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PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Jorge I. Carvajal Posada.

Capítulo 1º

En la ritmicidad cíclica se expresa, primero, nuestra realización y, segundo, nuestra


creatividad. Crear es ir en resonancia con los propios ritmos. Realizarse es, simplemente,
danzar la propia música. Esta es la clave de la Psicología de la Autorrealización.

NOTA DEL EDITOR: Este seminario fue impartido por Jorge Carvajal en
junio de 2003 en San Sebastián. La transcripción del mismo ha estado a
cargo del equipo de San Sebastián, España. La corrección del lenguaje
oral al escrito ha sido labor de Elena Montoro.

1.- INTRODUCCIÓN.

El centro de gravedad nos permite danzar.

Antes de empezar debemos experimentar nuestro centro de gravedad, para lo cual vamos
realizar una pequeña dinámica poniéndonos de pie.

Ejercicio:

• Vamos a desplazar el centro de gravedad hacia la izquierda. Por tanto, nos


inclinamos hacia la izquierda y somos conscientes de cómo nuestro peso se va hacia
la planta del pie izquierdo. Somos también conscientes de una línea que va
desplazando toda nuestra gravedad y que la localiza más sobre la cadera del lado
izquierdo, sobre la parte paravertebral del lado izquierdo. En general, sentiremos
una sensación de peso mayor en este lado izquierdo.
• Seguidamente, centramos la conciencia en el lado derecho y experimentemos la
levedad. Ya no seguimos apoyados en el lado izquierdo, abandonamos la conciencia
del peso de este lado y simultáneamente vamos a experimentar la conciencia de la
levedad del lado derecho. Veremos que la pierna derecha está ligeramente levantada,
que todo el lado derecho, literalmente, pesa menos. Hay una conciencia de levedad
en ese lado.
• Ahora desplazamos nuestra gravedad hacia el lado derecho sintiendo el apoyo, así
como el efecto de la energía gravitacional y del peso. Simultáneamente somos
conscientes de que el lado izquierdo descansa y es ahora más leve.
• Vamos a danzar teniendo conciencia de esta alternancia de nuestro eje de
conciencia. Cuando danzamos estamos alternando, con lo cual, si no fuéramos
totalmente conscientes en algún nivel de esta alternancia nos caeríamos.
• A continuación, vamos a llegar hasta el límite desplazando la gravedad como
cuando estamos bailando rápido. De pronto cogemos demasiado impulso y
desplacemos totalmente la gravedad hacia un lado (como cuando estamos a punto
de caer). Tratemos de repetir este movimiento porque es el movimiento de la
conciencia. Estamos danzando. La vida es una danza entre el hemisferio derecho y
el hemisferio izquierdo, entre el inconsciente y el consciente, entre lo masculino y
lo femenino. Todo esto está danzando permanentemente en nosotros. En un
momento dado, puede ocurrir que nos vayamos al lado de lo masculino, por
ejemplo. Obviamente, en esta situación perdemos economía energética porque
perdemos nuestro centro de gravedad. Por tanto, vemos necesario que cuando
estamos danzando siempre tiene que haber un centro de basculación o un centro de
gravedad.
• Cuando nuestro centro de gravedad está en el futuro, nos vamos hacia delante.
Dejémonos ir hacia delante hasta que literalmente estemos apoyados sobre las
puntas de los dedos. Trastabillemos sin tumbar a los otros. Normalmente
estamos trastabillando hacia el futuro, estamos soñando con nuestro
futuro. Lo más grave y más peligroso ocurre cuando nos caemos hacia
atrás, porque cuando uno cae hacia delante, siempre tiene las manos para
defenderse. Además, hay mecanismos que nos permiten reconocer la
realidad como son los ojos y la perspectiva espacial. Sin embargo,
cuando caemos hacia atrás hay más peligro porque no sabemos lo que hay
detrás.
• Vamos a hacer ese ejercicio sin caernos. Veremos que es mucho más difícil. Nos
apoyamos en los talones y emprendemos el viaje hacia atrás. Esto representa la
fijación al pasado y genera un tipo de movimiento de la conciencia que es
exactamente igual. La vida es una danza entre la izquierda y la derecha, entre
adelante y atrás. Esa danza, si es armónica, genera un movimiento espiral que nos
permite crecer. Por tanto, estamos creciendo cuando esta danza se da
armónicamente. ¿Qué ocurre cuando no se produce de forma armónica?
Sencillamente, perdemos nuestro centro de gravedad, nuestro eje, la conciencia de
nosotros, nos desequilibramos y nos caemos. Sin embargo, caerse es muy
importante. No hay que temer a la caída; es más grave resistirse a ella.
• Cerramos los ojos y vamos a intentar realizar suave y conscientemente esa danza en
nuestra mente. Nos movemos hacia la izquierda, hacia la derecha, hacia delante y
hacia atrás, hasta que seamos conscientes de que estamos en una danza espiral.
Entramos al interior de esa espiral y tenemos súbitamente la conciencia de que es
una espiral de pensamientos, de emociones, de movimientos, aunque es una misma
espiral. Cuando se da en el cuerpo decimos que es el cuerpo físico el que danza,
cuando se da en las emociones decimos que es el cuerpo emocional, si se da a nivel
de los pensamientos decimos que es el cuerpo mental. Sin embargo, cuando
sentimos en la danza la integridad de todos nuestros movimientos decimos que es
nuestra persona o personalidad quien danza. Ahora bien, si sentimos en nuestro
interior al bailarín que danza, entonces decimos que es nuestro espíritu el que baila
en nosotros. Vamos a permitir que esta danza se amplifique escogiendo una pareja y
danzando en el mismo lugar como si fuéramos una unidad. (No es necesario que se
lo tomen muy a pecho).
• Con esta misma pareja vamos a aprovechar para hacer una caricatura. Es decir, uno
de ustedes se congela en la danza hacia la izquierda, y el otro se congela hacia la
derecha, uno intenta menarse hacia la izquierda y el otro hacia la derecha. De esta
forma es como se da la relación. Uno está en el hemisferio masculino en la lógica
científica y otro está en el afecto, por lo que, obviamente, podemos realizar una
bella danza. Tenemos un encuentro en todos nuestros niveles. Ahora bien, si en una
pareja uno se encuentra con el otro desde la mente y el otro lo hace desde el
corazón, a pesar de que tengan las mejores intenciones del mundo y de que sean
buenas personas suelen terminan destruyéndose, pisándose y odiándose mutuamente
porque no saben danzar en la vida ni dinámica ni armónicamente.
• Volvamos a repetir ese movimiento y pensemos en nuestras relaciones de pareja.
Primero dancemos hacia un lado y luego ensayemos al lado contrario. Uno se
inclina a hacia la izquierda y el otro hacia la derecha. Vamos alternando los dos
lados. Al ir alternando los dos lados, llega un momento en el que no hay resistencia
porque se encuentra el ritmo.

Conclusión: la clave de la conciencia es el ritmo. Con esto podríamos dar por acabado el
seminario.

Esto me recuerda el chiste del aromaterapeuta: un paciente va al aromaterapeuta y le


cuenta durante media hora sus quejas. El aromaterapeuta se dirige al armario donde están
los aromas y destapa los frasquitos cuidadosamente. Se los pasa por la nariz al paciente y
le dice que huela. El paciente inspira profundo y huele. Al cerrar los botes éste se queda
perplejo porque le parece que ha sido muy corta la terapia. Se lo hace saber al
aromaterapeuta y éste le dice que la terapia consiste en eso y que son 100 €. El paciente
saca el billete, se lo pone en la nariz y le dice: ¡huela, huela!

Recordemos, pues, que la vida es una danza. Uno realiza un tipo de movimiento, el otro
realiza otro movimiento; sin embargo, estos movimientos son complementarios si hay
ritmo. Si no hay ritmo no son complementarios. Lo importante de nuestro espacio y lugar
es el ritmo. Eso es lo que da la conciencia a nuestro espacio, a nuestro lugar. Cada uno
tenemos muchos cuerpos, muchos niveles de conciencia, muchas personalidades, las cuales,
a veces entran en conflicto entre ellas. Sin embargo, aunque sean personalidades opuestas
si encuentran su ritmo son perfectamente complementarias. Esto quiere decir que tenemos
muchas dimensiones vibracionales. Digamos que somos como una orquesta con todos sus
instrumentos y que todos ellos deben dar una nota. Esta nota tiene sentido sólo si tiene un
ritmo acorde al ritmo de toda la orquesta y, así, la vida es ritmicidad cíclica.

En la ritmicidad cíclica se expresa, primero, nuestra realización y, segundo, nuestra


creatividad. Crear es ir en resonancia con los propios ritmos. Realizarse es, simplemente,
danzar la propia música. Esta es la clave de la Psicología de la Autorrealización. Hemos
venido a bailar nuestra propia danza, a dar nuestra propia nota. Pero no hemos venido a
darla solos. Ésta es la diferencia, ya que sería muy fácil danzar solos. El problema es que
tenemos que danzar con la esposa, con el hijo, con el jefe de la empresa y también con
nuestra idea de Dios; y todas esas danzas se tienen que conciliar. Esta es la introducción al
tema. Vamos entonces a ver cómo se puede emprender la danza de la vida desde una nueva
dimensión de la Psicología. Por tanto, nuestro punto de partida es que La Psicología es la
ciencia del alma.
PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 2º

La Psicología es la ciencia del alma, no es la ciencia de la conducta. La


conducta es uno de tantos movimientos del alma, pero la conducta no
es el alma sino su expresión externa. El alma es la cualidad de la vida,
el colorido de la misma y el mínimo común denominador de la
existencia. Es la chispa que salta de la interacción entre el espíritu y la
materia, de tal manera que el alma no se conoce sino que se reconoce.

2.-PSICOLOGIA COMO CIENCIA DEL ALMA

La Psicología es la ciencia del alma, no es la ciencia de la conducta. La conducta es uno de


tantos movimientos del alma, pero la conducta no es el alma sino su expresión externa. El
alma es la cualidad de la vida, el colorido de la misma y el mínimo común denominador de
la existencia. Es la chispa que salta de la interacción entre el espíritu y la materia, de tal
manera que el alma no se conoce sino que se reconoce.

Por tanto, Psicología en esta dimensión no es la ciencia del conocimiento de sí, sino la
ciencia del reconocimiento de cada uno. Este reconocimiento significa que cada uno existe,
no nos tenemos que crear, sino que hemos de recrearnos. En este recrearse aparece la
genuina creatividad.

Estamos hablando de una ciencia de reconocimiento. Cada uno ha de mirarse, reflexionar,


llevar la luz al interior y reconocerse. Consiste en reconocernos interiormente. “Yo te miro
y me reconozco, tú me miras y te reconoces”. De este modo, toda relación es un
instrumento de reconocimiento. El reconocimiento es la ciencia del alma. Pero, mirémoslo
en otra dimensión, Dios se mira en su creación y se reconoce. A ese reconocimiento le
llamamos alma o lo llamamos conciencia. Lo podemos llamar el Hijo o lo podemos llamar
el amor. Éste surge cuando hay reconocimiento entre el padre y la madre. La madre es una
sombra del padre, digamos que ella está hecha de padre. La materia está hecha de espíritu.
Si la materia es una reflexión del espíritu, cuando el espíritu se mira en su propia creación,
reconoce su esencia, su conciencia y a esa conciencia le llamamos el alma. A modo de
ejemplo se podría decir que nos miramos en el espejo y tenemos conciencia de una
imagen que aparece. Es tomar conciencia de que existimos porque el espejo nos refleja.
Así, quizá podamos entender mejor que llamamos alma a la cualidad de la vida, a la
conciencia producto de la interacción entre el espíritu y la materia. En el caso del hombre
es producto de la interacción entre su espíritu y su personalidad, porque la personalidad es
materia; es material, aunque la llamemos mental, emocional y física. Así entendida, la
personalidad es material.

Una vez que sabemos que la Psicología es la ciencia del alma y que el alma es conciencia,
vamos a dedicarnos en todo este seminario a abordar el crecimiento y la realización desde
el punto de vista de la conciencia. Para ello vamos a retomar nuestros términos hablando de
la Psicología de la Autorrealización.
PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 3.1

Realizar es dar a luz, es parir y revelar el diseño oculto que


esconde nuestra vida. Es revelar la cualidad y el propósito de la
misma, ir más allá de la apariencia y entender que detrás de
nuestros ojos, de nuestro cuerpo y de nuestro genoma existen
una cualidad y un propósito.

3.-PSICOLOGÍA DE LA AUTORREALIZACIÓN

¿Qué es realizar?

Realizar es exteriorizar en concordancia con la realidad, izar la bandera de la realidad.


Nosotros nos realizamos cuando hacemos de nuestra vida algo real. Cuando la
exteriorizamos proyectándonos efectivamente a la realidad. Proyectar es dirigirse al mundo
de lo real. Ahora bien, ¿qué es el mundo de lo real? ¿Dónde comienza el mundo de lo real?
¿Lo virtual es real? ¿Lo implícito es real? ¿Lo subjetivo es real? En todo esto existe una
gran confusión. Por tanto la realización necesita una definición del concepto de la realidad
y un cambio de nuestro concepto de realidad, de nuestra misma dimensión de la realidad.
Nosotros creemos que la realidad es real si es concreta, pero lo cierto es que la mayor
realidad entre las realidades que hay en el mundo, es una realidad abstracta. Este edificio en
el que nos encontramos es una realidad, pero su plano, ¿es una realidad? Y el plan del
arquitecto que elaboró el plano, ¿también es real? Y la intención de la que lo hicieron
¿también es real? De esta manera empezamos a ver que la realidad tiene múltiples capas y
no solamente es lo visible. Lo más importante de la realidad es lo que no vemos. Es la
realidad invisible la más real de las realidades, porque es aquello que sustenta toda realidad.
Ese es el orden implícito. Detrás de toda aquella realidad aparente hay una realidad causal,
más real, una realidad virtual que operativamente ha creado la emergencia de todo esto que
estamos viendo. Es en esta realidad en la que nosotros vamos a poner mayor atención.

Empecemos entonces con el mundo de la realización diciendo que consiste en quitar los
obstáculos a la expresión del ser, porque en nosotros el ser es real. Que respiremos eso es
una manifestación de que nuestro ser es real, de que nuestro ser existe. Pensamos, sentimos,
luego existimos. La existencia es una manifestación de la realidad del ser, sin embargo no
es algo metafísico, es algo que se manifiesta en la respiración, en el movimiento, y esto
significa que la existencia se expresa a través del movimiento y que la vida se expresa
como movimiento. Por lo tanto, si hay movimiento hay vida.

Esta idea significa que el pensamiento también es un movimiento. De tal manera que
podemos tener movimientos internos invisibles y movimientos externos, los cuales generan
oleajes afuera. Todo lo que hacemos, inicialmente, fue el movimiento de un pensamiento.
Este pensamiento se volvió el oleaje de una vida, de las palabras, de los sueños, del
matrimonio y de los hijos; pero en última instancia ese oleaje fue una intención, un
pensamiento, fue algo invisible que dejó sus huellas en el espacio, las huellas en el cuerpo
y en la fisiología, luego todo es movimiento. La vida es movimiento y éste se expresa
existencialmente. La vida se convierte en existencia y la existencia es ese movimiento vital
que va generando las huellas en mi cuerpo, en mis relaciones, en todo.

De este modo, vamos definiendo otros términos. Por ejemplo, realizarse es existir, es
manifestar el ser. El ser se manifiesta a través del movimiento. Ahora bien, realizarse es
manifestar un movimiento armónico del ser. Si el movimiento no es armónico lo que
conseguimos es una caricatura de ser o una caricatura del ser, por lo que perdemos nuestro
centro, nuestro equilibrio y nuestro eje de gravedad.

Para realizarse es necesario reconocer lo que es real. Y lo que es real ya existe, ya es en


nosotros. No hay que crear una nueva realidad. Esa realidad ya está dentro de nosotros.
Todo el potencial y toda la evolución están dentro de nosotros.

¿Cómo revelar todo ese potencial infinito?


Supongamos que tenemos el negativo de una fotografía, pero no conocemos esa fotografía.
Necesitamos revelarla. Tenemos una impresión del espíritu, la impresión del alma que está
dentro de nosotros. Se trata de revelar, de dar a luz. Por tanto, realizar es dar a luz, es parir
y revelar el diseño oculto que esconde nuestra vida. Es revelar la cualidad y el propósito de
la misma, ir más allá de la apariencia y entender que detrás de nuestros ojos, de nuestro
cuerpo y de nuestro genoma existen una cualidad y un propósito. Todo esto es realizar, que
no es sino una revelación interna. No ocurre fuera, sino dentro de mi corazón. Nos estamos
revelando a nosotros mismos en aquello que realizamos. Se entiende, por tanto, que la
realización no se da porque alcanzo una meta externa, sino porque realizo una potencialidad
interna, la cual veo más adelante en el tiempo como la consecución de una meta externa.
Ahora bien, eso ya estaba dentro de mí. Estaba en el propósito de mi evolución.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 3.2

Cuando nos confundimos con el cuerpo, pensar en la muerte es una


catástrofe. La vida utiliza el cuerpo, la vida habita en el cuerpo, pero la vida no es el
cuerpo. Esta confusión, que genera el terrible temor a la muerte, es la enfermedad más
grande en nuestra cultura.

¿Cuáles son los obstáculos de la realización?

Los obstáculos de la realización son aquellos que impiden el reconocimiento del ser. El
reconocimiento es un asunto del alma. Los obstáculos para la realización son también
aquellos que nos impiden el contacto con el alma, los que velan la visión de la misma, los
que impiden sentir que somos un alma y que tenemos un propósito y una cualidad interior.
¿Qué es lo que vela la consecución de ese propósito y esa cualidad interior? El mundo de la
ilusión o mundo del espejismo. Es el mundo de la confusión, aquello que nos impide ver
con claridad. Como ya hemos indicado, la realización es un asunto de visión, y la visión es
una cuestión de claridad. Si la visión se oscurece, no hay claridad y, por tanto, hay
confusión. Si hay confusión no es visible la realidad y si la realidad no es visible no hay
realización.

Una obstáculo para la realización es, pues, la confusión.

La confusión se presenta en tres planos:

• Confusión en el plano físico (cuerpo físico): es la confusión en el plano denso. Esta


confusión nos lleva a creer que somos el cuerpo. Cuando creemos que somos el cuerpo y
nos ocurren cosas tales como: pérdida de la salud física, de la juventud, de la armonía
corporal, aparición de arrugas, etc, nos sentimos confundidos porque creemos que nuestro
ser no está bien. Sin embargo, nuestro cuerpo no es el ser. Cuando nos confundimos con el
cuerpo, pensar en la muerte es una catástrofe. La vida utiliza el cuerpo, la vida habita en el
cuerpo, pero la vida no es el cuerpo. Esta confusión, que genera el terrible temor a la
muerte, es la enfermedad más grande en nuestra cultura.

• La segunda confusión tiene que ver con el placer de vivir (cuerpo astral): ¿Vivimos
para el placer o utilizamos el placer para la vida? Esta es la pregunta clave para entender
esta confusión. Muchas de estas confusiones se resuelven preguntándonos si un
determinado placer me da más integridad y felicidad, o no. Cuando es un tipo de placer
que me aporta más integridad y felicidad, me conduce a la vida; en cambio, si es un placer
que no se integra, por muy placentero que sea, conduce a la muerte. ¿Qué estamos
haciendo? ¿Utilizamos el cuerpo para vivir o utilizamos la vida para el cuerpo?

Todo aquello que se consagre a la vida es lícito desde el punto de vista evolutivo,
integrador, sano y disipa la confusión. En cambio, todo aquello que lleva tener que
consagrar la vida no es lícito desde el punto de vista evolutivo, porque realmente se está
sacrificando el espíritu, lo más bello, lo permanente en ti en pos de lo impermanente, de lo
que es parte del mundo de la ilusión.

• La tercera confusión es la del poder (cuerpo mental).

Esta confusión se da en relación con el cuerpo mental. La pregunta que nos podríamos
formular ahora es: ¿Vivo para el poder o utilizo el poder para vivir? Se trata, más bien, del
poder de vivir. Somos poderosos cuando consagramos existencialmente todos nuestros
potenciales a la vida.

Esas tres confusiones de las que estamos hablando se dan en tres planos: contacto,
impresión y relación.

Veamos estos tres planos con más detalle.


PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 4.1

El movimiento de impresión nos prepara para sentir la voz del alma, en


nosotros y en los demás. Imprime el diseño, el plan y el arquetipo o la
idea o propósito de un sistema. Es lo que se imprime en nosotros.

4.-LOS TRES MOVIMIENTOS DE LA REALIZACIÓN:

Contacto, Impresión y Relación

Como ya se ha indicado, la Realización implica esos tres movimientos:

El movimiento de contacto nos prepara para reconocer en nosotros la vida. Es un


movimiento de reconocimiento. Sin contacto no hay posibilidad de realización.

El movimiento de impresión nos prepara para sentir la voz del alma, en nosotros y en
los demás. Imprime el diseño, el plan y el arquetipo o la idea o propósito de un sistema. Es
lo que se imprime en nosotros.

El movimiento de relación nos permite aplicar aquello que está impreso en nosotros.
Nos relacionamos desde lo que llevamos impreso dentro. Por tanto, si no tuviéramos
impresiones no podríamos tener relaciones. A su vez, nuestras impresiones dependerán de
la calidad de nuestros contactos.

De tal manera que los tres movimientos: contacto, impresión y relación, corresponden a la
clarificación de los tres mundos: físico, astral y mental. Veámoslos uno a uno.

a) Se supera la confusión con el mundo físico cuando el contacto no es con el cuerpo


sino con la vida.

Utilizamos el cuerpo para contactar con la vida del otro. Utilizamos las manos para
contactar con los dedos o con la piel del otro. Por tanto, los dedos y la piel son las antenas
de nuestra vida. Si observamos bien, cuando damos la mano a alguien para saludarlo, no
nos concentramos en sus dedos, sus uñas o en su sudor. Nos concentramos en sentir a la
otra persona y así sentimos la vida. Mismamente, al mirar al otro, no miramos sus pupilas,
vuelve a ser un contacto para reconocer la vida, para integrarla y para entrar en resonancia
con ella. Para esto sirve el contacto.

¿Qué ocurre cuando tenemos un contacto sexual? En este tipo de contacto reconocemos la
vida de uno en la del otro, todo nuestro ser vibra, también nuestro corazón y esto nos puede
llevar a un abandono tal en el que podemos formar un nuevo ser (sentirnos uno), o puede
quedarse, simplemente, en un contacto genital. Cuando lo que se da es un contacto genital,
por bello que sea, aparentemente, es destructivo, ya que genera dependencia. Sin embargo,
si es un contacto desde el ser, esa genitalidad esta regida por el centro de gravedad del
mismo. Para entender qué es el centro de gravedad del ser, hemos de pensar que la
perspectiva física se sitúa en el corazón y la perspectiva etérea en el chacra cardíaco.

Una persona puede mantener un contacto con otra, siendo este contacto agente de la vida;
por lo tanto, es un contacto que disipa la ilusión del cuerpo. Todos tenemos un cuerpo, pero
no lo vemos. A través del cuerpo del otro reconocemos su vida y entramos en contacto con
su vida. Al establecer este contacto con la vida del otro, se produce una impresión que es
más que el contacto de las manos o que el contacto sexual. Es un verdadero contacto
interior. Este contacto, que no es ya de piel, es un contacto para la vida, profundamente
interior y desarrolla un segundo movimiento.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 4.2

Los contactos sin impresión son vacíos, y es la sensación de


vacío la que conduce a la dependencia. Esta dependencia se
manifiesta a través del egoísmo y de la egolatría.

b) El mundo emocional sale de la confusión cuando la impresión abarca a todo el ser.

Al contacto interior que abarca todo el ser le llamamos impresión.

Cuando alguien está en nosotros, no está en nuestra mente, ni en nuestro intelecto, ni en


nuestros ojos como si fueran una cámara fotográfica. Este alguien está vivo en todo nuestro
ser, por tanto, crea un oleaje dentro de nuestro ser que perturba positivamente nuestro
océano porque genera una danza. Es en este momento cuando interviene el alma; ya somos
un alma. Esto ocurre cada día en la vida, por ejemplo cuando nos despedimos de un hijo y
en esa despedida— como si fuera la última despedida—, él se va con nosotros y nosotros
con él en ese abrazo. Esto produce una impresión que hace que, aunque nuestro hijo esté
en la escuela y falten dos meses para las vacaciones, él viva en nuestro corazón. Es algo
profundamente interior que logra que no sintamos un vacío por nuestro hijo, aunque no
esté con nosotros.

Si no tenemos contacto desde la vida sino desde el cuerpo, si no tenemos contacto desde el
sentido sino desde los sentidos, entonces nos quedamos vacíos. Los contactos sin
impresión son vacíos, y es la sensación de vacío la que conduce a la dependencia. Esta
dependencia se manifiesta a través del egoísmo y de la egolatría. El egoísmo y la egolatría
son un exceso de ego. Cuando no hay ego, aún no se ha construido el yo. En este caso la
relación me lleva a pretender quererlo todo y poseerlo todo. Un niño quiere poseerlo todo,
no porque tenga mucho ego, sino porque todavía no tiene ego; piensa que el mundo es de
él.
Se piensa que el mundo es de uno y para uno cuando no se ha construido todavía el ego. Es
la primera parte de la construcción de la persona o la personalidad, diferenciarnos del
mundo, saber que el mundo es amplio, pero también que ese mundo no somos nosotros.
Nosotros tenemos que construir un territorio interior. Esta es la importancia de la
impresión.

Vamos a hacer un pequeño ejercicio de imaginería.

Ejercicio: la mano, prolongación del corazón.

• Nos colocamos frente a alguien y le damos la mano. Pesamos en su mano y la


sentimos.
• Después, le damos otra vez la mano y pensamos que nuestra mano es la
prolongación de nuestro corazón.
• Sentimos la diferencia de los dos movimientos: el primero el movimiento de
contacto exterior, pero para que se dé el segundo se ha desarrollar un pensamiento
de forma implícita. Entramos en contacto desde nuestra con la vida del otro. Esto se
expresa como un contacto de corazón o desde el corazón.

Vamos a hacer ese ejercicio durante dos minutos.

Ejercicio: el abrazo integrador

Vamos a hacer otro ritual, el del abrazo.

• Nos ponemos de pie y nos abrazamos como cuando nos vemos por ahí. Nos
saludamos y nos abrazamos. Este es el abrazo cultural, ruidoso, el de moda que uno
termina haciendo. Es un ritual exterior, no es un contacto para la vida, es
desintegrador. Desde que nos eparamos de este abrazo el otro ya no está con
nosotros, tal vez estemos más lejanos que antes, aunque nos hayamos
abrazado. Quizá hubiera sido mejor que no nos hubiéramos abrazado porque ese
abrazo nos aleja. Hay abrazos que alejan terriblemente.
• Ahora, vamos a hacerlo diferente. Lo hacemos en silencio desde nuestro corazón.
Nos centramos en el corazón y sentimos al otro en el corazón. Sentimos que el otro
nos siente en su corazón. En ese abrazo, a pesar de sea el cuerpo el que abraza,
hacemos abstracción del cuerpo y nos centramos en la impresión, de tal manera
que, después del abrazo cada uno quede lleno del otro. Es entonces cuando
podemos relacionarnos sin resistencia.
• Ahora nos separamos y nos podemos mirar a los ojos. Inmediatamente alumbra una
sonrisa, se enciende la ternura, y podemos reconocer la ternura en los ojos del otro.
Es algo mágico por hay ternura en los ojos.
En el primer abrazo hemos sacado todas nuestras resistencias, nuestras prevenciones,
nuestras críticas y nuestras corazas. Es así que la relación no se va a poder expresar
integralmente, va a haber una discusión no armónica entre los distintos niveles del ser.

En el segundo silenciosamente nos abrazamos, estamos en el corazón del otro, lo sentimos


en nuestro corazón, abrazamos de corazón, desde el corazón sentimos al otro.

Cuando lo podemos vivir así somos magos esa es la magia de la vida y es la magia de la
relación. Nos abandonamos, ya no pensamos en si somos grandes, pequeños, negros,
blancos, si nos echamos el perfume adecuado, si somos dignos o no; sino que se rompen
todas las barreras, se rompen todas las fronteras, nos infiltramos por debajo de todas las
barreras culturales, raciales, todas nuestras creencias, nos infiltramos más allá de nuestro
pasado, nuestro futuro, del debería ser que se impone en nuestras relaciones, de la
programación que obstaculiza llena de ruido nuestras relaciones, y ocurre un momento
mágico, un momento que es puro presente. Este presente es la presencia de Dios en
nosotros o del espíritu en nosotros o del alma en nosotros.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 4.3

Si nuestra verdad mueve nuestra vida desde adentro, es una verdad


transformadora. Una verdad no es lo que se puede repetir
indefinidamente, sino que es lo que puede cobrar vida a cada instante
en nuestro corazón.

c) La aplicación de la impresión a través de la relación.

Es posible vivir existencialmente la existencia del alma, la manifestación del alma. Lo


único que se necesita para ello es estar en el centro, no perder el centro. Como ya hemos
dicho, el centro de gravedad es el corazón; por tanto, entramos en contacto de corazón,
abrazamos de corazón y nos relacionamos de corazón. El corazón es el fuego que disipa la
niebla, el agente de la claridad, el que arde en los ojos como una nueva visión.

En el ejercicio anterior, a muchos les han ardido los ojos, muchos han llorado y los ojos se
les han humedecido. El calor húmedo es la evidencia la semilla del amor que germina. La
semilla del amor necesita calor. Si nuestros ojos tienen ternura, tienen calor, tienen
humedad en ese momento fecunda y germina la semilla del amor. Florece en los labios, en
el abrazo, en la relación y así, simplemente, disipamos el mundo de la ilusión. La ilusión es
la sombra que se disipa con la luz que surge de un corazón amoroso.
El corazón es el símbolo del fuego en nosotros, y el fuego tiene dos propiedades: la luz y el
calor. A este fuego le llamamos amor-sabiduría. El amor es calor y la sabiduría es la luz.
Para establecer una relación adecuada basta con que nosotros encendamos un fuego
interior, ya que al encenderlo el contacto, la impresión y la relación nos van a llevar a la
realización. Establecer la realización es izar el arco iris del ser, porque el ser no es ni rojo
ni verde, ni azul ni amarillo. El ser es un arco iris. Ese arco iris está hecho de flexibilidad,
de humildad, de tolerancia, de apertura, es decir, la apertura amorosa. Realización no es
cerrarse y fortalecerse. Se trata de abrirse, de ser vulnerable, abrirse a la vida, abrirse al
abrazo y abrirse a la relación.

Repasemos todos estos movimientos: movimiento de contacto, relacionado con nuestro


cuerpo físico-etérico inicialmente; y movimiento de impresión, las impresiones
emocionales o astrales.

Cuando realizamos un movimiento de contacto podemos decir que contactamos desde las
manos, desde los ojos, etc. Sin embargo, el movimiento de impresión incluye la totalidad
del ser. Viene la luz y la imprime en todas mis células, en todo mi ser.

El movimiento de impresión concierne a mi cuerpo astral o emocional, mi cuerpo de


emociones o mi campo de emociones, que es mi campo más sensible. Este es el más
perfecto de los instrumentos de relación que todos nosotros tenemos; el más perfecto y el
más total. También es el más maltratado y el más desconocido. En el se originan buena
parte de nuestros conflictos y de nuestras enfermedades.

Una relación correcta es dirigida por la mente. Ahora bien, de pronto establecemos una
relación que puede ser más o menos concreta, difusa o abstracta. Podemos equiparar
nuestro vehículo de relación a una carroza que es tirada por unos caballos. Estos caballos
son los que nos dan la impresión, la fuerza de nuestro vehículo. Los caballos, a su vez, han
de ser conducidos en la dirección correcta por un jinete. Por tanto, relacionarse realizándose
es apuntar en la dirección correcta. No hay sino una dirección correcta en cada momento.
Apuntar en la dirección correcta significa optar y optar es hacer uso de la libertad. Es
expresando la libertad como nosotros somos humanos.

Nos encarnamos cuando nos implicamos. Inicialmente el contacto se hace desde el exterior,
pues cuando contactamos con el mundo tratamos de explicárnoslo. El mundo explicado es
el mundo externo, el mundo de las apariencias. Aunque nosotros entendamos este mundo
con el intelecto, sigue siendo el mundo externo. Pero, si este mundo que nos explicamos
nos implica, empieza a ocurrir algo mágico, es decir, nos confundimos con la corriente del
mundo. Ya no estamos observando la corriente, sino que nos hemos lanzado a la corriente
y hemos profundizado en la corriente de la vida. Cuando ese mundo nos implica
profundamente, entonces de ello se deriva cómo aplico esa implicación a la vida; por tanto,
me aplico, tengo una conducta. Tener una conducta es aplicarse a realizar algo, una tarea.

¿Qué ocurre en general en la vida? Que lo que nosotros hemos aplicado no nos ha
implicado aunque nos lo hemos explicado, por lo que hacemos un cortocircuito entre la
explicación y la aplicación. Esto ocurre cuando vamos a la universidad y nos explican
cosas; las aprendemos de memoria, superamos los exámenes, colgamos el diploma y,
empezamos a ver pacientes. Entonces, tratamos de aplicar eso que para nosotros es orden
explícito, lo que nos explicaron; pero como nunca lo hemos vivido, no hemos podido
profundizar en ello, no lo hemos podido encarnar.

El alma encarna, pero no cuando el óvulo y el espermatozoide se juntan. Encarna cuando


comprendemos, es decir, el alma encarna permanentemente hasta el momento en que
morimos. El alma es comprensión que se hace carne y sangre en nuestra vida. De tal
manera, nos estamos encarnando cuando nos estamos implicando. No estamos implicando
cuando estamos penetrando en el mundo de las profundidades, que no es otra cosa que el
mundo de los significados, el mundo de lo que tiene sentido. Hay muchas cosas que nos
explicamos cuando tienen sentido para nosotros. Tienen un sentido lógico porque estamos
hablando de un sentido más profundo, de un sentido existencial. Lo que tiene un sentido
existencial nos implica. Allí está el alma y allí está nuestro poder. El poder de realizarnos.
No se trata de hacer un curso de fin de semana para aprender a manejar nuestra mente y
así, controlar y dominar a los demás. Nuestro poder viene de la capacidad de implicarnos,
es decir, de la capacidad de vivirlo en carne propia, de sentirlo en lo más hondo, de
incorporarlo desde la totalidad.

Hagamos un ejercicio sencillo: ¿Qué enseñanzas aplicamos en nuestra vida? Apuntemos es


pregunta. Todos nosotros tenemos algunas enseñanzas que aprendimos y aplicamos. Unas
técnicas, unas religiosas, otras culturales, pero todos aprendimos algo que tratamos de
aplicar. Repito, ¿qué enseñanzas aplicamos en nuestra vida o tratamos de llevar a nuestra
vida, a nuestra práctica cotidiana? Por ejemplo pensemos en la frase: “haz el bien sin mirar
a quien” En su día, alguien nos dijo eso y tratamos de aplicarlo en la vida, de llevarlo a la
vida cotidiana. Alguien nos dijo: “honra a tu padre y a tu madre” y entonces intentamos
llevarlo a la vida cotidiana. Llamamos al padre y a la madre cada ocho días, les llevamos el
regalito el día del padre y de la madre, y nos sentimos culpables si no lo hacemos.
Obviamente es algo que tenemos como buena enseñanza. Pero también alguien nos explicó
una fórmula matemática que aplicamos en nuestra profesión de ingenieros. Obviamente hay
muchos ingenieros que saben la misma fórmula, la diferencia es que el 90% no tienen éxito
y el 10% que aplican la fórmula tienen éxito. ¿Cuál es la diferencia que hace la diferencia
entre los dos? Los médicos aprendimos lo mismo. La anatomía es la misma, la fisiología es
igual, las fórmulas, por lo general, son miligramos por kilo de peso. Si fuéramos médicos
clásicos no haríamos sino aplicar una calculadora. Se trataría de calcular la superficie
corporal del paciente y así se sabría cuánto potasio o magnesio necesitaba, cuánto se le
debía hidratar, hasta dónde debería ir, qué cantidad de medicamento se le daba, etc. Sin
embargo, yendo a otro médico nos podemos encontrar una gran diferencia. ¿Dónde está la
diferencia? ¿Qué marca la diferencia?

Ahora nos preguntamos: ¿qué movimiento hay entre lo que recibimos, lo que aprendemos,
lo que nos logramos explicar o aquello que realmente nos implica? Hagamos de nuevo la
pregunta. Esas enseñanzas ¿nos han implicado? ¿Las hemos hecho interiores alguna vez?
¿Las hemos sentido? ¿Las hemos encarnado?

Lo que no se ha encarnado nos hace incoherentes, aunque sea correcto. No basta la verdad
externa. Es necesaria la certeza. La verdad es totalmente diferente de la certeza porque la
certeza es una verdad propia, interior, encarnada, que transforma nuestra vida.
Nos deberíamos preguntar si lo que nos explicamos, si la enseñanza que hemos recibido ha
transformado nuestra vida. Supongamos que nos enseñaron una técnica de meditación hace
veinte años, ¿ha transformado nuestra vida? Si la ha transformado, si ha transformado la
calidad de nuestras relaciones, esa enseñanza es correcta. Por tanto, la más bella de las
enseñanzas, si no es correcta no transforma. Así, vemos que verdad en términos humanos es
lo que se puede hacer vivo. La verdad en términos humanos es existencial, mueve la vida
desde adentro. Si nuestra verdad mueve nuestra vida desde adentro, es una verdad
transformadora. Una verdad no es lo que se puede repetir indefinidamente, sino que es lo
que puede cobrar vida a cada instante en nuestro corazón. Si nuevamente es una nueva
verdad viva en nuestro corazón, cada vez que estemos en contacto con ella estará impresa
en todo nuestro ser y en nuestro campo emocional. De esto se deduce que esa verdad ha de
ser combustible de vida.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 5

Verdad, en términos de autorrealización, es aquello de lo que podemos dar testimonio.


De esta forma tiene sentido, es profundo e intenso y en ello se nos va la vida.

5.- VERDAD Y CERTEZA

Tenemos dos tipos de verdades:

• Verdades externas que se vuelven pesos y que son obstáculos aunque sean ciertas.

• Verdades internas que se vuelven el combustible y el motor de la vida. Son siempre


plataformas de lanzamiento de la vida, porque son certezas. Que nuestra verdad se
convierta en certeza porque la certeza es la verdad del ser. Esa verdad relativa que vivimos
es subjetiva; es cierta, pero también puede ser objetiva si la incorporamos. Que la verdad se
convierta en certeza, que la podamos vivir. Verdad, en términos de autorrealización, es
aquello de lo que podemos dar testimonio. De esta forma tiene sentido, es profundo e
intenso y en ello se nos va la vida. Veamos un ejemplo: si un cirujano es testimonio vivo de
su cirugía, del servicio que realiza y de su ciencia, se debe a que la ha incorporado no solo
en su inteligencia, sino en su corazón. Cuando este cirujano opera a un paciente le va
mucho mejor que aquel que solamente lo ha explicado. Aplica la técnica, pero no se ha
implicado porque no está operando a un ser humano, sino que está operando un corazón o
un bazo o un páncreas. Nosotros somos cirujanos de la vida y cuando operamos con
personas humanas y nos implicamos, independientemente de que lo que hagamos sea
técnico, eso se llena de sentido. Ahí encontramos nuestra profundidad. Por tanto, lo
importante no es explicarnos, lo importante no es la aplicación, lo importante es la
implicación. Si nos implicamos, lo explicado tiene sentido y lo aplicado tiene profundidad,
tiene raíz y tiene poder. La clave del éxito no es una técnica exterior, es la capacidad de
implicarse profundamente y esa implicación solamente es posible en el corazón. Hagamos
lo que hagamos, que sea de corazón. Si actuamos desde el corazón tendremos una correcta
impresión. Si obtenemos una correcta impresión, nos implicamos, e implicándonos la
aplicación ha de ser correcta. ¿Por qué no puede ser incorrecta? Sencillamente, porque
tiene la guía de ese maestro interior, ese sabio interior que en nosotros es el corazón.

Pasemos ahora a verlo en la vida cotidiana, ya que en ella las cosas no son así.

Nosotros en la vida cotidiana no decimos: nos estamos explicando bien, nos estamos
implicando, luego será que nuestra aplicación es correcta. La vida no da tregua. En la vida
cotidiana nos estamos explicando, implicando y aplicando simultáneamente,
sincrónicamente, al mismo tiempo. Tratamos de entender este orden empaquetado de la
vida, estirarlo y verlo como en una secuencia lógica, pero la vida no ocurre en secuencias
lógicas. Toda la vida está en un paquete. Y ¿dónde encontramos ese paquete? En la acción.
“Por sus hechos los conoceréis”. Al ser se le conoce por sus acciones o por sus hechos. Así
mismo, los hechos son el punto de salida de una caja negra que no conocemos, que es el
ser. El ser produce un punto de salida o tiene una información de salida y a través de la
información de salida, si la analizamos podemos predecir la información de entrada. Si
pudiéramos conocer las dos informaciones (como cualquier buen informático), entonces
podríamos predecir el proceso.

Ahora bien, ¿qué es lo que realmente importa en este proceso? Lo que está pasando dentro
de nosotros. Hacemos cosas, pero esas cosas vienen de algo que está dentro de nosotros.
Para realizarlas y poderlas procesar, anteriormente hemos tenido acceso a una información
o a una fuente de energía. Veamos un ejemplo: una persona tiene tres días de diarrea, lo
cual le produce un efecto. Yo sé que hay un trastorno gástrico-intestinal, que no se está
produciendo la absorción. Además, me entero de que se ha intoxicado con mariscos. Como
médico veo todo el proceso: hay un ingreso (los mariscos), un procesamiento en el interior,
(la forma como se esta procesando, absorbiendo la información), y también hay una salida
(en el tracto digestivo pueden ser estreñimiento o diarrea). Si la persona tiene estreñimiento
sus ritmos intestinales están por debajo de lo normal. Si tiene diarrea, están por encima de
lo normal. La vida se manifiesta en códigos rítmicos. Si se tiene taquicardia el corazón está
acelerado y con bradicardia está por debajo del ritmo normal del corazón. También ocurre
que si se está muy alegre el ritmo está exaltado, y en depresión el ritmo es bajito. De tal
manera que, en nuestra interacción con la vida, en nuestra acción, se está reflejando
nuestro ritmo. Y esa cualidad rítmica depende de un procesamiento interior que a su vez
depende de unos ingresos. Tenemos ingresos, trasformaciones energéticas e ingresos
energéticos que nosotros podemos descubrir.
PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 6

Los actos que provienen de las correctas actitudes, que son hijos de actitudes interiores,
nacen de una vocación. La vocación es una dirección interior, un propósito interior, una
consagración interior. Cuando nace de la actitud consagrada interiormente en una
dirección, entonces a ese acto lo vamos a llamar un acto puro.

6.-LOS ACTOS. El acto puro.

Veamos cómo son nuestros actos. ¿Qué hacemos? ¿Cómo lo hacemos? ¿Cuáles son los
resultados? Todo lo que hacemos produce resultados y también consecuencias. Vamos a ver
esto a través de un ejemplo: tenemos hijos y nos relacionamos con ellos. Pensemos un
momento en cuáles son los resultados de estas relaciones con los hijos. En el
comportamiento de nuestros hijos podemos ver, en parte, el resultado de cómo nos
relacionamos con ellos. Trabajamos con alumnos y ellos aprueban o suspenden los
exámenes, son más o menos brillantes. La calidad de nuestras relaciones está siendo
expresada en el comportamiento y en los resultados de los alumnos. Así mismo, tenemos
una relación con la economía, con el trabajo y con el mundo. Así que, en la vida hay hechos
y hay resultados. Los resultados son producto de acciones y esas acciones son nuestros
actos. ¿De dónde vienen nuestros actos? Vienen de nuestras actitudes. Éstas vienen del
interior de nuestro ser. Los actos son nuestras obras, las cuales están indicando la manera
que tenemos de interactuar con el mundo, de desarrollarnos y de realizarnos.

¿Cómo son nuestros actos y de dónde vienen? ¿De qué actitudes y aptitudes provienen
estos actos? Todo lo que hacemos lo realizamos desde nuestras aptitudes y nuestras
actitudes. Las aptitudes son el orden externo y las actitudes son el patrón ordenante
interior frente a la vida. Obviamente, de todo ello depende nuestra realización.

Ahora podríamos preguntarnos cómo son nuestros actos, cómo se relacionan nuestros actos
con nuestras actitudes y nuestras aptitudes, Hagámonos estas preguntas unos instantes.

En respuesta a estas preguntas encontramos que existen dos tipos de actos:

• Actos no productivos: Actos que reflejan una exteriorización disarmónica, que no


corresponden a lo que somos, no corresponden al ser. En este tipo de actos nos
repetimos y, generalmente, no son efectivos.

• Actos productivos: Estos son efectivos y transformadores. Son una continuidad


y una prolongación del ser, de las raíces del ser. En estos actos somos
coherentes, expresamos nuestra coherencia.
En el primer tipo de actos, nuevamente estamos en la explicación que se aplica sin
implicación. Estos actos vienen de nuestras aptitudes. Son las capacidades aprendidas, pero
están disociadas de nuestras actitudes, corresponden a una acción sin vocación.

Los actos que provienen de las correctas actitudes, que son hijos de actitudes interiores,
nacen de una vocación. La vocación es una dirección interior, un propósito interior, una
consagración interior. Cuando nace de la actitud consagrada interiormente en una dirección,
entonces a ese acto lo vamos a llamar un acto puro. No es un acto puro en el sentido
religioso, en el sentido de actos buenos y malos o pecaminosos, sino el sentido de que no
está contaminado, carece de ruido. Es un acto fluido y sin ruido, un acto que nace del ser.
Los actos puros son actos en los que el ser no se ha disociado en sus distintos elementos o
en sus distintas dimensiones. ¿A través de que distintas dimensiones actúa el ser?:

1. pensar
2. sentir
3. el acto mismo; actuar

Es decir, el Ser no se disocia en el pensar, sentir y actuar. Normalmente la disociación entre


las aptitudes y las actitudes viene de una disociación entre pensar y sentir. Esta disociación
crea una esquizofrenia existencial que nos impide la realización y la felicidad.
Frecuentemente vemos o tenemos actitudes que corresponden al territorio del pensar y se
expresa a través de un acto. En esto está basada nuestra educación y nuestra formación
profesional. En nuestra sociedad somos aptos para hacer algo porque lo conocemos,
aunque no lo comprendamos. Nos dan el certificado porque pasamos unos exámenes de
conocimientos. Conocer, conocemos, pero realmente no lo comprendemos; sin embargo,
podemos repetir esos actos profesionales.

El sentir es aquello que a nosotros nos incorpora, primero, a las impresiones y, segundo, a
la totalidad. Es la fuente de nuestras actitudes. Así pues, un acto puro es el que involucra
armónicamente el pensar y el sentir. Un acto incoherente incluye, generalmente, lo uno o lo
otro, pero no los involucra simultáneamente. Es por esto que se vuelve disarmónico.

Hay actos que surgen de las aptitudes, del pensar que pueden ser correctos, pero no tienen
efecto sobre la vida; son inefectivos.

Hay actos que surgen de la emociones y por surgir del mundo de las emociones son actos
ciegos. Frecuentemente, no sólo son inefectivos, sino que pueden resultar desastrosos y
catastróficos. De este modo, podemos ver que el pensamiento genera un patrón de
ordenamiento, pero es el sentimiento el que genera la fuerza del pensamiento. Digamos que
el pensamiento es el esqueleto, pero con el sentimiento tenemos carne y sangre que lo pone
en movimiento, le da la vitalidad. Los pensamientos sin sentimientos son cadáveres, es
decir, son muertos, producen actos repetitivos, sin sentido, no tienen una dimensión, no
tienen un alcance mayor. Ahora bien, los pensamientos acompañados sincrónicamente del
sentimiento son penetrantes y producen una transformación de la realidad. Es así que
conseguimos realizarnos.

¿Quién se realiza? Aquella persona que expresa el ser sincrónicamente desde la dinámica
del pensar, del sentir y del actuar. Se realiza quién es capaz de expresarse a través de actos
puros. Un acto puro es aquel en el cual yo abrazo la vida integrándome en ella y formando
una unidad con ella.

Veamos un ejemplo con el abrazo. Cuando pensamos que tenemos que saludar,
procedemos de memoria, nos involucramos dentro del condicionamiento cultural y
entonces nos abrazamos. Ese no es un acto puro, a pesar de que sea un abrazo. En el acto
puro nos abandonamos, sentimos al otro en nuestro corazón. Hay acción, también el
pensar (tuvimos que pensar en abrazar), pero ese pensar está dinamizado por el sentir. En
este abrazo están sincrónicamente involucrados y sintonizados el pensar, el sentir y el
actuar. Recordemos de tal manera que no son tres fases o tres etapas secuenciales sino que
están integradas en el tiempo y en el espacio. Cuando se integran en el tiempo, estamos
entrando en el presente. En el presente rige la sincronicidad. En ese momento sagrado todos
los tiempos son mi tiempo y tu tiempo, nuestro tiempo, no existe el peso del pasado, no
existe la expectativa del futuro; simplemente existe ese momento sagrado. Pero en ese
instante, mi universo es el lugar del abrazo. No pienso ni en Oriente ni en Occidente, ni en
culturas ni en barreras de este tipo, sino que toda la geografía de nuestra vida está en la
geografía de nuestro cuerpo. Es importante tener en cuenta que al desarrollar ese tipo de
actos se da una “no localidad de la conciencia”. El alma es no local. La conciencia es no
local. Habitamos en el infinito. En este acto, si es puro, todos los lugares forman un agujero
negro, un vórtice en el que toda la conciencia se concentra. Entonces, somos habitantes del
infinito y ese es un instante sagrado. Tenemos así la propuesta de otra dimensión de la
realización, otra dimensión de la psicología.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 7.1

Tal vez lo más importante de Reich es que nos habla de la sincronicidad, de la


simultaneidad de todas las dimensiones de la conciencia en el cuerpo. Nosotros no somos
el cuerpo, nosotros habitamos el cuerpo.

7.- EVOLUCIÓN ACADÉMICA DE LA PSICOLOGÍA DE LA


AUTORREALIZACIÓN

Intentaremos ver esta parte en otros términos; menos cotidianos, más académicos, pero
vamos a tratar de traducirlos a la vida cotidiana, a la vida contemporánea en la que
habitamos.
En psicología nos encontramos muchas escuelas, decenas de propuestas y vamos a ver que
todas las propuestas son válidas. Pero cada una de las propuestas no es válida si nos
quedamos en ella. Hay propuestas donde leemos el alma en el cuerpo, otras donde leemos
el alma en el inconsciente, en la supraconciencia o en el superconsciente. Unas la enfocan
desde el nivel evolutivo, otras desde el nivel social y otras desde el nivel transpersonal;
pero cada una de esas propuestas por sí sola, se queda corta porque forman parte de un
holograma. Empezamos exponiendo algunas de las ideas básicas de alguno de los pioneros
en estos campos:

WILHEM REICH

A él le debemos:

• El conocimiento del cuerpo como energía o del campo energético humano.


• El conocimiento de la coraza caracteriológica o la coraza del carácter. Luego
veremos la diferencia entre carácter y temperamento, así como su implicación con
el contenido de este seminario.
• El conocimiento de la vegetoterapia, es decir, de la importancia del sistema
nervioso vegetativo. No hay ninguna enfermedad orgánica que no haya sido antes
una enfermedad neurovegetativa, esto es, habrá pasado por el simpático y el
parasimpático. Ellos representan el Yin y el Yang, oscilamos entre esas dos
polaridades, simpática y parasimpática. Ellas rigen permanentemente nuestros
estados de ánimo, nuestros ciclos circadianos, nuestros sueños, nuestra capacidad de
relajación y nuestra capacidad de huir o de atacar.

Estos sistemas están inscritos en la coraza del cuerpo. Esto significa que en el cuerpo todo
es simultáneo. Nuestros pensamientos se dan simultáneamente, nuestras emociones se
expresan simultáneamente, no las podemos separar. Cuando tenemos una emoción negativa
la tenemos con todo el cuerpo. Cuando tenemos un pensamiento, éste es una bola que se
mueve a través de todo el océano de nuestro cuerpo y que va a generar turbulencias,
armonías o disarmonías en muchas partes del cuerpo.

Tal vez lo más importante de Reich es que nos habla de la sincronicidad, de la


simultaneidad de todas las dimensiones de la conciencia en el cuerpo. Nosotros no somos
el cuerpo, nosotros habitamos el cuerpo. Reich dice que el cuerpo es tan importante que si
no tenemos noción de la espiritualidad del cuerpo estaremos perdidos. Según él, si
queremos buscar el espíritu, hemos de buscarlo escrito en nuestro cuerpo, buscarlo escrito
dentro de sus moléculas. De hecho buena parte de los movimientos de la nueva física, de la
nueva epistemología, de la nueva Psicología, con Kent Wilber a la cabeza, expresan que el
universo de la materia es profundamente espiritual y que si queremos encontrar el espíritu,
tenemos que estudiar los átomos, los movimientos de las moléculas, los fotopigmentos
biológicos, la melanina, la asimilación de la luz. Ya que, cuando hablamos de la
iluminación y de la luz no sólo estamos hablando de una cosa metafísica, estamos hablando
de cómo en el seno del cuerpo, que procesa la energía electromagnética, se procesa la luz.
Tenemos así una dimensión del alma. Es el alma en el cuerpo que se expresa a través de un
instrumento que vamos a tratar de reconocer. Ese instrumento tiene primero corazas
caracteriológicas, unidades neuromusculares, filtros y válvulas que hacen que todo nuestro
psiquismo esté expresado en nuestra anatomía.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 7.2

Con Freud empezamos a mirar para atrás, también a mirar hacia


adentro y a reconocer un orden físico de la conciencia que es
mucho más profundo y más extenso que el orden conocido del
consciente.

SIGMUND FREUD

En el destacan, al menos, dos cosas importantes:

• La importancia del inconsciente, el mar de la conciencia sumergida, el mar de las


pulsiones, de las compulsiones. A través de Freud empezamos a descubrir la bestia, a Eros y
empezamos a descubrir el pasado.

El pasado sigue generando sus huellas en el presente, es decir, cómo el pasado no ha


quedado atrás, ya que determina nuestro comportamiento y la manera como abordamos el
mundo. Con Freud empezamos a mirar para atrás, también a mirar hacia adentro y a
reconocer un orden físico de la conciencia que es mucho más profundo y más extenso que
el orden conocido del consciente. Gracias a él, reconocemos que el consciente apenas es
una dimensión infinitesimal de la conciencia. Empezamos a reconocer con todos estos
aventureros de la conciencia humana que la conciencia consciente es, apenas, el orden
emergente de un pequeño orden infinitesimal dentro del océano de la conciencia. De tal
forma, cuando hablamos de conciencia ya no nos referimos a la conciencia consciente. Esto
va a ser muy importante dentro de nuestro periplo porque generalmente se cree que la
terapia psicológica es válida sólo si el paciente es consciente de un determinado tema; Si el
paciente no consciente, entonces la terapéutica no es válida. Sin embargo, esto no es
correcto, ya que hay una gran cantidad de terapéuticas en las cuales se sabe que, aunque no
seamos conscientes utilizando la pequeña conciencia intelectual presente (el ego), somos
conscientes desde el superego. Somos conscientes desde la dimensión transpersonal,
somos conscientes con nuestra familia que adquiere una conciencia mayor, de tal manera
que estamos movilizando el océano de la conciencia. Aunque no comprendamos ese
océano, cuando las corrientes se movilizan en ese océano, puede ocurrir el reequilibrio, es
decir, puede ocurrir la sanación.

• Los arquetipos comunes a todos los individuos y culturas. Esto también implica el
conocimiento de que nosotros tenemos niveles de conciencia comunes que compartimos.
Todos los arquetipos del inconsciente, todos los demonios, todos los dioses son comunes
denominadores en buena parte de las culturas del mundo. Aparecen en los sueños de los
africanos, en los de los europeos, en los del siglo pasado y en los que siguen soñando en el
mundo de hoy. De tal manera que tenemos mínimos comunes denominadores que nos
permiten presentir que sí hay un mapa para navegar esos territorios de la conciencia.

CARL GUSTAV JUNG

El Inconsciente colectivo: Está relacionado con esa otra dimensión de la conciencia, no ya


la conciencia inferior, sino la conciencia total que incluye la conciencia superior y que se
refiere al inconsciente. El término inconsciente colectivo ha tenido muchos nombres y
apellidos, muchas acepciones. Así, cuando Teilhard de Chardin habla de la noosfera se está
refiriendo al mismo término, y cuando recurrimos a la psicología transpersonal estamos
diciendo lo mismo. Tenemos un océano inferior, un océano superior y presentimos un
océano total. Este océano total que tiene norte y sur, tiene una parte inferior y una superior,
una parte sumergida y una emergente. En el centro del océano total hay un pequeño islote
de emergencia de la conciencia al que llamamos ego, le llamamos la conciencia consciente.
Ese pequeño territorio está sometido al oleaje y a las presiones que lo hacen sumergir y que
lo hacen emerger a cada momento. En el seno de ese territorio está el caos a través del cuál
nosotros nos sumergimos, sembramos semillas de un nuevo orden y emergemos a un nuevo
orden. Eso está ocurriendo en cada cultura, pero también en cada familia, en cada persona,
en todo momento. Miremos entonces el oleaje global de la conciencia barriendo ese
pequeño islote interior , el islote de la conciencia personal o la conciencia del ego.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 7.3

La realización no es una meta, sino un proceso permanente. Se


vive como una corriente y es inacabable. Ello implica que la
evolución tiene una dirección, sentido o propósito de vida.

PSICOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN: ENCUENTRO ENTRE LA PSICOLOGÍA Y LA


FÍSICA

Además de la propuesta de Jung, existen otras propuestas que hacen que reconozcamos ese
océano como un océano cuántico. Deja de ser un océano de fuerzas y energías para
convertirse en un océano de información. En este momento se encuentran la física y la
psicología, se encuentran las ciencias del alma y las ciencias de la naturaleza y empezamos
a hacer una interfase entre las ciencias de la vida y las ciencias de la conciencia, las ciencias
de la conciencia y las ciencias de la naturaleza. Esta interfase estuvo oculta a nuestros ojos
durante centenares de años porque nosotros creímos, simplemente, que existía un mundo
para la materia, un mundo para los físicos, un mundo para los sacerdotes, los músicos, los
poetas, los locos o los psicólogos. Es decir, disociamos la mente del cuerpo y nos
inventamos especialistas para la mente y para el cuerpo. Obviamente desintegramos y
disociamos nuestro mundo. Eso ha tenido consecuencias catastróficas en el plano de la
psicología y, sobre todo, en el plano de la medicina.

Cuando miramos todos los movimientos hacia una conciencia transpersonal, cuando vemos
las constelaciones familiares, cuando sabemos que nuestra conciencia personal está llena de
las huellas de la conciencia de nuestros antepasados, y que frecuentemente lo que estamos
repitiendo son sus viejas historias aun no aprendidas, entonces se disuelve nuestra noción
de partícula o de nuestra noción de carga y entramos en la noción de campo. En esta
noción de campo visualizamos la conciencia, no como una partícula o carga que se aplica al
individuo, sino como un gran campo, una gran corriente impersonal. Esta corriente
transpersonal nos aproxima al alma colectiva. En esta corriente tenemos a Maxlow, Grof, y
también a Rogers, los cuales, desde la perspectiva del humanismo descubren nuevas
tendencias de la psicología que se aproximan a una humanidad menos individual, más
global, más total.

PROCESOS DE SÍNTESIS DENTRO DE LA PSICOLOGÍA

Esta psicología se preocupa de la armonización de todos los aspectos de la persona para


rescatar la unidad como integridad, para hablar así de la unidiversidad, pues somos uno en
cuanto somos diversos.

Propone la vía de la sencillez (renunciar al ruido y poder estar en el centro) y cambia el


sentido de realización como meta. La realización no es una meta, sino un proceso
permanente. Se vive como una corriente y es inacabable. Ello implica que la evolución
tiene una dirección, sentido o propósito de vida. En este paradigma descubrimos a Víktor
Frankl, quien dice que lo que nos mueve es un sentido o propósito; sin propósito es
imposible vivir. Por lo tanto, existe algo invisible e interior.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 8.1

El sentido tiene que ver con la voluntad como agente de


dirección. No es una fuerza, sino lo que da una dirección. Por
tanto, la voluntad estaría más relacionada con la información
que con la energía.

8.-EL SENTIDO DE LA VIDA

El sentido de la vida es el alma, es la misma conciencia, la dirección que el alma o


conciencia asumen en nuestra persona. El sentido tiene que ver con la voluntad como
agente de dirección. No es una fuerza, sino lo que da una dirección. Por tanto, la voluntad
estaría más relacionada con la información que con la energía.
Hay vida cuando hay propósito evolutivo. Frecuentemente luchamos porque no vamos por
el camino correcto.

Vista colectivamente, la conciencia tiene un propósito que va de niveles menos inclusivos


a niveles más inclusivos. La dirección o propósito de la vida es el de la máxima
inclusividad. Esto entra en el campo de la información porque la voluntad es un patrón de
organización de la información en nosotros, pero la vida es también un patrón de
organización de la información. Por tanto hay vida cuando se expresa un propósito
evolutivo y ese propósito evolutivo es voluntad. La voluntad es dirección. La vida asume
una dirección, todos nosotros tenemos una dirección. Esta dirección, es el canal a través del
cual se mueve nuestra vida. Sin dirección no hay vida. A veces, nos parece que la vida no
tiene sentido, pero lo ocurre, realmente, es que nosotros vamos por el camino equivocado.
Es decir, que vamos luchando porque nos hemos metido por el canal que no era y,
obviamente, mientras no cambiemos de canal, no nos podemos sincronizar con la vida y
así, estamos condenados a nadar contracorriente. En muchas vidas, realmente nos
desgastamos porque estamos en el canal incorrecto, porque estamos mal sintonizados,
porque vamos en una dirección que no es la dirección del Alma, la dirección de la vida que
vamos a tratar de reconocer.

Mirémoslo en la perspectiva no tanto individual, sino en la perspectiva colectiva.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 8.2

Hay conciencia en la química, en el átomo, hay alma en el mundo, el espíritu


de la tierra, hay “anima mundi”. Es decir, el Alma es Conciencia y como tal es
la gran marea de la evolución que va cambiando a cada nivel de la evolución,
en cada reino.

8.1-La evolución de la conciencia colectiva

La Conciencia evoluciona, es decir, que también tiene un sentido, una dirección y un


propósito, pero ¿cómo es la evolución de la Conciencia? Va siempre de los niveles menos
incluyentes, a los niveles de máxima síntesis y máxima inclusividad. Una persona más
consciente, en el sentido de la Conciencia al que nos referimos, es una persona más
incluyente o más inclusiva. Obviamente, puede ser más influyente, precisamente por eso,
por su inclusividad. La incapacidad de influir viene de nuestra inclusividad, no de nuestra
exclusividad, no se trata de ser exclusivos sino de ser incluyentes o inclusivos porque esa es
la evolución de la Conciencia. La inclusividad es una característica esencial del Alma.
Veamos como esa Conciencia o Alma ha ido evolucionando. Nosotros tenemos una
conciencia inicial que es una conciencia química, prácticamente. Hay conciencia en la
química, en el átomo, hay alma en el mundo, el espíritu de la tierra, hay “anima mundi”. Es
decir, el Alma es Conciencia y como tal es la gran marea de la evolución que va cambiando
a cada nivel de la evolución, en cada reino. Pero, de todas maneras, no olvidemos que todas
las cosas tienen un Alma dentro de esta concepción porque todas las cosas tienen un nivel o
un grado de Conciencia. Veamos diferentes grados de la misma:

A.- Conciencia reactiva o meme beige.

Así como los agentes químicos los podemos llamar reactivos, dos moléculas se unen y son
dos reactivos que forman un compuesto. Esa reactividad nos habla de una sensibilidad
primitiva o inicial y esa sensibilidad primitiva o inicial, la llamamos reactividad. Cuando
somos reactivos, simplemente, reaccionamos a los eventos externos y somos arrastrados
por esos eventos externos, nos comportamos como hordas, como hordas primitivas. Como
Atila y los hunos o aún peor, puesto que nuestra humanidad actual representa algunos de
los conflictos étnicos más violentos, más irracionales y más primitivos; aquellos en los que
un individuo no se comporta como un individuo, ni una comunidad se comporta ni siquiera
como una tribu, sino como una horda que, de pronto, se desborda y asesina o mata. Una
horda que tiene una memoria genética o una memoria cultural. Nos estamos refiriendo a un
tipo de conciencia muy primitiva que se llama la Conciencia reactiva.

Esa conciencia reactiva se da en ciertos automatismos. Cuando se nos acerca un mosquito


sacamos la mano e inmediatamente lo matamos, en lugar de espantarlo, nos estamos
comportando también con esa conciencia reactiva, primitiva, de ese nivel de la Conciencia
que en la denominada espiral es conocida como el meme beige. El meme beige es nuestro
nivel vibracional de conciencia mas bajo. Representa, aproximadamente, el 0,1% de nuestra
humanidad actual dentro del marco sociocultural. También representa el 0,1% de nuestro
componente ancestral, el cual libera nuestro cerebro reptil. Corresponde a esos mecanismos
de supervivencia primitivos anclados en nosotros al nivel de conciencia reptil que es lo que
nos ha permitido vegetar, es lo que nos permite respirar, tener la presión, el tono corporal y,
a la vez, lograr algún tipo de reacción frente al entorno.

B.- Conciencia o meme púrpura.

El meme púrpura es el que concibe al mundo dividido entre el bien y el mal. No existen
sino fuerzas buenas y fuerzas malas que hay que exorcizar a través de la magia del chaman
o del brujo. La cultura haitiana es un buen ejemplo de lo que es el meme púrpura.
Actualmente, dentro de muchos movimientos modernos, se cree que lo que hay que hacer
es volver a esa magia primitiva, que hay que desconocer la razón, desconocer el orden,
desconocer los códigos culturales. Creen que es necesario desconocerlo todo y regresar,
simplemente, a una magia indiferenciada y primitiva. Realmente, esto no sería ningún
avance. Indudablemente, supondría reconocer algo fabuloso dentro de la humanidad, sin
embargo no sería acertado desconocer todas esas fases del desarrollo donde hemos ido
cultivando las diferentes facetas de nuestra conciencia.
C.- Conciencia o meme rojo

Aquí empieza la eterna lucha entre los rojos y los azules, entre los liberales y los
conservadores de todo el mundo. En este plano de conciencia nos polarizamos. Sin duda,
esa es una fase mucho más avanzada de la evolución, ya que saltamos al nivel de los rojos y
en los rojos confirmamos la individualidad. Lo importante es el individuo, los derechos
individuales que son inalienables. Se libera al individuo y también a los esclavos.
Podríamos decir que en el meme beige está la esclavitud y ahora, con esta liberación,
surge el feudalismo. Se libera al individuo y ya no es un esclavo de una manera, pero si de
otra, ya que, obviamente, hay un señor feudal que es al que le sirve la bandera y el trapo
rojo. El tiene el trapo para su servicio y su beneficio. La libertad esta interpretada como un
movimiento al servicio del individuo, pero no es del individuo grupo humano sino de unos
cuantos individuos que detentan el nuevo poder.

D.- Conciencia o meme azul.

El meme rojo es demasiado informal, esto es, el hombre se liberaliza de tal manera que no
se tiene memoria ni de su territorio. Es un conquistador, conquista muchos territorios,
muchas damiselas, etc. Para él todo es válido en relación a la libertad personal o individual,
pero se empieza a dar cuenta de que se necesita cierto tipo de orden en el reino. Ello
significa que hay que conservar las conquistas y, no sólo conservarlas, sino conservar los
códigos de referencia para mantener el orden, para mantener la disciplina. De este modo,
surge el meme azul, el cual es fundamentalista por esencia. Le importan los fundamentos,
los valores y los preceptos sagrados.

Observemos que todos los memes se necesitan. No es que unos de ellos sea negativo o
positivo, sino que ellos están dentro de nosotros en este momento; no sólo en cada uno de
los individuos sino en toda la humanidad. En diferentes grados, todos nosotros tenemos una
diferente composición de estos memes. Sin el meme azul no habría civilizaciones, no se
desarrollaría la cultura, no tendríamos memoria, no se habrían creado hogares. Por tanto,
no habría familia, todo estaría destruido hace mucho tiempo. De esta manera, el meme azul,
que tiene una visión fundamentalista, crea las leyes y los códigos de la vida, los cuales se
han de respetar. Esto lleva a conformar el nosotros, lo colectivo que debe afirmarse. Ocurre
que deja de existir el individuo rojo y comienza a existir el Estado. Nace el concepto de
país, de patria como concepto de comunidad cerrada que ha de protegerse de las hordas que
vienen de abajo. Este meme es terriblemente separatista. Es el meme encargado del
“nosotros”, de poner límites, de afirmarse a través de la separación. Es así como él se
afirma. Cierra las fronteras, se aísla, no como individuo, caso del meme rojo, sino que se
aísla como grupo.
PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 8.3

Los seres como Buda, Jesús, Gandhi y Mandela son la pauta del
cambio en la raza, son la vanguardia, anteceden a lo que va a
ser la nueva humanidad.

E.- Conciencia o meme naranja

Ahora llega la rebelión de los naranjas. Estamos asistiendo a esta rebelión debido a que el
máximo poder en este planeta esta dado por el meme naranja. Los naranjas representan
apenas el 20% del la población, sin embargo todos los estudios e investigaciones revelan
que detenta el 50% del poder del planeta. Realmente, son los más poderosos del planeta. El
naranja es agnóstico, no traga cuentos. Ya no cree el cuento de este trapo rojo del
individualista, ni acepta el cuento de la religiosidad estrecha del meme azul, sino que cree
en lo que experimenta, en lo que puede constatar. Su dios es la razón y su diosa también es
la razón. Conquista el mundo de la lógica, de la razón, del análisis. Es un meme que crea
organizando, que establece un nuevo tipo de orden, que no es el orden del feudo, sino el
orden de la mente y el orden de la investigación. Se podría añadir que este meme es
supremamente pragmático, tecnológico y lo que más le importa es la productividad. Esto
es, en buena parte, lo que vemos en el mundo de hoy. En muchas de nuestras actividades
está el meme naranja, él está entre nosotros.

Todos tenemos un místico dentro y, en un momento dado lo reconocemos. Sin embargo,


pasa un poco de tiempo y ya nos sentimos fuera de lugar. Esto se debe a que la razón nos
impide hablar del espíritu, del alma, en fin, de estas cosas. Cuando se revela el místico,
automáticamente el meme naranja, que es poderoso en nosotros, se rebela contra todo
intento de misticismo tanto superior como inferior. Él es supremamente crítico de lo que no
es tangible, de lo que no es visible, de todos los órdenes implícitos. Los órdenes implícitos
él los considera sectas. Esto es una falacia que se llama la “Falacia Pre/trans”. Para ellos,
para los memes naranjas, todo lo que va más allá o más acá de la razón es pre-racional. No
existe lo transnacional, no existe algo que va más allá de la razón. Simplemente, todo
aquello que no es racional es irracional. De tal manera, dentro del espíritu del meme
naranja la bioenergética es una regresión, no es un avance. Es una regresión al mundo
mítico de las creencias. Para el meme naranja, todo lo que no sea racional o lógico, no
existe, es irracional y es condenable.

El meme naranja hoy en día, ha retrocedido un poco hacia el meme azul. Ellos han decidido
incorporar el mundo de la ciencia, cosa que es correcta, pero en este momento ellos mismos
se han hecho dueños del territorio de la religión convirtiéndola en la religión de la ciencia”.
Han asumido el fundamentalismo que ellos mismos sembraron y en este momento en toda
Europa y en América también, hay una oleada de fundamentalismo científico que es la
repetición del viejo conservadurismo azul, en este caso, detentado por los grupos de poder
que pretenden mantener, su influencia y sus economías, obviamente.
En cambio, cuando surge el meme verde se produce una amenaza, los naranjas ponen una
barrera y retroceden dando comienzo, paradójicamente, a la nueva inquisición. En el meme
azul se dieron las grandes inquisiciones, las cuales fueron terriblemente vividas,
especialmente, en España. Realmente, la conquista de América es una nueva reedición de la
misma inquisición porque el dios sol, el dios sapo, la diosa luna, la diosa estrella, la diosa
anaconda, etc., eran tan sólo facetas de un sólo dios. Tal vez, la culturas más monoteístas
(en el sentido de adorar a un sólo dios), son las culturas americanas que reconocen en toda
la naturaleza facetas del creador. Pero nosotros llegamos allá e impusimos un dios a la
medida del antiguo testamento.

En la política planetaria, por ejemplo, la actitud de Bush, denota una clara manifestación
del meme azul, es decir, del fundamentalismo, de cómo debería ser el mundo. Ese mundo
que vemos debe ser hecho a nuestra imagen y semejanza o a imagen y semejanza del
pequeño dios que nosotros concebimos como tal, negando todas las otras visiones de Dios.
Esta es una gran barrera y ella no está solamente en la sociedad, sino que es una barrera
que está dentro de nosotros. Representa el salto a un nuevo mundo que va más allá de la
razón y que nos permite conquistar el universo de la intuición. Nosotros aceptamos y
admiramos el universo de la intuición, los grandes científicos, los grandes poetas. Pero a la
vez nos lo negamos porque nos aislamos exclusivamente en el universo de la razón y,
aunque nosotros critiquemos la ciencia, en lo cotidiano somos más fundamentalistas que
esa nueva religiosidad de la nueva ciencia que se volvió fundamentalista. Esta gran barrera
de la evolución no permite ascender, por lo que hemos generado un movimiento
descendente. Este movimiento descendente ha llevado a que los naranjas se vuelvan azules
y se vuelvan rojos. Así surgen los guerreros, los nuevos inquisidores que proclaman que
aquello que no es científico, no es y no tiene derecho a ser ni a existir. Dios tiene derecho a
existir si se puede probar, si no se prueba, se convierte en un mito o, apenas, una leyenda.
Las emociones y los sentimientos no los podemos medir en el laboratorio, por tanto, eso no
es ciencia y así concluyen que las ciencias de la conciencia no existen.

F.- Conciencia o meme verde

Es la conciencia del meme de la tolerancia, de la flexibilidad, del contacto con la


naturaleza. Representa el 10% de nuestro planeta en este momento. La gente esta
accediendo a la conciencia de los verdes, no en el plano de la política, sino en el plano de la
conciencia que representa flexibilidad, tolerancia y equilibrio con la naturaleza. El verde es
tan ultrademocrático que no es eficiente porque no tiene propósito ni sentido. Esto,
paradójicamente, hace que se viva egocéntricamente y se produzca disgregación, la cual
después les lleva a una nueva “unificación” volviendo al rojo y polarizándose. Para que
esto se pueda entender, podríamos decir que son personas que critican mucho a Bush, pero
no dicen nada de otros líderes semejantes.

Verde y naranja juntos hablan, hablan y hablan sin tener un punto de encuentro o un común
denominador.

Desde el verde se prepara el segundo nivel de conciencia, siendo el naranja-verde un nivel


de transición, al igual que lo era el beige.
G.- Conciencia o meme amarillo

Accedemos al espíritu en nosotros, a la Inteligencia activa o Brahma, donde están


contenidas todas las leyes del espacio y del tiempo y su movimiento es conciencia. En el
naranja empezamos a entender, en el verde entendemos que somos naturaleza y aquí
comprendemos e integramos.

H.- Conciencia o meme turquesa

Esta compresión es integración y esa integración nos lanza al meme turquesa que representa
en nosotros las leyes de la atracción magnética, que son las leyes del amor. Representa en
nosotros el Amor- Sabiduría que es siempre impersonal. No en el sentido que tengamos una
despersonalización, sino sabiendo que hemos construido una personalidad integrada para
renunciar a ella. He aquí un gran misterio.

Personalmente, me llamaba mucho la atención en Francia cuando para expresar: “No hay
nadie” decían “Il n’y a personne”. Personne significa nadie. Realmente, conquistamos la
persona, la personalidad cuando en ese no ser nadie somos todo. Toda esa construcción de
la personalidad esta destinada a construir el vació interior y en ese vacío interior estar en la
brecha, en la pausa, en la clave secreta de todos nuestros ritmos; es decir, en el Alma. Allí
somos el observador. Allí somos el director de orquesta, allí ya no somos instrumentos y
podemos utilizar nuestro instrumento, la persona o personalidad.

Un 0,1% de la humanidad esta entre estos dos memes, el amarillo y el turquesa que son los
maestros de sabiduría. Es la vanguardia de nuestra raza. Son un poquito esquizofrénicos, a
la luz de un meme naranja. Si un psiquiatra naranja visita a un meme turquesa, lo mete al
manicomio inmediatamente. No puede hacer otra cosa, desde su código de lectura, no
puede existir. No puede existir la iluminación. La iluminación, sería una pérdida de
contacto con la realidad, seria una psicosis. Es decir, los meme amarillo y turquesa, son
psicóticos a la luz del meme naranja. Son un poquito primitivos y desordenantes, a la luz
del meme verde, porque para el verde existe la naturaleza, pero cuando la naturaleza
incluye a Sirio, empiezan a ponerse nerviosos. Cuando la naturaleza incluye la celebración
de la fiesta de Wesak o la luna llena de Acuario, entonces, ya empiezan a pensar que los
turquesa son lunáticos.

Los verdes confunden los turquesa con los púrpura, nuevamente se produce la falacia
pre/trans. A la luz de los verdes, muchos turquesas están regresando a una magia primitiva.
Realmente, el verde no ha despertado a la intuición. Sí ve la integridad afuera pero no
percibe la síntesis y la integridad adentro. El busca su naturaleza, en la naturaleza pero no
busca la naturaleza en sí mismo. Digamos que, hasta el verde buscamos al hombre en el
universo y a partir del amarillo y el turquesa, realizamos el universo en el hombre. Es aquí
donde nace el poema; el genuino poeta es amarillo o turquesa. Evidentemente, también
nace otro tipo de política. Nelson Mandela no puede hacer política, sino desde el amarillo o
el turquesa. El va más allá de la identificación con la naturaleza, comprende la naturaleza
humana más allá de los negros y los blancos. Gandhi integra esa naturaleza global. Gandhi
es un poeta de la política, Mandela es un poeta de la política. Einstein realiza su fórmula
desde el color turquesa. Su fórmula es un poema, no es una fórmula matemática o
científica. Cuando nosotros leemos los pensamientos de Einstein, constatamos que él era
mucho más poeta que científico. Realmente, él tuvo que salir del color naranja y conquistar
el meme turquesa. Los seres como Buda, Jesús, Gandhi y Mandela son la pauta del cambio
en la raza, son la vanguardia, anteceden a lo que va a ser la nueva humanidad. Son
precursores de esa nueva humanidad. Ellos son salvadores del mundo, entendido en el
sentido real de la palabra. Es decir, testigos de una nueva alianza. El arco de la alianza,
representa el antakarana. Realmente, lo que se construye entre el verde y el amarillo y el
amarillo y el turquesa es el antakarana de la raza. El antakarana es un símbolo del arco iris
y, éste es el símbolo de la luz que conecta el cielo y la tierra, el espíritu y la materia. Este
símbolo esta inscrito dentro del cuerpo. Tengamos en cuenta, que nosotros somos naranjas
con el quinto centro o chakra, más cuando accedemos del quinto al sexto nos volvemos
amarillos, y del sexto al séptimo, turquesas. Como es lógico, ese recorrido no es externo,
sino que lo estamos haciendo en el interior del templo del cuerpo ¿Cuáles son esos
movimientos? ¿Qué otros movimientos se dan simultáneamente? Esta es una manera de
verlo. Ustedes podrían cambiar de color, verlo a la luz de los siete chakras, de los siete
centros, de los siete rayos; verlo a la luz de los héroes, de los arquetipos del inconsciente
colectivo que realmente tienen, también, este mismo recorrido.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 8.4

Las puertas no se abren tumbándolas. Muchas de nuestras técnicas psicológicas


consisten en tumbar las puertas, pero no se puede destruir la armadura desde afuera.
Esta es una norma en la psicología de la vida cotidiana.

8.2.-La conciencia vista desde una dimensión más occidental

Se podría ver desde múltiples dimensiones, pero vamos a ver una dimensión que es más o
menos conocida o reconocida en Occidente y, así, completar el cuadro de la Conciencia.
Del tal modo, tenemos:

1.- Conciencia reactiva

2.- Conciencia de ataque o de huida: es una conciencia límbica, primitiva, una interfase
entre el cerebro reptil y el cerebro límbico.

Estas dos conciencias, son conciencias de una humanidad colectiva, del hombre animal que
va ascendiendo. Es decir, es la conciencia del reino animal que se va revelando a través de
nosotros.

3.- Apertura del corazón: es el primer nivel de conciencia en que nos humanizamos,
asumimos el control de nosotros y a través de él nos podemos realizar.
La primera realización en términos humanos es la relajación. Por tanto, el primer gran
logro en la vida de la realización es la Paz. Cuando tenemos paz, tenemos economía
energética y entonces estamos en la ley de Brahma. La ley de Brahma es la ley de la
economía, de la mínima fricción, de la mínima resistencia, de la máxima flexibilidad.

La relajación es una condición esencial para la meditación, y ésta es la vía de oro para
acceder o tomar posesión de nuestra conciencia real, de nuestra realidad. Tiene que ver con
la realeza, con el rey que hay en nosotros, el que toma posesión de la realidad. Quien toma
posesión del territorio de la realidad ha entrado en su espacio interior, en su vacío interior y
a ese vacío interior lo llamamos paz. La paz, simplemente, es producto de que ya no
llevamos a cuestas nuestro pasado. Cuando el pasado no es una carga, tienes paz. Paz, es
literalmente hacer las paces con el pasado y para ello hay que perdonar. Perdonar es dejar
pasar lo pasado. De este modo, se produce un equilibrio que mueve el organismo hacia
delante. Cuando el pasado y el futuro se equilibran en nosotros, en presente, adquirimos
levedad. ¿Cuándo estamos en presente? Cuando tenemos un pie en el aire. Este, que viene
de mi pasado y que se dirige hacia mi futuro. Así, que ese pie es puro presente. En el
presente me suelto, me aflojo, vivo la ley de la levedad.

Esto nos lleva a observar que hay dos leyes:

-Ley de la gravedad que me ancla al pasado y al futuro.

-Ley de la levedad que me mantiene en el aire y por eso me permite avanzar.

En la levedad se experimenta un sentimiento de Paz por eso en la levedad nos aflojamos,


nos desarraigamos, nos despegamos y morimos. Veamos que el movimiento es:
desarraigarse, despegarse y morir. Sencillamente, este es el arte de entrar en la pausa del
presente, el cual es la clave de la paz, y la paz es respuesta de relajación que lleva a
ingresar en el territorio de la economía energética. Aquí no existe desgaste, sino pura
fluidez. En el plano físico o de la fisiología la llamamos respuesta de relajación. Esta
respuesta es parasimpaticotónica, es decir, es una respuesta de apertura amorosa, donde por
primera vez nos abrimos al mundo.

La primera condición de la Conciencia humana es abrirse al mundo. Esto supone


humanizarse, entrar en el ritmo del desarrollo o en el ritual de desarrollo. El ritual de
desarrollo es, simplemente, abrir el corazón. De esto se deduce que lo más importante, en
el proceso de humanización es la apertura del corazón. Cuando tenemos dificultades
deberíamos preguntarnos: ¿Esta abierto mi corazón?

Todas las dificultades que se nos presentan son señales de que el corazón se ha cerrado.
Es importante saber que si el corazón se cierra a un determinado nivel, nosotros podemos
abrirlo a otro nivel. Si el corazón se cierra a nivel físico podemos abrirlo a nivel emocional.
Recordemos, pues, que cuando una puerta se cierra siempre existe una llave maestra, una
inclusividad mayor.

Hay alguien en nosotros que tiene todas las llaves, pero también hay alguien en nosotros
que tiene una sola llave para todas las puertas. Por tanto, la llave maestra siempre tiene un
nivel de conciencia superior. De tal manera, que si tenemos varias puertas que se cerraron
en el plano físico, no hemos de buscar en el plano físico la llave maestra. Subiremos a un
plano superior. El del segundo piso tiene las llaves maestras de todas las puertas del primer
piso y así sucesivamente. Se trata de buscar la llave maestra o ir a un nivel de conciencia
más incluyente. Si permanecemos en el mismo nivel de conciencia intentando resolver
algo, simplemente, nos vamos a desgastar porque hay niveles que no tienen la solución. Por
ejemplo, por más que luchemos dentro del océano de las emociones, no vamos a conseguir
resolver nada y nos vamos a desgastar. Manejar las emociones desde las emociones es
como poner las manos en un volcán en erupción. Lo que tenemos que hacer es poner
distancia; es decir, pasar a otro nivel de conciencia, y entonces contemplamos el
espectáculo de la erupción y además podemos aprender la lección. Ya no pretendemos parar
la erupción, sino que logramos aprender la lección. Esta es una técnica de cambio de nivel
de conciencia, que simplemente te dirige a un nivel de inclusividad mayor. Este es el
secreto, ya que cuando una puerta se cierra y no la podemos abrir hemos de entender que:

1.-Las puertas no se abren tumbándolas. Muchas de nuestras técnicas psicológicas


consisten en tumbar las puertas, pero no se puede destruir la armadura desde afuera. Esta
es una norma en la psicología de la vida cotidiana.

2.- No peleemos contra nuestros instintos, pues los fortalecemos. No neguemos nuestras
compulsiones ni nuestras explosiones porque cogen fuerza. Lo que se niega o se reprime,
se fortalece.

3.- Lo único que tenemos que hacer es cambiar de nivel para poder controlar. La ciencia del
control es la ciencia de la paz. Tenemos paz cuando podemos controlar nuestro instrumento,
pero solamente lo podemos dominar si lo conocemos y lo reconocemos. Prácticamente
todos, hemos hecho muchos cursos y sabemos algunas cosas sobre chakras, centros, planos
y niveles; pero una cosa es conocer y otra cosa es reconocer. Cuando reconocemos un
movimiento lo podemos transmutar.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 8.5

La contextualización aporta un nuevo sentido y el sentido más liberador e incluyente es el


de la ofrenda y la gratitud. Esto permite que la pena a través de la gratitud
ascienda a un nivel superior. Podríamos decir que cuando se vive un
dolor con pena se padece un oscuro sufrimiento, pero cuando es dolor
con gratitud, se convierte en un poema.

Existen dos maneras de trasmutarlo para tener Paz:


a.- DESCENDER: la caída es muy importante. Si no aceptamos la caída, no podemos
ascender. Esta es una de las condiciones de la psicología de la vida cotidiana. Podemos ir
más allá y aceptar la caída conscientemente, pues quien se cae conscientemente, realmente,
no se cae. Cuando la caída es inconsciente, corremos peligro de destruirnos. Hemos de
tener en cuenta que aceptar la caída es acceder conscientemente al nivel inferior para tomar
impulso y, así, acceder al nivel superior donde se da el conflicto. Vamos a ver que esa
norma no es sólo una norma en la psicología de la vida cotidiana, es también una norma en
la medicina y en la aviación. Lo que no se cae, no se renueva. Lo que no se cae, no puede
germinar. Si la fruta se elevara, en vez de caer no habría bosques. Los frutos maduros se
caen. Es decir que existe un momento de madurez en que el movimiento normal es una
caída y cuando caemos podemos multiplicarnos, podemos volver a elevarnos.

Vamos a poner un ejemplo muy sencillo de esta modalidad de conciencia de relajación: Una
persona tiene una ira terrible y está fuera de control y está que mata y come del muerto. A
esta persona no le podemos dar consejitos del tipo: ¡Aplácate!, piensa en la Virgen. Cuando
alguien se acaba de dar un martillazo en el dedo gordo, no dice un mantram
automáticamente, lo que dice es otra cosa. Tampoco se expresa con un: ¡Ave Mª Purísima!
No; se le ocurre otra cosa que viene de Eros, mucho más profunda. Todo esto tiene su
sentir, puesto que en estos casos se recibe un impacto que genera una reacción automática
desde un nivel de conciencia inferior. Si rezáramos inmediatamente un Padre Nuestro, a lo
mejor no se nos quitaría el dolor tanto, como al pronunciar la palabrota elegida. Así vemos
que esto sucede porque hay vías naturales donde una energía que se exalta puede caer y
puede ser compensada. Pero, también esto puede traer problemas si no lo utilizamos bien.
Supongamos que estamos en casa con un exceso de energía que se manifiesta en el plexo
solar como ira; obviamente, esto es peligroso porque si mantenemos ese mismo nivel
cuando llega nuestra esposa pueden salir chispas; sobre todo si ambos nos colocamos al
mismo nivel. En cambio, si antes damos diez vueltas a la manzana en bicicleta, esa energía
que estaba presente en el plexo solar – que también son calorías- físicamente se ha
quemado, por tanto, al regresar podríamos hablar tranquilamente con nuestra mujer y no
vivir la “cantaleta” desde le plexo solar, sino desde un cambio de nivel. Esto es, que nos
hemos controlado mentalmente; sin embargo, este control mental es producto del control
físico. Descendemos del cuerpo emocional al cuerpo físico para aquietar el cuerpo
emocional (las aguas) y poder tener la paz y la tranquilidad del cuerpo mental. No
olvidemos, por tanto, que tener control es también descender al nivel de conciencia inferior
y, así, poder ascender para que el nivel superior se pueda manifestar. Las emociones
negativas, solamente se pueden superar desde emociones más incluyentes, es decir,
emociones superiores.

b.- DILUIR: desviar la conciencia a algo superior o más incluyente. Cuando cambiamos una
situación de contexto, la vemos de otra manera; normalmente, obtenemos una respuesta de
relajación o paz. Sin embargo, hay situaciones que no tienen solución y, por lo tanto, no se
pueden resolver. En estos casos podríamos intentar “disolver lo que no podemos resolver”.
Por ejemplo: No puedo salvar a mi madre de la muerte, pero mientras sí puedo disfrutar de
la vida con ella. Es decir, tratamos de diluir el tema en un significado interno.
La contextualización aporta un nuevo sentido y el sentido más liberador e incluyente es el
de la ofrenda y la gratitud. Esto permite que la pena a través de la gratitud ascienda a un
nivel superior. Podríamos decir que cuando se vive un dolor con pena se padece un oscuro
sufrimiento, pero cuando es dolor con gratitud, se convierte en un poema.

De este modo, se hace necesario establecer cada día contextos de gratitud: al viento, al sol,
a la lluvia, etc; agradecer a cada estación de la vida lo que nos da y lo que vivimos con
ella. Así, podemos llegar a ver la muerte con gratitud: todo debe morir para que podamos
nacer. Siempre hay un contexto en el que puedo fluir. Lo grave de las situaciones no es que
sean fuertes, sino que no fluyan. Grave es lo que se estanca o queda congelado. Siempre
hay unas escaleras desde las que fluir cuando asciendo de nivel de conciencia o cuando
contextualizo. Esto supondría una expansión de conciencia, ya que el movimiento natural
de la conciencia es hacia su expansión. La llave de las relaciones humana es la respuesta de
relajación, y esto no significa ausencia de problemas, sino una nueva visión del problema.
Lo que en un nivel es problemático, en otro es una lección. Por tanto, tendríamos que
preguntarnos: ¿Estamos dispuestos a aprender en cada segundo y en cada evento? Cada
circunstancia, cada evento es nuestro maestro y cuando estamos dispuestos a ello, estamos
en paz, en presente; mientras que resistiéndonos a aprender nos resistimos a Ser, nos
resistimos a ser una corriente de aprendizaje continuo.

La causa de la pérdida de Paz es la rutina, y ésta apunta la resistencia. Nuestra rutina


interior es una señal de nuestra falta de paz.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 9.1

El aprendizaje es existencial; aprendemos cayendo y nos realizamos cuando somos los


reyes del territorio. Para que se dé el aprendizaje es muy importante la
actitud del aprendiz, la cual ha de ser una actitud humilde y flexible. La
actitud humilde es la que nos permite estar siempre aprendiendo.

9.- APRENDIZAJE, CAMBIO Y CAOS

El aprendizaje es existencial; aprendemos cayendo y nos realizamos cuando somos los


reyes del territorio.

Para que se dé el aprendizaje es muy importante la actitud del aprendiz, la cual ha de ser
una actitud humilde y flexible. La actitud humilde es la que nos permite estar siempre
aprendiendo. Ahora bien, también es necesaria una actitud de fecundidad; si no nos
dejamos fecundar no podemos hacer que algo germine. Así como en la tierra se ha de hacer
un surco para poder sembrar las semillas, en nosotros este surco se hace en el corazón, no
en el intelecto. Además, para que la semilla germine necesita calor y humedad – lágrimas y
dolores vividos con amor—. Llorar no es un problema; el problema que repitamos el papel
de víctima, que no entendamos que el dolor y el sufrimiento son reveladores del amor que
hay en nuestro corazón. Es necesario revelar la luz que hay en el dolor y en la sombra, y así
poder comprender.

Para entrar en materia, quizá, nos podríamos hacer las siguientes preguntas: ¿Cómo
aprendemos? ¿Cómo cambiamos? ¿Qué eventos en la vida nos hacen cambiar? ¿Cuándo
soy refractario o resistente al cambio? ¿Qué aumenta mis resistencias o impide la actitud de
aprendiz?

Fases del cambio:

1º) Negación a aprender: es la ignorancia de que ignoramos; es decir, desconocemos la


necesidad de cambio. En esta fase, externamente, nos encontramos bien. Como ignoramos
que ignoramos, todas las ayudas que nos llegan son estériles, ya que actuamos como si no
tuviéramos problemas.

2º) Indiferencia al cambio: sé que tengo un problema, pero no lo reconozco y, por tanto, no
me comprometo al cambio, y no inicio acciones para cambiar. En esta fase es importante la
figura del terapeuta porque puede ayudar a aumentar la sensibilidad para que se inicie el
cambio.

Cuando reconocemos nuestra ignorancia, empezamos a tener un punto de partida, que es


el territorio de nuestros límites. En este punto, empezamos a reconocer lo que nos falta,
vemos nuestro vacío. El temor al vacío impide que aprendamos.

3º) Compromiso: sé que tengo problemas, los asumo y me comprometo.

En la fase anterior aplazamos el cambio, pero en esta tercera fase nos comprometemos, es
decir, entramos en el presente. En este momento, la terapéutica es muy efectiva, pero
hemos de estar muy atentos porque es muy fácil volver a caer. Es necesario comprometerse
con la terapia.

4º) Cambio activo. Es una fase de alta velocidad en la que es necesario acompañar porque,
tanto puede haber un ascenso como un descenso, es decir, se pueden producir
agudizaciones de los problemas. En esta etapa se está al rojo vivo, se produce un caos que,
a su vez, es imprescindible para que se dé el cambio. Si en esta fase asumimos dar el salto
lo hemos de hacer asumiendo el territorio del caos; la vida torna oscura y nos mete en un
remolino que no conocemos, aumenta la sensibilidad al dolor, a la sombra a la belleza, a la
luz. En el interior del caos se siembra la semilla del fruto maduro, del Ser.

La sensibilidad nos lleva a hacer vicariaciones, bien progresivas bien regresivas. Estas
últimas nos llevan al pasado, a la involución, nos movemos en un nivel inferior de la
conciencia, nos congelamos en un estado anterior; vivimos el caos desde la víctima.

El caos es un orden constructor, pero para construir hay que destruir el orden antiguo. El
destructor sin creador nos lleva a la autodestrucción (drogas, alcohol, etc).
Emergencia = Presente = Plenitud de la conciencia. Podemos emerger si estamos en
presente, si estamos en conciencia de sí. Sin conciencia de sí hay involución, pero si nos
mantenemos en nuestro centro podremos ascender a un nuevo orden. Las emergencias no
se aplazan y es por ello que ahí surge el acto puro, ahí se manifiesta el alma.

PSICOLOGÍA DEL ALMA:

Capítulo 9.2

No se puede descubrir el límite si estás en él porque las cosas que están muy cerca son
invisibles. Para descubrir los propios límites hay que contraerse, silenciarse, regresar al
centro.

Cuando tenemos salud es porque rescatamos la armonía de nuestra totalidad interior, pero
esa totalidad interior está hecha de ritmos. Existe un ritmo básico hecho a caballo del cual
van los otros ritmos del cuerpo. Ese ritmo es de un oscilador de ritmo maestro que está
incorporada con un programa de la evolución en los núcleos olivares inferiores, de tal
manera que una perdida de conciencia es un trastorno del movimiento. Se dice que el
parkinson es un trastorno de conciencia por ausencia de dopamina. Esa es la cascada
efectora final. Un tic, ¿qué es?, un problema de conciencia también. Es un trastorno de
integridad de la armonía de la conciencia.

¿Qué es la epilepsia? Es un trastorno de la conciencia, me salgo de mi propio ritmo. ¿Qué


es una enfermedad? Es una disritmia. ¿Qué una depresión? Es un ritmo bajo

¿Y la manía? Es un ritmo más elevado. Pero son ritmos.

Cuando nos salimos de nuestros ritmos, enfermamos, bien lo llamemos manía, depresión o
psicosis maníaco-depresiva. Unas veces estamos arriba y otras abajo, así lo llamemos
diarrea o estreñimiento, taquicardia o bradicardia. De todas maneras, tanto a nivel psíquico
como a nivel orgánico lo que vemos son códigos rítmicos y la integridad de esos códigos
rítmicos es salud. Enfermamos cuando nos salimos de la integridad de esos códigos
rítmicos, tanto físicamente como psicológicamente. Se podría decir que tenemos paz
cuando vamos a nuestro propio ritmo, no al ritmo que otros marcan para nosotros.
¡Descubramos nuestro propio ritmo! Para ello, hemos de tener sentido de nuestro territorio
y de nuestros propios límites. La enfermedad es producida por hábitos de vida que nos
llevan fuera de nuestros propios límites. Los límites están relacionados con los ritmos de
luz, oscuridad, sueño, vigilia, absorción y excreción. Pero, ¿cómo descubrimos nuestros
propios límites? He aquí algo bien especial, bien difícil. Veamos como podemos realizar
esta tarea:

1º) No se puede descubrir el límite si estás en él porque las cosas que están muy cerca son
invisibles.
2º) Para descubrir los propios límites hay que contraerse, silenciarse, regresar al centro.

3º) Los límites internos y externos de un sistema sólo se reconocen desde el centro,
expandiéndose y contrayéndose.

El primer movimiento es contracción. Si nos podemos contraer y regresar a nuestro centro,


podremos conocer los límites de mi expansión. Enfermamos porque nos hemos contraído o
expandido más allá de los límites del sistema.

Tomemos el corazón como ejemplo. Si se dilatara más allá de sus límites, no volvería al
punto de regreso. Así, muchas enfermedades se producen porque hemos trascendido
nuestros límites más allá de lo infranqueable. Pasado el límite infranqueable estaríamos en
el territorio de no retorno. En este territorio se instala la enfermedad, la enfermedad
orgánica. Es como un resorte que se estira, pero más allá de cierto límite pierde su propia
contractilidad o revienta. Esto es lo que hacemos con la vida. Tomemos los músculos
como ejemplo: el brazo tiene un límite; se mueve hacia afuera, hacia delante o se mueve
hacia arriba, pero si intentamos hacer un movimiento hacia atrás provocaremos una
luxación del hombro. Diríamos que es un problema de la cápsula articular, un problema del
chófer que ha manejado ese instrumento. Realmente, si aprendiéramos a manipular nuestros
hombros (nuestro vehículo), no violaríamos nuestros límites.

4º) Los límites se pueden expandir conscientemente. Es decir, reconocemos nuestros


límites, no para quedarnos en ellos, sino para expandirnos. La clave de expandir los propios
límites es reconocerlos. Para ello es necesario realizar un entrenamiento.

¿Qué hace un gran artista? Supera sus propios límites. ¿Qué hace un gran deportista? Bate
récords. Actualmente, nos impresiona que un deportista de 1995 sea más fuerte y vigoroso
que otro de 1930 y, para explicarnos esto, pensamos que el de 1995 hace mejor uso de las
calorías y proteínas. Todos los años se baten distintos récords. ¿Cómo es posible que esto
ocurra? No es un asunto de fisiología, es un asunto de conciencia. Quien puede superar los
límites no es el cuerpo físico, sino la conciencia en el cuerpo físico. Una modalidad de
conciencia o una modalidad de utilización del cuerpo físico. Existe un territorio donde hay
paz cuando reconocemos nuestros propios límites, si no los excedemos. Sin embargo, con
nuestra conciencia podemos utilizar nuestro instrumento para superar esos límites a un
ritmo de expansión que sea tolerable por el cuerpo. A veces pretendemos superarlo, pero
vamos tan rápido que lo único que hacemos es disociar el cuerpo. Pretendemos meditar y
entrar en conexión con la galaxia, pero, realmente, con lo que entramos en contacto es con
nuestro corazón. Pensamos que hemos conectado con algo mágico, pero lo único que
ocurre es que nos disociamos del hijo, de la vida de la familia, de la vida cotidiana y
realmente levamos anclas para jamás volver. Nosotros pensamos a veces que iluminarse es
andar por ahí elevado. No; de lo que se trata es de poner los pies en tierra. Volver a poner
los pies en tierra es volver a mirar los ojos que me miran, volver a abrazar. Es saber que el
hijo está a nuestro lado, no por casualidad, sino porque diseñamos desde el alma un viaje
juntos, brazo a brazo, codo a codo, hombro a hombro. Voy con vosotros y no es una
casualidad que me estéis acompañando; vamos juntos y en ese ir juntos nosotros podemos
comprender otra ley: nuestro territorio es el territorio de los nuestros. Nosotros no tenemos
un territorio particular. En el mundo espiritual no existen los terratenientes ni las
alambradas.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 9.3

Cuando conquistamos el territorio de nuestra humanidad sucede


algo fantástico: nos convertimos en el Verbo Creador, somos la
Palabra de Dios, Somos creadores y, por tanto, participamos de
la creación.

Nuestro territorio es el territorio de los nuestros. Lo mío auténtico es lo nuestro y en ese lo


nuestro me renuevo y crezco, me puedo desarrollar. Supero mis propios límites cuando
reconozco en mí un profundo nosotros. Entonces empezamos a vivir una vida espiritual. El
territorio de la paz ya no es sólo un territorio interior en el sentido de que es mío sino un
territorio profundamente humano que es de todos, nuestro. Es allí donde encontramos la
paz. Esto nos lleva a ver, por ejemplo, que nuestros hijos no están fuera de nosotros, sino
dentro; por lo que podemos pensar que también tenemos el potencial de nuestros hijos.
Ellos nos enseñan. Concretamente, yo pensaba que para mí era imposible manejar un
ordenador, pero la vergüenza de ver a mis hijos cómo lo manejaban, me llevó a aprender y
eso se lo debo a ellos. Así, vemos que nuestros maestros no vienen del pasado ni de nuestro
presente, sino del futuro y es del futuro de donde aprendemos. Esos maestros del futuro
son nuestros hijos, los jóvenes en general y nos están revelando una forma de vivir y de
expandir la conciencia. Según mi modo de entender, creía que la música metálica era
negativa, pero he aprendido que en el sendero espiritual no existen negativos. Lo que es
negativo, es lo que se congela, lo que se vuelve exclusivo. En el sendero espiritual existen
la música metálica, la música pesada, el tango, el bolero y las marchas, las altas y las bajas
frecuencias. Esto es así, igual que existen el primer y el séptimo chacra; toda la vida es
ritmicidad cíclica.

Deberíamos empezar a incorporar en nuestro territorio nuevos territorios y renovarlo más a


menudo, sobre todo ahora que sabemos que ese territorio es el territorio del nosotros.

Vamos a ver que ese territorio del nosotros es el que conquista el animal que se mueve, que
genera un territorio que demarca con su orina, que se apropia de su pareja, etc. Lo que
ocurre es que ese territorio está destinado en el hombre a expandirse. No estamos aquí para
demarcar nuestro territorio, porque no estamos regresando al universo animal. Si lo
miramos en la perspectiva de la conciencia podemos ver cómo se produce esto: coger el
coche e ir hasta Viena sin que ningún policía nos pare es una maravilla. Ustedes se
acordarán de todas esas fronteras tediosas que había que pasar antes, de los pasaportes y
de los inconvenientes que surgían. De pronto, el mundo se amplia cuando el territorio de la
Comunidad Europea ya no sólo es el territorio de una comunidad económica y del Euro,
sino que es el territorio de una política y una conciencia colectiva, que empieza a emerger.
Esto es una maravilla porque esperar tres meses y mendigar una visa para poder venir a
España es terrible. Ese no es el mundo que nos espera poder vivir, ha de ser un mundo sin
fronteras.

Si revisamos el mundo de la geopolítica veremos que, en los últimos treinta años, se han
producido más transformaciones en las relaciones humanas, en las relaciones entre los
países, entre las religiones, entre los hombres, etc, que en más de dieciocho millones de
años que tenemos como evolución de humanidad. En estos treinta años ha ocurrido un
milagro.

¿Y si cerramos los ojos e imagináramos el porvenir? En este momento todos nos


quedaríamos cortos, pues en diez años no sabemos donde vamos a estar. Para poder
entender esto, podemos probar a cerrar los ojos e imaginar la vida hace diez años y volver
a ver el presente. El cambio ha sido vertiginoso. No nos ha cambiado la nariz ni los ojos, tal
vez tengamos más arrugas o seamos más ricos, pero eso no es el cambio de conciencia. Este
cambio trascendental de actitud hacia la vida en nosotros nos habla de que estamos
cambiando de territorio. Así que, el territorio no es el territorio externo, nuestro
apartamento, nuestra casa, nuestras fincas. Ya no es la tierra nuestro territorio, no es el
territorio de la economía ni el territorio del poder, ni siquiera el territorio del conocimiento;
nos estamos aproximando al territorio de la conciencia, el territorio de nuestra humanidad.
Cuando conquistamos el territorio de nuestra humanidad sucede algo fantástico: nos
convertimos en el Verbo Creador, somos la Palabra de Dios, Somos creadores y, por tanto,
participamos de la creación; entramos en ese vórtice de conciencia que es el quinto centro,
el hombre celeste (que se llama el Logos planetario). No es un hombre que está fuera, está
dentro, somos células de él, somos parte de él, somos un centro de energía en su ser. Si
participamos desde su ser de la creación, comprendemos que sin su participación es
imposible la creación, porque el programa de la creación es un programa de voluntades.
Un plano es un programa de amor, es un programa de inteligencia. La inteligencia creativa
y activa es la humanidad. Estamos aquí para crear la vida, para inventar la vida, para
recrear la naturaleza, también para hacer ingeniería genética a pesar de que nos
escandalicemos. Obviamente no es que lo hagamos o no, sino la intención que dirige esa
creación. No se trata de que no lo hagamos, se trata de cómo lo hacemos. No se trata de que
no estudiemos el genoma, se trata de para qué lo hacemos. Lo podríamos hacer para
recrear la creación, ser partícipes conscientes de la creación.

Generalmente sufrimos porque hemos perdido el territorio o, al menos, eso sentimos. Tras
esto asumimos la actitud de víctima, detrás la de culpabilidad y como última la del
resentimiento. Así es como nos quedamos congelados en el pasado y perdemos la paz. Por
tanto, lo primero que tenemos que hacer es recuperar la paz, recuperar el territorio; es
decir, el paraíso es interior. Es un territorio de un nosotros todos, interior. Vivimos la
humanidad, la familia, todas aquellas cosas en nuestro corazón y cuando somos ese
territorio somos el universo. El universo no es externo desde el punto de vista de la
percepción cerebral, es una construcción interior de tal manera, que es un territorio de
conciencia. Ese territorio es el que estamos invitados todos a habitar, el territorio de la
conciencia interior. Una vez que podemos habitar esa conciencia interior y movernos en
ella, es cuando surge el movimiento.
PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 9.4

Uno no puede reconocerse en el pasado o en el futuro, sólo se


reconoce en presente, cuando se está mirando, de tal manera
que no sólo nos conocemos, sino nos reconocernos en la
creación.

Vamos a ver el movimiento en muchos planos:

Hay movimientos externos, como ocurre en el Chi Kung. El maestro del Chi Kung realiza
unos cuantos movimientos, concentra la energía, la dirige y sana. Todos nosotros somos
maestros de Chi Kung porque estamos realizando en la vida la danza de la energía. Cada
una de nuestras palabras, de nuestras miradas, de nuestras acciones es, simplemente, la
exteriorización de un movimiento interno. No existe ningún movimiento externo que no
haya sido plasmado al interior; no hay ningún movimiento externo que no retroalimente el
movimiento interior; de tal manera, lo que vamos a ver en la conciencia es una dinámica de
relación entre el movimiento fuera y el movimiento dentro. Nuestra actitud corporal es un
movimiento congelado en nuestro cuerpo. La gastritis es un movimiento interno expresado
en el cuerpo, exteriorizado en el cuerpo, en la pantalla del cuerpo. La mirada es producto
de una síntesis compleja de movimientos internos que representan en cada momento el
status de relación entre el alma y el cuerpo. Eso es nuestra mirada. Todos esos movimientos
externos, realmente, son amplificaciones de movimientos internos. No por ser invisibles
son menos importantes. A cada paso corresponde una actitud y un movimiento interno. Ese
movimiento es un movimiento molecular, un movimiento de neuropéptidos y
neurotransmisores, pero siempre acompañado de un movimiento emocional. Si en cada
uno de nuestros pasos no hubiera una intención, un deseo o una emoción latente, ya no
podríamos caminar jamás. Así, que en nosotros se mueve también el deseo cuando nos
movemos. También se mueven el sentimiento y el pensamiento, y una imagen interna que
no es una imagen estática de la visión del mundo. Nos movemos por el mundo según lo
vemos, es decir, la idea que tenemos del mundo nos está moviendo permanentemente cada
una de nuestras acciones.

Así, empezamos a ver otra ley básica. La conectividad se expresa a través de la


reciprocidad. Todos los movimientos son recíprocos, como es arriba es abajo, como es
adentro es afuera, como es a la izquierda es a la derecha, como es adelante es atrás, lo
vamos a ver en todas las dimensiones, como en el futuro es el pasado. Hay cascadas de
resonancia que van desde el futuro hasta el pasado. ¿Pero cómo es el ser en presente?

En presente somos la síntesis de todos los movimientos, la clave de todas las relaciones, la
clave de todos los ritmos o reciprocidades. En presente somos el fiel de la balanza que
determina las relaciones entre esos opuestos, que son complementarios, que están arriba y
abajo, dentro y fuera, por los lados en movimiento simultaneo formando la espiral de la
vida con cada una de nuestras palabras, de nuestras enfermedades, etc. Todo lo que nos
pasa realmente es que nosotros le pasamos a lo que nos pasa. Eso no sucede desde afuera,
sino que ocurre profundamente en nuestro interior y todo esto nos lleva a otro sentido de la
responsabilidad: ¿Todo esta para qué? Simplemente, para decir que hay un momento de la
evolución en que surge un sujeto profundo, subjetivo, observador del mundo, transformador
del mundo, transformador del universo. Que hay un momento en la evolución en que nos
podemos mirar en el mundo y reconocernos; ese reconocimiento es conciencia. En términos
humanos, conciencia es conciencia de conciencia. Eso es un milagro, es conciencia
reflexiva, es la conciencia que mira y se reconoce. Reconocerse, por tanto, es conciencia
reflexiva, es conciencia interior, porque la conciencia se exterioriza, se retroalimenta
interiormente, se reconoce y así se comprende.

El hombre es conciencia de conciencia. Ese es un movimiento que solamente puede ocurrir


en el milagro del presente. Uno no puede reconocerse en el pasado o en el futuro, sólo se
reconoce en presente, cuando se está mirando, de tal manera que no sólo nos conocemos,
sino de reconocernos en la creación. Hemos de volver a conocernos en la danza del
creador, observar nuestra danza y aprender que ella está en nosotros y que nos permite
conocer al creador.

Un método para conocer al que danza es observar la propia danza. A él no le podemos


conocer pero a su danza sí, porque su danza es la naturaleza y esta naturaleza es parte de
nuestra naturaleza, una proyección de su naturaleza. Esto significa que nosotros somos Él.
Casa uno somos su danza, con la naturaleza formamos una sola danza y es Él quien danza
en nosotros. Ahora bien, esta percepción solamente es posible tenerla desde el observador.
Cuando alguien observa el mundo, el mundo se mueve. Para que haya un movimiento tiene
que haber un observador. ¿Pero es lo que mueve el observador? Su conciencia del
observador es la que se mueve, no el mundo, esa es la gran paradoja. Esto quiere decir que
no se mueve el tiempo, se mueve la conciencia de quién observa el mundo. Si súbitamente
se detuviera la conciencia de observador se detendría el tiempo; y cuando el tiempo es cero
la velocidad sería infinita. Veamos que esto quiere decir que nuestra máxima velocidad es
el aquietamiento de nuestra conciencia, o sea nuestra máxima quietud. Es en este
momento de máxima quietud que surge un hombre, surge el creador en nosotros, surge el
observador en nosotros. Ahora bien, ese momento ¿qué es? Es la pausa. Y ¿qué es la pausa?
La clave de todos los ritmos. El ritmo existe porque existen pausas. Las cosas continuas de
las cosas rítmicas las conocemos por las pausas. Así, que la pausa es la clave de los ritmos y
éstos son la clave de la vida.

Veíamos que la vida es ritmicidad cíclica, que la enfermedad es una alteración de los
ritmos, pero si nosotros llegamos de nuevo al punto de la pausa podemos ser maestros de
nuestros ritmos. Por ejemplo, si alguien hablara con un esgrimista experto y le preguntara:
¿cuál es la clave de su ciencia? Él respondería: respirar. Ser maestro de las pausas en la
respiración. Y si se hablara con un deportista de alto rendimiento, también llegaríamos a la
conclusión de que la clave de su altísimo rendimiento es ser maestro de su respiración, de
su ritmo, de su pausa. Cuando somos maestros de la vida, respiramos. Vive quien respira,
respirar no es ese automatismo que se repite. Hay que ser consciente de las pausas.
Ser conscientes de las pausas es ingresar en el territorio de los silencios, lo cual significa
entrar en el espacio profundo del presente, del tiempo presente. Entrar en el tiempo presente
está relacionado con la capacidad de moverse, no externamente, sino internamente; es
conmoverse. Conmoverse es reproducir internamente el movimiento de la vida. Eso es
moverse dentro, ya no hacemos ruido por fuera, sino que nos movemos por dentro. Me
muevo conmigo, me conmuevo frente al otro porque me reconozco en él y algo de mi
solidaridad se despierta. Conmoverse significa que estamos en presente y en presente la
vida es excitante. Desde el vórtice de la paz en el presente nacemos a la experiencia de la
excitación.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 9.5

Al estar en presente nos conmovemos, nos movemos interiormente,


olvidamos el pasado, por tanto entramos al mundo fluido de los
procesos del presente intenso y es ahí donde encontramos la pasión de
la intensidad.

La experiencia de la excitación es una experiencia de activación, no sólo de nuestro cuerpo


físico, también de nuestro cuerpo emocional que nos puede llevar a la unión interior
mediante el éxtasis. El éxtasis es, simplemente, la experiencia de unidad que produce la
vivencia del presente. Por lo tanto, si estamos con nosotros en presente, estamos viviendo
el éxtasis. El éxtasis, a su vez, nos permite comprometernos con la vida, hacer la vida muy
intensa. Esta es la otra experiencia del terapeuta. Si nuestra relación es intensa no
necesitaremos que sea extensa. Si es intensa es profunda y es presente, podremos
despertar el deseo de vivir la pasión por la vida, el sentido de vivir por el otro. Es decir, que
si nos movemos interiormente nos conmueves, y esto es profundamente contagioso porque
hay algo que dice al paciente “vale la pena vivir”. Algo grita en su corazón que tiene
sentido vivir y él se compromete con la vida. Esto hace que se despierte todo su potencial
interior para sobrevivir. El terapeuta le enseña a su paciente desde la vida (no desde las
palabras) que vale la pena vivir porque hay alguien que mira amorosamente, que se
conmueve, que ama, que comprende desde el silencio el sentido del dolor, alguien que
acompaña. Vemos que hay un nosotros que se construye en el territorio terapéutico y en
ese territorio del nosotros sí hay paz, sí hay silencio y sí vale la pena vivir, sí tiene sentido
la vida; entonces nos podemos exaltar.

Cuando nos exaltamos, inmediatamente, se produce una onda ascendente que viene por
todo este canal central al que llamamos Sushuma, el canal central de la médula espinal, que
recorre, no solamente el canal reticular y todas sus conexiones, sino también el líquido
cefalorraquídeo que está en el interior del canal medular. Esta onda es como aire de vida
que va ascendiendo automáticamente y enciende todos los ordenadores de los núcleos
basales del cerebro que son: el núcleo caudal, el estriatum, el globus palidus y el tálamo.
Todo esta unidad magnética, todos esos magnetos cerebrales, automáticamente se
dinamizan y se encienden y le envían su información al lóbulo temporal y a toda la región
del sistema límbico. Ese sentido de vivir se transfiere a través de la liberación de
noradrenalina. Liberamos noradrenalina, ya no se trata de la suprarrenal, no estamos en el
universo animal. Liberamos noradrenalina a nivel de un pequeño núcleo, que es el locus
ceruleus. La noradrenalina enciende cantidad de conexiones a nivel del sistema nervioso
central y toda la corteza. Después encontramos otra mina, la dopamina, que es la molécula
del amor. Existen moléculas del amor, de hecho para poder experimentar excitación se ha
de liberar dopamina. Sin dopamina la vida no es excitante, ni es apasionante. Para vivir la
vida como una aventura necesito la dopamina. Cuando estamos en el presente nos
excitamos, nos movemos interiormente, nos conmovemos con el otro, pero lo bueno es que
esto también está ocurriendo en plano de la electricidad cerebral, en el plano de la química
estamos liberando dopamina.

Miremos solamente a una cosa para que comprendamos la importancia de esto. Al estar en
presente nos conmovemos, nos movemos interiormente, olvidamos el pasado, por tanto
entramos al mundo fluido de los procesos del presente intenso y es ahí donde encontramos
la pasión de la intensidad. Visto así (a modo de símil) supongamos que un psicólogo, un
médico o un terapeuta están pescando en alta mar. Por la mañana cuando van a la consulta
se dicen: me voy a pescar. Uno pesca cosas que están sumergidas en el océano de la
conciencia y es una aventura de tal dimensión consagrarse a él, que cualquier terapeuta
podría trabajar muchas horas y terminar fresco y descansado, ya que es como regresar de la
jornada de pesca; ha practicado el hobby que más le gusta.

Entrar en el mundo del hobby, de la recreación, de la aventura, en el mundo placentero


donde en aquello que hacemos ponemos el corazón, es entrar en ese mundo del instante
donde somos el sujeto, el observador.

Es bueno que uno se ponga las manos por todo el cuerpo y de tres vueltas al día y se
pregunte: ¡Dios mío! ¿Dónde estoy? ¿Qué me he hecho? ¡Que yo me encuentre!, porque la
clave de la terapéutica no es que encontremos muchas cosas, sino que nosotros nos
encontremos con nosotros mismos en esa conciencia profunda de la conciencia, que es el
vórtice del presente. Entramos así en el mundo de excitación y ya no estamos haciendo algo
porque vayamos a ganar o vayamos a ser premiados, sino porque en ello y para ello
consagramos la vida. Es un momento muy bello que, realmente, se puede repetir
conscientemente, lo puede proponer conscientemente esa conciencia de la conciencia, o esa
memoria de sí.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 9.6
Así, cuando estamos excitados estamos liberando nuestra propia luz,
estamos transformando esa luz que estaba almacenada. Recordemos que
esa luz se ha almacenado del sol y transformando en emociones.

La dopamina y la excitación:

Vamos a profundizar en lo que ocurre con esto que llamamos excitación. Supongamos que
hacemos una disección del cerebro y que cogemos de todos los eventos la sublime
excitación. Vamos a tomar una sola cosa para darnos cuenta de su importancia. Tomemos la
dopamina y la vía dopaminérica. Es una vía muy importante; primero, porque hay
receptores de dopamina en todo el organismo, segundo porque la dopamina es una
molécula que representa la evolución de la luz en el hombre. Ella viene de otra molécula
más primitiva, es un aminoácido y se llama la tiroxina.

¿Qué es la tiroxina? Es un almacén de luz, es un resonador de electrones, es lo que permite


que nosotros tengamos melanina y pigmento en la piel. Es lo que permite que tengamos
unos los ojos azules, otros verdes, negros…

El milagro de la melanina, de los melanocitos, de todo este movimiento se da por nuestra


sensibilidad a la luz. La sensibilidad a la luz ocurre porque la luz entra en resonancia con
los electrones que están en el anillo conjugado de la tiroxina. El anillo conjugado rota a una
cierta frecuencia, y esta frecuencia de rotación entra en resonancia con la frecuencia de la
luz para que ésta se pueda almacenar.

Por lo tanto, la tiroxina es un almacenador de luz. La tiroxina, a través de un proceso de


dioxidación y metilación, se vuelve dopamina, de tal manera que nuestras emociones son
esa luz que hemos recibido primitivamente en la tiroxina.

Cuando estamos emocionados estamos iluminados; es decir, si algo es emocionante es


iluminador, si no es emocionante no es iluminador.

La vía humana es la vía de la pasión, de lo que enciende un fuego ardiente en nuestro


corazón. Ese fuego ardiente lo encendió el sol y lo acumuló para nosotros en la molécula de
tiroxina que debe transformarse en una molécula de dopamina y, finalmente, en una
molécula de noradrenalina. La noradrenalina y la dopamina son dos hijas de la tiroxina,
una de las almaceneras de luz. Así, cuando estamos excitados estamos liberando nuestra
propia luz, estamos transformando esa luz que estaba almacenada. Recordemos que esa luz
se ha almacenado del sol y transformando en emociones. Posteriormente, se liberan la
dopamina y la noradrenalina. Tomemos la dopamina, es un paquete de luz. Este paquete se
empaqueta firmemente formando un polímero complejo que lo llamamos melanina. Esa
melanina se oxida con la luz y se vuelve negra, así como les ocurre a las patatas peladas.

Realmente, melanina es dopamina oxidada, dopamina que con presencia de luz se vuelve
negra. Por eso, en el tallo cerebral hay una sustancia que se llama “sustancia nigra”. La
sustancia nigra es parte de esa zona del cerebro donde nosotros producimos más dopamina.
Cuando dejamos de producir dopamina podemos producir trastornos como el parkinson.
PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 9.7

En términos humanos, lo más importante de la vida es aprender,


pero para aprender necesitamos placer, necesitamos
conocimientos maestros fuera de los libros, necesitamos placer.
Si no hay placer no aprendemos, si no hay recompensa no se fija
la memoria y no aprendemos.

¿Qué es la melanina? Es un supercomputador biológico que está debajo de la piel. Ese


computador biológico es capaz de convertir la luz en electricidad. Es capaz de generar a
través de un quanto de luz o un fotón, una corriente eléctrica. Ese supercomputador
biológico está distribuido en las partes más críticas del sistema nervioso central porque es
allí donde manejamos el placer y el dolor. Donde manejamos todos los circuitos de
recompensa.

La dopamina hace tres cosas:

Recorre todo el cerebro a través de un circuito que va desde el tallo cerebral hasta los
lóbulos frontales pasando por todo el encéfalo, la parte medial del encéfalo, con el haz
medio del telencéfalo. ¿Cuál es la importancia de este circuito? Que es el circuito del
placer. En términos humanos, lo más importante de la vida es aprender, pero para aprender
necesitamos placer, necesitamos conocimientos maestros fuera de los libros, necesitamos
placer. Si no hay placer no aprendemos, si no hay recompensa no se fija la memoria y no
aprendemos. La condición del aprender es el placer, la condición de la relación terapéutica
también es el placer. Si la relación nos complace, nos satisface, si nos sentimos queridos y
apreciados, regresamos y hacemos la terapia.
Vamos a ver una paradoja: si algo es placentero, aunque nos duela, repetimos. El dolor
produce placer, es uno de los agentes productores de placer, eso explica el masoquismo. Si
marchar al terapeuta nos produce placer, aunque nos duela lo que nos propone,
volveremos. Así vemos, que hay cosas que duelen, pero producen más placer que dolor.
Aunque un tratamiento me duela, pero me produce un mayor placer, he de volver. El
psicólogo quizá nos haga llorar, pero después de ese llanto y dolor queda uno tan aliviado
que ha de volver. Siempre hay un balance entre el placer y el dolor. Es en ese balance donde
nosotros nos estamos moviendo porque buena parte de nuestra conducta es asignada por la
necesidad de recompensa. Sin recompensa no hay conducta humana. Toda conducta
humana implica en algún nivel la recompensa. Así, que nosotros buscamos la recompensa,
no estamos aquí por masoquistas, posiblemente si un poquito, pero hay mucho más de
placentero para nosotros, en que nos encontramos con
nosotros. No por lo que nos dicen, sino porque en eso que nos dicen entramos en resonancia
con alguien en nosotros que ya lo sabe y necesita revelarlo. Esto es lo hemos pensado, tal
vez no lo hemos integrado, pero si pensado. Entonces lo revelamos, lo afirmamos y lo
volvemos parte de la vida. Por tanto, necesitamos en la evolución de la conciencia mucho
placer. Obviamente, vamos a ver que ahí están muchas de nuestras dificultades; en el placer
y en nuestra aproximación a él.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 9.8

El caos es el método del destructor y sin ese método, el creador,


el hombre, no puede construir una nueva realidad. Existe un
arquetipo del destructor en nosotros, que ha de destruir el
orden antiguo para hacer emerger un nuevo orden.

En el intermedio han venido tres pacientes que nos van a enseñar mucho. Una de estas
personas es una mujer con miedo, un miedo especial. Tiene un diagnóstico de hipertensión
de la arteria pulmonar. Obviamente, eso le genera problemas pulmonares, disnea cuando le
interrogamos. Es un trastorno que no es congénito porque sólo hace tres o cuatro años que
ella viene experimentando la disnea y los problemas respiratorios. Cuando hacemos el
interrogatorio el determinante en su vida es el miedo, el temor, mucho temor de proyectarse
al mundo, mucho temor de salir al mundo. Se le presenta su primer momento de salir al
mundo con la oportunidad con su primer trabajo. Ella experimenta mucho miedo de
proyectarse y exteriorizarse. Lo que está escrito en el pulmón en este momento es un
temor de relacionarse con el mundo, se queda constreñida adentro, no se alimenta a través
de su arteria pulmonar. Su corazón, que es la red vascular, se disociara de su pulmón, que es
como la voluntad de vivir. El ritmo respiratorio tiene que ver con el pulmón, por eso para
alguien que fuma es tan difícil dejar de fumar. El que fuma, tiene voluntad para todo menos
para dejar de fumar, porque está unido a un circuito orgánico que tiene que ver con la
voluntad. La voluntad está, en cierta forma, enferma. Hay dos circuitos: el del pulmón, que
tiene que ver con la voluntad de vivir en la respiración y el del corazón, que tiene que ver
con las arterias.

¿Qué compromete el amor por la vida y voluntad de vivir en ella?

Cuando hablamos con ella, hablamos con su madre y ésta nos dice que ella se negaba a
nacer. No nació a los nueve meses, ella nació a los diez meses. Pero, ¿por qué se negaba a
nacer? Porque su madre vivió una situación extrema. Tuvo un accidente de un hijo de once
meses. La madre tuvo un temor intenso, mortal, hacia el octavo mes de embarazo, por lo
que la hija temió por su vida y temió salir; de tal forma que la conciencia de su madre
estaba incorporada en la hija hasta el punto que en el momento de volver a nacer a la vida,
de proyectarse al exterior, ella hizo una estenosis de la arteria pulmonar que no vino por
azar. Si ella hubiera nacido con una estenosis congénita se habría manifestado con una edad
más temprana. Se manifiesta en el momento de su segundo parto, en el momento de
exteriorizarse. Se manifiesta ese temor como una obstrucción del cuarto centro (el centro
del amor) El temor obstruye el amor, impide la manifestación externa del amor.
El segundo caso es el de una persona que nos cuenta que después de pasar por una
situación de cambio muy traumática en la infancia, se encontraba llevándose el dedo de
nuevo a la boca. Esta persona tiene un trauma y automáticamente se pone otra vez el dedo
en la boca, es decir, asume una actitud regresiva. Esas actitudes en las cuales nosotros nos
congelamos en un estadio anterior del desarrollo de la conciencia provocan que el caos no
haya sido vivido como una oportunidad, sino como una catástrofe; que nosotros hayamos
soportado como víctimas el caos y no hayamos sido los artífices en el momento de la
tormenta.

Digamos que el caos tiene unas fuerzas intrínsecas de tal dimensión que nos sirven para dos
cosas: o para destruirnos o para construir un orden superior.

El caos es el método del destructor y sin ese método, el creador, el hombre, no puede
construir una nueva realidad. Existe un arquetipo del destructor en nosotros, que ha de
destruir el orden antiguo para hacer emerger un nuevo orden. Pero ese arquetipo del
destructor, si no se acompaña del creador puede llevarnos a la autodestrucción. Muchos
problemas de drogadicción, por ejemplo, son el arquetipo del destructor que actúa sin la
compensación del creador. Es un destructor que en nosotros actúa sin conciencia, de tal
manera que se vuelve una compulsión destructiva. Es una compulsión muy frecuente en
nuestra cultura, y eso se debe a que no sabemos vivir el proceso de cambio desde el caos.

Recordemos por último, que en el momento del caos tenemos una sensibilidad extrema,
tenemos las semillas de un nuevo orden y es que la vida no puede volver a ser igual. Así, se
nos presentan dos posibilidades: la vida se bifurca hacia abajo o hacia arriba. Eso depende
de nosotros ya que, puede ser un caos creativo o puede ser un caos destructivo, predomina
una u otra fuerza.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 9.9

La conciencia de sí es el gran canalizador de los impulsos y los impulsos


son la materia prima de nuestra creación. En general nosotros hemos
creído que es matando los impulsos como los podemos controlar y
realmente hemos perdido el poder y el control de nuestra vida porque
los matamos o los reprimimos.

EMERGENCIA: la emergencia es presente y presente es plenitud de la conciencia.


Podemos emerger solamente si estamos presentes, si estamos en el centro. Cuando
emergemos nos acompañamos de las leyes del ascenso que son las de levedad, las leyes de
la conciencia. Si hay conciencia hay emergencia, si no hay conciencia de sí, lo que hay es
involución. Lo más importante en el caos es que estemos en el ojo del huracán y el ojo del
huracán no es externo, es nuestro propio centro. Si logramos mantener nuestro centro en el
seno del vórtice caótico de la tormenta, podremos ascender a un nuevo orden.

Esa emergencia se relaciona también con el tiempo, es decir, emergencia significa aquello
que sólo podemos hacer en presente, las emergencias no se aplazan. Un médico que atiende
una emergencia, no va a consultar a la biblioteca.

En la emergencia surge el antes nombrado acto puro; por tanto, es la perfecta sincronicidad
del pensar, el sentir y el actuar; es la perfecta coherencia. En la emergencia está presente el
Alma. Ustedes ven a alguien pusilánime, más o menos tímido, que no se atreve a matar una
mosca, que tiene mucha dificultad en sus relaciones, en su comunicación, y súbitamente,
bajan dos personas ahogándose por el río. También ven que hay dos salvavidas y dos
nadadores que no se atreven a lanzarse porque ven el tema peligroso. Ocurre que este
pusilánime se lanza, nada, los saca y después queda tembloroso: ¡ Dios mío qué es lo que
hice! Pero él no pensó. En ese momento hubo un acto puro, una manifestación de
coherencia total, una energía que se manifiesta en él, que es la energía que eleva la de la
conciencia, la levedad o el alma y produce un acto heroico allá donde ustedes menos lo
esperaban. Aquellos que eran muy aptos para nadar y para salvar no lo hicieron, pero este
que no era apto, simplemente, se consagró a esa actitud interior del arrojo, del abandono, de
la renuncia total, fluyó en el vórtice caótico y lo sacó. Estamos llenos de experiencias. Si
viéramos a una madre que alza una tractomula, saca el niño y después dice: ¡Dios mío!
¿Cómo hice para alzar esta tractomula! Obviamente, si lo hubiera pensado no la hubiera
podido alzar; pero en ese momento ella estaba en ese vórtice de conciencia no local. El
vórtice de conciencia no local se reconoce cuando nosotros experimentamos una necesidad
suprema. Los hombres somos hijos de la necesidad, así hemos sido reconocidos en las
antiguas tradiciones. Si experimentamos una necesidad tan grande de actuar y nos dejamos
llevar desde esa necesidad en un momento de emergencia, estamos en presente y nuestra
conciencia tiene un potencial infinito. Pero si tuviéramos tiempo de pensar estaríamos
perdidos. Vamos a ver como en la conciencia intuitiva no se piensa, pues es una conciencia
total. También vamos a ver como la inspiración no se prepara, ni siquiera la dulzura se
prepara. Las personas no decimos: “bueno ahora me voy a poner muy dulcecito o muy
tiernecito.” Somos dulces o somos tiernos o somos amorosos o estamos inspirados. No
sacamos el metro para medir la métrica de los poemas, simplemente fluyen y en ese fluir,
realmente, dejan que rote el alma. Esos instantes de emergencia se experimentan como una
necesidad interior. El pintor no pinta por contrato, es muy difícil. Lo realmente auténtico es
hijo del momento, surge de la necesidad del presente. El pintor pinta por necesidad, la
necesidad sublime de expresar su alma es lo que le lleva a expresarse a través de la pintura.
El poeta hace lo mismo. El hombre que empieza a crear, a manifestar su personalidad
creadora, es alguien que realmente esta viviendo un mundo de necesidad, él lo hace así
como el niño satisface su sed con su biberón, de la misma manera el poeta satisface su sed
de vida escribiendo. Es realmente sed de vida lo que se manifiesta en esos momentos de
emergencia y es así como se da el cambio.

Para hacer más hincapié sobre el tema de la emergencia nos podríamos hacer las siguientes
preguntas:
¿Cuándo vivimos en la vida como hijos de la necesidad? ¿Hemos sido alguna vez hijos de
la necesidad? ¿Cuándo he sido movido por una necesidad interior no programada, no
creada desde afuera, sino algo que brota como un manantial del corazón? ¿Cuándo he
tenido un impulso súbito e intenso de gritar, de abrazar, de escribir, de amar, de viajar, de
salir corriendo? ¿Cuándo me he sentido arrastrado por los eventos y sin embargo no he
tenido conciencia de haber perdido el control? Este es uno de los momentos más mágicos
de la vida, es el momento en el que nos dejamos llevar, pero en ese dejarse llevar nos
descubrimos interiormente, descubrimos que en ese dejarse llevar no somos espectadores,
sino actores. Los impulsos son sagrados, son los pulsos interiores de la vida, y los impulsos
son materia prima del alma; sin impulsos no hay creación. La creación es un patrón de
organización rítmico, siempre nuevo que tiene como arquetipos los impulsos; siempre hay
un pulso interior, un impulso creativo. Los impulsos no son malos, jamás son negativos. El
impulso de amarnos es excelente, es una maravilla y está dirigido por nuestra conciencia,
no reprimido por nuestra conciencia, sino dirigido por ella. La conciencia de sí es el gran
canalizador de los impulsos y los impulsos son la materia prima de nuestra creación. En
general nosotros hemos creído que es matando los impulsos como los podemos controlar y
realmente hemos perdido el poder y el control de nuestra vida porque los matamos o los
reprimimos. Un impulso de ira puede ser santo, o puede ser terriblemente destructivo, eso
no depende de la ira en sí, no depende del impulso; depende de nuestra conciencia.
Nuestra conciencia es el canalizador que hace que la ira lleve a un vórtice de vicariación
progresiva o vicariación regresiva. Es decir, que hace que involucionemos o
evolucionemos. Todas las emociones negativas tienen un polo positivo y ese polo positivo
es que tengan un canal por el que puedan fluir. Todas las emociones negativas están
destinadas a recorrer el camino de Eros a Logos, del ello al superconsciente, del cuerpo al
alma a través de nuestro instrumento, todas las emociones son un manantial que esta
destinado a llegar al mar; todas, absolutamente todas. Lo que las hace negativas es que
nosotros las reprimimos. Cuando se reprimen se desbordan y es entonces cuando pueden
ser destructivas. Éste es el lado negativo de las emociones. De todos modos, no olvidemos
que la conciencia es el gran canalizador que hace que todas nuestras emociones tengan un
sentido, tengan una dirección, asuman un propósito y se llenen de colorido. La vida se llena
de colorido cuando no negamos los impulsos, cuando no negamos las emociones. Un
impulso de agresividad puede ser un impulso santo, puede ser un impulso de
autodeterminación, un impulso de autoreconocimiento, puede ser un impulso que me lleve
a la justicia, pero ese impulso va a ser más o menos santo, dependiendo del canal, de la vía
a través de la cual yo canalice ese impulso.

Todo esto nos introduce en un capítulo apasionante que va más allá del cambio.

Recapitulemos, somos aprendices y la vida es un proceso de aprendizaje. Aprendemos


cuando cambiamos, cambiamos cuando aceptamos la caída, aceptamos la caída cuando, con
humildad, somos capaces de sumergirnos en un vórtice caótico y descubrimos en el seno de
nuestra propia sombra el potencial de nuestra propia luz, cuando a través de la conciencia
podemos modular el proceso de cambio para pasar de las leyes de la física, de la entropía o
de la gravedad, a las leyes de la conciencia, la entropía negativa, la organización o la
levedad. Las vías canalizadoras del cambio nos llevan a niveles superiores de conciencia.
PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 10

El cambio puede ocurrir de muchas maneras, pero no de cualquier


manera, porque cuando dejamos que el cambio ocurra de cualquier
manera estamos condenados a repetirnos, o vamos a regresar en lugar
de avanzar.

10.-NIVELES SUPERIORES DE LA CONCIENCIA: LAS VIAS


CANALIZADORAS DEL CAMBIO

Ahora vamos a hacer referencia a algo esencial que se relaciona con el


desarrollo de los niveles superiores de la conciencia y la personalidad creadora
o la personalidad creativa. A esto lo llamamos las vías canalizadoras del
cambio.

El cambio puede ocurrir de muchas maneras, pero no de cualquier manera,


porque cuando dejamos que el cambio ocurra de cualquier manera estamos
condenados a repetirnos, o vamos a regresar en lugar de avanzar; es decir,
vamos a descender. Por tanto, existen vías que canalizan el cambio y las
llamamos vías canalizadoras del cambio. Éstas se corresponden con las leyes
de la creación, las cuales son de tres tipos:

 Las leyes del espíritu o leyes de síntesis.

 Las leyes del alma o leyes de la conciencia o de atracción


magnética
 Las leyes de la naturaleza o leyes de la economía.

Las leyes intermedias, que son las de atracción magnética, rigen la relación
entre las primeras leyes del espíritu y las terceras leyes de la naturaleza. De tal
manera, que tenemos un sustrato intermedio, el alma, la conciencia, la
atracción magnética que nos permite manejar esos dos tipos de leyes.

Vamos a ver otro modo de denominar a estas leyes:

 A las leyes de síntesis, leyes de la voluntad o propósito.

 A las leyes de la conciencia las leyes del Amor-Sabiduría

 A las leyes Economía, leyes de la Naturaleza o leyes de la


inteligencia activa o de la inteligencia en movimiento.

Así, que nos introducimos en algo que nosotros conocemos, pero no


reconocemos porque no lo manejamos en la vida cotidiana. Se trata de la
voluntad, del amor y de la inteligencia. La voluntad, el amor y la inteligencia,
son las vías canalizadoras del cambio, es decir, el cambio ocurre a través de
estas direcciones. Fuera de estas direcciones puede ocurrir cambio, pero no
será significativo, es decir, que no podremos asimilar ese cambio en la vida, no
será integrador ni sanador; perderemos el proceso de cambio.

¿Cómo crear las vías que nos lleven a cambiar con un propósito, una dirección
y un sentido determinado?; es decir, ¿cómo ser maestros de nuestra propia
evolución?

Vamos a tratar de mirar esta pregunta desde el sendero de la evolución.

Según Rupert Seldrake las leyes de la naturaleza son los hábitos de la


naturaleza. Una cosa sucede, simplemente porque ha ocurrido muchas veces, y
si ha ocurrido muchas veces, tiene cada vez más tendencia a ocurrir. De tal
manera, que llega un momento que no puede ocurrir de otra manera, siempre
tiene que ocurrir así.

Imaginemos un vórtice de conciencia, un océano, el Titi Kaka. Allá en la altura

hay un lago inmenso que es el potencial de la conciencia, el potencial creador.

Cuando aumenta el nivel, automáticamente, él se desborda por múltiples sitios

y hay inundaciones. Podríamos crear una compuerta en el lago para que

cuando sobrara agua se pudiera aprovechar potencial para generar luz. En vez

de usar la hidroeléctrica, se destruyen por inundación muchos poblados.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 10.1

Toda energía adecuadamente canalizada sirve para construir la vida,


para ascender en el sendero de la conciencia y para llegar al sendero de
la inclusividad.
Buena parte de nuestros males se derivan de esto. Nosotros tenemos un
potencial de conciencia infinita, es un potencial de tal dimensión que puede
destruirnos y frecuentemente se libera la compuerta y hay una inundación que
produce una muerte por ahogamiento. Es la historia de los diluvios universales.
Creemos que los diluvios universales se refieren en la historia a un evento
físico, pero no son sólo un evento físico. Se trata del hombre atlante
literalmente ahogado por sus emociones, por su propio cuerpo astral,
desbordado por su propio poder; es el mago que se vuelve víctima de su propio
invento, el que sabe abrir los grifos, pero no sabe cerrarlos. En ese juego de
magos en el plano astral, el hombre se inundó; pero no sólo se inundó su
conciencia, sino, obviamente, la posibilidad de supervivencia en sus territorios
físicos. Esto se debe a que todo está relacionado, de tal manera que el diluvio,
simplemente, es un símbolo y una alegoría de cómo, cuando no hay la
canalización, o sea alineación del instrumento, su propia energía le puede
destruir.

El amor es una energía muy bella, pero es la energía más destructiva de


este planeta. No porque el amor sea destructivo, sino porque lo hemos
empleado como motivo para destruir. En nombre del amor se han hecho
las guerras, en nombre del amor se crean los paternalismos y las
sobreprotecciones, las dependencias, las adicciones; así que en nombre
del amor y con la energía del amor nosotros hacemos barbaridades. El
amor no canalizado es supremamente tóxico.

Por lo tanto, toda energía adecuadamente canalizada sirve para construir la


vida, para ascender en el sendero de la conciencia y para llegar al sendero de
la inclusividad. Por ejemplo, si hay una buena diferencia de potencial, el río va
a ir al mar, se va a dirigir hacia él a través del cauce, sin embargo si hay una
excesiva diferencia de potencial, simplemente, se desbordará. Recordemos
otra cosa esencial, los ríos nunca hacen su recorrido hacia atrás ni hacia arriba,
y así como los ríos no hacen su recorrido hacia arriba, el hombre no puede
hacer su recorrido si no se convierte en servidor. El mar está debajo de los ríos.
El hombre se humaniza cuando está por debajo de los otros, cuando sirve, y
cuando él sirve realmente, puede recolectar el potencial de la conciencia,
porque si no servimos estamos trasladándonos a otro nivel distinto del de la
humildad. Ya no sólo somos humildes, sino que también servimos y entonces
estamos recreando la diferencia de potencial para que los ríos de la conciencia
vayan al mar de la unidad.
Vivir es aprender. El aprendizaje ha sido colectivo, hemos crecido todos a
través de esos territorios de conciencia que llamamos los memes. Resumiendo,
podríamos decir que esa conciencia de los memes puede ser una conciencia
reactiva, una conciencia de ataque huida, una conciencia relajada o pacífica,
intuitiva, creativa, visionaria o una conciencia sagrada, en definitiva, es el río
de la conciencia.

Como humanidad podemos hacer el recorrido por todos esos territorios de


conciencia, pero es imposible si no nos alineamos.

La alineación consiste en crear una vía canalizadora de cambio para que el


potencial de la conciencia produzca luz, ya que si no lo que se van a producir
son catástrofes. Lo que nos da la vida nos puede dar también la muerte, la
destrucción. Me estoy refiriendo al alma. Su energía puede revelarse en
nosotros como enfermedad. A menudo, buena parte de lo que nos ocurre es
debido a las mismas energías del alma generando una fricción sobre nuestro
instrumento.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 10.2

Todo control es triple y concierne al amor, la voluntad y la


inteligencia.El control tiene que ver con las vías ordenadoras del
cambio. A esas vías ordenadoras del cambio las llamamos
creodas y ellas establecen lo que podemos denominar dominios
de conciencia.

Vamos a aprender a manejar las vías canalizadoras del cambio, cómo se dan
esos ríos de conciencia en nosotros y cuáles son las conciencias que se
unifican. Se trata de volver a integrar lo que está dividido, volver a reintegrar
nuestra conciencia coherentemente para rescatar la integridad. La integridad
es la salud y la salud integral concebida en esta forma, no sólo como salud
física, es la realización de la personalidad.

Bueno, ahora hemos de hacer un esfuerzo porque el calor hace que la mente
entre en un estado de entropía, el calor desordena, por eso los monasterios no
los ponen cerca de la costa, sino en la cima de las montañas. Ya ven que los
maestros de los Andes y el Himalaya saben donde están. El frío, pues, ordena y
el calor desordena. Este desordenamiento nos lleva hacia la exteriorización y
hacia la actividad y el frío nos lleva hacia la interiorización. El frío alinea y el
calor desalinea. Mejor dicho, el frío alinea con los estados superiores de la
conciencia y el calor alinea, pero con los estados inferiores de la conciencia;
por tanto, cuando hace calor, queremos irnos a la playa, tomar algo fresco,
algo mas leve, más ligero, todo menos pensar. Así que, que ahora vamos a
nadar un poquito contra la corriente, pero de eso se trata; es decir, cómo
nosotros podemos producir un frío interior cuando hay un calor exterior. Es lo
mismo que ocurre en invierno; hay un frío exterior y ustedes encienden el
fuego. La hoguera, el hogar y el amor, los hijos, la familia, la interiorización, el
nacimiento del niño, todo esto que ocurre alrededor de un fuego interior. De tal
manera, que esos movimientos son de alineación, pero hay una alineación
hacia el exterior y una alineación hacia el interior. Para alinearnos al interior
nos tenemos que aquietar y ese aquietamiento produce un contacto con las
formas o con los estados superiores de la conciencia. Sin embargo, es
necesario que nosotros aprendamos a alinearnos interiormente, aunque todo
esté desordenado afuera. Es decir, no podemos pretender que vamos a tener
un orden interior simplemente porque todo se ordena afuera, esa no es la
condición. Precisamente, lo que es significativo, es que conservemos un orden
interior en medio del torbellino exterior, que conservemos el control, a eso lo
llamamos la ciencia del control. La ciencia del control tiene que ver con la
primera faceta del carácter. Todo control es triple y concierne al amor, la
voluntad y la inteligencia, y el control tiene que ver con las vías ordenadoras
del cambio. A esas vías ordenadoras del cambio o vías ordenantes, las
llamamos creodas y ellas establecen lo que podemos denominar dominios de
conciencia.

PISCOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 10.3

La conciencia es, así, el instrumento de interacción con el campo


cuántico.

1.-Las creodas y los dominios de conciencia

Todos nosotros habitamos un territorio o dominio de conciencia. Son nuestros dominios. De


hecho, todo lo que se manifiesta en nosotros es siempre producto de un dominio subjetivo
de conciencia. A esos dominios subjetivos de conciencia los vamos a llamar “Do”, porque
ya sabemos que la conciencia es un patrón de orden y ese patrón de orden es un dominio de
orden subjetivo. Estos dominios de orden subjetivo son la trama de nuestro psiquismo de
donde en todo momento está emergiendo el oleaje de nuestra actividad. Esa trama es
nuestro propio orden implícito, nuestro tejido. Cada uno de nosotros tenemos un tejido de
soporte de nuestra conciencia, el cual está hecho de vínculos. Entre los vínculos se da una
vibración, a la que llamamos reciprocidad. De tal manera, que la vida es un dominio de
orden “ DO”, la primera nota, que está constituido por dos elementos, los vínculos, y entre
esos elementos las vibraciones que llamamos reciprocidades. Esto establece un territorio
interior, un dominio de orden, y de ese dominio de orden emerge todo aquello que nosotros
somos, todo aquello que es visible en nosotros. Este dominio de orden, a su vez, está
producido por lo que comprendemos, pues sólo dominamos aquello que comprendemos. Lo
que comprendemos es lo que sabemos, no lo que entendemos. Lo que sabemos, podemos
decir, es lo que saboreamos. La sabiduría es un sabor, un colorido de la vida, algo que se
vive con sentido, pero a lo que están aplicados todos los sentidos. Si un conocimiento no
me sabe a nada no es sabiduría, no es comprensión y, obviamente, no lo poseo, no forma
parte de un dominio de orden interior. Por tanto, estos dominios de orden interior están
constituidos por un conocimiento que se ha vuelto comprensión.

La comprensión es producto de un orden que, a su vez, tiene líneas producidas por creodas
o por factores, canales, causas ordenantes; en definitiva, lo que permite la alineación.
Vamos a ver que esta alineación se da siempre entre varios instrumentos o entre varios
vehículos:

Alineación en el interior del cuerpo físico: esto determina el estatus de mi columna, el


estatus circulatorio, el estatus neuromuscular, etc.

Alineación entre el cuerpo físico y emocional: relacionada con el dominio de orden


emocional. Los distintos cuerpos o unidades de conciencia están dialogando entre sí, es
decir, se produce como una música, como un sistema de octava, siendo la octava física la
octava inferior. Sin embargo, vamos teniendo cada vez octavas más elevadas que establecen
un sistema de armónicos, lo que significa que cuando se toca una nota arriba, forzosamente
esa nota va a repercutir a lo largo de toda la cuerda. Así, podemos ver que que el carácter
está hecho de cuerdas. Asumamos que son cuerdas; pero es que la conciencia y el cosmos
son, también, supercuerdas. Nosotros vemos los eventos como algo aislado, pero no es así
en realidad. Un evento psíquico se conecta con un evento emocional, con un evento físico,
con un evento enzimático, químico u orgánico. Todo ello representa una misma vibración,
la cual va cambiando de frecuencia. Hay vibraciones más altas, más sutiles y vibraciones
más bajas, un poco más lentas. Sin embargo, todas están ocurriendo a lo largo de una sola
vía canalizadora de cambio, es decir, a lo largo de una sola cuerda. De lo que se trata
psíquicamente es de ser maestros de esas cuerdas porque estas cuerdas unen puntos
cruciales. Un punto crucial es un punto de cruce, un vórtice caótico, y un vórtice caótico es
un lugar de aprendizaje, un lugar de máxima conciencia en el sistema; de tal manera, que en
esos cruces encontramos la máxima conciencia del sistema. Estos cruces no están aislados,
sino que forman todos una red que se relaciona en nuestro orden subjetivo con la red
cuántica, con la red de quantos. Así, entendemos que una red de conciencia está en
resonancia con la red virtual cuántica y empezamos a comprender otra dimensión de la
conciencia. La conciencia es así el instrumento de interacción con el campo cuántico, eso es
la conciencia.
PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 10.4

A través de la conciencia podemos cambiar la realidad. La


conciencia realiza, es decir, hace que el mundo de lo subjetivo,
el mundo virtual, se precipite en el mundo de la realidad, lo que
quiere decir, que todo aquello que vemos como una
manifestación externa, es también la manifestación de una
interacción de la conciencia.

A través de la conciencia podemos cambiar la realidad. La conciencia realiza, es decir, hace


que el mundo de lo subjetivo, el mundo virtual, se precipite en el mundo de la realidad, lo
que quiere decir que todo aquello que vemos como una manifestación externa, es también
la manifestación de una interacción de la conciencia. Es también la manifestación de un
deseo o de una intención, un propósito o una dirección de un creador. Ya no estamos
hablando del creador externo sino que estamos accediendo a la conciencia creadora.
Nosotros, como creadores, si entendemos esa dinámica, nos vamos a dar cuenta entonces de
esta unidad esencial que llamamos un dominio de orden, del cual emerge todo nuestro
comportamiento, todo aquello que hacemos. Un dominio de orden entonces es un territorio
del cual hemos tomado posesión, porque nosotros tenemos un territorio infinito, pero eso
no nos sirve de nada. Realmente, tenemos poder de aquello de lo cual hemos tomado
posesión. Hemos tomado posesión sobre los dominios de orden y los dominios de orden
son producidos por un estado de alineación.

La alineación puede ser vertical u horizontal. Se puede referir a un sólo nivel o se puede
referir a varios niveles que se alinean. El movimiento de la conciencia en el hombre es un
movimiento de verticalización. Por eso no andamos por ahí a cuatro patas, porque nuestra
conciencia se ha verticalizado, no sólo nuestro cuerpo, sino también nuestra conciencia.
Esto tiene que ver con el acceso a octavas superiores, por eso estamos escuchando cierto
tipo de frecuencias que han favorecido la verticalización. Vamos a verlo un poco más
detenidamente en términos de lo que conocemos: Ustedes tiene un vínculo, San Sebastián,
ese vínculo genera una red, y esa red establece territorialmente lo que está asociado de
alguna manera con los pueblos vecinos; no sólo con los pueblos vecinos, sino con sus
culturas; no sólo con sus culturas, sino con sus países. Todo esto va estableciendo dominios
de orden que van estableciendo esferas de conciencia, así que, ustedes están en San
Sebastián, en España, forman parte de la Comunidad Europea y por ello forman parte de
una cultura y participan en esa cultura.

Esto nos determina muchísimo más de lo que nosotros pensamos o creemos: “Uno” como
centro o vínculo de referencia. Nosotros estamos aquí, asumámoslo teóricamente, pero estar
aquí significa que hay un vínculo esencial. Podemos tener muchos vínculos, pero sin este
vínculo esencial o vínculo céntrico todos los otros vínculos pierden sentido y aunque
tejamos una red muy amplia, siempre vamos a estar perdidos. A esto lo llamamos el vínculo
de referencia.

Aparece el “dos” como los dominios de orden subjetivo. Uno es una unidad de orden
céntrico, desde el cual el dos, es decir, todos los dominios de orden subjetivo, tiene razón
de ser, así que tenemos el uno y el dos. Dos son todos los dominios de orden subjetivo, o
pequeños territorios donde movemos nuestra conciencia. Por tanto, nos movemos entre el
“uno y el dos”, lo cual tiene mucho sentido, pues ese movimiento es la primera alineación.
Así que vamos a estar en este centro y vamos a tratar de movernos en la dinámica de ese
centro, mirando nuestros distintos territorios. El uno se mueve, primero, hacia el sujeto con
sus intenciones, y hacia el sujeto con su comportamiento.

Digamos entonces que ese uno tiene una unidad subjetiva. Ahora bien, ese sujeto también
tiene una unidad objetiva, por tanto:

- La unidad subjetiva del “uno”, sus aspiraciones, sus sentimientos, sus emociones, sus
sueños, sus esperanzas, eso no lo podemos medir y, a pesar de que no lo podemos medir, es
muy importante.

- La unidad objetiva del “uno”, con sus comportamientos o conductas, obviamente lo


podemos medir, digamos que esta unidad objetiva es biológica, y esa biología tiene que ver
con el cuerpo. Ocurre que, aquí en esta unidad objetiva podemos estar tristes, y aquí ya
entraría la unidad subjetiva en la que también está nuestro sistema inmune, el cual también
está triste.

Un buen médico sabe que cuando el sistema inmune está deprimido porque el paciente está
triste, debería hacer un puente entre el dominio de orden subjetivo y este otro que es un
domino de orden objetivo. Dos cero, llamémoslo así, aquí está. Entonces, tenemos
dominios de orden subjetivo, del lado izquierdo implícitos, y dominios de orden objetivo
del lado derecho o explícitos. Es así como el uno, la unidad de orden céntrica, que es “uno”,
se manifiesta a través de órdenes subjetivos y a través de órdenes objetivos.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 10.5

Creoda es una vía canalizadora de cambio. Eso significa que la


conciencia se desplaza privilegiadamente a través de vectores
que crean una geometría que gira en torno a un punto de
partida llamado centro. Ese es nuestro punto de partida.

Los órdenes subjetivos son implícitos, pero no menos importantes, y esos órdenes
subjetivos son:
• el individuo o lo individual , el sujeto con sus creencias

• la colectividad de sujetos, que establecen un sistema de creencias colectivo o


cultura.

En el segundo tenemos nuestras creencias y actitudes, pero aquí esas creencias son
colectivas. Al sistema de creencias colectivas lo llamamos cultura, miren que es muy
importante, la cultura también establece vínculos, es un territorio que habitamos y que nos
está determinando hasta el punto de que muchas enfermedades tienen una connotación
cultural, es decir, gente de distintas culturas enferma de diferentes cosas. La sociedad
también nos determina: el sistema de gobierno, el sistema de orden, el patrón de
organización de la familia... Esto nos está determinando biológicamente.

Tenemos cuatro territorios y esos cuatro territorios son dominios de orden que están
relacionados de esta manera:

1–2

Individual - Colectivo

Subjetivo - Objetivo

Orden implícito - Orden explícito

Biología - Creencia

Cultura – Sociedad

Estos territorios se cruzan en el centro y hay primero un tipo de relación:

• Está el territorio de lo individual, lo individual subjetivo, lo individual biológico


objetivo, lo individual intencional y lo individual actitudinal, comportamiento o
conducta.
• Está el territorio de lo colectivo, tenemos una primera gran dirección.

Obviamente, eso supone unas alineaciones:

a) Una primera gran alineación, la alineación entre el individuo y la colectividad, entre su


propia fe y el sistema de creencias en el cual está participando, entre el individuo y su
cultura.

b) La alineación del individuo, que se comporta de determinada manera con el


comportamiento colectivo que determina la sociedad.
Tenemos entonces dos grande creodas, o dos grandes vías canalizadoras de cambio, entre el
individuo y la colectividad, que abarcan estas dos dimensiones.

c) Si lo miramos en esta otra dimensión, vemos que el individuo sujeto también se debe
alinear con el individuo biológico. Es decir, que los pensamientos están determinando el
comportamiento de los enzimas y el cuerpo, que las emociones están determinando buena
parte de la salud.

d) La alineación entre creencias, cultura y sociedad, una muy importante asociación


estudiada por los antropólogos, los sociólogos y también por la psicología evolutiva. Por
eso nosotros frecuentemente hablamos de estas interfases como realidad sociocultural y
realidades psicobiológicas.

e) Y obviamente tenemos otro tipo de alienaciones más complejas que se dan en esta
dimensión de las que no vamos a hablar. Son las que se dan entre la cultura y la biología y
las que se dan entre las creencias del sujeto y el tipo de sociedad que está determinando.
Entonces, veamos las creodas como distintos territorios de la conciencia que se pueden
alinear y cómo del conflicto de estos territorios surge buena parte de la desestructuración de
la personalidad que causa la patología individual o la patología social.

Ustedes tienen un conflicto social , ese conflicto social está produciendo una pérdida de los
vínculos de una persona con su sociedad primaria, con el país; esa persona es expulsada de
el país y viene a vivir a España, pero en España él es un refugiado y se comporta como un
refugiado. En España, ese refugiado que habita en el mismo territorio habita en otra cultura,
la cual tiene un sistema de alineaciones o correspondencias con esa sociedad que esta
habitando y el habitar otra cultura va a repercutir sobre la esfera individual que, a su vez,
repercute sobre la esfera biológica. De tal manera, que un cambio en un cuadrante siempre
genera un movimiento que altera o cambia también los puntos de correspondencia, pero lo
más especial es que altera ese dominio de orden subjetivo que está determinando cómo es
el “uno”, o cómo es la unidad, cómo es la unidad de orden esencial que “uno” es en el
centro. Vamos a analizarlo un poco más detenidamente y vamos a recordar entonces lo
siguiente: Creoda es una vía canalizadora de cambio, vía que canaliza el cambio. Eso
significa que la conciencia se desplaza privilegiadamente a través de vectores, digamos que
la conciencia establece una geometría cualquiera, pero que esa geometría gira en torno a un
punto de partida, llamémoslo centro o llamémoslo uno, ese es nuestro punto de partida.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 10.6
Eso significa que las vías canalizadoras de cambio, son vías de
conciencia, son virtuales, son direcciones privilegiadas que asume la
conciencia en el seno de un sistema y en el cruce de todas esas vías en
el seno del sistema se forman lo que se llaman dominios de orden.

• En el campo biológico: tenemos aminoácidos que son también un dominio de


orden molecular, es decir, un aminoácido es un paquete de conciencia, tiene una
inteligencia, una modalidad de interacción, está en el seno de un molécula que
permite que se comporte de una u otra manera. Los aminoácidos forman dos
grandes grupos, los dextro y levo aminoácidos. Ahora, pongamos ese paquete de
conciencia que es aminoácido y echémoslo dentro del organismo, dentro de la vida,
si lo echamos de este organismo, los aminoácidos podrían ir en esta dirección que es
dextro o ir en la otra dirección que es levo o ir simultáneamente en las dos
direcciones. Si hacemos síntesis de aminoácidos en un tubo de ensayo, nos
encontramos algo que es bien especial, y es que los aminoácidos van a ser 50%
dextro y 50% levo, pero si los metemos, ya no en un tubo de ensayo, sino en la vida,
todos los aminoácidos, el 100%, son levos, se convierten en levoaminoácidos. ¿Por
qué en la vida se sintetizan levoaminoácidos solamente y no dextro, cuando según el
orden de probabilidades deberíamos tener 50% dextro y 50% levo?.

Tomemos los azúcares, ocurre exactamente lo mismo, puede haber dextro o levo,
pero para el organismo todos son dextro. ¿Qué inteligencia hace que en el
organismo todos los carbohidratos tiendan a desviar el plano de la luz hacia la
derecha, es decir, que sean memes azules, y que todos los aminoácidos sean memes
rojos, vayan hacia la izquierda? Empezamos a encontrar que hay una inteligencia
operativa que hace que una vez que un cauce cae en una dirección, toda el agua que
cae por ese cauce, no va a poder ir más que por esa dirección. En una montaña toda
el agua que cae por un lado, da una vuelta terrible y en vez de ir al Pacífico, va al
Atlántico, aunque eso le cueste 1000 km más, Podría llegar más rápido al Pacífico
en 200 km, pero prefiere 1000 km y va hacia el Atlántico. Porque una vez que se ha
hecho el primer cauce, se ha dado el primer paso, ya no hay vuelta de hoja, no hay
alternativa. Por tanto, el primer paso es crucial, es la única y la última alternativa
que tenemos. Una vez que arrancamos en una dirección, toda nuestra vida se orienta
en esa dirección con toda nuestra energía y con todo nuestro cauce. Una vez que
arrancamos hacia el Occidente, negamos la posibilidad de ir hacia el Oriente, de ser
dextro, en ese momento nos convertimos en levo, lo que quiere decir que existe una
vía canalizadora de cambio que apunta en esa dirección.

• En el reino mineral: ahora vamos a ver dos vías canalizadoras de cambio o creodas,
vamos a ver que se dan en la vida y en el reino mineral. Tenemos un cristal,
digamos que es un patrón cristalino equis. El cristal nuevamente se caracteriza, es
cristalino, porque tiene un patrón de ordenamiento, es decir, un dominio de orden
cristalino intrínseco, una geometría distributiva de sus elementos que lo hacen no un
elemento amorfo, sino un cristal. Sin embargo, si se une ese cristal con otro cristal
en presencia de suficiente sustrato, automáticamente todas las moléculas del mismo
tipo se van a ordenar formando un polímero, un patrón de cristalización. De tal
manera, que tenemos un primer paso, un monómero, y a partir de ese monómero,
generamos una geometría que se va repitiendo en el tiempo y en el espacio de una
manera predecible, regular, es decir, según un ritmo. El ritmo en ese caso es un
ritmo en el espacio e indica cómo se distribuyen las moléculas en el espacio.
Simplemente vamos a ver que las distancias atómicas se conservan a lo largo de
miles de uniones entre los átomos, a lo largo de miles de uniones entre las
moléculas y forman un patrón regular.

• En la vida: ese patrón regular es el patrón ADN, el misterio del ADN, la “colagen”
de las moléculas inteligentes de la biología. No es que sean moléculas muy grandes
o muy resistentes, es su patrón de orden intrínseco o donde unas secuencias se
repiten periódicamente de una manera inteligente, de tal manera que una secuencia
de repetición periódica forma un ritmo determinado. Es como una música congelada
en la materia. Digamos que un cristal es como un patrón musical congelado en la
materia y así, se tiene un polímero. Ocurre que hay un cristal que no se ha
sintetizado y cuando se sintetiza una vez en el mundo, automáticamente facilita la
síntesis de ese cristal en todos los laboratorios. Nadie entendía por qué para
sintetizar el primer cristal nos demoramos tanto tiempo y, sin embargo, después de
que un sólo investigador produjera el primero, automáticamente todos los
investigadores en el mundo podían hacer ese proceso de cristalización rápidamente,
como si hubiera un catalizador misterioso que conectara todos los cristales. Una vez
que alguien descubre algo en el mundo, automáticamente se favorece que mucha
gente pueda construir lo mismo y descubrirlo, aunque no estén comunicados. Esto
ocurre simplemente porque es una propiedad de la conciencia, la propiedad de crear
vías canalizadoras de cambio, que son a su vez vías facilitadoras. En el ejemplo del
agua, cuando la vía es muy pequeñita porque circula poca agua, en la medida en que
el agua misma va profundizando el canal, mucha más agua va a circular, va a ser
más rápida y más efectiva la conducción. Lo mismo ocurre respecto del aprendizaje,
una vez que un individuo aprende una cosa, automáticamente el aprendizaje de lo
mismo se facilita para todos los individuos de la especie. Eso significa que las vías
canalizadoras de cambio, son vías de conciencia, son virtuales, son direcciones
privilegiadas que asume la conciencia en el seno de un sistema y en el cruce de
todas esas vías en el seno del sistema se forman lo que se llaman dominios de orden.
En el caso de un organismo, de un individuo, esos dominios de orden giran en torno
a un punto de síntesis que representa la unidad de orden esencial, esa unidad de
orden esencial, es nuevamente el alma del sistema: la red de vínculos.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 10.7
Me exteriorizo y me vinculo, pero al vincularme me relaciono y al
relacionarme vuelvo a mí y en ese volver a mí hay una reciprocidad. Por
tanto, los vínculos representan los anclajes y las recriprocidades
representan la retroalimenación.

¿ Qué nos indica todo esto que estamos viendo? Indica que todos los puntos, todas las
creodas puedan regresar al centro, es decir, puedan tener el patrón ordenante referente del
centro, para que sean significativas. Se trata de que nosotros rescatemos la significatividad
regresando al centro. Vamos a ver entonces que esa sifgnificatividad está hecha no sólo de
cuatro territorios, sino que está hecha de la posibilidad de expandirse y contraerse en torno
de un punto. Un movimiento de expansión y un movimiento de contracción, es la ley del
corazón, la ley del Ying y del Yang. Todo en la vida se contrae y se expande, lo que parte de
un lugar regresa a ese mismo lugar. Es causalidad circular, las causas siempre van hacia el
futuro, y todo lo que es futuro regresa en un momento dado al presente. En el presente están
el pasado y el futuro, la expansión y la contracción, y entre la expansión y la contracción se
determinan dos territorios de la conciencia. Para eso necesitamos dos puntos de contacto.
Si no hay contacto no hay relación, no hay impresión, no hay territorio de la conciencia (ya
lo veíamos antes). ¿Cuáles son los puntos de contacto en nuestras vida? Son los puntos de
anclaje, esos puntos de anclaje son nuestros vínculos. Esa red de vínculos se da de esta
manera, estando el yo en el centro, los vínculos se tejen a modo de círculos concéntricos
alrededor, estando en círculos más internos los vínculos más íntimos.

(Realiza en la pizarra el dibujo de círculos concéntricos)

¿Cómo nos movemos entres estos vínculos? Todos tenemos un centro de referencia, el cual
genera líneas de campo. Estás líneas de campo establecen puntos de cruce, o sea, una red de
relación, y ese centro de referencia de todas mis relaciones actúa como un campo
magnético. (Realiza en la pizarra el dibujo)

Digamos, que éste es mi centro magnético: es un centro de atracción, pero también de


repulsión como los imanes. Todos los imanes tiene un polo atractivo y un polo repulsivo.
Así, todos tenemos una red de vínculos que nos atraen, pero también una red de vínculos
que evitamos, por tanto vamos construyendo selectivamente un territorio de conciencia.

En todos estos territorios de conciencia, en el centro tenemos la máxima densidad de líneas


de cambio, de creodas o de vectores canalizadores de cambio, pero en la periferia, en la
medida que uno se va alejando, se pierde densidad. Cuando estamos cerca del centro
tenemos tenemos una, dos, tres, cuatro, cinco vías canalizadoras de cambio. En la periferia,
apenas tocamos una vía canalizadora. De tal manera, que en la periferia hay una dilución
que nos permite ser mas especificos, pero en el centro hay una mucho mayor densidad de
líneas de cambio, a eso lo llamamos una mayor densidad informacional, la conciencia. El
nivel de conciencia está en relación con la densidad de información de un sistema. A mayor
densidad de información, el sistema tiene más poder de expresión, más poder de
realización; a menor densidad, es decir, mientras más en la periferia esté el sistema,
obviamente, tiene mucho menos poder de expresión. Después de explicado lo anterior
podemos llegar a la conclusón de que la alineación significa tener un domino de orden
subjetivo, que significa construir una red relacional con contactos y con vínculos que nos
permitan siempre regresar al centro para retroalimentarnos. Ese regresar al centro significa
retroalimentarse, y retroalimentarse significa reconocer que todas las vías canalizadoras de
cambio son de dos direcciones:

- Primero, una dirección de expansión, que se corresponde con las leyes de la naturaleza. La
naturaleza se expande, la ley de la entropía rige, es decir, todo el sistema va hacia el
desorden, hacia la expansión, todas las galaxias se alejan unas de otras, vamos hacia la
expansión.

- Segundo, una dirección de contracción que va en dirección contraria, la de la conciencia y


que se corresponde con las leyes de atracción magnética. Tiene un centro de síntesis, la ley
de síntesis que es el Espíritu.

En un territorio de la conciencia, simplemente en una actividad humana cualquiera, se


pueden ver las tres leyes. A través de la expansión o de la exteriorización, seguimos las
leyes de economía que son las leyes de la inteligencia activa, las leyes de la naturaleza o
leyes de Brahman. Después, en la contracción encontramos las leyes de la atracción
magnética. Somos atraídos de nuevo por el centro y tenemos en el centro la síntesis, el
“uno”. Rescatamos la unidad en el centro del alma, se pone en contacto con el espíritu y
alcanzamos la dimensión vertical de la evolución. Tenemos entonces, expansión y
contracción. Ahora vamos a ver, ( regresemos a nuestro dibujo inicial), que ustedes tienen
los cuadrantes, tienen el “uno”, y en cada uno de estos cuadrantes tienen territorios de
conciencia que llamamos dominios de orden, son los sitios donde ustedes habitan o donde
ustedes expresan su conciencia. Eso respecto de los dos cuadrantes subjetivos, lo es
también respecto de los dos cuadrantes objetivos, lo es desde el mundo implícito y los es
también desde el mundo explícito. Entonces ya tenemos estos cuatro movimientos y vamos
detenernos un poquito para verlos desde el centro, pues nos estamos moviendo en cada uno
de estos sitios.

Ejemplo: Aquí yo tengo mi escuela, y en mi escuela yo tengo varios puntos de anclaje, con
el profesor, con mis amigos, con compañeros del grado superior, es decir, que van haciendo
puntos de anclaje; esos puntos de anclaje no son rígidos, porque ya vemos que los puntos
de anclaje son los vínculos que me exteriorizan. Aquí estoy yo, me muevo hacia ti; tú eres
un vínculo que me exterioriza, pero ese vínculo regresa hacia mí convirtiéndose en una vía
de doble dirección que me retroalimenta. De tal manera, que hay un movimiento como un
acordeón: este dominio de conciencia se estira y se encoge, se vuelve pequeñito, se amplía,
es como un resorte. Digamos en este caso, ustedes tiene este resorte, pero este resorte se
contrae y se expande, como una acordeón y en ese acordeón, en esa expansión y
contracción esta nuestra música. Realmente es ahí donde damos nuestra nota, y esa nota es
lo que se da entre el yo y el tú, entre el yo , el tú y el nosotros, entre el nosotros y el
nosotros todos y así estamos construyendo realmente ese tipo de territorio de la conciencia
en los cuales nos movemos. Vamos entonces a detenernos un momento no más en este tipo
de vínculos, y tengamos en cuenta los dos movimientos. Me exteriorizo y me vinculo, pero
al vincularme me relaciono y al relacionarme vuelvo a mí y en ese volver a mí hay una
reciprocidad. Por tanto, los vínculos representan los anclajes y las recriprocidades
representan la retroalimenación. De manera que no es suficiente con los vínculos para tener
conciencia, es necesario que haya reciprocidad para que la conciencia interna que se
imprime y es significativa viva en mí. Es decir, que si nosotros lo analizáramos en términos
del amor, decimos, algo muy sencillo, si hay amor hay reciprocidad, si no hay reciprocidad,
no hay un territorio activo de la conciencia, es decir, no hay una relación constructiva, y
aunque sea una relación de respecto, esa relación termina generando una tensión anómala
que nos lleva a aislarnos de las relaciones o que nos hace romper, ya no con las relaciones
afuera, sino romper con las relaciones con nosotros mismos y, así, nos comenzamos a
identificar con la relación exterior. Todo esto conduce a la vía de la dependencia, de tal
manera que tenemos una relación que genera dependencia o una relación que libera.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 10.8

La relación generadora de dependencia es una relación sin reciprocidad,


en la que no hay retroalimentación, no hay regreso, ni causalidad
circular, por lo tanto no hay territorio de conciencia. Territorio de
conciencia no es algo que pasa afuera, es algo que nosotros
construimos a través de reciprocidades que constituyen
retroalimentaciones.

La relación generadora de dependencia es una relación sin reciprocidad, es una relación en


la que no hay retroalimentación, no hay regreso, ni causalidad circular, por lo tanto no hay
territorio de conciencia. Territorio de conciencia no es algo que pasa afuera, es algo
que nosotros construimos a través de reciprocidades que constituyen retroalimentaciones.
¿Qué tipo de vínculos tenemos? Normalmente tenemos vínculos que son estáticos, pero la
vida se va moviendo. Tenemos a nuestros padres; ellos son padre y madre, y yo soy yo.
Ocurre que la vida se va moviendo y yo voy evolucionando a distintos niveles de la
conciencia. Si mi madre no se mueve en mi conciencia, obviamente se produce una tensión
donde posiblemente me rompa, o se rompe mi madre, o se rompe la relación, que es lo que
suele ocurrir. Aquí en este punto yo tengo una relación con mi padre, pero yo he sido el hijo
y el niño de mi mamá. Llega un día en que soy el padre de mis hijos, y si yo como padre
sigo siendo el hijo de mi madre, entonces se van a romper todas las relaciones con mis hijos
porque yo no voy a ser el padre de mis hijos y la abuela no va a ser la abuela de sus nietos.
Va a seguir siendo mi madre. Todo se congela, de tal manera que se organiza un
manicomio. Un sólo punto que se desordene en nuestros puntos de anclaje producirá una
tensión que se traducirá sobre todo los elementos, porque realmente la vida es una red de
tensegridad. La red de tensegridad es una geometría compleja, en la que si todos los
elementos están anclados, todos los elementos de tensión están emitiendo su fuerza a todos
nosotros. La vida es una red de tensegridad, es integridad tensional, y esa integridad
tensional significa que entre los vínculos se establecen tensiones. Ocurre que si las
tensiones son armónicas se distribuyen por todo el sistema electrificándolo, es decir,
dinamizándolo. Eso significa que en la vida no podemos actuar sobre un punto sin que
actuemos al mismo tiempo sobre todas las otras esferas, sobre todos los otros puntos.
Significa que si el cuadrante de mis afectos no funciona, forzosamente se va a afectar el
cuadrante del intelecto, el cuadrante de la relación social, y va a sufrir el cuadrante donde
tengo una vida cultural, mi vida cultural va a sufrir.

Si vemos esa red de tensegridad, nos vamos a dar cuenta entonces de los dos movimientos
básicos para establecer el territorio de la conciencia.

• Movimiento de tensión: la se expande. Estamos en un movimiento de


exteriorización y empezamos a estirarnos, a expandirnos.
• Movimiento de compresión: Si tenemos conciencia de nuestros propios límites y
no reventamos como el sapo que se infla y se infla y no deja de inflarse; si tenemos
conciencia de un límite en la tensión y el regreso, la regresión genera un
movimiento en dirección opuesta, ese movimiento en dirección opuesta es un
movimiento de compresión. El movimiento de tensión, es hacia un vínculo y es lo
que establecen mis contactos, y el movimiento de compresión es un movimiento de
regreso hacia nosotros, es lo que establece la reciprocidad del contacto, y es esa
reciprocidad del contacto lo que permite la impresión. Nosotros nos
retroalimentamos, y en esa reciprocidad del contacto, de regresar al centro,
incorporamos el ritmo de expansión más el ritmo de contracción, y la incorporación
de estos ciclos establece la ritmicidad psíquica de nuestra vida. Es decir, la vida es
realmente el movimiento de contracción y de tensión que se desarrolla a través de
nuestros vínculos, y en nuestra reciprocidad construimos nuestro tejido.

PSICOLOGIA DEL ALMA.

Capítulo 10.9

Un pétalo es un movimiento de ida y regreso, establece un


territorio de la conciencia y en la medida que vamos
ascendiendo en la escala de la evolución, vamos conquistando
un mayor número de territorios de la conciencia.

Si lo vemos en otra dimensión, el territorio de tensión y de compresión, es un territorio de


comprensión. ¿Qué es comprensión? Es esa ritmicidad cíclica que se establece a partir de
mis vínculos, cuando mis vínculos generan reciprocidades es decir, cuando mis vínculos se
llenan de amor. Cuando alimento y llevo a una impresión interior de todo aquello con lo
que me relaciono al exterior, si estos puntos de relación con el exterior no regresan al
centro, nos confundimos con el rol que representamos y esto es grave. La confusión con el
rol desalinea, el rol no es el ser. Cuando yo digo... “yo soy médico”, suena bien, pero puedo
estar confundiendo el ser con la actitud o con el tener. Esa confusión del ser y del tener es,
simplemente, la confusión del centro y la periferia. Es la confusión con nuestros vínculos,
vínculos laborales, vínculos personales, con el padre y la madre, incluso con Dios. Cuando
nos confundimos con el vínculo externo y no regresamos, entonces perdemos el territorio
de la conciencia y vivimos en la periferia de la esfera. Nosotros vamos expandiéndonos,
estos son nuestros distintos territorios de conciencia, pero cuando nos expandimos sin
regresar tenemos cada vez más necesidad de expansión. Esto es una paradoja. Cada vez que
conquistamos un nuevo territorio experimentamos un vacío, una vacío existencial, y ese
vacío existencial nos lleva a compensar buscando, simplemente, otro territorio. Entonces
nos apuntamos a otro seminario de fin de semana, programamos otra cosa, pensamos que
todavía sabemos muy poquito, que es insuficiente con todo lo que tenemos. De este modo,
nos encontramos con que hemos hecho 10 cursos de acupuntura, pero jamás hemos puesto
una aguja, y ahora estamos estudiando Reiki, y después sanación, y de aquí a quince años
no habremos puesto en práctica nada de lo que hemos aprendido. ¿Por qué? Porque no nos
sentimos seguros y por ello buscamos un soporte exterior. Ese soporte exterior es la
manifestación de anclajes sin reciprocidad, los cuales dañan la tensegridad, o sea la
integridad del sistema. O sea, el sistema ya no es de autosoporte, no es armónico. Hemos de
intentar conseguir una red de autogestión. Una red de autogestión, es una red
autosoportada, una red autosostenida, retroalimentada, autopoyética, eso quiere decir,
autogenerativa, yo me genero o me recreo a mí mismo.

Esa es la personalidad creadora, la personalidad creadora se basta en sus fuerzas interiores


porque esta haciendo constantemente este movimiento.

Cuando se hace este movimiento, realmente lo que nosotros estamos creando es la dinámica
de los pétalos de la conciencia. Esos pétalos son los pétalos de los chacras, son los centros.
Un pétalo es un movimiento de ida y regreso, establece un territorio de la conciencia y en la
medida que vamos ascendiendo en la escala de la evolución, vamos conquistando un mayor
número de territorios de la conciencia, Por eso decimos que cuando nos espiritualizamos,
espiritualizamos la vida. Digamos que tenemos mil territorios de la conciencia de los cuales
tomamos posesión, pero cuando vivimos la vida del hombre animal, estamos en diez
territorios de conciencia de los cuales podríamos haber tomado posesión, así que lo que
hacemos es permanentemente este movimiento de ir y venir a través de los territorios de
conciencia.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 11
Vivimos espiritualmente en el cuerpo, necesitamos el cuerpo para que nuestra
espiritualidad o nuestra música se manifiesten en su máxima dimensión, en su máxima
belleza posible.

11.- LA PERSONALIDAD CREADORA

La triple personalidad

Recordemos que el método de la conciencia, el método de la economía


energética, es la alineación. La alineación es una creoda o una vida
canalizadora de cambio. Alinear permite unir, unir permite tejer, tener un tejido de
conciencia, y ese tejido de conciencia es nuestro soporte en la vida, nuestro punto de apoyo.
Cuando ese tejido de conciencia es tupido, cuando está bien entretejido, nosotros tenemos
seguridad, identidad, responsabilidad, autenticidad, poder, libertad, es decir, que
manifestamos las propiedades de una personalidad creadora, realizada, porque es coherente,
porque está alineada. Pero cuando nosotros no tenemos esa unión interior, pues obviamente
estamos dejando pasar agua, nos estamos ahogando en nuestras emociones, nos estamos
inundando, la navegación de la vida es tormentosa, es difícil, perdemos el Norte y
perdemos el horizonte.

Por tanto, vamos a profundizar en la unión o la alineación, en cómo se da esa unión para construir
la persona o personalidad, y no olvidemos que construimos la personalidad para negarla. Esto es
muy especial. La personalidad totalmente construida se vuelve impersonal. (Esto también es una
paradoja). Construimos la personalidad para ser impersonales. Obviamente no podemos llevar una
vida impersonal si primero no hemos construido nuestra persona, nuestra personalidad. No podemos
negar aquello que no somos o aquello que no tenemos. Para poner la personalidad al servicio del
alma, primero la tengo que construir. Esa unión, esa alineación nos lleva a la construcción de la
personalidad. Y así como hablamos de tres leyes básicas, podemos hablar de que la personalidad es
triple, por eso la personalidad se denomina la triple personalidad y está compuesta de:

a) El cuerpo físico-etérico: el cual determina los patrones de reactividad química y energética. A


esos patrones de reactividad química y energética los llamamos diátesis, y esas diátesis establecen
nuestras sensibilidades, nuestras habilidades. Como sujetos físicos, como sujetos energéticos,
estamos expuestos más que otras personas a cierto tipo de enfermedades. Es decir, hay personas que
enferman de unas cosas, otras de otras, eso es sabido en medicina, no vamos a insistir en ello, pero
digamos que tenemos diátesis reaccionales o diátesis reactivas, que están determinadas por la
cualidad o la calidad de nuestro cuerpo físico-etérico.
El cuerpo físico etérico equivale al elemento sólido en nosotros; es lo más
denso. Lo sólido está en relación con las diátesis. Lo llamamos cuerpo físico-
etérico porque como todos los cuerpos es doble. Una de las cosas más
importantes a hacer en el mundo de la medicina de hoy, es lograr la unión
entre estos dos niveles de la conciencia, el nivel físico y el nivel etérico.

Es importante recordar, para todos los cuerpos, que cuando hablamos de “cuerpo” no hablamos de
una cosa, sino de un patrón de organización de la conciencia. En esta dinámica, todos los cuerpos
son patrones de organización de la conciencia, más o menos densos o más o menos sutiles.
Entonces tenemos un cuerpo físico-etérico que está compuesto por tres unidades físicas (sólido,
líquido y gaseoso) y cuatro unidades etéricas.

En conjunto vamos a decir que es lo más sólido en nosotros, que es la


infraestructura o unidad de soporte de todas las otras vibraciones.

Es necesario tener en cuenta que no nos podemos abstraer de este cuerpo, porque de la calidad de
este instrumento depende la calidad de la música que hagamos. Podemos ser los mejores músicos
del mundo, pero si no tenemos un buen violín que permita la vibración de la música, no vamos a
poder dar nuestra nota, nuestra música. Es decir, aunque tengamos la mejor música del mundo y
seamos los mejores intérpretes, sin ese cuerpo no podemos vivir espiritualmente. Vivimos
espiritualmente en el cuerpo, necesitamos el cuerpo para que nuestra espiritualidad o nuestra música
se manifiesten en su máxima dimensión, en su máxima belleza posible.

b) Cuerpo emocional o líquido: el cuerpo emocional también es doble. Así podemos ver que
tenemos:

cuerpo emocional inferior: que engloba el mundo de las pesadillas, de los infiernos
porque en el cuerpo emocional inferior vivimos el mundo de los apegos, el mundo de los deseos
inferiores y en este mundo sufrimos.

cuerpo emocional superior: es en el que vivimos el mundo de las aspiraciones.


Las aspiraciones nos elevan y los deseos nos apegan, nos hacen bajar. Así que tenemos esa doble
unidad. Ese cuerpo se manifiesta a través de los líquidos que son los humores; por eso decimos
“está de mal humor”, “está de buen humor”, “tiene un temperamento bilioso”, o “tiene un
temperamento sanguíneo”. Es realmente, porque la marea líquida en el organismo está en
resonancia con nuestra actividad emocional. El mundo de los humores de los griegos, tal y como lo
describimos en la medicina, está relacionado más con nuestras emociones que con el cuerpo físico-
etérico, a pesar de que se manifiesta en el cuerpo físico-etérico. Podemos hablar de un
temperamento sanguíneo, de un temperamento flemático, de un temperamento bilioso, y podemos
reconocerlo en poblaciones enteras, en personas, en personalidades, y simplemente nos estamos
refiriendo a los líquidos de dentro del organismo, a una manera de utilizar los humores, a una
expresión de la conciencia que se manifiesta a nivel emocional.

c) Cuerpo mental o gaseoso. Nuevamente el cuerpo mental es doble:

mente inferior o concreta: la loca de la casa, la que barre en todas las direcciones
simultáneamente.

mente superior. Esta es la que más nos interesa porque es el vehículo de expresión del
alma, porque en la mente superior está el cuerpo causal o karana sarira, vehículo de expresión del
Alma Humana; ya no del ánima de las cosas, sino del alma humana, de nuestra alma individual, es
decir, de la conexión personal que tenemos con el alma de todas las cosas. El trabajo como seres
humanos consiste en expresar, ya no el alma colectiva, sino el alma individual. Se trata de que
podamos desarrollar la luz de nuestra alma individual y de que podamos construir un templo para el
desarrollo del alma.

Las cualidades mentales superiores se refieren a la capacidad de


despertar el potencial de nuestra alma y de construir el vehículo de lo
que llamamos el Templo de Salomón o el Templo de la Sabiduría.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 11.1
Lo importante es entender que el temperamento lo tenemos que
asumir, es decir, no podemos escoger el temperamento, pero el
carácter lo podemos construir.

El carácter y el temperamento

La persona o personalidad la podemos dividir también en dos grandes vertientes, a una vertiente la
vamos a llamar la del carácter y a otra la del temperamento. ¿Cómo distinguimos estas dos
vertientes? Simplemente diciendo que el temperamento es la materia prima, la materia prima
emocional, mental, biológica, es decir, todo lo que heredamos, todo aquel potencial del que
disponemos para crear nuestra vida.

El carácter es lo que hacemos con la materia prima, la escultura. Realmente qué hace un buen
escultor, le quita lo que le sobra a la piedra, descubre el diseño interior, descubre la cualidad y a esa
cualidad le podemos de nuevo llamar el alma; o sea, que el carácter es un instrumento del alma y a
su vez sirve para descubrir y revelar el alma. Lo importante es entender que el temperamento lo
tenemos que asumir, es decir, no podemos escoger el temperamento, pero el carácter lo podemos
construir. El carácter es aquello que nosotros hacemos con nuestra vida y precisamente la primera
alineación consiste en conciliar nuestro carácter y nuestro temperamento, nuestros humores y
nuestras diátesis. Las debilidades pueden ser nuestras fortalezas, así si una persona tiene un cuerpo
físico relativamente débil, ello le podría llevar a interiorizarse, a desarrollar el intelecto o a
desarrollar un temperamento artístico. De hecho, un temperamento artístico raramente es muy
atlético; no puede ser muy atlético, porque el temperamento artístico se tiene que interiorizar y, si
tiene una tendencia grande hacia la exteriorización, entonces no sería un buen artista. Pero si él se
fuerza, no va a ser ni lo uno ni lo otro, porque él va a pretender ser como su hermano, que es atleta,
cuando él es artista, cuando su temperamento es pícnico o es leptosómico y lo lleva hacia la
interiorización, y no es la constitución atlética que tiene otro tipo de constitución.

Si el temperamento de alguien es extrovertido, hay líneas de acción que representan la vía de


menor resistencia para ese alguien. Posiblemente en el dominio de lo social o de lo biológico esta
persona encontraría más su territorio de expansión. En el caso de un temperamento introvertido,
posiblemente este territorio se encontraría más en el dominio de lo cultural o en el dominio de lo
subjetivo, de lo personal, por ejemplo, de la expresión artística.

En el caso de una persona con un temperamento polifacético, desde el centro, podría hacer una
síntesis, por lo tanto, podría hablar de la sociedad, de la cultura, meditar y entender la información
de lo biológico simultáneamente. A esto se le llama un temperamento armónico. Estos
temperamentos armónicos decimos que son de segundo rayo porque, el segundo, es el rayo que
produce el equilibrio entre el espíritu y la materia, nuevamente es el rayo de la conciencia, el rayo
del amor.

Tenemos así todo un programa que concierne a la posibilidad de trabajar sobre el temperamento y el

carácter.

Primero, el temperamento lo conciliamos con el carácter, pero no lo podemos modificar. Pretender


modificar el temperamento que es nuestra herencia realmente no tiene sentido, porque no tenemos
que ser como otros, tenemos que ser nosotros mismos. Nuestro temperamento no es ni bueno ni
malo, es nuestro mejor regalo, ser introvertido o extrovertido no es ni bueno ni malo. Por ejemplo,
aquí en San Sebastián me encuentro que muchas consultas son porque los niños son tímidos; ¡eso es
una bendición de Dios, eso es una bendición del cielo! Estaría bien que este mundo tuviera menos
extrovertidos y más gente con capacidad de interiorización, más gente respetuosa del territorio del
otro. Muchos de esos que llamamos tímidos son seres profundamente respetuosos del territorio del
otro.

Crear una civilización de tecnócratas extrovertidos no nos ha llevado


absolutamente a nada porque estamos destruyendo la tierra, entonces
bienvenidos sean los tímidos, sus mofletes colorados son una bendición de
Dios. Ponerse colorado vale la pena también porque eso es parte de la belleza
de uno. No es necesario darse colorete y demás, pues la vida te pone así y eso
es bien especial. Que suba la sangre a la piel, que se pongan rojas las orejas
no debería avergonzarnos, eso no es defecto, eso llama a la ternura y, por
tanto, llama a otro tipo de relación, así que no hay que ponerse una careta de
extroversión. No deberíamos tratar de modificar artificialmente nuestro temperamento
poniéndonos caretas que nos impiden ver el mundo con claridad y nos impiden tener vínculos
sanos, vínculos adecuados. Los vínculos adecuados se dan desde el temperamento biológico natural,
por eso, mantengan su naturaleza, esa naturaleza es lo mejor que ha podido ocurrirles.

Todo lo que se relaciona con el temperamento lo vamos a dejar de lado, se lo dejamos a los
médicos, a los homeópatas, a los terapeutas neurales, a los médicos bilógicos, a los que trabajan con
la biotipología, a los que trabajan con la criminalista. Existen multitud de propuestas, muchas
elaboradas sobre los biotipos y el tipo de conducta o el tipo de actitud a que cada biotipo puede dar
origen. Pero, además de esas propuestas, tenemos la posibilidad de trabajar con el carácter.
PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 11.2

El control consiste en pensar de manera global, actuar de modo local y sentir


totalmente; eso es control.

Construcción de la personalidad a través del carácter

Si a mi me preguntaran qué es lo más espiritual que podemos hacer en el mundo de hoy


como personas, como seres humanos o como médicos, yo diría construir un buen carácter.
No se trata tanto de entrar en contacto con el alma, no es ascender al espíritu, ni es divinizar
la vida, sino que lo primero y más esencial es la construcción del carácter. Vamos a ver
como construimos un buen carácter utilizando nuestros códigos de referencia:

- Contacto: el carácter es un instrumento para contactar con el mundo, con la vida y con
nosotros.

- Impresión: un buen carácter es un instrumento para llevar el mundo a nuestro interior,


encarnarlo e interiorizarlo.

- Relación: un buen carácter es un buen instrumento para entrar en la religión de la vida que
es la relación, entrar en el campo relacional que es el campo de conciencia para transformar
la vida, la relación.

A) El contacto nace del control

¿Cómo podemos desarrollar la ciencia del contacto? Conseguimos el contacto a través del
control, es por esto que hablamos tanto de la alineación y del control, sin alineación no hay
control. Hay control cuando hay alineación, hay alineación cuando hay coherencia, y hay
coherencia cuando hay unidad o integridad vibracional entre los distintos cuerpos.
Entonces, primero ocurre el control; éste depende de la correcta visión. Control es correcta
visión, control es correcto enfoque, es no perder de vista el horizonte, tener una perspectiva
total de la vida. El control consiste en pensar de manera global, actuar de modo local y
sentir totalmente; eso es control. Esto es lo que nos permite el contacto adecuado, un
contacto que no sea rígido, que no genere dependencia, que nos permite regresar a
nosotros, que no hace desaparecer nuestro yo, sino que lo autoafirma. Éste es el contacto
que se hace desde el control.

Cuando perdemos el control perdemos el contacto con el otro o con nosotros mismos. En
cualquier caso, es grave porque se daña la reciprocidad. Allí ya no hay territorio de la
conciencia; por tanto, hemos de mantener el control, es decir, mantener la correcta visión,
el correcto sentido de las proporciones. Esto nos aporta conciencia sobre los propios
límites y esa conciencia de los propios límites es lo único que nos permite poder
expandirlos. El control no solo tiene que ver con la ciencia de la visión y con nuestra parte
más física; también tiene que ver con el plano psíquico, por eso, más tarde vamos a retomar
un poco la ciencia del control practicando algunos ejercicios de autorregulación energética.

B) La impresión nace del compromiso. El compromiso es una propiedad del carácter


armónico. Compromiso es consagración. Consagración es aquello que nos permite hacer de
nuestra actividad, de nuestra acción y de nuestra vida, no una cosa obsesiva y repetitiva,
sino algo sagrado. Normalmente nosotros podemos vivir nuestra vida de una manera
obsesiva, buscando la perfección, siendo perfeccionistas, repitiéndonos, exigiéndonos
demasiando, no amándonos. O podemos vivir la vida de una manera consagrada, la
consagración es hacer de la vida un ritual sagrado en la cual nosotros entramos en el
corazón de los instantes.

Compromiso es entrar en el alma del instante. Es asumir en presente el poder de nuestra


propia presencia, es estar presentes. Cuando estamos presentes estamos comprometidos con
la vida, y cuando estamos comprometidos con la vida se produce una impresión, es decir,
no se vive la vida fuera, la vida se vive interiormente. Cuando la vida se mueve
interiormente nos produce una imagen global en nuestro interior y esa imagen global nos
conduce a la correcta relación.

C) La relación es creatividad

Y la correcta relación de este tercer movimiento del carácter tiene que ver con la
personalidad creadora, con la creatividad. Una relación correcta es una relación creativa,
quiere decir que no es rutinaria, no es repetida, es dinámica, flexible, fluida, se puede
inventar en cada momento, se vive como una aventura, cada momento en esa relación es un
momento nuevo. En un tipo de relación así, siempre estamos batiendo nuestro propio
record así sea por un centímetro, esto significa que en una relación creativa no hay
competitividad posible, y esto es muy importante.

¿Por qué nuestras relaciones son destructivas? Porque son competitivas aun entre el hombre
y la mujer. Ahora estamos en un momento en que muchos de los movimientos de
respuesta, realmente, son movimientos que se pasan hacia la polaridad opuesta. No se trata
de ver quien es más macho, si el hombre o la mujer, se trata de que un hombre a través de
una mujer, afirme su femenino y lo reconozca. Se trata de que ella en él conozca,
reconozca y afirme su masculino. Es, pues, en ese compartir que hemos de alcanzar
mutuamente el equilibrio. Así que, una relación creativa es una relación equilibrada donde
hay creatividad porque no hay competitividad. En esa relación nos encontramos algo muy
especial y es que nosotros descubrimos nuestra propia competencia. Cuando uno descubre
su propia competencia es original, es auténtico, es único, es irrepetible no tiene que
competir con nadie.

De lo que se trata en el futuro, en la personalidad creadora, no es de que haya muchos


médicos, o que haya muchos profesionales para llenar las fabricas y los medios de
producción para responder a la demanda; se trata de que todos los seres humanos sean
originales y cuando sean originales cada quien va a dar una nota irrepetible. Nosotros
tenemos una angustia y esa angustia es que nuestros hijos no puedan competir, pero eso es
una maravilla, que bueno que ellos no puedan competir, que ellos no sean competitivos, si
no los educamos para competir, para ser mejores, para ser perfectos o para ser superiores
les vamos a permitir ser su propia competencia, y cuando cada uno es su propia
competencia puede dar esa nota única y total que nadie, sino él, puede dar. Esa es la
correcta alineación hacia la personalidad creadora. En esa personalidad creadora no
podemos hablar de superior o inferior, simplemente tenemos que hablar de unicidad, cada
uno de nosotros en esa personalidad es único y como es único es interdependiente, De esto
trata la nueva ecología planetaria.

Unicidad más interdependencia es una ecuación que lleva a la genuina libertad. Si nosotros
no somos únicos y no somos lo que somos, no somos libres aunque así lo creamos. Nos
liberamos en el contexto de nuestro grupo, que es la humanidad. Así que la ecuación de la
libertad se consigue cuando nosotros generamos caracteres creativos que permiten
relaciones no competitivas, sino relaciones para el compartir en las que nos
complementamos, en la que cada uno de nosotros se completa con el otro y no sólo con el
otro uno, sino con todos los otros, con todo el mundo. Toda la humanidad está ahí para
completarnos, todo son facetas de nosotros mismos que no conocíamos o que no
reconocíamos, pero encontrar a alguien, encontrar el placer de que en ese momento es la
otra cara de nuestra moneda, la cara oculta de nuestro sol, aquello que revela nuestra alma,
realmente hace de la vida una aventura, no va a haber momentos repetidos. Así que un
carácter creativo es un carácter que no se repite.

PSICOLOGÍA DEL ALMA.

Capítulo 11.3

Entonces, un buen carácter es aquel que representa para el organismo


una carga correcta y que le permite al alma o al instrumento interior, a
la conciencia eliminar el ruido en el sistema.

Mirémoslo ahora en el símbolo del cuerpo:

• Polo cefálico o de carga: es el que permite el control. Nosotros tenemos en el


cuerpo una unidad de carga que es la unidad cefálica. Por aquí se carga la batería del
sistema. Todas las energías con sus potenciales que vienen a cargar la batería del sistema,
entran por esa unidad de carga. La unidad de carga es, obviamente, la cabeza. Nos
cargamos por las orejas, las cuales son radares que nos permiten una carga cortical a través
del sonido; nos cargamos por la boca, a veces demasiado, como al mediodía; Nos cargamos
por la nariz, es decir, nos cargamos por donde están todos los sentidos; aunque hay que
saber que a través de los pensamientos también nos cargamos.

• Polo metabólico-motor o de descarga: así como tenemos una unidad de carga,


obviamente, tenemos también una unidad de descarga. Estas vías de descarga comprenden
las vías urinarias, las de excreción y también los órganos genitales a través de los cuales
podemos descargar el placer del sistema.

• Polo rítmico o intermediario: es un polo intermediario, el de los ritmos.

Esos ritmos distribuyen la energía en el sistema. Carga, descarga y distribución de la


energía en el sistema. Vamos a ver que el carácter es aquello que nos permite una carga
correcta. Pero no basta la carga correcta, sino que es necesaria una conciencia de las
descargas, de tal manera que esa conciencia nos lleve a utilizar el carácter. Esa conciencia
es expresión del alma en nosotros. Vamos a verlo. El carácter carga y el alma descarga. El
alma es lo que permite eliminar el ruido. En la descarga se elimina el desecho, lo que te
sobra y a ese desecho vamos a llamarlo la eliminación del ruido. Entonces, un buen carácter
es aquel que representa para el organismo una carga correcta y que le permite al alma o al
instrumento interior, a la conciencia eliminar el ruido en el sistema.

Vamos a mirar en esa dimensión el carácter y tomemos el polo de carga: los ojos forman un
anillo integrado; los dos, y ese anillo está representado por un gran loto de dos pétalos. Ese
loto de dos pétalos es una unidad de conciencia y de energía que llamamos el “Ajna
chakra”. Ajna, es una unidad de conciencia que está compuesta de otras unidades de
conciencia que son pequeños pétalos, cuarenta y ocho en total de cada lado. Digamos, que
dentro del sistema el número de pétalos hay todo un diseño que está lleno de sentido. La
unidad de carga es lo que nos permite el control. Es un símbolo del universo y nos revela
una lección esencial: ¿qué es lo más importante del ojo? la pupila, la que deja pasar la luz.
¿Y qué es la pupila? Es el vacío, la pupila no es nada, la pupila es el espacio delimitado
por el iris, el iris se contrae y se dilata y esta dejando pasar la luz. Así, que los ojos son
instrumentos para cargarse de luz o para dejar pasar la luz. El símbolo más perfecto de las
leyes del universo es el ojo. Si, simplemente, viéramos el ojo de otro modo entenderíamos
muchas cosas de las leyes del universo. Vamos a fijarnos en el ojo y nos encontraremos
varias cosas esenciales:

 El ojo es doble para ver la unidad: es una dualidad que nos permite ver la unidad.
Esto resulta curioso. Es bien misterioso también que sea doble, y no es que un ojo sobre
porque sino haríamos como aquel que se sacó un ojo porque lo tenía repetido. Necesitamos
los dos ojos. La presencia de los dos ojos nos permite una visión estereoscópica, ver en
profundidad, ver la perspectiva y los contextos. Pero, ¿qué es profundidad y perspectiva?
Simplemente, el mundo de lo significativo. Cuando tenemos profundidad y perspectiva
podemos contextualizar el mundo, es decir, ver el mundo en su paisaje y el mundo en su
paisaje es significativo.

 Visión física, emocional y mental: Digamos que el ojo nos permite ver físicamente,
esa visión física se cruza hasta el cerebro y nos permite no sólo ver físicamente, sino
emocionalmente, ver mentalmente. Porque no solamente vemos con el cerebro, sino que
vemos con nuestros pensamientos, con nuestras ideas del mundo, vemos con el colorido
emocional de nuestro mundo; es decir, toda visión esta saturada de nuestro colorido
emocional, pero no sólo eso sino que nosotros primero vemos con los ojos de los sentidos
ya que ellos forman parte de los ojos.
 Ver con los ojos del sentido: la intuición. ¿Cuál es el sentido? La intuición. Cuando
vemos con los ojos de los sentidos estamos viendo desde el alma y a eso lo llamamos el ojo
de la intuición. Ese ojo ya es único, no es doble. También vemos con los ojos de la razón,
la mente. De tal manera que hasta el meme naranja vemos con los ojos de los sentidos, esa
es nuestra visión del mundo. El meme naranja ve con los ojos de la razón y los memes
amarillo y turquesa más arriba ven con los ojos de la intuición, que es el ojo de síntesis. Eso
establece nuestro código de lectura del mundo, también nuestra manera de relacionarnos
con el mundo, nuestra visión del mundo y establece la calidad de nuestras interacciones.
Cuando el ojo que yo utilizamos es el ojo de la intuición, realmente vemos un mundo total,
un mundo con su profundidad y con sus significados. Cuando el ojo que utilizamos es el
ojo de la razón vemos un mundo de secuencias, un mundo de causas, un mundo lógico,
pero no vamos a ver un mundo de sincronicidades. Puede haber un mundo de causalidades
que se desplazan del presente al futuro y, obviamente, si ese es nuestro código de lectura no
vamos a entender si alguien nos habla de sincronicidad o si nos habla de un presente
permanente. Cuando alguien nos habla desde los ojos de los sentidos hemos de tener en
cuenta que allí no tiene vigencia el ojo de la razón ni el ojo de la intuición.

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