Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Psicología Del Alma
Psicología Del Alma
Capítulo 1º
NOTA DEL EDITOR: Este seminario fue impartido por Jorge Carvajal en
junio de 2003 en San Sebastián. La transcripción del mismo ha estado a
cargo del equipo de San Sebastián, España. La corrección del lenguaje
oral al escrito ha sido labor de Elena Montoro.
1.- INTRODUCCIÓN.
Antes de empezar debemos experimentar nuestro centro de gravedad, para lo cual vamos
realizar una pequeña dinámica poniéndonos de pie.
Ejercicio:
Conclusión: la clave de la conciencia es el ritmo. Con esto podríamos dar por acabado el
seminario.
Recordemos, pues, que la vida es una danza. Uno realiza un tipo de movimiento, el otro
realiza otro movimiento; sin embargo, estos movimientos son complementarios si hay
ritmo. Si no hay ritmo no son complementarios. Lo importante de nuestro espacio y lugar
es el ritmo. Eso es lo que da la conciencia a nuestro espacio, a nuestro lugar. Cada uno
tenemos muchos cuerpos, muchos niveles de conciencia, muchas personalidades, las cuales,
a veces entran en conflicto entre ellas. Sin embargo, aunque sean personalidades opuestas
si encuentran su ritmo son perfectamente complementarias. Esto quiere decir que tenemos
muchas dimensiones vibracionales. Digamos que somos como una orquesta con todos sus
instrumentos y que todos ellos deben dar una nota. Esta nota tiene sentido sólo si tiene un
ritmo acorde al ritmo de toda la orquesta y, así, la vida es ritmicidad cíclica.
Capítulo 2º
Por tanto, Psicología en esta dimensión no es la ciencia del conocimiento de sí, sino la
ciencia del reconocimiento de cada uno. Este reconocimiento significa que cada uno existe,
no nos tenemos que crear, sino que hemos de recrearnos. En este recrearse aparece la
genuina creatividad.
Una vez que sabemos que la Psicología es la ciencia del alma y que el alma es conciencia,
vamos a dedicarnos en todo este seminario a abordar el crecimiento y la realización desde
el punto de vista de la conciencia. Para ello vamos a retomar nuestros términos hablando de
la Psicología de la Autorrealización.
PSICOLOGÍA DEL ALMA.
Capítulo 3.1
3.-PSICOLOGÍA DE LA AUTORREALIZACIÓN
¿Qué es realizar?
Empecemos entonces con el mundo de la realización diciendo que consiste en quitar los
obstáculos a la expresión del ser, porque en nosotros el ser es real. Que respiremos eso es
una manifestación de que nuestro ser es real, de que nuestro ser existe. Pensamos, sentimos,
luego existimos. La existencia es una manifestación de la realidad del ser, sin embargo no
es algo metafísico, es algo que se manifiesta en la respiración, en el movimiento, y esto
significa que la existencia se expresa a través del movimiento y que la vida se expresa
como movimiento. Por lo tanto, si hay movimiento hay vida.
Esta idea significa que el pensamiento también es un movimiento. De tal manera que
podemos tener movimientos internos invisibles y movimientos externos, los cuales generan
oleajes afuera. Todo lo que hacemos, inicialmente, fue el movimiento de un pensamiento.
Este pensamiento se volvió el oleaje de una vida, de las palabras, de los sueños, del
matrimonio y de los hijos; pero en última instancia ese oleaje fue una intención, un
pensamiento, fue algo invisible que dejó sus huellas en el espacio, las huellas en el cuerpo
y en la fisiología, luego todo es movimiento. La vida es movimiento y éste se expresa
existencialmente. La vida se convierte en existencia y la existencia es ese movimiento vital
que va generando las huellas en mi cuerpo, en mis relaciones, en todo.
De este modo, vamos definiendo otros términos. Por ejemplo, realizarse es existir, es
manifestar el ser. El ser se manifiesta a través del movimiento. Ahora bien, realizarse es
manifestar un movimiento armónico del ser. Si el movimiento no es armónico lo que
conseguimos es una caricatura de ser o una caricatura del ser, por lo que perdemos nuestro
centro, nuestro equilibrio y nuestro eje de gravedad.
Capítulo 3.2
Los obstáculos de la realización son aquellos que impiden el reconocimiento del ser. El
reconocimiento es un asunto del alma. Los obstáculos para la realización son también
aquellos que nos impiden el contacto con el alma, los que velan la visión de la misma, los
que impiden sentir que somos un alma y que tenemos un propósito y una cualidad interior.
¿Qué es lo que vela la consecución de ese propósito y esa cualidad interior? El mundo de la
ilusión o mundo del espejismo. Es el mundo de la confusión, aquello que nos impide ver
con claridad. Como ya hemos indicado, la realización es un asunto de visión, y la visión es
una cuestión de claridad. Si la visión se oscurece, no hay claridad y, por tanto, hay
confusión. Si hay confusión no es visible la realidad y si la realidad no es visible no hay
realización.
• La segunda confusión tiene que ver con el placer de vivir (cuerpo astral): ¿Vivimos
para el placer o utilizamos el placer para la vida? Esta es la pregunta clave para entender
esta confusión. Muchas de estas confusiones se resuelven preguntándonos si un
determinado placer me da más integridad y felicidad, o no. Cuando es un tipo de placer
que me aporta más integridad y felicidad, me conduce a la vida; en cambio, si es un placer
que no se integra, por muy placentero que sea, conduce a la muerte. ¿Qué estamos
haciendo? ¿Utilizamos el cuerpo para vivir o utilizamos la vida para el cuerpo?
Todo aquello que se consagre a la vida es lícito desde el punto de vista evolutivo,
integrador, sano y disipa la confusión. En cambio, todo aquello que lleva tener que
consagrar la vida no es lícito desde el punto de vista evolutivo, porque realmente se está
sacrificando el espíritu, lo más bello, lo permanente en ti en pos de lo impermanente, de lo
que es parte del mundo de la ilusión.
Esta confusión se da en relación con el cuerpo mental. La pregunta que nos podríamos
formular ahora es: ¿Vivo para el poder o utilizo el poder para vivir? Se trata, más bien, del
poder de vivir. Somos poderosos cuando consagramos existencialmente todos nuestros
potenciales a la vida.
Esas tres confusiones de las que estamos hablando se dan en tres planos: contacto,
impresión y relación.
Capítulo 4.1
El movimiento de impresión nos prepara para sentir la voz del alma, en nosotros y en
los demás. Imprime el diseño, el plan y el arquetipo o la idea o propósito de un sistema. Es
lo que se imprime en nosotros.
El movimiento de relación nos permite aplicar aquello que está impreso en nosotros.
Nos relacionamos desde lo que llevamos impreso dentro. Por tanto, si no tuviéramos
impresiones no podríamos tener relaciones. A su vez, nuestras impresiones dependerán de
la calidad de nuestros contactos.
De tal manera que los tres movimientos: contacto, impresión y relación, corresponden a la
clarificación de los tres mundos: físico, astral y mental. Veámoslos uno a uno.
Utilizamos el cuerpo para contactar con la vida del otro. Utilizamos las manos para
contactar con los dedos o con la piel del otro. Por tanto, los dedos y la piel son las antenas
de nuestra vida. Si observamos bien, cuando damos la mano a alguien para saludarlo, no
nos concentramos en sus dedos, sus uñas o en su sudor. Nos concentramos en sentir a la
otra persona y así sentimos la vida. Mismamente, al mirar al otro, no miramos sus pupilas,
vuelve a ser un contacto para reconocer la vida, para integrarla y para entrar en resonancia
con ella. Para esto sirve el contacto.
¿Qué ocurre cuando tenemos un contacto sexual? En este tipo de contacto reconocemos la
vida de uno en la del otro, todo nuestro ser vibra, también nuestro corazón y esto nos puede
llevar a un abandono tal en el que podemos formar un nuevo ser (sentirnos uno), o puede
quedarse, simplemente, en un contacto genital. Cuando lo que se da es un contacto genital,
por bello que sea, aparentemente, es destructivo, ya que genera dependencia. Sin embargo,
si es un contacto desde el ser, esa genitalidad esta regida por el centro de gravedad del
mismo. Para entender qué es el centro de gravedad del ser, hemos de pensar que la
perspectiva física se sitúa en el corazón y la perspectiva etérea en el chacra cardíaco.
Una persona puede mantener un contacto con otra, siendo este contacto agente de la vida;
por lo tanto, es un contacto que disipa la ilusión del cuerpo. Todos tenemos un cuerpo, pero
no lo vemos. A través del cuerpo del otro reconocemos su vida y entramos en contacto con
su vida. Al establecer este contacto con la vida del otro, se produce una impresión que es
más que el contacto de las manos o que el contacto sexual. Es un verdadero contacto
interior. Este contacto, que no es ya de piel, es un contacto para la vida, profundamente
interior y desarrolla un segundo movimiento.
Capítulo 4.2
Si no tenemos contacto desde la vida sino desde el cuerpo, si no tenemos contacto desde el
sentido sino desde los sentidos, entonces nos quedamos vacíos. Los contactos sin
impresión son vacíos, y es la sensación de vacío la que conduce a la dependencia. Esta
dependencia se manifiesta a través del egoísmo y de la egolatría. El egoísmo y la egolatría
son un exceso de ego. Cuando no hay ego, aún no se ha construido el yo. En este caso la
relación me lleva a pretender quererlo todo y poseerlo todo. Un niño quiere poseerlo todo,
no porque tenga mucho ego, sino porque todavía no tiene ego; piensa que el mundo es de
él.
Se piensa que el mundo es de uno y para uno cuando no se ha construido todavía el ego. Es
la primera parte de la construcción de la persona o la personalidad, diferenciarnos del
mundo, saber que el mundo es amplio, pero también que ese mundo no somos nosotros.
Nosotros tenemos que construir un territorio interior. Esta es la importancia de la
impresión.
• Nos ponemos de pie y nos abrazamos como cuando nos vemos por ahí. Nos
saludamos y nos abrazamos. Este es el abrazo cultural, ruidoso, el de moda que uno
termina haciendo. Es un ritual exterior, no es un contacto para la vida, es
desintegrador. Desde que nos eparamos de este abrazo el otro ya no está con
nosotros, tal vez estemos más lejanos que antes, aunque nos hayamos
abrazado. Quizá hubiera sido mejor que no nos hubiéramos abrazado porque ese
abrazo nos aleja. Hay abrazos que alejan terriblemente.
• Ahora, vamos a hacerlo diferente. Lo hacemos en silencio desde nuestro corazón.
Nos centramos en el corazón y sentimos al otro en el corazón. Sentimos que el otro
nos siente en su corazón. En ese abrazo, a pesar de sea el cuerpo el que abraza,
hacemos abstracción del cuerpo y nos centramos en la impresión, de tal manera
que, después del abrazo cada uno quede lleno del otro. Es entonces cuando
podemos relacionarnos sin resistencia.
• Ahora nos separamos y nos podemos mirar a los ojos. Inmediatamente alumbra una
sonrisa, se enciende la ternura, y podemos reconocer la ternura en los ojos del otro.
Es algo mágico por hay ternura en los ojos.
En el primer abrazo hemos sacado todas nuestras resistencias, nuestras prevenciones,
nuestras críticas y nuestras corazas. Es así que la relación no se va a poder expresar
integralmente, va a haber una discusión no armónica entre los distintos niveles del ser.
Cuando lo podemos vivir así somos magos esa es la magia de la vida y es la magia de la
relación. Nos abandonamos, ya no pensamos en si somos grandes, pequeños, negros,
blancos, si nos echamos el perfume adecuado, si somos dignos o no; sino que se rompen
todas las barreras, se rompen todas las fronteras, nos infiltramos por debajo de todas las
barreras culturales, raciales, todas nuestras creencias, nos infiltramos más allá de nuestro
pasado, nuestro futuro, del debería ser que se impone en nuestras relaciones, de la
programación que obstaculiza llena de ruido nuestras relaciones, y ocurre un momento
mágico, un momento que es puro presente. Este presente es la presencia de Dios en
nosotros o del espíritu en nosotros o del alma en nosotros.
Capítulo 4.3
En el ejercicio anterior, a muchos les han ardido los ojos, muchos han llorado y los ojos se
les han humedecido. El calor húmedo es la evidencia la semilla del amor que germina. La
semilla del amor necesita calor. Si nuestros ojos tienen ternura, tienen calor, tienen
humedad en ese momento fecunda y germina la semilla del amor. Florece en los labios, en
el abrazo, en la relación y así, simplemente, disipamos el mundo de la ilusión. La ilusión es
la sombra que se disipa con la luz que surge de un corazón amoroso.
El corazón es el símbolo del fuego en nosotros, y el fuego tiene dos propiedades: la luz y el
calor. A este fuego le llamamos amor-sabiduría. El amor es calor y la sabiduría es la luz.
Para establecer una relación adecuada basta con que nosotros encendamos un fuego
interior, ya que al encenderlo el contacto, la impresión y la relación nos van a llevar a la
realización. Establecer la realización es izar el arco iris del ser, porque el ser no es ni rojo
ni verde, ni azul ni amarillo. El ser es un arco iris. Ese arco iris está hecho de flexibilidad,
de humildad, de tolerancia, de apertura, es decir, la apertura amorosa. Realización no es
cerrarse y fortalecerse. Se trata de abrirse, de ser vulnerable, abrirse a la vida, abrirse al
abrazo y abrirse a la relación.
Cuando realizamos un movimiento de contacto podemos decir que contactamos desde las
manos, desde los ojos, etc. Sin embargo, el movimiento de impresión incluye la totalidad
del ser. Viene la luz y la imprime en todas mis células, en todo mi ser.
Una relación correcta es dirigida por la mente. Ahora bien, de pronto establecemos una
relación que puede ser más o menos concreta, difusa o abstracta. Podemos equiparar
nuestro vehículo de relación a una carroza que es tirada por unos caballos. Estos caballos
son los que nos dan la impresión, la fuerza de nuestro vehículo. Los caballos, a su vez, han
de ser conducidos en la dirección correcta por un jinete. Por tanto, relacionarse realizándose
es apuntar en la dirección correcta. No hay sino una dirección correcta en cada momento.
Apuntar en la dirección correcta significa optar y optar es hacer uso de la libertad. Es
expresando la libertad como nosotros somos humanos.
Nos encarnamos cuando nos implicamos. Inicialmente el contacto se hace desde el exterior,
pues cuando contactamos con el mundo tratamos de explicárnoslo. El mundo explicado es
el mundo externo, el mundo de las apariencias. Aunque nosotros entendamos este mundo
con el intelecto, sigue siendo el mundo externo. Pero, si este mundo que nos explicamos
nos implica, empieza a ocurrir algo mágico, es decir, nos confundimos con la corriente del
mundo. Ya no estamos observando la corriente, sino que nos hemos lanzado a la corriente
y hemos profundizado en la corriente de la vida. Cuando ese mundo nos implica
profundamente, entonces de ello se deriva cómo aplico esa implicación a la vida; por tanto,
me aplico, tengo una conducta. Tener una conducta es aplicarse a realizar algo, una tarea.
¿Qué ocurre en general en la vida? Que lo que nosotros hemos aplicado no nos ha
implicado aunque nos lo hemos explicado, por lo que hacemos un cortocircuito entre la
explicación y la aplicación. Esto ocurre cuando vamos a la universidad y nos explican
cosas; las aprendemos de memoria, superamos los exámenes, colgamos el diploma y,
empezamos a ver pacientes. Entonces, tratamos de aplicar eso que para nosotros es orden
explícito, lo que nos explicaron; pero como nunca lo hemos vivido, no hemos podido
profundizar en ello, no lo hemos podido encarnar.
Ahora nos preguntamos: ¿qué movimiento hay entre lo que recibimos, lo que aprendemos,
lo que nos logramos explicar o aquello que realmente nos implica? Hagamos de nuevo la
pregunta. Esas enseñanzas ¿nos han implicado? ¿Las hemos hecho interiores alguna vez?
¿Las hemos sentido? ¿Las hemos encarnado?
Lo que no se ha encarnado nos hace incoherentes, aunque sea correcto. No basta la verdad
externa. Es necesaria la certeza. La verdad es totalmente diferente de la certeza porque la
certeza es una verdad propia, interior, encarnada, que transforma nuestra vida.
Nos deberíamos preguntar si lo que nos explicamos, si la enseñanza que hemos recibido ha
transformado nuestra vida. Supongamos que nos enseñaron una técnica de meditación hace
veinte años, ¿ha transformado nuestra vida? Si la ha transformado, si ha transformado la
calidad de nuestras relaciones, esa enseñanza es correcta. Por tanto, la más bella de las
enseñanzas, si no es correcta no transforma. Así, vemos que verdad en términos humanos es
lo que se puede hacer vivo. La verdad en términos humanos es existencial, mueve la vida
desde adentro. Si nuestra verdad mueve nuestra vida desde adentro, es una verdad
transformadora. Una verdad no es lo que se puede repetir indefinidamente, sino que es lo
que puede cobrar vida a cada instante en nuestro corazón. Si nuevamente es una nueva
verdad viva en nuestro corazón, cada vez que estemos en contacto con ella estará impresa
en todo nuestro ser y en nuestro campo emocional. De esto se deduce que esa verdad ha de
ser combustible de vida.
Capítulo 5
• Verdades externas que se vuelven pesos y que son obstáculos aunque sean ciertas.
Pasemos ahora a verlo en la vida cotidiana, ya que en ella las cosas no son así.
Nosotros en la vida cotidiana no decimos: nos estamos explicando bien, nos estamos
implicando, luego será que nuestra aplicación es correcta. La vida no da tregua. En la vida
cotidiana nos estamos explicando, implicando y aplicando simultáneamente,
sincrónicamente, al mismo tiempo. Tratamos de entender este orden empaquetado de la
vida, estirarlo y verlo como en una secuencia lógica, pero la vida no ocurre en secuencias
lógicas. Toda la vida está en un paquete. Y ¿dónde encontramos ese paquete? En la acción.
“Por sus hechos los conoceréis”. Al ser se le conoce por sus acciones o por sus hechos. Así
mismo, los hechos son el punto de salida de una caja negra que no conocemos, que es el
ser. El ser produce un punto de salida o tiene una información de salida y a través de la
información de salida, si la analizamos podemos predecir la información de entrada. Si
pudiéramos conocer las dos informaciones (como cualquier buen informático), entonces
podríamos predecir el proceso.
Ahora bien, ¿qué es lo que realmente importa en este proceso? Lo que está pasando dentro
de nosotros. Hacemos cosas, pero esas cosas vienen de algo que está dentro de nosotros.
Para realizarlas y poderlas procesar, anteriormente hemos tenido acceso a una información
o a una fuente de energía. Veamos un ejemplo: una persona tiene tres días de diarrea, lo
cual le produce un efecto. Yo sé que hay un trastorno gástrico-intestinal, que no se está
produciendo la absorción. Además, me entero de que se ha intoxicado con mariscos. Como
médico veo todo el proceso: hay un ingreso (los mariscos), un procesamiento en el interior,
(la forma como se esta procesando, absorbiendo la información), y también hay una salida
(en el tracto digestivo pueden ser estreñimiento o diarrea). Si la persona tiene estreñimiento
sus ritmos intestinales están por debajo de lo normal. Si tiene diarrea, están por encima de
lo normal. La vida se manifiesta en códigos rítmicos. Si se tiene taquicardia el corazón está
acelerado y con bradicardia está por debajo del ritmo normal del corazón. También ocurre
que si se está muy alegre el ritmo está exaltado, y en depresión el ritmo es bajito. De tal
manera que, en nuestra interacción con la vida, en nuestra acción, se está reflejando
nuestro ritmo. Y esa cualidad rítmica depende de un procesamiento interior que a su vez
depende de unos ingresos. Tenemos ingresos, trasformaciones energéticas e ingresos
energéticos que nosotros podemos descubrir.
PSICOLOGÍA DEL ALMA.
Capítulo 6
Los actos que provienen de las correctas actitudes, que son hijos de actitudes interiores,
nacen de una vocación. La vocación es una dirección interior, un propósito interior, una
consagración interior. Cuando nace de la actitud consagrada interiormente en una
dirección, entonces a ese acto lo vamos a llamar un acto puro.
Veamos cómo son nuestros actos. ¿Qué hacemos? ¿Cómo lo hacemos? ¿Cuáles son los
resultados? Todo lo que hacemos produce resultados y también consecuencias. Vamos a ver
esto a través de un ejemplo: tenemos hijos y nos relacionamos con ellos. Pensemos un
momento en cuáles son los resultados de estas relaciones con los hijos. En el
comportamiento de nuestros hijos podemos ver, en parte, el resultado de cómo nos
relacionamos con ellos. Trabajamos con alumnos y ellos aprueban o suspenden los
exámenes, son más o menos brillantes. La calidad de nuestras relaciones está siendo
expresada en el comportamiento y en los resultados de los alumnos. Así mismo, tenemos
una relación con la economía, con el trabajo y con el mundo. Así que, en la vida hay hechos
y hay resultados. Los resultados son producto de acciones y esas acciones son nuestros
actos. ¿De dónde vienen nuestros actos? Vienen de nuestras actitudes. Éstas vienen del
interior de nuestro ser. Los actos son nuestras obras, las cuales están indicando la manera
que tenemos de interactuar con el mundo, de desarrollarnos y de realizarnos.
¿Cómo son nuestros actos y de dónde vienen? ¿De qué actitudes y aptitudes provienen
estos actos? Todo lo que hacemos lo realizamos desde nuestras aptitudes y nuestras
actitudes. Las aptitudes son el orden externo y las actitudes son el patrón ordenante
interior frente a la vida. Obviamente, de todo ello depende nuestra realización.
Ahora podríamos preguntarnos cómo son nuestros actos, cómo se relacionan nuestros actos
con nuestras actitudes y nuestras aptitudes, Hagámonos estas preguntas unos instantes.
Los actos que provienen de las correctas actitudes, que son hijos de actitudes interiores,
nacen de una vocación. La vocación es una dirección interior, un propósito interior, una
consagración interior. Cuando nace de la actitud consagrada interiormente en una dirección,
entonces a ese acto lo vamos a llamar un acto puro. No es un acto puro en el sentido
religioso, en el sentido de actos buenos y malos o pecaminosos, sino el sentido de que no
está contaminado, carece de ruido. Es un acto fluido y sin ruido, un acto que nace del ser.
Los actos puros son actos en los que el ser no se ha disociado en sus distintos elementos o
en sus distintas dimensiones. ¿A través de que distintas dimensiones actúa el ser?:
1. pensar
2. sentir
3. el acto mismo; actuar
El sentir es aquello que a nosotros nos incorpora, primero, a las impresiones y, segundo, a
la totalidad. Es la fuente de nuestras actitudes. Así pues, un acto puro es el que involucra
armónicamente el pensar y el sentir. Un acto incoherente incluye, generalmente, lo uno o lo
otro, pero no los involucra simultáneamente. Es por esto que se vuelve disarmónico.
Hay actos que surgen de las aptitudes, del pensar que pueden ser correctos, pero no tienen
efecto sobre la vida; son inefectivos.
Hay actos que surgen de la emociones y por surgir del mundo de las emociones son actos
ciegos. Frecuentemente, no sólo son inefectivos, sino que pueden resultar desastrosos y
catastróficos. De este modo, podemos ver que el pensamiento genera un patrón de
ordenamiento, pero es el sentimiento el que genera la fuerza del pensamiento. Digamos que
el pensamiento es el esqueleto, pero con el sentimiento tenemos carne y sangre que lo pone
en movimiento, le da la vitalidad. Los pensamientos sin sentimientos son cadáveres, es
decir, son muertos, producen actos repetitivos, sin sentido, no tienen una dimensión, no
tienen un alcance mayor. Ahora bien, los pensamientos acompañados sincrónicamente del
sentimiento son penetrantes y producen una transformación de la realidad. Es así que
conseguimos realizarnos.
¿Quién se realiza? Aquella persona que expresa el ser sincrónicamente desde la dinámica
del pensar, del sentir y del actuar. Se realiza quién es capaz de expresarse a través de actos
puros. Un acto puro es aquel en el cual yo abrazo la vida integrándome en ella y formando
una unidad con ella.
Veamos un ejemplo con el abrazo. Cuando pensamos que tenemos que saludar,
procedemos de memoria, nos involucramos dentro del condicionamiento cultural y
entonces nos abrazamos. Ese no es un acto puro, a pesar de que sea un abrazo. En el acto
puro nos abandonamos, sentimos al otro en nuestro corazón. Hay acción, también el
pensar (tuvimos que pensar en abrazar), pero ese pensar está dinamizado por el sentir. En
este abrazo están sincrónicamente involucrados y sintonizados el pensar, el sentir y el
actuar. Recordemos de tal manera que no son tres fases o tres etapas secuenciales sino que
están integradas en el tiempo y en el espacio. Cuando se integran en el tiempo, estamos
entrando en el presente. En el presente rige la sincronicidad. En ese momento sagrado todos
los tiempos son mi tiempo y tu tiempo, nuestro tiempo, no existe el peso del pasado, no
existe la expectativa del futuro; simplemente existe ese momento sagrado. Pero en ese
instante, mi universo es el lugar del abrazo. No pienso ni en Oriente ni en Occidente, ni en
culturas ni en barreras de este tipo, sino que toda la geografía de nuestra vida está en la
geografía de nuestro cuerpo. Es importante tener en cuenta que al desarrollar ese tipo de
actos se da una “no localidad de la conciencia”. El alma es no local. La conciencia es no
local. Habitamos en el infinito. En este acto, si es puro, todos los lugares forman un agujero
negro, un vórtice en el que toda la conciencia se concentra. Entonces, somos habitantes del
infinito y ese es un instante sagrado. Tenemos así la propuesta de otra dimensión de la
realización, otra dimensión de la psicología.
Capítulo 7.1
Intentaremos ver esta parte en otros términos; menos cotidianos, más académicos, pero
vamos a tratar de traducirlos a la vida cotidiana, a la vida contemporánea en la que
habitamos.
En psicología nos encontramos muchas escuelas, decenas de propuestas y vamos a ver que
todas las propuestas son válidas. Pero cada una de las propuestas no es válida si nos
quedamos en ella. Hay propuestas donde leemos el alma en el cuerpo, otras donde leemos
el alma en el inconsciente, en la supraconciencia o en el superconsciente. Unas la enfocan
desde el nivel evolutivo, otras desde el nivel social y otras desde el nivel transpersonal;
pero cada una de esas propuestas por sí sola, se queda corta porque forman parte de un
holograma. Empezamos exponiendo algunas de las ideas básicas de alguno de los pioneros
en estos campos:
WILHEM REICH
A él le debemos:
Estos sistemas están inscritos en la coraza del cuerpo. Esto significa que en el cuerpo todo
es simultáneo. Nuestros pensamientos se dan simultáneamente, nuestras emociones se
expresan simultáneamente, no las podemos separar. Cuando tenemos una emoción negativa
la tenemos con todo el cuerpo. Cuando tenemos un pensamiento, éste es una bola que se
mueve a través de todo el océano de nuestro cuerpo y que va a generar turbulencias,
armonías o disarmonías en muchas partes del cuerpo.
Capítulo 7.2
SIGMUND FREUD
• Los arquetipos comunes a todos los individuos y culturas. Esto también implica el
conocimiento de que nosotros tenemos niveles de conciencia comunes que compartimos.
Todos los arquetipos del inconsciente, todos los demonios, todos los dioses son comunes
denominadores en buena parte de las culturas del mundo. Aparecen en los sueños de los
africanos, en los de los europeos, en los del siglo pasado y en los que siguen soñando en el
mundo de hoy. De tal manera que tenemos mínimos comunes denominadores que nos
permiten presentir que sí hay un mapa para navegar esos territorios de la conciencia.
Capítulo 7.3
Además de la propuesta de Jung, existen otras propuestas que hacen que reconozcamos ese
océano como un océano cuántico. Deja de ser un océano de fuerzas y energías para
convertirse en un océano de información. En este momento se encuentran la física y la
psicología, se encuentran las ciencias del alma y las ciencias de la naturaleza y empezamos
a hacer una interfase entre las ciencias de la vida y las ciencias de la conciencia, las ciencias
de la conciencia y las ciencias de la naturaleza. Esta interfase estuvo oculta a nuestros ojos
durante centenares de años porque nosotros creímos, simplemente, que existía un mundo
para la materia, un mundo para los físicos, un mundo para los sacerdotes, los músicos, los
poetas, los locos o los psicólogos. Es decir, disociamos la mente del cuerpo y nos
inventamos especialistas para la mente y para el cuerpo. Obviamente desintegramos y
disociamos nuestro mundo. Eso ha tenido consecuencias catastróficas en el plano de la
psicología y, sobre todo, en el plano de la medicina.
Cuando miramos todos los movimientos hacia una conciencia transpersonal, cuando vemos
las constelaciones familiares, cuando sabemos que nuestra conciencia personal está llena de
las huellas de la conciencia de nuestros antepasados, y que frecuentemente lo que estamos
repitiendo son sus viejas historias aun no aprendidas, entonces se disuelve nuestra noción
de partícula o de nuestra noción de carga y entramos en la noción de campo. En esta
noción de campo visualizamos la conciencia, no como una partícula o carga que se aplica al
individuo, sino como un gran campo, una gran corriente impersonal. Esta corriente
transpersonal nos aproxima al alma colectiva. En esta corriente tenemos a Maxlow, Grof, y
también a Rogers, los cuales, desde la perspectiva del humanismo descubren nuevas
tendencias de la psicología que se aproximan a una humanidad menos individual, más
global, más total.
Capítulo 8.1
Capítulo 8.2
Así como los agentes químicos los podemos llamar reactivos, dos moléculas se unen y son
dos reactivos que forman un compuesto. Esa reactividad nos habla de una sensibilidad
primitiva o inicial y esa sensibilidad primitiva o inicial, la llamamos reactividad. Cuando
somos reactivos, simplemente, reaccionamos a los eventos externos y somos arrastrados
por esos eventos externos, nos comportamos como hordas, como hordas primitivas. Como
Atila y los hunos o aún peor, puesto que nuestra humanidad actual representa algunos de
los conflictos étnicos más violentos, más irracionales y más primitivos; aquellos en los que
un individuo no se comporta como un individuo, ni una comunidad se comporta ni siquiera
como una tribu, sino como una horda que, de pronto, se desborda y asesina o mata. Una
horda que tiene una memoria genética o una memoria cultural. Nos estamos refiriendo a un
tipo de conciencia muy primitiva que se llama la Conciencia reactiva.
El meme púrpura es el que concibe al mundo dividido entre el bien y el mal. No existen
sino fuerzas buenas y fuerzas malas que hay que exorcizar a través de la magia del chaman
o del brujo. La cultura haitiana es un buen ejemplo de lo que es el meme púrpura.
Actualmente, dentro de muchos movimientos modernos, se cree que lo que hay que hacer
es volver a esa magia primitiva, que hay que desconocer la razón, desconocer el orden,
desconocer los códigos culturales. Creen que es necesario desconocerlo todo y regresar,
simplemente, a una magia indiferenciada y primitiva. Realmente, esto no sería ningún
avance. Indudablemente, supondría reconocer algo fabuloso dentro de la humanidad, sin
embargo no sería acertado desconocer todas esas fases del desarrollo donde hemos ido
cultivando las diferentes facetas de nuestra conciencia.
C.- Conciencia o meme rojo
Aquí empieza la eterna lucha entre los rojos y los azules, entre los liberales y los
conservadores de todo el mundo. En este plano de conciencia nos polarizamos. Sin duda,
esa es una fase mucho más avanzada de la evolución, ya que saltamos al nivel de los rojos y
en los rojos confirmamos la individualidad. Lo importante es el individuo, los derechos
individuales que son inalienables. Se libera al individuo y también a los esclavos.
Podríamos decir que en el meme beige está la esclavitud y ahora, con esta liberación,
surge el feudalismo. Se libera al individuo y ya no es un esclavo de una manera, pero si de
otra, ya que, obviamente, hay un señor feudal que es al que le sirve la bandera y el trapo
rojo. El tiene el trapo para su servicio y su beneficio. La libertad esta interpretada como un
movimiento al servicio del individuo, pero no es del individuo grupo humano sino de unos
cuantos individuos que detentan el nuevo poder.
El meme rojo es demasiado informal, esto es, el hombre se liberaliza de tal manera que no
se tiene memoria ni de su territorio. Es un conquistador, conquista muchos territorios,
muchas damiselas, etc. Para él todo es válido en relación a la libertad personal o individual,
pero se empieza a dar cuenta de que se necesita cierto tipo de orden en el reino. Ello
significa que hay que conservar las conquistas y, no sólo conservarlas, sino conservar los
códigos de referencia para mantener el orden, para mantener la disciplina. De este modo,
surge el meme azul, el cual es fundamentalista por esencia. Le importan los fundamentos,
los valores y los preceptos sagrados.
Observemos que todos los memes se necesitan. No es que unos de ellos sea negativo o
positivo, sino que ellos están dentro de nosotros en este momento; no sólo en cada uno de
los individuos sino en toda la humanidad. En diferentes grados, todos nosotros tenemos una
diferente composición de estos memes. Sin el meme azul no habría civilizaciones, no se
desarrollaría la cultura, no tendríamos memoria, no se habrían creado hogares. Por tanto,
no habría familia, todo estaría destruido hace mucho tiempo. De esta manera, el meme azul,
que tiene una visión fundamentalista, crea las leyes y los códigos de la vida, los cuales se
han de respetar. Esto lleva a conformar el nosotros, lo colectivo que debe afirmarse. Ocurre
que deja de existir el individuo rojo y comienza a existir el Estado. Nace el concepto de
país, de patria como concepto de comunidad cerrada que ha de protegerse de las hordas que
vienen de abajo. Este meme es terriblemente separatista. Es el meme encargado del
“nosotros”, de poner límites, de afirmarse a través de la separación. Es así como él se
afirma. Cierra las fronteras, se aísla, no como individuo, caso del meme rojo, sino que se
aísla como grupo.
PSICOLOGÍA DEL ALMA.
Capítulo 8.3
Los seres como Buda, Jesús, Gandhi y Mandela son la pauta del
cambio en la raza, son la vanguardia, anteceden a lo que va a
ser la nueva humanidad.
Ahora llega la rebelión de los naranjas. Estamos asistiendo a esta rebelión debido a que el
máximo poder en este planeta esta dado por el meme naranja. Los naranjas representan
apenas el 20% del la población, sin embargo todos los estudios e investigaciones revelan
que detenta el 50% del poder del planeta. Realmente, son los más poderosos del planeta. El
naranja es agnóstico, no traga cuentos. Ya no cree el cuento de este trapo rojo del
individualista, ni acepta el cuento de la religiosidad estrecha del meme azul, sino que cree
en lo que experimenta, en lo que puede constatar. Su dios es la razón y su diosa también es
la razón. Conquista el mundo de la lógica, de la razón, del análisis. Es un meme que crea
organizando, que establece un nuevo tipo de orden, que no es el orden del feudo, sino el
orden de la mente y el orden de la investigación. Se podría añadir que este meme es
supremamente pragmático, tecnológico y lo que más le importa es la productividad. Esto
es, en buena parte, lo que vemos en el mundo de hoy. En muchas de nuestras actividades
está el meme naranja, él está entre nosotros.
El meme naranja hoy en día, ha retrocedido un poco hacia el meme azul. Ellos han decidido
incorporar el mundo de la ciencia, cosa que es correcta, pero en este momento ellos mismos
se han hecho dueños del territorio de la religión convirtiéndola en la religión de la ciencia”.
Han asumido el fundamentalismo que ellos mismos sembraron y en este momento en toda
Europa y en América también, hay una oleada de fundamentalismo científico que es la
repetición del viejo conservadurismo azul, en este caso, detentado por los grupos de poder
que pretenden mantener, su influencia y sus economías, obviamente.
En cambio, cuando surge el meme verde se produce una amenaza, los naranjas ponen una
barrera y retroceden dando comienzo, paradójicamente, a la nueva inquisición. En el meme
azul se dieron las grandes inquisiciones, las cuales fueron terriblemente vividas,
especialmente, en España. Realmente, la conquista de América es una nueva reedición de la
misma inquisición porque el dios sol, el dios sapo, la diosa luna, la diosa estrella, la diosa
anaconda, etc., eran tan sólo facetas de un sólo dios. Tal vez, la culturas más monoteístas
(en el sentido de adorar a un sólo dios), son las culturas americanas que reconocen en toda
la naturaleza facetas del creador. Pero nosotros llegamos allá e impusimos un dios a la
medida del antiguo testamento.
En la política planetaria, por ejemplo, la actitud de Bush, denota una clara manifestación
del meme azul, es decir, del fundamentalismo, de cómo debería ser el mundo. Ese mundo
que vemos debe ser hecho a nuestra imagen y semejanza o a imagen y semejanza del
pequeño dios que nosotros concebimos como tal, negando todas las otras visiones de Dios.
Esta es una gran barrera y ella no está solamente en la sociedad, sino que es una barrera
que está dentro de nosotros. Representa el salto a un nuevo mundo que va más allá de la
razón y que nos permite conquistar el universo de la intuición. Nosotros aceptamos y
admiramos el universo de la intuición, los grandes científicos, los grandes poetas. Pero a la
vez nos lo negamos porque nos aislamos exclusivamente en el universo de la razón y,
aunque nosotros critiquemos la ciencia, en lo cotidiano somos más fundamentalistas que
esa nueva religiosidad de la nueva ciencia que se volvió fundamentalista. Esta gran barrera
de la evolución no permite ascender, por lo que hemos generado un movimiento
descendente. Este movimiento descendente ha llevado a que los naranjas se vuelvan azules
y se vuelvan rojos. Así surgen los guerreros, los nuevos inquisidores que proclaman que
aquello que no es científico, no es y no tiene derecho a ser ni a existir. Dios tiene derecho a
existir si se puede probar, si no se prueba, se convierte en un mito o, apenas, una leyenda.
Las emociones y los sentimientos no los podemos medir en el laboratorio, por tanto, eso no
es ciencia y así concluyen que las ciencias de la conciencia no existen.
Verde y naranja juntos hablan, hablan y hablan sin tener un punto de encuentro o un común
denominador.
Esta compresión es integración y esa integración nos lanza al meme turquesa que representa
en nosotros las leyes de la atracción magnética, que son las leyes del amor. Representa en
nosotros el Amor- Sabiduría que es siempre impersonal. No en el sentido que tengamos una
despersonalización, sino sabiendo que hemos construido una personalidad integrada para
renunciar a ella. He aquí un gran misterio.
Personalmente, me llamaba mucho la atención en Francia cuando para expresar: “No hay
nadie” decían “Il n’y a personne”. Personne significa nadie. Realmente, conquistamos la
persona, la personalidad cuando en ese no ser nadie somos todo. Toda esa construcción de
la personalidad esta destinada a construir el vació interior y en ese vacío interior estar en la
brecha, en la pausa, en la clave secreta de todos nuestros ritmos; es decir, en el Alma. Allí
somos el observador. Allí somos el director de orquesta, allí ya no somos instrumentos y
podemos utilizar nuestro instrumento, la persona o personalidad.
Un 0,1% de la humanidad esta entre estos dos memes, el amarillo y el turquesa que son los
maestros de sabiduría. Es la vanguardia de nuestra raza. Son un poquito esquizofrénicos, a
la luz de un meme naranja. Si un psiquiatra naranja visita a un meme turquesa, lo mete al
manicomio inmediatamente. No puede hacer otra cosa, desde su código de lectura, no
puede existir. No puede existir la iluminación. La iluminación, sería una pérdida de
contacto con la realidad, seria una psicosis. Es decir, los meme amarillo y turquesa, son
psicóticos a la luz del meme naranja. Son un poquito primitivos y desordenantes, a la luz
del meme verde, porque para el verde existe la naturaleza, pero cuando la naturaleza
incluye a Sirio, empiezan a ponerse nerviosos. Cuando la naturaleza incluye la celebración
de la fiesta de Wesak o la luna llena de Acuario, entonces, ya empiezan a pensar que los
turquesa son lunáticos.
Los verdes confunden los turquesa con los púrpura, nuevamente se produce la falacia
pre/trans. A la luz de los verdes, muchos turquesas están regresando a una magia primitiva.
Realmente, el verde no ha despertado a la intuición. Sí ve la integridad afuera pero no
percibe la síntesis y la integridad adentro. El busca su naturaleza, en la naturaleza pero no
busca la naturaleza en sí mismo. Digamos que, hasta el verde buscamos al hombre en el
universo y a partir del amarillo y el turquesa, realizamos el universo en el hombre. Es aquí
donde nace el poema; el genuino poeta es amarillo o turquesa. Evidentemente, también
nace otro tipo de política. Nelson Mandela no puede hacer política, sino desde el amarillo o
el turquesa. El va más allá de la identificación con la naturaleza, comprende la naturaleza
humana más allá de los negros y los blancos. Gandhi integra esa naturaleza global. Gandhi
es un poeta de la política, Mandela es un poeta de la política. Einstein realiza su fórmula
desde el color turquesa. Su fórmula es un poema, no es una fórmula matemática o
científica. Cuando nosotros leemos los pensamientos de Einstein, constatamos que él era
mucho más poeta que científico. Realmente, él tuvo que salir del color naranja y conquistar
el meme turquesa. Los seres como Buda, Jesús, Gandhi y Mandela son la pauta del cambio
en la raza, son la vanguardia, anteceden a lo que va a ser la nueva humanidad. Son
precursores de esa nueva humanidad. Ellos son salvadores del mundo, entendido en el
sentido real de la palabra. Es decir, testigos de una nueva alianza. El arco de la alianza,
representa el antakarana. Realmente, lo que se construye entre el verde y el amarillo y el
amarillo y el turquesa es el antakarana de la raza. El antakarana es un símbolo del arco iris
y, éste es el símbolo de la luz que conecta el cielo y la tierra, el espíritu y la materia. Este
símbolo esta inscrito dentro del cuerpo. Tengamos en cuenta, que nosotros somos naranjas
con el quinto centro o chakra, más cuando accedemos del quinto al sexto nos volvemos
amarillos, y del sexto al séptimo, turquesas. Como es lógico, ese recorrido no es externo,
sino que lo estamos haciendo en el interior del templo del cuerpo ¿Cuáles son esos
movimientos? ¿Qué otros movimientos se dan simultáneamente? Esta es una manera de
verlo. Ustedes podrían cambiar de color, verlo a la luz de los siete chakras, de los siete
centros, de los siete rayos; verlo a la luz de los héroes, de los arquetipos del inconsciente
colectivo que realmente tienen, también, este mismo recorrido.
Capítulo 8.4
Se podría ver desde múltiples dimensiones, pero vamos a ver una dimensión que es más o
menos conocida o reconocida en Occidente y, así, completar el cuadro de la Conciencia.
Del tal modo, tenemos:
2.- Conciencia de ataque o de huida: es una conciencia límbica, primitiva, una interfase
entre el cerebro reptil y el cerebro límbico.
Estas dos conciencias, son conciencias de una humanidad colectiva, del hombre animal que
va ascendiendo. Es decir, es la conciencia del reino animal que se va revelando a través de
nosotros.
3.- Apertura del corazón: es el primer nivel de conciencia en que nos humanizamos,
asumimos el control de nosotros y a través de él nos podemos realizar.
La primera realización en términos humanos es la relajación. Por tanto, el primer gran
logro en la vida de la realización es la Paz. Cuando tenemos paz, tenemos economía
energética y entonces estamos en la ley de Brahma. La ley de Brahma es la ley de la
economía, de la mínima fricción, de la mínima resistencia, de la máxima flexibilidad.
La relajación es una condición esencial para la meditación, y ésta es la vía de oro para
acceder o tomar posesión de nuestra conciencia real, de nuestra realidad. Tiene que ver con
la realeza, con el rey que hay en nosotros, el que toma posesión de la realidad. Quien toma
posesión del territorio de la realidad ha entrado en su espacio interior, en su vacío interior y
a ese vacío interior lo llamamos paz. La paz, simplemente, es producto de que ya no
llevamos a cuestas nuestro pasado. Cuando el pasado no es una carga, tienes paz. Paz, es
literalmente hacer las paces con el pasado y para ello hay que perdonar. Perdonar es dejar
pasar lo pasado. De este modo, se produce un equilibrio que mueve el organismo hacia
delante. Cuando el pasado y el futuro se equilibran en nosotros, en presente, adquirimos
levedad. ¿Cuándo estamos en presente? Cuando tenemos un pie en el aire. Este, que viene
de mi pasado y que se dirige hacia mi futuro. Así, que ese pie es puro presente. En el
presente me suelto, me aflojo, vivo la ley de la levedad.
Todas las dificultades que se nos presentan son señales de que el corazón se ha cerrado.
Es importante saber que si el corazón se cierra a un determinado nivel, nosotros podemos
abrirlo a otro nivel. Si el corazón se cierra a nivel físico podemos abrirlo a nivel emocional.
Recordemos, pues, que cuando una puerta se cierra siempre existe una llave maestra, una
inclusividad mayor.
Hay alguien en nosotros que tiene todas las llaves, pero también hay alguien en nosotros
que tiene una sola llave para todas las puertas. Por tanto, la llave maestra siempre tiene un
nivel de conciencia superior. De tal manera, que si tenemos varias puertas que se cerraron
en el plano físico, no hemos de buscar en el plano físico la llave maestra. Subiremos a un
plano superior. El del segundo piso tiene las llaves maestras de todas las puertas del primer
piso y así sucesivamente. Se trata de buscar la llave maestra o ir a un nivel de conciencia
más incluyente. Si permanecemos en el mismo nivel de conciencia intentando resolver
algo, simplemente, nos vamos a desgastar porque hay niveles que no tienen la solución. Por
ejemplo, por más que luchemos dentro del océano de las emociones, no vamos a conseguir
resolver nada y nos vamos a desgastar. Manejar las emociones desde las emociones es
como poner las manos en un volcán en erupción. Lo que tenemos que hacer es poner
distancia; es decir, pasar a otro nivel de conciencia, y entonces contemplamos el
espectáculo de la erupción y además podemos aprender la lección. Ya no pretendemos parar
la erupción, sino que logramos aprender la lección. Esta es una técnica de cambio de nivel
de conciencia, que simplemente te dirige a un nivel de inclusividad mayor. Este es el
secreto, ya que cuando una puerta se cierra y no la podemos abrir hemos de entender que:
2.- No peleemos contra nuestros instintos, pues los fortalecemos. No neguemos nuestras
compulsiones ni nuestras explosiones porque cogen fuerza. Lo que se niega o se reprime,
se fortalece.
3.- Lo único que tenemos que hacer es cambiar de nivel para poder controlar. La ciencia del
control es la ciencia de la paz. Tenemos paz cuando podemos controlar nuestro instrumento,
pero solamente lo podemos dominar si lo conocemos y lo reconocemos. Prácticamente
todos, hemos hecho muchos cursos y sabemos algunas cosas sobre chakras, centros, planos
y niveles; pero una cosa es conocer y otra cosa es reconocer. Cuando reconocemos un
movimiento lo podemos transmutar.
Capítulo 8.5
Vamos a poner un ejemplo muy sencillo de esta modalidad de conciencia de relajación: Una
persona tiene una ira terrible y está fuera de control y está que mata y come del muerto. A
esta persona no le podemos dar consejitos del tipo: ¡Aplácate!, piensa en la Virgen. Cuando
alguien se acaba de dar un martillazo en el dedo gordo, no dice un mantram
automáticamente, lo que dice es otra cosa. Tampoco se expresa con un: ¡Ave Mª Purísima!
No; se le ocurre otra cosa que viene de Eros, mucho más profunda. Todo esto tiene su
sentir, puesto que en estos casos se recibe un impacto que genera una reacción automática
desde un nivel de conciencia inferior. Si rezáramos inmediatamente un Padre Nuestro, a lo
mejor no se nos quitaría el dolor tanto, como al pronunciar la palabrota elegida. Así vemos
que esto sucede porque hay vías naturales donde una energía que se exalta puede caer y
puede ser compensada. Pero, también esto puede traer problemas si no lo utilizamos bien.
Supongamos que estamos en casa con un exceso de energía que se manifiesta en el plexo
solar como ira; obviamente, esto es peligroso porque si mantenemos ese mismo nivel
cuando llega nuestra esposa pueden salir chispas; sobre todo si ambos nos colocamos al
mismo nivel. En cambio, si antes damos diez vueltas a la manzana en bicicleta, esa energía
que estaba presente en el plexo solar – que también son calorías- físicamente se ha
quemado, por tanto, al regresar podríamos hablar tranquilamente con nuestra mujer y no
vivir la “cantaleta” desde le plexo solar, sino desde un cambio de nivel. Esto es, que nos
hemos controlado mentalmente; sin embargo, este control mental es producto del control
físico. Descendemos del cuerpo emocional al cuerpo físico para aquietar el cuerpo
emocional (las aguas) y poder tener la paz y la tranquilidad del cuerpo mental. No
olvidemos, por tanto, que tener control es también descender al nivel de conciencia inferior
y, así, poder ascender para que el nivel superior se pueda manifestar. Las emociones
negativas, solamente se pueden superar desde emociones más incluyentes, es decir,
emociones superiores.
b.- DILUIR: desviar la conciencia a algo superior o más incluyente. Cuando cambiamos una
situación de contexto, la vemos de otra manera; normalmente, obtenemos una respuesta de
relajación o paz. Sin embargo, hay situaciones que no tienen solución y, por lo tanto, no se
pueden resolver. En estos casos podríamos intentar “disolver lo que no podemos resolver”.
Por ejemplo: No puedo salvar a mi madre de la muerte, pero mientras sí puedo disfrutar de
la vida con ella. Es decir, tratamos de diluir el tema en un significado interno.
La contextualización aporta un nuevo sentido y el sentido más liberador e incluyente es el
de la ofrenda y la gratitud. Esto permite que la pena a través de la gratitud ascienda a un
nivel superior. Podríamos decir que cuando se vive un dolor con pena se padece un oscuro
sufrimiento, pero cuando es dolor con gratitud, se convierte en un poema.
De este modo, se hace necesario establecer cada día contextos de gratitud: al viento, al sol,
a la lluvia, etc; agradecer a cada estación de la vida lo que nos da y lo que vivimos con
ella. Así, podemos llegar a ver la muerte con gratitud: todo debe morir para que podamos
nacer. Siempre hay un contexto en el que puedo fluir. Lo grave de las situaciones no es que
sean fuertes, sino que no fluyan. Grave es lo que se estanca o queda congelado. Siempre
hay unas escaleras desde las que fluir cuando asciendo de nivel de conciencia o cuando
contextualizo. Esto supondría una expansión de conciencia, ya que el movimiento natural
de la conciencia es hacia su expansión. La llave de las relaciones humana es la respuesta de
relajación, y esto no significa ausencia de problemas, sino una nueva visión del problema.
Lo que en un nivel es problemático, en otro es una lección. Por tanto, tendríamos que
preguntarnos: ¿Estamos dispuestos a aprender en cada segundo y en cada evento? Cada
circunstancia, cada evento es nuestro maestro y cuando estamos dispuestos a ello, estamos
en paz, en presente; mientras que resistiéndonos a aprender nos resistimos a Ser, nos
resistimos a ser una corriente de aprendizaje continuo.
Capítulo 9.1
Para que se dé el aprendizaje es muy importante la actitud del aprendiz, la cual ha de ser
una actitud humilde y flexible. La actitud humilde es la que nos permite estar siempre
aprendiendo. Ahora bien, también es necesaria una actitud de fecundidad; si no nos
dejamos fecundar no podemos hacer que algo germine. Así como en la tierra se ha de hacer
un surco para poder sembrar las semillas, en nosotros este surco se hace en el corazón, no
en el intelecto. Además, para que la semilla germine necesita calor y humedad – lágrimas y
dolores vividos con amor—. Llorar no es un problema; el problema que repitamos el papel
de víctima, que no entendamos que el dolor y el sufrimiento son reveladores del amor que
hay en nuestro corazón. Es necesario revelar la luz que hay en el dolor y en la sombra, y así
poder comprender.
Para entrar en materia, quizá, nos podríamos hacer las siguientes preguntas: ¿Cómo
aprendemos? ¿Cómo cambiamos? ¿Qué eventos en la vida nos hacen cambiar? ¿Cuándo
soy refractario o resistente al cambio? ¿Qué aumenta mis resistencias o impide la actitud de
aprendiz?
2º) Indiferencia al cambio: sé que tengo un problema, pero no lo reconozco y, por tanto, no
me comprometo al cambio, y no inicio acciones para cambiar. En esta fase es importante la
figura del terapeuta porque puede ayudar a aumentar la sensibilidad para que se inicie el
cambio.
En la fase anterior aplazamos el cambio, pero en esta tercera fase nos comprometemos, es
decir, entramos en el presente. En este momento, la terapéutica es muy efectiva, pero
hemos de estar muy atentos porque es muy fácil volver a caer. Es necesario comprometerse
con la terapia.
4º) Cambio activo. Es una fase de alta velocidad en la que es necesario acompañar porque,
tanto puede haber un ascenso como un descenso, es decir, se pueden producir
agudizaciones de los problemas. En esta etapa se está al rojo vivo, se produce un caos que,
a su vez, es imprescindible para que se dé el cambio. Si en esta fase asumimos dar el salto
lo hemos de hacer asumiendo el territorio del caos; la vida torna oscura y nos mete en un
remolino que no conocemos, aumenta la sensibilidad al dolor, a la sombra a la belleza, a la
luz. En el interior del caos se siembra la semilla del fruto maduro, del Ser.
La sensibilidad nos lleva a hacer vicariaciones, bien progresivas bien regresivas. Estas
últimas nos llevan al pasado, a la involución, nos movemos en un nivel inferior de la
conciencia, nos congelamos en un estado anterior; vivimos el caos desde la víctima.
El caos es un orden constructor, pero para construir hay que destruir el orden antiguo. El
destructor sin creador nos lleva a la autodestrucción (drogas, alcohol, etc).
Emergencia = Presente = Plenitud de la conciencia. Podemos emerger si estamos en
presente, si estamos en conciencia de sí. Sin conciencia de sí hay involución, pero si nos
mantenemos en nuestro centro podremos ascender a un nuevo orden. Las emergencias no
se aplazan y es por ello que ahí surge el acto puro, ahí se manifiesta el alma.
Capítulo 9.2
No se puede descubrir el límite si estás en él porque las cosas que están muy cerca son
invisibles. Para descubrir los propios límites hay que contraerse, silenciarse, regresar al
centro.
Cuando tenemos salud es porque rescatamos la armonía de nuestra totalidad interior, pero
esa totalidad interior está hecha de ritmos. Existe un ritmo básico hecho a caballo del cual
van los otros ritmos del cuerpo. Ese ritmo es de un oscilador de ritmo maestro que está
incorporada con un programa de la evolución en los núcleos olivares inferiores, de tal
manera que una perdida de conciencia es un trastorno del movimiento. Se dice que el
parkinson es un trastorno de conciencia por ausencia de dopamina. Esa es la cascada
efectora final. Un tic, ¿qué es?, un problema de conciencia también. Es un trastorno de
integridad de la armonía de la conciencia.
Cuando nos salimos de nuestros ritmos, enfermamos, bien lo llamemos manía, depresión o
psicosis maníaco-depresiva. Unas veces estamos arriba y otras abajo, así lo llamemos
diarrea o estreñimiento, taquicardia o bradicardia. De todas maneras, tanto a nivel psíquico
como a nivel orgánico lo que vemos son códigos rítmicos y la integridad de esos códigos
rítmicos es salud. Enfermamos cuando nos salimos de la integridad de esos códigos
rítmicos, tanto físicamente como psicológicamente. Se podría decir que tenemos paz
cuando vamos a nuestro propio ritmo, no al ritmo que otros marcan para nosotros.
¡Descubramos nuestro propio ritmo! Para ello, hemos de tener sentido de nuestro territorio
y de nuestros propios límites. La enfermedad es producida por hábitos de vida que nos
llevan fuera de nuestros propios límites. Los límites están relacionados con los ritmos de
luz, oscuridad, sueño, vigilia, absorción y excreción. Pero, ¿cómo descubrimos nuestros
propios límites? He aquí algo bien especial, bien difícil. Veamos como podemos realizar
esta tarea:
1º) No se puede descubrir el límite si estás en él porque las cosas que están muy cerca son
invisibles.
2º) Para descubrir los propios límites hay que contraerse, silenciarse, regresar al centro.
3º) Los límites internos y externos de un sistema sólo se reconocen desde el centro,
expandiéndose y contrayéndose.
Tomemos el corazón como ejemplo. Si se dilatara más allá de sus límites, no volvería al
punto de regreso. Así, muchas enfermedades se producen porque hemos trascendido
nuestros límites más allá de lo infranqueable. Pasado el límite infranqueable estaríamos en
el territorio de no retorno. En este territorio se instala la enfermedad, la enfermedad
orgánica. Es como un resorte que se estira, pero más allá de cierto límite pierde su propia
contractilidad o revienta. Esto es lo que hacemos con la vida. Tomemos los músculos
como ejemplo: el brazo tiene un límite; se mueve hacia afuera, hacia delante o se mueve
hacia arriba, pero si intentamos hacer un movimiento hacia atrás provocaremos una
luxación del hombro. Diríamos que es un problema de la cápsula articular, un problema del
chófer que ha manejado ese instrumento. Realmente, si aprendiéramos a manipular nuestros
hombros (nuestro vehículo), no violaríamos nuestros límites.
¿Qué hace un gran artista? Supera sus propios límites. ¿Qué hace un gran deportista? Bate
récords. Actualmente, nos impresiona que un deportista de 1995 sea más fuerte y vigoroso
que otro de 1930 y, para explicarnos esto, pensamos que el de 1995 hace mejor uso de las
calorías y proteínas. Todos los años se baten distintos récords. ¿Cómo es posible que esto
ocurra? No es un asunto de fisiología, es un asunto de conciencia. Quien puede superar los
límites no es el cuerpo físico, sino la conciencia en el cuerpo físico. Una modalidad de
conciencia o una modalidad de utilización del cuerpo físico. Existe un territorio donde hay
paz cuando reconocemos nuestros propios límites, si no los excedemos. Sin embargo, con
nuestra conciencia podemos utilizar nuestro instrumento para superar esos límites a un
ritmo de expansión que sea tolerable por el cuerpo. A veces pretendemos superarlo, pero
vamos tan rápido que lo único que hacemos es disociar el cuerpo. Pretendemos meditar y
entrar en conexión con la galaxia, pero, realmente, con lo que entramos en contacto es con
nuestro corazón. Pensamos que hemos conectado con algo mágico, pero lo único que
ocurre es que nos disociamos del hijo, de la vida de la familia, de la vida cotidiana y
realmente levamos anclas para jamás volver. Nosotros pensamos a veces que iluminarse es
andar por ahí elevado. No; de lo que se trata es de poner los pies en tierra. Volver a poner
los pies en tierra es volver a mirar los ojos que me miran, volver a abrazar. Es saber que el
hijo está a nuestro lado, no por casualidad, sino porque diseñamos desde el alma un viaje
juntos, brazo a brazo, codo a codo, hombro a hombro. Voy con vosotros y no es una
casualidad que me estéis acompañando; vamos juntos y en ese ir juntos nosotros podemos
comprender otra ley: nuestro territorio es el territorio de los nuestros. Nosotros no tenemos
un territorio particular. En el mundo espiritual no existen los terratenientes ni las
alambradas.
Capítulo 9.3
Vamos a ver que ese territorio del nosotros es el que conquista el animal que se mueve, que
genera un territorio que demarca con su orina, que se apropia de su pareja, etc. Lo que
ocurre es que ese territorio está destinado en el hombre a expandirse. No estamos aquí para
demarcar nuestro territorio, porque no estamos regresando al universo animal. Si lo
miramos en la perspectiva de la conciencia podemos ver cómo se produce esto: coger el
coche e ir hasta Viena sin que ningún policía nos pare es una maravilla. Ustedes se
acordarán de todas esas fronteras tediosas que había que pasar antes, de los pasaportes y
de los inconvenientes que surgían. De pronto, el mundo se amplia cuando el territorio de la
Comunidad Europea ya no sólo es el territorio de una comunidad económica y del Euro,
sino que es el territorio de una política y una conciencia colectiva, que empieza a emerger.
Esto es una maravilla porque esperar tres meses y mendigar una visa para poder venir a
España es terrible. Ese no es el mundo que nos espera poder vivir, ha de ser un mundo sin
fronteras.
Si revisamos el mundo de la geopolítica veremos que, en los últimos treinta años, se han
producido más transformaciones en las relaciones humanas, en las relaciones entre los
países, entre las religiones, entre los hombres, etc, que en más de dieciocho millones de
años que tenemos como evolución de humanidad. En estos treinta años ha ocurrido un
milagro.
Generalmente sufrimos porque hemos perdido el territorio o, al menos, eso sentimos. Tras
esto asumimos la actitud de víctima, detrás la de culpabilidad y como última la del
resentimiento. Así es como nos quedamos congelados en el pasado y perdemos la paz. Por
tanto, lo primero que tenemos que hacer es recuperar la paz, recuperar el territorio; es
decir, el paraíso es interior. Es un territorio de un nosotros todos, interior. Vivimos la
humanidad, la familia, todas aquellas cosas en nuestro corazón y cuando somos ese
territorio somos el universo. El universo no es externo desde el punto de vista de la
percepción cerebral, es una construcción interior de tal manera, que es un territorio de
conciencia. Ese territorio es el que estamos invitados todos a habitar, el territorio de la
conciencia interior. Una vez que podemos habitar esa conciencia interior y movernos en
ella, es cuando surge el movimiento.
PSICOLOGÍA DEL ALMA.
Capítulo 9.4
Hay movimientos externos, como ocurre en el Chi Kung. El maestro del Chi Kung realiza
unos cuantos movimientos, concentra la energía, la dirige y sana. Todos nosotros somos
maestros de Chi Kung porque estamos realizando en la vida la danza de la energía. Cada
una de nuestras palabras, de nuestras miradas, de nuestras acciones es, simplemente, la
exteriorización de un movimiento interno. No existe ningún movimiento externo que no
haya sido plasmado al interior; no hay ningún movimiento externo que no retroalimente el
movimiento interior; de tal manera, lo que vamos a ver en la conciencia es una dinámica de
relación entre el movimiento fuera y el movimiento dentro. Nuestra actitud corporal es un
movimiento congelado en nuestro cuerpo. La gastritis es un movimiento interno expresado
en el cuerpo, exteriorizado en el cuerpo, en la pantalla del cuerpo. La mirada es producto
de una síntesis compleja de movimientos internos que representan en cada momento el
status de relación entre el alma y el cuerpo. Eso es nuestra mirada. Todos esos movimientos
externos, realmente, son amplificaciones de movimientos internos. No por ser invisibles
son menos importantes. A cada paso corresponde una actitud y un movimiento interno. Ese
movimiento es un movimiento molecular, un movimiento de neuropéptidos y
neurotransmisores, pero siempre acompañado de un movimiento emocional. Si en cada
uno de nuestros pasos no hubiera una intención, un deseo o una emoción latente, ya no
podríamos caminar jamás. Así, que en nosotros se mueve también el deseo cuando nos
movemos. También se mueven el sentimiento y el pensamiento, y una imagen interna que
no es una imagen estática de la visión del mundo. Nos movemos por el mundo según lo
vemos, es decir, la idea que tenemos del mundo nos está moviendo permanentemente cada
una de nuestras acciones.
En presente somos la síntesis de todos los movimientos, la clave de todas las relaciones, la
clave de todos los ritmos o reciprocidades. En presente somos el fiel de la balanza que
determina las relaciones entre esos opuestos, que son complementarios, que están arriba y
abajo, dentro y fuera, por los lados en movimiento simultaneo formando la espiral de la
vida con cada una de nuestras palabras, de nuestras enfermedades, etc. Todo lo que nos
pasa realmente es que nosotros le pasamos a lo que nos pasa. Eso no sucede desde afuera,
sino que ocurre profundamente en nuestro interior y todo esto nos lleva a otro sentido de la
responsabilidad: ¿Todo esta para qué? Simplemente, para decir que hay un momento de la
evolución en que surge un sujeto profundo, subjetivo, observador del mundo, transformador
del mundo, transformador del universo. Que hay un momento en la evolución en que nos
podemos mirar en el mundo y reconocernos; ese reconocimiento es conciencia. En términos
humanos, conciencia es conciencia de conciencia. Eso es un milagro, es conciencia
reflexiva, es la conciencia que mira y se reconoce. Reconocerse, por tanto, es conciencia
reflexiva, es conciencia interior, porque la conciencia se exterioriza, se retroalimenta
interiormente, se reconoce y así se comprende.
Veíamos que la vida es ritmicidad cíclica, que la enfermedad es una alteración de los
ritmos, pero si nosotros llegamos de nuevo al punto de la pausa podemos ser maestros de
nuestros ritmos. Por ejemplo, si alguien hablara con un esgrimista experto y le preguntara:
¿cuál es la clave de su ciencia? Él respondería: respirar. Ser maestro de las pausas en la
respiración. Y si se hablara con un deportista de alto rendimiento, también llegaríamos a la
conclusión de que la clave de su altísimo rendimiento es ser maestro de su respiración, de
su ritmo, de su pausa. Cuando somos maestros de la vida, respiramos. Vive quien respira,
respirar no es ese automatismo que se repite. Hay que ser consciente de las pausas.
Ser conscientes de las pausas es ingresar en el territorio de los silencios, lo cual significa
entrar en el espacio profundo del presente, del tiempo presente. Entrar en el tiempo presente
está relacionado con la capacidad de moverse, no externamente, sino internamente; es
conmoverse. Conmoverse es reproducir internamente el movimiento de la vida. Eso es
moverse dentro, ya no hacemos ruido por fuera, sino que nos movemos por dentro. Me
muevo conmigo, me conmuevo frente al otro porque me reconozco en él y algo de mi
solidaridad se despierta. Conmoverse significa que estamos en presente y en presente la
vida es excitante. Desde el vórtice de la paz en el presente nacemos a la experiencia de la
excitación.
Capítulo 9.5
Cuando nos exaltamos, inmediatamente, se produce una onda ascendente que viene por
todo este canal central al que llamamos Sushuma, el canal central de la médula espinal, que
recorre, no solamente el canal reticular y todas sus conexiones, sino también el líquido
cefalorraquídeo que está en el interior del canal medular. Esta onda es como aire de vida
que va ascendiendo automáticamente y enciende todos los ordenadores de los núcleos
basales del cerebro que son: el núcleo caudal, el estriatum, el globus palidus y el tálamo.
Todo esta unidad magnética, todos esos magnetos cerebrales, automáticamente se
dinamizan y se encienden y le envían su información al lóbulo temporal y a toda la región
del sistema límbico. Ese sentido de vivir se transfiere a través de la liberación de
noradrenalina. Liberamos noradrenalina, ya no se trata de la suprarrenal, no estamos en el
universo animal. Liberamos noradrenalina a nivel de un pequeño núcleo, que es el locus
ceruleus. La noradrenalina enciende cantidad de conexiones a nivel del sistema nervioso
central y toda la corteza. Después encontramos otra mina, la dopamina, que es la molécula
del amor. Existen moléculas del amor, de hecho para poder experimentar excitación se ha
de liberar dopamina. Sin dopamina la vida no es excitante, ni es apasionante. Para vivir la
vida como una aventura necesito la dopamina. Cuando estamos en el presente nos
excitamos, nos movemos interiormente, nos conmovemos con el otro, pero lo bueno es que
esto también está ocurriendo en plano de la electricidad cerebral, en el plano de la química
estamos liberando dopamina.
Miremos solamente a una cosa para que comprendamos la importancia de esto. Al estar en
presente nos conmovemos, nos movemos interiormente, olvidamos el pasado, por tanto
entramos al mundo fluido de los procesos del presente intenso y es ahí donde encontramos
la pasión de la intensidad. Visto así (a modo de símil) supongamos que un psicólogo, un
médico o un terapeuta están pescando en alta mar. Por la mañana cuando van a la consulta
se dicen: me voy a pescar. Uno pesca cosas que están sumergidas en el océano de la
conciencia y es una aventura de tal dimensión consagrarse a él, que cualquier terapeuta
podría trabajar muchas horas y terminar fresco y descansado, ya que es como regresar de la
jornada de pesca; ha practicado el hobby que más le gusta.
Es bueno que uno se ponga las manos por todo el cuerpo y de tres vueltas al día y se
pregunte: ¡Dios mío! ¿Dónde estoy? ¿Qué me he hecho? ¡Que yo me encuentre!, porque la
clave de la terapéutica no es que encontremos muchas cosas, sino que nosotros nos
encontremos con nosotros mismos en esa conciencia profunda de la conciencia, que es el
vórtice del presente. Entramos así en el mundo de excitación y ya no estamos haciendo algo
porque vayamos a ganar o vayamos a ser premiados, sino porque en ello y para ello
consagramos la vida. Es un momento muy bello que, realmente, se puede repetir
conscientemente, lo puede proponer conscientemente esa conciencia de la conciencia, o esa
memoria de sí.
Capítulo 9.6
Así, cuando estamos excitados estamos liberando nuestra propia luz,
estamos transformando esa luz que estaba almacenada. Recordemos que
esa luz se ha almacenado del sol y transformando en emociones.
La dopamina y la excitación:
Vamos a profundizar en lo que ocurre con esto que llamamos excitación. Supongamos que
hacemos una disección del cerebro y que cogemos de todos los eventos la sublime
excitación. Vamos a tomar una sola cosa para darnos cuenta de su importancia. Tomemos la
dopamina y la vía dopaminérica. Es una vía muy importante; primero, porque hay
receptores de dopamina en todo el organismo, segundo porque la dopamina es una
molécula que representa la evolución de la luz en el hombre. Ella viene de otra molécula
más primitiva, es un aminoácido y se llama la tiroxina.
Realmente, melanina es dopamina oxidada, dopamina que con presencia de luz se vuelve
negra. Por eso, en el tallo cerebral hay una sustancia que se llama “sustancia nigra”. La
sustancia nigra es parte de esa zona del cerebro donde nosotros producimos más dopamina.
Cuando dejamos de producir dopamina podemos producir trastornos como el parkinson.
PSICOLOGÍA DEL ALMA.
Capítulo 9.7
Recorre todo el cerebro a través de un circuito que va desde el tallo cerebral hasta los
lóbulos frontales pasando por todo el encéfalo, la parte medial del encéfalo, con el haz
medio del telencéfalo. ¿Cuál es la importancia de este circuito? Que es el circuito del
placer. En términos humanos, lo más importante de la vida es aprender, pero para aprender
necesitamos placer, necesitamos conocimientos maestros fuera de los libros, necesitamos
placer. Si no hay placer no aprendemos, si no hay recompensa no se fija la memoria y no
aprendemos. La condición del aprender es el placer, la condición de la relación terapéutica
también es el placer. Si la relación nos complace, nos satisface, si nos sentimos queridos y
apreciados, regresamos y hacemos la terapia.
Vamos a ver una paradoja: si algo es placentero, aunque nos duela, repetimos. El dolor
produce placer, es uno de los agentes productores de placer, eso explica el masoquismo. Si
marchar al terapeuta nos produce placer, aunque nos duela lo que nos propone,
volveremos. Así vemos, que hay cosas que duelen, pero producen más placer que dolor.
Aunque un tratamiento me duela, pero me produce un mayor placer, he de volver. El
psicólogo quizá nos haga llorar, pero después de ese llanto y dolor queda uno tan aliviado
que ha de volver. Siempre hay un balance entre el placer y el dolor. Es en ese balance donde
nosotros nos estamos moviendo porque buena parte de nuestra conducta es asignada por la
necesidad de recompensa. Sin recompensa no hay conducta humana. Toda conducta
humana implica en algún nivel la recompensa. Así, que nosotros buscamos la recompensa,
no estamos aquí por masoquistas, posiblemente si un poquito, pero hay mucho más de
placentero para nosotros, en que nos encontramos con
nosotros. No por lo que nos dicen, sino porque en eso que nos dicen entramos en resonancia
con alguien en nosotros que ya lo sabe y necesita revelarlo. Esto es lo hemos pensado, tal
vez no lo hemos integrado, pero si pensado. Entonces lo revelamos, lo afirmamos y lo
volvemos parte de la vida. Por tanto, necesitamos en la evolución de la conciencia mucho
placer. Obviamente, vamos a ver que ahí están muchas de nuestras dificultades; en el placer
y en nuestra aproximación a él.
Capítulo 9.8
En el intermedio han venido tres pacientes que nos van a enseñar mucho. Una de estas
personas es una mujer con miedo, un miedo especial. Tiene un diagnóstico de hipertensión
de la arteria pulmonar. Obviamente, eso le genera problemas pulmonares, disnea cuando le
interrogamos. Es un trastorno que no es congénito porque sólo hace tres o cuatro años que
ella viene experimentando la disnea y los problemas respiratorios. Cuando hacemos el
interrogatorio el determinante en su vida es el miedo, el temor, mucho temor de proyectarse
al mundo, mucho temor de salir al mundo. Se le presenta su primer momento de salir al
mundo con la oportunidad con su primer trabajo. Ella experimenta mucho miedo de
proyectarse y exteriorizarse. Lo que está escrito en el pulmón en este momento es un
temor de relacionarse con el mundo, se queda constreñida adentro, no se alimenta a través
de su arteria pulmonar. Su corazón, que es la red vascular, se disociara de su pulmón, que es
como la voluntad de vivir. El ritmo respiratorio tiene que ver con el pulmón, por eso para
alguien que fuma es tan difícil dejar de fumar. El que fuma, tiene voluntad para todo menos
para dejar de fumar, porque está unido a un circuito orgánico que tiene que ver con la
voluntad. La voluntad está, en cierta forma, enferma. Hay dos circuitos: el del pulmón, que
tiene que ver con la voluntad de vivir en la respiración y el del corazón, que tiene que ver
con las arterias.
Cuando hablamos con ella, hablamos con su madre y ésta nos dice que ella se negaba a
nacer. No nació a los nueve meses, ella nació a los diez meses. Pero, ¿por qué se negaba a
nacer? Porque su madre vivió una situación extrema. Tuvo un accidente de un hijo de once
meses. La madre tuvo un temor intenso, mortal, hacia el octavo mes de embarazo, por lo
que la hija temió por su vida y temió salir; de tal forma que la conciencia de su madre
estaba incorporada en la hija hasta el punto que en el momento de volver a nacer a la vida,
de proyectarse al exterior, ella hizo una estenosis de la arteria pulmonar que no vino por
azar. Si ella hubiera nacido con una estenosis congénita se habría manifestado con una edad
más temprana. Se manifiesta en el momento de su segundo parto, en el momento de
exteriorizarse. Se manifiesta ese temor como una obstrucción del cuarto centro (el centro
del amor) El temor obstruye el amor, impide la manifestación externa del amor.
El segundo caso es el de una persona que nos cuenta que después de pasar por una
situación de cambio muy traumática en la infancia, se encontraba llevándose el dedo de
nuevo a la boca. Esta persona tiene un trauma y automáticamente se pone otra vez el dedo
en la boca, es decir, asume una actitud regresiva. Esas actitudes en las cuales nosotros nos
congelamos en un estadio anterior del desarrollo de la conciencia provocan que el caos no
haya sido vivido como una oportunidad, sino como una catástrofe; que nosotros hayamos
soportado como víctimas el caos y no hayamos sido los artífices en el momento de la
tormenta.
Digamos que el caos tiene unas fuerzas intrínsecas de tal dimensión que nos sirven para dos
cosas: o para destruirnos o para construir un orden superior.
El caos es el método del destructor y sin ese método, el creador, el hombre, no puede
construir una nueva realidad. Existe un arquetipo del destructor en nosotros, que ha de
destruir el orden antiguo para hacer emerger un nuevo orden. Pero ese arquetipo del
destructor, si no se acompaña del creador puede llevarnos a la autodestrucción. Muchos
problemas de drogadicción, por ejemplo, son el arquetipo del destructor que actúa sin la
compensación del creador. Es un destructor que en nosotros actúa sin conciencia, de tal
manera que se vuelve una compulsión destructiva. Es una compulsión muy frecuente en
nuestra cultura, y eso se debe a que no sabemos vivir el proceso de cambio desde el caos.
Recordemos por último, que en el momento del caos tenemos una sensibilidad extrema,
tenemos las semillas de un nuevo orden y es que la vida no puede volver a ser igual. Así, se
nos presentan dos posibilidades: la vida se bifurca hacia abajo o hacia arriba. Eso depende
de nosotros ya que, puede ser un caos creativo o puede ser un caos destructivo, predomina
una u otra fuerza.
Capítulo 9.9
Esa emergencia se relaciona también con el tiempo, es decir, emergencia significa aquello
que sólo podemos hacer en presente, las emergencias no se aplazan. Un médico que atiende
una emergencia, no va a consultar a la biblioteca.
En la emergencia surge el antes nombrado acto puro; por tanto, es la perfecta sincronicidad
del pensar, el sentir y el actuar; es la perfecta coherencia. En la emergencia está presente el
Alma. Ustedes ven a alguien pusilánime, más o menos tímido, que no se atreve a matar una
mosca, que tiene mucha dificultad en sus relaciones, en su comunicación, y súbitamente,
bajan dos personas ahogándose por el río. También ven que hay dos salvavidas y dos
nadadores que no se atreven a lanzarse porque ven el tema peligroso. Ocurre que este
pusilánime se lanza, nada, los saca y después queda tembloroso: ¡ Dios mío qué es lo que
hice! Pero él no pensó. En ese momento hubo un acto puro, una manifestación de
coherencia total, una energía que se manifiesta en él, que es la energía que eleva la de la
conciencia, la levedad o el alma y produce un acto heroico allá donde ustedes menos lo
esperaban. Aquellos que eran muy aptos para nadar y para salvar no lo hicieron, pero este
que no era apto, simplemente, se consagró a esa actitud interior del arrojo, del abandono, de
la renuncia total, fluyó en el vórtice caótico y lo sacó. Estamos llenos de experiencias. Si
viéramos a una madre que alza una tractomula, saca el niño y después dice: ¡Dios mío!
¿Cómo hice para alzar esta tractomula! Obviamente, si lo hubiera pensado no la hubiera
podido alzar; pero en ese momento ella estaba en ese vórtice de conciencia no local. El
vórtice de conciencia no local se reconoce cuando nosotros experimentamos una necesidad
suprema. Los hombres somos hijos de la necesidad, así hemos sido reconocidos en las
antiguas tradiciones. Si experimentamos una necesidad tan grande de actuar y nos dejamos
llevar desde esa necesidad en un momento de emergencia, estamos en presente y nuestra
conciencia tiene un potencial infinito. Pero si tuviéramos tiempo de pensar estaríamos
perdidos. Vamos a ver como en la conciencia intuitiva no se piensa, pues es una conciencia
total. También vamos a ver como la inspiración no se prepara, ni siquiera la dulzura se
prepara. Las personas no decimos: “bueno ahora me voy a poner muy dulcecito o muy
tiernecito.” Somos dulces o somos tiernos o somos amorosos o estamos inspirados. No
sacamos el metro para medir la métrica de los poemas, simplemente fluyen y en ese fluir,
realmente, dejan que rote el alma. Esos instantes de emergencia se experimentan como una
necesidad interior. El pintor no pinta por contrato, es muy difícil. Lo realmente auténtico es
hijo del momento, surge de la necesidad del presente. El pintor pinta por necesidad, la
necesidad sublime de expresar su alma es lo que le lleva a expresarse a través de la pintura.
El poeta hace lo mismo. El hombre que empieza a crear, a manifestar su personalidad
creadora, es alguien que realmente esta viviendo un mundo de necesidad, él lo hace así
como el niño satisface su sed con su biberón, de la misma manera el poeta satisface su sed
de vida escribiendo. Es realmente sed de vida lo que se manifiesta en esos momentos de
emergencia y es así como se da el cambio.
Para hacer más hincapié sobre el tema de la emergencia nos podríamos hacer las siguientes
preguntas:
¿Cuándo vivimos en la vida como hijos de la necesidad? ¿Hemos sido alguna vez hijos de
la necesidad? ¿Cuándo he sido movido por una necesidad interior no programada, no
creada desde afuera, sino algo que brota como un manantial del corazón? ¿Cuándo he
tenido un impulso súbito e intenso de gritar, de abrazar, de escribir, de amar, de viajar, de
salir corriendo? ¿Cuándo me he sentido arrastrado por los eventos y sin embargo no he
tenido conciencia de haber perdido el control? Este es uno de los momentos más mágicos
de la vida, es el momento en el que nos dejamos llevar, pero en ese dejarse llevar nos
descubrimos interiormente, descubrimos que en ese dejarse llevar no somos espectadores,
sino actores. Los impulsos son sagrados, son los pulsos interiores de la vida, y los impulsos
son materia prima del alma; sin impulsos no hay creación. La creación es un patrón de
organización rítmico, siempre nuevo que tiene como arquetipos los impulsos; siempre hay
un pulso interior, un impulso creativo. Los impulsos no son malos, jamás son negativos. El
impulso de amarnos es excelente, es una maravilla y está dirigido por nuestra conciencia,
no reprimido por nuestra conciencia, sino dirigido por ella. La conciencia de sí es el gran
canalizador de los impulsos y los impulsos son la materia prima de nuestra creación. En
general nosotros hemos creído que es matando los impulsos como los podemos controlar y
realmente hemos perdido el poder y el control de nuestra vida porque los matamos o los
reprimimos. Un impulso de ira puede ser santo, o puede ser terriblemente destructivo, eso
no depende de la ira en sí, no depende del impulso; depende de nuestra conciencia.
Nuestra conciencia es el canalizador que hace que la ira lleve a un vórtice de vicariación
progresiva o vicariación regresiva. Es decir, que hace que involucionemos o
evolucionemos. Todas las emociones negativas tienen un polo positivo y ese polo positivo
es que tengan un canal por el que puedan fluir. Todas las emociones negativas están
destinadas a recorrer el camino de Eros a Logos, del ello al superconsciente, del cuerpo al
alma a través de nuestro instrumento, todas las emociones son un manantial que esta
destinado a llegar al mar; todas, absolutamente todas. Lo que las hace negativas es que
nosotros las reprimimos. Cuando se reprimen se desbordan y es entonces cuando pueden
ser destructivas. Éste es el lado negativo de las emociones. De todos modos, no olvidemos
que la conciencia es el gran canalizador que hace que todas nuestras emociones tengan un
sentido, tengan una dirección, asuman un propósito y se llenen de colorido. La vida se llena
de colorido cuando no negamos los impulsos, cuando no negamos las emociones. Un
impulso de agresividad puede ser un impulso santo, puede ser un impulso de
autodeterminación, un impulso de autoreconocimiento, puede ser un impulso que me lleve
a la justicia, pero ese impulso va a ser más o menos santo, dependiendo del canal, de la vía
a través de la cual yo canalice ese impulso.
Todo esto nos introduce en un capítulo apasionante que va más allá del cambio.
Capítulo 10
Las leyes intermedias, que son las de atracción magnética, rigen la relación
entre las primeras leyes del espíritu y las terceras leyes de la naturaleza. De tal
manera, que tenemos un sustrato intermedio, el alma, la conciencia, la
atracción magnética que nos permite manejar esos dos tipos de leyes.
¿Cómo crear las vías que nos lleven a cambiar con un propósito, una dirección
y un sentido determinado?; es decir, ¿cómo ser maestros de nuestra propia
evolución?
cuando sobrara agua se pudiera aprovechar potencial para generar luz. En vez
Capítulo 10.1
Capítulo 10.2
Vamos a aprender a manejar las vías canalizadoras del cambio, cómo se dan
esos ríos de conciencia en nosotros y cuáles son las conciencias que se
unifican. Se trata de volver a integrar lo que está dividido, volver a reintegrar
nuestra conciencia coherentemente para rescatar la integridad. La integridad
es la salud y la salud integral concebida en esta forma, no sólo como salud
física, es la realización de la personalidad.
Bueno, ahora hemos de hacer un esfuerzo porque el calor hace que la mente
entre en un estado de entropía, el calor desordena, por eso los monasterios no
los ponen cerca de la costa, sino en la cima de las montañas. Ya ven que los
maestros de los Andes y el Himalaya saben donde están. El frío, pues, ordena y
el calor desordena. Este desordenamiento nos lleva hacia la exteriorización y
hacia la actividad y el frío nos lleva hacia la interiorización. El frío alinea y el
calor desalinea. Mejor dicho, el frío alinea con los estados superiores de la
conciencia y el calor alinea, pero con los estados inferiores de la conciencia;
por tanto, cuando hace calor, queremos irnos a la playa, tomar algo fresco,
algo mas leve, más ligero, todo menos pensar. Así que, que ahora vamos a
nadar un poquito contra la corriente, pero de eso se trata; es decir, cómo
nosotros podemos producir un frío interior cuando hay un calor exterior. Es lo
mismo que ocurre en invierno; hay un frío exterior y ustedes encienden el
fuego. La hoguera, el hogar y el amor, los hijos, la familia, la interiorización, el
nacimiento del niño, todo esto que ocurre alrededor de un fuego interior. De tal
manera, que esos movimientos son de alineación, pero hay una alineación
hacia el exterior y una alineación hacia el interior. Para alinearnos al interior
nos tenemos que aquietar y ese aquietamiento produce un contacto con las
formas o con los estados superiores de la conciencia. Sin embargo, es
necesario que nosotros aprendamos a alinearnos interiormente, aunque todo
esté desordenado afuera. Es decir, no podemos pretender que vamos a tener
un orden interior simplemente porque todo se ordena afuera, esa no es la
condición. Precisamente, lo que es significativo, es que conservemos un orden
interior en medio del torbellino exterior, que conservemos el control, a eso lo
llamamos la ciencia del control. La ciencia del control tiene que ver con la
primera faceta del carácter. Todo control es triple y concierne al amor, la
voluntad y la inteligencia, y el control tiene que ver con las vías ordenadoras
del cambio. A esas vías ordenadoras del cambio o vías ordenantes, las
llamamos creodas y ellas establecen lo que podemos denominar dominios de
conciencia.
Capítulo 10.3
La comprensión es producto de un orden que, a su vez, tiene líneas producidas por creodas
o por factores, canales, causas ordenantes; en definitiva, lo que permite la alineación.
Vamos a ver que esta alineación se da siempre entre varios instrumentos o entre varios
vehículos:
Capítulo 10.4
La alineación puede ser vertical u horizontal. Se puede referir a un sólo nivel o se puede
referir a varios niveles que se alinean. El movimiento de la conciencia en el hombre es un
movimiento de verticalización. Por eso no andamos por ahí a cuatro patas, porque nuestra
conciencia se ha verticalizado, no sólo nuestro cuerpo, sino también nuestra conciencia.
Esto tiene que ver con el acceso a octavas superiores, por eso estamos escuchando cierto
tipo de frecuencias que han favorecido la verticalización. Vamos a verlo un poco más
detenidamente en términos de lo que conocemos: Ustedes tiene un vínculo, San Sebastián,
ese vínculo genera una red, y esa red establece territorialmente lo que está asociado de
alguna manera con los pueblos vecinos; no sólo con los pueblos vecinos, sino con sus
culturas; no sólo con sus culturas, sino con sus países. Todo esto va estableciendo dominios
de orden que van estableciendo esferas de conciencia, así que, ustedes están en San
Sebastián, en España, forman parte de la Comunidad Europea y por ello forman parte de
una cultura y participan en esa cultura.
Esto nos determina muchísimo más de lo que nosotros pensamos o creemos: “Uno” como
centro o vínculo de referencia. Nosotros estamos aquí, asumámoslo teóricamente, pero estar
aquí significa que hay un vínculo esencial. Podemos tener muchos vínculos, pero sin este
vínculo esencial o vínculo céntrico todos los otros vínculos pierden sentido y aunque
tejamos una red muy amplia, siempre vamos a estar perdidos. A esto lo llamamos el vínculo
de referencia.
Aparece el “dos” como los dominios de orden subjetivo. Uno es una unidad de orden
céntrico, desde el cual el dos, es decir, todos los dominios de orden subjetivo, tiene razón
de ser, así que tenemos el uno y el dos. Dos son todos los dominios de orden subjetivo, o
pequeños territorios donde movemos nuestra conciencia. Por tanto, nos movemos entre el
“uno y el dos”, lo cual tiene mucho sentido, pues ese movimiento es la primera alineación.
Así que vamos a estar en este centro y vamos a tratar de movernos en la dinámica de ese
centro, mirando nuestros distintos territorios. El uno se mueve, primero, hacia el sujeto con
sus intenciones, y hacia el sujeto con su comportamiento.
Digamos entonces que ese uno tiene una unidad subjetiva. Ahora bien, ese sujeto también
tiene una unidad objetiva, por tanto:
- La unidad subjetiva del “uno”, sus aspiraciones, sus sentimientos, sus emociones, sus
sueños, sus esperanzas, eso no lo podemos medir y, a pesar de que no lo podemos medir, es
muy importante.
Un buen médico sabe que cuando el sistema inmune está deprimido porque el paciente está
triste, debería hacer un puente entre el dominio de orden subjetivo y este otro que es un
domino de orden objetivo. Dos cero, llamémoslo así, aquí está. Entonces, tenemos
dominios de orden subjetivo, del lado izquierdo implícitos, y dominios de orden objetivo
del lado derecho o explícitos. Es así como el uno, la unidad de orden céntrica, que es “uno”,
se manifiesta a través de órdenes subjetivos y a través de órdenes objetivos.
Capítulo 10.5
Los órdenes subjetivos son implícitos, pero no menos importantes, y esos órdenes
subjetivos son:
• el individuo o lo individual , el sujeto con sus creencias
En el segundo tenemos nuestras creencias y actitudes, pero aquí esas creencias son
colectivas. Al sistema de creencias colectivas lo llamamos cultura, miren que es muy
importante, la cultura también establece vínculos, es un territorio que habitamos y que nos
está determinando hasta el punto de que muchas enfermedades tienen una connotación
cultural, es decir, gente de distintas culturas enferma de diferentes cosas. La sociedad
también nos determina: el sistema de gobierno, el sistema de orden, el patrón de
organización de la familia... Esto nos está determinando biológicamente.
Tenemos cuatro territorios y esos cuatro territorios son dominios de orden que están
relacionados de esta manera:
1–2
Individual - Colectivo
Subjetivo - Objetivo
Biología - Creencia
Cultura – Sociedad
c) Si lo miramos en esta otra dimensión, vemos que el individuo sujeto también se debe
alinear con el individuo biológico. Es decir, que los pensamientos están determinando el
comportamiento de los enzimas y el cuerpo, que las emociones están determinando buena
parte de la salud.
e) Y obviamente tenemos otro tipo de alienaciones más complejas que se dan en esta
dimensión de las que no vamos a hablar. Son las que se dan entre la cultura y la biología y
las que se dan entre las creencias del sujeto y el tipo de sociedad que está determinando.
Entonces, veamos las creodas como distintos territorios de la conciencia que se pueden
alinear y cómo del conflicto de estos territorios surge buena parte de la desestructuración de
la personalidad que causa la patología individual o la patología social.
Ustedes tienen un conflicto social , ese conflicto social está produciendo una pérdida de los
vínculos de una persona con su sociedad primaria, con el país; esa persona es expulsada de
el país y viene a vivir a España, pero en España él es un refugiado y se comporta como un
refugiado. En España, ese refugiado que habita en el mismo territorio habita en otra cultura,
la cual tiene un sistema de alineaciones o correspondencias con esa sociedad que esta
habitando y el habitar otra cultura va a repercutir sobre la esfera individual que, a su vez,
repercute sobre la esfera biológica. De tal manera, que un cambio en un cuadrante siempre
genera un movimiento que altera o cambia también los puntos de correspondencia, pero lo
más especial es que altera ese dominio de orden subjetivo que está determinando cómo es
el “uno”, o cómo es la unidad, cómo es la unidad de orden esencial que “uno” es en el
centro. Vamos a analizarlo un poco más detenidamente y vamos a recordar entonces lo
siguiente: Creoda es una vía canalizadora de cambio, vía que canaliza el cambio. Eso
significa que la conciencia se desplaza privilegiadamente a través de vectores, digamos que
la conciencia establece una geometría cualquiera, pero que esa geometría gira en torno a un
punto de partida, llamémoslo centro o llamémoslo uno, ese es nuestro punto de partida.
Capítulo 10.6
Eso significa que las vías canalizadoras de cambio, son vías de
conciencia, son virtuales, son direcciones privilegiadas que asume la
conciencia en el seno de un sistema y en el cruce de todas esas vías en
el seno del sistema se forman lo que se llaman dominios de orden.
Tomemos los azúcares, ocurre exactamente lo mismo, puede haber dextro o levo,
pero para el organismo todos son dextro. ¿Qué inteligencia hace que en el
organismo todos los carbohidratos tiendan a desviar el plano de la luz hacia la
derecha, es decir, que sean memes azules, y que todos los aminoácidos sean memes
rojos, vayan hacia la izquierda? Empezamos a encontrar que hay una inteligencia
operativa que hace que una vez que un cauce cae en una dirección, toda el agua que
cae por ese cauce, no va a poder ir más que por esa dirección. En una montaña toda
el agua que cae por un lado, da una vuelta terrible y en vez de ir al Pacífico, va al
Atlántico, aunque eso le cueste 1000 km más, Podría llegar más rápido al Pacífico
en 200 km, pero prefiere 1000 km y va hacia el Atlántico. Porque una vez que se ha
hecho el primer cauce, se ha dado el primer paso, ya no hay vuelta de hoja, no hay
alternativa. Por tanto, el primer paso es crucial, es la única y la última alternativa
que tenemos. Una vez que arrancamos en una dirección, toda nuestra vida se orienta
en esa dirección con toda nuestra energía y con todo nuestro cauce. Una vez que
arrancamos hacia el Occidente, negamos la posibilidad de ir hacia el Oriente, de ser
dextro, en ese momento nos convertimos en levo, lo que quiere decir que existe una
vía canalizadora de cambio que apunta en esa dirección.
• En el reino mineral: ahora vamos a ver dos vías canalizadoras de cambio o creodas,
vamos a ver que se dan en la vida y en el reino mineral. Tenemos un cristal,
digamos que es un patrón cristalino equis. El cristal nuevamente se caracteriza, es
cristalino, porque tiene un patrón de ordenamiento, es decir, un dominio de orden
cristalino intrínseco, una geometría distributiva de sus elementos que lo hacen no un
elemento amorfo, sino un cristal. Sin embargo, si se une ese cristal con otro cristal
en presencia de suficiente sustrato, automáticamente todas las moléculas del mismo
tipo se van a ordenar formando un polímero, un patrón de cristalización. De tal
manera, que tenemos un primer paso, un monómero, y a partir de ese monómero,
generamos una geometría que se va repitiendo en el tiempo y en el espacio de una
manera predecible, regular, es decir, según un ritmo. El ritmo en ese caso es un
ritmo en el espacio e indica cómo se distribuyen las moléculas en el espacio.
Simplemente vamos a ver que las distancias atómicas se conservan a lo largo de
miles de uniones entre los átomos, a lo largo de miles de uniones entre las
moléculas y forman un patrón regular.
• En la vida: ese patrón regular es el patrón ADN, el misterio del ADN, la “colagen”
de las moléculas inteligentes de la biología. No es que sean moléculas muy grandes
o muy resistentes, es su patrón de orden intrínseco o donde unas secuencias se
repiten periódicamente de una manera inteligente, de tal manera que una secuencia
de repetición periódica forma un ritmo determinado. Es como una música congelada
en la materia. Digamos que un cristal es como un patrón musical congelado en la
materia y así, se tiene un polímero. Ocurre que hay un cristal que no se ha
sintetizado y cuando se sintetiza una vez en el mundo, automáticamente facilita la
síntesis de ese cristal en todos los laboratorios. Nadie entendía por qué para
sintetizar el primer cristal nos demoramos tanto tiempo y, sin embargo, después de
que un sólo investigador produjera el primero, automáticamente todos los
investigadores en el mundo podían hacer ese proceso de cristalización rápidamente,
como si hubiera un catalizador misterioso que conectara todos los cristales. Una vez
que alguien descubre algo en el mundo, automáticamente se favorece que mucha
gente pueda construir lo mismo y descubrirlo, aunque no estén comunicados. Esto
ocurre simplemente porque es una propiedad de la conciencia, la propiedad de crear
vías canalizadoras de cambio, que son a su vez vías facilitadoras. En el ejemplo del
agua, cuando la vía es muy pequeñita porque circula poca agua, en la medida en que
el agua misma va profundizando el canal, mucha más agua va a circular, va a ser
más rápida y más efectiva la conducción. Lo mismo ocurre respecto del aprendizaje,
una vez que un individuo aprende una cosa, automáticamente el aprendizaje de lo
mismo se facilita para todos los individuos de la especie. Eso significa que las vías
canalizadoras de cambio, son vías de conciencia, son virtuales, son direcciones
privilegiadas que asume la conciencia en el seno de un sistema y en el cruce de
todas esas vías en el seno del sistema se forman lo que se llaman dominios de orden.
En el caso de un organismo, de un individuo, esos dominios de orden giran en torno
a un punto de síntesis que representa la unidad de orden esencial, esa unidad de
orden esencial, es nuevamente el alma del sistema: la red de vínculos.
Capítulo 10.7
Me exteriorizo y me vinculo, pero al vincularme me relaciono y al
relacionarme vuelvo a mí y en ese volver a mí hay una reciprocidad. Por
tanto, los vínculos representan los anclajes y las recriprocidades
representan la retroalimenación.
¿ Qué nos indica todo esto que estamos viendo? Indica que todos los puntos, todas las
creodas puedan regresar al centro, es decir, puedan tener el patrón ordenante referente del
centro, para que sean significativas. Se trata de que nosotros rescatemos la significatividad
regresando al centro. Vamos a ver entonces que esa sifgnificatividad está hecha no sólo de
cuatro territorios, sino que está hecha de la posibilidad de expandirse y contraerse en torno
de un punto. Un movimiento de expansión y un movimiento de contracción, es la ley del
corazón, la ley del Ying y del Yang. Todo en la vida se contrae y se expande, lo que parte de
un lugar regresa a ese mismo lugar. Es causalidad circular, las causas siempre van hacia el
futuro, y todo lo que es futuro regresa en un momento dado al presente. En el presente están
el pasado y el futuro, la expansión y la contracción, y entre la expansión y la contracción se
determinan dos territorios de la conciencia. Para eso necesitamos dos puntos de contacto.
Si no hay contacto no hay relación, no hay impresión, no hay territorio de la conciencia (ya
lo veíamos antes). ¿Cuáles son los puntos de contacto en nuestras vida? Son los puntos de
anclaje, esos puntos de anclaje son nuestros vínculos. Esa red de vínculos se da de esta
manera, estando el yo en el centro, los vínculos se tejen a modo de círculos concéntricos
alrededor, estando en círculos más internos los vínculos más íntimos.
¿Cómo nos movemos entres estos vínculos? Todos tenemos un centro de referencia, el cual
genera líneas de campo. Estás líneas de campo establecen puntos de cruce, o sea, una red de
relación, y ese centro de referencia de todas mis relaciones actúa como un campo
magnético. (Realiza en la pizarra el dibujo)
- Primero, una dirección de expansión, que se corresponde con las leyes de la naturaleza. La
naturaleza se expande, la ley de la entropía rige, es decir, todo el sistema va hacia el
desorden, hacia la expansión, todas las galaxias se alejan unas de otras, vamos hacia la
expansión.
Ejemplo: Aquí yo tengo mi escuela, y en mi escuela yo tengo varios puntos de anclaje, con
el profesor, con mis amigos, con compañeros del grado superior, es decir, que van haciendo
puntos de anclaje; esos puntos de anclaje no son rígidos, porque ya vemos que los puntos
de anclaje son los vínculos que me exteriorizan. Aquí estoy yo, me muevo hacia ti; tú eres
un vínculo que me exterioriza, pero ese vínculo regresa hacia mí convirtiéndose en una vía
de doble dirección que me retroalimenta. De tal manera, que hay un movimiento como un
acordeón: este dominio de conciencia se estira y se encoge, se vuelve pequeñito, se amplía,
es como un resorte. Digamos en este caso, ustedes tiene este resorte, pero este resorte se
contrae y se expande, como una acordeón y en ese acordeón, en esa expansión y
contracción esta nuestra música. Realmente es ahí donde damos nuestra nota, y esa nota es
lo que se da entre el yo y el tú, entre el yo , el tú y el nosotros, entre el nosotros y el
nosotros todos y así estamos construyendo realmente ese tipo de territorio de la conciencia
en los cuales nos movemos. Vamos entonces a detenernos un momento no más en este tipo
de vínculos, y tengamos en cuenta los dos movimientos. Me exteriorizo y me vinculo, pero
al vincularme me relaciono y al relacionarme vuelvo a mí y en ese volver a mí hay una
reciprocidad. Por tanto, los vínculos representan los anclajes y las recriprocidades
representan la retroalimenación. De manera que no es suficiente con los vínculos para tener
conciencia, es necesario que haya reciprocidad para que la conciencia interna que se
imprime y es significativa viva en mí. Es decir, que si nosotros lo analizáramos en términos
del amor, decimos, algo muy sencillo, si hay amor hay reciprocidad, si no hay reciprocidad,
no hay un territorio activo de la conciencia, es decir, no hay una relación constructiva, y
aunque sea una relación de respecto, esa relación termina generando una tensión anómala
que nos lleva a aislarnos de las relaciones o que nos hace romper, ya no con las relaciones
afuera, sino romper con las relaciones con nosotros mismos y, así, nos comenzamos a
identificar con la relación exterior. Todo esto conduce a la vía de la dependencia, de tal
manera que tenemos una relación que genera dependencia o una relación que libera.
Capítulo 10.8
Si vemos esa red de tensegridad, nos vamos a dar cuenta entonces de los dos movimientos
básicos para establecer el territorio de la conciencia.
Capítulo 10.9
Cuando se hace este movimiento, realmente lo que nosotros estamos creando es la dinámica
de los pétalos de la conciencia. Esos pétalos son los pétalos de los chacras, son los centros.
Un pétalo es un movimiento de ida y regreso, establece un territorio de la conciencia y en la
medida que vamos ascendiendo en la escala de la evolución, vamos conquistando un mayor
número de territorios de la conciencia, Por eso decimos que cuando nos espiritualizamos,
espiritualizamos la vida. Digamos que tenemos mil territorios de la conciencia de los cuales
tomamos posesión, pero cuando vivimos la vida del hombre animal, estamos en diez
territorios de conciencia de los cuales podríamos haber tomado posesión, así que lo que
hacemos es permanentemente este movimiento de ir y venir a través de los territorios de
conciencia.
Capítulo 11
Vivimos espiritualmente en el cuerpo, necesitamos el cuerpo para que nuestra
espiritualidad o nuestra música se manifiesten en su máxima dimensión, en su máxima
belleza posible.
La triple personalidad
Por tanto, vamos a profundizar en la unión o la alineación, en cómo se da esa unión para construir
la persona o personalidad, y no olvidemos que construimos la personalidad para negarla. Esto es
muy especial. La personalidad totalmente construida se vuelve impersonal. (Esto también es una
paradoja). Construimos la personalidad para ser impersonales. Obviamente no podemos llevar una
vida impersonal si primero no hemos construido nuestra persona, nuestra personalidad. No podemos
negar aquello que no somos o aquello que no tenemos. Para poner la personalidad al servicio del
alma, primero la tengo que construir. Esa unión, esa alineación nos lleva a la construcción de la
personalidad. Y así como hablamos de tres leyes básicas, podemos hablar de que la personalidad es
triple, por eso la personalidad se denomina la triple personalidad y está compuesta de:
Es importante recordar, para todos los cuerpos, que cuando hablamos de “cuerpo” no hablamos de
una cosa, sino de un patrón de organización de la conciencia. En esta dinámica, todos los cuerpos
son patrones de organización de la conciencia, más o menos densos o más o menos sutiles.
Entonces tenemos un cuerpo físico-etérico que está compuesto por tres unidades físicas (sólido,
líquido y gaseoso) y cuatro unidades etéricas.
Es necesario tener en cuenta que no nos podemos abstraer de este cuerpo, porque de la calidad de
este instrumento depende la calidad de la música que hagamos. Podemos ser los mejores músicos
del mundo, pero si no tenemos un buen violín que permita la vibración de la música, no vamos a
poder dar nuestra nota, nuestra música. Es decir, aunque tengamos la mejor música del mundo y
seamos los mejores intérpretes, sin ese cuerpo no podemos vivir espiritualmente. Vivimos
espiritualmente en el cuerpo, necesitamos el cuerpo para que nuestra espiritualidad o nuestra música
se manifiesten en su máxima dimensión, en su máxima belleza posible.
b) Cuerpo emocional o líquido: el cuerpo emocional también es doble. Así podemos ver que
tenemos:
cuerpo emocional inferior: que engloba el mundo de las pesadillas, de los infiernos
porque en el cuerpo emocional inferior vivimos el mundo de los apegos, el mundo de los deseos
inferiores y en este mundo sufrimos.
mente inferior o concreta: la loca de la casa, la que barre en todas las direcciones
simultáneamente.
mente superior. Esta es la que más nos interesa porque es el vehículo de expresión del
alma, porque en la mente superior está el cuerpo causal o karana sarira, vehículo de expresión del
Alma Humana; ya no del ánima de las cosas, sino del alma humana, de nuestra alma individual, es
decir, de la conexión personal que tenemos con el alma de todas las cosas. El trabajo como seres
humanos consiste en expresar, ya no el alma colectiva, sino el alma individual. Se trata de que
podamos desarrollar la luz de nuestra alma individual y de que podamos construir un templo para el
desarrollo del alma.
Capítulo 11.1
Lo importante es entender que el temperamento lo tenemos que
asumir, es decir, no podemos escoger el temperamento, pero el
carácter lo podemos construir.
El carácter y el temperamento
La persona o personalidad la podemos dividir también en dos grandes vertientes, a una vertiente la
vamos a llamar la del carácter y a otra la del temperamento. ¿Cómo distinguimos estas dos
vertientes? Simplemente diciendo que el temperamento es la materia prima, la materia prima
emocional, mental, biológica, es decir, todo lo que heredamos, todo aquel potencial del que
disponemos para crear nuestra vida.
El carácter es lo que hacemos con la materia prima, la escultura. Realmente qué hace un buen
escultor, le quita lo que le sobra a la piedra, descubre el diseño interior, descubre la cualidad y a esa
cualidad le podemos de nuevo llamar el alma; o sea, que el carácter es un instrumento del alma y a
su vez sirve para descubrir y revelar el alma. Lo importante es entender que el temperamento lo
tenemos que asumir, es decir, no podemos escoger el temperamento, pero el carácter lo podemos
construir. El carácter es aquello que nosotros hacemos con nuestra vida y precisamente la primera
alineación consiste en conciliar nuestro carácter y nuestro temperamento, nuestros humores y
nuestras diátesis. Las debilidades pueden ser nuestras fortalezas, así si una persona tiene un cuerpo
físico relativamente débil, ello le podría llevar a interiorizarse, a desarrollar el intelecto o a
desarrollar un temperamento artístico. De hecho, un temperamento artístico raramente es muy
atlético; no puede ser muy atlético, porque el temperamento artístico se tiene que interiorizar y, si
tiene una tendencia grande hacia la exteriorización, entonces no sería un buen artista. Pero si él se
fuerza, no va a ser ni lo uno ni lo otro, porque él va a pretender ser como su hermano, que es atleta,
cuando él es artista, cuando su temperamento es pícnico o es leptosómico y lo lleva hacia la
interiorización, y no es la constitución atlética que tiene otro tipo de constitución.
En el caso de una persona con un temperamento polifacético, desde el centro, podría hacer una
síntesis, por lo tanto, podría hablar de la sociedad, de la cultura, meditar y entender la información
de lo biológico simultáneamente. A esto se le llama un temperamento armónico. Estos
temperamentos armónicos decimos que son de segundo rayo porque, el segundo, es el rayo que
produce el equilibrio entre el espíritu y la materia, nuevamente es el rayo de la conciencia, el rayo
del amor.
Tenemos así todo un programa que concierne a la posibilidad de trabajar sobre el temperamento y el
carácter.
Todo lo que se relaciona con el temperamento lo vamos a dejar de lado, se lo dejamos a los
médicos, a los homeópatas, a los terapeutas neurales, a los médicos bilógicos, a los que trabajan con
la biotipología, a los que trabajan con la criminalista. Existen multitud de propuestas, muchas
elaboradas sobre los biotipos y el tipo de conducta o el tipo de actitud a que cada biotipo puede dar
origen. Pero, además de esas propuestas, tenemos la posibilidad de trabajar con el carácter.
PSICOLOGÍA DEL ALMA.
Capítulo 11.2
- Contacto: el carácter es un instrumento para contactar con el mundo, con la vida y con
nosotros.
- Relación: un buen carácter es un buen instrumento para entrar en la religión de la vida que
es la relación, entrar en el campo relacional que es el campo de conciencia para transformar
la vida, la relación.
¿Cómo podemos desarrollar la ciencia del contacto? Conseguimos el contacto a través del
control, es por esto que hablamos tanto de la alineación y del control, sin alineación no hay
control. Hay control cuando hay alineación, hay alineación cuando hay coherencia, y hay
coherencia cuando hay unidad o integridad vibracional entre los distintos cuerpos.
Entonces, primero ocurre el control; éste depende de la correcta visión. Control es correcta
visión, control es correcto enfoque, es no perder de vista el horizonte, tener una perspectiva
total de la vida. El control consiste en pensar de manera global, actuar de modo local y
sentir totalmente; eso es control. Esto es lo que nos permite el contacto adecuado, un
contacto que no sea rígido, que no genere dependencia, que nos permite regresar a
nosotros, que no hace desaparecer nuestro yo, sino que lo autoafirma. Éste es el contacto
que se hace desde el control.
Cuando perdemos el control perdemos el contacto con el otro o con nosotros mismos. En
cualquier caso, es grave porque se daña la reciprocidad. Allí ya no hay territorio de la
conciencia; por tanto, hemos de mantener el control, es decir, mantener la correcta visión,
el correcto sentido de las proporciones. Esto nos aporta conciencia sobre los propios
límites y esa conciencia de los propios límites es lo único que nos permite poder
expandirlos. El control no solo tiene que ver con la ciencia de la visión y con nuestra parte
más física; también tiene que ver con el plano psíquico, por eso, más tarde vamos a retomar
un poco la ciencia del control practicando algunos ejercicios de autorregulación energética.
C) La relación es creatividad
Y la correcta relación de este tercer movimiento del carácter tiene que ver con la
personalidad creadora, con la creatividad. Una relación correcta es una relación creativa,
quiere decir que no es rutinaria, no es repetida, es dinámica, flexible, fluida, se puede
inventar en cada momento, se vive como una aventura, cada momento en esa relación es un
momento nuevo. En un tipo de relación así, siempre estamos batiendo nuestro propio
record así sea por un centímetro, esto significa que en una relación creativa no hay
competitividad posible, y esto es muy importante.
¿Por qué nuestras relaciones son destructivas? Porque son competitivas aun entre el hombre
y la mujer. Ahora estamos en un momento en que muchos de los movimientos de
respuesta, realmente, son movimientos que se pasan hacia la polaridad opuesta. No se trata
de ver quien es más macho, si el hombre o la mujer, se trata de que un hombre a través de
una mujer, afirme su femenino y lo reconozca. Se trata de que ella en él conozca,
reconozca y afirme su masculino. Es, pues, en ese compartir que hemos de alcanzar
mutuamente el equilibrio. Así que, una relación creativa es una relación equilibrada donde
hay creatividad porque no hay competitividad. En esa relación nos encontramos algo muy
especial y es que nosotros descubrimos nuestra propia competencia. Cuando uno descubre
su propia competencia es original, es auténtico, es único, es irrepetible no tiene que
competir con nadie.
Unicidad más interdependencia es una ecuación que lleva a la genuina libertad. Si nosotros
no somos únicos y no somos lo que somos, no somos libres aunque así lo creamos. Nos
liberamos en el contexto de nuestro grupo, que es la humanidad. Así que la ecuación de la
libertad se consigue cuando nosotros generamos caracteres creativos que permiten
relaciones no competitivas, sino relaciones para el compartir en las que nos
complementamos, en la que cada uno de nosotros se completa con el otro y no sólo con el
otro uno, sino con todos los otros, con todo el mundo. Toda la humanidad está ahí para
completarnos, todo son facetas de nosotros mismos que no conocíamos o que no
reconocíamos, pero encontrar a alguien, encontrar el placer de que en ese momento es la
otra cara de nuestra moneda, la cara oculta de nuestro sol, aquello que revela nuestra alma,
realmente hace de la vida una aventura, no va a haber momentos repetidos. Así que un
carácter creativo es un carácter que no se repite.
Capítulo 11.3
Vamos a mirar en esa dimensión el carácter y tomemos el polo de carga: los ojos forman un
anillo integrado; los dos, y ese anillo está representado por un gran loto de dos pétalos. Ese
loto de dos pétalos es una unidad de conciencia y de energía que llamamos el “Ajna
chakra”. Ajna, es una unidad de conciencia que está compuesta de otras unidades de
conciencia que son pequeños pétalos, cuarenta y ocho en total de cada lado. Digamos, que
dentro del sistema el número de pétalos hay todo un diseño que está lleno de sentido. La
unidad de carga es lo que nos permite el control. Es un símbolo del universo y nos revela
una lección esencial: ¿qué es lo más importante del ojo? la pupila, la que deja pasar la luz.
¿Y qué es la pupila? Es el vacío, la pupila no es nada, la pupila es el espacio delimitado
por el iris, el iris se contrae y se dilata y esta dejando pasar la luz. Así, que los ojos son
instrumentos para cargarse de luz o para dejar pasar la luz. El símbolo más perfecto de las
leyes del universo es el ojo. Si, simplemente, viéramos el ojo de otro modo entenderíamos
muchas cosas de las leyes del universo. Vamos a fijarnos en el ojo y nos encontraremos
varias cosas esenciales:
El ojo es doble para ver la unidad: es una dualidad que nos permite ver la unidad.
Esto resulta curioso. Es bien misterioso también que sea doble, y no es que un ojo sobre
porque sino haríamos como aquel que se sacó un ojo porque lo tenía repetido. Necesitamos
los dos ojos. La presencia de los dos ojos nos permite una visión estereoscópica, ver en
profundidad, ver la perspectiva y los contextos. Pero, ¿qué es profundidad y perspectiva?
Simplemente, el mundo de lo significativo. Cuando tenemos profundidad y perspectiva
podemos contextualizar el mundo, es decir, ver el mundo en su paisaje y el mundo en su
paisaje es significativo.
Visión física, emocional y mental: Digamos que el ojo nos permite ver físicamente,
esa visión física se cruza hasta el cerebro y nos permite no sólo ver físicamente, sino
emocionalmente, ver mentalmente. Porque no solamente vemos con el cerebro, sino que
vemos con nuestros pensamientos, con nuestras ideas del mundo, vemos con el colorido
emocional de nuestro mundo; es decir, toda visión esta saturada de nuestro colorido
emocional, pero no sólo eso sino que nosotros primero vemos con los ojos de los sentidos
ya que ellos forman parte de los ojos.
Ver con los ojos del sentido: la intuición. ¿Cuál es el sentido? La intuición. Cuando
vemos con los ojos de los sentidos estamos viendo desde el alma y a eso lo llamamos el ojo
de la intuición. Ese ojo ya es único, no es doble. También vemos con los ojos de la razón,
la mente. De tal manera que hasta el meme naranja vemos con los ojos de los sentidos, esa
es nuestra visión del mundo. El meme naranja ve con los ojos de la razón y los memes
amarillo y turquesa más arriba ven con los ojos de la intuición, que es el ojo de síntesis. Eso
establece nuestro código de lectura del mundo, también nuestra manera de relacionarnos
con el mundo, nuestra visión del mundo y establece la calidad de nuestras interacciones.
Cuando el ojo que yo utilizamos es el ojo de la intuición, realmente vemos un mundo total,
un mundo con su profundidad y con sus significados. Cuando el ojo que utilizamos es el
ojo de la razón vemos un mundo de secuencias, un mundo de causas, un mundo lógico,
pero no vamos a ver un mundo de sincronicidades. Puede haber un mundo de causalidades
que se desplazan del presente al futuro y, obviamente, si ese es nuestro código de lectura no
vamos a entender si alguien nos habla de sincronicidad o si nos habla de un presente
permanente. Cuando alguien nos habla desde los ojos de los sentidos hemos de tener en
cuenta que allí no tiene vigencia el ojo de la razón ni el ojo de la intuición.