Ecologismo popular, extractivismo,

y costos ambientales y sociales 1

Escribe: Joan Martínez Alier

E
stuve en Perú mucho les molestan las organizaciones
tiempo atrás estudiando temas de la sociedad civil, de derechos
de agricultura y sobre la refor- humanos, ecologistas y quieren
ma agraria y también de historia disolverlas, frenarlas. Correa no
agraria. Estuve en Huancayo va- pudo hacerlo porque hubo una
rios meses y en Huancavelica en reacción internacional defendien-
las haciendas Antapongo, Tucle, do a Acción Ecológica. Bueno,
Laive. Esto fue en 1971 cuando hi- decía que creo que fue por Glo-
cimos el archivo agrario en Lima, ria Chicaiza, de Acción Ecológica,
con papeles de las haciendas ex- que nos conocimos con Marco.
propiadas, y cuando escribí mi li- Por la gente que se movía contra
bro “Los Huacchilleros del Perú”. la minería en Ecuador, que no ha-
Conozco Perú, pero sobre todo bía mucha todavía entonces, y así
conozco Ecuador donde estuve oí hablar de Marco Arana, como
durante años dictando clases en alguien que en Cajamarca estaba
FLACSO. Creo que fue en Ecuador comprometido con la lucha para
donde oí hablar de Marco Arana defender el cerro Quilish. Que era
por primera vez, por lo de la lucha ecologista, un ecologista popular,
en Cajamarca contra Yanacocha, del pueblo, aunque fuera cura en
a través de gente a la que ten- la época, pero del pueblo, porque
go gran cariño, como es el grupo no era ni obispo ni cardenal.
Acción Ecológica en Ecuador, un
grupo ambientalista, ecologista Los ecologistas populares
formado hace 30 años, donde casi Si les dices, como mu-
todas son mujeres. chas veces pasa, a gente que
Hace dos meses, Correa está en las luchas locales, si son
quiso disolver a estas ecologistas, ecologistas, te dirían que no. Re-
con un acto administrativo y por cuerdo que Hugo Blanco escri-
segunda vez, tal como ha ocurrido bió un artículo en La República,
en Bolivia, tal como ha ocurrido el año 1991, cuando estaba en el
en Ecuador también. A estos go- Congreso como senador, donde
biernos progresistas de izquierda decía que hay gente que piensa
1
Charla que diera Joan Martínez Alier a militantes de Tierra y Libertad en Lima, el 06 de marzo de 2017

Peruanicemos el Perú N° 8 89
 que los ambientalistas y ecologis-
tas son quienes se preocupan por
los osos panda, los osos de an-
teojos, o las ballenas solamente.
Y explicaba que hay otro tipo de
ecologistas, ambientalistas, que
son la gente de Bambamarca, la
gente de Tambogrande, daba una
serie de nombres de la geografía
del Perú que todavía ahora están
padeciendo daños ambientales. Y
decía Hugo Blanco que si pregun-
taras a la gente si son ecologistas
te dirían – es una frase fuerte la
que usaba Hugo Blanco – ‘ecolo-
gista será tu madre’ o algo por el
estilo. Algo así como decir ‘no me
pongas nombre que somos gente
normal, que estamos defendien-
do lo nuestro y no queremos que
nos pongan nombres, así sea de
partidos políticos o de algo nue-
vo, que eso nos va a perjudicar’.
Y esto de “ecologista será tu ma-
dre”, es lo que a veces yo repito,
porque quiere decir que mucha
gente es ambientalista y ecologis-
ta a la fuerza de los hechos, y sin
saberlo. No porque haya leído un
libro, sino porque una minera o
una plantación de palma de acei-
te le han ensuciado el agua del
río. El grupo Melka y el grupo Ro-
mero, que están en la Amazonía,
han causado esas reacciones, por
ejemplo. Y lo mismo las compa-
ñías mineras en todo el país. La
gente teme a la contaminación
Peruanicemos el Perú N° 8 90
del agua, del aire, y sabe que van
a ser desposeídos de sus tierras.
Y cuando la población pobre de
Lima protesta porque las playas
están contaminadas también es
ecologista, decía Hugo Blanco
en 1991. Tanto en la vida políti-
ca como en la vida social como
en las universidades, ha habido
mucha gente que desde hace 25
años o más, empezamos a escri-
bir sobre el ecologismo popular.
Tierra y Libertad
Perú es el único país en
que el ecologismo popular ha
dado lugar a un grupo político.
Yo sé que durante mucho tiempo
discutieron si iba a ser un grupo
solamente social o un grupo po-
lítico. Y es por eso también que
oí hablar de Marco Arana, y de
Tierra y Libertad. Yo sé que a
Marco le gusta ese nombre por-
que fue el que usó un cura rebel-
de de la costa norte de Perú en
la década de 1920, seguramente
influido por Zapata y la revolución
mexicana de 1910. Pero además
el nombre Tierra y Libertad me
pareció increíblemente oportuno,
porque – no sé cuanta gente sabe
aquí sobre el origen del nombre
Tierra y Libertad – era un grupo
que empezó en Rusia el año 1870
más o menos, gente pro-campesi-
na, que no era marxista y mucho
menos iba a ser leninista, que de-
fendía a las comunidades rurales.
Se llamaron Zemlyá i Volya, que
en ruso quiere decir Tierra y Liber-
tad. Era gente que, luego, al parti-
do leninista, los bolcheviques, no
le gustaba nada porque defendía
al campesinado. Ellos decían que
ellos, los bolcheviques, marxistas
y Lenin, representaban al proleta-
riado y no a los campesinos. Aun-
que los marxistas y Lenin decían
que con los campesinos podían
tener alianzas, sin embargo te-
nían esta visión histórica de que el
proletariado sería la vanguardia, y
no les daban a los campesinos un
rol destacado. En Perú creo que
fue distinto, porque la izquierda
gracias a Mariátegui daba impor-
tancia a las comunidades rurales.
Y bueno, el nombre Tie-
rra y Libertad pasó a España y lo
usaron los anarquistas, y luego
claro está, lo usó Zapata en Mé-
xico, aunque yo digo a veces que
debieron ponerse Tierra, Agua y
Libertad, porque el tema también
era el agua. En el caso de Zapata,
su reacción como ejidatario, como
comunero fue en protesta porque
los ingenios azucareros modernos
de la época en Morelos extraían
agua de los subsuelos y de los
ríos, dejaban sin agua a los cam-
pesinos de los ejidos comunales, y
además les robaban la tierra.
Tierra y Libertad para mí
y mucha gente representa toda
esta historia. En todo caso, Tierra
y Libertad es un muy buen nom-
bre para un partido ecologista,
mejor que llamarse verde. Porque
con el nombre de partido Verde
ha ocurrido, como en México, que
llamarse así no es ninguna garan-
tía de ecologismo. Claro, los nom-
bres no son garantía de nada. Por
ejemplo hay partidos socialistas
en Europa que nunca han sido so-
cialistas. Pero el partido Verde, en
México, es lo más horroroso que
hay. Totalmente corrupto y aliado
de los gobiernos de turno, aun-
que se llame Verde. Y hay gente
que vota por ellos solo porque se
llaman así.
Tengo, entonces, un in-
terés personal por Tierra y Liber-
tad, además de la amistad con
Marco Arana, que es desde hace
ya un buen tiempo. Y me interesa
ver lo que está sucediendo, ver
por ejemplo lo que ocurre en el
parlamento.
Creo que su sustrato, la
razón, la base social de todo lo
que pretende ser Tierra y Liber-
tad, es precisamente la fuerza
del ecologismo popular. Pero no
tanto como ideología sino como
algo que viene de la realidad. El
ecologismo popular viene de la
realidad local. La gente de Bam-
bamarca o Tambogrande o Tía
María o en las Bambas en Apu-
rímac, o donde sea que están
Peruanicemos el Perú N° 8 91
 estas enormes minas que están conocido como un gran episodio
haciendo los chinos u otros, son de resistencia contra el robo de
ecologistas populares. La gente tierras, contra concesiones para
que protestaba contra los humos explotar el petróleo, palma de
de La Oroya, desde los años 1920, aceite, minería, o para explotar
ya empezaba a gestar este movi- todas las materias primas que las
miento. Claro que no se llamaban empresas y gobiernos plantean
ecologistas, aquellos campesinos continuamente explotar.
expulsados por la contaminación, Pero, como vemos, el
y que fue perjudicada por los hu- ecologismo popular no es nada
mos de La Oroya, que eran arséni- nuevo, y no es solamente algo
co y azufre. Allí en la sierra central peruano, aunque en Perú hay
donde, luego, la Cerro de Pasco muchos movimientos de este
Corporation compró trecientas mil tipo. El Perú es un lugar donde ha
hectáreas. habido mucha resistencia. Cuan-
do uno estudia con gente de otros
El ecologismo popular países, los conflictos ambientales
Bueno, esto ha ocurrido a nivel mundial, vemos que en el
en muchos sitios del mundo. A Perú estos tienen características
las gentes que protestan es a las que comparten con otros lugares.
que podemos llamar ecologistas Una de ellas es los muertos que
populares. Muchas veces con mu- ha habido.
jeres en primera línea. A veces he En el Perú, cuando se
dicho que ese ecologismo popular hace una estadística de los últi-
es un “ecologismo de los pobres”, mos 20 años encontramos que
pero a esa expresión la critican hay como 70 casos de fuertes
varios con mucha razón, porque conflictos ambientales,2 y que
los afectados no son gente po- en más del 30% de esos casos
bre, sino que son empobrecidos. ha habido muertos. Y en más de
Podemos decir el ecologismo de 40% o 50% hubo participación
los pobres y de los indígenas. Los de grupos indígenas, ya sea de la
indígenas han sido empobrecidos. selva o de la sierra. ¿Por qué su-
Protestan lo que pueden, y a ve- cede esto? Porque el avance del
ces hay eventos como por ejem- capitalismo depredador industria-
plo el de 2009 que culminó en el lista chupa la energía y materiales
‘baguazo’, y que es mundialmente que necesita para su crecimiento

2
Sobre esto hay un libro que Raquel Neyra está preparando, se basa en el EJAtlas.

Peruanicemos el Perú N° 8 92
y que están en zonas de fronte-
ra. Una zona de frontera puede
ser una mina a 4000 msnm, por
ejemplo en el norte de Chile en
la zona Aymara donde las minas
roban agua. Es decir, una frontera
nueva de extracción, que puede
estar también en la zona amazó-
nica para el petróleo o el gas.
En Bolivia, un tema can-
dente hoy es el de unas represas
de 3 mil megavatios que se llaman
Chepete y el Bala, en un estrecho
en el río Beni donde quieren hacer
esto con empresarios chinos. Son
cosas del nuevo imperialismo chi-
no. Estas represas o centrales hi-
droeléctricas serían para exportar
electricidad hacia Brasil y es un
tema muy discutido. Esa es otra
frontera, la frontera de la extrac-
ción de hidroelectricidad. Hay la
frontera de la extracción del oro,
de la extracción de cobre, de la
extracción de la palma de aceite,
de la madera, del gas y petróleo,
estas son las nuevas fronteras de
la extracción con cantidades nun-
ca vistas antes. Y todo es siempre
para beneficio de empresas in-
ternacionales y de los países im-
portadores. Como en la época del
guano pero multiplicado por cien.
Ha habido muchos muer-
tos, donde se han dado las luchas
del ecologismo popular. Y ha ha-
bido mucha participación de gen-
te que conserva su idioma, en el
baguazo con la resistencia awajún
y wampis, la contaminación con
la Occidental Petroleum, lo que
pasa con el oleoducto en el Norte
del Perú que pierde petróleo por
todas partes. Pero también hay
aquí, como en otros lugares del
mundo, casos de éxito del ecolo-
gismo popular, aunque haya gol-
pes por todas partes.
Logros del ecologismo popular
Aquí han llegado ustedes
al parlamento por sus méritos,
pero no es que sean un movimien-
to muy potente aún. Un ecologis-
mo popular muy organizado no
lo hay ni en Ecuador, ni en Perú,
ni en Bolivia, ni lo hay en ningún
lugar de América Latina, pero
han tenido éxito en la práctica en
muchos lugares. Por ejemplo – y
esto tampoco lo inventó un pro-
fesor ni mucho menos un políti-
co – la gente concibió la idea de
las consultas locales, que pueden
haberse originado debido al con-
venio 169 de la OIT. Así, en el
norte de Lambayeque los Kaña-
ris hicieron la consulta sin pedir
permiso, y en Tambogrande, y
en Esquel en Argentina. En Co-
lombia, en Tolima (en Piedras, en
Cajamarca y en Ibagué) han de-
cidido hacer consultas populares
sobre la empresa de extracción
de oro que se llama Anglo Gold
Ashanti. Esas consultas muchas
Peruanicemos el Perú N° 8 93
 veces no le convienen al Estado,
pero tiene que tragárselas porque
no le queda otra.
En muchos casos han
tenido éxito, muchas veces las
alternativas nacen de la resisten-
cia, las alternativas no nacen de
alguien que piensa hacer una coo-
perativa o algo por el estilo. Esto
ocurre precisamente porque hay
resistencia contra algo. Un caso
que continúa en Ecuador desde
hace años, es el de un grupo de
colonos en un lugar llamado In-
tag. Allí, el año 1995 llegó una
empresa japonesa, Mitsubishi,
para hacer minería de cobre. La
gente de la zona no conocía el co-
bre, y aquella iba a ser una mina
de tajo abierto en una zona de
mucha agua, de población colona,
y con gran diversidad de anima-
les, una zona de turismo. Pero la
gente los derrotó, con aliados en
Japón derrotaron a Mitsubishi.
Al cabo de 10 años, vino
una empresa de Canadá a ver si
podía entrar y también fue de-
rrotada, porque Correa en aquel
momento era más pro-pueblo.
Pero hace poco Correa, desde la
presidencia, estuvo tratando, por
tercera vez, de iniciar una mina
de cobre a cielo abierto con Co-
delco, empresa estatal de Chile.
Creo que aguantar 20 años es
un éxito. Además, debido a esta
resistencia nació una pequeña
Peruanicemos el Perú N° 8 94
empresa cooperativa municipal
de producción de café orgánico
para exportar a Japón, y algo han
podido vivir de esto y otras co-
sas. Hay muchos estudios sobre
este caso de Intag. O sea que el
ecologismo popular tiene muchos
ejemplos de movimientos de re-
sistencia en muchos sitios.
No todos se dicen eco-
logistas, pero forman redes y se
hacen mundialmente famosos.
Por ejemplo hay una red contra
represas en Brasil, se llama Mo-
vimiento de Afectados por Re-
presas (Movimento dos Atingidos
por Barragens – MAB), hay Ríos
Vivos en Colombia, hay el Movi-
miento de Afectados por Presas y
Defensores de los Ríos - MAPDER
en México, y en México también
hay la Red Mexicana de Afectados
por la Minería - REMA. Estas son
muchas de las resistencias, con
mucha participación rural indíge-
na. Resistencia que también hay
en las ciudades.
Para investigar esto sobre
América Latina en conjunto, exis-
te un grupo en Chile que se lla-
ma el Observatorio de Conflictos
Mineros de América Latina – OC-
MAL, que tiene un mapa de todos
los conflictos actuales. Toda esta
red los conoce perfectamente a
ustedes. O sea, los conocen de
nombre, o simpatizan con lo que
ustedes hacen.
El progresismo de izquierda
contra los ecologistas
Los partidos políticos ha-
bituales desprecian o eliminan
a todos estos movimientos. Por
ejemplo en Argentina, Cristina
Fernández en la práctica era ene-
miga del ecologismo, porque es
parte de una izquierda antiecolo-
gista. Por ejemplo, con apoyo de
su gobierno estaban abriendo una
mina de cobre, La Alumbrera, y
también otras minas en la cordi-
llera, en todos los casos con mu-
cha resistencia popular mediante
asambleas auto convocadas: los
grupos locales que protestan se
llaman a sí mismos ‘asambleas
autoconvocadas’.
Cuando Cristina Fernán-
dez salió del gobierno, lo que
vino después ha sido peor. Por lo
menos Cristina Fernández puso
un impuesto a la exportación de
soya, pero esto ya lo ha retira-
do Macri. Y aunque Cristina Fer-
nández nunca puso un impuesto
ecológico a la soya, y nunca pro-
testó por ejemplo contra el glifo-
sato que usan en el cultivo de la
soya, porque era anti-ecologista,
lo de ahora es todavía más an-
tiecologista.
En Brasil, es lo mismo, han
dejado el gobierno por corrupción,
pero han tenido muchos años para
tratar de hacer una política más
ecologista y voluntariamente no lo
han hecho. Creo que a Lula nun-
ca le vino bien el asunto, o nunca
lo entendió. A pesar de que tenía
gente ecologista en el gobier-
no como Marina Silva, que antes
había estado con Chico Mendes
en el 88, combatiendo contra la
deforestación en Acre, y que ha
habido muchos Chicos Mendes
en toda la Amazonía, y muchas
mujeres muertas por defender el
bosque de la deforestación.
Yo creo que Lula tenía
demasiados economistas, y a
ellos no les importa el ambiente
natural, practican una contabili-
dad mal hecha y que se enseña
mal. Los pasivos ambientales no
aparecen en la contabilidad, son
meramente una frase.
Pasivos ambientales
Una empresa hace un
balance, activo es lo que tiene,
pasivo es lo que debe. Quizá le
debe al Estado por impuesto, y a
aquellos que le han vendido ma-
teria prima. El activo es lo que tie-
ne en el Banco, todos los bienes
que tiene la empresa son activos,
una máquina, etc.
La palabra “pasivo am-
biental” es lo mismo que la deuda
ecológica, pero estas son frases
que no tienen traducción práctica
en el balance contable. En la con-
tabilidad no se ponen los pasivos
ambientales. Algunas empresas
Peruanicemos el Perú N° 8 95
 hacen informes de responsabi-
lidad social corporativa, pero es
pura retórica, allí no hay ningu-
na información sustanciosa sobre
lo que habría que restar. Veamos
por ejemplo a Buenaventura: pen-
semos en todo lo que habría que
restar en la contabilidad de Ya-
nacocha y de todas las empresas
mineras por los daños que están
haciendo. Y aparte de los daños
que podrían ser valorables en di-
nero y que no se ponen en el ba-
lance de la empresa, hay además
daños peores, como matar gente
con la contaminación: ¿eso, qué
precio tiene? ¿Dónde lo ponemos
en el balance contable?
Un poeta decía que todo
necio confunde valor y precio,
quiere decir que todo el mundo
confunde el verdadero valor de
las cosas y de las personas, con
el dinero que vale. Así lo dice la
gente, cuando protesta y ase-
gura que “el agua vale más que
el oro”. No es que valga más en
dinero, es que vale distinto, en
otras unidades de valor. .
Un partido como Tierra y
Libertad, o un grupo parlamenta-
rio o un movimiento como este,
debería hacer un proyecto de
ley de pasivos ambientales pero
no solo para cuando se cierre la
mina, sino durante el todo el tiem-
po. Fíjense lo que Yanacocha ha
conseguido hacer, destruir, antes
Peruanicemos el Perú N° 8 96
de irse; cuando se vaya va a de-
jar más desastre. Una ley de pa-
sivos ambientales que obligara a
hacer la lista de todos los daños,
y cuando sea pertinente darles
un valor económico, y cuando no
decir porqué son importantes en
otras escalas de valor.
Un pasivo ambiental es
algo sobre lo que se habla mucho
y no se hace nada. Es lo mismo
que a nivel mundial con el cam-
bio de clima, como ocurrió en el
último acuerdo de París donde se
incluyó una cláusula por la que
no se reconoce responsabilidad
legal por el daño. Estamos dis-
puestos a hablar del tema, inclu-
so a dar algo de dinero en Ban-
gladesh o a la gente que se va a
inundar con el cambio climático
para que se callen, pero todo es
voluntario. Para que nadie pueda
poner un juicio, digamos. Y esto
es un acuerdo que todos los paí-
ses han firmado.
Quien no ha firmado es el
Papa de Roma, que ha sacado una
encíclica donde hay dos párrafos
maravillosos, el 51 y el 52, que no
se si están allí por influencia de
la teología de la liberación o del
Espíritu Santo, que dicen que hay
una deuda ecológica del norte con
el sur. Todo está muy bien explica-
do en el Laudato sí, donde habla
sin reparos de pasivos ambienta-
les, porque está pensando desde
América Latina. Hay frases de Lau-
dato si que brotan, al parecer, de
toda la discusión durante 25 años
en América Latina sobre deuda
ecológica. Sin dudas, una cosa
que se puede discutir es una ley
sobre pasivos ambientales, porque
es un debate internacional.
Las fronteras
Otro tema que es muy
importante son las fronteras de
la extracción, a las que ya nos re-
ferimos algo antes. En la historia
del Perú, desde la conquista este
país estuvo en la frontera de la
extracción. Potosí para dar plata
y Huancavelica para dar mercu-
rio, el azogue iba de Huancavelica
hasta Potosí. En México, en Za-
catecas necesitaban azogue para
la amalgama de plata y lo traían
desde España. Una innovación
que hubo en Potosí y Zacatecas
fue un método de hervir el mercu-
rio y la plata, se hacía la “amalga-
ma” de la plata y se intoxicaba la
gente que así moría “azogada”.
Esta idea de las fronteras
de la extracción desde las perife-
rias es muy útil. Al inicio se expor-
taba unas pocas toneladas de oro
y de plata y se mataba a mucha
gente, ya más tarde en la época
republicana, con el guano, se ex-
portaron 11 millones de toneladas
de guano en 40 años entre 1840
y 1880, y toda esta época fue un
desastre, porque muchos trabaja-
dores chinos murieron en las islas
guaneras, trabajando allí. Cuan-
do terminó la época del guano,
el Perú terminó más endeudado
que cuando empezó. Luego se
organizó desde Inglaterra la gue-
rra del nitrato con Chile y Bolivia,
porque se pensó en sacar el nitra-
to, el salitre, después del guano.
La historia del Perú ha sido como
una historia de las fronteras de la
extracción. El guano era impor-
tado como fertilizante, pero hizo
posible también el desarrollo de
la química agraria, pues descu-
brieron que el guano era rico en
nitrógeno, fósforo y potasio y se
empezó a pensar (con Liebig) en
la fabricación de fertilizantes.
Todas estas fronteras
han ido extendiéndose, y de es-
tas fronteras se ha ido sacando
nuevos materiales. Pero las fron-
teras no están desiertas, hay
gente. En la colonia había gen-
te que todavía estaba apartada,
en la selva, ahora estos pueblos
están en la frontera de la extrac-
ción, ya empezaron a estarlo en
la época del caucho.
El extractivismo y el creci-
miento
Las fronteras del extracti-
vismo han ido avanzando en todas
partes, pero las resistencias tam-
bién han ido creciendo. Este con-
Peruanicemos el Perú N° 8 97
 cepto de las fronteras de la extrac-
ción es muy útil para entender lo
que pasa en el mundo. Todo esto
tiene que ver con una idea naci-
da en Sudamérica y que es la idea
del extractivismo como un siste-
ma para extraer materia prima
sobre todo para la exportación,
y extraerla de las fronteras de la
extracción. El sistema tiene este
nombre: extractivismo. Puede ser
plata y oro, como siempre, o por
ejemplo nuevas actividades como
los sembríos para la extracción del
aceite de palma, o la extracción de
cobre a tajo abierto, porque esto
no había antes. Y todo es ahora en
mayor volumen y de lugares cada
vez más alejados. Claro, parecen
alejados desde Nueva York o Lon-
dres, que no existirían si no fuera
por la extracción.
En los últimos 30 años –
y esto es algo que no enseñan a
los economistas y que yo aprendí
siendo ecologista – las toneladas
de materiales que se exportan
o la energía que se exporta de
toda Sudamérica se han multi-
plicado por 3 o 4, dependiendo
del país. Por ejemplo, Colombia
exporta carbón, exporta casi
100 millones de toneladas al año
cuando allí son 45 millones de
habitantes. O sea que cada co-
lombiano exporta dos toneladas
(aunque en realidad lo exportan
sobre todo dos empresas, una
Peruanicemos el Perú N° 8 98
que se llama Drummond, y otra
El Cerrejón).
Brasil exporta al año 400
millones de toneladas de mineral
de hierro. El Perú está casi igual
que Chile en la exportación del
cobre, aunque el problema no es
tanto lo que se exporta en cobre
ya beneficiado, sino toda la tierra
que se ha movido para obtener
ese cobre. Bolivia exporta gas,
etc. Es como una carrera o com-
petencia por aumentar la extrac-
ción, y hay también este énfasis o
fijación en la exportación.
El presidente actual del
Perú, Kuczynski, aparte de ser
hombre del Banco Mundial, es un
hombre educado para aumentar
las exportaciones en dinero (por-
que así lo han formado), y no se
preocupa mucho si aumenta tam-
bién el volumen de toda la mochi-
la ecológica, o si ha hecho daño
con toda esta exportación. Ningún
presidente del Perú, hasta ahora,
se ha preocupado por este tema.
En las elecciones no se discute si
la economía de Perú es más in-
tensiva en materiales que lo que
nunca ha sido antes. Tampoco se
discute si ustedes están siguiendo
la “regla de San Garabato”: com-
pre caro y venda barato.
Mujica, cuando fue presi-
dente de Uruguay, por poco cae
en esto. Vino una empresa de
la India, Zamin, a ofrecerle para
abrir una empresa de mineral de
hierro de 18 millones de toneladas
al año. Esto hubiera sido como
pasar a un grado mayor de ex-
tractivismo: exportar 18 millones
de toneladas de mineral en un
país con 3 millones de habitantes.
Finalmente este presidente no
dio la concesión a Zamin pero de
cualquier manera Uruguay expor-
ta celulosa del eucalipto.
Vemos entonces que el
sistema económico sudamerica-
no se caracteriza por la palabra
extractivismo. Este término lo
inventaron sudamericanos como
Eduardo Gudynas en Uruguay,
Maristella Svampa en Argentina,
Alberto Acosta en Ecuador. Ellos
y muchos otros escriben sobre
esto, pero igual ellos recogieron
la idea de la gente en reuniones
o en el campo. Las ideas no na-
cen en la oficina. Por ejemplo,
quien inventó el slogan “el agua
vale más que el oro”, lo sacó de
la gente. O sea la gente plantea
ideas cuando está en movimien-
tos sociales. En México o Colom-
bia por ejemplo, inventaron lo de
“el agua corre hacia el poder”,
o sea que el agua corre no para
abajo sino para arriba, donde
está el poder político.
El sistema
Este sistema que hemos
descrito, es el capitalismo. Pero el
capitalista no es el único sistema
en el mundo que funcionaría así.
¿Qué hubiera hecho un gobierno
de economía planificada rusa? Me
imagino que algo parecido. Si es
un sistema industrial va a extraer
siempre, de donde sea, de lejos
o de cerca, insumos para alimen-
tar su industria con petróleo, gas,
carbón, cobre, hierro y otros me-
tales, y también la biomasa de la
soja, la madera, la palma de acei-
te. Esto es el extractivismo, y lo
podemos medir.
¿Y qué ganancias produ-
ce todo esto para el país de ori-
gen? Vean lo que está pasando en
Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia
y aquí, en Perú. Pues ocurre que
con tanta exportación no consi-
guen ni pagar las importaciones.
O sea que han aumentado la can-
tidad de toneladas de exportación
y también un poco la importa-
ción, pero no consiguen equilibrar
la balanza comercial, y entonces
tienen que devaluar, una vez des-
pués de otra. Argentina tuvo que
devaluar. El sol estaba en dos por
dólar y ahora está en 3, esto está
pasando en todas partes. Deben
devaluar porque no pueden pagar
las importaciones. Así que en un
debate sobre economía, uno pue-
de decir que el extractivismo no
solo hace mucho daño ambiental,
por lo que la gente protesta, y
no solo produce enormes pasivos
Peruanicemos el Perú N° 8 99
 ambientales, sino que el extrac-
tivismo es una política absurda
económicamente, que obliga in-
cluso a que haya sobreproducción
de hierro, cobre, etc., lo que ha
hecho bajar los precios. Al no po-
der pagar las importaciones, eso
se quiere compensar exportando
más cantidad o endeudándose, lo
que llevará a la necesidad de ex-
portar todavía más.
Por ejemplo en Brasil,
hace 5 años, por cada 3 tonela-
das de hierro que se exportaban
se podía pagar una tonelada de
importaciones de otros produc-
tos. Estas tres toneladas ade-
más han causado mucho daño. El
hierro no es como el cobre que se
explota con 1% de ley, el hierro
se explota solo si tiene 30 o 40%
de ley, pero en cualquier caso
quedan muchos relaves y diques
de cola que se rompen a veces.
Ahora los términos de intercam-
bio han empeorado, y hoy hay
que exportar 4 toneladas para
pagar una.
Un tema clásico de la
política de la CEPAL en América
Latina, era que las relaciones de
intercambio eran siempre des-
favorables. Así es, lo continúan
siendo incluso en las épocas de
bonanza. Te pagan poco porque
eres pobre o, como en el petró-
leo, si no exportas barato, te ha-
cen una guerra.
Peruanicemos el Perú N° 8 100
El costo social del extracti-
vismo
El debate sobre el cos-
to social ambiental del extracti-
vismo, con esta idea de pasivos
ambientales, costos humanos,
mostrando los muertos que ha
habido, tomando en cuenta que
cada muerte significa varios heri-
dos, tiene mucha urgencia, más
allá de lo económico. Cuando hay
un caso como el de Berta Cáce-
res y otros similares, hablamos
de una persona a la que mata
un sicario. Pero por cada muer-
to en una manifestación hay 10
heridos, y hay 100 asustados, y
100 madres preocupadas. En to-
dos los casos, desde el poder se
domina a la gente con el miedo.
Y todo esto es consecuencia del
extractivismo.
Son consecuencias socia-
les, ambientales, además de la
mala política económica de expor-
tar tanto, hasta que bajan los pre-
cios. Les dirán que esto es tempo-
ral, que China va a crecer otra vez
y va a haber demanda de cobre y
demanda de petróleo en el futu-
ro. Pero la verdad es que no habrá
para duplicar cuatro veces cada 30
años la extracción y las exporta-
ciones, que es mucho más de lo
que habrá crecido la población.
La izquierda tradicional,
marxista, social demócrata, no
habla de esto. Cristina Fernández,
como Rafael Correa, que pertene-
cen más o menos a la izquierda,
no lo mencionan. Se han vuelto
“nacionalistas” a los que les gusta
exportar barato. Y no entienden
todo esto, porque términos como
extractivismo, solo se pueden
aducir a partir de tener claridad
sobre los daños sociales y am-
bientales.
Peruanicemos el Perú N° 8 101