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Ucv Primeros Pasos de La Filosofia
Ucv Primeros Pasos de La Filosofia
b) La crítica y la sospecha
En el s.VI a.c. algunos empezaron a cuestionarse tanto las explicaciones como las pautas de conducta
que ofrecían los mitos. Notaban incoherencias entre los mitos de los pueblos. La actitud de sospecha,
reflexión y crítica llevaron a éstos a preguntarse sobre la validez de los mitos para el conocimiento,
para la vida, para la creencia. Por eso, mostraron desconfianza de las narraciones imaginativas o
explicaciones populares. En vez de ello, apostaron por una mirada nueva, es decir, recurrieron a la
observación, al análisis del mundo y de las cosas (incluido el hombre) intentando descubrir las
causas. La narración e invención mítica fue paulatinamente reemplazado por el concepto, es decir,
por el esfuerzo de abstracción intelectual acerca de algo. Así surgió la necesidad de explicar las cosas,
no por la imaginación ni la metáfora o el símbolo, sino por lo lógico, por lo racional, por el
esclarecimiento de la razón (logos).
a) Periodo cosmológico
Fueron los milesios los primeros pensadores que comenzaron a alejarse del discurso mítico para
abordar, desde una perspectiva distinta, más argumentativa, el tipo de preguntas que, como vimos en
el capítulo anterior, el hombre se ha formulado desde siempre. Así, la preocupación de estos
pensadores puede resumirse en una pregunta en particular: ¿cuál es el arjé de todo lo existente, de todo
lo que es?, esto es, ¿cuál es el principio rector (arjé, en griego) del que todo surge y al que todo
desemboca?
Se considera que, históricamente, Thales de Mileto (640 - 546 a.c.) es el primer ejemplo de hombre
que deja atrás el pensamiento mítico para ejercer o practicar el pensar racional. Para los milesios la
realidad era el Cosmos, el mundo ordenado y organizado que, según sus mitos, provenía del caos
primordial o inicial. Para Thales, por consiguiente, la pregunta por el fundamento de la realidad era la
misma que la pregunta sobre cuál era el principio ordenador o la fuerza que había hecho surgir el
Cosmos del caos. Su respuesta fue que dicho principio era el agua, que era el fundamento de todas las
cosas. Los otros milesios notables son Anaximandro y Anaxímenes; para el primero, el principio
ordenador del Cosmos era e! infinito al que llamó apeirón 2 y para el segundo era el aire, del cual
provenían el viento, las nubes, el fuego, el agua, etc.
Heráclito de Éfeso consideró, en cambio, que el principio fundamental es el fuego y que la realidad
está permanentemente cambiando por la lucha de contrarios (amor-odio, frío-caliente, etc). En este
constante cambio lo único verdadero es el cambio mismo, el incesante fluir. Así afirmaba Heráclito,
"no puedes bañarte dos veces en el mismo río, porque nuevas aguas corren siempre sobre tí".
Parménides de Elea (475 a.e.), por su parte, afrontó también la pregunta que hemos planteado, pero
sin recurrir ya a elementos materiales, sino más bien a conceptos. Así, pues, para responderla
distinguió entre conocimiento sensorial, proporcionado por los sentidos, y conocimiento racional o
verdadero. Sostuvo, en consecuencia, que, mientras el conocimiento sensorial nos da la impresión de
cambio y movimiento (como, por ejemplo, cuando constatamos a través de nuestros sentidos que las
plantas crecen o que las personas envejecen), estos cambios son sólo aparentes. Hay algo que no
cambia, que permanece y que, por esa razón, es el fundamento de la realidad. Aquello que no cambia
es el ser, esto es, lo que permanece siendo; y sólo a través de la razón podemos conocerlo. El cambio
es el paso del ser (joven, por ejemplo) al no ser (no ser joven, es decir, ser viejo). De esta manera, el
cambio supone una contradicción: lo que es no puede no ser; así es que debemos centramos en aquello
1
Piscoya, Luis. “Filosofía”. Bachillerato Peruano. Editorial Metrocolor, Lima, 1999.
2
La palabra griega "apeiron" proviene de "a-peras": lo i-limitado, in-definido, in-determinado.
2
que no cambia, es decir en el ser, lo que permanece siempre siendo. Por tanto, según la escuela
eleática de Parménides, la realidad es una esfera perfecta, invariable, única, y cualquier cambio o
movimiento que dé la sensación de que lo que es deja de ser, es sólo apariencia no fruto del
conocimiento racional.
Demócrito de Abdera (460 a.e.) intuyó la teoría atomista, al afirmar que el fundamento de la realidad
lo constituían unas partículas o corpúsculos indivisibles, llamados átomos. De esta manera todos los
objetos o cosas de la realidad son combinaciones de átomos.
A todos los filósofos anteriores, por haber estado preocupados por el principio o fundamento primero
del Cosmos, se les conoce como representantes del periodo cosmológico. También se les llama pre
socráticos, por haber precedido en el tiempo al insigne filósofo Sócrates de Atenas.
b) Período Antropológico
En los últimos 50 años del siglo V a. e. se inicia el período antropológico de la filosofía griega, porque
es el hombre y, en particular, el conocimiento humano lo que se convierte en el tema central de las
reflexiones filosóficas. Sócrates (469 a.e. - 399 a.e.) es el iniciador de esta etapa y (un altísimo
exponente de la filosofía de todos los tiempos. Se enfrentó a los sofistas, que eran maestros en el arte
de la retórica, y quienes además enseñaban a sus discípulos cómo convencer o persuadir a la gente.
Los sofistas sostenían que el conocimiento humano, entendido éste como algo verdadero
universalmente, no era posible, pues los hombres sólo podían acceder a experiencias particulares que
no sólo cambian de persona a persona (a mí me puede parecer que la miel es más dulce que el azúcar),
sino que, asimismo, las experiencias son cambiantes incluso refiriéndonos a una misma persona
(cuando yo era joven me parecía que la miel era más dulce que el azúcar y ahora ya no). Así, si ningún
conocimiento es posible, lo importante era saber persuadir. Esta doctrina fue enseñada por conocidos
sofistas, como Gorgias, Protágoras, Pródico e Hipias, quienes eran, además, maestros de elocuencia
política.
Sócrates, en oposición a las tesis sofísticas, afirma que existe un conocimiento verdadero que se
expresa a través de conceptos a los que llamó logos. Para llegar a la verdad, inventó el método de la
definición de conceptos empleando el diálogo que estaba constituido por dos fases: la ironía y la
mayéutica.
La ironía es el momento de la refutación de las ideas falsas del interlocutor; se le hace aceptar las
contradicciones que se deducen de sus opiniones. Una vez que el interlocutor abandona, con alguna
vergüenza, sus .ideas erróneas, comienza la mayéutica. Ésta consiste en conducir al interlocutor,
mediante preguntas, a que él mismo descubra la verdad que está ya en su alma, en otras palabras, se le
ayuda a que dé a luz la verdad que lleva dentro. Por ese hecho, Sócrates afirmaba que tenía la
profesión de su madre, Fenarete, que era comadrona, con la diferencia de que él era un partero de
ideas.
Esa convicción socrática de que la verdad existe y de que la llevamos dentro es lo que condujo a que
recomendara a sus conciudadanos que se auto examinarán y se conocieran a sí mismos para encontrar
así la verdad profunda de la que todos somos portadores. Sin embargo, sus enseñanzas fueron
incomprendidas y consideradas peligrosas por los atenienses, que lo enjuiciaron y condenaron a morir
bebiendo la cicuta, un veneno poderoso.
Sócrates no dejó obra escrita, siendo consecuente con su idea de que la verdad se extrae del diálogo
con los demás. Conocemos su pensamiento a través de los escritos de su más notable discípulo, Platón
(427 a.c. - 347 a.c.).
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