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COMO DESARROLLAR UNA PERSPECTIVA ETICA

Para emprender con éxito la reflexión ética necesitamos visualizar las diversas
dimensiones morales de la vida de la organización.

Un rasgo distintivo de cada perspectiva es su lenguaje. Cuando uno empieza a usar


un lenguaje particular también empieza a seleccionar los aspectos de una situación
que el lenguaje nombra. Si hablamos como economistas, vemos las cosas en
términos económicos. Si hablamos como psicólogos, vemos las cosas
psicológicamente. Además, el empleo de un lenguaje particular nos lleva a formular
el tipo de preguntas que se pueden contestar en ese lenguaje.

Las preguntas que una perspectiva ética nos alienta a formular llevan a pensar en
algunas cosas que otras perspectivas pasan por alto, por ejemplo, la pregunta ética
¿"estoy siendo responsable para con los otros"? Puede sacar a la luz las
obligaciones que tenemos recíprocamente. El lenguaje de la responsabilidad, desde
luego, representa solo una parte del lenguaje de la ética. La disciplina de la ética trae
consigo una rica tradición y una gran variedad de fotos para interpretar la conducta
humana. Cada enfoque configura la situación de una manera especial. Es necesario
hablar con un vocabulario particular para adoptar una cierta perspectiva, pero este no
garantiza que dicha perspectiva se asuma realmente. Las palabras pueden quedar
separadas de su visión original del mundo, y las personas pueden emplearlas con
libertad. Cuando las palabras se desconectan de su contexto, se convierten en
piezas extraviadas de jerga, que suenan como importantes pero que no nos dicen
mucho. Olvidamos que las palabras no solo pertenecen a un pensamiento si no que
a un mundo porque lo articulan o formulan de una manera particular. Lo ponen en
perspectiva. En realidad, la palabra tiene tanto un significado denotativo como
connotativo. El significado denotativo apela una interpretación particular de las
situaciones. El significado connotativo pertenece a la palabra en sí, es el significado
emotivo que la palabra evoca.
El lenguaje ético, lamentablemente, parece particularmente susceptible de perder su
significado denotativo, su referencia, acciones y actitudes particulares y derivar hacia
el abuso de su significado connotativo.

Para que la ética sea eficaz en las organizaciones y para impedir que la gente la
explote en beneficio propio, es necesario conservar el camino del significado
denotativo del lenguaje ético y lo hacemos asumiendo la perspectiva ética.

La ética supone que las personas tienen libertad y poder para responder, esto es,
responsabilidad y poder para considerar opiniones diferentes, analizar los puntos
fuertes y débiles de las opciones y elegir sobre la base de los méritos de cada
alternativa. Estos supuestos proporcionan una perspectiva de las situaciones y un
modo de responder a las diversas partes involucradas, y pueden refinarse
adicionalmente examinando algunas de las principales características de una
perspectiva ética de la conducta humana. Una perspectiva ética se centra en la
acción y no en la conducta, busca las razones que justifican actos en vez de explicar
conductas y reconoce la diferencia y el "deber ser" y el "es".

LA ETICA SE CENTRA EN LA ACCION Y NO EN LA CONDUCTA

La ética se ha asociado con la buena conducta, pero Marvin Brown quería


demostrar que este énfasis traiciona el poder real de la reflexión ética y que en
realidad no pertenece a una perspectiva ética de la conducta humana.

La diferencia entre conducta y acción se ilustran en dos oraciones

1. El Congreso se comportó bien

2. El congreso actuó bien

La primera oración hace referencia a una conducta porque se refiere a adecuarse a


las reglas y no a usar su propio poder

En cambio la segunda oración hace referencia a una acción ya que la acción es usar
el propio poder (aptitud)
El termino conducta según el conductismo, las personas no actúan sino que solo
reaccionan. Por medio del refuerzo positivo y negativo, se puede incluso conseguir
que hagan lo correcto. Esa persona que se porta bien hace lo correcto a causa del
condicionamiento previo y no por propia decisión.

El conductismo supone que las personas se comportan como lo hacen a causa de la


pauta de sus reacciones, la ética supone que las personas actúan porque han
decidido que es lo correcto. En otras palabras, los actores eligen no solo sobre la
base de su experiencia pasada, ni siquiera solo sobre la base de sus valores,
también los conductistas hablan de valores. Si no porque en este momento particular
se han decidido a favor de una posibilidad particular en perjuicio de otra.

El conductismo concuerda, en parte, con nuestra comprensión cotidiana de la


conducta. Pensamos que una persona que se comporta bien es alguien que
automáticamente hace lo correcto gracias a su entrenamiento apropiado. Desde
luego que en algunas situaciones, como en la de conducir un coche, es esencial un
entrenamiento apropiado. Necesitamos actuar casi instintivamente y tan predecible y
rápidamente como un perro que responde a una campanilla. Pero cuando el lenguaje
ético se utiliza como una ¨campanilla¨ para suscitar ciertas conductas de los
empleados, la ética ha renunciado a su potencial real en la promoción de la
responsabilidad de la organización.

Las decisiones de estudiar y comprender y especialmente el coraje de aplicar no


pueden explicarse desde el conductismo. Estas inconsistencias aparecen siempre
que las personas asumen respecto de los otros una perspectiva distinta de aquella
con la que se ven a sí mismas.

Para lograr la equivalencia necesarias entre lo que decimos y vemos, tenemos que
desarrollar una perspectiva de la conducta humana que supongan que las personas
hacen algo más que simplemente comportarse y que también ponderan y actúan
basándose en su mejor juicio. Al observar la conducta humana buscamos la acción
responsable y no la conducta condicionada. Al preguntar por las razones de tal
acción, buscamos una justificación y no explicación.

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