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SAN IGNACIO DE LOYOLA, POEMA HEROICO LIBRO PRIMERO-CANTO PREMERO (FRAGMENTO) HERNANDO DOMINGUEZ CAMARGO (1606 - 1659) BANQUETE ut Damascada pensién de los telares, flammenca Aracnes descogié. arrogante, entre hilados jazmines y azahares. no menos blanco lienzo que fragrante, ‘Mur de erespas garzas, no vulgares, sus orifias la mesa, en que arrogante, crestado un lienzo sobre el otro, hacia entallada de nieve cetrerta, Lil Sol un salero, confusién de estrellas, desmembrado en sus piezas, derramaba: y, rayo de oro Ja menor, - centelias en las nubes de lino fulminaba De opimos frutos y de flores bellas, Amaliea sus cuernos trastornaba sobré los cedros. que cansados gimen de las grandezas con que los oprimen. Liv Rojo penda terliz, ya que no bello, sobre el pico, ni adunco ni torcide. o fuelle de zafir sople en su cuello su canto, ni arrulio ni gemido, el ave que, en ef hombro o el cabello, ya del Inca es diadema, ya vestido: ‘que hospedando en sus arcas al oriente, vol6 a la mesa desde el occidente. Lv Mentida Isis en fa piel, pudiera acicalar en Argos et desvelo de la que el tauro codicié ternera, por darle lustre sucesién al cielo: lasciva Parca de las flores era la que (ia iuna ef cuerno, el sol el pelo) victima cayé idénea, ¥ dio la vida por que prédiga fuese fa comida LVI ‘Cuantas copias el gallo perezosas (cefdo de rubs crespo turbante) si bellas no, crestadas cel6 esposas. ‘gran turco de las aves arrogante, que, borrandole al mar limpios cristales, es ya, varado, escollo de corales. Lx Cimiento el plomo, si la corcha almena, nudoso muro al mar. la red se tiende: provincias mil de escollos encadena y ciudadanos mil del agua prende: ni al de hibrica piel vale la arena. ni el de escamas armado se defiende; que es la mesa teatro, en tanta suma, del secreto ignorado aun de la espuma LxuIt El que el arroyo cristalino muerde brufiido junco, ya oficioso cubre panal de leche, en su colmena verde, della oveja labrado en ubre y ubre, con quien, helada, por morena pierde la que ordefié alas nubes nieve octubre: canas ésta peiné siempre vuleares, porque es fa leche Adan de los manjares. LxIV Peindse hebras de nieve la pechuga sobre la leche, que templé stave electro, que la abeja que madruga allibarlo a la flor, cuajarlo sabe: ‘se densa en las llamas, 0 se enjuga é&te, que, medio leche, medio ave, ccentauro es de la gula, en el convite, del griego el metamérfosis repite. LXV El cadaver augusto de la fruta que en balsamo de almibar se preserva cen las mesas, al huésped se tributa en la embebida en ambares conserva. Por imén de las tazas se diputa, cuanto salada més, menos acerba, en sazén a la sed siempre oportuna, retaguardia a las mesas, Ia aceituna. LXVI Pelicano de frutas, la granada, herida en sus purpureos corazones, su leche les propina colorada, en muchos que el rubi rompié pezones. Baco, que la admir6 desabrochada, apifiados le ofrece los botones ‘en el racimo que cat6 respeto al vino de quien es diez veces nieto THESAURUS. Tomo XXXVIIL Nam. 1 (1983). Carmen de MORA VALCARCEL. Naturaleza y ... NATURALEZA Y BARROCO EN HERNANDO DOMINGUEZ CAMARGO En la actualidad, cualquier aproximacién al pocta co- lombiano Hernando Dominguez Camargo cuenta ya con un camino critico rectamente trazado a partir de las pinceladas magistrales esbozadas por Gerardo Diego sobre sus pasajes deseriptivos, de los aportes cruditos de Giovanai Meo Zilio y del importante cotejo que con Jas Soledades gongorinas le hi- ciera Emilio Carilla, por citar algunos de les criticos que mas extensamente se han ocupado de su obra, Tal vez esa gua nos haya tentado para continuar por te- rrenos ya roturados, como son los pasajes descriptivos. Pero, {caso no constituyen estos el mayor atractivo del Poema he- roico para todo lector que, libre de prejuicios, sea capaz de leer la obra que Menéndez Pelayo tachara como “no de los més tenebrosos abortos del gongosismo”? Afortunadamente, pasd también la época de reivindicar su figura. Si después del importante elenco de criticos que, ya por lo barroco, ya por su propia calidad, se han acercado a Dominguez Camargo, no se le concede el lugar que merece ca la literatura hispanoamericana, tal vez. sea su destino per- manecer como autor de segunda fila, fiel y disciplinado dis- cipulo de Géngora. Por esta razén, al leer a Dominguez Ca- margo con una cierta justicia, se nos impone el criterio de mostrar aquellas cualidades poétices que revelan su originalidad aun a pesar de la influencia del poeta cordobés. Al lanzarse a escribir el San Ignacio el jesuita Domin- guez Camargo se estaba definiendo como un escritor inmerso en las corrientes de su tiempo: de un lado, el espiritus de la Contrarreforma continuaba estimulando Ja poesia religiosa tanto ea Espafia como en Hispanoamérica; de otro, 12 labor cultural Ilevada a cabo por la Compafifa de Jesis en aquellas fi Centro Virtual Cervantes 0 CARMEN DE sora vauekncen Tu. xxxvur, 1983 tierras atraia el interés poético, como [o revelan los numerosos poemas dedicados a su fundadar. Refiriéndose a ello escribe Giovanni Meo Zilio: En {Dominguez} Camargo, por lo tanta, jesita y poeta y hombre cultisimo, se cruzaban dos corrientes de tradicién ignaciana, a su vez entrelazadas y convergentes: Ja didascélico-parengtica y [a literaria!. Este mismo autor, al tratar sobre [a calidad genérica del pocma, afirma que “debe colocarse dentro de la épica sensu stricto ‘no slo porque su objeto principal es cantar la epopeya del héroe de la Iglesia y sus admirables hazafias espirituales, sino también por su estructura, su tono, su Ienguaje general, su técnica y la misma poética que lo sustenta”*. Pero, a con- tinuacién, reconoce con Carilla los altos valores Hricos que lo adornan. Picén Salas vislumbra perfectamente a cuestin cuando scribe: Como ua prejuicio de la retdrica aristotélica que habla exaltado 1 Renacimiento, la epopeya conservaba todavia su primacta entre los coiros géneros poéticos, pero se habla perdido ya el aliento que Ja ani- maka, Con espiritu Mrico se hacen ahora poemas épicos. En la literatura criolla observamos esta decadencia interna de la epopeya cuando se pasa de los cuadzos dramitices de Le arau- ena al mundo més idflico que guerrero de EY arcuco domado de Pedro de Ofia*. ‘A pesar de que el poema de Dominguez Camargo resulta diferente de las Soledader por su propia base argumental de tipo religioso y narrativo, coincide con ellas en ef alarde des- criptivo, en el tujo de detalles en escenas aparentemente acce- sorias de la trama en las que el poeta se pierde sin que parezca poder econtrar su hilo de Ariadna. Podemos afirmar, pues, * Guovaamet Meo Zutto, Enudio sabre Hernando Domingacs Camargo y su S. Ignacio de Loyola Poems heroyco, Firenze, Casa Editrce G. D’Anna, 1967, pig. 12. * idem, pig. 177. * Maui Pioin Seuss, De le Congnista @ Je Independencia, México, Fondo de Cultura Econdnica, 1967, pégs. 117-118. THESAURUS. Tomo XXXVIII. Nim. 1 (1983). Carmen de MORA VALCARCEL. Naturaleza y ... ik Centro Virtual Cervantes ‘Tat xxxvin, 1983 NATURALEZA Y BARROCO a que en el Poeme heroico alternan narracién y descripcién; fa primera, aplicada a la vida det Santo; fa segunda, a Ja pintura de lz naturaleza principalmente, elemento este thtimo que le- gaa adquirir un nuevo valor en Ia poes‘a barroca. Asi to ha puesto de relieve Emilio Orozco Diaz: Este aludir al pincel poético sefala Ia esencial razén que determina surgi del nuevo género: el actuar el poeta con una intencién u orientacin pictSrica algo general y predominante cn el desarrollo y orientacién de las artes todas en el Berroco; lo que determina la sobrevaloracién en la poesfa de los elementos visuales: ef recrearse ‘con los efectos pictéricos de contrastes, matices y srmonfa de huces, sombras y colores. Esta orientacidn favorece, y en parte fundamenta, la ampliacién temética que czcacteriza al Barroco: la entrada del cuadro de paiszje, de naturaleza, perspectivas ¢ interiores y asimismo la visiéa préxima de los elementos de la Naturaleza como las frutas ¥ flores ¢ incluso de las cosas correspondientes al muado de Jo artificial ¢ inanimado 4 Sirvan tales presupuestos a manera de pértico para el and- lisis que me propongo realizar de algunas descripciones que iluminan de manera dispersa los versos del Poema heroico y, Jo que es més importante, para determinar Ia visi6n de la naturaleza en Dominguez Camargo. 1 TECNICA DESCRIPTIVA a) Foxciones En este primer apartado be tratado de seleccionar una serie de descripciones més o menos extensas y heterogéneas que pot su propia diversidad proporcionan mayor exactitud a las conclusiones que de ellas pueden extraerse®: * Ewwniso Onazco-Dias, Paiaje 9 sentimiento de la mataraleza en la possie erpefiole, Madrid, Ediciones del Ceonzo, 1574, pig. 114. © Usilizamos la sbreviatura D acompefiads de om mimero pars referee 2 las deszipciones y su orden de apericiéa en ol poems. En ef exo de De4ta » Db THESAURUS. Tomo XXXVIII. Num. 1 (1983). Carmen de MORA VALCARCEL. Naturaleza y all Centro Virtual Cervantes

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