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Sangre árabe en Valdivia

Por Claudia Muñoz D.

Miles de árabes, en su mayoría de fe cristiana, comenzaron a dejar sus localidades de origen a fines del siglo XIX
por causa de la desestabilización del Imperio Otomano. Su destino: América.
Provenían de Palestina, Siria, el Líbano y Jordania. Eran jóvenes que huían de la inestabilidad política y
administrativa, los tratos discriminatorios hacia quienes no profesaban la religión musulmana y la falta de
perspectivas económicas.
El primero en llegar a Chile, sobre cuya identidad no hay consenso, lo hizo en 1881. Cuatro años después
arribaron 29 inmigrantes, pero alcanzaron a ser 10 mil con el paso de los años. Las principales oleadas de árabes
llegaron al país en tres períodos: antes de la Primera Guerra Mundial, entre guerras y después de la Segunda
Guerra Mundial.

En los ríos
En Valdivia, en 1941 y según la Guía Social de la Colonia Árabe en Chile, elaborada por Ahmad Hassan Mattar,
había diez familias de origen palestino y libanés. Entre ellos estaban los Docmac, Casim, Halabí, Aleuy, Sabat,
Luesen, Assaf, Mahmud, Nazar y Zaror. Todos comerciantes, emplazados en las calles Yerbas Buenas, Libertad,
Anfión Muñoz y Barros Arana.
Sergio Zerené, destacado comerciante local y descendiente de palestinos, explicó que “en Chile habita la mayor
comunidad palestina fuera del mundo árabe. Nuestros abuelos eran personas con una formación educacional muy
básica que buscaba salir del dominio brutal del Imperio Otomano. Tuvieron que forjar su camino y surgir. En un
principio no fue fácil adaptarse, debido a la diferencia de idioma y costumbres. Pero se logró”.
Una de las principales características de las colonias de origen árabe que habitan Chile es que no permanecen en
los grandes centros urbanos. “Se decía como broma que ‘en todos los pueblos había una iglesia, un retén de
carabineros y un paisano’. Eso da cuenta de cómo nuestra colonia ha ayudado a hacer soberanía, a abrir
espacios y a ofrecer servicios donde prácticamente no había nada”, aseguró Zerené.
Hoy la comunidad árabe de Chile está formada por 400 mil personas. Y en Valdivia, los descendientes son
alrededor de 200. Muchos de ellos se han destacado en diversas áreas, pero las más representativas son: el
comercio, la política y el deporte.

La fábrica
Los árabes fueron los encargados de traer las novedades a las ciudades pequeñas y hoy, también se preocupan
de las grandes inversiones.
Uno de estos referentes es Sergio Zerené, propietario de la primera tienda de ropa valdiviana con modalidad de
autoservicio, La Fábrica, todo un avance para la década del ‘70.
Sus abuelos, por parte de padre y madre, provenían de Palestina, del pueblo de Bet-Jala, cercano a Belén. Fue
en 1978 cuando el ingeniero mecánico Sergio Zerené llegó desde Villarrica a la ciudad de los ríos e instaló La
Fábrica, que se ubicó donde hoy se encuentra la Casa del Menaje. Luego se cambió al edificio donde actualmente
se emplaza El Diario Austral de Los Ríos y en la década del ‘80 se trasladó a la Galería Nass.
“De a poco llegó toda la familia. Nos adaptamos rápidamente a esta ciudad y nos hemos quedado, porque
pudimos desarrollar nuestra actividad y aportar. Pero por esta misma razón, cada vez que hacemos algo, incluso
como colonia árabe, nos preocupamos de devolver a la comunidad el cariño y la acogida recibida con obras que
signifiquen progreso y desarrollo”, explicó Zerené.
Una de estas últimas obras es el edificio ubicado en calle Chacabuco, frente al Teatro Cervantes. Construido por
Sergio Zerené en pleno período de crisis económica y que pronto albergará sus primeras tiendas. “Se podría
haber hecho algo más económico, pero hay que colaborar con el desarrollo urbanístico de la ciudad. La idea es
retribuir, porque nuestros ancestros nos enseñaron que ésta es nuestra nueva patria”.

Hales
Otro destacado empresario, y quien actualmente tiene negocios en nada menos que siete rubros, empleando a
más de 600 valdivianos, es Fernando Hales.
Su padre, Miguel Hales, llegó desde Jordania a La Unión, en 1956. Emprendió negocios de venta de vestuario y
se casó con Victoria Chahuán, chilena de padre jordano.
Fernando Hales estudió administración de empresas, pero no terminó porque junto a uno de sus hermanos
comenzó a incursionar en los negocios. Sus primeras aventuras comenzaron en la década del ‘80, cuando instaló
en calle Arauco la Liquidadora Hales y, a su lado, el Opapa Pollo, el primer local comercial dedicado a la venta de

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papas fritas.
Con el tiempo, Hales se interesó por el gremio y fue presidente de la Federación Regional del Comercio y el
Turismo, fue presidente de la Corporación de Promoción Social Manos de Valdivia y director de la Cámara de
Comercio Detallista de Valdivia desde 1986 hasta 2000. También fue pre candidato a diputado.
Hoy es propietario de farmacias, el restaurante Shopdog, la Casa Hales, aserraderos y otros negocios dedicados
al servicio.
“Los descendientes de árabes somos muy inquietos en lo que a negocios se refiere. Nos atrevemos a innovar
porque así se crece. Llevamos el comercio en la sangre porque vimos a nuestros abuelos y padres trabajar en él.
Aunque no me gustaría que mis hijos siguieran este camino, porque uno siente constantemente el peso de la
responsabilidad. Tanta gente depende de uno. Pero puedo decir con orgullo que durante la pasada crisis
económica no despedí a nadie. Es más, contraté gente”, contó.

El esperado mall
La llegada del mall a Valdivia también fue obra de árabes, los hermanos Joseph y Jean Jano.
Ambos llegaron a Chile en 1981 junto a su madre. Nacieron en el norte de Siria, en la frontera con Irak.
“Recuerdo perfectamente las calles principales de mi ciudad, aunque me han comentado que ha cambiado mucho.
Vivir allá es tan diferente, las costumbres y gustos son totalmente diferentes. Extraño el respeto a las personas
mayores, y valoro del occidente la libertad de expresión y de trabajo”, aseguró Joseph.
Jano explicó que no sabía donde se ubicaba Chile y que menos pensó en vivir acá. Pero su madre tenía
familiares. Llegaron a Frutillar y al poco tiempo la ciudad les quedó chica. “Un día vine a Valdivia y entré al
supermercado Las Brisas. Ví que en los estantes habían muy pocas cosas, entonces me di cuenta de que acá
había poca oferta y un tremendo mercado por explorar. Así que vinimos y nos instalamos en 1985 con
Supermercados Milán”, contó.
En 1992 fue creado el Supermercado Único de Arauco, en 2000 el de Picarte y en 2007 el de Las Ánimas.
Pero en 2002, llegó Plaza de Los Ríos Mall. “Crear este mall fue una locura, pero nos arriesgamos. Empezamos al
revés, hicimos el edificio y después buscamos las tiendas. Nos costó casi tres años. Pero es un aporte, porque
este concepto no existía. Además, el trabajo del mall nunca se acaba”, dijo.
Hoy están buscando nuevas marcas para implementarlo, pero Joseph Jano aseguró que “el mundo del mall es
muy complejo. Queremos seguir proyectándolo y ‘vender’ Valdivia al empresario que se quiera instalar en nuestro
espacio. Hoy aquí trabajan unas 700 personas”.

En La política
La política también ha sido una de las plazas donde los descendientes de árabes se han desarrollado en nuestra
zona. Entre los más recordados está José Huaquin Dipp, quien fue alcalde de Valdivia entre los años 1968 y
1972. Su hijo, el psicólogo Víctor Huaquín explicó que “mis abuelos, Jorge Huaquín Assad y Laura Dipp, llegaron
desde Beirut, Líbano. Incluso creemos como familia que nuestro verdadero apellido es Assad y el actual fue una
derivación de un segundo nombre. Los abuelos viajaron primero a Argentina y luego a Chile. Mi padre nació en
Osorno, en julio de 1914. Fue un excelente padre y un hombre generoso en extremo”, contó.
Se graduó con honores como ingeniero civil y entre sus obras profesionales destacan: la construcción de las
poblaciones Bueras y Regional, además de la reconstrucción de la Estación de Ferrocarriles, después del
terremoto de 1960.
Perteneció al Partido Radical, fue elegido regidor durante dos períodos y alcalde de la comuna de Valdivia. Sus
grandes obras fueron la construcción del Edificio Consistorial y el Terminal de Buses, gestionó la compra de la
embarcación de turismo Río Calle Calle y construyó la Pérgola de Las Flores ubicada frente al Cementerio
General, obra que hoy lleva su nombre.
“Pero lo que más recuerdo de mi padre es su bondad. Cuando falleció, encontré un fajo de cheques a su nombre
que nunca cobró. Fue un hombre fuera de serie”, recordó su hijo, quien hasta el día de hoy posee un diario de
vida con recortes de todas las noticias donde figuraba su padre, obra creada por su madre.

Los Sabat
Quienes también forman parte de la historia política de Valdivia son los Sabat, familia que llegó desde Belén, en
Palestina. Miguel Sabat Mazar se trasladó a Cuba, luego a Bolivia y posteriormente a Perú, donde se casó con
Angélica Gozalo Sully. Eran amigos y vecinos de los Yarur y los Manzur. Miguel Sabat se dedicaba al comercio de
género y ya a los 22 años había creado fortuna.
Cuando Jorge Sabat Gozalo, quien fuera concejal de Valdivia en dos períodos, alcalde de la comuna entre 1996 y
2000 y diputado entre 1969 y 1973, llegó a Chile, tenía diez años.
Primero estuvieron en Valparaíso y luego se trasladaron a Valdivia, lugar donde su padre, Miguel Sabat, fue el
principal proveedor de carne del matadero viejo, ubicado donde hoy está el recinto Taller Municipal.
Jorge Sabat estudió medicina en la Universidad de Chile. Omar Sabat, hijo de Jorge y actual concejal por la
comuna explicó que “cuando mi padre ya trabajaba, muchas veces la gente no podía pagarle. Él los atendía igual
y le pagaban con huevos o gallinas o, simplemente no lo hacían. Era más importante la vocación de servicio, a él
le importaba la gente”.

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Gracias a él también fue creado el equipo de fútbol local, Palestino del sector Inés de Suárez.
Sabat falleció en 2006, pero en 2003 ya se le había concedido el honor de ser “Hijo ilustre de Valdivia”.
Hoy le sigue sus pasos Omar Sabat, quien hoy es uno de los dos concejales descendiente de árabes de la
comuna de Valdivia.
Nació en 1976 y es Ingeniero en Gestión Forestal. Ha trabajado en la Municipalidad de Huechuraba, en Santiago;
en la Municipalidad de Máfil y fue elegido concejal en 2006 con la tercera mayoría, mientras que en la última
elección obtuvo la primera mayoría, tanto comunal como nacional.
“Siento que los descendientes de árabes tenemos que agradecer de alguna manera al país que nos acogió. Y
entregarnos en el servicio público ha sido nuestra manera”, explicó.

Assef
Quien también ha tenido un destacado paso por el servicio público es Omar Assef, actual presidente comunal de
la Democracia Cristiana.
“Mi abuelo paterno, Emilio, llegó desde el Líbano a La Unión en 1928. Mi abuelo materno, Amador Docmac, llegó
desde Belén en 1912. Eran comerciantes, uno de ellos tuvo la primera fábrica de medias de Valdivia”, contó Assef.
Su padre se trasladó de La Unión a Valdivia en 1948.
Omar Assef estudió en el Instituto Salesiano, fue basquetbolista y remero. Estudió perito agrícola y combatió la
fiebre aftosa trabajando para el Servicio Agrícola y Ganadero. Además, fue director regional del Registro Civil por
diez años.
“Ahora me dedico a mi partido y al comercio, actividad que está en la sangre del árabe. Poseo, junto a mi esposa,
Verónica Sabra, una fábrica de confección de delantales”, dijo.
Massri, el concejal
El apellido del concejal de la comuna de Valdivia Miguel Massri, significa “El egipcio”. Proviene de una familia de
origen egipcio que en algún momento se trasladó a El Líbano. Muchos datos sobre la historia familiar no tiene,
porque el contacto con su abuelo paterno fue perdido cuando su padre era muy pequeño. “Mi padre se traslado
de Queule a Valdivia, él fue administrador de los cuatro cines que existían en la ciudad durante más de 25 años”,
contó.
Miguel Massri nació en Valdivia y su ex esposa es hija de emigrantes árabes. “Mis dos hijos son, en ese sentido,
mucho más árabes que yo”, bromeó. Massri estudió en el Instituto Salesiano y en la Universidad Tecnológica
Metropolitana, obtuvo el título de Ingeniero Constructor.
Hoy es director de carrera de la Universidad Tecnológica de Chile Inacap y concejal. “Los descendientes árabes
hemos demostrado ser gente llena de iniciativa, con espíritu de trabajo y colaborativa. Somos solidarios por venir
de una zona donde la vida es muy difícil”, aseguró.

En mariquina
El alcalde de Mariquina Guillermo Mitre Gatica, también es “paisano”. “Mi abuelo Antonio llegó a fines de 1898 a
Chile, primero a una zona cercana a Antilhue. Tuvo 12 hijos y mi papá, Guillermo Mitre Malverde fue el menor de
ellos. Mi abuelo se dedicó a los restaurantes y al arriendo de automóviles”, contó.
Su padre, Guillermo Mitre Malvede se dedicó al comerció y luego a la política. Fue elegido regidor y en 1973 fue
alcalde de Mariquina hasta 1982.
Y Guillermo Mitre fue alcalde de la comuna de Toltén desde 1986 hasta 1989. “De ahí no he parado hasta la
fecha. Desde el año 1989 hasta 2004 fui alcalde de Mariquina en tres períodos, y ahora elegido por un cuarto
período”, aseguró.
Porque según explicó “tengo muchos parientes Mitre que se han dedicado a la política o al servicio público.
Pienso que los árabes tenemos una gran sensibilidad social. Me impactó ver en la revista Aldamir, de la
Fundación Palestina, que hay dos senadores, nueve diputados, once alcaldes y 19 concejales de origen árabe.
Eso es muy decidor”.

Y en el deporte
Es muy sorprendente que dos de nuestros principales remeros desciendan de familas árabes. Es el caso de
Cristian Yantani y Soraya Jadue.
Yantani aseguró que durante la Primera Guerra Mundial, su bisabuelo, Miguel, huyó desde Damasco hasta
América del Sur. Pero para hacerlo debieron viajar a Italia, donde al realizar los papeles de migración modificaron
su apellido. “Es por eso que suena como italiano”, dijo.
Estuvieron en Buenos Aires y se trasladaron hasta Purranque, en Chile. Tuvieron una vida agrícola hasta que su
padre y su abuelo se trasladaron a Valdivia, para vivir en el Islote.
Cristian Yantani es ingeniero electrónico pero está ligado al mundo deportivo, comenzó a remar a los 12 años en
el Club Arturo Prat y poco a poco fue mejorando. Participó en juveniles y luego en mundiales. En 2000 fue a las
Olimpiadas de Sydney, en 2002 fue campeón mundial en Sevilla y el 2003 campeón panamericano en Santo
Domingo. Además, recibió el Premio Nacional en deporte.
Mientras que la historia de Soraya Jadue es distinta. Sus bisabuelo Abdala zarpó desde Palestina hasta Ecuador,
donde nació su abuelo Salim. Decidieron partir a Chile y se establecieron en Quintero. Salim se radicó en

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Santiago, donde fue vendedor viajero de ropa interior. Tuvo 17 hijos con su esposa Nehme Jadue.
Soraya Jadue vivía junto a su familia y su padre Carlos en Patronato. hasta que se trasladó a Futrono y luego
llegó a Valdivia, donde se instalaron una tienda de artículos de peluquería.
“Cuando llegué me interesé primero por el tenis y luego por el remo. Comencé a remar a los 19 años, y aunque mi
edad fue criticada en un comienzo, con perseverancia logré destacar. Ha sido campeona nacional y
latinoamericana. Ha participado en mundiales y en tres Juegos Olímpicos”, dijo.
Pero aseguró que “los árabes somos inquietos y, sobre todo, logramos lo que nos proponemos”.

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