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Si existe una obra que se pueda denominar importante para el estudio de la óptica es

el libro Óptica Tradicional y Moderna. Su autor Daniel Malacara, Físico de la Universidad


Nacional Autónoma de México, con Maestría en Ciencias de la Universidad de Rochester,
Doctorado en Óptica de la Universidad de Rochester e Investigador del Centro de
Investigaciones en Óptica, nos indica que la óptica es una de las ramas más antiguas de la
ciencia porque el sentido de la visión es el medio de comunicación con el mundo exterior
más relevante que tenemos.

Este ejemplar está escrito en su segunda edición en los años noventa, describiendo
tanto la historia como las bases de la óptica tradicional, pues sin ella es imposible
comprender los nuevos descubrimientos. El propósito principal de este libro es dar a
conocer tanto la historia de la óptica clásica, como los últimos avances de la óptica
moderna. En cuanto al género, se trata de un volumen teórico pero con imágenes y
esquemas ilustrativos sobre la óptica.

Óptica tradicional y moderna consta de un prefacio y ocho capítulos. El orden de la


exposición es de lo general a lo particular. Así, los primeros capítulos exponen los
fundamentos generales de la óptica, sus inicios; mientras que en los últimos cuatro
capítulos contienen las definiciones de láser, holografía, la óptica en el futuro, la historia y
el estado actual de óptica en México.

Daniel Malacara define a la óptica como el estudio de la luz, de la forma como es


emitida por los cuerpos luminosos, de la manera como se propaga a través de los medios
transparentes y de la forma en que es absorbida por otros cuerpos. Por está razón y en un
sentido más amplio se considera óptica al estudio y manejo de las imágenes en general,
aunque éstas no hayan sido necesariamente formadas con luz o métodos ópticos
convencionales.

En este primer capítulo titulado “qué es la óptica”, señala que la óptica, desde que se
inicio a estudiar seriamente, a desempeñado un papel muy importante en el desarrollo del
conocimiento científico y de la tecnología.
El autor presenta una revisión histórica cómo se ha desarrollado la ciencia de la
óptica, desde los comienzos más tempranos de que se tienen evidencias. Muestra a varios
investigadores y científicos que utilizaron la óptica como base para realizar sus
indagaciones. Un científico árabe muy importante de nombre Alhazen, hizo investigaciones
sobre astronomía, matemáticas, física y medicina; entre sus principales resultados está el
descubrimiento de la cámara obscura, mediante la cual pudo formar una imagen invertida
de un objeto luminoso, haciendo pasar la luz a través de un pequeño orificio. También hizo
el primer estudio realmente científico acerca de la refracción, probando la ley aproximada
de Tolomeo y además encontró una ley que daba las posiciones relativas de un objeto y su
imagen formada por una lente o por espejo convergente. Sin duda este científico fue la más
grande autoridad de la Edad Media, tuvo una gran influencia sobre los investigadores que le
siguieron, incluyendo a Isaac Newton.

“La óptica instrumental” es el nombre del segundo capítulo, el cual es fundamental


porque en él, Malacara menciona que es sin lugar a equivocarse la primera que se
desarrolló, debido a su gran utilidad práctica, porque la óptica instrumental y la óptica
geométrica esta íntimamente relacionada a la historia de las lentes, al igual que a la historia
de la invención de los primeros instrumentos ópticos, como el telescopio, el microscopio y
el espectroscopio.

Uno de los temas principales que Malacara expone es sobre Karl Friedrich Gauss, el
cual contribuyó al desarrollo de la óptica con su teoría que se basa en la ley de la refracción
y en consideraciones geométricas, para calcular las posiciones de las imágenes y sus
tamaños, en los sistemas ópticos formados por lentes y espejos. El autor ratifica que esta
teoría, hasta la fecha, se sigue utilizando con mucho éxito para diseñar todo tipo de
instrumentos ópticos.

Daniel Malacara comenta la historia del telescopio como uno de las más interesantes
e importantes en la trayectoria de la evolución de la ciencia. Según la perspectiva del autor,
menciona tres candidatos para su invención. El primero es el italiano Granbattista Della
Porta quien escribió en 1589, un libro en donde hacia una descripción que parece ser la de
un telescopio. Pero la mayoría de los historiadores creen que el no fue su descubridor,
aunque quizá estuvo a punto de serlo.

Otro posible inventor que se ha mencionado es Zacarías Jansen en Holanda, pues se


han encontrado escritos donde se afirma esto. Sin embargo, hay razones para creer que se
trata de atribuciones incorrectas, ya que tenía reputación de deshonesto. El más probable
descubridor es el holandés Hans Lippershey, quien, según cuidadosas investigaciones
históricas, construyó un telescopio en el año de 1608, pero no logró comprender como
funcionaba, pues lo había inventado únicamente con base a ensayos experimentales, sin
ninguna base científica.

Al analizar la historia del telescopio no se puede quedar fuera Galileo Galilei; según
el autor Galileo Galilei se enteró de la invención de Lippershey y antes de veinticuatro
horas había construido su primer telescopio, con un par de lentes y tenía una amplificación
de tres veces. Después construyó otros con una amplificación de ocho veces y de treinta
veces. Galileo Galilei comprendió un poco mejor cómo funcionaba el telescopio, con él
pudo descubrir los satélites de Júpiter y los cráteres de la Luna.

Otro instrumento óptico de suma importancia es el microscopio, aquí el autor dice


que el primer microscopio simple construido fue el de Antonie Van Leeuwenhoek en 1674
en Holanda. Menciona que hubo varios avances, uno de los progresos fue el microscopio de
contraste de fase con el cual es posible observar microorganismos transparentes, sin
necesidad de teñirlos. Otro avance espectacular fue el perfeccionamiento del microscopio
electrónico, con el cual se ha podido por primera vez observar átomos individuales.

Un instrumento óptico que hace referencia el autor Daniel Malacara es el


espectroscopio, gracias al él se han podido analizar los espectros de luz emitidos por
fuentes luminosas de todo tipo. Los antecedentes históricos de este instrumento comienzan
con Isaac Newton. El autor realiza una descripción de la vida de Isaac Newton, así como
algunos de sus descubrimientos, mencionando un documento científico publicado por él, en
donde describía sus experimentos sobre el fenómeno de la dispersión cromática de la luz en
prismas, con el cual probó que se obtiene luz blanca con la superposición de todos los
colores, dando inicio a la espectroscopia. Además el autor sugiere conocer los modernos
instrumentos ópticos de precisión que son increíblemente más perfectos que los de hace tan
sólo veinte o treinta años, por lo que las técnicas de prueba y de construcción de lentes
siguen todavía perfeccionándose día a día.

“La metrología óptica y sus aplicaciones” es el nombre que le da el autor al tercer


capítulo explicando que es la rama de la óptica que tiene como propósito efectuar medidas
de muy alta precisión usando las ondas de la luz como escala, a través de los instrumentos
llamados interferómetros, como esta aplicación está fundamentada en la naturaleza de la
luz, comienza describiendo brevemente la historia del desarrollo de los conceptos sobre la
naturaleza de la luz de una forma clara y precisa, mencionando que, en ciertos
experimentos, se puede considerar a la luz como una onda transversal, mientras que en
otros es necesario considerarla como un flujo de partículas llamadas fotones, cuya energía
individual depende de la frecuencia de la onda. Aquí Malacara parece que presenta varias
interpretaciones para que se pueda cuestionar las ondas luminosas. Sin embargo, en la gran
mayoría de los casos, sobre todo en aquellos en los que interviene la metrología, es
suficiente utilizar el concepto de onda transversal. Por lo que conviene recordar varios
conceptos y definiciones relacionadas con las ondas.

El cuarto capítulo “Los láseres” es fundamental porque en él, se expone que al


momento de descubrirse, se vio inmediatamente que era un instrumento con grandes
posibilidades de aplicación. La historia del láser se remonta al año de 1916, cuando Albert
Einstein estudió y predijo el fenómeno de emisión estimulada en los átomos. Pero para
poder entender esto es necesario conocer la definición de láser, que el autor explica
precisamente como una fuente luminosa con dos propiedades muy especiales e importantes
de su luz, que técnicamente reciben los nombres de coherencia espacial y coherencia
temporal; denotando unas características de luz.

Daniel Malacara elabora una clasificación adecuada de los principales láseres,


ordenándolos según el estado del material que se unas que pueden ser de gas, sólidos y
líquidos. El autor le da una mayor importancia a los láseres más comunes y útiles. También
da a conocer su uso en las industrias, como instrumento de medida, en las comunicaciones,
en la medicina y por supuesto en la vida diaria, los cuales son tan populares que ha
invadido ya nuestras actividades cotidianas.

Al autor también le interesa el sistema de fotografía tridimensional, sin el uso de


lentes para formar la imagen llamado “holografía” que es el nombre del quinto capítulo del
libro. Malacara arguye que el inventor de la holografía fue Dennis Gabor y que existen
diferentes tipos de hologramas y utilidades distintas como de exhibición, como instrumento
de medida, como almacén de información y como dispositivo de seguridad. Un ejemplo
que muestra el autor es uno muy común son los pequeños hologramas prensados que tienen
las nuevas tarjetas de crédito. Este es un buen ejemplo de hologramas y son uno de los más
difíciles de reproducir.

En cuanto al “procesamiento de imágenes” que es el sexto capítulo tiene como


finalidad mejorar el aspecto de las imágenes y hacer más evidentes en ellas ciertos detalles
que se desean hacer notar. El autor destaca que el procesamiento de las imágenes se puede
en general hacer por medio de métodos ópticos, o bien por medio de métodos digitales en
una computadora, mencionando la gran utilidad de los dos métodos que es muy amplia y
abarca muchos campos. También ofrece una comparación entre ellos para dar la
oportunidad al lector de descubrir la importancia que tiene.

La función de desempeñar la óptica en nuestra vida cotidiana es cada vez más


extensa por lo cual el autor dedicó este tema al séptimo capítulo, pues la óptica empieza a
invadir campos donde antes era difícil de creer que interviniera. En este libro hay muchas
aplicaciones de la óptica moderna y una más es la construcción de la computadora óptica
porque para Daniel Malacara es la gran esperanza de la óptica del futuro. El autor realiza
una comparación de la computadora electrónica y la computadora óptica; dejando para
reflexionar la gran ventaja de las computadoras ópticas sobre las electrónicas. Algunas de
las ventajas son: su velocidad, pues la información circula por las fibras ópticas, láseres en
estado sólido, memoria holográfica y moduladores ópticos, generando con esto una
verdadera revolución que puede maravillar a todos.

Por último y como octavo capítulo del libro óptica tradicional y moderna menciona
la historia y estado actual de la óptica en México que es concretamente reciente y por tanto
incompleta, pero se han realizado algunas investigaciones en universidades e instituciones
educativas y además se ofrecen estudios de postgrado en óptica. Sería excelente que en
México se lograra una industria óptica más completa, que cumpla con las demandas del
país y exporte sus productos. El autor argumenta que dada la historia reciente y la actividad
que se observa existen razones que esto ocurrirá muy pronto.

En conclusión Daniel Malacara plantea la historia de la óptica de una forma muy


clara dando a conocer de una manera descriptiva y sencilla. Este libro debiera ser
considerado muy importante dentro del campo de la ciencia; fundamentalmente, Óptica
tradicional y moderna, ofrece un completo espacio conceptual teórico y práctico a todo lo
relacionado con la óptica. Por todo lo anterior, se puede decir que esta obra es muy
significativa y valiosa porque consigue que las personas se interesen por la óptica.
Daniel Malacara, Óptica Tradicional y
Moderna. ed 2 Ed. FCE. México, 1997,
126 p.p.

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