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Carlo Maria Martini

Enseando la fe en un mundo postmoderno Qu puedo decir sobre la realidad de la Iglesia catlica de hoy? El tema es inmenso y tanto ms difcil para m, dado que vivo en Jerusaln, con escaso contacto con la vida diaria de nuestras comunidades de iglesia. No obstante, me inspiro en las palabras del gran pensador ruso y hombre de ciencia, Pavel Florenskij, que muri en 1937 como mrtir por su fe cristiana: "Slo a travs de la propia experiencia se puede percibir y valorar los tesoros de la Iglesia". Para percibir y valorar los tesoros de la Iglesia, uno debe entrar a travs de la experiencia de la fe y de la mano de la religin. Sera muy fcil llenar cuadernos llenos de quejas, llenos de cosas que no andan muy bien en nuestra iglesia. Pero esto sera adoptar una visin externa y depresiva, el no ver con los ojos de la fe, que son los ojos del amor. Por supuesto, no debemos cerrar los ojos ante las cosas que andan mal, pero necesitamos comprender el escenario global en el cual surgen los problemas que hay que resolver. Y en ello la religin puede darnos luces. UN PERIODO UNICO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA Dado que yo veo la presente situacin de la Iglesia con los ojos de la fe, veo especialmente dos cosas. Primero, en la historia de la Iglesia nunca ha habido un perodo tan afortunado como el nuestro. Cultural y geogrficamente, nuestra Iglesia est en su etapa de mayor expansin y, sin embargo est sustancialmente unida en la fe, con la excepcin de los tradicionalistas de Lefebvre. Segundo, en la historia de la teologa nunca ha habido un perodo tan rico como la ltima era. Incluso en el siglo cuarto, la era de los grandes padres capadocios de la Iglesia Oriental y los grandes padres de la Iglesia Occidental, como San Jernimo, San Ambrosio y San Agustn, no hubo tan gran florecimiento teolgico. Es suficiente con recordar los nombres de Henri de Lubac y Jean Danilou, de Yves Congar, Hugo y Karl Rahner, de Hans Urs von Baltasar y su maestro Erich Przywara, de Oscar Cullmann, Martin Dibelius, Rudolf Bultmann, Karl Barth y de los grandes telogos estadounidenses como Reinhold Neibuhr para no mencionar a los telogos de la liberacin (cualquiera sea el juicio que se tenga sobre ellos ahora que se les est prestando atencin nuevamente por la Congregacin de la Doctrina de la Fe) y muchos otros que viven an, incluyendo los grandes telogos de la Iglesia Oriental de los cuales sabemos demasiado poco,

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