comúnmente se denomina músculo y forma la mayor parte de la masa corporal de los vertebrados. Este tejido es de acción voluntaria, es decir, es el que el ser vivo es capaz de estirar o contraer a voluntad con el fin de mover su cuerpo o desplazarse. El músculo esquelético se caracteriza por su color rojo oscuro, derivado de la gran irrigación que tiene y de las fibras de actina y miosina que componen la mayor parte de las células. Se denomina musculo estriado porque al microscopio se pueden apreciar las estrías que forman las fibras de actina y miosina. En contraposición con el musculo liso, el estriado es de contracción rápida y voluntaria, pero de poca duración. Las células que componen los músculos se denominan fibras, por su forma y características. La pared celular de las fibras musculares se denomina sarcolema y tiene características propias para la contracción muscular. El sarcolema se encuentra formando los denominados túbulos T, que son invaginaciones de la membrana de forma que aumenta la superficie de contacto entre el exterior celular y el interior. El retículo endoplasmático forma también túbulos, mediante el intercambio iónico con el citoplasma, o sarcoplasma, y el sarcolema, permitirá la transmisión del potencial eléctrico que contraerá la fibra muscular. En el sarcoplasma encontramos los sarcómeros, la unidad mínima de la contracción muscular, está formado por fibras de actina y de miosina. Al desliarse las primeras sobre las segundas producen el acortamiento del sarcómero y por lo tanto la contracción de la célula.
El músculo estriado esquelético se encuentra inervado por el sistema nervioso central,
que controla su contracción. Los músculos se encuentran anclados a huesos, piel o cartílagos del esqueleto a través de tendones, proporcionándole movilidad al cuerpo. Existen 4 tipos de músculos, dependiendo de sus características mecánicas. Todos los músculos contienen todos los tipos de fibras, aunque dependiendo de su actividad más usual la proporción de las cuatro es diferente. El tipo I a es de velocidad de contracción lenta y poca fuerza, aunque muy resistente a la fatiga, puede usarse durante horas. Estas fibras musculares tienen muchas mitocondrias, lo que les confiere una alta capacidad oxidativa y están altamente irrigadas, pues funcionan solamente en condiciones de aerobia. El tipo II a se contrae moderadamente rápido produciendo una fuerza media y es menos resistente a la fatiga que el tipo I a. tiene una densidad mitocondrial alta, aunque puede funcionar con triglicéridos, en anaerobiosis durante media hora, produciendo ácido láctico. El tipo II x se contrae rápidamente y con mayor fuerza, aunque es menos resistente a la fatiga. Puede contraerse durante menos de 5 minutos, en actividad anaeróbica. Con menos mitocondrias, está moderadamente irrigada y su contracción consume casi exclusivamente ATP. Finalmente, el tipo II b es la fibra muscular más rápida y potente. Aunque es el que se fatiga más rápido, pudiendo usarse un minuto como mucho. Trabaja gracias a ATP en anaerobiosis, con pocas mitocondrias y poco irrigadas. (Contreras, laguia, 2015) TEJIDO MUSCULAR CARDIACO El tejido muscular estriado cardíaco es un tipo especial de músculo que forma exclusivamente el corazón. El miocardio, juntamente con el endocardio y en pericardio, son los tres tejidos que forman el órgano. Este músculo debe ser capaz de contraerse y relajarse de forma ininterrumpida desde antes de que nazca el animal hasta el omento de su muerte, por lo que requiere unas fibras que no se fatiguen con los trabajos prolongados y ha de ser capaz de hacer mover toda la sangre por el cuerpo del individuo. El músculo cardíaco presenta características de la musculatura lisa, es de contracción involuntaria, aunque sus características citológicas son más parecidas a las del músculo esquelético, en cuanto a número de mitocondrias y ordenación intercelular de actina y miosina. El tejido muscular cardíaco también encontramos las estructuras citoplasmáticas y extracelulares en forma de T-T, propias del tejido esquelético, que mejoran la transmisión del impulso contráctil.
Fisiológicamente el miocardio se caracteriza por poder transmitir el impulso nervioso,
como si fuera una neurona. El corazón es capaz de generar su propio potencial eléctrico que es el responsable de su propia contracción, al contrario que los músculos esqueléticos. Este tejido está compuesto por cardiomiocitos. Estas células son mononucleadas, con el núcleo en posición central y de apariencia ovoide con la cromatina poco concentrada. Al contrario que las fibras musculares, los cardiomiocitos no tienen una forma de huso tan pronunciada, sino que son más redondeados y presentan ramificaciones. En su citoplasma contienen estrías de miosina y actina en una ordenación reticular similar a la que se puede observar en las fibras musculares. El tejido muscular del corazón tiene dos características histológicas que lo diferencian del estriado esquelético: El espacio perinuclear se encuentra libre de las estriaciones de fibras de miosina y actina. Alrededor del núcleo estas células almacenan glucógeno, que son capaces de convertir en glucosa, como fuente de energía en caso de que no obtengan la suficiente por la sangre. Aun así el corazón necesita un aporte constante de oxígeno para su funcionamiento (mediante la fosforilación oxidativa), sin dicho aporte sufre daños celulares rápidamente. Las células del miocardio están muy estrechamente relacionadas entre sí. Se encuentran conectadas por discos intercalares proteicos especiales que permiten la transmisión del impulso nervioso entre ellas. Estas uniones, con forma de hendidura, permiten la sincronización del órgano para realizar la contracción adecuadamente. La contracción cardíaca se encuentra controlada, de forma involuntaria, por el 0 nervioso autónomo, éste se encarga de controlar la fuerza de las contracciones y su frecuencia. Aunque la contracción en sí se genera a partir de unos miocitos especializados, el nódulo sinoauricular situados en la pared superior de la aurícula derecha. Si bien no todo todas las células cardiacas se encuentran inervadas con una neurona. Las hormonas que llegan por el torrente sanguíneo también pueden controlar el ritmo cardíaco. (Contreras, 2) Referencias Contreras, P. p. (2015 de 03 de 2). laguia. Obtenido de laguia: https://biologia.laguia2000.com/histologia/tejido-muscular-cardiaco
Contreras, P. p. (02 de 24 de 2015). laguia. Obtenido de laguia: