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Inicialmente llamada fase genital, pero que Freud entendió que no puede ser así
debido a que el niño (hombre y mujer) no comprende la existencia, todavía, de
dos genitales específicos; sino al contrario de sólo uno: el genital masculino
(Falo). Este hecho produce toda la configuración de esta fase.
La etapa fálica tiene lugar entre los tres y los cinco-seis años de edad. Acá la
zona erógena se traslada de la región anal a la zona genital. El niño comienza en
ese momento a darse cuenta y a comentar las diferencias entre los hombres y las
mujeres, su inquietud incrementa de manera significativa si se notan las
diferencias anatómicas. Las diferencias sexuales acompañan tanto al por parte
del niño, como de la niña, la valoración del pene, y su no existente en la niña, que
ella lo ve como un defecto. Freud considera que el clítoris es considerado por la
niña como una forma de falo inferior. Al comienzo de la fase fálica los niños y las
niñas creen que todas las personas poseen falo y la diferencia entre tener o no
falo se percibe como una oposición por castración.
En la fase fálica, aparece el llamado Narcisismo Primario que tiene que ver con
una gran atención a sí mismo, a su cuerpo. Pero además, también surgen
preguntas existenciales como la noción de la muerte, la búsqueda de explicación
de cómo se nace y la diferencia anatómica entre los sexos.
Otro hecho fundamental en esta etapa del desarrollo son las relaciones amorosas
con ambos padres. La elección del amor, se realiza sobre la figura parental del
sexo opuesto, presentándose dos grandes situaciones psicológicas: el complejo
de Edipo y el complejo de Electra.