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Ensayo realizado por:

Wilson Salazar Barcia

“Los Coristas”

Sinopsis:

Los Coristas, narra la experiencia de Clément Mathiew (interpretado por Gérard


Jugnot), es un profesor de música desempleado, empieza a trabajar como vigilante o
prefecto (Persona encargada de la educación y cuidado de niños internos) en una
institución de reeducación de menores. El sistema de educación del Director Rachin
(François Berléand) apenas logra mantener la autoridad sobre los alumnos conflictivos.
El mismo Mathiew siente fastidio ante los métodos de Rachin y una mezcla de
desconcierto y compasión (literalmente "sufrir juntos", "tratar con emociones...") por los
chicos. En sus esfuerzos por acercarse a ellos, descubre que la música atrae
poderosamente el interés de los alumnos y se entrega a la tarea de familiarizarlos con la
magia del canto, al tiempo que va transformando sus vidas para siempre. (Tomado y
parafraseado de la portada de la película)

Análisis de la película desde la perspectiva de la doctrina de la


situación irregular y la doctrina de la protección integral:

Los coristas es ideal para analizar el enfoque que se daba en aquellos tiempos al
trabajo con niños y adolescentes de la postguerra, es evidente los aspectos Sociológicos,
Psicológicos y Pedagógicos que están inmersos, ¿los escritores Barratier y Philippe
Lopes-Curval, ¿tendrían en mente tan vasto campo? -en lo personal consideramos en
pareja que es una de las mejores películas que hemos observado en esta línea-, Aquí se
nos muestra el proceder de un buen líder, que se plantea objetivos claros y definidos
para con su grupo, los orienta e influye de manera tal que afecta sus vidas, y que sabe
trabajar con los valores del grupo (hoy clarificación de valores), la comunicación que
desarrolla con ellos se caracteriza por la comprensión, respetando su estado de
desarrollo emocional, entiende sus actos como propios de su edad, los orienta y dirige a
diferencia de Rachin quien los reprime severamente, Mathiew desarrolla nexos
afectivos que se traducen en respeto y responsabilidad(empatía).

Tal pareciera que Clément Mathiew es un prefecto adelantado a su época, un


verdadero educador, que acepta desafíos como el de laborar en una Institución cuyo
nombre Fond de L'Etang (literalmente, el Fondo del Estanque) es caracterizada por
brindar atención a niños y adolescentes conflictivos. Esta institución se encuadra en los

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principios de aquella época, financiada por benefactores que socialmente favorecían por
su status a los más necesitados (asistencialista). El trabajo al interior es rígido y ejercido
con mano dura, lo que acrecienta los problemas de rebeldía y frustración en los niños y
adolescentes. El Director del establecimiento es estricto, irreflexivo y busca beneficios
personales ante sus autoridades, Rachin cree firmemente en la teoría de «acción-
reacción» (uno de sus principios es que cualquier acción conlleva su reacción, pero
comete un craso error en la práctica de este enfoque ya que es un proceso de acción y
de reflexión cooperativa, de indagación y experimentación, donde el profesor/a aprende
al enseñar y enseña porque aprende, interviene para facilitar y no imponer ni sustituir la
comprensión de los educandos, la reconstrucción de su conocimiento experiencial; y al
reflexionar sobre su intervención ejerce y desarrolla su propia comprensión), administra
castigos corporales y tiempos de confinamiento de modo regular como medidas
correctivas lo que genera más conflictos y el odio de parte de los niños, pero sus
métodos son poco efectivos e inhumanos, no logra modificar la conducta y el
comportamiento de “sus protegidos” y lo que es peor no los considera como personas en
desarrollo y restringe la libertad. Nos referimos a la libertad entendida como una
herramienta que permite el desarrollo de todas las facultades humanas. La libertad debe
entenderse como la no inhibición y la no represión de la acción física, intelectual y
espiritual del niño o adolescente, a lo cual debe añadirse el ambiente que favorezca el
florecimiento de todo ello. Ser libre es hacerse libre. ¿Cómo? Ejerciendo la libertad,
más no la libertad que degrada, sino aquella que construye e integra en el ser humano
todo lo mejor y más positivo de su naturaleza.

“La educación es el mejor vehículo para alcanzar la libertad. Cuando se es libre,


nos debemos a la consecución de la libertad de la otra, como única garantía de la
perduración de la nuestra” Rodríguez Uribe Juan

Después de varios intentos infructuosos de disciplinar sin violencia a sus


estudiantes, Mathiew decide intentar llegar a ellos a través de la música. Transforma sus
clases en los ensayos de un coro y enseña a los chicos sus composiciones originales (en
sus composiciones expresa su esencia como creador de sueños). Su método parece
empezar a rendirle frutos, en sus aspectos metodológicos (que bien encuadran en los
enfoques de la “Escuela nueva” y los principios psicopedagógicos de Piaget y Skinner)
emplea el trabajo grupal, desarrolla habilidades por la experiencia, es creativo y
generador de estrategias para desarrollar juegos con criterio. Mathiew explora e
interpreta el dolor de la separación de un niño de sus padres y entiende la trascendencia
de la música como la mayor forma de expresión (es caracterizado por un profundo
humanismo como componente vital en su quehacer educativo). Hoy en día muchos
investigadores consideran que la expresión a través del arte en cualquiera de sus formas
es terapéutica y conlleva un alto producto de sensibilidad (Arteterapia).

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La comunicación que tiene hacia ellos en un principio se torna un poco difícil por la
falta de cohesión del grupo y por la falta de valores de los integrantes, pero vemos como
Mathiew, con características propias de un líder de grupo participativo, sabe entablar
una comunicación con su grupo y los hace sentir bien y entiende que no todo lo que
hacen está mal (reforzando positivamente sus actos cuando lo merecen), además logra
descubrir y hace exteriorizar las habilidades y destrezas de los niños y adolescentes
como personas creando así una Interdependencia que alcanza su clímax en las dulces
y armoniosas melodías interpretadas por el grupo de niños y bajo la dirección afectiva
de su maestro.

En esta película están reflejados dos tipos de liderazgo; Mathiew, el prefecto nuevo
del internado, que sabe conducir a su equipo hacia el fin que él se propone (objetivos
claros y definidos), en este caso es el formar un coro. Mathiew se daba tiempo para la
reflexión de cómo actuar ante las situaciones que generaban problemas en el equipo. Y
otro tipo de liderazgo es representado por el Director del internado, que es un líder
incapaz de controlar sus emociones y que enfoca sus objetivos en la acreditación de su
carrera de una manera equivocada (encubre los problemas al interior del Fond de
L'Etang) y tiene como resultado la destitución de su cargo en medio de la vergüenza y la
ineptitud.

Ambos tipos de liderazgo representados en Mathiew y Rachin se validan para


entender con suma claridad lo que en esencia conceptúan, interpretan y promueven las
Doctrinas de la Situación Irregular y la de Protección integral.

A su momento podemos decir que la Doctrina de la Situación Irregular marco el


paso (como todo enfoque o paradigma) en las sociedades brindando su contingencia,
preocupándose por los niños y adolescentes bajo el patrocinio de los Gobiernos y la
Iglesia, y con los aportes de algunas Ciencias como la Pediatría, la Psicología
(marcadamente conductual) y la pedagogía, bajo un rostro caritativo con poca
trascendencia en el mundo jurídico, tratando de asistir a lo que para esta doctrina se
entiende como necesidades de niños y adolescentes (alimentación, vivienda, asistencia
médica, educación, etc.), dejando a un lado criterios como los que hoy en día establece
La Doctrina de Protección Integral, donde se concibe la idea y le da el estatus de
Sujeto de Derechos a todo niño, niña y adolescente bajo el amparo de un Marco legal
garantizado por una Legislación Internacional y la Carta Magna de muchos países,
donde se procura el desarrollo y el respeto de sus capacidades y se tiene una percepción
más humana de sus necesidades por parte de los Estados y las Sociedades en sí y con la
riqueza que aportan las Ciencias Sociales que permiten tener un marco Científico-
Teórico que acreditan los diferentes enfoques para el trabajo con Niños, niñas y
adolescentes.

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Desde nuestra experiencia como educadores vivenciamos el trabajo con el enfoque
de la Doctrina de la situación Irregular por muchos años, y al tamizar las prácticas y el
quehacer educativo de aquellos tiempos podemos expresar que faltó por hacer, que las
políticas de trabajo no consideraron al niño en su totalidad, que el modelo asistencial
impregnó la vida de las “instituciones de protección” en todas sus formas.

Hoy en día, -después de ver correr mucha agua debajo del puente-, reflexionando en
pareja y como compañeros de trabajo, conociendo y comprendiendo que la Doctrina de
Protección Integral es un conjunto de ideas filosóficas, éticas, jurídicas y políticas que
determinan cómo se debe comprender, asumir, reconocer y garantizar los derechos de
niños, niñas y adolescentes abrimos nuestra mentalidad y corazón, y disponemos
nuestras acciones como educadores para transitar a la par de muchos que tienen la
honrosa labor al igual que Mathiew, de dejar huellas en la vida de niños y niñas que por
esas vicisitudes de la vida llegan a las “Casas de acogida”.

"Un Educador trabaja para la eternidad: nadie puede decir dónde acaba su
influencia." Brooks Adams

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