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El cuento de Tejo el Conejo

Erase una vez en el bosque, un conejito juguetn al que le encantaba hacer nuevos amigos, su nombre era Tejo
el Conejo Zacatuche.
Un da sali de su madriguera para reunirse con ellos y jugar a los saltitos. Empezaron con un saltito, luego
otro saltito, otro ms, otro y otro... sin darse cuenta de que una ardilla los observaba. Pronto vieron que algo se
mova en el rbol, y la descubrieron. Era la Ardilla Pilla! Una amiguita un poco egosta y presumida.
Tejo el Conejo la invit a ser parte de su juego, pero ella no acept; en su lugar les propuso jugar a algo que
para ella era muy fcil: enredarse en su cola y rodar por el bosque.
Tejo lo intent, pero qu creen? Su cola era muy corta y no alcanzaba para enredarse en ella. Entonces, uno
de los conejitos, se dio cuenta de que en lugar de usar la cola, podan enredarse en sus propias orejas.
Estuvieron jugando por un largo rato, hasta que comenzaron a marearse.
En eso, escucharon un toc toc toc en el tronco de un rbol. Quin creen que era? Claro! Tero Tero el pjaro
carpintero, un amiguito muy nervioso y observador, que poda darse cuenta de las cosas que sucedan a su
alrededor.
Tero Tero les propuso jugar a la recoleccin de tesoros; esos tesoros eran unas pequeas semillas de las que
todos estos animalitos se alimentan Qu se imaginan que eran? As es! Unas bellotas.
Los conejitos se entusiasmaron demasiado y decidieron comenzar de inmediato a recolectar las bellotas ms
lindas del bosque, pero haba una amiguita que no quera juntar su tesoro con el de los dems. Exacto! La
Ardilla Pilla, pues como dijimos al principio, era un poco egosta y presumida, y no quera compartir nada con los
dems.
Durante un buen rato, los dems animales del bosque estuvieron formando una gran montaa de bellotas,
mientras que la Ardilla Pilla apenas llevaba unas cuantas.
Tero Tero el pjaro carpintero, mir los montoncitos de bellotas y al ver que el de la Ardilla Pilla estaba
muy pequeo y ella muy cansada, le dijo que era mejor trabajar en equipo y le sugiri juntar sus tesoros.
Obviamente, nuestra amiguita tan especial, no acept a la primera. Los conejitos la invitaron nuevamente y fue
as como poco a poco empuj sus bellotas hacia el montoncito de los otros amigos.
La Ardilla Pilla se dio cuenta de que la suma de los esfuerzos es ms grande que estar unos compitiendo
contra otros y que de esa manera tambin se ganan nuevas amistades.

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