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Naturaleza muerta y Marlon Brando

Acto único

Escena I. ¿Qué soñaste?

Noche. Eugenia, de pie y con un trapo en la mano; a su lado, una cubeta. En el


extremo opuesto. Víctor, quien sostiene una brújula.

VICTOR: En Argentina, el agua se va al caño en sentido contrario a las manecillas del reloj.

EUGENIA: No sé de qué hablas

VICTOR: En la parte septentrional del mundo en el hemisferio norte, el agua, antes de que
entre a la tubería, va en el sentido de las manecillas del reloj. En cambio, en el
extremo austral, el agua gira al revés.

Pausa

EUGENIA: ¿Qué soñaste, Víctor?

VICTOR: En agua… Soñé que un remolino de agua me arrastraba de gope… ¿Qué soñaste,
Eugenia?

EUGENIA: Contigo, soñé contigo, Víctor (En catalán) ¿Qué soñaste, Víctor?

VICTOR: En agua, soñé con agua.

Eugenia deja caer el trapo sucio en la cubeta y sale. En el oscuro o transición se


escucha que suena el teléfono y luego una contestadora.

VOZ VICTOR: En este momento no me encuentro… ni a mí mismo. Por favor, deje su mensaje
después de la señal.

VOZ EUGENIA: Víctor, soy Eugenia… ¿Estáis por ahí?... Te llamo desde el aeropuerto. Son casi las…
nueve de la noche. Dime qué hago, hombre, porque vengo llegando… Bueno, te
llamo más tarde.

Transición

Escena II. Mamá

Daniel, sentado a la mesa.

DANIEL: Desde niño siempre me gustó acostarme sobre las mesas… Mamá me regañaba…
Decía que hacer eso atraía a los malos espíritus… “Acostarse en una mesa equivale
a morir”, decía, “Es como cuando uno sueña que se casa. Eso, eso también
equivale a morir…” Mamá, ¿sabes cuál es el producto que más exporta México?...
“Si no es el tequila, es el petróleo…” No, mamá… La impunidad. Lo que mejor ha
perfeccionado México para el mundo es la impunidad.

Transición

Escena III. Girasoles

Víctor entra con un bulto de sábanas en las manos y se detiene. Las avienta al piso
y sale. Tocan a la puerta. Víctor entra de nuevo y sale otra vez.

VICTOR: Pasa.

EUGENIA: Hola.

VICTOR: Hola, dame tus cosas.

Eugenia entra a la cocina, lleva un ramo de girasoles en la mano.

EUGENIA: Hombre, qué cálido recibimiento.

VICTOR: ¿De qué?

EUGENIA: Te dejé un mensaje en el contestador.

VICTOR: ¿Si? (Sale)

EUGENIA: (Ve las sábanas.). Y esto, ¿tan temprano te vas a la cama?

VICTOR: (Off) No pude hacer mi cama en la mañana.

EUGENIA: Ah… Te traje esto. ¿Tienes un jarrón para ponerlos?

Ella sale. Luego entra Víctor y recoge las sábanas

VICTOR: ¿Cómo estuvo el viaje? (Sale)

Eugenia entra de nuevo. Pone un jarrón sobre la mesa, y en él, los girasoles.

EUGENIA: Tantas horas para venir, tantas para regresar. Y luego, me deprimo una semana
entera. (En catalán) ¿Cómo andan las cosas por aca?

VICTOR: (En catalán). Andan, que ya es ganancia… Eugenia, prefiero hablar español.

EUGENIA: Es que me fascina oír cómo pronuncias el catalán, muy cachondo… Bueno, la
próxima vez me quedo a vivir por acá.

VICTOR ¿En México?


EUGENIA Es mucho más fácil que me venga a vivir a que esté yendo y viniendo cada ocho
meses.

VICTOR ¿Vas a dejar España por venirte a vivir a un país donde no hay nada claro, no se
diga unas elecciones?

EUGENIA ¿Qué?

VICTOR Nada, olvídalo

EUGENIA Bueno… ¿Me extrañaste?

VICTOR Lo suficiente

EUGENIA Lo suficiente… Hipócrita.

Se besan. La lámpara que baja del techo empieza a oscilar.

EUGENIA Víctor… ¿No está temblando?

VICTOR Eso parece… Ahorita se calma. Tú tranquila, quédate aquí

EUGENIA ¿Qué día es hoy?... ¿No se cumplen ahora diez años del terremoto?

VICTOR No… Eso es en cuatro días. Hoy es quince, quince de septiembre.

Ven como viene la calma.

EUGENIA Claro, hoy día es feriado. Bueno, ¿Y qué hacemos aquí? Llévame al zócalo.

VICTOR ¿Cómo crees? Este país y ano es el mismo. Hay mucha violencia… mucho loco
suelto.

EUGENIA ¿No estás exagerando?... Bueno, pensándolo bien, mejor nos quedamos. (Le
coquetea) Bonita bienvenida me das. Incluyendo el temblor.

Víctor responde al cortejo.

VICTOR Quién te manda a estar tan buena, que hasta tiembla la ciudad cuando vienes.

EUGENIA Todavía no me has dicho si me das posada.

Se besan. Oscuro

Escena IV. Techo blanco

Daniel, sentado a la mesa, fuma


DANIEL Querido Víctor: te engañé. Si tengo una copia de la llave de tu casa… ¿Cómo estás?
¿Bien? Bien. Ya tengo tarjeta de crédito… Te escribo desde tu cocina. No pude
resistirlo y te la pinte de blanco. Ya no tienes más techo azul. Todo es blanco.
Blanco, blanco. Brocha y mezcla de agua con pintura acrílica. Horas de brocha. El
azul fue insoportablemente perseverante… Pintar cansa. Mucha música para darle
ritmo a la brocha y, como la superficie no es lisa, pues hay que darle golpecitos al
rito me Tracy Chapman y sus congéneres. También se fue el agua, así que todo
blanco, blanco, hasta hoy en la mañana… Lo siento, dormí en tu cama… ¿Y
Mérida? ¿Y la orquesta maya?¿Y las noches yucatecas?¿Y el mar? Y el puerto con
sus barcos de nombres maravillosos. ¿Está allí el Caribe?¿Estalla el Caribe?¿Luz?
Agua azul transparente. ¿El nombre de las cosas?¿Calor? Sopa de lima. Azul del
cielo. ¿Una fugacidad transparente? El tiempo que revolotea… Allí. Allí estás. La
tarde entonces son horas, palabras… Otro café. Manías. La lentitud frente a las
costas… ¿Un Marlboro? No, gracias, estoy fumando. Te imagino guiando la nave,
hermosa, ojos de proa, brazos en el mar. La suerte del marinero, del capitán del
barco… Que estés bien. Que tu música suene. Que te comas el universo entero,
dando saltos mortales para atrapar lo que el caracol atrapa en su bolsita… Me
alegra imaginarte en tu sinfonía maya, dibujando los contornos de tu sueño. El
faro parpadea, lo veo parpadear desde la costa. Lo saludo, miro la brújula que
marca el sur, sureste. Hacer, hacer. Qué más pedir, sino la movilidad. El tráfico, la
marcha… Pinté tu cocina y espero no seguir con el resto de la casa… A no se qué
día de septiembre…

Tenochtitlán todavía.

Daniel.

Oscuro

Escena V. Muerte súbita

Víctor y Eugenia conversan

VICTOR ¿Sabes lo que es la muerte súbita?

EUGENIA ¿La del tenis?

VICTOR No seas tonta… Es cuando alguien se muere de pronto, sin causa aparente.
Imagínate, te vas a dormir por la noche y, al otro día, amaneces muerta.

EUGENIA Ay, cállate… Qué horror

VICTOR Aunque algunos médicos opinan que eso sólo puede ocurrirle a los bebés, yo he
sabido de casos en adultos.

EUGENIA Víctor, no empieces con tus curiosidades. Voy a bañarme


VICTOR Vaya, y yo pensé que eras europea.

EUGENIA (Estalla) ¡No soy una guarra! Soy española, no francesa, no me confundas.

VICTOR (Ríe) ¿Cuáles curiosidades? No se puede hablar de la muerte, porque ya es uno


excéntrico o brujo, no sé. (Pausa) ¿Entonces?¿Qué opinas de la muerte súbita?

EUGENIA Hombre, tío. ¿Qué quieres que te diga? La muerte nunca avisa. Siempre es súbita.
La muerte llega y ya.

VICTOR ¿Te da miedo?

EUGENIA No sé… no

VICTOR Hablas como si te sintieras inmortal

EUGENIA Ser mortal es saber que te vas a morir.

VICTOR No mames. ¿Ya le haces a la dianética, o qué?

EUGENIA No seas pesado. Tú preguntaste y yo contesté

VICTOR Recién llegaste y ya estas vociferando

EUGENIA ¡Coño! Yo no vocifero ¡Imbécil, tú empiezas todo y no das oportunidad de concluir


nada!

VICTOR Acaba de hablar, pero no grites.

EUGENIA ¡Como no grito! Eres un pesado… Deberías ponerte a hacer algo de provecho…
(Silencio) Dedícate a componer música. ¿Qué no eres eso? ¿Un compositor al que
no se le ha hecho justicia?

VICTOR ¿Pero no estás cabreada?

EUGENIA No… Estoy emputada, joder.

Pausa

VICTOR Oye…

EUGENIA ¿Qué?

VICTOR ¿Crees en la reencarnación?

Transición.

Escena VI. Como animales


Eugenia mira el teléfono que suena, y contesta.

EUGENIA: ¿Aló?... ¿Sí?... Sí, sí está, pero ahora no puede ponerse. Sí, ya le digo. Ciao.

Se sienta. Víctor entra. Eugenia ríe.

VICTOR ¿Te ríes sola?

EUGENIA Me acordé del día que te presté mis bragas.

VICTOR Ni me lo recuerdes. Unos calzones son unos calzones, pero hay muchísima
diferencia entre unas pantaletas, qué asco de palabra, y una trusa.

EUGENIA Oye, oye, qué sexista que eres.

VICTOR Si existiera un pedazo de carne entre tus piernas, con calzones de mujer, no
aguantarías ni diez minutos.

Pausa

EUGENIA Cuando regresé a Barcelona me propuse no volver a verte.

VICTOR Todo cambió

EUGENIA Si, cayó el muro de Berlín y eso no es garantía de nada. Cómo quisiera meterme en
tu cabeza y saber lo que piensas.

VICTOR No pienso

EUGENIA Eso ya lo sé. Quise decir, qué buscas, qué quieres

VICTOR Uno nunca está seguro de nada

EUGENIA No me chingues… ¿En qué piensas cuando estás conmigo?¿Adentro de mí?

VICTOR Ya te dije, no pienso

EUGENIA ¿Cómo animales?¿Como los perros?

VICTOR Como lo que sea. El sexo es sexo.

EUGENIA Por eso, ¿Qué sientes?

VICTOR No me preguntes eso.

EUGENIA ¿Piensas en alguien más, en quién?

VICTOR En nadie… Creo que ya perdí hasta la capacidad de enamorarme.


EUGENIA Gracias. Es la respuesta más clara que has dado desde que te conozco (Toma una
botella de tequila y cigarros) Todo cambió… Ja, eso está por verse… Bueno, hoy es
quince de septiembre. Tú y yo debemos brindar por la independencia de un
mexicano de una pasión española, aquí presente. Salud ¿Quieres uno?

VICTOR Prefiero un trago.

EUGENIA Vale.

Transición

Escena VII. Una mujer, un elefante

Víctor y Daniel

VICTOR Hoy fui al súper y compré algo de despensa.

DANIEL Ajá…

VICTOR Cuando iba empujando el carrito por uno de los pasillos del súper, de repente vi
un letrero que decía: “Hoy, miércoles de plaza, todas las frutas y verduras 50% de
descuento”. Entonces, me detuve a pensar seriamente, quién sería la persona que
hizo ese letrero. Quiero decir, quién lo elaboró: ¿un hombre o una mujer?

DANIEL Víctor, ¿Por qué siempre haces esa clase de preguntas?¿No te cansas?

VICTOR No exageres

DANIEL Cómo no, hasta tonto te oyes.

VICTOR No te enojes. Solo quería comentar algo

DANIEL Pero algo sin sentido. Ese anuncio ya está hecho, punto. Y no importa si lo hizo un
hombre, una mujer o un elefante.

VICTOR Por supuesto que importa. El trabajo final implica forzosamente claridad y
limpieza. Hasta buena ortografía; si no, ni lo estuviéramos discutiendo. Te aseguro
que una mujer difícilmente escribiría “plaza” con ese. Es mucho más probable que
un hombre se equivoque en eso…

DANIEL Víctor ¿Qué te pasa?¿Te sientes bien? Estamos discutiendo una estupidez… No te
hagas el gracioso, ya sé por donde vas. Quieres saber quien coge mejor, una mujer
o un hombre.

VICTOR Bueno, discúlpame, no quise agredirte. Pero tampoco es para que me trates como
un tarado.

DANIEL Pues no te portes como tal.


VICTOR Suficiente

Víctor besa a Daniel. Transición

Escena VIII. ¿Cuál es tu película interior?

Víctor y Daniel juegan con dardos. Víctor tira y falla

VICTOR Qué imbécil soy, estoy si que requiere práctica. Yo lo siento por la pared.

DANIEL Sigo (Casi atina al centro)

VICTOR Quien lo viera

DANIEL Oye

VICTOR Oigo

DANIEL ¿Estás aburrido?

VICTOR ¿Qué?

DANIEL ¿O cansado?

VICTOR Estoy hasta la madre. Pero no de ti, no alucines

DANIEL Ah…

VICTOR Solo es eso.

DANIEL Bueno. (Pausa) El domingo es el día favorito de los suicidas.

VICTOR ¿Qué?

DANIEL Te decía, los domingos, si no voy al cine, me salgo a la calle y camino… Hablo solo

VICTOR ¿Hablas solo?

DANIEL Si. Me gusta contar los pasos que puede haber entre un poste de luz y otro poste
de luz. Y si el número que resulta es el mismo que imaginé, es que me va a ir bien
o mal, según decida.

VICTOR Qué loco estás

DANIEL Otras veces me siento en una banca, en algún parque, cierro los ojos y veo lo que
pasa por mi cabeza. Veo una película. Una película en la que uno es todo: el actor,
el director, la historia misma. Todo lo que uno es.

VICTOR No te saques de onda, nomás cotorreaba.


DANIEL Ah, sí. Contigo no se puede hablar en serio.

VICTOR No te enojes… Mira mi película favorita es “Rocambole contra las mujeres


vampiro”

DANIEL ¿Cuál?

VICTOR Pues esa

DANIEL Ah

VICTOR ¿No?

DANIEL Bueno, ya me voy

VICTOR No, no te vayas. Perdóname, de veras… Últimamente nada me sale bien, todo me
molesta.

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