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EL PROCESO DE ANÁLISIS EN EL TRABAJO DE CAMPO

ANTROPOLÓGICO

(UNA INTERPRETACIÓN DE LOS SUPUESTOS CONCEPTUALES DE ELSIE ROCKWELL).

Hasta el momento, en un sinnúmero de textos sobre la materia, se han venido advirtiendo


una serie de consideraciones en torno al trabajo de campo y las formas, explicitas o
implícitas, con que se interrelaciona el investigador con la realidad, ajustando categorías
y conceptos de acuerdo a las necesidades derivadas de la multiplicidad de formas con
que aquella se le presenta. De manera particular, ahora, me permito plantear las
consideraciones en torno a lo que algunos autores han denominado "el proceso real de
análisis" de los datos etnográficos.

De principio, resulta necesario señalar que no es posible preconcebir un inicio claro,


único y objetivo en esa interacción, por el contrario, esta se nos presenta llena de
dificultades, siendo una de las tareas mas importantes la de reencontrarse con los
registros iniciales con la finalidad de “leerlos y releerlos” para tratar de descubrir así,
nuevas relaciones con los diferentes datos allí contenidos.

Es importante tomar en cuenta la necesidad de construir un método especifico de análisis


de los materiales sobre todo si tomamos en cuenta los variados tipos de información
registrada, de los cuales podríamos señalar cuando menos los siguientes: los detalles
de la cotidianeidad, los datos dispersos, las situaciones clave, las situaciones previstas,
las situaciones de registro intencionalmente definidas (sea por entrevista o por
observación) entre otros.

Es necesario, además, vencer una serie de obstáculos que se presentan en el inicio del
proceso analítico. El primero de ellos es la posibilidad de forzar los vínculos entre
categorías preestablecidas y registros de información, que normalmente llevara a la
esquematización restringiendo las posibilidades reales de análisis.

El segundo obstáculo se vincula con limitaciones de carácter conceptual por parte del
investigador lo cual le lleva a la construcción de análisis demasiado abstractos y sin
posibilidad de agotar exhaustivamente el análisis de los materiales de campo.

Finalmente, nos encontramos con la correlación entre la abundante cantidad de


información contenida en los registros y la posibilidad de síntesis a la que muchas veces
el investigador accede mediante el uso de ciertos sistemas de clasificación (en varios
casos, por ejemplo, la muy conocida Guía para la Clasificación de los Datos Culturales
de George P. Murdock) y de manera más contemporanea, a la utilizacion del llamado
Computer Assisted/Aided Qualitative Data Analysis Software (CAQDAS) que
pudiera ser Ethnograph, un clásico, NVIVO, AtlasTi, Compendium, Cassandre o
cualquier otro que nos permitá la sistematización y análisis de materiales empricos.

Otro de los problemas es el que se deriva de la polivalencia de los materiales de campo,


ya que pueden ser utilizados para varios objetos y situaciones de estudio a la vez.

Sin embargo, la permanente explicitación de lo que se esta viendo o construyendo, es


decir el fortalecimiento del trabajo conceptual puede funcionar como eje ordenador en
esta tarea analítica. La capacidad de fortalecer un esfuerzo sistemático por ligar
conceptos abstractos y elementos observables se consolida, primero, si maduramos
constantemente procesos de inferencia continua y/o de comparación constante
sugeridos por la denominada Teoriá Fundamentada o anclada de Glazer y Strauss, que
puedan ser puestos a prueba en la búsqueda empírica o en las notas de allí derivadas;
segundo, si nos habituamos a debatir las interpretaciones logradas, y tercero, de manera
fundamental, si fortalecemos la disciplina de escribir y reescribir todo lo que sea posible,
actividad que nos llevara a precisar cada vez más nuestras ideas y a construir lo mas
acertadamente posible descripciones esenciales.

La elaboración de estas descripciones, nos conducirán paulatinamente a un cierre en la


conceptualización lo cual significa recortar el objeto y desechar ideas que en un primer
momento obstaculizaron nuestras apreciaciones. Siendo este el momento en que
podemos hablar de una "lógica de lo construido", en la cual se expone la relevancia
general de las relaciones esenciales que nos permiten definir con precisión nuestro
objeto de estudio.

Después de este momento es posible establecer el esquema final de la exposición y


realizar el ultimo paso analítico: la redacción del informe final.

ELEMENTOS DEL PROCESO DE ANÁLISIS.

Partiendo del acertado señalamiento de que el objeto de estudio es un constructo


intelectual del investigador que difiere del referente empírico, Rockwell señala algunos
problemas generales presentes en el proceso de análisis: la distinción entre nivel y
escala, la unidad de análisis y el nivel de abstracción y la relación entre categorías
sociales y categorías teóricas.

Con respecto a las escalas, la principal consideración tiene que ver con los ámbitos
temporales y espaciales en que se mueve la investigación etnográfica; esta situación se
enmarca en los limites en que toda investigación delimita su contexto significativo de
intervención. Así, debido a las particulares características que guarda la investigación
etnográfica, es posible precisar que la escala temporal pueda ser delimitada longitudinal
o transversalmente, siendo las condiciones especiales que guarde la comunidad de
estudio las que condicionen la realización de una o de otra.

Por su parte, el énfasis por delimitar con precisión la unidad de análisis deriva de la
necesidad de correlacionarla con el objeto de estudio de tal manera que este pueda ser
perfectamente delimitado, posibilitándose además cualquier referencia a recurrencias o
posibilidades de contrastación.

Una situación importante es la que se establece en relación con los llamados niveles de
abstracción, toda vez que serán estos los que nos permitan la categorización de los datos
concretos llevándonos a precisar el trabajo conceptual que en la etnografía nos conduce
a la determinación de relaciones generalizables vinculadas directamente con la
comunidad estudiada.

La determinación de categorías analíticas se ve estrechamente ligada a las categorías


sociales o locales y resultara siempre importante su distinción. En este sentido, las
actuales preocupaciones de algunas estrategias de investigación etnográfica que tratan
de delimitar con mayor precisión los puntos de vista del investigador, por un lado, y las
del investigado, por otro, es decir, las distinciones emic y etic, ayudaran a identificar y
racionalizar el proceso mediante el cual las llamadas categorías sociales puedan ser
incorporadas como categorías analíticas.

La labor deductiva de la indagación etnográfica ha sido condición sine qua non en su


devenir histórico, gracias a ella se han podido formular generalizaciones validas teniendo
como base las condiciones particulares en que se llevan a cabo las investigaciones. En
este sentido, la contrastabilidad que posibilita el llegar a una comprensión profunda de
las localidades estudiadas abre el camino hacia lo general permitiendo la construcción
de relaciones "...no solo históricamente reales sino lógicamente "necesarias" (como diría
Levi-Strauss)".

OPERACIONES DEL ANÁLISIS ETNOGRÁFICO.

Si en el trabajo de campo, la etnografía utiliza una variada gama de técnicas (entrevistas,


guiones, observación estructurada, muestreos estadísticos, etc.) ni dudar que en el
proceso de análisis sea posible también hacer uso de otras técnicas que nos permitan
una mejor "demostración" de resultados. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que,
al ser la descripción narrativa la característica distintiva de la etnografía frente a otras
formas de investigación, el problema central será el de elaborar ese texto en relación
directa con determinada concepción teórica del objeto de estudio.

Está tarea es una de las más difíciles de llevar a cabo y no es posible hallar en los
numerosos manuales de investigación etnográfica indicaciones o sugerencias de como
llevarla a cabo, si acaso, como señalarían algunos: no basta más que sentarse al
escritorio frente a una hojas en blanco y esperar a sudar unas cuantas gotas de sangre
para poder empezar la tarea.

Sin embargo, la pregunta fundamental es la siguiente ¿cómo ir transformando el material


de campo y las ricas experiencias de él derivadas en un texto final?

De acuerdo con Rockwell, la tarea consiste en la redacción de una serie de descripciones


sucesivas o textos analíticos intermedios cuya finalidad será la de ir depurando y
recortando la densa gama de información asentada en los registros. En este proceso es
posible la identificación de un determinado numero de operaciones de entre las cuales
la autora nos señala la pertinencia de cinco de ellas: a)interpretación; b) reconstrucción;
c) contrastación; d) contextualización y e) explicitación.
Es evidente que varias de ellas son inclusivas entre sí y que de la capacidad de
comprender los alcances de cada una de ellas se estará en vías de articular un texto lo
más idóneo posible.

CONDICIONES DE PRODUCCIÓN Y TRABAJO TEÓRICO.

Aquí, nos hallamos ante la situación concreta en que se desarrolla la investigación bajo
los limites impuestos por el contexto institucional y las condiciones de trabajo reales que
en muchas ocasiones limitan y desarticulan los fines mismos de la investigación,
posibilitándose una desarticulación del trabajo conceptual sin llegar a valorar su
importancia.

Sin lugar a dudas el trabajo conceptual es condición necesaria para cualquier trabajo
etnográfico, entendiéndose como tal no la mera formalización teórica sino un tipo de
trabajo más cercano a la práctica de la investigación empírica, a la reconceptualización
del objeto de estudio mediante relaciones significativas con una posición epistemológica
desde la cual pueda asumirse el proceso y las formas de investigación.

Esto es, la realidad se observa y se describe necesariamente a partir de ciertas


conceptualizaciones del objeto de estudio "...no se observa para luego construir una
conceptualización; es a partir de una conceptualización que es posible observar. No se
describe para después hacer teoría; se hace teoría para poder describir" .

En el proceso de investigación existe una real y estrecha relación entre la teoría y el


trabajo empírico y descriptivo lo cual nos permite formular lo siguiente: la construcción
del conocimiento dependerá de la manera en se logren establecer relaciones pertinentes
y significativas entre los conceptos y los procesos histórico-sociales que refieren, toda
vez que no hay datos de la realidad que no sean construidos desde una perspectiva
conceptual y epistemológica preconcebida.

De ahí la pertinencia del llamado "Paradigma Indiciario" promulgado por Ginzburg, el cual
permite esclarecer la importancia que la descripción a detalle, esto es, la llamada
"descripción densa" geertziana, tiene en el trabajo etnográfico, sobre todo si tomamos
en consideración que, siguiendo a Rockwell: la etnografía es un proceso que nos permite
documentar lo no documentado; y el testimonio básico de dicho registro es, sin lugar a
dudas, la descripción lo mas fidedigna posible de la realidad observada, a partir de lo
cual construiremos, mutilaremos, reduciremos, para lograr la descripción profunda que
nos permita articular las múltiples relaciones no evidentes y ocultas en la cotidianeidad
de la localidad estudiada.

Finalmente, las consideraciones en torno a la práctica investigativa deben verse como


el producto de una serie de discusiones añejas en torno al problema de la objetividad y
el llamado "punto de vista de clase" o lo que es lo mismo, es necesario tener presente
que el ámbito institucionalizado de la investigación no debe permitir que está sea
desvirtuada, delimitando con exacta precisión los juicios valorativos y la repercusión que
en términos utilitarios pueda tener, trascendiendo los objetivos reales de la práctica
científica y el avance del conocimiento.

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