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INDICE
Introducción……………………………………………………………………………………………………………Pag 1
1.Definición …………………………………………………………………………………………………..……….Pag 1
1.1. La Acción Racional con Arreglo a Fines ……………………………………………………..………Pag
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1.2. La Acción Racional con Arreglo a Valores…………………………………………………..………Pag
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1.3. La Acción Afectiva ……………………………………………………………………………………………Pag 2
1.4. La Acción Tradicional …………………………………………………………………………………… Pag
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2. El Objeto de Estudio de la Sociología ………………………………………………………………… Pag 2
3.Macrosociología y Microsociología ……………………………………………………………………… Pag
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4. Doble Aproximación ……………………………………………………………………………………………
Pag.3
5. La Interacción Social ………………………………………………………………………………………….. Pag
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5.1. Perfección Estructurada ………………………………………………………………………………….. Pag
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5.2. Interacción Estructurada ………………………………………………………………………………….
Pag.3
5.3. Las Expectativas Recíproca ……………………………………………………………………………….Pag
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5.4. La Sociedad: Multiplicidad o Interacciones ……………………………………………………… Pag
3
5.5. Lo Psíquico y lo Social ……………………………………………………………………………………….Pag
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6. Dos definiciones de la Acción Social …………………………………………………………………….Pag
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6.1. Definición Subjetiva de Max Weber ………………………………………………………………….Pag
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6.2. Definición Objetiva de Émile Durkheim …………………………………………………………….Pag
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7. Tradición comprensiva y tradición positiva ………………………………………………………….Pag
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7.1. Tradición comprensiva …………………………………………………………………..…………………Pag
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7.2. Tradición Positiva ……………………………………………………………………………………………..Pag
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7.3. Características ………………………………………………………………………………………………… Pag 7
7.4. Reacción Anti positivismo …………………………………………………………………………………Pag
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7.5. Corrientes Positivas ………………………………………………………………………………………….Pag
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7.6. Tradición Positiva ……………………………………………………………………………………………..Pag
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8. Contribuciones Teóricas y Empíricas …………………………………………………………………….Pag
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8.1. Normas de orientación de la Acción ………..……………………………………………………….Pag
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8.2. La orientación normativa de la Acción Social …………………………………………………….Pag
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8.3. La estructura normativa de la acción social …………………………………………………….Pag
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9. Rol Social …………………………………………………………………………………..……………………...Pag
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9.1. La Familia …………………………………………………………………………..…………………………. Pag
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10. Las Sanciones …………………………………………………………………………………………………..Pag
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Clasificación de Sanciones …………………………………………………………………………Pag 13
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11. El Control Social ……………………………………………………………………………………………….Pag
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11.1. Tipos de Control Social …………………………………………………………………………………Pag
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12. La Racionalización ……………………………………………………………………………………………Pag
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13. Noción de Socialización …………………………………………………………………………………..Pag
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Según WEBER ……………………………………………………………………………………………Pag 17
14. Persona y la Sociedad ………………………………………………………………………………………Pag
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15. El Orden Social Natural ………………………………………………………………………………….Pag
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15.1. El Determinismo Social ……………………………………………………………………………..….Pag
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16. Determinismo y Libertad …………………………………………………………………………..…….Pag
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16.1. El Postulado del Orden Social Natural ……………………………………………………………Pag
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16.2. Diversos Grados de Obligación Social ……………………………………………………………Pag
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16.2.1. Responsabilidad social Individual ……………………………………………………………….Pag
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16.2.2. Responsabilidad social Empresarial ……………………………………………………………Pag
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16.2.3. Responsabilidad social pública o Gubernamental ……………………………………… Pag
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17. La Desviación …………………………………………………………………………………………………..Pag
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Introducción
Desde los albores del pensamiento sociológico se empezó a reflexionar sobre la orientación del
cambio social tomando en cuenta las acciones de los hombres sobre el destino colectivo y las
acciones de la sociedad sobre los individuos. El propósito de entender la evolución de la sociedad,
así como las diferencias entre los principios de regulación de la vida colectiva en los diferentes
grupos permitió a historiadores y etnógrafos incursionar en el campo de la sociología antes de que
ésta estuviera constituida como disciplina científica. Un ejemplo ilustrativo es el de Ibn Jaldún,
erudito árabe del siglo xiv quien, en sus Prolegómenos de la historia, formuló tres conceptos de la
acción social: omran que significa civilizar, poblar, y que también se refiere a una sociabilidad
natural de origen divino; su antónimo siasa que remite a una socialidad regulada y administrada
mediante el ejercicio de la razón, y el concepto de asabiya que se refiere a la fuerza simbólica,
social y bélica de un linaje; fuerza que puede incrementarse o disminuir según las acciones de los
miembros del clan.1 El sabio tunecino planteaba ya la existencia de principios generales relativos a
la interacción del hombre con la sociedad en el marco de lo que él llamó la “ciencia de la
civilización”.2 Más precisamente: el sentido de la acción social, es decir la orientación de la
transformación de la sociedad, dependía, según Ibn Jaldún del valor ideológico de la causa que la
origina.
Cinco siglos después, Marx y Engels, en su voluminosa producción literaria, emplearon solamente
en dos ocasiones la expresión de acción social (traducida también en algunas versiones de El
Capital como “hecho social”), con lo cual se puede afirmar que estaban más preocupados por
estudiar otros fenómenos sociales (el capital, el trabajo, la mercancía y su valor, entre otros
aspectos) y analizarlos desde otra perspectiva. Empero, Marx dio a la acción social un doble
significado.
1.Definición
Se entiende por "acción " una conducta humana en la que el individuo, o individuos, que la
producen, la establecen con un sentido subjetivo. Para la sociología la acción social, se refiere de
manera general, al análisis del comportamiento humano en los diferentes medios sociales. Y Max
Weber define la acción social como cualquier tipo de proceder humano orientado por las acciones
de otro, las cuales pueden ser presentes o esperadas como futuras. La actuación de otro, nos sirve
como elemento para diferenciar las acciones con significado de los individuos, de una acción ante
un estímulo cualquiera.
La referencia a otra persona le da a la acción su carácter social, por ejemplo, cuando dictamos una
clase ante un grupo de estudiantes, se espera que sea atendida con receptividad; estamos
entonces, ante un caso de acción social. La acción social está referida a la conducta de otros. Ya
que existe una intersubjetividad entre los actores movidos por la intencionalidad. Se puede decir,
que existe una conducta subjetiva en cada uno de los actores, enseñar - aprender. Así e establece
una relación dotada de un sentido, que la hace comprensible.
Esto explica, la lógica de los fenómenos sociales: acción - reacción de los comportamientos, y
permite establecer inferencias causales y modelos tipológicos. Para establecer las diferentes
tipologías el autor de la teoría hace énfasis en la inseparabilidad que existe entre sociedad y los
factores culturales que la afectan. Dicho de otra forma, la metodología para clasificar los tipos de
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acción, parte de una metodología que tiene su base en las causalidades culturales que supone la
previsibilidad de las acciones. Se establecen cuatro tipos de orientación de la interacción social:
El objeto a cuyo estudio se aplica la sociología es pues sumamente extenso, pues abarca
simultáneamente vastos conjuntos, grupos de variadas dimensiones y reducidas unidades de
observación. La amplitud de este ámbito de investigación explica la diversidad de estudios
empíricos y la dificultad de desarrollar une teoría coherente, única y unánimemente aceptada por
todos los sociólogos.
3.Macrosociología y Microsociología
El sociólogo francés G. Gurvitch ha propuesto una clasificación para ayudar a describir la
sociología. Así distingue tres planos horizontales de observación (él los denomina “tres géneros de
tipos sociales”)
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Plano macro sociológico de las sociedades globales: comprende conjuntos sociales tan
completos que resultan suficientes para todas las necesidades de sus miembros (como un
país, conjuntos tomados como totalidades o unidades).
Plano micro sociológico de los diferentes modos de vinculación social: diversos tipos de
relaciones sociales que se establecen entre los miembros de una colectividad y las diversas
maneras de estar esos miembros vinculados a la totalidad social y por la totalidad social.
4. Doble Aproximación
Se puede por tanto emprender el análisis sociológico a partir de la microsociología como por la
microsociología. Sin embargo podría teóricamente preferirse emprender el estudio a partir de la
microsociología. Por sentado está, que es más fácil de comprender el fenómeno desde un punto
más global. Sin embargo es imposible proseguir un análisis global, sin referirse innecesariamente a
nociones adquiridas en el inventario de los determinismos y de las libertades que nos
proporcionan la encuesta microsociológica. Por tanto la complementariedad de dos estratos de la
realidad social y de dos a niveles de análisis daron el ejemplo perfecto de estudio sociológico. Por
el contrario, paradójicamente es preferible ir de las unidades más pequeñas a los vastos conjuntos
sociales.
5. La Interacción Social
5.1. Perfección Estructurada
Esta experiencia permite captar la organización de los “primeras impresiones“ en la relación con el
otro. En cada persona, la representación del otro no resulta una mera acumulación de
impresiones, sino que se debe a una estructuración que compone el retrato, la forma.
El 1º encuentro entre dos personas es el fenómeno social más elemental ya que es el génesis de
una relación interpersonal.
Atendiendo a la separación de lo psíquico y lo social. En la parte psicológica cada uno conoce con
su propia personalidad al otro. En la parte social, el medio ambiente de origen y la civilización
prestan elementos que componen las 1ª impresiones y la imagen que cada uno se forja del otro.
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5.3. Las Expectativas Recíprocas
En un segundo caso, cabe la relación de dos personas que se conocen ya desde hace tiempo. Dado
el conocimiento que poseen la una de la otra, se han desarrollado expectativas reciprocas. El
sujeto “A” espera que el sujeto “B” se conduzca de unas determinadas maneras en una
circunstancia concreta, y lo mismo ocurre con “B” respecto a “A” (Alter y Ego).
Es común la afirmación de que dos personas que se conocen desde hace tiempo han aprendido a
adivinarse (pueden predecir las reacciones del otro). Vinculando al conocimiento del otro se crean
las denominadas expectativas recíprocas. Sin embargo, la estructura de las relaciones
interpersonales nunca es definitiva, jamás se detiene, no permanece cerrada: es simultáneamente
adaptación. Precisamente por exigir esta adaptación constante, es en términos sociológicos:
interacción.
El punto de partida de la sociología no radica en el individuo. A los ojos del sociólogo “la sociedad”
no es, de acuerdo con Piaget, “una suma de individuos” vinculados entre si, sino la multiplicidad
de las interacciones de sujetos humanos que compone la trama fundamental y elemental de la
sociedad, confiriéndole a la vez existencia y vida.
La primera distinción es que el psicólogo concentra el estudio sobre la personalidad global y que el
medio es una de la variable que influye sobre la personalidad. El sociólogo, por su parte, estudia el
medio social o conjunto social de las relaciones entre personas (o grupos) teniendo en cuenta los
rasgos psíquicos que pueden influir en el medio social.
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Para Max Weber la acción es social cuando hay rasgos subjetivos del sujeto. Esta definición
permite establecer 3 criterios para la determinación del carácter social de la acción.
En 1º lugar las personas deben tener en cuenta el comportamiento de los demás, como
también la presencia o la existencia de los mismos. Ej: dos niños que juegan uno al lado
del otro, sin tenerse en cuenta, no han alcanzado todavía un estado de socialización
suficiente como para compartir juegos.
El 2º criterio elegido por Max Weber es el de la significación: la acción del sujeto debe
tener su valor de <<signo>> o de <<símbolo>> para los demás, y que la acción de los
demás debe asimismo tener valor de signo o de símbolo para el sujeto. En otras palabras,
tener en cuenta a los demás no basta para que una acción sea social. También es
necesario que el sujeto indique por su acción que a comprendido las expectativas de los
otros y que su acción está destinada a responder a las mismas o evidencie su negativa a
responder.
Ej: sujeto A tienda la mano a sujeto B no le estrecha la mano, sujeto A sobra por otros signos
derivados del comportamiento, si se trata de una simple distracción o una negativa rotunda.
Prestar un significado a la propia conducta y a la conducta de los demás equivale atribuirle un
sentido simbólico susceptible de ser trasmitido gracias a su código de indicios, equivale a inscribir
esas conductas en un sistema de comunicación.
Cabe precisar que la comunicación humana no es siempre eficaz. El sentido atribuido a unos signos
por parte de quienes los interpretan no es necesariamente idéntico al pretendido por el agente
emisor del mensaje.ç
El 3º criterio indica que la conducta de las personas implicadas en una acción social viene
influidas por la percepción que cada una de ellas tiene de la significación de la acción de
los demás y de su propia acción. Es preciso que los sujetos que han comprendido las
expectativas de los demás. (que lo comprueben). Este 3º criterio es el complementario
exterior a los otros dos criterios.
Para comprender el sentido que atribuye a estos dos criterios hay que remontarse a su teoría de
las dos conciencias.
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Conciencia colectiva conjunto de maneras de obrar, de pensar y de sentir que integran la
herencia común de una sociedad dada. Son externas a las personas ya que existían antes
de estas y sobrevivirán a ellas. Esta conciencia colectiva da los rasgos significa torios a una
sociedad.
Lo que mas interesa a Durkheim es el hecho de que, de una sociedad a otra, la conciencia colectiva
no se impone a las personas con la misma fuerza. Las sociedades varían según la coacción que
ejercen los individuos. Para pertenecer a una sociedad hay que adaptarse a la sociedad colectiva y
es preciso aceptarlas. Sin embargo esta conciencia colectiva no es asimilada de forma consciente,
si no que la hacemos nuestra sin mas.
Bien, la teoría comprensiva es una corriente de pensamiento cuyo planteamiento central consiste
en estudiar a la sociedad a partir de la interpretación del comportamiento individual y la acción
social que realizan las personas que la conforman, para comprender y explicar sus causas y
efectos. Su representante más importante es Max Weber (1864-1920), economista y sociólogo
alemán, conocido por su análisis de la política, el origen y desarrollo del capitalismo y la
burocracia.
Para Max Weber, “la finalidad de la Teoría comprensiva es comprender la realidad social en que
vivimos. Esto lo podemos hacer de manera objetiva, tal y como lo planteaban Karl Marx y Émile
Durkheim, pero la objetividad es sólo una herramienta metodológica que agrupa las características
generales de los fenómenos que pretendemos analizar y no es suficiente”.
Así, llegamos a la primera conclusión: los conceptos no son más que herramientas metodológicas
que nos permiten acercarnos al estudio de los hechos sociales. Pero la sociedad está conformada
por individuos, que influyen para que sus acciones tengan un significado y carácter particular.
Si partimos de esta idea, debemos reconocer que el comportamiento de las personas muestra una
tendencia a la subjetividad, ya que es el reflejo de sus ideas, valores, creencias y emociones en un
plano individual.
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social. En este sentido, Weber reconoce que “el contexto social interviene en los sujetos, ya que
todo lo que hacemos es resultado no tienen ningún contenido específico, ya que el término
sociedad no es otra cosa más que un elemento de ensamble, un conglomerado que posibilita la
organización de los actos individuales”.
En conclusión, la teoría comprensiva es una teoría que solamente urga en el sentido de las
acciones de los sujetos, algo muy enriquecedor para las ciencias sociales, sin embargo, ha venido
degenerándose en otras propuestas que lo que menos han hecho es encumbrar el conocimiento.
Esta epistemología surge como manera de legitimar el estudio científico naturalista del ser
humano, tanto individual como colectivamente. Según distintas versiones, la necesidad de
estudiar científicamente al ser humano nace debido a la experiencia sin parangón que fue la
Revolución francesa, que obligó por primera vez a ver a la sociedad y al individuo como objetos de
estudio científico.
7.3. Características
Estas corrientes tienen como características diferenciadoras la defensa de un monismo
metodológico (teoría que afirma que hay un solo método aplicable en todas las ciencias). La
explicación científica ha de tener la misma forma en cualquier ciencia si se aspira a ser ciencia,
específicamente el método de estudio de las ciencias físico-naturales. A su vez, el objetivo del
conocimiento para el positivismo es explicar causalmente los fenómenos por medio de leyes
generales y universales, lo que le lleva a considerar a la razón como medio para otros fines (razón
instrumental). La forma que tiene de conocer es inductiva, despreciando la creación de teorías a
partir de principios que no han sido percibidos objetivamente. En metodología histórica, el
positivismo prima fundamentalmente las pruebas documentadas, minusvalorando las
interpretaciones generales, por lo que los trabajos de esta naturaleza suelen tener excesiva
acumulación documental y escasa síntesis interpretativa.
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deja de lado necesariamente los elementos que no pueden ser generalizados. Así, algunos
hermeneutas defienden un conocimiento ideográfico (de conocimientos más precisos, pero menos
generalizables), que uno nomotético desde la hermenéutica, se planteó la necesidad de conocer
las causas internas de los fenómenos, cuestión que se alejaba de la explicación externa de estos.
Así en vez de buscar la explicación, los hermeneutas buscan la comprensión de los fenómenos.
Durante el siglo XX, a partir de los estudios de Bertrand Russell y otros, el filósofo Ludwig
Wittgenstein elabora el texto Tractatus Logico-Philosophicus, que sirve de inspiración para el
surgimiento del Círculo de Viena, grupo de intelectuales que tuvo como objetivo el alejar
definitivamente a la ciencia de la metafísica, a partir del desarrollo de la lógica de Russell. Esta
propuesta plantea un método basado en la experimentación, observación y recolección objetiva
de datos a fin de buscar explicaciones a las causas que originan los fenómenos.
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El hecho de considerar a los fenómenos como cosas obligadas a E. Durkheim a captare en ellos los
rasgos que se ofrecían a la mirada de un observador exterior.
Cuando al encontrarse dos personas, se estrechan la mano, obedecen ambas a una manera de
obrar corriente a la civilización occidental, a una concreta regla de etiqueta o de educación. En
otras civilizaciones, cada una de ellas juntará sus manos e inclinará respetuosamente la cabeza,
como en la India o en Pakistán, o bien se frotarán mutuamente la nariz, como en Melanesia.
Sin ser conscientes de ello, nuestra conducta se inspira casi constantemente en unas normas que
cumplen el oficio de modelos. Nuestro corte de pelo, nuestro modo de vestir, el lenguaje que
empleamos, nuestros gustos culinarios o estéticos y hasta frecuentemente nuestros pensamientos
más íntimos: todo esto nos ha sido propuesto y enseñado por los medios o ambientes en los que
evolucionamos actualmente. A este respecto, casi nada es fruto de nuestra personal invención,
aun cuando hayamos asimilado como propias todas esas costumbres. Se trata de maneras de
obrar, que incorporamos a nuestra conducta para prestar a nuestra acción las orientaciones más
apropiadas en la civilización, en los medios, en los grupos en cuyo seno estamos llamados a vivir.
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Si volvemos ahora a los ejemplos de interacción social transcritos en el capítulo anterior, no
resultará difícil descubrir en ellos la coacción ejercida por las normas de conducta, es decir, la
orientación de la acción de los sujetos implicados. Si la comunicación es posible, ello se debe a que
las palabras, los gestos y la mímica empleados tienen idéntico sentido para ambos individuos. La
relación interpersonal, que consideramos como una unidad social elemental, y la interacción
resultante sólo son posibles, por consiguiente, cuando unas normas de acción son conocidas y
aceptadas por todas las personas afectadas y cuando cada una orienta su acción con respecto a los
demás a la luz de esas reglas. Las relaciones interpersonales suponen un consenso, una forma de
unanimidad relativa por lo menos a un mínimo de normas comunes, a las que cada cual acepta
conformar la orientación de su conducta. En caso contrario, las relaciones humanas serían pura
incoherencia, anarquía y caos.
9. Rol Social
se refiere al conjunto de funciones, normas comportamientos y derechos definidos social y
culturalmente que se esperan que una persona (actor social) Cumpla o ejerza de acuerdo a su
estatus social adquirido o atribuido (Newcomb, 1964). En todo grupo hay miembros de diverso
status, unos de rango superior y otros de rango inferior y a cada status corresponde un rol, es
decir, un determinado comportamiento en presencia de otros. El rol vendría a ser como el aspecto
dinámico de un status. Por tanto:
- Una posición es algo estático, es un lugar en una estructura. Un rol es algo dinámico, se
refiere a la conducta de los ocupantes de una posición.
- Rol y posición son inseparables, uno no tiene sentido sin la otra y viceversa. Para cada
posición hay un rol y para cada rol hay una posición.
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El individuo está limitado respecto a los roles que puede elegir porque ocupa ciertas posiciones
sobre las cuales no tiene control.
La posibilidad de elección entre posiciones adquiridas sobre las que sí tiene algún control
también están limitadas en razón de características personales Y oportunidades ambientales.
Una vez se ha asumido el rol, las relaciones con los demás están en buena parte definidas de
antemano.
Son posibles ciertas variaciones personales dentro de los roles, pero la mayor parte arte de las
demás personas actuarán hacia él como un ocupante estándar de esa posición particular y
esperarán de él que actúe en consecuencia.
Pensar la familia desde la Sociología es ya una mirada distinta que nuclea a los representantes de
esta Ciencia y ella se sustenta sobre el modelo de la diferencia.
Los roles, por tanto, son creaciones sociales, la forma como se relacionan los individuos y las
instituciones, que también son otra creación social. Las principales instituciones son la familia, la
educación, la religión, la política (el estado) y la economía. Estas instituciones sociales poseen unas
normas implícitas (unas pautas de comportamiento) que los individuos aceptan y asimilan, ya que
si no siguen estas pautas, pueden ser rechazados o, incluso, expulsados del grupo.
Es, por tanto, necesario explicar la relación existente entre las normas y los roles: las normas
regulan el comportamiento de los individuos y hacen referencia tanto a prescripciones como a
proscripciones. Estas normas de comportamiento emanan de las instituciones y son los individuos
quienes legitiman su valor moral y quienes las respetan y cumplen para evitar el rechazo del grupo
y/o la exclusión. Tres tipos de comportamiento derivan de las normas:
Comportamiento exigido
Comportamiento permitido
Comportamiento prohibido
9.1. La Familia
Las primeras ideas sobre la entidad social que representa la familia, aparecen ya en su padre
fundador: Augusto Comte, aunque su representación sobre la familia se identifica aún con la línea
del pensamiento social tradicional que lo antecedió de corte moralista, y tal enfoque relativiza la
posición científica que tanto reclamó para la Sociología. En su obra, sin embargo, se perfilan
algunos supuestos que más tarde desarrollarían los positivistas.
El primero se refiere a que la familia es concebida como una unidad social básica de toda la
estructura social, de ella nacen las otras formaciones sociales. A pesar de ser Comte un teórico del
evolucionismo, sus juicios sobre la familia sólo aparecen asociados a su estática social en la cual la
familia se muestra como una institución social de control que tiene la función de la satisfacción del
sexo.
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La preponderancia del enfoque institucional en los estudios sociológicos de la familia en el siglo
XIX no sólo se debe al desarrollo propio de la especialidad, está también determinada por la
creencia en algunos sociólogos de que la Sociología era la ciencia que estudiaba a las instituciones
sociales.
El enfoque weberiano parte de un análisis de carácter socio histórico, con marcadas líneas de
interpretación antropológica y sociológica. Por ello mismo, Weber se basa en ejemplos
comparativos, que aspiran buscar una cierta universalidad de sus ideas conforme a la constitución
de la familia dentro de su plataforma teórica expuesta. Podemos sintetizar como puntos de
análisis sus siguientes conclusiones:
- Weber parte de estudiar la “teoría socialista”, como el mismo la llama. Señala que no
hemos pasado por etapas de transición sino que diferentes practicas derivadas del linaje y
la apropiación se harán presentes y coexistirán simultáneamente en uno o varios espacios.
- Acusa que el carácter del desarrollo de la familia no se puede explicar por el sentido
estricto de la economía, esta es una subestructura que se complementa con elementos de
carácter “extraeconómico”, intervienen por ello, motivos militares, religiosos y mágicos.
- La comunidad primitiva tiene un carácter, a decir del autor, “orgiástico” que se apoya en
sentimientos ritualistas propios de periodos animistas y totémicos.
- Weber asienta que la relación causal entre el acto sexual y el nacimiento determina la
consistencia ritual y jurídica de los grupos matriarcales.
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- El linaje es un factor predeterminante para el mecanismo hereditario, empero esta línea
oscila su autoridad entre lo tradicional (colocación en el status) y lo carismático
(magnetismo personal), ello define el sentido de la comunidad dinástica.
El término sanción no debe entenderse solamente en el sentido de castigo. Una sanción puede ser
positiva o negativa. Puede ser la recompensa o la pena, la aprobación o la desaprobación que un
acto entraña para la persona que lo lleva a cabo. En cada grupo, la conformidad a los modelos
puede merecer diversas recompensas y la insumisión puede dar lugar a la imposición de ciertas
penas.
El objetivo de las sanciones es hacer que los miembros de una sociedad adquieran el
comportamiento de los modelos sociales. A partir de las sanciones negativas o penas inherentes a
la no-conformidad distinguiremos cuatro.
Clasificación de Sanciones
Son aquellas que suponen el ejercicio de algún tipo de violencia, el empleo de la fuerza física para
corregir al infractor, reducirle al orden o impedir que siga perjudicando a los demás. La máxima
sanción física es la pena de muerte, también son sanciones mínimas el puntapié dado por debajo
de la mesa a quien ha dicho alguna inconveniencia, o la retención del alumno una vez finalizada la
clase.
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2. Las Sanciones Económicas
Pueden ser de carácter público y oficial, como las multas o el pago de daños y perjuicios decretado
por un tribunal de justicia. Pero la mayoría son indirectas, supresión de la beca en el caso del
estudiante que fracasa en los exámenes, reducción de salario a un trabajador que ha dañado la
maquinaria de trabajo. No debe creerse que este tipo de sanciones sea exclusivo de una particular
estructura económica. Existen tanto en los países socialistas como en los capitalistas; en las
sociedades arcaicas que sólo conocen el cambio en especies y en las sociedades industriales.
Las sanciones religiosas afectan a las relaciones del hombre con la divinidad o con los espíritus, o
conciernen a su destino después de la muerte. En todas las religiones, uno de los aspectos
dominantes del sacrificio radica en su carácter de ofrenda reparadora o expiadora destinada a
borrar las faltas y a apaciguar el furor de los dioses.
Las sanciones mágicas no recurren únicamente a unos espíritus, sino que consisten en la
manipulación ritual de fuerzas sobrenaturales, reales y naturales.
Son muy numerosas y pueden revestir varias formas. La expulsión del seno del grupo, la exclusión
y el rechazo son las sanciones sociales más fuertes, pero hay otras maneras menos radicales de
expresar la censura o la reprobación mediante un gesto o una burla.
Posteriormente desde la criminología, las teorías de control social consideran en resumen, que las
personas tienen una tendencia a delinquir, que se consumará salvo que exista algún motivo que se
lo impida, motivos que tienen la naturaleza de controles sociales informales. Las teorías del
control social se encuadran dentro de una perspectiva más amplia denominada interaccionismo
simbólico, que se basa en la comprensión de la sociedad a través de la comunicación y analiza el
sentido de la acción social desde la perspectiva de los participantes (en este caso de la acción
delincuencial).
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Juan Bustos destacan la importancia de los mecanismos de socialización en la adquisición de
dichas normas de conducta. Por tanto sería importante considerar fallos en la socialización o una
socialización defectuosa como posible factor explicativo (entre otros) en el comportamiento
antisocial o delictivo.
El control Difuso
Tiene como campo de acción elementos socializadores como la familia, los grupos religiosos, los
medios de comunicación etc. como grupos encargados de reprimir aquellas conductas que afecten
los propios valores del grupo, tratándose en este caso de un tipo de control social más indirecto.
También denominado control social primario, es el que tiene como función principal el
cumplimiento de las estrategias de prevención y represión, es el que está establecido legalmente.
Identificado como el establecimiento de procedimientos públicos que se delega en determinadas
instituciones que están en función de conseguirlo. Dentro del control social formal encontramos la
norma penal y el sistema jurídicopenal, que ocupan un lugar secundario y confirmador y que
entran en acción cuando fallan los vínculos del sistema informal de control social. Este sistema
jurídicopenal constituye una agravación de las sanciones ante las conductas desviadas.
Dentro de este tipo de control, Irving Goffman distinguía cinco tipos de establecimientos de
control social:
1. las instituciones erigidas para cuidar a las personas que parecen inofensivas e incapaces
(hogares para ancianos, ciegos, huérfanos e indigentes).
2. Los establecimientos erigidos para atender a aquellas personas que además de incapaces
para cuidarse a sí mismas representan un peligro involuntario para la comunidad
(hospitales infecciosos, psiquiátricos, leproserías).
3. Lugares que alojan a quienes intencionalmente representan una amenaza para la sociedad
(cárceles).
4. Instituciones claramente orientadas a hacer más eficiente una tarea laboral (escuelas)
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culmina con la obtención de una actitud conformista de éste ante la interiorización de las pautas
de conducta trasmitidas y aprendidas durante dicho proceso de socialización que lo llevan a la
obediencia. Los agentes del Control Social Informal son los que intervienen en la socialización de
los individuos, la que comienza en edades tempranas y se va reforzando y perfeccionando en la
medida que éstos van madurando e integrándose a la sociedad. Constituyen verdaderos
instrumentos de los cuales se vale la sociedad y la clase que está en el poder para ejercer su
dominación sobre el resto de la sociedad, imponiendo sus normas de conducta, valores morales y
éticos y su ideología, de acuerdo a las funciones que realicen cada uno de ellos.
Puede decirse por tanto que, cuando las estrategias o instancias de control informal han fallado,
es cuando entran en acción las instancias formales, reproduciendo las mismas exigencias de
control.
12. La Racionalización
Max Weber: "Racionalización":
Normas: "Patrones de conducta compartidos por los miembros de un grupo social, a los que
se prevé que ellos han de ajustarse, y que son puestos en vigilancia mediante sanciones positivas y
negativas". Las normas pueden ser explícitas (escritas) o implícitas (no escritas).
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pero la teoría piagetiana es la teoría sobre el desarrollo cognitivo más elaborada, sistemática y
compleja, es también la que más influencia ha ejercido dentro de la psicología.
Para Piaget (1935), el desarrollo cognitivo sigue una sucesión de etapas que transcurren: de lo
simple a lo complejo, del egocentrismo del bebé a la perspectiva grupal del adulto, de un estado
preoperacional, en el cual el sujeto es incapaz de operar mentalmente sin el referente real, a un
estadio formal en el cual será capaz de realizar operaciones lógicas sin necesidad de tener un
referente real.
Los esquemas de acción del sujeto dependerán cada vez menos de los estímulos externos y se
producirá una progresiva internalización y el paso a una perspectiva cada vez más universal y
desligada de la experiencia concreta, que permitirá al sujeto incorporar a su personalidad las
formas de pensamiento más prevalentes en su medio social.
Según WEBER
1. La sociedad no puede existir sin la acción de los individuos.
2. El punto de partida de los hechos sociales son las acciones de los individuos, como toda
acción orientada en un sentido, el cual está referido a las acciones de los otros.
En este caso, MAX WEBER nos hace ver que si no hay individuos, entonces no hay sociedad.
La sociabilidad humana Dios no ha creado al hombre como un «ser solitario», sino que lo ha
querido como un «ser social». Para la persona humana la vida social no es algo accesorio, sino que
deriva de una importante dimensión inherente a su naturaleza: la sociabilidad. El ser humano
puede crecer y realizar su vocación sólo en unión con los otros.
1.Esta natural sociabilidad se hace más patente a la luz de la fe, ya que existe una cierta semejanza
entre la vida íntima de la Santísima Trinidad y la comunión (común unión, participación) que se
debe instaurar entre los hombres; y todos han sido igualmente redimidos por Cristo y están
llamados al único y mismo fin. La Revelación muestra que la relacionalidad humana debe estar
abierta a toda la humanidad, sin excluir a nadie; y debe caracterizarse por una plena gratuidad, ya
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que en el prójimo, más que un igual, se ve la imagen viva de Dios, por quien es necesario estar
dispuesto a darse hasta el extremo.
El hombre, por tanto, «está llamado a existir “para” los demás, a convertirse en un don»aunque
no se limite a esto; está llamado a existir no sólo “con” los demás o “junto” a los demás, sino
“para” los demás, lo que implica servir, amar.
Los objetivos humanos son múltiples, lo mismo que los tipos de nexos: amor, etnia, idioma,
territorio, cultura, etc. Por eso existe un amplio mosaico de instituciones o asociaciones, que
pueden estar constituidas por pocas personas como la familia, o por un número siempre mayor, a
medida que se pasa de las diversas asociaciones, a las ciudades, los Estados y la Comunidad
internacional.
El estrecho nexo que existe entre la persona y la vida social explica el enorme influjo de la
sociedad en el desarrollo personal, y el deterioro humano que conlleva una sociedad
defectuosamente organizada: el comportamiento de las personas depende, en algún modo, de la
organización social, que es un producto cultural sobre la persona Sin reducir el ser humano a un
elemento anónimo de la sociedad, conviene recordar que el desarrollo pleno de la persona y el
progreso social se influencian mutuamente: entre la dimensión personal y la dimensión social del
hombre no existe oposición sino complementariedad, más aún son dos dimensiones en íntima
conexión que se refuerzan recíprocamente.
En este sentido, a causa de los pecados de los hombres, se llegan a generar en la sociedad
estructuras injustas o estructuras de pecado. Estas estructuras se oponen al recto orden de la
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sociedad, hacen más difícil la práctica de la virtud y más fáciles los pecados personales contra la
justicia, la caridad, la castidad, etc. Pueden ser costumbres inmorales generalizadas (como la
corrupción política y económica), o leyes injustas (como las que permiten el aborto), etc.. Las
estructuras de pecado deben ser eliminadas y sustituidas por estructuras justas.
3. La autoridad «Toda comunidad humana necesita de una autoridad que la gobierne. Ésta tiene
su fundamento en la naturaleza humana. Es necesaria para la unidad de la sociedad. Su misión
consiste en asegurar en cuanto sea posible el bien común de la sociedad».
Como la sociabilidad es una cualidad propia de la naturaleza humana, se debe concluir que toda
autoridad legítima emana de Dios, como Autor de la naturaleza. Pero «la determinación del
régimen y la designación de los gobernantes han de dejarse a la libre voluntad de los ciudadanos».
«Si la autoridad pública puede, a veces, renunciar a reprimir aquello que provocaría, en caso de
estar prohibido, un daño más grave, sin embargo nunca puede legitimar, como derecho de los
individuos aunque éstos fueran la mayoría de los miembros de la sociedad, la ofensa infligida a
otras personas mediante la negación de un derecho suyo tan fundamental como el de la vida».
En cuanto a los sistemas políticos, «la Iglesia aprecia el sistema de la democracia, en la medida en
que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los
gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes». La ordenación
democrática del Estado es parte del bien común. Pero «el valor de la democracia se mantiene o
cae con los valores que encarna y promueve: fundamentales e imprescindibles son ciertamente la
dignidad de cada persona humana, el respeto de sus derechos inviolables». «Una democracia sin
valores se convierte con facilidad en un totalitarismo».
4. El bien común por bien común se entiende «el conjunto de aquellas condiciones de la vida social
que permiten a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su
propia perfección». El bien común, por tanto, no es sólo de orden material sino también espiritual
(ambos interconectados), y comporta «tres elementos esenciales»:
Teniendo en cuenta la naturaleza social del hombre, el bien de cada uno está necesariamente
relacionado con el bien común y éste, a su vez, debe estar orientado al progreso de las personas.
El ámbito del bien común no es sólo la ciudad o el país. Existe también «un bien común universal.
Éste requiere una organización de la comunidad de naciones».
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5. Sociedad y dimensión trascendente de la persona, la sociabilidad concierne todas las
características de la persona y, por tanto, su dimensión trascendente. La profunda verdad sobre el
hombre, de donde deriva su dignidad, consiste en ser imagen y semejanza de Dios y estar llamado
a la comunión con Él ; por eso «la dimensión teológica se hace necesaria para interpretar y
resolver los actuales problemas de la convivencia humana».
Esto explica la fatuidad de las propuestas sociales que olvidan la dimensión trascendente. De
hecho, el ateísmo –en sus distintas manifestaciones– es uno de los fenómenos más graves de
nuestro tiempo y sus consecuencias son deletéreas para la vida social. Esto es particularmente
evidente en el momento actual: a medida que se pierden las raíces religiosas de una comunidad,
las relaciones entre sus componentes se hacen más tensas y violentas, porque se debilita e incluso
se pierde la fuerza moral para actuar bien.
Si se quiere que el orden social tenga una base estable es necesario un fundamento absoluto, que
no esté a merced de las opiniones versátiles o de los juegos de poder; y sólo Dios es fundamento
absoluto. Se debe, por tanto, evitar la separación y, aún más, la contraposición entre las
dimensiones religiosa y social de la persona humana ; es necesario armonizar estos dos ámbitos de
la verdad del hombre, que se implican y se promueven mutuamente: la búsqueda incondicional de
Dios y la solicitud por el prójimo y por el mundo, que resulta reforzada por la dimensión
teocéntrica.
Empeñarse en el cambio social, sin un empeño serio en el cambio personal, es un espejismo para
la humanidad, que acaba en desilusión y, muchas veces, en un fuerte degrado vital. Un «nuevo
orden social» realista y, por tanto, siempre mejorable requiere, contemporáneamente, acrecentar
las competencias técnicas y científicas necesarias, la formación moral y la vida espiritual; de ahí
derivará la renovación de las instituciones y de las estructuras. Sin olvidar, además, que el
empeño por edificar un orden social justo ennoblece a la persona que lo realiza.
6. Participación de los católicos en la vida pública, participar en la promoción del bien común, cada
uno según el lugar que ocupa y el papel que desempeña, es un deber «inherente a la dignidad de
la persona humana». «Nadie se debe conformar con una ética meramente individualista». Por eso
«los ciudadanos deben cuanto sea posible tomar parte activa en la vida pública».
El derecho y el deber de participar en la vida social deriva del principio de subsidiariedad: «Una
estructura social de orden superior no debe interferir en la vida interna de un grupo social de
orden inferior, privándole de sus competencias, sino que más bien debe sostenerle en caso de
necesidad y ayudarle a coordinar su acción con la de los demás componentes sociales, con miras al
bien común».
Esta participación se realiza, ante todo, por medio del cumplimiento responsable de los propios
deberes familiares y profesionales de las obligaciones de justicia legal (como, p. ej., el pago de
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impuestos). También se realiza mediante la práctica de las virtudes, especialmente de la
solidaridad.
En cuanto ciudadanos, los fieles tienen los mismos deberes y derechos de quienes se encuentran
en idéntica situación; en cuanto católicos, tienen un plus de responsabilidad . Por eso, «los fieles
laicos de ningún modo pueden abdicar de la participación en la “política”». Esta participación es
particularmente necesaria para lograr «que las exigencias de la doctrina y de la vida cristianas
impregnen las realidades sociales, políticas y económicas”. Puesto que en no pocas ocasiones las
leyes civiles no se ajustan a la enseñanza de la Iglesia, los católicos deben hacer lo posible,
colaborando con otros ciudadanos de buena voluntad, para rectificar esas leyes, siempre dentro
de los cauces legítimos y con caridad. En cualquier caso, deben ajustar su conducta a la doctrina
católica, aunque ello les pueda acarrear inconvenientes, teniendo en cuenta que se debe
obedecer a Dios antes que a los hombres.
En definitiva, los católicos deben ejercer sus derechos civiles y cumplir sus deberes; esto atañe
especialmente a los fieles laicos, que están llamados a santificar el mundo desde dentro, con
iniciativa y responsabilidad, sin esperar que la Jerarquía resuelva los problemas con las
autoridades civiles o les proponga las soluciones que deben adoptar.
Al producto de ese determinismo llamamos nosotros orden. Y debemos añadir que, a los ojos del
sociólogo, ese orden no resulta" ni de una voluntad superior, misteriosa, supra humana, ni de un
contrato o pacto explícito establecido entre los miembros de una sociedad: se trata de un orden
que es inherente a la vida social, porque constituye una exigencia fundamental de la misma. En
este sentido cabe decir que se trata de un orden natural*.
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En efecto, gracias precisamente a la existencia de semejante orden, es posible la vida en sociedad.
En todas nuestras acciones, damos por supuesta la existencia de ese orden y nos conducimos de
«cuerdo con él y en función del mismo. Si el profesor decide dar su clase a tal hora y en tal aula, es
porque espera encontrar en ese momento y en ese lugar al grupo de alumnos inscritos en su
curso.
3) Cuando los miembros de una sociedad prefieren una solución a otra, dicha solución
corresponde a un valor dominante en esa sociedad.
4) Las restantes soluciones no preferidas subsisten sin embargo en el seno de esa sociedad, a
título de valores, variantes o sustituyentes.
Por ello, cuando te preguntas, ¿qué puedo hacer yo para mejorar la vida de los demás?, o ¿cómo
puedo contribuir a hacer más sostenible nuestro mundo?, muchas veces la respuesta no se halla
lejos de lo cotidiano.
En nuestro día a día, en todo lo que hacemos podemos encontrar soluciones prácticas y sencillas
para ser más responsables con lo que nos rodea.
La responsabilidad social empresarial, también conocida por sus siglas (RSE), es un aspecto
que cada día tienen más en cuenta sus clientes y usuarios, conscientes de que la productividad, la
reducción de costes y la obtención de beneficios no pueden justificar de modo alguno la
explotación, la violación de los derechos fundamentales de las personas o la degradación del
medio ambiente.
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La responsabilidad social es algo que todos y todas compartimos. Sin embargo, la responsabilidad
social pública o gubernamental es aquella que tienen las instituciones y las administraciones
encargadas de diseñar y ejecutar políticas públicas.
17. La Desviación
La desviación es el recurso a modelos que se sitúan al margen de lo permitido o fuera de lo
permitido. La varianza se define como la elección que los miembros de una sociedad hacen entre
dos o varios modelos permitidos. Lo que dificulta la distinción entre varianza y desviación es el
hecho de que unas conductas desviantes, al tiempo que son rechazadas por la inmensa mayoría de
los miembros de una sociedad, resultan toleradas.
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