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Más del 90% del comercio mundial se realiza por mar a través de unos 90.000
buques. Al igual que otros modos de transporte que utilizan combustibles fósiles,
los barcos emiten dióxido de carbono, lo que contribuye significativamente al cambio
climático y a la acidificación del océano. Además de dióxido de carbono, los barcos
también emiten una serie de contaminantes que agravan el problema.
La industria naval es responsable de una gran parte del problema del cambio
climático. Más del 3% de las emisiones globales de dióxido de carbono pueden
relacionarse con el transporte naval. Se trata de una cantidad comparable a la de
los principales países emisores de carbono, y el sector sigue creciendo.
De hecho, si el transporte naval del mundo fuese un país, sería el sexto emisor de
gases con efecto invernadero. Sólo los Estados Unidos, China, Rusia, India y Japón
emiten más dióxido de carbono que la flota mundial. Sin embargo, las emisiones de
dióxido de carbono procedentes de embarcaciones no están reguladas.
Oceana trabaja para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero
procedentes de la industria naval, y solicita a los gobiernos que regule dichas
emisiones.
La OMI calculó que una reducción del 10% de la velocidad en todos los barcos del
mundo antes de 2010 reduciría las emisiones en un 23,3%. Hapag-Lloyd redujo la
velocidad de algunos de sus barcos en tan sólo 5 nudos, un 20%, lo que le ahorró
un 50% de gastos de combustible. Si se limitase la velocidad de los barcos se
reducirían las emisiones de gases contaminantes.
Además de dióxido de carbono (CO2), los barcos emiten varios contaminantes que
propician el calentamiento global, como partículas en suspensión, óxidos de
nitrógeno (NOx) y óxido nitroso (N2O). Todos estos contaminantes contribuyen al
cambio climático tanto directamente, actuando como agentes que retienen el calor
en la atmósfera, como indirectamente, al fomentar la creación de más gases de
efecto invernadero.
Estas finas partículas en suspensión, más conocidas como hollín, se crean por la
combustión incompleta de un combustible fósil como el petróleo o el carbón. Los
motores viejos y un escaso mantenimiento de éstos también contribuyen a una
combustión incompleta.
http://eu.oceana.org/es/contaminacion-por-la-industria-naval-0
Los buques destinados a la carga son una gran fuente de contaminación ambiental. En este
sentido, no podemos limitarnos a las mareas negras, sino que debemos enfocarnos también
en los problemas producidos por los gases que despiden sus motores, el desguace y las
especies invasoras que son introducidas a los ecosistemas.
Todas estas cuestiones influyen negativamente sobre el medio ambiente en que estos
buques se mueven.
La contaminación producida por los gases que despiden a la atmósfera este tipo de
embarcaciones, no se valora con la magnitud que debiera.
El combustible que utilizan las embarcaciones, muchas veces contiene una cantidad elevada
de azufre, el cual resulta muy nocivo para la salud.
Actualmente, se exige a los transportes marítimos una cantidad estándar de emisiones bajas
de azufre.
ALGUNAS CIFRAS ALARMANTES
Las enfermedades producidas en los seres humanos por esta contaminación, van desde las
patologías respiratorias, hasta patologías cardíacas y el cáncer.
Se estima que los gases tóxicos que emiten los 90.000 buques mercantes del mundo,
provocan sólo en EE.UU. 60.000 muertes por año.
230.000 millones de euros son gastados cada año en atención sanitaria por problemas
cardiorrespiratorios.
Dinamarca gasta, a causa de las emisiones marítimas, 6.000 millones de euros al año.
Mayoritariamente, este dinero va destinado a tratar problemas cardíacos y cáncer.
Lo más alarmante es que las restricciones marítimas aún son pocas. Las leyes apuntan más a
los transportes terrestres. Sin embargo, se estima que los quince buques mercantes más
grandes de todo el mundo, emiten la misma polución que los 760 millones de autos que
existen en todo el planeta.
http://www.barcosyatesveleros.com/la-contaminacion-producida-por-los-buques/
Un nuevo estudio ha encontrado que las emisiones de los barcos son un asesino invisible
que causa cáncer de pulmón y enfermedades del corazón, pero los investigadores dicen que
las 60.000 muertes que causan cada año podrían reducirse significativamente mediante
dispositivos de filtración de los gases de escape. La Universidad de Rostock y el centro de
investigación ambiental Helmholzzentrum de Múnich han establecido un vínculo firme entre
las emisiones de escape de los barcos y enfermedades graves, que cuestan a los servicios de
salud europeos 58 mil millones de euros al año.
Motores de barcos convencionales que queman fuel oil o gas oil pesados emiten altas
concentraciones de sustancias nocivas, incluyendo metales pesados, hidrocarburos y azufre,
así como materia partículada carcinógena (MP).
Las personas que habitan en las zonas costeras están particularmente en riesgo, según los
investigadores. Hasta la mitad de la contaminación del aire relacionada con la MP en zonas
costeras, ríos y puertos proviene de emisiones de los buques, según el estudio.
Las emisiones de partículas finas se han relacionado con un mayor riesgo para la salud
durante décadas. Aunque se han hecho esfuerzos importantes para reducir el azufre y los
humos de diesel en as emisiones de los coches y camiones, no se han realizado esfuerzos
comparables para el sector del transporte marítimo.
La ONG Transport & Environment dijo, "el combustible marino es 2.700 veces más
contaminante que el diesel de las carreteras y este último paga anualmente 35 mil millones
de euros en impuesto a los combustibles en Europa, mientras que los barcos utilizan
combustible libre de impuestos."
Teniendo en cuenta que el transporte marino es responsable de más de una quinta parte
del consumo mundial de combustible, el hecho de que sus emisiones no estén reguladas de
una manera más estricta es motivo de preocupación.
Otras opciones incluyen la conversión de los motores de los buques para funcionar con gas
o la adaptación de sistemas de depuración de gases de escape conocidas como "lavadores".
En muchas de las aguas costeras de Europa el límite es de 1%, ya partir de enero de 2015, el
límite en las Áreas de Control de Emisiones de Azufre (SECA) de los mares Báltico y del Norte
es sólo del 0,1%.
Sin embargo, estos límites no se aplican estrictamente, y las opciones disponibles para reducir
las emisiones de partículas de azufre y siguen siendo demasiado caros para la mayoría de los
operadores de buques.
La sociedad no ejerce presión sobre la industria del transporte marítimo para reducir sus
emisiones, ya que los barcos comerciales, a diferencia de los camiones, están por lo general
muy lejos de la mirada del público.
https://www.prevencionintegral.com/actualidad/noticias/2017/07/25/contaminacion-
atmosferica-producida-por-buques-produce-60000-muertes-ano
A finales de 2015, más de 170 países se comprometieron a firmar el Tratado de París sobre el
cambio climático y a implementar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero. Sin embargo, sectores como la aviación o el transporte marítimo no entraron
en el texto, lo que provocó la indignación de muchos sectores. Pero el sector marítimo nunca
ha ignorado este asunto, y desde hace muchos años, la Organización Marítima Internacional
(OMI), organismo especializado de las Naciones Unidas que se ocupa de la seguridad y la
protección del transporte marítimo internacional y de la prevención de la contaminación por
los buques, ha tomado sus propias cartas en este asunto.
Fue en 1997 cuando añadió el Anexo VI al Convenio MARPOL, donde se encuentran las reglas
para prevenir la contaminación atmosférica ocasionada por los buques, y que entraron en
vigor en 2005. Se revisaron en 2008 y dos años después entró en vigor dicha actualización.
En 2011 se adoptaron una serie de medidas técnicas y operacionales obligatorias en materia
energética obligatorias para buques nuevos, y medidas operacionales de carácter obligatorio
para reducir las emisiones de CO2 procedentes del transporte marítimo internacional, que
entraron en vigor en 2013.
Con lo anterior, queda demostrado que el sector del transporte marítimo no ha permanecido
impasible y que ha llevado a cabo medidas de protección medioambiental mucho antes de
que estuviese entre las prioridades de la agenda mundial. Las cifras respaldan lo logrado con
las medidas adoptadas, y el tráfico marítimo internacional redujo entre 2007 y 2012 más de
un 10% las emisiones de CO2, a pesar del aumento de las toneladas transportadas en casi un
16%. Si bien es cierto que el transporte marítimo internacional era responsable en 2015 del
2,2% de las emisiones antropógenas de CO2 a nivel mundial, también lo es que en 2007 era
del 2,8%. [ii] El aumento del tráfico marítimo en ese mismo periodo, fue de un 25%.
Con la normativa actual, cuyos objetivos deberán haberse cumplido en 2025, todos los
buques nuevos serán un 30% más eficaces energéticamente que los construidos en la década
del 2000. Durante la COP21, la OMI proporcionó una actualización de su labor para abordar
las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los combustibles líquidos
utilizados en el transporte marítimo internacional; concretamente informó sobre la
elaboración de directrices para respaldar la implantación uniforme de las reglas sobre la
eficiencia energética de los buques (reglamentación 2015/757). (Para más información ver
revista Ingeniería Naval, mayo de 2016 “Novedades reglamentarias. Directiva Europea MRV”).
Fuente: ICS
Dicho todo esto, ahora toca hablar de las emisiones de cada tipo de medio de transporte. En
el gráfico siguiente se comparan las emisiones de CO2 entre medios de transporte publicado
por la International Chamber of Shipping (ICS)[ii]: un portacontenedores de 18.000 teu emite
3 g de CO2 por cada 1 t/km frente a los 80 g de CO2 de un camión de más de 40 t de
capacidad ó los 435 g del avión de 113 t de capacidad.
Fuente: ICS
Una vez llegados a este punto retomemos la idea de que la práctica totalidad de elementos
que empleamos en nuestro día a día se ha fabricado a miles de kilómetros de distancia.
Seguro que si miras la etiqueta de la ropa que llevas puesta con gran probabilidad
encontrarás que pone “Made in China” o “Made in Bangladesh”, o tu móvil proviene de
alguna de las fábricas que las grandes compañías tienen en Vietnam, por ejemplo. Tú lo has
adquirido en la tienda del centro comercial más cercano a tu casa o lugar de trabajo pero,
¿te has parado a pensar en las emisiones a la atmósfera que se han emitido en su fabricación
y transporte?
Os vamos a plantear el siguiente supuesto: queremos cultivar plantas cuyo comprador final
será el Reino Unido. Para su cultivo podemos elegir entre dos países para llevar a cabo
nuestro negocio: Los Países Bajos o Kenia. Ahora os preguntamos ¿en cuál de los dos países
emitiremos menos gases de efecto invernadero?
Por raro que parezca, la respuesta es Kenia. Por un lado, la calefacción de los invernaderos
neerlandeses emite 35.000 kg de CO2 (empleando 550.000 MJ de energía primaria de los
cuales el 99% procede de combustibles fósiles) sin embargo, el cultivo de las mismas plantas
en Kenia genera 2.200 kg de CO2 (empleando 53.000 MJ de energía primaria de los cuales
el 15% procede de combustibles fósiles)[i]. Y, por otro lado, ¿a más distancia entre los puntos
de producción y el destino final del producto, más se contamina? La respuesta es un
“depende”, pues no todos los kilómetros son iguales, ya que el medio de transporte
empleado es un factor clave, podemos verlo con otro ejemplo.
Barco+Avión
Siempre que sea viable, la opción del transporte marítimo es la más respetuosa con el medio
ambiente, ejemplo de ello es el esfuerzo que se realiza en Europa al promover el tráfico
marítimo de corta distancia. La Asociación Española de Promoción del Transporte Marítimo
de Corta Distancia (Short Sea Promotion Centre Spain, SPC-Spain) dispone de una
herramienta de cálculo de emisiones de cadenas de transporte para que los transportistas
comparen entre la cadena de transporte “puerta a puerta” entre dos puntos solo por
carretera y con diferentes alternativas intermodales con un tramo marítimo.
https://sectormaritimo.es/responsabilidad-medioambiental-eficiencia-del-transporte-
maritimo
http://www.t13.cl/noticia/tendencias/medio-ambiente/la-innovadora-solucion-finlandesa-
reducir-impacto-contaminantes-buques-cargueros
–¿Qué efectos tiene la contaminación proveniente de los buques sobre el medio ambiente
marino?
Anterior
Las corrientes oceánicas arrastran los contaminantes muy lejos del sitio de la contaminación
inicial.
La contaminación causada por los buques puede tener efectos devastadores sobre el medio
ambiente marino, entre ellos los siguientes:
Efectos mecánicos sobre la vida marina, que dañan las funciones de los organismos
vivientes
Efectos eutróficos, en virtud de los cuales algunas cepas de bacterias prosperan a expensas
de otras formas de vida oceánica
Efectos saprogénicos, que causan deficiencias en la disponibilidad del oxígeno y matan a
diversos organismos oceánicos
Efectos tóxicos, que perturban la reproducción, la alimentación y la respiración
Efectos mutagénicos, que causan cáncer y lesiones en los organismos marinos
Efectos del derrame de petróleo, que pueden devastar rápidamente el medio ambiente
marino. (Diez minutos después del derrame de una tonelada de petróleo, puede haberse
esparcido en un radio de 50 metros y haber formado una película superficial de petróleo
de diez milímetros de espesor).
Transporte marino en condiciones adecuadas
CONCLUSIÓN
Los seres humanos dependemos del medio ambiente marino por múltiples razones y de
múltiples maneras; también suscitamos sobre él efectos de enorme magnitud. Si queremos
seguir dependiendo del medio ambiente marino, es necesario que controlemos mejor la
forma en que lo utilizamos.
Los navegantes desempeñan un papel de importancia crítica, pues el mar proporciona las
bases para que se ganen la vida y puedan dar el ejemplo, recíprocamente y al resto del
mundo.
http://enviroguides.us/es/qu%C3%A9-efectos-tiene-la-contaminaci%C3%B3n-proveniente-
de-los-buques-sobre-el-medio-ambiente