no era de titularidad de la propiedad
sobre sus tierras, sino los daños ocasionados por un acto del INTI, el otorgamiento de
las Cartas Agrarias a terceros sobre su fundo, que Bito alegaba fue hecho para
perjudicarlo, es decir, de forma dolosa o, como decimos los abogados, con “desviación
de poder”. Por lo demás, es falso que su reclamo fue declarado “sin lugar”, pues fue
declarado “inadmisible”, que es muy diferente.
Los abogados sabemos bien que los lapsos de caducidad para intentar acciones judiciales
no prejuzgan sobre el fondo, es decir, sobre si hubo o no solapamiento. Como el Tribunal
Supremo de Justicia está a cargo de abogados, sabría bien que el INTI conservaba la
facultad legal para revocar los actos que hubiera dictado, contrarios a derecho o con
errores materiales (lo que se llama la “auto tutela administrativa”). Sería por eso –y por
remordimientos- que decidió “instar” al INTI a revocar las Cartas Agrarias, COSA QUE
El INTI SE NEGO SIEMRPE HA CONCEDERLE A FRANKLIN BRITO,
HASTA CASI SU FINAL.
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Brito no gozó de acceso a la justicia pues todas las instancias contaron los lapsos
procesales a partir de la fecha de las Cartas Agrarias y no cuando Brito tuvo
conocimiento de la existencia de las mismas, que fue meses después. Eso lo alegó
expresamente Brito, sin éxito, ante todas las instancias y de hecho me refirió en algún
momento que él acudió a la Procuraduría Agraria del Estado Bolívar, en busca de
asistencia jurídica ya que carecía de recursos económicos para costearse asesoría legal, y
que esa Procuraduría incidió en el retraso en intentar sus acciones, también dolosamente.
Por eso, los lapsos procesales fueron considerados caducados y de allí que la acción era
supuestamente “inadmisible”.
El Presidente del INTI, Juan Carlos Loyo, reconoce que “(…) se le abrieron nuevos
caminos de acceso a su finca para evitar las disputas con los vecinos, y se acordó el
mejoramiento de cercas, alcantarillado, entre otros beneficios a las tierras de su propiedad
(…)”. También dice haberlo “indemnizado” con varios objetos y sumas de dinero y que
en el año 2008, ante una nueva huelga de hambre y la inminencia de su muerte, “(…) el
gobierno bolivariano envió al presidente del INTI a prestarle asistencia a Brito para
atender el llamado de revocatoria a los títulos de propiedad a sus vecinos…”. Y que
en ese mismo año el Gobierno nacional decidió otorgar “de manera gratuita” un tractor
y una rastra, reparó su vehículo, donó insumos agrícolas y deforestó 40 hectáreas de sus
tierras.
Cierto es que las “benditas” Cartas Agrarias terminaron siendo revocadas por el INTI, el
03-12-2009, y eso se le notificó a Brito el 04-12-2009, por lo que él accedió a levantar su
huelga de hambre, de muy buena gana. Ese día, frente la sede de la OEA, se firmó un
Acta, en presencia de la Fiscal Ana Mercedes Berthé, del Consultor Jurídico del INTI,
abogado José Silva, de una médico Forense, llamada M. Barrios y del Comisario
Alejandro O´Connor, donde se expuso:
A pesar de lo acordado allí, Brito se enteró, más adelante, que las Cartas fueron
revocadas pero con la siguiente justificación:
Como se ve, después de 6 años, las Cartas Agrarias de los vecinos de Brito sí resultaron
tener errores, pero eran errores en las poligonales, que se supone no afectaban a Brito. Y
para colmo, se deja constancia de que ellas son revocadas, pero para beneficiar a los
vecinos y no a Brito!
¿Quién puede creer que después de tanto ir y venir en esta reclamación, resultó que en
efecto las Cartas Agrarias tenían unos errores de poligonales, pero que no afectaban al
fundo de Brito?. Y si fue así, ¿Por qué dijo en INTI a la Agencia Bolivariana de Noticias
que la revocatoria había obedecido a “razones humanitarias”?
3.- Según el Gobierno, la tercera mentira mediática es que “(…) Brito fue
“secuestrado” por los organismos del Estado, según declaraciones de sectores
opositores representados por prófugos de la justicia como Oscar Pérez. Y que el
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supuesto “secuestro” fue una medida que tomó el Ministerio Público para garantizar la
vida del agricultor, “(…) quien seguía con su severo ayuno aunque el Gobierno
Bolivariano -por razones humanitarias- ya había revocado las cartas agrarias de sus
vecinos (…)”.
Esa incompetencia del Tribunal, la alegó PROVEA (no Oscar Pérez, sino una ONG
defensora de DDHH) cuando apeló ante la Sala Quinta de la Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, en sede Constitucional, pero
ésta “se lavó las manos”, diciendo, en sentencia del 21-12-2009 en la cual se declaró
competente para conocer del Haberas Corpus contra el Juez de Primera Instancia en lo
Penal (Vigésimo Tercero (23º) de Primera Instancia en Funciones de Control del mismo
Circuito Judicial Penal, Dr. Lenin Fernández Duarte, que ese habeas corpus era
"IMPROCEDENTE, pues según esa Corte de Apelaciones, PROVEA intentó el Habeas
Corpus contra un “auto de admisión” de un Amparo y no contra una sentencia de
Amparo, de fondo. Textualmente, al folio 6, dicha sentencia dice:
Según esto, no existía, al 21-12-2009, “Amparo” alguno que hubiese sido dictado para
“proteger” a Franklin y permitir su traslado al Hospital Militar, sino que lo que existía
era un auto de admisión mediante el cual se impulsó el proceso. Pero resulta que no ha
habido ningún otro acto del Tribunal de Primera Instancia en lo Juez Penal, No. 23, sino
ese, del cual recurrió PROVEA, que es la decisión del 12-12-2009, en la cual se dictó la
medida arbitraria de ordenar el traslado de Franklin Brito al Hospital Militar, y que para
la fecha de la apelación ya había sido plenamente ejecutada. Es obvio que la decisión
del día 12-12-2009 fue una decisión que afectó a la parte defendida por PROVEA pues
ella fue ejecutada cumpliendo exactamente la pretensión de los Fiscales que
solicitaron el “Amparo” contra Franklin Brito.
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Pese a este relato digno de “Los Juristas del Horror”, Brito llegó a un acuerdo con el
Director del Hospital Militar, Dr. Earle Siso y se dejó alimentar hasta adquirió talla y
peso normales para su edad, con la promesa del Dr. Siso de darlo de alta. El Dr. Earle
Siso en efecto cumplió y dio de alta médica a Brito, el 01-03-2010, por oficio mediante el
cual lo comunicó al Tribunal. Pero el Tribunal de la causa, a cargo de Lenin Fernández
Duarte, se negó a aceptar esa alta médica (que incluía también el aspecto psiquiátrico ya
que los informes de Medicatura Forense fueron favorables a Franklin Brito) y ordenó que
Brito permaneciera recluido, supuestamente hasta que fuese evaluado y tratado
psicológicamente. Y lo que ocurrió fue que dejaron morir a Brito en ese Hospital
Militar.
Una vez recluido Brito en Hospital Militar por solicitud de la Fiscalía y orden del Juez
Penal, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA ordena al Estado
venezolano, el 11-01-2010, permitir que Franklin Brito fuese asistido por un médico de
su confianza, durante el proceso de huelga, o en su defecto, por alguien de la Cruz Roja,
así como a ser visitado abiertamente. Y resultó que Franklin Brito tuvo que hacer una
huelga de sed de 6 días (hecho público comunicacional) y decenas de personas tuvimos
que movilizarnos, para que por fin el Gobierno dejara entrar al Hospital Militar a la Cruz
Roja. De hecho, en esa ocasión el Gobierno ni siquiera le permitió la entrada a un
representante de la OEA, ni al padre católico que quiso ver a Brito.
Para colmo, la Fiscal General de la República asomó que Elena de Brito y u hija Ángela,
podían ser investigadas por “inducción al suicidio”. ¿Qué tipo de garantías asistían a
Brito entonces, si ellas supuestamente lograron inducirlo al suicidio? ¿No sería al revés,
que se aisló a Brito con el objeto de hacerlo desistir de una huelga legítima e inflingirle
tortura psicológica?
Aunque en efecto algunos medios aún no comprendan todos estos detalles del caso Brito,
por ejemplo, que no hubo expropiación ni confiscación, como él expuso mil veces, lo
cierto es que las Cartas Agrarias que otorgó el INTI permitieron a terceros
apropiarse de la parte más importante de su fundo, ya que era la que le permitía el
acceso. Además, el Estado se atribuyó la guarda de Brito para preservarle la vida, y
el Poder Judicial lo mantuvo cautivo pese que los médicos garantizaban su perfecto
estado de salud, física y mental, siendo el resultado de tal reclusión forzosa el más
nefasto y no querido por nadie, ni Brito: su muerte.
Y aunque es cierto también que el INTI procedió a revocar las Cartas, un día antes de que
llegara a la sede de la OEA en Caracas una Comisión Ad Hoc que venia a evaluar el
estado de los estudiantes en huelga de hambre, ubicados frente a su sede, al lado de
Brito, a Brito eso no le solucionó nada pues la tal revocatoria se hizo para favorecer
a los vecinos invasores y no a él. Toda “indemnización” recibida de parte del Gobierno
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La solución de este caso habría sido que la revocatoria de las Cartas Agrarias, por las
razones correctas y tal como se acordó ene. Acta firmada el 4-12-2009 (que parece que
ahora no consta en la Fiscalía General de la República. La familia Brito tiene su ejemplar
original y nosotros, copia) y no por supuestas “razones humanitarias”, con lo cual el
INTI cae de nuevo en una contradicción, ya que lo que está expuesto en la propia
revocatoria es que ella obedeció a supuestos errores en las poligonales, no a “razones
humanitarias” .
Brito, desde el principio, quiso que el Gobierno reconociera sus errores, y no que lo
tratara como un débil mental. Para hacer eso, al INTI le habría bastado con hacer caso a
la sentencia del TSJ ya citada, y colocar ese párrafo final en el texto de esa revocatoria,
como en lo personal les fue expuesto por mi. Por el contrario, lo que el INTI hizo fue una
cantinflada, al argumentar que revocaba las Cartas “por errores en las poligonales de los
vecinos” de Brito, pero que no había solapamiento.
De manera que está claro, para quien quiera ver toda la verdad, que a Brito lo que lo
animó a hacer su huelga de hambre fue una inmensa frustración, al verse reducido a nada
por el poder político. Por eso apelaba a Chávez, sabiendo que Chávez, como superior
jerárquico de todos los que lo habían maltratado, podía ponerles coto. Por qué Chávez se
negó a eso, es un misterio.
Nota: De todos los hechos aquí narrados tenemos evidencia documental. La familia de
Franklin Brito las conserva a buen resguardo.
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ANEXOS
ANEXO 1: Medidas Cautelares
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Sin embargo, la verdad es que Brito no era propietario legítimo de los terrenos que decía
poseer y fue en el 2003 cuando el gobierno Bolivariano le entregó al agricultor la
titularidad de 290,20 hectáreas productivas del fundo La Iguaraya.
La segunda falsedad es que los requerimientos de Brito "nunca fueron atendidos por el
gobierno de Hugo Chávez", tal como asegura el grupo español ABC.
Cada una de los reclamos que hizo el productor agropecuario recibió respuesta de las
instituciones del Estado venezolano.
En 2003, cuando Brito inició su primera huelga de hambre para denunciar la supuesta
invasión de sus terrenos, una comisión del Instituo Nacional de Tierras (INTI) acudió a
sus predios para practicar una inspección en la que fue descartada el solapamiento.
No obstante, Brito apeló ante las instancias judiciales pero su requerimiento fue
declarado sin lugar al comprobarse que disfrutaba plenamente de las garantías de
propiedad de sus tierras.
para evitar las disputas con los vecinos, y se acordó el mejoramiento de cercas,
alcantarillado, entre otros beneficios a las tierras de su propiedad.
Ese mismo año el Gobierno nacional decidió otorgar de manera gratuita un tractor y una
rastra, reparó su vehículo, donó insumos agrícolas y deforestó 40 hectáreas de sus tierras.
A esas alturas, a pesar de que el Gobierno venezolano había atendido a todas sus
solicitudes, Brito inició su tercer ayuno voluntario en agosto de 2009 a las puertas de la
Organización de Estados Americanos (OEA).
La tercera mentira es que Brito fue “secuestrado” por los organismos del Estado, según
declaraciones de sectores opositores representados por prófugos de la justicia como
Oscar Pérez. El supuesto “secuestro” fue una medida que tomó el Ministerio Público
para garantizar la vida del agricultor, quien seguía con su severo ayuno aunque el
Gobierno Bolivariano -por razones humanitarias- ya había revocado las cartas agrarias de
sus vecinos.
Sin embargo, durante la jornada de este martes, los medios locales como El
Nacional y El Universal, dan mayor espacio a noticias de voceros de la oposición que
intentan atribuir la responsabilidad de la muerte de Brito al Estado venezolano,
como otra bandera de su campaña electoral.
Es así como se leen titulares como "Brito fue víctima de las políticas agrarias del
Gobierno"; "A Franklin Brito se le garantizó su muerte"; "Estado privó a Franklin Brito
ilegalmente de su libertad" o "Muerte de Brito refleja inacción del Estado en DDHH".
Fuente: http://avn.info.ve/node/14642
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http://www.scribd.com/doc/37359360/Inspeccion-Judicial-2003-Solicitada-Por-Franklin-
Brito
http://www.scribd.com/doc/37361769/Alta-Medica-Franklin-Brito