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ESPAÑOL DE AMÉRICA

I. Traduce al rumano:

En el español
En Centroamérica En México En España
rioplatense
amarrar amarrar atar atar
apartamento / departamento departamento apartamento / piso
departamento
apurarse apurarse apurarse / darse darse prisa
prisa
bravo, enojado enojado enojado enfadado
bujía, foco foco lamparita / foco / bombilla
bombita de luz
calcetín / media calcetín media calcetín
carro carro / coche / auto / coche coche
auto
chequera chequera chequera talonario [de
cheques]
chofer / motorista chofer conductor / chofer conductor
cocinar o cocer (los cocer / cocinar cocinar cocinar / cocer
frijoles o la carne)
echar gasolina / poner gasolina cargar nafta / GNC echar gasolina
fulear (castellanizado / etc.
del inglés <full)
estampilla / sello timbre / estampilla sello / timbre /
[postal] estampilla estampilla
desempleado desempleado desocupado / desempleado /
desempleado parado
melocotón / durazno durazno durazno melocotón
mejilla, cachete cachete / mejilla cachete / mejilla mejilla, cachete
(formal) (formal)
fósforo cerillo fósforo cerilla
jugo jugo jugo zumo
manejar (ser manejar manejar / conducir conducir
conductor) o conducir (formal)
(ser conducido)
papa ("patata" es una papa papa patata / papa ("patata

1
clase de papa) frita" en el norte de
Alicante)
portero portero arquero portero
(Argentina) /
golero (Uruguay)
recibirse / graduarse recibirse / recibirse / graduarse
graduarse graduarse (formal)
(formal)
tomar/beber tomar / beber tomar / beber beber
video video video vídeo
celular celular celular móvil
computadora computadora computadora ordenador
el sartén / la paila / el sartén la sartén / el sartén la sartén
freidora
hornillo / quemador quemador hornalla quemador

II. Subraya en el texto siguiente las palabras que reflejan vacilaciones


fonéticas vocálicas:
Aunque semos amigos, no te voy a pidir que hagas una injusticia. Tendré toda
la pasensia del mundo y voy a esperar, p`s, los trenta días; pero cuando recoja el
mais, agarro el caballo y me voy al pueblo, a cabildar.

III. Indica las marcas de pluralidad nominal en el siguiente texto dominicano:


La mujere sirvieron lo cafese. Hasía par de año que no lo veían, porque se lo
llevaron a un hospital de enfermo mentale. El grupo de loh presente no dijeron ná
cuando él aparesió; no querían buhcarse problema.

IV. Escribe las posibles formas plurales de los siguientes sustantivos en


regiones caribeñas:
- ají
- café
- sofá
- pie
- gallina
- té

V. Identifica los tipos de voseo en:


- vos cantás, vos partís
- vos cantas, vos tienes
- tú partís, tú tenés

VI. En la serie que aparece a continuación, reconoce y escribe:


- las palabras antillanas
- las nahuas
- las quechuas

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- las de otras procedencias, identificando el origen

gaucho
areito
güipil
mate
ojota
cayo
manatí
guayaba
coca
tapera
loro
hamaca
cóndor
china
chaquira
chicha
macana
butaca
maíz
pulque
cancha
caoba
maní
jaguar
cenote
tapir
caimán
molcajete
chocolate
pampa
henequén
huracán
chile
cacique
cacahuate
choclo
barbacoa
sabana
carey
guacal

VII. Identifica el cambio semántico de las siguientes palabras patrimoniales en


el español de América:
- estancia
- pampanilla
- rancho
- piña
- alzarse

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- cuadra
- flete
- botar
- guindar
- maroma
- antojitos

VIII. Identifica las fórmulas de adopción de indigenismos presentes en los


siguientes textos cronísticos:
- “En esta isla (la Española) ningún animal de cuatro pies había, sino dos
maneras de animales muy pequeños, que se llaman hutía y curí, que son a
manera de conejos”. (Oviedo, Sumario).
- “… estrújanlo en un cibucán, que es una manera de talega, de diez o más de
luengo, y gruesa como la pierna, que los indios hacen de palmas, como estera
tejido …” (Oviedo, Sumario).
- “Pero la del zumo que mata es en las islas donde ha acaecido estar algún
cacique o principal”. (Oviedo, Sumario).
- “… y porque no se pase de la memoria qué cosa es aquella chicha o vino que
beben, y cómo se hace …” (Oviedo, Sumario).
- “Asimismo, cuando el demonio los quiere espantar, promételes el huracán, que
quiere decir tempestad”. (Oviedo, Sumario).
- “… escriviéndoselo en un pedazo de cuero de venado, que era el papel que
entonces se usaba, y la tinta era hecha del betún que llaman bixa, que era
colorada”. (Aguado, Sta. Marta, I)

IX. Comenta la importancia de este texto como testimonio de un hecho


decisivo en la composición del léxico indígena adoptado por el español:
“En todas las provincias del Perú había señores principales, que llamaban en
su lengua curacas que es lo mismo que en las Islas solían llamar caciques; porque
los españoles que fueron a conquistar el Perú, como en todas las palabras y cosas
generales y más comunes iban mostrados de los nombres en que las llamaban en
las islas de Santo Domingo y San Juan y Cuba […], donde habían vivido, y ellos
no sabían los nombres en la lengua del Perú, nombrábanlas con los vocablos que
de tales cosas traían aprendidos, y esto se ha conservado de tal manera, que los
mismos indios del Perú […] nombran estas cosas generales por los vocablos que
han oído de ellos [los españoles], como al cacique, que ellos [los quechuas]
llaman curaca, nunca le nombran sino cacicua; y aquel su pan […] le llaman,
maíz, con nombrarse en su lengua zara […] y así de otras muchas cosas”. (Agustín
de Zárate, Historia del Descubrimiento y Conquista del Perú, Libro I, cap. 10).

X. Identifica los americanismos en los siguientes textos: indigenismos y


adaptaciones patrimoniales:
1. “Una casa grande de bahareque y tejas […]; al fondo, la cocina y unas piezas
destinadas a almacenar las yucas, topochos y frijoles que producían los
conucos para el consumo del personal; a la derecha, el caney sillero y los que
servían de dormitorios de la peonada, y, entre éstos y aquél, la tasajera, donde
se secaba al aire y al sol, pasto de las moscas, la carne salada”. (Rómulo
Gallegos, Dona Bárbara)

2.

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- “¿Por qué se esconden ustedes? – interrogó Demetrio a los prisioneros.
- No nos escondemos, mi jefe; seguimos nuestra vereda”. (Mariano Azuela, Los
de Abajo)

3. “- Pero cómo – dijo el sargento -. ¿Usted no quiere venir con nosotros, don
Adrián? Son más de tres semanas, se sacará su buena platita”. (Mario Vargas
Llosa, La casa verde)

4. “Los bebedores de chilate acababan con el guacal en que bebían como si lo


fueran a poner de máscara, para saborear así hasta el último poquito de puzunque
salobre. En tazas de bola servía el atol […].
[…] se levantó de la pila de ropas en que estaba sentada, usaba muchas naguas y
muchos fustanes […]
Batido en jícaras que no se podrían tener en los dedos, tan quemante era el líquido
oloroso a pinol que contenían, agua con rosicler en vasos ordinarios, café en pocillo,
chicha en batidor, aguardiente a guacalazos mantenían libres los gaznates para la
conversación periquera y la comida”. (Miguel Ángel Asturias, Hombres de maíz)

XI. Indica las características gramaticales y léxicas de los siguientes


fragmentos:
1.
- ... Una tarde el malacara relinchó. Los soldados entraron y se quisieron llevar
a los dos. Papá se rebotó y entonces lo balearon y se lo llevaron al parejero.
Todavía me acuerdo de mamá lamentándose sobre el cadáver y retando a los
soldados. Papá tenía los ojos abiertos. Miraba hacia afuera. Yo pensé que
estaba mirando cómo el sargento hacía tornear a su malacara mientras lo
llevaba, sin poder decir nada. Pero ya estaba muerto y las moscas se estaban
juntando sobre su sangre en el suelo.
- Si hubiera sido liberal, Juandé, por lo menos no le hubieran matado.
- No. Luchí. No hay liberal ni colorado. Hay paquete y descalzo solamente. Los
que están arriba y los que están abajo. Eso no más es lo que hay... – el pecho
lampiño se agitaba bajo la blusa desgarrada.
- ¡Y que vamos a remediar nosotros! – farfulló la voz bajo la gorra.
- Te an un máuser y de ordenan: ¡meta bala! Y hay que meter bala contra los
contrarios del gobierno. Aunque sea contra tu propio padre.
- Para eso estamos en el ejértico, vyro...
- Sí, orden es orden. Y uno no es más que un conscripto... – los ojos pardos del
muchacho se fijaron animándose un poco en el compañero amodorrado;
después de una pausa, entre confidencial y receloso, agregó -: Te voy a contar
una cosa, Luchí ...
- ¿Qué?
- Yo metí bala en el estero ...- dijo deñalando con un gesto el opaco resplandor
que bailoteaba entre cortaderas -. Metí bala, sí, pero no contra ellos.
El otro se incorporó pestañeando.
- ¿Contra quién entonces?
- Disparé todos los tiros hacia arriba. Nadie se dio cuenta.
- Pero ... – no encontraba palabras para su extrañera, entre furibundo y asustado
-. ¿Por qué ... hiciste eso?
- Maliciaba no más que de repente iba a aparecer papá en su malacara, de
cualquier parte. Me arrastré entre los karaguatá para no verlo. Sabía que si

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abría los ojos lo iba a ver mirándome con sus ojos de muerto y el pecho lleno
de sangre. Por eso tiraba con la tropetilla del mosquetón bien alta, para no
acertarle ...
- ¡Pero vos estás loco, Juandé! – bufó el otro -. ¡Si llega a saber eso el capí no te
va a perdona!
- Podés contarle si querés. Ya no me importa ...
- Yo no le voy a contar. ¿Y si te hubiera visto? Después de todo, era un asunto
de matar o morir. Los montoneros pudieron matarte.
- ¿Pero por qué vinomos a matarlos nosotros? Somos descalzos como ellos ...
- Ahora no – le interrumpió Luchí -. Llevamos los reyunos del ejército ...
Juandé se quedó mirando la centelleante lejanía, sin encontrar dónde descansar los
ojos. (A. Roa Bastos, Hijo de hombre)

2. Oliveira se quedó mirándolo como si Traveler fuera un panda gigante.


- Por fin – dijo -. Se destapó la olla. Ahí abajo la Maga está pensando lo mismo. Y
yo creía que a pesat de todo me conocían un poco.
- No es la Maga – dijo Traveler -. Sabés perfectamente que no es la Maga.
- No es la Maga – dijo Oliveira -. Sé perfectamente que no es la Maga. Y vos sos
el abanderado, el heraldo de la rendición, de la vuelta a casa y al orden. Me
empezás a dar pena, viejo.
- Olvidate de mí – dijo Traveler, amargo -. Lo que quiero es que me des tu palabra
de que no vas a hacer esa idiotez.
- Fijate que si me tiro – dijo Oliveira - , voy a caer justo en el Cielo.
- Pasate de este lado, Horacio, y dejame hablar con Ovejero. Yo puedo arreglar las
cosas, mañana nadie se va a acordar de esto.
- Lo aprendió en el manual de psiquiatría – dijo Oliveira, casi admirado -. Es un
alumno de gran retentiva.
- Escuchá – dijo Traveler -. Si no me dejás asomarme a la ventana voy a tener que
abrirles la puerta y va a ser peor.

3.
Martiniana. – (Desde adentro izquierda). ¡Ave María Prurísima! (Con otro tono)
¡Sin pecado concebida! ¡Apiate no más, Martiniana, y pasá adelante!
(Apareciendo.) ¡Jesús, qué recibimiento! ¡Ni que juera el rey de Francia! ... ¡Ay,
cólo vienen todos! ... (Saludando) ¡Reverencias” ¡Quédense sentaos no más! ¡Los
perdono!
Rudecinda. - ¡Ay, comadre!, ¡Cómo le va! ¡La conocí en la voz!
Martiniana. – Dejuramente; porque ni me había visto ... Creí mensamente que el
rancho se hubiera vuelto tapera ...

4.
Robustiana. -¡Ché, Prudencia! ¿Querés seguir pisando esta mazamorra? Me canso
mucho. Yo haría otra cosa cualquiera.
Prudencia. – Pisala vos con toda tu alma. Tengo que acabar esta pollera.
Robustiana. - ¡Que sos mala! Llamala a mama entonces o a Rudecinda.
Prudencia. – (Volviéndose, a voces). - ¡Mama! ... ¡Rudecinda! Venga a servir a la
señorita de la casa, y tráiganla un trono para que esté a gusto.

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