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El documento describe cómo la banda de punk Siniestro Total creó un video musical en 1982 para la canción "Nocilla, qué merendilla" que contrasta las imágenes felices de los anuncios de Nocilla con imágenes en blanco y negro de la posguerra española que muestran la pobreza y el hambre. El video usa estas imágenes para contar la historia secreta del desarrollo español en los años 60 y 70 vinculado con el acceso masivo de los niños a las pastas de cacao como Nocilla.
El documento describe cómo la banda de punk Siniestro Total creó un video musical en 1982 para la canción "Nocilla, qué merendilla" que contrasta las imágenes felices de los anuncios de Nocilla con imágenes en blanco y negro de la posguerra española que muestran la pobreza y el hambre. El video usa estas imágenes para contar la historia secreta del desarrollo español en los años 60 y 70 vinculado con el acceso masivo de los niños a las pastas de cacao como Nocilla.
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El documento describe cómo la banda de punk Siniestro Total creó un video musical en 1982 para la canción "Nocilla, qué merendilla" que contrasta las imágenes felices de los anuncios de Nocilla con imágenes en blanco y negro de la posguerra española que muestran la pobreza y el hambre. El video usa estas imágenes para contar la historia secreta del desarrollo español en los años 60 y 70 vinculado con el acceso masivo de los niños a las pastas de cacao como Nocilla.
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espaol de lo que no carece es de un relato sen- timental, de una memoria potica, que elabora y transmite el grupo de punk vigus Sinies- tro total en 1982, con la aparicin del videoclip Nocilla, qu merendilla (compuesto a partir del tema homnimo del disco Cundo se come aqu) 3 , cuyo ttulo recoge el lema publicitario de la marca de pasta de cacao en los aos sesenta. http://www.youtube.com/ watch?v=yv7H960mkk0 El videoclip comienza por declinar con gran melancola el slogan publicitario de la marca, que suena de forma pstuma: es la merendi- lla que nos gusta ms; despus se escucha un temblor de bateras y guitarras y las vo- ces desgarradas de Julin Hernndez, Germn Coppini y Miguel Costas estallan repitiendo entre gritos psicticos los escasos motivos verbales de la cancin (Nocilla, qu meren- dilla!, Nocilla, qu merendilla!, Nocilla, qu merendilla!), que retorna progresivamente !"#$%%& ($)!) !"*+,) -) .&*+,) El rock-memoria de Siniestro Total, la crema de cacao y sus fantasmas biopolticos en la Movida espaola Germn Labrador Mndez No ser hasta el siglo XX cuando la explotacin industrial del chocolate y las nuevas tcnicas de elaboracin y conservacin de alimentos den lugar a una nueva generacin de pastas de cacao, de base lctea, de modo que, nalmen- te, una pasta de leche, cacao, azcar y frutos secos habr de constituir un poderoso combinado energtico apto para la nutricin a gran escala 1 . Hay una historia secreta del cacao, que relaciona ntimamente el importante de- sarrollo demogrco espaol de los aos sesenta y setenta (el llamado baby boom) y el acceso masivo de los nios a las pastas chocolcteas. Desconozco el estudio que explique la importancia simblica y nutricional que tuvo una marca como Nocilla, que acab por convertirse en metonimia de todo un grupo de pastas de cacao, 2 que, en su conjunto, constituyen un importante correlato material de la imaginacin demogrca que el rgimen franquista y sus productores simblicos imprimieron sobre las nuevas generaciones de espaoles (desde que inventamos Nocilla en 1967, corren por ah los hombres fuertes de Nocilla, dira el anuncio televisivo de la marca en los contornos de la transicin espaola). NOCILLA TIENE NOMBRE DE HAMBRE 3 in crescendo hasta llegar a expresarse en una afona agnica y sobretonal. Esos sonidos, junto con las imgenes de la banda tocando en directo, se intercalan con fotogramas jos o en movimiento, que corresponden a un re- trato, en blanco y negro, de posguerra. Vemos al comienzo del videoclip a nios entrando en un colegio religioso, vemos las aulas, la dis- ciplina, vemos secuencias de tardes de fro y de sopor, tardes autoritarias, cuerpos biopol- ticos del subdesarrollo y cultura material de la pobreza. Y de pronto, la cmara se detiene en una doble secuencia: la del recortable mvil de un nio de papel, cuya boca se abre y se cierra, y la de un nio de escaso pelo, que se est comiendo con pasin y cuchara alimentos precarios. Las imgenes escolares van especicando su temtica: es que construyen un relato del ham- bre. Vemos nios tratando de devorar grandes bocadillos de pan y dudoso contenido, ollas de leche no menos dudosa que se reparten pblicamente, nios con bocadillos en hospi- tales. Vemos la cultura del racionamiento y del estraperlo. La dura posguerra, los aos del hambre. Vemos imgenes de hombres y mu- jeres con abrigos y cananas caminando en el invierno de una ciudad gris, nios rebuscando en el interior de un pocillo, colas de raciona- miento, nios apurando sus tazones de leche y comedores infantiles. En este punto del re- lato, la letra muda para alcanzar su clmax (Mam, ms! Nocilla, qu merendilla! Mam, ms! Nocilla, qu merendilla! Mam, ms!); la demanda propagandsitica de la marca se funde inseparablemente con el grito regresivo: mam, hambre, mam. 4 Ser Nocilla el nom- bre del hambre? Es esta una historia espaola del hambre, de la miseria, de la pobreza, aquella que se co- rresponde con pasajes colectivos que, justo por entonces, estaban dejando de tener cabida en tanto que representaciones de una historia compartida. En el espacio cultural de los aos ochenta, las conexiones explcitas del presente reformista con sus pasados de lucha y sub- desarrollo se interrumpen, o se olvidan o se institucionalizan, y ello, como regla general, es vlido tanto en el mbito de la literatura como del cine, pero tambin, y desde luego, de la msica pop, pues, al cabo, se supone que la Movida habra representado la denitiva superacin del atraso nacional en materia de (pos)modernidades 5 . Esa historia por enton- ces negada, reprimida, es justamente la que el vdeo convoca potica y documentalmente: al nal del videoclip encontramos, primero, un plano secuencia de una cola terrible de personas esperando su turno de distribucin en el racionamiento en los aos cuarenta, y, despus, por ltimo, la cmara se cierra sobre el enigma de la cara del mismo nio de pelo escaso antes aparecido, con su mismo plato y su misma cuchara, cuya mirada transmite una satisfaccin alegre y cruel, la determinacin 4 REVISTA DE VIAJES INTERIORES de sobrevivir a cualquier precio. Memorias del subdesarrollo: ese grito primordial (Mam, Nocilla, qu merendilla) en el videoclip encar- na una ambigua rabia, pues si toda esa colec- cin de imgenes nos habla sin ambages de negra hambre, del terror y de la miseria del primer franquismo (por citar el ttulo de San- chs Sinisterra), la realidad es que los nios que aparecen en ellas en ese preciso momento estn siempre comiendo. Es ese sarcasmo que Siniestro total transmite como rabia potica, el del placer sadista que surge de la satisfaccin casual de esas necesidades extremas; ese es el estado emocional que congura toda una ge- nealoga del odio, la de unos nios creciendo en medio del hambre y que, en esas imgenes, aparecen agarrndose a la vida de forma de- sesperada y cruel. Sus imgenes han sido convocadas desde el oscuro y desolado escenario post-transicional. Este vdeo hace contrastar, destruye, el mundo edulcorado de los anuncios de Nocilla, con sus familias de clase alta y con sus nios rubios (demogrcamente improbables), con su pro- paganda de los hombres fuertes de Nocilla dispuestos a comerse el mundo. Nos hablan del contraste esquizofrnico entre las voces de la publicidad desarrollista, y sus nuevas me- dicinas poticas, y la voz desgarrada de una generacin, que chocopasta mediante, sobre- vivi al franquismo para morir de sobredosis en su entrada en la democracia 6 . En este sentido, en la biopotica de la pasta del cacao se expresa una poderosa memoria del subdesarrollo, que funciona como contra- rrelato del discurso publicitario asociado con la modernidad espaola de los aos sesenta, y su imaginario de nutricin y normalizacin, su relato de la cohesin social a travs del ac- ceso de las clases medias a una alimentacin NOCILLA TIENE NOMBRE DE HAMBRE 5 adecuada. Esta memoria del hambre latiendo a travs de las publicidades del cacao y de sus pastas derivadas, es un relato que se conecta poticamente, en un archivo de voces y relatos espectrales, con la loca fantasa de un oscuro religioso que public en una revista de provin- cias hace ms de doscientos aos una breve y no menos peregrina noticia sobre un ms que dudoso chocolate: La Receta Instructiva del Chocolate Zamorense de Vicente Argelles (Salamanca 1798), a la cual le hemos dedicado otro trabajo 7
Notas: 1/ Se trata de un cambio estructural que se produ- ce en el consumo de las plantas indianas, cuando, como documenta Mintz, las prcticas asociadas a la prescripcin mdica de esas sustancias han ce- dido paso a una nueva funcin basada en su valor bioenergtico: The former medicinal purposes of sugar were now assimilated into a new function, that of a source of calories (Sweetness and power. The palce of sugar in Modern History. Vermont: Viking, Elisabeth Sifton Books, 1985, 108). Otro tanto cabr asegurar a propsito del lugar del cacao en la ali- mentacin moderna. 2/ En posguerra, se abri, en el mbito de las dro- gas tropicales, un tiempo de invencin popular de sustitutos y derivados del caf, del tabaco y del cho- colate, que afectar a una ms amplia fabricacin de una alimentacin de reemplazo, basada siempre en el trampantojo, que caracteriza las gastronomas hambre. A ese respecto, cabe mencionar la frecuen- te fabricacin en la primera posguerra del choco- late de algarroba (Antxon Aguirre Sorondo. Los molinos en el tiempo del estraperlo, III Jornadas de Molinologa, 10-13 octubre 2001, Cartagena. Texto presentado). El desarrollo de los derivados del ca- cao es un proceso que se satisface en una estrecha satisfaccin de las demandas calricas de una po- blacin en desarrollo, proceso en el que la empresa Nutrexpa tiene un papel clave con la comercializa- cin del cacao en polvo (y su branding como Cola- Cao), elaborado a partir del procesamiento de una pasta de cacao, harina de trigo, azcar y malta. La Nocilla aparece ya en un contexto econmico y de- mogrfco distinto, creada por la compaa Starlux, a partir del modelo de la italiana Nutella. En el merca- do de los derivados del cacao bajo el franquismo no podemos obviar el papel que tena la marca Nestl. 3/ Nocilla. Letra y msica de Miguel Costas. Cun- do se come aqu, Mejorada del Campo, Madrid: Es- tudos Colores, 1982. 4/ Sigo a Ossip Mandelstam en su texto Ejrcitos de poetas (Sobre la naturaleza de la palabra y otros ensayos. Madrid: rdora, 2005, pp. 27-35), quien ve debajo de la prctica potica de la bohemia la expresin desconsolada de un grito de desamparo primordial y fundante: un adulto llora con el mismo y antiguo llanto del recin nacido, ahogado en su pe- cho. El decoro social sofoca ese llanto. Este lamento es un puro abismo. La poesa de los jvenes y de los adultos es a menudo este mismo llanto, el llanto atvico e incesante de un nio. Las palabras son lo de menos. Este llanto es eterno: vivo, quiero, estoy enfermo, pp. 33-34. 5/ Sobre este particular, remito al lcido ensayo de Rafael Chirbes El arte de leer dedicado a la me- moria crtica y a la historia contrahegemnica de Blanco Aguinaga en tiempos la transicin- de blan- queamiento nacional en las historias literarias, en Riff Raff. Revista de Pensamiento y Cultura, Dos- sier Blanco Aguinaga", 44 (otoo 2010), pp. 69-74. En general los ensayos de Por cuenta propia. Leer y escribir, Barcelona: Anagrama, 2010. La inspiracin para una genealoga cultural del hambre viene de un fascinante ensayo de Jorge Valadas sobre las sociedades de la periferia mediterrnea, la genea- loga subalterna de sus procesos de modernidad, y el corte de memoria que sucede en sus ciclos neo- liberales; vid. Jorge Valadas. A memoria e o fogo. O Cenrio Invertido da Eurolndia. S.L.: Letra Livre, 2008. Sobre ese mismo corte de memoria es donde est operando Siniestro Total. Otros exponentes de la cultura cvica y la contracultura de los aos se- tenta tambin operaban en esa misma franja, baste citar la potica del hambre que anima la serie Pa- racuellos de Carlos Gimnez a partir de 1977. 6/ Cnfr. Germn Labrador Mndez. Letras arreba- tadas. Poesa y qumica en la transicin espaola. Madrid: Devenir, 2009. 7/ El loro del chocolate. Medicina ndica, divulga- cin cientfca en la Ilustracin y opinin pblica, a partir de La Receta Instructiva del Chocolate Zamo- rense de Vicente Argelles in Edicin y estudio de la "Receta instructiva y universalmente benfca del nuevo invento del chocolate Zamorense (1798). Ar- senio Dacosta ed., Zamora: CSIC, Instituto Florin del Campo, forthcoming.