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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE
CHILE - TEMUCO
Carrera de Trabajo Social

CURSO DE:
REVINCULACIÓN EN CASOS DE RUPTURAS
FAMILIARES
INDICADORES DE ABUSO Y MALTRATO

Enero 2011

Dictado por:

Dra. Sara Rozenblum de Horowitz

E-mail: sarahorowitz@fibertel.com.ar

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ABUSO Y REVINCULACIÓN

Dra. Sara Rozenblum de Horowitz

Entendemos por revincular el restablecer contacto entre familiares de la mayoría de los casos, padres e hijos, y
abuelos y nietos.
Revincular implica también que el vínculo / relación / contacto entre las partes ha sido roto o interrumpido. No
implica sólo la existencia de distanciamiento o lejanía, sino desvinculación. Contiene: litigio / enemistad / guerra
entre las partes adultas.
El revincular teóricamente pertenece a la pacificación o restablecimiento de la paz, pero su indicación por el juez
en la mayoría de los casos provoca resistencia de las partes y profesionales, quienes esgrimiendo el escudo del
interés y los derechos del menor, intentan coartar / impedir la medida que intenta instaurar la paz en una familia y
brindar el derecho de visitas y contacto a familiares cercanos.

Quisiera primeramente relatar mis antecedentes en el tema. Al comienzo de los ‗80 creé el Área de Adopción en
el hospital Pedro Elizalde (área que luego devino en Servicio de Adopción y Mediación), donde recibíamos casos
derivados por Juzgados de Familia; nuestra labor no estaba limitada al diagnóstico y abordaje terapéutico;
cuándo era pertinente y previa aceptación del juez, iniciábamos un proceso de mediación. Recibíamos casos de
la mayoría de los Tribunales de Familia de Capital y del conurbano bonaerense.

TIPO 3:

Recuerdo un caso del Juzgado no 23 del Dr. Noro Villagra: una niña de 5 años que había sido dada en adopción
al matrimonio A por acta de escribano; la madre biológica se arrepintió y pidió y recibió nuevamente a su hija a
los pocos días de haberla dado. A la semana volvió a entregar a su hija a la pareja. Cuatro años después de este
hecho, y una vez iniciado el trámite de adopción, al ser citada la madre biológica reclama que la menor tenga
contacto con sus otros hijos, una beba de 14 meses y un varón de 3 años.

PROCESO:
1) Nos entrevistamos primeramente con la madre biológica Juana que concurrió acompañada por su abogado,
ella explicó su deseo de que sus hijos sigan en contacto; la Sra. estaba en pareja con un señor padre de dos
hijos menores, Juana parecía enojada, decía que la situación era injusta hacia ella, sus modales eran
rudimentarios; acorde a sus valores, le restaba importancia al hecho del vínculo existente entre su hija
mayor y sus guardadores.
2) Luego nos entrevistamos con los padres adoptivos, concurrieron sin abogado, nos contactamos luego
telefónicamente con el, era un matrimonio de clase media, dueños de un pequeño negocio, relatan la historia
y expresan su temor del contacto de los hermanos, por lo intempestiva y ciclotímica que acorde a ellos era la
madre biológica
3) Antes de comenzar habíamos establecido una consigna clara respecto de qué se debía decir a los chicos; la
consigna era repetida al comenzar la primera entrevista.
4) El encuadre establecido era: a) un encuentro de una hora una vez por semana; b) los chicos jugaban o
dibujaban mientras los adultos hablaban c) al comenzar cada sesión, se conversaba acerca de cómo la visita
anterior había afectado a los chicos, la reacción de cada uno de ellos, si Mariela había querido venir o se
negaba, si los hermanos hacían preguntas, etc. Dada la historia de inestabilidad emocional y de vínculos de
la madre biológica, se estableció que la necesidad de la continuidad del proceso como medida de cuidado
hacia todos los menores. El caso del que hablo no contenía violencia o abuso, pero tenía características
comunes con esos casos: el hecho de que el matrimonio A no quería contacto con la madre biológica y lo
consideraban peligroso.

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5) Evolución del proceso de revinculación
Luego de la entrevista con los adultos, entrevistamos a los menores acompañados de sus adultos
significativos.
Les avisamos que iban a entrevistarse con sus hermana/os
Hojas, lápices, marcadores y juguetes fueron puestos en la mesa para los chicos.
La primera entrevista con los chicos, solicite a los adultos se mantengan silenciosos y contesten o intervengan a
pedido de los menores o los mediadores. La entrevista se desarrolló en paz; los hermanos se miraban a
hurtadillas y se concentraba en el juego.
En algunas entrevistas, no concurrió la menor, por resfrío, cumpleaños etc., en esas oportunidades Juana se
enojaba, gritaba y al retirarse se dirigía al Tribunal, para quejarse de la mediación, motivo por el cual solicite al
matrimonio permiso para incluir al abogado de Juana; cuando ella se enojaba, le costaba seguir entendiendo el
proceso y pasaba rápidamente a que ―todo no servía‖ ; afortunadamente la inclusión del abogado fue
enormemente constructiva, ya que cuando Juana se empecinaba, solicitábamos a su abogado que salga con ella
y charle, lo cual, resultó muy útil, y se interrumpieron las visitas intempestivas de Juana al Juzgado.
Luego de 4 meses de visitas en el consultorio, comenzaron visitas en la plaza entre Juana, los hijos y la menor
con ciertos altibajos, porque Mariela no quería jugar con sus hermanos; lo cual la enojaba mucho a Juana,
finalmente se pactaron visitas/encuentros entre los hermanos, los días del niño, Fin de año, y en el cumpleaños
de Mariela, se pactó realizar las visitas en un lugar público hasta que Mariela fuera mayor y opinase.
Podemos considerar esta mediación de revinculación como positiva, pues reestableció el vínculo entre los
hermanos de la forma posible dadas las circunstancias, permitiendo que este vínculo no se corte, y al llegar los
hermanos a edad adulta podrían decidir si mejorarlo, mantenerlo o interrumpirlo, desde el procedimiento, ninguna
de las partes ni ganó, ni perdió, lo cual es un buen resultado para una mediación. Se trató de un arreglo con el
cual las partes podían seguir sus vidas; el acuerdo respetaba el derecho a la identidad y el contacto entre
hermanos

TIPO I
Otro caso que atendimos en el mismo hospital (derivado por un Juzgado de Familia de Capital Federal de la
Dra. Sabotinsky) y que incluía abuso a una menor, fue el de Julieta, una niña de 4 años que estaba bajo el
cuidado de Antonia, una tía abuela que la criaba como hija adoptiva. El contacto con María, la madre biológica,
se mantuvo hasta que Antonia y ella tuvieron una pelea en la calle con intervención policial. Julieta fue puesta
bajo el cuidado de un ama externa del Consejo.

En las evaluaciones psicológicas, entrevistas y horas de juego surgió el abuso que había sufrido Julieta por parte
de la pareja de la tía abuela. Antonia luchó negando el abuso (decía que era como si le dijesen que había un
elefante en medio de la habitación) y comenzó a concurrir a un grupo de madres de hijos abusados y a acercarse
y entender el tema de abuso sexual. Julieta refería indicadores precisos (olor del semen feo, lavandina, color
como su uña) que acercaban el diagnóstico a la certeza. Luego de un tiempo, Antonia aceptó separarse de su
pareja para recuperar a Julieta.
Se trabajó en la mediación entre María (madre biológica) y Antonia (madre adoptiva) y el nuevo convenio de
relación entre María y Antonia, ahora en su rol de madre adoptiva. Por el otro lado, se trabajó con Antonia su
decisión de renunciar a su pareja para adoptar a Julieta.
Comenzaron las sesiones de revinculación entre Antonia y Julieta, quien atacaba a las profesionales culpándolas
de que Antonia no pudiera vivir con ella.
Quisiera ahora presentar el esquema que comencé a utilizar a partir de este caso
Estructura de la revinculación
Caso de abuso sexual / físico del padre u otro significativo hacia un hijo/a, pérdida de contacto temporal con el o
la menor o menores.
1) indicación judicial de revinculación del padre con su hijo/a
2) a. entrevista telefónica, si hubiera, con los abogados de ambos padres para que cada uno explique la situación
acorde a su perspectiva

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b. entrevista/s con el padre/madre que perdió el contacto. Se toma el relato y se le transmiten los parámetros
bajo los cuales se va a revincular:
queda prohibido acercarse, tocar o besar al hijo sin permiso del menor
nada de lo que el hijo haya dicho o hecho en lo que hace al conflicto puede ser cuestionado o
confrontado,
el padre/madre reconoce haber actuado mal y se disculpa por el dolor causado a los hijos y a la
familia,
el padre/madre compromete su esfuerzo para no volver a fallar como padre/madre,
el hecho de que el padre hable del pasado queriendo aclarar situaciones será causa para levantar
la revinculación,
el padre no podrá estar con el/los hijo/s a solas ni pernoctará con el mismo,
el padre se compromete a no atacar ni hablar del padre no conviviente,
3) entrevista/s con el padre/madre conviviente
4) entrevista telefónica con terapeutas o especialistas de los hijos si correspondiera
5) entrevista con los hijos (previa consigna dada al padre/madre conviviente de cómo explicar a los menores las
futuras entrevistas
6) entrevista/s con los menores de manera conjunta y separada
7) si fuere pertinente, entrevista con ambos padres antes del contacto entre los menores y el padre/madre no
conviviente
8) entrevistas de una hora entre los menores y el padre/madre que perdió el contacto
9) nueva entrevista a los 7 días

Dinámica del Proceso


Quisiera aclarar primeramente que el esquema de la revinculación y de la mediación con la que se emparienta
se basa en técnicas de diálogo y negociación, sobre una base ética y de respeto a las leyes y a la protección y
cuidado que le deben los padres a los hijos y al respeto que se deben entre si todos los miembros de la familia.
Una vez armada la mesa, el proceso está encaminado y el mayor trabajo realizado; igual situación ocurre en la
revinculación: el trabajo principal se refiere a generar el campo pacífico para que revincularse con un
padre/madre no implique traicionar al padre/madre conviviente.

Para finalizar quisiera transmitir mis 25 años de experiencia con casos derivados por Tribunales de Familia y
aclarar que hablar del régimen de visitas a favor del padre no conviviente (¿o era a favor del hijo?) es hablar de
revinculación, son situaciones, donde existió y aún subsiste la disputa franca entre el padre y la madre, y el
padre / madre no conviviente espera que surja “la verdad” (“que la otra parte es manipuladora y juega sucio”) y
se aplique la justicia (“que el juez reconozca mis derechos, restablezca el contacto y castigue a la otra parte”).
Confiados en estas premisas o mitos de la existencia de la verdad y la justicia 1, muchos padres /madres recurren
a nuestros tribunales donde se encuentran con empleados, escritos, sellados, abogados y todos los caminos y
vericuetos posibles que retrasan o impiden la decisión judicial. Las partes conversan con sus amigos y con sus
abogados y cada vez se sienten más “dueñas de la verdad, cercanas al verdadero concepto de justicia”. Lo
llamativo es que ambas partes sienten lo mismo, y así se va armando el expediente: la/el preocupada/o madre o
padre, a fin de “documentar” lo nocivo que es el otro, pedirá un psicodiagnóstico de el o los hijos, si es posible
realizado en un hospital público para que sea más aséptico y neutral y, munida/o del diagnóstico que une la
situación del divorcio y los síntomas de el o los hijos con la relación de los padres, o que incluso a veces ―acusa‖
a uno, la madre/padre vuelve a los tribunales. “Ya está”, piensa. Con este “documento probatorio de culpa”
(ajena, lógicamente) se sienta a esperar la decisión judicial.

¿Cuál es el paso siguiente? El abogado de la otra parte se opone al informe, puede pedir título y antecedentes
del profesional que firma el mismo, proponer otro psicólogo de otro lugar público o un pope de la Psicología, esos
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Benjamin Robert. “ curso de Mediación familiar posgrado de la Facultad de Derecho UBA 1997
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que hasta los jueces nombran y parafrasean, o puede acusar de no apto/a al progenitor conviviente (usa pastillas
para dormir, fumó marihuana en la adolescencia, está bajo tratamiento psicológico, no es capaz de conservar su
trabajo). Todo es útil. En conflictos por divorcio y tenencia, la mejor defensa es el ataque. Si no se puede mostrar
la inocencia de uno mismo, demostremos la ineptitud del otro.
Entonces se solicita otro psicodiagnóstico, total los hijos resisten y son fuertes, y en general el juez no deniega
la petición. Así se indica otra evaluación psicológica a los hijos y evaluaciones psiquiátricas a ambos padres.
Acabo de ejemplificar los caminos y vericuetos utilizados por familias en crisis, donde los conflictos son parte de
estas crisis y necesitan a mi entender nuevos abordajes más abarcativos e interdisciplinarios; mi propuesta de
utilizar la revinculación es una propuesta de un proceso integral que busca proteger a los menores, generar
espacios de respeto y diálogo, buscar achicar la brecha de las diferencias, para finalmente de ser posible lograr
la resolución o reconciliación y restaurar la paz en la familia.
Quisiera por último citar a Jeffrey Rubin que diferencia acordar de resolver, entendiendo el acordar como el
establecimiento de conductas futuras y pautas de relación entre partes de un conflicto; el resolver tiene que ver
con dejar de visualizar al otro como contrincante y enemigo, es un cambio de actitud, quisiera agregar que el
nivel mas alto es el de reconciliación o recuperar la paz interior y dar por terminado el conflicto y la guerra que
implicaba. A veces es sólo un deseo, pero los profesionales que trabajamos con familias debiéramos trabajar con
la meta de concretar la paz.
Dinámica del Proceso
La diferencia entre el modo de negociar en Occidente y Oriente estriba en el cuidado meticuloso de la
preparación de la mesa de negociación. Una vez armada la mesa, la negociación está encaminada y el mayor
trabajo realizado; igual situación ocurre en la revinculación: el trabajo principal se refiere a generar el campo
pacífico para que reticulares con un padre/madre no implique traicionar al padre/madre conviviente.

FAMILIA Y DIVORCIO

DEFINICIÓN DE FAMILIA
El concepto de familia convencional va cambiando. Aparecen:
- familia monoparental:
- familia escindida post divorcio.
- familia ensamblada: pareja del mismo sexo, grupos de convivencia sin lazos de parentesco
- familia tradicional: el padre trabaja (genera dinero) y la madre es ama de casa (cuida el hogar)

En la actualidad, con la ruptura familiar (divorcio) surgen modificaciones en los roles; ocurren situaciones como
un padre que mientras convivió fue un excelente padre, al dejar de convivir con sus hijos parece abandonarlos al
avunculado materno, transformándose en padre ausente, a veces se insolventa y deja de pasar dinero para
alimentos y en otros casos desaparece. Otras veces encontramos madres que se apropian de sus hijos,
poniéndose en el papel de que son las únicas que los comprenden y transmitiendo que la presencia del padre es
una ―molestia innecesaria‖ y que al hijo/a sólo le hace falta contactarse con la madre.
Muchas madres denuncian al padre por cuestiones inexistentes y estas ―madres litigantes‖ suponen que si
aportan suficientes pruebas (llantos del hijo, enfermarse al volver o ir a la visita con el padre) conseguirán que el
juez cancele o suspenda el régimen de visitas del padre, sin tomar en cuenta que éste es para beneficio de los
hijos.
Ni que hablar del padre o madre que no intentaron formar pareja e invierte todas sus energías en sabotear la
incipiente pareja del ex-cónyuge.
Existe una sola ley y normativa en los divorcios, pero su lectura y aplicación depende del juez que el sorteo nos
asignó, o que Dios y el destino dispusieron; lo cual da como resultado sentencias judiciales diversas.

Sumada a la problemática del divorcio y la crisis que esta trae aparejada, surgen o resurgen problemas de
personalidad de los cónyuges, modos o respuestas patológicas, competencias entre ellos que reaparecen,
cuestiones de poder, en fin, podemos describir la mayoría de los divorcios controvertidos como verdaderas
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escaladas de conflicto, donde el interés primario de las partes al comienzo del conflicto es satisfacer sus
intereses. Luego, con la complejización del mismo, buscan ganar, para finalmente, cuando se agrava aún más el
conflicto, esperan que si hay que perder, que la otra parte pierda más que uno mismo.

Es importante comprender esta explicación de escalada de conflicto2, pues de otro modo nos podríamos
confundir y pensar que la gente siempre va a tratar de acordar según sus conveniencias, y eso depende del
punto de la escalada en el que se esté. Rubin también explica que el estancamiento o impasse es positivo
cuando es un indicador de que las partes ya no quieren o no pueden luchar más. Es por ello que conductas y
pensamientos como estar cansado y no querer más lucha ni guerra son buenos precursores o indicios en la
negociación del litigio.

APÉNDICE
La Revinculación por indicación judicial es en casi todos los casos sinónimo de conflicto y litigio de alto voltaje;
en la mayoría de las familias, al divorciarse intervienen redes familiares y de amigos ―que impiden que la sangre
llegue al río‖ y es mejor para todos cuando el divorcio puede ser negociado en la privacidad, lo que significa un
―común acuerdo‖ y no un divorcio controvertido.

En divorcio, cuando hay hijos menores, el ejercicio de la patria potestad implica ―deber de convivencia o unidad
de domicilio‖3 acompañada de actividad de amparo, custodia, defensa, formación y protección del menor o
menores. Acorde a Highton4, nuestros tribunales actualmente relevan el vínculo de los niños con sus padres y
señalan al progenitor más apto como aquel que facilitará la vinculación (comunicación) con el otro padre.
La guarda compartida, no muy aceptada por nuestros jueces, parece a simple vista, más integradora y deja en
ambos padres ―derechos, autoridad y responsabilidades iguales en el cuidado de sus hijos‖ 5, por lo cual
podríamos considerarla como lo más parecido a la situación previa al divorcio, pero requiere que entre los padres
subsista un diálogo abierto y privilegien el bienestar de sus hijos sobre sus intereses y broncas; a mi entender
podría ser pensada como la demostración de que el divorcio es vincular (en el matrimonio) pero que ambos
padres se apoyan en su función paterna/materna respecto de sus hijos, hacia los cuales sienten y tienen el
mismo amor y responsabilidad.

Respecto de la opinión de el o los menores en cuanto a con quién quieren continuar la convivencia, no es una
situación clara ni unívoca, si bien el artículo 26 del Código Civil dice
“... los hijos menores de 5 años quedarán a cargo de la madre, salvo causas graves que afecten el
interés del menor. Los mayores de esa edad, a falta de acuerdo de los cónyuges, quedarán a cargo de
aquel a quien el juez considere más idóneo. Los progenitores continuarán sujetos a todas las cargas y
obligaciones. Respecto de sus hijos, el juez podrá escuchar a los menores, quienes son “sujeto principal”
pero sus preferencias no son vinculantes. “
La situación de divorcio no deja a nadie sin involucrar, y siendo los menores seres influenciables, pueden solicitar
convivir con el padre o madre a quien ven como débil o necesitado, aun cuando a simple vista para el resto de
los alumnos este/a no parece ser el más apto. También aparece involucrado todo el juego de culpas y lealtades
de los hijos que surgen o que circulan en el divorcio. Todas estas situaciones tornan difícil la toma de decisiones
acerca de con quién y cómo deben convivir los hijos luego del divorcio y qué tipo de relación es necesaria, lo que
lleva implícito el régimen de tenencia y visitas. Sumado a esto, la doctrina argentina tradicional se opone al
régimen compartido6 o alternado, aun cuando reconoce el derecho de los padres de llevarla a cabo si se
pusiesen de acuerdo (BUSCAR EN CECILIA GROSMAN).

2
Rubin, Jeffrey
3
Blanco, Luis: “Visitas, Derecho de” en Leigoarsino Carlos et al, Enciclopedia del Derecho de Familia, Eudeba, 1994.
4
Highton, Elena: “Pautas para mediar. Tenencia, guarda ..................................................
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Op cit
6
A partir de la sanción de las leyes 23.264 y 23.515 de la reforma al Código Civil argentino, los jueces cuentan con
mayores responsabilidades a este respecto.
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Esto nos conduce a otra cuestión importante: existe una única ley, en nuestro caso, un único Código Civil
argentino, pero existen jueces con diferentes criterios en la aplicación de la misma, lo cual da una diversidad de
modos, a veces contradictorios, de aplicación de la ley. Todas son lógicamente versiones personales de
interpretar la tan mentada búsqueda del beneficio del menor.

Hablar del régimen de visitas a favor del padre no conviviente (¿o era a favor del hijo?) es hablar de
revinculación. Ubicaría esta conflictiva en mi definición de Tipo I, donde existió y aún subsiste la disputa franca
entre el padre y la madre, y el padre / madre no conviviente espera que surja “la verdad” (“que la otra parte es
manipuladora y juega sucio”) y se aplique la justicia (“que el juez reconozca mis derechos, restablezca el
contacto y castigue a la otra parte”). Confiados en estas premisas o mitos de la existencia de la verdad y la
justicia, muchos padres /madres recurren a nuestros tribunales donde se encuentran con empleados, escritos,
sellados, abogados y todos los caminos y vericuetos posibles que retrasan o impiden la decisión judicial. Las
partes conversan con sus amigos y con sus abogados y cada vez se sienten más “dueñas de la verdad,
cercanas al verdadero concepto de justicia”. Lo llamativo es que ambas partes sienten lo mismo, y así se va
armando el expediente: la/el preocupada/o madre, a fin de “documentar” lo nocivo que es el padre, pedirá un
psicodiagnósitco de o los hijos, si es posible realizado en un hospital público para que sea más aséptico y
neutral y, munida/o del diagnóstico que une la situación del divorcio y los síntomas de el o los hijos con la
relación de los padres, o que incluso a veces ―acusa‖ a uno, la madre/padre vuelve a los tribunales. “Ya está”,
piensa. Con este “documento probatorio de culpa” (ajena, lógicamente) se sienta a esperar la decisión judicial.

¿Cuál es el paso siguiente? El abogado de la otra parte se opone al informe, puede pedir título y antecedentes
del profesional que firma el mismo, proponer otro psicólogo de otro lugar público o un pope de la Psicología, esos
que hasta los jueces nombran y parafrasean, o puede acusar de no apto/a al progenitor conviviente (usa pastillas
para dormir, fumó marihuana en la adolescencia, está bajo tratamiento psicológico, no es capaz de conservar su
trabajo). Todo es útil. En conflictos por divorcio y tenencia, la mejor defensa es el ataque. Si no se puede mostrar
la inocencia de uno mismo, demostremos la ineptitud del otro.
Entonces se solicita otro psicodiagnóstico, total los hijos resisten y son fuertes, y en general el juez no deniega
la petición, no quiere parecer a favor de nadie. Así se indica otra evaluación psicológica a los hijos y
evaluaciones psiquiátricas a ambos padres.

Señores jueces, señores abogados y partes:

Paso a explicarles: toda persona en crisis luce psicológicamente desastrosa, por lo tanto, antes de pedir una
evaluación psicológica o psiquiátrica ―de rutina‖, piensen qué van a hacer. Si se diagnostica que ambos padres
no son los mejores padres en ese momento, ¿qué pasará? ¿Van a poner al o los hijos bajo el patrocinio del
Estado? ¿Y qué vamos a hacer con tantos chicos al cuidado del Estado? ¿Acaso estamos seguros de que el
Estado les va a brindar mejor cuidado que los padres ―no tan aptos‖?
Por otro lado, la mayoría de los diagnósticos dan generalidades, y las personas en medio de una crisis no
deberían ser evaluadas. Por esto y mucho más, recomiendo reservar el psicodiagnóstico para casos
―excepcionales‖ y buscar otros criterios para decidir si el padre o la madre es el más apto o el menos apto.

A continuación ejemplificaré algunos casos de establecimiento de régimen de visitas que a mi criterio actual
tenían que ver con la revinculación de la relación del hijo/a con el padre no conviviente.

CASO DE ESTABLECIMIENTO DE RÉGIMEN DE VISITAS A FAVOR DEL PADRE


PARTES:
Madre: Lidia, 34 años, docente terciaria
Padre: Esteban, 36 años, arquitecto
Hija: Mabel, de 4 años
ANTECEDENTES:

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Lidia y Esteban habían convivido durante 6 años. Cuando Mabel tenía 3 años decidieron separarse y la menor
quedó conviviendo con su madre. La separación se debió a una crisis de la pareja y a la necesidad de Esteban
de establecer distancia y recuperar aire; la convivencia le resultaba un encierro.
Al comienzo establecieron un régimen de visitas abierto: Esteban se quedaba cuidando a la hija en casa de Lidia.
Luego, con el paso del tiempo y a medida que ambos comenzaron a ―rehacer su vida‖, salir con otras personas,
la relación entre los adultos se deterioró.

PROCESO:
1ª ENTREVISTA CON LIDIA
Lidia manifiesta que el contacto de Esteban con Mabel es malo para la hija, quien se enferma cada vez que tiene
que verlo. Relata que la última vez que ―intentaron‖ que el padre se la llevara de visita, la nena lloró al irse. La
madre no aguantó, corrió al padre y a la hija y en la esquina le arrancó la nena de los brazos. Luego, hablando
con su psicóloga, decidió cortar las visitas con el padre. Todo fue dicho con sinceridad y convencimiento.
1ª ENTREVISTA CON ESTEBAN
Esteban que es el demandante; se presentó a la justicia para que le regulen un régimen de visitas con su hija,
con la esperanza de hallar un régimen que le permita evitar que la madre interfiera la relación padre-hija;
Esteban dice que Lidia es manejadora, que le impide continuar la excelente relación que tenía con su hija.
La mayor dificultad en el diálogo con Esteban era su convicción de que la solución completa pasaba por una
sentencia judicial a su favor y sanciones a Lidia. Le costaba aceptar la idea de que él necesitaba ―negociar‖ y
establecer algún ―plafón de acuerdo‖ con la madre de su hija para un futuro pacífico.
Esteban relata que a causa de Lidia, hacía 5 meses que escasamente podía ver a Mabel, la veía una vez cada
15 días y sólo por un rato; no la podía llevar a dormir a su casa ni tener un diálogo a solas con ella a causa del
llanto de la niña. Reconocía que la nena lloraba mucho cuando se tenía que separar de la madre, pero pensaba
que esto era un manejo de Lidia.
1ª ENTREVISTA CONJUNTA
Comienzo dando la consigna de mediación y trato de remarcar que trabajemos a favor de Mabel, quien necesita,
y afortunadamente tiene, un padre y una madre. El diálogo era difícil, ya que ambos hablaban respetando el
turno de hablar pero sin escucharse. Esta dificultad era tan acentuada, que me pregunté si era posible mediar en
este caso. Establecimos un régimen tentativo de visitas entre padre e hija y connoté el llanto y la enfermedad de
Mabel frente a las visitas como un conflicto de lealtades con ambos padres, situación que puedo garantizar que
es así en más del 90% de los casos.
Al mes siguiente Lidia logró un ascenso en su trabajo, lo cual la conectó más con el mismo. Estaba contenta y
necesitó mayor colaboración de Esteban en el cuidado de Mabel, y las visitas comenzaron a encarrilarse
positivamente.
Luego de dos meses, cuando estábamos en el cuarto encuentro, ocurrió una pelea entre Lidia y Esteban y los
síntomas de Rocío reaparecieron. Comenzamos a tener reuniones privadas con cada uno dado que no tenía
sentido llevar a cabo entrevistas conjuntas si ellos no se escuchaban entre sí.
Después de otra pelea con insultos, Lidia y Esteban entraron en un impasse. Lidia comenzó a darse cuenta de
que Esteban era el padre de su hija para siempre y Esteban, por su parte, tomó conciencia de que por muchos
años Lidia estaría entre él y su hija. Ambos parecían deprimidos, pero luego comenzaron a negociar, a
escucharse, lograron por primera vez ―ponerse en los zapatos del otro‖, y Lidia comprendió que Esteban quería
relacionarse con su hija y no arruinarle la vida a ella. Por su lado, Esteban pudo pensar que su hija tenía 4 años y
que por lo tanto necesitaba relacionarse con su madre tanto como con su padre; también comprendió que Lidia
―a su manera‖ defendía a su hija y que no lo hacía para castigarlo a él. En este nivel surgieron recuerdos de la
infancia de ambos y la relación con sus padres.
En la sexta entrevista establecimos el régimen de visitas amplio, para beneficio de Mabel, y completamos, una
lista de situaciones posibles que involucraban a Mabel, y los pasos que acordaban seguir frente a cada una de
esas situaciones. Realicé un seguimiento a los dos meses, a los seis meses y al año, el acuerdo seguía vigente
(a marzo de 1999); sólo hubo que realizar ajustes para situaciones de las vacaciones que no habían sido
previstas.

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Como les dije a Esteban y Lidia al comienzo, con la mediación nadie nace de vuelta, pero pudimos llegar a un
acuerdo luego de entender las necesidades de ambos y de Mabel. Pudieron separar sus peleas y rabias de su
función como padres, lograron negociar y acordar luego de darse cuenta de que no había modo de conseguir ser
ganadores sin herir a Mabel, y que ella necesitaba de una madre y un padre para crecer y desarrollarse.

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FAMILIA Y CONFLICTO

Las familias se caracterizan por tener relaciones de continuidad e interdependencia mayores que en otras
situaciones sociales. Las relaciones cercanas7 se caracterizan por vínculos fuertes, frecuentes y diversos que
involucran numerosas cuestiones y situaciones significativas emocionalmente para todos. La convivencia es
facilitadora de acercamientos y conocimientos como así también de prejuicios. Dado que conocemos o creemos
conocer a las personas con las que convivimos, tendemos a emitir juicios rápidamente sin necesidad de
preguntar, estableciendo desde nuestro interior explicaciones causales. Para Rubin8, como la familia tiene una
red de interacciones, cuando surge el conflicto las partes ―saben‖ los motivos subyacentes que han inducido la
conducta del otro. Respecto de la continuidad en las relaciones, Rubin la define como ―la intensidad de
experiencias que involucran a toda la familia‖.
Existen familias con características centrípetas (hacia adentro) que se aíslan y tratan de resolver sus conflictos
en la privacidad, transmiten que los vínculos de los miembros de la familia son lo verdaderamente importante,
generan relaciones positivas hacia el interior y negativas hacia fuera. ―Para un Pérez no hay nada mejor que otro
Pérez‖; ―Sólo en tus padres puedes confiar plenamente‖.
Otras familias tienen características centrípetas y tienden a no amalgamarse; frente a los conflictos sus
movimientos son expulsivos (hacia fuera), los jóvenes escapan o son echados del hogar y no hay tolerancia en la
interrelación ni espíritu de pertenencia. La sociedad de Estados Unidos, al promover la independencia temprana
de los miembros jóvenes, con una movilidad de no afincarse y cambiar rápidamente de residencia y de estado,
pertenece a esta segunda categoría.
Otra característica de las familias es la tolerancia hacia la diferencia y el modo de expresar el amor y el odio. Así
en algunas familias existe un amplio nivel de tolerancia hacia la conducta diferente y en otras no. Por otro lado,
existen familias en cuya relación prima el amor, y las peleas terminan en reconciliación, mientras que en otras las
disputas despiertan broncas y sentimientos vengativos que perduran.

Todas las características enunciadas son notorias en el momento de contraer matrimonio o formar pareja, pero
adquieren verdadera dimensión negativa en el divorcio o separación conyugal. Las diferencias entre los
cónyuges se transforman en buenas si provienen de la familia de uno y malas si vienen de la familia del otro.
Cuando los miembros de una pareja que vienen de subculturas diferentes se separan luego de convivir, emergen
las diferencias y se diluyen las cuestiones que tienen o creían tener en común. Uno se casa con el que creyó
encontrar y se divorcia del que realmente encontró.
Uno de los atributos necesarios para un mediador familiar, o un profesional que se adentre a trabajar con
conflictos familiares, es el sentirse cómodo de trabajar con las necesidades emocionales profundas de la familia.
Las características de interdependencia y continuidad aparecen involucrando completamente el nivel emocional-
espiritual. En situación de conflicto las partes tienden a perder la perspectiva del conflicto, y los conflictos tienden
a escalar.
Quisiera rescatar dentro de tanta bronca, dolor y desilusión que escala, la necesidad de la intervención de un
tercero neutral y flexible. Otra de las características de los conflictos familiares es que cambian de manera
drástica y rápida; el mediador debe ser sensible para captar los cambios y utilizar la energía que circula para
resolver el conflicto. La respuesta efectiva y flexible en conflictos familiares que escalan tiene que ver con la
―regla de cambio‖ o hacer lo opuesto a lo que se viene haciendo como modo de intentar un abordaje efectivo. A
mi entender, que el mediador no sepa qué se puede hacer, que se mueva como turco en la neblina, es bueno y
apropiado.
Volviendo a la flexibilidad, el mediador debe considerar todas las sugerencias o propuestas como meras
proposiciones; que resuelva el conflicto es el último movimiento, de cuya efectividad nos damos cuenta luego de
que ocurrió.

7
Kelley H. H. et al: Close Relationships, NY: W H Freeman & Co., 1983.
8
Rubin, Jeffrey
10
11
CASO DE ESTABLECIMIENTO DE RÉGIMEN DE VISITAS Y CUOTA DE ALIMENTOS PARA EL PADRE.
MEDIACIÓN CON PRESENCIA DE LOS ABOGADOS DE AMBAS PARTES, GRACIAS A LOS CUALES SE
LLEGA A ACORDAR

PARTES:
Madre: Miriam, de 34 años, empleada administrativa en una dependencia pública; convive con sus padres
Abogado: Dr. X
Padre: Hugo, de 45 años, egresado de Ciencias Exactas; trabaja en una empresa de servicios
Abogada: Dra. Z
Hijo: Aníbal, de 5 años

ANTECEDENTES:
Miriam y Hugo estuvieron casados durante 3 años, de los cuales convivieron por escasos períodos de tiempo, no
superando nunca períodos de algunos meses; frente a dificultades en la relación de la pareja, Miriam tomaba a
su hijo y volvía a vivir con sus padres.
Luego de la última separación, Miriam se fue a vivir con sus padres y Hugo con su madre. Los padres de Miriam
no aprecian a Hugo, y apoyan la separación de la pareja.

PROCESO:

1ª ENTREVISTA CON MIRIAM Y SU ABOGADO


El abogado es un profesional de amplia experiencia en el Derecho de Familia y representa a su cliente con
perseverancia y paciencia. Miriam tiene cierta dificultad para dialogar cuando las situaciones se vuelven difíciles
y tiende a cerrarse, a decir que no y a querer irse, reacción similar a la que tiene frente a situaciones donde se
siente presionada. Además, hay que explicarle todo con paciencia y dedicación exclusiva; si se habla sin
integrarla o dedicarle atención, se enoja. A raíz de su modo de ser y su convicción de que ella podría decidir que
su hijo se contactara o no con el padre, o que no pernoctara con él durante el tiempo que ella lo considerase
pertinente. No parecía poder distinguir o hablar sobre parámetros evolutivos de su hijo.
Viniendo de una familia tradicional, confía en su abogado como patriarca, sin embargo, transgredía algunas
cuestiones formales, como cumplir horarios y concurrir a sesiones en los horarios pactados, sin tomar conciencia
de las molestias que esto acarreaba. Aníbal no concurría al jardín porque había estado enfermo, y la madre
seguía pensando cuándo llevarlo nuevamente; tomar decisiones, aun pequeñas, no era tarea fácil para Miriam.
Durante la 1ª entrevista, el abogado de Miriam pidió caucus con la mediadora y explicó su preocupación por la
situación y por el modo de ser de su clienta.

1ª ENTREVISTA CON HUGO Y SU ABOGADA


La abogada de Hugo también es especialista en Derecho de Familia, es enérgica, decidida, siente que su cliente
no estuvo bien representado por la letrada anterior, y que deséa que no se repitan situaciones injustas para él.
Hugo es verborrágico, un poco incoherente, sigue su propio hilo de pensamiento, repite de modo perseverante
sus pedidos, habla sobre la rapidez con que Miriam entra en posiciones (se empaca) y como a ella le cuesta
dialogar.
El se presenta como una persona de perfil bajo, quiere mantener contacto con su hijo a toda costa, a punto tal
de querer aceptar cualquier pedido o suma que se le solicitara. En este sentido, ambos abogados funcionaron
como cable a tierra. Sólo casi finalizando la mediación, y frente a las idas y vueltas de Miriam respecto de no
permitirle vacaciones con su hijo, pareció rendirse y hablar acerca de que tal vez perdería a su hijo.

2ª ENTREVISTA (½ hora con cada parte)


Comienza con caucus para cada parte, sin abogados. Esta fue una sesión un tanto didáctica, donde la
mediadora explicó y relevó los puntos del proceso que ayudaban a cada parte, tratando de:
- distinguir los intereses de ambas partes,
11
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- distinguir los intereses del hijo,
- traer principio de realidad sobre lo posible respecto de las expectativas de cada parte,
- dar apoyo emocional a cada uno,
- darles ―tareas para pensar‖ y para que consulten con sus abogados

3ª ENTREVISTA
En esta entrevista se fijaron las pautas para las vacaciones de invierno, el pernoctar de Aníbal en la casa del
padre y el contacto con su madre en esos días. Luego hubo caucus de los abogados y la mediadora. Los
abogados defendían fuerte pero criteriosamente a sus clientes; cada uno veía al cliente de la otra parte como
más problemático que el propio. La abogada de Hugo quería pedir un psicodiagnóstico de la madre, y la
mediadora trató de mostrar y aclarar que ninguno de los dos era candidato al Premio Nobel a la Salud Mental, y
que podría ser el caso de estar frente a dos personas no del todo aptas para desempeñar el rol de padres.

Luego de varias dificultades para coordinar un nuevo horario,(Miriam no vino y no se pudo llevar a cabo la
sesión, en otra oportunidad avisó que no venía y también se levantó la sesión) se cito a otra sesión.
Puedo asegurar, sin faltar a la verdad, que el trabajo de todos los profesionales intervinientes fue fundamental
para llegar a un acuerdo. Finalmente se fijaron los alimentos, el régimen de visitas y se llegó a un divorcio de
común acuerdo.
El acuerdo fue posible por la presencia de los abogados, quienes colaboraron de modo pacífico, salteando
cuestiones irritativas, y colaborando en los puntos que podían llevar a acordar; ningún profesional interviniente
cobraba honorarios, aun cuando el empeño y el esfuerzo de todos no parecían demostrarlo. Por un lado el
abogado de Miriam actuaba con claridad y convicción en lo que respecta a preocuparse sobre las necesidades
del menor y de su cliente, sin embargo en todo momento dejaba claro que los derechos del padre a las visitas no
serían tocados por incumplimiento de alimentos, la abogada de Hugo lo defendía con firmeza y criteriosamente,
ella tenía claro las necesidades primordiales de Hugo respecto de pernoctar y tener vacaciones con su hijo, y
volvía una y otra vez a tratar de lograr ese objetivo; las cuestiones fueron tratadas con altura desde el derecho de
cada parte y del menor y no desde la falla de cada padre en su función.
Técnicamente la mediadora uso:
 caucus para lograr que las partes y los profesionales confíen en el proceso;
 el re-enmarcar y aclarar, para que las partes no entraran en posiciones y se pudiera avanzar;
 focalizar urgencias y prioridades del menor;
 tratar de usar criterios de legitimidad o evolutivos del hijo para avanzar;
 tratar de salir del litigio de los grandes, para centralizar en las necesidades del hijo en tener contacto con
ambos padres;
 el diseñar el acuerdo, y revisarlo cláusula por cláusula con ambos abogados y partes para que este acuerdo
satisfaga a todos los presentes.

TIPO DE REVINCULACIÓN II

Ya explique el tipo de revinculación donde hubo un corte de la relación sumada a guerra o debido a guerra entre
los adultos, o un comportamiento inadecuado de un adulto hacia menores o pares.
(Tipo I).
Voy a referirme ahora a revincular en los casos de relación negativa/ pelea o falta de diálogo, o comunicación
negativa, es decir hablar sólo para insultarse o destruir la propiedad del otro.
Primero me referiré a los conceptos teóricos que sustentan la utilización del proceso de mediación para la
revinculación, o por qué debiéramos usar la mediación.
Frente al conflicto entre vínculos familiares cercanos, en este caso hermanos, ante diferencias de criterios,
peleas y falta de diálogo, necesita pensar un abordaje pertinente. El esquema de la mediación nos sería útil en
estos casos debido a que:
focaliza en el futuro (relación y hechos)
establece criterios de legitimidad en la interrelación
12
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busca reorganizar la relación,
busca connotar positivamente,
permite re-enmarcar el conflicto,
mejora la comunicación,
mantiene la confidencialidad del proceso, y por lo tanto la privacidad
brinda un espacio para enunciar y aclarar las necesidades de todos y cada uno de los participantes

Hablamos de revincular cuando existió vínculo o a causa del parentesco familiar debiera o hay expectativas de
existencia de vínculo.

CASO DE REVINCULACIÓN DE HERMANOS QUE CONVIVEN JUNTO CON LA ABUELA MATERNA. LOS
HERMANOS NO SE HABLAN ENTRE SÍ, SOLAMENTE SE RELACIONAN PARA AGREDIRSE E INVADIR
PERTENENCIAS E INTIMIDAD DEL OTRO. (Relación negativa)

PARTES:

Gustavo: 27 años, empleado administrativo en una financiera.


Marcela: 24 años, empleada en un estudio jurídico.
Ambos conviven con la abuela materna de 76 años; la madre había muerto ocho años antes y el padre se había
vuelto a casar, vivía en una provincia norteña y se había desvinculado de los hijos desde el divorcio y nuevo
casamiento, anterior a la muerte de la madre.

ANTECEDENTES:
Gustavo y Marcela son hermanos que conviven con su abuela; su madre falleció de cáncer hacía ocho años, y
desde entonces ellos han tenido una relación negativa, a través de peleas. Las discusiones se debían a que
Marcela tocaba y tomaba pertenencias de Gustavo sin permiso. En un episodio de este orden, se empujaron,
habiendo escuchado Gustavo de que Marcela pensaba hacer una denuncia policial en contra de su hermano,
él se asustó y asesorado por una amiga abogada, se apresuró a ir a un Juzgado de Familia y reclamar por
―abuso psicológico, insultos y sustracción de papeles‖ de su hermana hacia él. Desde la muerte de la madre los
hermanos no se hablaban más que para insultarse.

ENTREVISTA TELEFÓNICA CON EL JUZGADO


Desde el Juzgado de Familia Nº 81 de Capital Federal, nos piden con insistencia una mediación e intentar una
revinculación, con el fin de que Marcela y Gustavo vuelvan a dialogar y relacionarse como hermanos. Debido a
que era a fines de diciembre y a la cercanía de las fiestas y dada la insistencia del juzgado, concertamos una
entrevista con ambas partes. La mediación se realizó con dos mediadoras, una abogada de alrededor de 30
años, la Dra. Felicitas Maciel, lo que permitió que por momentos funcionara en un nivel cercano a los hermanos y
yo, una psicóloga de 53 años, que funcionaba en un rol protector.

1ª ENTREVISTA
Primero llega Gustavo, y cuando entra Marcela no se saludan. Comienza la sesión, ambas mediadoras se
presentan y dan la consigna de mediación:
“Este es un proceso voluntario, ustedes están acá derivados por el juzgado, pero solamente esta primera
entrevista es obligatoria, no están obligados a volver a menos que sientan que el proceso les es útil y quieran
seguirlo.
Nosotras no tenemos poder de decisión, ustedes tomarán las decisiones. Vamos a tratar de ser neutrales;
ustedes contrólenos y avisen si les parece que perdemos neutralidad. Sí nos comprometemos a ser imparciales,
porque no obtenemos ningún beneficio del resultado de su conflicto.

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Deben tener claro lo que ocurre en el proceso, a eso lo llamamos “consentimiento informado”, es decir, que
deben tener claro si les conviene participar. Si llegan a acordar deben ser consecuentes de qué significa y en
que se comprometen para el futuro.
El proceso es confidencial, a menos que alguno de ustedes planee atacar al otro, cosa que esperemos no
ocurra, si no acordaran y el caso siguiera en Tribunales, nosotras no podemos ser citadas como testigos, de
hecho tenemos muy mala memoria, y sería difícil que recordáramos algo.
Las notas que tomamos serán destruidas al final, y son para ayudarnos a entender el proceso.
Vamos a tener reuniones conjuntas y privadas (caucus), ambas confidenciales.

Comenzó Marcela y contó que, luego de ocho meses de estar desocupada laboralmente, había conseguido un
trabajo y Gustavo, su hermano, quiso cobrarle todos los gastos comunes que había pagado por ella durante el
tiempo en que ella no trabajó. A ella le pareció injusto pues cuando su hermano estuvo en una situación similar
hacía un tiempo, ella se hizo cargo de los gastos y nunca le reclamó nada.
Marcela habla de modo desenvuelto, ―la tiene clara‖, a pesar de lo cual se le llenan los ojos de lágrimas
asiduamente. Parece ―atacar ― a su hermano, pero queda claro para las mediadoras que busca una cercanía
emocional positiva con su hermano mayor, en quien necesita apoyarse.
A Gustavo no le es tan fácil expresarse, esta tenso, como con temor de ser acusado, toda la situación y el haber
sido derivados de tribunales le es difícil de sostener, se expresa en modo lento reflexivo. Relata que viven con su
abuela materna, ya que la madre murió de cáncer hacía ocho años, y su padre rehizo su vida con un nuevo
matrimonio anterior a la muerte de la madre, vive en el norte del país y tiene escaso contacto con ellos. Había
una tía materna que los visitaba, que no era muy estable emocionalmente, y no podían apoyarse en ella, ni
contaban con ella. La abuela de 76 años, según lo que Gustavo relató, era una señora depresiva, anciana que
no se podía recuperar de la pérdida de su hija.
Para Gustavo todo estaba bien, a pesar que el y su hermana no se dirigían la palabra desde que murió su
madre, hasta que su hermana había quedado sin trabajo seis meses. El se había hecho cargo de todos los
gastos, y cuando ella había recuperado su trabajo, como secretaria en un estudio jurídico, él le reclamó el dinero
y a ella le había parecido injusto e inadecuado. Derivado de este hecho, también se refirió a la costumbre de su
hermana de ―meterse en sus cosas‖, por ejemplo, revisar su placard en su ausencia, o usarle el teléfono
inalámbrico; debido a ello, el conflicto había recrudecido, y las peleas aumentado. Gustavo cuenta que él y su
hermana no se dirigían la palabra, y que hablaban a través de la abuela o peleándose.

La pelea que causó este último conflicto se debió a que Marcela tomó un metro de madera y un destornillador de
la habitación de Gustavo. El se enojó mucho. Como ella se encerró en su habitación, él le golpeó la puerta
fuertemente y amenazó con tirarla abajo y pegarle, por lo cual al día siguiente Marcela dijo que iría a la
comisaría a hacer la denuncia por violencia e insultos. Atemorizado, Gustavo consultó con una amiga abogada,
quien le aconsejó ir a tribunales a plantear el problema.
Gustavo parece estar en posiciones9, no desea ceder frente a los requerimientos de su hermana, piensa que su
reclamo es justo y quiere la devolución del dinero gastado durante la época que Marcela no tuvo trabajo. Él dice
querer justicia y no desea ―hacer borrón y cuenta nueva‖
Fuera de esta situación de pelea, ambos hermanos están preocupados porque todavía no comenzaron la
sucesión de la madre y temen que el padre no firme el consentimiento de que el departamento en el cual viven
les corresponde a ellos dos. La relación con el padre no es buena y en general ambos hermanos temen hablarle,
y preferirían no tener que pedirle nada.

Durante la entrevista se trabajaron:


- similitudes y diferencias de criterio entre los hermanos
- problemas de comunicación entre ellos
- necesidad de familia (los dos transmitían esto)
- derecho a la privacidad de cada uno

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- necesidad de pedir al otro antes de hacer algo o juzgar al otro,
- necesidad de preguntar al otro antes de juzgar en caso de que les falte algo

Se trató de acercar a los hermanos para pensar acerca del patrón de relación y comunicación negativo que
tenían (pregunta que los sorprendió).
Gustavo y Marcela se presentan como dos chicos carenciados, necesitados uno del otro y de protección. Antes
de terminar, las mediadoras les pidieron feedback a ambos respecto de sí la sesión había sido difícil para ellos, y
si se sintieron comprendidos, respondiendo ambos que se habían sentido cómodos, escuchados y entendidos
manifestando su asombro por no haber recurrido antes a solicitar ayuda externa.

Parte de la técnica de la revinculación consiste, a veces, en dar tareas que conforman pasos hacia la resolución.
Se les dio como tarea conjunta para realizar durante la semana antes de la siguiente entrevista, ir a tomar un
café, o cenar sin mirar televisión y sin hablar los temas en litigio.

SIGUIENTE ENTREVISTA
Vienen juntos, charlando y riendo, dicen no haberse peleado. A Gustavo le resulta difícil hablar en general, y
además se define como obsesivo, por lo detallista y meticuloso.
La mediadora pregunta por parecidos físicos y de modos de ser de cada uno de ellos con su familia.

Marcela: el se parece a nuestro papá, que es perfeccionista.


Gustavo: ese es un problema, pero tiene sus ventajas, por ejemplo, en el trabajo.

Luego de hablar de encuentros y desencuentros de la familia, y ante la preocupación de Gustavo por el dinero
que su hermana le adeuda, se les solicita hacer la lista de gastos de la familia actuales, para tratar de
comprender cómo llega Gustavo a la suma de dinero que reclama.
Los gastos de la familia son muy limitados, escasos, siendo ellos muy cuidadosos. La abuela también aporta su
jubilación para las compras diarias. De los números surge que la división de los gastos es equitativa y similar
entre los hermanos.

Luego de tratar lo económico, se pasa al nivel emocional. Esta técnica deriva de que en la primera entrevista se
trabajó lo emocional (prioridad para Marcela) y en la segunda lo económico (prioridad para Gustavo). Es
importante que cuando las partes definen el conflicto en diferente nivel (emocional uno y económico el otro), se
trabajen ambos niveles con igual intensidad y respeto, sin priorizar uno sobre otro, ya que esto formaría parte del
prejuicio del mediador.
Pensamos también que la persona que siente estar afectada en su nivel económico debiera percibir algún
cambio o concesión por el otro lado, o al menos que su reclamo es tomado de modo serio. Ambas partes deben
sentirse entendidas en su reclamo, aun cuando no todos los reclamos puedan ser satisfechos. El mediador
debiera trabajar en paralelo ambos reclamos, brindándole un espacio a uno y otro, aun cuando es necesario
validar el pedido económico, creando un espacio para el reclamo, mientras que se valida paralelamente el
reclamo emocional, creando un espacio para el reclamo.

La mediadora le pregunta a Marcela cuál es el problema actual con su hermano.


Marcela: yo no siento que haya un problema, siento rabia con nuestra tía por como se comporto con la abuela en
las fiestas de fin de año.
Mediadora: (a Gustavo) cuál es el problema actual con tu hermana?
Gustavo: la deuda de dinero pendiente, y sus actitudes.
Mediadora: cuéntenos de sus actitudes dando ejemplos en cuestiones concretas, para poder entender.
Gustavo: Por ejemplo, se llevó mi teléfono sin pedirlo, y se le cayó; también me revisa mis cosas, yo me doy
cuenta que me abrió los cajones...

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Se trabaja en la entrevista la necesidad de Gustavo de restablecer la confianza en su hermana, y la necesidad
de Marcela de estar en contacto con su hermano, al menos con sus cosas. La mediadora trae sus propios
recuerdos de cuando ella era chica y su madre salía ella le revisaba los cajones etc. Parte de lograr un clima
emocional positivo de acercamiento, es traer relatos o anécdotas que permitan normativizar situaciones como
corrientes y esperables, dado que esa sensación produce alivio a las partes. En el caso de estos jóvenes, la
relación aparecía muy difícil debido a la falta de modelos familiares positivos y negativos, ya que no había
adultos cercanos que presenten modelos. Gustavo se refugiaba en su trabajo y en el perfeccionamiento de los
detalles, intentando suplir esa carencia, mientras que Marcela, más emocional, buscaba acercamientos, aunque
estos fueran negativos.
El permitir un espacio donde estas necesidades sean puestas en palabras permite circular buscando modelos o
formas de satisfacer las necesidades recientemente reconocidas. La necesidad de afecto de ambos sirvió de
catalizador del proceso, como asimismo la buena relación (rapport) establecida con las mediadoras.

En la siguiente entrevista se hace al comenzar un resumen de la situación actual.


Marcela: yo soy su hermana, desde que mamá murió las cosas fueron mal entre nosotros, cada uno asumió la
pérdida de diferente forma, cada uno se apoya en su novio/a, más que en el hermano/a, dejamos de confiar
entre nosotros, ahora con la mediación la cosa mejoró.
Gustavo: no coincidíamos en las decisiones a tomar, eso nos llevó a enfrentarnos.
Luego de hablar de situaciones de conflicto entre ellos, por cuestiones diarias, se les pregunta que harían de
diferente si discrepan en el futuro?
Lo cual lleva a proposiciones diversas, en general centradas en el cuidado y prevención de la ruptura de la
comunicación.
En las siguientes entrevistas, Marcela trae el tema de que cuando Gustavo estuvo sin trabajo, ella cubrió más
gastos y luego no reclamó nada, que le parece injusto que Gustavo reclame ahora.
Finalmente esta situación es solucionada, debido a que se hacen números acerca de los gastos de cada uno de
los periodos en los cuales ellos estuvieron sin trabajo, y frente a los números, Gustavo parece recobrar la
tranquilidad, saldando finalmente la deuda con el compromiso de Marcela de asumir los impuestos atrasados
actuales sin pagar, como su obligación a cumplir. Se buscaba de este modo el restablecimiento del sentido de
justicia dentro de la familia, ya que para cada uno de ellos la situación planteada por el otro era vivida como
altamente injusta. También se ponen de acuerdo en hablar con su padre para escriturar el departamento a
nombre de ellos dos, hecho que estaba pendiente
Se trabajó asimismo en las entrevistas finales de esta etapa la mejora de la comunicación y cómo actuar frente a
los desacuerdos.
Se fija una entrevista de seguimiento a los 4 meses

ENTREVISTA DE SEGUIMIENTO A LOS CUATRO MESES

Marcela y Gustavo, dicen estar mucho mejor en la relación entre ellos, ya no pelean tanto, relatan que en la cena
Marcela suele cocinar y Gustavo espontáneamente lava los paltos, y si él cocina ella lava. Marcela cuenta que en
el día de su cumpleaños él le dió un beso, y que cocino pizza para Marcela y sus amigas. Gustavo relata que la
relación mejoró también con los novios de cada uno, con los que se quedan conjuntamente charlando hasta
tarde en la noche.

ENTREVISTA DE SEGUIMIENTO A LOS SEIS MESES

Gustavo esta shockeado, ya que cierran la empresa en la cual trabaja, y nuevamente esta sin empleo. Tiene
ciertas reservas, Marcela esta muy nerviosa y dice que él no busca trabajo con seriedad, se levanta tarde y sale
poco.
Marcela dice estar apurada en vender el departamento de ambos para que ella se pueda comprar un
departamento con su novio, casarse y tener hijos. Ella expresa su necesidad de tener hijos antes de los 26 años.

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Gustavo parece un poco apático, depresivo, se intenta trabajar el cómo contemporizar las necesidades actuales
de ambos. Dadas las quejas y reproches que vuelven a circular entre ellos, las mediadoras deciden reabrir el
proceso, buscando apoyar a los hermanos en este período de pérdida de trabajo de Gustavo.

Marcela ve todo su futuro paralizado, y le parece injusto que ella no pueda seguir con sus planes de vida, vender
el departamento de ambos, comprar otro, casarse y tener hijos, debido a lo que ella denomina la parálisis de
Gustavo, ella dice que lo ve apático en buscar, por el otro lado dice necesitar una familia unida, que le gusta la
de su novio, que son como vei8nte personas muy unidas.
Las dificultades de los hermanos en esta segunda etapa, quedan estrictamente encuadradas dentro de la
problemática de la desocupación que paso a analizar a continuación.

ANÁLISIS DE LA DESOCUPACIÓN COMO CONTEXTO


El importante incremento de la desocupación no aparece separado de muchos conflictos familiares, siendo un
factor catalizador en el deterioro de muchas relaciones familiares. El desempleo es un fenómeno social pero es
vivido como crisis individual, despojado de su dimensión social.
El informe de 1986 de la OMS, señala al desempleo como una de las principales catástrofes epidemiológicas de
la sociedad contemporánea, que tiene actores responsables y víctimas de ello.
El riesgo a perder el trabajo se asocia a desamparo e inutilidad. Las tensiones creadas por el desempleo tienen
inmediata repercusión en la red familiar; ya que el trabajo proporciona un marco estable de cotidianeidad, da una
estructuración del tiempo de hábitos, costumbres, que se enraízan con sentimientos de auto-valor, auto imagen e
identidad. La falta de empleo despierta sensaciones arcaicas, primarias, de desamparo y de autovaloración.

En el caso de Gustavo, él es el hermano mayor, funcionó como tal y como jefe de familia, hace una vida acética,
vive siempre con el temor de no poder afrontar gastos económicos, de quedar desamparado, ha sido una guía y
un modelo para su hermana y para su abuela. Ellas se han apoyado en él, quien ha jugado el rol de persona
fuerte, ahora pasa su segundo largo periodo de desempleo, que lo encuentra con poco resto económico y con
muchos temores.
Quien ha perdido su trabajo se encuentra en situación de duelo, y un duelo remite a duelos anteriores, y reactiva
duelos y temores no resueltos del pasado, por ello Gustavo se presenta con tristeza, decaimiento físico,
disminución de la autoestima, y mucha incertidumbre sobre el futuro.
Marcela y Gustavo frente a la situación de desocupación, retroceden a una etapa más arcaica de relación de
reprocharse mutuamente, se exige al otro y se le muestra la propia disconformidad frente a como el otro es.
―La desocupación implica una ―pobreza de protección‖, que por lo traumático puede acarrear ―pobreza de
entendimiento‖: o sea un deterioro en la construcción del conocimiento critico sobre el quehacer cotidiano y la
información cada vez más fragmentaria que se recibe‖10. La pobreza de protección en el caso de estos hermanos
se inscribe en una historia de desprotección y pérdidas, la falta de trabajo lo lleva a Gustavo a enfrentar su
propio desvalimiento.
La inserción social y laboral es esencial para ―la salud mental producto de las relaciones sociales y su evolución
histórica, de la capacidad de desarrollar una perspectiva integradora de la realidad..... y construir con esta
vínculos activos, transformadores...‖ ―Por eso la importancia para la salud mental de un pueblo de aquellos
acontecimientos que afectan sustancialmente las relaciones humanas.‖11

CIERRE Y ACTUALIZACIÓN

Marcela finalmente se casó y quedó embarazada. Gustavo convive en el departamento con la abuela. Pensamos
que la revinculación ha sido positiva pues permitió a los hermanos el acercarse emocionalmente, aprender a

10
Aguiar Elina “ la desocupación: algunas reflexiones sobre las repercusiones sociales” rev de la Asoc Arg de psicologia y
psicoterapia de grupo. Buenos Aires Arg. 1997.-
11
Bermann S. “Trabajo precario y salud mental” Córdoba. Ed Narvaja Argentina 1995
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compartir y a convivir de modo respetuoso de las necesidades del otro, aun cuando las decisiones que tome el
otro sean diferentes.

CASO DE REVINCULACIÓN DE HIJO DE 11 AÑOS CON SU PADRE DIVORCIADO HACE 2 AÑOS DE LA


MADRE. AMBOS PADRES VUELTOS A CASAR, EL HIJO SE NIEGA A VER A SU PADRE.

PARTES:
Padre: Gregorio, 33 años, administrativo en un laboratorio medicinal, casado en segundas nupcias con Alicia.
Madre: Luisa, 30 años, casada en segundas nupcias con Lucas, de 42 años
Hijo: Marcelo 12 años.

ANTECEDENTES:
Ambos padres pertenecen a la iglesia evangelista, la madre cometió adulterio, por lo cual nadie le puede hablar
en la iglesia, la familia del padre y Gregorio mismo hablan mal de la madre y trata que el hijo se eduque
temeroso y dentro de los cánones de la religión, lo que acorde a lo dicho por Marcelo le es insoportable

PROCESO:
Primera entrevista con Gregorio, se manifiesta ansioso de ver a su hijo al que no ve hace 8 meses, critica
duramente a la madre, de la relación con ella dice:‖ no somos de los ex cónyuges que se llevan bien‖. El padre
expresa estar dispuesto a hacer cambios, para recuperar a su hijo.
Segunda entrevista: madre con hijo, hijo solo y madre sola. Durante el transcurso, Marcelo dice que‖ no quiere
ver a su padre que es un pesado, que le dice marica a los amigos, que no lo quiere llevar a los lugares que a el
le gusta, que hable mal de la mamá y de la abuela, que esta todo el día detrás de el leyéndole la Biblia, no quiere
verlo no lo aguanta e igual el padre nunca va a cambiar‖.
El discurso de Luisa, es mas contemporizador delante del hijo, dice: ‖Tu padre quiere verte, es tu padre tenés
que aceptar verlo......‖; pero en la entrevista a solas con ella, ella dice que en el juzgado le digieron que si el
chico no quería verlo no lo van a obligar....‖; le respondí, como siempre que el juez sabe que es mucha
responsabilidad y que va a ser malo para el futuro rol de padre de Marcelo, el echar a su padre, el juez no puede
obligar a un chico a querer a su padre, pero si puede indica, y se debe cumplir algún régimen de visitas hasta la
mayoría de edad, luego dependerá del hijo, como es la relación, explico que es una orden del juez y nadie la
puede modificar, y que es así siempre.
Segunda entrevista con el padre, le explique todas las quejas del hijo, explique que la condición de revinculación
era que el cese de hablar mal de la madre de su hijo ahora y hacia el futuro, a su vez lo hacía responsable de
cualquier comentario que hiciera su familia o hermanos, jamás podrían volver a hablar mal de Luisa, se le pedía
también que no persiguiera al hijo con la Biblia, respecto de ese punto se trabajo con el la relación con su propio
padre al cual el definió como ―fascista y católico nominal‖,
Tanto Gregorio como su madre eran de otra religión, ahora en la vida adulta su relación con el padre mejoró, el
entiende que su hijo sea rebelde, pues el recuerda serlo, piensa que su hijo se rebela potencializado por su
madre, a lo que le respondí que era una razón mas para llevarse mejor con ella y dejar de combatirla
La primer entrevista de revinculación, el hijo entró sin saludar al padre, comenzó a quejarse duramente del padre
y dijo que pensaba que era un caso perdido y que no iba a cambiar, el padre no podía hablar ni por teléfono mal
de la madre de su hijo, Marcelo expreso sus dudas respecto de que el padre pudiera cumplir se le indicó que el
cuide y vea lo que pasa, como la madre no estaba, según opinión de la mediadora, muy convencida con la
revinculación, y dado que actuábamos en co-medición, yo salía y hablaba con Luisa le servía café etc.
manteniéndola al tanto de lo que pasaba en la revinculación, en mi experiencia aprendí que si se integra a todos
los significativos la revinculación tiene mas chance de tener éxito, volviendo a la entrevista, establecí que nos
veríamos en dos semanas, el padre y el hijo tendrían una salida a los siete días, en este caso aprendí, tarde
pero aprendí, que cuando el chico casi adolescente esta fuerte, casi en rebeldía debe ser consultado al fijar los
pasos a seguir, como no lo consulté Marcelo no aceptó salir con su padre a los 7 días, pero lo llamó la tarde
anterior a la entrevista para decirle que quería ir a jugar fútbol, jugaron con el tío hermano del padre, quien por
18
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primera vez no criticó a Luisa, l salida fue buena, acorde a lo pautado y Marcelo comenzó a colaborar y creer en
los posibles cambios del padre.
La segunda entrevista de revinculación Marcelo estaba mas tranquilo, dibujo, partidos de fútbol, la relación fue
mas fluida, volví a salir a hablar con la madre, recuerden mi regla de oro, en la revinculación el que queda afuera
sabotea el proceso, todos deben estar al tanto de todo, respetando la confidencialidad la evolución del proceso
debe ser informada al progenitor que no participa de la revinculación.
Tercera entrevista de revinculación, entre la primera y segunda entrevista, habían vencido los términos de la
mediación, y los padres concurrieron a tribunales, donde Gregorio pidió el establecimiento de un régimen de
visitas, el secretario de juzgado le aconsejó que logre uno consensuado. Gregorio vino un poco molesto e irritado
pidió que si la madre lo sacaba de viaje, como había ocurrido la semana anterior el quería ser informado‘,
Marcelo explicó que el se había olvidado de avisarle, aclaramos esa situación, luego le pedí en una de mis visitas
a la madre que estaba afuera que ella se asegure que el papá sea informado de los viajes del hijo, y que ese era
un pedido que se cumpliría a dos vías, se concertó en ese ir y venir, como sería el régimen de visitas para las
vacaciones, ambos padres acordaron un régimen amplio para que el chico pueda pasar con ambos padres la
mayor cantidad de tiempo y que pueda disfrutar todas las vacaciones posibles, debiendo el progenitor con el cual
Gregorio pernoctase responsabilizarse de que hubiese comunicación telefónica con la otra parte.

EN EL NOMBRE DEL HIJO


Janet Johnson, Australia (AFM Cape Cod 1997)
La necesidad del mediador de saber más sobre los hijos de familias conflictivas y violentas
Según Haynes, no hace falta saber más sobre resolución de conflictos. Creemos que es necesario saber sobre
los chicos. Pienso que este tipo de conocimiento los va a ayudar a ser mejores mediadores. Este conocimiento
cambiará el proceso y ayudará a evitar el impasse. El entorno familiar en caso de familias violentas se
caracteriza por:
a. desconfianza mutua
b. caos
c. bronca
d. amargura
e. proyección de la bronca en el otro

A la sombra de la violencia doméstica y el temor de la recurrencia, los ex-cónyuges reconstruyen la identidad del
otro de modo polarizado y negativo; se mezclan uno con otro de modo negativo. Fueron familias disfuncionales
antes de que la familia se divorcie.
Las visiones negativas extremas son exageradas y salen de la humillación y el rechazo inherente al divorcio. Hay
separaciones dramáticas con traiciones que llevan a confirmaciones ―sociales‖ negativas, y si esta gente se pone
difícil en el campo del litigio, van a empeorar. La gente que ha sido humillada tiene dificultad para manejar la
vergüenza y salvar la imagen.
En el divorcio, el rechazo está unido a no servir, ser malo, y la gente trata de proyectarlo en el otro. Así, el que se
divorcia es el bueno que se quiere sacar al otro de encima. Los padres que no manejan bien la humillación
desarrollan más creencias que el otro padre es malo, no creíble, irresponsable y, en contraste, es el responsable.
De este modo distorsionan la preocupación del chico por el otro padre. Una señora que siente que el marido es
negligente, cuando el chico vuelve, va a revelar esos aspectos. El chico que está pasando el duelo es ignorado y
negado.
Los padres niegan algunos aspectos que la madre interpretará de modo incorrecto -la tristeza y el dolor por
haber dejado de vivir con el padre- y la realidad emergente del chico quedará distorsionada. (Rubin: ―distorsión
selectiva de la percepción‖). La insidiosa consecuencia, es que pierde el contacto con la realidad y queda
involucrado con uno de sus padres.
Los padres, en casos extremos, pueden desarrollar y proyectar ideas paranoicas de traición, conspiración y
explotación por el ex-cónyuge. Lo hacen pasar por una figura peligrosa de la cual el chico debe ser rescatado.

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¿Qué pasa con la autonomía del chico? Su experiencia es negada, y el chico queda atrapado en el doble vínculo
(fiel a uno e infiel al otro). El chico es como el desecho tóxico de un padre.

Vulnerabilidad de los padres a la separación y la pérdida

La consecuencia es mayor si uno tiene registros de pérdidas difíciles anteriores, y es aún peor cuando uno tuvo
infancias difíciles. El divorcio despierta temor al abandono, sensaciones de ser descartado.
El hijo puede quedar atrapado en ser un sustituto del cónyuge perdido y se desarrolla en el chico una ansiedad y
hostilidad que se manifiesta cuando el chico visita al padre.

Ejemplos:
a. Una madre con ataques de pánico que se tranquilizaba sólo con el contacto físico de su hijo.
b. Un padre que le transmitía al hijo de 2 años de edad que podría morirse si no estuviese él allí.
c. Manejar al chico como un arma o moneda de intercambio; el chico es cosificado y tratado como si fuera un
objeto y no una persona.

Resultados:
a. chicos sensibles a sensaciones de fragmentación del self;
b. dificultad en establecer relaciones estables de confianza con otros;
c. chicos que pueden actuar de modo contradictorio y diferente con cada padre porque no tienen claro qué
necesita cada uno:
Pueden ser agradables con uno y desagradables con el otro, lo que deriva en culpas y desconfianza mutua; los
padres desarrollan cuestiones opuestas y simplistas, blanco o negro.

Son chicos que tratan de satisfacer las necesidades de sus padres y evitar la rudeza de los mismos. Estos chicos
:
1. suprimen la bronca,
2. tratan de construir el mundo de un modo concreto y utilitario,
3. tienen modos de ver idiosincráticos y no realistas;
4. muchos tienen una visión pesimista,
5. son ansiosos y sufren de síntomas como dolor de cabeza y estómago,
6. sufren trastornos de sueño y regresiones.

Para que los mediadores puedan intervenir, debe haber un reconocimiento. Las defensas de fragmentación del
menor deber ser reconocidas y entendidas fuera de la perspectiva parcial de cada padre; cada uno da un parte.
Sólo luego de re-enmarcar las necesidades y preocupaciones evolutivas del hijo se puede construir una alianza
con cada padre desde una posición neutral.

Por esta razón, vamos a ver las amenazas en cada nivel evolutivo:
1. Cuanto más pequeño es el niño, más intenso y prolongado será el conflicto, y más se van a encontrar estos
patrones.
2. No todos los chicos van a pasarla de un modo tan desastroso; hay otras variables como hermanos, amigos,
recursos personales, el ser atractivos que les mejora el dominio.

Las cuestiones más comunes son las siguientes:

Niño hasta dos años: Impacto de la separación temprana y la individuación de los padres.

Existen estudios sobre la individuación:


1. El padre suficientemente bueno responde empáticamente de modo justo; el padre/madre le da la respuesta
que necesita o los cuidados primarios (generalmente, en este caso es la madre).
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2. El bebé usa a la madre como estación de reabastecimiento:
a) Los infantes se alejan y vuelven buscando reaseguro.
b) La madre es referencia social de que es seguro y placentero en el pequeño mundo.
c) Hay rituales familiares donde la madre introduce y apoya al padre (―papá llegó‖). La madre es un escalón;
d) cuando la madre lo deja con alguien que el bebé no conoce, la madre prepara al hijo, le cuenta, lo presenta
y favorece el pasaje para que el chico se sienta seguro cuando la madre no está.

 Si comparamos esta experiencia con lo que ocurre en el divorcio, donde la madre está ansiosa, fóbica, con
rabia, odios que se transmiten también en el meta mensaje, temores que pueden ser provocados por la
rabia, peleas, empujones, así la transición de la madre al padre se llena de temor, rabia y abandono.
 Los chicos sufren la pérdida de apoyo y sostén de la madre; ella no quiere al padre y deja de ser facilitadora
del pasaje al padre.
 El chico teme que la madre lo abandone. Si quiere al padre, lo que el chico pierde es el acceso a la
―memoria de la madre buena‖, que gradualmente el chico internaliza y lo acompaña. Esa madre buena sirve
para equilibrar internamiento momentos difíciles.
 A raíz de esta percepción distorsionada de la madre hacia el padre, el chico queda como proyección primitiva
de lo que es malo, atemorizante e inseguro.

Si el menor no puede integrar el sentido de bueno y malo de la madre y con el sentido de bueno y malo del
padre para percibirlos como entes autónomos, no va a lograr ―la consistencia del self y el objeto‖, es decir, el
chico retiene un sentido fragmentado de sí mismo. Se siente todo bien cuando son apoyados por otro y todo mal
cuando son alienados por otro, y ven a los demás como extensiones de sí mismos: si el otro me gratifica es
bueno y si me frustra es malo. El chico queda parado en esa posición.

Ejemplos:

Michael, de 8 años: inestable en la autoestima (agrandado o auto-menospreciado)


Idealiza o controla a sus amigos. Le resulta difícil separarse de la madre, vómitos, le cuesta ir a dormir sin la
madre (lo que sería lógico a los 2 años y no a los 8).
No tiene sentido consistente de sí mismo. Estos chicos deben vigilar continuamente. En la fragmentación,
Michael refleja las necesidades del padre. Este falso self tapa las necesidades del verdadero, está avergonzado.
La autonomía es aplastada porque el chico sabe que puede ser abandonado por el padre si sale el verdadero
(que el padre está desequilibrado). Los chicos se avergüenzan de su verdadero sentir. El chico tiene pocos
recursos.

Sandra, de 10 años: tipifica las restricciones generalizadas, tiene vergüenza, en terapia es controlada. La
contratransferencia es frustración, inutilidad y aburrimiento. Estos chicos son difíciles de tratar; evitan las
relaciones cercanas. A veces son malhumorados porque logran la atención. Los padres los ven bien (no dan
problema).
¿Qué pasa en el Edipo? La fragmentación está.

Natán, de 4 años: oposicionista. Cuenta que un chico se cae en un pozo y es obligado a casarse. Este chico fue
abandonado por el padre.

María, de 5 años: abandonada por la madre. Sentía la victoria sobre ella. Cuenta que la nena va a ser dada en
adopción y la van a matar.

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Residencia del Traductorado en Inglés
Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas ―Juan Ramón Fernández‖ - Universidad de Buenos Aires
(UBA)
Facultad: Derecho y Psicología
Cátedra: Programa de Actualización en Negociación y Mediación
Titular: Dra. Sara Horowitz
Texto: ―Deter, Compel or Negotiate?‖
Autor: Roger Fisher
Residentes: Analía Galli y Sofía Mitchelstein
Tutora: Prof. Raquel Albornoz
Fecha: agosto de 2000

¿Disuadir, Imponer o Negociar?


Roger Fisher

Durante más de cuarenta y cinco años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la política de disuasión
pareció dar resultado. Estados Unidos y la OTAN hicieron una serie de amenazas y advertencias acerca de las
consecuencias desastrosas que produciría un ataque militar soviético a Europa Occidental. Ese ataque nunca se
produjo. La capacidad militar superior y las amenazas militares parecían eficaces.
En los últimos años, se produjeron cambios. Estados Unidos se dio cuenta de que tener una fuerza
militar superior y proferir amenazas ya no da resultado. Esas amenazas no evitaron la agresión serbia a Bosnia,
no pacificaron a los señores de la guerra somalíes, no reinstauraron al presidente Aristide en Haití ni pusieron fin
al aparente esfuerzo de Corea del Norte por conseguir armas nucleares. En realidad, todos los casos citados han
demostrado la aparente incapacidad de Estados Unidos y las Naciones Unidas –a pesar de la evidente
superioridad militar y económica– para resolver estos conflictos. Se ha amenazado con imponer sanciones y
también se las ha aplicado sin que se logre tener éxito.
¿Qué es lo que ocurre? ¿Por qué razón Estados Unidos, que durante cuarenta y cinco años
aparentemente pudo ejercer influencia sobre las decisiones de la superpotencia soviética, que contaba con
armas nucleares, ahora no puede influir en las decisiones de Serbia, Croacia, Bosnia, Somalia, Haití ni Corea del
Norte, incluso con el apoyo de las Naciones Unidas y muchos otros gobiernos?
De los numerosos factores que favorecen esta situación, uno que con frecuencia se pasa por alto, pero
que es muy elocuente, es la diferencia de objetivos. Durante la Guerra Fría, nuestro objetivo era la disuasión:
queríamos ejercer influencia sobre un grupo de líderes para que se abstuvieran de adoptar un nuevo plan de
acción. Nuestros esfuerzos estaban dirigidos a mantener el statu quo. Durante los últimos dos o tres años, en
todos los casos citados más arriba, nuestro objetivo ha sido lo que Thomas Schelling denomina imposición1.
Queremos ejercer influencia sobre un grupo de líderes para que tomen una nueva decisión: la de cambiar el
plan de acción actual. Sin embargo, en la mayoría de los casos se ha tratado de utilizar fundamentalmente el
mismo método de influencia que se empleó para disuadir, es decir, lanzar amenazas e imponer exigencias
desde la distancia. Cuando lo que queremos es producir un cambio de conducta, los métodos utilizados para
disuadir rara vez dan resultado.
Por similares que puedan parecer dos exigencias, hay una enorme diferencia entre decir "No comiencen
a agredir" y "Dejen de agredir" y entre decir "No pise el césped" y "Corte el césped". Una amenaza hecha a
distancia (como un cartel que diga: "Los que pisen el césped serán procesados") bien puede bastar para disuadir
a una persona de que pise nuestro césped. Pero es poco probable que obtengamos resultado alguno si

Roger Fisher es director del Proyecto de Negociación de la Facultad de Derecho de Harvard, 524
Pound Hall, Cambridge (Massachusetts), y además profesor emérito Williston de Derecho en la
misma facultad. Su último libro (escrito junto con Elizabeth Kopelman y Andrea Kupfer Schneider) se
titula Beyond Machiavelli: Tools For Coping With Conflict y fue publicado en 1994 por Harvard
University Press. También es coautor de Getting to YES, cuya segunda edición fue publicada en 1991
por Penguin Books.
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amenazamos al hijo de un vecino con que sufrirá graves consecuencias si no corta el césped de nuestro jardín.
El muchacho querrá saber qué césped hay que cortar, cuándo y cuánto le vamos a pagar, si es que le pagamos.
La manera más eficaz de que corte nuestro césped es negociar con él.
Luego de presentar un breve diagnóstico del problema, me ocuparé del objetivo de este artículo, que es
hacer tres observaciones:

1. Lograr que una persona se abstenga de hacer algo es distinto que obligarla a que haga algo, y
mucho más fácil. A menudo, no notamos la diferencia que existe entre estos dos objetivos porque, al igual que
los encargados de formular políticas, nos centramos en nuestra decisión– ¿Intervenimos? ¿Qué debemos
hacer?–, y no tenemos en cuenta qué piensa la otra parte acerca de la decisión que queremos que tome.
2. Los métodos disuasivos –amenazar y exigir desde la distancia– parecían servir para disuadir a
los soviéticos de iniciar una agresión, y tal vez es por eso que seguimos utilizándolos aunque nuestro objetivo
haya dejado de ser la disuasión y haya pasado a ser la imposición.
Cuando lo que queremos es modificar el statu quo, el mejor método es iniciar negociaciones, y no optar por
amenazas ni exigencias.

Diagnóstico del problema

En términos generales, en el arte de gobernar, al igual que en otras formas de interacción humana, hay
tres maneras fundamentales de lograr que se cumpla un objetivo:

La autoayuda. Nosotros mismos producimos materialmente el resultado deseado, sin necesidad de


modificar lo que piensan otras personas. A modo de ejemplo, pueden citarse la conquista de la Alemania nazi
hectárea por hectárea por parte de los Aliados, y la entrega de alimentos a personas hambrientas.

La educación. En este caso, el éxito para nosotros depende de que modifiquemos los conocimientos,
la manera de pensar o las creencias de otras personas. Algunos ejemplos de este proceso son la propaganda
política, la publicidad institucional, el bombardeo que se llevó a cabo en Camboya para que se considerara a
Estados Unidos un país "con mano dura", el viaje del presidente egipcio Anwar Sadat a Jerusalén para cambiar
la actitud de Israel y aquello que hacemos para mejorar nuestra reputación.

La influencia. Cuando queremos ejercer influencia sobre otros, el éxito no depende sólo de que
hagamos cambiar la manera de pensar de esas personas, sino de que modifiquemos también su decisión. Un
ejemplo de influencia es la actitud que estamos desplegando en el caso de Bosnia, Haití, Corea del Norte y,
cómo las tropas están retirándose, en Somalia.

Al seleccionar el medio que utilizaremos, es necesario tener en cuenta cuáles son nuestros fines. Si
tenemos la capacidad de lograr el resultado deseado por medio de la autoayuda y si estamos preparados para
correr los riesgos y para pagar el precio que sean necesarios, no hay necesidad de educar ni de persuadir a
nadie. Existen métodos más directos. Así, por ejemplo, en Somalia fue posible brindarles alivio a los hambrientos
por medio de una mínima intervención militar. Con este tipo de intervención no se pudo obligar al general
Mohammed Farah Aidid a que renunciara al poder ni a que creara un ambiente en el que pudiera prosperar la
democracia. Para lograr estos objetivos, se requiere ejercer influencia y educar.
Cuando nos planteamos de qué manera lograr nuestros objetivos en el mundo, solemos analizar la
situación y tener en cuenta nuestros cursos posibles de acción. Con total naturalidad, nos centramos casi
exclusivamente en nuestro propio dilema: "¿Qué hacemos?". Sin embargo, una vez que hemos decidido que el
medio para alcanzar nuestros objetivos ha de ser influir en las decisiones de otra persona, tenemos que
cambiar de enfoque. Debemos centrarnos en las personas sobre las que tratamos de influir, y pensar en el
dilema de ellas y no en el nuestro: "¿Qué sienten cuando les pedimos que tomen determinada decisión? ¿Cómo
les cae tener que tomarla? ¿Por qué razón todavía no la han tomado?". Y sólo después de responder todos

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estos interrogantes debemos preguntarnos qué podemos hacer para que sea más probable que hagan lo que les
decimos.

La disuasión
Durante la Guerra Fría, Estados Unidos trató de disuadir a la Unión Soviética de emprender un ataque
militar contra Europa Occidental. Nuestro objetivo era ejercer influencia sobre los líderes soviéticos para que
siguieran sin tomar una medida que hasta entonces no habían tomado. El método que se utilizó consistía
fundamentalmente en una comunicación unilateral a distancia en la cual transmitían exigencias y amenazas o
advertencias sobre lo que podría suceder si no se cumplía con tales exigencias. Lo que exigíamos era, en
esencia, que se mantuviera el statu quo. Para cumplir con esa exigencia, los funcionarios soviéticos tenían que
enfrentarse con una elección que, por muchas razones, era sencilla.
La inercia gubernamental –la tendencia de una burocracia a seguir haciendo lo que viene haciendo–
juega un papel importante en estos casos. Cuando estamos a favor de mantener el statu quo, la inercia está de
nuestro lado. Cuando tratamos de que se produzca un cambio, luchamos contra la inercia y nuestra tarea resulta
mucho más difícil. Sin embargo, ¿qué entendemos exactamente por "inercia"? En los próximos párrafos, trataré
de desentrañar el concepto de "inercia" estableciendo algunas categorías más esclarecedoras.

La evaluación de las consecuencias de por sí favorece el statu quo. Las personas que se encargan de
tomar decisiones lo hacen basándose en una evaluación de las consecuencias que trae aparejadas optar por
una alternativa u otra. Suelen elegir el camino que, visto y considerando las opciones, produce las
consecuencias más beneficiosas o menos perjudiciales. Desde el punto de vista del gobernante sobre el que
deseamos influir, cuando nuestro objetivo es disuadir, sólo estamos contribuyendo a reafirmar la posición de
mantener el statu quo que éste ya había adoptado tras evaluar las consecuencias. Al amenazar a la Unión
Soviética con una brutal venganza si atacaba Europa Occidental, simplemente le comunicábamos a Moscú que
además de todas las razones que ya consideraban convincentes para no hacerlo, ahora tenían otra más: el
riesgo de sufrir una venganza militar en caso de que decidieran no mantener el statu quo y lanzar un ataque.

No hay necesidad de tomar una nueva decisión. Los grupos de líderes que se ven enfrentados a una
amenaza disuasiva no necesitan plantearse qué hacer; ya lo están haciendo. Para el gobierno sobre el que
tratamos de ejercer influencia, es sencillo cumplir con nuestras expectativas: no tiene que hacer nada nuevo. A
los organismos colectivos como los gobiernos les resulta difícil tomar decisiones. En cambio, no tomar decisiones
es sencillo. Ni siquiera es necesario que se planteen todo lo que no están haciendo.

No hay necesidad de saber cuáles son las consecuencias que se evitan. Las amenazas pueden ser muy
ambiguas en lo que respecta a qué hecho provocará que éstas se cumplan, qué consecuencias es posible que
acarreen y qué probabilidad hay de que se produzcan tales consecuencias. Hasta las amenazas vagas e
imprecisas pueden servir para disuadir. Como sugerimos antes, un simple cartel que diga: "Los que pisen el
césped serán procesados" puede bastar para que las personas pasen por otro lado sin que sepan qué significa
exactamente la palabra "procesado" ni cuáles son las consecuencias probables de un juicio. Evitar los riesgos y
la incertidumbre es una buena razón para abstenerse de hacer algo y, además, es fácil de justificar.

No hay necesidad de convencer a nadie. Mantener el statu quo es fácil para un grupo de personas, en
parte porque también es fácil para cada uno de sus integrantes. Presentar una propuesta nueva para hacer algo
distinto de lo que se viene haciendo no sólo implica un arduo trabajo; también es probable que resulte difícil
convencer a los colegas de que la idea es buena. Los funcionarios gubernamentales suelen ser muy hábiles
para desechar nuevas ideas: "Nosotros no hacemos las cosas así", "Jamás lo hicimos" o "Una vez intentamos
hacer algo parecido, pero no dio resultado". Otra de las razones por las que es fácil mantener el statu quo es que
habitualmente no hay que convencer a nadie de nada.

No hay necesidad de comprometerse. Un gobierno puede seguir haciendo lo que estaba haciendo sin
comprometerse a continuar manteniendo esa misma política. Al no tomar una decisión ahora, el gobierno como
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un todo y cada uno de sus funcionarios individualmente no descartan ninguna alternativa. No modificar el statu
quo es fácil, en parte porque permite que siga existiendo la posibilidad de hacerlo después. En cambio, si un
gobierno decidiera modificar el statu quo –particularmente en el caso de un ataque soviético a Europa
Occidental– no habría posibilidad alguna de volver al statu quo. Este hecho contribuye aún más a que se opte
por no hacer nada por el momento.

No hay necesidad de contar con más información. Por último, otra de las razones que hacen que a un
gobierno le resulte fácil mantener el statu quo es que puede hacerlo sin necesidad de obtener más información.
Los funcionarios están muy familiarizados con las consecuencias de lo que están haciendo. Además, opinan que
más vale malo conocido que bueno por conocer.

Con los años, nos dimos cuenta de que un simple cuadro puede proporcionar bastante información para
ayudar a comprender el impacto que producen estos factores. El denominado cuadro de "elección percibida
actual" a menudo revela con más claridad por qué razón una persona actúa –o deja de actuar– como
quisiéramos.
El primer paso para comenzar a trabajar con el cuadro es elegir una persona que forme parte del
gobierno sobre el que tratamos de influir, ya sea real o hipotéticamente. Para que un grupo tome una decisión,
uno de sus miembros primero tiene que proponer qué decisión tomar. Las ciudades como "Washington" y
"Moscú" no toman decisiones: las toman personas. Es útil tener en cuenta cómo le puede caer determinada
elección a una persona en particular y no a un gobierno despersonalizado.
Una vez que seleccionamos a la persona encargada de tomar las decisiones, formulamos una pregunta
crítica de la manera en que tal vez la perciba ese individuo. Por ejemplo, le preguntamos imaginariamente a un
líder soviético: "¿Qué es lo que ellos le piden que haga?". "Ellos" podría referirse a las Naciones Unidas, a
Estados Unidos o a algún otro adversario. ¿Cuál sería la respuesta probable del líder soviético? De todos los
temas con los que posiblemente se enfrente, seleccionamos uno que parezca importante y representativo, como
por ejemplo: "Quieren que acepte todas esas resoluciones de las Naciones Unidas" o "No quieren que
ataquemos Europa Occidental".
Tomamos uno de estos temas y luego tratamos de imaginar lo mejor posible qué es lo que podría llegar
a pensar ese gobernante sobre las consecuencias que se producirían si dijera que sí a lo que cree que le están
pidiendo que haga, y qué pasaría si dijera que no. Para confeccionar con la mayor exactitud posible este
cuadro de elección percibida actual hay que tener en cuenta no sólo lo que venimos diciendo y haciendo, sino
también todo lo demás. Habitualmente, comenzamos por la columna del sí cuando confeccionamos este cuadro,
en el que tratamos de determinar las consecuencias más importantes de que se tome una decisión. En el caso
de la disuasión, sabemos que, hasta ahora, la evaluación de las consecuencias arroja un resultado que favorece
la decisión de abstenerse de actuar.

Cuadro 1
POR QUÉ LA DISUASIÓN ES FÁCIL
Elección percibida actual de un funcionario soviético durante la Guerra Fría
Pregunta: ¿Sigo sin proponer que se emprenda un devastador ataque militar contra Europa Occidental?

SI DIGO QUE SÍ SI DIGO QUE NO


+ Mi tarea es fácil. No tengo que trabajar. - Mi tarea es difícil. Tengo que pensar qué proponer.
+ Corro pocos riesgos. Sigo apoyando la política - Es arriesgado. Proponga lo que proponga, parecerá
actual. que estoy en contra de la política actual.
+ Al gobierno le resultará fácil. - Mi propuesta inmediatamente causará divisiones.
+ Continuar con la política actual no requiere que se - Será sumamente difícil decidir qué tipo de ataque
tomen decisiones difíciles. emprender y dónde y cuándo hacerlo.
+ Mis colegas seguramente coincidirán conmigo. - Mis colegas seguramente no coincidirán conmigo.
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+ Si coinciden conmigo, no ponemos en riesgo al - Si coinciden conmigo, ponemos en gran riesgo al
país. país.
+ Si otros proponen esta política, la culpa no será - Si otros no están de acuerdo con mi propuesta,
mía. parecerá que me equivoqué.
+ Ni el gobierno ni yo descartamos ninguna opción.

Este cuadro sugiere lo que puede haber pensado acerca de una elección como ésta un alto funcionario
soviético durante la Guerra Fría.
Como muestra el cuadro, para un grupo de funcionarios gubernamentales es fácil no tomar la decisión de
cambiar la política actual. Cada día que pasa sin que dicho gobierno tome una decisión representa un triunfo
para nosotros. Es posible que a menudo el gobierno que queríamos disuadir no haya tenido el propósito de
tomar la decisión que le pedíamos que evitara ni haya estado interesado en hacerlo. Al igual que el famoso
cuento del hombre que, cuando quería que los elefantes no se acercaran a su casa, lo único que hacía era
cruzar los dedos, una política cuyo objetivo es conseguir que un país no actúe de determinada manera puede
parecer exitosa cuando, en realidad, los resultados obtenidos no son mérito de ella.
Nuestra decisión también es fácil. Decidirse a lanzar una amenaza disuasiva para mantener el statu quo
habitualmente no es difícil. No hay necesidad de hacer múltiples consultas ni lograr total consenso con los países
aliados y tampoco con otros miembros del gobierno. A menudo, un solo funcionario de alto rango unilateralmente
puede hacer una advertencia pública acerca de las graves consecuencias que podrían producir las medidas de
otro gobierno. Esa amenaza puede proferirse sin definir con exactitud qué conducta produciría una reacción
militar o en qué consistiría tal reacción. Además, parece fácil postergar nuestra decisión de cumplir la amenaza
o no, y de cómo llevarla a cabo. Por el momento, sólo se necesita producir una sensación de riesgo. Desde
luego, la amenaza puede resultar embarazosa cuando el gobierno que la lanzó debe elegir entre cumplir algo
que resultó ineficaz pagando un precio alto o quedar como un "tigre de papel". Pero esto puede tomarse como un
problema hipotético del futuro; ahora nos hacemos los duros e inflexibles. Además, la amenaza quizá dé
resultado. Por eso es que a menudo se las lanza.

La imposición
Si nuestro objetivo no es mantener el statu quo sino modificarlo, la situación cambia. La diferencia entre
una amenaza disuasiva a favor del statu quo y una amenaza coercitiva destinada a modificarlo –diferencia
que señaló Schelling hace unos treinta años– nunca se ha tenido suficientemente en cuenta. La diferencia de
objetivos es de crucial importancia. Es mucho más fácil disuadir a alguien de hacer algo antes de que comience
a hacerlo, que interrumpir una acción ya iniciada. No tomar una decisión es sencillo. Decidirse a elegir un nuevo
curso de acción es mucho más difícil.
En la mayoría de los casos, cometemos el error de centrarnos en nuestro dilema y no en el de las
personas sobre las que queremos influir. Y quizás, como la disuasión parece haber dado tan buen resultado,
seguimos utilizando el medio que empleamos para disuadir a los soviéticos de iniciar una agresión: el de lanzar
amenazas e imponer exigencias unilaterales desde la distancia.
Cuando lo que queremos es modificar una conducta, los métodos empleados en la disuasión rara vez
dan resultado. El efecto de la inercia burocrática ahora se nos vuelve en contra. Una vez que se ha lanzado un
ataque militar o se ha emprendido algún otro curso de acción, lograr que se decida revertir la situación se torna
mucho más difícil por numerosas razones. Estas razones resultan evidentes cuando tenemos en cuenta el
dilema al que se enfrentan las personas sobre las que tratamos de influir.

Tomar una nueva decisión. Antes de que podamos convencer a un gobierno u otro organismo de que
haga una cosa distinta de la que está haciendo, alguien tiene que proponer qué decisión tomar. Seguramente
será muy difícil hacerlo. Durante toda la Guerra de Vietnam, Estados Unidos trató de obligar al gobierno de
Vietnam del Norte a que dejara de hacer lo que estaba haciendo. En términos generales, le estabamos pidiendo
"que dejara en paz a sus vecinos". Sin embargo, no estaba claro qué decisión tenía que tomar Vietnam del Norte
para que se produjeran consecuencias que le resultaran más beneficiosas que la guerra. Su gobierno, con sede
en Hanoi, desde luego sabía que podía rendirse, retirar las tropas, dejar de ayudar a las fuerzas del sur
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opositoras al gobierno de Saigón, poner fin a toda la propaganda política, comprometerse a pagar una
indemnización, etc. Pero también sabía que tomar todas esas medidas implicaba hacer más de lo que Estados
Unidos razonablemente podía esperar. No estaba claro cómo proponer una decisión que fuera suficiente sin
llegar a ser excesiva.
En un dilema igual de difícil se encuentran los líderes militares serbios que actualmente luchan en
Bosnia: tienen que proponer una decisión como respuesta a las exigencias de Estados Unidos y las Naciones
Unidas. Cuando un funcionario trata de bosquejar su propuesta para que se tome una determinada decisión, es
lógico que le preocupe el hecho de que, decida lo que decida, pueden imponerle más exigencias. Si los serbios
dejaran de luchar en Bosnia, posiblemente se les pediría que se retiraran de algunos de los territorios
conquistados. Si aceptaran retirarse de allí, posiblemente se les pediría que se alejaran aún más. E incluso
podría esperarse que se les pidiera que entregaran a algunos de sus compañeros para ser juzgados y
posiblemente condenados como criminales de guerra.

Evaluar las consecuencias. Cuando un funcionario gubernamental propone tomar una decisión, puede
justificar su propuesta si tal decisión sirve para evitar la incertidumbre. Pero es difícil que logre justificarla si las
consecuencias son muy inciertas. Una amenaza vaga puede bastar para convencernos de que sigamos
haciendo lo que estamos haciendo, pero es poco probable que sirva para persuadirnos de que debemos hacer
otra cosa.

Ejemplo de ello fue nuestro intento de cambiar el rumbo que tomó Iraq al invadir Kuwait. La amenaza con
una intervención armada masiva, si la hubiésemos efectuado, habría sido suficiente para impedir, en primer
término, que Iraq invadiera Kuwait. No bastó para inducir a Iraq a cambiar de rumbo una vez consumada la
invasión. Para producir ese resultado, Iraq habría necesitado saber con claridad que pasaría a continuación. ¿Se
ordenaría a las fuerzas iraquíes replegarse aún más? ¿Se mantendría el embargo petrolero? ¿Se le exigiría que
eliminara algunas de sus armas, que pagara una indemnización? ¿Qué armas? ¿Cuál sería el monto de la
indemnización? ¿Qué sucedería con los activos congelados? Al no aclarar cuál era la decisión que se le estaba
exigiendo a Iraq ni sus consecuencias, nos fue imposible influir en la decisión de Saddam Hussein.

Persuadir a los colegas. El debate interno en torno a si es correcto o no ceder ante el reclamo de un
gobierno extranjero puede provocar escisiones. ―Dar marcha atrás‖ a menudo conlleva un alto costo político. Un
funcionario puede apoyar el statu quo sin reconocer en absoluto la influencia de un gobierno extranjero en su
postura. No obstante, si decide modificar el statu quo en respuesta a una exigencia del exterior muy
probablemente tendrá que afrontar altos costos internos.

Exigir un compromiso. En la mayoría de los casos, ceder ante una demanda coercitiva implica adoptar
un compromiso por parte de quienes ceden. Y, por lo general, se verán obligados a aceptar ese compromiso sin
saber qué haremos nosotros. En tales condiciones, puede tornarse difícil contraer el compromiso unilateral de
adoptar un nuevo curso de acción.

Brindar más información. Si un grupo está evaluando cómo responder a una demanda coercitiva de parte
nuestra, seguramente querrá obtener más datos. Ahora sabemos que Saddam Hussein (ver Beschloss y Talbott,
1993: 79) quería informarse con cierto grado de precisión qué pasaría si él ordenaba a las fuerzas iraquíes que
se retiraran de Kuwait en respuesta a las exigencias de EE.UU. y sus aliados. ¿Se levantaría el embargo
petrolero? ¿Qué otras consecuencias habría?
Si se presionara a un serbio para que detuviera las acciones militares en Bosnia, este querría obtener
más información sobre, por ejemplo, las consecuencias de tener que abandonar el territorio ocupado, el riesgo
de que se iniciaran juicios por crímenes de guerra, etc. Cualquiera a quien intentemos obligar a cambiar de
conducta querrá saber a ciencia cierta qué pasará en caso de que actúe como le exigimos. Y esa clase de
información no es la que se desprende de exigencias y amenazas unilaterales hechas desde la distancia.

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Cuadro 2
POR QUÉ ES DIFÍCIL LA DISUASIÓN
Elección percibida actual de un Comandante de las Fuerzas Armadas serbias en Bosnia, diciembre 1993
Pregunta: ¿Debo o no proponer el cese de nuestras actividades militares en Bosnia ante los reclamos y las
sanciones impuestas por la ONU?

SI DIGO QUE SÍ SI DIGO QUE NO


- Me muestro débil. + Me muestro fuerte.
- Me pongo en la dificultad de tener que definir qué + Podemos seguir adelante con lo que estamos
órdenes exactas dar a nuestras tropas. haciendo.

- Independientemente de la orden que dé, otros + Los comandantes del ejército tendemos a
comandantes pueden ordenar a sus tropas que mantener el espíritu de cuerpo.
prosigan con las hostilidades.
- Nos arriesgamos a perder el territorio por el que + Probablemente podamos conservar el territorio
lucharon y cayeron valientes compatriotas. por el que hemos luchado.
- Si cesamos las hostilidades, la ONU exigirá que + Conservamos nuestra capacidad de negociación.
retiremos nuestras tropas del territorio ocupado.
- Si nos retiramos de parte del territorio ocupado, se nos + Quedan abiertas otras opciones.
exigirá que retrocedamos aún más.
- Si aceptamos los reclamos de la ONU, aumenta el + Es poco probable que nos detengan por
peligro de que otros comandantes y yo seamos crímenes de guerra.
detenidos, juzgados y ejecutados por crímenes de
guerra.

Para entender mejor por qué fallaron las políticas coercitivas en Bosnia, Haití o Corea del Norte, es útil
representar esquemáticamente cómo pudo haber visto su elección un encargado de la toma de decisiones en
cada caso. El cuadro resultante puede ser bastante esclarecedor acerca de por qué, pese a nuestros esfuerzos,
no logramos imponernos. El Cuadro 2, por ejemplo, ilustra cómo un comandante de las fuerzas armadas
serbias pudo haber percibido su elección a fines de 1993.
Presentamos este cuadro y los que le siguen solamente a modo de aproximaciones que pueden
estimular la reflexión, y no como evaluaciones precisas basadas en los datos de inteligencia más exactos a
nuestro alcance. Dichas evaluaciones tendrían un valor muy superior al de simples aproximaciones. Sería de
gran utilidad para el Departamento de Estado y los funcionarios de Seguridad Nacional que la CIA (Central
Intelligence Agency) , sumadas a la información que ya suministra actualmente, diera a conocer según su criterio
cómo ven sus posibles decisiones las personas sobre quienes tratamos de influir. La CIA podría seleccionar uno
o más dirigentes por cada país en el que EE.UU. mantiene una política exterior de intervención directa,
presentar una lista de preguntas clave tal como suponen que las ven dichos dirigentes y luego enumerar
brevemente las presuntas razones por las cuales éstos aún no han tomado las decisiones que esperamos.
Nuestros funcionarios gubernamentales se ocupan, como es debido, de los temas sustanciales, ya sea
que el motivo de preocupación se encuentre en Bosnia, Somalia o cualquier otra parte. No obstante, esta
preocupación inmediata por las cuestiones de fondo es tal que a menudo parecerían no apreciar la importancia
de elaborar algún tipo de proceso analítico sirviera para tratar con cada uno de los diversos países. El cuadro
que denominamos de ―elección percibida actual‖ es, sin duda, perfectible. Sin embargo, incluso en su forma
actual, ha demostrado en sucesivas situaciones ser una herramienta que brinda elementos de juicio
esclarecedores.
Dejando atrás nuestro fracasado intento de forzar a un comandante del ejército serbio a detener las
hostilidades en Bosnia, pasemos a la elección del Teniente General Raoul Cédras, de Haití, a quien se instó a
abandonar el poder a fin de que el reverendo Aristide pudiera retomar la presidencia de Haití. El Cuadro 3
muestra cómo pudo haberse presentado la decisión a los ojos de Raoul Cédras en aquel momento.

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Pasando de Haití a Corea del Norte, el gobierno de EE.UU. ha recibido críticas por estar dispuesto a
negociar con el dictador norcoreano Kim Il Sung. Los críticos suponen que la voluntad de negociar va ligada a la
voluntad de ceder en lo que respecta a cuestiones de principio.
Antes de pasar revista a una serie de razones por las cuales la negociación puede ser un proceso más
efectivo que las amenazas coercitivas, analicemos la repercusión que dicha clase de amenazas unilaterales
hechas desde la distancia pudieron haber tenido sobre Kim Il Sung. El Cuadro 4 contiene una visión aproximada
de la elección que se le presentaba a Corea del Norte antes de que EE.UU. iniciara las negociaciones, y que
sugiere por qué el gobierno norcoreano no accedió a abandonar su programa de armamentos nucleares en
forma permanente en respuesta a las amenazas externas.

La negociación
Cuando se trata de inducir a un grupo de dirigentes extranjeros a modificar el rumbo y apartarse del
statu quo, la negociación es un método con mayores probabilidades de éxito que las demandas y amenazas
unilaterales hechas desde la distancia. Si bien la inercia continúa actuando a favor del statu quo, la mayoría de
los demás obstáculos que le quitan efectividad a las medidas coercitivas pueden superarse mediante la
negociación. La clase de negociación a la que me refiero consiste en un esfuerzo sostenido por resolver los
problemas cara a cara, o, mejor dicho, codo a codo, en forma conjunta; esfuerzo en el que dos o más partes, a
pesar de estar en franco desacuerdo, intentan obtener un resultado más beneficioso para cada una.

Reducir el costo político de “ceder”. El hecho de que un gobierno ceda ante amenazas externas implica
una pérdida de prestigio. Los gobernantes deberán, seguramente, pagar un alto costo político tanto a nivel
nacional como internacional por haberse echado atrás y cedido ante las presiones. Por otro lado, si se logra
llegar a un acuerdo a través de la negociación, las consecuencias políticas de llevar a la práctica dicho acuerdo
sin lugar a dudas resultarán menos adversas.
Durante la prolongada guerra de Afganistán, que se extendió entre 1979 y 1988, la URSS permaneció
reacia a retirar sus fuerzas del territorio. Haber hecho esto sin un acuerdo de por medio se habría considerado
una humillante derrota militar. En 1983, en conversación privada con el autor, Stanislov Gavrilov, funcionario de
la embajada soviética en Kabul, señaló que la URSS no aceptaría una derrota pero que, de mediar un acuerdo
internacional previo, podría estar dispuesta a retirar sus tropas de Afganistán, particularmente si la ONU actuaba
como mediador. Finalmente, dicho acuerdo fue subscripto y la URSS retiró sus tropas de Afganistán. El simple
hecho de haberse tratado de un acuerdo negociado redujo el daño político sufrido por la URSS a causa de la
retirada.

Formular la decisión en forma conjunta. Cada vez que recurrimos a amenazas y demandas unilaterales
para obligar a un gobierno extranjero a tomar una decisión, lo hacemos sin conocer en detalle cuáles son sus
intereses. Probablemente nuestras demandas estuvieron dirigidas, en principio, a satisfacer nuestros propios
intereses y los del electorado.

Cuadro 3
POR QUÉ ES DIFÍCIL LA IMPOSICIÓN
Elección percibida actual del teniente general Raoul Cédras, de Haití. Diciembre 1993
Pregunta: ¿Renunciaré hoy a fin de que Aristide retome la presidencia?

SI DIGO QUE SÍ SI DIGO QUE NO


- Otro funcionario del ejército podría tomar el mando, + Retengo todo el poder, al menos por el momento.
con lo que yo habría abandonado el poder
inútilmente.
- Mi seguridad personal corre peligro. + Me encuentro bastante seguro en mi posición
actual.
- No sé qué podría pasarle a mi familia. + Mi familia se encuentra razonablemente segura.
- Sería el fin de mi carrera. + Puedo continuar mi carrera militar.
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- Me arriesgo a perder sueldo, casa y jubilación. + Conservo sueldo, casa y jubilación, al menos por el
momento.
- Podría ser detenido y juzgado por otros delitos + Es poco probable que se me juzgue por algún
fuera del de haber efectuado el golpe de estado presunto delito.
(por el que se me prometió la amnistía). + Mantengo intacta mi capacidad de negociar un
acuerdo más provechoso.
- De todos modos, no podemos confiar en las + Es poco probable que EE.UU. utilice la fuerza en
promesas de EE.UU. (Miren lo que pasó con nuestra contra. (La Marina emprendió la retirada y el
Noriega, el ex-presidente de Panamá). Congreso no está dispuesto a poner en juego la vida
de un solo efectivo estadounidense.)
- Sería pésimo para el país tener como presidente a + Si nuestro país recibe sanciones económicas, el
Aristide, un izquierdista inestable. pueblo le echará la culpa de sus privaciones a
EE.UU., y no a mí.
+ Tarde o temprano EE.UU. abandonará la causa de
Aristide y a su debido tiempo, éste habrá terminado
su mandato.
+ En todo caso, mantenemos las puertas abiertas a
otras posibilidades.

Quizás hayan sido formuladas en términos generales como: ―Detengan las hostilidades‖, ―Detengan la limpieza
étnica‖, ―Detengan las violaciones a los derechos humanos‖. Al ignorar los dirigentes del otro bando qué decisión
de su parte habría bastado para satisfacer nuestra demanda, seguramente se verían forzados a adivinar. Dado
que no estaban en consulta con nosotros, sin duda tendrían miedo de estar cediendo demasiado o no lo
suficiente. Asimismo, sospecharían, con razón, que cualquiera fuera la decisión que anunciaran, luego nosotros
podríamos aumentar nuestras exigencias.
Si negociamos, podemos trabajar juntos para dar forma a una decisión que no sólo sea aceptable para
ambas partes, sino que concilie de la mejor manera posible los intereses de cada una. Durante el proceso de
negociación cada parte llegará a apreciar con mayor profundidad las inquietudes legítimas de la otra. Además,
los riesgos para aquellos sobre quienes pretendemos influir disminuirán considerablemente. Si ponen en práctica
la decisión surgida de las negociaciones, tendrán buenas razones para creer que lo estipulado en esa decisión
será suficiente, es decir, que no vendrán mayores exigencias a continuación.

Aclarar las consecuencias de la negociación. En situaciones en las que se recurrió a la coerción, como
puede ser en Bosnia, Somalia, Haití o Corea del Norte, el grupo sobre el que intentamos influir recibió un
panorama sumamente incierto de lo que iba a pasar si accedían a cambiar el rumbo de sus acciones. Recibieron
la amenaza y tal vez la hayan tomado en serio, pero siguieron en duda en cuanto a las consecuencias de ceder
ante ella. Los que amenazan rara vez piensan en la posibilidad de una ―oferta‖. Y, aún si pensaran en ella, esa
oferta podría no ser tomada en serio. Es cierto que cuanto peor es una relación, más creíbles se vuelven las
amenazas. Sin embargo, cuanto peor la relación, menos creíble se torna la oferta, incluso una oferta explícita. Y
a una oferta vaga probablemente no se le preste atención.

Cuadro 4
POR QUÉ ES DIFÍCIL LA IMPOSICIÓN
Elección percibida actual de Kim II Sung de Corea del Norte (mediados de 1993)
Pregunta: ¿Debo o no recibir a los inspectores de la ONU para demostrar que Corea del Norte no mantiene un
programa de armamentos nucleares?

SI DIGO QUE SÍ SI DIGO QUE NO


- Si me echo atrás, me muestro débil. + Si me mantengo firme, me muestro fuerte.
- Perdemos nuestra única herramienta de + Conservamos una poderosa herramienta de
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negociación. negociación.
- Nos quedamos sin poder de negociación. + Negociando podemos llegar a conseguir algo de
lo que queremos y necesitamos.
- En poco tiempo el resto del mundo se habrá + Seguimos concitando la atención mundial.
olvidado de Corea del Norte.
- Nuestra economía seguirá siendo débil. + Podemos llegar a conseguir alguna ventaja
económica.
- Puede tornarse imposible para Corea del Norte + Negociar nos permite volver a jugar esta misma
llegar a concretar un plan de armamento nuclear. carta una y otra vez.
+ No cerramos las puertas a otras posibilidades.

El proceso de negociación puede contribuir a aclarar qué ocurrirá exactamente si se toma determinada
decisión. A través de la negociación cada parte se ocupará de averiguar en detalle qué es lo que la otra hará
para poner en práctica el acuerdo. Aquellos sobre quienes estamos intentando influir tendrán una mayor certeza
acerca de las consecuencias de tomar la decisión que nosotros proponemos, como también una mayor
posibilidad de ayudar a gestar esas consecuencias.

Persuadir a los colegas. A través de la negociación, los representantes de cada parte tienen la
oportunidad de adquirir argumentos sólidos con los cuales convencer a sus colegas sobre los méritos de
determinada propuesta. Esto facilita enormemente la tarea de ―vender‖ luego el acuerdo propuesto al propio
gobierno y al electorado.

Contraer compromisos mutuos en lugar de ser el primero en comprometerse. Generalmente, en repuesta


a una imposición, se le está exigiendo a un grupo o gobierno que se comprometa firmemente a adoptar un
nuevo curso de acción sin que la parte que exige se comprometa a nada. Desde el punto de vista de quienes
imparten las amenazas, este proceso parece razonable: ―Queremos hechos, no palabras. Primero
comprométanse seriamente a cambiar su conducta y luego nosotros decidiremos si han hecho lo suficiente.‖ No
se trata de un panorama atractivo para el amenazado.
El objetivo de la negociación es llegar a un arreglo por el cual ambas partes adoptan compromisos en
forma simultánea, y de esta manera se reduce el riesgo para aquellos sobre quienes intentamos influir. En los
casos en que falló la imposición, --como en la guerra de Vietnam, los intentos de obligar a Saddam Hussein a
retirarse de Kuwait, la agresión serbia, Somalia o Haití-- estábamos tratando de forzar la adopción de
compromisos tan sólo por parte de esos países. La falta de compromisos mutuos y simultáneos en estos casos
puede haber actuado como un factor decisivo en el fracaso de nuestros intentos. En un caso de imposición que
resultó exitoso --la rendición de Japón al término de la Segunda Guerra Mundial-- los Aliados firmaron primero un
compromiso formal, la Declaración de Potsdam de 1945, donde indicaban exactamente cómo procederían si
Japón llegara a rendirse.

Brindar los datos necesarios mediante la comunicación en ambas direcciones. Muchos de los obstáculos
que tornan ineficaces las amenazas y las demandas coercitivas provienen de la escasa información a disposición
cada lado. Los que buscan ejercer su influencia formulan demandas sin comprender cabalmente los intereses
que mueven a aquellos de los que esperan una decisión. Es posible que las amenazas se hayan realizado sin
tener en cuenta cómo podrían ser recibidas. Por su parte, los receptores de esas demandas y amenazas carecen
de datos acerca de qué decisión se consideraría la adecuada y cuáles serían las consecuencias de tomarla.
A través de la negociación en persona, todas las partes involucradas se benefician con un mayor caudal
de información acerca del conflicto. Cuanto más largas, exhaustivas e informales sean las negociaciones mayor
probabilidad habrá posibilidad que se genere una dosis de confianza bien fundada entre las partes. El proceso de
negociación aumenta considerablemente la posibilidad de llegar a un resultado de común acuerdo que concilie
los intereses en conflicto de forma más satisfactoria que los resultados logrados mediante la imposición.

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En suma, es evidente que dondequiera que se apunte a producir una decisión nueva, las probabilidades
de éxito serán mayores:
Si el paso adelante que da la otra parte se interpreta como la puesta en práctica de un acuerdo, y no como
una claudicación ante el ultimátum de un adversario.
Si el acuerdo es concebido en forma conjunta por ambas partes.
Si la otra parte puede llevar a la práctica el acuerdo sin temor de que luego nosotros aumentemos nuestras
exigencias.
Si las consecuencias del acuerdo son más satisfactorias para cada parte que las respectivas alternativas.
Si hay comunicación efectiva en ambas direcciones.
Si cada lado comprende en forma plena los intereses del otro.
Si cada parte sabe cuál es la alternativa de autoayuda que le queda a la otra en caso de no producirse un
acuerdo.
Si el acuerdo no pone en peligro el nivel de confianza existente entre las partes.
Por numerosas razones, la negociación extensa y sostenida aumenta las probabilidades de inducir a un
gobierno a modificar su conducta. Estas razones se encuentran resumidas en el Cuadro 5, donde se analiza
nuestra elección: la elección entre la imposición y la negociación.

Cuadro 5
Nuestra elección percibida actual

¿DEBERÍAMOS INTENTAR IMPONERNOS? ¿O NOS CONVIENE NEGOCIAR?


- Puede que no coincidamos con la ONU u + Junto con la otra parte probablemente podamos llegar a
otros actores en cuanto a qué decisión una decisión mejor para ambos lados que la situación
debemos exigir. actual.
- Puede que no coincidamos respecto de las + La negociación nos permite analizar, junto con el
consecuencias precisas que debemos gobierno del otro país, las consecuencias de cualquier
ofrecer a cambio. acción acordada.
- Para la otra parte el costo político de ceder + Para la otra parte es mucho más fácil actuar en virtud
ante nuestro ultimátum es muy alto. de un acuerdo que ceder ante una exigencia.
- A la otra parte puede resultarle difícil determinar + Si negociamos un acuerdo se evita que alguna de las
cuál es la decisión que deben tomar. dos partes tenga la impresión de estar lanzándose cuesta
abajo por un camino resbaloso.
- Cualquiera sea la decisión que tome la otra + Las reuniones cara a cara aumentan las probabilidades:
parte, se arriesga a que luego le exijamos + de una comunicación efectiva,
aún más. + de comprender los intereses del otro,
+ de encontrar una salida aún más satisfactoria que la
Mejor Alternativa al Acuerdo Negociado (MAAN) de cada
parte,
+ de proponer compromisos realistas,
+ de exponer planteos legítimos,
+ de llegar a una relación provechosa.
- Existe un gran peligro de que nosotros + Negociar nos recordará que el dolor no actúa como
confundamos lo que es aplicar presión en factor de presión a menos que dejemos una puerta
forma eficaz con causar dolor. abierta para que la otra parte pueda escapar de él. La
negociación puede abrir esa puerta.
- Cuanto más amenazamos, más nos +Los negociadores pueden generar una propuesta en
alejamos de la posibilidad de llevar a cabo forma conjunta que luego cada parte pueda venderle a
negociaciones constructivas. sus representados (un proceso mucho más sencillo que
responder a demandas unilaterales).
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+ En todo caso, nos quedan otras posibilidades
(incluyendo las sanciones económicas).
Algunas conclusiones
Existen muchas situaciones en el mundo en las que EE.UU., la ONU o algún otro actor internacional
están intentando cambiar la conducta de determinado gobierno o grupo. En Irlanda del Norte, la ex-Yugoslavia,
Somalia, Haití y tantos otros casos, el diálogo continuo y efectivo aumentaría nuestra posibilidad de contribuir a
que se tomara una decisión favorable para nosotros.
Sin lugar a dudas, existen costos potenciales que habría que evaluar en cada caso. Existe el riesgo de
que por el simple hecho de hablar con determinado grupo estuviéramos ―reconociendo‖ y avalando a sus
miembros. Ese riesgo puede reducirse haciendo que conduzca las conversaciones una persona que no
pertenezca a la plana mayor del gobierno.
Otro riesgo posible para nosotros es que se haga necesario tolerar en forma explícita resultados con los
que disentimos pero que no estamos dispuestos a evitar debido a los costos que esto implicaría. La gente teme,
con razón, que lleguemos a sentar un precedente nefasto. El primer ejemplo que viene a mi memoria es el de
―tolerar la agresión serbia‖. Cualquier caso de este tipo merece que se lo analice con cuidado y honestidad.
Imagino que los resultados de las guerras en la ex-Yugoslavia serán tolerados por la comunidad mundial, la cual
ha demostrado hasta ahora que no está dispuesta a utilizar la fuerza en la escala necesaria para detenerlas. Si
esta predicción resulta acertada, el precedente verdaderamente dañino lo habrán sentado los hechos concretos,
y no nuestras palabras.
Temo que cuando decimos que ―no toleramos la agresión serbia‖, lo hacemos sólo para sentirnos mejor.
Si nuestro dilema está entre adelantar el fin de la guerra en Bosnia mediante un acuerdo o permitir que siga
arrastrándose hacia un desenlace igual o peor más tarde, ¿no es acaso como pedirles a los maltratados
musulmanes de Bosnia que resistan un invierno más sólo para que nosotros nos sintamos mejor?
Claro está que se han estado desarrollando negociaciones en la ex-Yugoslavia, entre serbios, croatas y
musulmanes bosnios, con la ventaja de la participación de hábiles y experimentados mediadores de la ONU,
como David Owen y el ex-ministro de relaciones exteriores de Noruega, Thorvald Stoltenberg. Sin embargo,
quienes han estado negociando son las partes sobre las cuales pretendemos ejercer nuestra influencia. No se
trata de negociaciones entre quienes querrían imponer una decisión --como los gobiernos de EE.UU. y Europa
occidental-- y aquellos de quienes se espera esa decisión. Los mediadores de la ONU no hablan en nombre de
las partes que disponen de poderío militar o pueden ofrecer atractivas ventajas políticas y económicas.
Por lo general la imposición fracasa. Si quisiéramos tener éxito en casos como Haití o Bosnia nuestra
elección probablemente estaría entre intentar imponer resultados mediante acciones militares de autoayuda o
participar en negociaciones.
Ya sea que estemos intentando prevenir o provocar un cambio en el statu quo, deberíamos evaluar si
somos capaces de lograr ese resultado a través de nuestros propios medios físicos y a un costo razonable. Para
EE.UU. los costos más importantes no serían de tipo económico sino político y humano. Si realmente
quisiéramos restaurar a Aristide en la presidencia de Haití sin lugar a dudas podríamos hacerlo --con
determinado costo-- mediante un operativo militar quizás mayor que el que utilizamos en Granada pero mucho
más pequeño que el empleado para liberar a Kuwait. Si quisiéramos tener éxito en Somalia o Bosnia mediante
acciones de autoayuda, el costo político a nivel internacional sería menor que en el caso de Haití, pero
seguramente nos exigiría estar dispuestos a sufrir bajas en muertos y heridos.
Para alguien que se alistó en el ejército y perdió un compañero de la facultad y varios amigos en la
Segunda Guerra Mundial, resulta sorprendente el grado de renuencia que muestran nuestros dirigentes
parlamentarios a la hora de apoyar esfuerzos que involucren la posible muerte de ciudadanos estadounidenses.
Continúan votando a favor se que se empleen miles de millones de dólares para que EE.UU. pueda amenazar
con una guerra nuclear (que mataría a millones de personas), toleran sin ningún reparo las muertes de personal
en servicio por accidentes civiles (que durante más de una década vienen superando un promedio anual de mil),
y no obstante, hallan intolerable que unas cuantas veintenas de estadounidenses pudieran morir durante una
operación militar en la que eligieron participar voluntariamente y que podría salvar decenas de miles de vidas. Tal
como nos enseñó el holocausto, todas las vidas humanas dentro de esta comunidad mundial interdependiente,

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cualquiera sea su nacionalidad, tienen algún valor para el conjunto. Y actuar en forma temprana para detener la
agresión puede, a la larga, salvar vidas.
Sin embargo, según nuestro juicio colectivo los costos de poner en práctica la autoayuda son, al parecer,
demasiado elevados en este momento; lo que nos conduce a mi conclusión principal: casi con certeza
lograremos mejores resultados participando en forma directa en negociaciones, que sentándonos fuera del
campo de juego y lanzando demandas, amenazas y advertencias difusas. 12
REFERENCIAS Beschloss, M. R. y Talbott, S. (1993). At the highest levels: The inside story of the end of the
Cold War. Boston: Little, Brown & Co.
Schelling, T. C. 1966. Arms and influence. New Haven: Yale University Press.

RESIDENCIA DEL TRADUCTORADO DE INGLÉS


INSTITUTO DE ENSEÑANZA SUPERIOR EN LENGUAS VIVAS “JUAN RAMÓN FERNÁNDEZ” - UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES (UBA)
FACULTAD: PSICOLOGÍA
CÁTEDRA: ADOPCIÓN E IDENTIDAD
TITULAR: DRA. SARA HOROWITZ
TEXTO: CH. 12 “DISRUPTIONS: A LITTLE UNDERSTANDING GOES A LONG WAY", ADOPTION RESOURCES FOR MENTAL HEALTH PROFESSIONALS,
EDITED BY PAMELA GRABE
AUTOR: PAULETTE DONAHUE
Residente: Fernando Ariel Hernández
Tutora: Prof. Raquel Albornoz
FECHA: JULIO DE 2000

DISRUPCIONES: UN POCO DE COMPRENSIÓN SIRVE DE MUCHO


PAULETTE DONAHUE

COMO TERAPEUTA FAMILIAR QUE ATIENDE EN FORMA PRIVADA, EN OCASIONES TUVE LA TRISTE EXPERIENCIA DE
EMPEZAR A MEDIAR EN UNA ADOPCIÓN CUANDO LA DISRUPCIÓN ERA INMINENTE. EN MOMENTOS ASÍ, EL MEDIADOR CON
EXPERIENCIA CLÍNICA PUEDE VER MUCHOS ELEMENTOS QUE EN EL PERÍODO DE ANÁLISIS DE LA FAMILIA Y ENTREGA DEL NIÑO
SENCILLAMENTE HABÍAN PASADO INADVERTIDOS.
ES IMPORTANTE DESTACAR DESDE UN PRINCIPIO LO PROBLEMÁTICO DE UN PROCESO DE DISRUPCIÓN, QUE DEJA
EXPUESTA LA ESTRUCTURA FAMILIAR A TODO TIPO DE EMOCIONES CONFLICTIVAS. UN PROCESO DE DISRUPCIÓN SACUDE LOS
CIMIENTOS DE LA FAMILIA SANA, ES DECIR, DEL VÍNCULO PARENTAL, E INCLUSO PUEDE PONER EN TELA DE JUICIO LA SOLIDEZ
DEL VÍNCULO MARITAL.
EL PROCESO DE DISRUPCIÓN ES IGUALMENTE CONFLICTIVO EN LOS CASOS DE PADRES QUE NO ESTÁN EN PAREJA.
ES MÁS, PROBABLEMENTE LA NECESIDAD DE CRECIMIENTO INDIVIDUAL Y AUTOCONOCIMIENTO SEA AÚN MAYOR EN ESTE TIPO
DE PADRES. (RESULTARÍA TODAVÍA MÁS DIFÍCIL CREER EN UNO MISMO COMO PADRE, YA QUE MUY PROBABLEMENTE
FALTARÍA UN OTRO SIGNIFICATIVO QUE FACILITE EL CRECIMIENTO PERSONAL Y LA POSIBILIDAD DE REPARTIR CARGAS.)

ELEMENTOS RECURRENTES

ENCONTRÉ ALGUNOS ELEMENTOS COMUNES A TODOS LOS CASOS DE DISRUPCIONES. PIENSO CADA ELEMENTO
COMO PARTE DE UNA ESTRUCTURA OCULTA Y DIFÍCIL DE DEVELAR. CUANDO ESAS PERSONAS EMPIEZAN TERAPIA, YA
SIENTEN MIEDO Y ANGUSTIA. BAJO LA PRESIÓN DE ESOS SENTIMIENTOS, HAY MÁS POSIBILIDADES DE QUE ESTÉN
DISPUESTAS A HABLAR DE LAS FACETAS OCULTAS E ÍNTIMAS DE SU CONFLICTO. GRACIAS A LA OPORTUNIDAD QUE HE TENIDO

NOTAS
Me gustaría agradecer y expresar mi reconocimiento a J. William Breslin, William Jackson y Douglas Stone por su
asistencia en la redacción de este artículo.
1. Thomas C. Schelling (1966: 71) introdujo el término compellence (imposición) en Arms & Influence
hace casi tres décadas. La distinción que señaló este autor entre deterrence (disuasión) y compellence
(imposición) ha sido muy subestimada por los partidarios de ejercer influencia sobre una persona para
hacerla actuar.

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DE VER LO QUE NO SE PUEDE VER A SIMPLE VISTA, LLEGUÉ A LA CONCLUSIÓN DE QUE SE PRODUCEN MENOS DISRUPCIONES
SI, ANTES DE DAR UN NIÑO EN ADOPCIÓN, LOS PADRES CONOCEN EN MAYOR PROFUNDIDAD ESTOS ELEMENTOS
RECURRENTES EN TODOS LOS PROCESOS DE DISRUPCIÓN.
POR EMPEZAR, EL PROCESO DE BÚSQUEDA Y ENTREGA DE UN NIÑO O UN GRUPO DE HERMANOS DE CUIDADOS
ESPECIALES SUELE SER DEMASIADO APRESURADO. QUIZÁS SEA COMPRENSIBLE QUE SE ACELEREN LAS COSAS SI SE PIENSA
QUE, EN ESTOS CASOS, AL DESEO DE LOS PADRES SE SUMA LA ESPERA DE LOS NIÑOS. PERO AL SER UN PROCESO
DEMASIADO RÁPIDO, HAY MUCHOS ELEMENTOS QUE NO SE LLEGAN A VER.

FALTA DE CONOCIMIENTOS

HE AQUÍ EL PROBLEMA QUE APARECE EN BOCA DE LOS PADRES CON MAYOR FRECUENCIA: "LO QUE PASA ES QUE
NUNCA ENTENDIMOS ESO DE LOS 'CUIDADOS ESPECIALES'". EN GENERAL, MI EXPERIENCIA ES QUE HASTA LOS PADRES MÁS
INTERESADOS Y REALMENTE DESEOSOS DE ADOPTAR UN NIÑO DE CUIDADOS ESPECIALES MANIFIESTAN SU VOLUNTAD DE
ADOPCIÓN SIN ENTENDER DEL TODO A QUÉ SE ESTÁS COMPROMETIENDO. EN MUCHOS CASOS, CAEN EN EL MITO
GENERALIZADO DE QUE "LO ÚNICO QUE NECESITA EL NIÑO ES UNA BUENA FAMILIA QUE LE DÉ AMOR". ESPEREMOS QUE CON
EL TIEMPO ESTA IDEA DESAPAREZCA, PORQUE HACE MUCHO DAÑO.
¿QUIÉNES SON PUES ESTOS CHICOS DE CUIDADOS ESPECIALES QUE NECESITAN MUCHO MÁS QUE AMOR? SON
NIÑOS DE HASTA CINCO AÑOS DE EDAD QUE, O BIEN HAN SUFRIDO ABUSOS SEXUALES, EMOCIONALES, Y FÍSICOS O HAN SIDO
DESATENDIDOS A NIVELES PERJUDICIALES PARA SU SALUD PSÍQUICA; SON NIÑOS DE SEIS A DIECIOCHO AÑOS QUE
SUFRIERON ABUSOS SEXUALES, EMOCIONALES Y FÍSICOS, Y QUE PASARON POR DIVERSOS HOGARES DE TRÁNSITO; Y EN
ALGUNOS CASOS TAMBIÉN, SON CHICOS QUE POR ALGUNA U OTRA RAZÓN VIVIERON UNA, DOS O TRES DISRUPCIONES EN
ADOPCIONES ANTERIORES.
ES NECESARIO ENTENDER QUE ENTRE EL MOMENTO DEL NACIMIENTO Y LOS CINCO AÑOS DE EDAD SE DESARROLLA
EL NOVENTA Y CINCO POR CIENTO DEL CEREBRO Y SE HACEN CONQUISTAS EVOLUTIVAS QUE CONSIDERAMOS MUY VALIOSAS
PARA LOS NIÑOS, COMO LA SEGURIDAD, EL SENTIDO DE PERTENENCIA, LA CAPACIDAD DE EXPLORAR EL MEDIO Y TENER
AUTONOMÍA, Y LA CAPACIDAD DE MANEJARSE CON SOLTURA MÁS ALLÁ DE LOS LÍMITES DEL HOGAR. PERO CUANDO A UN NIÑO
SE LO MALTRATA FÍSICAMENTE Y SE LO PRIVA DE AFECTO, GRAN PARTE DE ESTE PROCESO EVOLUTIVO SE VE TRUNCADO, Y
EN SU LUGAR, SE PRODUCE UN VACÍO QUE ESCAPA A SU COMPRENSIÓN DE PERSONITA ASUSTADA. LAS HABILIDADES QUE
ADQUIERE EL NIÑO PARA CRECER EN MOMENTOS ASÍ CONFORMAN LO QUE PODRÍAMOS LLAMAR UN "SÍNDROME DEL
SOBREVIVIENTE". CUANDO A UN CHICO SE LO MALTRATA, MÁS QUE VIVIR, SOBREVIVE: LA HISTORIA PERSONAL DEL NIÑO
SUELE SER UNA LARGA PESADILLA COMPARADA CON LO QUE SE CONSIDERA "NORMAL" SEGÚN LOS ESTUDIOS DE WHITE,
BRAZELTON, ERICKSON Y OTROS AUTORES.
MUCHAS VECES, CUANDO LOS PADRES LEEN LOS ANTECEDENTES DEL NIÑO, SU CAPACIDAD DE COMPRENSIÓN SE
MUEVE EN EL PLANO DEL SENTIMIENTO ("¡QUÉ TRISTE! ¡QUÉ HISTORIA TERRIBLE!") Y NO EN EL DE LA REALIDAD FÁCTICA. EN
CAMBIO, LOS PADRES CUYOS HIJOS BIOLÓGICOS TIENEN SERIOS PROBLEMAS HEPÁTICOS SEGURAMENTE NO SE QUEDARÍAN
EN EL PLANO DEL SENTIMIENTO, SINO QUE, MUY POR EL CONTRARIO, TRATARÍAN DE INTERIORIZARSE DEL PROBLEMA PARA
SABER QUÉ HACER, CÓMO Y CUÁNDO.
CONSIDERO VITAL QUE AL NIÑO QUE ESTÁ LISTO PARA LA ADOPCIÓN Y QUE TIENE UNA HISTORIA TRAUMÁTICA SE LO
ASIGNE A PADRES QUE HAYAN ENTENDIDO SISTEMÁTICAMENTE CUÁLES SON ESTOS "CUIDADOS ESPECIALES" EN EL CASO
ESPECÍFICO DE ESE NIÑO. LOS PADRES NECESITAN SABER A QUÉ ATENERSE Y CÓMO ACTUAR ANTES DE RECIBIR AL NIÑO, YA
QUE EL COMPROMISO QUE DESEAN ASUMIR TIENE CARACTERÍSTICAS ÚNICAS Y REQUIERE PREPARACIÓN. SI BIEN NO SE LES
VA A PEDIR QUE SEAN TERAPEUTAS, SÍ QUEDA CLARO QUE VAN A TENER QUE SER PADRES ESPECIALES; DIGAMOS,
TERAPEUTAS EN PEQUEÑA ESCALA. ES NECESARIO DARLES PAUTAS SOBRE LO QUE TIENEN QUE HACER, CÓMO HACERLO Y
CUÁNDO. ME ATREVERÍA A DECIR QUE LLEVAR ADELANTE LA ADOPCIÓN DE UN NIÑO DE CUIDADOS ESPECIALES SIN DARLES A
LOS PADRES EL ASESORAMIENTO NECESARIO PARA QUE ENTIENDAN LA HISTORIA DEL NIÑO EN FORMA CLARA Y DETALLADA
ES JUGAR CON LAS VIDAS DE MUCHAS PERSONAS.

PROBLEMAS DE LOS PADRES

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ADEMÁS DE LA RAPIDEZ EXCESIVA CON QUE SE DA UN NIÑO EN ADOPCIÓN O DE LA FALTA DE CONOCIMIENTOS Y


ASESORAMIENTO QUE VIMOS MÁS ARRIBA, HAY OTRO FACTOR MUY COMÚN EN LAS DISRUPCIONES: QUE LOS PADRES
TAMBIÉN FUERON VÍCTIMAS DE ABUSOS EN SU INFANCIA. ME SORPRENDE LO COMÚN QUE ES QUE UNA PRIMERA CONSULTA
POR UNA DISRUPCIÓN DESENCADENE CONFESIONES DOLOROSAS QUE SE REMONTAN A LA EDAD TEMPRANA DE UNO DE LOS
PADRES, O DE AMBOS. EN EFECTO, SEGÚN MI EXPERIENCIA, LA MAYORÍA DE LAS DISRUPCIONES TIENE QUE VER CON RAÍCES
O BLOQUEOS MUY DOLOROSOS DE LOS PADRES. SEGÚN UN ESTUDIO DE PADRES ANÓNIMOS REALIZADO EN 1985, EL
VEINTIDÓS POR CIENTO DE LA POBLACIÓN DE ENTRE VEINTICINCO Y TREINTA Y CINCO AÑOS QUE PUEDE TENER HIJOS HABÍA
SIDO VÍCTIMA DE ABUSOS SEXUALES EN SU INFANCIA. DE MODO QUE ESTAMOS FRENTE AL NIÑO VÍCTIMA DE ABUSOS QUE
VIVE OCULTO DENTRO DEL PADRE QUE BUSCA ADOPTAR UN HIJO.
REPETIDAS VECES ENCONTRÉ UNO O VARIOS DE LOS SIGUIENTES ELEMENTOS EN CASOS DE DISRUPCIONES:
1. UNO DE LOS PADRES FUE VÍCTIMA DE ABUSO SEXUAL EN SU INFANCIA.
2. VIOLACIÓN QUE, POR LO GENERAL, APARECE COMO CRISIS DE VIDA QUE NO SE HABÍA EXPRESADO ANTERIORMENTE.
3. ABUSO FÍSICO DENTRO DE LA FAMILIA DE SANGRE, EN LA QUE EL RIGOR ERA PARTE HABITUAL DE LA CRIANZA.
4. RELACIONES DISTANTES O INDIFERENTES EN LO EMOCIONAL CON LOS PADRES DE LA FAMILIA DE ORIGEN.
5. CONFLICTOS CONYUGALES QUE SE CREE PUEDEN SOLUCIONARSE A TRAVÉS DE LA INCORPORACIÓN DE UN NIÑO AL
SENO FAMILIAR (NO ES NADA RARO QUE LOS MIEMBROS DE LA PAREJA CREAN QUE UN HIJO SE VA A OCUPAR DE SUS
PROBLEMAS CONYUGALES).
EN ESTE PUNTO QUISIERA AGREGAR QUE, EN MI OPINIÓN, LA BASE DE TODA FAMILIA SANA ES EL VÍNCULO MARITAL. UNA
FAMILIA QUE SE ORGANIZA EXCLUSIVAMENTE EN FUNCIÓN DE UN HIJO NO PUEDE CRECER NI DESARROLLARSE EN
PLENITUD. POR LO TANTO, LA PAREJA DEBE SER CONSCIENTE DE LAS NECESIDADES DE CADA UNO Y CONCENTRARSE NO
SOLAMENTE EN EL CRECIMIENTO Y DESARROLLO INDIVIDUALES SINO TAMBIÉN EN LOS OBJETIVOS COMUNES. EL CAMBIO
O CRECIMIENTO DE LA FAMILIA, POR PEQUEÑO O GRANDE QUE SEA, SE SUSTENTA SOBRE ESTA BASE PARENTAL,
ESPECIALMENTE CUANDO HAY NIÑOS DE CUIDADOS ESPECIALES EN LA FAMILIA.
6. PADRES CUYA PRINCIPAL MOTIVACIÓN ES QUE SIENTEN LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE AYUDAR A NIÑOS QUE
PERDIERON SU HOGAR.
7. PROBLEMAS DE ESTERILIDAD QUE QUIZÁS NO SE INVESTIGARON A FONDO. MUCHAS PAREJAS SIN HIJOS QUE HE
ATENDIDO RECIBIERON UN ASESORAMIENTO MÉDICO INSUFICIENTE. EN VARIAS DERIVACIONES POR ADOPCIONES O
DISRUPCIONES EN EL PROCESO DE ADOPCIÓN, PUDE AYUDAR A LA PAREJA A CONSEGUIR UNA MEJOR ASISTENCIA
MÉDICA MEJORES TRATAMIENTOS DE FERTILIZACIÓN , Y EL RESULTADO FINAL FUE EL EMBARAZO.
8. CRISIS INMINENTES: "HASTA AQUÍ LLEGAMOS". ESTOS CASOS SON PARTICULARMENTE TRISTES PORQUE MUCHOS DE
ELLOS PODRÍAN HABERSE EVITADO SI LOS PADRES HUBIERAN TENIDO LA PREPARACIÓN NECESARIA PARA MANEJAR Y
ENTENDER A UN NIÑO CON PROBLEMAS EMOCIONALES. SI BIEN ESTOS PADRES DABAN CON EL TIPO JUSTO PARA
ADOPTAR A UN NIÑO DE CUIDADOS ESPECIALES YA QUE CONTABAN CON VIRTUDES A NIVEL PERSONAL Y DE PAREJA ,
EL SISTEMA DE ADOPCIONES NO LOS PREPARÓ PARA QUE SUPIERAN CÓMO MANEJARSE CON UN CHICO ASÍ.
DESGRACIADAMENTE, CUANDO LLEGA ESTE TIPO DE DERIVACIONES, EL COMPROMISO DE LOS PADRES YA SE PERDIÓ,
LUEGO DE REPETIDAS EXPERIENCIAS DE FRACASO Y FRUSTRACIÓN.

UNA MEJOR MANERA DE ENCARAR EL PROBLEMA

VEAMOS UN MODO ALTERNATIVO DE ENCARAR LA ADOPCIÓN DE NIÑOS DE CUIDADOS ESPECIALES Y LA PROBLEMÁTICA


DEL NÚCLEO FAMILIAR. CONSIDERO QUE HABRÍA QUE OCUPARSE DE DOS ASPECTOS PRINCIPALES:
A. DE DARLES A LOS NIÑOS LA OPORTUNIDAD DE INTEGRAR LA HISTORIA QUE LES DEPARARON SUS PRIMEROS AÑOS DE
VIDA (A TRAVÉS DE TERAPIA DE JUEGO Y DIÁLOGOS ESTRUCTURADOS); DE APORTAR SENTIDO Y EQUILIBRIO A LOS
TRAUMAS Y TRAGEDIAS DEL NIÑO, Y AYUDARLO A QUE TAMBIÉN RETENGA IMÁGENES POSITIVAS Y MOMENTOS DE
ALEGRÍA.
B. DE DARLES A LOS PADRES LA OPORTUNIDAD DE ENTENDER A SU HIJO (O HIJOS) CON CLARIDAD. CONTESTAR EN FORMA
ESPECÍFICA Y DETALLADA LAS PREGUNTAS DE LOS PADRES Y OFRECER ASESORAMIENTO CONCRETO ("HAY QUE HACER
ESTO, HAY QUE TRATAR DE NO HACER AQUELLO OTRO, PRUEBE DE ESTA MANERA"). PODEMOS TRATAR DE CORREGIR
LOS COMPORTAMIENTOS NEGATIVOS EN FORMA ESPECÍFICA A TRAVÉS DE UNA ORIENTACIÓN CONDUCTISTA.

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SI LOS PADRES SIEMPRE CENTRAN SU ATENCIÓN EN LAS CONDUCTAS NEGATIVAS, NUNCA SE PODRÁ CONSEGUIR
QUE SEAN BUENOS ASISTENTES EN EL PROCESO TERAPÉUTICO. POR LO TANTO, UNA PRIMERA TAREA CONSISTE EN
ESTABLECER LOS LÍMITES. LUEGO, CON LOS PADRES YA EN SU PAPEL DE ASISTENTES, EL ASESORAMIENTO PUEDE
CENTRARSE EXCLUSIVAMENTE EN LOS COMPONENTES EMOCIONALES QUE OBSTACULIZAN EL DESARROLLO GENERAL DEL
NIÑO.
LA MAYORÍA DE LAS VECES, TRABAJO EXCLUSIVAMENTE CON LOS PADRES. ES MÁS, EN ALGUNOS CASOS, NUNCA
LLEGO A CONOCER A LOS NIÑOS EN CUESTIÓN. EL RAZONAMIENTO ES BASTANTE SIMPLE: MUCHOS DE ESTOS NIÑOS SUFREN
TRASTORNOS QUE NO SON NI PERMANENTES NI GENÉTICOS. POR EJEMPLO, TIENEN DÉFICIT DE ATENCIÓN DISPERSA QUE
DATA DEL PERÍODO DE DESARROLLO CEREBRAL ACELERADO (QUE SE PRODUCE ENTRE EL NACIMIENTO Y LOS CINCO AÑOS DE
EDAD), O SUFREN DE SOBREADAPTACIÓN, OPOSICIONALISMO O PROBLEMAS DE CONDUCTA, TRASTORNOS TODOS
OCASIONADOS POR TRAUMAS E INTERFERENCIAS EN EL DESARROLLO EVOLUTIVO. NO OBSTANTE, A LOS NIÑOS QUE SÍ
TIENEN UN DIAGNÓSTICO COMO SER, DEPRESIÓN CLÍNICA, PRE-PSICOSIS O TRASTORNOS DE PERSONALIDAD SE LOS
ATIENDE EN TERAPIA EN FORMA INDIVIDUAL, AL TIEMPO QUE A LOS PADRES SE LOS INSTRUYE SOBRE LAS NECESIDADES DE
ESTOS NIÑOS.
TRAZO UN PLAN DE ACCIÓN RIGUROSO Y DETALLADO AL QUE HAY QUE CEÑIRSE. A LOS PADRES SE LOS AYUDA A
INTERPRETAR LOS RESULTADOS DE LOS TESTS DIAGNÓSTICOS QUE SE LE HICIERON AL NIÑO ANTES DE SER DADO EN
ADOPCIÓN (SE DEFINE CADA UNO DE LOS CONCEPTOS Y SE REVISAN Y ANALIZAN TODOS LOS PUNTOS DE VISTA). LOS
PADRES, JUNTO CON LA ESCUELA Y LOS CENTROS DE DIAGNÓSTICO, MONITOREAN, PLANIFICAN Y COORDINAN TODOS LOS
ASPECTOS SIGNIFICATIVOS QUE HACEN A LA, POR ASÍ DECIR, "TRANSFORMACIÓN" DEL NIÑO.
EN MI EXPERIENCIA, LOS PADRES RESPONDEN CON TOTAL COOPERACIÓN Y ENTUSIASMO. SINCERAMENTE CREEN
QUE PUEDEN SER DE UTILIDAD Y QUE, SI CUENTAN CON EL ASESORAMIENTO NECESARIO, PUEDEN APORTAR ESE ELEMENTO
EXTRA QUE VA A HACER QUE EL NIÑO SE EXPRESE MEJOR Y TENGA MENOS DIFICULTADES PARA EXAMINAR SU PASADO,
ENTENDER MEJOR EL PRESENTE Y TENER ESPERANZAS PARA EL FUTURO.

EL FORTALECIMIENTO DEL VÍNCULO MARITAL

CUANDO UN TERAPEUTA TRABAJA JUNTO CON LOS PADRES, EMPIEZAN A OCURRIR MUCHAS COSAS BUENAS, Y DE
LAS MÁS VARIADAS. LOS PADRES EMPIEZAN A CONFIAR EN EL PROFESIONAL Y A PREGUNTAR MÁS. LA PUERTAS SE ABREN Y
UNO TIENE MAYOR LIBERTAD PARA INDAGAR SOBRE TEMAS ESPECÍFICOS DEL MATRIMONIO, COMO SER, TEMAS DE CONTROL,
COMUNICACIÓN ENTRE LOS MIEMBROS DE LA PAREJA, Y UN INTERÉS COMÚN A LOS DOS CÓNYUGES: SU HIJO. ES
EMOCIONANTE PRESENCIAR ESTE CAMBIO, ES DECIR, VER CÓMO EL VÍNCULO MARITAL DE BASE SE FORTALECE Y EMPIEZA A
SER MÁS ÚTIL A TODOS LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA. EN ESTOS OCHO AÑOS QUE LLEVO TRABAJANDO EN PRE-
ADOPCIONES, SIEMPRE HE PUESTO EL ÉNFASIS EN LA IMPORTANCIA DE QUE LOS PADRES SE METAN DE LLENO EN EL
PROBLEMA. POR SUERTE, NINGUNO DE LOS CASOS ESTUVO PRÓXIMO A UN FRACASO. ADEMÁS DE ASESORAR A LOS PADRES
Y MOSTRARLES UNA SERIE DE REALIDADES, SACO A COLACIÓN CUALQUIER PROBLEMA RELACIONADO CON SUS PROPIAS
VIDAS SOBRE EL QUE NECESITAN REFLEXIONAR Y LO CONVERSO CON ELLOS. CREO QUE "MIS PADRES" PROBABLEMENTE
DIRÍAN QUE EL TRATAMIENTO ES UN POCO PARECIDO A LA ESCUELA Y MUY PARECIDO A UNA TERAPIA.
AL TRABAJAR EN UNA DECENA DE CASOS FALLIDOS, PUDE, POR UN LADO, HACER QUE LA FAMILIA QUE HABÍA
SUFRIDO UNA DISRUPCIÓN SE ALEJARA MÁS FÁCILMENTE, Y, POR EL OTRO, PUDE RESPONDER AL PEDIDO DE AYUDA DE LA
FAMILIA NUEVA. A LOS CHICOS QUE ATENDÍ EN CASOS DE DEVOLUCIONES Y QUE SE UBICARON EN NUEVOS HOGARES, LES VA
BIEN. LA CONTINUIDAD DEL TRATAMIENTO CON UN MISMO TERAPEUTA FUE UN FACTOR DE CURACIÓN.

CONSEJOS PARA LOS PADRES

EN RESUMEN, ES MUY ACONSEJABLE QUE LOS PADRES QUE SE ENCUENTRAN EN LAS PRIMERAS ETAPAS DEL
PROCESO DE ADOPCIÓN DE UN NIÑO DE CUIDADOS ESPECIALES:
1. SE COMPROMENTAN A REALIZAR EN ESTUDIO SERIO DE LOS NIÑOS DE CUIDADOS ESPECIALES Y A CONOCER
ACABADAMENTE LAS CONSECUENCIAS EMOCIONALES QUE TIENE SOBRE EL NIÑO UNA HISTORIA EVOLUTIVA
ADVERSA.

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2. QUE TOMEN CONCIENCIA DE QUE VIVIR CON NIÑOS QUE TRAEN UNA HISTORIA DOLOROSA PUEDE SIGNIFICAR UN
RIESGO PARA AQUELLOS PADRES QUE QUIZÁS ESTÉN REPRIMIENDO LOS TRAUMAS Y ABANDONOS DE SU PROPIO
PASADO TRÁGICO (PARA CUALQUIER PADRE ES DIFÍCIL DAR LO QUE NUNCA TUVO).
3. QUE BUSQUEN UN TERAPEUTA FAMILIAR CON EXPERIENCIA EN EL ÁREA DE ADOPCIÓN Y QUE LO VEAN COMO UN
INSTRUMENTO O UNA GUÍA, UNA PERSONA CAPAZ DE TRAZAR PLANES DE ACCIÓN Y BRINDAR AYUDA DURANTE
TODAS LAS ETAPAS DEL PROCESO DE MADURACIÓN Y DESARROLLO DE LA FAMILIA EN SU CONJUNTO.
EN CONCLUSIÓN, CREO QUE ES FUNDAMENTAL QUE LOS PADRES ESTÉN BIEN PREPARADOS Y CUENTEN CON LOS
ELEMENTOS Y EL APOYO NECESARIOS PARA QUE UNA ADOPCIÓN DIFÍCIL LLEGUE A BUEN TÉRMINO. LOS NIÑOS DE CUIDADOS
ESPECIALES SON REALMENTE ESPECIALES Y REQUIEREN RESPUESTAS TAMBIÉN ESPECIALES POR PARTE DE LOS PADRES. EN
LA MEDIDA EN QUE HAYA CADA VEZ MÁS PADRES LO SUFICIENTEMENTE PREPARADOS, PODREMOS SER MÁS OPTIMISTAS Y
PENSAR QUE LOS PADRES HARÁN BIEN SU TAREA, Y QUE HABRÁ MUCHAS MENOS DISRUPCIONES.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

CLINE, FOSTER. PARENT EDUCATION TEST. EVERGREEN CONSULTANTS IN HUMAN BEHAVIOR, EVERGREEN, CO, 1982.
JEWETT, CLAUDIA. ADOPTING THE OLDER CHILD. THE HARVARD COMMON PRESS, HARVARD, MA, 1978.
PLUMEZ, JACQUELINE. SUCCESSFUL ADOPTION: GUIDE TO FINDING AND RAISING A FAMILY. CROWN PUBLISHING CO.,
NUEVA YORK, NY, 1979.

EL ARTÍCULO SIGUIENTE FUE TRADUCIDO POR ALUMNAS DEL TRADUCTORADO DEL LENGUAS VIVAS J.V. GONZALEZ
AL CUAL AGRADECEMOS

Cómo poner fin a la mediación cuando hay abuso


Allan Edward Barsky

Este artículo explora los problemas éticos y clínicos que enfrentan los mediadores cuando abordan
situaciones en las que tienen que poner fin a la mediación por problemas de abuso. El análisis ofrece un
marco estratégico para examinar dilemas éticos y lo aplica a una situación real específica. Aún cuando los
tribunales y los estudiosos de la ética sugieren que los problemas de seguridad son más importantes que
otros valores, la posibilidad de poner en práctica cualquier política sobre el abuso está limitada por falta de
consenso entre los mediadores y porque no se sabe lo suficiente sobre los efectos inmediatos y a largo
plazo de los diferentes cursos de acción.

Si bien hay una cantidad de literatura cada vez mayor sobre temas relacionados con la mediación familiar
y el abuso doméstico (Fischer, Vidmar, y Ellis, 1993; Girdner, 1990a; McIsaac, 1995) se ha escrito poco sobre
qué se debe hacer cuando hay que poner fin a la mediación por problemas de abuso. Este artículo adopta una
mirada crítica a los lineamientos propuestos por el Toronto Forum on Woman Abuse and Mediation (Foro de
Toronto sobre abuso de la mujer y mediación) (Charbonneau, 1993; Landau, 1995) para dar por terminada la
mediación cuando hay dudas sobre la seguridad del proceso, así como también otras opciones para tratar
problemas relacionados con el abuso.

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Supuestos del análisis

La palabra abuso se utiliza en este artículo para designar cualquier clase de maltrato —físico,
sexual, emocional, económico o verbal— entre cualquiera de los adultos involucrados en un proceso de
mediación familiar. Dado que la gran mayoría de los abusadores son hombres, se utilizan sustantivos
masculinos para referirse a la persona que abusa y sustantivos femeninos para referirse a la víctima del abuso.
Este artículo no trata en forma específica los problemas relacionados con el abuso de menores.
Algunos defensores de la causa de la mujer y escritores feministas sugieren que el proceso de mediación
es en sí mismo injusto e implica riesgos para las mujeres y que, por lo tanto, no debería constituir una alternativa
para tratar problemas que se originan durante la separación y el divorcio. Este artículo se basa en la premisa de
que muchas familias deciden utilizar la mediación para resolver problemas relacionados con la custodia de los
hijos, el régimen de visitas, las cuotas de alimentos y la división de bienes. Por lo tanto, la pregunta principal no
es si la mediación es posible, sino cómo tratar los problemas relacionados con la seguridad que surgen una vez
iniciado el proceso de mediación.
Pautas del Foro de Toronto

El Report from the Toronto Forum on Woman Abuse and Mediation (Informe del Foro de Toronto sobre abuso de
la mujer y mediación) (Charbonneau, 1993, p.1) comienza sugiriendo que hay una ―presunción rebatible contra el
empleo de la mediación‖ en los casos que involucran abuso doméstico. En otras palabras, la mediación está
contraindicada para los casos de abuso; sin embargo, la mediación puede ser apropiada si ya no hay abuso, si
ninguna de las partes se siente intimidada y si se toman las medidas necesarias para garantizar la seguridad de
todas las partes. El informe pasa a recomendar una capacitación especializada en problemas de abuso para los
mediadores, métodos para detectar abuso y desequilibrios de poder, protocolos para una mediación sin correr
riesgos, y alternativas diferentes a la mediación para resolver problemas relacionados con la disolución del
matrimonio. El informe establece las siguientes pautas para garantizar la seguridad y el fin de la mediación
(Charbonneau, 1993, pp.23-24; el énfasis está en el original):
Se requiere un cuidado especial para reducir los riesgos al mínimo y aumentar la seguridad al máximo a la hora de dar por
terminada la mediación.
Cuando se da por terminada la mediación porque hay abuso, los mediadores deben tener presentes las consecuencias que
esto implica para la seguridad de la víctima del abuso y sus hijos, así como también para la de sus colegas y el personal de
apoyo.
Recomendación: Los mediadores deben conocer y utilizar estrategias especializadas para dar por terminada la mediación
sin correr riesgos. Entre estas estrategias encontramos las siguientes:

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El mediador debe utilizar, cuando sea apropiado, el lenguaje y la información del abusador como motivo para dar por
terminada la mediación, asegurándose de que nunca se culpe de ello a la víctima del abuso;
Darle la posibilidad al abusador de decidir por sí sólo que la mediación no es adecuada ni es probable que resulte
productiva;
Lograr que la víctima del abuso y/o sus hijos manifiesten lo que necesitan en cuanto a seguridad en el momento de poner
fin a la mediación;
Cuando sea posible, trabajar con el abusador con el fin de idear una estrategia para dar por terminada la mediación;
Permitir que la víctima del abuso se retire primero del lugar donde se realiza la mediación y demorar la salida del abusador.
Los mediadores tienen la obligación ética de garantizar que la mediación resulte un proceso justo y seguro. Deben ser
entendidos en el abuso en relaciones íntimas, su impacto en los niños y su potencial letal. La educación y la capacitación
en materia de abuso debe también incluir a otros grupos de la población como los pobres, las minorías culturales, los
inmigrantes, las parejas homosexuales, los ancianos, etc. Los mediadores deben proporcionar un medio ambiente seguro
para la práctica de la mediación y utilizar las habilidades necesarias para reducir al mínimo los riesgos y aumentar al
máximo la seguridad de sus clientes y sus hijos.
Estas pautas son el resultado de una serie de consultas entre mediadores, defensores de la causa de la
mujer y de los niños, y representantes de la Academy of Family Mediators, Family Mediation Canada, Ontario
Association for Family Mediation, y Society of Professionals in Dispute Resolution. Cuando se discutió este
informe y cuando la Ontario Association for Family Mediation adoptó una política basada en él, yo era
copresidente de esa asociación. En los congresos sobre mediación y programas de capacitación, he participado
en dramatizaciones (representando al ―marido abusador‖) para ayudar a demostrar cómo surgen los problemas
relacionados con el abuso y qué estrategias se pueden utilizar para tratar de garantizar la seguridad de todas las
partes.
En mi calidad de copresidente, y participante en congresos y programas de capacitación para
mediadores, tuve oportunidad de oír comentarios tanto a favor como en contra de las pautas para poner fin a la
mediación sin correr riesgos. Por lo general, los que están a favor se sienten afectados por la naturaleza
insidiosa del abuso y del control, y por la necesidad de proteger a las mujeres de la intimidación, la coerción y
otras formas de violencia. No quieren que la mediación perdone o facilite más abuso. Quienes cuestionan estos
lineamientos pueden sentir que se les impone un programa feminista o políticamente correcto; con frecuencia
argumentan que estos lineamientos violan el principio de la neutralidad del mediador y también pueden sugerir
que el abuso tiene lugar independientemente de que las partes participen de una mediación: los jueces, los
abogados y otros profesionales que brindan el mismo tipo de servicio no dan por terminada su tarea sólo porque
hay abuso doméstico.
Lo único en lo que sí están de acuerdo es en que el debate despierta emociones fuertes en ambos lados.
Para los que han trabajado con personas que fueron víctimas de abuso o fueron testigos de abuso en su propia
familia, no se pueden dejar de lado las cuestiones emocionales. Para los mediadores que nunca han encontrado
problemas significativos de abuso en su práctica, estas cuestiones pueden parecer opinables. Al principio, yo
estaba a favor de cualquier política que tuviera como objetivo salvaguardar del abuso a los participantes de la
mediación; sin embargo, después de haber desempeñado el papel de esposo abusador, comencé a sentirme
cada vez más descontento con muchas de las opciones sugeridas para solucionar estos problemas. Desde el
punto de vista de un abusador, no veía ninguna forma clara de poner fin a la mediación de manera justa y sin
correr riesgos. El siguiente análisis ofrece un marco estructurado para examinar estos problemas. Así como los
mediadores ayudan a sus clientes a buscar puntos en común, este análisis tiene como objetivo ayudar a los
mediadores a acercarse a estos temas conflictivos.

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Análisis de los problemas

Para poder comprender bien los problemas en juego, el siguiente examen usa el marco de Loewenberg y
Dolgoff para analizar los dilemas éticos. El modelo básico para la toma de decisiones incluye once pasos:

1. Determinar el problema y los factores que contribuyen a que siga existiendo.


2. Identificar las personas e instituciones involucradas en este problema, como los clientes, los sistemas de
apoyo a la víctima, otros profesionales, etc.
3. Descubrir los valores de los distintos participantes mencionados en el paso 2 que sean relevantes para este
problema, incluyendo los valores sociales, los valores profesionales y los valores personales de los clientes y
de los que trabajan en la resolución del problema.
4. Fijar las metas y objetivos que deben alcanzarse para resolver (o al menos reducir) el problema.
5. Encontrar estrategias alternativas de intervención y objetivos.
6. Evaluar la efectividad y la eficacia de cada alternativa en términos de las metas fijadas.
7. Decidir quién debería intervenir en la toma de decisiones.
8. Elegir la estrategia más conveniente.
9. Poner en práctica la estrategia elegida.
10. Supervisar la implementación, prestando especial atención a la posibilidad de que surjan consecuencias
imprevistas.
11. Evaluar los resultados y encontrar nuevos problemas.

El problema. Para plantear el problema de manera concreta, se puede tener en cuenta el siguiente
caso. A Maude la contratan como mediadora Harry y Wendy, un matrimonio que se está separando, y le piden
que los ayude a resolver problemas relacionados con las cuotas de alimentos y la división de bienes. Durante la
entrevista de admisión y la evaluación, Harry y Wendy no manifestaron ninguna preocupación significativa con
respecto al abuso o a desequilibrios de poder. Durante la tercera sesión, las partes parecían estar llegando a un
impasse, y Maude decidió tener reuniones privadas con cada uno de ellos. Durante la reunión con Wendy,
Maude la notó visiblemente preocupada y angustiada y la instó a hablar acerca de lo que le preocupaba. Wendy
confesó que, antes de la sesión, Harry le advirtió que se atuviera a las consecuencias si, ese día, no aceptaba
sus términos. En el pasado, Harry la había golpeado, la había amenazado con destruir sus pertenencias y la
había encerrado en una habitación. Wendy no quiere regresar a la habitación donde está él porque tiene miedo
y también teme lo que podría pasar si ella abandona la mediación sin hablar con él. Wendy le ruega a Maude
que no le diga a Harry de qué hablaron en privado. Al evaluar los hechos, Maude decide que la mediación no
puede continuar sin poner en riesgo significativo la salud y la seguridad de Wendy. Además, Wendy se siente
demasiado intimidada para poder negociar de manera justa. El problema que Maude enfrenta es cómo poner fin
a la mediación.
Partes interesadas. Las partes más directamente afectadas por la forma en la que Maude decida
manejar este caso son Wendy, Harry y Maude. Si los clientes de Maude tuvieran asesoramiento legal, entonces
ese abogado tendría intereses como consejero y representante, pero como Maude trabaja sola en la práctica
privada, no tiene que seguir la política de ninguna agencia, compañeros de trabajo o socios. En su condición de
miembro voluntario de la Everywhere Mediation Association, Maude aceptó cumplir con el Código de Etica para
Mediadores Profesionales de la asociación. No hay cláusulas que rijan la actividad de los mediadores en la
jurisdicción de Maude y como ella no está licenciada en derecho, psicología u otra profesión, el único grupo ante
el cual tiene que responder es la Everywhere Mediation Association.
Harry y Wendy han presentado ante los tribunales la demanda de divorcio. El acuerdo para mediar dice
que la información que se obtuvo en el curso de la mediación es confidencial y que las partes aceptan no
citar a Maude a declarar o a que presente sus registros ante el tribunal. El único informe que el
mediador tiene que presentar es una declaración sobre los temas que las partes pidieron que se trataran

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y cualquier acuerdo al que llegaran las partes durante la mediación. La ley no es clara en el caso de
tener que decidir si se aceptan estos acuerdos de haber algún problema relativo a la violencia. Maude
tendrá que evaluar si tiene alguna obligación con el tribunal o el sistema de justicia.
Las partes interesadas pueden incluir a los defensores de la causa de la mujer, los defensores de la
causa del hombre, los refugios y los grupos de apoyo para las víctimas y los sobrevivientes del abuso doméstico.
Aún cuando Wendy y Harry no son miembros de estos grupos, pueden querer formar parte de ellos en el futuro.
Además, las consecuencias de las decisiones que tome Maude sobre la manera de manejar este caso pueden
extenderse a otros como precedente o causa célebre. Maude también debería tener en cuenta a la comunidad
en general, no sólo como una fuente de futuras derivaciones sino también de ética y valores sociales más
amplios.
Valores, metas y objetivos. Los valores y la ética pueden provenir de fuentes personales,
profesionales y sociales. La moral personal de un individuo es subjetiva. Aunque esté arraigada a la experiencia
del individuo, no necesariamente se desarrolla de manera consciente y deliberada (Lehmann, 1992). En cambio,
la ética y los valores profesionales se basan en la reflexión, el debate, el análisis y los procesos mediante los que
se alcanza consenso. Los valores sociales se parecen a los valores personales en tanto pueden o no surgir a
partir de procesos estructurados o intencionales; se pueden expresar en la formulación de políticas públicas o a
través de la legislación. Los valores profesionales tienden a estar basados en los sociales, aunque puede haber
diferencias significativas en cuanto al énfasis y la interpretación (Loewenberg y Dolgoff, 1992).
Cada una de las partes mencionadas puede tener valores diferentes y distintas nociones de lo que está
bien y lo que está mal. Durante esta etapa del modelo para la toma de decisiones, Maude debe determinar, en
primer lugar, toda la gama de valores que representan esas partes. Después puede centrar su análisis en metas
y objetivos más específicos que se originen a partir de estos valores.
Los principales valores que pone de manifiesto este caso son: el carácter sagrado de la vida, la
seguridad de la persona, la confidencialidad, la autonomía, la decisión de revelar información, la neutralidad, la
honestidad y la justicia. Para simplificar el análisis, estos valores no se atribuirán a los individuos particulares
involucrados en este estudio de caso, excepto para señalar que es probable que las partes tengan todos (o casi
todos) estos valores. Donde es más probable que difieran es en la manera de evaluar cada uno de estos valores
en relación con los otros. Este problema se trata en la sección que evalúa las alternativas.
El carácter sagrado de la vida se refiere al hecho de que el ser de un individuo es sagrado o inviolable y
es un valor fundamental en muchas religiones. Además, el estado lo considera un derecho constitucional. La
protección y la preservación de la vida también se consideran parte de la ética profesional de médicos, abogados
y representantes de otras disciplinas asistenciales.
La seguridad de la persona se refiere a estar exento de daño físico o psicológico, así como de la
violación de sus derechos personales. En la sociedad, este valor se refleja con claridad en la policía y otros
organismos que hacen cumplir las leyes y están destinados a proteger a los ciudadanos de sufrir perjuicios. La
seguridad de la persona puede basarse en el valor de la beneficencia: la noción de que se debe promover el
bien y actuar de manera correcta. Inversamente, el principio de la no malevolencia implica: evitar participar en
actividades que puedan dañar a otros (Lehmann, 1992).
Las recomendaciones del Foro de Toronto (Charbonneau, 1993) sobre la manera de poner fin a la
mediación sin correr riesgos destacan la protección de la vida y la seguridad de la persona. Sin embargo, antes
de la década de 1990, en la literatura sobre la ética y los valores del mediador se discutía poco acerca de ellos.
La mayor parte de la literatura sobre mediación enfatiza valores como: la neutralidad, la imparcialidad y el
empowermenti del mediador (Bush, 1989; Haynes y Haynes, 1989; Stulberg, 1981).
La autonomía está relacionada con la seguridad de la persona, pero se refiere más específicamente a
que el estado no intervenga y al derecho a la autodeterminación. En la asistencia social y otras profesiones
relacionadas con la salud mental, el derecho a la autodeterminación deriva del respeto a la dignidad de todos los
individuos y la creencia de que el mejor medio ambiente para el desarrollo humano es el que le permite al
individuo elegir por sí solo. La autodeterminación es un valor fundamental en mediación. Los defensores de la

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mediación afirman que ésta les da las herramientas a los individuos para que tomen sus propias decisiones
(Bush, 1989). Contrariamente a lo que ocurre en los tribunales, el arbitraje y las evaluaciones, en mediación los
individuos que están involucrados en el conflicto son los responsables de tomar las decisiones.
La decisión de revelar información y el consentimiento informado son valores que también están
relacionados con el concepto de autonomía. Estos valores se basan, en parte, en el derecho constitucional de la
libertad de expresión e información. Los mediadores aconsejan a las partes que intercambien información para
que sea posible que tomen decisiones justas y con conocimiento de las circunstancias. Los mediadores valoran
la comunicación franca como un medio de promover la negociación entre las partes basada en ciertos principios.
Si una de las partes no revela información significativa a la otra, la primera puede tener ventajas en las
negociaciones. Sin embargo, sacar provecho de este desequilibrio de poder informativo puede tener un efecto
perjudicial en las relaciones entre las partes (Fisher y Ury, 1981).
Aunque la confidencialidad parezca lo contrario de revelar información y del consentimiento informado
también es un valor en la mediación. La confidencialidad se basa en la privacidad, que es un valor más general.
Los abogados, los asistentes sociales y otros profesionales de disciplinas asistenciales se proponen respetar la
privacidad de sus clientes al mantener en secreto toda la información que obtuvieron durante el curso de sus
servicios profesionales. La confidencialidad deriva entre otras cosas del deseo de evitar que las personas que
reciben ayuda profesional sufran vergüenza o algún otro daño que pudiera resultar si se revela información
necesaria para que la ayuda resulte eficaz (Promislo, 1979). Por ejemplo, los miembros de una familia pueden
preferir la mediación a un juicio porque la mediación les ofrece un espacio privado para ventilar sus desacuerdos.
Así, los mediadores y otros profesionales utilizan la confidencialidad para crear lazos de confianza con sus
clientes. La confidencialidad no es un valor absoluto: el profesional y su cliente deben definir su naturaleza y sus
límites. Por ejemplo, es una obligación legal denunciar el abuso de menores. En la mediación, las partes deben
ponerse de acuerdo con respecto a la clase de información que revelarán y qué información, si la hubiera, se
pondrá a disposición del juez (en caso de que las partes luego vayan a juicio). Cuando los mediadores tienen
reuniones privadas con cada una de las partes, tienen que llegar a un acuerdo sobre la posibilidad de revelar
información y, en tal caso, cómo hacerlo. Algunos mediadores prefieren ponerse de acuerdo con las partes en
que toda la información revelada por una de las partes puede ser compartida por el mediador con la otra; queda
a discreción del mediador y bajo su responsabilidad decidir si debe revelar la información y de qué manera
hacerlo. La ventaja que ofrece este método es que el mediador deja bien en claro que tratará de que no se
retenga la información. Si una de las partes no quiere compartir cierta información, puede elegir no revelarla al
mediador. Al principio, otros mediadores prefieren ofrecer confidencialidad a cada una de las partes durante las
sesiones individuales; durante la sesión el mediador puede pedir a esa parte que acepte revelar la información
de manera parcial o total con la otra. La ventaja que ofrece este método radica en que las partes pueden
sentirse más seguras para compartir cierto tipo de información y explorar opciones con el mediador. Sin
embargo, se corre el riesgo de que se le pida al mediador que mantenga información en secreto aún cuando él
considere necesario revelarla.
La honestidad se refiere a tratar a otros con franqueza e integridad. Los profesionales promueven la
honestidad porque es inherentemente correcta, pero también se considera que ser genuino y auténtico es una
condición fundamental para el cambio terapéutico (Ivey, 1994). Por ejemplo, los mediadores pueden utilizar la
honestidad para crear lazos de confianza con sus clientes. El hecho de que a un mediador se lo perciba como
una persona honesta contribuye a que consiga derivaciones en el futuro. Dos aspectos importantes del proceso
de mediación son la veracidad y el hecho de revelar toda la información. Una de las maneras en que un
profesional puede lograr que sus clientes actúen de acuerdo con estos valores es ―predicar con el ejemplo‖.
Decidir si se justifica que los profesionales que prestan ayuda no revelen toda la verdad o incluso engañen a sus
clientes involucra un juicio de valor. No es sólo una cuestión empírica (Loewenberg y Dolgoff, 1992).
Los mediadores profesionales consideran que la neutralidad es un valor aunque no necesariamente
respetado en la sociedad en general. El valor de la neutralidad se compone de dos aspectos: imparcialidad y
equidistancia. El primero se refiere a ―la capacidad del mediador… para mantener una relación imparcial con los
litigantes… sin favorecer a una parte u otra por el bien del grupo‖ (Rifkin, Millen y Cobb, 1991, p.152). El
segundo se refiere a ―la capacidad del mediador de ayudar a los litigantes a expresar su ‗versión‘ del caso‖
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(Rifkin, Millen y Cobb, 1991, p.152). Cuando se busca la ayuda de un familiar o un amigo, por lo general, se
espera que la persona se interese, exprese una opinión, dé un consejo, ofrezca apoyo o ayude a tomar una
decisión. En cambio, los mediadores promueven la neutralidad con el fin de conseguir la confianza de todas las
partes involucradas en una disputa y estimularlas a asumir la responsabilidad con respecto a la manera en que
se maneje el conflicto. El hecho de que los mediadores apoyen la neutralidad no significa que no tengan
valores. Los mediadores creen en la toma de decisiones por consenso, en revelar información, etc. Sin
embargo, si un mediador se inclina a favor de un resultado específico, no está de acuerdo con la noción de
neutralidad. Por ejemplo, un mediador que se inclina por la tenencia compartida debería informar este hecho a
las partes antes de comenzar el proceso. De esta forma, las partes pueden decidir si quieren o no utilizar los
servicios de un mediador con esta inclinación. El Informe del Foro de Toronto (Charbonneau, 1993) sugiere que
los mediadores no deben ser neutrales en los casos que involucren abuso doméstico. Hasta la fecha, la
literatura sobre mediación no ha examinado en profundidad todo lo que implica este punto de vista.
La justicia se refiere a la noción de que tanto los individuos como los grupos deben ser tratados de
manera equitativa; esto no necesariamente significa tratar a todos de la misma manera. La justicia tiene en
cuenta las diferencias entre las partes (Loewenberg y Dolgoff, 1992). Por ejemplo, un mediador utiliza un
enfoque no-directivo y trata a todos del mismo modo. Si el poder está relativamente equilibrado entre las partes,
el proceso puede ser justo. Sin embargo, si existe un desequilibrio significativo de poder, puede deberse a que
el mediador permite que la parte con más poder saque ventaja desmedida de la más débil. La justicia es un
valor que podría usarse para justificar que un mediador tome medidas para equilibrar el poder entre las partes.
Por ejemplo, si una de ellas domina la discusión, el mediador puede proponer una regla que asegure a ambas la
misma cantidad de tiempo para expresar sus preocupaciones. No todos los mediadores están de acuerdo en
que su papel consiste en asegurar que el proceso de mediación sea justo. Muchos también dudan acerca de
que sea correcto que el mediador equilibre el poder entre las partes (Haynes y Haynes, 1989; Bush y Fogler,
1994).
En cuanto a la forma de proceder, podemos decir que la meta de Maude consiste, a grandes rasgos, en
encontrar un equilibrio entre cada uno de los valores mencionados. Más específicamente, la mediadora debería
incluir entre sus objetivos los siguientes: promover la seguridad de todas las partes; contribuir a que Wendy y
Harry resuelvan (si bien no necesariamente a través de la mediación) los conflictos por los que recurrieron a este
proceso; defender, en la medida de lo posible, la confidencialidad, la autonomía, la decisión de revelar
información, la neutralidad, la justicia y la honestidad, y si resulta inevitable hacer concesiones respecto de
alguno de estos valores, minimizar el riesgo o el costo que ello pueda implicar; tratar este caso de modo que se
pueda sentar un precedente positivo para el futuro. El código de ética por el que se rigen los miembros de la
Everywhere Mediation Association suscribe cada uno de estos valores, pero no es claro respecto de cuáles
tienen prioridad en caso de que surja un conflicto entre ellos.
Identificar y evaluar alternativas. El Informe del Foro de Toronto sobre abuso de la mujer y mediación
establece que se debe poner fin a la mediación si el proceso deja de ser seguro para una de las partes. Con el
objeto de minimizar el riesgo, el informe sugiere que el mediador no debería informar al abusador que se pone fin
al proceso por cuestiones de seguridad, y que, en cambio, debería ayudarlo a encontrar razones alternativas
para poner fin a la mediación. Esta estrategia tiene como objetivos evitar que se culpe a la víctima de abuso y
disminuir las probabilidades de que el abusador se vuelva más peligroso para aquélla.
El enfoque recomendado en el informe respeta los valores del carácter sagrado de la vida y la seguridad
de la persona. En nuestro ejemplo, Maude podría justificar este enfoque en función de la necesidad de proteger
a Wendy del abuso. Sin embargo, esta postura implica hacer concesiones con respecto a algunos de los otros
valores. Si Maude no le explica a Harry cuáles son las verdaderas razones por las que se pone fin a la
mediación, ¿tiene una actitud honesta con él? El Informe del Foro de Toronto no recomienda que Maude mienta
a Harry por completo; sí puede ayudarlo a encontrar sus propias razones para poner fin a la mediación. Si Harry
ha puesto en tela de juicio la posibilidad de que la mediación los lleve a un acuerdo o si ha expresado su
descontento en relación con el tiempo que pueda tomar la mediación, Maude puede alentarlo a que decida poner
fin al proceso.

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De este análisis parecen surgir más interrogantes que respuestas. Si bien Maude no miente a Harry por
completo, ¿actúa con total honestidad? ¿Se brinda a Harry la oportunidad de poner fin a la mediación sobre la
base del consentimiento informado? Dada su situación, Wendy pidió a Maude que no le dijera a Harry por qué
quería poner fin a la mediación. Así, Maude puede respetar el derecho de Wendy a la confidencialidad, pero,
¿acaso esta postura no traiciona el valor –clave en el proceso de mediación– según el cual toda información
importante debería revelarse? ¿No refuerza la creencia de una víctima en cuanto a que el abuso sufrido debe
ocultarse? ¿No promueve futuros abusos puesto que no se responsabilizó a Harry de lo ocurrido? ¿No podría
Harry volverse más violento si creyera que se lo está manipulando o engañando?
A Maude puede no preocuparle que Wendy y Harry la vean como una tercera parte neutral o justa. Al
poner fin a la mediación por cuestiones de seguridad, Maude ha dado un mensaje claro: ella no es
neutral en lo que concierne al abuso. Como se ha puesto fin a la mediación, ya no importa si Harry la ve
o no como una mediadora neutral. No obstante, el problema se extiende más allá del caso particular.
Consideremos que ocurriría si los abogados, los defensores de la causa de la mujer, los defensores de la
causa del hombre y otros miembros de la comunidad se enteraran de que Maude y otros mediadores
ponen fin a casos de mediación por razones de este tipo. ¿Tendrán suficiente confianza en la mediación
para recomendarla a quienes ellos representan? Además, ¿qué ocurrirá cuando Harry comience a
contar a otras personas cuál fue el motivo por el que decidió poner fin a la mediación? Harry puede decir
que la mediación es una pérdida de tiempo y que Maude se valió de eso para alentarlo. De ser así, ¿no
adquiriría la mediación una reputación de ser cínica que no era intencional ni, quizás, merecida?
Criticar el enfoque recomendado por el Informe del Foro de Toronto es mucho más fácil que ofrecer una
alternativa mejor. A esta altura del análisis, el objetivo es hacer una lluvia de ideas en la que surjan tantas
opciones como sea posible y no sólo aquéllas que, en un principio, creemos convenientes. A continuación
presentaremos, a modo de ejemplo, algunas opciones que hemos analizado a fin de incluirlas en este artículo;
los debates futuros sobre este tema no deberían limitarse a ellas:
Después de reunirse con Wendy, Maude debería revelar de inmediato a Harry su preocupación con
respecto a la posibilidad de un nuevo abuso y tomar todos los recaudos adicionales que considere necesarios
para garantizar la seguridad inmediata de todos. Por ejemplo, Maude podría confrontar a Harry acerca del temor
a futuros abusos en presencia de una o más cuartas partes (por ejemplo, el abogado de Harry, un agente de
policía o un miembro del personal de seguridad). Maude podría elaborar con Wendy un plan para prevenir
riesgos, pero no podría prometerle que mantendrá en secreto su preocupación con respecto al abuso. Este
curso de acción tendría como objetivo respetar el valor de la seguridad del cliente, así como también los de
honestidad e integridad. Al formular su posición respecto de las amenazas y el abuso, Maude ha definido un
área en la que no será neutral, lo cual permite que todas las partes puedan decidir, sobre la base del
consentimiento informado, si pondrán o no fin a la mediación. En otras palabras, quizás no sea necesario que
Maude ponga fin al proceso. Si todas las partes logran ponerse de acuerdo en cuanto a un método que permita
llevar a cabo la mediación de modo tal que se garanticen la seguridad y la justicia, Maude no se verá obligada a
dejar el caso. Por ejemplo, Maude podría utilizar reglas básicas, shuttle mediationi, teleconferencias o
disposiciones judiciales de protección a fin de seguir adelante con la mediación. Si Maude o cualquiera de las
otras partes decide que no es posible continuar con la mediación de modo tal que se garanticen la seguridad y la
justicia, al menos las partes saben cuáles son las verdaderas razones por las que se pone fin al proceso. Maude
también puede orientar a las partes en cuanto a qué otras alternativas pueden utilizar para resolver sus
conflictos.
Si la confrontación del abusador tiene lugar en la oficina del mediador, este último puede estructurar su
intervención de manera que reduzca al mínimo el riesgo de violencia no sólo inmediata, sino también futura. Los
mediadores que evitan que la confrontación del abusador se lleve a cabo en sus oficinas deberían preguntarse si
no lo hacen sólo con el fin de reducir al mínimo el riesgo para ellos mismos. Una actitud que da a entender ―en
mi oficina, no‖ pasa por alto la realidad a la que se enfrentan los clientes cuando regresan a su casa.
Si a los mediadores realmente les preocupa el bienestar de sus clientes, ¿deberían hacerse
responsables de la forma en que se confronta a los abusadores? Desde el punto de vista de Wendy, este curso
de acción puede implicar hacer concesiones con respecto a los valores de la confidencialidad y de la
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autodeterminación. En una reunión privada, Maude alentó a Wendy a que revelara su preocupación con respecto
a la seguridad. Si Wendy accede a que Maude confronte a Harry con esa información, se respetan esos valores.
No obstante, si Wendy no presta su consentimiento, Maude puede encontrarse en un dilema: si prometió que
todo lo que hablaron sería mantenido en absoluta reserva, podría tener que elegir entre violar la confidencialidad
de Wendy y violar los principios de neutralidad y de honestidad para con Harry. Si Maude no hubiera prometido
a Wendy que todo lo que hablaran en la reunión privada sería mantenido en absoluta reserva, ¿habría revelado
Wendy lo que le sucedía? Además, ¿hasta qué punto puede Wendy ejercer su derecho a la autodeterminación
en una situación en la que se siente extremadamente intimidada?
En lo que respecta a la seguridad inmediata y a largo plazo de Wendy, la literatura no especifica si
resulta más eficaz confrontar de inmediato a la parte abusadora o alentarla a poner fin a la mediación por otras
razones. Si Maude decide confrontar a Harry, ¿puede recurrir a un miembro del personal de seguridad o a otra
persona que contribuya a garantizar tanto la seguridad de Wendy como la propia? ¿Qué sucederá después de
que Harry se vaya de la oficina? Si Maude confronta a Harry, ¿se culparía, así, a Wendy de poner fin a la
mediación? ¿En qué circunstancias es más probable que Harry se ponga violento? ¿En qué circunstancias es
más probable que surjan consecuencias negativas: si se confronta a Harry de manera inmediata o si no se le
dice cuáles son las verdaderas razones por las que se pone fin a la mediación? Sin duda alguna, influirá en la
respuesta la manera en que se confronte a Harry, o se lo manipule con el objeto de poner fin a la mediación. Es
necesario seguir investigando sobre este tema, pero experimentar con situaciones de riesgo a fin de lograrlo
también implica dilemas éticos. Las experiencias de psiquiatras y otros terapeutas también pueden resultar útiles
para los mediadores (Quinn, 1984).
Maude no debería haberse reunido en privado con cada una de las partes. Dadas las circunstancias,
Maude puede lamentar haberse reunido en privado con cada una de las partes. Algunos mediadores prefieren
no llevar a cabo nunca reuniones de este tipo; quizás consideren que esta postura les permite mantener la
neutralidad y la percepción que las partes tienen de ellos como neutrales. Si un mediador se reúne en forma
privada con una de las partes, ésta puede revelar información que debería darse a conocer a la otra parte o tratar
de que el mediador se incline a su favor. Al reunirse con las dos partes en forma conjunta, el mediador establece
una norma a favor de la decisión de revelar toda la información. Debido a que las partes pueden ocultar
información pertinente, otros mediadores prefieren reunirse en privado con cada una de ellas ya que así pueden
explorar temas delicados y quizás llegar a encontrar una manera de revelar la información con la que las partes
puedan sentirse cómodas. Dadas las circunstancias, Maude se encuentra en un dilema debido, en parte, a que
se reunió con Wendy en forma privada; sin embargo, si esa reunión no hubiera tenido lugar, ¿no estaría Wendy
frente a un riesgo de abuso aún mayor? ¿No habría aceptado condiciones injustas con el fin de apaciguar a
Harry? Si bien los mediadores han debatido durante mucho tiempo sobre la conveniencia de tener reuniones
privadas, en la literatura no existen datos concluyentes que indiquen cuál de los dos enfoques resulta más
seguro o más eficaz en otros sentidos. Puesto que Maude ya se reunió en privado con Wendy, tendrá que
decidir qué hacer en este caso y desarrollar su propia política en cuanto a si, en casos futuros, volverá a reunirse
en privado con cada una de las partes.
Maude debería seguir adelante con la mediación como si no existiera ningún tipo de preocupación por la
seguridad de Wendy. Desde el punto de vista de Harry, se podría argumentar que su derecho a la
autodeterminación implica que el mediador no debería intervenir en lo que concierne al modo en que trata a
Wendy. No obstante, la autonomía no implica que Harry tenga derecho a abusar de otra persona. Si Maude
hace caso omiso de la información obtenida, podría poner en peligro a Wendy y traicionar el valor según el cual
la información que surge en la mediación debe compartirse con la otra parte. A simple vista, este curso de
acción puede parecer absurdo; no obstante, si Wendy pide a Maude que no revele esa información a Harry, este
curso de acción sí respeta la decisión de Wendy en cuanto a la manera de proceder. Los mediadores y otros
profesionales asistenciales hablan de posibilitar el empowerment de los clientes a fin de que éstos tomen sus
propias decisiones (Bush y Fogler, 1994; Lehmann, 1992). Aun en el caso de que Maude piense que mantener
en secreto el tema de la seguridad pone a Wendy en una situación extremadamente riesgosa, ¿tiene derecho a
decidir por su cliente qué riesgos debe correr? Dado que no se sabe con certeza cuál es la mejor forma de
proceder en este tipo de circunstancias, quizás Wendy sea quien mejor puede evaluar los riesgos de los distintos
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cursos de acción, ya que conoce bien a Harry. Por otro lado, las mujeres que han sido víctimas de abuso
pueden restarle importancia al riesgo y no tomar suficientes recaudos con el fin de protegerse. Algunos
investigadores también afirman que, aun cuando una víctima potencial trate de tomar medidas preventivas, los
recursos legales y la aplicación de la ley resultan insuficientes para garantizar la seguridad (Quinn, 1984).
Podría considerarse que, como política a seguir, este curso de acción respeta el valor de la neutralidad
del mediador. De ese modo, los mediadores no adoptarían una postura con respecto a la mediación y
permitirían a las partes negociar libremente, sin imponer sus propios valores. Si bien los golpeadores y otras
personas en situaciones ventajosas en términos de poder podrían estar a favor de una política de este tipo, ésta
plantea serios interrogantes acerca de la justicia y la seguridad que la mediación garantiza a las víctimas de
abuso y otras personas que en términos de poder se encuentran en desventaja.
Maude no debería haber elegido la mediación para Wendy y Harry. Al igual que con la segunda opción,
en el caso que nos ocupa ya es demasiado tarde para evitarlo. En el futuro, Maude tendrá que decidir si volverá
a desempeñarse como mediadora y, en tal caso, cómo puede darse cuenta a tiempo de que un caso como el de
Wendy y Harry no resulta apropiado para la mediación. Su decisión podría basarse en un análisis utilitario: la
mediación, ¿resulta más beneficiosa que perjudicial? Si bien los críticos y los defensores de la mediación ya han
expresado sus opiniones acerca de este interrogante en la literatura, muchos de los argumentos son de
naturaleza especulativa. En un estudio sobre casos de divorcio con y sin mediación previa, los investigadores no
encontraron ninguna diferencia significativa en lo que concierne a la frecuencia de abuso entre estos dos tipos de
casos (Ellis, 1994). Aunque el debate sigue abierto, los defensores de la mediación pueden afirmar que ni un
tribunal, ni una negociación conducida por abogados, ni el counseling, ni la cárcel son métodos infalibles para
prevenir situaciones de abuso. Han ocurrido muertes y hechos de violencia incluso en los tribunales (Barbanel,
1993; Brown, 1993). De hecho, Ellis (1994) observó que llenar una declaración jurada con información que
perjudicaba al cónyuge constituía uno de los pocos indicadores estadísticamente significativos de abuso
posterior a la separación. Ya sea que la violencia se manifieste en la sala del tribunal o en el curso de procesos
alternativos, lo primordial debería apuntar a la manera de reducir el riesgo en lugar de rechazar el proceso. La
responsabilidad del abuso recae en primer lugar en la parte abusadora y no en el mediador. Sólo cuando se
considera que la mediación o alguno de estos procesos conducen a la violencia más que al beneficio social se
justificará rechazar ese proceso. Para poder resolver este dilema, se requiere más investigación y experiencia
práctica.
A quién involucrar en la toma de decisiones. Lo ideal sería que todas las partes interesadas
participaran en la decisión acerca de cómo poner fin a la mediación. Sin embargo, dada la situación en la que se
encuentra Maude, la preocupación por la seguridad de Wendy es primordial. Maude no tendría suficiente tiempo
para consultar a todas las partes y procesar las cuestiones sin riesgos. No obstante, en términos de política por
seguir, resultaría beneficioso consultar a una amplia variedad de representantes de diferentes disciplinas. El
Foro de Toronto reunió a representantes de tres grupos principales: mediadores, defensores de la causa de la
mujer y personas que trabajan con mujeres golpeadas. También sería beneficioso consultar a defensores de la
causa del hombre, abogados, jueces y agentes de policía, así como a los que trabajan con golpeadores.
Debido a que la seguridad de Wendy está en juego, resulta obvio
que Maude debe incluirla en el proceso de toma de decisiones. En lo posible, las dos intentarán llegar a un
acuerdo acerca de cómo proceder. Si, en última instancia, no lograran ponerse de acuerdo acerca de qué
medidas tomarán, Maude tendrá que decidir si respetará la posición de Wendy o si intentará imponer la propia.
Si existe la posibilidad de consultar a supervisores o colegas, Maude debería hacerlo (Lehmann, 1992).
No es sencillo decidir si se hará participar o no a Harry en la toma de
decisiones ni determinar la manera de hacerlo. Dado que la mediación se define como un proceso de toma
conjunta de decisiones, cabría esperar que la decisión de poner fin a la mediación se tomara en forma conjunta.
Además, la decisión de hacer participar a Harry podría basarse en el argumento de la autodeterminación. Desde
el punto de vista de Harry, si se decide concluir la mediación sobre la base de las acusaciones de Wendy, se
violaría el principio según el cual se presume que todo individuo es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Si no se lo consulta, no tendrá la oportunidad de responder a las acusaciones. Este argumento no tiene en
cuenta que la decisión de poner fin a la mediación no constituye una forma de castigo ni coarta los derechos de
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Harry. Cualquiera de las partes puede abandonar la mediación, es decir, tanto Wendy como Harry pueden poner
fin a la mediación de manera unilateral. Desde el punto de vista de Maude, la mayor preocupación es si Wendy
puede negociar en forma justa y sin riesgos, lo que resultará imposible si Wendy se siente intimidada. Por lo
tanto, se trata de una cuestión subjetiva. El mediador no necesita probar que hay intimidación de una de las
partes para poder poner fin a la mediación (Charbonneau, 1993; Girdner, 1990b).
¿Qué decisión tomar? Ninguna de las opciones propuestas ofrece una resolución obvia al dilema
axiológico en el que se encuentra Maude, ya que cada una tiene ciertos riesgos, ventajas y desventajas. A fin de
elegir entre opciones que no son perfectas, se podrían aplicar las siguientes teorías éticas: la deontología, la
teleología y la justicia.
La deontología sostiene que ciertas acciones son intrínsecamente
buenas o correctas. Las acciones pueden justificarse como una cuestión de principios, al margen de las
consecuencias. En nuestro ejemplo, un deontólogo podría sostener que los principios de honestidad y de revelar
toda la información son principios universales o reglas de oro. Por consiguiente, el mediador debería ser honesto
y franco con ambas partes, al margen de las consecuencias. Por otro lado, un deontólogo también podría
sostener que las reglas de oro son la confidencialidad y la autodeterminación. Así, una mujer que revela que ha
sido víctima de abusos tiene derecho a que esa información se mantenga en absoluta reserva, al margen de las
consecuencias. El problema de este enfoque es que no proporciona un marco que permita elegir entre dos o
más conjuntos de valores en conflicto.
La teleología (que incluye el utilitarismo) sostiene que las decisiones deberían basarse en el curso de
acción que lleve a las consecuencias más favorables. En otras palabras, el fin justifica los medios. Se podría
utilizar este enfoque para justificar el hecho de que se mienta a Harry a fin de proteger a Wendy. Sin embargo, el
utilitarismo podría pasar por alto los intereses de los individuos o de los grupos minoritarios en la medida en que
apunte al ―mayor bien‖ (por ejemplo, el mejor fin para el mayor número de personas). Los mediadores podrían
argumentar que sus servicios son más beneficiosos que perjudiciales. De ser ello cierto, se justificaría exponer a
un cliente al riesgo de sufrir abusos si el propósito es proteger la integridad de la profesión para la mayoría de
quienes recurren a ella. El problema de un enfoque teleológico es que no resulta fácil justificar por qué un fin es
cualitativamente mejor que otro. Además, este enfoque puede llevar a diferentes actitudes según se apunte a los
objetivos inmediatos o a los de largo plazo. Si lo que a Maude le preocupa es la seguridad inmediata de Wendy,
puede tratar de ocuparse de la manera de poner fin a la mediación sin provocar el enojo de Harry. En cambio, si
lo que le preocupa es la seguridad de Wendy a largo plazo (y la de los que pueden llegar a sufrir los abusos de
Harry), quizás resulte más conveniente optar por otro tipo de intervención. Si bien la literatura sobre abuso
doméstico reconoce ciertos patrones de violencia, no existe consenso en lo referente a qué curso de acción es
más conveniente en una situación como la de Maude.
Un enfoque judicial tiene en cuenta los derechos de los individuos en relación con los de otro. En la
sociedad, los recursos y las cargas se pueden distribuir sobre la base de los principios de tratamiento igualitario,
mérito, esfuerzo o contribución social. En el caso que nos ocupa, el problema podría formularse en términos de
lograr un equilibrio entre los derechos de Wendy a la confidencialidad, la autodeterminación y la seguridad, y los
derechos de Harry a la honestidad, la autodeterminación y la decisión de revelar toda la información. Algunos
podrían sostener que se debería dar prioridad a los derechos de Wendy dado que Harry es el victimario. No
obstante, este argumento entra en conflicto con el principio según el cual se presume que un individuo es
inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Tanto los estudiosos de la ética como los jueces han señalado que la seguridad de un individuo tiene
prioridad sobre otros valores (Loewenberg y Dolgoff, 1992; Quinn, 1984). Sin embargo, las situaciones
examinadas en estos casos y artículos son muy distintas del dilema de Maude. Por ejemplo, Tarasoff
consideraba que los psiquiatras u otros terapeutas tienen el deber de advertir a las víctimas potenciales de sus
pacientes o clientes acerca del daño que éstos podrían ocasionarles. El juez dictaminó que el deber de advertir
a las víctimas potenciales superaba en importancia al deber profesional de respetar la confidencialidad. Otros
análisis éticos han establecido una jerarquía de valores similar: se considera que la vida y la seguridad de una
persona tienen prioridad sobre la autodeterminación, la veracidad, la confidencialidad y la decisión de revelar

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toda la información (Loewenberg y Dolgoff, 1992). A veces, se justifica la preeminencia del derecho a la vida
alegando que, sin vida, no se puede gozar de ningún otro derecho.
Si Maude sabe que Wendy sufrirá daños graves e inmediatos si se
revelan sus razones para poner fin a la mediación, entonces tiene motivos justificados para retener toda la
información e incluso para engañar a Harry. En la mayoría de los casos, las respuestas no resultan tan obvias
debido a que el mediador no sabe con ninguna certeza cuáles son los riesgos relativos (tanto inmediatos como a
largo plazo) que implicarán los distintos cursos de acción. En el momento de tomar una decisión acerca de qué
política seguir, los mediadores deben tener en cuenta las consecuencias que implicará para cada uno de los
clientes que se encuentre en peligro de sufrir abusos así como las consecuencias más generales para la
mediación como profesión. Si bien este análisis no ofrece una regla de aplicación universal, sí proporciona un
marco para abordar este tipo de cuestiones.

Implementación, supervisión y evaluación.

Muchos servicios y asociaciones de mediación han desarrollado políticas para abordar cuestiones
relacionadas con el abuso. A medida que se implementan estas políticas, es necesario que se lleven a cabo
investigaciones con el objeto de supervisar y evaluar su eficacia. También es necesario que cada mediador
realice un seguimiento de sus clientes como parte de su responsabilidad profesional. En primer lugar, el
seguimiento puede utilizarse como parte de un plan vinculado con la seguridad para tratar de garantizar que éste
se cumpla y para ofrecer ayuda extra, cuando fuera necesaria. Como bien saben los mediadores, los conflictos
no se solucionan definitivamente, sino que tienden a persistir. Por medio del seguimiento, el mediador también
puede aprender de la experiencia qué cursos de acción suelen tener resultados más favorables y en qué
situaciones.
A medida que los mediadores y los investigadores reúnen más
información y adquieren mayor experiencia, pueden estar mejor preparados para responder a los interrogantes
más difíciles planteados en este artículo. Los mediadores también pueden utilizar otros modelos para el análisis
de las cuestiones éticas (Cooks y Hale, 1994; Reamer, 1990). Por ejemplo, la literatura feminista señala que el
desarrollo moral y el razonamiento ético pueden ser distintos para el hombre y para la mujer (Gilligan, 1982;
Lehmann, 1992; Manning, 1992). Así como no existe una única respuesta correcta a un dilema ético, puede
haber muchos enfoques distintos —aunque legítimos— para analizar las cuestiones éticas.
Resulta prematuro ofrecer un punto de vista que cuente con el consenso general en lo que se refiere a la
manera de poner fin a la mediación cuando surgen problemas vinculados con el abuso. Sin embargo, las
siguientes pautas pueden resultar útiles para tratar de acercar a las partes: (1) los mediadores, los abogados,
los defensores de la causa del hombre y los de la causa de la mujer, los jueces, los asesores, los profesionales
de la salud mental y los integrantes de las fuerzas policiales comparten la responsabilidad de tratar el problema
del abuso en el contexto de la separación y el divorcio. (2) Es necesario que los mediadores y otros
profesionales que trabajan con parejas en proceso de separación puedan evaluar qué casos son adecuados para
la mediación y cuáles son más adecuados para otros tipos de intervenciones, teniendo en cuenta el riesgo de
abuso, el desequilibrio de poder y la capacidad de negociar. (3) Es necesario que los mediadores y otros
profesionales que trabajan con parejas en proceso de separación continúen desarrollando medidas preventivas y
evalúen su eficacia para cada uno de sus propios modos de intervención. (4) Es necesario que los servicios y
las asociaciones de mediación ofrezcan capacitación y apoyo (incluyendo las consultas relacionadas con
cuestiones éticas) para contribuir a que los profesionales tomen decisiones éticas de manera más eficaz. (5) Es
necesario que los mediadores y otros profesionales que trabajan con parejas en proceso de separación lleguen a
un consenso en cuanto a que la seguridad tiene prioridad en situaciones de abuso. (6) Sobre la base de este
consenso, es necesario que los mediadores investiguen de qué manera se puede poner fin al proceso debido al
abuso de un modo que promueva la seguridad y otros valores de la mediación (o que al menos reduzca al

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mínimo la tendencia a no respetarlos); es necesario tener en cuenta tanto las consecuencias inmediatas como
las a mayor plazo.
Si bien puede haber consenso en lo que respecta a la seguridad como un principio general, los
mediadores aún tienen mucho que aprender acerca de la implementación y las consecuencias de este principio.
Es necesario que consulten a personas que representan una variedad de intereses y disciplinas, y también que
adopten una actitud previsora en lo que hace a estas cuestiones y determinen los pasos a seguir. De lo
contrario, serán otros los que establezcan los objetivos de la mediación.
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Artículo del Clarín, facilitado por el Dr. Juan Pablo Viar 2002 a quien le agradecemos
A FONDO: CARLOS ALBERTO ROZANSKI, JUEZ DE CAMARA

"El delito menos resuelto es el abuso sexual infantil"


Mirar para otro lado. Aun cuando el horror del abuso sexual infantil es viejo como la humanidad, los expertos han
empezado a estudiarlo recién en los últimos 40 años. También para la Justicia es un fenómeno difícil de encarar
quizá porque es un delito que, como pocos, pone al hombre frente a lo más oscuro de su condición.
Analía Roffo. De la redacción de Clarín.
El hoy juez de Cámara del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 de La Plata Carlos Alberto Rozanski tiene
una larga experiencia en los estrados: fue juez y presidente de la Cámara Primera del Crimen de Bariloche y
presidente del Tribunal de Superintendencia Penal y General de Río Negro. El año que viene publicará el libro
"Abuso de niños, niñas y adolescentes. Proteger o silenciar".
Para los pediatras y psicólogos, el tema del abuso sexual infantil es "nuevo", ya que lo describe recién
Henry Kempe en la década del 60. Esa "novedad" complica, imagino, la comprensión del tema. ¿Es más
sencillo para la Justicia?
-No, sin duda. La Justicia lo enfrenta de una manera distinta que la medicina, la psicología y la asistencia social,
porque no evolucionó de la misma manera que esas disciplinas. Pero igualmente el tratamiento del tema le
resulta dificultoso.
¿Por qué?
—Porque las razones que hicieron que un fenómeno tan antiguo recién ahora terminara siendo estudiado
adecuadamente son las mismas que hacen que tarde tanto en entrar en el ámbito judicial y que las prácticas
frente a él sean adecuadas. Dicho de otra manera: hace dos mil años el emperador Tiberio abusaba de bebés.
Se hacía traer los bebés más fuertes que aún estaban siendo amamantados y los llevaba a una pileta con agua.
Los llamaba "mis pececitos" y los obligaba a practicar sexo oral. Fíjese la antigüedad de este horror que continúa
hasta el día de hoy sobre niños, niñas y adolescentes. Empezó a notarse alguna inquietud y censura frente a
estas prácticas en el siglo XIX, pero la actitud histórica general fue mirar para otro lado, por razones poderosas.
Las mismas que hacen que la Justicia tarde en aceptar que debe abocarse inmediatamente a este problema.
¿Cuáles son esas razones poderosas?
—La más profunda es que a ninguno de nosotros nos gusta tomar contacto con el problema. Es algo muy fuerte,
que nos hace daño, mayor o menor según sea la formación que tenga cada uno y según sea su historia personal
y sexual. Si las personas que deben actuar sobre estos temas no tienen una preparación y una contención
adecuadas, van a entrar en crisis graves. Pero lo cierto es que sabiendo que todo esto ocurre, hoy ya no hay
excusas. Porque, de la misma manera que Kempe describió el abuso al que es sometido un chico y las marcas
que le quedan, otro especialista, Ronald Summit, definió con exactitud todo lo que ocurre dentro de un proceso
judicial con una criatura abusada. Y ya nadie puede hacerse el distraído.
¿A qué se refiere?
-Hace poco menos de veinte años, Summit hizo una descripción del síndrome de acomodación. Pinta un modelo
que se repite, como si él hubiera estado presente en cada uno de los expedientes de abuso, o como si las
víctimas de abuso hubieran leído los libros de Summit. El síndrome de acomodación al abuso está conformado
por aquellas etapas por las que atraviesa normalmente el niño o niña o adolescente abusado. Esas etapas
recorren desde el secreto, pasando por las amenazas, las revelaciones tardías —poco convincentes— y la
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retractación del menor. Increíble pero puntualmente, esas etapas se repiten en cada caso judicial. El que no tiene
en cuenta esto —porque no lo conoce o prefiere no conocerlo— va a tratar el abuso sexual infantil como
cualquier otro delito y ahí va a empezar a equivocarse en contra de la víctima.
¿Los jueces no están preparados para reconocer la especificidad?
—En lugar de adjetivar le voy a describir lo que realmente ocurre. Hasta el día de hoy se siguen tomando
declaraciones y se investiga con la misma metodología que se usa para investigar un robo, sin tener en cuenta el
tipo de trauma que cada delito desencadena. La víctima de un robo, por más violento que éste haya sido, nunca
recibe los efectos devastadores en el aparato psíquico que causan, por ejemplo, años de abuso intrafamiliar.
Esto hace que la víctima de uno y otro delito sean distintas. Mientras una está en condiciones de expresar más o
menos fluidamente lo que le pasó, la otra no puede articular su drama.
Veamos el escenario concreto. Durante diez años, usted juzgó en Bariloche muchos casos de abuso
sexual infantil. ¿Hay rasgos que se repiten y sirven para caracterizar a la víctima y al victimario y predecir
la conducta del juez?
—Respecto de las víctimas, lo que percibí es que se dan características muy parecidas, sea la condición social
que fuere, hayan estudiado en el colegio o no. También hay enorme similitud en la forma en que reaccionan ante
cada instancia del juicio, tal como le dije que lo enuncia Summit y que tiene que ver con los efectos traumáticos
que todas cargan.
¿Cuáles son esos rasgos repetidos?
—Hay una enorme cantidad de niñas —la mayoría de los abusos se efectúan sobre niñas— que cambian, que se
retractan y terminan diciendo lo que el que está juzgando quiere escuchar. Niñas que están quietas, con la
mirada perdida en el infinito... en algunos casos brotan lágrimas y, a veces, ni siquiera pueden moverse para
secarse esas lágrimas. Cuando uno se da cuenta de que esto pasa en eterna repetición necesita, como juez,
plantearse algún cambio. Por ejemplo, en la manera de investigar. Porque la mejor forma de empezar a estudiar
alguna solución para un problema social y cultural de esta envergadura es conocer. Y sobre todo, conocer
aquellos aspectos en los cuales por razones muy profundas no se ha adentrado la Justicia. En una investigación
diferenciada se detectan cosas muy impresionantes. Por ejemplo, lo que ocurre con aquel grupo de niñas que
termina diciendo lo que el que le pregunta quiere escuchar.
¿Es tal la angustia frente al interrogatorio que se busca terminarlo cuanto antes?
—Eso, por una parte. Pero, por otra, lo que está en la raíz es que se le está pidiendo a alguien que haga algo
que no puede hacer. Si aceptamos que una criatura que ha pasado por ese nivel de herida tiene efectos
devastadores para su aparato psíquico, debemos aceptar también que esos daños han modificado su estado de
conciencia, por lo que se le han generado mecanismos defensivos profundos, con trastornos disociativos que le
permiten sobrevivir. Porque, digamos, para poder recibir a su abusador todas las noches en la cama y a la
mañana levantarse e ir al colegio, necesita disociar. Si aceptamos todo esto, no podemos decidir, entonces,
sentar a la niña en una sala con gente extraña para que cuente lo que le pasó. Eso es perverso y es lógico que la
criatura dude, se retracte y diga lo que los demás quieren oír para terminar pronto con ese drama.
En realidad, parece que la juzgada es la criatura.
—Usted puso el dedo en la llaga. Hace años, en un juicio que se llevaba a cabo en El Bolsón, había una criatura
retrasada mental que había sido abusada. Tenía diecisiete años. El tribunal le había puesto en la sala a la
asesora de menores para que la asistiera. La chica era interrogada por parte del tribunal de una manera
tremenda, hasta grosera. Al oído, la adolescente le dijo a la asesora algo y ésta lo repitió al tribunal: "Fulana cree
que está siendo juzgada". Por otras razones, la audiencia fue suspendida. Días después, la psiquiatra que había
atendido a la joven en el hospital de El Bolsón fue a declarar sobre el caso. Entonces, yo le pregunto: "Usted
sabe que Fulana dijo que ella entendía que la estaban juzgando. ¿Usted qué piensa?". La profesional contesta:
"Si yo me siento juzgada, ¿qué puede pensar ella?". Los jueces debieran ver esto. Hay una vieja canción de
Piero que dice: "Las cosas se cuentan solas, sólo hay que saber mirar". Yo agregaría que hay que querer mirar.
En la oscuridad.- Cuando miramos hacia el abusador, ¿qué vemos?
—Alguien que se abusa de una relación siempre y naturalmente asimétrica. Por razones de etapas evolutivas,
una criatura siempre es más vulnerable que un adulto. Esa vulnerabilidad natural se acrecienta a partir de que en
la mayor parte de los casos el abusador es una persona que tiene ascendiente sobre esa criatura, porque es el
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padre biológico, o la madre biológica, o el compañero de la madre, o el maestro de escuela. Toda esa gente
establece vínculos con la criatura que le facilitan llegar al abuso, sin que la víctima pueda reaccionar por mucho
tiempo. Piense, por ejemplo, que una intelectual como Virginia Woolf logró verbalizar su drama recién a los
cincuenta y cuatro años.
¿Cómo puede ser que el ambiente familiar no registre que una situación de abuso ocurre durante años?
—Vuelvo a lo que le dije al principio: la gente no quiere ver algo tan oscuro. Pero, por otra parte, si pienso en los
hechos que yo juzgué, he visto gran cantidad de abusadores que, aun sin instrucción alguna, sabían cómo actuar
sin dejar huellas de ningún tipo. Abusaban sin dejar lesiones físicas, con una precisión en la mecánica del abuso
que uno ni puede imaginar. Por otra parte, he juzgado casos de gente de saco y corbata por cuya "honradez" los
vecinos y compañeros de trabajo venían a testimoniar. Casi nadie puede creer que un abusador ha hecho lo que
ha hecho. Y sin embargo lo hizo.
No se tolera saber la verdad...
—Hay casos en los cuales no se tolera porque nos duele y porque es muy fuerte llegar a aceptar que alguien que
conocemos comete esos actos respecto de una criatura. A veces hay una especie de "comodidad emocional",
una economía emocional que hace mirar para otro lado, porque hace mucho daño asumir la verdad. Y en otros
casos, lo que ocurre es que se está más identificado con el abusador que con la víctima, por profundísimas
razones, y sobre todo por una cuestión de fe. Es frecuente ver que hay gente que responde de una manera
irracional cuando se le pregunta: "Bueno, está bien, es vecino suyo y usted cree que no. Pero si mañana se
comprobara que sí, ¿usted qué diría?" "¡Que no!". No hay que seguir preguntando, porque esa persona no va a
dar otra respuesta. Es más, si mañana se comprobara que sí, si el propio imputado reconociera que sí y diera
detalles inequívocos de cómo fue el abuso, esa misma persona seguiría diciendo que fue un complot, en el que
cada día se va agregando gente. Ese es un mecanismo también defensivo para no aceptar la verdad.
En definitiva, nadie puede mirar nada sin su escala de valores ni sin su ideología.
—La ideología juega no sólo en los casos de abuso sexual sino en absolutamente todos los actos del ser
humano. Pero hay que reconocer que en algunos temas, como éste, el peso de la ideología es decisivo. Hoy no
nos podemos quejar de nuestro cuerpo legal. La Constitución y los tratados internacionales en materia de
derechos humanos ofrecen un sistema protectivo inmejorable. Sin embargo, el abismo que se ve en la práctica,
no sólo en los casos de abuso sexual de niños, es muy grande. Ahí es donde la ideología corroe. En el caso
concreto de los delitos sexuales, como la mayor parte de las víctimas son mujeres, actúan prejuicios y
estereotipos de género que conspiran contra la buena resolución de los casos. La Argentina firmó tratados y
convenciones que, entre otras cosas, exigen eliminar la violencia contra las mujeres y modificar los patrones
socioculturales que la hacen posible. Ahora, ¿cómo hacemos para modificarlos? Porque si creemos que una ley
o una convención va a modificar patrones socioculturales, estamos muy equivocados. En segundo lugar,
tendríamos que ver si estamos dispuestos a pagar el costo que significa modificar esos patrones, cuando en
realidad los estamos reproduciendo. O sea, a la hora de juzgar, muchos no pueden despojarse de todos esos
estereotipos negativos.
Con semejante panorama, ¿qué pronóstico de resolución tienen las denuncias por abuso?
—Es delicado, porque en Argentina no hay estadísticas sobre resultados respecto de abuso sexual infantil. En
realidad, no hay delito en el mundo entero que tenga una cifra negra mayor: no se lo denuncia ni se lo resuelve.
Lo que hay en nuestro país son datos sobre la relación existente entre denuncias y condenas respecto de casos
penales, pero sin discriminar por delitos. Tomando las denuncias y la relación con las condenas, en general,
salvo alguna provincia —Río Negro por ejemplo—, la mayoría restante no llega al 3% de resolución. Si tomamos
en cuenta la cifra negra del abuso, que es enorme, insisto, entonces la cifra de resolución va a ser infinitamente
más baja y refleja la impunidad que acompañó el abuso sexual desde la historia. Copyright Clarín, 2002.

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CUESTIONARIO DE INICIACIÓN
ELECCION DE MEDIACIÓN
En un divorcio, la pareja debe tomar decisiones respecto de propiedades, sostén económico, tenencia y cuidado
de los hijos, y lo hacen en distintos modos, que incluyen los cinco modos listados a continuación. ¿Cuál es el
mejor para usted? Conteste marcando el número de la opción que eligió.

Nosotros mismos / Cara a cara ......................................... 1


Mediador / Reuniones cara a cara .................................... 2
Mediador / Reuniones separadas ..................................... 3
Abogado y algunas reuniones cara a cara ........................ 4
Abogado / Reuniones separadas ...................................... 5

Entrevistador: Pida razones: “¿Por qué esto es lo mejor para usted?”

¿Cuál de los siguientes cinco modos de resolver las diferencias con su ex-pareja sería la ―peor‖ para usted?
(Marque su opción)

Nosotros mismos / Cara a cara ......................................... 1


Mediador / Reuniones cara a cara .................................... 2
Mediador / Reuniones separadas ..................................... 3
Abogado y algunas reuniones cara a cara ........................ 4
Abogado / Reuniones separadas ...................................... 5

Entrevistador: Pida razones: “¿Por qué esto es lo peor para usted?”

ESCALA DE CONTROL

La siguiente lista tiene que ver con el modo en que los matrimonios toman decisiones. Marque la respuesta
apropiada para su caso.

1. La mayoría de las decisiones acerca de cómo gastar el dinero las tomaba

Yo .................................... 1
Mi ex-pareja .................... 2
Ambos ............................ 3
No corresponde ............... 4

2. La mayoría de las decisiones acerca de las vacaciones las tomaba

Yo .................................... 1
Mi ex-pareja .................... 2
Ambos ............................ 3
No corresponde ............... 4

3. Las decisiones acerca de mi trabajo las tomaba

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54

Yo .................................... 1
Mi ex-pareja .................... 2
Ambos ............................ 3
No corresponde ............... 4

4. La mayoría de las decisiones acerca de mudarse de ciudad o casa las tomaba

Yo .................................... 1
Mi ex-pareja .................... 2
Ambos ............................ 3
No corresponde ............... 4

5. Las decisiones acerca de tener hijos o no las tomaba

Yo .................................... 1
Mi ex-pareja .................... 2
Ambos ............................ 3
No corresponde ............... 4

6. Las decisiones acerca de cuántos hijos deberíamos tener las tomaba

Yo .................................... 1
Mi ex-pareja .................... 2
Ambos ............................ 3
No corresponde ............... 4

7. Las decisiones acerca de la educación religiosa de nuestros hijos las tomaba

Yo .................................... 1
Mi ex-pareja .................... 2
Ambos ............................ 3
No corresponde ............... 4

8. Quien decidía quiénes eran sus amigos era

Yo .................................... 1
Mi ex-pareja .................... 2
Ambos ............................ 3
No corresponde ............... 4

9. La decisión de separase la tomó

Yo .................................... 1
Mi ex-pareja .................... 2
Ambos ............................ 3
No corresponde ............... 4

10. La mayoría de las decisiones acerca de nuestra vida íntima las tomaba

Yo .................................... 1
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55

Mi ex-pareja .................... 2
Ambos ............................ 3
No corresponde ............... 4

11. La mayoría de las decisiones acerca de la escuela de los hijos las tomaba

Yo .................................... 1
Mi ex-pareja .................... 2
Ambos ............................ 3
No corresponde ............... 4

ESCALA DE TÁCTICAS DE CONFLICTO

Existen distintos modos en que las parejas intentan resolver sus diferencias. Indique con qué frecuencia usted ha
hecho alguna de estas cosas ―durante los últimos seis meses antes de la separación‖. Marque la respuesta para
usted y para su pareja.

1 = Muy frecuentemente significa Una o más veces por DIA


2 = Frecuentemente significa Una o más veces por SEMANA
3 = A veces significa Una o más veces por MES
4 = Pocas veces significa Una o más veces en los ULTIMOS SEIS MESES
5 = Nunca significa Nunca durante los ULTIMOS SEIS MESES

NR = No recuerdo

DURANTE LOS SEIS MESES PREVIOS A LA SEPARACIÓN


Relación Breve ____ USTED SU PAREJA
(Marque si corresponde)

Una o más veces Una o más veces

Día Sema Mes 6 Nunca Día Sema Mes 6 Nunca

na meses na meses

1. Habló del tema de manera calmada 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5

2. Le dijo a su pareja cuán molesto/a 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5


estaba

3. Cedió porque su pareja tenía razón 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5

55
56

4. Se fue del cuarto / la casa dando un 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5


portazo

5. Lloró 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5

6. Amenazó con pegar o arrojar un 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5


objeto a su pareja o su pareja a usted

7. Tiró / rompió / golpeó o pateó algo 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5

8. Empujó o zamarreó a su pareja o su 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5


pareja a usted

9. Abofeteó a su pareja o su pareja a 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5


usted

10. Golpeó o trató de golpear a su pareja 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5


con un objeto o su pareja a usted

11. Acogotó a su pareja o su pareja a 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5


usted

12. Amenazó a su pareja con un cuchillo o 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5


revólver o su pareja a usted

13. Utilizó un cuchillo o disparó un arma 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5

14. ¿Ocurrió algún tipo de abuso que no este incluido? Conteste a continuación.

MEDICIÓN COMPLEMENTARIA DE ABUSO

15. Si durante los ―seis meses previos a la separación‖ usted lastimó física, emocional o verbalmente a su pareja,
¿cuáles de las siguientes razones corresponde a la mayoría de esos incidentes?

Defensa propia .................. 1


Porque me lastimó ............ 2
Otra (¿cuál?) ..................... 3

16. A veces se lastima física, emocional o verbalmente aún cuando no exista un conflicto. ¿Su pareja lo/la ha
lastimado/a física, emocional o verbalmente por cualquier razón no relacionada con un conflicto en curso durante
los ―seis meses previos a la separación‖?

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57

Sí ....................................... 1
No ...................................... 2

17. ¿Alguna vez su ex-pareja lo lastimó físicamente de manera intencional?

Sí ....................................... 1
No ...................................... 2

Comentarios:

18. ¿Cambiaron las cosas entre usted y su pareja desde que se separaron?

Sí ....................................... 1
No ...................................... 2
Separación normal ............ 3

Si sí, ¿cómo?

19. En este momento, ¿usted y sus hijos temen a su ex-pareja?


Sí No
Yo ___ ___
Hijo/s ___ ___

20. ¿Ha sufrido abuso físico, emocional o verbal por parte de su ex-pareja ―desde que se divorció‖?
Sí No
Físico ___ ___
Emocional ___ ___
Verbal ___ ___

________________________________________________________________________________

Traducido por Carolina Gómez para uso interno de la Cátedra de la Dra. Horowitz
REPORT TORONTO FORUM
TRADUCIDO POR SARA HOROWITZ PARA USO INTERNO DE SUS CURSOS

PARA MEDIAR:
Se necesitan conocimientos respecto de abuso en relaciones íntimas, conocimiento y competencia en cuestiones
de abuso.
Reconocer abuso físico de abuso emocional.
Para asegurar ética y efectividad.
Evaluar, manejar y derivar.
Comprender cuestiones interculturales.
Saber estrategias de intervención.
Proceso de mediación seguro y justo.

El mediador debiera estudiar las siguientes áreas de la relación:


a) abuso en relaciones íntimas.
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b) necesidades culturales distintas.


c) procedimientos, instrumentos y
d) habilidades para evaluar abuso y riesgo de vida.
f) habilidades especiales e intervenciones que aseguren seguridad y garanticen un proceso especializado de
mediación.
g) alternativas a la mediación

I.- EXAMINACIÓN PRE-MEDIACIÓN:

Las partes deben ser capaces de negociar protegidamente, voluntaria y competentemente para llegar a un
acuerdo justo.
Ante la presunción de abuso doméstico se sugiere:
Entrevistar a las partes separadamente y evaluar:
* riesgo y amenaza de homicidio y suicidio
* seguridad para los menores
* habilidad para mediar voluntaria y competentemente
* balance de poder y el impacto en el proceso de mediación
* la necesidad de alternativas seguras a la mediación

III.- SEGURIDAD Y MEDIACIÓN ESPECIALIZADA

Requiere que se pueda asegurar un:


* medioambiente seguro antes, durante y después de la sesión de mediación
* compensar el desbalance del poder
* terminar la mediación efectiva mente y con protección y seguridad.
Deben existir programas de protección y seguridad a los cuales derivar en caso de necesidad.
El abuso en las relaciones íntimas incluye lo siguiente:
Violencia física, incluye ataque, empujar, golpear, zarandear, arrastrar, cachetear, etc.
Ataque sexual, secuestrar, encerrar.
Uso de amenazas con armas. Amenaza con los chicos, entrada por la fuerza.
Destrucción o robo de propiedad personal, violencia con mascotas.
Acoso, merodear.
Retener recursos económicos y otros.
Castigar a la abusada por buscar independencia y autonomía.
Recordar en abuso hay riesgo físico y emocional.

PRINCIPIOS

EDUCACIÓN:
A través de lecturas, videos, clases, etc.
Se deben incluir en las capacitaciones el estudio de abuso en las relaciones íntimas.
Recomendaciones:

1) Las asociaciones de programas de capacitación debieran enseñar:


a) teoría de la dinámica del abuso y sus efectos en la familia y los individuos
b) el efecto de la separación y el divorcio en las conductas abusivas
c) indicadores de abuso de mujeres y niños
d) tipos y niveles de abuso
e) procedimientos e instrumentos para examinar abuso antes, durante y después de la
mediación
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f) viabilidad de servicios especializados de mediación


g) alternativas a la mediación
h) beneficio de representación en caso de abuso
i) recursos para derivar víctimas de abuso
j) técnicas para manejar estallidos emocionales e intimidación
k) procedimientos de seguridad, limitaciones para clientes y staff
l) requerimientos y procedimientos respecto de la seguridad
m) opciones para incrementar medidas protectoras cuando los intercambios de custodia
ocurren
n) procedimientos de terminar la mediación segura y apropiadamente
o) limitaciones personales y perjuicios en el manejo de casos de abuso y el impacto personal
en temas de violencia y abuso
p) capacidades para reconocer y manejar virajes en neutralidad, imparcialidad y balance de
poder
Recomendaciones:

Tener conciencia y reconocer perjuicios y estereotipos culturales.

2) Debiera tener comprensión y sensibilidad a diferencias de valores culturales, políticas económicas y familiares
que le va a permitir:
a) tomar conciencia de prejuicios globales, culturales y cómo esos prejuicios pueden influir en el examen
del abuso y del proceso de mediación en si mismo
b) evitar supuesto a cerca de los valores de los clientes, hábitos, intereses, necesidades y socialización
c) considerar el acuerdo en relación con el lugar en que se va a cumplir (migración) en relación a su
proceso de adaptación en relación a:

1.- aislamiento, shock cultural, cuidado de la salud, temor a amenazas de ser


deportado
2.- temor a amenazas de ser echado del trabajo
3.- niveles de contacto comunitario y acceso a los servicios
4.- derechos personales respecto de la ley
5.- desencanto
d) reconocer como las influencias culturales pueden afectar el sentido (comprensión) del
lenguaje no verbal (del cuerpo, gestos).
e) comprender el impacto de tener techo, asistencia social, leyes de inmigración, políticas de
refugiados y apoyo legal en caso de ataque a mujeres
f) reconocer que los factores arriba enunciados se aplican no solo a inmigrantes y
refugiados sino a cada uno que ha migrado a otra comunidad (N a S del campo a la
ciudad) y que está socialmente aislado y sin apoyo.
El currículum cross-cultural debe tener en su diseño y proceso apoyo y participación de servicios a minorías y
diversidades culturales.

II TRAINING

El training de mediación debiera enfatizar aprendizaje experiencial.


Los mediadores familiares que trabajan con abuso deben estar especialmente entrenados para poner su
conocimiento en la práctica.
Los trainings deben capacitar a :
a) educar a los clientes en cuestiones de abuso doméstico.
b) informar a los clientes de los riesgos de peligros potenciales en el proceso de mediación.
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c) reconocer indicadores y niveles de abuso y sus efectos en los miembros de las familias.
d) reconocer y responder a diferencias de género culturales que afectan casos de abuso.
e) examinar de modo efectivo antes y durante la sesión de mediación.
f) determinar causas inapropiadas a la mediación.
g) identificar casos que requieran procesos especializados del proceso de mediación.
h) derivar a clientes de modo seguro a alternativas y recursos apropiados.
i) establecer y cumplir las reglas básicas.
j) manejar desbalance de poder y neutralizar tácticas coercitivas.
k) reconocer indicadores de escaladas emocionales y de factores de riesgo.
l) desescalar emociones intensas.
m) obtener ayuda de emergencia durante la sesión de mediación.
n) responder de modo apropiado a incidentes peligrosos y críticos.
o) informar sospechas de abuso a las autoridades correspondientes.
p) saber cuándo y cómo informar a los oficiales de seguridad y a las autoridades de amenazas de violencia o
endangement*.

Los mediadores necesitan estar entrenados para trabajar efectivamente con intérpretes antes de proveer
servicios de mediación inter-culturales cuando las dificultades del lenguaje pudieran esconder cuestiones
inherentes a la seguridad y el bienestar de los clientes.

Recomiendan:
a) Sensibilidad en cuestiones de abuso de mujer.
b) Diferenciar los valores del intérprete y el cliente.
c) compensar y reconocer las limitaciones de usar un solo intérprete para ambos.
d) modificar el examen del proceso de mediación.
i) que el cliente pueda elegir al intérprete
ii) hacer sesiones más largas cada intérprete
iii) tener alternativas cuando no hay intérprete disponible.

Estándares y calificación de entrenamiento


Se los debe capacitar con personas que saben de abuso y garantizar que el modelo incluye capacidades de
trabajar con abuso y en interculturas.
Capacitaciones interculturales deben ser requeridas para programas que se apliquen en abuso y poblaciones
marginales o de escasos recursos.

Recomendaciones:

1) Trabajar en conjunto con organizaciones y refugios de mujeres y abogados que provean especializaciones.
2) Si se tiene poco acceso a entrenamientos de este tipo se deben hacer por videos especializados.
3) Uso de herramientas de aprendizaje en supervisión co-mediación.
4) guías curriculares que contienen conceptos claves.
***********************************************************************

EXAMEN PRE-MEDIACIÓN

INTRODUCCIÓN

Las partes en la mediación deben ser capaces de negociar de modo seguro, voluntario y competente que
permita arribar a un acuerdo justo.

60
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De otro modo la mediación no seria justa.


El abuso en las relaciones íntimas pone en serio riesgo a la abusada, y puede disminuir la capacidad de la
misma para mediar.
El examen es requerido para:
* identificar casos:
a) apropiados para mediar;.
b) inapropiados;
c) podría darse con un proceso especializado.
* determinar si hay otras alternativas mas apropiadas
* garantizar un proceso seguro y competente.
* comprender y conducir casos dudosos.
* dar información para garantizar un proceso justo y voluntario
* cuidar a los mediadores de ser dañados un proceso no seguro.

PARA LA EFECTIVIDAD DEL PROCESO SE DEBEN CUMPLIR LAS SIGUIENTES CONDICIONES:

* Los profesionales que examinan identifican cuestiones de abuso.


* A los servicios de mediación se les garantiza poder decidir la aceptación o no del cliente sobre la base del
mejor interés de las partes -SIN PRESIONES-
* Los mediadores conocen saben e informan de otras alternativas a la mediación.

En Argentina conocen y consultan la posibilidad de consultar al Asesor de menores correspondiente, o de turno.

Principios

EXAMEN Y SUPUESTOS EN CONTRA DEL USO DE LA MEDIACIÓN


Existen supuestos en contra del uso de la mediación en abuso domestico que sugieren, que solo pocos casos
son mediables
Recomendaciones:

1)Se debieran desarollar dos sistemas de evaluaciones ligados, uno rápido y otro
extensivo
2) personas abusadas examinadas debieran ser derivadas a planes seguros relacionados a la disolución
matrimonial.

CUÁNDO HACER EL EXAMEN


Se debe realizar antes de aceptar un caso para la mediación.
Monitoreo de cuestiones relacionadas con el abuso de la esposa debieran hacerse durante todo el
proceso para determinar si la mediación es pertinente.

III ENTREVISTAS SEPARADAS


Se debieran realizar para asegurar un medioambiente seguro que les permita a las partes, hablar de sus
necesidades, y al mediador, comprenderlas habilidades de estas.
RECOMENDACIONES

Antes de comenzar separadamente evaluar:


a) naturaleza, extensión y frecuencia del abuso que pudiese existir la relación
b) la posibilidad de poder separarse de cada uno
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62

la capacidad de cada uno de mediar considerando:


i) Presiones para entrar a mediar
ii) la habilidad de cuidar las necesidades, intereses y planes propios
iii) la habilidad de negociar intereses propios.
IV) Capacidad de la abusada de identificar cuando está en riesgo (o aumenta)
V) Capacidad de la abusada de desarrollar un plan de seguridad para sí y sus hijos.
VI) Capacidad de la abusada de hacer cambios rápidos, si son necesarios.
VII) Capacidad de la abusada de reconocer el control al cual se la somete a ella y a sus hijos.
VIII) La capacidad del abusador de negociar racionalmente sin obligar, amenazar e intimidar .
IX) Si los patrones se extienden a otros miembros de la familia, veamos profesionales, etc.

IV) SEGURIDAD
Dado que las mujeres abusadas aumentan su riesgo de ser asesinadas cuando tratan de terminar la relación es
básica la inclusión en el examen de la evaluación en el examen de la evaluación de riesgo.
B1 La evaluación de riesgo debiera incluir una profunda y minuciosa historia de relación (modo en el que
se relacionan entre sí y con otros) de ambos clientes.
RECOMENDACIONES

3) El preguntar debiera investigar el nivel de abuso (ej. cómo maneja la pareja la toma de decisión en su relación)
y de considerarlo pertinente determina:
a) rango de abuso: físico, emocional, psicológico y sexual, económico y control social.
b) patrones de abuso: reciente escalada, frecuencia intensidad
c) ocurrencia de daños
d) comprensión de la mujer (víctima) de patrones de abuso, su impacto y las respuestas del abusador a la
resistencia de ella ante la conducta controladora de él.
e) factores que pueden haber parado o reducido el abuso ( cargos presentados en tribunales, programa de cura)
f) abuso de menores y factores de riesgo en abuso (notificación al asesor)
g) patrones o incidentes de abuso o ataque a otros.
― antes de comenzar la mediación se deberá evaluar el grado de riesgo del cliente y la necesidad de seguridad
en su propio medio ambiente.
RECOMENDACIONES:

4) Cuando se sospecha de abuso evaluar:


a) amenaza y riesgo de homicidio o suicidio de cada cliente
b) La fuerza que tiene la sensación del abusador de su ―derecho‖ sobre ella
c) la desesperación de él respecto de perder la propiedad de ella.
d) la capacidad de ella de evaluar riesgos sobre niños
e) la necesidad de un plan de seguridad
f) necesidad de seguridad: exclusión de él, refugio.
g) Supervisar el acceso de los menores
h) necesidad de consejo legal
i) viabilidad de otros recursos

VI VOLUNTARIEDAD

“Es esencial para la participación en la mediación”

La mediación tiene la obligación de determinar si el cliente ha hecho la voluntaria elección a participar basado en
su conocimiento de los beneficios y riesgos de la mediación y con información sobre otras alternativas no
basadas en coerción alguna.
62
63

Recomendaciones

Evaluar:
a) presiones potenciales
b) capacidad de reconocer qué presiones limitan la utilidad de la mediación
c) comprender todas las opciones

VI JUSTICIA Y CAPACIDAD DE MEDIAR

El mediador debe evaluar la capacidad de la señora abusada de representar sus intereses de modo
razonable y efectivo, separado de los intereses de su abusador.

Evaluar:
a) nivel y temor de coerción que lleve a concesiones injustas
b) en presiones por reconciliación pueden subyacer los deseos de representar sus intereses
c) modos de relación que llevan a respuestas estereotipadas.
d) ―prejuicios‖de la abusada que para criar a sus hijos debe ceder económicamente.
e) renunciar a sus derechos a cambio de seguridad y autonomía.
f) Grado de compartir información económica en la relación.
g) su capacidad de defenderse cuando esto implica enfrentar al abusador.
La capacidad del abusador a mediar debe ser evaluada al determinar si cortó toda conducta violenta y
acepta la responsabilidad por el abuso y reconoce el derecho a la autonomía de su pareja.
Recomendaciones

La evaluación debe buscar:

a) actos de intimidación y abuso en especial físico o sexual pararon


b) nivel de reconocimiento del abuso, aceptación de responsabilidad, deseo de reconocer los derechos de ella.
c) patrones de venganza cuando el abusado se resiste al abusador
d) actitudes de no reconocer a la abusada como sujeto de derecho.
e) reconocer las necesidades de su pareja
f) el abusador repudia ―culpar a la víctima‖
g) flexibilidad del abusador en pensar y capacidad de comprometerse y conceder
h) su motivación a mediar (reconciliación, acceso a ella, controlar el proceso, ejercer coerción, retrasar el
proceso legal)
Desbalance de poder en la relación debe ser evaluado así como la capacidad de
compensar durante la sesión de mediación.

Recomendaciones:

Se debe evaluar desbalance de poder en la relación.


i: temor de seguridad personal o de los niños
ii: estado emocional y psicológico
iii: dependencia financiera
iv: control sobre los niños
v: habilidades de negociación
vi: poder visual que él tenga sobre ella que impida su libertad

VI Instrumentos de Examen
63
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Tomar en cuenta que


a) la víctima puede no reconocerse como abusada
b) puede no estar capaz o con deseo de razonar su autoprotección sin contar que es víctima de abuso.
Otro caso
a) ella puede reconocer el abuso como parte de su vida (cultura, etc)
en estos casos: primero derivar a consulta.
VIII Fuentes de Información para examen
Se debieran usar múltiples fuentes de información para determinar el grado del abuso y su efecto en la
seguridad y voluntariedad y justicia.

IX Criterios claros de límites


“Se deben establecer así el sistema legal y el público pueden reconocer casos con ciertas
características, no serán mediables antes del examen”
“El mediador levantará la mediación si se cruzan los límites de seguridad”.
a) amenazas o consecuencias si no se media
b) violencia o amenaza de arma
c) renuncia parental a hijos
d) la no resolución de desbalance de poder.

SEGURIDAD (22)
Seguridad e intervenciones especializadas:

En mediaciones especializadas en abuso se requiere el uso de capacidades, estrategias e


intervenciones.

Recomendaciones:

1) Una práctica especializada en mediación debiera incluir intervenciones como balancear capacidad de poder:

a) sugerir que la mujer llegue diez minutos más tarde y se vaya diez minutos antes.
b) preguntarle a ella si se quiere sentar más lejos o cerca de la puerta (o dónde quiere)
c) no sentar a las partes enfrente
d) ubicar la silla del mediador más cerca del abusado
e) establecer reglas claras de conversación entre la pareja que reduzcan el temor y la
intimidación.
f) establecer y clarificar señales para comunicar sentimientos de temor o deseos de parar la
discusión o sesión.
g) permitir a la abusada irse cuando quiera (no insistir que continué la sesión)
h) disminuir el desbalance favoreciendo que la abusada lleve la agenda de notas.
i) haciendo caucus para explorar temores a hablar abiertamente
j) mediation de enlace
k) comediación entre varón y mujer
l) favorecer que el abogado de parte sea activo en la sesión
m) permitiendo la presencia del abogado o alguien que apoye
n) aclarar que debiera ocurrir si el acuerdo no se cumple
Si se levanta la mediación
Estrategias para terminar de modo seguro:
a) utilizar el lenguaje del abusador y la información cuando es apropiado, asegurando que la abusada
nunca es culpada por la terminación
b) buscar que el abusador decida que la mediación que la mediación no es adecuada o
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productiva
c) ubicar en seguridad a la abusada y sus hijos
d) cuando es posible, trabajar con el abusador el desarrollo de la estrategia de terminación
e) permitir que la abusada se vaya primero y se retrace la partida del abusador.

EVALUACIÓN DE RIESGO DE VIOLENCIA DOMÉSTICA EN LAS VISITAS

Los siguientes lineamientos sugieren modos de mirar la violencia doméstica para evaluar riesgos de daño a
adultos y niños. La lista intenta proveer ejemplos y no debe considerarse abarcativa. Al focalizar el impacto de la
violencia en los niños, es aconsejable considerar patrones de hechos comunes en modos aparentemente
extraordinarios.

I. NIVELES DE VIOLENCIA FÍSICA

Esta escala representa un continuo aproximado de daño potencial o fugacidad de situaciones basadas en una
variedad de acciones violentas. La lista no es completa; considere si las siguientes situaciones están presentes:

Amenazas creíbles de agresión física o sexual

Destrucción maliciosa de las posesiones del cónyuge

Destrucción maliciosa de las posesiones de los hijos

Amenazar o dañar a mascotas

Empujar o zamarrear

Abofetear con la mano abierta

Golpear con la mano cerrada o el puño

Golpear o patear

Golpes a la cabeza, cara, pecho o área genital

Intento de asfixia o estrangulación

Utilizar objetos para amenazar a la víctima

Amenazas o coerción para forzar contacto sexual

Infligir dolor sádicamente

Amenaza creíble o uso de cuchillo o arma de fuego

Amenaza creíble o secuestro del cónyuge

Amenaza creíble o secuestro del hijo


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Considere los modos de acceder a la víctima que precedieron el episodio de violencia, por ej. ¿el victimario
―forzó la entrada‖ para acceder a la víctima? ¿O la víctima y el victimario viven juntos?

Considere el grado de premeditación sugerida por el episodio de violencia. Por ej. ¿el incidente involucró una
cachetada o una amenaza en el calor de una discusión aislada? ¿O ya traía el victimario un arma, o dejó
numerosos mensajes amenazadores en las últimas horas o semanas?

II. NIVEL DE COERCIÓN PSICOLÓGICA Y ECONÓMICA

Se pueden utilizar medios psicológicos para mantener control coercitivo sobre el cónyuge y los hijos. Considere
el número, frecuencia e intensidad de los actos coercitivos psicológicos. Considere la medida por la cual los
patrones de coerción psicológica y económica derivan en aislamiento de la víctima y excesiva dependencia
respecto del victimario. Si existen situaciones de coerción psicológica y económica como las siguientes,
considere la posibilidad de futuros actos de abuso físico. Tenga en cuenta el grado en que los niños han estado
expuesto a este patrón de conducta.

Gritos, amenazas, insultos

Ridiculizar, criticar, incomodar, denigrar

Culpar al cónyuge por el abuso de alcohol o drogas (todos los problemas)

Aislar de la familia, amigos, trabajo


- no permitir mantener el contacto, llamadas telefónicas, correo
- no permitir trabajar
- castigar al cónyuge por tener contacto con otras personas
- demandar conocer el paradero constantemente
- no permitir tener automóvil

Sabotear amigos, familia


- ser desagradable para que los demás se vayan
- amenazar a la familia y amigos

Impedir el acceso a los recursos económicos


- no permitir acceder al dinero
- controlar meticulosamente los gastos
- no permitir utilizar tarjetas de crédito o cheques

Acusar al cónyuge de infidelidades sexuales

Manipular a los hijos contra la víctima

Llamados telefónicos persistentes y repetidos, seguimiento

Negarse a dejar el hogar o el lugar de trabajo de la víctima

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Acechar

Amenazas de secuestrar al hijo/s

Amenazas de lastimarse si el cónyuge no obedece

Amenazar con violar o matar al cónyuge o hijo

III, CONSIDERACIONES AL EVALUAR LA VIOLENCIA

Considere hacer las siguientes preguntas a fin de revelar más información relevante al patrón de violencia y
estrategias protectoras posibles:

Describa el primer incidente violento


Describa el incidente violento más reciente
Describa el peor incidente
¿Con qué frecuencia ocurren los incidentes de violencia?
¿Existieron escaladas recientes?
¿Existieron otras órdenes restrictivas?
¿El victimario tiene antecedentes penales?
¿El victimario abusa del alcohol o las drogas?
¿Los episodios de violencia ocurren sólo cuando está intoxicado?
¿Existen prisiones financieras o personales?
¿El victimario está obsesionado con la víctima?
¿Con qué facilidad puede acceder el victimario a un arma de fuego?
¿El victimario tiene otras armas?
¿El victimario parece estar alterado psicológicamente?
¿Se han visto involucradas o damnificadas otras personas?
¿Cuántos años tienen los chicos que conviven en el hogar?
¿Dónde están los chicos durante los episodios de violencia?
¿Qué han visto u oído los chicos?
¿Han intervenido profesionales?

IV. IMPORTANCIA DE LA VIOLENCIA DOMÉSTICA EN LAS DECISIONES SOBRE TENENCIA Y VISITAS

Lograr acuerdos apropiados sobre tenencia y visitas entre partes involucradas en actos de violencia doméstica
es una tarea muy difícil. Se debe proteger el bienestar emocional y físico del menor y el padre / madre no
abusador, como asimismo preservar la relación padre-hijo. Un punto de partida para evaluar la necesidad de
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protección del menor es considerar el tipo y grado de violencia. Si bien no existe una fórmula para calificar la
intensidad de agresión física o psicológica, la siguiente es una lista de categorías de violencia doméstica que
puede resultar útil.

A. Intenso control crónico reforzado por violencia severa

En este tipo de violencia, casi siempre el golpeador es el hombre. Se caracteriza por abuso físico intermitente o
crónico a lo largo de la relación o el matrimonio. En general está asociado con un patrón de coerción y
aislamiento psicológico y económico, como así también formas más severas de violencia.

La prognosis para detener este patrón de violencia resulta pobre, aunque la pareja se separe. Cuanto más
intenso era el patrón anterior de coerción y control, y/o cuanto más aferrado a la relación se ha vuelto la parte
violenta, mayores son los riesgos de violación de la orden de restricción y episodios de violencia contra la otra
parte y los hijos.

Las medidas a tomarse ante la violación de la orden de restricción incluyen la derivación para una evaluación
psicológica y tratamientos específicos para hombres golpeadores. También debe suspenderse el contacto con
los hijos, o limitarlo a entornos supervisados por profesionales. En general, los hijos muestran signos de mala
conducta. Exponerlos al victimario puede provocar que se vuelvan a traumatizar, y debe evitarse el contacto
hasta que el chico se sienta seguro. Es posible pedir la evaluación psicológica y los tratamientos específicos para
hombres golpeadores como condición para realizar las visitas.

B. Violencia relacionada con enfermedad psiquiátrica

La violencia por parte de alguien con enfermedades como psicosis o paranoia se genera por alucinaciones y
pensamientos distorsionados respecto de la otra persona. El victimario con enfermedades psiquiátricas también
puede pasar por períodos de depresión o tener pensamientos homicidas o suicidas. Esto puede resultar en
intentos o amenazas de dañarse a sí mismo o a otros, lo cual sería muy traumático para el o los hijos.

Resulta difícil determinar la prognosis para detener la violencia antes de realizar una evaluación psicológica al
padre/madre violento con el objetivo de entender la relación entre la posible enfermedad mental y la violencia en
la relación.

A fin de proteger y garantizar la seguridad física y emocional del menor, se debe considerar suspender las visitas
hasta que se realice la evaluación psiquiátrica, especialmente en casos en que el victimario parece: a)
obsesionado con el padre/madre de la víctima; b) paranoico o delirante; c) con tendencias suicidas u homicidas.

C. Afirmación del control por intimidación física

En este patrón, el padre/madre más agresivo –en general el padre- ejerce el control al intimidar o atacar
físicamente durante discusiones surgidas de provocaciones verbales mutuas. No está relacionado con golpizas
brutales, violación marital, sadismo o un patrón intenso de coerción y control sobre la víctima.

Se desconoce la prognosis para detener este tipo de violencia luego de que se separan físicamente las partes.
Sin embargo, en algunos casos es necesario dejar en claro que violar la orden de restricción llevará a sanciones
externas. También se debe tener en cuenta que algunos victimarios han aprendido a resolver los conflictos
interpersonales sólo con coerción física y por lo tanto el ciclo puede repetirse en futuras relaciones.
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Posiblemente los hijos han estado expuestos a varios incidentes violentos durante la relación de los adultos. La
violencia es en general el método principal para resolver disputas dentro de la familia. No es común que los
menores estén en riesgo, excepto en momentos en que los padres entran en contacto, como en el caso de las
visitas. Por lo tanto, durante un tiempo puede ser necesario que las visitas sean supervisadas para sentirse
seguros y para superar el miedo que resulta de haber sido testigos en conflictos anteriores. También se debería
evaluar el desenvolvimiento del menor.

D. Violencia iniciada por quien está al cuidado de los hijos

Dado que comúnmente es la madre quien está al cuidado de los hijos, en este tipo de violencia el agresor es en
general una mujer. Este patrón de violencia se caracteriza porque el padre/madre pasivo (en general el padre)
responde a la agresión repetida con violencia defensiva. La relación entre los padres es inestable a raíz de la
conducta agresiva de quien cuida de los hijos. En algunos casos esta conducta puede incluir una historia de
pedidos de órdenes de restricción luego de incidentes en el que el hombre respondió con violencia defensiva o
un patrón de negar contacto con los hijos.

La violencia a veces cesa luego de la separación si no existe contacto entre los padres durante las visitas. En
algunos casos es necesario que el Tribunal deje en claro que sancionará hechos como contactarse o provocar a
la otra parte. En muchos de estos casos, la mujer continúa el conflicto a través de los hijos mediante acciones
tales como no permitir las visitas.

Si bien este tipo de violencia no es tan frecuente, estos casos son especialmente difíciles para el Tribunal en lo
que hace a la tenencia y régimen de visitas. No es poco común que las mujeres que inician el episodio violento
tengan problemas emocionales subyacentes que afecten su parentalidad. En muchos de estos casos, madre e
hijos tienen una relación simbiótica que no puede cortarse inmediatamente sin dañar a el o los hijos. Además de
la evaluación profesional, el Tribunal debería considerar una transición gradual de la tenencia hacia el padre, a
menos que la madre sea capaz de controlar su comportamiento. Durante la evaluación o el proceso de
transición, se debería restringir cualquier contacto entre las partes.

E. Violencia aislada generada por la separación

En estos casos, el origen y los incidentes de violencia se limitan al período que precede o es contemporáneo a la
separación y el divorcio.

La prognosis para manejar la violencia es buena si los contactos (como las visitas) se estructuran o supervisan
adecuadamente, o se realizan a través de terceras partes. La violencia tiende a desaparecer una vez que las
partes se separan y termina la angustia por la separación y el divorcio.

Los hijos en general no están en riesgo si los momentos en que los padres deben estar en contacto se manejan
de modo apropiado.

V. EL IMPACTO EN LOS HIJOS

Las investigaciones indican que ante la violencia doméstica, los hijos pueden tener síntomas disruptivos
relacionados con el trauma, aun cuando no hayan sido víctimas directas de abuso físico o sexual. Estos
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síntomas reflejan tanto el estrés general de vivir en una casa donde existe algún grado de violencia como las
reacciones post-traumáticas específicas ante incidentes de violencia.

A fin de obtener más información relacionada con el impacto de la violencia en el niño, se pueden realizar las
siguientes preguntas:

 ¿Alguna vez el(los) niño(s) intentó intervenir?


 ¿Alguna vez el(los) niño(s) llamó a la policía?
 ¿Alguna vez el(los) niño(s) fue amenazado?
 ¿Alguna vez el(los) niño(s) recibió un golpe o fue lastimado?
 ¿El(los) niño(s) tiene problemas en la escuela o con otros niños?

LO QUE LOS AMIGOS PUEDEN HACER

Saber que alguien por el que uno se preocupa está siendo lastimado por su pareja es frustrante y preocupante.
Las siguientes son sugerencias que uno puede aplicar cuando, como amigo, quiere ayudar a alguien que está
siendo golpeado.

1. Crea en su amiga. Posiblemente cuente menos de lo que realmente está pasando.

2. No la culpe por el abuso. Ella no es la responsable de ser abusada y no merece el abuso. Recuerde que es
difícil terminar con una relación abusiva.

3. Ella necesita contar su historia a su propio ritmo y tiempo. Escúchela y hágale saber que se preocupa por
ella y que no está sola. Tómese el tiempo para hablar con ella en privado y pregúntele acerca de marcas
sospechosas o peleas que usted sepa.

4. Valide sus sentimientos. El abuso es algo horrible, vergonzoso y doloroso. Enloquecerse, tener miedo o
sentirse indefenso son reacciones naturales ante una situación terrible.

5. Ayúdela a hacer planes de seguridad. Ayúdela a encontrar un lugar seguro donde poder ir, o un lugar donde
guardar dinero y documentación importante. Permítale que use su teléfono si necesita hacer algún llamado.
Acepte llamar a la policía cuando sea necesario. Si es necesario, elijan una palabra clave que pueda utilizar
para indicarle que tiene que llamar a la policía. Cuide a sus hijos si ella se lo pide y si considera que puede
hacerlo.

6. La agresión es un delito. Si sospecha que existe abuso, denúncielo.

7. No le cuente a nadie lo que ella le confió. El abusador puede lastimarla si se entera de que ella está
contándoselo a la gente. No enfrente al abusador utilizando información que ella le ha contado, a menos que
ella le haya dado permiso.

8. Si no es peligroso, enfatice su posición en contra de la violencia cuando esté dentro de su círculo social. Si
una mujer golpeada lo escucha, tal vez se decida a buscar ayuda.
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9. Sepa a quién llamar, y obtenga más información respecto del tema.


____________________________________________________________________________
BIBLIOGRAFÍA

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- Williams, G.;‖ Style and Effectiveness in Negotiation. Negotiation: Strategies for Muttual Gains. Ed. Lavina Hall, 1993.

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PROGRAMA
REVINCULACIÓN EN CASOS DE RUPTURAS FAMILIARES
INDICADORES DE ABUSO Y MALTRATO
Dictado por: Dra. Sara R. de Horowitz

CLASE 1:
Conflicto de familia.
Disputa. Involucración de los hijos
Escalada de Conflicto
Salida de la Justicia: Revinculación
Tipos de revinculación
Evaluación pre-revinculación
Cuándo y cómo hacer la evaluación.
Caso ejercitación.

CLASE 2:
Entrevistas separadas y conjuntas
Preguntas para captar situaciones difíciles
Procedimientos y habilidades para establecer un vínculo de confianza
Opciones para incrementar medidas protectoras hacia los menores, dentro del litigio familiar.
Ej. Caso de revinculación de los lazos familiares.

CLASE 3:
Teoría de la dinámica de los conflictos en familia ( Haynes)
El efecto de la separación y el divorcio (Impedimento de contacto. Ley...)
Indicadores de l Síndrome de Alienación Parental.
Tipos de revinculación: Distanciamiento negativización de la relación
Procedimientos para intervenir de modo seguro y apropiado.

CLASE 4:
Conocimiento y competencia en cuestiones de abuso.
Diferenciar abuso físico de abuso emocional para asegurar ética y efectividad.
Evaluar, manejar y comprender cuestiones interculturales.
Estrategias de intervención. Formularios
Utilización de formularios para detectar abuso y maltrato en la mediación
Habilidades especiales e intervenciones que aseguren seguridad y garanticen un proceso.
Recursos para derivar víctimas de abuso

CLASE 5:
Tipo de revinculación en casos de abuso
Lineamientos, Encuadre
Entrevista con los hijos
entrevista con el padre/madre conviviente
entrevista con el padre que tuvo la conducta inapropiada
Encuadre
Ej. de revinculación tras corte de la relación padre/hijo

CLASE 6:
Principios éticos.
Reconciliación y Reparación de la conflictiva familiar
Teoría de Johan Galtung. Video Ejercicios
Creatividad y solución
Dejando el conflicto atrás: recuperando mi energía para la vida y el futuro
Ejercicio de delinear y programar el futuro
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73

Evaluación y cierre.

ÍNDICE PÁG.
ABUSO Y REVINCULACIÓN 2
FAMILIA Y DIVORCIO 5
CASO DE ESTABLECIMIENTO DE RÉGIMEN DE VISITAS A FAVOR DEL PADRE 7
FAMILIA Y CONFLICTO 9
TIPO DE REVINCULACIÓN II 11
CASO DE REVINCULACIÓN DE HIJO DE 11 AÑOS CON SU PADRE DIVORCIADO 17
EN EL NOMBRE DEL HIJO 18
¿Disuadir, Imponer o Negociar? Roger Fisher 21
DISRUPCIONES: UN POCO DE COMPRENSIÓN SIRVE DE MUCHO PAULETTE DONAHUE 33
Cómo poner fin a la mediación cuando hay abuso Allan Edward Barsky 37
A FONDO: CARLOS ALBERTO ROZANSKI, JUEZ DE CAMARA 49
CUESTIONARIO DE INICIACIÓN 52
ESCALA DE TÁCTICAS DE CONFLICTO 54
MEDICIÓN COMPLEMENTARIA DE ABUSO 55
REPORT TORONTO FORUM 56
EVALUACIÓN DE RIESGO DE VIOLENCIA DOMESTICA EN LAS VISITAS 64
LO QUE LOS AMIGOS PUEDEN HACER 69
BIBLIOGRAFÍA 70
PROGRAMA 71
ÍNDICE 72

73

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