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| REPORTAJE diariodepontevedra|Domingo, 30 de mayo de 2010

En Madrid, en el patio de Canillas, sede de la Brigada de Estupefacientes, hay un movimiento inusitado de agentes. Se da una orden: que todos
estén preparados porque se va a realizar en Andalucía una operación de envergadura. Antes de arrancar, cada vehículo recibió un sobre, que
abrieron los conductores: el destino era Galicia. Era la noche de 12 de junio de 1990. En un restaurante de la zona del Franco, en Santiago de
Compostela, cenan Baltasar Garzón, Javier Zaragoza y varios mandos policiales. “No sabemos qué resistencia van a oponer ni si van armados.
Necesitamos instinto y reflejos”, dice Garzón. En unas horas 350 policías, un centenar de coches y varios helicópteros ‘toman’ O Salnés.

El recado de la Nécora:

Carmen Avendaño, representando a la ‘madres de la droga’, toma Pazo Baión, símbolo del poder del narcotráfico en la comarca de Arousa: fue en 2008, 18 años después de la Operación Nécora

En 1978 un grupo de veinteañeros [repOrtaje] La Operación Nécora cumple veinte -A ver cuándo coño vas a cambiar de muerte. Era la voz de Manolito
montó en Sanxenxo el pub Siete de tabaco, mira qué es fuerte. Charlín, el hijo de Manuel Charlín
Colinas. Son los Chenano, Chiruca,
años. Esta es una historia de las generaciones que -Tranquilo, sargento, ya se irá acos- Gama, llamado el Patriarca. Y a ras
Tarano o Chis (José Antonio Acuña se tragó la droga en la comarca arousana y la caza tumbrando, es tabaco holandés. de suelo, Portabales abrió los ojos y
Rial) que empezaron a fumar costo
a mediados de los 70 en Vilagarcía,
policial de los capos que se lucraron a su costa Esto sucedía en el territorio de las
primeras cosas, cuando no se dis-
vio, como en las películas, unos bo-
tines blancos con cordones negros
donde implantaron una especie de [escribe Manuel Jabois] tingue el pecado porque nadie ha que sólo podían ser de Laureano
movimiento hippie en el que se mordido aún la manzana. A unos Oubiña.
escuchaba música, se hablaba du- kilómetros, en Vilanova de Arousa, Portabales llevaba semanas ha-
rante horas en la playa y se hacían se producía una explosión de vida blando con Luciano Varela, a quien
orgías en las que participaban has- similar. A las cuatro de la tarde la había envíado una carta en la que el
ta quince personas. Ese verano el plaza de las Palmeras estaba a bote ex traficante de Estribela prometía
Siete Colinas fue un bombazo que de jóvenes escuchando música y colaborar con la justicia. Después
atrajo a “las niñas más bonitas bailando, y a quien pasaba por allí, de escucharlo, Varela decidió tras-
del verano gallego”, como relata en el centro del pueblo, se le invita- pasar el caso a la Audiencia Nacio-
el periodista Felipe Suárez en su ba a sumarse. nal. Lo hizo porque entendió que
libro Operación Nécora+. Los vila- desde la Audiencia Provincial de
garcianos se entregaron a la dolce El arrepentido|Una mañana de Pontevedra no había recursos para
far niente tan propia de Sanxenxo: 1989 cuatro presos entraron en la abarcar una operación tan grande
recogían el dinero de la caja para celda de Ricardo Portabales en la y cuyos implicados se encontraban
acabar la noche, iban a la playa, cárcel de A Lama. Le taparon la repartidos por distintas provincias
comían y salían de copas. cara con una toalla y lo apalizaron españolas. Es entonces, antes de
En Vilagarcía, a finales de los se- hasta cansarse. Portabales quedó desplazarse a Madrid, cuando le
tenta, son recordadas las partidas Pacheco (segundo por la izquierda), Jesús María (tercero), Rafa Fernández Pa- tirado en el suelo encogido con la dan la paliza y escribe a Garzón,
de cartas en el bar Peñóns. Se jun- dín (cuarto) y su hermano Manuel (último) son los supervivientes de Dejadnos nariz rota y un par de vértebras que es el juez al que le ha tocado la
taban los hippies melenudos del Vivir. Pacheco no habla con nadie y vive en un mundo paralelo; el arrepentido lesionadas. Antes de que el grupo instrucción en Madrid.
porro con los guardias civiles. Manuel Fernández Padín espera un trasplante de hígado por una cirrosis. se marchase, una voz lo amenazó “Me escribe asustado. Yo tengo

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