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LOS PASTELES Y LA MUELA

Cuento popular recogido por Juan de Timoneda (S. XVI) en su libro Sobremesa y alivio de caminantes (Cuento XXII) Francisco J. Briz Hidalgo

Un labrador tena muchas ganas de ver al Rey porque pensaba que el Rey sera mucho ms que un hombre. As que le pidi a su amo su sueldo y se despidi. Durante el largo camino hasta la Corte se le acab todo el dinero y cuando vio al Rey y comprob que era un hombre como l, pens: Por ver un simple hombre he gastado todo mi dinero y slo me queda medio real Del enfado le empez a doler una muela y con el dolor y el hambre que tena no saba qu hacer, porque pensaba: Si me saco la muela y pago con este medio real, quedar muerto de hambre. Si me compro algo de comer con el medio real, me doler la muela Estaba pensando lo que iba a hacer cuando, sin darse cuenta, se fue arrimando al escaparate de una pastelera donde los ojos se le iban detrs de los pasteles. Vinieron a pasar por all dos lacayos que le vieron tan embobado contemplando los pasteles que para burlarse de l le preguntaron: - Villano, cuntos pasteles te comeras de una vez? Respondi: - Tengo tanta hambre que me comera quinientos. Ellos dijeron: - Quinientos! Eso no es posible! Replic: - Os parecen muchos?, podis apostar a que soy capaz de comerme mil pasteles. Dijeron: - Qu apostars? - Que si no me los comiere me saquis esta primera muela, dijo sealando la muela que le dola. Estuvieron de acuerdo, as que el villano empez a comer pasteles hasta que se hart, entonces par y dijo: - He perdido, seores. Los otros, muy regocijados y bromeando, llamaron a un barbero que le sac la muela. Para burlarse de l decan: - Habis visto este necio villano que por hartarse de pasteles se deja sacar una muela? Respondi l: - Mayor necedad es la vuestra, que me habis matado el hambre y sacado una

muela que me estaba doliendo. Al or esto todos los presentes comenzaron a rer. Los lacayos humillados pagaron y se fueron.

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