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La figura del allanamiento se encuentra regulada del artículo 214 al 217 del Código Procesal Penal del
2004.
El allanamiento es una diligencia policial que tiene por finalidad el ingreso de la policía a un domicilio o
inmueble con el objeto de capturar a la persona investigada o evadida y también para incautar los
objetos o bienes relacionados con el delito1. El allanamiento se realiza bajo dos supuestos: a) en caso de
flagrancia delictiva; o b) por mandato judicial. Conforme a esta disposición, procede fuera de casos de
flagrancia delictiva o peligro inminente de su perpetración; requiere de autorización judicial a pedido del
Fiscal y debe de cumplirse con determinados requisitos, sobre todo que existan motivos razonables de
que el imputado o la persona evadida se encuentran ocultos, o que en dicho lugar se encuentran bienes
o cosas que son relevantes para la investigación. Esta diligencia comprende el allanamiento y registro
domiciliario de una casa habitación, casa de negocio, en sus dependencias cerradas o recinto habitado
temporalmente u otro lugar cerrado, siempre que sea previsible que se niegue el ingreso a la policía.
La solicitud del Fiscal debe ser clara y precisa, indicará el lugar o lugares exactos del allanamiento (sobre
todo el domicilio exacto, con la numeración correspondiente), su finalidad, las medidas de coerción que
correspondan (detención), la incautación de bienes u objetos y el tiepo aproximado de duración de la
diligencia. Conforme a las disposiciones siguientes, los mismos datos deben de aparecer en la resolución
correspondiente, el nombre del Fiscal autorizado y demás características con la motivación necesaria,
debiendo observarse puntualmente los actos de desarrollo de la misma, destacándose que con ocasión
de la diligencia de allanamiento, el Fiscal podrá decidir se comprenda el registro personal de aquellas
personas que se encuentren en el lugar o que lleguen antes o durante el operativo, y siempre que
considere que están vinculados al delito. Se trata de una decisión que se adopta in situ, en atención a las
necesidades propias de la investigación, pero puede requerirse su autorización previa -con posibilidad-
en el pedido que se haga al Juez2.
También tenemos que, la protección del domicilio del domicilio como refiere Ramoz Méndez3 tiene
carácter instrumental, pues con ello se protege al ámbito donde la persona desarrolla su vida porivada, y
por ello mismo está orientada a proteger el derecho a la privacidad e intimidad. Siendo así, solo puede
afectarse este derecho cuando necesidades indispensables y razonables lo justifiquen. Por ello cualquier
afectación deberá de reunir los requisitos y garantías de ley.