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APLICACIÓN DE ASPERSIONES
En gran medida la efectividad del plaguicida depende de la aplicación de la aspersión, operación que
requiere de cuidados pues si bien algunos problemas se pueden presentar son perceptibles, tales como
formación de espuma, incompatibilidad del producto, etc, hay otros, como la evaporación, la
adherencia y la degradación, que no son fácilmente observables y que pueden tener efectos aún peores
que los visibles.
TIPOS DE COADYUVANTES
Los coadyuvantes son productos químicos que presentan una o más propiedades adherentes-
humectantes (surfactantes), correctoras de pH, potenciadoras de plaguicidas, antiespumantes,
secuestrantes, antiderivas, etc. Algunos de ellos cumplen simultáneamente varias de estas funciones y
son compatibles con los diferentes tipos de plaguicidas.
Los más comunes son los surfactantes no iónicos, agentes amortiguadores / bufferizantes.
En la elección del coadyuvante se debe tener en cuenta si se desea una excelente cobertura,
humectación, corregir pH y secuestrar cationes, también el tipo de maleza, cultivo a pulverizar, equipo
de aplicación y calidad de agua.
Los surfactantes (adherentes-humectantes) son unos de los grupos más importantes de coadyuvantes.
Se trata de moléculas grandes de largas cadenas de hidrocarburos solubles en aceite, cuyos extremos
son solubles al agua.
94º 33º
Los herbicidas y otros agroquímicos son aplicados en un vehículo líquido (“carrier”) que ayuda a su
apropiada distribución sobre la superficie de las plantas. Estos vehículos líquidos pueden ser de
distintos orígenes, pero el más común es el agua.
La calidad del agua es uno de los secretos de la efectividad del proceso de pulverización. Para su
mejor aprovechamiento se la debe procurar límpida, lo más neutra posible, de bajo contenido salino y
preferentemente a temperatura ambiente.
El agua para dilución debe ser limpia, debiendo evitarse aquella sucia con tierra, arcilla o que
contenga materia orgánica (agua estancada). Tanto la tierra como la arcilla y la materia orgánica
absorben herbicida, por ejemplo glifosato, y le reducen su capacidad, por lo que el mismo tendrá menor
cantidad de principio activo libre para ser absorbido por la maleza que se desea erradicar. Además las
impurezas afectan la acción del coadyuvante, tapa los conductos y picos del equipo fumigador y
generan otros inconvenientes.
El pH del agua es muy importante. El mismo es una
medida de la acidez o alcalinidad de un líquido, que
abarca una escala de 0 a 14. Este valor depende de la
concentración de iones hidrógeno (que dan acidez) y
oxidrilos (que dan alcalinidad) de la solución. Si en un
líquido hay igual cantidad de iones hidrógenos y de
oxidrilos, el líquido es neutro y tiene pH 7. La
presencia de una mayor cantidad de iones hidrógeno da
como resultado una solución con reacción ácida (en
cuyo caso el valor de pH es inferior a 7) y si la mayor
es la concentración de oxidrilos, el resultado es una
reacción alcalina (que corresponde a un pH mayor a 7).
Ejemplo 1 Ejemplo 2
Volumen de agua: 150 litros/ha. Volumen de agua: 250 litros/ha.
Dureza cálcica: 315 ppm. Dureza cálcica: 315 ppm.
Dosis glifosato en activo: 1 kg/ha. Dosis glifosato en activo: 1 kg/ha.
En el ejemplo 1 la cantidad de glifosato inutilizado es de 22,21 %, por lo que la dosis se debe llevar
aproximadamente de 1 a 1,22 kg/ha, y en el 2, como las pérdidas son del 37%, la dosis correcta a
aplicar debe ser de 1,37 kg/ha. En esto vemos que a mayor dureza del agua, mayor es la pérdida de
actividad del herbicida. Ante esto vemos que para una dureza dada, a mayor cantidad de agua, mayor es
la inactividad del glifosato.
En cuanto a la temperatura del agua, hay que tener en cuenta que afecta a algunos herbicidas. Si es
demasiado baja, por ejemplo, el herbicida puede formar un precipitado en el fondo del tanque o una
crema en la parte superior del líquido.
Ante lo expuesto se hace necesario presentar una serie de recomendaciones a tener en cuenta para la
preparación del caldo con el que se va a fumigar:
• Analizar el agua. Importan: apariencia, cantidad y calidad de sales, pH y dureza (expresada como
carbonato de calcio).
• Si es necesario, acidificar el agua.
• Utilizar coadyuvantes de calidad y que contengan secuestrantes de cationes.
• Reducir el volumen de agua de aplicación por hectárea al mínimo posible, sin que afecte la
cobertura.
• Que el agua esté a temperatura ambiente (al menos no muy fría ni muy caliente).
• No preparar anticipadamente la solución de herbicida.
COADYUVANTES LABZA
Este producto contiene agentes acondicionadores de agua y coadyuvantes que hacen más eficientes
las aspersiones, potenciando los principios activos del herbicida, fungicida, insecticida, etc. removiendo
los carbonatos y bicarbonatos (que desactivan y quitan poder al plaguicida). LABZA LIQ
POTENCIADOR posee propiedades secuestrantes, adherentes, humectantes y modificadoras de la
acidez (disminuyendo sustancialmente el pH del caldo de fumigación), evitando la hidrólisis alcalina y
facilitando la distribución del agroquímico sobre la superficie foliar. Es ideal para usarlo con glifosato.
Presentación: en cajas de 12 botellas x 1 litro c/u.
LABZA LIQ ANTIESPUMANTE
Altamente eficaz y de sencilla aplicación, este producto se agrega al caldo de fumigaciones agrícolas,
cualquiera sea su naturaleza. Puede aplicarse en tanque de disolución antes, durante o después de la
aparición de la espuma, pudiendo regularse su dosificación de acuerdo a la cantidad de espuma
formada.