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TRADUCCION ‘Aausav, Revista de Filosofia, ni 13,1996, 1-18 La visibilidad de la iglesia. Una reflexién escolastica* 7 CARL SCHMITT Dos tesisconsttuyen el fundamento de lo que podemas decir acerca de la vsibilidad de la igle- sie: la primera establece que el hombre no est solo en el mundo, la segunda au ‘el mundo es bueno, ¥ que el mal que hay en éles consecuencia del pecado del hombre. Ambas ideas adquieren signifi- ado religioso porque Dios se hizo hombre. De su significado hay que tratar como 8: 10" dirigiéra- ca rene varieno y no como si hubiera que comvencer aun pagano oa una especie de fanfancén fas: Tendental, pues de lo que aqut se trata ¢8 de Ia verdad y no de la mera coherencia 9 imefutabilidad. Lng Uistoriadores del eristianismo primitivo vieron el origen de Ia indiferencia hacia los asnor tos del mundo de los primeres crstianas, como la del mismo Cristo, en el convencimient9 escatolé- gico del fin préximo del mundo y, en relacién con ello, hablaron de une conocida experiencia psci- opatol6gica que atribuyeron 2 Ios crstianos ¢ incluso a Cxsto. Sin embargo, due Wet © razén ons psicologia noes algo que interes al hombre religioso, para quien de To que se wats. 10S bien, sede u existe una raz6n para abandonar las cosas mundanas a su curso, teniendo en even Qe a wrando, mafina o dentro de milenios, legaré a su fin. Desde la perspectiva religiosa,e) hombre que mundo Merror le certeza de su mocrte es capaz de perciir la misera dela consideracin psicolB- rpm el ereyente, el mundo tendré su fin, con toda seguridad, tarde @ temprano, Ese fenémeno psicolépico de despreocupacign ¢ indiferencia por lo mundano puede producise ‘también si, en lugar fe ocuparse de investigaciones histricas o pensar en su carrera, el individuo pienst &™ 2 propia muerte, que ms cerce 0 mis lejos le espera. El que, pese a las expectativas de los creyenies STAN: wos, el mundo todavia subsista no contradice su religiosidad; moltited de hombres han Tayette veneides de que su vida iba a durarcien afios. ,Por qué, pues, s¢ interesan los cristianos por el fin del rundo, hoy que para cualquier espritualista defensor dela autonomia resulta evidents que nada tiene {ue ver sino con él mismo, y que cada hombre es juez de s{ mismo y, en consecuenciay s2 propio ver- dugo? ‘Cuando el hombre comparece ante Dios el mundo entero, ¥ con él Ios hombres, se ha hnundido ‘en la nada, Ante Dios nadie aparece del brazo de su amigo o su amiga, en el Reino de Dios no entou ffamos a ningun conocido, no pretendemos a nadie ni se cierra ningsin contrato. Tamporo puede croribiree ningtin libro sobre el Reino de Dios, y todas las impresionantes palabras que se enconln ton pa ello provienen de hombres queen e! momento en que las encontraron 0 las Pronuncn no. + Die Sichbarkeis der Kirche, Fine scholastsche Erwan, pblicado en 1917 en la revista Summa, 2 Cart Schmit cestaban en el Reino de Dios. Lo dltimo jamds ha sido pronunciado por nadie, ni siquicra por ningtin ‘genio, y de la palabra de Dios s6lo podemos decir que ningin ofdo Ta eseuch6. Pues quien abla no se encuentra solo en e! mundo, Por otra parte, extraer la conclusién de que el hombre, por lo que hace a su relacién con Dios, sth solo en el mundo, seria caer en una falsa oposicién. El hombre o esta solo o esté en el mundo, pues cuando de verdad esté solo no esté en el mundo, ya no es hombre, y mientras es hombre, en este ‘mundo, no esté solo. Unicamente Dios esté solo. La sensacién de indescriptible e insuperable sole- dad que jamés abandona a cualquier hombre valioso, la certeza de que en las cosas més importantes ‘nunca contamos con la ayuda de otro hombre, el conocimiento de que ninguin hombre puede conso- lar a otro y de que todo consuelo logrado por la adhesin de otros hombres, o fundado en su contac- to, noes sino alimento terrenal c ilusién peligrosa, todas estas verdades no demuestran que el hom- bre estd realmente solo en el mundo; Jo que muestran es que el mundo esté en pecado, y son sinto- mas de la nostalgia de Dios, que s{esté solo. También seria un sofisma, sfntoma del ms rudo mate- rialismo 0 de una temeraria confusin entre el hombre y Dios, concluir de la soledad divina que el hombre, en su soledad fisica y psicol6gica, es lo mas prOximo a Dios ~ como si un todopoderoso ‘Tamerlin fuere especialmente semejante a Dios y su omnipotencia— o que sus relaciones con él le concemieran en tanto individuo particular. La oracién al Padre debe hacerse bajo 1a forma del Padreauestro. Dios esté solo y, sin embargo, en todas partes, también en el mundo. Ir hacia Dios no significa abandonar el mundo, desde el espiritualismo puro, como un objeto inconmensurable con lo religioso, ni tampoco considerar la legalidad del mundo como algo fundado en sf mismo. Ello signi ficarfa que to mejor, 1o més valioso, serfas6lo una obligacién respecto de una orden y no autoridad basada en la palabra de Dios. Los momentos en que el hombre siente nostalgia de la soledad en Dios estén reservados a unos poces elegidos, como recompensa y consuelo tras un prolongado y activo esfuerzo, Pero nadie puede juzgar la correccién de una vida cristiana por sus vivencias subjetivas 0 ver en ellas el criterio de 1a misma, Todas las cosas esenciales exigen el esfuerzo, aunque el éxito ‘nunca sea resultado del esfuerzo sino de la gracia de Dios. Fl camino hacia la vivencia religiosa no debe partir de la vivencia como hecho subjetivo. Un sistema politice-pedag6gico que consiguiera orientar la conducta humana de modo que esa vivencia fuera firme (y quedara apartada toda autoilu- sign basada en la sensacién privada) no diria una palabra de ello y erearfa una doctrina esotérica pro- ‘egida por siempre de cualquier profanacién. Aungue en Dios esté a verdadera soledad, el camino del hombre hacia Dios no es la negacién de la comunidad entre los hombres, del mismo modo que el suicidio no puede ser considerado una mortificacién en el sentido cristiano. El verdadero cristiano no Joes por la impaciencia con que quiere legar hasta Dios, sino por el camino que se propone para clio Ese camino lo determina la ley de Dios; eso es el «pan rema>, lo que Cristo opone al tentador cuan- do éste le exige que convicrta en pan las piedras’. Su significado es el rechazo de la inmediatez, que ‘quisiera saltar por encima del Mediador, de Cristo, y su instrumento, la Iglesia, para acallar el ham- bre de Dios. ‘Cualquier legalidad perteneciente a este mundo anula ta unicidad del individuo. El principio ‘que afirma que todos los hombres son iguales ante Ia ley posce la correccién de un juicio analitico, ‘de manera que, a la inversa, puede definirse Ia ley como aquello frente a lo que se constituye la igual- dad; ni una ley natura ni su modelo 0 arquetipo, una ley juridica existente entre los hombres, tienen ‘en cuenta privilegios o diferencias entre personas. La nocién originaria y mds primitiva de contrato ‘convierte a las personas individuales que lo suscriben en partes sometidas a él, en contratantes que ‘La alusGn hace referencia al passe dl evangelio de Matco, capitulo 4, vv. 3+5 (Nota dl traductor)

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