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Yohualichan

Yohualichan proviene de la lengua náhuatl y significa “Casa de la noche”. Sus


primeros habitantes hablaban totonaco, por lo que es muy probable que el
nombre actual sea una traducción de otro, más antiguo pero con el mismo
significado.

El asentamiento prehispánico se posa sobre las elevaciones de la Sierra


Madre que decrecen hacia el norte, rumbo a la costa veracruzana; es un
terreno bastante abrupto que aún hoy en día, hace difícil la comunicación
entre las localidades,  a una altura de 700 metros sobre el nivel del mar,
aproximadamente.

Actualmente el pueblo de Yohualichan se asienta sobre la zona arqueológica,


sus habitantes son indígenas de habla nahuatl, que se caracterizan por la
firme persistencia de sus costumbres tanto en el vestido como en otros
aspectos. Al parecer los antepasados de estos grupos se asentaron aquí
después de haber expulsado a los totonacas, que por más de 800 años
habían poblado la región.

La zona es de particular interés debido a que sus vestigios comprueban la


presencia dominante de diferentes grupos.

Yohualichan  participó en un muy alto porcentaje de la cultura del Tajín , su


arquitectura parece, por su similitud, transportarnos al centro de esta
enorme zona. Las palmas y yugos de piedra, la cerámica y la arquitectura son
testimonios de que formaba parte primordial del antiguo Totonacapan,
cuyas cabeceras principales fueron ciudades como el Tajín, Cempoala y
Misantla.

De acuerdo con la opinión de su explorador, el arqueólogo Daniel Molina,


aún faltan muchos datos para poder fijar con precisión en el tiempo el
apogeo de Yohualichan. Los  primeros materiales y estudios parecen situar el
asentamiento más o menos para el siglo V d. C. , siendo comtemporáneo a
algunas fases avanzadas del Tajín, de quien indiscutiblemente era un
satélite. Mucho se ha dicho sobre todo en la región de Cuetzalan que los
pobladores de Yohualichan salieron de ahí para posteriormente fundar el
Tajín , sin embargo los vestigios arqueológicos son contundentes y parecen
demostrar que la situación fue exactamente al contrario.

Lo más sobresaliente de la arquitectura de Yohualichan es su semejanza con


la del Tajín, sobre todo debido al uso de los nichos en los tableros de los
cuerpos que conforman las distintas estructuras.

Aprovechando y modificando el terreno natural, se asienta el centro


ceremonial sobre varias plataformas que según su tamaño, sostienen
basamentos piramidales, plazas, un juego de pelota y el área habitacional.

De acuerdo a su importancia, los edificios tienen uno o más cuerpos, pero


todos comparten la característica de los nichos mismos que se extienden
hasta los remates de algunas plataformas. En los aposentos el vano
predomina sobre el macizo, y sin embargo los espacios internos no son muy
agrandes, puesto que no hay necesidad de utilizar apoyos como pilares y
columnas.

En la construcción de los edificios se utilizaron materiales que abundan en la


región; se trata de rocas que se obtienen con mucha facilidad de las canteras
y que permiten obtener bloques que requieren de trabajo para tallarse. En el
juego de pelota hay  bloques de más de tres metros de largo, para los
laterales y para las cornisas de las estructuras.

Así, en Yohualichan encontramos dos tipos....los verticales, presentes en los


templos, los horizontales en el juego de pelota; y por otra parte los de los
edificios que en realidad son parte de....tablero-talud rematado por cornisas.

Los edificios tienen grandes escaleras que dan hacia la plaza y/o a los
distintos niveles del sitio. En algunos casos se muestran escaleras de doble
alfarda o bien de alfardas laterales simples. Es sobresaliente el hecho de unir
en ángulo las escaleras de dos edificios comunicados a la plaza.

Todas las estructuras estuvieron revestidas de una gruesa capa de estuco


burdamente terminada, sin embargo quedan evidencias de que en los
tableros hay restos de pintura así como elementos en forma de greca
realizados sobre la argamasa en los taludes. 

En la parte posterior del templo llamada de “La Greca” , pero a un nivel


superior al de la plaza, se encuentra el Juego de Pelota, uno de los más
grandes que se conocen en Mesoámerica, pues la cancha mide cerca de 90
metros de largo. Esta tipificado dentro de los juegos con planta en forma “I”,
aunque sus cabeceras no tienen la forma tradicional, ya que por el norte la
constituye el propio edificio de “La Greca” y por el sur un elemento aún no
bien definido. Los laterales de la cancha fueron construidos con grandes lajas
que recubrieron el recorte del terreno, descienden hacia la cancha en forma
de una suave pendiente y no hay evidencias de los tradicionales aros de
piedra. Existen escalinatas tanto en el norte como en el  sur de cada lateral
seguramente para acceso de los espectáculos al tradicional deporte del
Tlachtli que se jugaba con una pelota de hule macizo que podía ser golpeada
con los brazos, piernas y caderas, pero no con las manos ni los pies; la
habilidad de los contendientes se demostraba en no dejar morir el bote de la
pelota y poder mandarla al área contraria.

El abandono de la zona parece remontarse a las primeras avanzadas de


expansión de los grupos nahuas del centro, empezando por la conquista
tolteca, posteriormente la chichimeca y por último el terrible dominio
económico de los mexica de Tenochtitlan, quienes arrojaron hacia la costa a
los últimos vestigios totonacas de esta área

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