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LA DAMA INQUIETA

ARTURO DE ASCANIO
(escrito por Jesús Etcheverry)

¿Qué decir de "La Dama inquieta"? Era la niña bonita del repertorio de Arturo. Está
inspirada en un efecto de Tenkai, "Card Flight"2, y Ascanio la consideraba el juego
gemelo de la mítica "Homing Card" (el juego de las cinco cartas rojas), obra maestra
de la Cartomagia moderna, de su amigo, maestro e ídolo, Fred Kaps. Para demostrar
el cariño que le profesaba, y lo estudiado que lo tenía, baste decir que fue el único
juego que repitió en su ciclo de conferencias "Concepción estructural de la Magia"
(Madrid 1985)3, y lo repitió porque pensaba que en él se ejemplariza todo lo que debe
tener un juego, en cuanto a: presentación, construcción, cobertura y técnica. Este juego
estuvo presente en su repertorio ganador del Congreso de Ámsterdam en 1970. Para
que puedas entender su evolución, ofrecemos cuatro versiones. La primera se
corresponde al efecto tal y como lo presentaba a finales de los años sesenta. Creemos
que fue la versión que Ascanio presentó a concurso en Ámsterdam.

Primera versión (hacia 1970)

Requisitos:

Cinco cartas rojas de puntos y la Dama de Picas. Supongamos que utilizarás como rojas
de puntos, el Ocho de Corazones, y el Nueve y el Diez de Corazones y de Diamantes.
Estos naipes eran los que usaba Arturo.

Ordenación:

Con las cartas cara arriba, desde la parte superior hacia abajo, coloca: la Dama de Picas,
el Nueve de Corazones, el Nueve de Diamantes, el Diez de Corazones, el Diez de
Diamantes y el Ocho de Corazones. La Dama de Picas será la carta cara de este paquete.

Rutina

1. En esta versión puedes actuar de pie. Con las cartas cuadradas, cara arriba, en la
mano izquierda, sujetas en la posición de dar, dices: Y ahora un juego... con una Dama
negra, la Dama de Picas... y cuatro cartas rojas. Colocaré una carta... roja... aquí, sobre
la mesa... y en la mano me quedan tres cartas rojas y la Dama negra. A la Dama hay que
seguirla siempre con la vista... saber dónde está... la vamos a colocar al lado de esta
carta de la mesa... la Dama... la colocaré metida... así. Entonces en la mano quedan...
una... dos... tres cartas rojas... tres cartas rojas.

1.1 Y ahora un juego...

Con el pulgar izquierdo vas pasando cartas, de una en una, de la mano izquierda a la
derecha, y las vas cogiendo una debajo de otra (pulgar en la cara y dedos en el dorso)
abiertas en abanico hacia la izquierda. Al contar la cuarta (o sea, la tercera roja) haz un
bucle sobre la carta inferior con el dedo mayor izquierdo y pasa dos (como una). Luego
pasa la última, y colócala en el extremo izquierdo del abanico, que inmediatamente
pasas a sujetar en la punta de los dedos, entre las dos manos (Fig. 1)

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1.2 ...con una Dama negra, la Dama de Picas...

Pasa, en abanico, las cuatro cartas rojas a la mano izquierda y quédate en la derecha con
la Dama de Picas.

Al nombrar "la Dama de Picas" gesticula con ella; es decir, separada del abanico e
individualmente, muévela y muéstrala por su cara y por el dorso.

1.3 ...y cuatro cartas rojas.

Con la Dama (en la mano derecha), y haciendo un gesto de izquierda a derecha sobre el
abanico, señala las cuatro cartas rojas. Luego, deja la Dama en el extremo derecho del
abanico, que cierras y volteas cara abajo, girándolo lateralmente con la mano derecha en
el sentido de las agujas del reloj. Para ello, los dedos pulgar y mayor derechos se
colocan respectivamente sobre las esquinas inferior y superior izquierdas de las cartas
que sujetas cara arriba en la mano izquierda y las haces pivotar hacia la derecha.

1.4 Colocaré una carta... roja.

Con la mano derecha, da cara abajo la carta superior sobre el centro de la mesa. Una vez
que la hayas depositado allí, tomándola por su esquina inferior derecha, muéstrala
frontalmente al público, al decir: ...roja.

1.5 ...aquí, sobre la mesa.

Déjala cara abajo donde estaba.

1.6 ...y en la mano me quedan tres cartas rojas...

Con el pulgar izquierdo pasa, de una en una, de la mano izquierda a la derecha, las tres
cartas superiores. La mano derecha las va cogiendo cerca de la esquina inferior derecha
(pulgar en el dorso y dedos en la cara) abiertas en abanico hacia la izquierda, y las va
mostrando frontalmente.

1.7 ...y la Dama negra.

Con la mano izquierda haz el chasquido y muestra la Dama frontalmente (Fig. 2) Es


decir, después de haber pasado tres cartas rojas a la mano derecha, la mano izquierda
modifica ligeramente la forma en que agarra sus dos últimas cartas (para el público
solamente una) La(s) desplaza(s) hacia la punta de los dedos izquierdos, que la(s)
sujetan entre la yema del pulgar y el índice (que coloca su uña contra la cara de la carta)
por el centro del lado izquierdo, y los dedos mayor, anular y meñique por el lado
derecho. Ahora la yema del pulgar hace presión hacia abajo (Fig. 3) Cuando las cartas
estén curvadas y en tensión, abandona la sujeción de los dedos mayor, anular y
meñique, y entonces, igual que un resorte, saltará(n) y se colocará(n) frontalmente de
cara a los espectadores, sujeta(s) -como una- sólo por el centro del lado izquierdo, entre
el pulgar, por el dorso y el índice, por la cara (Fig. 2) La(s) carta(s) al saltar (soltarse de
los dedos izquierdos) como si fuesen un resorte, hará(n) un chasquido que sonará como
si sólo estuvieses manejando una carta. El sonido y la soltura de este pase te ayudarán a
dar la sensación de que en la mano izquierda sólo tienes una carta; la Dama.

2
Al final del chasquido la(s) carta(s) queda(n) sujeta(s), como una, frontalmente cara al
público, entre los dedos índice y pulgar en el lado izquierdo; el resto de los dedos
quedarán extendidos hacia fuera y separados.

Las manos, como se ve en la Fig. 2, estarán una junto a la otra, mostrando frontalmente
sus cartas.

1.8 A la Dama hay que seguirla siempre con la vista...saber dónde está...

Un poco antes de comenzar esta frase, pasa (acción en tránsito) las cartas de la mano
derecha a la izquierda. Colócalas en la horca que forman los dedos índice y mayor (Fig.
4) Allí cuádralas contra la base de estos dedos, que se cierran inmediatamente para
sujetarlas. Al hacerlo, pon las manos paralelas al suelo; la derecha, inmediatamente
después de abandonar las cartas rojas, coge, desde arriba, en la posición de cortar
(pulgar en el extremo interior y dedos en el extremo exterior) a la Dama (acción final)
En este momento estás diciendo: A la Dama hay que seguirla siempre con la vista...

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Mientras dices: ...saber dónde está... la muestras al público en la mano derecha, que se
voltea palma hacia arriba. Simultáneamente, la mano izquierda corrige la posición de
sus cartas; ahora las sujetas, cara abajo, en la posición de dar.

1.9 ...la vamos a colocar al lado de esta carta de la mesa...

Deja la Dama (acción en tránsito) cara abajo, sobre las cartas de la mano izquierda; al
hacerlo, obtén con el meñique izquierdo una separación debajo de la Dama (y la carta
roja encima de ella, sin que el público lo sepa) Al nombrar la carta de la mesa, la mano
derecha, que ahora está libre, se dirige a ella y la señala (acción final)

1.10 A la Dama... la colocaré metida... así.

Con la mano derecha palma abajo coge por su lado derecho (en la posición de repartir
cartas cara arriba) la(s) carta(s) de encima de la separación, muéstrala volteando la
mano derecha palma arriba (Fig. 5) y, sin pausas, déjala(s) otra vez cara abajo sobre las
de la mano izquierda, volteándolas lateralmente. Luego, con el pulgar izquierdo, da
hacia la derecha la carta superior (una carta roja; la Dama para el público) y con la
mano derecha colócala en la mesa oblicua con respecto a la que ya estaba allí y con su
esquina inferior izquierda debajo de ella (Fig. 6)

1.11 Entonces en la mano quedan...

Con la mano derecha, coge por sus extremos exteriores (pulgar arriba y dedos debajo)
las cartas que sujetas en la mano izquierda (Fig. 6) Balancéalas en la punta de los dedos
e ininterrumpidamente colócalas otra vez en la mano izquierda, que ahora las coge
desde arriba -preparada para hacer la carta corrida- por los laterales (pulgar sobre el lado
derecho y resto de los dedos en el lado izquierdo)

Aquí vemos cómo Arturo con su charla ha justificado el tener que coger las cartas en la
mano derecha, y cómo al colocarlas otra vez en la izquierda, ya las coloca listas para el
pase que viene a continuación: la carta corrida.

1.12 una...dos...

Ya con las cartas en la mano izquierda, en la posición para hacer la carta corrida y
mientras dices: una... dos... la mano derecha coge, por el extremo exterior, pulgar en el
dorso y dedos índice, mayor y anular en la cara, la carta inferior y la muestra
volteándose palma hacia abajo. Mientras la mano derecha muestra su carta, el meñique
y el anular izquierdos desplazan hacia atrás la segunda carta roja (Fig. 7), es decir que
haces con ella la carta corrida. Ahora la mano derecha pone la carta que sujeta cara
abajo sobre las de la mano izquierda; colócala abierta hacia fuera como en unos treinta
grados (Fig. 8) y en esa acción coge las dos superiores, y muéstralas seguidamente
como una carta roja al voltear otra vez la mano derecha palma abajo. Estás mostrando
en la mano derecha dos cartas rojas abiertas en "V"; la de arriba es la doble.

1.13 tres cartas rojas...

La mano izquierda gira palma arriba mostrando una carta roja: sin pausas, la mano
derecha deposita sobre esa carta y escalonada hacia abajo la doble (Fig. 9), y luego
coloca, también escalonada hacia abajo, la tercera roja. Ahora estás sujetando en la
mano izquierda tres cartas rojas abiertas en escalera.

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1.14 Tres cartas rojas.

Con la mano derecha cuadra cara arriba las cartas de la mano izquierda y mediante un
culebreo vertical de tres cartas4 muéstralas inmediatamente otra vez como tres rojas.
Luego cuádralas y voltéalas cara abajo sobre la mano izquierda. Voltéalas lateralmente,
como antes, con la mano derecha.

1bis - En algunas ocasiones, Arturo, teniendo las cartas cara arriba y cuadradas en la
mano izquierda, en la posición de dar, pasaba la Dama de Picas y tres rojas - haciendo el
bucle en la tercera - a la mano derecha, y las sujetaba en abanico en esa mano, mientras
con la mano izquierda daba sobre la mesa, cara arriba, la cuarta roja, diciendo: Colocaré
una carta roja aquí...sobre la mesa.

Luego la mano derecha (acción en tránsito) volteaba cara abajo las cartas que sujetaba
sobre la mano izquierda, las cuadraba, e inmediatamente con la derecha, ahora libre,
volteaba cara abajo la roja de la mesa (acción final)

A partir de este punto sigue con el apartado 1.6.

2. Pero basta... simplemente un pequeño golpecito... para que la Dama inquietamente


aparezca en la mano... la coloco entre las cartas rojas... está en medio de las cartas
rojas... y la apartaremos a este otro lado... aquí sólo quedan cartas rojas... y aquí la
Dama... ésta es roja... las cartas de aquí son rojas... ¿Creéis... que aquí sigue la
Dama?... ¡No! ¡No!... son las cuatro cartas rojas... y la Dama.

2.1 Pero basta...

Con la mano derecha, pulgar en el extremo interior y dedo mayor en el extremo


exterior, acaricia ligeramente las cartas, y en ese gesto, el pulgar levanta las dos cartas
superiores por el extremo interior y el meñique izquierdo obtiene una separación debajo
de ellas.

2.2 ...simplemente un pequeño golpecito...

Da un papirotazo con el dedo mayor derecho sobre el dorso de las cartas de la mano
izquierda. Éste es el gesto mágico para que la Magia ocurra.

2.3 para que la Dama inquietamente aparezca en la mano...la coloco entre las cartas
rojas...
Tras el papirotazo, sin pausas y usando el pase de volteo de Tenkai, voltea los naipes
cara arriba sólo con la mano izquierda. Luego, y por el ángulo que sobresale hacia el
lado derecho, coge con la mano derecha, como una, las dos cartas inferiores
(aparentemente sólo la Dama) y muéstrala(s) al público. Ahora, ininterrumpidamente,
introdúcela, también cara arriba, entre las dos rojas que sujetas cara arriba en la mano
izquierda (Fig. 10)

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El pase de volteo de Tenkai, en pocas palabras, se realiza así: Sujeta en la mano
izquierda, en este caso, cuatro cartas; debajo de las dos superiores mantén una
separación con el meñique izquierdo. Éste hace presión sobre el borde del lado derecho
de las dos cartas superiores y las desplaza un poco hacia la izquierda; ahora la mano
izquierda voltea todas las cartas. Colocando el pulgar debajo, las hace girar hacia la
derecha. Las dos superiores, debido a la separación y al desplazamiento que provocó
antes el meñique izquierdo, al voltearse, se separan ligeramente hacia la derecha,
formando un cierto ángulo con respecto al resto de las cartas. Éstas, ahora cara arriba,
quedan sujetas centralmente por el pulgar en la cara y los dedos índice, mayor, anular y
meñique en el dorso. Sin pausas, la mano derecha, pulgar arriba y dedos debajo, coge,
como una, las cartas ahora inferiores (separadas en ángulo) y las muestran al público.

2.4 está en medio de las cartas rojas..

Después de colocar la Dama entre las dos rojas de la mano izquierda, la derecha cuadra
las cartas; inmediatamente muéstralas otra vez en abanico de la siguiente forma: con el
pulgar izquierdo desplaza hacia la derecha la roja superior y tómala en la mano derecha;
luego desplaza la siguiente, la Dama, que coges debajo de la anterior, pero desplazada
hacia delante y abierta en abanico hacia la izquierda; seguido coloca las dos cartas
restantes, como una, en el extremo izquierdo del abanico (Fig. 11)

2.5 ...la apartaremos en este otro lado.

Pasa el abanico de la mano derecha a la izquierda, cuádralo y voltéalo cara abajo


lateralmente; sin pausas, vuelve a abrir las cartas en abanico, como antes, en la mano
derecha (ahora las dos primeras cartas que separas son rojas y la Dama queda como
superior de la doble que colocarás en el extremo izquierdo del abanico) Es decir, la carta
que ahora sobresale cara abajo -para el público la Dama- será una carta roja. Pasa el
abanico a la mano izquierda y con la mano derecha da -pinzada entre los dedos índice y
mayor- sobre la mesa (a la derecha de la misma), la carta que sobresale, supuestamente
la Dama.

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2.6 Aquí sólo quedan cartas rojas...

Con la mano derecha palma abajo, pulgar en la cara y dedos en el dorso, coge
lateralmente las dos cartas que quedaron abiertas en abanico, cara abajo, en la mano
izquierda, y volteándose hacia fuera muéstralas al público como dos rojas; después de
una breve pausa pásalas otra vez (acción en tránsito) a la mano izquierda, que las coge
cara arriba.

2.7 ...y aquí la Dama.

Con la mano derecha ahora libre señala la carta cara abajo del lado derecho de la mesa
(acción final)

2.8 ésta es roja...

Con la mano derecha voltea cara arriba la carta superior de las que tienes en la parte
frontal de la mesa (la que está en posición vertical y que colocaste allí al principio del
juego), y déjala cara arriba en su posición.

2.9 las cartas de aquí son rojas...

Ininterrumpidamente, coge con la mano derecha las dos rojas que sujetas en la mano
izquierda y voltéalas cara abajo sobre esa mano (Fig. 12)

2.10 Tras una pausa, di: ¿Creéis... que aquí sigue la Dama?... ¡No! ¡No!...

Con la mano derecha, primero señala la carta cara abajo (la ladeada) de la parte
delantera del tapete, luego voltéala cara arriba y, así, colócala encima y hacia la
izquierda de la roja de la mesa.

2.11 son las cuatro cartas rojas...

Mediante la doble extracción por debajo5 toma, como una, las dos cartas inferiores de
las que sujetas en la mano izquierda y después de voltearla(s) muéstrala(s) en la mano

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derecha como una roja. Simultáneamente, la mano izquierda voltea entre sus dedos la
carta que sujeta.

Ahora la mano derecha y la mano izquierda se dirigen a las cartas de la mesa y allí se
paran una a cada lado. Estarás mostrando claramente cuatro cartas rojas, dos sobre la
mesa y dos en las manos (Fig. 13)

2.12 ...y la Dama

Para dejar libre la mano derecha, pasa (acción en tránsito) la doble encima de la carta
que sujetas en la mano izquierda (el pulgar izquierdo sobre la cara, las mantendrá en
posición); luego señala con la mano derecha la de la mesa -la del lado derecho- (acción
final)

Al hacerlo, si quieres, desplázala hacia el centro de la mesa. Luego coge cara arriba con
la mano derecha las dos rojas de la mano izquierda y voltéalas cara abajo sobre esa
mano.

3. Pero basta otra vez... un golpecito... y la Dama aparece inquietamente junto al


Nueve... de aquí ha desaparecido la Dama.

3.1 Pero basta otra vez... un golpecito...

Acaricia las cartas por sus extremos con la mano derecha, como antes, y luego da un
papirotazo con el dedo mayor sobre su dorso. Recuerda: es el gesto mágico.

3.2 y la Dama aparece inquietamente junto al Nueve...

Tras el papirotazo y sin interrupción, la mano derecha coge lateralmente, palma hacia
abajo, desde arriba, como una, las dos superiores (en la posición de repartir cartas cara
arriba) Es sencillo gracias al bucle que haces sobre la inferior con el dedo mayor
izquierdo. Voltéala(s) hacia delante y muéstrala(s) como la Dama. Simultáneamente, la
mano izquierda voltea su carta cara arriba y muestra un Nueve rojo.

3.3 de aquí ha desaparecido la Dama.

Tras una pausa, pon la Dama cara arriba -y la carta que oculta- debajo de la de la mano
izquierda, déjala en salida interior (acción en tránsito), y con la mano derecha libre
voltea cara arriba la carta de la derecha de la mesa; después de mostrarla (acción final)
colócala encima de las rojas de la mesa, desplazada hacia la izquierda.

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4. El Nueve con la Dama... la Dama a un lado... y el Nueve en la mano. Vamos a
enseñar las cuatro cartas rojas... de una en una, por delante y por detrás... una... dos...
tres... y cuatro cartas rojas... por delante y por detrás... y la Dama encima de todas
ellas, pero si se gira... queda debajo de este pequeño paquete... pero la Dama...
inquietamente aparece en el bolsillo... porque aquí... sobre la mesa... sólo hay, una,
dos, tres y cuatro cartas rojas.

4.1 El Nueve con la Dama...

Con la mano derecha coge las cartas de la mano izquierda y voltéalas lateralmente cara
abajo sobre esa mano, luego cuádralas y sin interrupción y mediante la extensión de
D’Amico / Ascanio6 muéstralas como un Nueve y la Dama.

4.2 la Dama a un lado

Después de una breve pausa, para que el público las pueda ver claramente, voltéalas
cara abajo sobre la mano izquierda y con la mano derecha da la carta superior sobre la
mesa (en el lado derecho)

4.3...el Nueve en la mano

Modifica ligeramente el agarre de la(s) carta(s) en la mano izquierda; sujétala(s) hacia la


mitad de los dedos (pulgar en el lado izquierdo, índice en el extremo exterior y mayor
en el lado derecho; el pulgar y el mayor están bastante cerca de sus esquinas
respectivas), e inclina la carta así cogida un poco hacia arriba, como unos treinta grados
con respecto a la horizontal; esto facilita que la cojas por el lado derecho con la mano
derecha, que coge la(s) carta(s) palma abajo (Fig. 14), y volteándose la muestra. Sin
pausas, dirígete hacia las rojas de la mesa y sirviéndote del Nueve como de una pala
"bárrelas", cogiéndolas en las manos.

4.4 Vamos a enseñar las cuatro cartas rojas...

Comienza mostrando cuatro rojas en las manos; para ello extiende con el pulgar
izquierdo hacia la derecha las tres superiores; en la mano izquierda quedan las
dos inferiores sujetas como una. Luego pasa la tercera roja otra vez a la mano izquierda
y muestra unos instantes dos cartas en cada mano. Ahora pon las de la mano izquierda
encima de las de la mano derecha; con este gesto habrás colocado la Dama como carta
del centro de este paquete. Cuádralas con la mano derecha y voltéalas lateralmente cara
abajo.

4.5 ...de una en una, por delante y por detrás... una... dos... tres... y cuatro cartas
rojas... por delante y por detrás...

Coge la superior, voltéala hacia delante y colócala cara arriba sobre la siguiente carta.
Ten en cuenta que se coloca superponiéndose en la mitad de su longitud, es decir, la
superior, cara arriba, estará escalonada hacia abajo respecto a la siguiente, en la mitad
de su longitud. El pulgar izquierdo desplaza ligeramente hacia la derecha la siguiente
carta (Fig. 15)

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La mano derecha se separa y gira palma abajo, y luego coge las dos cartas y las voltea
hacia delante. El pulgar izquierdo hace un push-off de las dos siguientes y la mano
derecha coloca sobre ella las dos que sujeta, alineando la inferior con las del push-off
(Fig. 16)

La mano derecha vuelve a cambiar de posición, coge las cartas palma abajo, gira palma
arriba y coloca las cartas sobre la que queda en la mano izquierda; ésta se alinea con las
superiores de las de la mano derecha. Seguidamente, la mano derecha con todas las
cartas gira palma abajo y deja las cartas sobre la palma de la mano izquierda que se
extiende para cogerlas (Fig. 17)

La posición ahora será: sobre la palma y más cerca de la muñeca hay dos cartas cara
abajo, la segunda por debajo es la Dama, luego sobresaliendo hacia fuera una carta cara
abajo, y arriba, hacia la muñeca, dos rojas cara arriba.

4.6 y la Dama encima de todas ellas...

Con la mano derecha coge la supuesta Dama de la mesa, y colócala (hacia el exterior)
sobre las cartas de la mano izquierda (Fig. 18)

4.7...pero si se gira... queda debajo de este pequeño paquete...

La mano derecha, pulgar debajo y dedos encima cogen todas las cartas menos las dos
últimas, que quedan empalmadas en la mano izquierda, (para facilitar esta forma de
agarrarlas y el empalme posterior, puedes desplazar un poco en ángulo todas las cartas
menos las dos últimas); luego volteando la mano derecha lleva las cartas hacia la parte
delantera de la mesa (Fig. 19), donde las depositas. Simultáneamente, la mano izquierda
se gira un poco hacia dentro con las dos cartas inferiores empalmadas: la Dama y una
carta roja. La mano izquierda inicialmente permanece quieta, pero luego se desplaza, en
zona penumbrosa, hacia atrás.

4.8 Tras una pausa, di: pero la Dama, inquietamente aparece en el bolsillo...

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La mano izquierda se dirige al bolsillo interior derecho de la chaqueta y de allí simula
sacar la Dama. Descarga la carta roja que estaba empalmada junto a ella en este bolsillo.
Muestra la Dama y déjala cara arriba sobre la mesa.

5. Porque aquí... sobre la mesa... sólo hay, una, dos, tres y cuatro cartas rojas.
Con ambas manos separa lateralmente las cartas de la mesa, dos en cada mano (Fig. 20)
y voltea las de la mano izquierda que están cara abajo mostrando así cuatro cartas rojas
sobre la mesa. Al final, empuja la Dama hacia delante, de forma que quede entre las
cartas rojas cara arriba (Fig. 21)

Segunda versión (hacia 1981)

La segunda versión de este magnífico juego -la que hacía Ascanio a comienzos de los
ochenta- la hemos tomado de una cinta de vídeo que Jorge Haddad grabó en Las Palmas
de Gran Canarias el 14 de abril de 1981. Gracias Jorge por tu colaboración.
En esta versión vemos cómo ya estaba incorporada la dejada estudio, así como la
avanzadilla flotante de Ascanio y la enseñada sincera.

Lo que hay que recalcar durante el juego, la clave en su presentación, decía Ascanio, es:
la soltura y la ingravidez del manejo. Un manejo ingrávido es aquel que consigue que
las cartas, manejadas por el mago, no pesen, floten al pasarlas de una mano a la otra. El
mago no debe luchar con las cartas, debe manejarlas sin esfuerzo, el manejo debe ser
suelto. Por otro lado, este juego debe ser presentado con un cierto ritmo interno. En
alguna ocasión -concretamente en Viena- Arturo incluso lo presentó con música -el
Danubio Azul. Evidentemente en este caso hay que hacer un pequeño esfuerzo de
claridad, para asegurase que el público sabe exactamente dónde está la Dama y dónde
no está.

Requisitos

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Cinco cartas rojas de puntos y la Dama de Picas. Supongamos que utilizas, y con la
misma ordenación, las mismas cartas que en la versión anterior.

Rutina

1. Sentado a la mesa y con las cartas, cara abajo, en la mano izquierda, en la posición de
dar, comienza diciendo: Ésta es la historia de una carta inquieta... ésta es la carta
inquieta... intervienen además cuatro cartas rojas... La carta inquieta es la Dama de
Picas.... una Dama negra... esta carta sirve sólo para despistar... realmente juegan, la
Dama de Picas y una... dos... tres cartas rojas. Aquí me quedan tres cartas rojas... y la
Dama de Picas... A la que hay que seguir es a la Dama de Picas... colocaré aquí cara
abajo la carta del despiste... A la Dama la dejaré... también cara bajo, junto a la carta
del despiste. Aquí en la mano... sólo me quedan cartas rojas, una... dos... y tres cartas
rojas... porque vosotros ya sabéis dónde está la Dama y la carta del despiste... aquí
tenemos cartas rojas...

1.1 Ésta es la historia de una carta inquieta...

Con la mano derecha coge la carta de la parte inferior del paquete que sujetas en la
mano izquierda y déjala cara abajo sobre la mesa, hacia el centro y delante de ti.

1.2 ésta es la carta inquieta...

Luego, también con la mano derecha, arrástrala un poco más hacia delante, de forma
que quede centrada y en la parte delantera del tapete.

1.3 ...intervienen además cuatro cartas rojas...

Con la mano derecha voltea una a una cara arriba las cartas de la mano izquierda (con la
dada de repartir cartas cara arriba stud), y colócalas en fila, de izquierda a derecha,
sobre la mesa, cerca de ti. Es decir, con la mano derecha palma hacia abajo coge las
cartas por sus lados derechos (dedos en el dorso y el pulgar en la cara) y al darlas hacia

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delante, voltea la mano de forma que las cartas queden cara arriba y se puedan dar así
sobre la mesa. Da de esta manera las tres superiores, y al dar la doble (que es la última)
hazlo mediante la dejada estudio (Fig. 22)

La dejada estudio: Sujeta la doble en la mano izquierda, con el pulgar en el lado


izquierdo, el índice doblado en el extremo externo, y el mayor en el lado derecho. El
pulgar y el mayor sujetan la(s) carta(s) por los lados, cerca de las esquinas exteriores
izquierda y derecha. La(s) carta(s) estará(n) un poco inclinada(s) hacia arriba,
separada(s) de la palma de la mano izquierda. Ahora la mano derecha se acerca y la(s)
coge por el borde, y por el centro del lado derecho, pulgar debajo y dedos índice y
mayor arriba (Fig. 14) Con la doble así cogida, la mano derecha se voltea palma arriba y
la lleva hacia el extremo derecho de la fila, donde la deposita cuidando que no se
descuadre (Fig. 22)

Para dar cobertura a esta dejada(y como misdirection) Ascanio recomendaba que en el
momento de hacerla, la mano izquierda, ya libre, fuese hacia la Dama y la cogiese (Fig.
22) mostrándola. (Así ofreces dos focos de atención al espectador, misdirection de
segundo grado.) Lo hacía porque esta dejada no es segura cien por cien, y en algunas
ocasiones, al dejar la doble sobre la mesa, no queda perfectamente cuadrada.

1.4 La carta inquieta es la Dama de Picas.... una Dama negra...

Con la mano izquierda coge la Dama de la mesa, voltéala cara arriba entre los dedos y
tómala desde arriba con la derecha, en la posición de cortar (pulgar en el extremo
interior y el dedo mayor en el exterior; el dedo índice estará doblado sobre la cara de la
carta) Esta cogida tiene su importancia, pues más tarde te facilitará la recogida de la
doble de la mesa. Si al hacer la dejada de la doble, ésta quedaba perfectamente
cuadrada, Arturo se recreaba en esta fase; es decir, cogía la Dama de la mesa con la
mano izquierda, la volteaba entre los dedos y con ambas manos la lanzaba, cara arriba,
girando en el aire, plana sobre la mesa. Luego la ponía cara arriba sobre la palma
izquierda abierta y decía: A la que hay que seguir es a la Dama... la señalaba con la
mano derecha y la cogía desde arriba (como antes hemos indicado) en esa mano. Si por
el contrario la doble quedaba un poco descuadrada, abreviaba esta fase y pasaba
rápidamente la Dama a la mano derecha; con esta mano y parte del antebrazo procuraba
dar cobertura a la carta ligeramente descuadrada del extremo derecho de la fila de cartas
rojas.

1.5 Esta carta sólo sirve para despistar...

Con la mano izquierda empuja verticalmente hacia delante la roja del extremo izquierdo
de la fila, dejándola cara arriba en la parte izquierda y en la zona delantera del tapete.

1.6 ...realmente juegan, la Dama de Picas y una... dos... tres cartas rojas

Deja caer la Dama plana sobre la carta roja del extremo derecho de la fila. Luego, con la
mano derecha, recoge desde arriba estas dos (tres) cartas. Dada la forma en que has
sujetado anteriormente a la Dama en la mano derecha, te resultará fácil, con el mismo
agarre, recoger desde arriba la doble sin que se descuadre. Opera de la misma manera
con las otras dos cartas rojas restantes, recogiéndolas, una después de otra, debajo de las
que sujetas en la mano derecha. Llévalas a la mano izquierda, y voltéalas cara abajo,
cuadrándolas con ambas manos.

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1.7 Aquí me quedan tres cartas rojas...

Haz lo explicado en el apartado 1.6 de la Primera Versión.

1.8 ...y la Dama de Picas

Haz el chasquido tal y como se ha explicado en el apartado 1.7 de la Primera Versión


(Fig. 2 y 3)

1.9 ...a la que hay que seguir es a la Dama de Picas...

Haz lo explicado en el apartado 1.8. de la Primera Versión (Fig. 4)

1.10 Colocaré aquí cara abajo la carta del despiste...

Deja la Dama (acción en tránsito) cara abajo, sobre las cartas en la mano izquierda; al
hacerlo obtén con el meñique izquierdo una separación debajo de ella (y la roja que le
acompaña) Luego, adelanta la mano derecha, ya libre, coge la carta roja que está sobre
la mesa, y voltéala cara abajo; déjala sobre la mesa en una posición centrada (acción
final)

1.11 La Dama la dejaré...

Aprovechando la separación que mantienes con el meñique izquierdo, con la mano


derecha coge y voltea cara arriba la Dama (en realidad una doble) sobre las de la mano
izquierda. Déjala cara arriba en salida exterior.

1.12 ...también cara bajo, junto a la carta del despiste.

Con el índice izquierdo inicia la avanzadilla flotante de Ascanio 7 con la carta doble;
luego con la mano derecha cógela por su esquina superior derecha y al voltearla para
dejarla cara abajo sobre las de la mano izquierda haz el volteo sobresaliente de Tamariz
8 (Fig. 23 y 24)

Acaba este pase con la avanzadilla flotante de Ascanio. Es decir, adelanta con el índice
izquierdo la única carta que ha quedado sobresaliendo. Cógela con la mano derecha y
colócala formando un cierto ángulo hacia la derecha debajo de la carta del despiste; sólo
queda debajo de la carta de la mesa la esquina inferior izquierda de la supuesta Dama.

14
1.13 Aquí en la mano...

Realiza las acciones del apartado 1.11 de la Primera Versión (Fig. 6)

1.14 ...sólo me quedan cartas rojas, una... dos...

Realiza las acciones explicadas en el apartado 1.12 de la Primera Versión (Fig. 7 y 8)

1.15 y tres cartas rojas

Realiza las acciones explicadas en el apartado 1.13 de la Primera Versión (Fig. 9)

1.16 porque vosotros ya sabéis dónde está la Dama y la carta del despiste...

Lleva la mano derecha hacia las cartas de la mesa y toca el dorso de la supuesta Dama y
de la carta del despiste.

1.17 Aquí tenemos cartas rojas...

La mano derecha se acerca a la mano izquierda; cuadra las cartas que allí sujetas y con
ellas cara arriba haz un culebreo vertical de tres cartas. Al terminarlo, haz una ligerísima
pausa y separa la mano derecha. Luego pasa las cartas a esa mano que las coge dedos en
las caras y pulgar en el dorso; voltea esa mano palma arriba y pasa las cartas, cara abajo,
otra vez, a la mano izquierda. Seguidamente, cuádralas y haz otro culebreo vertical de
tres cartas, pero esta vez con las cartas dorsos hacia ti, mostrando las caras frontalmente
al público. Cuando acabes, cuádralas sobre la mano izquierda y como acariciándolas
obtén con la yema del pulgar derecho una separación debajo de las dos superiores; pasa
la separación luego al meñique izquierdo.

2. Ahora basta que haga así y la Dama que estaba aquí, vendrá aquí, de aquí... a aquí...
Y ahora la Dama está aquí... la colocamos entre las cartas rojas... porque aquí no está
la Dama... ésta es una carta roja, la del despiste. La Dama de Picas está aquí entre las
cartas rojas... entre las rojas... y la pondré aquí... ¿Creéis que está aquí?... ¡No! Aquí
no está... la Dama está aquí. Fijaos... aquí sólo quedan cartas rojas... una y dos... ésta
también es roja... aquí tengo cuatro cartas rojas.

2.1 Ahora basta que haga así y la Dama que estaba aquí, vendrá aquí, de aquí... a
aquí...

Separa la mano derecha y adelántala hacia las dos cartas de la mesa. Con la mano
abierta haz unos pases mágicos sobre esos naipes y luego llévala un par de veces, desde
las cartas de la mesa hacia las de la mano izquierda. Éste es el gesto mágico.

2.2 Y ahora la Dama está aquí... y la colocamos entre las cartas rojas...
Realiza las acciones del apartado 2.3 de la Primera Versión (Fig. 10)
2.3 ...porque aquí no está la Dama... ésta es una carta roja, la del despiste

Con la mano derecha, ahora libre, avanza hacia las cartas de la mesa, y voltea cara

15
arriba la carta del despiste; después de mostrarla déjala cara arriba en su posición, sobre
la mesa.
2.4 La Dama de Picas está aquí entre las cartas rojas...

Seguido, sin mostrar la otra -la que el público creía era la Dama- lleva la mano derecha
a las de la mano izquierda, cuádralas y sin pausas, ábrelas de nuevo cara arriba, en
abanico; para ello pasa primero la carta superior de la mano izquierda a la mano
derecha, luego pasa la Dama, colocándola en salida exterior, y seguido, pon dos como
una en el extremo izquierdo del abanico (Fig. 11) Con ello estás mostrando un abanico
de tres cartas en la mano derecha; la Dama de Picas estará sobresaliendo entre dos rojas.

2.5 ...entre las rojas... y la pondré aquí.

Realiza las acciones indicadas en el apartado 2.5 de la Primera Versión.

2.6 ¿Creéis que está aquí?... ¡No! Aquí no está... la Dama está aquí.

Con la mano derecha, desplaza (arrastrándola sobre el tapete) la carta cara abajo de la
mesa hacia la derecha, levántala por su extremo interior y mírala tú solo. Luego
gesticula hacia la carta que acabas de poner a la derecha de la mesa (la supuesta Dama);
si quieres puedes desplazarla hacia una posición más centrada.

2.7 Fijaos... aquí sólo quedan cartas rojas... una y dos...

Coge con la mano derecha las cartas cara abajo de la mano izquierda, voltéalas cara
arriba para mostrarlas durante unos instantes y luego voltéalas lateralmente cara abajo
sobre la mano izquierda (Fig. 12)

2.8 ésta también es roja...

Coge con la mano derecha, la carta que has visto sólo tú hace un momento y voltéala
cara arriba. Ponla cara arriba sobre y a la izquierda de la carta del despiste.

2.9 aquí tengo cuatro cartas rojas

Cuadra las cartas de la mano izquierda con la ayuda de la mano derecha, y mediante la
doble extracción por debajo voltea con la mano derecha las dos inferiores (como una);
después de voltearlas, muéstralas en la mano derecha como una roja. Inmediatamente
voltea cara arriba la que te queda en la mano izquierda. En este gesto habrás mostrado
dos cartas rojas en las manos. Sin pausas lleva estas cartas hacia las rojas de la mesa y
ponlas a sus costados, con lo que el público verá claramente allí cuatro cartas rojas cara
arriba (Fig. 13)

2.10 ...la Dama está aquí...

Coloca (acción en tránsito) cara arriba la(s) carta(s) roja(s) que sujeta(n) la mano
derecha encima de la roja de la mano izquierda; el pulgar izquierdo ayuda a que las
cartas conserven su posición. La mano derecha al quedar libre se dirige a la supuesta
Dama y la toca (acción final)

16
3. Pero basta que hagamos así... y así... y la Dama vuelve a estar aquí.

Al decirlo la mano derecha cuadra las cartas de la mano izquierda y las voltea cara abajo
sobre aquella mano, (si quieres puedes voltearlas de una en una) Haz unos gestos
mágicos con la mano derecha plana, yendo de la mano izquierda a la carta cara abajo de
la mesa, y de ésta a las de la mano izquierda. Hazlo un par de veces. Luego haz un bucle
con el dedo mayor izquierdo sobre la carta inferior y con una dada tipo “de repartir
cartas cara arriba”, voltea cara arriba con la mano derecha la(s) carta(s) superior de las
que sujetas en la mano izquierda; es decir muestras que la Dama ha regresado a las
manos. Simultáneamente, voltea cara arriba en la mano izquierda la otra, mostrando que
es roja. Coloca esta carta encima de la Dama (carta doble) de la mano derecha, ponla en
ángulo, de forma que no tape totalmente a la Dama de debajo y luego pásalas a la mano
izquierda, que las sujeta cara arriba. La mano derecha libre voltea cara arriba la carta de
la mesa, para mostrar que la Dama ya no está allí, y luego la coloca desplazada hacia la
izquierda, encima de las de la parte delantera de la mesa.

4. ¡No sé qué voy hacer con esta Dama!... Ya sé qué voy a hacer... Mirad, la carta roja
está encima... mirad, está encima... ahora coloco la Dama aquí sobre la mesa... y a esta
carta roja la pongo con las otras rojas... aquí tenemos las cuatro cartas rojas... y aquí
la Dama. ¡Todo está claro! Colocaré las cartas rojas, unas cara arriba y otras cara
abajo. Colocaré estas cartas así, en mi mano, y sobre ellas pondré la Dama. Ahora, si
doy la vuelta a todo, y lo pongo sobre la mesa, la Dama quedará debajo y no se podrá
escapar... Pero, ¿qué pasa?... ¿Qué tengo aquí?... Aquí... ¡La Dama!

4.1 ¡No sé qué voy hacer con esta Dama!... Ya sé qué voy a hacer... Mirad, la carta roja
está encima...

La mano derecha va hacia la mano izquierda, cuadra las cartas y las voltea cara abajo;
luego mediante la extensión D’Amico/Ascanio muestra las cartas en la mano derecha
como una roja y la Dama. Después de hacer esta extensión, si quieres, dos veces, déjalas
cara abajo sobre la mano izquierda.

4.2 Ahora coloco la Dama aquí, sobre la mesa...


Da la carta superior con la mano derecha sobre la mesa.

4.3 ...y esta carta roja la pongo con las otras rojas...

Coge la carta restante (en realidad una doble) también con la mano derecha, pulgar en la
cara, dedos en el dorso (Fig. 14), voltéala cara arriba y llévala hacia las cartas de la
mesa, y sirviéndote de ella como de una pala, recógelas, y luego pásalas a la mano
izquierda.

4.4 Aquí tenemos las cuatro cartas rojas...

Con las cartas cara arriba en la mano izquierda haz una enseñada sincera 9,
mostrándolas como cuatro rojas, dos en cada mano. Al recogerlas, después de la
enseñada, pon las dos que tienes en la mano derecha debajo de las de la mano izquierda
y voltea lateralmente todo el paquete cara abajo sobre la mano izquierda (con la mano

17
derecha)

4.5 y aquí la Dama. ¡Todo está claro!

Con la mano derecha toca el dorso de la carta de la mesa.

4.6 Las cartas rojas las colocaré unas cara arriba y otras cara abajo

Realiza las acciones explicadas en el apartado 4.5 de la Primera Versión (Fig.15, 16 y


17)

4.7 Colocaré estas cartas así, en mi mano, y sobre ellas pondré la Dama

Realiza las acciones explicadas en el apartado 4.6 de la Primera Versión (Fig. 18)

4.8 Ahora si doy la vuelta a todo, y lo pongo sobre la mesa, la Dama quedará debajo y
no se podrá escapar...

Con la punta de los dedos de la mano derecha (pulgar debajo y dedos índice y mayor
arriba) coge las cartas de la mano izquierda menos las dos inferiores (que empalmas en
la mano izquierda), y llévalas hacia la parte central y delantera de la mesa (Fig. 19) En
esta acción, voltéalas y déjalas sobre la mesa. Cuando la mano derecha coge sus cartas,
la mano izquierda (que empalma las dos inferiores, apartado 4.7 de la Primera Versión),
gira un poco hacia dentro, pero permanece quieta, y cuando las cartas de la mano
derecha están sobre la mesa, se retrasa hasta casi el borde de la misma.

4.9 pero, ¿qué pasa?... ¿Qué tengo aquí?... Aquí... ¡la Dama!

Haz un gesto con tu hombro derecho (el antebrazo debe estar posado sobre la mesa);
entonces lleva la mano izquierda debajo de la mesa, descarga allí la carta roja y, ya con
la Dama únicamente, llévala debajo del brazo derecho y de allí sácala mostrando la
Dama. Después de mostrarla frontalmente, déjala sobre la mesa en la parte central
posterior.

5. Y aquí, ¿aquí qué tenemos? ...Pues ¡cuatro cartas rojas!

Dirígete hacia las cartas de la mesa, sepáralas lateralmente (Fig. 20), voltea cara arriba
las que están cara abajo y colócalas por separado sobre la mesa. Allí solamente hay
cuatro cartas rojas. Luego con la mano derecha adelanta la Dama hacia las cartas rojas,
y en la parte frontal de la mesa muestra cuatro rojas y la Dama (Fig. 21)

Tercera versión (hacia 1985)

La tercera versión que ofrecemos es la que Arturo presentó en las cinco conferencias de
su ciclo "Concepción estructural de la Magia" (1985)

18
Como podrás apreciar, desde el punto de vista técnico en esta versión hay varias
modificaciones; entre ellas la introducción -en la fase final de la rutina- del culebreo
Tenerife y la dejada tirada, pero sobre todo hay cambios importantes en la presentación.
Al comienzo del juego Ascanio incorporó un pequeño monólogo; es lo que él llamaba
una introducción verbal o prólogo. También están modificadas las apariciones de la
Dama, que se realizan como efectos a destiempo: la Dama aparece inesperadamente en
un lugar donde no debiera estar, y no hay un gesto mágico previo que lo justifique.

Requisitos

Cinco cartas rojas de puntos y la Dama de Picas. Supongamos que utilizas, y con la
misma ordenación, las mismas cartas que en las versiones anteriores.

Rutina

0. El mago estará sentado a la mesa, con las cartas cuadradas, aproximadamente, en el


centro de la misma. Di: Como sabéis -por eso a mí me gusta la Cartomagia - las cartas
son como las personas, tienen vida... todos sabemos que entre las personas hay niños
inquietos... y hay niños tranquilos.... hay mujeres inquietas... y hay mujeres tranquilas...
Con la baraja pasa igual... hay cartas inquietas... y hay cartas tranquilas.
Al acabar de decir esto, coge con la mano derecha las cartas de la mesa y colócalas, en
la posición de dar y cuadradas, en la mano izquierda.

Éste es el pequeño monólogo. 10

1.Continúa: Ésta es la historia, mejor dicho, las aventuras de una carta inquieta... ésta
es la carta inquieta... y también intervienen cuatro cartas tranquilas... cuatro cartas
rojas, y la carta inquieta... La carta inquieta es una Dama, la Dama inquieta... la Dama
de Picas... Así pues, se trata de las aventuras de esta Dama inquieta... una Dama
huidiza... A la que hay que seguir es a la Dama... hay que saber dónde está... esta carta
es la del despiste... y ésta la Dama... y tres cartas rojas, una... dos... y tres. Recordad,
hay que saber dónde está la Dama... a la Dama... la dejaremos sobre la mesa.... a la
izquierda de la carta del despiste... No os confundáis... Aquí la Dama y aquí la carta
del despiste... y aquí tres cartas rojas...

1.1 Ésta es la historia, mejor dicho, las aventuras de una carta inquieta...
Con la mano derecha coge la carta de la parte inferior del paquete que sujetas en la
mano izquierda y déjala cara abajo sobre la mesa, hacia el centro, delante de ti.

1.2 ésta es la carta inquieta...

Inmediatamente, también con la mano derecha, arrástrala un poco más hacia delante, de
forma que quede centrada y en la parte delantera del tapete.

1.3 y también intervienen cuatro cartas tranquilas... cuatro cartas rojas, y la carta
inquieta...
Con la mano derecha voltea, una a una, cartas cara arriba y, con una dada tipo "de
repartir cartas cara arriba", colócalas en fila, de izquierda a derecha, sobre la mesa,
cerca de ti. Al colocar la cuarta roja (en el extremo derecho de la fila) hazlo con la
dejada estudio. Realmente deja allí una doble (Fig. 22)11

19
1.4 la carta inquieta es una Dama, la Dama inquieta... la Dama de Picas... Así pues, se
trata de las aventuras de esta Dama inquieta... una Dama huidiza...
Ahora juega con la Dama en la mano izquierda, pásala de una mano a otra, lánzala plana
sobre la mesa, hazla girar en el aire mediante un movimiento de giro que le das con las
dos manos, etc.

1.5 A la que hay que seguir es a la Dama... hay que saber dónde está...
Después de haber jugado y mostrado claramente la Dama, colócala plana sobre la palma
de la mano izquierda; ten tu mano aproximadamente encima del extremo izquierdo de la
fila. Luego tómala desde arriba con la mano derecha (pulgar en el extremo interior y
dedos en el extremo exterior) y desplaza esta mano hacia la derecha, sobre la fila. Párala
al llegar al extremo derecho.

1.6 esta carta es la del despiste...

Con la mano izquierda, ahora libre, arrastra sobre la mesa, cara arriba, la carta del
extremo izquierdo de la fila. Desplázala primero hacia delante y luego hacia la derecha.
Al final de este desplazamiento tendrás una carta roja cara arriba aproximadamente en
el ángulo superior derecho del tapete.

1.7 y ésta... la Dama y tres cartas rojas, una... dos... y tres.

Coloca la Dama plana sobre la carta roja del extremo derecho de la fila (si quieres déjala
caer allí plana); luego con la mano derecha (tomándolas desde arriba, en la posición de
cortar) cógelas y colócalas sobre la siguiente. Finalmente, de la misma forma, coloca
este montón de cartas sobre la tercera hacia la izquierda. Haz una pequeña pausa, luego
coge todas con la mano derecha y déjalas, cara arriba, en la mano izquierda. En el
mismo gesto, con la mano derecha, cuádralas y acarícialas, y en esa acción obtén una
separación debajo de las dos superiores con el pulgar derecho; luego traslada esa
separación al meñique izquierdo.

1.8 Recordad: hay que saber dónde está la Dama...

Con la mano izquierda (mediante el volteo de Tenkai) voltéalas cara abajo. Como
consecuencia, las que estaban encima de la separación del meñique izquierdo quedarán
sobresaliendo en ángulo hacia la derecha; ahora con la mano derecha (pulgar en el dorso
y dedos en la cara) coge las dos inferiores (como una) y sepáralas.

20
Si quieres, al coger la doble en la mano derecha (en su movimiento otra vez hacia la
mano izquierda), haz el twist de la uña (Fig. 25 y 26). En esta ocasión las cartas estarán
cara abajo.

1.9 A la Dama...

Con la mano derecha voltea cara arriba la(s) que allí sujetas -dejándola(s) en salida
exterior- sobre las de la mano izquierda.

1.10 la dejaremos sobre la mesa.... a la izquierda de la carta del despiste...


Con la mano derecha coge la roja de la mesa y con su ayuda, sirviéndote de ella como
de una pala, voltea cara abajo a la Dama sobre las de la mano izquierda; puedes hacerlo
mediante la avanzadilla flotante. 12 Ahora voltea entre los dedos de la mano derecha la
carta roja y, sin pausas, da (a la izquierda y con la mano izquierda) sobre la mesa la
Dama (en realidad una carta roja), y a la derecha, con la mano derecha, pon la carta roja.
Tienes sobre la mesa dos cartas: a la izquierda aparentemente la Dama (en realidad una
carta roja), y a la derecha la carta del despiste (una roja)

1.11 No os confundáis... aquí la Dama y aquí la carta del despiste...

Acaricia las cartas de la mano izquierda con la mano derecha y, como antes, obtén una
separación debajo de las dos superiores (primero tómala con el pulgar derecho y
después trasládala al meñique izquierdo); luego señala con la mano derecha las cartas de
la mesa, primero la del lado izquierdo y después la del lado derecho.

1.12 y aquí tres cartas rojas...

Haz el volteo de Tenkai para voltear cara arriba las cartas de la mano izquierda. Coge en
la mano derecha la carta(s) que sobresale(n) en ángulo y muéstrala(s).
Estarás mostrando una roja en la mano derecha y dos en la mano izquierda. tras una
pausa, coloca la de la mano derecha entre las de la mano izquierda.

El twist de la uña. Esta es una maniobra de soltura despistante que solía usar muy a
menudo Ascanio. Para realizarla toma la carta doble con la mano derecha, supongamos
que cara arriba, por ejemplo, por su centro. Para ello apoya la uña del pulgar derecho
sobre el centro de la cara, y coloca los dedos índice y mayor derechos, en pinza de tres
dedos, en el dorso (Fig. 25). Sujetándola de esta forma, al desplazarla, si encoges y
estiras un poco el mayor derecho, la carta realizará unos ligeros movimientos de
rotación, pivotando sobre la uña del pulgar derecho (Fig. 26). Este movimiento será el
que engañe a los espectadores, que no podrán sospechar que una carta que se mueve con
tal libertad sea una doble. En sus diferentes aplicaciones, no siempre se cogerá la carta
por su centro. Aplica esta técnica al agarre que tengas que realizar. En este juego se
hace desde el agarre que resulta de coger dos cartas desde el volteo de Tenkai.

2. Ahora voy a intentar intercambiar las posiciones de la Dama y la carta del despiste...
Para ello hago así... así... y ya está... ¡Mirad! ¡Aquí ya no está la Dama!... Aquí tengo
las cartas rojas... Si ahora a la Dama...¡Eh! ¿qué pasa aquí?... Aquí no está la Dama...
está ahora entre las cartas rojas... Pero, ¡un momento! La dejaré aquí... éstas son
cartas rojas... ¿Pensáis que está aquí? ¡No! Aquí no está... está aquí.... Mirad, aquí
tengo las cuatro cartas rojas... la Dama está aquí. Ya sé dónde está la Dama, o por lo
menos sé dónde no está.

21
2.1 Ahora voy a intentar intercambiar las posiciones de la Dama y la carta del
despiste... Para ello hago así... así... y ya está...

Con la mano derecha, haz un gesto mágico sobre las cartas de la mesa.

2.2 ¡Mirad! ¡Aquí ya no está la Dama!...

Pasa las rojas que sujetas, cara arriba, en la mano izquierda a la mano derecha y lleva
ambas manos hacia la carta del lado izquierdo de la mesa; allí, con la ayuda de las cartas
que sujetas en la mano derecha y el índice izquierdo, voltea cara arriba la supuesta
Dama; se verá una carta roja.

2.3 Aquí tengo las cartas rojas...

Pasa, volteándolas cara abajo, las cartas de la mano derecha a la mano izquierda.
Seguido, acarícialas con la mano derecha y como antes, obtén una separación con el
meñique izquierdo debajo de las dos superiores.

2.4 Si ahora a la Dama... ¡Eh! ¿Qué pasa aquí?

Prestando toda tu atención a la carta del lado derecho de la mesa, haz el volteo de
Tenkai con las cartas de la mano izquierda; luego con la mano derecha coge las que
sobresalen en ángulo (como una), y dirígete con ella(s) hacia la supuesta Dama. En ese
momento descubre que en la mano derecha tienes la Dama y muéstrate sorprendido y un
poco molesto. Ininterrumpidamente, deja la Dama entre (en medio y en salida exterior)
las rojas de la mano izquierda (Fig. 10)

2.5 Aquí no está la Dama...

La mano derecha libre se dirige hacia la carta de la mesa (la del lado derecho); levántala
por el extremo interior, y viéndola exclusivamente tú, dices lo de Aquí no está la Dama.

2.6 está ahora entre las cartas rojas...

Con la mano derecha cuadra las cartas de la mano izquierda y ábrelas en abanico de tres
cartas, con la Dama en medio y en salida exterior; la última de este abanico será una
doble (Fig. 11). Es igual que en el apartado 2.4 de la Primera Versión.

2.7 Pero, ¡un momento!... La dejaré aquí...

Con la mano derecha cuadra estas cartas, voltéalas cara abajo y luego ábrelas de nuevo
en un abanico de tres cartas -igual que antes, sólo que ahora la que sobresale es una roja;
con la mano derecha da la carta roja (supuestamente la Dama) cara abajo sobre la mesa,
a tu derecha. Es igual que en el apartado 2.5 de la Primera Versión.

2.8 éstas son cartas rojas...

Con la mano derecha coge (pulgar sobre las caras y dedos en el dorso) las cartas cara
abajo de la mano izquierda; voltea la mano derecha hacia delante, con lo que muestras
dos cartas rojas; luego deposítalas, una a una, cara abajo sobre la mano izquierda (Fig.
12).

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2.9 ¿Pensáis que está aquí? ¡No! Aquí no está... está aquí...

Con la mano derecha libre dirígete hacia la carta cara abajo de la mesa, voltéala,
muéstrala y dala cara arriba sobre la roja del ángulo superior izquierdo del tapete. La
misma mano señala la carta cara abajo (la de tu derecha) de la mesa.

2.10 Mirad, aquí tengo las cuatro cartas rojas... la Dama está aquí. Ya sé dónde está la
Dama, o por lo menos sé dónde no está.

Con la mano derecha haz la doble extracción por debajo y muestra una carta roja; en el
mismo gesto, la mano izquierda, entre sus dedos, voltea la carta que sujeta.
Inmediatamente dirígete hacia las cartas cara arriba de la mesa y colocando ambas
manos a sus costados muestra claramente allí cuatro rojas (Fig. 13), luego pon la doble
(que sujetas en la mano derecha) sobre la roja de la mano izquierda (déjalas solapadas)
y con la mano derecha señala la carta cara abajo de la mesa. Al acabar la frase, con la
mano derecha voltea, cara abajo, sobre la mano izquierda, las rojas que allí sujetas.

3. La Dama está aquí... Pero... ¿qué pasa? ¡Aquí no debiera estar!...

Con toda tu atención dirigida hacia la carta cara abajo de la mesa, con el pulgar
izquierdo haz un push-off y empuja hacia la derecha las dos superiores de las que allí
sujetas; luego mediante el volteo de Stuart Gordon voltea cara arriba la doble en la
mano derecha. En el gesto de llevarla hacia la que está cara abajo sobre la mesa, finge
advertir que en la mano derecha estás sujetando la Dama y di, algo enfadado: Pero...
¿qué pasa? ¡Aquí no debiera estar!... Al mismo tiempo voltea entre los dedos de la
mano izquierda la que allí sujetas; luego coloca la Dama (una carta doble) sobresaliente
hacia abajo, debajo de la carta de la mano izquierda.

4. Aquí ya no está... Aquí tengo la Dama y el Nueve... la Dama y el Nueve... la Dama la


dejo aquí... y aquí tengo cuatro cartas rojas... Ahora ¡ya te tengo!... aquí cuatro cartas
rojas...

4.1 Aquí ya no está...

Con la mano derecha libre voltea cara arriba la carta cara abajo de la mesa, muéstrala, y
déjala cara arriba en el ángulo superior izquierdo del tapete sobre las rojas cara arriba,
que están allí.

4.2 Aquí tengo la Dama y el Nueve... la Dama y el Nueve...

Con la mano derecha toma las cartas que sujetas en la mano izquierda, muéstralas y
voltéalas cara abajo sobre la mano izquierda. Ininterrumpidamente, haz la extensión
D’Amico/Ascanio mostrando la Dama y el Nueve; si lo deseas, repite esta extensión dos
veces. Después de la segunda extensión coloca las cartas cara abajo sobre la mano
izquierda.

4.3 la Dama la dejo aquí...

Da con el pulgar izquierdo hacia la derecha la carta superior y cógela en la mano


derecha (pulgar en el dorso y dedos en la cara). Sin pausas, la mano izquierda voltea
lateralmente cara arriba (colocando el pulgar debajo y empujando hacia la derecha) la
doble que sujeta (se ve el Nueve rojo) y la deposita cara arriba sobre la que sujetas cara

23
abajo en la mano derecha; el pulgar derecho colocado sobre su lado derecho las sujetará
en su posición (Fig. 27). A continuación, lleva la mano hacia el centro de la mesa,
deposita allí la carta roja cara arriba con una dejada en tránsito 13 (Fig. 28), y luego
deposita en la parte derecha y delantera del tapete la carta cara abajo -aparentemente la
Dama (Fig. 29)

4.4 y aquí tengo cuatro cartas rojas...

Con la mano derecha coge el Nueve que estará en el centro de la mesa cara arriba y con
él barre las rojas del ángulo superior izquierdo de la mesa; luego mediante la enseñada
sincera muestra cuatro cartas rojas entre las manos, dos en cada mano; pon las cartas
que sujetas en la mano derecha debajo de las de la mano izquierda.

4.5 Ahora ¡ya te tengo!... aquí cuatro cartas rojas...

Mediante el culebreo Tenerife 14 y la dejada tirada 15 deja sobre la mesa cuatro cartas
rojas cara arriba (Fig. 30 y 31)

5. Cuatro cartas rojas... que mostraré por delante y por detrás... una... dos... tres... y
cuatro... ahora colocaré encima a la Dama... y vueltas coloco las cartas sobre la

24
mesa... Pero... ¿qué pasa aquí?... Aquí... tengo ¡la Dama!... ¡La Dama inquieta!...
porque aquí sólo tengo... una, dos... tres y cuatro cartas rojas... y la Dama.

5.1 Cuatro cartas rojas...

Recoge las cartas rojas de la siguiente forma (la doble es la segunda por la izquierda):
con la mano izquierda coge la carta del extremo izquierdo de la fila y déjala caer sobre
la doble; al mismo tiempo con la mano derecha recoge la carta del extremo derecho,
barre con ella la siguiente, y finalmente con ellas barre las restantes. Con esta recogida
la Dama quedará en tercera posición desde arriba. Luego voltéalas cara abajo sobre la
mano izquierda.

5.2 que mostraré por delante y por detrás... una... dos... tres... y cuatro... ahora
colocaré encima a la Dama... y vueltas coloco las cartas sobre la mesa...
Realiza las acciones de los apartados 4.5, 4.6 y 4.7 de la Primera Versión (Fig. 15, 16,
17, 18 y 19)

5.3 Pero... ¿qué pasa aquí? Aquí... tengo ¡la Dama!... ¡La Dama inquieta!...

Haz un gesto con tu hombro derecho (el antebrazo debe estar posado sobre la mesa);
entonces la mano izquierda se retrasa, va debajo de la superficie de la mesa, allí
descarga la carta roja, y con la Dama se dirige debajo del brazo derecho y sale
mostrándola. Después de mostrarla frontalmente, déjala en la parte central posterior,
cara arriba, sobre la mesa.

5.4 porque aquí sólo tengo... una, dos... tres y cuatro cartas rojas... y la Dama.

Dirígete hacia las cartas de la mesa, sepáralas lateralmente (Fig. 20), voltea cara arriba
las que están cara abajo y colócalas por separado sobre la mesa. La mano derecha
empuja hacia delante la Dama; las cartas acaban como se ve en la Fig. 21.

Cuarta y última versión (hacia 1995)

Como ya hemos indicado, Arturo consideraba la dejada estudio aleatoria; es decir, de


acuerdo a su experiencia, tenía constatado que había ocasiones en las que la carta doble,
al dejarse sobre la mesa, podía quedar algo descuadrada. A fin de evitar este riesgo,
después de su último viaje a Bogotá, decidió remediar este problema. La solución que
halló -hacia 1995- más la incorporación de algunas de sus últimas técnicas ascanianas
para resaltar la soltura del manejo en este magnífico juego, se encuentra en esta versión,
última que presentó.

Requisitos

Las mismas cartas y en el mismo orden que en las versiones anteriores.

Rutina

0. Prólogo. Estás sentado a la mesa con el paquete de seis cartas, cuadrado y cara abajo,
en la mano izquierda, en la posición de dar. Sin decir nada relativo a las cartas (hablas

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de otra cosa) da cara abajo, con la mano derecha, hacia el centro de la mesa, y más bien
adelantada hacia los espectadores, la inferior de ese paquete (la Dama). A continuación,
mediante la extensión descuidada,16 deposita cara abajo sobre la mesa, delante de ti,
como cuatro, las cinco cartas que te quedan en la mano izquierda.

Ahora di: Éste es el juego de la Dama inquieta. Como sabéis... a mí por eso me gusta la
Cartomagia... las cartas son como las personas, tienen vida... todos sabemos que entre
las personas hay niños inquietos.... y hay niños tranquilos... que hay mujeres
inquietas... y hay mujeres tranquilas... con la baraja pasa igual... hay cartas inquietas...
y hay cartas tranquilas.

1. Continúa: Ésta es la historia, mejor dicho, las aventuras de una carta inquieta... ésta
es la carta inquieta... y también intervienen cuatro cartas tranquilas... cuatro cartas
rojas... y la carta inquieta... La carta inquieta es una Dama negra... la única carta
negra que interviene en el juego... la Dama de Picas... Así pues, se trata de las
aventuras de esta Dama inquieta... huidiza... más bien ubicua... A la que hay que seguir
es a la Dama... hay que saber dónde está... ésta es la carta del despiste... y ésta la
Dama y tres cartas rojas, una... dos... y tres. Recordad, la Dama y tres cartas rojas...
colocamos la Dama aquí... sobre la mesa, junto a la carta del despiste... Recordad, la
Dama y la carta del despiste sobre la mesa... ahora sabemos claramente dónde están la
carta del despiste y la Dama.

1.1 Ésta es la historia, mejor dicho, las aventuras de una carta inquieta...

Con la mano derecha (cogiéndolas desde arriba) recoge las cartas de la extensión
descuidada y colócalas encima de la Dama; luego recógelas a todas y pásalas, cara
abajo, a la mano izquierda. Voltéalas cara arriba sobre la mano izquierda (haciéndolas
girar hacia atrás, extremo con extremo) con la mano derecha. Colócalas en la posición
de dar cartas modificada de Ascanio. 17

Ésta es la carta inquieta... Da sobre la mesa, cara arriba, en el centro y más bien
adelantada hacia los espectadores, la Dama. Sin pausas, da (detrás de la Dama) las
cuatro cartas rojas. Hazlo de la siguiente forma: da la primera roja, sobre ella,
ligeramente descuadrada hacia la derecha la siguiente, luego sobre ellas (sobre su eje
central, pero descuadrada hacia abajo en la mitad de su longitud y hacia la derecha en la
mitad de su anchura) da, mediante el push-off de Ascanio, una carta doble -para el
público sólo una (Fig. 32). Da la última, a la altura de la doble, pero descuadrada hacia
la izquierda en la mitad de su anchura.

Al hacerlo estás diciendo: ...y también intervienen cuatro cartas tranquilas... Añade:
...cuatro cartas rojas... y para acentuar este hecho, pon la mano derecha plana sobre
las cartas rojas (Fig. 33), y apoyando los dedos índice y mayor sobre la segunda carta
dada, ábrela hacia la derecha (Fig. 34). Seguido y mientras adelantas la mano derecha
para señalar a la Dama de Picas (Fig. 35), di: ...y la carta inquieta... Al desplazarse
lateralmente las cartas rojas en el gesto anterior, la doble no tiene porqué
descuadrarse; sin embargo, si ocurriese, nadie notaría nada anormal, pues la mano
derecha al señalar a la Dama, cubre las cartas.

26
1.2 Al decir: ...La carta inquieta es una Dama negra... la única carta negra que
interviene en el juego... recoge con la mano derecha las cartas rojas, pásalas cara arriba
a la mano izquierda e inmediatamente haz un culebreo vertical con presa del anular.18
Muestra por unos instantes dos cartas rojas en cada mano (para ello coge la inferior y
superior de las de la mano izquierda en la mano derecha), y seguido, mediante la dejada
frotada 19 coloca sobre la mesa, cerca de ti, en fila, de izquierda a derecha, cuatro cartas
rojas cara arriba. La segunda por la derecha es doble. Si deseas puedes usar en este
momento la dejada frotada y pisada.20 En este caso, luego, como en un gesto posterior,
desplazarás hacia la izquierda (con la mano izquierda) las dos cartas de la izquierda de
la fila.

La dejada frotada: después del culebreo vertical, pon la doble en la presa del anular y
después de frotarlas brevemente mostrándolas, con la mano derecha coge la carta
inferior cuando se desplace hacia la derecha; luego coge la superior de la mano
izquierda (debajo de la que acabas de coger), muéstralas por un momento, dos en cada
mano, y deja la inferior de la mano derecha otra vez encima de las cartas de la mano
izquierda (de donde, hace unos instantes, las has tomado)

Seguido, sin interrupción, deja la carta de la mano derecha sobre la mesa, en el extremo
izquierdo de la fila que comienzas a formar; luego coge desde arriba (pulgar en el
extremo interior y dedos mayor y anular en el extremo exterior) la superior de las de la
mano izquierda y déjala en la fila a la derecha de la primera; coge la doble que dejas
sobre la mesa, más a la derecha, con la técnica de la dejada quemada.21 Finalmente,
coloca la última en el extremo derecho, ejecutando antes con ella una doble voltereta
entre los dedos derechos (es simplemente una especie de floritura). La doble estará la
segunda desde el extremo derecho.

1.3 Al decir: la Dama de Picas... Así pues, se trata de las aventuras de esta Dama
inquieta... huidiza... más bien ubicua... A la que hay que seguir es a la Dama... hay que
saber dónde está... coge con la mano izquierda la Dama de Picas, juega con ella en las
manos, colócala plana y cara arriba sobre la mano izquierda y mueve esta mano de un
sitio para otro, siguiéndola y señalándola con el índice derecho.

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1.4 Tras jugar un poco con la Dama, y haber transmitido subliminalmente que las únicas
cartas que hay son cuatro rojas sobre la mesa y la Dama en la mano, con la mano
derecha adelanta hacia el ángulo superior derecho del tapete la roja del extremo
izquierdo de la fila. Para lograrlo, simplemente arrástrala sobre el tapete y di: Ésta es la
carta del despiste...

1.5 Una vez adelantada la carta del despiste, coge la Dama (que está sobre la mano
izquierda) con la mano derecha por el extremo exterior (pulgar en la cara y dedos en el
dorso) y colócala o déjala caer sobre la carta roja del extremo derecho de la fila.
Después de una pequeña pausa recoge estas dos cartas como antes -por su extremo
exterior- y llévalas hacia la siguiente (la doble). En el trayecto, con una acción conjunta
del pulgar y los dedos derechos desplaza lateralmente, hacia la derecha, la roja inferior,
y hacia la izquierda, la Dama. En esta posición deja caer ambas cartas sobre la doble; el
lado izquierdo de la Dama alineado con el lado izquierdo de la doble (Fig. 36).
Inmediatamente vuelve a coger, de la misma manera con la mano derecha, este montón
de cartas y déjalo caer sobre la carta que está más a la izquierda de la fila. Recógelas a
todas y colócalas cara arriba en la mano izquierda (Fig. 37). Al cuadrarlas con ambas
manos obtén una separación con el meñique izquierdo debajo de la carta en salida
lateral derecha (es decir, la segunda desde arriba). Antes la descuadraste al recoger las
dos primeras cartas de la fila para facilitar ahora la obtención de esta separación con el
meñique izquierdo. Al hacer todo esto di: ...y ésta la Dama y tres cartas rojas, una...
dos... y tres.

1.6 Sujétalas, en la mano izquierda, y mientras di: Recordad: la Dama y tres cartas
rojas... voltéalas cara abajo con el volteo de Tenkai y, sin pausas, con la mano derecha
(mayor e índice en la cara y pulgar en el dorso) coge -como una- por las esquinas
inferiores derechas, las dos cartas inferiores; muestra frontalmente la Dama en la mano
derecha; en el mismo gesto la mano izquierda muestra también frontalmente tres cartas
rojas (Fig. 38). Ahora la mano derecha deja caer, volteándola cara arriba, y en salida
exterior sobre las cartas, cara abajo, de la mano izquierda a la Dama (una carta doble).

1.7 Al decir: colocamos la Dama aquí... sobre la mesa, junto a la carta del despiste...
Recordad, la Dama y la carta del despiste sobre la mesa, la mano derecha, una vez que
ha soltado la Dama, coge la carta roja de la mesa y la voltea cara abajo entre los dedos.

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Con la avanzadilla flotante de Ascanio, realiza la fase de volteo (devolución) del doble
flotante con la ayuda de la carta de la mano derecha, que usas como una pala para
voltear la Dama (una carta doble) cara abajo, sobre las cartas de la mano izquierda (Fig.
39). Adelanta ambas manos hacia la mesa y deja allí, cara abajo, la carta de la mano
derecha, a la derecha. A la izquierda da, con el pulgar izquierdo, simultáneamente, la
superior de las cartas que sujetas en la mano izquierda (supuestamente la Dama, en
realidad una roja), y di: Ahora ya sabéis dónde está la Dama y dónde está la carta del
despiste.

1.8 Comenta: Ahora sabemos claramente dónde está la carta del despiste y la Dama,
acaricia las cartas con la mano derecha y por el extremo interior levanta con el pulgar
derecho las dos superiores; ahora con el meñique izquierdo obtén una separación debajo
de ellas. Te resultará más fácil si antes has biselado hacia ti el extremo interior de las
cartas. De inmediato voltéalas cara arriba mediante el volteo de Tenkai. Seguido, coge
con la mano derecha las dos inferiores (como una); muestra en la manos tres rojas, e
introduce la doble entre las dos de la mano izquierda; déjalas desplegadas. Luego
cógelas en la mano derecha (y con ellas), mientras hablas, señala las cartas de ambos
lados de la mesa, primero la del ángulo derecho (Fig. 40) y después la del ángulo
izquierdo (Fig. 41) En estos desplazamientos de la mano, el pulgar derecho puede
mover las cartas un poco. Observa cómo entre las Fig. 40 y 41 las dos cartas superiores
se han desplazado hacia la izquierda, la doble entre la de arriba y la de abajo (es decir,
en el centro) no se descuadra. Ésta es una de las expansiones estudiadas por Ascanio.
Después de una pausa voltea estas cartas cara abajo sobre la mano izquierda y
cuádralas.

2. Continúa: Ahora basta que haga así... y así, y la Dama intercambiará su posición
con la carta del despiste... Mirad, aquí ya está la carta del despiste... y aquí debe estar
la Dama.

2.1 Al decir: Ahora basta que haga así... y así, y la Dama intercambiará su posición
con la carta del despiste... haz un gesto mágico con la mano derecha sobre las cartas
cara abajo de la mesa, como indicando que las estás cambiando de lugar. Luego haz un
culebreo vertical de tres cartas con presa del anular con las cartas cara abajo de la mano
izquierda. Una vez que tengas la doble en la posición de la presa del anular (Fig. 42)
voltea la mano izquierda palma arriba y sujeta sólo las cartas con el índice en la cara y
el pulgar en el dorso (Fig. 43). (Si ahora quitases las cartas, los dedos índice y pulgar
izquierdos deberían formar una O. Arturo le llamaba el volteo en O.) Coge estas cartas
lateralmente con la mano derecha (pulgar en la cara y dedos en el dorso). La yema del
pulgar derecho se apoya en los bordes de las dos cartas superiores y sobre el índice de la
carta inferior (Fig. 44). En esta posición el pulgar derecho se puede avanzar y con él las
dos cartas superiores; la doble no se descuadrará (Fig. 45). Ésta es otra de las
expansiones estudiadas por Ascanio.

2.2 Ahora con la ayuda de la mano izquierda y de las cartas cara arriba que sujetas en la
mano derecha (Fig. 45), voltea cara arriba la carta del ángulo izquierdo del tapete, la
supuesta Dama (se ve que es una carta roja) mientras dices: Mirad, aquí ya está la carta
del despiste... Luego voltea cara abajo sobre la mano izquierda las cartas de la mano
derecha y cuádralas.

29
2.3 Lleva la mano derecha libre hacia la carta cara abajo del ángulo derecho de la mesa;
tócala y desplázala un poco hacia el centro del tapete y mientras di: y aquí debe estar la
Dama.

3. Si ahora a la Dama... ¡Eh! ¿qué pasa aquí?... Si aquí está la Dama, aquí ya no está...
efectivamente ésta no es la Dama... la Dama está aquí... entre las cartas rojas... ahora
la colocaré aquí sobre la mesa... estas son cartas rojas... ¿Pensáis que ésta es la
Dama? ¡No! Ésta no es la Dama... la Dama está aquí... aquí tengo cartas rojas... cartas
rojas... la Dama ¡ya te tengo!

3.1 Al decir: Si ahora a la Dama... ¡Eh! ¿qué pasa aquí?... con la mano derecha
acaricia las cartas, e igual que antes, obtén una separación con el meñique izquierdo
debajo de las dos superiores. Sin pausas, voltéalas cara arriba mediante el volteo de
Tenkai; inmediatamente coge con la mano derecha las dos inferiores como una, y
muestra la Dama de Picas en la mano derecha. Simula extrañeza y pon la doble entre las
dos cartas de la mano izquierda (Fig. 10) y seguido, voltéalas lateralmente cara abajo en
la mano izquierda.

3.2 Al decir: si aquí está la Dama, aquí ya no está... con la mano derecha haz un
culebreo Tenerife de tres cartas. Para ello primero desplaza la inferior hacia la izquierda

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con el índice izquierdo y luego desplaza también hacia la izquierda la superior con el
pulgar izquierdo; una vez que tengas sujeta la doble en la mano derecha haz el
movimiento de giro del culebreo Tenerife y después de girar ciento ochenta grados,
súbela hasta que quede al mismo nivel que las otras dos, pero sobresaliendo hacia la
izquierda como en la mitad de su anchura con respecto a la inferior (Fig. 46). Abandona
ahora la sujeción de la mano derecha y cambiando de postura vuelve a cogerlas con el
pulgar en la cara de la carta inferior y dedos sobre el dorso de la superior (Fig. 46). La
posición de las yemas de los dedos de la mano derecha, aunque sobre las cartas superior
e inferior, deben corresponderse al borde del lado derecho de la doble del centro. En esa
posición voltea la mano derecha palma arriba (Fig. 47) y adelanta hacia la izquierda el
pulgar derecho; con este movimiento se desplazarán hacia la izquierda las dos cartas
superiores (la doble y la superior); la doble no se descuadrará (Fig. 48). Haz este gesto
al llevar la mano derecha hacia la carta cara abajo sobre la mesa. A esta maniobra
Ascanio le llamaba la pinza de deslizamiento. Tras señalar el naipe de la mesa, pasa las
cartas cara arriba a la mano izquierda (Fig. 48), y cuádralas.

3.3 Con la mano derecha libre, levanta el extremo interior de la carta de la mesa, y
mirándola sólo tú di: Efectivamente, ésta no es la Dama... Luego, con las cartas de la
mano izquierda haz un culebreo vertical de tres cartas al decir: la Dama está aquí...
Seguido, coloca la doble en la presa del anular y voltéalas cara abajo haciendo el volteo
en O; cógelas lateralmente ahora con la mano derecha (dedos en las caras y pulgar en el
dorso) y colocándolas frontalmente al público, muéstralas mientras dices: entre las
cartas rojas... Pásalas cara abajo a la mano izquierda y cuádralas (aquí puedes hacer una
expansión similar a la explicada en el apartado 2.1.)

3.4 Inmediatamente con la mano derecha ábrelas en abanico de tres cartas. Primero pasa
una carta de la mano izquierda a la derecha, luego pasa la segunda, que pones debajo de
la primera pero en salida exterior con respecto a ella. Finalmente coloca en el extremo
izquierdo la doble (a nivel con la primera). Sin interrupción, pasa el abanico, cara abajo
a la mano izquierda, y mientras dices: ahora la colocaré aquí sobre la mesa... con la
mano derecha coge la carta que sobresale hacia fuera y deposítala cara abajo sobre la
mesa en el lado derecho, más bien hacia el ángulo inferior derecho del tapete.

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3.5 Al decir: éstas son cartas rojas... con la mano derecha, palma abajo, cógelas
lateralmente, pulgar en la cara y dedos en el dorso, voltea esa mano para mostrar dos
cartas rojas, y luego, de una en una, voltéalas cara abajo sobre la mano izquierda (Fig.
12)

3.6 Al decir: ¿Pensáis que ésta es la Dama? ¡No! Ésta no es la Dama... con la mano
derecha ahora libre coge la carta cara abajo del centro de la mesa, voltéala cara arriba y
así como está, déjala sobre la carta del ángulo izquierdo. Luego la mano derecha señala
y desplaza hacia el centro del tapete a la supuesta Dama al decir: la Dama está aquí...
Ininterrumpidamente voltea cara arriba las cartas cara abajo de la mano izquierda; para
ello con la mano derecha haz la doble extracción por debajo con las dos inferiores y casi
simultáneamente voltea cara arriba entre los dedos izquierdos la superior. Mientras
dices: aquí tengo cartas rojas... cartas rojas, desplaza las manos hacia las cartas rojas
cara arriba del ángulo superior izquierdo del tapete y colocándolas a sus lados muestra
claramente cuatro rojas (Fig. 13)

3.7 Después de mostrar claramente las cuatro rojas en el ángulo superior izquierdo del
tapete -dos sobre la mesa y dos en las manos- coloca la de la mano izquierda debajo (y
sobresaliendo hacia abajo) de la doble de la mano derecha y con ellas señala y toca la
carta cara abajo de la mesa mientras dices: La Dama. ¡Ya te tengo! Aquí también
puedes desplazar con el pulgar derecho la doble hacia la izquierda: es otra expansión.
Después, voltéalas cara abajo sobre la mano izquierda y cuádralas.

4. Di: Pero basta que haga así y...¡Eh! ¿Pero qué está pasando? ¡Otra vez!...la Dama
está aquí... entonces, ésta no es la Dama...Aquí tengo el Diez y la Dama...la Dama y el
Diez...la Dama y el Diez...dejo la Dama sobre la mesa...y aquí tengo las cartas
rojas...la Dama está aquí...aquí una y dos...cartas rojas...Aquí la Dama, no os
confundáis, aquí tengo cartas rojas...

4.1 Al decir: Pero basta que haga así y...¡Eh! ¿Pero qué está pasando?¡Otra vez!... con
la mano derecha haz un pase mágico sobre la carta cara abajo de la mesa, y seguido,
lleva la mano hacia las cartas de la mano izquierda y, haciendo un bucle con el mayor
izquierdo sobre la inferior, coge lateralmente las dos superiores, pulgar en la cara y
dedos en el dorso; voltéalas cara arriba hacia delante al ir hacia la carta de la mesa y
muestra otra vez la Dama. Simultáneamente, la mano izquierda voltea su carta cara
arriba entre sus dedos. Mientras dices, algo sorprendido y enfadado: la Dama está
aquí... entonces, ésta no es la Dama... pasa la Dama debajo de la carta de la mano
izquierda, sobresaliendo hacia abajo e inmediatamente lleva la mano derecha a la carta
de la mesa, voltéala y déjala cara arriba sobre las rojas del ángulo superior izquierdo del
tapete.

4.2 Voltea las cartas de la mano izquierda cara abajo, y sin pausas y mientras dices:
Aquí tengo el Diez y la Dama... sujétalas cuadrándolas con ambas manos; luego arrastra
hacia la izquierda la inferior y voltéala cara arriba y un poco después mediante el volteo
de Stuart Gordon volteas la doble con la mano derecha. Pon la Dama debajo de la de la
mano izquierda, pero déjala sobresaliendo hacia la derecha como en un tercio de su
anchura. Al decir: la Dama y el Diez... coloca ambas perpendicularmente a los dedos de
la mano izquierda (Fig. 49) y voltéalas cara abajo (Fig. 50). Éstas se voltearán sobre la
mano izquierda sin que se descuadre la doble (Ascanio le llamaba el volteo con cojín de
aire). Cuádralas, y mediante la extensión de D’Amico/Ascanio muéstralas de nuevo

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como un Diez rojo y la Dama de Picas. Tras una breve pausa, voltéalas cara abajo sobre
la mano izquierda.

4.3 Al decir: dejo la Dama sobre la mesa... separa la carta superior con el pulgar
izquierdo hacia la mano derecha, cógela en esa mano, y ahora abriendo las palmas de
ambas manos, adelanta las cartas hacia el público (ésta es una enseñada sincera con dos
cartas). Muéstralas, deposita la de la mano derecha cara abajo sobre la mesa, a la
derecha, y sin interrupción, voltea cara arriba la doble en la mano izquierda; para
hacerlo el pulgar izquierdo se dobla debajo de la carta y la voltea sobre los dedos (Fig.
51). Mientras dices: y aquí tengo las cartas rojas... la mano derecha ya libre, por el lado
derecho, coge la carta de la mano izquierda y se desplaza hacia las rojas de la mesa y
con la ayuda de este naipe las recoge y las coloca cara arriba sobre la mano izquierda,
mientras añades: aquí las cartas rojas...

4.4 La Dama está aquí... Haz un gesto con la mano derecha hacia la carta cara abajo de
la mesa. Al mismo tiempo, haz un bucle con la inferior de las que tienes en la mano
izquierda; luego al cogerlas con la mano derecha desde arriba, el pulgar derecho obtiene
una separación encima de la inferior. Al decir: aquí una y dos... pasa la superior a la
mano izquierda con el pulgar izquierdo; en el mismo gesto también pasa la inferior (Fig.
52); luego pasa la siguiente. Déjalas un poco abiertas en abanico. Seguido di: cartas
rojas... y con el pulgar derecho separa las que sujetas en la mano derecha; así estarás
mostrando cuatro rojas en las manos (Fig. 53). Voltea simultáneamente cara abajo las
cartas de ambas manos y coloca las de la mano derecha sobre las de la mano izquierda.
Luego, sin pausas, voltéalas cara arriba, y cuádralas en la mano izquierda.

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4.5 Con la mano derecha libre, señala la carta cara abajo de la mesa y di: Aquí la Dama.
Al decir: No os confundáis, aquí tengo cartas rojas... una... dos...tres... y cuatro... haz
un culebreo vertical con presa del anular. Muéstralas entre las manos, dos en cada una e,
ininterrumpidamente, ponlas sobre la mesa mediante la dejada frotada (igual que en el
apartado 1.2 de esta versión) La doble es la segunda desde el extremo derecho de la fila.

5. Di: Ya sé lo que voy a hacer, os mostraré las cartas rojas por delante y por detrás, de
una en una... Mirad... una... dos... tres... y cuatro. Ahora colocaré la Dama, cara abajo
aquí encima... pero si doy la vuelta a todo... y lo dejo sobre la mesa... basta que dé un
golpecito... y la Dama inquietamente, huye... y está aquí debajo de mi brazo.

5.1 Mientras dices: Ya sé lo que voy a hacer, os mostraré las cartas rojas por delante y
por detrás, de una en una..., recoge las cartas rojas de la fila, comenzando por la del
extremo derecho (usa la recogida tipo picoteo) y luego colócalas cara abajo sobre la
mano izquierda.

5.2 Repite la maniobra explicada en el apartado 4.5. de la Primera Versión (Fig. 15, 16
y 17), mientras dices: Mirad, una... dos... tres... y cuatro.

5.3 La mano derecha coge de la mesa la carta cara abajo, y en esta condición, la pone
sobre las de la mano izquierda, mientras dices: Ahora colocaré la Dama, cara abajo,
aquí encima... Es lo mismo que el apartado 4.6. de la Primera Versión (Fig. 18)

5.4 La mano derecha coge las cartas de la mano izquierda por los lados interiores
(índice y mayor encima y pulgar debajo) excepto las dos inferiores que quedan
empalmadas en la mano izquierda (apartado 4.7 de la Primera Versión, Fig. 19) y las
adelanta hacia la parte central y delantera de la mesa; en ese trayecto voltea la mano y
coloca las cartas volteadas sobre la mesa. En el mismo gesto la mano izquierda -con dos
cartas empalmadas- que inicialmente se quedó quieta, se retrasa hacia el borde de la
mesa y allí, en una zona penumbrosa, se apoya sobre el tapete unos instantes. Mientras
dices: pero si doy la vuelta a todo... y lo dejo sobre la mesa...

5.5 Da un golpe con la mano derecha sobre las cartas de la mesa, al decir: basta que dé
un golpecito... y la Dama inquietamente, huye... y está aquí debajo de mi brazo. Haz un
gesto con el cuerpo, como si notases algo debajo de tu brazo derecho; entonces la mano
izquierda se dirige hacia allí, y cuando está debajo de la superficie de la mesa deja sobre
el regazo la carta roja que tiene empalmada. Luego, como de debajo del brazo derecho,
saca la Dama, muéstrala y déjala cara arriba sobre la mesa, más bien cerca de ti.

6. Di: ¿Y aquí que hay?... Pues cuatro cartas rojas... y ésta es la historia de la Dama
inquieta... ubicua. Al decirlo, lleva las manos hacia las cartas de la mesa, separa las que
están cara abajo en la mano izquierda, y las que están cara arriba en la mano derecha
(Fig. 20); voltea cara arriba las de la mano izquierda, y colocándolas claramente
individualizadas sobre la mesa, deja dos en el lado izquierdo y dos en el lado derecho.
Al acabar la frase, con la mano derecha y aparentando estar un poco enfadado, empuja
hacia delante a la Dama de Picas, que quedará en medio de las cartas rojas (Fig. 21)
Tras una pequeña pausa, mira al público de frente, y sonríeles con aire risueño y de
complicidad.

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NOTAS

1. Este juego está extraído del tercer tomo de LA MAGIA DE ASCANIO, escrito por Jesús
Etcheverry y publicado por la Editorial Páginas en 2001. En dicho libro aparece por primera vez
en letra impresa.

2. La versión del maestro japonés está explicada en un pequeño folleto, "Six Tricks by Tenkai".

3. Las cinco conferencias están íntegramente recogidas en LA MAGIA DE ASCANIO de


Ascanio/Etcheverry, Tomo 1. Editorial Páginas. 2000.

4. Culebreo vertical de tres cartas, en LA MAGIA DE ASCANIO, Tomo 2, Pág. 30.

5. La doble extracción por debajo, en LA MAGIA DE ASCANIO, Tomo 2, Pág. 198.

6. La extensión de D’Amico/Ascanio, en LA MAGIA DE ASCANIO, Tomo 2, Pág. 39.

7. La avanzadilla flotante de Ascanio, en LA MAGIA DE ASCANIO, Tomo 2, Pág. 227.

8. El volteo sobresaliente, en SONATA de Juan Tamariz, Pág. 56. Editorial Frakson. 1989.

9. La enseñada sincera, en LA MAGIA DE ASCANIO, Tomo 2, Pág. 223.

10. Para entender bien este concepto ver "Esquema general de un juego", en LA MAGIA DE
ASCANIO, Tomo 1, Pág. 240.

11. Para más detalles ver puntos 1.3 y 1.4 de la Segunda Versión.

12. La avanzadilla flotante, en LA MAGIA DE ASCANIO, Tomo 2, Pág. 184.

13. Esta dejada es creación de Miguel Gómez.

14. Culebreo Tenerife, en LA MAGIA DE ASCANIO, Tomo 2, Pág. 31.

15. Dejada tirada, en LA MAGIA DE ASCANIO, Tomo 2, Pág. 53.

16. Ver esta técnica en "Ases con amor", en LA MAGIA DE ASCANIO, Tomo 2, figs. 1 y 2,
Pág. 222.

17. Ver esta posición en LA MAGIA DE ASCANIO, Tomo 2, Fig. 1, Pág. 207.

18. Culebreo con presa del anular, en LA MAGIA DE ASCANIO, Tomo 2, Pág. 29.

19. Dejada frotada, en LA MAGIA DE ASCANIO,Tomo 2, Pág. 48.

20. Dejada frotada y pisada, en LA MAGIA DE ASCANIO, Tomo 2, Pág. 50.

21. La dejada quemada, en LA MAGIA DE ASCANIO, Tomo 2, Pág. 47

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