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A. Microcristalinas PDF
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Artritis microcristalianas
C. Montilla Moralesa, J. del Pino Montesa, I. Calero Paniaguaa y N. Cubinob
Servicios de aReumatología y bMedicina Interna. Hospital Clínico Universitario de Salamanca. Salamanca. España
Keywords: Abstract
- Gout
Arthritis microcristalianas
- Arthritis calcium
pyrophosphate dihydrate In clinical practice, the diseases caused by the deposition of microcrystals are an important reason
for consultation among primary care professionals. More and more emphasis is being given to the
- Chondrocalcinosis
impact of the drop in the quality of life of patients and their role as independent cardiovascular risk
factor. Moreover, as both gout arthropathy of calcium pyrophosphate dihydrate crystals pose a
diagnostic challenge for the professionals who are not familiar with the use of light microscopy
polariazada or not have access to it in the consultation. Therefore, either the frequency or the
comorbidity simulate the ease of articular processes of other different prognosis and treatment
necessary knowledge about important for the diagnosis of microcrystalline arthropathies on purely
clinical basis. In this chapter we emphasize the diagnostic guidelines and recommended an update
in the treatment of this disease.
Gota intercrítica
Los periodos entre crisis se denominan gota intercrítica. En
más de un 50% de los casos, las recurrencias aparecen en el
primer año de enfermedad. Algunos pacientes no llegan a
presentar nunca una segunda crisis. Durante este estadio
pueden existir cambios radiográficos, incluso en ausencia de
signos inflamatorios. La presencia de líquido sinovial de cris-
tales de urato, junto con leucocitosis confirma una inflama-
ción crónica subclínica persistente.
Gota crónica
En el estadio final de la enfermedad, el paciente puede pre-
sentar una fase de gota poliarticular crónica sin periodos
asintomáticos. Hay bastante variabilidad entre el tiempo
transcurrido desde el primer brote y el establecimiento de la
gota crónica. En términos generales, este intervalo suele ser
superior a diez años, y depende, entre otros, de variables
como el nivel de uricemia, la existencia de enfermedad renal
subyacente o el uso de diuréticos3.
Los tofos, acumulaciones de urato con tejido de granula-
ción que aparecen en tejidos poco vascularizados, pueden
formarse en las superficies cubitales del antebrazo, en el hélix
de la oreja, en el tendón de Aquiles, en los dedos (fig. 1) o en
las rodillas. La piel que rodea al tofo puede ulcerarse dando
salida a un material blanquecino. Cuando son voluminosos,
llegan a limitar la función de las articulaciones adyacentes.
En casos excepcionales, pueden comprimir estructuras neu-
rológicas, incluida la médula espinal. Se han descrito casos de
formación de tofos en las cavidades cardiacas o en la laringe4.
En la gota crónica, la afectación poliarticular y la presen-
cia de tofos pueden conducir al erróneo diagnóstico de artri-
tis reumatoide (AR).
En algunos casos, la formación de tofos precede a las ma-
Fig. 1. Tofo sobre la interfalángica distal en un paciente con gota tofácea. nifestaciones articulares como en la gota secundaria a enfer-
medades mieloproliferativas, en el síndrome de Lesch-
Nyhan o en los trasplantes tratados con ciclosporina.
Reducción de la uricemia
Es importante antes de indicar un fármaco hipouricemiante
incidir en la corrección de factores asociados a la hiperurice-
mia. Son medidas efectivas la disminución de peso y del
aporte calórico, la reducción de la ingesta de alcohol o la
valoración del cambio de las tiacidas en el tratamiento de
la hipertensión.
Fig. 2. Imagen radiográfica de la articulación metatarsofalángica de un paciente
con gota, donde se aprecia una erosión extraarticular bien definida con esclero- Los niveles de ácido úrico durante el tratamiento deben
sis ósea adyacente. situarse por debajo del punto de saturación, es decir, 6 mg/dl.
El mantenimiento de estos niveles provoca una reducción de Manifestaciones clínicas. Formas clínicas
los brotes y del tamaño de los tofos. También se ha demos-
trado que la disminución de la inflamación subclínica puede
Artritis aguda (pseudogota)
producir disminución de la tasa de eventos vasculares5.
Episodios agudos de mono u oligoartritis que alcanzan su
máximo en 6-24 horas, con un gran componente inflamato-
Indicación del tratamiento reductor de la uricemia. Se
rio local y fiebre con escalofríos en algunos pacientes. Suele
debe tratar cuando los pacientes presentan síntomas clínicos
localizarse en la rodilla, muñeca, hombro o tobillo. Es una
(crisis de inflamación recurrente o tofos) y no disminuyen la
causa frecuente de artritis en mayores de 65 años. En ocasio-
uricemia por debajo del nivel recomendable a pesar de las
nes se asocia a intervenciones quirúrgicas, infarto agudo de
medidas generales.
miocardio, accidente cerebral vascular o neumonía. Otras
En la actualidad, los más utilizados son alopurinol y fe-
situaciones desencadenantes descritas son el tratamiento con
buxostat (como inhibidores de la xantinooxidasa) y benzbro-
ácido hialurónico, factor estimulador de colonias o la toma
marona (uricosúrico).
de bisfosfonatos9. Las crisis suelen ser autolimitadas (7 a 10
Alopurinol es un fármaco moderadamente bien tolerado,
días).
siendo los efectos secundarios más importantes la elevación
Habitualmente la VSG y la proteína C reactiva (PCR)
de las enzimas hepáticas y el exantema. Se recomienda ajus-
están elevadas, y existe leucocitosis con neutrofilia. En el lí-
tar la dosis según la estimación de la función renal debido a
quido sinovial se observa un gran número de leucocitos (en
que el uso del fármaco en pacientes con insuficiencia renal
ocasiones más de 50.000/mm3) y con cristales de pirofosfato
provoca una mayor tasa de efectos adversos. Pueden prescri-
cálcico.
birse hasta 600 mg/día. Se debe iniciar el tratamiento en do-
sis bajas, subiéndola semanalmente.
Artropatía crónica
Febuxostat ha demostrado ser un fármaco muy eficaz en la
Suele tener un patrón oligo o poliarticular que en ocasiones
disminución de los niveles de ácido úrico. La dosis de 80 mg/día
se acompaña de afectación del estado general y elevación de
produce una reducción mayor que la provocada por alopuri-
la VSG y la PCR. Cuando asienta en las manos puede plan-
nol (en dosis de 300 mg/día)8. La tolerabilidad del fármaco
tear un diagnóstico diferencial con la AR, en ocasiones difí-
es excelente, siendo el efecto adverso más frecuente la eleva-
cil, ya que hasta un 25% de los pacientes con AR puede tener
ción leve de las transaminasas. Actualmente está indicado en
cristales en el líquido sinovial10. Factor reumatoide, anticuer-
pacientes con intolerancia a alopurinol, gota tofácea que des-
pos antipéptido citrulinado y la radiología ayudarán a dife-
aconseje el uso de alopurinol, insuficiencia renal y en aque-
renciarlas.
llos con cifras muy elevadas de ácido úrico en los que se plan-
tee que el uso de alopurinol no va a ser excesivamente eficaz.
Artritis por depósito de cristales de pirofosfato cálcico
Benzbromarona se prescribe en dosis de 50-200 mg/día.
asociada a artrosis
Es eficaz en pacientes con un aclaramiento de creatinina de
El depósito de los cristales puede asentar sobre una artropa-
hasta 20 ml/minuto. Su indicación con la aparición de febu-
tía crónica degenerativa. Suele hacerlo en articulaciones no
xostat es más limitada en la actualidad. Su mayor riesgo es la
habituales en la artrosis como la radiocarpiana, femororrotu-
hepatopatía y el riesgo de inducir litiasis renales.
liana, glenohumeral o codo. La enfermedad articular dege-
nerativa asociada al depósito de pirofosfato cálcico tiene peor
Artropatía por cristales de pirofosfato pronóstico. Algunos estudios han descrito que los pacientes
con DPPC requieren con más frecuencia prótesis de rodi-
cálcico dihidratado lla11.
Es una enfermedad metabólica producida por el depósito de
Otras formas clínicas
cristales de pirofosfato cálcico (DPPC) en el cartílago, en la
Los cristales de pirofosfato cálcico pueden acumularse en los
sinovial, en los tendones o en las bolsas, y que se manifiesta
discos intervertebrales, en las facetas articulares lumbares y
por episodios agudos de inflamación. Aunque puede ser asin-
en las articulaciones sacroilíacas. También pueden depositar-
tomática, se manifiesta como artritis aguda, artritis crónica y,
se sobre el ligamento amarillo o el ligamento transverso del
en algunos pacientes, se asocia a la artrosis. La imagen radio-
atlas. Si alcanzan un tamaño importante pueden provocar
lógica característica del DPPC es la condrocalcinosis, calci-
estenosis del canal cervical e incluso mielopatía. Se ha descri-
ficación de estructuras articulares (fibrocartílago y cartílago
to en las formas familiares un tipo de anquilosis lumbar, sa-
hialino).
croilíaca y de articulaciones periféricas (rodillas, tobillos y
carpo) llamado condrocalcinosis anquilosante.
Hay una forma destructiva de características radiográfi-
Epidemiología cas muy semejantes a la artropatía neuropática de aparición
frecuente en caderas y hombros.
Es raro que ocurra antes de los 50 años. Su frecuencia aumen-
La enfermedad por DPPC se considera una gran imita-
ta con la edad hasta alcanzar una prevalencia superior al
dora de otras enfermedades reumáticas. Hay descrita una
30-60% por encima de los 75 años. Tiene un ligero predo-
forma de enfermedad sistémica que puede cumplir criterios
minio en el sexo femenino (1,4/1).
de polimialgia reumática. En los pacientes con esta variedad
Enfermedades asociadas
En pacientes con enfermedad por DPPC y edad inferior a 50
años se debe descartar un trastorno metabólico asociado. El
estudio incluye la determinación de los niveles de calcio, fós-
foro, magnesio, fosfatasa alcalina, hierro, saturación de trans-
ferrina, ferritina y hormona paratiroidea.
Fig. 3. Imagen radiográfica de la rodilla en un paciente con condrocalcinosis.