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TAREA DE VACACIONES.

DOCENTE: MARÍA SOL SENOR.

GRADO: SEXTO.

ÁREA: LENGUA.

RECORDAR: Las tareas deberán ser entregadas la primera semana de clases, ciclo 2.010,

con nombre, apellido y curso; en folio.

ACTIVIDADES:

TEMA: TEXTOS EXPOSITIVOS.

1) Relee las páginas 82 y 83 del capítulo 6 de Ciencias Sociales.

2) Responde:

a) ¿Qué tipo de texto es?

b) ¿Cuáles son sus características?

c) Nombra sus recursos.

3) Titula cada uno de sus párrafos.

4) Subraya las ideas principales.

5) Transcribe el resumen.

TEMA: CUENTOS FANTÁSTICOS.

1) Leé con atención el siguiente texto:

“El paisajista”.

Un emperador chino quería conocer las tierras lejanas de provincias recién

conquistadas. Para cumplir su deseo, contrató a un pintor y lo envió a recorrer esos

desconocidos parajes con la misión de traer imágenes pintadas.

El pintor viajó largos días, visitó los nuevos territorios, atravesó campos y caminos

extraños, pero regresó sin una sola imagen, sin siquiera un esbozo de in dibujo.

El emperador se sorprendió y se enfadó con él. Entonces, el pintor pidió que le

trajeran un gran lienzo y lo colocaran en una pared del palacio. Sobre eso, pensaba

representar todo el país que acababa de recorrer.


Cuando el trabajo estuvo terminado, el emperador fue a visitar al pintor para

contemplar su obra, ansioso por conocerla. El pintor le explicó todos los rincones del

paisaje, de las montañas, de los ríos, de los bosques.

Al terminar su descripción, el artista se acercó a un estrecho sendero que salía del

primer plano de la pintura y que parecía perderse en el espacio. Todos los presentes,

incluso el emperador, tuvieron la sensación que el cuerpo del pintor se introducía en ese

sendero, que avanzaba poco a poco en el paisaje, que se hacía más pequeño.

Pronto una curva del camino lo ocultó a los ojos del resto, dejando al gran paisaje

desnudo. Entonces, el emperador y las personas que lo rodeaban regresaron a sus

aposentos, en silencio.

Relato Anónimo Chino

2) Explica por qué es un relato fantástico.

3) Responde en forma completa:

a) ¿Para qué contrata el emperador a un pintor?

b) ¿Qué hace éste frente al pedido del emperador?

c) ¿Para qué pide el pintor un gran lienzo?

d) ¿Cuáles son los hechos inexplicables o fantásticos de este texto?

4) Redacta un cuento fantástico, teniendo en cuenta los siguientes elementos y hechos

(piensa que hechos fantásticos pueden suceder a partir de ellos):

• Una casa blanca, en la cima de una montaña.

• Una noche.

• Una joven y un anciano.

• La joven sueña que camina por un sendero extraño, que le resulta conocido.

• Ella encuentra una casa.

TEMA: LA NOVELA HISTÓRICA.

1) Leé atentamente la siguiente novela:

Capítulo 1. Discusión.

Me llamo Esteban Melgarejo y, según mi madre, cuando yo estaba por nacer se armó

una discusión entre mi padre, que era hijo de españoles, y mi abuela, que era india.
Mi madre estaba en el suelo, sobre una manta, y a su lado se peleaban mi padre y mi

abuela. Cada uno tenía una idea de cómo debía realizarse el parto y la explicaba a gritos: mi

padre decía en catalán que mi madre debía permanecer acostada, y mi abuela decía en el

idioma de los quilmes que debía tomarse de una rama del ombú que había afuera y

permanecer colgada hasta que el bebé, yo, por su propio peso, bajara.

Mientras ellos peleaban yo vine al mundo por mi cuenta y eso – en opinión de mi

madre – me hizo “independiente y de pocas pulgas”. Mi padre, en cambo, decía que yo era

“un potro sin domar”, “un caso perdido” debido a que por mis venas corre sangre india.

En fin, nací en 1.775, en un rancho de adobe que estaba a una legua más al sur de

Ensenada, cerca de un arroyo. Allí teníamos todo lo necesario para vivir y lo que nos faltaba

lo fabricaba mi padre o lo traía de Buenos Aires cuando iba en la carreta a vender cueros.

Al parecer, meses antes de que yo naciera los negocios familiares tuvieron un

momento de gran prosperidad gracias a que mi padre transportó aguardiente y armas para

un pulpero cercano a la frontera, quien a su vez les vendía esas mercancías prohibidas a los

indios.

Meses más tarde, los blandengues se llevaron preso al pulpero y aquel negocio

terminó. Mi padre creyó prudente no ir por un tiempo a Buenos Aires, y a eso se debe que

yo no haya sido bautizado ni anotado en los registros del Cabildo. Seguramente después me

hice grande y se olvidó de hacerlo.

Pasé los primeros años de la soledad de aquellos parajes, temiendo que una noche un

malón nos quemara la casa y se llevara cautiva a mi madre. Sin embargo, los indios que

pasaban por allí venían en pequeños grupos y con el ánimo de vender plumas de avestruz y

cueros de vacas en Buenos Aires. Las pocas veces que se detuvieron, mi padre los trató con

altanería, quizás para impresionarlos porque él también debía temerles, y le pidió a mi

abuela que hablara un poco en su lengua, para que los visitantes vieran que había uno de

ellos en nuestra familia.

Para felicidad mía y de mi hermano Manuel, tres años mayor, un día mi padre dijo

que nos iríamos a vivir a Buenos Aires, donde levantaríamos una casa en una parcela que le

había cedido un primo.

Allá nos fuimos un día, cargando todo en la carreta y seguidos por un par de

caballos y los quince perros que teníamos. Cuando llegamos, mi hermano y yo nos

desilusionamos… ¿Eso era Buenos Aires? ¿Un desierto apenas más habitado que el que

habíamos dejado?
Nos equivocábamos. La parroquia más cercana empezaba a un cuarto de legua de allí,

así que seguíamos viviendo fuera de Buenos Aires, en el campo, aunque mi padre se

obstinara en decir que ahora sí estábamos en la ciudad. A la verdadera ciudad la conocimos

al día siguiente, cuando mi padre nos llevó a la Plaza Mayor.

Cuando llegamos a las primeras cuadras de empedrado, mi hermano y yo

enmudecimos: nunca habíamos visto casas como aquellas y ese tipo de gente paseando

tranquilamente por las aceras, con sus trajes elegantes, y tantos carruajes y caballos, y los

negocios casi pegados uno al lado de otro. Después, en la Plaza Mayor, el movimiento se

multiplicaba y nuestros ojos no tuvieron descanso: al lado de un puesto de licores una negra

vendía empanadas, y enseguida había un turco que ofrecía telas, otro hombre que vendía

una montura, una vieja que ofrecía verduras, y por todos lados carretas que entraban y

salían, perros y olores y gritos y movimiento. Recuerdo que pensé: “¡La ciudad es algo

maravilloso!”.

Ricardo Mariño: Sangre india,

Buenos Aires, Estrada (Colección Azulejos), 2.007.

2) Responde en forma completa:

a) ¿Por qué el capítulo que leyeron se llama “Discusión”?

b) ¿Qué otro título podría tener?

c) ¿Por las venas de Esteban, corre sólo sangre india, como dice su padre? ¿Por qué?

d) ¿Qué opinan sobre la relación que establece el padre de Esteban, entre su origen y

su temperamento?

e) ¿Qué significa la expresión “tener pocas pulgas”?

f) ¿Por qué Esteban no fue bautizado ni registrado en el Cabildo?

g) Este primer capítulo de la novela, tiene tres cambios de lugares. ¿Cuáles son?

h) ¿En qué año nació Esteban? ¿Dónde? ¿Cuál era su situación social y económica?

i) ¿Quiénes integraban su familia?

j) ¿Por qué el padre le pide a la abuela que hable con los indios?

k) ¿Qué sucedió para que Esteban piense que: “La ciudad es algo maravilloso”?

3) Repasá tiempos verbales, simples y compuestos del Modo Indicativo.

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