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Monografía final de Literatura del siglo

XIX
Baudelaire, Derrida y “La moneda
falsa”
En la primera parte de este trabajo me ocuparéde realizar una reseña introductoria acerca de
la obra de Baudelaire, y algunas consideraciones acerca del contexto histórico en que
fueron concebidas.A continuación me abocarèal análisis de “La moneda falsa”, uno de los
relatos que aparecen en “Pequeños relatos en prosa”, para entender por qué carriles transita
el pensamiento baudeleriano. Por último, abordaré la interpretación que hace del mismo
Jaques Derrida en su libro “Dar el tiempo” y agregaré un breve comentario final a modo de
conclusión.

“Pequeños relatos en prosa” es una obra que no llega a publicar en vida, y aparece
frecuentemente con el título “el spleen de Paris”. Algo está pasando en Paris que le genera
a Baudelaire una situación tediosa, de abulia, de aburrimiento, de fastidio. Ese tedio es
como una especie de angustia. Heidegger diferencia tedio de angustia. “La angustia revela
la nada” afirma, es la reacción del hombre frente a la nadai. Pero el tedio es la reacción del
humano frente al todo, y esto es tan insoportable como que no haya nada. Hay demasiado
para procesar, y la mente y la sensibilidad se ven sobrepasadas.El spleen es esa sensación
de tedio no por algo en concreto. El tedio del spleen es tedio por todo, o sea, nada cierra,
todo molesta.Baudelaire trata de comprender una París, o una Francia totalmente atravesada
por el tedio. Durante su vida se dan las revoluciones obreras de 1848. París empieza a vivir
en si misma las grandes transformaciones de una modernización que cada vez mas va
destruyendo todo lo viejo, lo tradicional, los vestigios clásicos de la Paris antigua, empiezan
a sucumbir bajo la máquina, la automatización, los nuevos objetos, una fuerte revolución
arquitectónica que va destruyendo edificios viejos, y se va configurando una metrópoli
desde el diseño urbano, puesto más en función del capitalismo industrial que encuentra una
ciudad acorde a su desarrollo. Pero ello genera una gran sensación de tedio porque hay algo

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que se derrumba, y de tedio porque hay algo nuevo que empieza a aparecer, y son tan
arrolladoras las novedades que trae la modernidad, que es casi imposible poder elegir.

La revolución industrial del s. XIX, provoca un cambio en todas las zonas de la existencia.
Cambian las formas de trabajo que hace que poblaciones enteras comienzan a emigrar del
campo a la ciudad, cambiando suscostumbres cotidianas concretas. Es muy fuerte el cambio
que se vive en ese momento, y que modifica fuertemente de raíz la sensibilidad, la estética,
la expresión, todo lo que en definitiva da origen a la poesía. Esa sensación de un todo
abrumador, encuentra su drenaje en el arte. Un drenaje que desde Baudelaire hacia las
vanguardias dadaístas, principios del s. XX, se va profundizando, se va volviendo cada vez
mas decadente, hasta llegar al arte de vanguardia, un vómito, una expresión de reacción
muy fuerte frente a la sociedad. El arte moderno es un arte de reacción, que sale a pelearse
políticamente contra una sociedad que está transformándose de una manera muy impactante
para lo que esa sociedad puede soportar, y donde se empiezan a evidenciar los intereses
ocultos de esas transformaciones. Marx trae esas transformaciones, pero con ellas elabora y
decide una práctica política y una filosofía al servicio de esapráctica política. Baudelaire
parte del mismo esquema pero en vez de proponer una práctica política, propone una
práctica poética. Entonces transforma el arte, y empieza a escribir lo que no se podía
escribir hasta entonces. Escribe poemas donde alaba a las rameras, a los linyeras, a la
pobreza, a la miseria, al asco, al opio, al vino, a la embriaguez. Es uno de los personajes
que comienzan a conformar una estética de la fealdad, consecuencia directa de la
modernización de un capitalismo que genera belleza para los que están adentro del sistema,
y fealdad para los que están afuera.

Baudelaire participa de las revoluciones obreras de 1848, pero de manera particular, donde
la emergente clase obrera se revoluciona. Esa misma ciudad emergente de Paris que todavía
no había empezado a estructurarse pero estaba a punto de hacerlo, es atravesada por la
barricada, ese gran símbolo del conflicto de la época, que pone en jaque a la nueva
burguesía que dominaba la Paris de ese entonces frente a este nuevo actor social
desconocido, el obrero, un invento del s. XIX como clase, como emergente de esa nueva
relación social con la burguesía, que fue socio de la burguesía en la revolución de 1789 y
ahora se rebela.

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En “El pintor de la vida moderna” esta su definición más famosa de modernidad. Y aparte
tiene una caracterización de las figuras de la modernidad, como por ejemplo, el “dandy”, y
hace una apología de élii. También hace un elogio del maquillaje, inserta esta figura en la
tradicional discusión entre lo artificial y lo natural, donde lo artificial era visto como algo
éticamente inferior. Pero Baudelaire rompe con esta concepción tradicional y pone a lo que
se consideraba como artificial en un primer plano, como algo celebrable. El problema
central para él es la experiencia de lo moderno. Expresa en sus textos el clamor de un
tiempo que no puede comprender y trata de mostrar cual es el problema central del tiempo
moderno, que es que en la modernidad lo que hay es una conciencia de lo transitorio. El
tiempo de lo moderno está constantemente pasando sin detenerse. Hay un elemento
transitorio, efímero, que nos arrolla y que no llegamos nunca a terminar de asirlo, de
comprenderlo, porque lo propio de la modernidad es el cambio, la novedad, la
transformación, y eso se vuelve insoportable, angustiante. Esa faceta del ser humano por
tratar de aquietarse, de sosegarse, de desplazarse en zonas más o menos conocidas, empieza
a estar completamente bombardeada por un conocimiento y un mundo que constantemente
se está modificando a cada segundo. No nos da nuestra sensibilidad ni nuestras categorías
mentales para “surfear “la ola a medida que pasa, y esta pasa más rápido y nos golpea y nos
derriba. La sensación que se tiene en la experiencia de la modernidad, es que esta va más
rápido que el funcionamiento a priori de nuestras categorías de conocimiento.

“El spleen de Paris: pequeños poemas en prosa”,se edita en 1869, dos años después de su
muerte y cada uno de esos poemas en prosa es como hacer filosofía desde otro lugar. Hay
cierta jerarquía moral en la que se coloca: hacer algo por vocación, como una confrontación
contra la supuesta vida burguesa. Son unos 50 poemas.

“La moneda falsa”, está escenificado en el Paris del s. XIX iii. A Baudelaire le interesa el
contraste, la contradicción que se da en la escena social, sobretodo entre clases. Hablamos
por un lado de los burgueses, clase de la que él es parte, y por otro de los excluidos
sociales. Paris se llena de mendigos, linyeras, a los que el poeta llama sin eufemismos en
sus narraciones, “pobres”. Pero no se refiere al pobre que tiene trabajo, sino al que pide, al
“homeless”, el que está sin nada y en actitud de pedir, porque no encuentra lugar donde
enmarcarse. Hay algo muy propio en este tipo de mendicidad, relacionada con la solicitud,

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“el pedido”. Para el que da, aparece la figura de la “limosna”, y lo que se pide es algún tipo
de solución al desclasado. Nunca lo que se pide alcanza, sino que en todo caso, nutre
efímeramente una situación, y lo interesante es lo que provoca en el que da. El que pide,
pide todo, porque no tiene nada, y se satisface con lo mínimo,no tiene pruritos. No hay una
axiología del pedido, quéestá bien y quéestá mal pedir. Hay estrategias obviamente, unas
determinadas formas de llegar al objetivo mejores que otras. Pero el pedido está atravesado
por la falta absoluta de formato. Lo que genera en el que da puede aparecer de diferentes
maneras y la más común es la limosna, que tiene su particularidad. Es cuestionada porque
no supone ningún tipo de transformación estructural de la situación del desposeído, sino
que es sólo un paliativo para el momento, pero no soluciona el problema de fondo. Lo
segundo que provoca la limosna tiene que ver con una relación vincular, donde el que da
limosna ingresa en una especie de vínculo con el otro de superioridad, de poder. Y lo
tercero para agregar, es que el que da limosna, en todo caso, se juega en su don, en su
entrega, su propia ética, que tiene que ver con el límite y las configuraciones de ese don.
Conceptualmente se supone que el acto de dar excede una economía del dar. No estoy
haciendo un cálculo. Me interrumpe el necesitado y le doy porque necesita. Si eso genera
un planteamiento interno de cuanto le doy, que me conviene darle, etc., toda esa especie de
monólogo interior, de disquisición acerca del dar o del no dar, desnudan las ambigüedades
del que posee frente al que no posee, en una condición ontológica donde sabemos que salvo
algunos casos, el estar de un lado o del otro en esos roles, depende del puro azar por el cual
somos lo que somos en virtud de haber nacido en un determinado tiempo y lugar. Y aquí no
hay una lectura meritocrática, que justifica que quien está de un lado o del otro, está porque
se lo merece en función de un desarrollo personal. Ese lugar solo es transformable en cierto
aspecto. Cuando se estructuran las realidades sociales en lo que se llama la meritocracia, se
supone que el mérito personal es más fuerte que las estructuras. Pero muchas veces hay
méritos personales que generan cambios, y sin embargo las estructuras se mantienen.

En “la moneda falsa” se cuenta una historia entre dos amigosburgueses que caminan juntos,
y para matar el tiempo deciden ir a comprar tabaco. Lo pagan y el que les vende les da un
vuelto,y es ahí empieza este poema en prosa. El amigo del narrador en uno de sus bolsillos
pone una moneda de plata de dos francos, que antes había examinado atentamente (las
demás monedas, de cobre y de oro, las distribuye en otros bolsillos). Se encuentran con un

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pobre que les extiende su gorra. El narrador hace toda una reflexión monológica interior de
este personaje. Le dan ambos limosna, pero el amigo le da más, y argumenta luego, que
después del placer de ser sorprendido “no hay placer más dulce que el de sorprender a un
hombre más de lo que se espera”, refiriéndose a la abultada suma que el dio iv. Es decir, que
la miseria del pobre lo conmueve relativamente, y casi es como un disparador de toda una
especie de lectura filosófica entre comillas, acerca de cómo nos relacionamos con el otro,
con el desposeído. Pero no leemos aún ninguna reacción desde la sensibilidad. El narrador
le observa en sus ojos una especie de humildad y reproche al mendigo. Luego el amigo le
dice que en realidad entregó una moneda falsa que le había dado como parte del vuelto el
vendedor de tabaco, y que tuvo la picardía de deshacerse de ella. El narrador se pregunta si
es perdonable o no lo que hizo el amigo. Y reflexiona que, falsa o no la moneda, algo le va
a suceder al mendigo, que va a producirse un acontecimiento. En el s. XX hay toda una
corriente llamada Filosofía del acontecimiento, concepto clave que se pelea con la idea de
“Ser” como algo cerrado. El acontecimiento es siempre un evento que irrumpe
imprevisiblemente, sin pedir permiso, y transforma la vida de alguien desde ese lugar de lo
imprevisible. El mendigo se encuentra con ese acontecimiento y a partir de ahí le puede
pasar cualquier cosa, desde algo positivocomo algo negativo, por ejemplo, si se da el caso
de ser denunciado a las autoridades por hacer circular dinero falso. Lo que hizo el amigo,
aun siendo criticable, no deja de tener un cierto efecto “revolucionario”, porque algo le va a
pasar al pobre. Incluso, si le pasa algo malo, ya lo sacaría de la rutina. El narrador dice que
la meta del espíritu canalla de su amigo, lo hace interesante y extrae mentalmente todas las
hipótesis posibles de lo que podría ocurrir por esa acción. Para el narrador, lo que no se
puede perdonar es hacer el mal siendo un imbécil, o un torpe, o un ignorante. El amigo
termina mostrando su faceta, a saber, que no tiene faceta. Es que en realidad está orgulloso
de haberse sacado de encimala moneda falsa, pero sobretodo, de que en el mismo acto en el
que hizo un gran negocio, que es el de haberse desligado de la moneda falsa, compró su
entrada al cielo. Lo que más detesta el narrador es que el amigo pretende haber hecho un
negocio con lo innegociable, porqueser bueno, caritativo, donativo, es una conducta que
nos coloca por fuera de la economía. Si la generosidad se vuelve economía, ya no es
generosidad, es un negocio. Por eso dice Baudelaire, que no hay excusa para ser perverso,o
calculador o egoísta, pero hay un mínimo mérito en saber que uno no lo es. Pero su amigo

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se hace el distraído y cree que está haciendo el bien. Eso es lo que no le tolera, la doble
moral en el mismo acto: que Dios lo perdone y el cielo lo reciba y al mismo tiempo, hacer
un gran negocio. Si el cielo o la salvaciónexisten, es decir, una zona por fuera de la lógica
de la conveniencia, del cálculo, de la estrategia, no puede estar estructurado por esos
mismos motivos. Entrar al cielo no es un buen negocio, se entra al cielo cuando se deja de
hacer negocios. Hasta la religión institucional sigue pensando que para entrar al cielo hay
que hacer los deberes, cuando de alguna manera, ese mundo de lo imposible tiene que ver
con la disolución de la lógica del intercambio, con la pérdida, con la entrega. Dar una
limosnaexcede el “para qué”. No doy para que me vuelva, porque si lo hago no doy, porque
me vuelve. Si por dar limosna ese día duermo bien, no di porque me compré una noche
menos de insomnio. El acto de dar estámás inserto en toda la confusión que se produce en
mi interior, mis propias contradicciones y no en la realidad efectiva que implica el vivir en
un mundo donde hay otro que necesita. Esto aparece en este texto como problema. Pero,
¿qué significa una moneda falsa?, ¿es sólo un pedazo de metal?. No, la moneda falsa es un
pedazo de metal articulado como si fuera una verdadera moneda, o sea, viene a representar
algo que no es. Una moneda, como representación de un acto de intercambio, supone
también un acto de crédito, un consenso que le da valor a esa moneda como función de
intercambio. Dicho de otra manera: ¿No es toda moneda falsa?. Estas son algunas de las
preguntas que se hace Derrida que luego veremos con más detalle, sobre esa separación tan
tajante que hacemos entre la moneda falsa y la verdadera. Las razones que separan a ambas,
en definitiva, tienen que ver con que la moneda verdadera esta taxativamente justificada
pero, porque la moneda en sí misma es una representación que no es esencial a nada, es
parte de acuerdos, los mismos que se entretejen alrededor de la moneda en general. Es
interesante que la separación entre lo verdadero y lo falso se empieza a correr un poco
porque la falsedad no es la negación de la verdad, sino que es una no verdad que se
presenta como verdadera. Porque cuando digo algo falso, cuando hago pasar algo falso por
verdadero, justamente lo presento como si fuera una verdad, pero tenemos en el sentido
común la idea de que la falsedad es la negación de la verdad. Nietzsche dice que una verdad
es una mentira muy eficiente que todavía no ha sidodevelada como tal, una ilusión que
todavía no visualizamos como tal. Aquí hay una narración incluso a favor del monólogo del
narrador del poema de Baudelaire, que es que lo que importa es que efectos causa.

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Podríamos referirnos a otras falsedades, por ejemplo, amor falso. ¿No es en definitiva todo
amor falso?. Depende también de cuál sea nuestra idealización. ¿No es, en definitiva, quelo
que importa son sólo los efectos que causa?. Si uno se pone muy exquisito con el modelo
de amor que uno supone como realización de nuestro ser, ningún amor realalcanzaría ese
ideal, por tanto, todo amor sería falso. Pero lo que importa es lo que genera. ¿Y podríamos
llevar esta separación a la literatura en general?. En definitiva, estamos leyendo un relato
que escribe Baudelaire sobre un narrador que muestra una situación,pero no importa si en
realidad pasó o no, lo que importa es lo que genera, lo que causa. Y sin embargo tenemos
fuertemente asentada la vocación por saber si es verdadero o no. “La Iliada” se creyó
verdadera en una época, yhoy ni siquiera Homero parece haber existido y sin embargo
Occidente es hijo de esos relatos. Todos somos hijos de una moneda falsa en algún punto,
en la medida en que vamos construyendo quienes somos.

Todo el relato comienza con el vuelto, que ya supone como un lugar en donde los
personajes se ubican y que se asocia con el poema, porque en definitiva la moneda falsa era
un vuelto, una sobra, un resto, y es a partir de eso improductivo o que me sobra, que se
genera toda la discusión. Estamos demasiado atentos en lo que suponemos que nos
completa y no al revés, en lo que nos excede. ¿Porque el amigo confiesa?.¿Porque le
molesta tanto al narrador lo que pasó?.Podrían suponerse tres posibilidades: una es que lo
hace porque lo invade la culpa, porque tiene una moral. O en realidad, que se hace
economía con la caridad y para que Dios realmente lo acoja en su morada, tiene que,
además, decir que esa era una moneda falsa, pues así Dios le perdonaría la mentira. Otra
posibilidad es que en realidad sea un cínico y entonces se mofa del narrador no sólo
habiendo dado una moneda supuestamente de gran valor, sino que además, se jacta de
haber engañado al pobre.Y por último, podría suponerse que mintió y dijo que era una
moneda falsa cundo en realidad no lo era para generar acontecimiento, para no hacer sentir
mal al narrador por creer que su limosna fue insuficiente.

Derrida escribe el título de su obra “Dar (el) tiempo”, colocando la partícula el entre
paréntesis, porque la idea que va a jugar en toda la obra es si existe la posibilidad dedar en
el sentido en el que uno dice “no tengo tiempo para” o “me quita todo el tiempo” como
aparece en el exergov. Todo el libro trabaja en torno delrelato de Baudelaire que está

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transcriptoal final del librovi. En este texto de Derrida, está presente una cuestión que apunta
a caracterizar la idea de dar frente a lo que después será la idea de don. La otra expresión
que se analiza es “dar tiempo”, o “dar (todo) el tiempo” y estas expresiones las hace jugar
con la expresión de Lacan: “dar lo que no se tiene”. Heidegger plantea en la conferencia
“Tiempo y Ser”, la idea de “Ereignis” que traducimos por acontecimiento y que hay que
tener en cuenta para entender este trabajo de Derridavii.

Las otras nociones que maneja (fantasma, indecible, huella), están dando cuenta de la
deconstrucción de la metafísica de la presencia, porque son nociones que están dando
cuenta del ámbito del “entre”. Hay otra cuestión que aparece en el texto: la cuestión de lo
imposible. El don aparece como lo imposible. El don aparece como lo imposible. La frase
“si hay don, no hay don”, indica el carácter de imposibilidad que tiene el don viii. También,
en ese mismo sentido, aparece la frase “sólo se puede perdonar lo imperdonable”.
Sonexpresiones que tienen un cierto carácter contradictorio.

Lo que va a sugerir Derridamuy sutilmente, es que pensemos si en la lógica del don no


estamos en una lógica en donde se está dando moneda falsa, como en la lógica del
cristianismo, en la que cuando yo doy es porque estoy esperando algo a cambio. Estaría
dentro de algún círculo de intercambio porque espero la recompensa eterna como
retribución. Los dadivosos en la tierra, dice el cristianismo, van a ir al cielo. Esto no lo
afirma Derrida, sino que es un planteo que está en “La moneda falsa”. La Lógica del don
según el cristianismo, dice que hay que dar sin pérdida, pero, sin embargo, estaría dentro
de algún círculo de intercambio porque existe la esperanza de poder acceder al paraíso. El
don es lo imposible: no debe circular, no debe intercambiarse. Debe guardar con el círculo
de intercambio una relación de familiar extrañeza. Puede ser que sea en este sentido que el
don es lo imposibleix. Y acá entramos en esta institución de lo imposible. El don implica un
momento de fractura en el círculo. Hay una idea de tiempo cualitativa más que cuantitativa.
Entonces: ¿cómo encontrar sentido al don si es lo imposible? ¿Cómo sostener un discurso
coherente sobre algo que es imposible?. Y Derrida dice que, ciertamente, el don es
imposible pero no es lo innombrable ni lo impensable. Por el contrario, el don es aquello
que convoca al pensamiento a continuar pensando, porque no es posible reducirlo a juicios,

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a experiencias, a fe. Para que haya don, nuestra precomprensión nos exige ciertos
presupuestos o axiomas del acontecimiento del don.

Primer axioma: en primer lugar nos exige que haya un donador, que haya un donatario, y
que haya una cosa donada, es decir, exige una estructura ternaria. Para que haya
acontecimiento de don es preciso que alguna persona dé alguna cosa a otro alguien x.
Entendemos que hay don si se sigue esta construcción. Segundo axioma: Pero por otro lado,
nuestra precomprensión implica que la idea de don se relaciona con el círculo del
intercambio y si hay intercambio no hay don(si hay contraprestación es contrato de
compraventa). En la temática del don se hace patente esa filosofía de lo imposible en la
medida en que el don, en tanto acontecimiento, estaría suponiendo, en la imposibilidad de
cálculo y en la imposibilidad de proyección, siempre una política de lo imposible frente a
él; es decir, la única política posible frente al acontecimiento (y esta es otra expresión
paradójica) es la política de lo imposible. “Acontecimiento” se relaciona con lo que
irrumpe, con lo fantasmático. En “Espectros de Marx” el fantasma tiene el carácter de la
figura del otro para Derrida, como aquél que irrumpe y que no puede ser apropiado.El
fantasma tendría estas características y en este sentido, el otro siempre es fantasmático,
siempre es acontecimientoxi.

La conclusión de Derrida es que hay una tensión en tanto haya donador, donatario y don,
porque siempre caemos dentro del círculo de la economía ya que siempre es posible
encontrar una especie de reconocimiento. Todo esto lo lleva a formular la tesis fuerte del
texto: las condiciones de posibilidad del don son sus condiciones de imposibilidad y son las
que llevan a la imposibilidad del don, a su destrucción. Si hay don, no hay don y para que
haya don, es necesario que el donatario no devuelva ni reconozca el don como don. Si hay
un darse cuenta, no hay don, porque es un intercambio que entra dentro del nivel de lo
simbólico, ya que hay un reconocimiento, hay una gratitud que anula. Cualquier
fenomenalización del don anula al donxii.

En este texto Derrida critica la noción de don como posible, en tanto quiere permanecer.
Hay el don, dice Derrida, pero no se puede decir que existe o se presenta. Pero ¿cómo
puede fenomenalizarse algo sin ser?.Derrida dice que el don es imposible, que el don no se
presenta. Pero dice algo más: que hay don y que el don actúa, que se da de alguna manera

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en el plano fenoménico, en el plano de la inmanencia. Para Derrida el don no se
fenomenaliza, no se presenta, pero hay don, se da de alguna manera en el plano de la
inmanencia. Y afirma este doble vínculo: estamos sujetos al círculo económico, al cálculo,
somos sujetos y el que se constituye en círculos se maneja en círculos y al mismo tiempo,
tenemos que afirmar el instante de ruptura de ese círculo, eso que lo interrumpe. Para
Derrida es posible un discurso razonable sobre lo imposible del don y no estamos en un tipo
de locura al hacerlo. Entonces: ¿cómo hablar del don y pretender seguir siendo razonable?.
El don exige, dice Derrida:

1- un discurso loco, un discurso sin palabras (alogos), sin razón, porque lo que pretende
rendir cuentas de un don, es eso que exige una contabilidad más allá de la racionalidad del
cálculo. Pero ¿cómo puedo dar cuenta de algo que estámás allá de la racionalidad del
cálculo?.

2- el don es un discurso atopos(no está en su sitio). Derrida dice que hay que pensar como
esta locura insólita, extraordinaria, puede dar lugar a un cierto orden y relaciona esto con la
locura y también con la idea de olvido: para que haya don no tengo que saber que estoy
donando, tiene que haber un olvido radical. Pero vivimos en una sociedad en la que
tenemos que dar cuentas, entonces ¿por qué tenemos que olvidarlo y no resguardarlo?.
También hay una locura ahí instalada. Al don no hay que definirlo, no hay que acotarlo.

En Derridaaparece la idea de una facultad agotadora de carácter naturala la que estamos


sometidos todos: buscar lo imposible. Derrida se trata de medir con la idea kantiana todo el
tiempo, y deconstruirla, reformularla, idea relacionada con esa necesidad del hombre de
sobrepasar los límites del conocimiento. Para Kant, no se puede pensar lógicamente algo
contradictorio. Para Derrida en cambio, el motor del pensamiento es la contradicción, ese
supuesto límite del pensamiento y que es eso lo que hay que pensar porque está en un
plano lógico.

Es difícil encontrar en los textos de Baudelaire estrictamente una reflexión filosófica. Sin
embargo, estos poemas como así también otras de sus obras, presentan situaciones
problemáticas que han hecho que muchos filósofos, se nutrieran de ese pequeño libro de
Baudelaire, como en el caso ya señalado deDerridao como enBenjamin por ejemplo, que

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lotoman como disparador en muchos de sus trabajos. En Derrida no es clave en su obra
salvo en el libro suyo que hemos analizado, mientras que en Benjamin sí lo es.

Es más interesante el Baudelaire que hace Filosofía sin darse cuenta, que el que intenta
hacerla adrede en algunos textos, pero Filosofía no en el sentido académico, sino hecha
desde otro lugar que no se corresponde conel canon, en el sentido de responder a
determinados códigos y categorías formales y metódicas. Y es en este hecho en el que
reside su riqueza literaria, en el permitirse transgredir el canon filosófico, como también lo
hace Nietzsche, con la diferencia de que este sí es considerado un filósofo. Baudelaire sería
un poeta que hace poesía con un fuerte contenido filosófico pero que no discute con los
filósofos.En vez de empezar con el “ser” y la “nada”, con las grandes disquisiciones
teóricas y abstractas como lo hacen Hegel y Marx, como no es filósofo, empieza en un
prostíbulo, fumando opio, y desde ese lugar cuenta y explica porque lo atrae y lo inspira ese
bajo mundo. Baudelaire sería un poeta que hace poesía con un fuerte sentido filosófico, y
que elige temas que tienen algo que ver con aquellos que le compete a la Filosofía
tradicional, pero que están muy asociados a su época.

Bibliografía

1- Heidegger,Martin,“¿Qué es Metafísica?”, Biblioteca Virtual Universal,


www.biblioteca.org.ar/libros/134366.pdf

2- Heidegger, Martin,“Tiempo y Ser”,


https://elartedepreguntar.files.wordpress.com/2009/.../heidegger-martin-tiempo-y-ser....
1.

3- Baudelaire, Charles, “El spleen de París”, Wikisource,


https://es.wikisource.org/wiki/El_spleen_de_París

4- Baudelaire, Charles, “Salones y otros escritos sobre arte”, La balsa de la medusa, 83,
ed. Visor Dis. S.A., 1996.

5- Derrida, Jacques, “Dar (el) tiempo”, Traducción de Cristina de Peretti, Paidós, Buenos
Aires, 1995.

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6-Derrida, Jacques, “Espectros de Marx”, Derrida en castellano - Espectros de Marx -
Desgastesredaprenderycambiar.com.ar/derrida/textos/marx_desgastes.htm

Notas

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iHeid, Metaf, p. 8

iiBaud, Salones, p. 377

iiiBaud, Spleen,XXVIII

ivIbid, XXVIII

vDerr, Dar (el), p. 1

viIbid, p. 20

viiHeid, Tiempo, p. 16

viiiDerr, Dar(el), p. 6

ixIbid, p. 7

xIbid, p. 8

xiDerr, Espectros, cap. 3

xiiDerr, Dar(el), p. 9

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