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El loro pelado.

Desde temprano los loros del monte, bulliciosos, iban a comer choclos. Tenan a un loro centinela en el rbol ms alto. Abran los choclos y los picoteaban. Por eso, los peones los cazaban. Un da, un pen hiri a uno. Ya en casa, sus hijos lo curaron y criaron, llamndole Pedrito. Viva suelto, se burlaba de las gallinas y, a la hora del t, suba a la mesa a comer pan remojado en leche, pues era su delicia.

Aprendi a hablar rpidamente. Una tarde, despus de varios das de lluvias, se puso a volar feliz hasta llegar al ro Paran; donde, de pronto, vio brillar - a travs de las ramas- dos luces verdes, como bichos de luz. Curioso, se acerc hasta identificar al tigre: -Hola, amigo! -dijo el loro-. Quieres rico pan con leche? Crey que el loro se burlaba; pero como tena hambre, el tigre le dijo: Bueno! Pero acrcate ms, que soy sordo!. Menta: quera comrselo.

El loro se acerc y el tigre lanz un zarpazo con las uas. No lo mat, pero le arranc las plumas y la cola. Grit de dolor y vol, pero tropezando y cayndose. Por fin, lleg a casa y se mir en el espejo. Era un fesimo loro pelado. Vol, entonces, hasta el hueco de un eucalipto y se escondi en el fondo, tiritando de fro y de vergenza. En casa, todos lo extraaban.

Lo llamaban y no responda. Creyeron, entonces, que haba muerto y se echaron a llorar. Pero l segua en su escondite, pues las plumas tardaban en crecer. Hasta que un da, todos -a la hora del t- lo vieron entrar, balancendose como si nada. Rieron y lloraron, alabando la belleza de sus plumas sin saber que eran nuevas. Luego, Pedrito le cont todo a su amo. Y este, muy molesto, le dijo: Necesitaba una piel de tigre para la estufa, y qu mejor si la obtengo gratis. Cogi su escopeta y emprendieron la caza. Pedrito deba entretenerlo para que l pudiera cazarlo. -

Rico t con leche! -dijo Pedrito al llegar a la morada del tigre. y el tigre, enojadsimo, al reconocer al loro pelado, repiti: -Acrcate ms! Soy sordo! -le minti nuevamente. - Pan con leche! Est junto al rbol! -dijo Pedrito acercndose. -A quin le hablas? -rugi, dando un gran salto que el lorito evit a tiempo. Su amo apret el gatillo y el tigre cay muerto. Ya en casa, la familia se enter y lo felicit por su hazaa.

Y fueron muy felices. A Pedrito le gustaba acercarse a la piel del tigre; y lo invitaba, dicindole: Rica, papa! Quieres t con leche?. Y todos se moran de risa. Y Pedrito tambin. FIN

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