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Cuanta que por aquellos aos, un da, una costurera no pudo terminar de
confeccionar el vestido que le encargaron, as que se qued a termnalo hasta
altas horas de la noche. Ella era muy curiosa, a cualquier mnimo ruido que
escuchaba en la noche siempre sala a ver. Una de tantas veces escucho un ruido,
entonces sali de inmediato, y cuando estuvo afuera vio caminar a mucha gente,
todas vestidos de negro, en las manos traigan consigo espelmas ardientes. La
costurera se asust mucho y cerr su ventana por donde miraba. Al poco ratito
le tocaron la puerta y le dijeron que les haga el favor de poder guardar un
paquete; le dijeron que eran espelmas y que regresara pasado maana. Cuando
se fueron, la costurera estaba asustada. Cuando descubri el paquete, se dio con
la sorpresa de que eran brazos de un beb.