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ESCUELA PROFESIONAL
DE CONTABILIDAD
LA OPINION PÚBLICA
Desarrollo histórico sus rasgos fundamentales
CICLO : II
MOQUEGUA PERU
2017
INDICE
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................... 3
CAPITULO I .......................................................................................................................................... 4
OPINIÓN PÚBLICA ............................................................................................................................... 4
1.1. CONCEPTO ........................................................................................................................... 4
1.2. DESARROLLO HISTÓRICO DE LA OPINIÓN PÚBLICA ............................................................ 5
1.3. CARACTERISTICAS GENERALES DE LA OPINION PÚBLICA ................................................... 8
Credibilidad y opinión Pública ......................................................................................................... 9
CAPITULO II ....................................................................................................................................... 11
ELEMENTOS INFLUYENTES DE LA OPINIÓN PÚBLICA EN LA SOCIEDAD ............................................ 11
2.1 FORMACIÓN DE LA OPINIÓN PÚBLICA .................................................................................... 11
2.1.1. Influencia Social en la Formación de la Opinión: ............................................................ 11
Sistema Educativo: ............................................................................................................ 11
Grupos Sociales: ................................................................................................................ 12
Presiones de Conformidad: ............................................................................................... 12
Grupos de Referencia: ....................................................................................................... 12
La familia, los medios de comunicación, la cultura: .......................................................... 12
La publicidad: .................................................................................................................... 13
La Propaganda ................................................................................................................... 13
Los grupos: ........................................................................................................................ 14
Los Líderes de Opinión: ..................................................................................................... 14
La Iglesia Católica Y Los Procesos De Formación De La Opinión Pública .......................... 16
La Opinión Pública en la Iglesia ......................................................................................... 16
A la Iglesia le interesa más la opinión pública que la opinión publicada .......................... 18
Influencia De Internet En La Opinión Pública .................................................................... 20
Los grupos de presión: ...................................................................................................... 21
Algunas Definiciones: ................................................................................................................ 21
Clasificación ............................................................................................................................... 22
Funciones .................................................................................................................................. 23
La fama .............................................................................................................................. 23
El Rumor ............................................................................................................................ 24
- Otros Factores: .................................................................................................................. 24
- Doble flujo de comunicación:............................................................................................ 25
CONCLUSIONES ................................................................................................................................. 27
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................................... 28
INTRODUCCIÓN
Pero esto no quiere decir que no sean estos sean los que más la influyen. En esta
monografía ahondaremos un poco sobre aquellos otros factores o elementos que
intervienen en la formación de la Opinión Pública, aspectos como la familia, la cultura,
la publicidad, los grupos sociales, los líderes, etc. Dando reconocimiento a estos
factores, descartando la idea o presunción de que los medios son los únicos
formadores de opinión pública.
CAPITULO I
OPINIÓN PÚBLICA
1.1. CONCEPTO
El término Opinión Pública encierra diversos significados. Compuesta por dos voces:
el sustantivo opinión y el adjetivo pública.
Etimológicamente, opinión proviene del latín opinio, - onis, que significa concepto.
Pública procede también del latín publicus, que significa “notoria, patente, manifiesta o
sabida por todos”.
Pero la opinión pública no siempre fue entendida de este modo, han existido a lo largo
de la historia diferentes teorías para explicar este fenómeno. A partir de la Edad
Moderna la opinión pública cobra gran relevancia debido al desarrollo de la imprenta,
al papel de la prensa como foro que propicia la expansión de las ideas democráticas.
El fenómeno social de la opinión pública, tiene tanta antigüedad como la propia vida
social. Existen referencias sobre la Opinión Pública en los documentos de los asirios,
en Babilonia, en Egipto e Israel. Podemos ver entonces que desde los orígenes de la
humanidad han existido comportamientos sociales que actualmente se describen
como Opinión Pública.
Esto se debe a que el Ser Humano es un animal social y por lo tanto se desenvuelve
en grupos, y en estos grupos se dan relaciones de varios tipos: horizontales, las
cuales se dan entre grupos del mismo rango; relaciones verticales, que son las de un
grupo con una autoridad que se impone; relaciones de comunicación política entre
gobernantes y gobernados; y por último, siempre ha habido, por mínima que sea, la
posibilidad de participación del pueblo en asuntos públicos, lo cual significa la
capacidad de opinar sobre asuntos de interés común; es decir, opinión pública.
En Roma, Cicerón habla de la fuerza que ejerce sobre cada uno de nosotros la
publicam opiniones. Aquí la opinión pública se entiende ya en el sentido publicitario, en
contraposición del sentido filosófico que el atribuían los griegos. A partir de los
romanos la opinión pública es sinónimo de apariencia, notoriedad e imagen.
La Edad Media no reúne las condiciones político-sociales para elaborar una teoría
sobre la Opinión Pública, pero sí pueden hallarse fenómenos en los cuales se practica
la opinión pública sobre todo entre las elites religiosas, intelectuales y políticas: Las
disputas religiosas entre órdenes de Franciscanos y Dominicos, la lucha entre los
papas y el Sacro Imperio Romano implicaban esfuerzos para persuadir, lograr
seguidores conformar la opinión de sus seguidores a su favor. También los
llamamientos de Papas y Emperadores pidiendo al pueblo unirse a las Cruzadas
contribuyen a la formación de una opinión pública.
Así mismo, los juglares también representaron un papel importante durante la Edad
Media como instrumentos de la opinión pública, escasos en aquella época de
oscurantismo y elitismo en el conocimiento. Dominaba en esta época la concepción
vertical (teocrática o descendente) en la que el pueblo era sinónimo de una masa de
súbditos sin posibilidad de opinar.
Durante esta época se recupera una distinción bastante nítida entre lo público y lo
privado. En la Inglaterra del siglo XV se usa el adjetivo público que se identifica con el
bien común de la sociedad, mientras lo privado equivale en ocasiones a lo privilegiado
o a lo que está situado e un alto nivel de gobierno. La categoría de lo público se
reserva, no ya para la corte, sino para lo estatal y su funcionamiento.
En ésta época surge una nueva clase social, conocida como burguesía. La burguesía
pone en funcionamiento un nuevo sistema de producción que con el tiempo creará un
nuevo orden social. La clase burguesa desarrolla actividades intelectuales y por tanto
produce un ambiente propicio para el surgimiento de la opinión pública. Con esta
nueva arma, y además con un fuerte poder económico, la burguesía se enfrenta a las
monarquías decidida a obtener un poder político, el cual por fin obtienen con el
consolidamiento del liberalismo.
Posteriormente esta corriente crítica del pueblo hacia el gobierno será recogida por los
periódicos y periodistas a finales del S.XVII y principios del XVIII. La abolición de la
censura en Inglaterra en 1695, permite que las decisiones tomadas en el Parlamento
adquieran carácter público. Esto representa un antecedente de gran importancia para
el desarrollo de la opinión pública mundial.
Otro de los foros en los que se desarrollaba la opinión pública durante la época de la
Revolución Inglesa, eran los cafés de Inglaterra, que a mediados del S.XVII se
convierten en centros populares comunicar noticias y para hacer debates políticos. Por
su parte, los salones franceses alcanzaron su máximo esplendor en el siglo XVIII. En
ellos se reunían hombres y mujeres que eran considerados todos como iguales y
discutían temas públicos. De esa manera, la opinión pública de París se dictaba desde
los salones y no desde la corte.
En 1789 estalla la Revolución Francesa. La opinión de los grupos burgueses se hace
oír a través de las trabas del poder. Como resultado de estas revoluciones, entre 1789
y 1793 tanto las Constituciones como las Declaraciones de Derechos, reconocen,
entre otras muchas libertades, el derecho a manifestar ideas y opiniones de palabra o
por escrito o en imprenta. Estas llamadas libertades individuales contribuyen
decisivamente al desarrollo de la opinión pública.
Desde los griegos existían dos formas de entender el término “opinión”: La doxa
entendida como semisaber, conocimiento incierto, y la opinio entendida como imagen
y reputación ante los demás. Los liberales defienden (en contra del pensamiento
griego) que la vía de la opinión (dialogo, constaste de opiniones, debate) es un camino
adecuado para llegar a la verdad de las cosas. Por otro lado, la concepción de opinión
pública como imagen encontrará su mayor desarrollo en el mundo periodístico y en
ciertas concepciones elitistas de la sociedad.
Por ello, el liberalismo explicaba la opinión pública desde el raciocinio público que se
ejercita a través de la circulación de ideas y el debate con otros hombres racionales
interesados en los asuntos públicos. La Opinión Pública, entonces, emergerá como
punto de unión entre la esfera de lo privado, es decir, las opiniones de los ciudadanos;
y la esfera de lo público, entendida como el bien común o el interés general.
1. Heterogeneidad.
2. Intensidad variable.
3. Naturaleza agregada.
Heterogeneidad.
Entendemos que, ante una misma información que distintos públicos van a asumir, lo
harán de distinta forma, es decir, existe variedad de opiniones.
La opinión pública que recae sobre demandas sociales presenta una intensidad
mucho menos duradera, pudiendo prolongarse por períodos de varios años pero
mostrando una fuerte tendencia a modificarse con el cambio generacional.
Intensidad variable.
La opinión pública se forma directamente después de recibir una información o darse
una situación. A medida que con el tiempo esta transcurra o se modifique la opinión
pública se irá gestando en una u otra dirección o incluso desaparecerá.
Por último la opinión pública demuestra una intensidad ocasional o coyuntural cuando
se articula con referencia a ciertas decisiones o comportamientos específicos, ya sean
individuales o colectivos, siendo frecuente que experimente alteraciones en breves
lapsos temporales.
Citar a otras fuentes que tienen un alto grado de autoridad y prestigio aumenta
la competencia percibida
Bennet (1980) sostiene que el público tiende a la confianza en los líderes, es decir,
que se confiará en ellos hasta que se pruebe lo contrario, hasta que las personas
duden de sus capacidades o su veracidad. Lo que se convierte en un fuerte incentivo
para pensar que los líderes son creíbles. Considera que ya que las personas se
sienten solas en un mundo avanzado, en el que no pueden influir ni comprender, todas
sus esperanzas serán depositadas en sus líderes. A los que considerarán como
benefactores. Esta especie de inseguridad pública reforzará la credibilidad; que
resultará en una confianza y creencia masiva hasta que se demuestre lo contrario.
Para el desvalido, la opinión se convertirá en pequeñas afirmaciones de fe que el
poderoso entenderá y así buscará soluciones a sus problemas.
Mientras que para Keith Sheldom (1996) la credibilidad se logra conforme a 4 factores
básicos:
.Percepción de la honestidad
La forma más temprana y fundamental en que las personas forman sus actitudes es a
través del trato personal con el objeto de la actitud, sin embargo, se considera que la
influencia de la familia durante la infancia, el sistema educativo y los grupos de
presión, además de los medios masivos de comunicación, juegan un papel
trascendental en la formación de opiniones a un nivel social.
La influencia de los padres sobre las actitudes y conductas de los niños se presenta de
tal manera que algunos autores la han catalogado como una institución. En un
principio, los padres poseen un control casi total sobre la información con la que el
niño entra en contacto, además de gratificar o castigar la forma en que el niño actúa.
Lo que significa que los progenitores tendrán un gran poder para formar la actitud del
niño, especialmente si el pequeño no posee actitudes que en determinado contexto
sean contrarias a la de los padres.
Sin embargo gran cantidad de actitudes serán formadas de acuerdo con su propia
experiencia con el mundo, aunque esta experiencia se derive de la enseñanza de sus
padres. (Oskamp:1991).
Otra manera en que las actitudes se forman, a un nivel social, son los grupos de
presión. En estos se incluye al sistema educativo, los grupos sociales, las presiones
de conformidad, y los grupos de referencia.
Sistema Educativo:
Presiones de Conformidad:
No sólo los grupos sociales, otro tipo de presiones de conformidad pueden influir en la
formación de actitud. Petigrew, consideró que muchos prejuicios raciales de los
individuos son el simple reflejo de lo que se asume existe en la cultura, así como de
las normas.
Grupos de Referencia:
Tienen muy poca influencia en las actitudes y a menudo no es intencional. Los grupos
de referencia se tratan de conjuntos de valores morales y creencias que las personas
poseen y que comparan con otros. En este casi estrellas de cine o artistas tienen esta
función. Los grupos influyen en las actitudes de las personas, aunque no parezca
evidente. Un claro ejemplo de lo anterior es encontrado en las prácticas sociales y
religiosas. (Oskamp: 1991).
La publicidad:
Todos los medios, están llenos de mensajes que buscan obligarnos a asumir
actitudes: se usan los carteles, letreros luminosos, hojas que reparten niños en las
esquinas, calcomanías para pegar en las ventanas de los automóviles, en las
cubiertas de las maletas, signos en los trajes e implementos deportivos, en fin,
dondequiera está acechando un mensaje publicitario.
La Propaganda
Con la propaganda se busca ejercer influencia sobre los sentimientos humanos. Con
la educación, se pretende llegar a la razón. Los mensajes de la cultura son científicos
tienen categoría de verdad universal; los de la propaganda contienen argumentos
sofisticados. La educación requiere elementos ordenados y sistematizados; la
propaganda se sirve de lo casual y momentáneo. La educación es lógica, la
propaganda psicológica.
En lo tocante a este aspecto “la opinión pública se forma cada vez más de la
interacción del individuo con su grupo”
“Laney Sears afirman categóricamente que una persona no tiene opinión, solo por tres
razones relacionadas con los grupos sociales:
Para Teum Vam Dijks y su trabajo “ideologia”, “un grupo de personas constituyen un
grupo sí y solo sí, con colectividad, comparten representaciones sociales.
“Cada grupo social o formación que ejerce una forma de poder o dominación sobre
otros grupos podría asociarme con una ideología que funcionaría específicamente
como un medio para legitimar o disimular tal poder”.
Para poder abordar la relación entre líder y opinión, “lo primero que debe cuestionarse
el investigador o el propagandista es si se trata de un líder natural o si es el resultado
de intrigas palaciegas. El primero surge cuando los medios de la comunidad le
entregan voluntariamente y espontáneamente su apoyo y admiración. El otro es el que
tiene una superioridad basada únicamente en un nombramiento oficial. El líder más
influyente será el que reúne las dos condiciones: si se dan separados será de mayor
fuerza el líder que “brota” que el líder jerárquico.
Por otra parte: el líder se obliga no sólo a dar cumplimiento a las exigencias de tipo
económico, político y social, sino a las demandas sentimentales y efectivas. El líder
que se concentra en el primer aspecto es un líder instrumental; su deseo de actuar en
el terreno de la eficacia, más que preocuparse por la vinculación espiritual con el
grupo.
El líder que cumple con esta doble exigencia, es decir, con la instrumental – porque
satisface las peticiones económicas no solo de un grupo, sino de toda la sociedad y
que además basa su autoridad en la simpatía más que en la fuerza o en la jerarquía,
es el autentico caudillo. Su opinión será la opinión de todos. Para conocer el alcance
de la influencia del líder sobre la opinión debe analizarse lo siguiente:
- si es un líder natural o jerárquico, o reúne ambas cualidades.
Para otros autores, “los líderes de opinión, no son exactamente lo que se podría
pensar, como destacadas figuras de la comunidad, sino tan solo personas con
probabilidades de que se les pida su opinión y que se muestran bien dispuesta a
darlas”.
Bajo este entendido, los medios formales llegan principalmente a los líderes de
opinión, los cuales los trasmiten a su vez, al resto de la población por vía oral.
La influencia del líder está en relación con el tipo de conducción que ejerza aquél
sobre sus seguidores; puede variar desde la decisión política expresada en las urnas,
hasta la adopción de una nueva marca de cigarrillos, pasando por la imitación de
actitudes, expresiones, moda, etcétera, como ocurre con los admiradores de cantantes
populares; la influencia de los Beatles por ejemplo.
Del mismo modo, se quiere saber quiénes son los que no están informados, los que no
tienen influencia, los que no prestan atención, y los que no están comprometidos.
Pues muchos temas públicos no atraen la atención de masas. Muchas encuestas han
demostrado que grandes sectores del público no tienen conocimientos o son
indiferentes respecto de problemas particulares. Diciéndolo de otro modo, es posible
que aquellos temas a los cuales los políticos conceden carácter público; o lo hacen así
quienes realizan encuestas –o aquellos grupos de intereses especiales que podrían
considerar importantes – no atraigan en absoluto la atención de las masas”.
Pienso que la Iglesia debe tener en cuenta, más que cualquier otra institución, sea la
opinión pública que la opinión publicada, con una actitud de respeto pero también sin
medio hacia ninguna de ellas.
El Papa Juan Pablo II, en su mensaje con motivo de la XXI Jornada Mundial de las
Comunicaciones, expresaba: “La Paz del mundo depende de un mayor conocimiento
de los hombres y de las comunidades; la información calificada de la opinión pública
tiene una influencia directa sobre la promoción de la justicia y de la paz”.
En época del Papa Pío XII, la televisión comienza a penetrar en los hogares. El
pontífice presta atención a los nuevos medios electrónicos (radio y TV) calificándolos
como “instrumentos del bien y del mal”. Recomienda su uso para defender los
derechos de la persona y la familia; que no sólo entretengan y transmitan valores
humanos, y protejan la cultura cristiana.
La doctrina de la Iglesia sobre los Medios de Comunicación Social tiene ya una larga y
rica tradición, desde que aparece en el escenario histórico la prensa de Gutenberg. El
Papa San Pío V (Antonio Ghislieri) dictó normas contra las noticias y escritos heréticos
y calumniosos en 1567, sentando así las bases de una política de control de medios y
mensajes. El Papa Gregorio XV fundó, más adelante, la Congregatio de Propaganda
Fide (1622). A las pautas eclesiales para una conducción de los medios de
comunicación social se les conoce con el nombre de Moral Publicística, que nada
tiene que ver con lo que hoy denominamos “publicidad” eufemismo de propaganda,
sino que califica a todo lo que es susceptible de ser comunicado o de adquirir
notoriedad pública. Esta moral plantea, en primer lugar, problemas de la fuente, del
proceso de la comunicación, del contenido de las noticias, de la empresa periodística,
de los destinatarios y de la publicidad, dentro de una concepción teológica de la
comunicación, fortalecida por la Encíclica Mirari vos, del 15 de Agosto de 1832, en el
pontificado de Gregorio VXI, Juan XXIII y el Concilio Vaticano II dan nuevos frutos en
formas de políticas para la prensa, radio, televisión y el cine.
El Decreto Inter Mirífica del Concilio plantea que el receptor conozca y practique las
normas de orden moral, se prepare para recibir los mensajes de los medios con
sentido crítico. En materia de información, búsqueda y divulgación de noticias, el orden
moral ha de tener primacía sobre los llamados “derechos del arte”. La autoridad civil
ha de garantizar una verdadera y justa libertad de información, en los documentos de
Puebla, se lee: “Educar al público receptor para que tenga una actitud crítica ante el
impacto de los mensajes ideológicos, culturales y publicitarios que nos bombardean
continuamente, con el fin de contrarrestar los efectos negativos de la manipulación”.
Las transcripciones que presentaré a continuación han sido tomadas del documento
citado anteriormente, alusivo a la Jornada Mundial de las Comunicaciones del 16 de
Mayo de 1986:
Se puede afirmar sin temor a ser desmentidos que Juan Pablo II ha demostrado ser un
elemento locomotor de la prensa mundial, con toda seguridad sin proponérselo
expresamente o por al menos sin haberlo programado. Las explicaciones
acostumbradas sobre su poder de atraer la atención de los medios van desde las
consideraciones más sensatas a las hipótesis más descabelladas. En cualquier caso,
nadie duda del hecho de que su acción pastoral, de gobierno, de magisterio e incluso
literaria, ha tenido un impacto sin precedentes sobre los medios. A modo de ejemplo,
querría citar un caso significativo de cómo el Papa actual fija a menudo la agenda de
los medios y, con ella, de la opinión pública.
Cómo no recordar también el papel de Juan Pablo II en la caída del muro de Berlín,
como toda la prensa mundial ha reconocido ampliamente la acción concomitante de
muchos otros factores históricos y personales. Más allá de las legítimas
interpretaciones religiosas de esos acontecimientos, que presuponen la fe, se puede
tomar en consideración también una exégesis complementaria, basada sobre la teoría
de la espiral del silencio. Quien recuerde el clima de opinión en todo el Occidente en
los años oscuros de la guerra fría comprenderá mejor el rápido desarrollo de los
acontecimientos de 1989 en la óptica de una espiral del silencio al revés.
El régimen soviético, vacío por dentro pero todavía poderoso en su aparente fuerza
externa, abrió una espiral de trasparencia - la glásnost - para recuperar el control de
una sociedad falsificada por el asfixiante peso de un dominio total de los recursos de la
opinión publicada. Tenía razón Solzhenitsyn, cuando en su discurso por la concesión
del premio Nobel afirmaba que "una palabra de verdad pesa más que el mundo".
Es justo recordar que en todos estos procesos sociales los medios de comunicación
son algo más que simples vehículos o espectadores atentos del debate público: son al
mismo tiempo actores, y actores muy influyentes. Tradicionalmente se considera la
opinión pública como un proceso de comunicación calcado del modelo del debate
público, en el cual los medios de comunicación permiten al público atento seguir de
cerca a los protagonistas o los líderes (función de vigilancia) y organizar respuestas
propias para contraponer a modo de alternativa (función de correlación). "El
periodismo - afirma Price - cumple estas mismas funciones incluso para las élites en
relación con el público activo (...) Las noticias y los artículos de opinión son al mismo
tiempo un instrumento de información y correlación para el público atento y un medio
de vigilancia de la élite. Además, las élites políticas usan los medios para hablar entre
ellos. El periodismo, por tanto, permite interactuar a actores y espectadores políticos".
En el ámbito de la Iglesia las cosas son algo distintas. El beato José María Escrivá, en
una entrevista en 1967, ofrecía un juicio y un criterio de valoración permanente de
tantos fenómenos de opinión pública en la Iglesia. "El problema de base de la
necesaria opinión pública en la Iglesia - decía el Fundador del Opus Dei - equivale al
problema de la necesaria formación doctrinal de los fieles. Los hijos de Dios no son
piedras o cadáveres: son seres inteligentes y libres, elevados al mismo orden
sobrenatural que el que tiene la autoridad. Pero quien no tiene la suficiente formación
cristiana no estará en condiciones de hacer un uso recto de su inteligencia y de su
libertad, tanto para obedecer como para manifestar sus opiniones".
Por otra parte, la influencia en la Opinión Pública a través de la red no es tan potente
como a través de otros medios como la prensa escrita o la televisión, precisamente por
la falta de control que existe sobre Internet. El hecho de que el público tome un papel
activo en la comunicación hace que “cualquiera” pueda “publicar noticias” en la red,
por lo que la gente tenderá más a desconfiar de su contenido y la influencia o la
persuasión que se intente ejercer no será tal. Internet también es un instrumento de
respuesta rápida para generar movilizaciones en situaciones críticas, como la que tuvo
lugar el 13 de marzo de 2004 en España, como respuesta a la manipulación
informativa que se llevó a cabo con respecto a los atentados del 11-M. Algunos
ejemplos de manipulación de la Opinión Pública. Una de las labores de propaganda
más importantes a lo largo de la historia fue la llevada a cabo en Estados Unidos
durante el gobierno de Wilson. Aunque la población era muy pacifista, la
administración Wilson había decidido tomar parte en la I Guerra Mundial, por lo que
era necesario hacer ver a la población lo importante que era participar en esa guerra.
Para ello se creó la Comisión Creel, con lo que los ciudadanos pasaron de ser seres
pacíficos a ser personas violentas ansiosas por destruir todo lo que fuese alemán. El
poder financiero y mediático prestaron su apoyo a esta operación. Se trataba
principalmente de convencer a las personas más inteligentes de la sociedad, lo demás
vendría sólo, a partir de la autoridad moral que éstos imponían sobre la población.
Lippman, en su día, pensó que estas técnicas de propaganda podrían servir para
fabricar consenso, tan útil y necesario en las democracias; aunque otros autores no
ven estas técnicas con tan buenos ojos. Chomsky, por ejemplo, entendiendo la
propaganda como algo en cierto modo peligroso, dice que la propaganda es a la
democracia, lo que la cachiporra al estado totalitario.
“La política es la política de los intereses” se dice con razón. Los grupos de interés
están muy ligados a la política. Para Morgenthau, en relaciones internacionales
también “el concepto de interés debe definirse en términos de poder”, pues sólo así
podremos distinguir entre hechos políticos y no-políticos. Por ello, dice Bentley que
cuando los grupos de interés están adecuadamente definidos, todo está definido en
política.
Antes de estudiar los grupos llamados partidos políticos nos fijaremos en los llamados
grupos de presión (pressure groups) o grupos de interés (interest groups). Todos ellos
varían enormemente en su poder específico, en el ámbito de sus intereses
particulares, en sus dimensiones y en su influencia política.
Algunas Definiciones:
a) Los grupos de presión no son partidos políticos, aunque puedan llegar a serlo. Los
partidos tienen una vocación política definida: pretenden tener el poder. Los grupos de
presión no buscan directamente la conquista del poder ni su ejercicio, sino solamente
influir en él.
Clasificación
Los grupos de presión anónimos son las turbamultas o manifestaciones que se hacen
para solicitar algo concreto (ad hoc). Aunque algunas veces pueden estar
minuciosamente organizados y preparados, derivan su nombre de su carácter
desordenado y potencialmente destructor. Suelen producirse allí donde no existen
canales eficientes para elevar quejas. Su acción es esporádica por naturaleza, pero su
efecto inmediato puede, en ocasiones, ser lo bastante fuerte como para derrocar un
gobierno o hacerlo vacilar.
Hay grupos de presión subordinados a los partidos. Tal el caso de aquellos grupos
paralelos que crea el partido único (PC) en un país totalitario. También el caso de una
central sindicalista creada por un partido y que sigue bastante dependiente de él,
como fue el caso de la CTV respecto del partido Acción Democrática en Venezuela.
c) Más comúnmente se cataloga a los grupos de presión según los grupos de interés y
organizaciones profesionales que los constituyen. Organizaciones agrarias o
campesinas. Organizaciones patronales de la industria y el comercio. Organizaciones
de asalariados. Colegios de agremiados, Asociaciones cívicas, Asociaciones altruistas
(científicas, académicas, Cruz Roja...).
Funciones
En el análisis que hace Meynaud de los grupos de presión, señala él tres funciones
principales de ellos. Implícitamente considera que el “buen” grupo de presión es el que
contribuye a la integración y a la adaptación del sistema existente:
La fama
El Rumor
La difusión del rumor pasa por una serie de procesos de interpretación individual del
contenido y significados del dato. Cada receptor – emisor pone algo de su parte,
suprime, corrige o aumenta, usa códigos propios y deforma consciente o
inconscientemente las más de las veces.
El rumor es con frecuencia una fuente de información para los medios masivos,
aunque básicamente su difusión se realiza de boca en boca. Y no son raros los casos
en que los medios le han dado acogida convirtiéndolo en noticia; de ese modo, el
rumor puede ser considerado como un poderoso formador de opinión pública.
- Otros Factores:
- Actitud: “Se trata de la noción de „actitud‟, que se volvió tan central que pasó a
dominar la escena de los estudios acerca de la comunicación de masas. Una
actitud puede definirse como una tendencia psicológica que se expresa en la
evaluación que una persona realiza, con algún grado de positividad o de
negatividad, de algún objeto o entidad particular (Eagly y Chaiken, 1993).”
o después de la Segunda Guerra Mundial se investiga cómo las
comunicaciones persuasivas modifican las actitudes. “Por ejemplo, se
comienza a reconocer que los medios masivos alcanzan a individuos
que tienen actitudes, prejuicios, creencias y predisposiciones anteriores
–positivas y negativas- hacia las proposiciones y objetos tratados en los
mensajes que influirán en la decodificación que las personas hagan de
esas comunicaciones que reciben con posterioridad.”
- Selectividad: “Por otra parte, otras variables que empiezan a ser concebidas
como mediadoras entre emisores y receptores son de corte cognitivo. Por
ejemplo, „la exposición selectiva, la atención selectiva, la percepción selectiva,
la memoria selectiva y la acción selectiva”. A partir de estos conceptos se
comprobé que “los efectos o consecuencias de la comunicación de masas con
casi inexistentes. Como regla general, la selectividad de las funciones
cognitivas sugiere que las personas atienden o se exponen sólo a aquella
información que resulta consistente con sus creencias y puntos de vista
anteriores. Al auxilio de esta postura, se suman los argumentos de la Teoría de
la disonancia cognitiva, en la que se propone que cuando un individuo se
enfrenta con mensajes tendientes a la producción de disonancia o
desequilibrio, puede utilizar la estrategia de rechazar la información productora
de disonancia o reinterpretarla selectivamente en un sentido consonante.”
Según Klapper: “Entre los factores o procesos que podrían actuar como variables
mediadoras entre la comunicación y los efectos cita la selectividad cognitiva como una
variable intra individual que incide en los cambios de actitud (exposición, percepción y
retención selectivas); „la circulación interpersonal de los contenidos de las
comunicaciones; las influencias personales y los líderes de opinión‟. Gracias a ciertas
predisposiciones individuales, a las diferencias en las percepciones subjetivas con
relación a las fuentes de la comunicación, a la pérdida de fuerza de los efectos a
medida que pasa el tiempo y a la acción de las normas grupales y de los líderes de
opinión, Klapper sostiene que, primordialmente los medios producirían refuerzos y sólo
ocasionalmente cambios, tendiendo a cooperar con la perpetuación del „status quo‟,
así como con la producción de efectos difusos.”
“En todos los grupos sociales existen individuos que son particularmente
activos y, por lo general, más sensibles que los demás a los intereses del propio
grupo, así como también más proclives a expresar abiertamente sus opiniones. A esa
clase de individuos, Lazarsfeld, Berelson y Gaudet los denominaron „líderes de
opinión‟ y los definieron como aquellas personas que cumplen la función de relacionar
a sus propios grupos con las partes relevantes del sistema. Se postuló así la
existencia de un „flujo de la comunicación en dos escalones o doble flujo de la
comunicación‟, es decir, que la información que parte desde los medios masivos es
recibida y retransmitida por los líderes de opinión a las demás personas de los grupos
sociales. La propuesta sugiere que los individuos forman parte de grupos que tienen
sus propias normas y valores, y que dentro de ellos, los líderes de opinión cumplirían
la función de tamizar o filtrar las comunicaciones procedentes de afuera. Considerado
de esta manera, el grupo queda planteado como un elemento moderador de las
influencias externas y el líder de opinión como mediador entre la acción de los medios
de comunicación y los sujetos del grupo. Los líderes de opinión obtienen la
información política de manera directa (es decir, de los medios) y el resto de las
personas del grupo acceden a ellas a través de estos últimos.”
CONCLUSIONES
La OP tiene que ver con una compleja red de intereses que tratan de construir
opinión, y presentarla como natural. El Estado y los poderes económico-sociales son
los principales factores de creación de opinión pública, pero también cuentan la
educación formal (la escuela) y los medios de comunicación, etc.
BIBLIOGRAFÍA