Está en la página 1de 1

¡Adiós, Querido Cuco!

Duelo en la puesta en escena


Para un niño, la pérdida de un ser amado es uno de los
sucesos más significativos de su vida y puede originarle un
conflicto emocional de grandes magnitudes. Tras el deceso
de alguien apreciado, el niño percibe una etapa de dolor
que incluso puede ser más intensa que para un adulto. El
infante puede experimentar ésta situación por primera vez
en su vida al perder a su más fiel cómplice de travesuras y
juegos: su perro. Tristeza, culpa, negación, desesperación y
shock son emociones comunes ante dicha pérdida. Puede
ser que el niño no esté listo para el rigor y la persistencia
de estas emociones o la precipitación con que su estado de
ánimo puede variar. Pero, ¿cómo demostrarle a un
pequeño que dichas emociones son sanas y apropiadas y le
extenderán la mano para desafiar su pérdida?

El argumento, escrito por la periodista mexicana Berta


Hiriart, sugiere un método de fácil comprensión, a través
de una obra nacida en la mismísima Guadalajara, ¡Adiós,
Querido Cuco!, la cual es llevada a escena por la directora
Susana Romo, cuyo propósito vital es apoyar a los nuevos
talentos del teatro enfocados a la dirección escénica. Cabe
mencionar que para la realización de ésta obra, Susana
Romo ha sido asistida por expertos en teatro como Perla
Szuchmacher, perita en propuestas orientadas al público
infantil, además de estar aconsejada por Fausto Ramírez,
director de la agrupación A la Deriva Teatro.

La historia parte de cuatro personajes, acontece a lo largo


de un año y se encuentra conformada por siete escenas. La trama, entre risas y sentimientos
encontrados, dirige a los niños al reto de una fábula en la que sólo se pueden obtener ganancias
confiando en los demás y procediendo responsablemente. Para los pequeños, la alternativa de
situarse a fondo en las entrañas de un personaje, favorece una interacción profunda con el mensaje
meta de la obra.

¡Adiós, Querido Cuco! describe cómo una niña de siete años, y su abuela sobrellevan la muerte de
su perro Cuco. Mientras el animal parte hacia una nueva esfera, la niña, muy a su manera, narra una
madura postura de cómo los seres humanos nos despedimos de la vida progresivamente mientras
existimos, hasta que finalmente, los personajes reconocen la pérdida de su querida mascota.

El sentido de ésta obra es de suma importancia para un individuo, ya que la muerte es una etapa
inevitable en la que cualquier ser humano (y no solo un pequeño) debe permitirse la expresión de
las emociones que éste acontecimiento trae de la mano. Comúnmente, la muerte es una cuestión que
se evita, se ignora o se niega su presencia. Al principio puede parecer ventajoso alejarse del dolor,
pero lo que no se puede evitar es el sufrimiento a lo largo de mucho tiempo. En algún momento,
esas emociones requerirán ser afrontadas o, de lo contrario, podrían llegar a causar un malestar
físico o emocional.

¡Adiós, Querido Cuco! abre sus puertas en la ciudad de Guadalajara y el Estudio Diana es la sede,
ubicada en Av. 16 de Septiembre #710, cada domingo de mayo a las 13 hrs. Tiene un costo de $80
general y $60 para niños, estudiantes y personas de la tercera edad.

LCC. Alejandro Oliveros Acosta


http://blogs.iteso.mx/comunicacion/
05.05.2010

También podría gustarte