Está en la página 1de 9

TRABAJO FINAL

CURSO ON-LINE DE
AROMATERAPIA
Patricia Rivas Gallego
FUNDAMENTOS DE LA AROMATERAPIA

La aromaterapia es una de las llamadas “Terapias alternativas” o


“Terapias naturales” que suponen un retorno a los orígenes de la medicina
desde una perspectiva holística, es decir, percibiendo a la persona de forma
integral, como un todo formado por cuerpo, mente y espíritu. De este modo, la
aromaterapia no intervendrá solamente sobre la salud física, sino también
sobre la salud psíquica y espiritual. Esta visión holística se contrapone a la
visión alopática que tiene con mucha frecuencia la medicina convencional, que
interviene sólo sobre el área que presenta síntomas. No obstante, cada vez es
más frecuente que profesionales de la medicina convencional utilicen
tratamientos propios de las terapias alternativas, bien como complemento de
las terapias alopáticas, o bien sustituyéndolas.
Los orígenes de la Aromaterapia se remontan a la antigüedad: el ser
humano descubrió los beneficios que las plantas aportaban a su salud y
empezó a utilizarlas de diferentes maneras; una de ellas fue la elaboración de
aceites perfumados, que los egipcios elaboraban haciendo infusiones de
hierbas y gomas aromáticas en aceite graso o en vino. Griegos y romanos usan
también perfumes medicinales y en China y algunas culturas africanas también
se documenta el uso de aceites con fines terapéuticos.
Pero es en el siglo X cuando se da un paso fundamental para la
aromaterapia con el descubrimiento (o redescubrimiento, según algunos
autores) de la destilación; con él, Avicena destiló aceite de rosa, abriendo la
puerta a la popularización de los perfumes.
En los siglos XVI y XVII se utilizaban en la formulación de medicamentos
más de 100 aceites esenciales, pero con los avances químicos y la
industrialización de la medicina la aromaterapia quedó relegada.
Pero en el siglo XX cobra un nuevo impulso, gracias a personas como
René Gattefossé (considerado “el padre” de la aromaterapia moderna), Jean
Valnet (que aplicó los aceites esenciales para la desinfección de material
quirúrgico, así como para curar heridas y tratar enfermedades comunes) y
Marguerite Maury (que le añadió una dimensión cosmética a la aromaterapia,
además de sentar las bases para el uso del masaje en la aplicación de los
aceites).
A partir de estos autores, se han ido desarrollando diferentes escuelas
aromaterapéuticas:
- La escuela francesa, con una visión clínica, aboga por tratamientos por
vía oral e inhalada. Está estrechamente vinculada a la medicina, por eso tiene
un objetivo principal de curación.
- Las escuelas sajonas (EE.UU., Reino Unido, Japón, Australia) optan
por el masaje como vía principal de uso; tienen una perspectiva holística e
integral.
- La escuela alemana trabaja más la aromaterapia olfativa, de donde
surge la llamada Aromacología, que estudia puramente las sensaciones que
producen los aromas.
SUSTANCIAS VEHICULARES

Los aceites vegetales: Se utilizan para diluir los aceites esenciales de manera
que no dañen la piel en tratamientos cutáneos y masajes. En este último caso,
los aceites vegetales sirven también para lubricar las manos que masajean.
No se deben utilizar como portadores aceites minerales, obtenidos por
refino del petróleo, como los aceites comunes para bebé o las vaselinas; éstos
no penetran en las capas internas de la piel y, a la larga, tienen un efecto
astringente.
Es recomendable, pues, utilizar como portadores aceites vegetales de
buena calidad, de primera presión en frío y sin refinar. Esto permitirá que las
propiedades del fruto del que se extrae el aceite no se alteren.
Su función no es meramente vehicular, ya que tienen múltiples
propiedades cosméticas y terapéuticas: aportan a la piel vitaminas y
oligoelementos, hidratan, nutren, equilibran la secreción sebácea, reafirman,
reparan, regeneran… Por ello, hay que tener en cuenta las propiedades de los
aceites que utilicemos como portadores para que potencien y equilibren el
efecto de los aceites esenciales que vayamos a utilizar. Asimismo, tenemos
que tener en cuenta la vía y lugar de aplicación para seleccionar el aceite
portador más adecuado.
Algunos aceites vegetales que se pueden utilizar en aromaterapia son:
almendras dulces, aguacate, argán, avellana, coco, manteca de karité, jojoba,
macadamia, germen de trigo…

Oleomacerados: Los oleomacerados son sustancias activas liposolubles. Se


obtienen por maceración y digestión de plantas y flores aromáticas en contacto
con aceites insaturados. Todas las sustancias activas de los vegetales que
pueden ser solubles en grasa están presentes en los oleomacerados: Aceites
esenciales, ceras, clorofila, ceramidas, materias colorantes, resinas,
fitoesteroles, vitaminas, carotenoides, glicéridos, tocoferoles, ácidos grasos
esenciales, aminoácidos, etc.
Se pueden utilizar solos o enriquecerlos con aceites esenciales.
Destacaremos de entre los oleomacerados el aceite de árnica, el de
hipérico, el de aloe vera…

Hidrolatos aromáticos: Los hidrolatos aromáticos son también conocidos


como aguas florales. Provienen del vapor de agua condensada durante el
proceso de destilación del que se obtienen los aceites esenciales.
Su contenido en moléculas aromáticas es bajo (menos de un 5%), con lo
que su aplicación sobre la piel no tiene apenas riesgo, pero su aporte de
oligoelementos es alto, con lo cual es interesante su utilización terapéutica,
sobre todo en personas en las cuales el uso de aceites esenciales puede ser
complicado (niños, ancianos, personas hipersensibles).
El hidrolato más conocido es el agua de rosas, pero también hay que
tener en cuenta el agua de azahar y el de manzanilla entre otros.
TRATAMIENTOS EN: INSOMNIO Y REUMATISMO

Antes de empezar cualquier tratamiento de aromaterapia, debemos


tener en cuenta una serie de factores muy importantes:

- Estado de salud del paciente: cuáles son sus hábitos


alimenticios y de salud en general, si padece alguna
enfermedad o trastorno…
- Propiedades de los aceites que se van a utilizar: valor
terapéutico, contraindicaciones e incompatibilidades con
el paciente
- Buscaremos la armonización del individuo en sus facetas
física, psíquica y emocional.
- Buscaremos también la afinidad del paciente con los
aceites y que él se sienta partícipe de la terapia.

De este modo, aunque a continuación expondremos tratamientos puntuales


para determinadas dolencias, éstos serán necesariamente una parte de un
tratamiento enfocado a la globalidad de la persona y a la armonía de sus áreas
en busca de un bienestar integral.

Insomnio: El insomnio es el más común de las alteraciones del sueño, que


puede adoptar distintas formas: Dificultad para conciliar el sueño al acostarse,
intervalos de sueño y duermevela durante la noche, o bien un despertar precoz.
Cualquiera de las modalidades provoca un descanso de escasa calidad,
impidiendo que el organismo se recupere del desgaste diario y generando en
muchas ocasiones otros problemas, como bajo rendimiento escolar o laboral,
falta de concentración, malestar general…
En realidad, el insomnio es un síntoma y no una enfermedad, aunque
hay que tratarlo con celeridad para que no sea causa de otras enfermedades.
Es fundamental que el paciente adquiera nociones de la llamada “profilaxis del
sueño”, o lo que es lo mismo, que adquiera hábitos saludables de descanso al
mismo tiempo que reciba tratamiento contra el insomnio.
Hay aceites esenciales que pueden ayudar a combatir el insomnio:
Incienso, Ylang-ylang, manzanilla romana, coriandro, ciprés, enebro, lavanda,
albahaca, mejorana, sándalo y los de cítricos en general (naranja, limón,
bergamota, pomelo, mandarina).

Los baños pueden ser una buena opción para tratar el insomnio,
teniendo en cuenta algunas indicaciones:
- Los aceites esenciales que se utilicen no se deben echar mientras se
llena la bañera con agua caliente.
- Si la piel del paciente es sensible, deben diluirse los aceites esenciales
en aceite portador o en leche.
- Las dosis: para adultos sanos y de constitución fuerte, 10 gotas de AE;
para adultos de complexión normal, 6 a 8 gotas; adultos de complexión
débil, 3 a 4 gotas. Con los bebés usaremos 1 gota de aceite de
manzanilla o de lavanda diluida en 15 ml. de aceite de almendras dulces
o leche.
El agua ha de estar caliente y el ambiente tranquilo, propiciando la relajación.
Al terminar el baño, es necesario el descanso.

El tratamiento por vía respiratoria es también interesante para el


insomnio: lo ideal es utilizar un difusor eléctrico que nos permita el uso durante
la noche. En él se pondrá el aceite o aceites que produzcan en el paciente un
estado de mayor relajación que propicie el descanso. En caso de no disponer
de un difusor eléctrico podemos utilizar un vaporizador que se apagará justo
antes de ir a dormir.
Estas dos formas de uso de los aceites esenciales son las que
consideramos más oportunas para el caso que nos ocupa, ya que pueden
aplicarse inmediatamente antes de irse a descansar (en el caso del baño y del
vaporizador) y durante el descanso (utilizando el difusor).

Seleccionaremos de entre los aceites apropiados para este trastorno los


aceites esenciales que, de entrada, más agraden al paciente. Como aceite
portador, en caso de necesitarlo para el baño, utilizaremos aceite de almendras
dulces por ser indicado para la combinación con aceites relajantes.
Es importante tener en cuenta que, como expresamos más arriba, el
insomnio es un síntoma de otro tipo de trastornos y que éstos deben ser
tratados convenientemente al mismo tiempo que el insomnio.

Reumatismo: Es éste un término que tiene ya poco uso en la literatura médica,


aunque sí se utiliza con frecuencia en el lenguaje coloquial. Generalmente,
hablamos de reumatismo refiriéndonos a la inflamación de las articulaciones de
las extremidades, aunque hay también un reumatismo de los tejidos blandos
que provoca las mismas dificultades y dolores.
Los aceites esenciales clasificados como antirreumáticos son: ajo, alcanfor,
bergamota, canela, ciprés, coriandro, enebro, eucalipto citronado, gaulteria,
jengibre, laurel, manzanilla romana, mejorana, pimienta negra, pino, romero
alcanforado.

Como nos encontramos ante un trastorno que presenta dolor intenso e


inflamación, el masaje puede no resultar oportuno. Trabajaremos sobre las
articulaciones inflamadas con compresas calientes: Añadiremos a 1l. de agua
caliente 10-15 gotas de aceite esencial (6-8 si la piel es sensible; en el caso de
niños reduciremos la dosis a 4 gotas y si son bebés 1 ó 2 serán suficientes). En
esta mezcla mojaremos una pequeña toalla o una gasa, la escurriremos y
aplicaremos sobre la zona afectada, fijándola con un plástico o con papel de
aluminio. Se sustituye por otra cuando se haya enfriado.
En algunos casos, si la inflamación es especialmente intensa, la piel está
irritada o el paciente es joven, podemos utilizar compresas frías. La aplicación
es similar a la de las compresas calientes, pero utilizando agua bien fría (de la
nevera).

Si las articulaciones no presentan inflamación severa podemos efectuar un


masaje suave, para el cual utilizaremos aceites portadores adecuados para
esta dolencia, como pueden ser los de sésamo y cacahuete.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA.

No es fácil encontrar información veraz sobre este campo, por lo cual


hemos tenido que ir buscando mucha información, de la cual la mayoría ha sido
desechada. Hacemos referencia sólo a la bibliografía y webgrafía utilizada, ya
que la consultada sería estéril reproducirla aquí por su mucho volumen y poca
utilidad.
Harding, J. ; Aromaterapia, remedios e inspiraciones para tu bienestar.
Taschen- Evergreen, Colonia, 2006
Lawless, J. ; Aceites esenciales para aromaterapia. Susaeta Ediciones,
Madrid 2003
Martín, G.; Aromaterapia. Introducción a la técnica y sus beneficios.
Editorial Oniro, Barcelona, 2002.

http://aromaesencias.blogspot.com
http://es.wikipedia.org
http://www.anisalud.com/show_release.html?id=45865
http://www.articleset.com
http://www.ecoaldea.com
http://www.florame.com.es
http://www.joseppebonnano.com/Aromaterapia/Portadores.htm
http://www.radioformula.com.mx/entreten/rf2101.asp?ID=80100

Obviamente, también se ha utilizado el material del curso para realizar


este trabajo.

También podría gustarte