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Lóbulo parietal: características y funciones

Esta parte del cerebro tiene distintas funciones bien diferenciadas. ¿Cuáles son?

El lóbulo parietal, situado bajo el hueso craneal que le da nombre y entre el lóbulo frontal y el
occipital, es una de las estructuras cerebrales más importantes tanto por su tamaño por los
procesos en los que participa.

De hecho, resulta tan crucial a la hora de realizar con éxito varios procesos mentales que es
prácticamente imposible hablar sobre esta parte del cerebro como si fuese una pieza “simple”
de nuestro sistema nervioso o una estructura que realiza una única función característica.

A continuación veremos cuáles son las características del lóbulo parietal y en qué procesos
participa.

¿Qué es el lóbulo parietal?


Esta parte del cerebro es una zona de la corteza cerebral que queda ubicada justo por detrás
del lóbulo frontal: ambos lóbulos quedan separados por el llamado surco central. Sin
embargo, el lóbulo parietal trabaja conjuntamente con ese y el resto de lóbulos del cerebro, ya
que incluye una gran área de asociación, que puede ser vista como una central en la que
muchos tipos de información se mezcla para generar una unidad.

Aunque el lóbulo parietal se especializa más en ciertas funciones cerebrales que en otras, una
de sus características principales es que integra datos provenientes de distintas fuentes. Por
ejemplo, mezcla datos relacionados con lo que se ve y aquellos que nos hablan de lo que se
escucha, y hace que aparezca una experiencia perceptiva completa.

Del mismo modo, en esta zona de corteza cerebral hay muchos recuerdos que, una vez
"almacenados" por el hipocampo, se mueven hasta quedar fijado en las redes neuronales de este
lóbulo. En los recuerdos están integrados todas las informaciones sensoriales que nos llegan del
mundo exterior, pero también los sentimientos y emociones vinculados a ese trozo de memoria.
Es decir, que en el lóbulo parietal desembocan tanto procesos perceptivos como la regulación
de los estados de ánimo.

Así pues, si ha de escogerse una única palabra para definir cuál es la función del lóbulo
parietal, esta debería ser “integración”, un concepto que remite a las funciones de muchas otras
partes del cerebro.

Funciones de esta zona del cerebro


Son muchas y muy variadas las funciones que llevan a cabo las redes de neuronas del lóbulo
parietal, pero de modo resumido se puede decir que juega un papel importante especialmente en
tres clases de procesos: la integración y el procesamiento de la información sensorial
proveniente de diferentes "canales", el procesamiento de la información simbólica (en la que se
incluyen los procesos relacionados con el lenguaje y su utilización) y el procesamiento de la
información numérica, algo básico para poder contar y realizar operaciones matemáticas.

1. Integración sensorial

En el lóbulo parietal queda incluida una de las mayores áreas de asociación del cerebro, lo cual
significa que la información proveniente de todas las áreas del cuerpo se combinan en esta zona
para dar como resultado una información que es más que la suma de sus partes. Por lo tanto, la
creación de conceptos abstractos se da en parte gracias al lóbulo parietal, gracias al cual somos
capaces de generar, por ejemplo, la idea de lo que es un perro, con su movimiento, su tacto y su
olor asociados.

Pero en el lóbulo parietal no solo se dan cita los datos acerca del mundo que nos rodea y de lo
que habita en él, sino también la información acerca de cómo nos relacionamos nosotros con
ese mundo en tiempo real. Por ejemplo, es en el lóbulo parietal donde se unen los datos
provenientes de los músculos del cuerpo, gracias a los cuales nos hacemos una idea sobre la
posición física y la postura en las que nos encontramos. Lo mismo ocurre con el tacto. En
definitiva, el lóbulo parietal se encarga del procesamiento somestésico, es decir, la capacidad
sensorial de reconocer las sensaciones corporales.

Del mismo modo, el lóbulo parietal trabaja junto al lóbulo frontal para ofrecer
un feedback acerca de cómo van los movimientos voluntarios que estamos realizando, para
poder corregirlos inmediatamente en el caso de que se detecten imprevistos.

2. Procesamiento de la información simbólico-analítica

Otra de las grandes funciones del lóbulo parietal es trabajar con símbolos y con la aritmética.
La función matemática se lleva a cabo junto con la anterior, ya que es a partir del análisis de lo
que se percibe sensorialmente como se puede imaginar una secuencia de unidades con las que
trabajar matemáticamente. Al ser el lóbulo parietal un lugar en el que se mezclan muchos
procesos mentales, hace posible el pensamiento abstracto necesario para pensar en símbolos.
Las lesiones en el lóbulo parietal
Como ocurre muchas veces en psicobiología, parte de las funciones de una estructura cerebral
nos hablan acerca de las funciones que realizan estas. En el caso del lóbulo parietal, estas
lesiones hablan acerca de la multiplicidad de tareas que realizan los grupos de neuronas de esta
parte del cerebro.

Lesión en el lóbulo parietal izquierdo

Una herida en el lóbulo parietal del hemisferio izquierdo puede resultar en la aparición del
Síndrome de Gerstmann, que incluye síntomas como la acalculia (incapacidad adquirida a la
hora de realizar cálculos), la confusión de la izquierda y la derecha y la dificultad a la hora de
escribir (agrafia).

 Artículo relacionado: "Alexia y agrafia: las alteraciones del lenguaje escrito por lesión
cerebral"

Lesión en el lóbulo parietal derecho

Estando en buen estado de salud el resto del encéfalo, una lesión en el lóbulo parietal derecho
puede producir heminegligencia, es decir, incapacidad para prestar atención a los estímulos
presentes en el lado izquierdo del cuerpo a la vez que la persona no se da cuenta de este
problema (un fenómeno conocido como anosognosia).

Las personas con heminegligencia descuidan totalmente una de las mitades de su cuerpo, lo
cual significa que no la lavan, la visten o la peinan, y del mismo modo actuarán como si
estuviesen ignorando todo aquello que ocurre en uno de los lados de su cuerpo.

Lesión en los dos lóbulos parietales

Cuando los lóbulos parietales del hemisferio izquierdo y el derecho quedan lesionados, puede
aparecer el Síndrome de Balint.

Entre sus síntomas se encuentra la incapacidad de percibir las imágenes como un todo, es decir,
que se ven elementos separados pero no se sabe ni a qué distancia están de uno mismo o entre
sí ni la posición que ocupan. Del mismo modo, parecen dificultades en la coordinación de los
movimientos de los ojos (ataxia óptica).

Concluyendo
El lóbulo parietal se caracteriza por el modo en el que trabaja conjuntamente con otras muchas
zonas del cerebro, ofreciéndoles un espacio en el que pueden integrar entre sí sus torrentes de
información.

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