Se espera que el crecimiento del volumen del comercio mundial de mercancías
repunte este año a partir de los exiguos resultados de 2016, aunque solo si la economía mundial se recupera según lo previsto y los gobiernos aplican una combinación adecuada de políticas, según han señalado los economistas de la OMC. Para 2018, la OMC (Organización Mundial del Comercio) prevé un crecimiento del comercio de entre 2.1% y 4%. La impredecibilidad de la evolución de la economía mundial en el futuro próximo y la incertidumbre sobre las medidas que tomarán los gobiernos en relación con las políticas monetarias, fiscales y comerciales aumentan el riesgo de contención de la actividad comercial. Un repunte de la inflación que redunde en un incremento de los tipos de interés, endurecimiento de las políticas fiscales e imposición de medidas restrictivas del comercio son factores que podrían desacelerar el crecimiento del comercio durante los dos próximos años. El comercio puede fortalecer el crecimiento mundial si la circulación de mercancías y el suministro de servicios a través de las fronteras se mantienen en general sin trabas. No obstante, si los encargados de la formulación de políticas tratan de hacer frente a las pérdidas de puestos de trabajo en sus respectivos países mediante la imposición de rigurosas restricciones a la importación, el comercio no puede contribuir a impulsar el crecimiento y puede incluso representar un lastre para la recuperación”, dijo el Director General de la OMC, Roberto Acevedo. Las previsiones más prometedoras de la OMC para 2018 se basan en determinados supuestos, y hay un riesgo considerable de que el crecimiento no alcance esas estimaciones. El logro de esas tasas de crecimiento depende en gran medida de que el PIB mundial crezca en la línea de las previsiones de 2,8% para el año. Aunque hay expectativas razonables de que puedan alcanzarse esas tasas, una expansión de ese orden entrañaría una mejora considerable respecto al crecimiento del 2,3% del PIB en 2016. Esa estimación del PIB se basa en el supuesto de que las economías desarrolladas mantendrán en general políticas monetarias y fiscales expansionistas y las economías en desarrollo seguirán recuperándose de su reciente desaceleración. Conviene señalar que la OMC no realiza sus propias previsiones del PIB, sino que utiliza estimaciones de consenso basadas en diversas fuentes, como el Fondo Monetario Internacional, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos, y las Naciones Unidas, entre otras instituciones. Datos sobre la evolución del comercio en 2016 La tasa de crecimiento del volumen del comercio mundial de mercancías inusualmente baja, del 1,3%, registrada en 2016 fue el resultado de varios factores de riesgo que concurrieron en el curso del año. Esos factores influyeron en las importaciones tanto de las economías desarrolladas como de las economías en desarrollo En el primer trimestre, las importaciones de las economías en desarrollo experimentaron un acusado descenso, del 3%, equivalente a una disminución anualizada del 11,6%, pero en el segundo trimestre se reanudó el crecimiento y al final del año se habían recuperado las pérdidas. Los descensos de las importaciones de América del Sur y las Otras fueron más acusados y persistentes, y obedecieron principalmente a los bajos precios de los productos básicos. Gran parte del descenso de las importaciones de América del Sur correspondió al Brasil, que permanecía inmerso en una grave recesión. En cambio, las exportaciones y las importaciones de Europa crecieron a un ritmo más rápido que las de América del Norte, que se han mantenido en general estables desde comienzos de 2015.